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ÍNDICE

LA PROPUESTA DEL PRESENTE TRABAJO ............................................................................................................ 4

JUSTIFICACIÓN DEL MÉTODO UTILIZADO .............................................................................................................. 5

TEMA 1: DERECHO PROCESAL PENAL ................................................................................................................... 7


TEMA 2: EL PROCESO PENAL .................................................................................................................................. 9
TEMA 5: LA RELACIÓN JURÍDICO PROCESAL PENAL .........................................................................................12
Importancia de la determinación de la Naturaleza Jurídica del Proceso Penal .........................................................12
Principales teorías relativas a la Naturaleza Jurídica del Proceso Penal ..................................................................14
Críticas a la teoría de la Relación Jurídica Procesal Penal........................................................................................16
Definición de la Relación Jurídico-Procesal Penal .....................................................................................................17
Caracteres de la Relación Jurídica Procesal Penal ...................................................................................................17
Elementos de la Relación Jurídico-Procesal Penal ....................................................................................................18
I. Los Sujetos ..............................................................................................................................................................18
II. Concepto de parte dentro del Proceso Penal ........................................................................................................22
III. Objeto de la Relación Procesal Penal ...................................................................................................................23
Distinciones en el Objeto Principal .............................................................................................................................25
Contenido de la Relación Jurídico-Procesal Penal ....................................................................................................27
Presupuestos de la Relación Jurídico Procesal Penal ...............................................................................................29
Nacimiento de la Relación Jurídico-Procesal Penal ...................................................................................................29
Fases o momentos de la Relación Procesal Penal ....................................................................................................31
I. Etapa cognoscitiva: sub-etapas ...............................................................................................................................32

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REFERENCIAS DE ÍCONOS

Actividad en el Foro.

Actividad de Reflexión no obligatoria.

Actividad Grupal.

Actividad Individual.

Actividad Obligatoria. Debe ser enviada para su evaluación.

Atención.

Audio.

Bibliografía. Lecturas Complementarias.

Glosario.

Página web - Internet.

Sugerencia.

Video.

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LA PROPUESTA DEL PRESENTE TRABAJO
La Universidad, en su función educadora, tiene por misión irrenunciable la de transmitir los conocimien-
tos de las distintas disciplinas que aborda, como mínimo en un grado científico.

En efecto, epistemológicamente se han distinguido, como grados del conocimiento:

1º) El Vulgar, Experiencial o Pre-científico;


2º) El Técnico y el Tecnológico;
3º) El Científico y
4º) El Filosófico.
Hay quienes también, con fundadas razones, incluyen como último nivel:
5º) El Teológico.

Ahora bien, en cualquier materia de una carrera de grado, la Universidad debe cuanto menos superar el
mero conocimiento experiencial y, en la medida de lo posible, llegar a transmitir las pautas filosóficas
elementales sobre las que descansa -presuponiéndolas- todo conocimiento científico. Ello, obviamente,
concentrando los mayores esfuerzo en la transmisión de los conocimientos a nivel "Científico" (es decir
a nivel causal inmediato, metódico y sistemático) y a nivel "Técnico" y "Tecnológico" (entendido como el
nivel de las aplicaciones prácticas y concretas de los principios científicos).

Por tal motivo, el presente módulo -como guía de estudio que pretende ser- abordará únicamente el
nivel de los principios científicos que estructuran la ciencia del Derecho Procesal Penal. Ello, reservando
los institutos particulares 1 para su consulta en las numerosas opciones bibliográficas enunciadas en el
programa de estudio y en la propia Ley Procesal Penal.

Por otra parte, el trabajo, que sigue el orden del programa de estudio (transcribiéndose incluso la parte
pertinente como preliminar de los puntos que se desarrollan) será dividido en dos partes:

En esta primera, se repasan las definiciones y nociones básicas de la ciencia del Derecho Procesal Pe-
nal, conforme los tratadistas más reconocidos. Seguidamente (sobre la base de diez clases desgraba-
das por la Dra. Norma Estela Flores en sus tiempos de estudiante -a quien agradezco enormemente tan
laboriosa tarea-) se efectúa un estudio aplicado de la Teoría de la "Relación Jurídico-Procesal Penal",
de modo que con el análisis de sus elementos y de sus fases (caracterizados y cotejados con sus con-
cretas aplicaciones en la ley procesal actual), el alumno acceda a un panorama general del derecho
procesal penal, que le servirá de base ineludible para abordar con solvencia el estudio particular de los
demás institutos de la materia.

En la segunda parte, que estará concluida para el segundo semestre del corriente año lectivo, se trata-
rán como mínimo los "Principios" que rigen la relación jurídico-procesal penal, sus aplicaciones prácti-
cas y los fundamentos dogmático-constitucionales de las medidas de coerción en contra del imputado.

Se advertirá a estas alturas que la intención del presente trabajo (más didáctico que innovador en mate-
ria científica) no es cubrir -ni remotamente- la totalidad de los temas del programa, sino solo sentar las
bases esenciales de su estudio, que lo orienten, lo faciliten y lo tornen más ameno. Por ello, la consulta
bibliográfica recomendada en el programa será igualmente ineludible, tanto como el esfuerzo personal
superador y laborioso que exige siempre la tarea de educarse y que no puede ser suplido por actividad
docente alguna.

1
Que en general se encuentran en un nivel de aplicación técnica de los principios científicos aludidos. Sin embargo, también
forman parte sustancial de nuestro programa de estudio o especificación de «contenidos» (según la terminología de la didác-
tica contemporánea).

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JUSTIFICACIÓN DEL MÉTODO UTILIZADO
Cualquiera sea la orientación filosófica que se adopte sobre el conocimiento humano, puede decirse
que hoy nadie discute que el conocimiento científico es el que se funda en la explicación causal del "Ob-
jeto" de estudio y que, valiéndose de un "Método" adecuado, conforma un "Sistema" de nociones a su
respecto 2.

Por ello, si bien el conocimiento científico tiene sus primeras manifestaciones con la tendencia a la ex-
plicación causal de la realidad y el intento de abandonar los mitos en tal empresa, también puede decir-
se que esa tendencia se empieza a consolidar con el desarrollo del "método" que se atribuye a Sócrates
(Siglo V a C.).

Existe coincidencia en que fue Sócrates quien formuló la doctrina del "Concepto" o "Idea", como aquel
habitante de la mente humana al que era necesario parir o dar a luz con el método de la mayéutica 3.

Si bien se ha reprochado el innatismo 4 que presupone esa teoría, la ciencia actual reafirma cada día
más el conducto descubierto por Sócrates para ese alumbramiento de los conceptos: "LA DEFINICIÓN".

En efecto, aunque dentro de su contexto inmanentista, ya Sócrates había advertido a la "definición" co-
mo la herramienta fundamental para la conformación del conocimiento científico. No profundizó en el
modo en que los conceptos o ideas se adquieren, pero precisó la manera en que estos deben exteriori-
zarse para su control y cotejo con los demás conocimientos, conformando un sistema 5.

Hoy la "lógica", como ciencia en la que se funda todo conocimiento y sistema científico, a través de sus
desarrollos formales y de semiótica, ha precisado aún con más nitidez las condiciones de la "definición"
en el discurso científico.

La "Semiótica", es la disciplina de la lógica contemporánea que tiene por objeto de estudio a los signos.

En ellos, la semiótica ha distinguido el "Denotado" y el "Designado". El primero es el objeto al que refie-


re el signo, mientras que el segundo son las características o propiedades esenciales a las que alude el
mismo.

Por ello, se dice que los signos pueden tener "Designado" sin tener necesariamente "Denotado". Por
ejemplo el término "centauro"; podemos dar sus características (designado), pero no encontramos en la
realidad ningún objeto al cual aplicarlo (denotado).

Ahora bien, lo que interesa a los fines de la fundamentación que se intenta, es que la denotación de un
signo se determina por su aplicación a un objeto, pero, así como hay casos sin Denotado, existen situa-
ciones que tienen un Denotado impreciso. Así es el caso de los vocablos "montón" o "mucho" que no
pueden aplicarse a una realidad con exactitud o precisión. En estos casos se dice que los signos están
afectados de "VAGUEDAD".

2
En efecto, según la postura filosófica que se adopte, se debate (en general, desde la formulación del «nominalismo») cuáles
objetos son accesibles a la razón humana y cuáles métodos pueden garantizar un conocimiento confiable; pero nadie niega
en el plano formal que una ciencia debe tener Objeto de Estudio propio, Método adecuado y la integración de un «Sistema»
entre todos los conocimientos relativos al mismo objeto.
3
Consistente en un diálogo crítico que (en un primer momento de «Ironía») ayudaba a reconocer la propia ignorancia para,
luego, (en la «Mayéutica Propiamente Dicha») dar lugar a la delimitación precisa y ordenada de la noción, por medio de las
definiciones.
4
Sócrates suponía que las ideas eran innatas en la mente humana. Seguramente por ello no ahondó en especulaciones sobre
el modo en que éstos se adquirían, centrando su atención en la forma en que dichas ideas debían exteriorizarse.
5
De allí las ventajas que presenta el método socrático -aún en la actualidad- «cuando se trata de reafirmar los conocimientos
ya adquiridos» y su trascendencia en la «pedagogía» (conf. Ángel González Álvarez, «Manual Historia de la Filosofía», Pág.
56, Ed. Gredos, Madrid 1.982).

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En lo que respecta al Designado, éste se determina por la definición descriptiva. Pero sucede a veces
que una palabra tiene diversas acepciones y, para determinar a cuál de ellas refiere el signo, hay que
estudiar su contexto. Ahora bien, el hecho de que un signo tenga más de un designado se denomina
"AMBIGÜEDAD".

Por otra parte con el fin de puntualizar otras desviaciones habituales en el lenguaje científico, cabe des-
tacar que la semiótica consta de tres ramas: La "Sintaxis" (que estudia las relaciones de los signos entre
sí); la "Semántica" (que estudia las relaciones de los signos con los designados. Esto es sus significa-
ciones) y la "Pragmática" (que estudia las relaciones de los signos y de la forma en que son usados. Por
ejemplo, un término en principio intrascendente puede resultar difamante en un contexto determinado).

Desde el punto de vista de la Pragmática, según la intención del hablante, pueden distinguirse cuanto
menos tres usos básicos del lenguaje:

a) El Uso Informativo: cuando se pretende dar cuenta de una realidad, describirla o brindar información
sobre ella.
b) El Uso Directivo: cuando se pretende provocar, impedir o prohibir una conducta.
c) El uso Expresivo: cuando se pretende manifestar o provocar sentimientos o emociones (por ejemplo:
¡Qué extraordinario!, ¡Qué calor!).

En resumidas cuentas, la comunicación de los conocimientos científicos exige precisión en el lenguaje y


la Semiótica nos previene al respecto: Como la investigación científica busca dar cuenta de la realidad
con precisión y objetividad:

1º) Debe utilizar un lenguaje predominante "Informativo" (formulando enunciados emotivamente neu-
tros).
2º) Debe utilizar signos lingüísticos con denotado preciso, para no incurrir en "Vaguedades".
3º) Tiene que evitar los signos lingüísticos con varios designados (términos equívocos), para no incurrir
en "Ambigüedades" (es decir que debe utilizar términos unívocos).

Con ello, se advierte que el lenguaje científico así caracterizado es una "condición indispensable" para
el logro de la objetividad en cualquier ciencia. "Por ser informativo, unívoco, emotivamente neutro y
exacto, posibilita su comprensión eliminando la subjetividad en la enunciación y en la decodificación" 6.

En definitiva, como decía Sócrates hace siete siglos, se trata de definir con precisión; esto es "decir lo
que una cosa es". La definición científica debe describir con claridad los elementos que conforman el
objeto definido, de modo que muestre inmediatamente lo que se quiere significar. Ello, abarcando todo
lo definido y solamente lo definido, sin incluir ni más ni menos individuos que los que corresponden a la
especie definida.

Definir, es caracterizar a un ente por el enunciado de su "genero próximo" y sus "diferencias específi-
cas" (definición esencial), o bien, por la enumeración de sus manifestaciones externas más notables
(definición descriptiva).

Sin negar en modo alguno la potencialidad creativa del alumnado y su capacidad crítica (para no herir
las susceptibilidades de los contemporáneos pedagogos), ahorrémonos nosotros la primera parte del
método socrático -el de "La Ironía"- y, evitando la actitud petulante que caracteriza nuestra sociedad,
tengamos al menos la humildad de comenzar revisando lo que han definido los más reconocidos estu-
diosos del Derecho Procesal Penal, aquellos que le dieron a su especulación la categoría de disciplina
científica autónoma.

6
“El Conocimiento Científico” de Esther Díaz y Mario Heler, Pág. 23, ed. Universitaria de Bs. As., 1.989.

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TEMA 1: DERECHO PROCESAL PENAL
a. DEFINICIONES. Contenido. Caracteres. Relación y diferencia con otros dere-
chos y disciplinas. División del Derecho Procesal Penal. Ciencias auxiliares: Au-
tonomía científica del Derecho Procesal Penal.

