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2. Introducción:
Paz y bien estimados estudiantes, hoy recordamos a San José,
hombre anó nimo y justo, que recibió la misió n de custodiar a
María y a su hijo Jesú s y cumplió esta tarea con amor y fidelidad.
En José honramos a todos los padres anó nimos de nuestras
familias que custodian y educan con dedicació n y paciencia a sus
hijos. En este día de fiesta, alabemos al mejor de los padres, Dios
Nuestro Padre.
3. GUÍA: Nos ponemos en la presencia del señ or. En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
En aquel tiempo, salió Jesú s de Samaria para Galilea. Jesú s mismo había hecho
esta afirmació n: «Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo
lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido
a la fiesta. Fue Jesú s otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua
en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaú n.
Oyendo que Jesú s había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que
bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.
Jesú s le dijo: «Como no veá is signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste: «Señ or, baja antes de que se muera mi niñ o».
Jesú s le contesta: «Anda, tu hijo está curado».
El hombre creyó en la palabra de Jesú s y se puso en camino. Iba ya bajando,
cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado.
É l les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Hoy a
la una lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando
Jesú s le había dicho: «Tu hijo está curado». Y creyó él con toda su familia.
Este segundo signo lo hizo Jesú s al llegar de Judea a Galilea.
PALABRA DEL SEÑOR.
5. PEQUEÑA REFLEXIÓN
6. PETICIONES
En este día de Fiesta, con un corazó n agradecido por todas sus bendiciones,
elevemos al Señ or nuestras oraciones:
Oremos por todos los padres para que con responsabilidad y amor guíen a sus
hijos por los caminos del bien y sean los primeros transmisores de la fe.
ROGUEMOS AL SEÑ OR
Oremos por las familias cristianas para que sus hogares sean iglesias
domésticas y enriquezcan con su presencia la gran familia cristiana.
ROGUEMOS AL SEÑ OR
7. ORACIÓN
8. JACULATORIAS FINALES: