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Según Zabala “Para desarrollar las bases teóricas y los avances científicos de la neuropsicología de
manera cronológica”; se deben tener en cuenta los aportes brindados y desarrollados en el ámbito
educativo como lo son metodologías, contribuciones, entre otras.
Período preclásico hasta 1861: Destacando el año 3.500 antes de cristo en el país
de Egipto se generaron grandes aportes científicos asociando la pérdida del lenguaje como
una alteración cognoscitiva. En el año 400 A.C. en Grecia, Hipócrates realizó el primer
reconocimiento a la incapacidad cognitiva producida por las lesiones cerebrales y las
cuales repercuten en las pérdidas verbales. Refiriendo las palabras Áfonos (dificultad
sensorial) y Aunados (dificultad motora). Año 380 A.C., Aristóteles expone el Enfoque
Racionalista, situando los procesos intelectuales y los sentimientos en el corazón. En pleno
siglo II D.C., Claudio Galeno menciona el “localizacionismo” como parte del enfoque
cerebral, indicando que la mente y su actividad, se gestaban en el encéfalo por
componentes individuales, además propuso la Teoría Ventricular. Siglo XVII René
Descartes desarrolló como axioma que la mente y el cuerpo actúan entre sí y que el punto
donde estos interactúan tiene una localización específica es la glándula pineal. Edad Media
Siglo XIII Alberto Magno Desarrolla la Teoría Ventricular, argumentando el origen de las
facultades mentales en los ventrículos cerebrales; principalmente 3 como: Anterior (la
percepción), otra media (el razonamiento) y una última posterior (la memoria). Teoría
respaldada por Santo Tomas de Aquino, Leonado Da Vinci entre otros. En el siglo XIX, el
fisiólogo y anatomista Franz Joseph Gall
impulsó la frenología como pseudociencia, planteando por primera vez las facultades
como la inteligencia, la percepción y la memoria; además junto a Johann Casper
Spurzheim determinaron que había 27 facultades completamente ubicadas en la corteza
cerebral. En la actualidad, este planteamiento no tiene validez alguna.
Clásico desde 1861 hasta 1945: Surge una teoría antilocalizacionista, planteando que el
cerebro funciona de forma global, esto es desarrollado a mediados del siglo XIX por el
biólogo francés Pierre Flourens fundador de la “teoría del campo agregado”,
comprobando que existen dos hemisferios además de la voluntad, el juicio, la visión y la
Audición como funciones primordiales, permitiendo el desarrollo de la neurofisiología. En
el siglo XIX, se desarrolló un debate entre el localizacionismo y el holismo donde se impuso
el holismo indicando una localización específica en el lóbulo central, enmarcando el
lenguaje y así se da origen a la Afasiología siendo el estudio del deterioro del lenguaje por
daños cerebrales. De esta manera, en el campo de la Neuropsicología se habla del
Neurologo Paul Broca, confirmando la relación del lenguaje expresivo del ser humano y el
lóbulo frontal izquierdo del cerebro, área que se conoce como área de Broca. Por otra
parte se resalta el trabajo del neurólogo y psiquiatra Karl Wernicke, quien localizó el
centro del lenguaje comprensivo en la zona posterior del lóbulo temporal izquierdo y
desde entonces se le conoce a la patología de este lugar como afasia de Wernicke.
