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.

G
A los jóvenes que están en búsqueda,
que este libro sea un aliento y una con1pañía.
Agradecimientos

P. Luis Alonso Schockel, S.J. del Instituto Bfblico de R01na: por las impor-
tantes enseñanzas que adquirí en sus cursos, por la profunda y cuidadosa
revisión del manuscrito original, por sus comentarios en apoyo de la obra, y por
habenne honrado con el PROLOGO lo cual es para tní una satisfacción muy grande.
P. Mario López Barrio, S.J. del Instituto Libre de Filosofía y Rector del
Instituto de Ciencias: por su es1nerada revisión del manuscrito original. Sus
comentarios de aprobación al texto fueron para tnf un gran aliento.
P. Juan Manuel García de Alba, S.J. del ITESO, tni maestro y atnigo: por ser
eltnotivador de esta obra. Su crítica constructiva fue fundamental.
P. Florencio Mezzacasa, O.S.B.: por las extraordinarias enseñanzas apren-
didas en sus cursos de Biblia y por su testimonio de búsqueda de Dios.
P. Manuel González Morfín, S.J.: estimado atnigo de muchos años, por sus
largas pláticas de "café y té", de las cuales surgieron muchas ideas para este libro.
P. Enrique Ponce de León, S.].: quien me transmitió el amor y la búsqueda
de Dios por convicción. Admiro su cercanía con el Cristo hutnano.
P. Luis González Morfín, SJ: por habenne dado la oportunidad de descu-
brir y desarrollar aspectos importantes de tni vida a través del trabajo educativo.
P. Rafael Moreno Villa, S.J.: estimado tío, testimonio de búsqueda de la
justicia social y la solidaridad entre la gente "sin voz y sin rostro ...
A ntis padres Manuel y Aurora: por haber sembrado en tnf la semilla que
tne llevó a la creación de este libro.
Joaquín Moreno Villa: quien ha sido para mí, desde mi infancia, un ejemplo
de dedicación y amor a la cultura.
Gilberto Moreno Castañeda (+):eminente hutnanista y mi consejero perso-
nal, que estoy seguro le hubiera gustado ver terminado este libro.
Doris García y Arturo Nelson: por su dedicada ayuda con la rnecanografía
y tipografía iniciales.
Carlos Rivas: por su dedicada asesoría e impulso en la edición de este libro,
así como en la elaboración del formato final.
Pilar Vigil, Alberto Lazo y Pablo Lambert, muy queridos amigos que
fueron paciente tierra fértil en las exposiciones y discusiones sobre el texto.
Pablo Lasso y Cecilia Herrera del ITESO: por su impulso y apoyo final en la
publicación de esta obra.
A mis alumnos del ITESO y del Instituto de Ciencias, quienes al atendertnis
clases de alguna manera inspiraron la creación de este libro.
INDICE

Prólogo 11

Introducción 13
CAPITULO I: EL P AIS DE LA BIBLIA 15
Ambientación geográfica 15
Breve historia de Israel 19

CAPITULO II: EL LIBRO DE LOS LIBROS 23


La Biblia 23
El Canon Bíblico 24
'
Los autores y la técnica escriturística en el
Antiguo y Nuevo Testamento 27
Las lenguas bíblicas 29
Los manuscritos antiguos 30
Las versiones 32
Los géneros literarios bíblicos 32
La crítica de las fonnas 34
CAPITULO liT: LA LITERATURA APOCRIFA 37
Apócrifos del Antiguo Testamento 37
Apócrifos del Nuevo Testamento 39
CAPITULO IV: LOS CENEROS LITERARIOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO 43
La tradición histórica 43
Tradiciones jurídicas 70
Tradiciones proféticas 75
Tradiciones sapienciales 85
Tradición de cánticos y plegarias 96
10

CAPITULO V: LOS CENEROS LITERARIOS DEL NUEVO TESTAMENTO 109


Los evangelios sinópticos 109
El Evangelio de San Juan 133
Hechos de los Apóstoles 136
Las cartas 143
El Apocalipsis 151
CAPITULO VI: EJERCICIOS DIDACTICOS 153

Apéndice 167
Bibliografía 187
PROLOGO

Es frecuente al anunciar las películas de la televisión o de los cines de la ciudad


añadir una nota al título: con1edia brillante, drama, ficción, guerra, western,
policiaca, terror... Es una primera orientación para escoger y también para
adoptar la actitud que pide el film: no vayamos a una con1edia brillante para
empapar nuestro pañuelo en lágrimas.
He comenzado con el cine, el arte n1ás popular en nuestra cultura. Pero,
antes del cine ya se clasificaban por géneros las obras literarias. No solo épica
y lírica y dramática, sino divisiones más afinadas: tragedia, comedia, drama;
drama histórico, fan1iliar, rural, social; novela histórica, de costumbres, psi-
cológica. Esas clasificaciones no sólo sirven para organizar una biblioteca o
la mente de un estudiante de historia literaria, sino que prestan un servicio
al lector, invitándolo a tornar el punto de vista oportuno. No ha de leer La
Ilúzda de Hon1ero como pura historia ni el De bello gallico de César con1o pura
ficción.
Pues bien, la Biblia no es propian1ente un libro, sino una colección de
piezas heterogéneas, con1puestas a lo largo de siglos. Biblia es en griego un
plural que significa libros o librillos; y dentro de muchos de sus libros se alojan
piezas de tipo muy diverso. Es bueno distinguir las leyendas patriarcales, la
épica del éxodo, la historia de David, la ficción de Tobías. Es un requisito para
enfocar debidamente cada pieza.
Los traductores y editares de Biblias en lenguas modernas muchas veces
introducen títulos orientadores; los exégetas se preocupan por fijar el tipo o
género literario de cada pieza. Todo ello se puede reunir en un manual
sistemático, de consulta y estudio, que catalogue y describa los tipos o géneros
literarios de la Biblia. Esta es la intención del presente volumen: un manual
12 PROLOGO

que sintetiza y propone con orden y claridad los resultados de setenta años
de investigación bíblica.
Pero el principal creador del método, Hermann Gunkel, no se contentó
con clasificar, advirtiendo que las convenciones literarias en la antigüedad
eran más poderosas que el genio individual de cada autor. Gunkel quiso
también definir la situación o coyuntura social en que nace y se desarrolla un
género. Una obra literaria puede surgir en una coyuntura histórica definida
e irrepetible: la revolución francesa o mexicana o rusa. En tal caso las circuns-
tancias históricas proyectan su luz sobre la obra literaria y le ofrecen un
contexto único de comprensión. Pero muchas obras literarias surgen en una
situación sociológica típica y repetida: la boda de un rey, una fiesta patriótica,
una plegaria por un enfermo. Estas obras funcionan como piezas de reperto-
rio como la marcha nupcial de Mendelssohn o de Wagner, interpretadas en
las bodas.
Naturalmente, la clasificación por tipos o géneros no es la última palabra,
sino más bien la primera. Una vez enfocado el texto, viene la lectura y el
análisis de cada pieza individual: es lo que hacen los exégetas o con1entaristas.
No hay que caer en la tentación de reducir los textos literarios a sin1ples
categorías genéricas; pues con ello perderían la concreción, que es el elen1ento
vital de la literatura.
Y no hay que asustarse de la variedad de géneros literarios que utilizaron
los autores bíblicos. Si los inspiró el mismo Espíritu, ese Espíritu es multifor-
me en su obrar. Si Jesús en su ministerio empleó el aforismo o refrán, la
polémica, el discurso retórico, la ficción parabólica, los ayes o amenazas, las
bienaventuranzas o felicitaciones, las instrucciones, no hay que extrañarse de
que el Antiguo Testan1ento despliegue tan rica variedad de forn1as literarias.
Mas que extrañarse, hay que alegrarse y agradecer al Espíritu su generosidad.
Esperamos que el presente libro ayude a conseguirlo.

LUIS ALONSO SCHÓKEL, S.J.


INTRODUCCION

Hace ya varios años dijo Reinhold Schneider:

Una tarde de Navidad, en Potsdam, abrí la Sagrada Biblia y tras leer unos
capítulos eché a andar por la calle fría y oscura. ¡Y es que la vida da un vuelco
ante las exigencias de la verdad! Este libro no puede leerse, como tampoco
pueden leerse los Ejercicios de San Ignacio de Loyola. Sólo se puede hacerlo,
practicarlo. No es un libro. Es una fuerza vital. Yes imposible entender una
sola línea si no se tiene la intención de ponerla en práctica.

Sobre esto meditaba hace tiempo, y me decidí a hacer un libro que en forma
sencilla tratara de ayudar a todos aquellos y especialn1ente a los jóvenes que
quisieran estudiar la Biblia con más profundidad. Quien lee la Biblia se
enfrenta al problema de los géneros literarios orientales y muchas veces a
confusiones y decepciones por querer leerla con mentalidad de un occidental
del siglo XX. La Biblia fue escrita en épocas históricas y con estilos literarios
muy lejanos a nosotros en el tiempo, pero con mensajes universales que
siempre son actuales. Es en este punto donde se debe entrar y extraer el
n1ensaje íntegro después de haber hecho una crítica e interpretación de las
fonnas y géneros literarios bíblicos. Esto nos puede pennitir adaptar la
comprensión de los textos a nuestra n1entalidad moderna pero manteniendo
el mensaje que el hagiógrafo escribió por inspiración de Dios. A esta inter-
pretación práctica se le llama Exégesis bíblica.
Así pues, la Biblia es la historia del hombre que busca a Dios y de ese Dios
que busca al hombre. Es un diálogo eterno, una Alianza sellada con la vida.
El hombre con su libertad ha fallado en su con1promiso y por eso ha seguido
y adorado a ídolos de barro y becerros de oro, pero Dios que sien1pre está
14 INTRODUCCION

cerca, le ha llamado por su nombre y lo invita a volver a su lado. Y todavía


Dios en su preocupación por el hombre, quiso compartir con él la experiencia
de la vida humana con todo su profundo significado: el dolor y la muerte.
Dios vino a enseñarle al hombre a vivir en el amor sin tiempo y a mostrarle
que su destino es la eternidad. De esta manera establece una nueva alianza
con el hombre.
Conocer la Biblia es una tarea tan inagotable con1o conocer a Dios y su
relación con el hombre, sin en1bargo quisiera crear la inquietud de leerla entre
líneas y encontrar significados para la vida. Adentrarse en la interpretación
de la Biblia es emprender una aventura sin regreso, es descubrir valores
ocultos que enriquecerán y cambiarán la vida; es el reto de llegar a Dios por
un camino propio.
Espero con este libro invitar a la búsqueda de Dios por convicción y no
sólo por tradición.

MANUEL AGUILAR MORENO


Los Gavilanes, Jalisco, 1994.
CAPITULO 1

EL PAIS DE LA BIBLIA

Ambientación geográfica de Israel

La Biblia es la historia de un pueblo que en1pieza con Abraham y llega hasta


Jesús y sus Apóstoles. Por tanto, para entender bien la Sagrada Escritura y
al hon1bre bíblico, es necesario tener algunas referencias del país donde el
Libro fue escrito.
El pueblo de Israel no vivió solo y aislado del mundo, sino que anduvo
errante desde Mesopotan1ia a Egipto. Muchos otros pueblos (los asirios,
hurritas, hiksos, hititas, cananeos, aran1eos, fenicios, etc.) tuvieron estrechas
relaciones con él.
El"país de la Biblia" se sale, pues, de los lín1ites de Palestina y abarca toda
esa zona que se denon1inaba la "Fértil Media Luna", y que en forma de arco
iba desde el Nilo hasta el Golfo Pérsico, pasando por la costa Este del
Mediterráneo, Palestina, Siria, y los dos grandes ríos, el Tigris y el Eufrates.
En esta amplia región se encontraban las civilizaciones tnás florecientes desde
la Edad de Piedra hasta la época greco-romana.
Estos pueblos, particularn1ente Mesopotan1ia, Egipto y Canaán, ejercie-
ron profunda influencia en el n1undo israelita.
Entre los diversos non1bres geográficos que aparecen en la Biblia hay uno
que abarca gran parte de la Historia Sagrada y suscita en nosotros un
sentin1iento de emoción: Palestina. Su non1bre es de origen griego: Philistim,
que quiere decir Filisteos o tierra de filisteos. La Biblia, cuando se refiere a
épocas antiguas, denomina a Palestina con el nombre de Canaán.
16 CAPITULOI

A Ararat

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El "Fértil Creciente" y Egipto. El mayor centro de cultura de la Tierra


hacia el año 2000 a. e

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Oriente Medio y Palestina


ELPAIS DE LA BIBLIA 17

Está limitada al norte por los actuales países del Líbano y Siria; al sur, por
la península desértica del Sinaí; al este, por Jordania y las orillas del desierto
de Arabia; y al oeste, por el mar Mediterráneo.
Forma una especie de corredor entre las dos grandes civilizaciones de la
antigüedad: Mesopotamia y Egipto. Abierta al mar, enclavada en una ver-
dadera encrucijada (sirvió de puente entre Asia y Africa y entre el océano
Indico, el Mediterráneo y Europa), ha sido objeto de rivalidades y choques
entre naciones, tanto más cuanto que su si tu ación geográfica era como la llave
que abría la conquista de muchos reinos. De hecho, el amo de Palestina era
el dueño del Oriente Medio. Este constante trasiego de pueblos hizo que el
país fuera recibiendo la influencia de todos ellos.
Tiene una superficie de unos 25,000 kms. cuadrados, aproximadamente
como el estado de Tabasco o el país de Bélgica. Es un cuadrilátero de 250 kn1s.
de longitud de norte a sur por una anchura de 37 kms. al norte y 150 kms. al
sur. El actual Estado de Israel representa tan sólo la quinta parte de lo que fue
en sus buenos tiempos.
La depresión jordana llan1ada el Ghor, atraviesa el centro del país, des-
cendiendo en el sur, hasta 392 n1etros por debajo del nivel del mar, siendo
éste el lugar n1ás bajo de la tierra. En medio de esta fosa esteparia desciende,
fonnando innutnerables curvas, el río Jordán, que nace en las faldas del monte
Hermón, de 2,000 metros de altitud, y desen1boca en el mar Muerto a 392
metros bajo el nivel del mar, y al que la Biblia llama mar de la Sal, pues su
salinidad es tan elevada (24%, o sea, cinco o seis veces mayor que en los demás
océanos y lagos) que en sus aguas no existe vida animal ni vegetal y el cuerpo
hun1ano flota como si fuera de corcho. Al oeste de su orilla meridional,
muchos bloques de sal, deformados por las lluvias, adquieren figuras grotes-
cas, algunos semejantes a estatuas hun1anas, que nos recuerdan a la mujer de
Lot (Gn 19,26).
Hay regiones ricas como las de la costa y la llanura de Esdrelón o Yizreel
en Galilea, al norte, que producen abundantes cosechas de trigo, maíz, cebada
y demás cereales, así como plantas alimenticias, árboles frutales, etc., y cuyas
colinas se cubren de viñedos y olivos; otras n1enos ricas como la de Samaria,
en la zona central; regiones pobres como las de Judea, al sur, y estériles como
las de Neguev.
Abunda el ganado n1enor: carnero, cabras negras y ovejas. El asno es la
bestia de carga que n1ás se ve en el país, ya que se acomoda perfectamente al
suelo y al clin1a. En el sur, desértico, se usa el camello. El pescado abunda en
el pequeño lago de Genesaret, al norte, llamado también de Tiberíades o mar
de Galilea.
Palestina tiene tan sólo dos estaciones: la lluviosa y la seca. La tempera-
tura está regulada según la proximidad del Mediterráneo o del desierto. En
18 CAPITULOI

algunas zonas, por ejemplo en el valle del Jordán, la temperatura se aproxima


en verano a los 50 °C y en invierno hay días fríos.

TIERRAS ALTAS CENTRALES


SECCION ESTE-OESTE
M Nebo

ESTE

1
O KILOMETROS

M. Hermón
SECCION NORTE-SUR 1

-2,500

SUR NORTE

1
O KILOMETROS so 150 250

Perfil de Palestina

Como otros pueblos árabes y semitas, Palestina es un país sediento de agua.


El único río prácticamente importante es el Jordán. Los nun1erosos e impe-
tuosos torrentes que surgen en la época de las lluvias no pueden ser aprove-
chados debidamente a causa de las pronunciadas pendientes y de la gran
evaporación. Los "Wadis" o valles secos sólo reciben el agua en el invíerno.
Dado que el suelo no retiene las aguas y, por lo mismo, las fuentes son pocas,
es preciso construir pozos o cisternas con el fin de retener el precioso líquido
que constituye el medio insustituible de vida. Por ello el agua se convierte
en la causa y en el signo de la vida y del bienestar.
El agua es, pues, para el hombre bíblico, uno de los mayores tesoros.
El desierto es también otro factor determinante del carácter israelita.
Inmensos arenales abrasados por el sol y áridas estepas rodean a Palestina
por el sur y por el este. El desierto exalta la personalidad, pero son1ete al
individuo a su grupo social. Todo se fundamenta en la fuerza de la sangre,
de la familia, del clan. El nómada adquiere un hábito de silencio y de reflexión
y busca los valores interiores. Es orgulloso de su independencia, de su sangre,
de su libertad interior, de su misma indigencia material.
.. EL PAIS DE LA BIBLIA 19

Breve historia de Israel

Antiguo Testamento (a.C.)

1850 Abraham, patriarca bíblico y tronco del pueblo judío, emigra de Ur


de Caldea (Mesopotamia) a la tierra de Canaán (Israel). Sus descendientes
(tribus semitas) viven en Canaán como pastores nómadas. Con este aconte-
cimiento legendario comienzan los tiempos bíblicos.
1700 José, hijo del patriarca Jacob, es vendido como esclavo en Egipto y
llega a ser el primer ministro del país. Llama a su familias a su lado, inicián-
dose así el establecimiento de los israelitas en Egipto quienes con el tiempo
serán esclavizados.
1290 Moisés guía a los israelitas fuera de Egipto. Durante 40 años de
peregrinar por el desierto reciben los Diez Mandamientos y establecen una
legilación cultual y jurídica fundamental.
1250 Conquista o establecimiento en Canaán por Josué, quien al morir
Moisés guía a las diversas tribus israelitas a la Tierra Prometida.
1225 Las tribus, sin cohesión unitaria, son gobernadas por jueces y
sostienen frecuentes guerras. Es la época de transición del seminomadismo
del desierto a las condiciones de pueblo sedentario. Es una época de anarquía
y de inestabilidad política en la cual los hebreos son tentados fuertemente por
los cultos idolátricos de los cananeos, especialn1ente los ritos orgiásticos
dedicados al dios Baal.
1020 El vínculo que estrechaba a las tribus israelitas era puramente
religioso: la n1isma fe en Yahvé, en torno al mismo Santuario de Siló donde
se encontraba el Arca de la Alianza. Al mando de Saúl, las tribus hebreas
establecen una monarquía en su intento de resistir la expansión de los
filisteos.
. 1004 Saúl es muerto en con1bate por los filisteos y los grupos de tribus
del norte y sur se separan.
998 David es coronado rey de las dos n1itades del reino, después de
prolongada guerra civil. Los filisteos son derrotados y Jerusalén se convierte
en la capital del reino, el cual se expande considerablemente.
965 Reinado de Salomón, sucesor de David, quien construye el Templo
de Jerusalén. El intercan1bio comercial trae gran prosperidad a Israel.
20 CAPITULO!

926 Salomón es sucedido por su hijo Roboam, pero las tribus del norte
se separan del reino unido. Ocurre un cisma político y religioso. El reino del
norte toma el nombre de Israel con capital en Samaria, y el del sur adopta el
de Judá con capital en Jerusalén.
734 Israel guerrea contra Judá, que rehusó unírsele en una coalición
contra Asiria.
732 Asiria derrota a Israel, y lo somete a vasallaje.
721 El régimen asirio es desafiado y ésto provoca que el rey Sargón 11
haga la deportación de una masa de la población de Israel a Nínive y otras
partes del Medio Oriente. Esta es la base histórica del mito de las "diez tribus
perdidas de Israel".
598 Nabucodonosor, rey de los babilonios, captura Jerusalén.
586 Para sofocar una revuelta, Nabucodonosor destruye a Jerusalén y
su Templo, y deporta a la mayoría de la población de Judá a Babilonia.
538 Ciro, rey de los persas, conquista Babilonia y pern1ite a los judíos
volver a Jerusalén y reconstruir el Templo.
520-516 Es erigido el Segundo Ten1plo.
333 Alejandro Magno conquista el Medio Oriente. A su n1uerte, Judá
cae bajo el dominio del reino greco-egipcio de los "Ptolomeos".
198 Judá es dominada por el reino greco-sirio de los "seléucidas".
168 El rey Antíoco IV Epífanes convierte el Templo de Jerusalén en una
santuario pagano y restringe fuertemente la práctica de la religión judía.
167-164 Una revuelta contra Antíoco, dirigida por Judas Macabeo, 164
Libera a Jerusalén; el Templo es purificado y reabierto.
163 Los judíos son gobernados valientemente por la fan1ilia de los
Macabeos también llamados Hasmoneos, descendientes de Judas Macabeo.
63 Judá es dominada por Ron1a.
40 Herodes el Grande, apoyado por Roma, es declarado "Rey de los
judíos". El hace la reconstrucción del Templo.
EL P AIS DE LA BIBLIA 21

Nuevo Testamento (a. C.)

6 Conclusión del censo ordenado por el emperador Augusto. Nacimien-


to de Cristo.
4 Herodes Antipas sucede a Herodes el Grande como rey de Judea.

Nuevo Testamento (d.C.)

27-37 Gestión del procurador romano Pondo Pi lato.


27 Comienza la predicación de Juan el Bautista.
29 Muerte de Juan el Bautista.
30 Crucifixión y Resurrección de Cristo.
36 Esteban, prin1er n1ártir cristiano.
41 Herodes Agripa I sucede a Herodes Antipas.
44 Muerte del apóstol Santiago y encarcelamiento de Pedro.
47 Comienzo de los viajes misionales de San Pablo.
49 El concilio de Jerusalén libera de la observancia de la Ley a los
cristianos de otra raza distinta a la judía.
51-67 Redacción de las Cartas de San Pablo.
54 Gobierna Herodes Agripa 11.
55 Redacción del Evangelio de Marcos.
64 Muerte de San Pedro.
66-70 Rebelión judía contra los ron1anos.
67 Muerte de San Pablo.
70 Ton1a y destrución de Jerusalén por el emperador Tito.
73 Caída de Masadá, último reducto de los judíos sublevados.
75 Redacción del Evangelio de Lucas.
80 Redacción del Evangelio de Mateo.
90 Redacción del Apocalipsis.
22 CAPITULO!

95 Redacción del Evangelio de Juan.


132 Simón Bar-Kojba encabeza una revuelta judía de grandes dimensio-
nes contra los romanos.
135 La revuelta es aplastada y los judíos son expulsados de Jerusalén.
Con ésto comienza la Diáspora, es decir, la dispersión de los judíos por todo
el mundo.
CAPITULO II

EL LIBRO DE LOS LIBROS

La Biblia

El nombre n1ás con1ún y usual para designar a las Sagradas Escrituras es el


de BIBLIA. Significa el libro, o más exactan1ente, los libros. Su origen se debe
a la ciudad fenicia de Biblos, que fue un in1portante centro con1ercial de
papiro y de otros tnateriales que se usaban para escribir.
La Biblia es una colección de libros diferentes, escritos por autores diver-
sos, en lenguas, en épocas y en géneros literarios distintos. Por tanto, la Biblia
es toda una verdadera biblioteca religiosa de un pueblo, recopilada en un solo
libro. En ella se recogen los escritos jurídicos, políticos y literarios, históricos
y poéticos, n1orales y filosóficos de la historia de Israel durante un periodo
de casi n1il años.
Si la Biblia es un conjunto de libros, puede afirmarse también que es un
libro, porque todos los libros sagrados n1uestran una innegable unidad.
Todos revelan una verdad: la con1unión progresiva de Dios con el hombre.
Si algo nos enseña la Biblia es el acercan1iento amoroso de Dios al hombre
en forn1a de constante diálogo. Este acercan1iento y diálogo encuentran su
n1áxin1a expresión en la aparición histórica de Cristo. La plenitud de nuestra
fe está basada precisan1ente en la n1uerte y resurrección de Cristo, que es para
nosotros el hecho central de la Biblia.
Los distintos libros del Antiguo Testan1ento nos refieren el caminar lento
y costoso que Dios tuvo que seguir para conducir al pueblo de Israel en el
camino de la fe.
24 CAPITULOII

Los libros del Nuevo Testamento nos refieren la realización del gran
acontecimiento de los tiempos: la venida de Cristo y con ello la plenitud del
género humano.
Por consiguiente, la Biblia, dentro de la variedad de sus textos, es también
un libro que nos habla de la Historia de la Salvación, es decir, de la comunión
de Dios con el hombre para hacerle partícipe de su propio Reino.

El Canon Bíblico

Según la Iglesia Católica, los libros del Antiguo Testamento son 46. Según
algunas ediciones protestantes son 39, ya que siguen el criterio n1ás común
entre los judíos de Palestina que sólo adtnitían firn1emente los libros escritos
en hebreo y que sun1aban ese número. A esos 39 libros se les llama libros
protocanónicos. Por el contrario, los judíos de la "Diáspora", o sea, los que
vivían "dispersos" por el mundo grecorromano, sobre todo en Alejandría,
añadían otros 7libros llamados deuterocanónicos (Tobías, Judit, Sabiduría,
Eclesiástico, Baruc y los dos libros de los Macabeos). Estos 46 libros, colec-
cionados en la versión de los "setenta", fueron utilizados por los Apóstoles y
por las comunidades cristianas de lengua griega.
La palabra canon significa regla o medida, de modo que se le llama canon
bíblico cristiano a la suma de los 46 libros del Antiguo Testamento y los 27
que posee el Nuevo Testamento. En total hablamos de 73 libros. En otras
palabras podemos decir que nuestro canon bíblico está formado por el canon
alejandrino (libros protocanónicos y deuterocanónicos) aden1ás de los libros
del Nuevo Testamento. Se considera que todos los libros canónicos están
inspirados por Dios, según la Tradición de la Iglesia.
A continuación mostramos una tabla cronológica de la historia de Israel
con referencia a la producción literaria bíblica:

Antiguo Testamento

Orígenes: Gn 1-11

A.C.
Epoca Patriarcal:
1700-1400 Gn 12-50
El pueblo de la Alianza:
1250-1220 Ex
Nm
Dt 1-4; 31; 34
EL LIBRO DE LOS LIBROS 25

Establecimiento en Canaán:
1220-1200 Jos

Periodo de los Jueces:


1200-1050 Jc
1050-1030 1S 1-7

La Monarquía en Israel:
1030-1010 Saúl 1S
1010-970 David 1S, 2S
970-931 Salomón 1 Re 1-11
Pr 10,1-22,26
AlgunosSalmos

Reinos de Israel y de Judá y mensaje profético:


Historia de los Reinos:
931-586 1Re, 2R
750 Am
745-721 Os
740-687 Is
740-715 Mi; Pr25-29
630 So
627-585 Jr
612 Na
600 Ha
597 Ez 1-37
622 en adelante:
Edición del Dt y
de la Historia deuteronomista: Jos, Re
Redacción de la Ley de Santidad: Lv 17-26
Algunos Salmos

Durante el Destierro en Babilonia: 586-538


En Palestina: Lm
Salmos
En Babilonia: Ez 40-48
Adiciones últimas al Dt: 1-4; 31-32; 34
Ultima redacción
de la Historia deuteronomista: Jos, Re
Adiciones insertadas en Is 1-31
Is 40-55
Algunos Salmos
Epoca persa: 538-333
520 Ag
515 Za 1-8
Lv 1-7; 11-16; 27
26 CAPITULOII

538-450 ls 56-66
500-450 Pr1-9
Jb
Rt
Numerosos Salmos
450 MI
Ah
Ne
Ez 38-39
Is 33; 34-35
Mi 4-5; 7,8-20
400 Ultima redacción de la TORAH
350 Jl
Ct
Salmo 45

Tiempos de Alejandro:
333 Za 9-14
Jo
Cr
Esd
Ne
Epoca de los Lágidas: 323-197
300 Tb
ls 24-27
300 en adelante Traducción de los Setenta
250-200 Qo
Ba
Est

Epoca de los Seléucidas: 197-142


197 Si
164 Dn
Jdt

Epoca de los Hasmoneos: 142-63


125-100 1M, 2M
50 Sb

.•
N u evo Testamento
D.C.
Evangelios:
50-55 Me
75 Le
EL LJURO DE LOS LIBROS 27

80 Mt
90-100 Jn
Hechos de los Apóstoles:
80 Hch

Epístolas de San Pablo:


51 1Ts;2Ts
56-57 Flp
57 1Co;2Co
57-58 Ga; Rm; Flm
61-63 Col; Ef; lTm; Ti
65-66 2Tm
67-68 Hb

Epístolas Católicas:
49-58 St
64-67 lP
70-80 Judas
80-90 2P
90-100 1 Jn, 2 Jn, 3 Jn

Apocalipsis:
70-95 Ap

Los autores y la técnica escriturística en el Antiguo y Nuevo Testamento

La Biblia aunque inspirada por Dios, fue escrita por hombres condicionados
por la influencia de sus países, de sus costumbres, culturas, temperamento,
etc.
Las Sagradas Escrituras fueron elaborándose durante catorce siglos por
muchos autores, cada uno de los cuales ha impreso en sus páginas no sólo la
Palabra de Dios, sino su estilo, su cultura, su personalidad y hasta el sello de
la clase social a la que pertenecían.
Para comprobarlo basta leer a algunos de ellos: a David, rey y poeta
genial, autor de algunos saln1os; a Isaías, de elegante elocuencia y de clase
social alta; a Amós, de ruda fogosidad, hombre de campo y cultivador de
sicón1oros; a Jeren1ías, de gran delicadeza religiosa y espiritual, hijo de
sacerdotes; al autor del libro de Job, de gran belleza literaria y profundidad
de pensamiento; al redactor del Levítico, de estilo legal, etc.
Lo mismo se puede observar con los autores neotestarnentarios: San Pablo
muestra en sus escritos su carácter impetuoso; San Juan su espíritu místico y
delicado; San Marcos, sus dotes de observador detallista, etc.
28 CAPITULOII

La Biblia no es un libro que ha caído ya escrito del cielo. Nada más falso
que ésto. Su redacción se debe, en muchos casos, a tradiciones y hechos
históricos que pasaban oralmente de generación en generación desde tiempos
remotos.
La Biblia, en su mayor parte, antes de ser escrita fue una enseñanza oral.
Para nosotros, hombres modernos, acostumbrados a la escritura y a los
libros, nos es difícil comprender ese mundo antiguo oriental que prescindía
de la escritura, sustituyéndola por una memoria prodigiosa.
El pueblo de Israel usaba, como es natural, la palabra para transmitir a
sus hijos aquellos recuerdos, acontecimientos e ideas religiosas que habían
recibido de sus padres. Pero estas tradiciones orales, que describían las
maravillas que Dios había obrado con Israel, estaban revestidas de una forma
de expresión y de una sensibilidad hebreas. Este hecho nos dificulta la
ortodoxa y clara comprensión de la Biblia, y por otra parte nos obliga al
estudio de las formas literarias propias de la mentalidad hebrea de aquellas
épocas que Dios eligió para transmitir su Palabra, formas que deben1os
conocer bien para comprender su mensaje.
El pueblo de Israel, a pesar de su nacionalisn1o, se vio notablen1ente
influenciado por otros pueblos vecinos, por eso dentro del Antiguo Testa-
mento existen pasajes muy sin1ilares a textos babilónicos, egipcios, etc.
Sin embargo, debemos afirmar que las tradiciones orales del pueblo de
Israel se han distinguido de las de otros pueblos en dos ideas fundan1entales:
el Dios de Israel es un Dios personal y vivo; es aden1ás un Dios único.
Dentro del Nuevo Testamento existen principalmente dos grupos de
obras que se distinguen por el modo con que fueron escritas. El primer grupo
está formado por los Evangelios, el otro por las Cartas o Epístolas.
Cristo no escribió nada, por lo que la tradición oral fue muy importante
en la transmisión del Evangelio.
Muchas veces hemos pensado y dicho que los Evangelios son la historia
de Jesús. En cierto sentido no es así. Los Evangelios no son ni un diario ni
una biografía, sino una síntesis dd "Kerygn1a" o predicación de los Apóstoles.
Los evangelistas sólo pretenden cimentar la fe de los lectores. Por lo
mismo, descuidan frecuentemente el marco topográfico y cronológico. Mu-
chos hechos y muchas palabras están fuera de su marco histórico. Nada de
esto debe extrañamos si tenemos presente que los Evangelios no se escribie-
ron con un fin biográfico, sino para orientar la vida de la nueva y creciente
Iglesia. Además como los Evangelios fueron escritos a la luz de la Resurrec-
ción de Jesús, muchos de los hechos se anacronizan y se acon1odan alrededor
de este hecho tan singular y tan significativo para los cristianos. Las diferen-
cias accidentales que se dan entre los cuatro relatos evangélicos se explican,
según lo anteriormente visto, sin gran dificultad.
EL LIBRO DE LOS LIBROS 29

Los Evangelios, pues, relatan los hechos y la doctrina de Jesús a través de


un testimonio vivido, contemplado y desarrollado por la primera comunidad
cristiana, especialmente por los Apóstoles, testigos oculares y discípulos
inmediatos del Maestro.
Se sabe que existían entre las comunidades cristianas, ya antes de los
Evangelios, ciertas colecciones de frases y milagros de Jesús, algunas incluso
escritas. Fueron estas colecciones la base en la redacción de los Evangelios.
El prin1ero que escribió estas catequesis (enseñanza) de los Apóstoles, en
una forn1a ordenada y paralela a la predicación oral del Evangelio, fue un
Mateo arameo, entre los años 50 y 55 de nuestra Era. El Evangelio griego de
San Mateo, como está consignado en nuestra Biblia actual, data de los años
70-80. A su vez San Marcos, por e] n1isn1o tiempo, escribió en un griego
popular, lo que oyó a San Pedro; era el segundo Evangelio. San Lucas recogió
datos de primera n1ano en Palestina (quizá también de la Virgen María) y
compuso, en un griego de calidad, el tercer Evangelio, hacia el año 75.
El cuarto y último Evangelio lo escribió San Juan, probablemente en Efeso
al final de su larga vida, alrededor del año 100.
Por otro lado, refiriéndose a las obras epistolares, las cartas que aparecen
en el Nuevo Testamento deben su existencia a la rápida multiplicación de las
con1unidades cristianas. Efectivan1ente San Pablo y los den1ás Apóstoles no
podían personalmente atender a todas las comunidades, tantas y tan distan-
tes. Recurrieron a la correspondencia con objeto de preparar o consolidar de
alguna manera las nuevas cristiandades. La mayoría de las cartas fueron
escritas por los propios Apóstoles¡ otras por algun secretario, a quien el
Apóstol dictaba o daba el esquema; unas veces se escribían casi de un tirón;
otras, cansados por el trabajo, las escribían por partes.

Las lenguas bíblicas

Para la composición de la Biblia se usaron tres lenguas: el hebreo, el aran1eo


y el griego.
Casi todo el Antiguo Testan1ento fue escrito en hebreo. Era la lengua
propia de los israelí tas.
En arameo, se escribieron pocas cosas, como algunos capítulos y frases
de los libros de Esdras, Jeretnías, Daniel y Génesis. Jesús hablaba con el
pueblo en uno de los dialectos arameos.
Finaln1ente, en griego fueron escritos algunos libros del Antiguo Testa-
mento como el libro de la Sabiduría, Macabeos II y todos los del Nuevo
Testamento n1enos el Evangelio de San Mateo. Este griego no era el clásico
de Demóstenes, sino el griego vulgar y corriente llamado "Koiné" que signi-
fica "común" y que era el que usaba el hombre de la calle. Los "Setenta
traductores" tradujeron a este griego común el texto hebreo del Antiguo
Testan1ento.
30 CAPITULO U

Es conveniente comentar que las lenguas semitas se diferencian notable-


mente de la griega y de las occidentales. Las primeras expresan sus ideas de
modo concreto y con imágenes, mientras que las segundas son más aptas para
formular ideas abstractas y filosóficas. Por esta rázon, al hombre moderno y
occidental le es difícil interpretar y entender lo que ha sido pensado y escrito
en un modo oriental, y más tratándose de escritos muy antiguos.

Los manuscritos antiguos

Todos los textos autógrafos de la Biblia se han perdido; no se conserva


ninguno. Esto es comprensible dada su antigüedad y las vicisitudes de la
historia.
Sin embargo, conservamos su contenido gracias a que tenemos manus-
critos, o sea copias de los originales escritas a mano. Normaln1ente dichos
manuscritos están en Papiro que era una especie de papel fabricado con una
planta acuática del río Nilo, y en pergamino, que era un cuero finamente
curtido.
Los manuscritos que hay, tanto del Antiguo como del N u evo Testamento,
son muy numerosos. Los más in1portantes son los siguientes:

Los manuscritos masoréticos, llamados así por el término hebreo "Massora" que
significa tradición. Estos manuscritos son el resultado del trabajo de los
rabinos de la edad media para unificar y fijar los textos sagrados antiguos
para evitar que hubiera discrepancias fuertes en las traducciones e interpre-
taciones futuras de estos.

Los manuscritos de la sinagoga de Karasubazar, en Crimea, Rusia. Datan del año


830 d.C.

Los manuscritos de Qumran o manuscritos del mar Muerto: En 1947, un pastor


beduino realizó casualn1ente un in1portante descubrimiento en una de las
muchas cuevas que existen en un lugar llamado Qunuan, cerca de Jericó y a
dos kilómetros del mar Muerto. En una de las grutas halló ocho vasijas que
contenían viejísimos pergaminos. Este hecho llamó la atención a los exégetas
y estudiosos de estas cuestiones. Se revisaron otras cuevas de los alrededores
y otra cercana al oasis de Aln Feska, encontrándose numerosos manuscritos.
En total sumaban unos 600.
Los pergaminos en su mayoría están escritos en hebreo. Entre ellos había
150 que correspondían a textos bíblicos, de hecho todo el Antiguo Testamen-
to, excepto el libro de Es ter. Destaca especialmente el libro íntegro del profeta
Isaías que se encontró ahí. Los pergan1inos no bíblicos, pero religiosos, son
de gran importancia, ya que nos dan a conocer el medio espiritual y religioso
judío, tan próx!mo a Cristo. Se cree que estos manuscritos pertenecían a la
EL LIBRO DE LOS LIBROS 31

biblioteca de un cercano monasterio de esenios, que eran una especie de


monjes ascéticos judíos que practicaban una doctrina rigurosamente apegada
a la Ley y de alejamiento de la sociedad. Se calcula que estos manuscritos
datan del siglo IV o III a.C., con lo cual tenemos ya copias mil años ntás
antiguas de las que poseíamos, y algunas muy próximas a los escritos autó-
grafos.

Manuscritos de Qumran (Mar Muert0) S. IV o III a.c.

Un hecho muy importante que nos muestran estos pergaminos es la casi total
concordancia entre nuestros n1anuscritos y los de Qumran, lo cual nos
confinna la validez de nuestra tradición bíblica a través de los siglos.
En cuanto al Nuevo Testamento, los códices más famosos son dos del siglo
IV d.C.: el Vaticanus (de la Biblioteca Vaticana) y el Sinaíticus (encontrado en
un convento del Sinaí y hoy en el Museo Británico de Londres).
Los manuscritos más antiguos que se conservan del Nuevo Testamento son
el Papiro de la cueva 7 de Qumran, que es un fragmento del evangelio de Marcos
y que según O'Callaghan data de los años 50-55, y el manuscrito Rylands, que
es un fragn1ento del Evangelio de San Juan y que data aproximadamente del
año 130, lo que quiere decir que fue escrito sólo treinta años después del texto
autógrafo. Esto es un caso singular en la historia de los textos de la antigüe-
dad.
32 CAPITULOII

Las versiones
A lo largo del tiempo se han hecho diversas versiones o traducciones de la
Biblia en muchas lenguas. De las antiguas versiones las más famosas fueron
dos: la de los "Setenta", en griego, y la Vulgata, en latín.
La versión de los "Setenta" que se llama así porque una tradición, en parte
legendaria, la atribuye a setenta y dos sabios de Israel, fue realizada entre los
siglos m y I a.C., para los judíos de la Diáspora o de la "dispersión", es decir,
para el culto de las comunidades judías que vivían en el mundo grecorroma-
no, especialmente en Alejandría. Esta traducción, tan valiosa para los judíos
que hablaban el griego, se extendió por lo países mediterráneos, preparando
el camino del Evangelio.
La Biblia de los "Setenta" tiene un valor insuperable para los cristianos,
puesto que fue la versión bíblica que usaron los Apóstoles y los primeros
cristianos.
Durante los dos primeros siglos se utilizaba en la Iglesia el griego común
(Koiné), que era el que se hablaba en las colonias asiáticas del imperio ron1ano.
A partir del siglo III, debido a la fuerza que adquirió el cristianismo en
occidente, la Iglesia usó el latín; para ésto se hicieron muchas traducciones
latinas de la Biblia. La más fan1osa de todas fue la Vulgata que se llama así
porque su nombre en latín es "Editio Vulgata", que significa la edición común
o popular, llegando ésta a predominar sobre las den1ás. La Vulgata fue hecha
por el monje San ]erónin1o en el siglo IV d.C. a petición del Papa Dámaso. Es
la versión de la Biblia que ha tenido más ediciones.
En nuestros días contamos con excelentes traducciones en lenguas mo-
dernas sacadas directamente de los textos escritos en las lenguas originales y
que han tenido en cuenta las versiones de los "Setenta" y de la Vulgata, citando
por ejemplo "La Nueva Biblia Española" de Luis Alonso Schókel S.J., "la Biblia
de Jerusalén" y la "Biblia Latinoamericana", entre otras.
Los géneros literarios bíblicos

Todos sabemos que hoy no se acostumbra la n1isn1a forma de vestir que ayer,
ni n1añana la de hoy; ni en la n1isma época se viste de la misma manera en
todos los países. Lo mismo ocurre con nuestra manera de hablar o de escribir.
Hoy no se escribe igual que ayer, ni el oriental escribe cotno el occidental.
Estas diferencias serán todavía mayores si los hon1bres están muy distancia-
dos por el tiempo y el espacio. Un oriental de hace 3,000 años es n1uy distinto
en todo a un occidental de nuestros días.
Pues bien, a las diversas forn1as de expresar oral y por escrito la experien- .1
cia humana, que se han usado y se usan en determinadas épocas y lugares, 1
se les llama géneros o procedin1ientos literarios. Esto nos ayudará a aclarar 1
algunas cosas ft1ndamentales referentes a la Biblia. l
j
EL LIBRO DE LOS LIBROS 33

Mucha gente, sin darse cuenta, al leer la Biblia toma la misma actitud que
si leyeran los libros de los autores modernos. Y ésto no es posible, porque
aunque los escritores bíblicos viven las mismas verdades que nosotros, las
expresan de una manera muy distinta. Por ello corremos el peligro de
sentirnos defraudados, o de quedamos sólo con su manera de decir las cosas
y no con lo que quieren decir, que a fin de cuentas es lo que más nos importa.
Un aspecto que ilustra nuestra discrepancia conceptual con respecto a los
orientales, son los números. Frecuentemente los números tienen en la Biblia
una significación sin1bólica, de modo que su valor no es real o matemático.
Con1o ejemplos veremos los siguientes:

3 Significa la Divinidad.
7 Perfección
6 Incapacidad de llegar al 7; el Mal,
La Bestia 666
8 Perfección y sobreabundancia
10 Poder mundano
12 Plenitud, integración de las tribus en el pueblo de Dios
144 12 veces 12: Mayor plenitud
1,000 Tercera potencia de 10: Inmensidad
144,000 12 veces doce tnil: La Iglesia total

Con1o en toda literatura de cualquier país, en la Biblia se da una diversidad


de géneros literarios. A lo largo de los 73 libros hay cientos de géneros
literarios. En los capítulos cuatro y cinco se estudian algunos de los géneros
que consideramos más importantes y que son: la Etiología, narración histó-
rica, saga, narración didáctica, anécdota, leyenda, sentencias, proverbios,
enigmas, elegías, himnos, lamentaciones, profecías, antropomorfismos, lis-
tas, dichos, parábolas, paradigmas, doxologías, fórn1ulas de fe, textos de
aparición y género apocalíptico.
Incluso, es curioso notar que en un nüsmo libro o capítulo pueden existir,
y de hecho existen, diversos géneros literarios.
Se ha insistido en que las literaturas antiguas orientales son muy distintas
de las literaturas clásicas griegas y latinas, y más todavía de las contemporá-
neas. Los griegos, con1o los hebreos, se plantearon los problemas fundan1en-
tales del hombre: la existencia de Dios, el origen y fin de las cosas, el sentido
de la vida del hon1bre, de dónde venin1os y a dónde vamos, el problema del
n1al, del dolor, de la n1uerte, deltnás allá, etc. Los griegos respondían a estas
cuestiones con estudios abstractos y sisten1as de ideas, esto es, con lo que
nosotros llaman1os filosofía . Los hebreos, por el contrario, respondían de
modos concretos, a base de imágenes, de poemas. No olvidemos que noso-
- \
34 CAPITULOII

tros, los occidentales, hemos heredado la mentalidad griega, más racional y


muy distinta de la oriental y, por tanto de la hebrea.
Hay quienes, formados con unos criterios muy estrechos, se escandalizan
porque los exégetas católicos modernos discuten la historicidad de pasajes o
relatos que ellos tenían por verdadera historia, en el sentido estricto de la
palabra.
Para tranquilidad de estas personas, vamos a recordar lo que dice Pío XII
en la encíclica Humani Generis, escrita en 1950, a propósito del Génesis: "Es
absolutamente necesario que el exégeta retroceda en cierta manera con el
pensamiento a los lejanos y ren1otos siglos de Oriente, a fin de que ayudán-
dose con los recursos de la historia, de la arqueología, de la etnología y demás
ciencias, pueda discernir y reconocer qué géneros literarios han querido
emplear y han empleado en realidad los autores de aquella Edad Antigua".
De todas las anteriores consideraciones deducin1os que toda persona, y
con más razón todo cristiano, al leer la Biblia debe conocer qué clase de género
literario tiene delante de sí y saber distinguir entre la forn1a, que es el ropaje
que expresa una detern1inada idea, y la esencia del mensaje, que es precisa-
mente lo que el autor quiere decirnos.
El mayor conocimiento de la Exégesis bíblica, que es justan1ente la inter-
pretación de los géneros literarios, nos permite dar juicios más razonables,
aceptados hoy por la n1ayoría de los exégetas católicos, a pasajes bíblicos que
antes se interpretaban comúmnente al pie de la letra, con1o por ejemplo: el
fruto del árbol del paraíso, la creación de Eva de la costilla de Adán, la virtud
misteriosa del cabello de Sansón, el carro de fuego de Elías y Enoc, la ballena
que tragó a Jonás, etc.
La crítica de las formas

Ya hemos dicho que la ciencia que estudia la interpretación de los géneros


literarios de la Biblia, se llama Exégesis bíblica. Pues bien, el gran exégeta
alen1án Hermann Gunkel aplicó el método llamado "crítica de las formas" a
la moderna investigación bíblica, logrando in1portantes resultados.
La crítica de las formas o géneros literarios consiste sin1plen1ente en el
descubrin1iento y descripción de las manifestaciones orales o escritas que han
pasado en formas fijas, estereotipadas, al lenguaje corriente y a la literatura,
y en la detern1inación de su intención literaria y de su contexto histórico-ex-
istencial (Sitz im Leben).
El concepto Sitz im Leben originado por Hern1ann Gunkel, se ha traducido
como situación vital o contexto histórico-existencial de los géneros literarios
bíblicos. Se le llan1a así a las circunstancias históricas, necesidades y leyes
que rigen cada uno de los án1bitos vitales (sociales, culturales y religiosos) en
los que se acuñan las formas lingüísticas y literarias de una obra o un
fragmento. En otras palabras se entiende cmno Sitz im Leben, la an1bientación
EL LIBRO DE LOS LIBROS 35

socio-cultural o histórico-existencial en la que surge y se desarrolla un deter-


minado género literario.
Es importante recordar que los géneros literarios son representaciones
escritas de la forma de pensar y vivir de una determinada época.
Así pues, la n1isión de la crítica de las formas es mostrar lo que el texto
pretende, descubrir dónde yace su sentido central para rescatar el mensaje
esencial, detern1inar a qué género literario pertenece y cuál es su Sitz im Leben.
A sabiendas de todo lo anteriormente expuesto en este capítulo, nos
lanzaremos a un sencillo estudio exegético de los géneros literarios del
Antiguo y Nuevo Testamento en los capítulos cuatro y cinco de este libro;
pero antes será interesante conocer, en el capítulo tres, la llamada literatura
apócrifa.
• '1(¡;'
'!;,,,w_N,,
.._,_ ...

En la biblia se recogen los escritos jurídicos, políticos y literarios, históricos y poéticos,


morales y filo_sóficos de la historia de Israel durante un período de casi mil años.
CAPITULO III
LA LITERATURA APOCRIFA

Los libros apócrifos son aquellos que por el título o el argun1ento, presentan
ciertas afinidades con los libros de la Biblia, pero que no han sido aceptados
por la Iglesia en el Canon Bíblico debido a su origen incierto y a que no son
libros inspirados por Dios. La palabra apócrifo significa oculto o secreto.
Aunque estos libros no pueden prestar un argunlento teológico certero
sirven, sin etnbargo, para darnos una idea de la situación religiosa, social y
política del pueblo judío antes de la venida de Cristo. Juegan un papel
intertestamentario, que nos pern1ite conocer el ambiente histórico de aquella
época.
Los apócrifos del Nuevo Testan1ento describen las doctrinas y tradiciones
tanto de los cristianos corno de los herejes de los prin1eros siglos de la iglesia.
Algunos fueron escritos con la intención de llenar lagunas sobre las vidas
de Jesús y de otros personajes in1portantes del Nuevo Testan1ento, y de este
n1odo satisfacer la curiosidad religiosa existente. Otros apócrifos fueron
redactados con la intención de probar y defender herejías.
Al igual que los libros canónicos, los apócrifos tanto del Antiguo Testa-
n1ento cotno los del Nuevo Testamento se pueden dividir en históricos,
didácticos y proféticos. A continuación se mencionan los más importantes,
aunque su núntero es elevado en an1bos Testan1entos.

