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7 temas para evitar la Invisibilidad profesional.

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Invisibilidad Profesional
Ya desde pequeños cuando nuestros padres o familiares preguntaban por nosotros nos
definían como el más guapo, la más lista o el más alto… Así nos describían y de alguna
forma nosotros somos herederos de esta tensión.

No queremos ser invisibles, queremos destacar. Queremos que nos vean y ser vistos. Y lo
queremos porque antes es una necesidad. Lo que Abraham Maslow ya nos apuntaba dentro
de su pirámide.
Necesitamos sentirnos integrados en el grupo y a la vez queremos destacar (sentirnos en
una zona de confort, identificados, reconocidos y reconocibles y a la vez queremos saltar,
aventurarnos, destacar,…) Y esta tensión nos estructura. Explica mucho de lo que hacemos.

Y hoy en este contexto que nos toca vivir y que vamos viviendo nos preguntamos, ¿cómo
ser visible? ¿Qué me hace ser invisible en el mundo laboral? Seguramente no adelanto
mucho si apunto cuales son los elementos básicos necesarios para poder dar ese salto que
nos haga destacar dentro del mercado laboral.
1.- Una formación sólida. En instituciones académicas de prestigio, adecuada a los nichos
y yacimientos de empleo, manejando hábilmente las nuevas tecnologías y los retos que nos
plantean.
2.- Experiencia laboral múltiple. Una historia de trabajo que muestre nuestra
adaptabilidad en este mundo cambiante, nuestra flexibilidad en las diversas funciones que
se requieren y que demuestre que somos capaces de trabajar en equipo, orientándonos a los
resultados y al logro.
3.- Fluidez en el uso de varios idiomas especialmente el inglés. Pero de forma acreditada
por Cambridge u Oxford.
4.- Talento, aptitud o capacidad de desempeño. Algo que supera el hacer para englobar
el ser, el saber ser quizá como mejor expresión de las necesidades del mercado.
5.- Imagen o marca personal. Expresión de nuestra originalidad, de nuestra unicidad y
singularidad. Conocer lo que se pide para ofrecernos nosotros para paliar lo que el mercado
quiere. Situarnos y saber hacerlo de manera provechosa. (Nótese la relación del branding
con el ser marcado, algún ganadero podría contárnoslo)
6.- Red social. Tener agenda, una que sea amplia y variada. Repartida entre los diversos
sectores, ámbitos y contextos del mercado. Redes sociales cuidadas y cultivadas. El
networking actual que ha sido con otros tiempos tener contactos. Lo que conlleva cuidar
nuestra dimensión social y nuestras relaciones.
7.- Suerte. Si, queramos o no queramos necesitamos de ella. Necesitamos esa luz, aunque
sea de manera momentánea. Necesitamos después de todo, que el foco nos apunte, ser
enfocados que el brillo nos toque. (El brillo que viene de fuera, el de dentro ya lo hemos
trabajado con todo lo anteriormente expuesto) Necesitamos que alguien nos mire, que
alguien se detenga y ponga ese brillo y esa luz en nosotros para poder ser vistos que es
nuestra opción frente a este mercado laboral tan competitivo, tan en lucha por permanecer o
acceder a él.
Y para que esto suceda nosotros tenemos que ser los primeros en inaugurar una nueva
forma de mirar. Mirar distinto para ser vistos de distinta forma. Mirar al otro como persona
entera, ni como cliente ni como mano de obra. Mirar desde otra posición. Si cambiamos de
posición miraremos distinto y seremos vistos con otro enfoque, con otro fondo. No somos
mercancía, ni coste.

Ser visible es estar en equilibrio entre el grupo y yo, entre el mostrarse y el esconderse. Es
de alguna forma estar visible como nos vestimos habitualmente, para potenciar aquello que
más nos gusta y disimular o tapar aquello que menos nos agrada. Ser visible es mostrar
nuestra mejor versión, procurar gustar pero sin esclavitudes y sin renuncias significativas.
Y para ello siempre estamos a tiempo, estamos en camino, siempre aprendiendo. Como
decía el poeta y aún resuena “hoy es siempre todavía”.

Para ser visibles necesitaremos tiempo y esfuerzo. Requiere que nos paremos ante nosotros
mismos. Que planifiquemos, que elijamos el terreno, la semilla y hasta la luna para el mejor
resultado. Y esto no podemos olvidarlo, menos en este tiempo de la inmediatez, del aquí y
ahora. Y si bien, hemos hablado también de suerte, no podemos quedarnos en casa
esperando frente al espejo preguntando quien es la más bella. Ni salir por las esquinas de
las calles llorando porque el mundo es injusto y nadie nos ve, nadie fija sus ojos en
nosotros.

La primera tarea es nuestra, ponernos en camino, caminar, saltar sobre nuestras seguridades
y salir de nuestras zonas de confort. (Nosotros las conocemos aunque a veces las ignoremos
y nos digamos a nosotros mismos que no tenemos, que estamos en la brecha, en el filo) Ir al
encuentro de la oportunidad y del tiempo adecuado. Quizá nos toque otoño, como ahora,
quizá duela, quizá haya viento fuerte, lluvia y poco refugio en árboles sin hojas y con
mucho ruido. Pero también es cierto que no hay primavera sin otoño. No asalta el blanco al
almendro si ya sus ramas están vestidas.

Seremos visibles si sabemos ser, si somos de todos y somos a la vez nuestros en equilibrio.
No estaría mal preguntarnos ¿Cómo miramos? ¿Cómo somos vistos?

Haciendo todo como si dependiese de nosotros, sabiendo que no todo está en nuestras
manos. En la vida como en el trabajo.

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