Moderno y contemporáneo: En 1913 William Osler usa inicialmente el termino
Neuropsicología, pero en 1945 se referencia dicha terminología y en 1949 el profesor
Donald Hebb es quien populariza el termino como disciplina de acuerdo a los objetivos y
contenidos. Por otra parte, Kart Lashley, formula las leyes de Acción en masa y de la
Equipotencialidad reconocida como la base para el desarrollo de la Neuropsicología, de
igual manera Kurt Goldstein aporta a la Neuropsicología Clínica que las lesiones
producidas en el H.I. causan ansiedad, depresión, angustia y miedo, en cambio en el H.D.
generan indiferencia. Sin embrago, se debe resaltar que la persona que se reconoce como
pionero y gran aportante a la Neuropsicología es el psicólogo y neurólogo ruso Alexander
Romanovich Luria realizo estudios sobre la afasia traumática, el funcionamiento del
cerebro y la neuropsicología de la memoria. Lo cual, actualmente se conoce como el
nuevo paradigma o proceso de transición actual y desde 1975 a la fecha; gracias a los
avances tecnológicos y a la incursión del TAC, Tomografía Axial se conoce sobre la
actividad cognitiva permitiendo correlaciones clínicas y fisiológicas además de clasificar las
patologías existentes. Años 90, se realizan diagnósticos sobre imágenes diagnósticas como
la tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética de contraste
(FMRI), permitiendo conocer la funcionalidad cerebral en el momento exacto como
hablar, dibujar memorizar, entre otras y así Surgen los modelos estandarizados de baterías
de valoración neuropsicológica destacando baterías como Halstead-Reitan, la batería
neuropsicológica de Luria-Nebraska, la escala de memoria de Wechsler y la prueba de
Boston para el diagnóstico de afasias. Consolidando la Neuropsicología como especialidad
médica y psicológica contemporánea. Siglo XX se alcanzan los logros importantes dentro
de la ciencia. En este tiempo se destacan los trabajos del profesor Marsel Mesulam, el cual
planteo la red neuronal basada en (4) regiones cerebrales de atención visoespacial como
son: (formación reticular, corteza parietal posterior, la circunvolución del cíngulo y la
corteza frontal y el profesor Joaquín M.
Fuster quien plantea los procesos y funciones cognitivas a la concepción de redes
corticales.
Periodo preclásico (hasta 1861): Durante el Imperio Romano, Valerius Maximum describe el
primer caso de alexia traumática. Durante los siglos XV-XIX Antonio Guaneiro habla en el siglo XV
de dos pacientes afásicos, pero la primera descripción de un caso de alexia sin agrafia se debe a
Gerolamo Mercuriale; Johann Schmitt y Peter Schmitt, en el siglo XVII, se refiere a varios pacientes
afásicos con diferente sintomatología, incluyendo la incapacidad para denominar y repetir.
Durante el siglo XVIII se sabe de diferentes trastornos cognoscitivos, especialmente verbales:
anomia y jerga (Gesner), agrafia (Linné), capacidad preservada para cantar (Dalin) e incluso
disociación en la capacidad de leer en diferentes lenguas (Gesner). Durante el siglo XIX surgen
múltiples descripciones vinculadas a las secuelas posibles de daño cerebral sobre la actividad
comportamental. Bouillaud distinguió en 1825 dos tipos de patologías del lenguaje, uno
articulatorio y otro amnésico En 1843 Lordat propuso una dicotomía similar al distinguir la pérdida
de la capacidad para producir palabras de la pérdida de la capacidad para recordarlas. Ogle utilizó
en 1867el término agrafia para referirse a la incapacidad para escribir. Franz Gall antecesor directo
de la neuropsicología. el punto de vista de Gall ha sido frecuentemente ridiculizado.