Apócrifos del Antiguo Testamento

1) Libros históricos
Libro de los jubileos o Apocalipsis de Moisés: Es una narración libre de los
principales acon-tecimientos, desde la creación hasta la ent~ega de la Ley en
38 CAPITULO In

el Sinaí. Se escribió en el siglo II a.C., para destacar e inculcar la práctica de


la Ley. Se encontró en una de las cuevas de Qumran.
III de los Macabeos: Narra un episodio del reinado de Tolomeo, en que éste,
de ser enemigo se convierte en benefactor judío, por intervención de los
ángeles. Se escribió en el siglo I, para levantar el ánimo de los judíos fieles y
atemorizar a los apóstatas.
III de Esdras: Historia del Templo desde Josías (609 a.C) hasta Esdras (398
a.C.). En los primeros siglos del cristianisn10 se le consideró canónico. Fue
compuesto en el siglo 1 en Alejandría, con fines apologéticos.
Ascensión de Isaías: Narra el martirio de Isaías, aserrado por Manasés.
Después hay un Apocalipsis de Isaías sobre la Encarnación, Pasión y Resu-
rrección, Ascensión, Misión Apostólica, Parusía del Mesías (obra de un
cristiano del siglo 1). Finalmente narra el viaje de Isaías por los siete cielos
(obra de un cristiano del siglo II). En este libro se halla el testimonio más
antiguo de la muerte de Pedro en Roma bajo Nerón.
Testamento de Salomón: Exhorta Salomón a todos a no seguir tras amores
ilícitos que le hicieron perder el poder mágico sobre los den1onios, recibido
de San Miguel. Obra cristiana del siglo III.
Cartas de Aristeas: Historia de la traducción griega de los "setenta". Trata
de mostrar la excelencia de la sabiduría judía y de la Ley mosaica sobre la
sabiduría pagana. Obra de un judío alejandrino, hacia el año 100 a.C.
2) Libros didácticos
Testamento de los doce patriarcas: Los hijos de Jacob, mostrados en sus lados
bueno y malo, exhortan a sus hijos y predicen el futuro de cada uno. Escrito
en el siglo II a.C.
Oración de Manasés: Manasés, cautivo en Babilonia, se arrepiente y ora.
Fue escrito por un judío helenista, en griego, en el siglo 1.
Salmos de Salomón: 18 salmos atribuídos a Salomón. Expresan un ardiente
deseo de que venga el Mesías, llamado Rey e Hijo de David. Los escribió un
judío en hebreo, después de la toma de Jerusalén por Pompeyo en el año 63
a.C.
Salmo 151: Salmo ideográfico de David, escrito por su propia mano.
David se gloria de su elección divina y de su victoria sobre Goliat. Es de los
últimos siglos a.C.
Odas de Salomón: 42 cánticos de alabanza a Cristo. El autor fue un
cristiano gnóstico del siglo 11. Escrito en griego.
Libro IV de los Macabeos: Tratado retórico del dominio de la razón sobre
la carne, ilustrado con el martirio de Eleazar y de los siete hermanos Maca-
beos. Lo escribió un judío helenista, en griego, en el siglo 1 d.C.
LA LITERATURA APOCRIF A 39

3) Libros proféticos
Libro de Henoc: Colección de escritos diferentes de autores judíos de los siglos
II y 1 a.C., escritos en hebreo y arameo. Es el más importante apócrifo del
Antiguo Testamento. Nos sirve para conocer las creencias religiosas y mora-
les, mesiánicas y escatológicas del Pueblo judío a principios de nuestra era.
Intenta explicar el origen del mal en el mundo. La caída y pena de los ángeles.
Describe al Hijo del Hombre. Da las revelaciones del arcángel U riel a Henoc.
Narra el juicio final proféticamente y termina con el triunfo perdurable del
justo. Fue encontrada una versión etiópica, en Abisinia, en 1773.
La Ascensión de Moisés: Ultimas palabras de Moisés a Josué, sobre la
historia futura del Pueblo y del Mesías. Fue escrito por un judío palestinense,
en hebreo, en el siglo I d. C.
IV de Esdras o Apocalipsis de Esdras: Trata del Mesías y del juicio futuro.
Esta revelación la recibió Esdras del ángel Uriel. Fue escrita por un judío
palestinense en hebreo, después del año 70 d.C
Apocalipsis de Baruc: Revelaciones a Baruc sobre la historia del mundo, el
reino del Mesías, el juicio futuro y la resurrección. Hay dos versiones, una
en siriaco y otra en griego. Son de alrededor del siglo II d.C.
Oráculos Sibilinos: Tratan de la historia del mundo y sus postrimerías: su
fin por el fuego. Hay unos oráculos judíos y otros cristianos. Los oráculos
judíos describen la victoria del Mesías sobre los enen1igos del Pueblo elegido.
Los oráculos cristianos tratan de la vida y muerte de Cristo. Fueron hechos
por varios autores y se escribieron del150 a.C. al 250 d.C.

Apócrifos del Nuevo Testamento

1) Libros históricos

Evangelio según los hebreos: Parece ser una adaptación del Evangelio canónico
de Mateo con añadiduras legendarias. Es llamado también de los Nazarenos
por provenir de los cristianos que huyeron de Transjordania antes del 70 a.C.
Fue escrito hacia fines del siglo 1.
Evangelio de los ebionitas: De origen judío-cristiano, hacia el año 150. El
autor ha usado el evangelio de Mateo y ha tomado de Lucas y Juan. Tiene
falsificaciones. Fue usado por los herejes ebionitas que criticaban la estrecha
observancia de la Ley, negaban la divinidad de Cristo y no reconocían la
autenticidad de los escritos canónicos del Nuevo Testamento.
Evangelio segú11los egipcios: Fue escrito hacia el150 en Egipto. De tenden-
cia gnóstica. Condenaba el matrimonio.
Evangelio de Pedro: De origen sirio hacia el 150. Cuenta cosas fabulosas.
Contiene herejías de carácter docético.
40 CAPITULO m

Protoevangelio de Santiago: Se le llama también: "Historia de la Natividad


de María". Su autor es un cristiano que se presenta bajo el nombre de
Santiago, hermano del Señor. Es una compilación del siglo IV, pero la parte
más antigua proviene del siglo II. En este protoevangelio se narra la nativi-
dad milagrosa de María: siendo estériles sus padres, Joaquín y Ana, un ángel
les anuncia el nacimiento. A los tres años es presentada al Tetnplo. El sun1o
sacerdote tiene especial cuidado de María. Le escoge como esposo, entre
todos los viudos de la región de Judea, aquel cuyo bastón florece. Narra
también el nacimiento de Jesús y su infancia. El protoevangelio quiere defen-
der el honor y la virginidad de María. Su virginidad después del parto es
explicada diciendo que los llamados "hermanos de Jesús" son hijos de José en
su primer matrimonio.
Evangelio de Tomás: Es un escrito en copto del siglo md.C. y que pertenece
a los gnósticos. Narra pasajes de la infancia de Cristo, algunos de ellos
extravagantes. Tiene alguna influencia del Evangelio de los hebreos y de los
egipcios. A veces, reproduce palabras de Jesús de la tradición evangélica
anterior a la redacción de nuestros Evangelios canónicos. De allí su impor-
tancia.
Evangelio de Matfas y de Felipe: Escritos en el siglo m. Narran episodios
maravillosos y fantasiosos de la vida de Jesús. Contiene errores gnósticos.
Libro de la dormíción de la Virgen María: Es una obra griega del siglo IV d.C.,
que cuenta la muerte de la Virgen María y la reunión milagrosa de los
apóstoles. Prueba la antigua tradición de la Asunción de la Virgen María.
2) Libros didácticos
Hechos de Pedro : Escrito a fines del siglo 11 en Asia Menor. Narra cuando
Pedro huye de Roma, pero a la salida de la ciudad se le aparece el Señor.
Pedro le pregunta: ¿Quo vadis, Domine? (¿A dónde vas, Señor?). Y el Señor
contesta: "vengo a Roma para ser de nuevo crucificado". Pedro comprende,
regresa a Roma, y muere crucificado cabeza abajo.
Hechos de Pablo: Escrito hacia el170 d.C. en Asia Menor. Relata cuando
Pablo convierte al cristianismo al copero de Nerón, Patroclo, después de
haberlo resucitado. Nerón condena a muerte a Pablo.
Carta de Abgar a Jesús y de Jesús a Abgar: El rey de Edesa, Abgar, oyó los
milagros de Jesús en Palestina. Le escribe que vaya a Edesa para curarlo de
una enfermedad. Jesús le responde que no le es posible desplazarse, pero le
promete enviarle, después de su ascensión, a un discípulo. Este escrito es del
siglo 11 o III d.C.
Doctrina de Addas: Narra lo de la Carta de Abgar, agregando que Tadeo
fue enviado a Edesa a curar al Rey y convierte además a los edesmos. Es una
obra del siglo IV o V d.C.
LA LITERATURA APOCRIF A 41

Carta de los Apóstoles: De provenienciagnóstica; después del150. Ultimos


diálogos de Cristo con sus discípulos después de la resurrección: suerte de
la Iglesia, Parusía, Resurrección y Juicio.
Tercera epístola de Pablo a los Corintios: Comentarios y Adiciones a las dos
cartas canónicas anteriores.
Correspondencia entre Séneca y Pablo: Conjunto de ocho cartas de Séneca y
seis de Pablo. Escritos del siglo IV d.C.

3) Libros proféticos
Apocalipsis de Pedro: Obra del siglo 11 d.C. Nos narra cuando Jesús, en el monte
de los Olivos, explica a los Apóstoles las señales del fin del mundo y la
Parusía. Elías y Henoc vendrán para resistir al Anticristo. Muestra a los
discípulos los tormentos del infierno y la felicidad de los elegidos.
Apocalipsis de Pablo: Obra del siglo VI d.C. Nos narra a Pablo invitando
al mundo al arrepentin1iento y an1enazándolo con el castigo infernal, castigo
que describe con intenso terror. Dante utilizó estas descripciones en su
"Infierno" de la Divina Comedia. Los peores castigos se reservan en el libro
para los que niegan la hun1anidad de Cristo y la transubstanciación del pan
y el vino.
Dos Apocalipsis de la Virge11 María: Escritos del siglo IX d .C. El primero trata
de una visita de María al Infierno donde ora por los condenados. El segundo
nos muestra a María orando en el Gólgota, donde tiene una visión del Infierno
y de los condenados.
t. ¡;
ti
La creación de Adán, Miguel Angel
©Copyright Museo Galería Pontificia
CAPITULO IV
LOS GENEROS LITERARIOS DEL
ANTIGUO TESTAMENTO

El Antiguo Testan1ento expresa lo que tiene que decir de n1aneras muy


diversas. El n1ensaje que expone y predica no fue vaciado de un n1olde
unitario n1antenido desde el con1ienzo hasta el fin. Los autores disponían de
n1uchas posibilidades de expresión, de n1uchas n1aneras de hablar, como lo
den1uestra un vistazo a la literatura del antiguo oriente, y las emplearon
abundanten1ente. De aquí que, en los escritos veterotestamentarios se en-
cuentre una gran cantidad de forn1as y tipos literarios, que varían, no sólo de
libro en libro, sino tan1bién dentro de la n1isma obra. A continuación se
pretende describir los géneros del Antiguo Testamento, conocer su estructura
y rastrear su Sitz in1 Leben.

La tradición histórica

El Antiguo Testan1ento da a entender claran1entc en n1uchos lugares que el


deseo n1ás fuerte de Israel era con1unicar lo que le había ocurrido por obra
de Yahvé en el curso de su historia. De aquí que se trate en primer lugar de
las forn1as y géneros en los que estas tradiciones encuentran su expresión
natural.

Los Géneros nnrrntivos


Los géneros narrativos son aquellos en los que se cuentan in1portantes
acontecin1ientos, acciones y locuciones, o conversaciones. La narración es
una forn1a natural de expresión y por eso agrupa a una gran parte de las
44 CAPITULO IV

tradiciones históricas del Antiguo Testamento. A nivel general las narracio-


nes constan de tres partes: una exposición inicial, una sucesión de escenas
que señalan el clímax del relato y una conclusión. Las narraciones poseen
unidad de acción y un gran carácter gráfico.
Los géneros narrativos más in1portantes son:

l. La saga

Es un relato oral, estrechamente ligada a la leyenda, transmitido entre el


pueblo y de autor desconocido. Está unida a unlugarytien1po, yen principio
se une a un suceso muy concreto, que es por lo general algo extraordinario,
o a un hecho o persona inusitados, a un objeto o lugar. La saga es una
narración que durante un largo periodo de tiempo se transn1itió orahnente
(es decir, que realn1ente se "contaba"), y que conservaba de generación en
generación las vivencias históricas de un pueblo, de una tribu o clan. En las
vivencias así contadas se identificaban las generaciones posteriores con las
anteriores. Es bien claro que la saga tiene un fondo histórico pero con
interpolaciones míticas legendarias y religiosas adicionadas por las diferentes
generaciones al paso del tiempo. De este modo, Abraham, Isaac y Jacob son
personajes históricos, pero al n1isn1o tiempo sus figuras grandiosas se nos
presentan poéticamente interpretadas a través de lo que Israel ha vivido y
experimentado a lo largo de los siglos, el hecho que Dios le ha llan1ado,
escogido y guiado.
Existen varios tipos de sagas que se han clasificado según su contenido
estructural. Surgen así los siguientes subtipos del género:
La saga de tribu: Se orienta principalmente hacia el acontecin1iento. Convierte
en realidad el hecho de que Ja saga, en su sentido prin1itivo, es una historia
de familia. Parte de la idea de que una tribu o pueblo tiene un antepasado
cuyos rasgos esenciales y cuyos destinos representan los de la con1unidad,
los fundan1entan o reflejan. De ahí que la comunidad se encuentre ligada a
una figura particular, generaltnente histórica. Casi todas las historias de los
Patriarcas son sagas de tribu.
Uno de los ejemplos más extraordinarios de saga tribal es el relato del
sacrificio de Isaac, que analizaren1os a continuación (Gn 22, 1-19):

Y aconteció que después de esto quiso Dios probar a Abraham, y lo llamó:


"¡Abraham! ¡Abraham!" Este respondió: "Heme aquí." Y Dios le dijo: "Toma
ahora a tu hijo, el único que tienes, al que tanto amas, Isaac, y ve a la región de
Moriah y allí lo ofrecerás en holocausto en un monte que yo te indicaré."
Se levantó Abraham de madrugada, enalbardó su asno, tomó consigo dos
siervos y a su hijo Isaac; partió la leña para el holocausto y se encaminó hacia
el lugar que Dios le había dicho. Al tercer día, alzando los ojos, alcanzó a ver
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 45

de lejos Abraham el lugar, y dijo a sus siervos: "Quedaos aquí con el asno,
mientras el muchacho y y_o subimos arriba. Haremos adoración y después
regresaremos a vosotros". 1

El tema es inaudito y tremendo. Hay un profundo dramatismo, pero que no


aparece a flor de tierra, sino que acecha desde el transfondo, oculto en la
sobria relación de los acontecimientos. En el relato del sacrificio de Isaac nos
enteran1os de un trozo de la historia de Israel. Porque lo que ocurrió a
Abraham y a Isaac es la historia de los antepasados y, por ende, la historia de
todo el pueblo que de ellos deriva.
Ante todo, la narración se configura precisamente en la tensión entre un
pasado y un futuro. Los oyentes conocen el pasado de Abraham: no tiene
descendencia, Dios se la promete y nace Isaac. Pero ahora resulta que tiene
que sacrificarlo.
Para el oyente judío, este sacrificio es mucho n1ás terrible que un infanti-
cidio o el holocausto de un niño. Es la cerrazón del futuro, la revocación de
la promesa y el abandono definitivo de Dios. Pero en el mon1ento en que
Dios libera a Abraham del sacrificio de su hijo, la promesa queda en pie y el
futuro vuelve de nuevo a abrirse.
La narración del sacrificio de Isaac no pretende sólo ilustrar e instruir,
sino presentarnos la antigua realidad de los sacrificios humanos que fueron
conmutados por los sacrificios de anin1ales. Esta historia es antiquísima y
antes de ponerla por escrito se transn1itió largo tiempo por tradición oral.
Pretende referir en un fragn1ento de la historia de la fan1ilia de Abraham un
fragn1ento de la historia del pueblo de Israel. Pero, por otra parte, no es una
historia en el sentido moderno de la palabra. El mero hecho de presentar la
historia de todo un pueblo como historia de la familia de los antepasados
apunta ya una diferencia. A la actual historiografía le está vedado el conden-
sar los destinos enn1arañados y c01nplejos de muchos individuos en-el destino
de un solo hon1bre.
Hay otra diferencia profunda respecto de la historiografía moderna: En
la narración del sacrificio de Isaac, la historia de un hon1bre y de un pueblo
se concibe y se expone casi exclusivan1ente con1o una historia con Dios.
El hombre de hoy, que trata de con1prender la historia, se limita metódica
y consecuentemente a las causas y a los sucesos de orden puramente intra-
mundano. Dios no aparece en una exposición histórica moderna, y menos
todavía eso de las pron1esas de Dios. En cambio, toda la narración del
sacrificio de Isaac se refiere a la promesa, que Dios hace y revoca aparente-
mente, para reiterarla definitivan1ente.

1
"El sacrificio de Issac", ver Apéndice, p. 167
46 CAPITULO IV

Otra diferencia n1ás respecto de la historiografía moderna consiste en que


las experiencias históricas, consignadas en la narración del sacrificio de Isaac,
no se vivieron en un n1on1ento único de la historia de IsraeC sino que se
extendieron a través de los siglos.
Para la exégesis del Antiguo Testan1ento es cosa adquirida desde hace
tiempo que la raigan1bre histórico-religiosa de esta narración se sumerge en
las profundidades del pasado de Palestina. Porque la costun1bre de ofrecer
a Dios el primogénito, co1no el don más precioso, en los tiempos de necesidad
y angustia, es antiquísilna. Con frecuencia se realizó este sacrificio a conse-
cuencia de un voto. Es n1uy posible que a partir de una detenninada época
se sustituyeron semejantes votos con el holocausto de un anin1al. Esta
sustitución o conmutación se haría muy verosín1ihnentc en alguno de los
santuarios en que se sacrificaban a Dios los niños con1o supre1no don, y otra
posterior en que se suplantaron estos sacrificios con el holocausto de los
animales, hubo de n1ediar cierta experiencia religiosa, tuvo que haber un
avance en el conocin1iento de Dios para lograr entender que Dios no quiere
sacrificios hun1anos, quiere el corazón del hon1bre, quiere la fe y la confianza
del hon1bre.
Por otra parte, en esta misn1a narración se han depositado tan1bién
experiencias de épocas n1uy posteriores: la experiencia, por ejen1plo, de que
Dios ha bendecido a Israel, le ha engrandecido y le ha otorgado la tierra
prometida.
Se calcula que esta narración se consignó por escrito entre el año 400 y el
200 antes de Cristo.
Por úl tin1o con1entaren1os el hecho de que en este relato se usa la hipérbole
que es un elemento estilístico que consiste en una exageración expresiva que
tiene el fin de resaltar una detern1inada situación. En nuestro caso particular
se usa para con1parar la descendencia de Abraha1n con las estrellas del cielo
y las arenas del n1ar.

Ln snga heroica (relato épico): Otorga un lugar central a la figura del héroe (en
sentid o p ositivo) y a veces también (en sentido negativo) a la figura tenebrosa
y nefasta. Surge y tiene su puesto en la gran época del enfrentan-liento y
afirmación victoriosos de un pueblo; es una epopeya que describe idealiza-
dan1ente las hazañas y hechos significativos de un personaje o de una nación.
En la Biblia encontraremos relatos pertenecientes a este género a lo largo del
tien1po entre Moisés y David, con1o por ejen1plo el Paso del Mar Rojo, la
historia de Sansón, algunas de las acciones n1ilitares de Josué en la conquista
de la tierra pron1etida entre otras.
Como ejemplos de saga heroica se analizan dos pasajes que son: el paso
del Mar Rojo (Ex 14,5-31) y la batalla de Gabaón Gos 10,7-15).
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 47

El paso del Mar Rojo

Anunciaron al rey de Egipto que el pueblo de Israel se había marchado. De


repente, Faraón y su gente cambiaron de parecer respecto al pueblo. Dijeron:
"Ya no tenemos a los israelitas para servirnos, ¿qué hemos hecho pennitiendo
que se vayan?"
Faraón hizo preparar un carro y se llevó... 2

Para salir de Egipto existía el can1ino principal de la costa n1editerránea,


tan1bién llan1ada "vía Filistea". Esta gran ruta conducía de Egipto a Asia,
cruzando Palestina. Esta ruta era la más corta y la mejor, pero al mismo
tiempo la más vigilada de todas, pues por allí transitaban las caravanas y las
colun1nas n1ilitares. Un verdadero ejército de soldados y de funcionarios
ejercía un estricto control sobre ella desde los fuertes fronterizos. Esa ruta
ofrecía un peligro grande. Por esto el pueblo de Israel se desvía hacia el sur.
Desde la ciudad de Ramesés, tambien llan1ada Tanis, situada en el Delta del
Nilo, en su n1argen derecha, se dirige prin1ero a Sukkot, de allí a Etam y luego
a Pi-Hajirot donde acan1paron. La Biblia indica que este lugar estaba situado
"entre Migdol y eltnar, frente a Baal-Sefón" (Ex 14,2).
Donde con1ienzan las dudas es sobre la forma y el lugar en que ocurrió
el "n1ilagro" de la división de las aguas. La primera dificultad consiste en la
traducción. La palabra hebrea "Yan1 Suph" ha sido traducida unas veces por
"Mar Rojo" y otras por "Mar de los Juncales o de los Cañaverales". Parece que
la versión griega del Antiguo Testan1ento (la de los Setenta) fue la primera en
crear la confusión llamándole Mar Rojo, al Mar de los Cañaverales.
En las orillas del Mar Rojo no crece ningún cañaveral. El verdadero Mar
de los Cañaverales estaba situado 1nás al Norte. Una reconstrucción que
responda realn1ente al lugar preciso no es posible en n1odo alguno.
La construcción del canal de Suez en el pasado siglo ha modificado por
con1pleto el aspecto de esta con1arca. Según los cálculos n1ás verosín1iles el
"n1ilagro" del n1ar tiene que haber acontecido precisan1ente en aquel territo-
rio. Así, por ejen1plo, el antiguo lago Ballah, si tu a do al sur de la "ruta de los
filisteos", ha desaparecido al construirse el canal; era una con1arca pantanosa.
En tien1pos de Ran1sés Il el Golfo de Suez se con1unicaba con los Lagos
An1argos. Al parecer, esta comunicación se extendía hasta el Lago Timsah,
el Lago de los Cocodrilos.
La parte de agua que unía el Golfo de Suez con los Lagos An1argos era
vadeable por muchos sitios. A esta parte de agua se le llan1aba Mar de los
Cañaverales, por lo que es con1pletan1ente verosímil que la huida de Egipto
tuviera lugar a través de este Mar de los Cañaverales.

2
"El paso del Mar Rojo", ver Apéndice, p. 168.
48 CAPITULO IV

Además en esta región, soplaba en ciertas épocas del año, un viento muy
fuerte llamado Kashdin que hacía retroceder las aguas, formando vados que
pudieron perfectan1ente ser utilizados. Incluso este asombroso fenómeno
natural pudo haber sido considerado en la antigüedad como un milagro con
el cual se explicaron a sí mismos los hebreos el significado grandioso de su
liberación de Egipto.

~····~

Los israelitas habían pasado en medio del mar ...


CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 49

Lo que se ha hecho hasta ahora es interpretar la forma literaria y tratar de


dar una explicación conforme a la historia y a la lógica científica moderna.
Hemos reconocido la historicidad de la huida de Egipto, pero también he
descubierto que hay una exaltación heroica de Moisés y del pueblo de Israel
que junto con la participación de Dios hicieron posible la liberación. Despo-
jando los hechos del ropaje literario de la saga, que mucho tiene de legendario,
llegamos al mensaje que nos da el autor: el verdadero milagro es la liberación
y supervivencia del pueblo de Israel para continuar en su búsqueda incesante
de Dios. De aquí que sea obvio que Dios inspira y desea la liberación del
pueblo pero siempre respetando la libertad humana y las leyes de la historia.
Dios creó al hombre y lo acompaña siempre, pero el hombre es el que crea la
historia y es responsable de ella. Desde un sentido científico moderno, Dios
no mueve varitas mágicas para abrir el mar y que el hon1bre pase, sino que
le da la inteligencia e inspiración para que descubra que hay vados naturales
para lograr su objetivo. El heroisn1o humano consiste en descubrir precisa-
n1ente esos "signos de los tiempos" y buscar su n1isión. Los que pisaron la
otra orilla del Mar de los Cañaverales no eran los mismos de antes: habían
empezado otra existencia, por lo que Pablo escribirá más tarde: "Nuestros
antepasados fueron bautizados en la Nube y en el Mar'' (1Co 10,2), es decir
atravesaron el agua que da muerte gracias a Dios presente en la Nube. Esta
Nube, de que se habla otras veces en la Biblia, significa que Yahvé acompaña
a los suyos. Los profetas sietnpre recordarán a Yahvé "que hizo salir a su
pueblo de Egipto". Este prin1er "éxodo", anuncia el que realizará Jesús. Para
los cristianos, nuestro paso del Mar Rojo es el bautismo, pero tan1bién es
verdad que caminan1os con1o hon1bres pecadores junto a nuestros hermanos.
La humanidad sigue pasando hacia el Reino que no puede ver, y Dios nos da
la misión de hacerla avanzar. Los que pretendeñ'salvarse sin un compromiso
efectivo hacia sus hermanos viven en una falsa seguridad.

La batalla de Gabaón

Josué se dirigió a Yahvé y dijo a la vista de todo Israel: "Detente, sol, en Gabaón,
y tú, luna, en el valle de Ayalón." Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que
el pueblo hubo tomado desquite de sus enemigos. Así está escrito en el Libro
del Justo: "El sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse casi
un día entero. No hubo día igual, ni antes ni después, en que Yahvé haya
obedecido a una orden de hombre. Es que Yahvé peleaba por Israel". Después
Josué, con todo Israel, volvió al campamento de Guilgal.

Se puede apreciar claramente que la narración anterior es una saga heroica


porque refleja la personalidad de líder de Josué y la indómita bravura con la
que con1bate el pueblo de Israel en aras de confirmarse como pueblo de Dios
y conquista,r la tierra pron1etida. Se exagera la ilnagen de Josué para darle
50 CAPITULO IV

mayor dramatismo y grandeza a la acción. Se entroniza la imagen de Dios


en la batalla con el fin de representar que Dios estaba con ellos y amplificar
el hecho de la victoria.
El sol de Gabaón causó bastantes preocupaciones a los que tomaban al
pie de la letra todo lo que encontraban en la Biblia. En el siglo XVI hubo un
conflicto muy fuerte entre la fe y la ciencia. El gran físico y astrónomo Galileo
Galilei defendía públicamente la teoría heliocéntrica en la cual decía que el
Sol estaba fijo y que a su alrededor giraban los planetas, formando de este
modo el sistema solar. Las autoridades de La iglesia católica interpretando
al pie de la letra la frase de Josué: "detente, sol, en Gabaón ", lo cual implicaba
que era el sol el que giraba alrededor de la tierra, consideraron herejía la
afirmación de Galileo y la Inquisición lo condenó a muerte. Galileo salvó la
vida porque se retractó públicamente de sus afirmaciones aunque siempre
siguió creyendo que sus ideas eran ciertas, lo cual ha sido avalado por la
ciencia moderna. Este problema ocurrió porque gran parte de la gente de
aquel tiempo no sabía que en la Biblia hay una diversidad de géneros
literarios y que la saga que es uno de ellos, no se puede interpretar como si
fuera una narración histórica pura; tampoco habían caído en la cuenta que
están escritos con una mentalidad oriental antigua y que los descubrimientos
científicos junto con la mente humana iban evolucionando. Sin embargo,
aunque en el siglo XX somos conscientes de todo ésto, hay muchas personas
que todavía condenarían a Galileo. Afortunadamente ha habido grandes
personajes, tales como el jesuita Teilhard de Chardin quienes con sus acerta-
dos estudios en los campos de la ciencia y de la religión han demostrado que
éstos son conciliables y más aún se complementan.
Las sagas etiológicas o etiologías: También llamadas relatos de orígenes, preten-
den explicar fenómenos naturales, origen de nombres o lugares, condiciones
tribales o hechos culturales en función de ciertas causas (por lo general n1íticas
o fantasiosas) atribuidas al hecho en cuestión con la intención de justificarlo.
La naturaleza de las etiologías corresponde a la mentalidad, religión, costum-
bres y nivel cultural del pueblo de donde surgen, de modo que deben ser
sometidas a una cuidadosa interpretación pues definitivan1ente no pueden
ser tomadas al pie de la letra.
A lo largo del Antiguo Testamento existen muchas sagas etiológicas y
vamos a analizar dos de ellas. Una, el relato de la creación del hombre y la
otra la construcción de la torre de Babel.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 51

La creación del hon1bre

El día en que Yahvé Dios hizo la tierra y los cielos no había sobre la tierra
arbusto ni ninguna planta silvestre había brotado, ...3
El hombre bíblico tenía la preocupación de saber su origen. El, al igual que
nosotros, se preguntaba ¿quién soy? ¿de dónde vengo? Para explicarse a sí
mismo y conforme a la lógica de la mentalidad oriental de su tiempo, creó
una etiología que pudiera responder a sus dudas. Quizá como veía que el
hombre al morir se convertía en tierra, se hacía polvo, indujo la idea de que
ésto significaba que en un principio Dios lo había hecho de barro y por eso al
primer hon1bre le nombra Adán que significa "el terráqueo" . . Como veía en
su propia realidad que la mujer daba a luz a los nuevos seres, le da el nombre
de Eva a la primera mujer, que significa "madre de los vivientes". A su vez
de una manera simbólica nos dice que la mujer es creada por Dios con una
costilla del hon1bre, lo que representa que los dos están hechos de la misma
carne, de una misma substancia. También ésto es un reflejo de la sociedad
patriarcal hebrea en la cual se concebía a la mujer en una sumisa dependencia
del hombre. Así pues de esta manera inductiva y esquemática representaba
el hombre hebreo bíblico a sus primeros padres, los generadores de la
humanidad y de este modo legitimaba su propia existencia. Al misn1o tiempo
es muy interesante ver la concepción que tenían los hebreos de Dios. A lo
largo del Génesis aparecen muchos antropon1orfisn1os que son locuciones
que presentan a Dios dotado de los sentin1ientos, modos de hablar y obrar
propios del hombre; por ejemplo: "modela con barro el cuerpo del primer
hombre" (Gn 2,7); "pasea por el jardín del paraíso a la brisa de la tarde" (Gn
3,8); "come con Abraham" (Gn 18,1-8), etc. Estas expresiones antropomórfi-
cas quieren significar que Dios no es una idea abstracta, sino un ser vivo y
personal. Todos los pueblos crearon sus etiolog1ías con las cuales y con su
respectiva mentalidad pretendieron responder al misterio de su·origen. Un
ejemplo de ésto es el génesis n1aya llamado Popol Vuh donde el hombre se
concibe creado de maíz de las manos de sus dioses.
Nosotros, occidentales del siglo XX tenemos nuestras propias explicacio-
nes del origen del hon1bre, de acuerdo a nuestra mentalidad y nuestra ciencia.
Sin en1bargo, descubrin1os que detrás de las bellas figuras literarias de la
etiología bíblica de la creación y a pesar de la distancia en el tiempo, se
encuentran mensajes que forn1an profundas realidades y que concuerdan
fielmente con las verdades que fundamentan nuestras creencias actuales.
Estos mensajes nos den1uestran la madurez religiosa del pueblo hebreo y la
universalidad y aten1poralidad de sus conceptos.

3
"La creación del hombre", ver Apéndice, p. 169.
52 CAPITULO IV

Aunque Adán y Eva sean sólo_ símbolos del comienzo de la raza humana,
los hombres bíblicos tenían la convicción de que venían de un Dios vivo y
personal, de que la mujer está formada de la misma carne que el hombre y
que así como Dios es amor y fuente de vida, ellos tienen el compromiso de
transmitir la vida, porque viven en el amor de El. Desde este momento surge
una alianza que Miguel Angel plasmó en forma bellísima en su Capilla
Sixtina: "Al dar Dios la vida al hombre lo hizo suyo para siempre. Lo invitó
a vivir en el amor para toda la eternidad".
Entonces, no importa si cambiamos la forma, pero respetemos el mensaje.
Vamos ahora a presentar nuestra explicación científica del origen del hombre
que demuestra que el concepto de Dios y los descubrimientos del hombre,
no se oponen.
Durante siglos la mayoría de los hombres pensaron que Dios había creado
todo al comienzo y después el mundo se había conservado más o menos igual.
Había puesto el Sol, la Tierra, las estrellas cada uno en su lugar, y seguían
dando vueltas siempre iguales.
También pensaban que Dios había hecho al con1ienzo "el hombre", "el
caballo", "la oveja", "el león" y cada uno había tenido descendientes semejan-
tes a él. Ahora saben1os que no es así, sino que la creación de Dios fue un
principio de Vida, un protozoario y de allí se fueron formando especies
nuevas .~ Así pues, ese principio de Vida, esa creación en1pezada iba a prose-
guir su camino con las fuerzas que Dios había puesto en ella. Estas fuerzas
o mecanismos que llaman1os la evolución son el hermoso proceso por el cual
el hombre se iría construyendo y comprendiendo a sí mismo; se iría perfec-
cionando 'a lo largo de la historia.
Habíamos dicho pues, que Dios no había creado una colección de seres
vivientes destinados a reproducirse siempre idénticos. Dios estaba creando
la Vida, y la Vida se desarrollaba. Es cierto que existía la Selección Natural
que era una lucha por la supervivencia en la que desaparecían los organisn1os
más débiles y pem1anecían los mejor dotados, pero no era solan1ente la
casualidad la que hacía brotar en cada especie, seres con caracteres distintos
de sus antepasados. En la materia viviente actuaban las fuerzas evolutivas,
creando en cada especie órganos nuevos, tratando de solucionar de mil
maneras distintas cada problema: órganos para ver, oír, sentir, correr, nadar,
volar.
Siendo la vida obra de un Dios libre e inteligente, esta fuerza incontenible
buscaba ,~las herratnientas que permitirían al animal ser n1ás libre y más
inteligente. La herramienta más eficaz fue el cerebro. Los seres más prin1iti-
vos solan1ente tenían algunos núcleos de nervios, pero en una de sus familias
se formó un verdadero centro de control: el cerebro. A lo largo de quinientos
millones de años el cerebro ya creado se fue perfeccionando. Aparecieron
nnev~s esnecies aue tenían el cerebro más grande y mejor organizado.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 53

Después de los reptiles aparecieron los mamíferos, y dentro de éstos los


"antropomorfos", o sea, animales de forma humana, algunos de los cuales
existen todavía y forman el grupo más destacado entre los monos. Hace
aproximadamente entre uno y dos millones de años, algunos animales antro-
pomorfos habían progresado tanto que su cerebro y su cuerpo podían ser los
de un ser libre e inteligente. Dios entonces dio "su soplo", es decir empezó a
comunicar a cada individuo un espíritu (o alma) personal, indestructible, a
la imagen de Dios que es Espíritu. El hon1bre es obra directa de Dios, pues
su alma inmortal que le da inteligencia, libertad y poder, viene de Dios.
Con eso en1pezaba la humanidad, que Dios destinaba a ser la familia de
sus hijos.
Como ven1os en esta explicación, el eslabón perdido, o sea ese mono que
se convirtió en hombre, no existió en forma automática. Un día, en la
Prehistoria, Dios tocó con su aliento a una especie determinada de primates
y desde ese día dejaron de ser monos para siempre. Se convirtieron en Homo
Sapiens o sea hombres inteligentes, porque llevaban la infusión del alma. A
estos hon1bres, representados en la Biblia co1no Adán y Eva, pero que incluso
pudieron haber sido varias parejas, les tocó comenzar la gran aventura de la
historia humana.
Durante miles de años, el hombre no cambió mucho la faz del mundo. Su
espíritu 11evaba la imagen de Dios, pero su cuerpo y su n1aneradevivirapenas
lo diferenciaban de esos monos antropomorfos de los que había salido.
Familias, grupos humanos, vivían en estado prin1itivo, se alojaban en caver-
nas, cazaban en la selva, semejantes a algunas tribus que permanecen hasta
hoy. 1

Lentamente el hombre inventaba su lenguaje, hacía armas y herramientas.


Había aprendido a usar el fuego. No se interesaba solamente por lo útil y lo
visible. Era un artista. En las cavernas y grutas, debajo de la tierra donde
celebraba sus ritos n1ágicos, pintaba en la pared, lejos de la luz del día, los
animales que deseaba cazar; hoy todavía nos admiramos de su genio artístico
cuando ven1os las pinturas rupestres de Altamira o Lescaux.
El hombre era un anin1al religioso. Enterraba sus muertos con ritos
destinados a asegurarles una vida feliz en otro mundo. Siendo creado a la
imagen de Dios, su inteligencia pensaba instintivamente que continuaría
viviendo después de la muerte. Por primitivo que fuera, este hombre tenía
una conciencia, había aprendido a amar. Debieron haber sido hermosos
aquellos momentos en los que el hombre descubrió los sentimientos, las
relaciones sexuales y aprendió a compartir la vida con una mujer. El paso de
lo "n1ío" a lo "nuestro". Todo ésto, fruto de un gran esfuerzo y una larga
búsqueda. Sin en1bargo, siendo libre, había en1pezado tan1bién desde el
principio a luchar contra la Luz de Dios. En él había egoísmo, violencia y
odio.
54 CAPITULO IV

Sólo hasta hace unos 10,000 años, un cambio se preparó en la humanidad.


Los hombres se agruparon en mayor número en las llanuras fértiles. En
algunos siglos descubrieron la manera de cultivar la tierra, de criar el ganado,
de modelar y cocer el barro. Se levantaron aldeas, las que se unieron para
defenderse y aprovechar mejor los recursos de la tierra. La civilización había
nacido. Después todo se hizo muy rápido. Aproximadamente tres mil
quinientos años antes de Cristo, aparecieron cuatro grandes centros de civi-
lización: China, India, Egipto y Mesopotamia. En el sector geográfico del
Medio Oriente, especialmente la llamada "fértil media luna" que es donde
florecieron Egipto y Mesopotamia, surgirá precisamente la figura de Abra-
ham quien al partir de Urde Caldea con rumbo a Egipto dará comienzo a los
tiempos bíblicos.
Ahora analizaremos otra importante etiología que es la de la construcción
de la torre de Babel (Gn 11,1-9).

La torre de Babel

Todo el mundo tenía un mismo idioma y usaba las mismas expresiones. Al


extenderse la humanidad, desde Oriente, encontraron una llanura en la región
de Seenar y allí se establecieron.
Entonces se dijeron unos a otros: "Vamos a hacer ladrillos y cocerlos al fuego."
El ladrillo les servía de piedra y el alquitrán de mezcla. Después dijeron: ·
"Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo; así nos
haremos famosos y no andaremos desparramados por el mundo."
Yahvé bajó para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando
y dijo~ "Veo que todos forman un mismo pueblo y hablan una misma lengua,
siendo ésto el principio de su obra. Ahora nada les impedirá que consigan
todo lo que se propongan. Pues bien, bajemos y una vez allí confundamos su
lenguaje de modo que no se entiendan los unos a los otros."
Así Yahvé los dispersó sobre la superficie de la tierra y dejaron de construir la
ciudad. Por eso se le llamó Babel, porque allí Yahvé confundió el lenguaje de
todos los habitantes de la tierra.

A este relato lo podemos interpretar de la siguiente manera: En el Medio


Oriente corrían varias leyendas sobre Babilonia, tan1bién llamada Babel que
era considerada con1o una ciudad escandalosa y orgullosa que tenía impo-
nentes edificios de ladrillo y extrañas plataformas piramidales que parecían
inconclusas. De aquí puede surgir el hecho de que alguno de esos Zigurats
(templos formados por plataformas piran1idales) inspiró una etiología que
pretendía explicar la inquietud que tenían los hebreos sobre el origen de las
diversas lenguas humanas. Como Babilonia (Babel) significaba la nación
orgullosa y en la cual se hablaban muchas lenguas diferentes, ellos quisieron
explicar conforme a su mentalidad la existencia de dichas lenguas, atribuyén-
dolas a la pretensión de los babilonios de edificar una torre que llegara al cielo
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 55

en un intento de vano orgullo de retar a Dios, quien los castigó confundiendo


sus lenguas para que fracasara su intento.
La torre de Babel tiene el significado de querer edificar un mundo sin
Dios y rival de Dios. Hay que recordar que aunque la realidad histórica de
la formación de la lenguas se explique en forma moderna de una manera muy
distinta, existe en este relato un mensaje muy claro que los hebreos bíblicos
nos transn1iten, ésto es que la soberbia es el pecado más grande del hombre.
Es el pecado que a su vez genera todos los demás pecados y por tanto nos
lleva a la destrucción de nosotros mismos y de nuestros semejantes. Quien
no recordará en el siglo XX nombres como Auschwitz o Dachau que son
testimonios imborrables de los males que desata la soberbia humana. Quizá
quisiéramos que estos hechos fueran una saga o una leyenda pero desgracia-
damente son históricos y por tanto desgarradoramente reales.
Regresando a la explicación moderna de la formación de las lenguas, éstas
están determinadas por factores geográficos y por la estructura mental de los
hombres antiguos que designaban los objetos con ciertos sonidos articulados
o aglutinación de fonemas, según el consenso de la propia con1unidad.
El intercambio cultural y comercial y las influencias que unos países
tenían sobre otros fue dejando tan1bién influencia en las diferentes lenguas.
Es así con1o de la transformación del latín al término de la don1inación
universal de los romanos, surgieron las lenguas romances entre las que se
cuentan el español, el francés, el portugués, el italiano y el rumano. Por otro
lado, de los pueblos de origen gern1ánico o escandinavo surgieron lenguas
con raíces comunes con10 son el alemán, el sueco, el danés, el noruego, el
inglés y el holandés. Existe a su vez otra ran1a, la de las lenguas eslavas que
son una infinidad, contándose entre ellas el ruso, el polaco, el checo, el croata,
el húngaro, el búlgaro, etc. Es muy importante notar que gran parte de las
lenguas europeas n1odernas poseen una influencia n1uy fuerte de la lengua
griega que fue muy difundida en la antigüedad.
Así pues para nosotros la existencia de diferentes lenguas en el mundo
no significa un castigo de Dios, pues conforme a nuestro desarrollo cultural
hemos descubierto que las causas de las diversas lenguas son factores geo-
gráficos, sociales y la n1entalidad de cada grupo humano. Pero el n1ensaje
bíblico sobre la magnitud de la soberbia humana sigue siendo universal pues
la soberbia y los males que arrastra son un Leitmotiv que continuamente
ensombrece la historia humana.
Existen muchos otros ejen1plos de sagas etiológicas en el Antiguo Testa-
mento, como por ejemplo el origen de la ciudad de Beersebá (Gn 21,22-31) y
la narración sobre Sodon1a (Gn 19) que dejamos a ustedes para su lectura y
análisis.
56 CAPITULO IV

2. La leyenda

Puede ser calificada como una variedad de la saga, significa originalmente,


según su etin1ología "lo que ha de ser leído", no una palabra hablada.
Constituyen su mundo lo santo y lo in1itable (en sentido positivo y negativo)
y, en el Antiguo Testamento, ante todo el personaje ejemplar, llamado y
poseído porYahvé. Co'n un lenguaje edificante que mueve a confiaren Yahvé
y a obedecerle, con una valoración del "bien y del n1al", con un gusto por el
milagro como prueba del poder divino y reconociendo la acción vigorosa de
Dios, se carga el acento y finalidad en el contenido simbólico del aconteci-
miento.'

La leyenda relativa a un santuario y la letje11da cultual: Estos dos tipos de leyenda


se ocupan de lo sagrado. La primera pretende explicar y fundan1entar por
qué se considera un lugar como sagrado y se siente o venera a Dios en él, de
la manera concreta allí expuesta; por ejemplo el santuario de Betel (Gn
28,10-22):

Jacob fue de Bersebá aJarán. Al llegar a cierto lugar, se dispuso a pasar la noche
allí, pues el sol ya se había puesto. Tomó una piedra por almohada y se acostó.
Mientras donnía ...4

A su vez, la leyenda cultual fundamenta un culto o rito, con1o por ejemplo en


(Nm 21,4-9) · la veneración de las "serpientes de bronce" en el tetnplo de
Jerusalén.

Partieron de Horeb camino del Mar Rojo, rodeando la tierra de Edom. El


pueblo comenzó a inquietarse por el camino, y murmuró contra Dios y contra
Moisés: "Porqué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? Pues no
tenemos agua y estamos cansados de comer ese desabrido Maná."
Entonces Yahvé mandó éontra el pueblo serpientes, de las llamadas "ardien-
tes", que los mordían, así que murió mucha gente de Israel. El pueblo fue
donde Moisés y le dijo: "Hemos pecado por hablar contra Yahvé y contra ti.
Pide a Yahvé que aleje de nosotros las serpientes."
Moisés habló por el mundo y Yahvé le respondió: "Haz una serpiente de
bronce, ponla en un palo y todo el que la mire sanará." Moisés así lo hizo. Si
alguno era mordido, miraba a la serpiente de bronce y no moría.

4
"El Santuario de Betel", ver Apéndice, p. 170.
GENEROS LITERARIOS DEL A.T. 57

Es muy probable que nos parezca obscuro o raro este rito, pero es una forma
en que Dios perdona y sana el pecado valiéndose del mismo instrumento del
pecado.
.La serpiente sin1boliza una señal que hay que mirar con fe. De este hecho,
Jesús dirá: "Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que
ser levantado el Hijo del hon1bre, para que todo el que crea tenga por él vida
eterna" Un 3,14-15). Jesús se compara a sí mismo con el símbolo del desierto,
pues ahora él será el salvador de la humanidad. El que lo mire sanará.
Existen otro ejemplos de leyenda cultual como son: (Gn 17), (Ex 4,24-26)
y Uos 5,2-9): la circuncisión.
La let;endn: personal: En ella se unen lo santo y lo imitable, que en el Antiguo
Testamento gira ante todo en tomo a las figura proféticas. Véase entre otros
el ciclo de Elías y Eliseo y la leyendas de Tsaías, en ellibrq de los Reyes. Las
narraciones sobre Daniel (D12 1-6) se orientan ya hacia las leyendas de
mártires (2M).
Lo n1ás probable es que Daniel no haya sido un personaje histórico, pero
la exaltación de la leyenda de este sabio judío, que se sitúa entre los desterra- ,
dos de Babilonia, sirvió como ejemplo para ilustrar el comportamiento que
debían tener los judíos que estaban en contacto con los paganos.
A manera de ejemplo vamos a n1encionar un pasaje del libro de Daniel,
para darnos cuenta de su intención didáctica (Dn 1,8-17):
¡

A los del palacio se les servían alimentos y bebidas que Daniel no quería tomar,
por estar prohibidas por su ley. Pidió entonces penniso ... 5

3. La narración didáctica

Es un relato de enorme relieve plástico e intuitivo que no pretende en


absoluto, o al n1enos no en prin1era instancia, describir unos hechos reales,
sino transntitir una realidad más profunda. Definitivan1ente no es un escrito
histórico ni una biografía. Su intención es dar una lección, un mensaje
cuestionante a quien lo lee. Este género se parece mucho al género del cuento
o de la parábola y nos refiere un argumento concreto e interesante, que no
pretende ser una noticia histórica y cuya verdad ha de buscarse en un plano
muy diferente; en el plano de la enseñanza. Ejemplos de este género son los
libros íntegros de Ester, Judit y Tobías, pero el ejemplo n1ás grandioso de
narración didáctica es el libro de Jonás 1-4:

La palabra de Yahvé fue dirigida a Jonás, hijo de Amittai, en estos ténninos:


"Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y anúnciales que su maldad ha
llegado hasta mí."
5
"Leyenda personal", ver Apéndice, p. 170.
58 CAPITULO IV

Jonás se puso en marcha para huir a Tarsis, lejos del Señor. Bajó, pues, Jonás
a Jope, donde encontró una nave que se dirigía a Tarsis; pagó su pasaje y se
embarcó para ir con ellos a Tarsis, huyendo de la presencia de Yahvé.
Pero y ahvé desencadenó un fuerte viento sobre el mar, y las aguas fueron
agitadas...6
La última escena, en que Dios y Jonás dialogan solos frente a frente, demués-
tra con toda claridad que se trata de una narración didáctica. Resulta palpable
que esta escena no es un apéndice o un detalle más, sino el punto culminante
de todo el escrito. La huida de Jonás y los sucesos de Nínive han sido
descritos como detalles introductorios para presentar el diálogo final entre
Yahvé y el profeta. Este diálogo es el que esclarece de verdad la razón por la
que el profeta huía de la presencia de Yahvé, y en este diálogo llegan a su fase
decisiva las diferencias que había entre Jonás y Dios. Abre el diálogo la
dramática oración de Jonás, enojado porque Dios se compadece de Nínive.
La conducta de Dios le escandaliza, y afecta de tal suerte a su existencia que
prefiere morir a vivir. A la oración de Jonás responde al fin de la escena la
gran confesión de Dios, el más largo discurso de Dios en todo el libro, donde
Dios jüstifica su misericordia con la ciudad de Nínive.
La simple ordenación de los elementos indica ya que tenemos ante los
ojos una escena ficticia y artificiosamente contruida para cautivar la atención
del lector e instruirlo. Pero el sentido de toda la trama no la descubre el lector
con claridad hasta el fin, al observar que el discurso de Dios acaba con una
pregunta: "¿Y no voy a afligirme yo por Nínive, la gran ciudad ...?". Si se
tratara de un libro histórico, con pretensiones de notificarnos unos hechos
sucedidos, sería imperdonable que no nos contara lo que fue luego de Jonás:
si aceptó la razón de Dios, o si se quedó renegando. El libro de Jonás no
responde a esta alternativa, deja pendiente las dos posibilidades, y acaba con
una pregunta, dando a entender que en el fondo no se trata de Jonás, sino del
lector del libro. A éste es a quien Dios cuestiona, a él se dirige su pregunta.
Y así hay que concluir que, en último térn1ino, este Jonás no es el profeta
histórico }onás, sino el lector judío, personificado en un supuesto actor.
El escritor maneja un trasfondo n1uy serio, pues al pequeño sufrimiento
de Jonás contrapone nada menos que el gran dolor de Dios: "Tú te afligiste
por un ricino, que no te ha costado fatiga alguna ..., ¿y no voy a afligirme yo
por Nínive, en la que hay más de ciento veinte mil personas que no saben
distinguir su derecha de su izquierda, y una gran cantidad de animales?".
Aquí se aprecia que Dios sufre más que el hon1bre porque le duelen sus
creaturas. Su obra salvífica es universal y no exclusiva de un pueblo.