1) Clariá Olmedo, en su obra original, expresa que:

"El derecho procesal penal es la disciplina jurídica reguladora de la efectiva realización


del derecho penal; establece los principios que gobiernan esa realización y determina
los órganos, la actividad y el procedimiento para actuar la ley penal sustantiva." 7

En la última edición actualizada de su Tratado, se señala que: "El derecho procesal


penal es la ciencia que estudia, sistemáticamente, el conjunto de principios y normas
referidas a la actividad judicial que cumple a través del proceso, dirigida fundamental-
mente a la efectiva realización jurisdiccional del orden jurídico penal; organizando la
magistratura penal con especificación de las respectivas funciones y estableciendo los
presupuestos, modos y formas del trámite procesal" 8.

2) Vincenzo Manzini, distinguiendo entre Derecho Procesal Penal y Derecho Pe-


nal de Fondo, señala:

"El Derecho Procesal Penal es, por tanto, aquel conjunto de normas, directa o indirec-
tamente sancionadas, que se funda en la institución del órgano jurisdiccional y regula
la actividad dirigida a la determinación de las condiciones que hacen aplicable en con-
creto el derecho penal sustantivo". 9

Respecto de las normas de Derecho Penal de fondo (en alusión a aquellas potestades
que nuestro Código Penal Nacional regula en sus arts. 71 y 72) expresa que son:
"…todas aquellas que atribuyen virtualmente al Estado el poder punitivo, o también a
los órganos del mismo Estado, o a particulares, el poder de disposición del contenido
material del proceso, o sea, de la pretensión punitiva o de la pena (ejemplo: facultad
de querella, de remisión, etc.; amnistía, indulto, gracia, prescripción, condena condi-
cional, etc.)" 10.

Recalcando su criterio distintivo, añade: "Son, en cambio, normas de ‘derecho proce-


sal penal’, todas y solamente las que regulan de manera general el inicio, el desarrollo
y el fin del proceso, que establecen las garantías jurisdiccionales de la ejecución de
las cosas juzgadas, que indican las formas con que los sujetos procesales pueden
valerse de sus facultades dispositivas del contenido material del proceso, y que atribu-
yen a los órganos del Estado o a los particulares un poder de disposición del conteni-
do formal del proceso, esto es, de las meras formas procesales (ejemplo: derecho de
defensa, de impugnación, de renuncia, etc.)" 11.

3) Giovanni Leone define al Derecho Procesal Penal como:

"…el conjunto de las normas encaminadas: a) a la declaración de certeza de la notitia


criminis (es decir, declaración de certeza del delito e inflicción de la pena); b) a la de-

7
Jorge A. Clariá Olmedo; “Tratado de Derecho Procesal Penal”, Tomo I, Pág. 49, Obra original, Ed. EDIAR S.A., año 1960.
8
Jorge A. Clariá Olmedo; Derecho Procesal Penal; Tomo I; Pág. 37; Actualizado por Jorge E. Vázquez Rossi; Ed. Rubinzal -
Culzoni; Santa Fé 1.998.
9
“Tratado de Derecho Procesal Penal”, Tomo I, pág. 107, Ed. E.J.E.A., año 1951.
10
“Tratado de Derecho Procesal Penal”, Tomo I, pág. 108, Ed. E.J.E.A., año 1951.
11
“Tratado de Derecho Procesal Penal”, Tomo I, pág. 108, Ed. E.J.E.A., año 1951

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claración de certeza de la peligrosidad social y a la aplicación de medidas de seguri-
dad; c) a la declaración de certeza de las responsabilidades civiles conexas al delito y
a la inflicción de las consiguientes sanciones; d) a la ejecución de las providencias" 12.

b. RESEÑA HISTÓRICA DEL DERECHO PROCESAL PENAL: Derecho griego. De-


recho romano. Derecho germano. Derecho medieval, moderno y contemporáneo.
Historia del Derecho Procesal Penal argentino. Los tres sistemas: Acusatorio -
Inquisitivo y Mixto, características principales de cada uno.

12
“Tratado de Derecho Procesal Penal”, Tomo I, pág. 17, Ed. E.J.E.A., año 1963.

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TEMA 2: EL PROCESO PENAL
a) DEFINICIONES:

1) Según Jorge A. Clariá Olmedo13, el proceso penal es:

Elemento "Una serie gradual, progresiva y concatenada de actos


Objetivo regulados por el derecho procesal penal..."

Elemento "... cumplidos por órganos públicos predispuestos y por


Subjetivo particulares autorizados o impelidos a intervenir..."

Elemento "...dirigidos al descubrimiento de la verdad para actuar


Teleológico en concreto el derecho penal."

2) Según Alfredo Vélez Mariconde 14:

"el proceso penal constituye un instrumento jurídico


indispensable, consagrado por la Constitución Nacio-
nal y disciplinado por el derecho procesal (que dicta el
Congreso Nacional o las Legislaturas provinciales, en
virtud del sistema federativo de gobierno)". Es "una
construcción esencial predispuesta para adminis-
Desde un trar justicia en cuanto surja la sospecha de que se ha
punto de infringido la ley penal; una estructura instrumental
vista Institu- que el legislador crea para descubrir la verdad sobre el
cional supuesto hecho delictuoso y para actuar en concreto la
ley penal (fines próximo y mediato)". Constituye por
tanto "una entidad o institución jurídica abstracta y
estática, con el destino fatal de hacerse concreta y
dinámica. El proceso penal aparece como una garan-
tía de justicia, tanto para la sociedad como para el
individuo."

"el proceso penal puede definirse como una serie gra-


Desde un dual, progresiva y concatenada de actos disciplinados
punto de en abstracto por el derecho procesal y cumplidos por
vista Objeti- órganos públicos predispuestos y por particulares obli-
vo, Externo y gados o autorizados a intervenir, mediante la cual se
Estático procura investigar la verdad y actuar concretamente la
ley sustantiva".

En nota al pie el maestro cordobés alude a Francesco Carrara con su "Programa…"


en parágrafo 791, quien mediante un análisis extrínseco define al proceso penal como:
"…una serie de actos solemnes, con los cuales, ciertas personas, autorizadas legíti-
mamente para ello, observando un cierto orden y la forma determinada por la ley, co-
nocen de los delitos y de sus autores, para que la pena no recaiga sobre los inocentes
y se inflija a los culpables".

13
Jorge A. Clariá Olmedo; Ob. Cit.; Tomo I; pág. 212.
14
Alfredo Vélez Mariconde; Derecho Procesal Penal II; Págs. 113 y ss.; Actualizada por los Dres. Manuel N. Ayán y José Caf-
ferata Nores; Ed. Marcos Lerner; Córdoba; 1.981.

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3) Según Giovanni Leone, con un criterio restringido, el proceso penal es:

"El conjunto de los actos encaminados a la decisión jurisdiccional acerca de una notitia
criminis o acerca de la existencia de las condiciones requeridas para algunas provi-
dencias en orden a la represión de un delito o a la modificación de relaciones jurídicas
penales preexistentes". 15

Citando a Sabatini, G. (Principi, I, pág. 60), agrega que el proceso es "…el conjunto
de los actos regulados por la ley procesal y dirigidos a conseguir la decisión del juez
acerca de la imputación de un delito y acerca de todas las particulares relaciones que
de él dependen y que exigen igualmente la intervención y la decisión del órgano judi-
cial"; y siguiendo también a Lanza (Principi, cit., pág. 32), expresa que: "el conjunto de
los actos coordinados a la actuación del derecho penal objetivo constituye el proceso
penal"). 16

4) Según Vincenzo Manzini:

"El conjunto de los actos concretos, previstos y regulados en abstracto por el derecho
procesal penal, cumplidos por sujetos públicos o privados, competentes o autorizados,
a los fines del ejercicio de la jurisdicción penal, en orden a la pretensión punitiva hecha
valer mediante la acción o en orden a otra cuestión legítimamente presentada al juez
penal, constituye la actividad judicial progresiva que es el 'proceso penal'". 17

5) Según el hispano Dr. Miguel Fenech:

"Proceso Penal es, por tanto, aquella serie o sucesión de actos que se llevan a cabo y
desarrollan en el tiempo, con sujeción a unas normas de procedimiento, y a través de
la cual se realiza la actividad jurisdiccional, mediante el ejercicio por el órgano jurisdic-
cional penal de sus diversas potestades y la realización de las partes y terceros de la
actividad cooperadora que aquella requiere". 18

Cabe aclarar por último, que en general, los autores suelen distinguir la noción de
"proceso" respecto de la de "procedimiento". Ello, señalando que el primero es el con-
junto de actos que lo integran; mientras que el segundo, es el orden que se debe res-
petar -acorde al camino establecido por la ley- en el tránsito del proceso que efectúan
los sujetos habilitados. En tal sentido Miguel Fenech señala:

"Esta norma que establece el orden en la procesión de los actos que integran el pro-
ceso recibe el nombre de procedimiento".

b) ESTRUCTURA: Elementos Subjetivos y Objetivos - Fases.

c) NECESARIEDAD Y CARACTERES.

d) FINES. BIENES PROTEGIDOS.

e) OBJETOS: Principal y Eventual. Fines.

Para los temas b); c); d) y e), ver como bibliografía básica:

15
Conf. Giovanni Leone, “Tratado de Derecho Procesal Penal”, Tomo I, pág. 10, Ed. E.J.E.A., año 1963.
16
Conf. cita de Giovanni Leone, “Tratado de Derecho Procesal Penal”, Tomo I, pág. 11, Ed. E.J.E.A., año 1963.
17
Conf. Vincenzo Manzini, “Tratado de Derecho Procesal Penal”, Tomo I, pág. 108/9, Ed. E.J.E.A., año 1951.
18
Conf. Miguel Fenech, “El Proceso Penal” 4ª Edición, pág. 15, Ed. AGESA, año 1982.

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- Jorge Clariá Olmedo, Ob. Cit., T. I, Págs. 209/230.
- Alfredo Vélez Mariconde, Ob. Cit., T. II, Págs. 113/131.

f) EL PROCESO PENAL Y EL PROCESO CIVIL: RELACIÓN.

g) PRESUPUESTOS DOGMÁTICOS DEL PROCESO PENAL.

"La Constitución Nacional (art. 18), establece los principios básicos del ordenamiento
jurídico-penal, o sea, los presupuestos jurídicos de la represión, cuando dispone que:
"Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley ante-
rior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales o sacado de los jueces
designados por la ley antes del hecho de la causa". De éste postulado resultan los
siguientes principios 19:

1º, la ley penal debe preexistir a toda sanción (nulla poena sine lege);

2º, el juicio (o proceso) penal, necesariamente regulado por una ley que lo haga inalte-
rable, es el único medio de aplicar aquella ley sustantiva (nulla poena sine iudicio);

3º en consecuencia, nadie puede ser considerado culpable mientras no lo declare tal


una sentencia firme (principio de inocencia);

4º, la sentencia del juez natural es la única fuente legítima para limitar definitivamente
la libertad" (Alfredo Vélez Mariconde, Ob. Cit., T. II, Págs. 15 y ss.).

h) PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES: Legalidad, Judicialidad y Tipicidad Proce-


sal Penal. Juez Natural.

i) ESTADO JURÍDICO DE INOCENCIA: Antecedentes históricos, nacionales e


internacionales. Naturaleza: teorías. Efectos en el ámbito legislativo y judicial;
"In dubio pro reo".

Para los puntos g); h) e i) ver como bibliografía básica:

- Alfredo Vélez Mariconde, Ob. Cit., T. II, Págs. 15/50.


- Jorge Clariá Olmedo, Ob. Cit., T. I, Págs. 60/94.

j) DERECHOS HUMANOS: art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional y Tratados


Internacionales

Como bibliografía básica, ver:

- Art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional y, entre otros:


- Arts. 5; 8; 9; 10 y 11 de la "Declaración Universal de Derechos Humanos", de la
Asamblea General de la ONU, del 10/12/48.
- Arts. XVIII; XXV; XXVI y XXVIII de la "Declaración Americana de los Derechos y De-
beres del Hombre", de la IX Conferencia Internacional Americana de Bogotá, de
1.948.
- Arts. 5; 7; 8 y 9 de la "Convención Americana sobre Derechos Humanos" (Pacto de
San José de Costa Rica), del 22/11/69.

19
Alfredo Vélez Mariconde, Ob. Cit., T. II, Pág. 18.

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TEMA 5: LA RELACIÓN JURÍDICO PROCESAL PENAL
a) Concepto y teorías. Caracteres. Sujetos: enunciación de los sujetos principa-
les y eventuales. Objeto. Concepto. Integración. Contenido jurídico: Principal
- Eventual - Penal y Civil.

b) Constitución y Fases.

c) Principios de la relación jurídico procesal-penal: Oficialidad. Verdad Real. In-


violabilidad de la defensa. Concepto, estructuras y efectos de cada uno.