Rieger (1909) fue el primer investigador que llamó la atención sobre el hecho de que algunos
pacientes con daño cerebral tienen dificultades para ensamblar objetos. Más tarde, Kleist (1912)
Diez años más tarde, el propio Kleist aportó el término apraxia construccional para designar las
alteraciones en las actividades formativas —, y, posteriormente Poppelreuter (1917), hablaron de
apraxia óptica. Brain (1941), quien se refiere una forma específica de apraxia del vestirse. Henry
Head (1926) presenta una aproximación clínico-psicológica en el estudio de las afasias. Von
Monakow (1914) afirmó que no existen afasias, sino pacientes afásicos Postuló que toda patología
cerebral se acompaña de una gran área circundante alterada. Goldstein (1948) y Conrad (1949),
promovieron el enfoque holístico en neuropsicología donde informaban que El daño cerebral
interfiere con la función básica con una sintomatología variable derivada de las variaciones en la
alteración de toda la organización cerebral. El apoyo científico al enfoque holístico fue por Lashley
(1929), quien experimentaba con animales sugiriendo que la función cerebral no era el producto
de una estructura neuroanatómica específica, sino que resulta de la participación integrada de una
masa extensa de tejido cerebral. Estudios que terminaron afirmando la importancia de estructuras
cerebrales específicas en diferentes funciones psicológicas. A mediados del siglo XIX ya se había
descrito la mayoría de los síndromes neuropsicológicos, y se conocía suficientemente la
participación de cada hemisferio cerebral en diferentes procesos neuropsicológicos.
periodo moderno o posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945-1975): A.R. Luria, La afasia
traumática, publicado en ruso en 1947 y en inglés en 1970, que presenta una serie de propuestas
originales acerca de la organización cerebral del lenguaje y de su patología, con base en la
observación sistemática de centenares de heridos durante el conflicto bélico. El cerebro humano y
los procesos psicológicos (1966), Las funciones corticales superiores en el hombre (1976), El
cerebro en acción (1974) y Fundamentos de neurolingüística (1976). Para Luria los procesos
psicológicos representan sistemas funcionales complejos que requieren de muchos eslabones
diferentes para su realización normal; Luria propone una clasificación de los trastornos afásicos
basada en los diferentes niveles en que el lenguaje se encuentre alterado y metodología para
evaluar los trastornos neuropsicológicos con base en el análisis de los errores. años 60, N.
Geschwind explicación de los síndromes corticales con fundamento en la transmisión de
información entre centros corticales. En décadas recientes, este enfoque conexionista ha tenido
una gran influencia. en 1962 su primer artículo, y en 1965 apareció su trabajo más representativo:
“Disconnection Syndromes in Animals and Man”. En Francia, Henri Hécaen (1962, 1964, 1976;
Hécaen y Albert, 1978) realiza importantes contribuciones prácticamente en todas las áreas de la
neuropsicología, pero sobre todo en el estudio de la asimetría cerebral y la organización del
lenguaje. En Italia, De Renzi, Vignolo y Gainotti trabajan en torno a los trastornos afásicos del
lenguaje, habilidades construccionales y espaciales. Poeck, en Alemania, realiza aportes
significativos en múltiples áreas, particularmente en el campo de las afasias y las apraxias. En 1958
se crea en el Instituto de Neurología de Montevideo (Uruguay) el llamado Laboratorio de
Afecciones Corticocerebrales. En Inglaterra, Weigl, Warrington y Newcombe abordan los
problemas del lenguaje, así como las alteraciones perceptuales. En España se crea, con la dirección
de Barraquer-Bordas, un importante grupo de trabajo especializado en neuropsicología.
Ciencia interdisciplinaria entre las neurociencias y las ciencias del comportamiento, cuyo objeto es
el estudio de las relaciones entre el cerebro y la conducta.
Periodo preclásico (hasta 1861). Comprende desde los primeros papiros egipcios en los que se
menciona los efectos conductuales de un traumatismo, hasta la teoría de Gall sobre la localización
de las facultades mentales en partes circunscritas del cerebro. Periodo clásico (1861-1945). El
método fue el de las correlaciones anatomo clínicas. Sobresale el estudio de la Afasia y la
descripción de todos los síndromes clásicos. Periodo moderno (1945-1975). La psicología hace su
aparición en este campo al proveer de métodos objetivos para la medición del comportamiento de
quienes sufrían una lesión cerebral. Se desarrolló la psicometría. Periodo contemporáneo (desde
1975). Cuando aparecieron las técnicas para la obtención de imágenes cerebrales el papel de la
neuropsicología cambió radicalmente. Coexisten dos enfoques gene
modelo Hynd y Obrzut (1981), alcanza su importancia en el sector educativo pues aborda el
concepto de neuropsicología desde el contexto pedagógico de las escuelas; basandose en el
modelo de Luria.