6
Jonás 1-4, ver Apéndice, p. 171.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 59

De todo lo anteriormente analizado, nos queda claro que la última escena


del libro de Jonás es una ficción narrativa, que proviene de las in-
tenciones didácticas del autor. Y lo mismo ocurre con el resto del libro. El
gran pez, por ejemplo, desempeña la misma función que la planta de ricino,
el gusano y el viento del Este: tiene que llevar al Jonás renuente y recalcitrante
a donde Dios quiere.
Otra observación pone también de manifiesto que el autor de esta obra
no tuvo intenciones de redactar una historia, sino de dar una lección. El autor,
en efecto, trabaja mucho con elementos típicos. Es significativo, por ejemplo,
cómo introduce al rey asirio. No menciona para nada su nombre y, a pesar
de ser una narración tan concreta, aparece como un personaje sin relieve; ni
siquiera le llama rey de Asiria, como es costumbre en el Antiguo Testamento,
sino rey de Nínive. Esto proviene, sin duda, de que el reino asirio es, para el
autor, algo pasado, de muy lejanos tiempos. Otro tanto ha de decirse de la
"gran ciudad de Nínive". Puede probarse que Nínive no era siquiera la
ciudad residencial de los reyes asirios en tiempos del profeta histórico Jonás,
que vivió bajo Jeroboam Il (787-747). Resulta, además, imposible, según
parece, que en aquel entonces pudiera entrar un profeta de Israel en la capital
asiria. Al autor no le interesa nada la ciudad histórica llamada Nínive.
Nínive no es para él más que el símbolo del gran mundo del paganismo,
poderoso y en muchos aspectos fatídico. El autor no pretende hablar de las
relaciones de Dios con Nínive, sino de las relaciones de Dios con los paganos.
La figura de Jonás es una personificación. Representa al lector judío al
que se dirige el autor del libro. Del profeta histórico Jonás no ha tomado sino
el non1bre. No muestra interés alguno por la biografía del Jonás real e
histórico. No menciona la época de su misión; ni n1enciona su patria, que la
conocemos por el segundo Libro de los ReljeS 14, 25; ni siquiera le da el título
de "profeta". Cuando Jonás se presenta a sí mismo en el barco, dice simple-
mente: "Yo soy hebreo." No sin razón se ha pensado, por tanto, que en la
figura de Jonás se ha simbolizado todo el pueblo de Israel: un pueblo que
cada vez se encierra más en sí mismo; que se ocupa más y más de sí solo; que
declina la auténtica voluntad de Dios y prefiere sus propios designios; que
no quiere comprender la voluntad de un Dios que desea la salvación de todos
los pueblos no menos que la de Israel. A este Israel se dirige el autor del libro
de Jonás y le presenta un espejo donde mirarse.
Hay un detalle muy inlportante que se puede observar si recordamos la
profesión de fe que hace Jonás antes de ser arrojado al mar: "Adoro a Yahvé,
Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra". Esta profesión de fe es una
contradicción en boca de una persona que está huyendo de Dios. Sin embar-
go, aquí encontramos una verdad intuitivamente cristalizada: Israel posee
una profesión de fe y sabe recitada, pero no ha captado, o no ha querido
captar, el alcance y la trascendencia de esa fe.
60 CAPITULO IV

Resulta claro a través de este análisis que, sólo tomando en serio y con
todas sus consecuencias el género literario de la narración didáctica, cabe
penetrar en la amplitud y profundidad del libro de Jonás. Gracias a una
crítica radical de las formas no se pierde nada de la substancia de esta obra.
Al contrario, cobran plena fuerza su importancia y su actualidad, estimulan-
do la reflexión y la acción del lector.

4. La narración histórica

Es un género literario que presenta historiografía auténtica. Narra los hechos


reales de la vida de un pueblo dando informaciones precisas y muy detalla-
das. Es una historia real con su trama de personajes individuales, de grupos
y de fuerzas sociales, con sus contingencias y casualidades. Se caracteriza
por su colorido, vivacidad, dramatismo y claridad intuitiva.
Siglos antes de Herodoto, el padre de la historiografía occidental, la Biblia
nos presenta, por ejemplo, la "historia de la sucesión al trono de David" que
se encuentra en 2 Sm 9-20 y 1 R 1-2. Sin duda alguna es una obra maestra de
la historiografía antigua oriental. Vamos a extraer un fragmento de esta
historia tal como nos la presenta 2 S m 15, 1-23. Este fragmento nos narra la
rebelión de Absalón. Aquí se nos refiere cómo el hijo de David, Absalón,
organizó una rebelión contra su padre, que se vio en una de las situaciones
más difíciles de todo su reinado.

Después de ésto, Absalón se procuró un carro y caballos y cincuenta hombres


que corrían delante de él. Absalón se levantaba pronto, se ponía junto al
camino que lleva a la puerta y cuando un hombre tenía un pleito que lo llevaba
ante el .r ey para el juicio, Absalón lo llamaba y le decía: "fDe qué ciudad eres
tú?". El respondía: "Tu servidor es de tal tribu de Israel".

En nues_tro texto, tenemos a dos personajes, David y Absalón, que se enfren-


tan como protagonistas idénticos. Junto a ellos vemos tan1bién a un hombre
como Ajitofel de Guiló, uno de los más prudentes consejeros de David, que
se pronuncia a favor del rebelde y, como lo muestra la continuación de la
historia, pone en extremo peligro la causa de David. Pero no es ésto todo.
Encontramos en nuestro texto la mención de un grupo mayor de israelitas,
cuyo corazón "robaba" Absalón, un factor anónin1o, invisible, pero no menos
importante en la marcha de los acontecimientos; se habla, además, de dos-
cientos hombres distinguidos de Jerusalén, que dejaron Jerusalén para acom-
pañar a Absalón a Hebrón y se unieron a la conspiración; vemos, finaln1ente,
las tropas con que contaba David en el momento de la rebelión: los cereteos

7
"Rebelión de Absalón", ver Apéndice, p. 171.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 61

y los peleteos (la guardia mercenaria del cuerpo del rey) y el grupo bienve-
nido del extranjero jeteo ltai. Todos estos grupos y personas no aparecen en
plan decorativo, o como elementos de fondo; están activamente entramados
en los acontecinlientos, que en el conjunto narrativo, son mucho más comple-
jos, más en1brollados y de mayor relieve que en otros géneros como las sagas
o narraciones didácticas vistas anteriormente. En estos géneros se hacen
muchas tipificaciones. La figura de Abraham es, sin duda, histórica, pero es
también la condensación de las experiencias de fe vividas durante siglos por
el pueblo de Israel. Jonás es un hombre en el que puede reconocerse cualquier
israelita, o todo Israel, que huye de Dios y que se encierra en sus propios
planes. Nínive es el símbolo del poder enorme, siniestro y extranjero del
paganismo.
En nuestro texto de la rebelión de Absalón, brillan por su ausencia las
tipificaciones de esta clase. Cierto, también David será objeto en épocas
posteriores de una tipificación. Pero en nuestro relato no se ha convertido
todavía en el David posterior, sino que es el David histórico. Tanto él, como
los demás personajes que entran en la historia de la sucesión al trono,
presentan unos caracteres bien perfilados e inconfundibles, descritos con una
precisión psicológica asombrosa. Se nos describe cómo Absalón se procura
un carro y cincuenta caballos: novedad inaudita y lujo escandaloso para
aquellos tien1pos; cincuenta hon1bres corren delante de él cada vez que se
presenta en público; halaga al pueblo, mezclándose con él; aprovecha las
flaquezas de la adn1inistración y la justicia davídica; durante cuatro años
espera con paciencia ysimulaciónhasta que se decide a dar el golpe de estado.
La descripción es muy concreta, tanto de los personajes como de los
lugares. El escenario de los acontecimientos cambia constantemente y siem-
pre está perfectamente localizado: Jerusalén, Hebrón, de nuevo Jerusalén, la
última casa de la ciudad, el valle Cedrón, la n1archa en dirección al desierto.
De todas estas indicaciones geográficas ton1e1nos únicamente la de Hebrón.
Al mencionar esta ciudad con1o el punto de partida de la rebelión, se oyen,
como por resonancia, otras cosas: Hebrón es precisamente el pueblo natal de
Absalón y no es extraño que sus habitantes se pusieran de su parte. Hebrón
es, además, la antigua ciudad residencial de David, que la abandonó prefi-
riendo Jerusalén, n1uy probablemente porque la población no hablaba preci-
samente en favor de David. Todo este panoran1a contemporáneo asoma en
el texto al mencionar la ciudad de Hebrón. ¡Qué diferencia respecto a la
Nínive del libro de Jonás o respecto al lugar del sacrificio mencionado en la
saga del sacrifico de Isaac!
Y veamos la última diferencia. En el relato del sacrificio de Isaac se oye
en el n101nento decisivo la voz del Angel de Yahvé, que da un giro total al
acontecilniento. Ya al principio mismo se dice también: "Dijo Dios: Toma a
tu hijo unigénito Isaac, a quien tanto quieres, vete al país de Moria y ofréce-
62 CAPITULO IV

melo allí en holocausto en el monte que yo te indicaré." Dios habla, pues, con
los hombres, les da órdenes y les hace promesas, interviene de una manera
visible y milagrosa en los acontecinüentos terrenos.
Sería in1pensable en la historia de la sucesión al trono de David que Dios
nablara desde el cielo. Tan1poco obra milagros para dirigir la historia. Todo
cuanto sucede, aparece esta _vez enraizado en una trama de causas y efectos
intramundanos. Hen1os visto el esmero con que el autor introduce en escena
a las diversas personas y a los diversos grupos en sus niveles sociales. ¡Una
diferencia decisiva respecto a las sagas de los Patriarcas o las narraciones
didácticas! Palpa1nos aquí una historia concebida con1o historia realmente
mundana, que es el presupuesto básico para una auténtica historiografía.
Sin embargo, debido a la mentalidad profundamente religiosa del pueblo
hebreo encontran1os que incluso en esta forn1a de historiografía bíblica, el
concepto de Dios sien1pre está presente, pero en este género se respeta a la
historia como resultado de causas n1undanas.
Con toda seguridad podemos afirmar que el relato de la sucesión al trono
de David se con1puso desde el principio como una obra literaria la cual se
consignó inn1ediatan1ente por escrito. Su autor tuvo que ser un personaje
culto de la corte de Salon16n (hacia 970-930 a.C.), testigo ocular sin duda, pero
que disponía también de materiales de archivo y de otros muchos testin1o-
nios orales. Su Sitz im Leben es 1nuy probablen1ente el círculo de dignatarios
y de oficiales cultos del palacio real, que sentía un interés especial por la
historia del reino todavía recién fundado, cotno lo sentía tatnbién por reco-
pilar y clasificar tradiciones anteriores. Hay otros indicios posibles de que
esta historia de la sucesión al trono de David perseguía una intención política
muy concreta, a saber: legitin1ar la subida de Salon16n al trono de David.
Como con1entario adicional se puede hacer una analogía histórica entre
las estrategias y artimañas que usó Absalón en su rebelión y la in1presionante
propaganda que llevó al tercer Reich al poder de Alemania. Ambos n1ovi-
mientos basados en la an1bici6n y en el engaño crearon profundas huellas,
pero la historia sietnpre ha mostrado que al final sólo triunfa la verdad
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 63

DAVID

Abital Egla Betsabé


1 1
Sefatías Yitream

1 1
Primogénito Salomón
muerto sucesor en el trono
64 CAPITULO IV

Los géneros de relación


Los géneros que se exponen a continuación son manifestaciones escritas
destinadas al uso práctico. La relación es un género en el que se relatan
hechos y acontecimientos. A la relación también se le califica como "Histo-
riografía estereotipada" y se caracteriza por lo siguiente: generalmente es
narrativa; no hay división de escenas, ni clímax; se indican las circunstancias
mediante expresiones tópicas; conclusión también estereotipada; concentra-
ción en tomo al personaje principal; interés en la fijación geográfica y en los
detalles objetivos. En este sentido gran parte del material de los libros de los
Reyes pertenece al género de la relación.
Existen varios subtipos de relación que se han clasificado según su
contenido y son los siguientes:

l. Las listas

Son escritos que enun1eran personas,! ugares y cosas, de n1anera simple y bajo
un punto de vista detern1inado. El género de la lista está n\uy difundido en
el Antiguo Testamento y es además antiquísimo. Hay listas de reyes, de
ciudades y provincias vencidas o subyugadas, de guerreros, de funcionarios
y de objetos regalados a un santuario.
Entre las listas de personas hay que mencionar·}as siguientes: la tabla de
pueblos (GnlO); genealogías (Gn 36); listas de oficiales y guerreros (2 Sm 8,
16-18; 2 Sm 20, 23-26; 2 Sm 23, 8-39); las diversas listas de Esd 2, Esd 8, Esd 10;
2 Ne 11, Ne 12 y el conjunto de listas genealógicas de 1 Cro 1-9.
A modo de breve ejemplo vamos a citar la lista de funcionarios y oficiales
de la época de David que viene en 2 S m 20, 23-26:

Joab mandaba todo el ejército de Israel; Banayas, hijo de Joyada, mandaba a


los cereteos y peleteos; Adoniram era el inspector de las prestaciones persona-
les, y Josafat, hijo de Ajilud, cronista. Susa era secretario, y Sadoc y Abiatar,
sacerdotes. Ira, de Jair, era también sacerdote de David.

Se puede ver que a través de los non1bres recogidos y transmitidos con esmero
en la anterior lista se abre todo un panorama histórico. La lista que acaban1os
de ver arroja valiosas luces sobre el régimen adn1inistrativo de David.
Existen también listas de lugares (lugares fronterizos, fortalezas, ciudades
importantes) como las dejos 15-19; el elenco de estaciones o etapas del éxodo
enNm 33.
Además se pueden encontrar listas de objetos como ofrendas a Yahvé en
Ex 35 y objetos de botín en Nm 31, 32-54.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 65

2. Las crónicas
La crónica es una enumeración de sucesos y datos que se consignan con la
máxima concisión posible, casi siempre repartidos en períodos de tiempo
regulares. Si los acontecimientos se consignan cada día, tenemos los diarios;
si de año en año, los anuarios tan1bién llamados anales. Van1os a prestarle
atención a éstos últimos. Los anales, escritos en las cortes reales y también
en el templo, recogen por años, en forma de notas oficiales, los hechos más
importantes. De lo anterior deducimos que su Sitz im Leben se da en las
escribanías y los archivos del palacio real, o bien de los santuarios. Sólo se
conservan extractos de anales, tomados del Libro de los hechos de Salomón (1
Re 11, 41) y del Libro de los anales de los reyes de Israel (reino del Norte) y de
los reyes de Judá (reino del Sur) (1 Re 14, 19-31 y 1 Re 16, 8-14). El estilo es
narrativo, en forma de enumeración objetiva. Vamos a citar como ejemplo
de anal a 1 Re 16, 8-11:

El año veintiseis de Asa, rey de Judá, empezó a reinar Ela, hijo de Basa, sobre
Israel, en Tirsa, reinando dos años. Conspiró contra él su súbdito Zimri, jefe
de la mitad de los carros de guerra. Hallábase en Tirsa, bebiendo y embriaga-
do, en casa de Arsa, prefecto del palacio de Tirsa, cuando irrumpió Zimri, lo
acometió y lo mató, en el año veintiseis de Asa, rey de Judá, reinando él en su
lugar. Apenas se sentó como rey en el trono, exterminó toda la casa de Basa,
no dejándole varón ni de los parientes o amigos.

Cualquiera que lea este texto con atención percibe enseguida su género
literario peculiar. No se trata de una mera narración. El texto recoge datos
y hechos de un prolongado espacio de tiempo y los presenta simplemente
uno tras otro. Es una crónica y n1ás concretamente un anal. Otros ejemplos
típicos de este género los tenen1os precisamente en los libros 1 y 2 de Crónicas
que narran en forma resumida la historia de Israel desde sus comienzos hasta
la dominación de los persas.
3. La autobiografía

Es un relato en el que el autor narra los acontecin1ientos en primera persona.


Narra él misn1o las cosas que le ocurren, lo que piensa y las acciones que
realiza.
Este tipo de género es n1uy escaso en el Antiguo Testamento. El n1ejor
ejemplo de él lo tenemos en el libro de Nehen1ías, del que vamos a citar un
fragmento (Ne 1, 1-7):

Palabras de Nehemías, hijo de Helcías. En el mes de Casleu, en el año 20 del


rey Artajerjes, estando yo en la ciudadela de Susa, llegó uno de mis hermanos,
Janani, con algunos hombres de Judá. Les pregunté por los judíos sobrevivien-
66 CAPITULO IV

tes que habían regresado del destierro y por Jerusalem. Me respondieron:


"Viven allá, en la provincia, en medio de mucha pobreza y humillaciones. La
m uralla de Jerusalem está en el suelo, y sus puertas, quemadas."
Al escuchar estas palabras, me senté y me puse a llorar. Me puse de duelo
algunos días, aguardando y rezando ante el Dios del cielo...

4. La narración de sueños

Es un tipo de relación en donde un personaje·nos cuenta un sueño que tuvo,


hablando en primera persona. El sueño se interpreta y se encuentra en el
sueño un significado profundo sobre la vida del personaje y de su pueblo.
Un ejemplo extraordinario de este género y que nos manifiesta ciertas influen-
cias mágicas orientales se encuentra en Gn 41, 15-36:

El Faraón dijo a José: "He tenido un sueño y nadie ha podido explicánnelo. He


oído decir que a ti te basta con que te cuenten un sueño para que tú lo
expliques." A lo cual José respondió: "No soy yo, es Dios quien te dará una
respuesta favorable ...8

A la interpretación que hace José del sueño del Faraón se le atribuye la


prosperidad inicial que tuvieron los hebreos en Egipto. Históricamente
hablando lo que ocurrió fue que una tribu de origen semita, los hyksos, que
dominaron Egipto entre los siglos XVII y XIV a.C. tuvieron un trato adecuado
con los detnás pueblos que vivían en la región. Cuando los hyksos fueron
expulsados del país y volvieron a gobernar los egipcios, entonces los hebreos
fueron reducidos a la esclavitud e incluso fueron usados como mano de obra
muy explotada en la construcción de los ten1plos de Karnak y Luxor en
tiempos del faraón Ramsés II. La esclavitud y el sufrimiento habían dejado
profundas huellas en el pueblo israelita, y es allí donde surge la figura
portentosa de Moisés para emprender el Exodo que los llevará a la Liberación.

Los géneros de comunicación


Estos géneros tienen como objetivo dar una información, transn1itir un n1en-
saje y n1otivar una reacción de los oyentes.
Comienzan con un encabezamiento, llegan al clÍlnax y finaln1ente propo-
nen una n1eta. Generalmente se utiliza algún Leitmotiv que es la fórn1ula o
proposición principal del tema, que se repite insistentemente para dar más
fuerza al mensaje que se quiere comunicar.

8
"Sueño de Faraón", ver Apéndice, p. 172.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 67

A continuación veren1os los géneros de comunicación que podemos


encontrar en el Antiguo Testamento:
.... l. El discurso )
- --
Israel disponía de una técnica oratoria y tenía formas fijas. Así, comienza el
orador con un llamamiento en el que invita al pueblo a que se congregue.
Manda que se guarde silencio y pide atención; nombra a aquellos a quienes
se dirige e indica la importancia de su tema, para comenzar luego la exposi-
ción. Por lo general, sólo se nos transn1ite el cuerpo del discurso, con el que,
mediante n1otivos y consejos, ren1isión a hechos pasados, descripción de
hechos futuros, repetición y corroboraciones, hay que conseguir el asenti-
miento de los oyentes.
En el Antiguo Testamento se utilizó el discurso con diversas intenciones;
se usó como medio de influencia política como se podría ver en ]ue 9, 7-20 y
2 Re 18, 17-25. Vamos a citar el discurso de ]ue 9, 7-20 para poder apreciar su
carácter político:

Se lo anunciaron a Jotam, quien se colocó en la cumbre del monte Garizim.


Allí alzó la voz y clamó. "Escúchenme, señores de Siquem, y que Dios los
escuche.
Los árboles se pusieron en camino para buscar un rey a quien ungir. Dijeron
al olivo: "Sé tú nuestro rey." Les respondió el olivo:"¿Voy a renunciar al aceite
con el que gracias a mí son honrados los dioses y los hombres, para ir a
mecerme por encima de los árboles?"
Los árboles dijeron a la higuera: "Ven tú a reinar sobre nosotros." Les respon-
dió la higuera: "¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a
mecerme encima de los árboles?" ...9

El discurso que acaban1os de oír tiene un tono muy violento. El personaje


orador,}otan1, utiliza una alegoría con la cual ejemplifica cón1o se eligen a los
malos gobernantes. Una vez que ha captado la atención de los oyentes, los
cuestiona y lanza una furiosa reprimenda donde los acusa de ser responsables
de la elección de un rey n1alo e injusto. Una vez más podemos constatar que
los pueblos tienen el gobierno que se merecen y de esta manera escriben su
destino.
En otras ocasiones se utilizó el discurso como arenga bélica que pretendía
animar a los combatientes antes de la batalla (2 Sm 10, 12; 1 M 9, 7-13) y
aterrorizar al enemigo (2 Sm 2, 26ss; 2 Cro 13, 4-12). Con1o ejemplo de este
uso del discurso con fines n1ilitares vamos a ver a 1 M 9, 7-13:
68 CAPITULO IV

Judas vio la dispersión de su ejército y se le quebrantó el ánimo. La batalla era


inminente y no tenía tiempo para volverlos a juntar. A pesar de estar angus-
tiado, quiso animar a los que quedaban: "Luchemos contra nuestros enemigos.
. , p od amos vencer1os "...10
Q utzas

Finalmente encontramos también los llamados discursos de despedida que


se aplican cuando alguna personalidad destacada va a n1orir o se retira de la
vida pública y dice adiós al pueblo o a sus allegados. Suelen ser muy
emotivos y en ellos el héroe o el líder les da sus últimos consejos para retirarse
en paz. Dos ejemplos interesantes los encontramos en ]os 23 y 1 Sm 12.
Enseguida vamos a describir la despedida de Josué Uos 23):

Mucho tiempo había transcurrido desde que Yahvé dio paz a Israel, en todas
sus fronteras; Josué, muy anciano, reunió a todo Israel, incluyendo a los
ancianos, jefes, secretarios y jueces para decirles: 'Estoy ya muy viejo y ustedes
han visto todo lo que Yahvé ha hecho con todas las naciones vecinas y cómo
él mismo ha peleado por nosotros.
Miren que les he repartido el territorio de todos los pueblos que ... 11

Josué se despide de su pueblo recon1endándoles que cuiden lo que Yahvé les


ha dado: territorios, la Ley y la paz. Les pide que sigan creyendo en Yahvé
ya que él ha estado siempre con ellos. En el Nuevo Testamento encontrare-
mos en Mt 28, 16-20 el discurso de despedida de Cristo, donde él reconfim1a
a sus discípulos lo que dijo Josué al pueblo hebreo, sólo que Jesús lo ratifica
para toda la eternidad. Recorden1os aquellas palabras: "Yo estoy con ustedes
todos los días hasta el fin del n1undo".

2. Las homilías

Son discursos religiosos y se atribuyen a sacerdotes y levitas. Ellos como


conocedores de la historia y de la Torá sacerdotal, buscan n1over al pueblo a
hacer la voluntad de Yahvé. Uno de los ejemplos n1ás típicos de este género
lo encontramos en los llan1ados "discursos introductorios" de la ley deutero-
nómica (Dt 5-11) y que se atribuyen a Moisés.
Para ilustrarlo anterior vamos a ton1arun extracto del Deuteronon1io (Dt
6, 4-9) donde tenemos un trozo de una hon1ilía que según la tradición bíblica
está en boca de Moisés:

Escucha, Israel: Yahvé, nuestro Dios, es el único Yahvé. Y tú amarás a Yahvé,


tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

10
"Discurso de Judas", ver Apéndice, p. 173.
11 • y
'" - - • -~..J:-- ....... 1 7A
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 69

Graba en tu corazón los mandamientos que yo te entrego hoy, repíteselos a


tus hijos, tanto en casa, como cuando viajes, cuando te acuestes y cuando te
levantes. Fíjalos a tu mano como una señal y póntelos en la frente para
recordarlos, escnbelos en las columnas y en las puertas de tu casa.

Los discursos religiosos (hon1ilías) con1o el que escucharnos, pretenden ins-


truir al pueblo hebreo en la Ley Mosaica e infundirle una fuerza de fe que
tendrá que llevar a lo largo de la difícil historia que les espera.

3. El tratado
Es el nombrt:! dado a un género que procura exponer un punto de vista,
determinadas concepciones o determinados pensamientos teológicos. En el
Antiguo Testamento no busca una objetividad neutral, sino que consciente-
mente se dirige al lector y su aprobación. La presentación literaria de los
tratados puede variar; algunos llamados decretos epistolares, están escritos
en forma de epístolas con1o Est 9, 20-31 que es una noticia sobre la carta de
los purin1.
Se presenta este pasaje para ilustrar lo dicho:

Mardoqueo puso por escrito estos hechos. Luego envió cartas a todos los
judíos que vivían en las diversas provincias del imperio, estuvieran lejos o
cerca. Los exhortaba a que/ cada año, celebraran ... 12

Otros tratados adoptan la forn1a de narración. De hecho muchos de los


grandes discursos como ]os 23 5; 1 S m 12; 1 Re 2 y 1 Re 8 llevan por contenido
un tratado que expone una teología popular con sus argun1entos y exigencias.
También desde este punto de vista de "tratados teológicos" deben1os estudiar
los diferentes estratos literarios que con1o resultado de interpolaciones suce-
sivas forman el Pentateuco. Estos estratos son la tradición Yahvista, la
tradición Elohísta y el Priesterkodex o tradición sacerdotal. A manera de
ejemplo vamos a citar un pasaje que nos ilustre la conjunción de las tres
tradiciones que forma el texto único. Nuestro pasaje va de Gn 16, 13 a Gn 17,
8 y en el margen derecho tiene n1arcado en cada trozo la inicial de la tradición
a la que pertenece:

Agar invocó así el nombre de Yahvé que le hablaba: "¡Oh, Yahvé!, tú eres el
Dios que ve, el que me ha escuchado en mi aflicción. Porque es cierto, agregó,
que he visto yo aquí las huellas de Aquel que me ve." Por eso se llamó aquel
pozo "pozo de Lajay-Roi" y está entre Cadés y Béred. · [Y]

12
"Tratado de Purirn", ver Apéndice, p. 175.
70 CAPITULO IV

Agar dio a luz a un hijo y Abram llamó Ismael al hijo que Agar le había dado.
Abram tenía ochenta y seis años cuando Agar le dio su hijo Ismael. (E]
Cuando Abram tenía noventa y nueve años, se le apareció Yahvé y le dijo: "Yo
soy el Dios de las Alturas, anda en mi presencia y trata de ser perfecto. Y yo
confirmaré mi alianza entre tú y yo y te multiplicaré más y más."
Cayó Abra m con la cara en tierra, y Dios le habló así: "Esta es mi alianza que
yo voy a hacer contigo: tú serás el padre de muchas naciones. No te llamarán
más Abram, sino Abraham: porque te tengo destinado a ser padre de muchas
naciones. Yo te haré crecer hasta lo sumo; pueblos y reyes saldrán de ti. Esta
es mi alianza que pacto contigo y con tu descendencia después de ti, de
generación en generación, para siempre en adelante: Yo seré el Dios tuyo y,
después de ti, de tu descendencia.
Yo te daré a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, toda la
tierra de Canaán en posesión perpetua y seré el Dios de los tuyos. [S]

Con esto termina el estudio de los principales géneros de la tradición histórica


del Antiguo Testamento.

Tradiciones jurídicas

En el Antiguo Testamento encontramos una profusión de formas y una serie


de géneros referentes a la conducta jurídica y a la vida ordenada legaln1ente.
Esto revela que la llamada "Ley Mosaica" contenía el Derecho con el que los
israelitas regían su manera de vivir. La n1ayoría de las diversas leyes que
forman este "Derecho hebreo", las encontramos en los libros del Exodo,
Levftico, Números y Deuteronomio.
Proposiciones jurídicas
Las prescripciones acerca del modo de proceder en casos jurídicos, manda-
mientos y prohibiciones fueron expuestas en detern1inadas proposiciones.

l. El Derecho apodíctico

Las proposiciones jurídicas apodícticas son aquellas disposiciones que orde-


nan y prohiben en nombre de Yahvé, y tienen un carácter general con base
en la ley natural. Existen las que ordenan en imperativo, como por ejen1plo:
"Honra a tu padre y a tu madre ..." que encontramos en Ex 20, 12, y las que
ordenan en prohibitivo o vetativo con1o : "¡No n1atarás!" de Ex 20, 15. El
"contexto vital" de estas proposiciones apodícticas aparecen en los llamados
"Código de la Alianza" y "Código Deuteronómico", que comentaren1os en el
siguiente punto y que son dos de los principales cuerpos legislativos de Israel.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 71

2. El Derecho casuístico
Las proposiciones jurídicas casuísticas son aquellas que prescriben un modo
concreto de proceder o un castigo para un determinado estado de cosas.
Dicho de otro modo, el derecho casuístico es el que juzga y dispone en
situaciones concretas o casos particulares. Muchas leyes de este género se
encuentran en el llamado "Código de la Alianza" que se extiende a lo largo
de Ex20,22 hasta 23,19 que contiene proposiciones como la siguiente: "El que
golpea a un hombre, y éste muere, será condenado a muerte" (Ex21, 12). Aquí
se ve que ésta no es una ley general, sino una ley particular. También
aparecen muchas proposiciones casuísticas en el llamado "Código Deutero-
nómico", que es un conjunto de leyes que se encuentran expuestas a lo largo
de práctican1ente todo el Deuteronomio. Con1o ejemplo citaremos una propo-
sición perteneciente a este código y que encontramos en Dt 27, 15.

Maldito sea el hombre que hace un ídolo fundido o esculpido, cosa odiosa a
Yahvé, obra de manos de artífice, y lo coloca en un lugar oculto.

Series y decálogos
Las series son las agrupaciones y enun1eraciones de formulaciones legales
similares en estilo o contenido. Los números diez y doce tenían un sentido
de plenitud, por lo cual, muchas de las series están formadas por conjuntos
de diez o doce leyes. Las series son en realidad minicódigos. A continuación
vamos a citar dos ejemplos. El p rin1ero, es la serie sobre norn1as sexuales que
pertenece al llamado "Código de Santidad" y que aparece en Lv 18, 7, 23.

Ninguno de ustedes tenga relaciones sexuales con una pariente directa: ¡Yo
soy Yahvé! No tendrás relaciones con tu padre ni con tu madre. ¡Piensa que
es tu madre! No tendrás relaciones con la mujer de tu padre. ¡Respeta a tu
padre! ..} 3

Estas normas sexuales son un reflejo de las costumbres morales hebraicas


vete rotes tamentarias.
El segundo ejen1plo es la serie de doce n1aldiciones que aparece en Dt 27,
15-26 y que pertenece al llamado "Código Deuteronótnico".

Maldito sea el hombre que hace un ídolo fundido o esculpido, cosa odiosa a
Yahvé, obra de manos de artífice, y lo coloca en un lugar oculto. Todo el
pueblo responderá: ¡Amén!
Maldito aquél que desprecia a su padre o a su madre ...14
13
"Cópigo de Santidad", ver Apéndice, p. 175.
14
"Código Deuteronómico, ver Apéndice, p. 176.
72 CAPITULO IV

Las series que contienen diez fom1ulaciones o leyes se llaman decálogos.


Especial atención merece el famoso Decálogo, llamado "los diez mandamien-
tos", donde se resumen los principios fundamentales de la ética hebrea. Eran
las normas básicas de vida, surgidas de las leyes naturales de la existencia y
convivencia humanas. El Decálogo lo encontramos en Ex 20, 1-17.

Entonces Dios dijo todas estas palabras: "Yo soy Yahvé tu Dios, el que te sacó
de Egipto, país de la esclavitud.
-No tengas otros dioses fuera de mí.
-No te hagas estatua...15
El Decálogo aparece como expresión de la experiencia religiosa- moral de la
comunidad tribal de Moisés. Surge de la necesidad humana de organizarse
en Sociedad y de respetar su propia dignidad que tiene filiación divina.
Representa el Derecho primitivo con que las tribus hebreas errantes se
gobernaban como pueblo. Era el momento dramático del nacimiento de una
nación bajo la mano de un Dios único: Yahvé. La misma narración de
carácter no histórico, sino más bien etiológico, de la entrega de las "tablas de
la ley" que hace Dios a Moisés en el monte Sinaí, indica la presencia y la
bendición de Yahvé a su pueblo. Es el shnbolo de la Alianza Sagrada, el
momento donde Dios y el hombre se con1prometen a vivir una relación
amorosa eterna, representada en esos diez mandamientos. El hombre descu-
bre las leyes naturales, las escribe para no olvidarlas y reconoce en ellas la
presencia y la inspiración de su Dios único y personal. Este es el mensaje de
las "tablas de la ley", extensivo a toda la humanidad. Es la explicación del
esquema central del Antiguo Testamento: Yahvé-Moisés-Alianza, que en el
Nuevo Testatnento se convertirá en Cristo-Hon1bre-Salvación.
Para tem1inar esta sección, mencionaremos que existe otro decálogo,
conocido con1o "Decálogo cultual" y que se encuentra en Ex 34, 14-26. Es una
derivación de los diez n1andan1ientos con un carácter ritual y tiene el objetivo
de reafirmar la alianza de Dios con su pueblo mediante la prescripción de
prácticas de culto.

No te arrodillarás ante otro dios, pues Yahvé lleva por nombre Celoso: él es
un Dios celoso. No te comprometerás con la gente de aquellos países, que se
prostituyen tras sus dioses y les ofrecen sacrificios. Pues, de lo contrario, te
convidarán a comer de sus cosas sacrificadas, y después casarás a tus hijos con
las hijas de ellos y, puesto que se prostituyen ellas por sus dioses, ...16

15
"Los diez mandamientos", ver Apéndi~e, p. 176.
16
"Decálo~o cultual", ver Apéndice, p. 177.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 73

Disposiciones cultuales
Es evidente que también el culto y cuanto se relaciona con él necesita de
normas jurídicas con carácter obligatorio. Estas las encontramos principal-
mente en el Levítico, que es el escrito sacerdotal del Pentateuco.

l. Los rituales

Son una serie de instrucciones para el sacerdote o para una persona determi-
nada con el objeto de realizar una ofrenda, generaln1ente de tipo sacrificial.
Los rituales se ajustan a la estructura siguiente:

a) Ofrenda del anin1al para el sacrificio, determinado con precisión.


b) Imposición de manos.
e) Sacrificio.
d) Aspersión de la sangre.
e) Tratamiento ulterior de la víctin1a.
f) Cremación.
Ejemplos de este género los encontran1os en el libro del Levftico, capítulos 1
al lO. De aquí vamos a citar Lv 1, 1-9, con la idea de analizar el esquema típico
de los rituales.

Llamó Yahvé a Moisés y le habló así, desde la Tienda de las Citas divinas:
"Habla a los hijos de Israel y diles esto: Cuando alguno de ustedes presente a
Yahvé una ofrenda de animales, ésta puede ser de ganado mayor o menor.
Si alguien ofrece ganado mayor para su sacrificio de holocausto, ofrecerá un
macho sin defecto. Lo ofrecerá ante la puerta de la Tienda de la Citas, de
manera que sea agradable a Yahvé. Pondrá su mano sobre la cabeza de la
víctima, Yahvé la aceptará y perdonará el pecado. Sacrificarán el animal
delante de Yahvé. Los sacerdotes, los hijos de Aarón, ofrecerán la sangre
derramándola por sobre todo el altar que se encuentra a la entrada de la Tienda
de las Citas. Después despedazarán la víctima en porciones; luego los sacer-
dotes pondrán fuego en el altar y colocarán leña sobre el fuego; acomodarán
los trozos con la cabeza y las grasas encima de la leña colocada sobre el fuego
del altar.
El que ofrece el sacrifico lavará con agua las entrañas y las patas y el sacerdote
lo quemará todo en el altar. Así se procederá al holocausto. El olor de la
víctima consumida por el fuego apaciguará a Yahvé.

Es muy interesante observar que los israelitas, como otros pueblos antiguos,
consideraban que la vida de cada ser está en su sangre. Por eso la sangre
pertenecía a Dios y nadie la podía beber. Al ofrecer la sangre del animal
sacrificado, el israelita expresaba claramente que con ella ofrecía a Dios su
propia vida.
74 CAPITULO IV

2. La torá sacerdotal (Instrucción religiosa)

Es una instrucción dirigida al pueblo, a los participantes en el cúlto. Maneja


los conceptos "santo" y "profano", "puro" e "impuro". En general hace formu-
laciones de tipo prohibitivo. La torá sacerdotal se proclama por encargo de
Yahvé y se predica como palabra suya. Un ejemplo de este género lo encon-
trarnos en Lv 7, 22-27.

Yahvé habló a Moisés para decirle: "Habla a los hijos de Israel y diles: No
comerán sebo de buey, ni de cordero ni de cabra. La grasa de animal muerto
o destrozado podrá servir para cualquier uso, pero en modo alguno la come-
rán. Porque todo aquel que coma grasa de algún animal que suele ofrecerse
en sacrificio por el fuego para Yahvé, será exterminado de entre los suyos.
Tampoco comerán de alguna sangre, sea de animal, sea de ave en los lugares
en que vivirán. Todo aquel que coma sangre alguna será exterminado de entre
los suyos.

También se pueden encontrar ejemplos de torá sacerdotal, aunque en forma


insinuada, en algunos escritos proféticos como Is 10-17 y Am 4, 4-13.

Contratos y .fonnularios de alianza


Corno era la costun1bre del antiguo oriente, tan1bién en Israel se celebraban
contratos privados y estatales. El Antiguo Testan1ento hace referencia a los
ritos empleados al firmar la Alianza y muestra trozos de contratos. Como
ejemplos de este género tenemos 1 M 8, 19-32 y 1 Re 5, 12-17. Vamos a citar
el primero de estos textos.

Los enviados de Judá partieron a Roma, donde llegaron después de un viaje


largo. Ahí entraron al Senado y tomaron la palabra, diciendo:
"Judas Macabeo, sus hennanos y el pueblo de Israel nos han enviado ante
ustedes para concertar una alianza de paz y para que seamos contados entre
sus aliados y amigos. Los romanos aprobaron esta proposición, y ésta es la
copia de la carta que escribieron en tablas de bronce y que enviaron a Jerusalem
para que fuera memorial de paz y de alianza" ... 17

En el anterior texto vimos la concertación de una alianza militar entre los


romanos y los judíos, declarándose por escrito y con precisión todos los
puntos del contrato.

17
"Contrato de Alianza", ver Apéndice, p. 178.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 75

También los hombres celebraban contratos o alianzas con Dios como el


caso que encontramos en 2 Re 23, 3 y que vamos a presentar a continuación.

Estando todos reunidos, se leyó el Libro de la Ley hallado en la Casa de Yahvé.


El rey estaba de pie junto a la columna; hizo la alianza en presencia de Yahvé,
comprometiéndose a seguirlo, a guardar sus mandamientos y sus leyes, y a
respetar sus ordenanzas. Se comprometía a mantener esta alianza según lo
escrito en el Libro, con todo su corazón y toda su alma. Y todo el pueblo se
comprometió con él.

El texto anterior narra que el rey Josías, junto con todo el pueblo o en su
nombre, cerró una alianza con Dios; su contenido era la obediencia a Yahvé,
de conforn1idad con el rollo de la ley que había sido encontrado. En los
reinados precedentes gobernaron reyes idólatras por lo que los libros sagra-
dos habían sido olvidados o escondidos. El "Libro de la Ley" que se descubrió
en tiempos de Josías eran escritos esenciales del Pentateuco que vinieron a
revitalizar la fe en Yahvé parcialmente perdida. Históricamente hablando, el
texto se sitúa en las postrin1erías del reino del sur (Judá), unos años antes del
destierro a Babilonia.
Por últin1o, mencionaremos que existen expresiones fijas para formular
la Alianza, las cuales no aparecen explícitas en el anterior texto de Josías, pero
que se encuentran en algunos textos deuteronómicos. Las fórmulas de la
Alianza son: "Yo soy su Dios; ustedes son n1i pueblo" y "Yahvé es nuestro
Dios; nosotros su pueblo". La conjunción de estos dos enunciados genera un
contrato entre Dios y su pueblo que es la Alianza Sagrada.

Tradiciones proféticas

Los profetas de Israel son los personajes que perciben y experin1entan la


palabra de Yahvé, que pueden y deben predicar en una experiencia personal,
en un hecho n1isterioso que viene del mismo Yahvé y que se da en forma de
visión o de audición, bajo el "Espíritu" o la "n1ano" de Yahvé. Deben inter-
pretar la experiencia n1isteriosa, según la esencia y voluntad de Dios, y han
de traducirla en palabras hun1anas. Para ello se valen de ciertas forn1as y
géneros.
No es de extrañar que en la palabra profética hablada se conserve el
estremecin1iento de la vivencia que ha ilnpactado al portavoz de Dios. De
aquí que los discursos proféticos posean, por lo general, un elen1ento dramá-
tico. Vaciados en formulaciones incisivas, breves y rotundas, configuradas
rítmican1ente y ligadas a una n1étrica, expresan en forma de sentencia lo que
ha dicho Yahvé. Con1o señal de que sus palabras son palabra de Yahvé y de
que Ellos ha enviado, utilizan constantemente la fórmula: "así habla Yahvé"
o tatnbién, "así ha hablado Yahvé". A n1enudo se la pone al comienzo de la
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 77

En ese día, los egipcios comenzarán a temblar de susto y terror como las
mujeres, cuando vean que Yahvé agita su mano. Egipto le tendrá horror al
país de Judá, pues cada vez que alguien se acuerde de los judíos, se pondrá
pálido de susto, porque recordará, al mismo tiempo, las amenazas de Yahvé
de los Ejércitos.

La amenaza razonada (sentencia judicial): Añade a la amenaza del castigo su


motivo en forma de acusación. Incluye, además de las fórmulas menciona-
das, una acusación y un juicio que anuncia y describe la intervención de
Yahvé. Varía la colocación de ambos elementos: la acusación puede ir al
comienzo y se suele introducir con "porque" o con "¡ay!", o al final introducida
a veces con "puesto que". Si el juicio punitivo va después de la acusación, se
suele introducir con "por tanto". Un buen ejemplo de este subgéneros sería
Is 3, 16-24.
Dice Yahvé: "Muy orgullosas andan las damas de Sión, con el cuello estirado
y la mirada provocativa, y caminan a pasitos cortos haciendo sonar las pulse-
ras de sus pies."
Por eso el Señor llenará de sama la cabeza de las damas de Sión, y quedarán
peladas.
Aquel día, el Señor arrancará los adornos, pulseras para los tobillos, cintas y
lunetas, pendientes, brazaletes, velos, sombreros, cadenillas de pie, cinturones,
frascos de perfume y amuletos, sortijas, aros de nariz, vestidos preciosos,
mantos, chales y bolsos, espejos, lienzos finos, turbantes y mantillas.
Aquel día, en lugar de perfumes habrá podredumbre, en lugar de cinturón una
cuerda, en lugar de cabello trenzado, cabeza rapada, en lugar de vestidos
lujosos, un saco, en lugar de belleza, una marca hecha con un hierro al rojo.

En el texto anterior se observa la siguiente estructura: primero aparece la


acusación (versículo 16) y enseguida el juicio con la amenaza (versículos 17
a 24).
El n1ensaje profético es n1uy fuerte y denuncia la presunción y la ostenta-
ción del hombre. Advierte en forn1a dran1ática la acción punitiva de Dios
contra aquellos que hun1illan y oprin1en a otros a través de las cosas materia-
les. Al igual que n1uchos otros n1ensajes proféticos nos sorprende su actua-
lidad pues hoy en día seguimos siendo testigos de muchas miserias humanas
contra las cuales los profetas bíblicos ya se pronunciaban desde hace 2,700
años.

La reprensión: Sólo alude la acusación, sin añadir un juicio que anuncie el


castigo de Dios. Es un intenso regaño. Uno de los ejemplos más brillantes
de reprensión lo constituye Js 1, 2-17:
78 CAPITULO IV

¡Cielos y tierra oigan! Escuchen la queja de Yahvé: "Crié hijos hasta hacerlos
hombres, pero se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el burro,
el pesebre de su señor; pero Israel no me conoce, mi pueblo no comprende."
¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de crímenes, raza de malvados, hijos
perversos! Han abandonado a Yahvé, han despreciado al Santo de Israel, le
han vuelto la espalda ... ¡Lávense, purifíquense! Alejen de mis ojos sus malas
acciones, dejen de hacer el mal, y aprendan a hacer el bien.
Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al huérfano
y defiendan a la viuda. 18

En el anterior escrito se ve que lo que pide Dios es la conversión interna y


sincera del corazón del hombre. Dios no quiere cere1nonias y ritos nleramen-
te externos. Aborrece los sepulcros blanqueados que por dentro sólo ocultan
podredumbre. Condena los fanatismos y el culto ostentoso. El sólo quiere
que desprendamos amor y hun1ildad en nuestro catnino. Esa es la mejor
muestra de que en verdad creemos en El y que lo an1amos. Desgraciadamente
todavía muchos sectores de nuestra Iglesia viven en la época del "impresio-
nismo ritual", cuya acción ya no es eficaz para las inquietudes de la juventud
actual, la cual busca y necesita una pastoral n1ás vivencial.

La exhortación o amonestación: Es una elocución profética judicial que exige


apremiantemente que se haga la voluntad de Yahvé. Frecuentemente hace
alusiones veladas al juicio de Dios y generalmente va unida a una amenaza.
Es un llamado a tomar una acción.
Como ejemplos se cuentan So 2, 3 y Am 5, 4ss.

Busquen a Yahvé todos ustedes, los pobres del país, que cumplen sus manda-
tos, practiquen la justicia y sean humildes y así tal vez encontrarán refugio el
día en que Yahvé venga a juzgarlos (So 2,3).

De nuevo vemos que el profeta nos in1pulsa a la conversión pero ahora lo


hace a través de una exhortación, la cual resulta n1enos brusca que las
amenazas que hemos visto, aunque no menos determinante.
2. La palabra o promesa de salvación

Este es el otro tipo de sentencia profética. Este género aparece ante todo en
Oseas, ]eremfas y Ezequiel; tiene su expresión plena en el oráculo salvífica y
sacerdotal del Deuteroisaías (Js 41, 10-13).
Las palabras de salvación al igual que las amenazas, se dirigen al propio
pueblo, a los individuos del misn1o y a los pueblos extranjeros.

18
"Reprensión", ver Apénd ice, p. 178.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 77

En ese día, los egipcios comenzarán a temblar de susto y terror como las
mujeres, cuando vean que Yahvé agita su mano. Egipto le tendrá horror al
país de Judá, pues cada vez que alguien se acuerde de los judíos, se pondrá
pálido de susto, porque recordará, al mismo tiempo, las amenazas de Yahvé
de los Ejércitos.

La amenaza razonada (sentencia judicial): Añade a la amenaza del castigo su


motivo en forma de acusación. Incluye, además de las fórmulas menciona-
das, una acusación y un juicio que anuncia y describe la intervención de
Yahvé. Varía la colocación de ambos elementos: la acusación puede ir al
comienzo y se suele introducir con "porque" o con "iay!", o al final introducida
a veces con "puesto que". Si el juicio punitivo va después de la acusación, se
suele introducir con "por tanto". Un buen ejemplo de este subgéneros sería
Is 3, 16-24.

Dice Yahvé: "Muy orgullosas andan las damas de Sión, con el cuello estirado
y la mirada provocativa, y caminan a pasitos cortos haciendo sonar las pulse-
ras de sus pies."
Por eso el Señor llenará de sama la cabeza de las damas de Sión, y quedarán
peladas.
Aquel día, el Señor arrancará los adornos, pulseras para los tobillos, cintas y
lunetas, pendientes, brazaletes, velos, sombreros, cadenillas de pie, cinturones,
frascos de perfume y amuletos, sortijas, aros de nariz, vestidos preciosos,
mantos, chales y bolsos, espejos, lienzos finos, turbantes y mantillas.
Aquel día, en lugar de perfumes habrá podredumbre, en lugar de cinturón una
cuerda, en lugar de cabello trenzado, cabeza rapada, en lugar de vestidos
lujosos, un saco, en lugar de belleza, una marca hecha con un hierro al rojo.

En el texto anterior se observa la siguiente estructura: primero aparece la


acusación (versículo 16) y enseguida el juicio con la amenaza (versículos 17
a 24).
El mensaje profético es n1uy fuerte y denuncia la presunción y la ostenta-
ción del hon1bre. Advierte en forma dramática la acción punitiva de Dios
contra aquellos que humillan y oprin1en a otros a través de las cosas materia-
les. Al igual que n1uchos otros mensajes proféticos nos sorprende su actua-
lidad pues hoy en día seguirnos siendo testigos de n1uchas miserias humanas
contra las cuales los profetas bíblicos ya se pronunciaban desde hace 2,700
años.

La reprensión: Sólo alude la acusación, sin añadir un juicio que anuncie el


castigo de Dios. Es un intenso regaño. Uno de los ejen1plos más brillantes
de reprensión lo constituye Is 1, 2-17:
GENEROS LITERARIOS DEL A.T. 79

Anuncian la salvación que Yahvé ha de llevar a cabo y las consecuencias


que tendrá la acción salvífica para el hombre fiel y para sus enemigos. Son
promesas de esperanza para el pueblo desterrado. Muchas veces se emplean
las fórn1ulas: "vendrán días", "en los días venideros" o "al fin de los tiempos".
Vamos a estudiar varios ejemplos de este in1portante género profético.
Comenzaremos con el oráculo salvífica de Js 41, 10-13.

No temas, pues yo estoy contigo, no mires con desconfianza, pues yo soy tu


Dios, y yo te doy fuerzas, yo soy tu auxilio y con mi diestra victoriosa te
sostendré. Todos los que se lanzan contra ti serán avergonzados y humillados,
serán reducidos a la nada y perecerán los que luchaban y peleaban contigo.
Buscarás a los que te atacaban pero no los hallarás: serán totalmente derrota-
dos, reducidos a la nada los que te hacían la guerra. Porque yo, Yahvé, tu Dios,
te tomo de la mano y te digo: No temas, que yo vengo a ayudarte.

Las expresiones "no ten1as", "yo estoy contigo, yo soy tu Dios", denotan un
consuelo, una motivación y una esperanza de liberación. Después se indican
las consecuencias que tendrá la intervención de Dios para el pueblo oprimido
y para sus enemigos.
Este texto apareció durante el destierro de los judíos en Babilonia y
anuncia el hecho de que Yahvé los salvará. Y ésto ocurre cuando Ciro rey de
Persia destruye Babilonia y les da libertad condicional a los hebreos, permi-
téndoles volver a su tierra. A la salida de Babilonia se le llama el segundo
éxodo.
Es muy interesante advertir que en tiempos anteriores, los reyes paganos
eran "mandados" por Yahvé para castigar a su pueblo. Ahora, uno de ellos
es elegido por Yahvé para salvar a su pueblo. Los profetas fueron capaces de
interpretar los acontecin1ientos históricos de su tiempo para poder orientar
al pueblo bajo la voluntad de Dios y anunciarles la venida del Mesías que
sería el verdadero liberador total del pueblo.
Enseguida vamos a analizar otros dos ejemplos de palabra de salvación:
]r 30, 10-11 y ]r 31, 6-7. Vamos a citar ]r 30, 10-11.

No temas, pues, servidor mío, Jacob, dice Yahvé, ni te asustes, Israel. Porque
yo acudo, desde lejos, para sacarte a ti y a tus hijos del país en que están
cautivos. Jacob volverá y encontrará la paz y vivirá tranquilo, sin que nadie
lo moleste.
Yo estoy contigo para salvarte. Reduciré a la nada a todas las naciones, por
donde te dispersé; pero a ti no te aniquilaré, sino que te corregiré como es
debido, ya que no te dejaré sin castigo.

Aquí nos encontran1os otro oráculo salvífica con una estructura sin1ilar a la
de Is 41, cuyo objetivo también es dar esperanza a los judíos desterrados en
Babilonia. También se muestra aquí una amenaza de castigo por los múlti-
80 CAPITULO IV

pies pecados e infidelidades que ha cometido Israel, sin embargo Dios per-
dona y el mensaje de salvación domina el texto.
Otro ejemplo lo tenemos en ]r 31, 6-7.