BIBLIOGRAFÍA:

• A. Vélez Mariconde: (puntos a y b): t. II, p. 133/172 - (punto c): t. II, p. 173/245.
• J. A. Clariá Olmedo: t. I, p. 397 y ss.
• V. Manzini: t. I, p. 259 y ss. - 112 y ss.
• G. Leone: t. I, p. 212 y ss.
• E. Beling: p. 75.
• J. Bauman: p. 248.

(Clases del Prof. Juan Casabella Dávalos; "Curso de Derecho Procesal Penal" de
la Facultad de Cs. Jurídicas de la U.C.S. -Carrera de Abogacía; Modalidad pre-
sencial-; Año 1.997).

Clase Nº 1.

Este capítulo constituye sin dudas una Doctrina General del Proceso Penal. Con su
estudio, advertiremos enseguida que la Relación Jurídica Procesal Penal (siendo sim-
plemente una teoría acerca de la Naturaleza Jurídica del Proceso Penal), es el núcleo
de la sistematización de la ciencia del moderno proceso penal.

Importancia de la determinación de la Naturaleza Jurídica del


Proceso Penal
En esta materia la Naturaleza Jurídica del Proceso, constituye la parte central del pro-
grama, será la brújula orientadora de todo el estudio del Proceso Penal, no tan sólo en
nuestro país, sino en cualquier otro sistema legal, independientemente de las caracte-
rísticas específicas de cada Código local.

Siguiendo a Alfredo Vélez Mariconde, lo que se busca es lograr pautas racionales que
signifiquen vallas infranqueables al Proceso de tipo Inquisitivo el cual -aunque pudiera
parecer un relato de historia antigua- acecha permanentemente en la práctica cotidia-
na del Derecho Penal y Procesal Penal. El Proceso Inquisitivo se caracterizó, a gran-
des rasgos, porque:

a) el Imputado no era considerado un sujeto de derecho, sino un objeto de persecu-


ción;
b) Consecuentemente, carecía de Derecho de Defensa;
c) las Facultades del acusador llegaron a ser tan amplias y arbitrarias que éste se
identificaba con el juzgador;
d) El Juzgador no necesitaba fundamentación racional para determinar el resultado del
Proceso (en el que reinaba el secreto), sea al dictar sentencia o al disponer adelan-

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tos de pena (la prisión preventiva era la regla; empezaba el proceso y conjuntamen-
te empezaba el castigo).

En otras palabras, se trata de intentar poner coto a las aberraciones exhibidas por la
historia del proceso penal contra la dignidad del hombre, especialmente cuando con
criterio político -haciéndose prevalecer el interés público por la represión de los delitos-
se dio rienda suelta a institutos del Sistema Inquisitivo (que como dije, puja -incluso en
la actualidad- por filtrarse a cada instante entre las rendijas que le abre la arbitrariedad
latente en el corazón humano, estigma insuperable de nuestra imperfecta condición).

Sin embargo, debo advertir que algunos Institutos del Sistema Inquisitivo no por su
sola pertenencia a ese sistema son nefastos o irracionales. Lo irracional es no regular-
los y/o aplicarlos con sistemática jurídica frente a las garantías individuales. Hoy, algu-
nos institutos o caracteres del sistema inquisitivo tienen plena vigencia, la cual se en-
cuentra justificada (en la medida en que como se dijo, sean disciplinados y aplicados
con respecto de las garantías individuales) en función del orden público que involucran
los bienes sociales atacados por los delitos.

Piénsese en la etapa de instrucción y sus caracteres, en las facultades autónomas de


investigación del juez, en el secreto de sumario, en la prisión preventiva e incomunica-
ción (entre otras medidas de coerción del imputado). Son institutos de neto corte in-
quisitivo que, si actualmente han sido cuestionados en algunos casos particulares, en
realidad lo han sido por ineficaces (Así el caso de la etapa preparatoria de instrucción
que ha hecho crisis en el caso de delitos leves -la gran mayoría de estos procesos se
prescribía en esta instancia-). En rigor, los caracteres de estos institutos se justifican
por la asunción del estado de la función exclusiva de punir y de hacerlo con cierta efi-
cacia razonable, en tanto se encuentra absolutamente involucrado el orden público.

Se trata de comprender que la investigación autónoma del juez y el secreto de suma-


rio son medidas tendientes a asegurar el descubrimiento de la verdad real que exige el
orden público en materia penal; que son institutos que se regulan para dar base a la
acusación (no a la sentencia) y que no pueden avanzar en actos irreproductibles y
definitivos en desmedro de la garantía individual de la defensa en juicio; que la prisión
preventiva y demás medidas de coerción personal tienen carácter cautelar y que -
estando destinada a asegurar la presencia del imputado en el proceso- no pueden ser
reguladas y/o aplicadas como un adelanto de pena.

En definitiva, debe comprenderse que en el proceso penal siempre se encontrarán en


juego los intereses contrapuestos de la sociedad por reprimir los delitos y del individuo
por defenderse, y que ambos tienen protección en el ordenamiento jurídico.

De tal modo, su puja deberá resolverse con método y sistema jurídico y no con crite-
rios políticos, económicos, religiosos, morales (aunque lo jurídico es una dimensión
especializada de lo moral), periodísticos, etc.

Lo que necesitamos comprender con nitidez entonces son los rasgos del proceso en
cada etapa, sus motivos y en qué condiciones se van a acrecentar y limitar los pode-
res del juzgador. Debemos delimitar la verdadera posición del Fiscal (como un órgano
del Estado predispuesto para el control de la legalidad y la búsqueda de la verdad, no
para acusar a ultranza) y determinar con pautas racionales, el verdadero carácter de
sujeto de derecho del Imputado (para que jamás se lo tenga por un objeto de persecu-
ción, como ocurrió históricamente, cada vez que se impuso políticamente el Proceso
Inquisitivo o alguno de sus institutos característicos).

Derecho Procesal Penal | 13


Principales teorías relativas a la Naturaleza Jurídica
del Proceso Penal
1. RELACIÓN JURÍDICA: Desarrollada por un jurista alemán en 1868 (Von Bülow), la
teoría sostiene, como su punto de partida, que en el Proceso Penal las partes que in-
tervienen tienen verdaderos "derechos" y "obligaciones", las unas respecto de las
otras. Si bien la posición se gesta con autores del Derecho Procesal Civil, posterior-
mente fue adoptada también para el estudio del Derecho Procesal Penal (Chiovenda
fue quizás uno de los más entusiastas expositores en el ámbito de la doctrina del De-
recho Procesal Civil 20).

El Proceso Penal, al igual que cualquier proceso, desde el punto de vista estático es
un conjunto de actos desarrollados para la consecución de un fin determinado (aplicar
en concreto el derecho de fondo).

Desde el punto de vista dinámico, no sólo vamos a verificar la existencia de los men-
cionados actos en serie gradual y concatenada, sino también vamos a prestar aten-
ción a los sujetos que desarrollan estos actos y a los fundamentos que subyacen en
cada uno de esos actos. A partir de ahí es que nace esta teoría, atendiendo funda-
mentalmente según se dijo, no sólo a los actos externos, a la estructura estática del
proceso, sino también a la relación que entabla entre los sujetos que desarrollan esta
actividad reglada por la ley procesal en derechos, potestades y obligaciones.

Entre tales sujetos, distinguimos a: 1) Los Sujetos Esenciales; 2) Los Sujetos Even-
tuales y 3) Los Sujetos Auxiliares.

Los sujetos esenciales del Proceso son: el "Juez", el "Ministerio Público Fiscal o
Actor Penal" y el "Imputado". Estos tres sujetos desarrollan los actos que concate-
nan y forman el proceso en lo substancial. Analizando entonces el proceso desde este
punto de vista subjetivo, penetrando más en la esencia de cada uno de los actos y
verificando el porqué de los mismos, vamos a encontrar que estos determinan la exis-
tencia de vínculos entre los sujetos que realizan la actividad reglada por el Derecho
Procesal.

• Así, El Ministerio Público Fiscal o Actor Penal tendrá el derecho de ejercicio obligato-
rio o potestad de instar al Órgano Juzgador, el que a su vez, no puede iniciar su ac-
tuación, si no tiene la instancia del Actor Penal.

Entonces el "Juzgador" se relaciona necesariamente con el "Fiscal o Actor Penal",


que tiene -a continuación- la facultad de pedirle al Juzgador determinadas actuacio-
nes (como por ejemplo, la producción de pruebas). El Juez tendrá por su lado, la po-
testad de producir esas pruebas y el Ministerio Público de controlarlas y verificar que
las resoluciones judiciales se ajusten a ellas. Además, el Juez tiene la obligación de
dar la oportunidad de ese control en los diversos actos del proceso, etc.

• Igualmente una vez instada la acción penal, el Juez tiene la obligación de llamar al
Imputado, o bien compelerlo por la fuerza pública a que se presente al Juzgado a
prestar declaración indagatoria y el Imputado tiene el derecho a prestar esa declara-
ción de descargo, tiene incluso el derecho de no declarar (la obligación se limita
a comparecer al proceso, pero su declaración es incoercible).

20
Cfr. cita de Alfredo Vélez Mariconde en “Derecho P.P.”, aludiendo a las obras del mencionado autor “Principii di D. P. Civili”
(Nápoli, 1923) e “Instituciones de D. P. Civil” (Trad. De Gómez Orbarenja).

Derecho Procesal Penal | 14


Además nos encontramos con la facultad del Juez de imponer al imputado alguna
medida de coerción personal (las cuales tienen naturaleza de Medidas Cautelares).
El Juzgador cuenta con la facultad de asegurar que el imputado no evada el accionar
de la Justicia, fugándose y/o entorpeciendo la investigación y el descubrimiento de la
verdad.

• Existe también relación entre el Ministerio Público Fiscal y el Imputado. El Ministerio


Fiscal tiene la facultad de asistir y controlar los actos del Imputado y a su vez el
Imputado tiene el derecho de controlar que la actividad del Ministerio Público se
desenvuelva dentro de los canales que determina la Ley Procesal Penal, que actúe
cuando tenga que actuar (por ejemplo: Para que la etapa de la Instrucción -que es
una etapa preparatoria-, avance a la etapa Definitiva del Juicio, tiene que existir un
formal requerimiento del Ministerio Fiscal, que cumpla con los recaudos que le per-
mitan al Imputado defenderse en el Juicio Plenario).

De manera que existe una múltiple inter-relación entre los sujetos procesales, deter-
minada por los vínculos que nacen de la actividad en interferencia. Esa Actividad -por
su parte- emana del ejercicio de derechos y potestades y del cumplimiento de obliga-
ciones, acordados o impuestos por la Ley Procesal Penal.

Por todo ello, Alfredo Vélez Mariconde define a la Relación Jurídico-Procesal Penal
como el vínculo jurídico autónomo (del que resulta del derecho penal de fondo) que se
establece entre los sujetos del proceso, en virtud del ejercicio de derechos y potesta-
des y el cumplimiento de obligaciones que la ley procesal penal les acuerda o les im-
pone.

2. TEORÍA DE LA INSTITUCIÓN: Esta teoría sostenida por el jurista español Guasp


afirma que el Proceso Penal es una Institución; que si bien existen derechos y obliga-
ciones en la vinculación entre los sujetos del Proceso Penal, el verdadero vínculo de
esa actividad es la Idea Común Objetiva, a la cual adhieren las voluntades de los
sujetos en la práctica de cada uno de los actos que lo componen. Esta teoría también
tiene en cuenta el vínculo de los sujetos, pero desde un punto de vista más general y
más propio de la ciencia política.

La teoría no se detiene a meditar en la intimidad de cada acto procesal, sino que se


contenta con describir el fenómeno político de la sucesiva sujeción de los ciudadanos
a esa forma de resolver sus diferencias que constituye el proceso (Idea Común Objeti-
va).

3. TEORÍA DE LA SITUACIÓN JURÍDICA: Esta teoría es sostenida por Goldschmidt,


quien expresa que no es necesario afirmar la existencia de derechos y obligaciones
para explicar los vínculos que existen entre los sujetos del proceso. Tampoco sería
necesario explicar los "actos" del Proceso Penal a través de los derechos y obligacio-
nes de los sujetos. El Juez tiene la obligación que deviene de su cargo y del Derecho
Público y, por su parte, el Ministerio Fiscal y el Imputado se encuentran en una Situa-
ción de Expectativa respecto de una sentencia favorable o desfavorable, de modo
que sus actividades están determinadas por el intento de evitar un perjuicio o de obte-
ner una ventaja.

Esta teoría, al igual que la de la Institución, al margen de sus aciertos, no resulta útil
para la sistematización del estudio del proceso penal que buscamos. Ambas se detie-
nen en una visión político-institucional que no permite penetrar en la intimidad causal
de los actos que componen el proceso, lo cual es propio del objeto de estudio formal y
específico de la ciencia jurídica.

Derecho Procesal Penal | 15


4. OTRAS TEORÍAS: Hay varias otras teorías desarrolladas en el intento específico
de explicar la naturaleza del Procesal Civil (Teoría del "Contrato " o "Cuasicontrato"),
que por su carácter marcadamente privatista no pueden tener aplicación en el ámbito
del Proceso Penal.