Luria define la neuropsicología cognitiva como la ciencia que trata de comprender los distintos
tipos de procesamiento a que se somete la información en el cerebro desde los procesos mentales
a partir de las relaciones entre la conducta y los sistemas de pensamiento. De igual manera,
Propone la Teoría de los sistemas funcionales. Así mismo, Luria formulo varias leyes que regulan el
funcionamiento cortical y que actualmente se encuentran en vigencia; además dado el desarrollo
de la tecnología, la ciencia y el desarrollo digital a nivel escolar, se consideran la base del nuevo
paradigma de la neuropsicología y por ende del desarrollo de la neuropsicología educativa.
Desarrolla la Teoría histórico cultural o sociocultural la cual plantea que no hay individuos
culturalmente autorregulados sin la estructura social emergiendo primero. Por lo cual según
Vygotsky la introducción y la adquisición de los conceptos científicos de las ciencias básicas,
donde el aprendizaje busca la satisfacción de la necesidad cognitiva. Por lo tanto, del trabajo de
Luria y Vygotsky se resalta el principio de la génesis social de las funciones psicológicas superiores,
el cual según González-Solovieva-Quintanar, (2012) se habla de que “cada forma superior de
conducta aparece en escena dos veces durante su desarrollo – inicialmente como una forma
colectiva de conducta, como función interpsíquica, después, como función intrapsíquica, como un
medio conocido de conducta”.
Según Benedet (1997), citado por José Antonio Portellano, para la neuropsicología cognitiva:
Al neurólogo le interesa el comportamiento como medio para conocer con mayor profundidad el
cerebro, mientras que el neuropsicólogo –por el contrario– se interesa en el cerebro para
comprender mejor la conducta. Diversas patologías como dificultades específicas del aprendizaje,
trastornos del lenguaje, cuadros amnésicos, demencias en fase inicial o numerosos trastornos
psiquiátricos en los que únicamente se pueden observar sus alteraciones funcionales a través de
las pruebas neuropsicológicas. El neurólogo examina las funciones vegetativas, sensoriales y
motoras, el neuropsicólogo es el encargado de evaluar las funciones cognitivas, para lo que se
requiere un proceso de evaluación más largo y exhaustivo.
3. Características de la Neuropsicología
La Neuropsicología es una Neurociencia que estudia las relaciones entre el cerebro y la conducta
tanto en sujetos sanos como en los que han sufrido algún tipo de daño cerebral (Kolb & Whishaw,
2002; Rains, 2003). Difiere de otras Neurociencias conductuales en su objeto de estudio, ya que se
centra de modo específico en el conocimiento de las bases neurales de los procesos mentales
complejos.
Carácter neurocientífico: método científico natural para el estudio del cerebro como es
método hipotético-deductivo establece hipótesis que son refrendadas o refutadas
mediante la realización de experimentos y el procedimiento analítico-inductivo realiza
experimentos para poner a prueba la relación funcional entre variables controladas.
Estudia las funciones mentales superiores: pensamiento, lenguaje, memoria, funciones
ejecutivas, percepción y motricidad. También estudia las consecuencias del
funcionamiento cerebral sobre la conducta emocional.
Trata preferentemente de las manifestaciones del córtex cerebral asociativo: la corteza
asociativa es la principal responsable de los procesos cognitivos superiores y es una zona
muy susceptible de resultar dañada, lo que puede afectar a los procesos cognitivos.
Lesiones en cuerpo calloso, tálamo, ganglios basales, amígdala, hipocampo o cerebelo
pueden tener implicaciones sobre la conducta, afectando las funciones mentales
superiores o a la regulación de la actividad emocional.