Vendrá un día en que los centinelas gritarán, desde los cerros de Efraím:
"¡Levántense, subamos a Sión, adonde está Yahvé, nuestro Dios! Y añade
Yahvé: ¡Vitoreen, con alegría, a Jacob, adamen a la primera de las naciones!
Háganse escuchar, celébrenlo y publíquenlo: "¡Yahvé ha salvado a su pueblo,
al resto de Israel!"

Este texto es de un tono muy alegre, de alabanza. Dios promete la liberación


al "resto" de Israel o sea a los que permanecen de su lado a pesar de tantos
sufrimientos.
Finalmente vamos a citar el bellísimo ejemplo de este género que se nos
presenta en Ez 37, 1-14:

Yahvé puso sobre mí su mano, y su espíritu me llevó, dejándome en una


llanura llena de huesos. Me hizo pasar en todas direcciones en medio de ellos:
los huesos, completamente secos, eran muy numerosos sobre la superficie de
la llanura ... 19

Si analizamos este texto de una n1anera inmediata, encontramos que los


huesos secos y dispersos representan a Israel desterrado y desanimado. Sin
embargo, sobre ellos sopla el Espíritu de Yahvé que hace que se levanten y
revivan.
Proyectando ahora el texto de una manera n1ás universal descubrimos
que Dios promete una esperanza de vida a la humanidad caída y muerta de
todos los tiempos. El profeta Ezequiel habla con un lenguaje plástico y
poético sobre un hecho que será realmente entendido nluchos años después:
La Resurrección. Aquí descubrimos que el destino del hon1bre no es el
pecado y la muerte, sino la eternidad.
Dios quiere un cambio radical en el ser humano. Dios busca la conver-
sión del corazón del hon1bre, y por tanto de toda su persona. N u estro sentido
es vivir con Dios en el amor sin tiempo porque son1os eternos.
Haciendo todavía otra interpretación del texto poden1os inferir que los
huesos secos somos nosotros envueltos en una materialismo que nos aleja del
aliento de Dios. Nuestro compromiso cristiano significa convertirnos y hacer
revivir esos huesos secos para llevar la palabra de Dios donde hay hermanos
que sufren o que tienen el corazón endurecido. Tenetnos que despertar a
todos los jóvenes y sensibilizarlos a intentar crear un n1undo nuevo.

19
"Oráculo salvífica", ver Apéndice, p. 179.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 81

. El relato vocacional
Existió un momento en la vida de los profetas en que sintieron un llamado
de Dios. El día que descubrieron su vocación, su destino. Fue tan importante
para ellos, esa primera visión o vivencia en la que Yahvé los tomó a su
servicio, que Isafas, }eren1ías y Ezequiel la exponen detalladamente. Estos
relatos de vocación profética siguen una estructura estereotipada que aparece
en otras partes de la Biblia. Existen dos tipos, el primero donde se manifiesta
principalmente la aparición de Yahvé y se le llama relato vocacional con
esquema de aparición; el segundo donde se manifiesta principalmente la
palabra de Yahvé y se le llan1a relato vocacional con esquema de palabra o
comunicación.
En general los relatos vocacionales tanto de aparición como de palabra se
ajustan a los siguientes elementos estructurales:

1.- Descripción de la situación.


2.- Llamado por parte de Dios.
3.- Autopresentación de Dios.
4.- Misión encomendada al hon1bre.
5.- Pregunta u objeción del hombre.
6.- Promesa de ayuda.
7.- La señal.

Como ya habíamos dicho anteriormente el relato vocacional no es exclusiva-


n1ente de los libros proféticos pues lo encontran1os en diversos lugares de la
Biblia. Como ejen1plos tenernos la vocación de Moisés en Ex 3, 1-15, la
vocación de Gedeón en ]e 6, 11-24 y la vocación de Jacob en Gn 46, 1-3.
Tan1bién en el Nuevo Testamento aparecen relatos vocacionales que se
ajustan al esquema veterotestan1entario lo que indica que los escritores
ncotestan1entarios adoptaron el género. Como ejemplos pueden nombrarse,
la vocación de San Pablo en Hch 9, 3-6 y la vocación de la virgen María en Le
1, 26-38.
A continuación van1os a estudiar los relatos vocacionales con esquema de
aparición. En los libros proféticos tenemos dos ejemplos colosales de este
género, que son la vocación de Isaías en Is 6 y la vocación de Ezequiel en Ez
1-3. Van1os a citar a Is 6 con1o un excelente ejemplo de aparición en la
vocación profética.

El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono elevado y


magnífico, y el ruedo de su manto llenaba el Templo. Por encima de él había
Serafines de pie. Cada uno de ellos tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro,
con dos, los pies, y con las otras volaban.
82 CAPITULO IV

y gritaban, respondiéndose el uno al otro: "Santo, Santo, Santo es Yahvé de


los Ejércitos, su Gloria llena la tierra toda." Los postes de piedra de la entrada
temblaban a la voz del que gritaba, y la Casa se llenaba de humo...20

Si analizamos detenidamente el texto anterior nos damos cuenta como cum-


ple con el esquema general estereotipado de los relatos vocacionales vetero-
testamentarios.
La escena es tremenda; primero ocurre la aparición en la cual Isaías tiene
mucho miedo pues según la creencia de su tiempo, quien veía a Dios moría.
Pero Dios no quiere que muera sino que es el momento en que le da a lsaías
su misión. Será el encargado de anunciar el Reino de Dios a un pueblo
endurecido que ha perdido su sensibilidad espiritual y que se encuentra
envuelto en todo tipo de vicios y corrupciones. Isaías cumple su trabajo de
portavoz de Yahvé de manera dramática: anuncia las desgracias que vendrán
si el pueblo no se convierte, emite impresionantes amenazas de los .males y
sufrimientos que el pueblo vivirá. Pero el pueblo de Israel no acepta a Dios
ni a su profeta y la tragedia sobreviene. Nabucodonosor destruye Jerusalén
y los judíos son desterrados a Babilonia.
Las profecías se cumplieron porque el hombre eligió la maldad. Sin
embargo, Isaías también dijo palabras de salvación. Anunció que vendría al
mundo Emanuel, el libertador total que daría plenitud a la vida y traería la
paz y la esperanza al pueblo. Así como se cumplieron las an1enazas, tan1bién
se cumplió el oráculo salvífica y vino el Mesías prometido, nuestro Cristo a
consun1ar la Redención de los hon1bres de todos los tiempos. Esto nos
demuestra la magnitud de la responsabilidad de la misión encargada a Isaías.
Ahora vamos a estudiar el relato vocacional con esquema de palabra o
comunicación. Un buen ejemplo de éste, se encuentra en ]r 1,4-12.

Entonces Yahvé me dirigió su palabra: "Antes de fonnarte en el seno de tu


madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a
ser profeta de las naciones."
Yo exclamé "¡Ay! Señor, Yahvé, ¡cómo podria hablar yo, que soy un mucha-
cho!"
Y me contestó Yahvé: "No me digas que eres un muchacho. Irás a dondequie-
ra que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande. No les tengas miedo,
porque estaré contigo para protegerte. Palabra de Yahvé." Entonces Yahvé
extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: "En este momento pongo
mis palabras en tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones:
Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás.

20
"Vocación de Isaías", ver Apéndice, p. 180.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 83

En este relato no ocurren apariciones ni visiones, sino que la vocación la recibe


}eren1ías por la palabra, por la voz de Dios. Es la diferencia conceptual con
respecto al otro tipo de relato vocacional, sin embargo, posee los mismos
elementos estructurales que caracterizan al género.
La vocación profética responde a razones históricas por lo que los profetas
aparecen en épocas de crisis para que el pueblo sienta que Dios está cerca. Es
así que a Jeremías le toca luchar contra las infidelidades de su pueblo que
adora falsos ídolos extranjeros y se han olvidado del verdadero Dios. Los
profetas siempre han denunciado las debilidades e injusticias humanas, por
eso muchas veces han sido perseguidos pues la soberbia humana no cree en
Dios.
Al igual que los profetas, todos los hombres recibimos una vocación
particular y por tanto tenen1os una nüsión que realizar. Sólo aceptando
nuestra vocación y llevándola a cabo con orgullo seremos dignos de llamar-
nos Hijos de Dios y hermanos de los hombres.

El Relato de acciones simbólicn.s '


Los profetas no sólo predicaron la voluntad de Yahvé con la palabra, sino
también por medio de acciones sin1bólicas. Nos expresan mensajes por
medio de sín1bolos que ellos misn1os nos explican. Estos singulares relatos
tienen la siguiente estructura:

1.- Orden de llevar a cabo la acción.


2.- Relato de su realización.
3.- Interpretación de la n1isma.

Aparecen tan1bién con1o elementos accesorios, la indicación de los testigos


oculares y expresiones de la pron1esa de Yahvé para la realización de lo
simbolizado.
Corno ejemplos de est~ género, encontramos Is 20 y ]r 13, 1-14. Vamos a
citar ls 20.

El año en que el generalísimo Sargón, rey de Asiria, mandado a Azoto, atacó


y se apoderó de esta ciudad. Yahvé habló por medio de lsaías, hijo de Amós.
Le había dicho: "Te colgarás este saco de la cintura y te sacarás las sandalias
de tus pies." Isaías lo hizo así y andaba sin ropa y descalzo.
Luego dijo Yahvé: "Así como mi siervo Isaías anduvo sin ropa y descalzo tres
años, como una señal y anuncio contra Egipto y Etiopía, de la misma manera
conducirá el rey de Asura los cautivos de Egipto ya los desterrados de Etiopía.
Jóvenes y viejos, los conducirá desnudos, sin zapatos y con las nalgas al aire."
Entonces habrá susto y vergüenza para quienes confiaban en Etiopía y se
sentían seguros por Egipto. Los habitantes de estas costas temblarán y dirán:
"¡Miren lo que le ha ocurrido a aquel en quien confiábamos, y a quien
84 CAPITULO IV

acudíamos en busca de protección, para vemos seguros y libres del rey de


Asiria! Y ahora, ¿cómo nos vamos a salvar nosotros?"

El reino del Norte (Israel) había caído en manos de los asirios y sus habitan tes
fueron desterrados a Nínive. El reino del Sur Oudá) temeroso de correr la
misma suerte, ponía sus esperanzas de protección en otros reinos poderosos
como eran Egipto y Etiopía. Es por esto que Dios le pide a lsaías el sín1bolo
de andar sin ropa y descalzo con lo que quiere representar la caída de
Egipto y de Etiopía y cómo sus habitantes son despojados y esclavizados.
Esta lección pretende inculcar a los hebreos que sólo deben confiar en Dios
porque El es más poderoso que cualquier imperio humano y que a pesar de
todos los sufrimientos y vicisitudes El está presente ofreciendo la única y
verdadera liberación. No debemos olvidar por la experiencia histórica de los
pueblos, que las "liberaciones" logradas sólo por la mano del hombre siempre
son lin1itadas y pasajeras.
Géneros diversos y perfil del profeta
Los profetas tuvieron un despliegue de libertad literaria formidable. Utiliza-
ron una gran variedad de géneros de lenguaje y de escritura pertenecientes
a otras "situaciones vitales (Sitz im Leben) y los combinaron e interpretaron
1
'

de modo que crearon géneros nuevos y más complejos. He ahí que el estudio
profundo de los géneros proféticos sea muy difícil, por lo que nosotros hemos
pretendido sólo analizar las estructuras más básicas. Por otro lado n1uchos
de los géneros que los profetas adoptaron los estudiaren1os en otras secciones
del libro bajo la clasificación técnica que les corresponda. Es 1nuy interesante
observar que en muchos escritos proféticos se da el esquema desgracia-sal-
vación que es la combinación de los géneros de palabra de desgracia y palabra
de salvación, de modo que la amenaza viene suavizada por la esperanza de
un oráculo salvífica.
Entre los principales géneros que podemos encontrar en los libros profé-
ticos, podemos citar los siguientes: acciones sin1bólicas, an1enazas, amenazas
razonadas, reprensiones, amonestaciones, discusiones, lan1entaciones, ele-
gías proféticas, alegorías, discursos apocalípticos, discursos parabólicos, pro-
mesas (palabras de salvación), instrucciones cultuales y las innumerables
combinaciones de todos estos géneros. Con1o ya n1encionamos antes, algu-
nos de ellos ya los analizan1os en esta sección y los otros los estudiaremos en
su lugar apropiado.
Los profetas eran personajes polifacéticos, pues se les podía encontrar en
una montaña n1editando, en el ten1plo haciendo oración, o en la calle predi-
cando. Quizá la imagen tradicional que tenemos de ellos no es del todo falsa;
eran hon1bres sencillos, intensos y que gritaban cosas en apariencia extrañas.
Eran hombres solitarios porque al denunciar las injusticias y las explotaciones
LtNI:l<US Ul l:.I{AJ{JU~ UI:.L A. l.

de los poderosos, eran sometidos al Ostracismo. Pero estas singulares y


heroicas figuras no abandonaban su n1isión pues no anunciaban a un mudo
ídolo de barro o a un estático becerro de oro, sino que creían en un Dios vivo
e histórico que traería la salvación material y espiritual al mundo.
A pesar del desánimo y las vicisitudes de su pueblo, los profetas siempre
fueron optimistas, confiando en el futuro. Ellos nunca perdieron la esperan-
za. Si alguien les hubiera visto el rostro, habría encontrado una mirada
decisiva y transparente en busca de la plenitud de los tiempos. Esos hombres
incomprendidos esperaban la estrella de Belén: Cristo el Mesías.

Tradiciones sapienciales

La sabiduría, era una ocupación intelectual, una actitud ambicionada y un


can1po literario que se extendía por todo el antiguo oriente. Servía para vivir
rectamente y tenía con1o finalidad el do1ninio de la vida en toda la extensión
del concepto. Eran sabios, por ejemplo, el artista que producía obras de arte
buenas y valiosas, el rey que sabía gobernar, el escriba culto y ordenado, el
sacerdote que interpretaba los mensajes de Dios, todo aquel que poseía
facultades especiales y secretas, y todo aquel que n\Ostraba una superioridad
en determinadas situaciones, poseía experiencia práctica de la vida y sabía
explotarla. No se trata de un don1inio teórico de los problemas de la vida o
del mundo, sino de soluciones de tipo práctico, basadas en exigencia concre-
tas, ante las que se encuentran Dios o el hon1bre. La sabiduría es un proceder
y actuar cuidadoso y reflexivo, experto y hábil, mediante el cual uno se
apodera del n1undo, domina las tareas vitales y, en última instancia, la vida
misn1a. El saber y la experiencia están encan1inados a la configuración
práctica de la existencia. Después de lo anteriocn1ente dicho, ya se conlpren-
de que la corriente sapiencial no tenía en Israel una existencia propia y
aislada. Por el contrario, influyó en los den1ás catnpos del pensar y de la
expresión, y ha dejado sus huellas.
Existen en el Antiguo Testamento varios libros considerados sapienciales
cuyo objetivo es contribuir en la formación educativa de las personas.
Se han catalogado en tres grupos:

a) Los que ayudan a reflexionar sobre los grandes problemas de la vida:


el sufrin1iento, la n1uerte, el más allá: JOB, ECLESIASTES Y SABIDURIA.
b) Los que inculcan ser n1ás atentos y responsables en la vida diaria:
PROVERBIOS Y ECLESIASTICO.
e) Los que dan una enseñanza cultual y religiosa: RUT, ESTEK TOBIAS, JUDIT
Y BARUC.
86

Es preciso notar que siendo la sabiduría tan in1portante en la historia de tantos


pueblos como Egipto, Mesopotamia e Israel, se desarrollaron a lo largo del
tiempo diversos géneros literarios de carácter sapiencial.

Un escriba: poseedor de la milenaria sabiduría

A continuación estudiaremos los géneros sapienciales n1ás relevantes del


Antiguo Testamento.

Géneros o fórmulas convencioHales de la vida humana


Si la sabiduría es el esfuerzo y el arte de configurar la vida de manera acertada
y feliz, pertenecen a los géneros-sapienciales todas aquellas n1aneras de hablar
y aquellas afirmaciones formales que pretenden alcanzar ese fin para quien
habla o para su interlocutor.
i l. Salud os y deseos
También los israelitas naturaln1ente tenían la costumbre de saludarse y
expresar sus buenos deseos al encontrarse y despedirse. Para ellos no eran
meras expresiones amistosas sin contenido; porque, según su concepción, la
GEN EROS LITERARIOS DEL A.T. 87

palabra tenía en sí un poder eficiente. Así, el saludo "shalom" o "shalom


aleíchem ", que podemos traducirlo canto, "La paz, la prosperidad, la salud
sean contigo", causaba el estado de bienestar o al menos lo fomentaba. Por
tanto, al que lo recibía le ayudaba en la configuración sana de su vida. Lo
mismo sucede cuando se saluda a alguien con la fórmula: "feliz el hombre
que ..." que encontramos por ejemplo en el Sal 1, l.

Dichoso el hombre aquel que no asiste a reuniones de malvados, ni se para en


camino del pecado, ni en el banco de los burlones se sienta, mas cumplir la ley
de Dios es su alegría y murmura su oración de día y noche.

Aquí vemos que Dios, autor de la naturaleza humana, sólo quiere la felicidad
del hon1bre. Es n1uy significativo que el prin1er saln1o se extienda sobre el
tema de la felicidad, así como el primer discurso de Jesús empezará por
"felices los que ... " Es muy interesante notar que también Jesús utilizaba
formas estereotipadas de su tien1po, como cuando decía "La paz sea con
vosotros" estaba usando el saludo "shalomaleichem" de la tradición veterotes-
tamentaria con todo su profundo sentido.
Con frecuencia se expresa lo que efectivamente se quiere para su felicidad.
Se trata de bienes con1o los que la sabiduría promete al hombre que se
esfuerza serian1ente por conseguirla. Con1o ejen1plos tenen1os los Salmos 127
y 128. Vamos a citar el Salmo 128 donde se desea felicidad a todo hogar y
comunidad que sigue los can1inos de Dios.

Felices los que temen al Señor y siguen su camino.


Comerás del trabajo de tus manos ¡que la suerte y la dicha te acompañen! Tu
esposa será como vid fecunda en medio de tu casa.
Tus hijos serán como olivos nuevos en tomo de tu mesa.
Miren cómo será bendito el hombre que respeta al Señor.
¡Que te bendiga Dios desde Sión mientras dure tu vida!
¡Y puedas tú ver a Jerusalem gozando en su grandeza, y también a los hijos de
tus hijos!
¡Tenga paz Israel!

Se pueden an1pliar estos deseos, aplicándolos no sólo a la persona a quien se


habla, sino a su fantilia entera y sus posesiones. Con1o ejemplo poden1os citar
1 Sm 25, 6.

Suban a Cannelo y vayan a saludar a Nabal de parte mía. Le dirán: Hermano,


la paz sea contigo, con tu casa y todo lo que tienes.

Es sabido, también que se atribuía una fuerza especial a los deseos expresados
en la despedida. Aquí tenían su lugar las fórmulas "Vete en paz" o "Que te
vaya bien" . Estas fórmulas in1pl ican un sentido profundo de comunicación.
88 CAPITULO IV

Con ellas, una persona le desea éxito y bienes a otra, en un contexto reverente
Como ejemplos se tienen 1 Sm 25, 35; Ex 4, 18 y 2 Sm 15, 9. Citaremos el
texto 1 S m 25, 35.

Entonces David recibió todo lo que ella había traído y le dijo: "Vete en paz a
tu casa; mira, he escuchado tu voz y he accedido a tu petición".

También citaremos 2 Sm 15, 7-9 para ejetnplificar nuevamente el uso de


la fórmula de despedida.

Al cabo de cuatro años, Absalón dijo al rey: "Dame permiso para a ir a Hebrón,
a cumplir el voto que hice a Yahvé, pues cuando estaba en Guesur, en Aram,
hice este voto: Si Yahvé me hace volver a Jerusalem, le ofreceré un sacrificio
en Hebrón". Respondió el rey: "Que te vaya bien". Absalón se despidió y se
fue a Hebrón.

2. Bendición y n1aldición

El concepto "shalom" encuentra expresión para el can1po de la fecundidad y


para el establecimiento de una situación saludable, en la palabra "bendición".
En este sentido se desea que "bendito seas por Yahvé" (1 S m 15, 13).
En la recolección de la cosecha dicen los que pasan: "la bendición de Yahvé
sea con vosotros; os bendecimos en el nombre de Yahvé" (Sal 129, 8). Con
ello se desea a la persona aludida la fuerza santifican te del Dios de Israel, que
da la fecundidad y la prosperidad. Pero con1o Yahvé es fuente de bendición
puede decirse simplemente: "Yahvé sea contigo" (fue 6, 12; Rt 2, 4).
La palabra bendición o sea "decir bien" tiene los siguientes significados:

-decir gracias a Dios, de quien nos viene todo;


-manifestar la presencia de Dios sobre los objetos n1ateriales
para obtener el mayor fruto posible de ellos para el desarrollo hun1ano
y espiritual de una persona o de una colectividad.

En el campo de las bendiciones el Antiguo Testan1ento no se lin1ita a meras


fórmulas de saludo. El pensan1iento sapiencial sabía tan1bién describir la
manera de obrar de la bendictón sobre el que iba a ser bendecido. Estas
formulaciones se introducen con el térn1ino "bendito", y pueden detem1inar
quiénes son los portadores de la bendición o sus bienes. Tenemos un ejemplo
muy con1pleto en Dt 28, 1-14. De aquí van1os a citar los versículos 3 al 11,
para hacer énfasis en el hecho de que la bendición transmite la fuerza del
espíritu de Dios sobre una persona o pueblo, y sus bienes.
GEI\F.ROS LITERARIOS DEL A.T. 89

Bendito serás en la ciudad y en el campo. Bendito será el fruto de tus entrañas


y el fruto de tu tierra, las crías de tus burras, el parto de tus vacas y ovejas.
Benditos serán tus graneros y el lugar donde guardes tus frutos. Bendito serás
en tus ...21

Por el contrario, tan1bién la maldición se relaciona con la concepción sapien-


cial de la vida. Con la palabra poderosa de la maldición se niega y destruye
para el aludido aquello que quiere ofrecerle al hon1bre la sabiduría. Según la
concepción del antiguo oriente, con1partida también por Israel, los bienes de
la vida y la misma existencia se aniquilan mediante la palabra operativa de
la maldición. Con el término "maldito", alcanza la maldición al hombre y a
su campo vital. Las fórn1ulas de maldición que son lo opuesto a la bendición
y que significan "decir n1al", sirven para expresar de manera eficaz determi-
nadas prescripciones y prohibiciones en el contexto socio-religioso hebreo.
Encontramos un ejen1plo extraordinario de ésto en Dt 28, 15-69, de donde
van1os a citar los versículos 15 a 21 para ilustrar el hecho de que la maldición
"desea un n1al" a todo aquel que se opone al bien de Dios.

Pero si no obedeces la voz de Yahvé, tu Dios, y no te preocupas de practicar


todos sus mandamientos y normas que hoy te prescribo, vendrán sobre ti todas
estas maldiciones:
Maldito serás en la ciudad y en el campo. Maldito será tu ganado y malditas
tus reservas de frutos. Maldito el fruto ...22

Generaln1ente las formulaciones de la n1aldición conllevan acciones concretas


eficaces que afectan los bienes n1ateriales y en general el can1po vital de la
persona aludida: el suelo (GH 3, 17); una ciudad Uos 6, 26); el fruto de las
entrañas y el fruto del suelo, el parto de las vacas y la cría de las ovejas (nuestro
ejen1plo anteriormente citado de Dt 28, 17-19).
En algunos pasajes se ve que sólo el poder de Yahvé puede romper la
fuerza de las n1aldiciones y aún convertirlas en bendiciones, como una
donación suya. De este caso encontramos un ejen1plo en Nm 22-24 donde se
nos narra la historia de Balaan1 quien era un sacerdote con fan1a de adivino
al cual los n1adianitas le piden que maldiga al pueblo de Israel que era su
enemigo (22). Balaam con la intervención de Yahvé no sólo no maldice a los
israelitas sino que los bendice asegurándoles triunfos sobre sus enen1igos.

21
"Bendición", ver Apéndice, p. 180.
22
"Maldición", ver Apéndice, p. 181.
90 CAPITULO IV

También había personas de quienes se pensaba que estaban provistas de


poderes especiales, que poseían más poder que otros para invocar una
bendición o maldición efectivas; tales eran los patriarcas o los n1oribundos en
sus últimos momentos. De aquí que se pongan en su boca las fórmulas
correspondientes. Tal es el caso de la bendición de Isaac a Jacob en Gén 27,
26-29 y a su vez la bendición de Jacob a José en Gn 49, 22-26.
Vamos a citar la bendición de Isaac a manera de ejemplo para ver el
profundo significado que ésta tenía sobre la descendencia del patriarca.

Después Isaac agregó: "Acércate y bésarne, hijo." Al hacerlo, su padre sintió


el olor de su ropa y le bendijo así:
¡Oh!, el olor de mi hijo es como el olor de un campo fértil, que Yahvé ha
bendecido. Dios te dé el rocío del cielo y la fertilidad de la tierra, y abundancia
de trigos y mostos.
Que te sirvan pueblos y naciones y se inclinen ante ti. Sé el señor de tus
hermanos; que los hijos de tu madre se indinen ante ti. Sea maldito quien te
maldiga, y bendito quien te bendiga.

3. Los hechizos y fórn1ulas nlágicas

Las fórmulas de maldición y de bendición recuerdan por su poder operativo


los hechizos y fórmulas n1ágicas. En la religión hebrea estaban severamente
prohibidas la hechicería y la magia, de modo que no se toleraban prácticas
obscuras que buscaban un dominio sobre la vida de los otros. De aquí que
los conjuros eran extraños al Antiguo Testan1ento. ·Sin en1bargo, la cita
"¡Templo de Yahvé, templo de Yahvé, templo de Yahvé es éste!" que encon-
tramos en]r 7, 4, con su triple repetición, recuerda una fórmula n1ágica. Esto
es posible debido a las influencias literarias de los pueblos orientales con los
que convivía el pueblo hebreo y que practicaban rituales mágicos y esotéricos.

LA sente12cia

La sentencia es la expresión natural y típica que la sabiduría utiliza para


expresar en palabras la experiencia de la vida que se ha ido acun1ulando, y
para transn1itirla como doctrina o amonestación. La sentencia es en sí un
pensan1iento forn1ulado con palabras precisas y concisas, que representa una
realidad y una verdad. Su validez estriba en que ha surgido de la experiencia
vital del pueblo o de "los sabios". Es importante comentar que el n1ensaje de
las sentencias tiene una "validez universal" pues aunque fueron escritas hace
n1ucho tien1po sus enseñanzas son aplicables a todos los tien1pos. Existen
dos tipos de sentencia las cuales verernos a continuación.

, j
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 91

1. El refrán

El refrán es una proposición que expresa de manera sencilla y sentenciosa la


experiencia sobre la vida, el n1undo, el decurso de los acontecimientos, sus
conexiones, sus leyes y el orden que se manifiesta. Los refranes reflejan la
concepción del mundo y el modo de ser del país y la época en la que surgieron.
Su origen corresponde a la tradición popular y son espontáneos. Enseguida
vamos a citar varios ejemplos de refranes:

No se debe cantar victoria antes de la batalla (1 Re 20, 11)


Hay un tiempo para llorar y otro para reír; un tiempo para los lamentos, y otro
para las danzas (Qo 3, 4)
Más vale perro vivo que león muerto (Qo 9, 5)

2. El proverbio

Es un consejo sabio sobre norn1as de vida, de educación y de cortesía. Se


parece mucho al refrán pero se distingue de éste, porque tiene el proverbio
una formación conscienten1ente artificial. Mientras el refrán surge de boca
del pueblo y es espontáneo, el proverbio es creación de "los sabios" por lo que
tiene un lenguaje más culto y un mayor arte literario. Los proverbios tienen
un "contexto vital" (Sitz im Leben) n1uy concreto pues se usaban en Israel para
la instrucción de los nobles, los futuros oficiales y diplomáticos de la corte y
palacio reales. Servían de texto escolar, con el que se hacía el aprendizaje de
leer y escribir, al misn10 tiempo que los alumnos distinguidos aprendían el
arte de gobernar, las buena maneras, las reglas de cortesía y del buen vivir.
Desde el punto de vista de estructura temática, los proverbios se pueden
clasificar de tres maneras:

Proverbios con declaración afirmativa: Son consejos sabios y afirn1ativos expre-


sados en forma impersonal.

Las manos flojas empobrecen, pero las trabajadoras enriquecen (Pr 10, 4)
Los sabios atesoran ciencia, pero la boca del loco prepara la ruina (Pr 10, 14)
El justo jamás será perturbado; en cambio, los malvados no durarán en la tierra
(Pr 10, 30)
Más vale un hombre paciente que un héroe, más vale el que domina a sí mismo
que el que conquista ciudades (Pr 16, 32)
El amigo fiel es refugio seguro, y el que lo encuentra halla un tesoro. El amigo
fiel no tiene precio (Si 6, 14-15)
No hay riqueza preferible a la salud, ni bienestar superior a la alegría del
corazón (Si 31, 16)
92 CAPITULO IV

Proverbios de exhortadón: Son consejos expresados en forma personal y ha-


blando de tú.
No niegues un favor al que te pide, siendo que puedes hacerlo. No digas a tu
prójimo: "Vete y vuelve". Si hoy tienes lo que pide, no le digas: "Te daré
mañana" (Pr 3, 27-29)
No te metas por la senda de los perversos, ni vayas por el camino de los
malvados (Pr 4, 14)
Hijo, respeta la orden de tu padre y no rechaces la enseñanza de tu madre (Pr
6, 20)
Mantente firme en tu conciencia y sea una tu palabra. Está siempre alerta para
escuchar, pero lento en responder.
Responde a tu prójimo si tienes que responder; de lo contrario mejor no hables
(Si 5, 12-14)
No dudes en casarte con una mujer sabia y buena, que su gracia vale más que
el oro (Si 7, 21)
No corras tras la mujer fáciC que puedes caer en sus redes (Si 9, 13)

Proverbios de advertencia: Pretenden hacer una llatnada de atención y se


enuncian en forma de amenaza o de castigo.

¿Se puede llevar fuego en el regazo sin que se prenda la ropa? ¿Se puede andar
sobre carbones encendidos sin quemarse los pies?
Así es el que se acerca a la mujer de su prójimo: todo el que la toque no quedará
impune.
El adúltero es un insensato, y se pierde a sí mismo el que obra así. Cosechará
golpes y desprecio, su vergüenza no se borrará (Pr 6, 27-33)

En los proverbios podemos encontrar una variedad de recursos estilísticos


literarios tales como sinónimos (Pr 17, 21), paronomasias que son juegos de
palabras basados en la reunión de vocablos que tienen un sonido igual o
parecido (Pr 13, 4 y 11, 3), ejemplificaciones (Pr 24, 30-34), con1paraciones y
nmas.
Podemos concluir que las colecciones de sentencias (refranes y prover-
bios) que se encuentran a lo largo de los libros sapienciales son una fuente
inagotable de belleza y riqueza literarias.
La sentencia numérica

La sentencia nun1érica adoptada del ámbito cananeo, sirve para enlazar en


una unidad un determinado material sapiencial relacionado entre sí. Su
forma es X-- X+l, es decir, en la primera parte del versículo se da un nú1nero
determinado, acon1pañado de una tipificación; en la segunda parte se da el
número inmediatamente superior bajo el misn1o calificativo que se desarrolla
!l c-ontinuación.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 93

Seis cosas hay que aborrece Yahvé, y siete que le causan horror: Ojos sober-
bios, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón perver-
so, pies que corren hacia el mal, testigo falso que dice calumnias, y el que
siembra discordias entre los hennanos (Pr 6, 16-19)
Hay tres cosas que me desbordan y una cuarta que no comprendo: el vuelo
del águila por el cielo, el rumbo de la serpiente por la peña, el destino de la
nave por el mar, y el camino del varón por la doncella (Pr 30, 18-19)

Como se puede notar en los ejemplos anteriores, el mensaje más importante


y sobre el cual recae el énfasis de la sentencia es el que corresponde a "X+ 1 ".
El recurso estilístico de su fórmula ayuda a hacerlo memorizable. Es de
pensar que debió ser útil en el aprendizaje de conocimientos sapienciales.

El poema didflctico sapiencial


El poen1a didáctico sapiencial es una composición que está forn1ada por la
yuxtaposición de sentencias que tratan del misn1o ten1a y que en mayor o
menor grado tienen una unidad armónica y acabada, obedeciendo a una
secuencia lógica de pensan1ientos. Uno de los ejen1plos más antiguos lo
encontran1os en Jb 20, 4-29, del cual vamos a citar un fragmento:

¿No sabes tú que desde siempre, desde que fue puesto el hombre sobre la tierra,
la alegría del malvado es breve y el gozo del perverso dura sólo un instante?
Aunque se elevara hasta los cielos y toque las nubes con la cabeza, como un
fantasma desaparece para siempre; los que lo veían dicen: "¿Dónde está?" Se
va como un sueño, se vuela y ya no lo hallan, huye como una visión nocturna.
El que observa ya no lo ve, y tampoco lo divisa el lugar donde vivía. Sus huesos
rebosaban de vigor juvenil: su vigor ahora está junto a él en el polvo.
Si eltnal era dulce a su boca, si lo ocultó bajo su lengua, si allí lo conservó y lo
retuvo y lo guardó en medio del paladar, su comida se corrompe en el
estómago, y se vuelve veneno en su interior.
Tiene que vomitar las riquezas que tragó, Dios las hace salir de su vientre.
Chupaba veneno de áspides: una lengua de víbora lo mata.

Este poen1a de una belleza literaria forn1idable nos pretende mostrar en forma
dramática que el n1al nunca triunfará contra la bondad de Dios y cómo todos
los perversos perecerán.
Otros ejemplos de este género aparecen en los cantos sobre la sabiduría
personificada que encontran1os en: Pr 8 y 9; Sb 7, 21-30 y Si 24, 5.
Vamos a citar Pr 8, 22-36 donde podretnos apreciar uno de los n1ás
logrados exponentes del poenl.a didáctico sapiencial . Es un poen1a donde
la sabiduría se presenta, se autodescribe y se nos ofrece para que sean1os
sabios y felices. Tiene una arn1onía extraordinaria y un lenguaje muy fino.
94 CAPITULO IV

Yahvé me creó al proyectar sus obras, antes que sus obras más antiguas. Desde
el principio me tiene formada, desde el comienzo, antes de la tierra.
Cuando no existía el abismo ni habían brotado las fuentes del océano, antes
3
que los cerros fueran puestos en su lugar, antes que las lomas, ya estaba ...2

También este género tuvo influencia en los Salmos pues se encuentran


algunos que muestran rasgos de haber sido con1puestos bajo el tipo de poesía
didáctica sapiencial. Tal es el caso de los Salmos 1 y 34.
A manera de ejemplo vamos a presentar el Salmo 1:

Dichoso el hombre aquel que no asiste a reuniones de malvados, ni se para en


el camino del pt.!cado, ni en el banco de los burlones se sienta, mas cumplir la
ley de Dios es su alegría, y munnura su oración de día y noche.
Es como árbol plantado junto al río que da su fruto a tiempo y tiene su follaje
siempre verde, pues todo lo que él hace le resulta.
No, no pasa así con los impíos, que son como la paja levantada del suelo por
el viento.
Jamás se librarán de la Justicia ni con los justos irán los pecadores. Porque el
camino del bueno Dios conoce, pero el sendero del impío se pierde.

Para concluir podemos decir que la ten1ática de los poemas didácticos forja-
dos en el pensamiento sapiencial, se centra preferenten1ente en torno a la
suerte del justo y del culpable, y en torno a la alabanza y necesidad de la
sabiduría.

úz comparación
En Israel se usaron géneros con1parativos que eran de n1ucha importancia en
la literatura sapiencial. No sólo los sabios, tan1bién los profetas sabían que el
lenguaje plástico puede hacer que las ideas y afirmaciones resulten gráficas,
palpables y asin1ilables. De ahí que unos y otros utilizaran formas de expre-
sión que de suyo pertenecen al lenguaje sapiencial.

l. La alegoría

Es una narración construida a partir de n1etáforas expuestas con n1ayor o


menor extensión. Está forn1ada con elen1entos figurados y sin1bólicos. Pre-
tende con ello visualizar pensan1ientos, conceptos y hechos in1portantes. Así,
por ejemplo, en Pr 1-9 se personifican la sabiduría que aparece en forn1a de
mujer legítima y buena, y la necedad que se presenta en forn1a de n1ujer
liviana y adúltera. El profeta Ezequiel con1para a Israel con el leño de una
vid. Vamos a citar este pasaje que encontran1os en Ez 15:

23 "P
oema d'd" . l", ver Apen
1 ac t'1co sap1encta
. " d'tce, p. 1 81 .
GENEROS LITERARIOS DEL A.T. 95

Yahvé me dijo: "Hijo de hombre, ¿qué tiene de más valioso el tronco de la parra
que el tronco de cualquier otro árbol? ¿Sirve acaso para hacer algún objeto, o
un gancho para colgar?
Pero lo tiraron al fuego, que devoró las dos puntas y quemó el medio, ¿para
qué, pues, sirve? Si cuando estaba entero no se podía hacer nada con él,
¿servirá para hacer algo, ahora que el fuego lo quemó?"
Por eso, así habla Yahvé: "Lo mismo que la madera de la parra fue entregada
al fuego, así trataré a los habitantes de Jerusalem. Los miraré con enojo: han
escapado del fuego, pero otro fuego los devorará. Y sabrán que yo soy Yahvé
cuando los trate según mi enojo. Convertiré el país en desierto, porque me
han sido infieles", dice Yahvé.

En esta alegoría, Ezequiel quiere decir que Israel era como la madera de la
vid pues no se destacaba entre los demás pueblos, ni por su número, ni por
sus cualidades y sin embargo, Dios lo eligió. Tan1bién con la facilidad con la
que la madera de la vid es consun1ida por el fuego, así tan1bién el pueblo de
Israel será castigado por sus infidelidades a Dios. Hay otra alegoría en Ez 16
donde el profeta con1para a Israel con una niña huérfana que después se
prostituye. Esta narración de una estética literaria ason1brosa tiene un con-
tenido crítico y reprensivo muy fuerte, y a su vez, un significado muy
profundo. Israel es adoptado por Yahvé quien lo llena de bendiciones y de
gracias; sin embargo, Israel se prostituye y traiciona la fidelidad a Yahvé, a
quien le debe todo.
Vamos a presentar a continuación un frag1nento de esta bellísima narra-
ción alegórica: Ez 16, 13-16 y 35-39.

Tu alimento era de harina de flor, miel y aceite. Te hiciste cada vez más
hermosa y llegaste a ser reina. La fama de tu belleza perfecta corrió por los
pueblos, gracias al esplendor que yo te había dado, dice Yahvé.
Pero tú, confiada en tu belleza, y valiéndote de tu fama, te prostituiste entre-
gándote a cuantos pasaban. Con tus vestidos te preparaste tiendas de vivos
colores en los Santuarios de Lomas, para dedicarte en ellas a la prostitución...24

Al hablar de "prostitución" en este pasaje, Ezequiel se refiere a tres significa-


dos que tienen relación con situaciones en las que se encontraba Israel y a las
que quiere recriminar:
. entregarse al culto de los ídolos, a pesar de ser "la esposa" de Yahvé;
. organizar la prostitución sagrada, como se practicaba en los cultos
paganos;
. someterse a las naciones grandes para tener protección política, a la
vez de conservarse independiente.

24
"Narración alegórica", ver Apéndice, p. 182.
96 CAPITULO IV

Existe todavía otra alegoría en Ez 23 en donde nos compara a los reinos


del Norte y del Sur con dos hermanas impúdicas e infieles.

2. La parábola
Las parábolas en el Antiguo Testamento son escasas y no tienen aún la forma
precisa de las parábolas neotestamentarias. Pero ofrecen asimismo, en una
narración, los rasgos esenciales que han de aplicarse de modo explicativo a
la persona o cosa significadas por ellas. Con1o ejemplo tenemos la parábola
de 2 Sm 12, con la energía de su interpretación: "¡Tú eres ese hombre!".
El análisis técnico y literario de las parábolas incluyendo ésta, lo haren1os
más tarde cuando lleguemos al estudio del Nuevo Testamento.

3. La fábula

En el Antiguo Testamento encontramos también la fábula que toma sus


materiales del n1undo animal o vegetal, para hacer una crítica velada o
rechazar una exigencia desmedida. Un ejemplo muy conocido es la fábula
de Jotán enJc 9, 8-15, que por cierto ya habían1os visto en una sección anterior
como parte de la argumentación ilustrativa de un discurso político.

Los árboles se pusieron en camino para buscar un rey a quien ungir. Dijeron
al olivo: "Sé tú nuestro rey." Les respondió el olivo:
"¿Voy a renunciar al aceite con el que gracias a mí son honrados los dioses y
los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles?" ...
Entonces los árboles dijeron a la zarza: "Ven tú a reinar sobre nosotros." La
zarza respondió a los árboles: "Si con sinceridad vienen a un~inne a mí para
reinar sobre ustedes, acérquense y cobíjense a mi sombra, ... "2

La fábula ejemplifica la elección de malos gobernantes. Los n1ás inútiles e


ineptos son los que aceptan reinar pues los candidatos capaces no afrontan
la responsabilidad de gobernar. Esto ilustra la situación de Israel que durante
mucho tiempo llegó a tener reyes n1alos e injustos, porque el n1isn1o pueblo
no supo elegirlos.

Tradición de cánticos y plegarias

En la historia de Israel podemos considerar que los cánticos y las plegarias


viven unidos. El libro de los Saln1os da testin1onio de ello: los salmos son con
frecuencia oración y canto al n1istno tien1po. Sin en1bargo, cada uno de estos
campos posee su carácter propio.

25
"Fábula de Jotán", ver Apéndice, p. 182.
GEN EROS LITERARIOS DEL A.T. 97

Cánticos de la vido. cotidiana


El canto acompañaba todos los momentos cotidianos y significativos en la
vida de Israel. Encontramos en Js 21, 11, la canción del centinela; en N m 21,17,
una canción de trabajo, que pretende animar y a la vez asegurar el éxito. Is
5,11 y Am 6,4 aluden a las canciones de los bebedores con una maldición.
Tan1bién encontramos en algunas ocasiones que los profetas entonan cánticos
con intenciones parabólicas, didácticas o reprensivas. Tal es el caso del
"Cántico de la viña" en Is 5,1-7 y del cual citaremos un fragmento:

Déjenme cantar, en nombre de mi amigo, la canción de mi amigo por su viña.


Una viña tenía mi amigo en una loma fértil. La cavó quitando las piedras y
plantó cepas escogidas.
En medio de ella construyó una torre y también hizo un lagar. El esperaba que
produjera uvas, pero sólo le dio racimos amargos .

Vamos a estudiar a continuación los principales tipos del género de los


Cánticos de la vida cotidiana.

El cántico de victoria
La ejecución de los cantos de victoria corresponden sobre todo a las mujeres,
y tiene lugar inmediatamente después de regresar el ejército y en fiestas
organizadas expresamente para celebrar la victoria. Con la espontánea ale-
gría que produce el regreso de los con1batientes victoriosos, se entona una
canción de pocas palabras, que destaca lo esencial del acontecimiento, una
hazaña particular o al jefe victorioso.
Como ejen1plos tenen1os Ex 15, 20-21 .

Entonces Miriam, la profetisa, hermana de Aarón, tomó en sus manos un


instrumento, un pandero, y todas las mujeres la seguían con tímpanos, dan-
zando en coro.
Y Miriam les cantaba: "Cantemos a Yahvé, pues se cubrió de gloria arrojando
en el mar al caballo y su jinete.

Y también 1 Sm 18, 6-7.

Todo el pueblo lo quería, incluso los oficiales de Saúl. Cuando David volvió
después de haber matado a Goliat, las mujeres salieron de todas las ciudades
de Israel, cantando y danzando, ante el rey Saúl, con tambores y arpas y con
gritos de alegría. Las mujeres cantaban: "Saúl mató a mil, y David a diez mil.

Otro ejenlplo más lo encontran1os en el "Cántico de Débora" en ]e 5, el cual es


un canto más elaborado y extenso de celebración de una victoria.
98 CAPITULO IV

2. Los cantos de an1or y de bodas


Son poemas que expresan la búsqueda del amor. El Ctlntar de los Cantares que
se atribuye al rey Salomón, contiene toda una colección de estos cantos que
exaltan el amor y las bodas. Algunos son cantos de an1or apasionados y
naturales, cargados de un erotismo fuerte, pero sano y limpio; otros son
cantos compuestos para la celebración de la boda y ejecutados en ella. Vamos
a citar varios ejemplos de estos bellísin1os cantos de amor y de bodas.

Cantar 1, 13-17
Mi amado es para mí bolsita de mirra cuando reposa entre mis pechos. Mi
amado es para mí racimo de uva de las viñas de Engadí.
Amada mía, ¡qué bella eres, qué bella eres! Tus ojos son como palomas.
Amado mío, ¡qué hennoso eres, qué delicioso! Nuestro lecho es sólo verdor.
Las vigas de nuestra casa son de cedro, y su techo de ciprés.

Cantar 3, 1-4

Sobre mi lecho, por las noches, yo buscaba al amado de mi alma. Lo busqué


y no lo hallé. Me levantaré, pues, y recorreré la ciudad. Por las calles y las
plazas buscaré al amado de mi alma.
Lo busqué y no lo hallé. Me encontraron los centinelas, que andaban de ronda
por la ciudad.
¿Han visto a mi amado? Apenas los había dejado cuando encontré al amado
de mi alma. lo abracé y no lo soltaré más.

Cantar 4, 9-11

¡Qué amorosas son tus caricias, hennana mía, novia mía, qué delicioso es tu
amor...!
¡Sí, es mucho mejor que el vino! Y el olor de tus perfumes no se puede
comparar con ningún otro.
Los labios de mi novia destilan pura miel; debajo de tu lengua se encuentra
leche y miel, y la fragancia de tus vestidos es la de los bosques del Líbano.

Cantar 5, 10-16

La Amada:
Mi amado es rubio y buen mozo, distinguido entre mil.
Su cabeza brilla como el oro puro; sus cabellos, como hojas de palma, son
negros como el cuervo.
Sus ojos, como palomas junto a una fuente de agua, y que se bañan en leche,
posadas junto a un estanque.
Sus mejillas, plantaciones de balsamera, como frascos de perfumes.
Sus labios son lirios que destilan mirra pura.
GEN EROS LITERARIOS DEL A.T. 99

Sus manos son aros de oro adornados con piedras de Tarsis.


Su vientre, marfil pulido, cubierto de zafires.
Sus piernas, columnas de mármol, asentadas en basas de oro puro.
Su aspecto es como el Líbano, majestuoso como los cedros.
Su hablar es lo más suave que hay y toda su persona es un encanto.
Hijas de Jerusalem, así es mi amado, así es mi amigo.

Cantar 7, 2-10

Hija de príncipes, qué lindos son tus pies con sus sandalias.
Tus caderas se incurvan como collares hechos por manos de artistas.
Tu ombligo es un cántaro donde no falta el vino con especias.
Tu vientre es como una pila de trigo.
Tus dos pechos son como dos crías mellizas de gacela.
Tu cuello, como torre de marfil.
Tus ojos, las piscinas de Jesbón, junto a la puerta de Bat-Rablim.
Tu nariz es como la cumbre del Líbano, centinela que mira hacia Damasco.
Tu cabeza es como el Carmelo, y tu cabellera, como la púrpura; un rey se halla
preso en esas trenzas.
¡Qué bella eres, qué encantadora, oh amor, en tus delicias!
Tu talla se parece a la palmera; tus pechos, a los racimos.
Me dije: Subiré a la palmera, a sacar sus frutos.
¡Sean tus pechos como racimos de uvas y tu aliento como perfume de manza-
nas!
Tus palabras sean como vino generoso, que va derecho hacia el amado
fluyendo de tus labios cuando te duermes.

El Cantar de los Cantares nos habla de la relación apasionada de dos enamo-


rados y de sus experiencias afectivas. Para las parejas enan1oradas aquí hay
mucho n1aterial de inspiración, pero tan1bién el Cantar representa, aunque
en forma velada, la relación amorosa y la búsqueda mutua entre el pueblo de
Israel y Yahvé. En un contexto actual podrían1os decir que Dios se entrega
totaln1ente a nosotros que son1os su pueblo, esperando que lo an1emos.
Podemos recordar las palabras de San Pablo: "Esposos an1en a sus esposas
como Cristo amó a su Iglesia".
Esto puede ser para los cristianos modernos una magnífica interpretación
del Cantar de los Cantares.
Finalmente, en el contexto de Cantos de an1or y de bodas, toca n1encionar
el Salmo 45 que es un canto con1puesto por un poeta cortesano o un profeta
cúltico, en honor del rey y con ocasión de su boda.
100 CAPITULO IV

3. La canción satírica

Pretende hacer de alguien la burla de todos, desprestigiar a pueblos y tribus


enteras y exaltar la propia superioridad. Los aludidos quedan humillados y
vencidos.
Como ejemplos de este género tenemos Nm 21, 27-30 y 2 Re 19, 20-28.
Vamos a citar 2 Re 19,20-28.

Isa.ías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: "Esto es lo que dice Yahvé,
Dios de Israel: He escuchado tu súplica acerca de Senaquerib, rey de Asur.
Esta es la sentencia que Yahvé pronuncia contra él:
La virgen, hijo de Sión, te desprecia y se burla de ti. Mueve la cabeza a tus
espaldas, la hija de Jerusalem. ¿A quién piensas que has insultado tú, y de
quién has blasfemado? ¡Del Santo de Israel!
... Pero Yahvé dice: "He preparado esto que ahora ejecuto. Tú tenías que
convertir las ciudades fortificadas en un montón de ruinas...
Te has levantado contra mí: he oído hablar de tu orgullo. Por eso, yo pondré
mi anillo en tus narices~ mi freno en tu boca, y voy a devolverte por el camino
por el que has venido. 6

La canción satírica representa un arma política, que proporcionaba protec-


ción y confianza al propio pueblo y sumía al enemigo en el desprecio y la
destrucción. En Israel, con la aparición del profetisn10 la antigua poesía
satírica pasó a segundo plano, siendo sustituida por las amenazas proféticas
contra los pueblos extranjeros. Sin embargo, Jos n1ismos profetas adoptan
este género y lo desarrollan manejando los sucesos en forn1a anacrónica. Un
ejemplo de este uso de la canción satírica, lo encontramos en Is 47.

4. La elegía

La elegía es un canto funerario de intenso dolor. Lo cantaban los parientes,


las plañideras, deudos y amigos junto al cuerpo del difunto. Los ritmos de
estos cantos, su letra que era puro lamento y quejumbre, las flautas con que
lo acompañaban, y los gritos de los afectados formaban un todo inconfundi-
ble y compacto. Las exclamaciones "¡ah!" y "como... " suelen aparecer en el
contenido de las elegías in1prin1iéndoles un fuerte carácter dran1ático.
Un ejemplo típico de este género es la elegía que entonó David a la muerte
de Saúl y Jonatán, caídos en el campo de batalla peleando contra los filisteos.
Lo encontratnos en 2 S m 1, 19-27.

