Esenciales

en emergencia
y trauma
Eliseo Taranto y Edgardo Nuñez
coordinadores
Esenciales en emergencia
y trauma
 Fotocopiar es un delito Nota importante
Para que existan libros es necesario el La medicina es una ciencia que está en
trabajo de un importante colectivo (au- constante cambio y que experimenta
tores, traductores, dibujantes, correcto- continuos progresos. La investigación
res, impresores, editores, etc.) y la experiencia clínica amplían cons-
El principal beneficio de ese esfuerzo es tantemente nuestro conocimiento, so-
el lector que aprovecha su contenido. bre todo acerca de los tratamientos y
Quien fotocopia un libro, en las circuns- los fármacos que son adecuados. En la
tancias previstas por la ley, delinque y medida que esta obra menciona dosis
contribuye a la no existencia de nuevas o aplicaciones, el lector puede estar se-
ediciones. Además a corto plazo enca- guro que los autores y la editorial han
rece el precio. hecho todo lo posible para asegurar que
Este libro está legalmente protegido por esas referencias respeten el estado de
los derechos de propiedad intelectual. conocimientos alcanzado al momento
Cualquier uso, fuera de los límites esta- en que se escribió esta obra.
blecidos por la ley vigente sin el consen- Sin embargo, esto no compromete, im-
timiento del editor es ilegal. plica ni expresa ningún tipo de garantía
Esto se aplica en particular a la repro-
o responsabilidad por parte de la edito-
ducción, fotocopias, traducción, graba-
rial respecto de cada dosis y forma de
ción o cualquier otro sistema de repro-
aplicación expresada en esta obra.
ducción o almacenaje de información.
Cada usuario debe examinar con cuida-
do los prospectos de los fabricantes que
acompañan a cada fármaco y compro-
bar, si es necesario mediante intercon-
sulta con otro especialista o médico, si
la pauta posológica mencionada en ellos
o las contraindicaciones expresadas por
el fabricante difieren en lo expresado en
esta obra.
Este cuidado es particularmente im-
portante en los casos de fármacos que
se utilizan con muy poca frecuencia o
de aquellos de reciente lanzamiento
al mercado. Cada pauta posológica o
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Impreso en los talleres gráficos de Tradinco S.A.

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Setiembre, 2021. Depósito Legal Nº 380.007
Edición amparada en el decreto 218/996 (Comisión del papel). Montevideo, Uruguay
 Índice

Autores ......................................................................... 7 CAPITULO 5

Trauma de tórax
Índice de abreviaturas ............................................ 9
Edgardo Núñez ................................................................69

Prólogo. Humberto Correa ...........................................15

CAPITULO 6
CAPITULO 1 Trauma Abdominal
Alfredo Scelza....................................................................83
Manejo inicial del politraumatizado
grave en emergencia CAPÍTULO 7
Eliseo Taranto, Alfredo Scelza ..........................................21 Trauma de pelvis
Ezequiel Detjen .................................................................97
CAPITULO 2
Shock hemorrágico traumático. CAPITULO 8
Fluidos y hemoderivados en el Trauma grave de miembros
politraumatizado Lucciano Grasiuso, Federico Verga................................117

Darwin Tejera ....................................................................33

CAPITULO 9
CAPITULO 3 Paciente quemado: atención inicial en
emergencia
Trauma encéfalo-craneano
Julio Cabrera ...................................................................129
Eliseo Taranto, Cristian Villar ...........................................45
CAPITULO 10
CAPITULO 4
Paro cardio-respiratorio y resucitación
Trauma raquimedular cardio-pulmonar
Alfonsina Ruiz ...................................................................59 Lucas Céspedes, Eliseo Taranto, Álvaro Niggemeyer ...141

Índice 5
CAPITULO 11 CAPITULO 18
Shock Hemorragia digestiva alta
Andrea Herrerin, Eliseo Taranto .....................................155 Lia Fiorini, Eliseo Taranto ...............................................261

CAPITULO 12 CAPITULO 19
Disnea en emergencia Cuadro Agudo de Abdomen
Edgardo Núñez ..............................................................175 Alfredo Scelza..................................................................271

CAPITULO 13 CAPITULO 20

Síncope en emergencia Hipoglicemia

Eliseo Taranto..................................................................295
Maicol Dos Santos, Edgardo Núnez ..............................193

CAPITULO 21
CAPITULO 14
Descompensaciones diabéticas
Crisis Hipertensiva
hiperglicémicas agudas
Andrea Herrerin, Eliseo Taranto .....................................205
Viviana Martínez, Eliseo Taranto ...................................305

CAPÍTULO 15
CAPITULO 22
Neumonía aguda comunitaria
Injuria renal aguda
Celeste Lima, Luis Gonçalves, Eliseo Taranto,
Eliseo Taranto, María José Barrios .................................315
Susana Pereira ................................................................219
CAPITULO 23
CAPITULO 16
Plaquetopenia en emergencia
Manejo antibiótico en emergencia I: Eliseo Taranto..................................................................331
meningitis, endocarditis e infecciones
de partes blandas CAPITULO 24
Luis Gonçalvez, Gimena Calero .....................................239 Manejo de la vía aérea en emergencia
Fabricio Corderi, Eliseo Taranto .....................................343
CAPITULO 17
Manejo antibiótico en emergencia II: CAPITULO 25
infecciones intraabdominales, del Biomarcadores de lesión miocárdica y
tracto uninario y ginecológicas de disfunción cardíaca
Luis Gonçalvez, Gimena Calero .....................................249 Martín Angulo, Eliseo Taranto .......................................359