Estudia las consecuencias del daño cerebral sobre los procesos cognitivos: Neuropsicología
básica aborda el estudio de las relaciones entre la cognición y el cerebro en sujetos sanos y
la Neuropsicología clínica estudia las consecuencias del daño cerebral sobre la conducta:
trastornos del pensamiento, síndrome disejecutivo, afasias, amnesias, agnosias, apraxias y
alteraciones neuroconductuales.
Utiliza modelos humanos: Neuropsicología humana coexiste junto a la Neuropsicología de
otras especies de mamíferos, pero cada una tiene su propia especificidad, En primer lugar,
existen dificultades deontológicas, ya que no es posible inducir lesiones experimentales
del sistema nervioso en humanos, En segundo lugar, la cognición animal y humana no
siempre son extrapolables, ya que los procesos cognitivos de la especie humana son
cuantitativa y cualitativamente muy diferentes a las de cualquier otra; Claro ejemplo, es el
tamaño del cerebro.
Carácter interdisciplinar: Se debe a su origen y a que los neuropsicólogos ejercen su
actividad dentro de un ámbito igualmente interdisciplinar en el que atienden el daño
cerebral junto a otros profesionales.
El trabajo de Luria estuvo influenciado por autores como Von Monakow y Pavlov. En 1911 Von
Monakow introdujo el término “diasquisis” para referirse a la propagación de los efectos del daño
cerebral a lo largo de todo el cerebro, resultando transitoriamente abolidas funciones que no
corresponden con el Área específicamente lesionada. Mientras que Ivan Pavlov (1849-1936)
introdujo el concepto de analizador, unidad funcional constituida por el receptor periférico, las
vías de conducción y las células corticales donde éstas se proyectan; la corteza cerebral lleva a
cabo el análisis de los procesos del medio interno (analizadores internos) y del medio externo
(analizadores externos). concepto de plasticidad cerebral, afirmando que es posible la
recuperación funcional después de haberse producido alguna lesión en el sistema nervioso.
Para Luria, hay que entender la función no como la actividad de un Área local del cerebro, sino
como un sistema funcional, de tal modo que una zona del cerebro puede estar implicada en el
desarrollo de diferentes funciones. De igual manera, postulo la Ley de la Estructuración Jerárquica
afirma que durante la infancia las áreas primarias del cerebro son las que tienen mayor
preponderancia funcional, mientras que en la edad adulta las áreas asociativas son las que cobran
un mayor protagonismo y Ley de la lateralización progresiva afirma que la diferenciación
hemisférica para una determinada función se produce únicamente en las áreas secundarias y
terciarias del cerebro.
Se entiende que los lóbulos prefrontales cumplen una función central en la organización de la
cognición o “metacognición”. O simplemente, en la organización de la actividad dirigida y
consciente también participan en el control ejecutivo de las diferentes formas de actividad
psicológica. se puede afirmar que la actividad de los lóbulos prefrontales del cerebro se ha
asociado con: 1) la programación de la actividad motora; 2) la inhibición de respuestas inmediatas;
3) la abstracción; 4) la solución de problemas; 5) la regulación verbal del comportamiento; 6) la
reorientación del comportamiento de acuerdo con las consecuencias comportamentales; 7) la
adecuación de la conducta a las normas sociales; 8) la habilidad para diferir el refuerzo; 9) la
integración temporal de la conducta; 10) la integridad de la personalidad, y 11) la prospección de
la conducta.
FUNCIÓN EJECUTIVA: DEFINICIÓN: Los lóbulos frontales, el “controlador ejecutivo” del cerebro,
organizan las formas de conducta más complejas y características de la especie humana. Por ende,
las patologías frontales alteran la conducta social, la motivación, la regulación de los estados
internos y el control de los procesos cognoscitivos.
ANATOMÍA: Los lóbulos frontales regulan la personalidad y el afecto y contribuyen a todas las
formas complejas de conducta. lesiones prefrontales alteran las formas más complejas de la
conducta y la cognición.
Para Luria (1980), las áreas prefrontales corresponden a áreas terciarias (que participan en el
procesamiento de la información correspondiente a varias modalidades) de la corteza cerebral. A
su vez, los lóbulos prefrontales mantienen conexiones amplias con el sistema límbico, en
particular, con las áreas motoras corticales y subcorticales, y con la corteza sensorial.
Existen condiciones neurológicas que alteran el funcionamiento normal del cerebro, dentro de las
cuales se encuentran Las enfermedades cerebrovasculares, causas más frecuentes de las
afecciones neurológicas en el adulto. Se estima que aproximadamente un 50% de la patología
neurológica se debe a problemas cerebrovasculares. Se denomina enfermedad cerebrovascular a
cualquier alteración en el funcionamiento cerebral originado por alguna condición patológica de
los vasos sanguíneos. El cerebro es uno de los órganos que más dependen de una cantidad
apropiada de oxígeno para su adecuado funcionamiento. Los ACV producen una severa reducción
de glucosa y de oxígeno, lo cual interfiere en el metabolismo celular normal. Por lo cual se
clasifican en:
Los ACV de la arteria cerebral media izquierda producen afasias en la mayoría de los casos,
mientras que las isquemias de las arterias cerebrales anteriores tienden a producir cambios
comportamentales. Las alteraciones de memoria y los defectos en el reconocimiento visual se
producen en casos de compromisos de territorios de la arteria cerebral posterior.
Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) son la causa más frecuente de daño cerebral en
personas menores de 40 años, afectando el cerebro ya que puede lesionar directamente el
cerebro, pueden interrumpir el flujo sanguíneo cerebral, causar hemorragias y hematomas, en el
cerebro se produce inflamación como consecuencia del trauma, se fractura el cráneo y las
cicatrices que deja el TCE pueden convertirse en un foco epiléptico. El daño cerebral producido por
un TCE puede ser primario a contusión, laceración y hemorragia, o secundario a isquemia, anoxia,
edema y hemorragia intracraneal. Este tipo de TCE se divide en:
Abierto: donde el cráneo sufre una penetración, con la posibilidad de que fragmentos del
hueso se incrusten en el parénquima cerebral, común en casos de heridas por arma de
fuego.
Cerrado: el cerebro sufre por los efectos mecánicos de la rápida aceleración y
desaceleración, se pierde la conciencia probablemente como consecuencia de
alteraciones en las estructuras del tallo cerebral.
Generalmente los TCE dejan como secuelas defectos en la memoria (amnesia principalmente
Benignos: Crecen fuera del cerebro (tumores extracerebrales), como sucede en el caso de
los meningiomas, que son derivados de las meninges, crecimiento lento y pueden alcanzar
un gran tamaño sin presentar sintomatología evidente. no se infiltran en el parénquima
cerebral; por lo tanto, su resección quirúrgica es relativamente fácil; sin embargo, al
situarse en un lugar de difícil acceso quirúrgico puede causar la muerte por herniación del
tallo cerebral.
Malignos: surgen frecuentemente de las células gliales, se infiltran y se confunden con el
tejido cerebral, por lo que su resección es más difícil, que a su vez se dividen en:
Astrocitomas: bajo grado de malignidad y un crecimiento relativamente lento.
Oligodendriogliomas: representan un tipo de tumor particularmente lento en su
crecimiento.
Glioblastomas: son altamente malignos con una alta velocidad de crecimiento.
Se pueden caracterizar por crisis convulsivas son la primera manifestación clínica en muchos de los
pacientes con neoplasias disminución en la capacidad de concentración, y lentificación en la
comprensión y en la capacidad cognoscitiva general o en otros casos cefalea, el vómito, la
presencia de papiledema (aumento del disco óptico) y la diplopia (visión doble).