26
"Canción satírica", ver Apéndice, p.182.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 101

Ay, la gloria de Israel pereció en los montes. ¿Cómo cayeron los héroes? ¡No
lo publiquen en Gat, no lo anuncien en las calles de Ascalón, para que no se
alegren las mujeres filisteas ni se regocijen las hijas de los infieles!
Montañas de Gelboé, no caigan sobre ustedes ni rocío ni lluvia, ni sean buenas
tierras, porque allí fue deshonrado el escudo de los héroes.
...Saúl y Jonatán, amables y queridos. Fueron inseparables en vida y en la
muerte. Eran más ligeros que águilas, más fuertes que leones.
Hijas de Israel, lloren por Sa úl, que las vestía de lino y carmesí, y adornaba con
. d e oro sus ves t'd 27
JOyas 1 os...

Con la aparición de los profetas, la elegía se usó en forma satírica y sarcástica.


Esto significó un can1bio en el Sitz im Leben (contexto vital) de las elegías.
Un excelente ejemplo es Is 14, 4-21 .

Cuando Yahvé te libere de tus padecimientos, de tus inquietudes y de la dura


esclavitud a la que estabas sometido, pronunciarás esta burla contra el rey de
Babilonia: ¡Cómo ha terminado el tirano y acabado su arrogancia! Yahvé ha
roto el palo de los malvados, que les pegaba a los pueblos con rabia, golpeán-
dolos sin cesar, y oprimía con furia a las naciones, persiguiéndolas sin descan-
so.
La tierra está ahora tranquila y quieta y retumban las aclamaciones...
No tendrás la sepultura de los reyes, porque has desolado tu tierra y asesinado
a tu pueblo: nadie, en adelante, se acordará de la descendencia de los malhe-
chores. ¡Preparen la muerte de los hijos por la maldad de sus radres, que no
conquisten más la tierra ni llenen de ruinas la faz del mundo! 2

En el libro de Isaías aparece una elegía dedicada a un gran rey extranjero que
puede ser babilonio o asirio. El canto describe primero el respiro que da a
todo mundo la n1uerte del déspota. El n1undo ron1pe en júbilo y alegría.
Luego pinta el descenso del déspota a los infiernos y el saludo que le dirigen
los habitantes del reino de los n1uertos, un saludo que, por cierto, es una
elegía. Hay que imaginarse, que el rey, por quien se organizó todo este
tinglado funerario, vivía todavía y se encontraba sano. Sólo así cabe gustar
el amargo escarnio de la escena. En aquella época la palabra hablada tenía
un efecto contundente y hería de una n1anera muy profunda a las personas,
situación que es menos drástica actualn1ente. De modo que si se cantaba una
elegía a una persona viva, era con1o anunciar y desear con toda seguridad su
próxima muerte.

27
"Elegía de David", ver Apéndice, p. 183.
28
"Elegía sarcástica", ver Apéndice, p. 183.
102 CAPITULO IV

Con el estudio de la elegía anterior se aprecia el hecho de un cambio


consciente en el Sitz im Leben del género de las elegías. La susodicha trans-
formación ocurre dentro de la misma Biblia y obedece a la intención del autor
que considera que de ese modo puede transmitir mejor su mensaje. Otros
ejemplos del uso de la elegía en el án1bito profético, los encontraxnos en Ez
19, 1-14 y Ez 27, 32.

Cantos cultunles (salmos)

Israel coleccionó los cantos y lírica cultual que entonaba a Yahvé, reuniéndo-
los, salvo algunas excepciones, en el libro de los Salmos, llamado Salterio y
que es el "libro de oraciones" de la con1unidad postexílica.
La gran masa de los salmos se compone de cánticos en los que se
manifiestan las tres actitudes fundamentales de la expresión orante, que son
alabanza, petición y acción de gracias. De ahí que se les clasifique conforme
a su tema.

El Himno
Es un cántico de invitación o llamado a alabar solen\nenlente a Dios.
El himno se con1pone del siguiente esquema:

- La invitación, que aparece en los distintos in1perativos que se usan.


-El cuerpo del sahno (hin1no), que son los n1otivos por los que se debe
gloria y alabanza a Yahvé. Se introduce con un "pues" o "porque".
-Final breve, donde se expresa un deseo o una súplica.

Enseguida vamos a citar el Salmo 33 que es un ejemplo típico de himno,


con el objeto de observar sus diferentes partes.

Invitación

¡Gritad de júbilo, oh justos, a Yahvé! A los rectos de corazón les corresponde


la alabanza. Celebrad a Yahvé al son del arpa, entonadle a la lira de diez
cuerdas. Cantad un cantar nuevo, tañed bien la lira en medio del clamor.

Cuerpo del hin1no

Pues recta es la palabra de Yahvé, todas sus obras son verdad. El ama la justicia
y el derecho, y la tierra está llena de su gracia. Por su palabra surgieron los
cielos, y por su aliento todas las estrellas. En el Señor nosotros esperamos, El
es nuestra defensa y nuestro escudo; y confiamos en su sagrado nombre.
CENEROS LITERARIOS DEL A.T. 103

Final breve

Venga, Señor, tu amor sobre nosotros, como hemos puesto en ti nuestra


confianza.

Existen subespecies del himno, las cuales mencionaremos con sus respectivos
ejemplos.

-Himnos de entronización: Celebran el reinado del Dios de Israel. Aparece


con frecuencia la fórmula característica: "Yahvé reina". Ejen1plos: Salmos 47,
93 y 96-99.
- Himnos creacionales: Destacan con1o tema especial el poder creador de
Dios. Ejetnplos: Salmos 8, 19 y 104.
-Himnos sobre Sión: Alaban a Dios, haciendo referencia y glorificando a
Sión Gerusalén) con1o sede de su reino terrenal. Ejen1plos: Salmos 46, 48, 76,
84, 87 y 122.

El contexto vital (Sitz im Leben) en el que se encuentran ubicados los hin1nos


se describe por los siguientes hechos:

- El invitado o exhortado a la alabanza divina no es casi nunca el


individuo, sino la comunidad. (ver Sal 149).
-Los himnos no se recitaban, sino que se cantaban, como aparece explícito
en algunos de ellos. (ver Sal 98).
-Eran cantos acompai1ados de instrun1entos n1usicales. (Sal150).
- Los hin1nos no se cantaban en cualquier lugar, sino en el ten1plo. (Ver
Sal 150).
2. Las súplicas')

Son salmos que presentaban ante Yahvé las necesidades o peticiones del
pueblo o del indiviuo; seguramente que muchas fueron consideradas y
utilizadas como forn1ularios, de la mistna manera que debió ocurrir con los
cantos de acción de gracias. Se distinguen las súplicas del pueblo y las del
individuo, por su contenido y su propósito. Cuando el individuo muestra
ante Dios su situación atorn1entada, aparecen claramente dos sufrin1ientos:
la enfern1edad y la acusación ante un tribunal.
La estructura de las súplicas es básican1ente la siguiente:
-La introducción, que es una llan1ada a Yahvé, por lo general en impera-
tivo, con la que se pide a Dios que escuche y ayude; en ocasiones se amplía
con una breve enutneración de n1otivos o razonan1ientos.
- La parte principal o cuerpo de la súplica, donde se dan la descripción
de las penas (enfern1edad, acusación, u otras semejantes), las peticiones y la
104 CAPITULO IV

aportación de motivos que deben mover a Yahvé a intervenir, tales como su


voluntad salvífica, su vieja actitud generosa y su honra atacada por los
enemigos. También aparecen protestas de inocencia, manifestaciones de
confianza, y a veces también confesión de los pecados.
- El final, que es una petición renovada o expresión de la certeza de ser
escuchados o de haberlo sido ya.

Como ejemplos de súplicas encontramos los Salmos 6, 11, 13, 16, 22, 51,
130 y 139 entre otros. Van1os a citar los Salmos 6 y 130 que son peticiones de
salud y de perdón respectivamente.

Salmo 6

Señor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues en tu enojo.


Misericordia, Señor, que desfallezco. Sáname tú, porque el temor ha carcomi-
do mis huesos.
Aquí me tienes sumamente perturbado. Y tú, Señor, ¿hasta cuándo?
-
Senor, vue'l ve t e a m1,, l.b 1 ...29
1 ra mt. ama

Salmo 130

Desde el abismo clamo a Ti, Señor, escucha mi clamor, que tus oídos pongan
atención a mi voz suplicante.
Señor, si no te olvidas de las faltas, ¿quién podrá subsistir?
Mas el perdon se encuentra junto a ti: por eso te veneran. Espero en el Señor,
mi alma espera y confía en su palabra, mi alma aguarda al Señor mucho más
que a la aurora el centinela.
Como aguarda a la aurora el centinela así Israel espere en el Señor, porque el
Señor tiene misericordia y hay en él abundante redención. El Señor dejará libre
a Israel de todas sus maldades.

También las súplicas obedecen a un contexto vital deternlinado. La exist-


encia de saln1os en donde un hon1bre acusa malévolan1ente al inocente, le
persigue y trata de matarle, se debe a la costun1bre de que en Israel los casos
judiciales más difíciles y que un juez ordinario no podía resolver, eran
llevados al templo y un sacerdote dictaba el "juicio de Dios". Entonces el
acusado oraba a Dios suplicándole justicia y proclan1ando solemnen1ente su
propia inocencia. Esta plegaria la hacía tnediante un salmo que in1provisaba
o que tomaba del forn1ulario sacerdotal. Con1o ejen1plo, tenen1os el Salmo 7

29
"Salmo 6", ver Apéndice, p. 184.
GENEROS LITERARIOS DEL A.T. 105

Señor, Dios mío, en ti me refugio, líbrame de mis perseguidores y sálvame.


Porque son como leones listos para asaltanne, y me van a despedazar sin que
nadie me pueda salvar.
· miO,
Señor y DIOS . manos, ...30
, st. 1a m a Id ad maneha mts

3. Cantos de acción de gracias

Son salmos que expresan, alabando a Dios, y normalmente ante la comunidad


reunida, la gratitud por la ayuda que Yahvé ha mostrado en determinadas
situaciones. La existencia de cantos de acción de gracias del pueblo es muy
rara y por lo general los cantos de acción de gracias que aparecen en el salterio
son de corte individual. Al comienzo expresa el hon1bre agradecido su
intención de alabar a Yahvé en una acción de gracias, frecuentemente utiliza
la fórn1ula "quiero alabarte Yahvé". La parte principal contiene con1o elenlen-
to característico el relato de la ayuda experimentada y resume la vivencia con
proposiciones de validez general, invitando a la con1unidad a que alabe a
Dios. Al final puede repetir la actitud de dar gracias, expresar un voto de
alabanza o exponer una petición. Con1o ejen1plos de cantos de acción de
gracias, encontran1os los Salmos 32, 73 y 107.
Vamos a citar el Salmo 107.

Alaben al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.


Que así digan los rescatados por e~ Señor, los que él rescató del enemigo.
Los que él reunió de diferentes naciones, ... 31

4. Salmos reales y sapienciales

Es importante n1encionar que existe una serie de saln1os que no surgieron de


las tres actitudes fundan1entales mencionadas anteriorn1ente, y que son
alabanza, petición y acción de gracias, por lo que no se consideran pertene-
cientes a los subtipos antes estudiados. Estos salinos son llan1ados reales y
sapienciales debido a los temas que tratan. Los salmos reales se refieren a
exaltaciones glorificantes de los reyes de Israel y con1o ejen1plos tenen1os los
Salmos 2, 18, 20, 21, 44, 72, 89, 110 y 132. Los saln1os sapienciales contienen
enseñanzas conductuales y consejos sobre normas de vida. Tenen1os como
ejemplos a los Salmos t 11, 19,25, 34, 37, 49, 73, 78, 105, 112,119 y 133.

30
"Salmo 7", ver Apéndice, p. 184.
31
"Salmo 107", ver Apéndice, p. 185.
106 CAPITULO IV

Oraciones

Es muy difícil distinguir entre los salmos y las oraciones. La diferencia a nivel
de género es que los salmos son oraciones cantadas y la oración propiamente
dicha está compuesta en prosa.
La oración en su concepto universal es una forma de con1unicación del
hombre con Dios. Vamos a analizar brevemente, los dos tipos de oración que
encontramos en el Antiguo Testamento.

l . Las oraciones de súplica

Estas oraciones constan de invocación, petición o deseo, y motivación o


exposición del objeto buscado. Un ejemplo típico de este tipo de oración lo
encontramos en ]e 16, 28.

Sansón invocó a Yahvé y exclamó: "Señor, Yahvé, dígnate acordarte de mí,


hazme fuerte nada más que esta vez para que de un golpe me vengue de los
filisteos por mis dos ojos.

Otros ejen1plos son: Gil 32, 10-13; 2 Sm 7, 18-29; 1 Re 3, 6-9; 2 Cro 20, 6-12 y
]dt 9.

2. Las oraciones penitenciales

Tienen como tema, la petición del perdón de los pecados. Un ejen1plo lo


encontran1os en]c 10, 10-16.

En esos años los israelitas llamaron a Yahvé, diciendo: "Hemos pecado contra
ti porque hemos abandonado a Yahvé, nuestro Dios, para servir a los Baales."
Yahvé dijo a los israelitas: "Cuando los egipcios, los amorreos, los amonitas,
los filisteos, los sidonios, Amalee y Madian los oprimían y ustedes clamaron
a mí, ¿no los salvé de sus manos? A pesar de ésto me han abandonado y han
servido a otros dioses. Por eso no los salvaré otra vez. Vayan y griten a los
dioses que ustedes han elegido: a ver si los salvarán en el tiempo que les va
mal."
Los israelitas respondieron a Yahvé: "Hemos pecado, haz con nosotros lo que
quieras, pero sálvanos hoy." Retiraron a los dioses extranjeros y sirvieron a
Yahvé. Entonces Yahvé no pudo soportar más tiempo el sufrimiento de Israel.

Tenemos otros ejemplos en Esd 9, 6-15, Dn 9, 4-19 y Ne 9. Con ésto, hen1os


terminado nuestro breve y sencillo análisis de los principales géneros litera-
rios del Antiguo Testatnento, esperando dejar una inquietud que los lleve a
seguir descubriendo nuevos horizontes.
La Dormición de María (Kariye Muzesi-Estambul)
CAPITULO V
LOS CENEROS LITERARIOS DEL
NUEVO TESTAMENTO

Los escritos neotestan1entarios contienen un n1aterial de tradición que apa-


rece en diversas forn1as y fórmulas literarias.

Los evangelios sinópticos


Sinópsis significa visión de conjunto. De ahí que a los evangelios de Mateo,
Marcos y Lucas se les llan1e sinópticos por la sen1ejanza de su construcción y
su contenido.
Las formas que se dan dentro de los evangelios sinópticos se pueden
dividir en dos grupos fundan1entales y podríatnos designarlos como tradi-
ción verbal y tradición histórica. En general poden1os decir que en la Iglesia
apostólica las palabras y dichos del Señor (tradición verbal) se consideraban
como instrucciones doctrinales, n1ientras que los relatos sobre los hechos y
episodios de su vida (tradición histórica) pretendían explicar quién y cómo
era jesús.

Tradición verbal
La clasificación de los dichos en grupos, con su precisa caracterización, es
naturaln1ente objeto de discusión. Poden1os considerar con1o válida en lo
esencial, la agrupación que presentamos aquí sin pretender ser exhaustivos.
1 JO CAPITULO V

1. Dichos proféticos

Los dichos proféticos que se refieren a la salvación, los reúne Jesús en el


anuncio de su mensaje sobre la proxin1idad del reino de Dios. Vamos a elegir
algunos ejemplos para estudiar brevemente su forma.
Ve amos a Le 12,32-40:

Pequeño rebaño, no temas, porque al Padre le agradó darte el Reino. Vendan


lo que tienen y repártanlo en limosnas. Háganse bolsas que no se gasten, y
júntense riquezas celestiales que no se acaban, donde no pueden llegar ni
ladrón ni polilla que destruya. Porque donde está tu tesoro, ahí también estará
, T engan 1a ropa puesta y ...32
tu corazon.

La frase comienza con el in1perativo "No temas", que se encuentra frecuente-


mente en los discursos proféticos veterotestatnentarios (ls 10,24 y 41,10-14).
El anuncio salvífico del reino de Dios se expresa por medio de una frase con "porque".
Llama la atención la frase: "donde está tu tesoro está tu corazón" porque hace
alusión a un hecho n1uy con1ún en la actualidad que es el n1aterialismo. El
hombre se rodea de infinidad de cosas n1ateriales, pone su corazón en ellas
y entonces se convierte en su esclavo. Al respecto de lo que comentamos, nos
viene a la memoria un cuento hindú:

Había una vez un rey poderoso que tenía una joya muy valiosa y que era lo
que más estimaba. Un día que iba paseando junto a un río en compañía de
uno de sus ministros, tomó la joya y la arrojó al río. El ministro le preguntó
asombrado que como era posible que siendo su posesión más preciada la
hubiera tirado. El rey le contestó: la tiro, porque la joya ya no es mía, sino que
yo soy de la joya.

Sólo cuando los hombres descubran que su n1isión no es an1ar a una "joya",
sino amar a los den1ás y buscar el reino de Dios, el n1undo catnbiará.
Otro ejen1plo de dicho profético de Jesús lo encontran1os en Le 13,28-29
que tiene su equivalente en Mt 8,11-12:

Allí será el llanto y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a


Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras ustedes serán echa dos
fuera.
Y vendrán hombres del oriente y del poniente, del norte y del sur, a tomar
parte del festín, en el Reino de Dios. Pues hay gente que ahora son últimos y
que serán los primeros, y en cambio los que ahora son primeros serán los
últimos.

32
"Dicho profético", ver Apéndice, p. 186.
GEN EROS LITERARIOS DEL N.T. 111

Lucas sitúa el dicho profético en un conjunto de sentencias escatológicas,


mientras que Mateo la ubica dentro de la perícopa de la curación del siervo
del centurión de Cafarnaum. Esto demuestra la existencia de paralelisn1os e
interpolaciones en los evangelios sinópticos.
Volviendo al texto encontramos que el anuncio de la salvación aparece
en la segunda parte del dicho e in1ita los vaticinios salvíficos de los profetas
(ls 49,12 y ]r 3,18). Al igual que éstos, está puesto en futuro. Al anuncio
salvífica, sobre el que claramente se hace énfasis, le precede una palabra
profética de amenaza. Es evidente la influencia de dos esquemas: uno, el de
la sabiduría proverbial (Pr 8,32s; Eclo 48,11; Sall,l), y otro, el de la literatura
apocalíptica (Dn 12,12; Tb 13,14).
Encontramos un conjunto articulado de dichos proféticos en serie en las
Bienaventuranzas del sern1ónde la montaña (Mt 5,3-10=Lc6,20-23). Hay una
variación estructural entre los dos textos, pues Mateo enuncia ocho bienaven-
turanzas, n1ientras que Lucas cita cuatro bienaventuranzas y les contrapone
cuatro n1aldiciones lo que le da un carácter n1ás dramático. (En cuanto a
contenido, los dos textos se refieren a las actitudes que debe tener el hombre
ante Dios y su prójimo). Las bienaventuranzas son una promesa de salvación
y un anuncio del Reino de Dios.
En su aplicación a la justicia social ha habido mucha polémica en tomo a
las bienaventuranzas, pues en ellas se hace n1ención explícita de la pobreza.
Vamos a ahondar un poco en este aspecto.
Dios quiere que el hon1bre viva dignamente y que sea feliz en la tierra.
La pobreza es un mal, es una castración del hontbre. La n1iseria que orilla al
ser hun1ano a vivir en condiciones vergonzosas, es una oposición al plan de
Dios. Las injusticias y explotaciones se han multiplicado, por eso la Iglesia
Católica ha reton1ado su con1pron1iso, especialmente en los países del Tercer
Mundo eligiendo la opción preferencial por los pobres, que es la lucha por
suprimir las explotaciones y establecer la justicia social. Hay sectores de la
Iglesia que han interpretado las bienaventuranzas de una manera superficial
porque el sentido profundo de ellas es radical y duele aceptarlo.
Cuando Mateo dice: "Felices los que tienen espíritu de pobre, porque de
ellos es el Reino de los Cielos", se refiere a aquellas personas que han elegido
ser pobres, que no buscan dinero y bienes materiales como lo más importante
en la vida. Habla de aquellos que son despreciados por quienes solo buscan
el éxito terrenal. Son los que necesitan de los den1ás y de Dios, en contraste
con los orgullosos, que creen no necesitar ni de los den1ás ni de Dios.
Lucas que es más radical y directo dice: "Felices los pobres, porque de
ustedes es el Reino de Dios". Aquí evidenten1ente se refiere a la pobreza
material y no pretende afirmar que la miseria es una virtud, sino que Dios
promete estar n1ás cerca de los que sufren y tienen han1bre. El contrapunto
a esta bienaventuranza es la prin1era malaventuranza que dice en forma
112 CAPITULO V

irónica: "iAyde ustedes, los ricos, porque ustedes tienen ya su consuelo!". Ese
consuelo será la glorificación de los pobres en el paraíso. La pobreza en el
mundo no se ha dado por arte de magia y Jesús aquí hace responsables a
todos aquellos que han creado situaciones infrahumanas para muchos de
nuestros hermanos. Estos "ricos" son todos aquellos que humillan a otros, los
soberbios, los de corazón duro, los que creen que tienen derecho a comprar
la vida de los demás y los que han olvidado que Dios y nuestros semejantes
son más in1portantes que las riquezas materiales.

"Felices los pobres porque de ustedes es el Reino de Dios"


Le 6, 20
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 113

En fin, el Evangelio llama felices o bienaventurados a los que por ser


pobres materialmente han descubierto su necesidad profunda frente a Dios,
y saben recibir con gozo sus designios; también son felices los que al descubrir
el valor inestilnable del Reino de Dios se han desprendido de sus riquezas,
compartiéndolas con los demás.
Es triste ver que n1uchos cristianos al ser cuestionados por las exigencias
de la doctrina social de la Iglesia, le ponen etiquetas de "comunisn1o" para
justificar su actitud de evasión y mantenerse en la pasividad de la injusticia
social engañando a su conciencia. Su tibieza de acción la con1pensan envol-
viéndose en el cutnplirniento de ritos religiosos externos y de devociones
piadosas de muy dudosa validez. Esos "cristianos" han olvidado que el
Cristianismo se vive en la calle, en la vida diaria y no solo en el Templo.
Existen en los evangelios sinópticos, profusión de dichos proféticos de
Jesús y podemos citar con1o ejemplos para reflexión del lector, los siguientes:
Mt 11,21-24=Le 10,13-15; Mt 12,41-42=Le 11,31-32; Mt 23,4ss=Le 11,43ss; Mt
23,34-36=Lc 11,49-51; Mt 23,37-39=Lc 13,34-35.
Como se ha hecho notar varias veces, la forn1a de la sentencia profética
tiene sus raíces en el Antiguo Testan1ento. La novedad de los dichos de Jesús,
que le acreditan como profeta, reside en el anuncio que hace de la salvación,
del Reino de Dios.

2. Dichos sapienciales

Muchos de los dichos de Jesús, desde el punto de vista de su forma, hay que
clasificarlos con1o dichos sapienciales, que tenían ya un patrón en la literatura
sapiencial. Esto vale tanto para los proverbios con1o para las frases formula-
das en forma proverbial. Como ejen1plos tenemos: Me 6,4=Mt 13,57=Lc 4,24:
"Ningún profeta es tenido en poco sino en su patria y entre sus parientes y
familia"; Mt 6,34b: "Bástale a cada día su afán"; Le 6,45b: "Pues, de la abun-
dancia del corazón habla la boca". Hay proverbios que pueden construirse
también con dos mien1bros, formando un paralelismo antitético cotno por
ejemplo, Le 6,45a: "El hon1bre bueno del buen tesoro de su corazón saca cosas
buenas, y el n1alo saca cosas malas del n1al tesoro de su corazón".
Los dichos sapienciales pertenecen a un tipo de enseñanza n1uy extendido
y colocan a Jesús en la línea de los doctores del Antiguo Testan1ento y de sus
contemporáneos, sin en1bargo, dada la plenitud y lo inaudito de los n1ensajes
de Jef;ús, podemos aplicarles el dicho profético que dice: "Aquí hay algo n1ás
que Jonás ... y aquí hay algo más que Salomón" (Mt 12,41-42=Lc 11,31-32).
3. Dichos legales

Varios dichos de Jesús adoptan forma de dichos legales y hay que admitir
con toda seguridad que asílos entendió y transmitió la Iglesia primitiva. Nos
114 CAPITULO V

encontramos, por lo n1isn1o, con dichos en forn1a de sentencias jurídicas


apodícticas, ejemplo: Mt 7,1.6, o en fonna casuística: Me 10,10-12=Mt 19,9.

No juzguen, para que no sean juzgados.


No den a los perros lo que es santo, ni echen ustedes perlas delante de los
puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, se vuelvan contra
ustedes y los hagan ped~ws (Mt 7,1.6).

4. Parábolas

Narraciones ficticias, que pueden tener con1o base una experiencia real, que
se presentan en forma de imagen o ejemplo para adaptarlo a la vida real de
los oyentes. Relatan lo que un hon1bre concreto realiza en una situación
particular y de ahí concluin1os por analogía lo que nosotros debemos hacer.
Las características generales de una parábola son el exordio, el esquen1a
y la conclusión.
El exordio es la parte introductoria y sirve de an1bientación y de partida
del relato. Enseguida aparece el esquema o cuerpo de la narración que es el
argumento y donde en forma más o n1enos concreta se nos transmite la idea
que el autor quiere decir. Finaln1ente viene la conclusión que muchas veces
explica el sentido o el ntensaje de la parábola, aunque otras veces le deja al
lector una pregunta para que él n1is1no la conteste y descubra el mensaje, que
tiene la intención de calar hondo en su vida.
La Exégesis bíblica considera que existen dos tipos de parábolas: una,
que podrían1os llamar parábola directa (Gleiehnis) y que narra cosas ordina-
rias, típicas y cotidianas. En estas parábolas se habla del crecimiento de la
siembra; de los abrojos en el_ trigal; del fern1ento en la masa de harina; de la
pesca de la red; de la construcción de una torre y de los estrategas; de los niños
que juegan; de la alegría al encontrar el dinero perdido; de cón1o se guarda
el tesoro escondido; de lo que se hace con la higuera que no da fruto. Las
cosas referidas en estas parábolas están a la orden del día, las saben todos,
están sujetas a las leyes comunes y ordinarias, son de la vida cotidiana. Un
claro ejemplo de una parábola de este tipo es la parábola del se111brador (Me
4,3-9):

Escuchad. Salió un sembrador a sembrar, y al sembrar, parte de la semilla cayó


junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en un
pedregal, donde no había mucha tierra, y brotó en seguida, porque la semilla
no tenía profundidad en la tierra, pero en cuanto salió el solla abrasó y se secó
por no tener raíz. Otra cayó entre espinos, y al crecer los espinos, la sofocaron
y no dio fruto. Otra parte, en fin, cayó en buena tierra y dio fruto lozano y
crecido, produciendo unos granos treinta; otros, sesenta, y otros, ciento. Y
añadió: ¡El que tenga oídos para oír, que oiga!
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 115

Hay que aclarar que la parábola anterior tiene un Sitz im Leben muy concreto
que corresponde a la forma de arar en la antigüedad en donde primero se
echaba la semilla y después venía el arado, por eso se expli ca el que las
semillas cayeran en el camino o en las piedras porque la tierra se removía
después. (En nuestra época primero se prepara y se ara la tierra y una vez ya
limpia se siembra, por ]o cual es imposible que la semilla caiga entre piedras
o en un camino. De modo que lo que pasaba en el campo palestinense en la
época de Jesús era algo muy familiar y lo que ocurría en la siembra era algo
común).
Analizando la forn1a literaria vemos que al autor no le interesa narrarnos
quien era el sembrador ni su historia sino que a través de ponernos una
imagen cotidiana del campo nos quiere dar un mensaje, una enseñanza. Se
percibe claramente que Jesús hace una comparación en la que la sen1illa es la
palabra de Dios y nosotros somos la tierra en la que cae.
El otro tipo de parábolas lo podríamos llamar parábola indirecta ó alegó-
rica (Parabel), y narra acciones o circunstancias extraordinarias y singulares.
Precisamente porque la parábola indirecta no se compone de elen1entos
comunes y típicos de la vida ordinaria, sino de hechos extraordinarios, resulta
más difícil detectar su carácter parabólico que en las parábolas en sentido
estricto (parábolas directas), de que hemos hablado antes. Un claro ejemplo
de parábola indirecta es la parábola de las bodas reales (Le 14,16-24):

Un hombre daba una gran cena e invitó a muchos. A la hora de la cena envió
a sus siervos a decir a los invitados: "Venid, que ya está preparada la cena."
Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: "Compré un campo,
y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses". Otro dijo: "Compré cinco pares
de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses." Un tercero dijo: "Me
casé y no puedo ir". Regresando el siervo, refirió esto a su señor. Irritado
entonces el señor, dijo a su siervo: "Sal de prisa a las plazas y calles de la ciudad
y trae aquí a los pobres y a los lisiados, a los ciegos y a los cojos". Después el
siervo dijo: "Señor, está hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio". Y el señor
dijo al siervo: "Sal a los caminos y a los cercados y obliga a la gente a entrar,
para que se llene mi casa. Pues os digo que ninguno de aquellos que habían
sido invitados probará mi cena".

En esta parábola tatnbién hay cosas que ocurren como suelen ocurrí r siempre
y como podía esperarlas cualquier oyente. Un señor da un gran banquete y
extiende de antemano las invitaciones. Según la costun1bre de los círculos
distinguidos de Israel, la invitación se reafirn1aba por segunda vez inmedia-
tamente antes del banquete. Hasta aquí, pues, todo es normal. Pero viene lo
sorprendente: todos los invitados, que habían dado el sí a la prin1era invita-
ción, rechazan la segunda y con1ienzan a disculparse. Todos tienen sus
buenas razones para no asistir, y no acude nndie. ¡He aquí una situación bien
extré\ña y fuera de lo norn1all Tal situación in1pulsa al señor a tomar una
116 CAPITULO V

medida extraordinaria. Invita a los pobres y desamparados de la ciudad y


no se detiene hasta que se llena la sala del festín. ¡Habrá que imaginarse
semejante escena! Esta parábola representa el "banquete escatológico" y
podemos explicarla de la siguiente manera:
Dios ofrece a la humanidad reunirla en torno a una mesa donde haya
lugar para todos. Para esto ha enviado a sus profetas a predicar la justicia y
la confianza en El. Pero el pueblo escogido, Israel, no hizo caso de los
profetas; menos aún hará caso de Jesús. Sin embargo, el proyecto de Dios no
se detiene aquí, sino que El dará nuevas muestras de su amor al enviar a los
apóstoles a predicar el Evangelio a los pueblos paganos que todavía no lo
conocen, para que entren a la Iglesia de Jesús. Algunos judíos, sin embargo,
los pocos escogidos entre tantos llamados, formarán el núcleo de la Iglesia
primitiva. En la actualidad podría repetirse algo sin1ilar: las fan1ilias y
pueblos "cristianos" que no escuchan las palabras de Jesús o que no intervie-
nen en la Renovación de la Iglesia perderán la gracia de Dios y serán
reemplazados por otros en la Iglesia.
Se ve que resulta tnucho más difícil distinguir entre una narración ordi-
naria y la parábola indirecta que entre una narración ordinaria y la parábola
directa. Bien lo sabían los narradores de entonces. Ellos percibían el paren-
tesco de la parábola indirecta con el relato histórico o con la noticia, y
aprovechaban dicho parentesco a ciencia y conciencia para obtener las reac-
ciones queridas. A este respecto existe un ejetnplo n1uy ilustrativo en el
antiguo testamento que es la parábola de la oveja del pobre, que el profeta
Natán le cuenta al rey David.
El contexto es conocido: David desea a Betsabé, n1ujer de U rías el jeteo,
que está en el can1po de batalla. Para evitar con1plicaciones, David se las
ingenia para hacer n1atar discretamente a U rías y ton1ar por esposa a Betsabé.
Llega entonces el profeta Natán, que le cuenta lo siguiente (2 S 12,1-4):

Había en una ciudad dos hombres, uno rico y otro pobre. El rico tenía ovejas
y vacas en gran cantidad. El pobre no tenía nada, a no ser una sola corderilla
que el había comprado. Ella había criado y había crecido con él y con sus hijos;
comía de su pan, bebía de su vaso y donnía en su seno. La tenía como una
hija.
Llegó un huésped al hombre rico, y éste no quiso tomar de sus ovejas ni de sus
bueyes para servir al viajero que había llegado a él. Robó la corderilla del
hombre pobre y se la sirvió al hombre que había llegado a él.

Al oír esta historia, David se encoleriza y dice a Natán: "Vive Yahvé, que el
que ha hecho tal cosa es digno de muerte, y pagará cuatro veces el valor de
la corderilla por haber hecho ésto y haber obrado sin piedad". Natán dice
entonces a David: "Tú eres ese hon1bre".
GENEROS LITERARIOS DEL N.T. 117

La descripción del profeta Natán pinta detalladan1ente la maldad de


David con Urías. Porque David se apropia la mujer de uno de sus fieles
generales, precisamente cuando es dueño de todo un haren1. Pero David no
se percata de que la historia de Natán se refiere a él. Porque la narración no
parece a primera vista una parábola; bien podría ser el relato de lo que ha
ocurrido en alguna parte de su reino, donde un rico se ha apoderado del único
bien de algún pobre.
No cabe duda de que Natán trabaja aquí con dos géneros narrativos
distintos. Refiere una historia que oscila intencionadamente entre el informe
y la parábola. La reviste con la forma de una noticia desgraciada y enervante,
dándole la función de una parábola. El oyente ha de escuchar las parábolas
indirectas como una historia, tiene que olvidar el momento presente e iden-
tificarse con la situación descrita. Sólo al fin se percatará de que él n1isn1o es
el cuestionado y de que está en juego su propio con1portan1iento, su propia
persona.
De cuanto venimos diciendo se desprende que hay parábolas directas que
pueden reconocerse con1o tales por su con1ienzo o por lo típico de su conte-
nido, y hay también parábolas indirectas que velan al principio su género
literario, que juegan intencionaln1ente con la forma de una noticia y que, para
identificar su carácter parabólico, hay que atender a la situación y a las
circunstancias relativas al oyente.
Volviendo a consideraciones técnicas literarias, conviene con1entar que
todas las parábolas, tanto di rectas como indirectas, se pueden da si ficar según
el tipo de exordio que tengan. Existen las llamadas parábolas de dativo inicial
que son aquéllas que en1piezan con una con1paración. Como ejen1plos tene-
mos:

¿Con qué compararemos el reino de Dios o con qué parábola lo expondremos?


Es como un grano de mostaza, que... (Me 4,30-31 ).
¿A qué compararé el reino de Dios? Es como la levadura que una mujer... (Le
13,20-21).
El reino de Dios es como un hombre que echa una semilla ... (Me 4,26).

Existen tatnbién las llatnadas parábolas de tipo interrogativo que son


aquéllas que en1piezan con una pregunta o interrogación. Con1o ejen1plo
tenemos:

¿Quémujerqueposeediezdracmas, si pierde una, no enciende una luz y barre


la casa y la busca cuidadosamente hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, ...
(Le 15,8-9).
118 CAPITULO V

Finalmente encontran1os las parábolas de nominativo inicial que son aquéllas


que comienzan mencionando al protagonista de las n1ismas. Podemos citar
los siguientes ejemplos:

Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó... (Le 10,30-37)


Un hombre daba una gran cena ... (Le 14,16-24)
Un hombre tenía dos hijos ... (Le 15,11-32)
Un hacendado tenía un administrador... (Le 16,1-8)
Había en una ciudad un juez... (Le 18,2-8)

Como clarificación de todo lo anteriormente expuesto van1os a mostrar un


cuadro sinóptico sobre las parábolas:

Directa

Dativo Inicial (Me 4,30,31)


Interrogativa (Le 15,8-9)
Nominativo Inicial (Me 4,3-9)

Indirecta

Dativo Inicial (Mt 18,23-35)


Nominativo Inicial (Le 14,16-24)
Es importante con1entar que Jesús es uno de los personajes que ha usado la
parábola con mayor maestría en la historia hun1ana. El debió haber sido
plenamente consciente de que este género literario era muy accesible a sus
conten1poráneos orientales.
También las acciones sin1bólicas o parabólicas pueden contarse en el
grupo de las parábolas. Frecuentemente topamos con este fenómeno en los
profetas veterotestan1entarios, y no es raro en la vida de Jesús. Con1o gesto
parabólico se ha de interpretar el que Jesús se siente a la mesa con los
"pecadores" y los reciba en su casa (Le 15,1-2); o cuando escoge de entre sus
discípulos a los "Doce" para que sean patriarcas del nuevo pueblo de Dios
(Me 3,13-19 = Mt 10,2-4 =Le 6,12-16). Gesto parabólico es que ton1e a un niño,
le ponga en n1edio de los discípulos y afirn1e: "en verdad les digo, si no se
vuelven y se hacen con1o niños, no entrarán en el reino de los cielos" (Mt
18,1-3 =Me 9,33-37 =Le 9,46-48), o cuando lava a los discípulos los pies en la
últin1a cena (Jn 13,ss). Se da un gesto parabólico cuando Jesús entra en
Jerusalén cabalgando sobre un asno (Me 11,1-10 = Mt 21,1-9 =Le 19,29-38;cf.
Za 9,9), o cuando maldice la higuera estéril (Me 11, 12-14 y 20-21).
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 119

Queremos dejar a ustedes, la inquietud de leer por sí n1ismos las parábolas


de Jesús y que reflexionen sus mensajes, por lo que ofrecemos una lista de
todas las parábolas que aparecen en los evangelios sinópticos:

Parábolas del Reino


El sembrador: Mt 13,1ss.
Razón de ser de las parábolas: Mt 13,1 Oss.
La simiente que crece sola: Me 4,26ss.
La mala hierba: Mt 13,24ss.
El grano de mostaza y el fermento: Mt 13,31ss.
El tesoro y la perla: Mt 13,44ss.
La red: Mt 13,47ss.

Parábolas diversas
La oveja perdida: Mt 18,22; Le 15,4ss.
La moneda perdida: Le 15,8ss.
El hijo pródigo: Le 15,12ss.
La venida del ladrón: Le 12,39ss.
El administrador responsable: Le 12,42ss.
El deudor cami1lo del juez: Le 12,58ss.
La higuera y sus hojas: Me 13,28ss.
El patrón que vuelve tarde: i\1c 13,33ss.
Los pla11os de guerra y la torre: Le 14,28ss.
El servidor despierto: Le 17,7ss.
La casa sobre roca y sobre arena: Le 6,47ss.
Los invitados al banquete: Mt 22,2; Le 14,16ss.
Los talentos: Mt 25, 14ss.
Los dos deudores: Le 7,4ss.
El amigo inoportuno: Le ll,Sss.
El mayordomo incorrecto: Le 16,1ss.
La viuda y el juez malo: Le 18,1ss.
El Se11or misericordioso y el siervo cruel: Mt 18,21ss.
Los trabajadores enviados a la vhía: Mt 20, lss.
El "no" y el ''sí" de Los hijos: Mt 21,25ss.
Los malos virzadores: Mt 21,33ss.
Las diez muchachas: Mt 25,1ss.
El buen samaritano: Le 10,25ss.
El rico necio: Le 12,13ss.
El rico y Lázaro: Le 16,19ss.
El fariseo y el publica no: Le 18,9ss.
120 CAPITULO V

5. Sentencias en primera persona del singular

Vamos a poner especial atención en las frases que empiezan con las palabras
"Yo he venido", "Yo vine", "Yo soy". Pueden estar formuladas afirmativatnen-
te comoenMt 10,35o Le12,49: "Vine a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía
que ya estuviera ardiendo!". También pueden estar formuladas como nega-
ción, por ejemplo aMc2,17 oMt 5,17: "No vine a suprin1irla Ley o los Profetas,
sino a perfeccionarlos". Este tipo de sentencias derivan de la conciencia que
Jesús tiene de ser el enviado de Dios y contienen en formulación precisa la
tarea de su misión. A la misma forma pertenecen aquellas sentencias en las
que en vez del "Yo" se pone como sujeto "el Hijo del hombre". Suelen
introducirse con el giro "el Hijo del hon1bre ha venido" u otros semejantes.
Como ejen1plos tenemos a Le 19,10; Mt 11,18ss = Le 7,33s y Me 10,45 = Mt
20,28: "Así con1o el Hijo del hon1bre no vino para que lo sirvan, sino para
servir y dar su vida para rescatar a muchos".
En estrecha relación con estas sentencias están las frases de diversa
formulación en las que Jesús habla de su misión y por consecuencia, de la
misión de sus discípulos (Mt 15,24).

6. Sentencias de seguitniento
Existen sentencias que hablan de seguin1iento y que presentan un tipo de
estructura característica. En Le 9,57-62 encontramos una serie de tres senten-
cias de este tipo. Las tres tienen en común que están construidas en forma de
diálogo entre Jesús y un personaje anónimo. En la prin1era y tercera senten-
cias el personaje se dirige a Jesús con la petición de que le acepte en su
seguimiento, a lo que responde Jesús con una formulación breve y cuestio-
nante. La segunda sentencia can1bia este esquema y empieza por la llamada
de Jesús a su seguimiento; viene luego la petición de un plazo por parte del
personaje anónin1o, para tern1inar con las palabras definitivas y exigentes de
Jesús. Con esta dramatización del diálogo la sentencia se asemeja n1ucho a
las historias vocacionales, sólo que en la sentencia no se habla para nada de
la reacción del interesado a los requerimientos de Jesús, aspecto que siempre
encontran1os en los relatos vocacionales.
En las sentencias de seguin1iento se trata de exponer de fonna plástica e
impresionante lo que le espera al que ha sido llan1ado y lo que tiene que hacer.
El énfasis está en las palabras tenninantes de Jesús, que cobran un significado
ejemplar.

7. Los discursos

Los discursos son piezas literarias que tienen como objeto transn1itir mensajes
. que motivan un convencin1iento o una reacción de los oyentes. Desde este
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punto de vista, encontramos muchas agrupaciones de dichos y sentencias de


Jesús que tienen una temática definida y que se ajustan al esquema del
discurso. En el caso del evangelio de Mateo, reconocemos cinco discursos de
Jesús, los cuales mencionaremos breven1ente:

a) El discurso de la buena nueva del Reino: caps. 5 a 7: Comienza con "El sermón
de la montaña".
b) El discurso apostólico: cap. 10: Está dirigido a la labor misionera de los
apóstoles y habla de su acción y de las futuras persecuciones.

e) Discurso en parábolas: cap. 13,1-52: Presenta siete parábolas, que proclaman


las características del Reino de los Cielos: realidad espiritual, cuyos misterios
son presentados en parábolas; los humildes reciben la luz, los soberbios se
escandalizan.

d) El discurso eclesiástico: cap. 18: Va dirigido a los discípulos fieles que siguen
a Jesús. Ellos son el núcleo del futuro Reino de los Cielos. Jesús imparte
numerosos consejos de humildad, caridad, compasión y apoyo mutuo.

e) El discurso escatológico: caps. 24 y 25: Marca una crisis violenta. Dios rechaza
al Pueblo infiel y lo sustituye por el Pueblo nuevo formado por judíos y
gentiles, sobre el cual se establecerá el reinado universal y glorioso del Mesías.
El discurso insiste en la vigilancia, trata del fin del judaísmo y de sus
resonancias cósmicas, invita a estar alerta para el fin de cada persona y
anuncia el juicio final. Presenta visiones de carácter apocalíptico.

Tan1bién en Lucas y Marcos encontramos discursos de Jesús que tratan


algunos temas similares a los que presenta Mateo. Poden1os n1encionar con1o
ejemplos a Le 6 y Me 10,1-45.

Tradició11 histórica (relatos de hechos)


En la sección anterior vimos lo referente a la instrucción doctrinal de Jesús
(es decir, palabras, sentencias, dichos y discursos; todo lo referente a su
mensaje verbal). En esta sección van1os a ver los relatos sobre los hechos de
su vida con la intención de conocer un poco n1ás cón1o era el Jesús histórico.
Conviene aclarar que los Evangelios no presentan una biografía de Jesús
y por eso encontran1os algunos anacronismos y contradicciones al comparar
los textos entre sí. Los Evangelios son una interpretación de la persona de
Jesús y del significado de sus acciones a la luz de la Resurrección. Fue
necesario que Jesús resucitara para que hubiera una reflexión que les permi-
tiera a los apóstoles comprender y explicar con claridad el profundo impacto
122 CAPITULO V

de las vivencias que habían tenido con El. Antes de la resurrección, el


concepto de Jesús como Hon1bre-Dios era muy confuso. Fue tan importante
el mensaje de Cristo resucitado que los evangelistas prepararon sus escritos
de una manera doctrinal y didáctica, haciendo énfasis en los n1ensajes tras-
cendentes referentes a la gran Revelación del Dios-Hon1bre, sus conceptos
sobre el Reino de los Cielos, el An1or, la Vida Eterna, etc. Debido a esto no
existe una "Historia de Jesús" y nos toca a nosotros imaginarnos cómo era El,
partiendo de los datos que el Evangelio nos ofrece.

l. El Evangelio de la infancia (origen de Jesús)

Sabemos n1uy poco de la infancia de Jesús, pues sólo Mateo y Lucas dan
algunos datos. Las inquietudes desde la antigüedad por cornpletar esos
vacíos de inforn1ación dieron lugar a la creación de escritos apócrifos y
n1itificaciones diversas que pretendían explicar el origen de Cristo.
Dada la importancia que tiene para nosotros el conocer a un Jesús más
cercano, trataremos de desentrañar un poco el n1isterio de su persona procu-
rando destnitificar lo n1ás posible.
Podemos decir que para ser n1ien1bro de la especie "homo sapie11s" se
necesita tener genes y cromosomas fonnados y transn1itidos por n1illones de
años de evolución. No se puede ser hon1bre venido de la nada. En este sentido
ser persona significa formarse en el camino de un pasado que empieza siendo
biológico y se concretiza en una historia, un pueblo, una familia. Dios no
puede hacer surgir un hon1bre sin origen hun1ano de la nada. De hacerlo,
nacería un ser distinto, sin relación con nuestra historia. Por eso, decimos que
Jesús se hace humano al brotar del proceso evolutivo (cosmos, historia,
sociedad) y realizar su vida de una forn1a libre y responsable.
Los evangelios de la infancia forman y transmiten una experiencia cre-
yente en que Jesús se muestra con1o el Hijo de Dios que había sido prometido
ya en el Antiguo Testamento.
Los relatos de la infancia no se pueden concebir con10 una crónica
precisamente de los hechos ni tampoco son leyenda ejen1plar dirigida a los
pequeños. Son más bien reflejo de una fe profundamente vivida y expresada.
No descubren nuevas experiencias, o verdades, sino que reinterpretan y
presentan vivencias de la iglesia recién formada.
La historia de la infancia, de Lucas, constituye uno de los testin1onios n1ás
extraordinarios de la experiencia cristiana de todos los tiempos. Sin embargo,
son numerosas las razones que obligan a ser prudente en la valoración
histórica del relato. Por ejemplo, el censo que es causa del traslado de Nazaret
a Belén es de dudosa historicidad y aunque fuera histórico no obligaba a
trasladarse hasta el lugar de origen de la fan1ilia, Belén en este caso.
Interpretando los con1entarios anteriores y apoyándonos en el libro jesús
y los problemas de su historicidad de W. Trilling, nos arriesgan1os a dar nuestra
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 123

opinión sobre la patria y la ascendencia de Jesús. En lo referente a la patria se


ha logrado ya cierta unanimidad . Las razones que inclinaban a pensar que
había nacido en Belén son de carácter exclusivamente teológico y no pueden
constituir un hecho histórico. Por eso, es preferible suponer, que Jesús ha
nacido en Nazaret de Galilea. Esa procedencia de Nazaret y Galilea significó
una dificultad en la iglesia prin1itiva, puesto que como indican Mt 4,13-16; ]n
1,46 y ]n 7,52: "de aquella tierra de tinieblas y n1uerte no podía haber salido
nada bueno". Precisamente por constituir un escándalo, este dato no ha
pod ido ser invento de la iglesia. De aquí que afirn1emos con cierta seguridad
que Jesús era nazareno.
El hecho de nacer de unos padres es inherente al ser hun1ano, no sólo en
el aspecto físico-biológico sino en la misma génesis psicológica de la perso-
nalidad de la cual surge el an1or y la palabra. El Nuevo Testan\ento en su
conjunto presupone que lo original de Jesús no está en el hecho de un
nacimiento especial sino en que, siendo humano con1o los den\ás, hace
presente el misterio de Dios sobre la Tierra. Sin embargo, el n1isn1o Jesús que
en Me 6,3 se describe "imparcialn1ente" con1o el hijo de María y en Le 4,22
como el hijo de José, aparece en los evangelios de la infancia (Le 1 y Mt 1)
con1o aquel que ha sido concebido virginaln1ente por obra del Espíritu. El
asunto de la concepción virginal y la desconocida identidad de José y María
han suscitado muchas discusiones entre exégetas y teólogos, cuestiones que
no abordaremos en nuestro estudio, aunque si quisiéramos resaltar la expre-
sión del Concilio Vaticano 11 sobre María: "Ella sobresale entre los hun1ildes
y pobres del Señor, que de El esperan con confianza la salvación. Con ella,
excelsa Hija de Sión, tras larga espera de la promesa, se cun1ple la plenitud
de los tiempos y se inaugura la nueva era, cuando su Hijo asun1e de ella la
naturaleza humana para librar al hon1bre del pecado mediante los misterios
de su carne" (Lumen gentium 55).
En esta línea surge nuestro concepto de jesús con1o el hijo unigénito de
Dios que se presenta como un hombre entre los h01nbres: tiene un nacimiento
como los otros, participa de su carne y de su sangre. Jesús se asen1eja en todo
a sus hern1anos y por eso tiene un destino y experin1enta angustia y sufri-
miento.
La representación evangélica de carácter sin1bólico de que jesús nace en
las condiciones n1ás hun1ildes (establo, anin1ales, pastores) nos n1uestra su
preferencia e identificación con los n1ás pobres. Por otro lado se n1enciona
que unos Magos de Oriente guiados por una estrella fueron a adorarlo y le
llevaron oro, incienso y mirra. Este relato ha causado polén1icas e interpreta-
ciones diversas y nosotros en un sentido práctico solo diremos que el pasaje
de los Reyes Magos sin ser histórico es n1uy importante, pues los Magos
venidos de muy lejos representan a las naciones de todo el n1undo, que a lo
124 CAPITULO V

largo de los siglos buscan la luz de Cristo. La adoración de los Magos


simboliza el sentido universal del nacimiento de Cristo y de su Iglesia.
Hay otro hecho interesante de carácter simbólico durante la infancia de
Jesús que es la huida a Egipto. Este relato es la conexión con el Antiguo
Testamento, es una comparación en la cual Jesús al igual que Israel sufre la
vivencia del destierro. De este modo la figura de Jesús sintetiza el sentido
total del pueblo de Israel.
Otro hecho que ha llamado sien1pre la atención es el ten1a de los hermanos
de Jesús que aparece en Me 6,3 y Mt 13,55.
El análisis de este problen1a está rodeado de n1ucha incertidumbre y es
difícil llegar a un final seguro. Es importante indicar que es arriesgado basarse
de manera rigurosa en una concordancia entre los nombres de personas que
se citan en el Nuevo Testamento. Sabemos que los n1ismos nombres de los
doce apóstoles varían.
Existen tres soluciones exegéticamente posibles que se han dado a este
problema: la de San Jerónimo que defiende que los hermanos de Jesús son en
realidad sus prin\os, la de Epifanio que supone que José era viudo y tuvo
varios hijos antes de haberse casado con María y la de Elvidio que sin negar
la concepción virginal dice que dichos hern1anos pueden ser hermanos
verdaderos de Jesús, hijos de José y María.
Nosotros nos inclinamos en lo personal y siempre como suposición por
la solución de San }erónin1o. Nos basan1os en el hecho de que para el n1undo
semita y de manera especial para el Antiguo Testan1ento, el término hermano
ofrece una amplitud 1nayor que en nuestro tiempo y significa aquel que
pertenece a la familia, de n1odo que se puede interpretar de una n1anera
general como pariente. De aquí que podamos decir que los llamados herma-
nos de Jesús fueran sólo parientes.
Dándonos un poco n1ás de libertad de interpretación nos animamos a
decir que en Nazaret, Jesús creció junto con sus padres, aprendió a hablar
hebreo con un acento galileo que nunca perdió y se educó en la n1entalidad
judía de su tiempo. No asistió a ninguna escuela especial ni fue alun1no de
ningún gran maestro intelectual. Su educación y cultura fueron de tipo
don1éstico y pueblerino de n1odo que sólo asistió a las celebraciones ordina-
rias de la Sinagoga de Nazaret.
El era conocido con1o el hijo del carpintero José y jugaba con niños de su
edad en las polvosas calles de su pueblo. Un poco n1ás grande pudo haber
aprendido el oficio de carpintero y ayudarle a su papá en el taller. Era un
muchacho sencillo, delgado, con su túnica tallada por el trabajao, con sus
cabellos castaños desaliñados, pero eso sí sus ojos verdes, tenían una n1irada
cristalina y decidida que atraía la atención de quien lo n1iraba. El era un
muchacho sano y norn1al, pero también iba teniendo una autoconciencia
_J ' - ...!--
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 125

No sabemos mucho de la vida privada de Jesús en Nazaret. Se preparó a


su misión de Salvador en la hunlildad de la vida común y corriente, sin
sobresalir, sin llamar la atención, compartiendo totaln1ente la vida de la gente
de su pueblo. El hijo de María fue realn1ente hon1bre entre los hombres.
Por ser judío, Jesús concibe a Dios como un ser personal vinculado a la
vida y circunstancias del pueblo y de cada uno de los hon1bres, Dios es un
ser consciente que conoce y quiere el bien de los hombres y se encuentra
comprometido con Israel en una historia de elección, de alianza y de pron1e-
sas.
De una manera posiblemente inigualada, Israel ha concentrado su aten-
ción en el encuentro de dos personajes que se ilun1inan n1utuamente en la
medida que se van acercando: Dios y el hombre. Dios se va despegando de
la niebla del Cos1nos, del ritmo vital o del simple poder y se ofrece como
sentido, siempre abierto, de la vida de los hon1bres. El hon1bre, a su vez ha
trascendido las fronteras del n1undo, de la raza y de la n1uerte. Ser humano
es, en el fondo, escuchar la voz de Dios y hallarse abierto a su futuro. En esta
perspectiva se entienden dos tendencias del judaísmo palestino del tien1po
de Jesús: legalisn1o y apocalíptica.
Mientras el legalista (fariseo) opina que el cumplin1iento de la ley suscita
un campo bueno en medio de la tierra n1ala, el apocalíptico se indina a
suponer que todo es n1alo. La vida de los ho1nbres se ha lanzado hacia el
abismo y ya no existe esperanza de un ren1edio. Por eso es necesario un juicio
en el que todo se transfonne. El Dios de la profecía que llan1aba a conversión
y prometía un mundo nuevo abierto a la verdad y a la justicia se ha transfor-
mado en Dios del juicio que ha recibido ya el momento de su venida y
destruirá a los hombres (pueblos) enen1igos dando el pren1io de la vida
(resurrección) a los que fueron justos (Israel o su parte buena).
En este doble campo de la ley y de la esperanza apocalíptica ha surgido
Jesús a la existencia. Sobre ese fondo aprende a valorar la vida. De esa n1anera
se comprende que sin perder su herencia judía Jesús haya podido criticar
elementos de su educación religiosa. Sin ese trasfondo de Israel (elección,
promesas, ley, amor y juicio) la vida y la n1uerte de Jesús habrían carecido de
significado. Por eso el Antiguo Testan1ento constituye un fundan1ento in1-
prescindible para entender los relatos sobre el origen de Jesús, el Cristo.
Finalmente poden1os decir que la originalidad y profundidad de Jesús no
está en su educación, su estudio personal, o en sus conocin1ientos sistemáti-
cos, sino en su corazón, en su relación con Dios y con los hon1bres y en su
gran libertad.
Si se desea tener una visión más amplia y profunda de este tema, reco-
mendamos el n1uy interesante libro Los orfgenes de Jesús de Xabier Pikaza.
126 CAPITULO V

2. Paradigmas
Son narraciones cortas y completas en sí mismas que servían como ejemplos
en la predicación apostólica. Se pueden considerar en algunos casos como
un tipo de diálogo doctrinal. El paradigma tiene los siguientes rasgos típicos:

a) La perfección redondeada del relato que no necesita introducción ni


epílogo. Es una señal de que la narración ha tenido una existencia aislada
antes de su inclusión en el Evangelio.

b) La brevedad y sencillez de la narración, de la que se hallan ausentes tanto


el interés biográfico como los rasgos personales de los actores. De los perso-
najes no sabemos nada, mas que el hecho de que entran en contacto con Jesús
y cómo han llegado hasta él. (Lo que realmente saben1os y deben1os saber es
cómo responde Jesús a ese contacto).

e) El estilo edificante, el tono absolutan1ente religioso de la narración.

d) El relieve formal de las palabras de Jesús. Y sien1pre se advierte que la


sentencia de Jesús, cuando constituye bajo esa forma el final de la perícopa,
posee significación universal y, en cuanto regla de fe o de vida, relaciona toda
la narración directamente con los oyentes.

e)Resonancia del relato en un pensamiento útil para la predicación, ya sea en


una sentencia general, en una acción ejemplar de Jesús, o finaln1ente en una
exclamación del coro que ensalza el hecho.

