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Jean Francois Millet

Francia, 1814
Fue un pintor francés realista que nació en una familia campesina. Con él (y la Escuela
de Barbizon, fundada por él) nació el realismo. Un realismo en el que muestra una
continua simpatía por los campesinos, por los hombres y mujeres humildes que se
ganan el pan con trabajo duro.
Se preparó con un pintor local de Cherburgo y En 1837, una bolsa de estudios permitió
a Millet trasladarse a París donde asistió a la escuela de Bellas Artes. Allí perfeccionó
sus conocimientos en el taller del pintor historia Paul Delaroche.
Influido por Daumier, trabajó un estilo pastoral con toques socialistas que siguió
desarrollando en el pueblo de Barbizon, en el bosque de Fontainebleau, donde se
instaló en 1849 con Theodore Rousseau, Narcisse Díaz y otros. Los miembros de este
grupo, conocido como la Escuela de Barbizon e influidos por Corot, los paisajistas
holandeses del siglo XVII y Constable, fueron los precursores del impresionismo.
Se destacó por sus escenas de granjeros, donde quiere expresar la inocencia del
hombre campesino en contraposición a la degradación que acompaña al ciudadano
inmerso en la sociedad industrial. Se le incluye en los movimientos realista y
naturalista. Murió en Barbizon en 1875.

Las espigadoras
Las espigadoras es uno de los cuadros más famosos del pintor Millet. Un tema
bucólico, centrado en el mundo rural, que refleja la cotidianidad del mundo
campesino.
Sin más, el cuadro fue presentado en el Salón de París en 1857, donde la mayor parte
de la concurrencia lo acogió con antipatía y aversión. ¿Pero, qué era lo que transmitía
esta escena que no conseguía que el selecto público francés conectara con ella?
Como ya había mencionado en su biografía Pues bien, Millet había nacido en el seno
de una familia humilde y campesina, por ello conocía muy bien el trabajo del campo.
Su interés por reflejar la ardua labor del campesino lo motivó a pintar este tipo de
escenas tratando de reflejar con fidelidad la realidad de la vida del trabajador humilde.
Las espigadoras, eran aquellas mujeres pobres que una vez realizada la cosecha,
estaban autorizadas por el capataz para recoger las sobras de la recolecta diaria.
Contaban con pocas horas antes de que se pusiera el sol para recoger las espigas de
trigo olvidadas, un trabajo duro y rudimentario para el cual sólo contaban con sus
propias manos.
La escena representa la difícil realidad de la sociedad rural de la época donde los
pobres sólo disponían del grano sobrante y para hacerse con él, debían llevar a cabo
una labor agotadora y afanosa.
El fondo de la escena nos muestra la gran recolecta, ordenada y abundante, iluminada
por los últimos rayos de sol del atardecer. En contraste, una sombra que avanza hacia
las mujeres nos pone de manifiesto su esfuerzo, la rudeza de sus manos que intentan
atrapar diminutos ramilletes de trigo, la fatiga y pesadez en sus cuerpos que nos
transmiten su penuria. Quizá ese efecto lumínico haga enlazar a Millet con el
Impresionismo, aunque el artista no se interese aún por ese tipo de conceptos ya que
su deseo es criticar las duras condiciones de las espigadoras. Los colores son vivos,
aplicados con seguridad para resaltar el dibujo firme, acentuando los volúmenes en
una de las obras más impactantes del movimiento realista.
Era casi previsible que a los burgueses parisinos no les gustase la obra de Millet, de
hecho fue considerado peligroso y acusado de socialista. En efecto, se trataba de una
denuncia de un colectivo oprimido y de una diferencia de clases abismal. Las
espigadoras era una oda al trabajo del campesino, con la que gracias al pincel del
artista, se dignificaba su miseria.

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