El término plasticidad se emplea para referirse a las modificaciones en estas conexiones como un
proceso de respuesta de adaptación a los cambios ambientales que modifican el desarrollo
neuronal normal. Las alteraciones en la diferenciación neuronal pueden dar origen a
anormalidades en el desarrollo cortical, causantes de retardo ulterior en el desarrollo cognoscitivo
del niño. Las lesiones cerebrales tempranas también pueden alterar el adecuado desarrollo
cerebral. Una vez lesionado el tejido cerebral, no se produce una proliferación neuronal extra para
compensar la pérdida. En el momento del nacimiento sólo unas cuantas áreas del cerebro están
completamente mielinizadas, como los centros del tallo cerebral que controlan los reflejos.
CONDUCTA MOTORA Y DESARROLLO CEREBRAL: Los movimientos corporales del feto se registran
durante la gestación, e incluso antes de que se registren respuestas a estímulos sensoriales, lo que
sugiere que el sistema motor se desarrolla primero. Existe una secuencia establecida en los
movimientos, común a la mayoría de los niños, aunque en ocasiones varía entre diferentes
individuos. El desarrollo integrado de los sistemas motores piramidales y extrapiramidales y de sus
conexiones corticales explica la presencia progresiva de una conducta motora cada vez más
compleja. Por lo común, el desarrollo motor es paralelo al desarrollo del lenguaje.
DESARROLLO DEL LENGUAJE: El desarrollo del lenguaje resulta de una interacción entre el
desarrollo neural normal y la adecuada estimulación ambiental. Es evidente que, si el niño no está
expuesto al lenguaje, no lo adquiere. La iniciación del lenguaje se produce de manera gradual,
entre los dos y tres años de vida; por lo cual se estima que a esta edad se adquiere cerca de 50%
del lenguaje que se poseerá durante la adultez. Cuando el niño es capaz de pronunciar unas
cuantas palabras, existe un desarrollo motor suficiente para producir otras más; sin embargo, el
proceso de adquisición del vocabulario es lento y difícil. El control de los movimientos finos y el
desarrollo de habilidades simbólicas son indispensables para un adecuado desarrollo del lenguaje.
La estructura de frase comienza a desarrollarse entre los 18 y los 36 meses. A partir de entonces el
lenguaje se desarrolla con rapidez y en poco tiempo se convierte en la herramienta de
comunicación más eficiente. Las diferencias en la velocidad con que los niños adquieren el
lenguaje tendrían relación con la velocidad de maduración, es decir, la estimulación ambiental
podría ser un factor clave.
El desarrollo del lenguaje en el niño también se relaciona con el grado de lateralización de las
funciones del lenguaje en el hemisferio izquierdo. Las lesiones en el hemisferio izquierdo en
adultos y adolescentes producen alteraciones permanentes en el lenguaje, lo cual no sucede
cuando el daño ocurre en etapa prenatal o en la infancia. El desarrollo del lenguaje no es un
proceso aislado; se encuentra ligado al progreso físico, psicológico y sociológico del niño. De haber
interrupciones o distorsiones en este proceso, se tendrían repercusiones importantes en la
maduración intelectual y psicológica. La ausencia de lenguaje antes de los tres años es de mal
pronóstico para el desarrollo integral.
Las funciones ejecutivas comienzan a desarrollarse en la infancia, cuando el niño puede controlar
su conducta usando información previa, y se consolidan con la edad. Se ha demostrado que hay
periodos en el desarrollo humano en los que aparece un desarrollo más marcado de la corteza
prefrontal; La relación entre las funciones ejecutivas y los lóbulos frontales ha sido corroborada
también por estudios en poblaciones infantiles con daño cerebral. se sugiere que el desarrollo de
las funciones ejecutivas podría depender en gran parte del desarrollo gradual del lenguaje.