Lino Palacio, al referirse al Derecho Procesal Civil, resta importancia al estudio de la


naturaleza del proceso y sostiene que en definitiva se trata de una discusión bizantina
carente de utilidad práctica. Sin embargo, en el Derecho Procesal Penal, a los efectos
de: a) Limitar desde el punto de vista racional las arbitrariedades cometidas por los
Jueces en momentos históricos de vigencia del Sistema Inquisitivo; b) Determinar
desde el punto de vista racional la verdadera función del Ministerio Público como suje-
to imparcial y c) Determinar nítidamente que el Imputado no es un objeto de persecu-
ción, sino un sujeto de derechos; resulta necesario sistematizar el estudio del proceso
a partir de la conciencia de que el mismo nace, se desarrolla y extingue, por virtud del
ejercicio de verdaderos derechos y potestades y por el cumplimiento de obligaciones
emanadas de la ley (no sólo por simples expectativas o sujeciones consuetudinarias,
dado que estas últimas son concepciones que por su grado de generalidad o por su
visión política, no son lo suficientemente eficaces para repeler racionalmente los im-
pulsos recurrentes de la arbitrariedad humana).

En efecto, las Teorías Contractualistas y Cuasicontractualistas sólo tienen importancia


desde el punto de vista histórico y dentro del proceso Civil. En el Proceso Penal no
puede hablarse de contratos ni de cuasicontratos, dado que, en general están en jue-
go "potestades" o "derechos de ejercicio obligatorio" (así, la actividad requirente del
Ministerio Público que es de ejercicio obligatorio; la actividad jurisdiccional irrenuncia-
ble del tribunal, frente a la ausencia de facultades dispositivas de las partes en rela-
ción al contenido material del proceso).

Las tres primeras teorías explican los nexos que vinculan a las partes, no se quedan
en el punto de vista estructural, penetran hasta los sujetos, a sus derechos y obliga-
ciones.

Sin embargo, según se adelantó, no tendremos en cuenta a las Teorías de la Situa-


ción Jurídica ni a la de la Institución, no porque sean equívocas, sino porque no expli-
can en profundidad el sustento jurídico de los actos procesales: Esto es los "Dere-
chos"; "Potestades" y "Obligaciones", que son los caracteres con que sistematizare-
mos, estudiaremos y determinaremos en su alcance preciso a la serie gradual, progre-
siva y concatenada de actos que componen al proceso penal.

Críticas a la teoría de la Relación Jurídica Procesal Penal


Se han hecho escuchar diversas críticas a la Teoría de la Relación Jurídica Procesal,
entre las que podemos mencionar a la que sostiene que no puede hablarse de una
relación jurídica, cuando existen dos órganos que en realidad pertenecen a una misma
persona: "El Estado" (en cuyo seno funcionan el Poder Judicial y el Ministerio Fiscal).
Con ese criterio, se sostiene que no puede haber una relación jurídica refleja en una
misma y sola persona.

En realidad, cuanto menos desde un punto de vista formal, la distinción entre el Juz-
gador y el Fiscal (aun cuando ambos sean empleados del mismo Estado) es incues-
tionable.

Derecho Procesal Penal | 16


La diferencia clara tuvo su génesis histórica bien reconocida en la búsqueda del equi-
librio logrado (después de mucho derramamiento de sangre), cuando el que acusaba
dejó de ser la misma persona encargada de juzgar. Si bien el Estado es una sola per-
sona, justamente estableció dos órganos específicos y bien diferenciados desde el
punto de vista de su actividad formal -que es independiente-, de modo que se erigen
en dos sujetos procesales formalmente distintos: el Ministerio Público Fiscal (que
cumple una función judicial requirente) y el Órgano Jurisdiccional (que cumple la fun-
ción judicial jurisdiccional).

Clase Nº 2

Hemos dado un panorama general sobre las principales teorías esgrimidas respecto
de la naturaleza del proceso penal. Nosotros hemos adoptado la teoría de la Relación
Jurídica Procesal Penal con una especial finalidad sistemática. Hoy repasaremos su
concepto y analizaremos sus caracteres.

Definición de la Relación Jurídico-Procesal Penal


La Relación Jurídico-Procesal Penal, es entre los sujetos procesales un "vínculo jurí-
dico, autónomo (distinto de la relación de derecho sustantivo), determinando por el
ejercicio de los poderes y facultades y del cumplimiento de los deberes que el Derecho
Procesal Penal les acuerda o les impone" 21.

Caracteres de la Relación Jurídica Procesal Penal


1. Es de Derecho Público: Advertiremos que la relación que existe entre los sujetos
del Proceso Penal es Jurídica o de Derecho, porque todos los vínculos están prede-
terminados en el Derecho.

Y es de Derecho Público porque el Derecho Procesal Penal reglamenta una potestad


exclusiva del Estado: La potestad jurisdiccional del Estado. Por eso es de Derecho
Público no sólo el Derecho Procesal Penal, sino también el Derecho Procesal Civil y
todos los derechos procesales.

2. Es una Relación Instrumental: Porque sirve de instrumento para que se haga


efectiva la relación jurídica establecida por el Derecho Penal de fondo.

En virtud de esta Relación Procesal Penal, mediante el desarrollo de toda la actividad


en que ella consiste, se conseguirá que la relación creada por el Derecho Penal de
fondo se haga efectiva. Mientras tanto la relación del derecho sustancial o material es
una relación en potencia y el Proceso Penal es el único medio para ponerla en acto.

3. Es una Relación Autónoma: Autónoma e independiente de la relación constituida


por la Ley Penal de fondo.

4. Es una Relación Compleja: Porque se produce entre varios sujetos y porque ade-
más tiene fines específicos en cada uno de sus momentos. Incluso, puede ser más
compleja con la participación de sujetos eventuales como el actor civil (ya que también
la acción civil puede deducirse dentro del Proceso Penal). En cuanto al fin específico
de cada momento del Proceso advertimos por ejemplo que la Instrucción tiene por

21
“Derecho P.P.”, T. 2, pág. 141.

Derecho Procesal Penal | 17


finalidad dar base a la acusación, mientras que el Debate tiene por fin dar base a la
sentencia. Cada etapa tiene un fin específico, a pesar de que hay una finalidad única y
objetiva: El descubrimiento de la verdad real y la actuación de la ley penal sus-
tantiva.

5. Es Dinámica: Por lo anteriormente mencionado y porque sus caracteres van mu-


tando en la medida que se atraviesan sus distintas etapas.

6. Es Progresiva: Porque se desarrolla en una línea ascendente, hacia el objetivo


final que es el descubrimiento de la "Verdad Real" y la "actuación de la Ley Penal Ma-
terial o Sustantiva". No puede Retrotraerse: Mientras los actos hayan sido desarrolla-
dos de acuerdo con la ley y no existan vicios que los tornen inválidos: El Proceso Pe-
nal no puede volver a sus instancias anteriores, porque se desarrolla siempre hacia
delante en virtud del llamado Principio Procesal de "Caducidad" o "Preclusión". Se van
cerrando sus ciclos parciales, esos momentos con fines específicos y, una vez que se
cierran válidamente, no puede volverse sobre ellos.

7. Tiene Unidad: Porque no obstante ser compleja y progresiva, su objeto es uno so-
lo: " la Idea de un hecho que se presume delictivo" y porque sus fines generales son
únicos "descubrir la verdad real y actuar la ley penal de fondo".

8. Fin Genérico: Es el descubrimiento de la verdad real y la actuación de la Ley Penal


de fondo (eventualmente, también la Ley Civil de fondo).

Clase Nº 3

Elementos de la Relación Jurídico-Procesal Penal

I. Los Sujetos

I.A. SUJETOS ESENCIALES:

Son aquellos sujetos sin cuya participación legal, la Relación Procesal Penal no puede
constituirse o desarrollarse válidamente; son parte de la substancia de la Relación
Procesal Penal.

Ellos son:

I.A.1. EL ÓRGANO JUZGADOR: Es quien administra justicia. También llamado "Tri-


bunal", puede ser Unipersonal o Colegiado.

La primera etapa del proceso de carácter preparatoria, la de la Instrucción, está cargo


de un Órgano Unipersonal: el "Juez de Instrucción" (ver art. 26 del C.P.P.S.). Sin
embargo, puede intervenir eventualmente un órgano colegiado que es la "Cámara de
Acusación", encargada principalmente de la revisión en apelación de los actos del
Juez de Instrucción; es principalmente una Cámara de Apelaciones (ver art. 24 del
C.P.P. de Salta).

La segunda etapa del Proceso se encuentra a cargo del Tribunal de Juicio, que tam-
bién pude ser un Órgano Colegiado o uno Unipersonal. Para los delitos que traen apa-
rejada pena privativa de la libertad cuyo máximo excede de 5 años, existen actualmen-
te en la provincia los Juzgados de Instrucción en la primera etapa del proceso. La se-
gunda etapa, es decir la del Juicio Plenario, está a cargo de las "Cámaras del Cri-

Derecho Procesal Penal | 18


men", que se encuentran compuestas por tres jueces. En la ciudad de Salta existen
actualmente cinco Cámaras del Crimen (ver art. 25 del C.P.P.S.).

En relación a los delitos antes llamados de Instrucción Sumaria (hasta la reforma del
C.P.P. de Salta implementada en Agosto del año 2.005) desaparecieron los Juzgados
de Instrucción Sumaria. Se trataba del juzgamiento de aquellos delitos que aparejaban
la aplicación de penas privativas de la libertad cuyo máximo no superara los tres años
(hoy el punto de diferenciación se elevó hasta los delitos cuyo máximo de pena privati-
va de la libertad no exceda los cinco años -ver art. 352 del C.P.P.S.), comúnmente
conocidos como delitos leves o excarcelables. En esos casos, el juzgador es el "Juez
Correccional" (ver art. 27 el C.P.P.S.), que sigue siendo un órgano unipersonal.

En el nuevo sistema procesal salteño -para este tipo de delitos- se ha establecido el


"Procedimiento Sumario" (ver arts. 351/359 del C.P.P.S.), en el que no se cumple ya
con la etapa preparatoria de instrucción. Con solo una brevísima actuación policial
previa (contenida en un "acta única"), los fiscales requieren directamente la realización
del juicio. Esa etapa pre-procesal brevísima que desarrollan la Policía y los "Fiscales
Correccionales" (ver art 67 del C.P.P.S.), puede eventualmente contar con la interven-
ción garante de los Jueces Correccionales (e incluso de la Cámara de Acusación) en
los casos en que fuere necesario resolver sobre medidas de coerción en contra del
imputado (ver arts. 356; 2do; 3ro. y 4to. párrafos). Por tal competencia eventual, di-
chos jueces, actualmente reciben el nombre de "Jueces Correccionales y de Garan-
tías".

Por otro lado, el proceso penal de la Provincia de Salta se organiza también con la
intervención de un "Juez de Ejecución", en la etapa eventual de ejecución de las
sentencias condenatorias, cuando se han impuesto penas privativas de la libertad
efectivas. Este Juez de Ejecución es quien entiende en todos los incidentes durante el
cumplimiento de la ejecución de la pena y (como la ejecución de la pena se encuentra
materialmente a cargo de un organismo dependiente del Poder Ejecutivo que es el
Servicio Penitenciario Provincial) también decide en instancia de apelación respecto
de toda medida disciplinaria impuesta por el Director del Servicio Penitenciario de la
Provincia (ver arts. 29, 499 y 500 del C.P.P.S.).

Finalmente, no puedo dejar de mencionar al "Juzgado de Menores", instituido con


una competencia especial por nuestro sistema procesal, en orden al régimen penal
especial de la minoridad (ver art. 28 del C.P.P.S.) y a la "Corte de Justicia", cuya
competencia en materia penal se encuentra definida en el art. 22 del C.P.P.S.

I.A.2. EL ACTOR PENAL: Es el encargado de promover y ejercer la acción penal.

En la mayoría de los casos el Actor Penal es el Ministerio Público Fiscal. En los delitos
de acción penal privada, la función de Actor se encuentra encarnada por el querellante
particular (ver arts. 424 y cc. del C.P.P.S.). Vamos a ver también la nueva figura del
Actor Penal que preveyó el Código Procesal Penal de la Nación: el querellante particu-
lar coadyuvante, es decir un sujeto concurrente con el Ministerio Público Fiscal. En
efecto, el sistema procesal penal de la Nación prevé desde el año 1.992, en el art. 82 y
ss. del C.P.P.N., la posibilidad de que además del Fiscal, intervenga un Actor Penal
Particular en carácter de Querellante adhesivo. Nosotros, en el Proceso Penal de la
Provincia de Salta hemos incorporado esa posibilidad en los actuales arts. 77 y ss. del
C.P.P. Provincial, con la reforma de las Leyes 7.262 y 7.267 del año 2.003 (y modifica-
torias 7.301 y 7.313 del año 2.004).

