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La significación autorreferencial

La latitud y altitud de un terreno, la composición fisicoquímica de la tierra, la incidencia de la luz solar, las precipita-
ciones pluviales, el viento junto con muchos otros factores son lo que finalmente generan un tipo de planta; no es lo
mismo un cactus en el desierto que un árbol en el bosque. Los factores ambientales determinan el tipo de vida que se
genera en dicho tiempo y espacio, por ende es muy diferente la vida del mar a la del cielo o la tierra. Son leyes de la
creación que, generan vida animal o vegetal tanto como también, intervienen en las culturas humanas; no por nada
Zeus es el trueno, Tláloc los monzones así como muchos otros fenómenos naturales son también divinizados.

Los dioses mitológicos son un ente antropomórfizado de las energías creadoras como el agua y el fuego. Son la signifi-
cación autorreferencial o lo eterno viéndose en un espejo, que en este caso es la capacidad cognitiva del ser humano,
pues el hombre es la creación de estas fuerzas que ahora el mismo las recrea en su cultura, la lluvia seria el útero y
Tláloc el ovario y el ser humano el conducto.

Lo eterno e infinito ha creado lo efímero y finito como un proceso autorreferencial. Es decir; como una trompa de Fa-
lopio, que por medio de un conducto se extrae de “el yo” o el creador a sí mismo para convertirse en lo creado u “lo
otro” para así significar su propia existencia, solo a partir de “lo otro” “el yo” puede ser percibido como un ser. Es una
paradoja, la vida consciente y efímera es espejo secuencial de la materia inerte, solo así la existencia se puede com-
prender a sí misma. Más que vanidad es la creación misma; una secuencia lógica del movimiento de la materia en el
espacio (como lo explico al inicio del ensayo), que ha logrado a través de la evolución la cognición para observarse a sí
misma, siendo así el resultado a la pregunta ¿soy tiempo, soy espacio, soy movimiento, soy materia, soy energia?

Lo mismo sucede entre el ser humano y el arte, del último se puede decir que no es un puro entretenimiento. El arte del
ser humano está sujeto a las circunstancias derivadas de las variaciones del tiempo y del espacio; a esto me refiero que
el lenguaje, los símbolos, la ropa, la comida, la vivienda, etc. son una manifestación de la lucha de grupos humanos por
adaptarse al entorno. Por ende es una respuesta de significación autorreferencial; la pirámide es la montaña o más sofis-
ticado aun, los girasoles son el sol viéndose a sí mismo así Van Gogh se asemeja al sol viendo como su obra se ve de él.
El arte son las mismas leyes derivadas del entorno decantado por el intelecto humano, así que creando sucede en el ser
un intento por asemejarse a su creador.

El hombre genera la significación autorreferencial a través del arte; para dar a entender que su proceso cognitivo le
permite analizar e interpretar el contexto del cual es interdependiente. Y así permitir también en los demás la capacidad
de reconocerse como parte de un todo ya sea por medio de la permanencia o de pertenencia. El artista reconoce los
valores tangibles e intangibles de su entorno que lo han creado o formado y así artificia su identidad en símbolos o tec-
nología creando materia ajena a si mismo que también tiene valor potencial de ser parte de una cultura o del todo. Las
creaciones del hombre son una voluntad de reproducción de sí mismo u intelecto, es una actividad espejo de las fuerzas
que crearon al hombre; el hombre crea porque también ha sido creado, es una secuencia para significar el “yo” a partir
de un “otro”.

Daniel Aranda G. de Quevedo

Arch-AIc

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