6 Índice
 Autores
Dr. Martin Angulo. Especialista en Medicina
Intensiva. Médico intensivista UCI Hospital Ma-
ciel. Prof. Adj. Funcional Respiratorio, Universi-
dad de la República, Uruguay. Prof. Agdo. De-
partamento de Fisiopatología, Facultad de Medi-
cina, Universidad de la República, Uruguay.
Dra. María José Barrios. Especialista en Medici-
na Intensiva. Médico intensivista UCI Hospital
Militar y Hospital Maldonado. Postgrado de ne-
frología.
Dr. Julio Cabrera. Especialista en Medicina In-
tensiva. Encargado del área de Medicina Inten-
siva del Centro Nacional de Quemados (CENA-
QUE), Facultad de Medicina, Universidad de la
República, Uruguay.
Dra. Gimena Calero. Residente de Medicina in-
terna del Hospital Pasteur.
Dr. Lucas Céspedes. Asistente Departamento de
Fisiología, Facultad de Medicina, Universidad
CLAEH. Médico.
Dr. Fabricio Corderi. Asistente Departamento de
Anatomía, Facultad de Medicina, Universidad
CLAEH. Médico.
Profesor Humberto Correa. Decano Emérito de
la Facultad de Medicina de la U CLAEH. Ex Pro-
fesor Titular de Medicina Intensiva en Facultad
de Medicina de UdelaR. Miembro Correspon-
diente de la Academia Nacional de Medicina.
Profesor de Humanismo Médico en la Facultad
de Medicina de U CLAEH.
Dr. Ezequiel Detjen. Residente de Traumatolo-
gía, Universidad de Montevideo.
Br. Nina di Menza. Estudiante de Medicina. Fa-
cultad de Medicina, CLAEH. Realización de fi-
guras del libro.
Dr. Maicol Dos Santos. Especialista en Medici-
na Intensiva. Médico intensivista UCI Gremial
médica de Artigas (GREMEDA). Postgrado de
cardiología, Hospital de Clínicas.
Autores 7
Dra. Lía Fiorini. Postgrado de Gastroenterolo-
gía, Facultad de Medicina, Universidad de la Re-
pública, Uruguay.
Dr. Luis Gonçalvez. Especialista en Medicina
Intensiva. Médico intensivista UCI Hospital
Maciel, Asociación médica de San José (AMSJ),
Cooperativa médica de Rivera (COMERI) y
Centro uruguayo de asistencia médica (CU-
DAM).
Dr. Lucciano Grasiuso. Residente de medicina
intensiva de la UCI del Hospital Maciel.
Dra. Andrea Herrerin. Especialista en Medici-
na Intensiva. Médico intensivista UCI Hospital
Maciel.
Dra. Celeste Lima. Residente de medicina inten-
siva de la UCI del Hospital Maldonado.
Dra. Viviana Martínez. Especialista en Medici-
na Intensiva. Médico intensivista UCI Sanatorio
Mautone y Hospital Policial. Docente de Facul-
tad de Medicina CLAEH.
Dr. Alvaro Niggemeyer. Especialista en Medi-
cina Intensiva, Cardiología, Medicina Interna y
Emergencia.  Prof. Adj. de Cardiología CCVU,
Hospital de Clínicas, Facultad de Medicina, Uni-
versidad de la República, Uruguay.
Dr. Edgardo Núñez. Especialista en Medicina In-
tensiva y Cardiología. Profesor Asociado Facul-
tad de Medicina CLAEH. Jefe de UCI Sanatorio
Mautone. Ex Jefe de UCI Hospital Maldonado.
Dra. Susana Pereira. Especialista en Medicina
Interna y Enfermedades Infecciosas.  Asistente
de Clínica Médica. Asistente de Clínica de En-
fermedades Infecciosas. Ex Profesor Adjunto
de Clínica Médica 1. Master sobre actualización
en la Infección por el VIH. Tutora del Master
ESTHER de la Universidad del Rey Juan Carlos
8 Autores
de España, desde el año 2016 al momento actual.
Presidente del Grupo uruguayo de estudio en
VIH (GeUVIH). Profesor Asociado Facultad de
Medicina CLAEH.
Dra. Alfonsina Ruiz. Especialista en Medicina
Intensiva. Asistente de la Cátedra de Medicina
Intensiva. Facultad de Medicina, Universidad de
la República, Uruguay.
Dr. Alfredo Scelza. Especialista en Cirugía. Pro-
fesor Asociado Facultad de Medicina CLAEH.
Jefe de Block quirúrgico del Sanatorio Mautone.
Dr. Eliseo Taranto. Especialista en Medicina In-
tensiva. Profesor Asociado Facultad de Medicina
CLAEH. Ex Asistente de la Cátedra de Medicina
Intensiva. Facultad de Medicina, Universidad
de la República, Uruguay. Ex Prof. Adj. Depar-
tamento de Fisiopatología, Universidad de la
República, Uruguay. Magister en Ciencias Bio-
médicas (Programa de Maestrías y Doctorados
en Ciencias Médicas – PRO.IN.BIO), Facultad
de Medicina, Universidad de la República, Uru-
guay. Médico intensivista Hospital de Maldona-
do y Sanatorio Mautone.
Dr. Darwin Tejera. Especialista en Medicina In-
tensiva. Ex. Asistente de la Cátedra de Medicina
Intensiva. Facultad de Medicina, Universidad
de la República, Uruguay. Médico Coordinador
UCI Asociación Española Primera de Socorros
Mutuos (AEPSM). Médico intensivista UCI
CASMU.
Dr. Federico Verga. Especialista en Medicina In-
tensiva. Ex. Prof. Adj. de la Cátedra de Medicina
Intensiva. Facultad de Medicina, Universidad
de la República, Uruguay. Médico Coordinador
UCI Hospital Maciel. Médico intensivista UCI
CASMU.
Dr. Cristian Villar. Postgrado de imagenología,
Hospital de Clínicas.
 Prólogo
Humberto Correa
Reflexionar y escribir
Este libro está dedicado a ser uno de los múltiples
elementos que aportan a la formación de nues-
tros médicos. Los principales autores, Edgardo y
Eliseo, me han solicitado que escriba su prólogo.
Agradezco mucho la invitación, especialmente
porque con ella han estimulado un cúmulo de
pensamientos y sentimientos relacionados con el
camino, siempre en construcción, hacia esa uto-
pía que es la formación integral, científica, clíni-
ca y humana, del médico. Reafirmaron en mí la
necesidad de bregar sin claudicaciones por el lo-
gro de su rol de profesional moderno y sanador
milenario del dolor humano y por su realización
como persona multidimensional y plena. Inten-
taré que este escrito no sea un prologo formal
sino la materialización a través de la escritura
-simbolismo gráfico que intenta traducir nues-
tra corriente de pensamientos- de lo que evoca
en mi enfrentarme una vez más al ser humano
sufriente, a nuestros modos de tratarlo, a la for-
mación del médico integral, al papel de los libros
en esta formación y al hecho singular de que en
su elaboración en este caso participen en comu-
nidad nuestros docentes, egresados y alumnos.
Emergencia y urgencia
La asistencia médica se divide en varias etapas
o modalidades de acuerdo a los requerimientos
de las personas que enferman, o en la que deben
prevenirse enfermedades, que están determi-
nados principalmente por el tipo, transcurso y
grado de su padecimiento e influenciados por las
características y contexto de esas personas. Cali-
ficamos como padecimiento de urgencia o emer-
gencia a procesos patológicos agudos ( mejor se-
ría llamarlos de aparición brusca) o agudización
de entidades crónicas que se dividen en dos ca-
tegoría : 1) aquellos que aún no revistiendo gra-
vedad inminente deben ser tratados sin demora
y con diligencia para evitar complicaciones pos-
teriores (“Urgencias”) y 2) los que revistiendo
gravedad actual amenazan por ello la vida con
su aparición momento y deben ser atendidos de
inmediato con los recursos idóneos porque de
otra forma pueden causar la muerte en forma
rápida (“Emergencias”). A veces puede haber
superposiciones o confusiones con la nomen-
clatura y su significado. La necesidad de precisar
estas categoría ha llevado a que sus definiciones,
aceptadas por el corpus medico y legal en Uru-
guay, aparezcan, acompañadas de un listado de
Prólogo 15
las patología que las integran, en la reglamenta-
ción que con fecha 9/VII/2018 se hizo en nuestro
país de los artículos 145 al 149 la Ley 19-535 del
25/IX/2017 (https://infosuem.msp.gub.uy/docu-
mentos/presentacion.pdf). Allí consta el derecho
de todo ciudadano que las sufra a ser asistido y
el deber de la organización asistencial a asistir de
inmediato a cualquier persona que las padezca.
Y además agrega un listado por especialidades
de todos los cuadros que se deben considerar ur-
gentes. Esto no es privativo de Uruguay, y entre
muchos ejemplos se puede ver la publicación de
la Clínica Mayo de USA (https://www.mayocli-
nichealthsystem.org)  Allí consta una definición
similar y un listado muy parecido de las pato-
logías correspondientes. Este última publicación
aclara que en cada país las autoridades de gobier-
no a través de sus entidades que normatizan la
Salud Pública determinan que es urgente y que
es emergente en medicina. Extraña un poco que
entidades medicas que parecerían privativas de
múltiples textos de medicina, figuren en leyes
muy explicitas. Pero esta presencia tiene algu-
nas ventajas: aleja toda confusión, les da fuerza,
constituye una referencia para casos que lleguen
al orbita legal y sobre todo impone la necesidad
de rapidez y obligatoriedad en la forma de tra-
tar. En este libro se consideran específicamente
situaciones de emergencia.
Trauma
En el Diccionario de la RAE (Diccionario de
la lengua española RAE Edición tricentenario,
Actualización 2020) y en otros diccionarios de
referencia como el Merrian - Webster (https://
www.merriam-webster.com/dictionary/trauma) y
el Diccionario de Cambridge (https://dictionary.
cambridge.org/dictionary/english/trauma) las de-
finiciones son coincidentes en señalar el doble
empleo de la palabra Trauma en el área de la sa-
lud. En primer lugar refiere al trauma mecánico
que se define como “lesión física que se produ-
ce de forma repentina, con un cierto grado de
16 Prólogo
gravedad y requiere atención médica inmediata
o también como una lesión duradera (golpe, he-
rida) producida por un agente mecánico gene-
ralmente extrínseco en el tejido vivo”. Deberían
mencionarse en estas definiciones otros tipos de
energía causantes de trauma además de la mecá-
nica, como son la electricidad y la energía térmi-
ca. El trauma grave es aquel que pone en peligro
la vida en forma inmediata (es una emergencia).
Existen vario índices numéricos de valoración
lesional, pero en la práctica puede considerarse
que todo trauma físico -por energía externa- que
produce más de una fractura en los miembros
(huesos largos) o se acompaña de shock, trastor-
no respiratorio, pérdida importante de sangre o
depresión sensorial es un trauma grave. En se-
gundo lugar la palabra se emplea para nombrar
determinadas injurias psíquicas y los mencio-
nados diccionarios lo hacen de esta forma: “es-
tado psíquico o conductual desordenado como
resultado de un estrés mental o emocional gra-
ve o una lesión física, y también como choque
emocional severo causado por una experiencia
extremadamente perturbadora”. En este libro se
aborda el trauma somático exclusivamente y las
lesiones que produce a causa del impacto inten-
so de energía mecánica y de algún otro tipo. No
se tratan aquí los traumas psíquicos, lo cual no
quita que se deba tener siempre en cuenta las re-
percusiones psicoafectivos asociadas a cualquier
traumatismo somático grave.
El paciente grave
La concepción humanista considera a todo ser
humano como una unidad indisoluble injerta-
da en un medio familiar y social. El ser humano
es un cuerpo con sus funciones esenciales – en
especial la del cerebro- actualmente o potencial-
mente conservadas en grado suficiente o con
la posibilidad de sustituir algunas de ellas han
sido perdidas. Optamos por la denominación de
“soma” cuando queremos referirnos al resto del
cuerpo sin considerar la mente y “mente” (sitio
central de conciencia, razón y afectos) a la fun-
ción de una parte del cuerpo que es el cerebro.
Soma y mente fueron consideradas como enti-
dades independientes de acuerdo a Descartes
–concepto tomado por algunas posturas religio-
sas o filosóficas)– pero los trabajos, investigacio-
nes y publicaciones de Antonio Damasio, con
múltiples reediciones nos mostraron la recons-
titución de su unidad (A Damasio. El Error de
Descartes. La razón de las emociones. Ed. Andrés
Bello. Santiago de Chile 1996).
¿Por qué nos detenemos en estas aceptaciones y
conceptos? Porque son la base para que el médi-
co trate al paciente en su totalidad y en todos sus
aspectos y considere especialmente las modifica-
ciones psicoafectivos (angustia, desorientación,
ansiedad, miedo, desidentifiación transitoria)
que produce cualquier patología de emergencia
o cualquier trauma grave en el paciente. Por otra
parte ser humano y comunidad (familia, con-
texto social) son entidades constitucionales y
esencialmente interdependientes e influenciadas
mutuamente y de continuo. Teniendo en cuenta
esto no solo haremos mejores diagnósticos y po-
dremos manejar más adecuadamente al paciente
sino que veremos a su familia como parte de él
mismo y consideraremos su angustia ante la po-
sibilidad de que su ser querido muera. Es muy
importante recrear la atención medica integral,
ejercicio que fue parcializado en casi todo el si-
glo XX, salvo honrosas excepciones. La medici-
na del siglo XX ignoró o minimizó la afectividad,
considerándola un elemento muy lateral y no
digno de atención por el médico. Los médicos -
en la generalidad y según nuestra educación en
el siglo pasado- desarrollamos buena formación
clínica dirigida y centrada solamente en las lace-
raciones o alteraciones del soma. La recreación
de que hablamos pasa por cambiar el enfoque
asistencial y educacional en medicina. La mirada
debe ser ampliada para que “quepa” en nuestra
mente, en nuestra afectividad y razón, todo el
enfermo: entidad BioPsicoSocial unitaria (H Co-
rrea. Humanismo Medico. Ed. Fin de Siglo. Mon-
tevideo 2016). Por otra parte es imprescindible
imaginar, mantener y evaluar una estrategia para
impedir que decaiga la empatía de los estudian-
tes que ingresan a medicina, de forma que ellos
conserven la capacidad de captar la afectividad y
preocupación del paciente (al prestarle real aten-
ción) y de generar en si mismos un sentimiento
espontáneo de ayuda congruente con las nece-
sidades reales del otro (C. Gonzalez-Liencresa,
S. G. Shamay-Tsoory; M Brüne .Towards a neu-
roscience of empathy:Ontogeny, phylogeny, brain
mechanisms, context and psychopathology, Neu-
roscience and Behabioral review. 37,2013,1548).
Nunca en la asistencia y mucho menos en opor-
tunidad de situaciones de emergencia o trauma
grave debemos dejar de lado esta concepción. Lo
ideal sería que el sentimiento humanista estu-
viera profundamente introyectado, impreso en
nuestra profundidad mental y entonces no ten-
dríamos que pensar en ello al asistir. Simplemen-
te esa actitud, emergería espontáneamente como
una característica de nuestro comportamiento.
Todo el equipo de salud, debería tener forma-
ción en este aspecto de la medicina, que podrías
ser brindada por Formadores en Humanismo,
especialistas en Psicología Medica o Psicólogos
expertos específicamente. Debería no solo co-
nocer sino ser capaces de sentir lo que se altera
en la razón y afectividad del paciente cuando se
ve frente a la muerte probable y entrenarse en
la forma de contenerlo adecuadamente, man-
teniendo a la vez su propio equilibrio interior y
comportamental.
La medicina y los libros. Este
libro
¿Qué valor tienen los libros en medicina?
Se aspira a que colaboren en la formación del
médico.
Es imposible en una sola frase resumir el lugar
que les toca a los libros en el múltiple puzle, de
piezas diferentes, que componen el vasto pano-
rama esa abstracción tan querida que llamamos
Prólogo 17
medicina. No se puede hablar de su sitio si no
nos introducimos primero- aunque sea en forma
acotada - en los componentes del proceso que
conduce a formarse médico.
El primer requisito para hacerse medico es que-
rer serlo de verdad. Luego el médico se forma a
través de un largo proceso que incluye la integra-
ción de múltiples actividades que comprometen
toda su persona. Ser médico se aprende leyendo,
escuchando, intercambiando con pares, docen-
tes y especialistas, discutiendo, resolviendo pro-
blemas, investigando y teniendo intenso y per-
manente contacto con pacientes - con su soma
alterado y con su mente racional y afectiva- y
con sus familias. La formación integral tam-
bién incluye desarrollar la escucha y el respeto,
y conservar y adecuar la empatía y la compasión.
También son componentes fundamentales del
buen médico y el estudiante, el conocimiento y la
comprensión de su propio proceso mental y de la
forma en que se toman las decisiones. Asimismo
debe adquirir equilibrio en sus emociones y de-
sarrollar la capacidad crítica. Otros complemen-
tos indispensables en el complejo y nuca acaba-
do proceso de generar experiencia y sabiduría
medica son la reflexión sobre aciertos, errores y
posturas adecuadas e inadecuadas en la práctica.
Como es clásico existe 1) una parte teórica: tener
el conocimiento; y 2) una parte practica: saber
hacer y hacer de la mejor forma aquello que co-
rresponde hacer, en forma congruente con los
requerimientos del problema que nos presenta
cada persona que consulta, en el tiempo preciso
y adecuado al contexto, necesidades y deseos de
esa persona
El estudiante de medicina y el médico en su
formación continua, adquieren primero datos.
Estos proceden de publicaciones en papel o elec-
trónicas, o directamente de docentes, de pares
o del ambiente en que están practicando o asis-
tiendo. Esos datos aún no son el conocimiento.
Una vez que la persona reflexiona sobre ellos,
los selecciona según sus intereses, los asocian a
otros contenidos mentales, conocimientos an-
18 Prólogo
teriores y recuerdos de otros episodios vividos,
se transforman en conocimientos teóricos. Los
conocimientos teóricos son imprescindibles,
pero solo adquieren validez si son integrados
a la a practica y contrastados contra ella y sus
resultados. En el comienzo del camino de la
adquisición del conocimiento se encuentran
los diferentes materiales de información entre
los cuales los de lectura son imprescindible. Lo
que se lee son publicaciones en revistas arbitra-
das (principalmente publicados actualmente en
forma electrónica), libros “enciclopédicos” (tex-
tos completos de una rama de la medicina) que
“contienen todo” y libros de texto compactos en
que los docentes intentan plasmar lo esencial de
cada sector o área, alumbrado por su experien-
cia práctica. Estos últimos aluden solo a proble-
mas prevalente en el ambiente comunidad o país
donde son generados. No son discursos leídos y
pasados al papel sino que seleccionan principios
esenciales, algunos de los cuales cambian poco o
muy lentamente, y agregan la experiencia del au-
tor sobre lo antiguo verdadero y sobre lo nuevo
especifico que ha sido probado por la evidencia
(siempre transitoria). La finalidad de estos textos
se multiplica si dejan “un final abierto y provo-
cador” en determinados temas y obliguen a pen-
sar. No sustituyen a los tratados enciclopédicos
de miles de páginas -que siguen siendo fuente de
consultas especificas valiosas sobre determinado
material erudito- ni a los artículos actuales se-
rios – encontrados en el océano electrónico- que
hayan sido elaborados con espíritu crítico do-
cente y claro y que permiten conocer verdades
recientes (como toda verdad, serán de evidencia
transitoria) . Los libros de texto elaborados por
cada asignatura son simplemente una base de
comienzo para alumnos, residentes y médicos
jóvenes. Contienen una síntesis de muchas pu-
blicaciones, trasmiten el patrón más general de
los procesos en forma lógica y comprensible y
remiten a referencias seleccionadas de base cien-
tífica. Si están muy bien pensados y elaborados
servirán como orientadores, “ancla” y “brújula”
para no perderse en el mar de “internet”, océa-
no inmenso de datos en el cual debemos nave-
gar inevitablemente en la actualidad. Justamente
esto último aspira a ser los libros de la colección
“Esenciales” de la Facultad de Medicina de la U
CLAEH, de la cual “Emergencia y Trauma” es
uno de ellos.
Los autores