Derecho Procesal Penal | 19


La función del Actor Penal es promover y ejercer la acción penal haciendo valer la pre-
tensión jurídico-penal que se fundamenta en el Derecho Penal de fondo, en la forma
establecida por la ley (ver arts. 63/70 del C.P.P.S.).

Otro órgano con función de Actor Penal es la Policía (en su función judicial requirente).
En efecto, la Policía Provincial cumple la función de "promover" la Acción Penal Públi-
ca (no la "ejerce" posteriormente), "acusando" ante el Juez de Instrucción. Ello, me-
diante un acto especifico que se llama "Preventivo" o "Parte Preventivo" (según su
antigua denominación) y "Elevación del Sumario de Prevención" (ver art. 182 del
C.P.P.S.).

Clase Nº 4

I.A.3. EL IMPUTADO: Es el sujeto en contra del cual se dirige la pretensión jurídico-


penal del Estado y se encuentra definido en el art. 71 del C.P.P.S de un modo preciso,
como el:

"detenido o indicado como partícipe de una infracción penal, en cualquier acto del
proceso".

Se advertirá que no es necesaria una acusación formal para tener a una persona por
"imputada"; basta con ser "indicado... en cualquier acto del proceso" como partícipe
del delito investigado, aunque sea indiciariamente.

Se trata de una situación puramente objetiva, que incluso puede configurarse en la


etapa pre-procesal del sumario de prevención policial (o en las actuaciones policiales y
Fiscales del nuevo Procedimiento Sumario); en las que ya pueden ejercerse "los dere-
chos que el Código Procesal acuerda al imputado"-, como la presentación espontánea,
el requerimiento de exención de detención, etc. (ver arts. 71; 269; 292; 305 y cc. del
C.P.P.S.).

La norma tiene su antecedente en arbitrarias interpretaciones de algunos juzgados 22,


en los que, en la primera etapa del proceso, se recepcionaba declaración testifical a
quien verdaderamente era un imputado, so pretexto de ausencia de acusación formal
del Fiscal o pronunciamiento jurisdiccional específico. De tal modo, se compelía a de-
clarar al imputado -aún en contra de su voluntad-, bajo juramento de decir verdad y
con la prevención de incurrir en falso testimonio.

Ello, evidentemente en franca violación al art. 18 de la Constitución Nacional, en cuan-


to establece la incoercibilidad de la declaración del imputado, bajo la siguiente formula:
"...Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo... Es inviolable la defensa en
juicio".

Pese a la claridad de la norma constitucional, el legislador provincial se vio obligado a


precisar la verdadera noción de imputado, para prevenir la arbitrariedad que -según se
dijo- asecha a cada paso de la actividad procesal, filtrándose en actitudes como las del
antecedente del art. 71 del C.P.P.S. comentado.

En algunos casos la relación procesal penal puede nacer imperfecta, sin que esté
identificado el Imputado. Puede suceder que se inicie la investigación de la comisión
de un delito (y de hecho es muy común) sin que se hubiere determinado quién es el

22
Especialmente en juzgados nacionales y con anterioridad a las últimas reformas del C.P.P.N. Ver Alfredo Vélez Mariconde,
Ob. Cit. T. II, pág. 340 (cita a pie de página)

Derecho Procesal Penal | 20


Imputado. Por ello justamente, una de las finalidades de la primera etapa del proceso
es la de definir a la persona del Imputado (ver art. 189 del C.P.P.S.).

En efecto, dentro de la Instrucción existe un primer momento crítico que es el de la


resolución de la situación del imputado (en la que caben tres posibilidades: Auto de
Procesamiento, Auto de Falta de Mérito o Auto de Sobreseimiento -ver arts. 295; 298 y
324 del C.P.P.S.). El auto de procesamiento, tiene por principal función la de determi-
nar con precisión a la persona del Imputado. Sucede que partir de ese momento pro-
cesal, la Relación Jurídica no puede avanzar a otras etapas si el imputado no se en-
cuentra definido.

I.B. SUJETOS EVENTUALES:

Son aquellos cuya presencia no es determinante para que exista una Relación Jurídi-
ca Procesal Penal. Ellos, son:

I.B.1. El Actor Civil, que es aquél que demanda la restitución de la cosa obtenida por
el delito, su compensación o la indemnización de los daños que aquél provocó. Puede
suceder que intervengan varios actores civiles.

I.B.2. El Demandado Civil: Es la persona que responde directa o indirectamente por


el daño causado por el delito. Puede ser demandado civil el Imputado (quien responde
directamente) o bien, puede ser demandado civil otra persona vinculada al imputado -
como sería el caso de su empleador- (quien responde indirectamente por el daño cau-
sado por el delito cometido por su dependiente -ver art. 1.113 del C.C.). Estos sujetos
se encuentran contemplados en los arts. 14 y ss., y 77 y ss. del C.P.P.S.

I.B.3. El Querellante Conjunto: Es "la persona damnificada directa por el delito de


acción pública" (ver art. 77 in fine del C.P.P.S.), que ejerciendo el derecho de consti-
tuirse en parte querellante, tiene las facultades coadyuvantes (a las del Actor Penal
Esencial) de impulsar el proceso, proporcionar elementos de prueba pertinentes y úti-
les, asistir a los actos del proceso, efectuar alegaciones y recurrir en los casos y for-
mas previstas para los representantes del Ministerio Público Fiscal (ver arts. 77; 81 y
cc. del C.P.P.S.).

I.C. SUJETOS AUXILIARES:

Son los Secretarios del Juzgado, Defensores del Imputado y los Mandatarios de las
Partes Civiles (ver arts. 113, 94 y ss. del C.P.P.S.).

Clase Nº 5

RECAPITULACIÓN:

En esta unidad pretendemos transmitir los conceptos básicos del Derecho Procesal
Penal.

Habíamos dichos que estábamos intentando desarrollar una teoría acerca de la natu-
raleza del proceso penal; una teoría que nos permita captar su esencia, constituida por
relaciones nacidas entre los distintos sujetos que intervienen en el proceso, en virtud
del ejercicio de derechos y potestades (facultades de cumplimiento obligatorio), y del
cumplimiento de obligaciones, que el Derecho Procesal Penal les acuerda o les impo-
ne.

Derecho Procesal Penal | 21


Con tal intención, habíamos elegido la teoría de la Relación Jurídico Procesal Penal y
habíamos dichos cuales eran sus sujetos esenciales: El Tribunal, el Actor Penal (que
por lo general está representado por el Ministerio Público Fiscal y hoy puede ser even-
tualmente coadyuvado por un querellante particular) y el Imputado. Tenemos como
sujetos eventuales al Actor Civil, al Demandado Civil y al Querellante Conjunto.

En relación al Tribunal, les mencioné que éste puede estar encarnado por el Juez de
Instrucción, los distintos Tribunales de Juicio y el Juez de Ejecución. Les hablé igual-
mente de los tribunales de revisión que son la Cámara de Acusación y la Corte de Jus-
ticia.

Vemos ahora la medida y el alcance estrictamente formal con que pude utilizarse el
término de "parte", al aludir a los sujetos esenciales del proceso penal.

II. Concepto de parte dentro del Proceso Penal

En el proceso penal, el término "parte" se encuentra bastante restringido; técnicamen-


te podría decirse que su uso es impropio. Sin embargo, desde un punto de vista for-
mal, la designación de "parte" es aceptable y, de hecho, muy habitual.

Si vamos a analizar lo que significa "parte", no podemos dejar de aludir a la clásica


definición de Chiovenda en el ámbito del proceso civil, para quien "parte" es: "Todo
aquel que pide en nombre propio o en cuyo nombre se pide, la actuación de una vo-
luntad de la ley y aquel en contra del cual se pide" 23.

Ahora vamos a ver que dentro de los sujetos que tenemos en la relación procesal pe-
nal, obviamente el Tribunal no es parte. Él es justamente quien tiene a su cargo la
propia actuación de la ley.

Por su lado, el Fiscal no pide en nombre propio sino en nombre del Estado, porque a
él no le interesa en realidad la aplicación concreta de la pena, le interesa in abstracto
el cumplimiento efectivo de la ley. Podría decirse que el Ministerio Público Fiscal pide
en nombre del Estado el cumplimiento de la ley penal (pero no pide en nombre propio
como pediría el actor de un juicio civil).

Otra característica fundamental que termina de eliminar la posibilidad de hablar de


"parte" en este caso (cuanto menos en el sentido definido por Chiovenda), es que el
Ministerio Público Fiscal, al actuar como actor penal, no es un acusador a ultranza.

El Ministerio Público Fiscal, fundamentalmente tiene como misión el descubrimiento de


la verdad real y dentro de esa función de descubrir la verdad y de controlar la aplica-
ción de la ley, "debe" incluso pedir la absolución del inocente.

Ese carácter de imparcial que tiene el Ministerio Público Fiscal frente a la actuación de
la ley y frente al descubrimiento de la verdad real, justamente se contradice con el es-
tatus de "parte". En tal sentido, resulta ilógico hablar de una "parte" "imparcial".

Respecto del imputado, si bien es -entre los sujetos esenciales- la figura más aproxi-
mada a lo que sería una "parte" en el sentido de Chiovenda, el imputado tiene otra
característica que hace que no pueda llamarse parte propiamente. En efecto, el impu-
tado no tiene disponibilidad respecto de la pretensión o contenido material del proce-
so, incluso el imputado no puede finiquitar el proceso allanándose a la pretensión con-
traria.

23
“Instituciones”, T II, pág. 264.

Derecho Procesal Penal | 22


La confesión del imputado no puede provocar que el proceso penal termine sin descu-
brir la verdad real. Aún con la confesión del imputado el Actor Penal no queda releva-
do de la prueba, el proceso penal debe continuar hasta que se descubra la verdad
real. Debe averiguarse si verdaderamente el imputado ha sido el autor del delito (y no
está encubriendo a otra persona, como es muy habitual). El orden público involucrado
así lo exige.

Por otra parte, cuando estudien los medios de prueba advertirán que la declaración del
imputado no es un "medio de prueba" sino un "medio de defensa". Aunque, la doctrina
moderna ha sostenido con razón que, si bien se trata de un "medio de defensa", puede
constituir eventualmente un elemento de convicción, cuando resulte confirmada por
otros elementos de prueba (Además, no puede perderse de vista que la declaración
indagatoria es una de las principales "Fuentes de Prueba", a tenor de lo dispuesto por
el art. 293 del C.P.P.S.).

Finalmente nos quedan los sujetos eventuales de la relación procesal penal, es decir
el actor civil y el demandado civil, que son los únicos respecto de los cuales podemos
hablar de "parte" con propiedad técnica.

En síntesis, la terminología más adecuada y más propia es la de "sujeto del proceso


penal". Sin embargo, según se dijo, desde un punto de vista formal es comúnmente
aceptable hablar de "parte" (de hecho el propio código procesal, utiliza esa terminolo-
gía muy a menudo).

Clase Nº 6

III. Objeto de la Relación Procesal Penal

Habíamos encontrado en la naturaleza del proceso penal una "Relación Jurídica" y


luego habíamos analizado los sujetos que la integran; veamos ahora cuál sería el "ob-
jeto" que los vincula.

Se habla de "objeto" en este caso como "objeto sustancial", para aludir a la materia
sobre la cual versa la relación entre los sujetos.

Esa materia está determinada por la "Idea de un Hecho que se presume delictivo".

Recordemos que el proceso penal se inicia a raíz del acaecimiento de un hecho pre-
suntamente delictivo, del cual se da razón al Juez para que reestablezca el orden jurí-
dico prima faccie transgredido, mediante la promoción de la Acción Penal.

Frente a tal requerimiento, el Juez verifica los presupuestos de su intervención y se


avoca a esa tarea, dando comienzo propiamente a la Relación Jurídico Procesal Pe-
nal.

Ahora bien, el "objeto sustancial" sobre el cual va a versar toda la relación entre los
sujetos, está constituida justamente por esa "idea de hecho" que el proceso tiende a
verificar (recién en la sentencia se va a definir si el hecho ocurrió o no; recién enton-
ces, en la condena, se podrá afirmar, no una idea de hecho, sino le existencia demos-
trada del acontecimiento histórico).

Mientras tanto, desde el punto de vista jurídico, sólo hay una idea de hecho delictivo,
conforme lo establece el Principio Constitucional de Presunción de Inocencia (mal lla-
mado así, dado que en verdad se presume la culpabilidad del imputado. En rigor, lo

Derecho Procesal Penal | 23


que las normas constitucionales consagran es un "estado Jurídico de Inocencia que
solo puede caer por sentencia condenatoria firme).

Ínterin del proceso solo se pude afirmar respecto del imputado la autoría de un hecho,
pero como idea posible; incluso, hasta como idea probable (en el auto de procesa-
miento) pero no categórica.

Tanto es así que, si al resolver por ejemplo el Juez de Instrucción la situación del
imputado verifica que el hecho no se ha cometido no podría decirse que el proceso
penal, durante todo este período, ha acrecido de objeto. Repito: El objeto de la rela-
ción procesal penal es la idea de un hecho, independientemente de que se termine por
verificar su existencia o no.