El ejemplo de la curación de) paralítico (Me 2,1-12) puede esclarecer breve-


mente esas características:

Tiempo después, Jesús volvió a la ciudad de Cafamaúm y se supo que estaba


en casa. Se reunió tanta gente, que no quedaba lugar ni siquiera delante de la
puerta, mientras Jesús les anunciaba su mensaje.
Llegaron cuatro hombres, que traían a un paralítico. Como no podían acer-
carlo a Jesús, a causa de la multitud, abrieron el techo del lugar donde él estaba,
y por ahí bajaron al enfermo en su camilla. Cuando vio la fe de esta gente, Jesús
dijo al paralítico. "Hijo tus pecados te son perdonados" ...33

Después de una transición e introducción redaccionales (v. 1-2) el relato


comienza con el vago "Llegaron" (v.3). Sin apenas n1ás datos sobre la situa-
ción, se describe cón1o entre cuatro llevan ante Jesús al paralítico en una
can1illa.
33
"Curación del paralítico", ver Apéndice, p. 186.
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 127

La narración termina con la aprobación final a manera de coro (v.12). Nos


hallamos efectivamente ante una pieza completa, muy breve y sencilla. No
se nos dice ni una palabra sobre quiénes eran aquellos hon1bres ni qué fue lo
que les in1pulsó a llevar al enfermo a Jesús. Sobre el enfern1o mismo, apenas
se dice lo imprescindible. Faltan datos sobre el historial del enfermo, indica-
ciones técnicas acerca de la curación, pruebas de su realidad. Asimistno hay
que notar el estilo edificante de la narración: lo que importa es la fe y el perdón
de los pecados. Como también es patente que figuran €n primer plano las
palabras de Jesús, la del perdón de los pecados y la de que el Hijo del Hombre
tiene poder en la tierra para perdonar los pecados (v.lO). Esta palabra tiene
in1portancia general para la fe cristiana y establece una conexión inmediata
con los oyentes. Precisamente en ella encontramos el elemento paradigmáti-
co de la narración, que no tiene su centro en la curación corporal del enfermo.
Lo que se trata de mostrar de n1anera ejemplar es que Jesús tiene poder para
perdonar pecados. El coro final contiene una alabanza de Dios y habla del
ason1bro de los hon1bres ante lo sucedido. ·

Otros paradigmas:
Los discípulos arrancan espigas en sábado (Mc2,23-28).
La curación del hon1bre de la mano seca (Me 3,1-6).
La unción de Betania (Me 14,3-9).

Como grupo especial de paradigmas poden1os considerar las historias


vocacionales neotestan1entarias. No van1os a revisar ahora cada una de estas
historias, sino que presentaremos las que se pueden considerar típicas: la
vocación de los prin1eros discípulos (Me 1,16-20 y Le 5,1-11), la vocación de
Leví-Mateo (Me 2,14).
Obsérvense en an1bos casos principahnente dos cosas: en primer lugar,
la llan1ada de Jesús está en ilnperativo: "venid conn1igo", "síguen1e". Por eso,
al referir la vocación de la segunda pareja de discípulos puede decirse con
una frase de contenido equivalente: "y los llamó". La segunda observación
se refiere a la obediencia incondicional con que responden los interesados a
la llamada de Jesús. Aquí no hace falta precisamente el verbo "seguir";
puede decirse tan1bién: "se fueron tras él". La obediencia inn1ediata a la
llamada de Jesús, o se pinta de un n1odo gráfico, con1o en la historia de los
prin1eros discípulos: "dejaron inmediatan1ente las redes", o bien: "dejando a
su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes ... ", o como en la vocación de
Mateo se dice concisa y enérgican1ente: "se levantó y le siguió". Los relatos
de vocación valen cotno ejen1plo de cótno llatna Jesús y de lo que tiene que
hacer aquel a quien él ha llan1ado.
128 CAPITULO V

3. Disputas
En contraposición al paradigma, que narra un acontecin1iento, la disputa
contiene la relación de un enfrentamiento o discusión de Jesús con sus
adversarios, provocada por un episodio detern1inado.
Podemos esclarecer esto con el ejemplo de la "cuestión sobre los poderes
de Jesús" (Me 11,27-33): se trata de la prin1era de cinco disputas que en el
evangelio de Marcos ven1os distribuidas entre el tercero y cuarto día de la
semana de pasión en Jerusalén.
La sucesión cronológica se debe probablemente al evangelista, al igual
que el orden en que se suceden los interrogadores (sanedrín, fariseos, escri-
bas). A diferencia de las otras cuatro disputas inmediatas (sobre el tributo,
Me 12,13-17; el problema de la resurrección, Me ]2,18-27; la cuestión del
mandamiento supremo, Me 12,28-34; y la pregunta sobre el Mesías, Me
12,35-37) que parecen seguir todas en el fondo un esquetna cotnún, esta
prin1era enlaza con la precedente anécdota de la expulsión de los n1ercaderes
del templo (Me 11,15-19).
Van1os a citar el texto de Me 11,27-33:

Volvieron a Jerusalem, y cuando andaba por el Templo se le acercaron los jefes


de los sacerdotes, los maestros de la Ley y las autoridades judías, y le dijeron:
"¿Con qué derecho haces esto? ¿Quién te ha autorizado para hacerlo?". Jesús
les contestó: "les voy a preguntar una sola cosa. Si me contestan, les diré con
qué derecho lo hago: Cuando Juan bautizaba, ¿lo hacía mandado por Dios o
era cosa de hombres?". Ellos comentaban entre sí: "Si decimos: lo había
mandado Dios, nos dirá: Entonces, ¿por qué no lo creyeron?". Pero tampoco
podían contestar ante la gente: "Era cosa de hombres", ya que todos tenían a
San Juan por un verdadero profeta. Por eso respondieron a Jesús: "No
sabemos". Y Jesús les contestó: 'Tampoco yo les digo con qué autoridad hago
estas cosas".

El diálogo de la disputa se construye generaln1ente según el conocido esque-


ma de las disputas rabínicas:
a) pregunta de los adversarios,
b) contrapregunta de Jesús,
e) respuesta de los adversarios, con la que descubren su punto flaco,
d) denegación de la respuesta con1o consecuencia que se sigue de la
respuesta de los adversarios,
e) respuesta de Jesús que n1uchas veces lleva una advertencia. Natural-
mente la disputa presenta sus peculiaridades si la con1paran1os con el esque-
ma del paradignta, como en el hecho de que a la respuesta de los adversarios
(v.33) preceda una deliberación entre ellos (v.31-32). Aquí falta la advertencia
final que aparece, por ejen1plo, en Me 12,17b o en Me 12,34b.
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 129

Otras disputas, como las que tienen lugar acerca de cuál es el mayor de
los mandamientos (Me 12,28-34), acerca del divorcio (Me 10,2-12) o de las
purificaciones legales (Me 7,1-23), acaban en diálogos doctrinales.

4. Relatos de milagros

Hablando de los paradigmas hemos mencionado ya los relatos sobre los


milagros de Jesús. A diferencia de las narraciones paradign1áticas de mila-
gros, en las que el punto culminante de la historia lo constituye un dicho de
Jesús con carácter normativo para la fe o la vida cristianas, los relatos
milagrosos que ahora vamos a comentar tienen por objeto la revelación del
mismo Jesús, la manifestación de su divinidad y de su poder sobrehumano.
Los milagros además de ser hechos portentosos, fuerzas dinán1icas que
manifiestan un poder sobrenatural, una virtud divina que Jesús posee con1o
propia, son acciones-sín1bolos que proyectan un n1ensaje propio y personal.
No son únicamente acciones que n1uestran la extraordinaria superioridad de
Jesús sobre la naturaleza, sino que son signos reveladores de ciertos aspectos
de su persona. Es hern1oso creer en los n1ilagros a causa de Jesús, más que
creer en Jesús a causa de los milagros.
Jesús hacía n1ilagros, porque se con1padecía de los enfern1os y de las
necesidades de la gente. Lo que ocasionaba un n1ilagro eran la necesidad de
la gente, la bondad de Jesús y la fe que Jesús tenía en que Dios actuaba en El
y por El.
Esta intención que tuvo el Señor de enseñarnos por n1edio de sus n1ilagros
no les quita a éstos su carácter espontáneo y personal. Jesús no los había
previsto y dispuesto de antemano, sino que cada vez actuó inspirado por su
corazón lleno de atención y de nlisericordia. Y porque conocía el problen1a
personal de cada uno de sus interlocutores, no procedió con todos de la
misma n1anera. Exigía para sanarlos que tuvieran fe en El; es así con1o se
marcharon no solamente sanados, sino salvados, por haber encontrado al
Dios vivo.
Por su forma, las historias de n1ilagros se pueden caracterizar así: la mayor
parte de las veces son los n1ismos hon1bres los que acuden a Jesús en demanda
de ayuda (Me 1,30-40; 5,22-25; 7,25-32; 8,22; 9,17; 10,46-48), a diferencia de la
predicación, en la que es Jesús quien se acerca a los hon1bres, porque para eso
ha sido enviado (Me 1,38). A veces se dice el non1bre de los que piden un
favor: }airo (Me 5,22), Bartin1eo (Me 10,46); y hasta se les describe con n1ás
detalles: la mujer enferma, cuya curación se nos cuenta en Me 1,29-31, resulta
que es la suegra de Pedro (Me 1,30); a Jairo se le pinta con1o jefe de la sinagoga
(Me 5,22); la mujer que pide la curación de su hija es gentil y siriofenicia de
nacimiento (Me 7,26); de Bartin1eo se dice que era un n1endigo ciego que se
sentaba al borde del can1ino (Me 10,46). En ocasiones se señala la clase de
enfermedad (Me 1,30) y se nos inforn1a de los vanos esfuerzos que se habían
130 CAPlTULOV

hecho ya para su curación (Me 5,26; 9,18). Con frecuencia se describe con
amplitud de detalles cómo Jesús lleva a cabo la curación (Me 1,41; 5,41; 7,33;
8,23-25; 9,25-27). Tan1bién se consigna a veces explícitan1ente el éxito de la
curación (Me 1,31; 7,30; 8,25). De vez en cuando la narración termina con un
coro final de alabanza (Me7,37), o con la nota de que le individuo que ha sido
curado proclama la palabra (Me 1,45) o va en seguin1iento de Jesús (Me 1 0,52).
Con todo, lo n\ismoque en los paradign1as, falta cualquier interés psicológico.
Así como en los paradign1as es una sentencia de Jesús la que constituye el
punto culminante de la historia, aquí ese punto lo ocupa el milagro.
Esta caracterización muestra que, si bien los relatos de milagros presentan
una estructura bastante unitaria, ciertamente no son uniforn1es. Lo que les
in1prime una n1arca común no es un esquema formal al que se atengan
estrictamente, sino la intención de proclan1ar el poder divino que tiene Jesús.
Por eso podrían llan1arse, usando la palabra en su sentido n1ás amplio,
milagros de epifanía o de manifestación.
Milagros de epifanía en sentido estricto son la transfiguración de Jesús
(Me 9,2-10) y su can1inar sobre las aguas (Me 6,45-52). En uno y otro caso el
punto culminante de la narración está forn1ado por una verdadera frase
revelatoria (Me 9,7 y 6,50). Las n1isn1as historias de den1onios habría que
considerarlas como n1ilagros epifánicos en un sentido especial, ya que los
endemoniados revelan explícitan1ente la identidad de Jesús.
Los exorcisn1os que hace Jesús, reflejan la lucha de orden espiritual y
escatológico que opone el Reino de Dios al Reino de Satanás. Tal lucha
invisible se n1anifiesta en el n1odo de obrar de los demonios, quienes al
reconocer a Jesús, gritan desesperadan1ente y entonces Elles prohibe hablar
y los expulsa. Un caso de exorcisn1o muy interesante es el del endemoniado
de Gerasa en Me 5,1-20. Estando Jesús en tierra de gentiles se encuentra un
enden1oniado, pero presa del espíritu del n1al en grado superlativo. "Mi
nombre es Legión, porque son1os n1uchos", dice el Demonio por boca del
afectado. ¡Y el n1iserable poseso estaba esclavizado en cuerpo y aln1a! Pero
ante Jesús, Legión se hun1illa y ten\e: "¿Qué tienes que ver conn1igo, Jesús,
Hijo del Dios Altísin1o? ¡No tne atorn1entes!". En efecto, Jesús le decía:
"Espíritu inmundo, ¡sal de este h01nbre!". El den1onio se siente vencido;
suplica que al menos lo deje en la región para apoderarse de cerdos, animales
impuros. Jesús se lo pern1ite, pero los cerdos se precipitaron al lago y se
ahogaron. Esta es una victoria tren1enda sobre los demonios y en tierra de
gentiles. El hon1bre sanado quiere seguir a Jesús, pero todavía no llega el
tien1po de los gentiles. Ya vendrá. Entre tanto, que vaya a proclan1ar entre
los suyos la misericordia que Dios le ha hecho por n1edio de Jesús.
Otro caso de exorcisn1o n1uy impresionante es el del enden1oniado epi-
léptico donde Jesús se enfrenta a un espíritu n1aligno n1uy poderoso y lo
expulsa definitivan1ente con la fuerza de la oración.
t;t.Ntl<US Ll'l ~KAJ<IUS OEL N.T. 131

5. Relatos de institución
Los tres sinópticos traen, dentro del marco de la historia de la pasión, un relato
sobre la institución de la eucaristía durante la últin1a cena que celebró Jesús
con sus discípulos (Me 14,22-25; Mt 26,26-29; Le 22,15-20); a éstos hay que
añadir el relato correspondiente que encontramos en la primera carta a los
Corintios (11,23-25) y con el que Pablo se remite a la tradición normativa sobre
la primitiva celebración cristiana de la eucaristía.
Dentro de estos textos pueden distinguirse claramente dos grupos: Mar-
cos-Mateo y Lucas-Pablo. Mateo depende de Marcos; Lucas, cuando se
aparta de Marcos, se acerca con Pablo a una tradición con1ún que parece
reflejarse de n1odo más originario en su relato que en el del apóstol Pablo.
Los ele1nentos esenciales son con1unes a todos los textos: una relación de
lo que hizo Jesús con el pan y con el cáliz, de las palabras que pronunció sobre
los mismos, como palabras referentes a su distribución. Si es verdad que los
autores de los relatos difieren en detalles concretos, hay que tener en cuenta
que ninguno de ellos pretendía ofrecer una relación exacta de lo que el Señor
hizo y dijo en la úl tin1a cena. Más bien nos transn1i ten la forma en que se
celebraba la eucaristía en su tien1po y en su con1unidad respectiva. Las
diversas formas fundamentales de la tradición tenían su contexto vital en la
liturgia de la Iglesia antes de ser incorporadas a los Evangelios o, más
concretamente en nuestro caso, a los relatos de la pasión. Una vez dentro del
marco de los relatos de la pasión, están al servicio de una interpretación de
la pasión y muerte de Jesús, hechos evidenten1ente anteriores a los ritos
litúrgicos de la Iglesia.
Una especie de relato de institución referente al bautisn1o se encuentra en
el mandato misional que imparte el Señor resucitado en Mt 28,19s: "Vayan y
hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenlos a cumplir todo lo que
yo les he encomendado".

6. Relatos de la pasión y resurrección

Los momentos más dramáticos y decisivos en la vida de Jesús están consig-


nados en el relato de su pasión, n1uerte y resurrección. Este relato constituido
por una agrupación de pasajes lo encontran1os narrado en forn1a muy similar
en los tres evangelios sinópticos: Mt 26-28, Me 14-16 y Le 22-24.
Los pasajes con1unes a los tres evangelios y que constituyen el conjunto
de la historia de la pasión, n1uerte y resurrección de Jesús, son los siguientes:

-Conspiración contra Jesús (anuncio de la Pasión)


-Ultima cena (institución de la Eucaristía)
-La Oración en el huerto de Getsen1aní
132 CAPITULO V

-Prendimiento de Jesús
-Juicio del Sanedrín
-Negación de Pedro
-Muerte de Judas
-Jesús ante Pi lato
-El viacrucis (Camino de la Cruz)
-Crucifixión y nluerte
-Entierro de Jesús
-Resurrección l
-Apariciones de Jesús Resucitado l
-Despedida y Misión Universal. \

Es verdad que en la pasión, tal con1o la trae el evangelio de Marcos, se 1

encuentran algunos bloques literarios que fueron originalmente inde-


pendientes, por ejemplo, Me 14,3-9 y 14,22-25. Sin embargo, se puede adn1itir
con seguridad que ya en la tradición pre-evangélica la historia de la pasión
estaba expuesta en un relato coherente, y esto en sucesión continua, desde el
plan del sanedrín de dar n1uerte a Jesús hasta la tun1ba vacía. Con toda
probabilidad se dio este fenómeno en n1ás de una tradición, puesto que tanto
Lucas con10 Juan ton1aron cada uno, según parece, un relato de la pasión
independiente de la tradición de Marcos. Que la historia de la pasión existiera
como pieza acabada y que corrieran entre las con1unidades diversos relatos
independientes, es algo que puede sostenerse fundándose en sólidas razones.
Desde el prin1er mon1ento cobrnron importancia decisiva en la predicación
de la Iglesia primitiva la n1uerte y resurrección de Jesús (lCo 15,3-5). Según
esto, correspondió a la narración n1ás antigua la tarea de poner los cin1ientos
de este kerygn1a (predicación) y al n1isn1o tien1po explicarlo; es decir, hacer
comprender a los creyentes que la pasión y la resurrección eran los aconteci-
mientos fundan1entales de la historia de la salvación.
Esto lleva consigo el que no se deba considerar la historia de la pasión,
desde el punto de vista de su forn1a, ni con1o un tratado edificante ni con1u
un relato histórico, sino que n1ás bien debe definirse con1o una exposición
histórico-salvífica.
Cuando n1uereJesús, sus apóstoles sintieron una frustración n1uy grande,
pues pensaron que todo había tern1inado. Todavía no habían con1prendido
con claridad que Jesús era Dios y tenían n1iedo. Es aquí donde viene el n1ayor
de todos los n1ilagros de Cristo y la n1áxin1a prueba de su n1isión divina: su
Resurrección. El Cristo resucitado es la plenitud del Cristo hun1ano, del
Cristo que an1a, sufre, fracasa y n1uere.
La Resurrección de Cristo nos da la total comprensión de su vida y de la
nuestra. El dice: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en n1C aunque
muera vivirá, y el que vive y cree en n1í, no n1orirá jan1ás" Onll, 25-26).
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 133

La Resurrección es testin1onio que Cristo es Dios, que el hon1bre es eterno


y de la participación del hon1bre en la Gloria de Dios. Con la Resurrección,
Cristo define el valor divino de la existencia humana y se pone como puente
entre el Padre y nosotros. San Pablo dijo: "Si Cristo no hubiera resucitado,
vana sería nuestra fe" (1 Co 15, 14), porque el hon1bre no hubiera sido liberado
del pecado y de la muerte.
Los cristianos tenemos el privilegio de creer en un Dios vivo que vino a
convivir con nosotros y a con1partirnuestra condición humana; saben1os que
la vida temporal es la sen1illa de la vida eterna donde Dios y el hon1bre vivirán
en el amor sin tiempo.
El Cristo Resucitado se quedó unos días con sus discípulos y antes de
partir les confirmó su vocación nüsionera diciéndoles: "Vayan y hagan que
todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el non1bre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenlos a cumplir todo lo que yo les he
encomendado. Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se tern1ine este
mundo" (Mt 28,20).
Estos sencillos pescadores que creyeron en jesús Resucitado, son los que
nos han hecho Ilegar la fe que profesamos.

El Evangelio de San Juan

Hacía unos treinta años que Mateo, Marcos y Lucas habían escrito sus
evangelios cuando Juan terminó de redactar el suyo, alrededor del año 95.
No pretendió reunir otros dichos y hechos de Jesús, sino n1as bien aclarar el
misterio de su persona.
En los tres primeros evangelios abundan n1ilagros y palabras de Jesús.
En el de Juan hay solamente siete milagros que él llan1a "signos" y varios
discursos, que progresan lentamente repitiendo las n1isn1as palabras clave.
Juan se ren1ite a algunos de sus recuerdos referentes a Jesús, pero desarrolla
lo que contenían sus palabras y lo que con1prendió en ellas durante su larga
vida.
El Evangelio de Juan nos revela a una persona: Cristo. Este evangelio es
esencialn1ente "cristológico", todo él es una revelación de Jesús acerca de sí
nlismo.
Lo que conte1npló Juan en la persona de su Maestro lo expresa con las
realidades n1ás comunes de nuestra vida: pan, luz, agua viva, unidad, an1or.
San Juan hizo su Evangelio para los cristianos que conocían ya los
sinópticos, algunas epístolas de San Pablo y las prin1eras herejías.
San Juan, debido a su avanzada edad, conoció n1ejor que ningún otro
Apóstol el desarrollo de las Iglesias, y por consiguiente, los errores que se
iban extendiendo en algunas con1unidades cristianas, principaln1ente algu-
nas herejías, tales como la de los nicolaítas, la de Cerinto y la de los pregnós-
ticos m1P neí!aban la divinidad de Tesucristo por considerar la n1ateria
134 CAPITULO V

intrínsecamente mala; esto explica la terminología que usa: Verbo o logos,


espíritu, carne, luz, vida, agua y sangre. Frente a estas herejías escribió Juan
su Evangelio, demostrando la divinidad de Jesucristo con sus n1ilagros que
son signos o pruebas irrefutables. A lo largo de sus escritos descubrin1os que
Juan es un profundo teólogo y un elevado n1ístico.
Su Evangelio lo podemos dividir en cuatro partes: El Prólogo: 1,1-18, el
Libro de los Signos: caps. 1 al 12, el Libro de la Gloria: caps. 13 al 20 y
finalmente el Epílogo: cap. 21.

El prólogo: 1,1-18
El prólogo es un ''Hin1no al Verbo hecho carne". Es una síntesis teológica
sobre el contenido del cuarto evangelio.

El libro de los Signos: 1-12


A lo largo de los capítulos 1 ni 12 se hace rnención a los n1ilagros o signos
obrados por Jesús con el fin de suscitar la fe en sus discípulos y comunicarles
vida eterna. Es cierto que en esta parte, Juan no solamente narra los signos
realizados por Jesús, sino que transn1ite tan1bién nun1erosos diálogos y
discursos; sin embargo, las alusiones a los signos son la esencia de esta
sección.
A continuación vamos a citar los 7 signos con su respectivo n1ensaje:

Signo-mensaje

1) El n1ilagro de las bodas de Caná: La conversión del agua en vino


sin1boliza la conversión del vino en sangre de Cristo en la eucaristía.

2) La curación del hijo del funcionario real de Caná: El valor de la fe.

3) La curación del paralítico de Betsaida en Jerusalén: Jesús cura y perdo-


na los pecados aún en sábado.

4) La multiplicación de los panes en Galilea: "Yo soy el pan de vida".

5) El can1inar sobre las aguas del lago de Tiberíades: Jesús an1o y señor
de la creación y de las fuerzas de la naturaleza.

6) La curación del ciego de nacin1iento en Jerusalén: "Yo soy la luz del


mundo".

7) La resurrección de Lázaro: "Yo sov la resurrección v la vida".


El sin1bolismo tiene gran importancia en San Juan. Son n1uy significativas
las realidades que quiere expresar con las palabras "luz" y "vida" que usa con
frecuencia.
En su composición evangélica no se lin1ita a relatar los hechos, sino que
transmite su interpretación (ver 2,21; 4,2; 20,9). Así, algunos n1ilagros van
acompañados de un diálogo que explica su significación: el discurso sobre el
pan de vida, la Eucaristía (6,29ss), aclara el sentido sin1bólico de la n1ultipli-
cación de los panes; la curación del ciego de nacimiento (9,6-7) nos hace captar
la afirmación que poco antes hace Jesús de sí n1isn1o: "Yo soy la luz del
mundo"; con la resurrección de Lázaro demuestra que la vida se halla en el
Hijo de Dios, el cual dice en esta ocasión: "Yo soy la resurrección y la vida"
(11,25).

El libro de la Gloria: 13-20


11
Esta sección se puede llamar Ellibro de la Gloria" porque trata los ten\as de
la muerte de Jesús y su Resurrección que son considerados por el evangelista
como una "exaltación" y una "glorificación~~.

Los pasajes que integran esta sección son los siguientes:

1) La última cena y los discursos de despedida: caps. 13 all7.


2) La narración de la pasión de Jesús: caps. 18 y 19.
3) La resurrección: cap. 20.

El Epílogo
Aparecen aquí dos escenas posteriores a la resurrección. Van1os a comentar
la primera de ellas que es la llamada "pesca n1ilagrosa": ]n 21,1-14.

Estaban los discípulos tratando de pescar, pero en toda la noche no pescaron


nada. Al amanecer, Jesús resucitado se presentó en la orilla, pero los discípulos
no lo reconocieron. El les gritó: "Muchachos, ¿tienen algo de comer?". Le
contestaron: "Nada". Entonces Jesús les dijo: "Echen la red a la derecha y
encontrarán pesca".
Con cara de admiración y extrañeza echaron la red y no les ajustaban las
fuerzas para recoger la red; tan grande era la cantidad de peces.
En ese momento, Juan descubre que el personaje desconocido es Jesús, y grita:
"Es el Señor". Con gran entusiasmo dirigen la barca hacia la orilla, arrastrando
la red llena de peces.
Cuando llegaron a tierra, encontraron un fuego encendido y sobre las brasas,
pescado y pan.
136 CAPITULO V

Jesús les dijo: "Traigan de los pescados que acaban de sacar". Pedro subió a la
barca y sacó la red llena con ciento cincuenta y tres peces grandes. Con todo,
no se ro mpió la red.
Jesús les dijo: "Vengan a desayunar". Jesús se acercó a ellos, tomó el pan y se
los repartió. Lo mismo hiw con los pescados.

Aquí tenemos un encuentro muy significativo de Jesús con los apóstoles, esta
vez a orillas del lago de Tiberíades. Este bellísin1o relato está lleno de la
presencia de Cristo resucitado, quien aparece de pie en la orilla desierta a la
luz del amanecer. Jesús invita a desayunar a sus "pescadores de hon1bres"
precisan1ente de los pescados que acaban de sacar y ¡oh coincidencia!, eran
ciento cincuenta y tres peces grandes; exactan1ente el n1isn1o nún1ero de
países que había en la tierra en ese tien1po. Este hecho sin1bólico representa
la vocación misionera de la Iglesia. Los discípulos se lanzarán por toda la
tierra para llevar en sus redes hacia Cristo a todas las naciones. ¡Estan1os ante
el momento en1ocionante del nacin1iento de la Iglesia!

Hechos de los apóstoles

La unidad política y cultural del vasto imperio romano facilitó extraordina-


riamente la evangelización, cuya primera etapa se narra en el libro de los
Hechos, del que se ha dicho que es "la prin1era historia de la Iglesia", siendo
sus principales protagonistas San Pedro y San Pablo. Su autor es el evange-
lista San Lucas. Fue con1pañero de San Pablo y testigo de los hechos que
cuenta en su tercera parte, como nos lo hace entender con el plural "nos"
(16,10-17; 20,5-21; 27,1-28).
En su obra nos describe la propagación de la doctrina de Jesucristo y la
fundación de las prin1eras Iglesias cristianas. San Juan Crisóston1o llan1a a
este libro "el Evangelio del Espíritu Santo" que actúa en los Apóstoles y en la
Iglesia naciente, y que partiendo de Palestina llega, a través del n1undo
grecorromano, hasta Ron1a, capital dellmperio.
El libro se divide en tres partes:

l. Primera parte: La Iglesia de Jerusalén

La prin1era parte (caps. 1 al8,3) trata sobre la vida de la Iglesia en Jerusalén:


los Apóstoles reciben el Espíritu Santo, el nún1ero de cristianos crece en la
Ciudad de David en medio de milagros y persecuciones, el diácono Esteban
muere lapidado por su fe y los cristianos helenistas de raza judía se dispersan
por los países mediterráneos.
En esta parte, en el capítulo 2, 42-47, se nos narra cótno vivía la pritnera
comunidad cristiana de Jerusalén:
GENEROS LITERARIOS DEL N.T. 137

Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la


fracción del pan y a las oraciones.
Toda la gente estaba asombrada, ya que se multiplicaban los prodigios y
milagros hechos por los apóstoles.
Todos los creyentes vivían unidos y compartían todo cuanto tenían. Vendían
sus bienes y propiedades y se repartían de acuerdo a lo que cada uno de ellos
necesitaba.
Acudían diariamente al Templo con mucho entusiasmo y con un mismo
espíritu y "compartían el pan" en sus casas, comiendo con alegría y sencillez.
Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo; y el Señor cada
día integraba a la comunidad a los que habían de salvarse.

Si los cristianos actuales viviéramos de esta n1anera que es la originat se nos


llamaría con1unistas y es que desgraciadan1ente n1uchos cristianos n1odernos
viven una religiosidad cótnoda y tibia que se aleja de la justicia social y de los
ideales de Cristo. En referencia a lo anterior recordan1os aquella frase de
Helder Cm11ara: "Cuando ayudaba a los pobres n1e decían: Es un Santo.
Cuando en1pecé a preguntar ¿por qué hay pobres?, dijeron: Ese es conlunis-
ta". Sin en1bargo en algunos lugares de nuestra joven An1érica Latina se están
levantando vigorosas comunidades cristianas basadas en el espíritu de hu-
mildad y de amor que Jesús predicó. Simplen1ente con1o dato cronológico,
queremos recordarles a los que muestran desconfianza o rechazo a los
movimientos renovadores de la Iglesia actual, que en la época de las prinliti-
vas con1unidades cristianas todavía no había nacido Marx.

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Torre
480M
suresteMONTE DE
ESTE
LOS OLIVOS
Templo de Jerusalén
138 CAPITULO V

HACIA GALILEA
SAMARIA Y SIRIA

HACIA CESAREA

' MONTE DE
LOS OLIVOS

HACIA
~ "-""'.,..;y J ERI CO

~HACIA
BETANIA

-
HACIA EL
MAR MUERTO

~~ 1a. muralla ~ ULO


·.
~---!¡;¡¡ norte Palacio de los 1
HACIA BELEN Palacio de sumos Sacerdotes PUERTA DE
Herodes LAS AGUAS
Y EL SUR