Esenciales en Emergencia y Trauma ha sido
encabezad por dos docentes de primera línea,
Edgardo que enseña su larga y sazonada expe-
riencia desde los comienzos de la facultad y en-
cabeza desde hace años la asignatura que motiva
el libro y Eliseo que se ha incorporado con su
dedicación y gran sentido clínico en los últimos
años. Finalmente les digo que esta conversación
va dirigida a mí mismo, a quienes escribieron
este libro (amigos, docentes, colegas, ex alum-
nos, alumnos y otros autores que el tiempo ha
sustraído a mi conocimiento) y a los lectores,
personas que en gran mayoría no conoceré nun-
ca y que acaso al leerla generarán pensamientos
muy diferentes a lo que escribo Ellos apreciarán,
enriquecerán o contradecirán su contenido, pero
al menos habrán tenido un estímulo para poner
en movimiento su reflexión y su imaginación.
Deseo que este fruto de la asignatura “Emergen-
cia y Trauma” cumpla con los fines deseados.
Mayo de 2021
Prólogo 19
 CAPITULO 16
Manejo antibiótico en emergencia I:
meningitis, endocarditis e
infecciones de partes blandas
Luis Gonçalvez, Gimena Calero
Introducción
Uno de los principales tratamientos indicados
en puerta de emergencia son los antibióticos,
en la enorme mayoría de los casos este será
empírico, por lo cual nos parece de suma im-
portancia generar una breve guía para la im-
plementación de los mismos, sabiendo que su
importancia radica en que la terapia antimicro-
biana empírica inapropiada aumenta la morta-
lidad a los 90 días (1).
A su vez, es importante realizar una adecuada
gestión de riesgo de multirresistencia para no
utilizar antibióticos de amplio espectro que pue-
dan tener impacto en la aparición de cepas mul-
tirresistentes.
Se intentará abordar las infecciones más frecuen-
tes en puerta de emergencia, de forma práctica y
concisa para una rápida consulta de definición,
diagnóstico y tratamiento.
El objetivo de este capítulo es que el lector pueda
elaborar una correcta prescripción antibiótica en
meningitis, endocarditis e infecciones de partes
blandas.
Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas
Meningitis aguda supurada
Se define como la inflamación de las meninges y
el líquido cefalorraquídeo (LCR); pudiendo com-
prometer el parénquima encefálico, conformando
de esta forma una meningoencefalitis aguda.
Existen varias etiologías siendo las principales
de origen infeccioso, bacterianas (piógenas) y
virales.
Es una enfermedad con alta morbi-mortalidad
principalmente cuando se retrasa su diagnóstico
e inicio de tratamiento antibiótico precoz y ade-
cuado (2,3).
Presentación clínica: clásicamente se ha descrito
con la tríada de fiebre, rigidez de nuca y altera-
ción de conciencia, cabe destacar que esta tríada
está presente en menos de la mitad de los casos,
lo cual hace que tengamos mayor dificultad a la
hora de plantear dicho diagnóstico, otro síntoma
frecuente es la cefalea, también se pueden pre-
sentar con crisis convulsivas, focalidad neuroló-
gica, etc (3).
Analítica y estudios complementarios: se soli-
citará analítica sanguínea completa en busca de
sepsis y otras causas que expliquen la alteración
239
de conciencia (hemograma, ionograma, función
renal, crasis, glucemia, funcional y enzimograma
hepático).
El principal estudio diagnóstico es la realización
de una punción lumbar para el análisis del LCR,
del cual debemos analizar: aspecto macroscópi-
co siendo turbio en las de origen bacteriano y
citrino en las virales, debemos medir presión de
apertura al extraer líquido (2,3) (figura 1).
Se realizará estudio citológico, bioquímico con
medición de glucosa, proteínas y lactato (4),
bacteriológico y PCR (reacción en cadena de la
polimerasa) para virus. Según los hallazgos nos
orientaremos a la etiología (tabla 1).
En cuanto al bacteriológico se realizará estudio
directo con tinción Gram y cultivo para bacte-
rias inespecíficas aerobias y anaerobias, con an-
tibiograma.
Con respecto a la realización de neuroimagen,
tomografía computada (TC) previo a la PL se re-
comienda en los siguientes casos:
– alteración del nivel de conciencia (puntuación
de Glasgow menor de 10),
– crisis convulsivas de nueva aparición,
– déficits neurológicos focales,
– edema de papila,
– estados de inmunosupresión (infección por el
VIH o pacientes trasplantados) (2).
Parámetros Meningitis
bacteriana
Presión Mayor a 18
Glóbulos blancos Mayor a 1000 cel/mL
Glucosa (mg/dL) Menor a 40
Proteínas (mg/dL) Entre 100-500
Notas: Niveles elevados de Lactato en LCR (mayores a 4,0 mmol/L) en conjunto con la hipoglucorraquia severa se asocia
fuertemente con meningitis bacteriana (6).
Tabla 1. Criterios clasificatorios de meningitis (o meningo-encefalitis) según las características del LCR.
240 Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas
Se deben extraer muestras para hemocultivos
previo a al comienzo del tratamiento antibiótico.
Tratamiento: La antibioticoterapia es el pilar
fundamental del tratamiento por lo que no debe
retrasarse por la necesidad de realización de es-
tudios complementarios, debiera iniciarse inme-
diatamente luego de realizada la PL.
Si la clínica es compatible y el paciente debe rea-
lizarse TC previo a PL deberemos administrar
antibióticos previos a PL.
En nuestro medio el tratamiento va dirigido a
los 3 microorganismos más frecuentes (Strepto-
coccus pneumoniae o neumococo, Neisseria me-
ningitidis, Haemophilus influenzae), siendo de
elección Ceftriaxona (cefalosporina de 3ª gene-
ración), dado que no presentamos prácticamen-
te resistencia a penicilina para neumococo.
En los países donde presentan alta incidencia de
los mismos se sugiere iniciar Vancomicina más
Ceftriaxona.
En los casos que los pacientes presentan factores
de riesgo (FR) para Listeria monocytogenes, se
debe añadir al plan antibiótico de forma empí-
rica ampicilina:
– mayores a 50 años,
– alcoholistas,
– inmunosuprimidos e inmunodebilitados.
Meningitis Meningitis
Viral tuberculosa
normal Mayor a 18
Menor a 300 cel/mL Entre 100-500 cel/mL
Mayor a 40 Menor a 40
Normal o ligeramente aumentadas
aumentadas
Figura 1. Punción lumbar con medición de presión de apertura del LCR. En este caso al spinocath, se le conectó una llave de 3 vías
y a ésta llave un tubo estéril de vidrio (no siempre disponible) con el extremo superior libre. El líquido subirá hasta estabilizarse. Allí
se medirán los cm desde la altura del spinocath. La alternativa es usar un macrogotero estéril directamente colocado al spinocath.
Obsérvese el LCR claro de este paciente.