RELEVANCIA: La determinación del "objeto" tiene influencia sobre la imputación del


órgano que promueve la acción, sobre la investigación a cargo del órgano jurisdiccio-
nal, sobre la discusión que van a tener los otros sujetos de la relación procesal penal
y, tiene influencia también, sobre la decisión del tribunal competente.

- En efecto, tiene especial vinculación con el acto de promoción de la acción porque


éste, en realidad determina esa idea de hecho, determina cuál es el ámbito fáctico a
investigar, a discutir y a resolver.

- Consecuentemente, la investigación del Juez de Instrucción, también va a circuns-


cribirse a esa idea de hecho propuesta en la promoción de la acción. Incluso des-
pués, en la Requisitoria Fiscal de Elevación de la Causa a Juicio, es severa la exi-
gencia del Código Procesal Penal para que se determine con absoluta precisión esa
idea del hecho y se otorgue una base fáctica firme al debate (ver art. 341 último pá-
rrafo del C.P.P.S.) que garantice la defensa.

Esa base no puede modificarse (salvo por una intervención del Ministerio Público
ampliando la requisitoria de elevación a juicio -ver arts. 386 y 406 del C.P.P.S.), de
manera que la discusión durante la etapa del juicio plenario debe circunscribirse ex-
clusiva, formal y casi ritualmente a ese objeto, a esa idea de hecho propuesta en la
promoción de acción.

- A su vez, debe ajustarse también al objeto de la Relación Jurídico Procesal Penal, la


discusión entre las partes (o sujetos no jurisdiccionales): El Ministerio Público y el
imputado; incluso también delimita la discusión fáctica entre el actor civil y el deman-
dado civil.

- Finalmente, la sentencia debe recaer exclusivamente sobre esa idea de hecho. No


puede versar sobre otra situación fáctica porque en tal caso, apartándose de lo pro-
puesto por el actor penal, discutido y probado en juicio, la sentencia violaría el prin-
cipio de "Inviolabilidad de la Defensa" (ver art. 406 del C.P.P.S. antes aludido).

Sucede que, si alguien que es acusado por robo termina condenado por homicidio, se
habrá visto privado de poder defenderse de un modo real. El acusado por robo, se
defiende de un desapoderamiento mediante fuerza en las cosas o violencia en las
personas, respecto de ello produce prueba y, finalmente alega. De tal modo, si el Juez
lo condena por homicidio, se burla de todo el esfuerzo defensivo, y su garantía consti-
tucional termina siendo una farsa.

Sin embargo, en este punto hay que prestar mucha atención y advertir que esa limita-
ción a introducir modificaciones -que puedan tomar a las partes por sorpresa-, está

Derecho Procesal Penal | 24


referida solamente a la "idea de hecho". La "calificación jurídica" de esa idea de hecho
se pude variar, es absolutamente provisoria.

Se puede iniciar un proceso penal, calificando la idea de hecho delictiva como "hurto"
y, luego, terminarlo con una sentencia condenatoria en donde se califique al mismo
hecho como "robo" (o a la inversa). Ello, siempre que la idea de hecho con que se
inició el proceso sea la misma que contiene la sentencia que lo termina. En tal caso, lo
que varía es el nombre jurídico que se le ha dado en definitiva al mismo hecho impu-
tado, intimado, probado y debatido. No se toma a las partes por sorpresa.

DEFINICIÓN: Siguiendo a Alfredo Vélez Mariconde, podemos definir al objeto de la


relación procesal penal como: "La representación conceptual de un acontecimiento
histórico que se presume jurídicamente relevante".

DISTINCIONES EN SU INTEGRACIÓN: La óptica de consideración jurídica que ha-


gamos de ese objeto, nos permite distinguir un "Objeto Principal" y otro "Objeto Ac-
cesorio". En efecto, si consideramos al hecho desde el punto de vista del Código Pe-
nal, hablaremos del Objeto Principal y, si lo consideramos eventualmente desde el
punto de vista del Código Civil, hablaremos del Objeto Accesorio o Eventual.

Clase nº 7

Distinciones en el Objeto Principal


Por otra parte, en el análisis del "objeto principal" de la relación jurídico procesal va-
mos a distinguir "Cuestiones de Hecho" y "Cuestiones de Derecho".

Esta distinción es fundamental a la hora de determinar la viabilidad del Recurso de


Casación, el cual se encuentra previsto en nuestro sistema procesal solamente pa-
ra las cuestiones de derecho (ver art. 466 del C.P.P.S.).

Las cuestiones de hecho no son revisables en segunda instancia. En efecto, no


existe una nueva instancia para las cuestiones de hecho en razón de la "oralidad"
con que se recepciona su prueba en el proceso penal. La gran mayoría de los ele-
mentos de convicción no consta en escritos 24 sobre los cuales revisar su valoración
de la 1ª instancia, lo cual determina justamente que esa instancia sea, además de
primera, "única" en materia de hechos (según analizaremos más adelante).

La distinción entre cuestiones de hecho y de derecho también tiene relevancia


cuando se analiza la aplicación del principio IN DUBIO PRO REO (en virtud del
cual, ante la duda, el juzgador debe estar por la solución más favorable al impu-
tado). Ello, en la medida de que solo puede existir duda justificada sobre lo fáctico
(que se encuentra sujeto a prueba). Lo jurídico no está sujeto a prueba ni a duda;
en ese ámbito, el juzgador se encuentra vinculado por el principio "Iuria Novit Cu-
ria".

Igualmente es relevante la distinción de las cuestiones de hecho y de derecho en la


aplicación del Principio "Non Bis in Idem", en virtud del cual nadie puede ser perse-
guido penalmente dos veces por el mismo hecho. La aplicación de este principio
exige la presencia de la triple identidad: de Objeto (que el hecho que se persigue
sea el mismo), de Sujeto (que el sujeto que se persigue por aquel hecho también
sea el mismo) y de Causa (que la pretensión jurídica de persecución igualmente

24
Incluso, aún la prueba documental agregada al expediente, se incorpora al debate mediante lectura para habilitar su conside-
ración (ver art. 397 del C.P.P.S.).

Derecho Procesal Penal | 25


sea idéntica -en este caso penal-. Puede ocurrir que el mismo sujeto sea persegui-
do nuevamente por el mismo hecho, pero no ya penalmente, sino administrativa-
mente por su condición de empleado público por ejemplo).

Bien puede una persona ser condenada penalmente y después por el mismo hecho
ser perseguida administrativa o civilmente (o por otra consecuencia jurídica). En-
tonces no va a proceder el principio "NON BIS IN IDEM", pues si bien hay identidad
de cuestiones de hecho, no habrá identidad de cuestiones de derecho.

En las cuestiones de hecho deben distinguirse por su parte "Cuestiones de Hecho


Objetivas" y "Cuestiones de Hecho Subjetivas".

En las "Cuestiones de Hecho Objetivas", los sujetos de la relación procesal penal de-
ben verificar la existencia o no del hecho, trátese de una acción o de una omisión.

Deben verificar las circunstancias de lugar, tiempo y modo en que ha ocurrido el acon-
tecimiento histórico que se presume delictivo, en tanto y en cuanto sean jurídicamente
relevantes, es decir que tengan importancia a los efectos del derecho.

Deben individualizarse a los sujetos intervinientes en esa idea de hecho, los sujetos
pasivos y los activos, las condiciones personales objetivas de los mismos como por
ejemplo el parentesco que pueda existir entre ellos, la relación de amistad o enemis-
tad, etc..

Finalmente el resultado del hecho.

En definitiva, se consideran dentro de éste ámbito todas las circunstancias materiales


de un hecho que puedan resultar relevantes para el Derecho Penal.

La importancia de la determinación de las circunstancias de lugar, tiempo y modo radi-


ca en que en base a estas el Código Penal de fondo determina si el hecho encuadra
dentro de un tipo delictivo.

Las relaciones objetivas existentes entre víctimas y victimarios -como es el caso del
parentesco-, pueden dar lugar a calificación en tipos delictivos agravados.

El resultado o entidad del daño causado por el delito también es de fundamental im-
portancia para determinar la pena entre los mínimos y máximos previstos por el código
penal.

Para terminar con el análisis de las cuestiones de hecho, hay que analizar las "Cues-
tiones de Hecho Subjetivas" (pues el ánimo, determinación, comunicación con que
actuaron los autores de un delito, son condiciones fácticas).

En el análisis de estas, hay que verificar las condiciones morales del autor, que tam-
bién resultan sumamente relevantes a los fines del art. 41 del Código Penal (para de-
terminar la pena entre los mínimos y máximos previstos en abstracto por la ley penal
de fondo. En efecto, para determinar entre el mínimo y el máximo y entre todas las
posibilidades intermedias, el art. 41 del C.P. establece que hay que valorar las circuns-
tancias personales y morales del imputado).

Después hay que analizar las circunstancias psíquicas del imputado, a los efectos de
verificar la imputabilidad, es decir si actuó con dominio de sus facultades mentales;
verificar la culpabilidad, es decir si actuó con intención en ese hecho concreto y, fi-
nalmente, en el caso de que hubieran participado varios sujetos en el hecho investiga-

Derecho Procesal Penal | 26


do, verificar si hay comunicabilidad o acuerdo de voluntades entre ellos. Estas cir-
cunstancias pueden definir la aplicabilidad de un tipo penal agravado o uno atenuado;
incluso, de un eximente de responsabilidad.

Refiriéndonos ahora a las "Cuestiones de Derecho" diremos que, en líneas genera-


les, estas estriban en determinar si se puede aplicar o no la ley penal; es decir si exis-
te posibilidad de "subsunión".

Recordemos que todo el proceso penal ha sido justamente creado para determinar
cómo es el hecho en concreto que va a ser captado por lo ideal y abstracto de la nor-
ma penal de fondo o, dicho de otro modo, cómo el derecho penal abstracto va a bajar
a la realidad del hecho concreto.

Ello se conoce con el nombre de proceso de subsunción, es decir de bajada de las


ideas a la realidad de los hechos, que se ejecuta con el auxilio de un método silogísti-
co.

Concretamente vamos a verificar -en las cuestiones de derecho- la posibilidad de sub-


sunción frente al hecho concreto. Se trata de la evaluación o calificación jurídica, de la
determinación de la sanción y de la medida o extensión de ésta.

En conclusión, se trata de poner el hecho frente a la norma jurídica.

Finalmente, vamos a ver el "Objeto Accesorio", es decir la idea de hecho analizada


desde el punto de vista del Derecho Civil. Esta consideración tiende a determinar la
existencia del daño causado por el delito, la posible restitución de la cosa obtenida por
el mismo, su reparación o bien, la indemnización. Ello, aun cuando siempre corres-
ponde verificar la existencia de ese daño, porque resulta necesario a los efectos de la
aplicación del art. 41 del C.P., es decir a los efectos de determinar la pena.

En rigor, en éste punto, se quiere poner de manifiesto que la idea de hecho eventual-
mente va a considerarse -dentro del proceso penal- en miras de la restitución de la
cosa, reparación o indemnización de los daños causados por el delito, atento la posibi-
lidad de que los jueces penales se pronuncien a ese respecto, ante la instancia del
damnificado y en función de lo establecido por el art. 29 del Código Penal de la Nación
(que obliga a las provincias a regular en sus códigos procesales penales el instituto de
la Actoría Civil, que estudiaremos en la unidad correspondiente).

Contenido de la Relación Jurídico-Procesal Penal


El contenido de la Relación Jurídico-Procesal Penal, está constituido por el cúmulo de
poderes (derechos y potestades) que corresponden a los sujetos que en ella intervie-
nen. Ellos son, según habíamos visto, los que se encuentran en la base de cada acto
procesal, justificándolos. Habíamos señalado también que el ejercicio de tales poderes
es lo que determina los vínculos constitutivos de la relación jurídica independiente o
autónoma de la del derecho de fondo.

Ahora bien, analizando la naturaleza de estos poderes podremos distinguir un "Conte-


nido Principal" y un "Contenido Accesorio" y, por su parte, en cada uno de ellos, el
"Contenido Material" y el "Contenido Formal". En efecto:

El "Contenido Principal", está determinado por los poderes del derecho penal y del
derecho procesal penal que se orientan al "Objeto Principal" del proceso.

Derecho Procesal Penal | 27


Por ello distinguimos en él, el "Contenido Material" del "Contenido Formal". El primero,
está conformado por los poderes que el derecho penal de fondo otorga a los sujetos
procesales. Es el caso de las acciones penales de los arts. 71; 72 y 73 del C.P. (Alfre-
do Vélez Mariconde los designa como los poderes de "pretensión jurídico-penal"), que
en la mayoría de los casos son de carácter indisponible para los sujetos procesales
(Salvo el caso de especiales institutos como el de la suspensión del juicio a prueba -
art. 76 bis y ss. del C.P., solo resultan disponibles las potestades reservadas por el art.
73 del C.P. a los particulares).