SEPULCRO DE
LOS HERODES
m acio de
Caífás
Calle #'
~~~ci~a
l*"' 1 ~ 1 1 1 ~de S1
-t- &:le Escalera PUERTA DE
LA FUENTE

~!--~~----~' GEHENNA
100 200 300m HACELDANA

ALTURA

760 M. SOBRE EL MEDITERRANEO


1.145M. SOBRE ELMAR MUERTO
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 139

Segunda parte: Expansión de la Iglesia


La segunda parte (8,4 al 12,25) refiere la expansión de la Iglesia fuera de
Jerusalén. En el cap. 9 se narra la conversión de San Pablo, quien había sido
un cruel perseguidor de los cristianos e incluso intervino en el martirio de
San Esteban.
En estas dos partes San Pedro es el protagonista. Aparece, ya desde un
principio, como el que dirige la predicación y gobierna la Iglesia.
En efecto, el nún1ero de adeptos a la nueva doctrina enlpieza a crecer
considerablemente. Los prin1eros grupos se componen de judíos. Ellos
forman las primeras comunidades cristianas. El cristianisn1o iba ganando
partidarios tan1bién entre los judíos de la Diáspora. Todos estos judea-cris-
tianos se consideraban con1o los componentes de la auténtica con1unidad
judía, como el verdadero Israel, lo cual no in1pedía que San Pedro realizara
parte de su apostolado entre los gentiles y recibiera en el seno de la Iglesia al
centurión pagano Cornelio, entendiendo, por la visión que tuvo en Joppe (Hch
10 y 11), que todos los hombres estaban llan1ados a participar del Reino de
Dios.
También ocurre la fundación de la Iglesia de Antioquía en la que tuvieron
gran actividad Pablo y Bernabé, y con lo que comienza en forn1a d iscreta la
evangelización de los paganos.

Tercera parte: Dijusió11 de la Iglesia en el mu11do pngnuo


La tercera parte (13 al 28) relata la difusión del cristianisn10 en el mundo
pagano, siendo su principal propagador San Pablo, "el Apóstol de los Genti-
les" (naciones no judías).

l. El Concilio de Jerusalén

Con la difusión de la Iglesia en el mundo pagano se suscitó un problema muy


serio que atentaba contra los fundan1entos n1isn1os del cristianisn\o. El
problema era si había que judaizar a los gentiles para que fueran cristianos,
es decir, se trataba de definir si un pagano estaba salvado solan1ente con creer
en Jesús y bautizarse, o si tenía que sotneterse pritnero a los n1andan1ientos
y costun1bres religiosas de los judíos, entre los cuales la circuncisión era
fundan1ental. Con10 la discusión era de gran in1portancia, San Pedro convocó
en el año 49, al Concilio de Jerusalén al cual asistieron los apóstoles de
diversas comunidades y los "ancianos" de la con1unidad n1ad re de Jerusalén.
Después de argun1entaciones en las que intervinieron principaln1ente Pedro,
Santiago, Pablo y Bernabé, la Asan1blea apostólica llegó a la conclusión de
que la salvación viene de la fe en Jesucristo y no de la ley de Moisés. Por
tanto, la circuncisión y los otros preceptos n1osaicos quedaban abolidos. Por
140 CAPITULO V

otra parte, esta fe en Cristo elevaba el plan de Salvación a una esfera universal
en la que ya no habría distinción entre judíos y gentiles, sino que todos los
hombres estaban llan1ados a ser uno en Cristo y a participar de su Reino.
San Pablo en su labor doctrinal entre los gentiles, se esforzó especialmente
en traducir el mensaje cristiano formulado en lenguaje oriental, a términos
helenísticos a fin de que lo con1prendieran mejor. Tuvo, por tanto, que
inventar palabras o darles un nuevo significado. Era sumamente difícil
traducir a un lenguaje occidental/ radicaln1ente distinto, ideas nuevas, naci-
das y expresadas en forn1as orientales. Hay que confesar que el esfuerzo de
adaptación lingüística que realizó San Pablo no alcanzó su perfección. Esta
es una de las razones por las cuales algunos pasajes de sus escritos son difíciles
de entender.
Sin en1bargo, nadie con1o él estaba n1ejor preparado para llevar a cabo
esta ardua y trascendental tarea, pues si por una parte era judío de raza, hijo
de fariseos y educado en Jerusalén con el célebre sabio Gan1aliel, por otra
tenía un espíritu an1plio y poseía una cultura griega propia de un ciudadano
romano1 nacido en Tarso de Cilicia (hoy, sureste de Turquía)1 ciudad abierta
al n1undo, situada en la frontera de la civilización grecorromana y de la
civilización sen1ítico-babilónica.
El autor de esta obra, San Lucas, nos cuenta, con riqueza de detalles/ los
tres largos e interesantes viajes del apóstol (cap. 13 y ss., 15 y ss. y 18 y ss.) y
concluye sus crónicas con los relatos de la cautividad de Pablo en Jerusalén,
Cesare a y Ron1a.
Los "Hechos" nos sitúan en el n1undo judío y, sobre todo, en ese otro
mundo distinto al de los evangelios: el n1undo pagano, romano por su
estructura gubernan1ental y adn1inistrativa, y griego por su lengua y su
cultura.

2. Los viajes de San Pablo

Dada la in1portancia que tienen, para la expansión del cristianisn10, van1os a


narrar con cierto detalle los viajes n1isioneros de Pablo.
Su primer viaje duró unos cuatro años: 45-49 (Hch caps. 13 y 14). Pablo
tenía aproximadan1ente cuarenta y tres. El y Bernabé partieron de Antioquía
hacia la patria de éste, Chipre, donde en la ciudad de Pafos se convierte el
procónsul Sergio Pauto.
A partir de este episodio, San Lucas ya no le llan1ará Saulo (Saúl), sino
Pablo.
De Chipre pasaron a la provincia ron1ana de Galacia, en la Turquía actual,
predicando el Evangelio en las regiones de Panfilia, Pisidia y Licaonia. La
expedición pronto la dirige Pablo y no Bernabé.
En el segundo viaje (Hch 15,34 al18,22), años 50-53, Pablo estuvo acon1pa-
ñado de Sil as. Atravesaron Siria y Cilicia, consolidando las Iglesias y visitan-
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 141

do las ciudades gálatas evangelizadas en el prin1er viaje. En Tróade, Pablo


tuvo de noche una visión: un hon1bre n1acedónico le invitaba a pasar a
Macedonia, en el norte de Grecia. Y es en esta ocasión cuando el Apóstol de
las Gentes, obedeciendo esta voz misteriosa, pone por primera vez sus pies
en Europa. Por Samotracia y Neápolis llega a la importante ciudad griega de
Filipos, donde funda su Iglesia más querida. Se adentra en Macedonia,
llegando a su capital, Tesálonica (hoy Salónica), y también a Atenas. De aquí
pasó a la ciudad de Corinto. Desde esta ciudad escribió dos cartas a los
tesalonicenses, cartas conocidas con el non1bre de "escatológicas".
En el tercer viaje (Hch 18,23 al21,16), años 53-58, después de regresar a su
base de Antioquía, atraviesa Calada y Frigia y llega a la ciudad de Efeso,
donde estuvo casi tres años. Durante este viaje escribió las llan1adas "grandes
epístolas": desde Efeso escribió la prin1era epístola a los corintios, desde
Macedonia mandó una segunda a los corintios y otra a los gálatas, y desde
Corinto escribió tan1bién a los rotnanos.

Los Viajes Primer vi?je: Antioquía de Siria-C hipre-Perge-Antioqufa de P.-Iconio-Derbe


Segundo \'iaje: Jerusalén·Antioqufa de 5.-Tarso-Galacia-Macedonia-Atenas Corinto-Efeso
de Tercer viaje: Antioquía de 5.-Efeso-Macedonia-Atenas-Corinto-regreso a Efeso-Tiro-Jerusalén.
Viaje de la cautividad: Cesarea-Mira-Creta-Malta-Roma
Pablo
142 CAPITULO V

Al dejar Efes o, Pablo resolvió ir a Jerusalén, visitando primero Macedonia


y Acaya (Corinto), pasando luego por Filipos, Troya, Mileto, Rodas y Tiro.
Después de algunas aventuras, y contra el buen deseo de algunos cristianos,
llegó a Jerusalén, con el riesgo de ser apresado y de perder la vida. Detenido,
utilizó su título de ciudadano ron\ano a fin de verse libre de la flagelación
que acompañaba al interrogatorio. Enviado a Cesarea, permaneció aquí
cautivo dos años. Con1o su vida corría peligro, apeló a Ron1a.
Aquí empieza el cuarto viaje que es llamado el viaje de la cautividad (años
61-67). El viaje a la ciudad de los Césares lo hizo por mar, y duró alrededor
de seis meses, tocando Sidón, Cilicia, Panfilia, Mira, Creta, Malta y Siracusa.
Lucas, compañero del apóstol, nos ha contado con n1ucho detalle este
largo y aventurado viaje. Llegados a Roma, Pablo estuvo detenido bajo
custodia otros "dos años en su casa alquilada". En este tiempo escribe cuatro
cartas llamadas "de la cautividad": a los colosenses, a Filen1ón, a los efesios y
a los filipenses.
Puesto en libertad, reanudó sus actividades apostólicas en la ciudad
imperial. En esta época se sitúa su viaje a España, al que hace referencia en
una de sus cartas (Rm 15,24).
Vuelve al Medio Oriente y visita Efeso, Creta y Acaya. Y de nuevo regresa
a Roma, donde los cristianos sufren la persecución decretada por el empera-
dor Nerón (año 64). Por este tienlpo escribe dos cartas: una a Ti moteo y otra
a Tito; se les conoce con el non1bre de epístolas pastorales.
Al poco tiempo, Pablo es apresado y encarcelado. Esta vez pierde toda
esperanza de libertad y aun de sobrevivir, como parece indicaren la segunda
carta que escribió desde la cárcel a su querido discípulo Tin1oteo (4,6ss.).
Efectivan1ente, es condenado a n1uerte y decapitado en el año 67.
Por esta época tan1bién fue martirizado San Pedro.
Los dos grandes Apóstoles n1orían; pero, en el can1po inn1enso del
Imperio Romano, se había sembrado ya el cristianismo y se desarrollaba de
modo incontenible. La Ron1a de los Césares se convertiría en la Roma de los
Papas, en la Ciudad Eterna, centro de toda la cristiandad.
En la actualidad hay muchos apóstoles, que con1o Pablo, luchan incansa-
blemente por la liberación de sus países de las garras explotadoras de los
grandes Imperios. En concreto, en el escenario latinoan1ericano encontran1os
experiencias de personajes valerosos que se enfrentan a innumerables peli-
gros y arriesgan sus vidas por la causa de los derechos humanos. Quizá algún
día cuando ya las cosas hayan llegado a una resolución, podamos contar con
tranquilidad los hechos que hoy parecen aventuras escabrosas y que por
razones obvias no podemos narrar. Ese día cobrarán vida y se convertirán
en una historia desgarradora y juzgante.
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 143

Las cartas

En el Nuevo Testamento encontramos una serie de epístolas o cartas escritas


por algunos de los apóstoles de la Iglesia primitiva. Estas cartas tenían el
objetivo de difundir contenidos doctrinales y morales en los diferentes países
0 regiones donde se había extendido el cristianismo. Vamos a hacer una
clasificación de dichas epístolas:

Epfstolas de San Pablo (14)


-Primera y segunda a los Tesalonicenses
-Filipenses
-Primera y segunda a los Corintios
-Gálatas
-Romanos
-Colosenses
-Efesios
-Filemón
-Primera y segunda a Ti moteo
-Tito
-Hebreos

Epfstolns llamadas "católicas" (7)


-Epístola de Santiago
-Primera y segunda de Pedro
-Epístola de Judas
-Primera, segunda y tercera de San Juan

Las cartas neotestamentarias en su mayoría constan de tres partes: Introduc-


ción: nombre del autor, del destinatario y saludo; cuerpo central de la carta:
contenido doctrinal y contenido moral. La enseñanza moral es lo fundamen-
tal de la doctrina expuesta, aplicada a las necesidades espirituales de los fieles
y conclusión: saludos y bendición.
A continuación vamos a hacer un análisis de los principales géneros
literarios que se pueden encontrar en las epístolas. Nuestro análisis vale,
tanto para las cartas paulinas como para las cartas católicas, aunque por
razones didácticas y de contenido hagamos más énfasis en las epístolas de
Pablo.
En las cartas paulinas se encuentran abundantes alusiones a la tradición
de Jesucristo y de su obra salvadora fundada en su muerte y su resurrección.
Algunos ejemplos pueden aclararlo: en 1Co 11,2 Pablo alaba a los cristianos
de Corinto porque se acuerdan de él en todo y guardan las tradiciones que él
les ha transmitido. En 2Ts 2,15 el Apóstol exhorta a los destinatarios de su
carta que están en Tesalóni~a a que guarden las tradiciones que han recibido
144 CAPITULO V

de palabra y por escrito. Este requerimiento se convierte en 2Ts 3,6 en una


amonestación solemne a que se alejen de todo hermano que no viva de
manera ordenada y conforme a las tradiciones que ellos han recibido. Sólo
por estos pocos pasajes se ve ya que, en lugar del rabí judío, portador de la
tradición judaica, Pablo es ahora el Apóstol, llamado por el mismo Cristo, el
que en su predicación, en su enseñanza y en sus cartas transmite la auténtica
parádosis o tradición cristiana.
El contenido de la tradición cristiana es la palabra, que puede designarse
más concretamente como palabra de Dios, como palabra de Cristo o del Señor,
como palabra de la cruz (1Co 1,18), palabra de la reconciliación (2Co 5,19) y
palabra de la vida (Flp 2,16), lo mismo que como evangelio. Cuando Pablo
en lCo 15,1 habla del "evangelio que os he predicado y que vosotros habéis
recibido", bien puede afirmarse que el Apóstol, en vez de "Evangelio" podría
haber escogido igualmente el concepto de parádosis (tradición); pues el
evangelio predicado por él, desde el momento en que lo acepta la comunidad,
se convierte en tradición.
La buena nueva de Cristo se ha convertido en el contenido mismo de la
tradición; más aún, Pablo puede decir que Cristo mismo constituye la tradi-
ción porque en ella se hace presente el mismo Señor; y a esto corresponde la
comunidad que, al aceptar la tradición, confiesa que Jesucristo es el Kyríos
(Señor) (Flp 2,1 1).
Pero aquí tenemos que tratar no sólo de la tradición asumida por Pablo,
sino que hemos de considerar también el tesoro tradicional que nos sale al
encuentro en el resto de la literatura epistolar neotestamentaria.
Las f6nnulas
Por fórmulas entendemos expresiones breves y estereotipadas. En la litera-
tura del Nuevo Testamento se pueden distinguir, con seguridad, tres tipos
de fórmulas: la doxología,la homología y la fórmula de fe.

l. Doxologías

Se designan con este término sentencias breves de alabanza y ensalzamiento


de Dios.
Dentro de los escritos neotestamentarios podemos distinguir dos tipos de
doxologías. Característico del primer tipo es que la doxología empieza con
la palabra "alabado". En 2Co 1,3; Ef1,3 y lP 1,3 se emplea la misma expresión:
"Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo". Una forma más
sencilla se encuentra enRm 1,25; 9,5 yen2Co 11,31, comenzando por"bendito"
y terminando en todos los casos con un "amén". El "alabado" o "bendito", y
el "amén" están delatando en la doxología su procedencia del Antiguo Testa-
mento v cie los textos oracioPales del judaísmo tardío. Abundantes doxolo-
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 145

gías de forma parecida se encuentran en el Antiguo Testamento (por ej., el


final de los cinco libros de los Salmos).
La cristianización de estas doxologías tomadas de ambientes no cristianos
se manifiesta en el hecho de que a Dios se le llama "el Padre de nuestro Señor
Jesucristo" (2Co 1,3; Ef1,3; 1P 1,3), o en que la alabanza se dirige a Cristo (Rm
9,5).
Las doxologías del segundo tipo tienen un formato distinto como en Rm
1t36: "Gloria al Señor por los siglos de los siglos. Amén".
La "situación vital" originaria de las doxologías es el culto cristiano (Rm
15,6; 1Co 14,16). Sobre todo en el Apocalipsis abundan las doxologías proce-
dentes de la liturgia (Ap4,8-11; 5,9-13; 7,12).
Cerramos el tema citando la bella doxología trinitaria que encontramos
en 2Co 13,14:

La gracia de Cristo Jesús el Señor, el amor de Dios y la comunión del Espíritu


Santo sean con todos ustedes.

2. Homologías

Los judíos contemporáneos de Jesús, y en la época de la Iglesia primitiva,


rezaban dos veces al día el sch'ma, que decía: "Yahvé es el único Dios. Amarás
a Yahvé, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus
fuerzas" . En el sch'ma confiesa Israel su pertenencia al Dios único y su
sumisión a sus mandamientos. Esta confesión constituía el fundamento de
la fe judía y servía en el culto sinagoga! para aclamar al Dios único.
Brevemente podía expresarse en esta homología: "Hay un solo Dios".
Gracias a esta fórmula el judaísmo definía su postura en el mundo que le
rodeaba: confesaba la fe en el Dios único frente al culto de los dioses del
emperador.
Rm 3,30, Ga 3,20 y St 2,19 son una prueba de que la Iglesia primitiva tomó
esta homología del judaísmo creyente. 1Co 8,6 y Ef 4,5-6 demuestran que al
mismo tiempo la amplió en el sentido de la fe cristiana, de manera que surgió
una fórmula bipartita, tal como puede verse con toda claridad en 1Co 8,6:

Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas
las cosas y del cual somos, y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las
cosas y por el cual somos nosotros.

De aquí podemos deducir que la homología propiamente cristiana encuentra


su expresión en la confesión de fe del Kyrios Jesús.
La homología Kyrios lesous (Khristos) está repetidamente documentada
en las cartas de Pablo. Quizá donde mejor destaca es en el himno cristológico
de la carta a los Filipenses (Flp2,6-ll). En el himno y a manera de conclusión,
146 CAPITULO V

aparece el grito de aclamación de que Cristo es el Señor. De aquí se ve que


la homología es la parte apoteósica del himno. En la homología se trata no
de la formulación del acontecer salvífica, sino de una aclamación di recta, en
la que la comunidad se somete al Kyrios, a quien aclama por su dignidad . El
grito aclama torio es, por consiguiente, una confesión en el sentido estricto del
término.
Pablo hace mención de la aclamación Kyrios Iesous en otros pasajes de sus
cartas como 1Co 12,3 y Rm 10,9.
La situación vital de la homología es el culto cristiano; en él la Iglesia
confiesa a su Señor glorificado y presente, aclamándolo como Kyrios.

3. Fórmulas de fe

A diferencia de la homología, que es una confesión en el sentido estricto de


la palabra, es decir, una aclamación del Señor glorificado y presente en la
Iglesia, la "fórmula de fe" expresa un acontecimiento salvífica pasado.
La fórmula de fe de la Iglesia naciente se refleja con variados caracteres
en las cartas paulinas. Por una parte, tenemos textos como Rm 10,9, donde el
contenido de la fe se resume en la frase "Dios le ha resucitado de entre los
muertos". La frase tiene tres notas características: el sujeto es Dios, el verbo
está en un tiempo indetem1inado (aoristo) que alude al suceso salvífica que
ocurrió una sola vez en el pasado, y la resurrección se especifica corno
resurrección "de entre los muertos" (Rm 8,11; 1Co 6,14; 2Co 4,14; Ga 1,1¡ Ef
1,20; Col2,12; 1Ts 1,10). También en otros escritos neotestamentarios puede
encontrarse la fórmula de fe en esta o parecida forma (Hch 3,15; 4,10; 5,30;
10,40; 13,30-37; 1P 1,21).
Por otra parte, tenemos en Rm 5,8 la formulación "Cristo murió por
nosotros". El sujeto de la frase es Cristo, el verbo está en pasado indefinido
(aoristo) y la muerte de Cristo se dice expresamente que es una muerte por
nosotros (cf. Rm 5,6; 14,15; 1Co 8,11; Gn 2,21; 3,13).
Frecuentemente la fórmula aparece compuesta de dos miembros reunien-
do la muerte y la resurrección de Cristo (cf. Rm 8,34; 14,9; 2Co 5,15; 1Ts 4,14).
Varias veces ambos miembros presentan un desarrollo (Rm 4,24-25; 2Co
13,4; Rm 6,3-9).
El hecho de que frecuentemente la fórmula se encuentre en conexión con
el verbo creer (Rm 4,24; 10,9; 1Ts 4,14) indica que su situación vital es la
predicación cristiana; y esto no sólo en sentido general, sino en el muy
concreto de que la fón11ula y sus ampliaciones vienen a ser como el funda-
mento de la predicación. Pero, dado que la fórmula de fe resume de manera
precisa el contenido de la fe, habrá que buscar también su "situación vital"
allí donde la fe se expresa y confirma. Tal ocurre en el bautismo: el neófito
confiesa la fe cuyo contenido se le ha expuesto y exp licado durante su
catecumenado. También de este fenómeno dejan constancia las cartas pauli-
CENEROS LITERARIOS DEL N.T. 147

nas: la explicación que da Rm 6, 2-9 de lo que ocurre en el bautismo, puede


entenderse como una explicación de la fórmula de fe. Con la predicación y
el bautismo, no sólo se alude al acontecimiento salvífico de la n1uerte y la
resurrección de Cristo como hechos pasados; simultánean1ente con la predi-
cación y el bautismo se hacen presentes y eficaces la resurrección y muerte
de Cristo.

Los géneros
Los géneros de la herencia tradicional que se han conservado en las cartas
neotestamentarias pueden dividirse en dos grandes grupos que expondre-
mos a continuación.
l. Fondo de tradición litúrgica

Con esta detern1inación forn1al no nos referin1os al origen, es decir, a la


"situación vital", de cada una de las piezas de la tradición, sino al hecho de
su carácter litúrgico.
a) Himnos : Con toda seguridad podemos admitir que los hin1nos que han
hal1ado acogida en la literatura epistolar neotestamentaria deben su forn1a-
ción a la liturgia. Podemos dejar a un lado el único hin1no con1pleto dedicado
a Dios, que se encuentra en Rm 11,33-36, para centrar nuestra atención en los
característicos himnos cristológicos, tal como los tenen1os en Flp 2,6-11; Col
1,15-20; 1Tm 3,16 (cf. 1P 2,21-24).
El lenguaje, estilo y estructura de estas piezas ponen claran1ente de
manifiesto su carácter poético. Se diferencian de las confesiones por su tono
de alabanza. Sus peculiaridades estilísticas son: el uso de la tercera persona
para describir la actuación y obra del Redentor, las palabras sin artículo y la
construcción antitética.
El último rasgo está en conexión con los elementos objetivos con1unes a
todos estos hin1nos: todos describen el camino redentor que recorrió el Señor
y que conduce de la hun1illación a la exaltación. La adoración y la alabanza
tienen, por tanto, sus raíces en la glorificación de la actuación histórica y
salvífica de Dios en su hijo Jesucristo.
b) Confesiones de fe: Con1o los hin1nos, tan1bién las confesiones de fe ocupan
un puesto firme en la liturgia de la Iglesia prin1itiva. La celebración de los
sacramentos del bautisn1o y la eucaristía requería la confesión de fe. A
diferencia de los hin1nos, en los que son característicos el estilo laudatorio y
su estructura en forn1a de cántico, las profesiones de fe buscan forn1ulaciones
breves y expresivas de lo que se cree.
148 CAPITULO V

En 1Co 15,3-5 encontramos una confesión de fe que presenta una estruc-


tura muy sintple:

Que Cristo m urió por nuestros pecados según las Escrituras,


y que fue sepultado,
y que resucitó al tercer día según las Escrituras,
y que se apareció a Pedro y después a los doce.

Consta de cuatro miembros sencillos, introducidos con la conjunción "que" y


enlazados por un "y". Con la repetición constante del "que" se hace resaltar
el carácter de tesis que tiene el enunciado.
La profesión de fe recoge en sucesión cronológica los sucesos salvíficos
esenciales del pasado: la muerte de Cristo por nuestros pecados, su sepultura,
su resurrección, y las apariciones del resucitado; mientras que el "según las
Escrituras" rernite, igual que en la historia de la pasión, a la comprensión
salvífica de esos acontecimientos.
Se admite comúnmente que también en Rm 1,3-4 tenemos una confesión
de fe ya existente y adoptada por Pablo. Asimismo en 1P 1,18-21 y 3,18-22
han entrado unas fórmulas de fe anteriores.

2. Fondo de tradición parenética

En la literatura epistolar del N u evo Testamento existe un fondo de tradición


parenética por lo menos igual en extensión al fondo de tradición litúrgica.
Pero comparado con éste es de otro tipo. Mientras que en los himnos y
profesiones de fe que hemos visto se trata de productos con sello cristiano, la
forma de la parénesis que son exhortaciones de contenido ético, está tomada
frecuentemente del mundo judío y helenístico. Esto tiene su razón de ser.
Los himnos y profesiones de fe son testimonios de la fe cristiana primitiva,
totalmente determinada por Cristo; por lo tanto, se puede decir que son
testimonios de la nueva forma cristiana de existencia. En cambio, en la
parénesis se evidencian los esfuerzos del joven cristianismo "por ubicarse en
lo cotidiano". Los primeros misioneros cristianos tuvieron ciertamente que
enfrentarse con cuestiones y problemas ante los cuales habían de reconocer,
como lo hizo el apóstol Pablo, que no tenían al respecto ningún n1andamiento
del Señor (1 Co 7,25). Así se comprende que se atuvieran a las costumbres
usuales de la época, aunque infundiéndoles un espíritu cristiano.

a) Ciltálogos de virtudes y vicios: Con toda seguridad es éste el caso en los


catálogos de virtudes y de vicios, que se registran en abundancia dentro de
la literatura epistolar neotestamentaria. Ejernplos de catálogos de vicios: Rm
1,29-31; 13,13; 1Co 5,10-11; 6,9-10; 2Co 12,20-21; Ga 5,19-21; Ef 4,31; 5,3-5; Col
3,5-8; 1Tm 1,9-10; 2Tm 3,2-4. En concreto citamos Rm13,13:
Andemos decentemente; así, pues, nada de banquetes con borracheras, nada
de prostitución o de vicios, o de pleitos, o de envidias.

Ejemplos de catálogos de virtudes: Ca 5,22-23; Flp 4,8; Ef 4,2-3; Col 3,12-14;


1Tm 4,12; 6,11; 2Tm 2,22; 3,10; lP 3,8; 2P 1,5-7.
Aquí vamos a citar Ga 5,22-23:

El fruto del espíritu es: caridad, alegría y paz; generosidad, comprensión de


los demás, bondad y confianza; mansedumbre y dominio de sí mismo.

El esquema de catálogos de virtudes y vicios se configura al modo de los que


traían los libros de filosofía popular cínico-estoica, que, a su vez, ejercieron
un fuerte influjo sobre la literatura del judaísmo tardío (cf. Sb 14,24-27; 2M
1,18-26) y no se puede desconocer esta influencia en las listas neotestamenta-
rias de virtudes y vicios.
b) Cuadros de moral familiar: Se designan así aquellas series de exhortaciones
que describen el orden de la vida don1éstica y las relaciones de fan1ilia con el
mundo circundante. Los cuadros de n1oral familiar que aparecen en el Nuevo
Testan1ento (Ef 5,22-6,9; Col3,18-4,1; 1Tm 2,8-15; Tt2,1-10; 1P2,13-3,12) siguen
evidentemente un esquen1a que se encontraba ya en la tradición parenética
de la primera Iglesia, esquema que a su vez había sido tomado de la filosofía
estoica (Epicteto, Séneca) y de la ética judea-helenística (Flavio Josefa, Filón).
Con todo, el esquema no era idéntico en todas partes, sino que sufre
modificaciones. Mientras en Ef 5,22-6,9 y Col 3,18-4,1 se exhorta por igual a
mujeres, varones, hijos, padres, esclavos y señores, 1Tm 2,8-15 se dirige a los
n1aridos y n1ujeres, Tt 2,1-10 a los ancianos y ancianas, a las mujeres y hombres
jóvenes y a los esclavos; y finalmente lP 2,13-3,12 expone las obligaciones con
respecto al Estado, a los esclavos, a las n1ujeres y a los n1aridos.
Como ejen1plo ilustrativo de cuadro de n1oral familiar, citaren1os Col
3,18-21:

Esposas, sométanse a sus maridos como corresponde a creyentes. Maridos,


cuiden a sus esposas y no se disgusten con ellas. Hijos, obedezcan a sus padres
en todo, porque eso agrada al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no sea
que se desanimen.

En los catálogos neotestan1entarios falta el deber de adorar a Dios y esto es


porque en la concepción cristiana la adoración no pertenece al círculo de
obligaciones que abarca la moral fatniliar, ya que viene totaln1ente determi-
nada por la fe. En general, es fácil percibir la cristianización de los cuadros
de n1oral don1éstica. En la carta a los Colosenses se expresa con la repetida
adición de la fórn1ula "al o en el Señor" (Col3,18-20) o "con1o al Señor" (Col
3,23), o en la frase con1plementaria "temiendo al Señor" (Col3,22); en can1bio,
en la carta a los Efesios, que es posterior, la cristianización de los cuadros de
moral familiar está considerablemente más evolucionada.
Pero el ropaje helenístico de la moral don1éstica está mezclado también
con otros elementos, con1o puede verse en lP 2,13-3,12. En esta carta, el uso
del imperativo que puede observarse con frecuencia, indica la influencia de
escritos del judaísn1o tardío. Encontran1os en ella, consejos conductuales de
sorprendente actualidad.

e) Catálogos de deberes: Intimamente relacionados con los cuadros de moral


familiar están los catálogos de deberes como los que aparecen en 1Tm 3,1-7 y
Tt 1,7-9 para los obispos, en 1Tm 5,17-19 y Tt 1,5-6 para los presbíteros, en
1Tm 3,8-13 para los diáconos y en 1Tm 5,3-16 para las viudas. Si en aquéllos
se exhorta a las personas que forn1an el orden doméstico, en éstos se citan las
cualidades que deben ostentar los que están investidos de un n1inisterio o
aspiran a él, en la "casa de Dios" (1 Tm 3,15). El hecho de que la carta a Tito
se encuentre al n1ismo tien1po el catálogo de los deberes del obispo (Tt 1,7-9)
y el cuadro de moral fatniliar (Tt 2,1-10), evidencia hasta qué punto en las
cartas pastorales los cuadros de n1oral fan1iliar y los catálogos de los deberes
del respectivo estado están íntin1an1ente relacionados. Ya en detalle nos hace
sospechar que, lo n1isn1o que en los cuadros de n1oral fan1iliar, tan1bién en
los catálogos de deberes se recurre a un esquema previo.
Esta sospecha resulta verosÍlnil con las siguientes observaciones. Si nos
fijan1os en las cualidades que exigen a un obispo, por ej.l Tm 3,1-7 y Tit 1,5-9,
se comprueba que la mayor parte de estas exigencias no son características
del obispo ni de su n1inisterio; por el contrario, se le exigen cualidades que,
casi en su totalidad, con1peten tan1bién al marido y al padre de fan1ilia
cristianos. Sólo algunas se pueden considerar específicas del obispo y del
presidente de la con1unidad. A esto se añade que la n1ayor parte de las
cualidades requeridas en el diácono por1Tm 3,8-13, coinciden con las que se
piden para el obispo. Así pues, los catálogos de deberes que aparecen en las
cartas pastorales se atienen a un esquen1a de virtudes previan1ente existente,
n1odificándolo según los diversos estados a los que se propone.
A manera de ejen1plo van1os a citar el catálogo de los deberes del obispo 1
en Tt 1,7-9:

En efecto, el obispo, siendo el encargado de la Casa de Dios, debe ser irrepren- 1


sible: ni orgulloso, ni de mal genio, ni bebedor, ni peleador, o que busque '
dinero mal ganado. Por el contrario, que fácilmente reciba en su casa, amigo 1
del bien, hombre de buen juicio, justo, piadoso, dueño de sí mismo; apegado
a la fe verdadera confonne a la doctrina recibida¡ pues tiene que ser capaz de
guiar en la sana doctrina y de rebatir, a la vez, a los que la atacan.
El Apocalipsis
Bajo el imperio de Domiciano, el apóstol San Juan fue desterrado a la rocosa
isla de Patn1os, en el n1ar Egeo, según la tradición. Aquí escribió lo que le
dictaba su madura experiencia de místico sobre la persecución de la Iglesia y
su triunfo definitivo. Estos escritos constituyen el libro del Apocalipsis, que
quiere decir "revelación".
Es el único libro profético del Nuevo Testamento y uno de los más
majestuosamente dramáticos de la literatura universal.
El género apocalíptico trata de cosas secretas. Por eso se refiere a aconte-
cimientos futuros. Generalmente son visiones reveladas por Dios y descritas
a base de itnágenes y también de sín1bolos extraños y desconocidos para
nosotros. Busca lo grandioso y lo terrorífico. El género apocalíptico bíblico
tiene su fuente principal en algunos escritos proféticos. Son conocidos los
apocalipsis de lsaías (caps. 24 al27) y de Daniel (caps. 7 al12).
El Apocalipsis de Juan fue escrito para anin1ar a los cristianos que sufrían
la tremenda persecución del emperador Don1iciano. San Juan les habla de la
lucha de la Iglesia contra los enen1igos presentes y futuros, y les asegura que
saldrá victoriosa, según lo predijo el nlismo Jesús: "Las puertas del infierno
no prevalecerán contra ella ... Tened confianza, yo he vencido al n1undo ".
Bajo alegorías y sin1bolismos extraños (colores, visiones y nún1eros),
describe estas luchas y la victoria final. Es n1uy difícil interpretar exactamente
las representaciones enign1áticas de este libro, puesto que se trata de un
lenguaje apocalíptico que intenta dar un sentido cristiano global y de conjun-
to más que de detalle.
De hecho, la Bestia identificada con el nún1ero 666 es una n1ención velada
al emperador Don1iciano quien era considerado con1o el Anticristo por la
persecución tan sangrienta que llevó a cabo contra los cristianos. La razón
del símbolo 666 es que se acostumbraba dar un valor nun1érico a cada letra
del alfabeto y se lograba así "la cifra" de tal o cual personaje, la cual servía de
clave para poder non1brarlo sin peligro. De este n1odo 666 es "la cifra" que
corresponde al non1bre de Don1iciano. Tan1bién saben1os que seis significa
algo imperfecto: él es el que trató de ser siete (que representa la perfección)
y fracasó rotundamente.
El Apocalipsis es una visión teológica del sentido de la Iglesia desde el
principio hasta el fin de los tien1pos.
Su lenguaje se asemeja al de los profetas que anunciaban el "Día de
Yahvé". Con1o ellos, vaticina: l. Persecuciones y grandes calan1idades (que
sirven en el plan de Dios con1o llan1ada a la conversión de sus elegidos); 2.
La derrota de los adversarios, y 3. el advenimiento de una era de paz y
felicidad para los seguidores de Dios.
Estas ideas o visiones se repiten varias veces en forn1a cíclica a lo largo de
todo el libro; al principio de n1anera simple, después de n1odo n1ás con1plejo.
En su exposición alude constanten1ente, centenares de veces, a los textos
bíblicos.
La novedad de la literatura profética de Juan consiste en que anuncia la
venida de Cristo al fin del n1undo.
Con el Apocalipsis se cierra la historia de la Humanidad, historia que se
abrió en el Génesis: Los elegidos, después de forn1ar en este n1undo la Iglesia
valiente y can1inante, forn1arán al fin de los tiempos, de manera total, la Iglesia
triunfante: el Reino, y se unirán felices y para sien1pre con Cristo.
Esta es la perspectiva y el sentido cristiano de la Historia. Como dice la
Biblia de }erusalen1:
"El Apocalipsis es la gran epopeya de la esperanza cristiana, el canto final
de la Iglesia perseguida".
El Apocalipsis es, pues, aden1ás del Evangelio, el libro del optimismo
cristiano y tern1ina con un anhelo cargado de esperanza: ¡Ven Señor Jesús!
CAPITULO VI
EJERCICIOS DIDACTICOS

Ejercicios 1

l. Lee estos pasajes de la Biblia: Hch 1.1-4; Jn1, 1-14; Dt 6.20-25; Sal19.7-14.

2. Lee el Saln1o 119 subrayando los versículos que te llan1en especialmente la


atención.

3. Escribe ahora tu propia respuesta a esta prin1era pregunta clave acerca de


la Biblia: ¿Qué es este libro?

4. Lee todos los pasajes que tengan que ver con los escritores hun1anos y la
inspiración divina: Jn20.30, 31; Ap 1,1-4; Ha 2,2-4.

5. Lee dos de los escritos bíblicos (con1o la Carta de Judas y la Carta de


Santiago) para captar algunos de los intereses y características de sus autores
humanos.

6. Estudia 2 Tm 3, 14-16; haz una lista de las características de las Escrituras


inspiradas, que el apóstol Pablo señala en ese pasaje. Luego lee dos libros
bíblicos (porejen1plo, Jonás, del Antiguo Testan1ento, y 2 Tin1oteo, del Nuevo
Testan1ento) para ver si puedes encontrar estos rasgos de inspiración en los
escritos seleccionados y leídos.

7. Escribe ahora tu propia respuesta a esta pregunta clave: ¿Quién escribió la


Biblia?
8. Lee estos pasajes que tienen que ver con la autoridad de la Biblia: Dt 6,4-9;
]os 1,8; Le 4,16-22; Rm 16,25-27; 2 Tm 3,14-16; 2 P 1, 16-19.
9. Elige un versículo de estos pasajes y haz una lista de tres cosas que podrías
hacer (solo, o en relación con tu familia u otras personas) para poner en
práctica la autoridad de la Biblia.

10. Lee estos pasajes de la Biblia, pensando en su significado para el tema de


la formación, preservación y la traducción de la Biblia: Ex 34,27; 1 Cro
29.29,30; 2 R 22,8-13; ]r 36,27-32; ]n 21,24-25; 2 P 3,15-18; Ap 1,11,19; N e 8,1-38;
Ha 2,2; Heh 2,1-12.
11. Lee el Sermón del monte (caps. 5, 6 y 7 de Mateo). Consulta todos los
pasajes paralelos, las notas al pie de página y los pasajes afines.

12. Utiliza el índice de n1aterias para investigar el asunto del perdón. Lee
todos los pasajes bíblicos que se dan en relación con ese te1na.

13. Escribe ahora tu propia respuesta a esta pregunta clave: ¿Cótno puedo
entender la Biblia?

14. Lee algún pasaje (por ejemplo el capítulo 4 de Juan) y luego busca en un
mapa los lugares n1encionados. Haz lo nüsn1o con térn1inos tales con1o
"fariseos" y "san1aritanos", buscando su definición en un Glosario o dicciona-
rio bíblico.

15. Escribe ahora tu propia respuesta a esta pregunta clave: ¿De qué pueblos
y lugares habla la Biblia?

16. Lee dos trozos de libros en diferentes secciones de la Biblia. Ejen1plo: Una
carta de Pablo y unos saln1os. ¿Cuáles son algunas diferencias que notas en
estas distintas clases de escritos?

17. Lee los siguientes pasajes que representan algunas de las diferentes clases
de escritos que encontrnn1os en la Biblia: Ex 14 y 15; Lv 19,11-18; el libro de
Rut; Pr 10,1-5; Am 7,7-9; Le 15,3-10; la carta de Pablo a Filen1ón.

18. Ahora escribe tu propia respuesta a esta pregunta clave: ¿Son iguales
todas las partes de la Biblia?

19. Lee los siguientes pasajes en relación con la unidad de la Biblia: Gn12,1-7;
]os 24,2-8; Le 24,25-27; Sal96.
20. Ahora escribe tu propia respuesta a esta pregunta clave: ¿Tiene unidad
la Biblia?
21. Escribe tu propia respuesta a esta pregunta clave: ¿Qué importancia tiene
la Biblia para el n1undo de hoy?

22. En alguna página o espacio en blanco que encuentres al principio o al final


de tu Biblia, haz una lista de pasajes bíblicos que son especialn1ente aptos
para ciertas situaciones hutnanas.

Ejercidos 11
Decir si las siguientes afirn1aciones son verdaderas o falsas y discutir la
respuesta.

1. En todas las narraciones bíblicas hay que distinguir entre la for111a externa
del lenguaje y el contenido teológico.

2. La poesía, la historia corta, el dran1a, la novela y el cuento son distintos


géneros literarios.

3. Cada género literario capta a su n1odo la realidad.

4. La crítica de las fonnas consiste sitnplemente en el descubriento y descrip-


ción de las manifestaciones orales o escritas que han pasado en formas fijas,
estereotipadas, al lenguaje corriente y a la literatura, en la detern1inación de
su intención literaria y de su contexto histórico-existencial (Sitz im Leben).

5. Cada nueva situación cultural en que el hon1bre se n1ueve produce nece-


sarianlente nuevas fonnas de lenguaje.

6. La forn1a del "diálogo de aparición" únicamente tiene interés en el Antiguo


Testamento.

7. El chiste es una fornta acuñada del lenguaje hun1ano, con1o la anécdota, la


saga, el cuento, la leyenda o el enign1a.

8. El hin1no veterotestarnentario con1ienza generalmente con el llamado


"cántico".

9. Las cartas de san Pablo sin excepción acaban con deseos de bendición
expresados en un estilo litúrgico.

10. Los discursos de revelación del cuarto Evangelio acaban con la llamada
"conclusión coral".
11. Al describir una forma lingüística estereotipada no hay que lilnitarse a
señalar su estructura externa.

12. Al describir una forma lingüística fija hay que preguntarse tan1bién por
su intención literaria fundamental.

13. Estas intenciones fundamentales son, por ejemplo, notificar, describir,


mandar, prohibir, confesar, exhortar, interpelar, anunciar.

14. El himno veterotestamentario es una con1posición que se cantaba en el


templo, en ocasiones soletnnes, con acompañan1iento de n1úsica.

15. El Sitz im Leben del hitnno es, por consiguiente, el culto divino del templo.

16. El paradign1a es una breve narración ejemplar.

17. El Sitz im Leben de muchos proverbios del Antiguo Testan-tento es la


instrución y educación que se in1partía en el palacio real a los futuros
funcionarios y diplon1áticos.

18. Muchos géneros literarios de la antigüedad tienen su Sitz im Leben en la


instituciones sociales.

19. El Sitz im Leben de un género jamás cambia. Es tan intnutable con1o el


género misn1o.

20. La elegía es un género literario propio del Nuevo Testamento. Se entona-


ba en los entierros cristianos.

21. La elegía podía en1plearse tan&bién como un "canto de escarnio".

22. Un libro no puede contener n1ás que un género literario, o sea, es sólo una
novela, o una colección de poesías, o un tratado científico, etcétera.

23. Por lo que al género literario se refiere, la Biblia es un libro de historia. De


ahí que la mejor tnanera de caracterizar su contenido es calificarlo de "historia
bíblica".

24. Lo típico de una parábola es la utilización de los acontecin1ientos con1unes


y ordinarios.

25. Hay parábolas cuyo carácter parabólico se adivina de inn1ediato. Pero


hay otras que lo disfrazan bajo la fonna de una noticia.
26. El sentido peculiar de las parábolas de Jesús, consiste en ilustrar intuiti-
vamente las ideas religiosas abstractas para ponerlas al alcance de las perso-
nas sencillas e incultas.

27. La figura de Jonás es una condensación y personificación del lector judío,


para quien fue escrito el libro.

28. El carácter didáctico de esta narración se transparenta, sobre todo, en el


episodio de la planta de ricino.

29. El pez que se traga a Jonás, es el sín1bolo del poder enorme y siniestro del
paganisn1o, que an1enaza de muerte a los creyentes.

30. El libro de Jonás, a juzgar por su intención literaria, no es una narración


histórica, ni una biografía.

31. En la saga del sacrificio de Isaac in1presiona, sobre todo, la larga descrip-
ción del estado de ánin1o de Abrahan1.

32. La saga del sacrificio de Isaac tiene que ser antiquísin1a: arrastra consigo
una tradición de siglos.

33. No trata de instruir, sino de ofrecernos una verdadera historia.

34. Pretende narrar, a través de un fragn1ento de la historia de la fan1ilia de


Abraham, un fragn1ento de la historia del pueblo de Israel.

35. Las experiencias históricas, que han confluido en la saga del sacrificio de
Isaac, se extienden a lo largo de los siglos.

36. En la forn1a de la saga podían traducirse lingüístican1ente las n1últiples y


complejísin1as experiencias de todo un pueblo.

37. Dentro de la Biblia no encontran1os una auténtica historiografía hasta el


Nuevo Testan1ento.

38. La obra histórica deuteronón1ica con1prende los cinco libros de Moisés,


de los que el quinto, llan1ado Deuteronon1io, constituye su térnüno y cun1bre.

39. La figura principal de la historia de la sucesión al trono de David es


Absalón, el descendiente n1ás fan1oso de David.

40. A los ojos del autor de la historia de la sucesión al trono de David, Absalón
es una figura sin1bólica. Sin1boliza, en efecto, la rebelión del hombre contra
Dios.
41. En la historia de la sucesión al trono de David sería impensable que Dios
gritara desde el cielo interviniendo así en la historia.

42. Ello es señal de que, en dicha narración, la historia se concibe como


puramente intran1undana.
43. La narración de la rebelión de Absalón es uno de los n1ejores ejemplos del
género literario llamado saga.
44. El género literario de las listas aparece en los docun1entos más antiguos
de la humanidad.

45. Con su escueta enun\eración de nombres, fechas o hechos, las listas son
de un valor singular para los historiadores.
46. La crónica está íntin1amente en1parentada con el género de las listas.

47. El autor de la obra histórica deuteronón1ica incorpora a su narración


retazos de las crónicas cortesanas de Israel y de Judá.

48. Unicamente en los Hechos de los Apóstoles encontran1os textos redacta-


dos al estilo de un diario privado de viaje.

49. Estos textos nos inforn1an del viaje que hizo San Pedro de Cesarea a Roma.

50. Los Evangelios de San Lucas y de San Juan se llan1an Evangelios Sinópti-
cos.

51. En los discursos de Jesús que ofrece el Evangelio de San Juan van
generaln1ente unidas la autopresentación y la protnesa.

52. El género literario designndo con1o "discurso de revelación de un reden-


tor" no aparece sólo en el Evangelio de San Juan; lo en1plearon tan1bién los
profetas del Antiguo Testamento.

53. La autopresentación, la pron1esa y la an1enaza son eletnentos caracterís-


ticos de un discurso de revelación.

54. Tan1bién el Jesús histórico utilizó a veces el género del discurso de


revelación, sobre todo en sus discusiones con los fariseos.

55. El carácter de la predicación de Jesús no puede circunscribirse exclusiva- \


mente al án1bito profético.
56. Jesús no hace con1o los profetas que cmnunican la palabra recibida de
Dios. Por el contrario, se atreve a hablar como si él n1ismo ocupara el puesto
de Dios.
57. En las sentencias del Jesús joánico se reflexiona hasta el extren1o en lo que
ya contenían fundan1entalrnente las sentencias que los tres prin1eros Evange-
lios ponen en boca de Jesús.
58. Ellogion de Jesús: "Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos" es,
por su forn1a, una sentencia jurídica.
59. Jesús arren1ete n1uchas veces contra ellegalismo de los escribas y fariseos,
pero se n1uestra sien1pre respetuoso con la ley de Moisés.

60. Es característico del discurso profético el uso frecuente de géneros ajenos,


a los que confiere un nuevo Sitz im Leben.

61. La Biblia contiene una gran variedad de formas y géneros literarios.

62. Lo decisivo en toda exégesis está en conocer la intención o tesis de cada


texto.

Ejercidos III

l. Analiza la serie de elementos que constituyen fórn1ulas constantes; televi-


sión, por ejen1plo: el saludo, la presentación, las preguntas, las felicitaciones,
las despedidas y cierres. Pon especial atención en el estilo, en los giros y
florituras que caracterizan a ciertas emisiones.

2. En una visita al cen1enterio exan1ina si los epitafios pertenecen a diversos


géneros literarios, o si todas las inscripciones funerarias constituyen variacio-
nes de una forn1a fundamentalmente idéntica.

3. Presta atención a los exordios de los sern1ones que oyes en tu parroquia.


¿Emplean las mismas fórmulas? ¿Se ajustan a un detern1inado esquema? Por
ejemplo, ¿comienzan con una cita bíblica o con una historia?

4. Hojea el libro, o cuaderno de cantos que se emplea en tu diócesis o en tu


parroquia, y haz el recuento de los géneros que contiene. Por ejen1plo:
oración, cántico, letanías, ofreci n1ientos, etc.

5. Repasa atentan1ente el símbolo de los apóstoles, el Credo. ¿Cuál es su


intención literaria fundan1ental?
6. Observa las situaciones o circunstancias de la vida cotidiana, en que el
lenguaje tiene un carácter meramente comunicativo.

7. Define el Sitz im Leben de los siguientes géneros literarios: el artículo


editorial, el mapa del tiempo, el credo, el telegran1a, una explicación del
gobierno, una encíclica, la n1inuta.

8. Al leer el periódico, señala los distintos géneros literarios que aparezcan en


un ejemplar: noticias, editorial, reportaje, anuncios, etc.

9. Con1para los prin1eros versículos de la Carta a los Ron1anos, de las dos


Cartas a los Corintios y de las dirigidas a los Filipenses y a Filemón. ¿Encuen-
tras elementos formales que se repiten? ¿Puedes hacer un esquenla de todos
ellos?
10. Lee la historia con1pleta de la "sucesión al trono de David". Se halla en 2
Samuel 9-20 y 1 Reyes 1-2, resulta apasionante. Procura anotar otras caracte-
rísticas de la narración histórica.

11. Abre el Antiguo Testan1ento y lee el Salmo 135 (134). El versículo prilnero
dice: "¡Alabad el non1bre de Yahvé!" ¿A qué género pertenece este saln1o?
¿Por qué? ¿Dónde tern1ina la invitación a la alabanza? ¿Dónde con1ienza el
saln1o? ¿En qué puede reconocerse el paso de uno a otro?

12. Analiza el texto de Le 1, 46-55 desde el punto de vista de la intención


literaria fundamental.

13. Mt 7, 1-14 es una composición, en la que se aglutinan sentencias de Jesús


pronunciadas en muy distintas ocasiones. Descon1pón el texto en sus míni-
mas unidades, es decir, separa las sentencias que en su origen estuvieron
separadas.

14. Lee la perícopa del Antiguo Testan1ento, Jueces 13, 1-7. ¿Reconoces en
esta página una forn1a o esquetna que te es ya conocido? ¿Cón1o se llan1a este
esquema?

15. Abre la Biblia que en1pleas de ordinario, y n1ira el Evangelio de la Infancia


según San Lucas. Así suele designarse a Le 1-2. ¿Hay párrafos destacados
tipográfican1ente? ¿Cuántos? ¿Qué es lo que justifica estas diferenciaciones?
Ejercicios IV

Entran1os en la parte n1ás in1portante y n1ás difícil de los Ejercicios. Hemos


escogido 20 textos del Antiguo y Nuevo Testamentos. Algunos de ellos se
reducen a una frase. Procura definir el género y la intención literaria de cada
texto, averiguando aden1ás a qué libro bíblico pertenecen. Consigna los
resultados en las casillas correspondientes que hen1os puesto al pie de cada
texto. Por ejen1plo:

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu
reino ...

Género: Oración
1ntención literaria: Plegaria
Lugar de la Biblia: Mateo

Para facilitarte estos ejercicios, te diren1os que los textos aducidos pertenecen
a los siguientes géneros literarios (no te fíes del orden en que los menciona-
mos): predicción, parnbola de dativo inicial, proverbio, lista, noticia de una
visión, carta, canción de an1or, parábola de non1inativo inicial, in1precación,
hitnno, elegía, sentencia profética, oración, discurso de revelación, sentencia
jurídica o legislativa, exhortación, diario de viaje, anunciación, crónica, bie-
naventuranza o n1acarisn1o.

1. Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí, no tendrá más hambre, y el que
cree en mí, no volverá a tener sed ...

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

2. Zarpando, pues de Tróade, fuimos derechos a Samotracia, y al día siguiente


a Neápolis, y de allí a Filipos, la primera ciudad de esta parte de Macedonia,
colonia en la que permanecimos algunos días...

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

3. En cuanto al hombre que comete adulterio con una mujer casada: el hombre
que comete adulterio con la mujer de su prójimo será castigado con la muerte,
él y la mujer.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:
4. En verdad, en verdad te digo: esta misma noche, antes de que cante por
segunda vez el gallo, me negarás tres veces.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

5. Mejor es ser pobre y sano que rico y enfermo.

Género:
Intención Ji teraria:
Lugar de la Biblia:

6. El año cuarto del rey Ezequías, es decir, el séptimo año de Oseas, hijo de Ela,
rey de Israel, subió Salmanasar, rey de Asur, contra Samaria, y le puso cerco.
Fue tomada al cabo de tres años...

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

7. ¡Venid, cantemos gozosos a Yahvé, aclamemos a la roca de nuestra salva-


ción!
Con alabanzas vayamos ante él,
aclamémoslo con cánticos.
Porque es Yahvé un Dios grande,
un rey grande sobre todos los dioses ...

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

8. Guías ciegos que coláis un mosquito y os tragáis un camello.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

9. Los hijos de Israel fueron doce. Hijos de Lía: Rubén, el primogénito de


Israel, Simeón, Levi, Judá, !sacar, Zabulón. Hijos de Raquel: José y Benjamín.
Hijos de Bala, la sierva de Raquel: Dan y Neftalí. Hijos de Zelfa, la sierva de
Lía: Gad y Aser. Estos son los hijos que le nacieron a Israel en Padán Aram.
Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

10. Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

11. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás del polvo de la tierra todos los
días de tu vida.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

12. El reino de Dios es como un hombre que echa una semilla en la tierra. El
hombre duerme y despierta, se hace noche y se hace día, y la semilla, sin que
él sepa cómo, germina y crece ...

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

13. ¡Ay, cómo está postrada en soledad


la ciudad tan populosa!
Como una viuda se ha quedado
la grande entre las naciones.
La señora entre las provincias
ha sido sometida al tributo.
Llora a raudales en la noche
y las lágrimas surcan sus mejillas.
Nadie hay que la consuele
entre todos sus amantes;
la han traicionado todos sus aliados,
se le han vuelto enemigos.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:
14. Había en una ciudad un juez que no temía a Dios, ni respetaba a los
hombres ...

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

15. ¡Abba! ¡Padre! ¡Todo te es posible! ¡Aparta de mí este cáliz! Pero no sea
lo que yo quiero, sino lo que quieres Tú.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

16. Estad siempre alegres. Orad sin cesar. Dad gracias en toda coyuntura,
porque ésto es lo que Dios quiere de todos vosotros en Cristo Jesús. No
extingáis el Espíritu. No despreciéis las profecías. Examinad todo; retened lo
bueno. Hu id de toda especie de mal.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

17. Claudia Lisias, al excelentísimo procurador Félix; salud. Los judíos se


habían apoderado de este hombre y ya estaban para matarlo, cuando intervine
yo con los soldados y lo libré, al saber que era ciudadano romano ...

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

18. Alza la voz mi amado y me dice:


Levántate, amada mía,
hennosa mía, ven.
Porque, mira, ha pasado el invierno,
ha cesado la lluvia y se ha ido.
Han nacido las flores en la tierra,
ha llegado el tiempo de la poda;
ya la voz de la tórtola se siente
en nuestra tierra.
Echa la higuera las yemas de su higos,
las viñas en flor exhalan su perfume.
Levántate, amada mía,
hermosa mía, ven.
Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:
1
19. Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; fue sepultado y
resucitó al tecer día, según las Escrituras, y se apareció a Pedro y luego a los
Doce.

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:

20. Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra
huyeron de su presencia, sin que se encontrase su lugar. Vi los muertos,
grandes y pequeños, en pie delante del trono, y fueron abiertos los libros...

Género:
Intención literaria:
Lugar de la Biblia:
Cristo Pantocrator

Es hermoso creer en los milagros a causa de Jesús, más que creer en Jesús a causa de los
milagros.
APENDICE

TEXTOS BIBLICOS

El sacrificio de Isaac (Gn 22,1-19)

Y aconteció que después de esto quiso Dios probar a Abraham, y lo llamó: "¡Abra-
ham! ¡Abraham!" Este respondió: "Heme aquí." Y Dios le dijo: "Toma ahora a tu
hijo, el único que tienes, al que tanto amas, Isaac, y ve a la región de Moriah y allí lo
ofrecerás en holocausto en un monte que yo te indicaré."
Se levantó Abraham de madrugada, enalbardó su asno, tomó consigo dos siervos
y a su hijo Isaac; partió la leña para el holocausto y se encaminó hacia el lugar que
Dios le había dicho. Al tercer día, alzando los ojos, alcanzó a ver de lejos Abraham
el lugar, y dijo a sus siervos: "Quedaos aquí con el asno, mientras el muchacho y yo
subimos arriba. Haremos adoración y después regresaremos a vosotros."
Tomó, pues, Abraham, la leña del holocausto y la puso sobre el hombro de su
hijo Isaac. Después tomó en su mano el fuego y el cuchillo y se fueron los dos juntos.
Entonces dirigiéndose Isaac a su padre, le dijo: "¡Padre mío!" El respondió: "Heme
aquí, hijo mío." ~~Llevamos, dijo Isaac, el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero
para el holocausto?" Abraham respondió: "Dios se proveerá de cordero para el
holocausto, hijo mío", y continuaron juntos el camino.
Llegados al lugar que Dios le había indicado, levantó Abraham un altar; preparó
la leña y se-guidamente ató a su hijo Isaac, poniéndolo sobre el altar encima de la
leña. Extendió luego la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo. Entonces el
Angel de Yahvé le llamó desde el cielo y le dijo: jAbraham! ¡Abraham!" Este
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respondió: "Hemeaquí."Yel Angel le dijo: "Noextiendas tu mano sobre el muchacho,


no le hagas mal alguno. Ya veo que temes a Dios, porque no me rehusaste tu hijo, tu
unigénito." Entonces alzó Abra ha m los ojos y vio a sus es-paldas un camero trabado
por sus cuernos a un matorral. Tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar
de su hijo. Abraham llamó aquel lugar con el nombre de "Yahvé provee" y por ello
aún hoy se dice: "El monte Yahvé provee."
Luego llamó el Angel de Yahvé por segunda vez a Abraham, y le dijo: "Juro por
mí mismo, palabra de Yahvé, que, por cuanto has hecho esto y no me has rehusado
tu único hijo, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tu descendencia, que