En casos de plantear encefalitis viral el trata-
miento empírico de elección es Aciclovir.
Como tratamiento coadyuvante al tratamiento
antibiótico es el inicio de dexametasona, que ha
demostrado reducir las secuelas en casos de me-
ningitis a neumococo y H. influenzae, una vez
descartada estas etiologías debería suspenderse
(ver tabla 2) (2,3,5).
Situaciones especiales a tener en cuenta:
– pacientes con derivaciones ventriculares ex-
ternas o internas y trauma encéfalo-craneano
(TEC) penetrante aumentan el riesgo de cocos
gram positivos,
– postoperatorio de neurocirugías aumentan el
riesgo de bacilos gram negativos (BGN),
– procesos otomastoideos crónicos aumentan el
riesgo de abscesos y la aparición de microor-
ganismos anaerobios.

Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas 241

 Fármaco Dosis Intervalo Comentario MO

Ceftriaxona 2g C/12 horas iv Neumococo, N. meningitidis, H.

influenzae

Ampicilina 3g C/4 horas iv Dosis 18 – 24 Pacientes con factores de

g/día. riesgo para L. monocytogenes

Aciclovir 10 mg/Kg C/8 horas iv Etiología viral

Dexametasona 10 mg C/6 horas iv 4 días o

suspender
según etiología.

Tabla 2. Antibióticos y coadyuvantes en meninigitis. MO: microorganismo; IV: intravenoso.

Endocarditis infecciosa Tratamiento

Infección del endocardio, principalmente del en-
docardio valvular, esta se produce por vía hema-
tógena y puede ser bacteriana, fúngica y viral (6).
Presentación clínica: No presenta una clínica
patognomónica, los signos más frecuentes son la
fiebre y la aparición de un soplo cardíaco nuevo.
Dado la alta variabilidad que presenta esta en-
fermedad se plantea como forma de apoyo diag-
nóstico a los criterios de Duke (tabla 3), aunque
éstos pierden sensibilidad ante EI derecha, pro-
tésicas y sobre dispositivos intravasculares. (6,7)
Analítica y estudios complementarios: Entre los
más importantes a solicitar están:
– Ecocardiograma transtorácico (ETT) en pri-
mera instancia.
– Si ETT no es concluyente o la sospecha es
fuerte se deberá realizar transesofágico (ETE),
en el caso de válvulas protésicas es mandatorio
realizar transesofágico para despistar compli-
caciones.
– hemocultivos.
– Valoración con electrocardiograma en busca
de trastornos de la conducción
– Analítica sanguínea para valorar la presencia
de disfunción orgánica múltiple (DOM).
A la hora de plantear el tratamiento antibiótico
es importante clasificar la EI en:
– Sobre válvula nativa, izquierda o derecha.
– Válvula protésica y estas a su vez en temprana
cuando es menor a un año y tardía cuando es
mayor a un año.
– Presencia de dispositivos endovasculares,
marcapasos, cardiodesfibriladores, catéteres,
etc.
– Comunitarias o nosocomiales.
Se expondrá el tratamiento empírico dirigido a
los microorganismos más frecuentes descritos
en los criterios de Duke, recordar siempre ade-
cuar el mismo a los microorganismos aislados.
– Sobre válvula nativa y protésica tardía:
1) Ampicilina 2 g c/ 4 horas, más;
2) Cefazolina 2 g c/ 8 horas, más;
3) Gentamicina 3 mg/Kg/día en una dosis
diaria;
4) En pacientes alérgicos a penicilina, sustituir
Ampicilina y Cefazolina por Vancomicina
a una dosis de 30-60 mg/Kg/día, dividida
cada 8 o 12 horas, en dosis mayores a 1 g
infundir en 2 horas, (importante dosificar
vancocinemia a las 48 horas para ajustar
dosis).

242 Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas

 Diagnóstico de endocarditis infecciosa (EI)

A. Criterios patológicos:
· Microorganismo identificado en hemocultivo, cultivo de vegetación, vegetación que embolizó,
absceso intracardíaco;
· Vegetación o absceso confirmado por estudio histológico.
B. Criterios clínicos:
· 2 criterios mayores;
· 1 criterio mayor y 3 menores;
· 5 criterios menores.

EI probable.
A. 1 criterio mayor y 1 menor;
B. 3 criterios menores.

EI poco probable.
A. Alternativa diagnóstica que explique el cuadro;
B. Resolución del síndrome de EI con terapia antibiótica por 4 días;
C. Ausencia de evidencia patológica de EI en cirugía o autopsia, con antibióticos por 4 días;
D. No se encuentran criterios para considerar EI posible.

Criterios mayores.
Hemocultivo positivo para EI:
A. Microorganismos típicos consistentes con EI de 2 cultivos separados: Streptococcus grupo viridans
(a), Streptococcus bovis (a), grupo HACEK (b), Staphylococcus aureus; o enterococo adquirido de la
comunidad en ausencia de un foco primario;
B. Microorganismos consistentes con EI de hemocultivos persistentemente positivos definido como:
al menos 2 hemocultivos positivos de muestras tomadas al menos con 12 horas de separación; o 3 o la
mayoría si son más de 4 hemocultivos separados (con primera y última muestra tomada con al menos 1
hora de separación)
C. Hemocultivo simple positivo para Coxiella burnetii.
Evidencia de compromiso endocárdico:
A. Presencia de nuevo soplo regurgitante;
B. Ecocardiograma positivo para EI (ETE recomendado para pacientes con válvulas protésicas,
considerado al menos “posible EI” por criterios clínicos, o EI complicada (absceso perivalvular); ETT como
primera prueba en otros pacientes) definido como: masa intracardiaca oscilante sobre válvula y aparato
subvalvular, en el camino de jets regurgitantes, o sobre material implantado en ausencia de otra
explicación anatómica alternativa; o absceso; o dehiscencia parcial nueva de válvula protésica; nueva
regurgitación valvular (empeoramiento o cambio en soplos preexistentes no es suficiente).

Criterios menores.
A. Predisposición, condición cardiaca predisponente o uso de fármacos IV;
B. Fiebre, temperatura > 38 °C;
C. Fenómenos vasculares, embolia de arteria mayor, infarto pulmonar séptico, aneurisma micótico,
hemorragia intracraneal, hemorragia conjuntival y lesiones de Janeway;
D. Fenómenos inmunológicos: glomerulonefritis, nódulos de Osler, manchas de Roth y factor
reumatoide;
E. Evidencia microbiológica: hemocultivos positivos pero que no reúnen lo necesario para criterio
mayor, como se menciona antes, o evidencia serológica de infección activa con organismos consistentes
con EI;
F. Criterio ecocardiográfico menor eliminado.