El "Contenido Formal", se encuentra determinado por los poderes que el derecho


procesal penal confiere a los sujetos de la relación, respecto de las maneras de su
actuación en el proceso (Por ejemplo, derecho de efectuar descargo, de ofrecer prue-
ba y producirla, de merituarla en alegaciones, de recurrir, etc.). Estos poderes, gene-
ralmente en lo que respecta a las partes, se aseguran en el proceso como oportunida-
des correspondientes a determinadas fases, las que -en caso de no aprovecharse en
tiempo oportuno- se pueden perder por caducidad o preclusión; siendo en ese sentido
y con ese alcance disponible.

El "Contenido Accesorio", referido al "Objeto Eventual" por su lado, está determina-


do por el cúmulo de facultades de orden civil, emanadas tanto del derecho de fondo
como del procesal.

Estos son poderes privados y por tanto disponibles. Por eso, Alfredo Vélez Mariconde
recuerda que de allí resulta la afirmación de que "el actor civil tiene poder dispositivo
sobre el contenido 'accesorio sustancial' de la relación" (entiendo yo que también so-
bre el contenido accesorio formal).

CLASE Nº 8

Recordemos una vez más que la teoría que más sistemáticamente explica la esencia
del proceso penal es la que lo considera como una relación jurídica procesal penal.

Dijimos que el explicar la existencia de verdaderos derechos y obligaciones tenía por


fin determinar los límites al poder del juzgador, la verdadera posición del Ministerio
Público dentro del proceso penal y poner de manifiesto el carácter del imputado como
verdadero sujeto de derechos.

Dijimos cuáles eran los caracteres de esa relación jurídico-procesal; nos explayamos
sobre los sujetos que la integran (distinguiendo los sujetos principales, los eventuales
y los auxiliares); precisamos la terminología relativa a SUJETOS y PARTES del proce-
so; estudiamos el "objeto" de la relación procesal (entendido como una idea de hecho
cuya existencia y condiciones debe verificarse a lo largo del proceso); Vimos el "con-
tenido" de la relación procesal (identificando al contenido principal material con las
potestades emanadas del derecho penal de fondo y al contenido principal formal con
las facultades emanadas del derecho procesal penal. Por otra parte, la pretensión de
derecho civil, como contenido accesorio).

Estudiaremos ahora los presupuestos de la relación procesal penal, el modo en que


ésta se constituye y los momentos o etapas de la misma; análisis que, en términos
metafóricos, bien puede considerarse como la observación de una radiografía del es-
queleto del proceso penal.

A este punto, bastante extenso por cierto, intentaré desarrollarlo con sus concretas
manifestaciones en el Código Procesal Penal de la Provincia de Salta. Luego, estudia-
remos los principios de la relación jurídica procesal (constituidos por aquellos linea-

Derecho Procesal Penal | 28


mientos de carácter general que iluminan todo el desarrollo del proceso y a los cuales
hay que hacer una referencia ineludible cuando se pretende determinar el verdadero
sentido y alcance de un acto procesal).

Presupuestos de la Relación Jurídico Procesal Penal


PRESUPUESTOS de la relación jurídica procesal penal, son todas aquellas condicio-
nes previas y necesarias para el nacimiento y desarrollo válido de la relación jurídica
procesal.

Para que los vínculos de la relación que estudiamos se establezcan, resulta indispen-
sable que concurran al proceso en legal forma los sujetos esenciales de esta relación,
ya que sin sujetos verdaderamente no hay relación.

Veremos entonces que LOS PRESUPUESTOS DE LA RELACIÓN JURÍDICA PRO-


CESAL PENAL se vinculan con la presencia de los sujetos esenciales en el proceso,
en la forma establecida por la ley.

Adelantamos entonces que, los Presupuestos, son todos "AQUELLOS REQUISITOS


INDISPENSABLES PARA QUE LA RELACIÓN TENGA SUSTANCIA VÁLIDA Y LEGÍ-
TIMA" 25. Esto es:

1º. LEGÍTIMA CONSTITUCIÓN DEL TRIBUNAL.


2º. INTERVENCIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO EN LOS CASOS QUE LA LEY LO
INDIQUE.
3º. INTERVENCIÓN, ASISTENCIA Y REPRESENTACIÓN DEL IMPUTADO EN LA
FORMA ESTABLECIDA POR LA LEY.

Tal es el carácter de presupuestos de estos recaudos referidos a los sujetos esencia-


les de la relación procesal penal que, todos los Códigos Procesales los establecen
bajo sanción genérica de nulidad (ver Art. 162 C.P.P.Prov.).
Cualquier acto del proceso que se lleve a cabo sin tener en cuenta estos presupuestos
(como cuando el juez interviene sin ser competente por ejemplo, cuando el Ministerio
Público Fiscal no es participado en los momentos procesales que la ley indica o cuan-
do se cumplen actuaciones poniendo en indefensión al imputado), se encuentra gené-
ricamente sancionado de nulidad por nuestra ley procesal.

La nulidad consiste en una sanción procesal que priva al acto de sus efectos propios,
de su eficacia jurídica; por ello dije anteriormente que son requisitos indispensables
para que la relación tenga sustancia "válida" y legítima.

Nacimiento de la Relación Jurídico-Procesal Penal


Adviértase ahora que el proceso civil nace como instancia cuando se pide al juzgador
una determinada actuación de la ley y, nace como litis cuando se corre traslado de la
demanda y esta se contesta (o cuanto menos se vence el término para su contesta-
ción). Ahora bien, en el caso del proceso penal, en el que existen actuaciones policia-
les previas a la intervención del juez y del fiscal, en el que en algunos casos es indis-
pensable una instancia privada (participando la víctima o un tercero como denuncian-

25
G. Leone, Ob. Cit., T I, pág. 234, citado por Vélez Mariconde, Ob. Cit., T II, pág. 162.

Derecho Procesal Penal | 29


te), en el que la policía que inició el expediente de prevención continúa tramitándolo
luego del avocamiento del juez, etc.: ¿En qué momento nace el proceso?

La respuesta a tal interrogante es la siguiente: La relación procesal penal nace en el


instante en que el Juez se avoca al conocimiento del hecho que se presume delictivo y
empieza a dirigir el proceso; pero no porque a él se le ocurra espontáneamente, sino a
instancias del Ministerio Público Fiscal o de la Policía Judicial que son los órganos
predispuestos por la ley como promotores de la acción penal.

Repito entonces, el proceso penal nace cuando en definitiva se promueve la acción


penal y el Juez se avoca a su conocimiento y empieza a dirigir el proceso.

Sin embargo, conviene hacer algunas aclaraciones:

- TITULARES DE LA PROMOCIÓN Y DEL EJERCICIO DE LA ACCIÓN PENAL: De


acuerdo a nuestro ordenamiento y según lo precedentemente adelantado, no todos
ni en cualquier momento pueden promover una acción penal.

En primer lugar deben distinguirse entre los casos de acciones públicas propiamente
dichas (art. 71 del C.P.), acciones públicas dependientes de instancia privadas (art.
72 del C.P.) y acciones penales llamadas privadas (del art. 73 del C.P.).

Mientras las últimas son las únicas cuya "promoción" y posterior "ejercicio" se reser-
van excluyentemente al ofendido (en estas el proceso penal nace cuando se inter-
pone la querella y se perfecciona como relación j.p.p. con la notificación al querella-
do -ver arts. 427; 435 y cc. del C.P.P.S.), las dos primeras deben ser "promovidas"
por el Ministerio Público Fiscal o por la Policía (en su función judicial), sea oficiosa-
mente en los delitos de acción penal pública o sea previa instancia del ofendido, en
los casos de delitos de acción penal pública dependiente de instancia privada.

Luego, ambas acciones penales públicas son siempre "ejercidas" por el Ministerio
Fiscal, con el eventual aporte de la nueva figura del querellante particular adhesivo
de los arts. 77 y ss. del C.P.P.S.

- ¿POLICÍA JUDICIAL O ADMINISTRATIVA?: Sin entrar a evaluar sobre la conve-


niencia o inconveniencia de dotar al poder judicial de un órgano policial bajo su de-
pendencia estructural e institucional (y no solo funcional como sucede en la actuali-
dad), corresponde aclarar también que en nuestra provincia -como en la generalidad
de las mismas- no está instrumentada la policía judicial. Tenemos en ejercicio de al-
gunas funciones judiciales a la policía provincial que depende del Poder Ejecutivo
Provincial, no existiendo hasta el momento en Salta órgano policial alguno que de-
penda del Poder Judicial (pese a la Ley Provincial Nº 6.264 de Creación de la Policía
Judicial, que pretende seguir el sistema de Córdoba y que jamás tuvo instrumenta-
ción en Salta).

En verdad referimos a la policía judicial cuando aludimos a aquella policía que, si


bien depende del Ejecutivo Provincial, realiza la función judicial requirente y/o la fun-
ción de auxiliar de la justicia, después de cometido un delito. Antes de la comisión
del delito, la policía actúa con carácter preventivo, en su genuina función administra-
tiva dependiente del Poder Ejecutivo.

- FUNCIONES JUDICIALES REQUIRENTES DE LA POLICÍA: Las principales fun-


ciones judiciales de la policía, dentro del proceso penal están detalladas en los arts.
179 y ss. de nuestro código procesal penal. Entre ellas se prevé la función requiren-
te, como deber de comunicar de inmediato al juez (o a los fiscales correccionales en

Derecho Procesal Penal | 30


el caso de delitos leves) todos los delitos de que tome conocimiento (art. 182 del
C.P.P.S.).

Esto, mediante un acto de acusación que se llama "Parte Preventivo" y sin perjuicio
de haber iniciado una actividad investigativa previa, destinada a impedir que los ras-
tros del delito sean destruidos, sustraídos o alterados; obstaculizando o impidiendo
la investigación (incluso evitando -por iniciativa propia- que los delitos cometidos
sean llevados a consecuencias ulteriores -ver arts. 179 y 180 del C.P.P.S.).

Las actuaciones previas originan un sumario de prevención policial que tiene carác-
ter administrativo y que se extiende hasta que el juez de instrucción se avoca y co-
mienza a dirigir el proceso. Por eso mismo se trata de actuaciones pre-procesales,
aun cuando sean la génesis más común de los procesos penales. Una vez que el
juez se avoca y nace el proceso penal, la policía continúa interviniendo en la tramita-
ción de numerosas actuaciones procedimentales (para las que incluso, en muchos
casos, mantiene el expediente radicado en sus dependencias), pero ya con carácter
de auxiliar (ver art. 182, 2do párrafo y ss. del C.P.P.S.).

- NACIMIENTO DEL PROCESO SIN UN SUJETO ESENCIAL: El proceso penal pue-


de iniciarse sin la presencia de uno de los sujetos esenciales: "el Imputado" (de he-
cho es muy habitual que así suceda). Ello, puede obedecer a la circunstancia de que
se ignore quién es el presunto culpable (justamente uno de los fines específicos de
la etapa preparatoria es determinarlo -ver art. 189 inc. 3 del C.P.P.S.), o que éste
hubiere evadido la acción de la justicia (ver arts. 278 y ss. del C.P.P.).

En este caso, aunque imperfecta, igualmente nace válida la relación procesal penal.
Ello, con la limitación de que no podrá avanzar a otras etapas procesales, en tanto
no se haya individualizado y/o hecho comparecer al imputado. En rigor, no existe
proceso penal en rebeldía.

Ahora bien, cuando el Juez toma razón del acaecimiento de un hecho delictivo me-
diante correspondiente acusación (o promoción de acción), debe verificar si concurren
las condiciones o presupuestos para proceder y, si así fuere, recién entonces queda
habilitado para dirigir el proceso. En ese momento en que el juez se avocó al conoci-
miento de la causa y la comenzó a dirigirla, nace la Relación Jurídico-Procesal Penal.

Recapitulando entonces, el acto de promoción de acción por la Policía se llama "Parte


Preventivo"; mientras que el acto promotor de acción del Fiscal se llama "Requerimien-
to de Instrucción" en los delitos graves y "Requerimiento de Juicio" en los delitos leves
(del actual procedimiento sumario).

Clase Nº 9

Fases o momentos de la Relación Procesal Penal


Podemos distinguir en el proceso penal una "Etapa Cognoscitiva" y otra "Etapa Even-
tual de Ejecución" (que es eventual, porque depende de que la sentencia resulte con-
denatoria).

En la primera etapa se intentará conocer la verdad de un hecho que se presume delic-


tivo. En la segunda, se aplicará o hará cumplir la sentencia condenatoria a la que se
hubiere arribado en la etapa cognoscitiva.

Derecho Procesal Penal | 31


I. Etapa cognoscitiva: sub-etapas

La primera etapa (la cognoscitiva) se subdivide en dos sub etapas. La primera es:

I.A. "SUB-ETAPA PREPARATORIA":

Es eventual (actualmente no se cumple en el caso de los delitos leves cuyo juzga-


miento tramita por el Procedimiento Sumario), y tiene por fin especial el de dar base a
la acusación (en ello confluyen prácticamente todos fines señalados en el art. 189 del
C.P.P.S.). Se trata de una etapa predispuesta para que el estado cumpla con mayor
eficiencia la función que le es esencial y exclusiva, de reprimir los delitos 26.