será como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar, y tu estirpe
poseerá las puertas de sus enemigos. Por tu descendencia serán benditas todas las
naciones de la tierra, porque obedeciste mi voz."
Volvió Abraham a sus siervos y se encaminaron hacia Berseba y habitó Abraham
allí.

Paso del mar Rojo (Ex 14,5-31)

Anunciaron al rey de Egipto que el pueblo de Israel se había marchado. De repente,


Faraón y su gente cambiaron de parecer respecto al pueblo. Dijeron: "Ya no tenemos
a los israelitas para servirnos, ¿qué hemos hecho pennitiendo que se vayan?"
Faraón hizo preparar un carro y se llevó consigo su pueblo. Luego tomó
seiscientos carros escogidos y todos los carros de Egipto, cada uno con sus guerreros.
Yahvé había endurecido el corazón del rey y, mientras los israelitas se marchaban
seguros, él los persiguió. Los egipcios, es decir, todos los carros, los caballos, los
jinetes y el ejército de Faraón, se lanzaron en su persecución y les dieron alcance
tnientras acampaban junto al mar, cerca de Pi-Hajirot, frente a Baai-Sefón.
Los israelitas vieron que los egipcios marchaban tras ellos; Faraón se acercaba.
Sintieron mucho miedo y clamaron a Yahvé; y dijeron a Moisés: "¿Acaso no había
tumbas en Egipto para que nos hayas traído a morir al desierto?, ¿t¡ué has ganado
con sacamos de Egipto? Te dijimos claramente en Egipto: déjanos en paz, queremos
servir a los egipcios, porque es mejor servir a los egipcios que morir en el desierto."
Moisés contestó al pueblo: "No se asusten, permanezcan finnes, y verán de qué
manera Yahvé los va a salvar. Miren a esos egipcios, que nunca más los volverán a
ver. Yahvé peleará por ustedes. Ustedes solamente mirarán."
Yahvé dijo a Moisés: "¿Porqué damas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan
en marcha. Levanta tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que
los hijos de Israel pasen en seco por medio del mar. Yo, mientras tanto, endureceré
el corazón de los egipcios para que salgan en persecución de ustedes, y me haré
famoso a costa de Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de sus caballerías.
Entonces Egipto conocerá que Yo soy Yahvé."
El Angel de Dios que iba delante de los israelitas pasó detrás de ellos, la nube en
forma de columna vino a colocarse detrás, poniéndose entre d campo de los israelitas
y el de los egipcios.
La nube era para unos tinieblas y para otros iluminaba la noche. Ella impidió
que los ejércitos tuvieran contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar. Yahvé
hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del Oriente que secó el mar.
Se dividieron las aguas. Los israelitas pasaron en seco, por medio del mar; las
aguas les hacían murallas a izquierda y a derecha. Los egipcios se lanzaron a
perseguirlos, y todo el ejército de Faraón entró en medio del mar con sus carros y
caballos.
Llegada la madrugada, Yahvé miró a los egipcios desde el fuego y la nube, y
provocó el desorden en el ejército de Faraón. Atascó las ruedas de sus carros, que no
podían avanzar sino con gran dificultad. Entonces los egipcios dijeron: "Huyamos
de Israel, porque Yahvé pelea con ellos contra nosotros."
Pero Yahvé dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas volverán
sobre los egipcios, sus carros y sus caballos." Moisés extendió su mano sobre el mar
y, al amanecer, las aguas del mar volvieron a su lugar. Así, cuando los egipcios
trataron de huir, las aguas les salieron al encuentro.
Yahvé arrojó a los egipcios en medio del mar. Las aguas cubrieron los carros y
su gente, los caballos y el ejército de Faraón.
No se escapó ni uno solo. Los israelitas, en cambio, habían pasado en medio del
mar; las aguas les haáan de murallas a derecha e izquierda.
Aquel día, Yahvé liberó a Israel del poder de los egipcios; e Israel vio a los
egipcios muertos en la orilla del mar. Israel vio los prodigios que Yahvé había obrado
contra Egipto. El pueblo temió a Yahvé. Creyó en Yahvé y en Moisés, su siervo.

Creación del hombre (Gn 2,5-25)

El día en que Yahvé Dios hizo la tierra y los cielos, no había sobre la tierra arbusto ni
ninguna planta silvestre había brotado, pues Yahvé Dios no había hecho llover
todavía sobre ella, ni existía el hombre para cultivar el suelo.
Sin embargo, brotó desde la tierra un manantial y regó toda su superficie.
Entonces Yahvé fonnó al hombre con polvo de la tierra, y sopló en sus narices
aliento de vida, y lo hizo un ser viviente. Luego, Yahvé plantó un jardín en un lugar
del Oriente llamado Edén; allí colocó al hombre que había fonnado. Yahvé hizo
brotar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y buenos para comer. Y
puso en medio el árbol de la Vida y el árbol de la Ciencia del bien y del mal.
Del Edén salía un río que lo regaba y se dividía en cuatro brazos. El primero se
llamaba Pisón, y es el que rodea la tierra de Evila, donde hay oro fino, piedras
preciosas y aromas.
El segundo río se llamaba Guijón y es el que rodea la tierra de Cus. El tercer río
se llama Tigris, y es el que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
Yahvé tomó, pues, al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y
lo cuidara. Y Dios le dio esta orden al hombre: "Puedes comer de cualquier árbol que
haya en el jardín, menos del árbol de la ciencia del bien y del mal; porque el día que
comas de él, morirás sin remedio."
Después dijo Yahvé: "No es bueno que el hombre esté solo. Haré, pues, un ser
semejante a él para que le ayude."
Yahvé entonces formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves
del cielo y los llevó ante el hombre para que les pusiera nombre. Y cada ser viviente
había de llamarse como el hombre lo había llamado.
El hombre puso nombre a todos los animales, a las aves del cielo y a las fieras
salvajes. Pero no se encontró en ellos un ser semejante a él para que lo ayudara.
Entonces Yahvé hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Y le
sacó una de sus costillas, tapando el hueco con carne. De la costilla que Yahvé había
sacado al hombre, fonnó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre
exclamó: Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada
varona porque del varón ha sido tomada.
Por eso el hombre deja a sus padres para unirse a una mujer, y formar con ella
un solo ser.
Los dos estaban desnudos, hombre y mujer, pero no por eso se avergonzaban.

El santuario de Betel (Gn 28,10-22)

Jacob fue de Bersebá aJarán. Al llegar a cierto lugar, se dispuso a pasar la noche allí,
pues el sol ya se había puesto. Tomó una piedra por almohada y se acostó.
Mientras dormía, soñó con una escala, apoyada en tierra y que tocaba el cielo con
su punta, y por la cual subían y bajaban ángeles de Dios. Yahvé estaba de pie a su
lado y le dijo: "Yo soy Yahvé, el Dios de tu padre Abraham y de Isaac. Te daré a ti y
a tus desct!ndientes la tierra en que descansas. Tus descendientes serán numerosos
como el polvo de la tierra y te extenderás por todos lados: al oriente y al occidente,
al sur y al norte. En ti y en tus descendientes serán benditas todas las naciones. Yo
estoy contigo. Te protegeré a donde vayas y te haré volver a este lugar. No te
abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho."
Despertó Jacob de su sueño y dijo: "Yahvé está reahnente en este lugar y yo no
lo sabía." Tuvo miedo y dijo: "Qué terrible es este lugar: no es sino la Casa de Dios
y la Puerta del cielo."
Se levantó muy temprano, tomó la piedra que había usado de cabecera, la puso
como pedestal y derramó aceite sobre ella. Jacob le puso a ese lugar, que correspon-
día a una ciudad llamada "Luz", el nombre de Betel, Jacob hizo una promesa: "Si Dios
me acompaña y me protege en este viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer
y ropa para vestinne, si permite que vuelva sano y salvo a la casa de mis padres, si,
en una palabra, Yahvé se porta conmigo como Dios, entonces la piedra que he
levantado como pedestal será Casa de Dios y, de todo lo que me dé, le pagaré la
décima parte.

Leyenda personal (Dn 1,8-17)

A los del palacio se les servían alimentos y bebidas que Daniel no quería tomar, por
estar prohibidas por su ley. Pidió t!nlon<.:es permiso al jefe de los eunucos para no
comer estas cosas que lo habrían manchado.
Dios hizo que Daniel lograra la simpatía de su jefe. Sin embargo, éste respondió:
"Ya que el rey, mi señor, fijó personalmente lo que deben comer y beber, temo que
me eche la culpa y me castigue, si al llegar los encuentra más delgados que los jóvenes
de su edad." Daniel dijo entonces al sirviente designado para su cuidado: "Te ruego
que nos pongas días a prueba. Nos darás de comer legumbres, y agua como bebida.
Después haremos la comparación con los jóvenes que comen de los platos de la mesa
del rey. Entonces harás con nosotros lo que te parezca conveniente."
El sirviente aceptó la proposición. Cumplido el plazo vio que tenían mejor
aspecto que todos los jóvenes que comían los alimentos del palacio. Desde entonces,
el sirviente retiró la comida y el vino y siguió dándoles legwnbres y agua. A estos
cuatro jóvenes Dios les concedió sabiduría e inteligencia en toda clase de ciencia. Lo
que es Daniel, sabía explicar sueños y visiones.

Jonás Oon 1-4)


La palabra de Yahvé fue dirigida aJonás, hijo de Amittai, en estos ténninos: "Leván-
tate, vete a Nínive, la gran ciudad, y anúnciales que su maldad ha llegado hasta mí."
Jonás se puso en marcha para huir a Tarsis, lejos del Señor.
Bajó, pues, Jonás a Jope, donde encontró una nave que se dirigía a Tarsis; pagó
su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis, huyendo de la presencia de Yahvé.
Pero Yahvé desencadenó un fuerte viento sobre el mar, y las aguas fueron
agitadas ...

Rebelión de Absalón (25m 15,1-23)

Después de ésto, Absalón se procuró un carro y caballos y cincuenta hombres que


corrían delante de él. Absalón se levantaba pronto, se ponía junto al camino que lleva
a la puerta y cuando un hombre tenía un pleito que lo llevaba ante el rey para el juicio,
Absalón lo llamaba y le decía: "¿De qué ciudad eres tú?" El respondía: "Tu servidor
es de tal tribu de Israel." Entonces Absalón le decía: "Mira, tu causa es buena y justa;
pero no hay quien te escuche de parte del rey." Y continuaba Absalón: "¡Quién me
constituyese por juez en el país, para que todos los que tuviesen un juicio o un pleito
viniese a mí y yo les hiciese justicia!" Y cuando alguien se acercaba a él para
prosternarse ante él, le tendía la mano, lo tomaba y lo besaba. Así obraba Absalón
con todos los israelitas que venían a pedir justicia al rey, y así robaba el corazón de
las gentes de Israel.
Al cabo de cuatro años dijo Absalón al rey: "Permitidme que vaya a Hebrón a
cumplir un voto que hice a Yahvé, pues cuando estaba en Guesur, en Aram, hice este
voto: Si Yahvé me hace volver a Jerusalem, ofreceré a Yahvé un sacrifico en Hebrón."
El rey le respondió: "Vete en paz." Entonces él se levantó y partió para Hebrón.
Absalón mandó mensajeros a todas las tribus de Israel para decir: "Cuando oigáis
el sonido de la trompeta, gritaréis: Absalón reina en Hebrón." De Jerusalem habían
ido con Absalón doscientos hombres invitados por él, que iban de buena fe, sin saber
nada. Absalón mandó a buscar a su propia ciudad de Guiló a Ajitofel, guilotina,
consejero de David, que estuvo con él mientras ofrecía el sacrificio. La conjuración
se hizo potente, y los partidarios de Absalón iban aumentando.
Vinieron a informar a David y le dijeron: "El corazón de toda la gente de Israel
se va tras Absalón." Entonces dijo David a todos sus servidores que estaban con él
en Jerusalem: "Levantaos y huyamos, porque de otro modo no podremos escapar
de Absalón. Daos prisa a salir, no sea que apresurándose él, nos sorprenda, haga
caer sobre nosotros el mal y pase la ciudad a filo de espada." Los servidores reales
contestaron al rey: "Para cualquier cosa que elija mi señor, el rey, aquí tienes a tus
siervos." Salió, pues, el rey y toda su casa detrás de él; pero el rey dejó diez concubinas
para guardar la casa. Salió, pues, el rey y todo su pueblo en pos de él y se detuvo en
la última casa. Todos sus servidores estaban a su lado. Todos los cereteos, los
peleteos,los jeteos, que 1o habían seguido desde Cat, seiscientos hombres marchaban
delante del rey.
El rey dijo a Itai, el jeteo: "¿Por qué vienes también tú con nosotros? Vuélvete y
quédate con el nuevo rey, porque tú eres extranjero y también tú estás exiliado lejos
de tu país. Llegaste ayer, ¿y te haré andar errante con nosotros, sin saber yo mismo
dónde voy? Vuélvete y lleva contigo a tus hermanos, y que Yahvé haga contigo
misericordia y fidelidad." ltai respondió al rey en estos términos: "Vive Yahvé y vive
mi señor, el rey, que el lugar donde esté mi señor, el rey, para la muerte o para la
vida, allí estará tu siervo." Entonces David dijo a ltai: "Vete, pues, y pasa." E ltai, de
Gat, pasó con todos sus hombres y toda su frunilia, que estaba con él.
Todo el mundo lloraba a voz en grito. El rey estaba en pie en el torrente Cedrón,
y todo el pueblo desfiló delante de él por el camino que lleva al desierto.

Sueño de Faraón (Gn 41,15-36)

Faraón dijo a José: "He tenido un sueño y nadie ha podido explicármelo. He oído
decir que a ti te basta con que te cuenten un sueño para que tú lo expliques." A lo
cual José respondió: "No soy yo, es Dios quien te dará una respuesta favorable."
Faraón refirió su sueño a José.
"Estaba parado a la orilla del Nilo cuando de pronto subieron del río siete vacas
hennosas y muy gordas que se pusieron a pastar entre los juncos. Pero detrás de
ellas subieron otras siete vacas flacas y feas como no he visto nunca en todo Egipto,
. y las siete vacas flacas y feas se comieron a las siete vacas gordas, que entraron en su
vientre sin que se notara, proque siguieron tan flacas y feas como antes. Entonces
me desperté. Vi tambíen en mi sueño siete espigas llenas y granadas que salían de
un solo tallo. Pero siete espigas secas, vanas y quemadas por el viento brotaban
detrás de ellas. Las espigas vanas se tragaron a las espigas hennosas. Se lo he
contado a los adivinos y nadie me lo ha podido explicar."
José respondió a Faraón: "Tu sueño, Señor, es uno solo. Dios te ha anunciado lo
que El va a hacer. Las siete vacas hermosas, al igual que las siete espigas granadas
son siete años de abundancia. Las siete vacas feas y raquíticas, que salieron detrás,
al igual que las siete espigas vanas y quemadas por el viento del Este, son siete años
de hambre. Esto es lo que puedo decirle a Faraón y que Dios ha querido mostrarle.
Vendrán siete años en que habrá de todo en abundancia en Egipto, pero, enseguida
vendrán siete años de escasez que harán olvidar toda la abundancia anterior del país
y que lo agotarán. La escasez tremenda que sobrevendrá hará desaparecer la
abundancia del país.
Si el sueño se te presentó dos veces, esto quiere decir que Dios está m uy decidido
a realizar estas cosas y que pronto las cumplirá. Ahora, pues, aconsejo a Faraón que
busque un hombre inteligente y sabio para ponerlo al frente de Egipto. Que nombre,
además, intendentes en todo el país que recauden la quinta parte de la cosecha
durante estos siete años de abundancia: recogerán los víveres de estos siete años
buenos y almacenarán el grano en las ciudades donde lo guardarán bajo la autoridad
de Faraón. De esta manera quedarán reservas para los siete años de escasez que
vendrán, y así el pueblo no morirá de hambre.

Discurso de Jotam Oc 9,7-20)

Se lo anunciaron a Jotam, quien se colocó en la cumbre del monte Garizim. Allí alzó
la voz y clamó. "Escúchenme, señores de Siquem, y que Dios los escuche.
Los árboles se pusieron en camino para buscar un rey a quien ungir. Dijeron al
olivo: "Sé tú nuestro rey." Les respondió el olivo: "¿Voy a renunciar al aceite con el
que gracias a mí son honrados los dioses y los hombres, para ir a mecerme por encima
de los árboles?"
Los árboles dijeron a la higuera: "Ven tú a reinar sobre nosotros." Les respondió
la higuera: "¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a mecenne
encima de los árboles?"
Los árboles dijeron a la vid: "Ven tú a reinar sobre nosotros." Les respondió la
vid: "¿Voy a renunciar a mi mosto, que alegra a los dioses y a los hombres para ir a
mecenne encima de los árboles?"
Entonces los árboles dijeron a la zarza: "Ven tú a reinar sobre nosotros." Las zarza
respondió a los árboles: "Si con sinceridad vienen a unginne a mí para reinar sobre
ustedes, acérquense y cobíjense a mi sombra, y si así no fuera, brote de la zarza fuego
que devore los cedros del Líbano. ft

Y ahora, díganme, ¿han obrado con sinceridad y lealtad al elegir rey a Abimelec?,
¿se han portado bien con Jerubaal y su familia y lo han tratado según sus méritos?
Pues mi padre combatió por ustedes, arriesgó su vida, los liberó de la mano de
Madian, y ustedes se han lanzado hoy contra la familia de mi padre. Han matado a
sus hijos, setenta hombres sobre una misma piedra y han puesto por rey sobre los
señores de Siquem a Abimelec, el hijo de su esclava, por ser el hermano de ustedes.
Si, pues, han obrado con sinceridad y lealtad con Jerubaal y con su familia en el día
de hoy, que del mismo modo Abimelec sea alegría para ustedes y ustedes para él.
De lo contrario, que salga fuego de Abimelec y devore a los señores de Siquem y de
su consejo y devore a Abimelec."
Jotam huyó, se puso a salvo y fue a Beer, donde se estableció lejos de su hermano
Abimelec.

Discurso de Judas (1M 9,7-13)

Judas vio la dispersión de su ejército y se le quebrantó el ánimo. La batalla era


inminente y no tenía tiempo para volverlos a juntar. A pesar de estar angustiado,
quiso animar a los que quedaban: "Luchemos contra nuestros enemigos. Quizás
podamos vencerlos."
Ellos trataron de convencerlo: f' No podemos ahora hacer otra cosa que sal vamos.
Más tarde volveremos con nuestros hennanos y entonces lucharemos. Por ahora,
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somos demasiado pocos." Pero Judas les contestó: "Líbreme Dios de huir ante ellos.
Si ha llegado nuestra hora, moriremos como valientes por nuestros hermanos sin
manchar nuestra gloria."
El ejército salió de su campamento mientras ellos permanecieron en su 1ugar para
enfrentarlo. Los hombres a caballo estaban divididos en dos alas. En primera línea
avanzaban los más aguerridos, precedidos por hombres armados de arcos y de
hondas, y Báquides estaba en el ala derecha. Al toque de trompetas, avanzaron por
ambos lados. Los judíos tocaron también las trompetas. La tierra temblaba con el
estruendo de los ejércitos, y comenzó la batalla, que iba a durar todo el día.

Discurso de Josué Oos 23)

Mucho tiempo había transcurrido desde que Yahvé dio paz a Israel, en todas sus
fronteras; Josué, muy anciano, reunió a todo Israel, incluyendo a los ancianos, jefes,
secretarios y jueces para decirles: Estoy ya muy viejo y ustedes han visto todo lo que
Yahvé ha hecho con todas las naciones vecinas y cómo él mismo ha peleado por
nosotros.
Miren que les he repartido el territorio de todos los pueblos que destruí desde el
Jordán hasta el Mar Grande, como también el de esos pueblos que todavía permane-
cen. Yahvé, nuestro Dios, los seguirá rechazando ante ustedes y les quitará sus tierras
para que las tengan ustedes, tal como Yahvé se lo tiene prometido.
Ustedes, pues, pondrán empeño y cuidarán de observar y cumplir con lo escrito
en el libro de la Ley de Moisés, sin desviarse de ella por ningún lado. No traten con
esa gente que queda entre ustedes. No invoquen los dioses de ellos ni juren invocan-
do su nombre; no les sirvan ni se agachen ante ellos.
Manténganse, más bien, unidos a Yahvé, nuestro Dios, como lo han hecho hasta
el día de hoy. Por eso Yahvé ha desalojado ante ustedes a pueblos numerosos y
poderosos: ninguno pudo resisterles hasta el presente. Uno solo de ustedes perse-
guía a mil, pues Yahvé mismo, nuestro Dios, peleaba por ustedes, como se lo había
prometido. Así que tengan mucho cuidado en amar a Yahvé, Dios de ustedes.
Pero si se apartan de El y se unen al resto de estos pueblos que todavía quedan
entre ustedes, si llegan ustedes a ser sus parientes y se mezclan con ellos, sepan bien
que Yahvé no seguirá arrojando delante de ustedes a esos pueblos, sino que serán
para ustedes un lazo y una trampa, un látigo en sus costados y espinas en sus ojos,
hasta que hayan desaparecido de esta espl~ndida tierra que les ha dado Yahvé,
nuestro Dios.
Estando yo a punto de inne por el camino de todo el mundo, les declaro:
reconozcan en su alma y conciencia que todas las promesas de Yahvé, nuestro Dios,
se cumplieron; ni una ha quedado sin efecto; ni una ha fallado. Pero, de la misma
manera que todas estas promesas de Yahvé a favor nuestro se han cumplido, del
mismo modo mandará Yahvé contra ustedes todos estos males con que los ha
amenazado, hasta borrarles de la magnífica tierra que les había dado.
Si ustedes rompen la alianza que Yahvé, nuestro Dios, les ha prescrito; si siguen
y sirven a dioses ajenos; si se agachan ante ellos, el furor de Yahvé se levantará contra
ustedes, y desaparecerán pronto de esta tierra fértil que les ha entregado.
Tratado Purim (Est 9,20-32)

Mardoqueo puso por escrito estos hechos. Luego envió cartas a todos los judíos que
vivían en las diversas provincias del imperio, estuvieran lejos o cerca. Los exhortaba
a que, cada año, celebraran los días 13 y 14 de Adar, para recordar que en esos días
los judíos se habían librado de sus enemigos y que, en ese mes, su angustia se había
cambiado en felicidad y su duelo en día de fiesta. Los convidaba, pues, a que ese día
lo pasaran alegremente, se enviaran regalos unos a otros y dieran limosnas a los
pobres.
Los judíos adoptaron como nonna lo que habían comenzado a hacer por su
cuenta antes de que se lo dijera .Mardoqueo.
Les decía, además, que Amán, hijo de Hamedata, el agagita, su perseguidor,
como pensaba matarlos a todos, había tirado el Pur, es decir, sorteado cuando los iba
a perseguir y destruir. Pero que, como el rey había conocido oportunamente sus
intenciones, había ordenado por decreto que recayese sobre su cabeza el mal que
pensaba hacerles a los judíos, y lo había mandado ahorcar junto con sus hijos. Por
eso que esos días se llaman Purim, que viene de la palabra Pur. Debido a lo expresado
en esta carta y a lo que ellos mismos habían visto y vivido, los judíos, junto con sus
descendientes y con los que se les agregaran en el futuro, se comprometieron a
celebrar anualmente y sin falta estos dos días, en la fecha indicada, según se lo pedía
Mardoqueo.
Y como en cada generación o en cada familia, ciudad o provincia, estos días de
Purim serían recordados y celebrados, no perderían estos hechos actualidad entre
los judíos, ni su memoria se borraría en el porvenir.
Ester, con su autoridad de reina, estampó su finna en esta segunda carta para
que tuviera más valor. Las cartas fueron despachadas a todos los judíos de las ciento
veintisiete provincias del imperio, ordenándoles, con palabras de paz y de amistad,
que observaran estos días de Purim, como lo había establecido Mardoqueo, y que
respetaran, ellos y sus descendientes, la obligación de ayunar y de guardar luto. Así,
pues, Ester le dio el valor de ley a esta celebración de Purim y quedó constancia de
ello por escrito.

Código de Santidad (Lv 18,6-23)

Ninguno de ustedes tenga relaciones sexuales con una pariente directa: ¡Yo soy
Yahvé!
No tendrás relaciones con tu padre ni con tu madre. ¡Piensa que es tu madre!
No tendrás relaciones con la mujer de tu padre. ¡Respeta a tu padre!
No tendrás relaciones con tu hermana, hija de tu padre o de tu madre, nacida en
casa o fuera de ella.
No tendrás relaciones con tus nietas, pues son de tu misma sangre.
No tendrás relaciones con tu hennana, hija de tu padre aunque de otra madre,
pues es tu hennana.
No tendrás relaciones con la hennana de tu padre: respeta en ella a tu padre
No tendrás relaciones con la hermana de tu madre: respeta en ella a tu madre.
No tendrás relaciones con la mujer del hennano de tu padre, pues es tu tía.
No tendrás relaciones con tu nuera: respeta a la mujer de tu hijo.
No tendrás relaciones con la mujer de tu hermano: respeta a tu hennano.
No tendrás relaciones con una mujer y su hija, y tampoco tomarás a su nieta;
pues te respetarás a ti mismo. Teniendo ya mujer, no tomarás a su hermana para
tener relaciones con ella mientras viva la primera.
No tendrás relaciones con mujer durante el período de sus reglas.
No estarás en la cama con la mujer de tu prójimo, pues es una maldad.
No ofrecerás en sacrificio a uno de tus hijos, quemándolo en honor a Mol oc, pues
sería deshonrar el nombre de tu Dios. ¡Yo soy Yahvé!
No tendrás relaciones con un hombre como se hace con una mujer: esto es una
cosa abominable. Ni hombres ni mujeres tengan relaciones con un animal: es una
infamia.

Código Deuteronómico (Dt 27,15-26)

Maldito sea el hombre que hace un ídolo fundido o esculpido, cosa odiosa a Yahvé,
obra de manos de artífice, y lo coloca en un lugar oculto. Todo el pueblo responderá:
¡Amén!
Maldito aquél que desprecia a su padre o a su madre. Y responderá todo el
pueblo: ¡Amén!
Maldito el que corre los límites de la heredad de su prójimo. Todo el pueblo
responderá: ¡Amén!
Maldito el que desvía a un ciego en el camino. Todo el pueblo responderá:
¡Amén!
Maldito el que no respeta el derecho del forastero, del huérfano y de la viuda.
Todo el pueblo responderá: ¡Amén!
Maldito el que se acueste con la mujer de su padre y deshonre así su cama. Todo
el pueblo responderá: ¡Amén!
Maldito el que peca con cualquier animal que sea. Responderá todo el pueblo:
¡Amén!
Maldito el que se acuesta con su hennana, hija de su padre o de su madre. Todo
el pueblo responderá: ¡Amén!
Maldito el que se acuesta con su suegra. Todo el pueblo dirá: ¡Amén!
Maldito aquél que mata a traición a su prójimo. Todo el pueblo dirá: ¡Amén!
Maldito el que acepta soborno para matar a un inocente. Todo el pueblo dirá:
¡Amén!
Maldito el que no observa las palabras de esta ley y las pone en práctica, y todo
el pueblo dirá: ¡Amén!

Los diez mandamientos (Ex 20,1-17)

Entonces Dios dijo todas estas palabras: "Yo soy Yahvé tu Dios, el que te sacó de
Egipto, país de la esclavitud.
-No tengas otros dioses fuera de mí.
-No te hagas estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en
la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les des
culto, porque Yo, Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso. Yo castigo hijos, nietos y
biznietos por la maldad de los padres cuando se rebelan contra mí. Pero doy mi favor
hasta mil generaciones para aquellos que me aman y observan mis mandamientos.
-No tomes en vano el nombre de Yahvé, tu Dios, proque Yahvé no dejará sin
castigo a aquel que toma su nombre en vano.
-Acuérdate del día del sábado, para santificarlo. Trabaja seis días, y en ellos haz
todas tus faenas. Pero el día séptimo es día de descanso, consagrado a Yahvé, tu Dios.
Que nadie trabaje. Ni tú, ni tus hijos, ni tus hijas, ni tus siervos, ni tus siervas, ni tus
animales, ni los forasteros que viven en tu país. Pues en seis días Yahvé hizo el cielo
y la tierra, el mar y todo cuanto hay en ellos, pero el séptimo día Yahvé descansó, y
por eso bendijo el Sábado y lo hizo sagrado.
-Respeta a tu padre y a tu madre, para que se prolongue sobre la tierra la vida
que Yahvé, tu Dios, te da.
-No mates.
-No andes con la mujer de tu prójimo.
-No robes.
-No des falso testimonio contra tu prójimo.
-No codicies la casa de tu prójimo. No codicies su mujer, ni sus servidores, su
buey o su burro. No codicies nada de lo que le pertenece.

Decálogo cultual (Ex 34,14-26)

No te arrodillarás ante otro dios, pues Yahvé lleva por nombre Celoso: él es un Dios
celoso. No te comprometerás con la gente de aquellos países, que se prostituyen tras
sus dioses y les ofrecen sacrificios. Pues, de lo contrario, te convidarán a comer de
sus cosas sacrificadas, y después casarás a tus hijos con las hijas de ellos y, puesto
que se prostituyen ellas por sus dioses, arrastrarán a tus hijos a prostituirse también
ellos.
No te harás dioses de metal fundido.
Respetarás la fiesta de los ázimos. Comerás pan de ázimos durante siete días,
como te lo he ordenado, en el mes de la primavera, porque fue en ese mes cuando
saliste de Egipto.
El primero de tus hijos es mío, y también el primer nacido que sea macho, sea
oveja o sea vaca será mío. El burro primerizo lo rescatarás con un corderito; en caso
de no ser rescatado, será muerto. Rescatarás el primero de tus hijos, y no te
presentarás ante mí con las manos vacías. Trabajarás seis días y al séptimo día
descansarás, incluso en tiempo de arar y de segar. Celebrarás la fiesta de las semanas
con las primeras siegas de tu trigo, y otra fiesta a fin de año al recoger todos los frutos.
Se presentarán tres veces al año todos tus varones ante Yahvé, el Señor y Dios de
Israel. Pues yo arrojaré de tu presencia a los pueblos y agrandaré tus fronteras y
nadie codiciará tu país, mientras tú subas tres veces al año a presentarte ante Yahvé,
tu Dios.
No ofrecerás con pan fennentado la sangre de mis víctimas y no quedará hasta
el otro día la víctima de la fiesta de Pascua.
Llevarás los primeros frutos de tu tierra a la Casa de Yahvé, tu Dios. No cocerás
el cabrito con la leche de su madre.

Contrato de Alianza (1M 8,19-32)

Los enviados de Judá partieron a Roma, donde llegaron después de un viaje largo.
Ahí entraron al Senado y tomaron la palabra, diciendo: "Judas Macabeo, sus henna-
nos y el pueblo de Israel nos han enviado ante ustedes para concertar una alianza de
paz y para que seamos contados entre sus aliados y amigos." Los romanos aprobaron
esta proposición, y ésta es la copia de la carta que escribieron en tablas de bronce y
que enviaron a Jerusalem para que fuera memorial de paz y de alianza:
"Que a los romanos y el pueblo judío les vaya bien por mar y por tierra para
siempre, que la espada y el enemigo estén siempre lejos de ellos. Si una guerra
amenaza a los romanos primero, o a alguno de sus aliados en todo su imperio, la
nación judía participará en la guerra de todo corazón, según se lo permitan las
circunstancias. Los combatientes judíos no recibirán trigo, ni annas, ni dinero, sino
que cumplirán gratuitamente sus compromisos.
Asimismo, si la nación judía es atacada, los romanos lucharán a su lado con todo
estusiasmo, según lo pennitan las circunstancias. Los aliados romanos no recibirán
trigo, ni armas, ni dinero o barcos, según ha decidido Roma, y cumplirán estos
compromisos sin engaños. En estos ténninos concluyen los romanos su alianza con
la nación judía.
Si posterionnenteunos u otrosquisieranagregaroquitaralgo, lo harán de común
acuerdo, y lo agregado o quitado tendrá carácter obligatorio." Referente al mal que
causó el rey Demetrio a los judíos, le hemos escrito así: "¿Por qué mantienes tan
pesado yugo sobre los judíos, nuestros amigos y aliados? Si vuelven a acusarte,
defenderemos sus derechos y lucharemos contra ti por mar y tierra.

Reprensión (ls 1,2-17)

¡Cielos y tierra oigan! Escuchen la queja de Yahvé: "Crié hijos hasta hacerlos hom-
bres/ pero se rebel;}ron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el burro, el pesebre
de su señor; pero Israel no me conoce, mi pueblo no comprende."
¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de crímenes, raza de malvados, hijos
perversos! Han abandonado a Yahvé, han despreciado al Santo de Israel, le han
vuelto la espalda.
¿Dónde quieren que les pegue ahora, ya que siguen rebeldes? Tienen toda la
cabeza dolorida/ el corazón entero apenado, desde la planta de los pies hasta la cabeza
no hay nada sano; heridas, golpes, llagas vivas que no han sido envueltas ni vendadas
ni aliviadas con aceite.
Su país es ahora un desierto, sus ciudades fueron presa del fuego; ustedes vieron
su tierra saqueada por el enemigo, y al irse los extranjeros les dejaron un desierto.
La Hija de Sión ha quedado como cabaña de viña como choza de melonar, como
ciudad que ha sufrido un largo sitio.
Si Yahvé de los Ejércitos no nos hubiera dejado algún resto, seríamos como
Sodoma o iguales a Gomarra.
Jefes de Sodoma, escuchen la palabra de Yahvé; pueblo de Gomarra, escuchen
la orden de nuestro Dios: "¿De qué me sirve la multitud de sus sacrificios? Ya estoy
saciado de sus animales, de las grasas de sus carneros y de sus temeros. En realidad,
no me gusta la sangre, sea de ovejas, o de vacas, o de machos cabríos.
Cuando vienen a presentarse delante de mí, ¿guíen se lo ha pedido? ¿Por qué
vienen a profanar mi Templo? Déjense de traenne ofrendas inútiles; ¡el incienso me
causa horror! Lunas nuevas, sábados, reuniones, ¡ya no soporto más sacrificios ni
fiestas! Odio sus lunas nuevas y sus solemnidades, se me han vuelto un peso y estoy
cansado de tolerarlas.
Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque
multipliquen sus plegarias, no las escucho, porque hay sangre en sus manos.
¡Lávense, purifíquense! Alejen de mis ojos sus malas acciones, dejen de hacer el
mal, y aprendan a hacer el bien.
Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al huérfano y
defiendan a la viuda.

Oráculo salvífico (Ez 37,1-14)

Yahvé puso sobre mí su mano, y su espíritu me llevó, dejándome en una llanura llena
de huesos. Me hizo pasar en todas direcciones en medio de ellos: los huesos,
completamente secos, eran muy numerosos sobre la superficie de la llanura.
Yahvé me preguntó:" ¿Piensas que podrán revivir estos huesos?" Yo le contesté:
"Señor Yahvé, tú sólo lo sabes." Entonces me dijo: "Habla de parte mía sobre estos
huesos y les dirás: Huesos secos, escuchen la palabra de Yahvé. Voy a hacer entrar
un espíritu en ustedes y volverán a vivir. Pondré sobre ustedes nervios y haré crecer
carne y los cubriré con piel y pondré en ustedes mi Espíritu, de manera que vivirán
y sabrán que Yo soy Yahvé."
Yo hablé como Yahvé me lo había dicho. Mientras lo hacía, se produjo un ruido
y un alboroto: los huesos se juntaron, se cubrieron de nervios; se fonnó carne, y la
piel se extendía por encima, pero no había espíritu en ellos.
Yahvé entonces me dijo: "Habla de parte mía al espíritu, llámalo, hijo de hombre,
y dile de parte del Señor Yahvé: Espíritu, ven por los cuatro lados y sopla sobre estos
muertos para que vivan." Lo hice según la orden de Yahvé y el Espíritu entró en ello.
Se reanimaron y se pusieron de pie; eran un ejército grande, muy grande.
Entonces, Yahvé me dijo: "Estos huesos son todo el pueblo de Israel. Ellos andan
diciendo: Se han secado nuestros huesos. Se perdió nuestra esperanza, el final ha
llegado para nosotros. Por eso, anúnciales esta palabra: Yo, Yahvé, voy a abrir sus
tumbas. Pueblo mío, los haré salir de sus tumbas y los llevaré de nuevo a la tierra de
Israel. Ustedes sabrán que Yo soy Yahvé, cuando abra sus tumbas, pueblo mío, y los
haga salir. Infundiré mi Espíritu en ustedes y volverán a vivir, y los estableceré sobre
su tierra, y ustedes entonces sabrán que Yo, Yahvé, digo y pongo por obra.
Vocación de Isaías (Is 6)

El año en que m u rió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono elevado y magnífico,
y el ruedo de su manto llenaba el Templo. Por encima de él había Serafines de pie.
Cada uno de ellos tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, con dos, los pies, y con
las otras volaban.
y gritaban, respondiéndose el uno al otro: "Santo, Santo, Santo es Yahvé de los
Ejércitos, su Gloria llena la tierra toda." Los postes de piedra de la entrada temblaban
a la voz del que gritaba, y la Casa se llenaba de humo.
Yo exclamé: "¡Ayde mí, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros,
y que vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, Yahvé de
los Ejércitos!" Entonces voló hacia mí uno de los serafines. Tenía un carbón encen-
dido que había tomado del altar con unas tenazas. Tocó con él mi boca y dijo: "Mira,
ésto ha tocado tus labios, tu falta ha sido perdonada, y tu pecado, borrado." Y oí la
voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?" Y respondí:
"Aquí me tienes, mándamea mí." El me dijo: "Ve y dile a este pueblo: Pongan mucha
atención, pero no entenderán, miren bien, pero no distinguirán.
Trata de que se ponga pesado el corazón de este pueblo, que se vuelvan sordos
sus oídos y que se les peguen sus ojos; no sea que vean sus ojos, oigan sus oídos,
comprenda su corazón, y puedan convertirse y recuperar la salud." Yo dije: "¿Hasta
cuándo, Señor?" Y él me respondió: "Hasta que las ciudades queden destruidas y sin
habitantes, las casas desocupadas, la tierra, abandonada; hasta que Yahvé haya
expulsado a los hombres y la soledad en el país sea grande. Y si quedara solamente
la décima parte, también habría de ser tirada al fuego, como se quema el tronco del
árbol cortado. De su tronco, sin embargo, saldrá una raza santa.

Bendición (Dt 28,3-12)

Bendito serás en la ciudad y en el campo.


Bendito será el fruto de tus entrañas y el fruto de tu tierra, las crías de tus burras,
el parto de tus vacas y ovejas.
Benditos serán tus graneros y el lugar donde guardes tus frutos.
Bendito serás en tus acciones desde el principio hasta el fin. A los enemigos que
se levanten contra ti, Yahvé los derribará y pondrá a tus pies; por un camino saldrán
a tu encuentro y por siete huirán de ti.
Yahvéordenará a la bendiciónqueestécontigoen tus graneros yen tus empresas.
Te bendecirá en la tierra que Yahvé, tu Dios, te da.
Yahvé hará de ti su pueblo santo, como te ha jurado, si tú guardas sus manda-
mientos y sigues sus caminos. Todos los pueblos de la tierra verán que con verdad
eres llamado pueblo de Dios y te respetarán.
Yahvé te colmará de toda clase de bienes, multiplicando el fruto de tu vientre, el
fruto de tus ganados y el fruto de tu tierra, la cual prometió Yahvé con juramento a
tus padres que te la daría.
Yahvé abrirá para ti los cielos, su rico tesoro para dar a su tiempo la lluvia que
necesiten tus campos, y para mandar la bendición sobre todo cuanto emprendas. Tú
prestarás a naciones numerosas y no tendrás necesidad de pedir prestado nada a
nadie.

Maldición (Dt 28,15-21)

Pero si no obedeces la voz de Yahvé, tu Dios, y no te preocupas de practicar todos


sus mandamientos y nonnas que hoy te prescribo, vendrán sobre ti todas estas
maldiciones:
Maldito serás en la ciudad y en el campo.
Maldito será tu ganado y malditas tus reservas de frutos.
Maldito e) fruto de tus entrañas y el fruto de tus tierras, los partos de tus vacas
y las crías de tus ovejas.
Maldito serás en todas tus acciones, desde el comienzo hasta el fin.
Enviará Yahvé sobre li hambre y necesidad y echará su maldición sobre todo lo
que tus manos toquen, hasta que seas extenninado, y perecerás en poco tiempo, por
tus malas acciones, por las que lo habían abandonado. Hará Yahvé que se te pegue
la peste, hasta que acabe contigo, hasta que te haga desaparecer de este país que vas
a poseer.

Poema didáctico sapiencial (Pr 8,22-36)

Yahvé me creó al proyectar sus obras, antes que sus obras más antiguas. Desde el
principio me tiene formada, desde el comienzo, antes de la tierra.
Cuando no existía el abismo ni habían brotado las fuentes del océano, antes que
los cerros fueran puestos en su lugar, antes que las lomas, ya estaba.
Antes de que Yahvé hiciera tierras ni campos, antes del primer polvo del
universo. Cuando afirmó los cielos, allí estaba yo.
Cuando puso la tierra sobre la faz del abismo, cuando formó las nubes en lo alto,
cuando se impusieron las fuentes del océano, cuando fijó los límites del mar para que
las aguas no salieran de su lugar, cuando asentó las bases de la tierra, yo estaba a su
lado, arquitecto de sus obras, y era yo cada día su delicia jugando en su presencia en
todo tiempo; yo me divertía recorriendo su creación, mi deleite está con los hijos de
los hombres.
Ahora, pues, hijos, escúchenme, felices los que siguen mis caminos. Escuchen
mi enseñanza y háganse sabios, no la desprecien.
Feliz el hombre que me escucha y se presenta a mi puerta cada día, esperándome
a la entrada de mi casa. Porque quien me encuentra, encuentra la vida, y obtendrá
el favor de Yahvé. Pero el que me ofende se hiere a sí mismo, y todos los que me
odian van a la muerte.
Narración alegórica (Ez 16,13-16.35-39)

Tu alimento era de harina de flor, miel y aceite. Te hiciste cada vez más hennosa y
llegaste a ser reina. La fama de tu belleza perfecta corrió por los pueblos, gracias al
esplendor que yo te había dado, dice Yahvé.
Pero tú, confiada en tu belleza, y valiéndote de tu fama, te prostituiste entregán-
dote a cuantos pasaban. Con tus vestidos te preparaste tiendas de vivos colores en
los Santuarios de Lomas, para dedicarte en ellas a la prostitución.
Por eso, infiel, escucha la palabra de Yahvé. Por tu descarada vergüenza, por tus
abominables prostituciones con tus amantes e ídolos, por la sangre de tus hijos que
les ofreciste, reuniré a todos tus amantes, no sólo a los que amaste, sino a los que
aborreciste, los reuniré a todos y les mostraré tu desnudez y tu torpeza. Te aplicaré
el castigo reservado a las adúlteras y a los criminales, te abandonaré a su crueldad y
a sus celos. Te entregare a su poder y ellos arrasarán tus santuarios de ídolos; te
quitarán los vestidos, te arrancarán los adornos espléndidos, y te dejarán a la
intemperie.

Fábula de Jotán Oc 9,8-15)

Los árboles se pusieron en camino para buscar un rey a quien ungir. Dijeron al olivo:
"Sé tú nuestro rey." Les respondió el olivo: "¿Voy a renunciar al aceite con el que
gracias a mí son honrados los dioses y los hombres, para ir a mecenne por encima
de los árboles?"
Los árboles dijeron a la higuera: "Ven tú a reinar sobre nosotros." Les respondió
la higuera: "¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a mecenne
por encima de los árboles?"
Los árboles dijeron a la vid: "Ven tú a reinar sobre nosotros." Les respondió la
vid: "¿Voy a renunciar a mi mosto, que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a
mecerme por encima de los árboles?!'
Entonces los árboles dijeron a la zarza: "Ven tú a reinar sobre nosotros." La zarza
respondió a los árboles: "Si con sinceridad vienen a ungirme a mí para reinar sobre
ustedes, acérquense y cobíjense a mi sombra, y si así no fuera, brote de la zarza fuego
que devore los cedros del Líbano."
Y ahora, díganme, ¿han obrado con sinceridad y lealtad al elegir rey a Abimelec?,
¿se han portado bien con Jerubaal y su familia y lo han tratado según sus méritos?

Canción satírica (2R 19,20-28)

Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: "Esto es lo que dice Yahvé, Dios de
Israel: He escuchado tu súplica acerca de Senaquerib, rey de Asur. Esta es la
sentencia que Yahvé pronuncia contra él:
La virgen, hijo de Sión, te desprecia y se burla de ti. Mueve la cabeza a tus
espaldas, la hija de Jerusalem. ¿A quién piensas que has insultado tú, y de quién has
blasfemado? ¡Del Santo de Israel!
Por boca de tus mensajeros has insultado a Yahvé y dijiste: Con mis muchos
carros armados subo a la cumbre de los montes, a las laderas del Líbano. He
derribado sus altos cedros, sus cipreses más hennosos y sus mejores abetos; he
penetrado hasta sus últimos refugios y las frondosas selvas de su Cannelo. Yo he
cavado pozos, he bebido en tierras extranjeras y secaré bajo la planta de mis pies
todos los canales de Egipto."
Pero Yahvé dice: "He preparado esto que ahora ejecuto. Tú tenías que convertir
las ciudades fortificadas en un montón de ruinas. Sus habitantes, de débiles manos,
confusos y aterrados, no podían hacer nada. Fueron co:no hierba del campo, hierba
de tejado, pasto c.1uernado por el viento de oriente.
Si te levantas o te sientas, si sales o entras. Yo lo sé, y también cuando te enojas
conmigo. Te has levantado contra mí: he oído hablar de tu orgullo. Por eso, yo
pondré mi anillo en tus narices, mi freno en tu boca, y voy a devolverte por el camino
por el que has venido.

Elegía de David (25 1,19-27)

Ay, la gloria de Israel pereció en los montes. ¿Cómo cayeron los héroes? ¡No lo
publiquen en Gat, no lo anuncien en las caiJes de Ascalón, para que no se alegren las
mujeres filisteas ni se regocijen las hijas de los infieles!
Montañas de Gelboé, no caigan sobre ustedes ni rocío ni lluvia, ni sean buenas
tierras, porque allí fue deshonrado el escudo de los héroes.
El escudo de Saúl no estaba ungido con aceite sino con la sangre de los heridos.
Y con la grasa de los guerreros. El arco de Jonatán no retrocedió jatnás ni la espada
de Saúl se blandía en vano.
Saúl y Jonatán, amables y queridos. Fueron inseparables en vida y en la muerte.
Eran más ligeros que águilas, más fuertes que leones.
Hijas de Israel, lloren por Saúl, que las vestía de lino y cannesí, y adornaba con
joyas de oro sus vestidos.
¿Cómo cayeron los héroes en medio del combate? ¿Cómo Jonatán fue herido de
muerte en esas cumbres? Por ti estoy apenado, Jonatán, hennano mío, por ti, a quien
tanto yo quería. Tu amistad era para mí más maravillosa que el amor de las mujeres.
¿Cómo cayeron los héroes? ¿Cómo perecieron las armas de combate?

Elegía sarcástica (Is 14,4-21)

Cuando Yahvé te libere de tus padecimientos, de tus inquietudes y de la dura


esclavitud a la que estabas sometido, pronunciarás esta burla contra el rey de
Babilonia: ¡Cómo ha terminado el tirano y acabado su arrogancia! Yahvé ha roto el
palo de los malvados, que les pegaba a los pueblos con rabia, golpeándolos sin cesar,
y oprimía con furia a las naciones, persiguiéndolas sin descanso.
La tierra está ahora tranquila y quieta y retumban las aclamaciones. Aun los
cipreses y los cedros del Líbano se alegran, diciendo: "Desde que estás en la tumba,
ninguno sube a cortarnos."
Bajo la tierra, los muertos se agitan por ti, para salirte al encuentro. Por ti se
despiertan las sombras de todos los grandes de la tierra y se levantan de sus tronos
todos los reyes de los pueblos. Todos se dirigen a ti a una sola voz, y te dicen: "¡Tú
también has sido tirado al suelo y ahora eres igual a nosotros! Tu esplendor junto al
sonido de tus arpas han sido lanzados al lugar adonde van los muertos, los gusanos
te sirven de cama y te cubren como frazada."
¿Cómo caíste desde el cielo, estrella brillante, hijo de la Aurora? ¿Cómo tú, el
vencedor de las naciones, has sido derribado por tierra? En tu corazón decías: "Subiré
hasta el cielo, y levantaré mi trono encima de las estrellas de Dios, me sentaré en la
montaña donde se reúnen los dioses, allá donde el Norte se tennina; subiré a la
cumbre de las nubes, seré igual al Altísimo."
Mas ¡ay! has caído en las honduras del abismo, en el lugar adonde van los
muertos. Los que te ven se fijan en ti y dicen al verte: "Este es el hombre que espantaba
a la tierra, que hacía temblar a los reinos, que convertía al mundo en un desierto, que
destruía las ciudades y nunca abría la cárcel a sus presos."
Todos los reyes de las naciones, luJos reposan con honor, cada uno en su tumba,
pero tú has sido arrojado lejos de tu sepulcro, con1o una basura que molesta, como
un cadáver pisoteado, cubierto de gente masacrada, de degollados por la espada,
depositados en la fosa común.
No tendrás la sepultura de los reyes, porque has desolado tu tierra y asesinado
a tu pueblo: nadie, en adelante, se acordará de la descendencia de los malhechores.
¡Preparen la muerte de los hijos por la maldad de sus padres, que no conquisten más
la tierra ni llenen de ruinas la faz del mundo!.

Salmo 6

Seflor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues en tu enojo.


Misericordia, Seflor, que desfallezco. Sáname tú, porque el temor ha carcomido
mis huesos.
Aquí me tienes sumamente perturbado. Y tú, Señor, ¿hasta cuándo?
Señor, vuélvete a mt libra mi alma y sálvame por tu gran compasión.
Porque después de muerto nadie te recuerda, en el lugar oscuro nadie te alaba.
De tanto gemir, estoy agotado, de noche en mi cama lloro y mis lágrimas corren
por el suelo. Mis ojos se consumen de tristeza, envejezco al ver tantos enemigos.
Apártense de mí los malvados porque el Señor ha oído mi llanto.
El Señor ha escuchado mi plegaria y ha aceptado mi oración.
Que todos mis adversarios se avergüencen y se asusten, y de repente retrocedan
aterrados..

Salmo 7

Señor, Dios mío, en ti me refugio, líbrame de mis perseguidores y sálvame.


Porque son como leones listos para asaltarme, y me van a despedazar sin que
nadie me pueda salvar.
Señor y Dios mío, si la maldad mancha mis manos, si devolví mal por bien, si he
favorecido a algún agresor.
Que mi enemigo me persiga y me dé alcance, que me pisotee y me tire al suelo
sin vida.
Señor, ¡ponte de pie! No aguantes más, sino que hazte frente a la rabia de mis
opresores. ¡Despiértate!, oh Dios, para ordenar el juicio.
Que te rodeen tus ángeles y tú presidirás de lo alto.
Oh, Señor, tú que juzgas a los pueblos, reconoce mis méritos y proclama mi
inocencia.
Que termine el poder de los hombres malos. Apoya tú a los buenos, tú que
escudriñas mentes y corazones, oh Dios justo.
Dios se hizo mi amparo, él que salva a los de recto corazón.
Dios es juez justo y que se indigna cada día. Si no se convierten afilará su espada,
preparará el arco y hará la puntería.
Les lanzará flechas mortales y dardos de fuego. Miren al que concibió iniquida-
des, está preñado de malicia y da a luz la menlira.
Cavó una fosa y la estuvo ahondando, pero cayó en ella misma.
Su maldad recaerá sobre su propia cabeza y en él rebotará su misma malicia.
Pero yo alabaré al Señor por su justicia y cantaré el nombre del Altísimo.

Salmo 107

Alaben al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.


Que así digan los rescatados por el Señor, los que él rescató del enemigo.
Los que él reunió de diferentes naciones, del oriente al poniente y del norte al
sur.
Anduvieron errantes por el desierto y la soledad, sin hallar camino de ciudad
habitada.
Iban hambrientos y sedientos, y ya se les acababa la vida.
Clamaron al Señor en su angustia, y él los libró de sus aflicciones.
Los condujo por camino recto y así llegaron a ciudad poblada.
Den gracias al Señor por su bondad y por sus maravillas en favor de los hijos de
los hombres.
Porque sació su hambre, a los hambrientos colmó de bienes.
Estaban sentados en sombras de muerte, atados por miserias y cadenas.
Por haber quebrantado las órdenes de Dios, y despreciado las disposiciones del
Altísimo.
Por eso los humilló con mil miserias, sucumbieron y no hubo nadie que viniera
a socorrerlos.
Clamaron al Señor en sus angustias, y él los libró de sus aflicciones.
Los sacó de sombras y oscuridades y rompió sus cadenas.
Den gracias ...
Dicho profético (Le 12,32-40)

Pequeño rebaño, no temas, porque al Padre le agradó darte el Reino. Vendan lo que
tienen y repártanlo en limosnas. Háganse bolsas que no se gasten, y júntense
riquezas celestiales que no se acaban, donde no pueden llegar ni ladrón ni polilla que
destruya. Porque donde está tu tesoro, ahí también estará tu corazón. Tengan la
ropa puesta y mantengan encendidas sus lámparas. Estén como hombres que
esperan que su patrón regrese de un casamiento para abrirle apenas llegue y golpee
la puerta. Felices los sirvientes a los cuales el patrón encuentre despiertos a su
llegada. Yo les digo que él mismo los atenderá, los hará sentarse a su mesa y los
servirá uno por uno. Felices si los encuentra así aunque venga a la medianoche o de
madrugada.
Entiendan bien esto: Si el dueño de casa supiera a qué hora va a venir el ladrón,
estaría preparado para no permitirle entrar en su casa . Ustedes también estén
preparados, porque en el momento menos pensado vendrá el Hijo del Hombre.

Curación del paralítico (Me 2,1-12)

Tiempo después, Jesús volvió a la ciudad de Cafarnaúm y se supo que estaba en casa.
Se reunió tanta gente, que no quedaba lugar ni siquiera delante de la puerta, mientras
Jesús les anunciaba su mensaje.
Llegaron cuatro hombres, que traían a un paralítico. Como no podían acercarlo
a Jesús, a causa de la multitud, abrieron el techo del lugar donde él estaba 1 y por ahí
bajaron al enfermo en su camilla. Cuando vio la fe de esta gente, Jesús dijo al
paralítico: "Hijo tus pecados te son perdonados". Estaban ahí sentados algunos
maestros de la Ley y pensaron: "¿Cómo puede hablar así? Este se alza contra Dios.
Pues ¿quién puede quitar el pecado sino Dios y solamente él?".
En ese mismo instante Jesús conoció en su espíritu lo que pensaban. Por eso les
dijo: "¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil decir al paralítico: tus pecados te son
perdonados o levántate, toma tu camilla y camina? Sepan, pues, que el Hijo del
Hombre tiene en la tierra el poder de perdonar los pecados."
Y dijo al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". El se levantó
y al momento, tomando su camilla, salió a la vista de todos. La gente quedó
asombrada y bendijo a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada parecido".
BIBLIOGRAFIA

BEECHER Keyes, N el son. Story of the Bible ·world, Ediciones C.S. Hammond &
Co., Nueva York, 1959.

CARRILLO Alday, Salvador, M.SP.S. Introducció1l a los Evangelios, Ediciones


Misioneros del Espíritu Santo, México, 1985.

CARRILLO Alday, Salvador, M.SP.S. ¿Qué es la Biblia? Ediciones Misioneros


del Espíritu Santo, México, 1985.

GARCIA DE ALBA, Juan Manuet s.j. El valor de tu vida, ITESO, Guadalajara, 1983.

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Editor, Washington, D.C., 1971.
Dicho profético (Le 12,32-40)

Pequeño rebaño, no temas, porque al Padre le agradó darte el Reino. Vendan lo que
tienen y repártanlo en limosnas. Háganse bolsas que no se gasten, y júntense
riquezas celestiales que no se acaban, donde no pueden llegar ni ladrón ni polilla que
destruya. Porque donde está tu tesoro, ahí también estará tu corazón. Tengan la
ropa puesta y mantengan encendidas sus lámparas. Estén como hombres que
esperan que su patrón regrese de un casamiento para abrirle apenas llegue y golpee
la puerta. Felices los sirvientes a los cuales el patrón encuentre despiertos a su
llegada. Yo les digo que él mismo los atenderá, los hará sentarse a su mesa y los
servirá uno por uno. Felices si los encuentra así aunque venga a la medianoche o de
madrugada.
Entiendan bien esto: Si el dueño de casa supiera a qué hora va a venir el ladrón,
estaría preparado para no permitirle entrar en su casa. Ustedes también estén
preparados, porque en el momento menos pensado vendrá el Hijo del Hombre.

Curación del paralítico (Me 2,1-12)

Tiempo después, Jesús volvió a la ciudad de Cafarnaúm y se supo que estaba en casa.
Se reunió tanta gente, que no quedaba lugar ni siquiera delante de la puerta, mientras
Jesús les anunciaba su mensaje.
Llegaron cuatro hombres, que traían a un paralítico. Como no podían acercarlo
a Jesús, a causa de la rn ultitud, abrieron el techo del lugar donde él estaba, y por ahí
bajaron al enfermo en su camilla. Cuando vio la fe de esta gente, Jesús dijo al
paralítico: "Hijo tus pecados te son perdonados". Estaban ahí sentados algunos
maestros de la Ley y pensaron: "¿Cómo puede hablar así? Este se alza contra Dios.
Pues ¿quién puede quitar el pecado sino Dios y solamente él?".
En ese mismo instante Jesús conoció en su espíritu lo que pensaban. Por eso les
dijo: "¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil decir al paralítico: tus pecados te son
perdonados o levántate, toma tu camilla y camina? Sepan, pues, que el Hijo del
Hombre tiene en la tierra el poder de perdonar los pecados."
Y dijo al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". El se levantó
y al momento, tomando su camilla, salió a la vista de todos. La gente quedó
asombrada y bendijo a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada parecido".
PIKAZA, Xabier. Los oríge11es de Jesús, Sígueme, Salamanca, 1976.

PONCE DE LEON, Enrique, s.j. El Selior jesús, Ediciones Librería Parroquial,


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/;'/sentido de la Biblia
Se tc.rminó de imprimir en
scpt icmhrc de 1<.J94 en los talleres lk::
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Tipografía y formación:
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Extensión Univcrsituria dellTESO.
Tcl: (3)669-34-~5 Fax: 669-34-81
Tlaqucpaquc. Jal ..:V1éxico.
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