Tabla 3. Criterios de Duke modificados.

Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas 243

– Sobre válvula protésica precoz:
1) Vancomicina a una dosis de 30-60 mg/Kg/
día, dividida cada 8 o 12 hs iv, más;
2) Gentamicina 3 mg/Kg/día en una dosis
diaria, más;
3) Rifampicina 400 mg iv c/ 8 horas. Ésta se
inicia a las 3-5 días, una vez que haya me-
nos carga bacteriana.
La duración del tratamiento será de 4 - 6 se-
manas, teniendo en cuenta que Gentamicina se
mantendrá máximo 2 semanas y para cuando el
microorganismo aislado es Staphylococcus au-
reus (S. aureus) será de 3 a 5 días (6,7).
Siempre realizar la interconsulta con el cirujano
cardíaco para valorar si presenta o no criterios
para resolución quirúrgica ya sea de emergencia,
urgencia o en diferido (7).
Infección de piel y partes
blandas
Se define como infección que abarca desde los te-
jidos superficiales de piel hasta tejidos profundos
como lo son las fascias y el tejido muscular, a su
vez pueden ser supuradas y no supuradas, presen-
tación variable que puede requerir desde trata-
miento antibiótico ambulatorio hasta el ingreso al
hospital y eventual manejo quirúrgico (8).
Presentación clínica: generalmente se presentan
por una zona de eritema (rubor), calor y dolor,
en algunos casos puede presentar área de colec-
ción, puede ir acompañado de fiebre. Signos de
alarma son la presencia de intenso dolor sin clara
traducción clínica aparente, así como la presen-
cia de flictenas o áreas de necrosis.
En su enorme mayoría están producidas por
bacterias que colonizan la piel que logran irrum-
pir la barrera natural que esta provee (8).
Analítica y estudios complementarios: se deberá
solicitar para completar la valoración, analítica
sanguínea para despistar sepsis (hemograma,
función renal, funcional y enzimograma hepá-
244 Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas
tico, crasis, glucemia, reactantes de fase aguda),
solicitar creatininfosfoquinasa (CPK) total para
valorar compromiso muscular (miositis).
En los pacientes que presenten signos de com-
promiso sistémico, debemos extraer hemoculti-
vos previo al inicio del tratamiento antibiótico, si
requieren tratamiento quirúrgico enviar mues-
tras profundas del intraoperatorio, los estudios
imagenológicos no son de gran valor para el
paciente en puerta de emergencia, salvo la sos-
pecha sobre la presencia de colecciones y osteo-
mielitis (8).
Tratamiento: Será fundamentalmente la antibio-
ticoterapia, en los casos de sepsis o colecciones
siempre solicitar la valoración por equipo de ci-
rugía de guardia con fines de valorar la necesi-
dad de desbridamiento quirúrgico de urgencia.
Infecciones de piel y partes
blandas supuradas
– En casos leves (abscesos, forúnculos, carbun-
co) el tratamiento va dirigido a cocos de piel,
principalmente S. aureus meticilino sensible
(SAMS) o resistente (SAMR). Realizar dre-
naje de los mismos (en caso de recidiva to-
mar muestra para cultivo). En los pacientes
sin compromiso sistémico (fiebre, taquicar-
dia, polipnea, leucocitosis > 12.000/mm3 o
< 4.000/mm3) puede ser suficiente el drenaje
como tratamiento. De indicar tratamiento an-
tibiótico empírico con Trimetoprim/Sulfame-
toxazol (TMP/SMX) a dosis de 5 mg/kg/día de
TMP, vía oral (vo). Alternativas: Clindamicina
300 mg c/8 horas (horas) vo (embarazadas) o
Doxiciclina 100 mg c/12 horas vo.
Absceso en región perianal: cambian los mi-
croorganismos responsables siendo una flora
mixta que pueden incluir cocos gram positi-
vos, anaerobios y BGN, por lo cual se amplía
la cobertura antibiótica y se opta por Amoxi-
cilina/Clavulánico 875/125 mg c/12 horas vo.
 La duración del tratamiento no deberá exce-
der los 5-10 días (9,10).
– Moderados: son aquellos que presentan algún
elemento de repercusión sistémica. Los MO a
cubrir de forma empírica son los mismos que
para los casos leves. Se realizará drenaje y toma
de cultivo seguido de tratamiento antibiótico
empírico. De elección TMP/SMX a dosis de 10
mg/Kg/día de TMP dividido en 2 o 3 dosis iv/
vo. Alternativa: clindamicina 600 mg c/6 horas
iv/vo o Doxiciclina 100 mg c/12 hs vo.
Absceso en región perianal utilizar ampicili-
na/sulbactam 1,5 g c/6 horas iv y/o aminoglu-
cósido por 48-72 horas (amikacina 20 mg/Kg/
día o gentamicina 3 mg/Kg/día). Presentando
evolución favorable completar tratamiento vo.
Duración del tratamiento 10-14 días (9-11).
– Severas: son las que presentan disfunción or-
gánica múltiple (DOM) o que se presentan en
pacientes inmunodeprimidos. En estas ade-
más de cubrir los MO para leves y moderadas,
se debe agregar cobertura a Pseudomonas spp.
Realizar siempre drenaje, toma de cultivo.
Se iniciará de forma empírica:
- Vancomicina, dosis carga (DC) 30 mg/Kg
seguido de mantenimiento 20 mg/kg c/12
horas iv +
- Piperacilina/Tazobactam dosis carga de 4,5
g iv seguido a las 4 hs de 4,5 g c/6hs en infu-
sión de 4 horas iv,
Si se sospecha de shock tóxico (S. pyogenes)
agregar clindamicina 600 mg c/6 horas iv
principalmente por su efecto anti-toxina.
Alternativa: ciprofloxacina 400 mg c/12 hs
iv más clindamicina 600 mg c/6 horas iv +
amikacina 20 mg/Kg/día en única dosis, a in-
fundir en 1-2 horas.
Duración de tratamiento: mínimo 14 días y
se mantendrá hasta que no requiera limpieza
quirúrgica, presente mejoría clínica y apirexia
por 48-72 horas (9-11).
Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas
Infecciones de piel y partes
blandas no supuradas
– Leve (Celulitis/Erisipela): sin compromiso sis-
témico y con una superficie menor a 75 cm²,
estas no requieren tratamiento quirúrgico, no
requieren toma de cultivo. El tratamiento an-
tibiótico empírico deberá ir dirigido a cubrir
principalmente cocos gram positivos de piel,
como son la familia de Streptococcus (princi-
palmente grupo A) y SAMS, en paciente que
presenten herida transfixiante de planta de
pie se deberá cubrir P. aeruginosa. Se iniciará
Amoxicilina/Clavulánico 875/125 mg c/12 hs
o Cefradina 500 mg c/6 hs vo. En caso de FR
para P. aeruginosa agregar Ciprofloxacina 500
mg c/12 hs vo.
Alternativa: TMP/SMX 10 mg/Kg/día princi-
palmente si FR para SAMR o Clindamicina
300 mg c/6 hs vo.
Duración de tratamiento 5-7 días (9-11).
– Moderada (Celulitis/Erisipela): son aquellas
que se presentan con compromiso sistémico,
pero sin DOM, que presentan una extensión
mayor a 75 cm², que se presentan en pacientes
con comorbilidades (diabetes mellitus, hepa-
topatía, enfermedad renal crónica, etc.). Se
deberán cubrir los mismos MO que paras las
leves, tomando en cuenta la mayor frecuencia
de SAMR en este grupo. No requiere toma
de cultivo ni tratamiento quirúrgico, el trata-
miento de elección es en base a Ampicilina/
Sulbactam 1,5-3 g c/6 hs iv más TMP/SMX
10 mg/Kg/día (TMP) iv en 3 dosis. Si FR para
P. aeruginosa agregar Ciprofloxacina 400 mg
c/12 horas iv.
Alternativa: Cefazolina 2 g c/8 hs iv por Am-
picilina/Sulbactam o Clindamicina 600 mg iv
c/6 hs.
Duración de tratamiento 10 - 14 días (9-11).
– Moderada por mordeduras de animales o hu-
manos. (Celulitis/Erisipela): Suelen ser de
etiología polimicrobiana, tomando relevancia
245
 MO de la cavidad oral como son anaerobios
(Peptostreptococcus, Fusobacterium, etc), ae-
robios (Streptococcus y S. Aureus), Pasteurella
multocida y Capnocytophaga canimorsus para
mordedura de animales y Eikenella corrodens
para mordedura humana. Estas van a requerir
limpieza y eventual desbridamiento (toma de
cultivo), acompañado de tratamiento antibió-
tico empírico en base a Ampicilina/Sulbactam
1,5 g c/6 horas iv si presenta buena mejoría
rotar a las 48-72 horas a Amoxicilina/Clavulá-
nico 875/125 mg c/8 horas vo.
Alternativa: Ciprofloxacina 400 mg iv c/12 ho-
ras más Clindamicina 600 mg c/8 horas iv.
Duración de tratamiento 10 - 14 días.
– Tanto para leves como moderadas en infeccio-
nes de piel y partes blandas no supuradas valo-
rar vacunación antitetánica; para mordeduras
de animales o humanos valorar la administra-
- Infección moderada a severa con exposición a
ción de vacuna antirrábica, recordar que las
infecciones por mordeduras de animales son
de notificación obligatoria.
– Severa: es aquella que cursa con DOM, necro-
tizante que se define cuando hay necrosis de
los tejidos afectados (fascitis, miositis, necro-
sis grasa) siendo esta la infección más grave
de piel y partes blandas (10-12). El tratamien-
to para la misma es el mismo indicado para
colecciones severas. Se hará hincapié en este
apartado a Gangrena de Fournier y a la expo-
sición de agua salada y dulce.
- Gangrena de Fournier: infección grave de
piel y partes blandas que afecta principal-
mente a los hombres comprometiendo
genitales y periné. Se caracteriza por ser
polimicrobiana con presencia de aerobios,
anaerobios, cocos gram positivos y bacilos
246 Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas
gram negativos (en particular enterobacte-
rias) (13-15). Entidad que va requerir inter-
consulta inmediata con cirujano y urólogo,
toma de cultivos (hemocultivos y cultivos
de tejido del intraoperatorio). Se iniciará
de forma inmediata tratamiento antibiótico
empírico con Piperacilina/Tazobactam, do-
sis carga de 4,5 g iv seguido a las 4 horas de
4,5 g c/6 horas en infusión de 4 horas iv más
Amikacina 20 mg/Kg/día iv en única dosis,
a diluir en 100-200 cc suero salino al 0,9 %
(SS0,9%, o suero fisiológico SF) a pasar en
1-2 horas. Alternativa: Ciprofloxacina 400
mg c/8 hs iv, más Metronidazol 500 mg c/8
horas iv, más Amikacina a igual dosis.
Duración de tratamiento: mínimo 14 días
y se mantendrá hasta que no requiera más
cirugía, presente mejoría clínica y apirexia
por 48-72 horas (9-11).
agua dulce o salada. Para este tipo de infec-
ciones aparecen otros agentes involucrados
como pueden ser Vibrio vulnificus para la
exposición a agua salada, Aeromona hydro-
phila y Eduarsiella tarda para agua dulce, así
como otros bacilos gram negativos más fre-
cuentes. Se requerirá interconsulta rápida y
oportuna con equipo quirúrgico con la fina-
lidad de realizar limpieza y desbridamiento
amplio con toma de cultivos. Se iniciará tra-
tamiento antibiótico de forma empírica en
base a ceftriaxona (2 g iv c/24 horas) o cef-
tazidime (2 g iv c/ 8 horas o de preferencia
en infusión continua) más doxiciclina 100
mg vo c/12 horas. Alternativa: ciprofloxaci-
na 400 mg c/8hs iv más doxiciclina a igual
dosis. Duración del tratamiento: 10-14 días
(9-11).
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Manejo antibiótico en emergencia I: meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas 247

 Prólogo. Prof. Humberto Correa

Manejo inicial del politraumatizado grave en emergencia

Shock hemorrágico traumático.

Fluidos y hemoderivados en el politraumatizado

Trauma encéfalo-craneano

Trauma raquimedular

Trauma de tórax

Trauma Abdominal

Trauma de pelvis

Trauma grave de miembros

Paciente quemado: atención inicial en emergencia

Paro cardio-respiratorio y resucitación cardio-pulmonar

Shock

Disnea en emergencia

Síncope en emergencia

Crisis Hipertensiva

Neumonía aguda comunitaria

Manejo antibiótico en emergencia I:

meningitis, endocarditis e infecciones de partes blandas

Manejo antibiótico en emergencia II:

infecciones intraabdominales, del tracto uninario y ginecológicas

Hemorragia digestiva alta

Cuadro Agudo de Abdomen

Hipoglicemia

Descompensaciones diabéticas hiperglicémicas agudas

Injuria renal aguda

Plaquetopenia en emergencia

Manejo de la vía aérea en emergencia

Biomarcadores de lesión miocárdica y de disfunción cardíaca