Esta etapa, comúnmente conocida como la INSTRUCCIÓN, ha sido definida por Alfre-
do Vélez Mariconde, como la "Fase eventual y preparatoria del juicio, que cumple un
órgano jurisdiccional en virtud de excitación oficial (de la Policía o del Ministerio Públi-
co) y en forma limitadamente pública y limitadamente contradictoria para investigar la
verdad acerca de los extremos de la imputación penal y asegurar la presencia del
imputado, con el fin (específico) de dar base a la acusación o determinar el sobresei-
miento" 27.

En esta etapa distinguiremos:

I.A.1º. Una "Fase Inicial", destinada a la comprobación judicial de los presupuestos


procesales.

Así, en la etapa que llamaremos inicial, el juez debe hacer una verificación de la con-
currencia de los presupuestos y de los requisitos y condiciones de la acción.

Por ejemplo, puede ocurrir que la acción haya sido promovida por quien no podía ha-
cerlo (como sucede cuando una persona capaz, víctima de una violación no denuncia
tal hecho y, a pesar de ello, la policía o el Ministerio Público promueven acción). En el
ejemplo, estos órganos no pueden promoverla porque se trata de una acción depen-
diente de instancia privada y los únicos habilitados para remover ese obstáculo son el
damnificado y los sustitutos autorizados en el art. 72 del C.P.

También debe hacerse durante esta etapa una primera valoración, para determinar si
el hecho por el que se promueve acción encuadra en un tipo penal (art. 191 C.P.P.S.).

Esta valoración implica realizar un juicio de "posibilidad" lo que nos conduce a tra-
tar, aunque sea someramente, los diferentes estados psicológicos exigidos al juz-
gador en los distintos tipos de resoluciones.

Dichos estados de convicción pueden oscilar desde la simple "posibilidad" de que el


hecho se hubiere cometido y encuadre en una figura penal, hasta la convicción ple-
na de "certeza" de que el hecho verdaderamente ocurrió. Ello, pasando por otras

26
En efecto, la ley procesal penal no solo predispone sujetos oficiales (Policía y Ministerio Fiscal) a reaccionar espontánea-
mente ante la comisión de un delito y requerir la actuación del órgano jurisdiccional competente para reestablecer el orden
jurídico-penal, sino que también establece una etapa procesal preparatoria que tiene por fin particular dar base a la acusa-
ción. Esto es, dotar de mayor eficiencia a los órganos encargados de la persecución penal reservada por el estado (confor-
me los antecedentes históricos del Código Procesal Penal Mixto, de Francia, de 1908). Sin embargo, las estadísticas del úl-
timo cuarto de siglo evidenciaron que la gran mayoría de los procesos penales se prescriben por inactividad en la etapa pre-
paratoria (lo cual alcanzó niveles alarmantes en los delitos leves), determinando paradójicamente que en virtud del mismo
principio de eficiencia, la tendencia actual sea la eliminación de la etapa preparatoria, cuanto menos en los delitos leves.
27
Ob. Ci. T II, pág. 130.

Derecho Procesal Penal | 32


posibilidades intermedias de conocimiento, en la que el juez llega a convencerse
solo parcialmente de la existencia de los sucesos.

En una revisión de la escala de esas situaciones cognitivas, puede decirse que en


el primer peldaño se encuentra la mera "POSIBILIDAD" de la existencia del hecho
delictivo. Basta que exista algún elemento que afirme el hecho delictuoso para que
nos encontremos en esa situación (es suficiente para que el juez se avoque al co-
nocimiento de un delito y comience a dirigir el proceso).

El segundo peldaño lo tenemos en la "DUDA", que es el estado anímico al que se


llega cuando nos encontramos frente a elementos que señalan que el hecho se
cometió; pero a la par de otros que indican contrariamente que el hecho no ocurrió
y ambos se encuentran en un pie de igualdad (es exigida para dictar Auto de Falta
de Mérito -art. 298 del C.P.P.S.).

Otro nivel es el de la "PROBABILIDAD" donde el sujeto tiene a su disposición más


elementos que afirman el hecho que los que lo niegan y, en virtud de ello puede
concluirse que resulta "probable" que el hecho aconteció (es exigida para dictar Au-
to de Procesamiento -art. 295 del C.P.P.S.).

Finalmente, la "CERTEZA" que es el estado de convicción en la que el sujeto con-


sidera que se ha logrado la demostración plena del hecho considerado, sin que
concurran circunstancias que autoricen duda alguna (es exigida para dictar "Con-
dena", en virtud del Principio "In dubio pro reo" Art. 4 del C.P.P.S.).

Para poder rechazar el requerimiento fiscal de instrucción o el parte preventivo poli-


cial (lo mismo que sucede en principio para dictar Auto de Sobreseimiento), el juez
debe tener un grado de certeza negativo. Ello equivale a decir que el Juez debe dar
curso inicial a la pretensión penal en tanto exista una sola "posibilidad" de que el
hecho que la motiva se hubiera cometido y encuadre en una figura penal.

Se advierte entonces cómo la exigencia de estos estados de conciencia cognitiva


varían de acuerdo con el tipo de resolución de que se trate.

I.A.2º. "Fase de Desarrollo": Igualmente, dentro de la Etapa Preparatoria, distingui-


remos una fase de "DESARROLLO", que se caracteriza por ser cautelar (tiende a evi-
tar la pérdida de los rastros del delito, evitar la fuga del imputado y reunir los elemen-
tos indispensables para dar base a una acusación eficiente) y porque, en función de
sus fines específicos, el juez instructor es el que dirige el proceso con amplísimas fa-
cultades, de manera parcialmente inquisitiva y secreta.

El Juez de Instrucción se encuentra dotado de las siguientes facultades:

- IMPULSIÓN AUTÓNOMA: Si bien la acción penal debe ser promovida por el Actor
Penal, una vez nacido el proceso de acción penal pública, éste no necesita impulso
de parte. El juez penal lo impulsa sin necesidad de instancias posteriores al acto de
promoción. Tal facultad resulta manifiesta en los arts. 190; 204 y cc. del C.P.P.S. En
lo que respecta a la superioridad del tribunal en materia de actividad probatoria, se
advertirá en el principio general que resulta de los arts. 192, 2º párrafo y 194 entre
otros del mismo C.P.P.S.

- INVESTIGACIÓN AUTÓNOMA: Es una facultad correlativa con la anterior y se mani-


fiesta claramente en los Arts. 189 (sobre los fines particulares de la instrucción) y
190 (que se refiere a la investigación directa e inmediata que "debe" realizar el juez
instructor), ambos del C.P.P.S.

Derecho Procesal Penal | 33


- COERCIÓN: El juez puede adoptar diversas medidas que restrinjan la libertad ambu-
latoria del imputado con el fin de asegurar el cumplimiento de los fines del proceso.
Ver arts. 270 y ss., 300; 296, 207 y 146 entre otros.

Durante la etapa de instrucción las facultades investigativas del juez son amplias, a
punto tal que, si bien las partes pueden proponer medidas probatorias, su producción
queda librada a la decisión irrecurrible del tribunal que las ordenará cuando las consi-
dere pertinentes y útiles (ver arts. 192 y 194 antes citados del C.P.P.S.).

Esta es la limitación más evidente para los sujetos procesales no jurisdiccionales en


la etapa preparatoria, justamente porque -recuérdese- es preparatoria de la acusa-
ción. Se entenderá entonces por qué la limitación de la Defensa, que tendrá acceso
al expediente con posterioridad a la declaración indagatoria y en la medida que no
se hubiere dispuesto el "Secreto del Sumario" (art. 199 del C.P.P.S.). A ello debe
agregarse que el Juez de Instrucción, está facultado incluso a excluir a la Defensa
de presenciar y/o participar de los actos de la instrucción (ver art. 197 del C.P.P.S.).

Estas características -evidentemente inquisitivas- están racionalmente justificadas


si se comprende que la etapa que tratamos es preparatoria del juicio y no el propio
juicio garantido por el art. 18 de la Constitución Nacional y que, por tal motivo, los
actos de esta etapa solo dan base a la acusación, no a la sentencia. Se trata de
una etapa predispuesta por el estado para hacerse más eficiente en la investigación
y persecución de los delitos, pero no para cumplir con la garantía constitucional del
"Juicio Previo" 28. Ese es el alcance verdadero de esta etapa procesal y del carácter
preeminente del juez de instrucción, que se funda en definitiva en el interés público
en descubrir la verdad real.

Ahora bien, identificado el alcance de la preeminencia del interés público por el


descubrimiento de la verdad en la etapa preparatoria, advertiremos entonces sus
límites con nitidez.

Sin embargo, frente a esta primacía otorgada al interés público por la "política legislati-
va", existen dos institutos fundamentales en la etapa preparatoria de instrucción, que
ubican las cosas en su lugar poniendo el límite "dogmático-jurídico" a los referidos
caracteres inquisitivos. Ellos, son 1º) La protección de la Defensa en los "Actos y He-
chos Irreproductibles" y 2º) La protección efectiva de la Defensa Material, con el insti-
tuto de la "Evacuación de Citas".

- En efecto, el primero de los límites jurídicos resulta de la imposibilidad de que los


actos de la instrucción den base a la sentencia (a menos que sean incorporados le-
galmente en el debate, con pleno control de la Defensa), dado que están orientados
a fundar la acusación.

Como corolario de esa circunstancia, advertiremos también que, si en esa etapa pre-
paratoria se cumplen actos probatorios de carácter "Irreproductibles y Definitivos", de-
berá darse obligadamente posibilidad de control a la Defensa (sin que pueda primar
sobre ella limitación alguna fundada en el interés público). Sucede que, si se coarta la
posibilidad de que la Defensa controle esos actos en la etapa preparatoria, se termina
por derogar la garantía de Inviolabilidad de la Defensa en Juicio, atento que ese tipo
de actos no podrá reproducirse en el Juicio Oral o Plenario (en el que recién la Defen-
sa actuará con plenitud).

28
Por ello es que esta etapa se puede eliminar de los códigos procesales sin que se vea afectada la garantía constitucional
aludida. De hecho así ha sucedido en nuestro sistema provincial para los delitos leves.

Derecho Procesal Penal | 34


En efecto, si se practicara un acto irreproductible, sin conceder posibilidad de control a
la Defensa, se excluiría por completo la intervención oportuna del imputado para de-
fenderse y, consecuentemente, resultaría aplicable el art. 162 inc. 3º del C.P.P.S. (so-
bre nulidades de orden general), privando al acto de sus efectos, por haberse cumpli-
do sin el "presupuesto" de la debida intervención del imputado.

Pero incluso más, tal es la relevancia de la situación en análisis que el legislador ha


debido establecer la sanción de nulidad en forma expresa y específica para el caso, en
los arts. 195 y 196 del C.P.P.S. 29

- En segundo lugar, en cuanto respecta a las facultades de las partes para introducir
pruebas en ésta etapa de desarrollo de la preparación o instrucción, éstas solo tie-
nen la facultad de proponerla y el juez la provee cuando las considera pertinentes y
útiles, conforme arts. 192 y 194 del C.P.P.S.

Frente a estas amplísimas facultades probatorias del instructor, encontramos la otra


limitación al carácter inquisitivo de esta etapa: el Principio de "Evacuación de Citas",
consagrado en el art. 293 del C.P.P.S. En virtud del mismo, los jueces deben investi-
gar los hechos y circunstancias a los que le imputado se haya referido en su declara-
ción indagatoria.

En esta norma, se prevé el único caso en que la Defensa y el Ministerio Fiscal pueden
requerir una medida probatoria al juez de instrucción, dotados de la facultad de apela-
ción en caso de denegatoria.

De tal modo, obligando a la investigación de los dichos del imputado en su declaración


indagatoria, se asegura a ese descargo como un real y efectivo medio de defensa;
entendiéndolo no solo como derecho a ser oído, sino también a ser efectivamente
considerado.

Retomando y finalizando el tema de las características de la etapa preparatoria de


instrucción sabemos entonces que el director casi absoluto en materia probatoria es el
Juez de Instrucción, sabemos por qué razón de política-legislativa tiene tal primacía y
sabemos cuáles son los límites dogmático-jurídicos de los institutos de "Actos y He-
chos Irreproductibles" y de "Evacuación de Citas" (Los cuales no pueden faltar en las
legislaciones procesales sin violentar las garantías del art. 18 de la C.N.).

Clase Nº 10

I.A.3º. "Fase Crítica": Para poder pasar de la fase preparatoria a la fase definitiva del
proceso, resulta indispensable que el juez de instrucción efectúe una nueva valoración
(previo a la valoración que se encuentra a cargo del Ministerio Público Fiscal, quien
debe formalmente requerir que el proceso avance a la etapa del juicio plenario).

Este juicio de "probabilidad" (que en un principio del proceso estaba referido a la mera
posibilidad delictiva), se expresa a través del análisis de las circunstancias fácticas del
hecho y su comparación o encuadre en un tipo penal descripto por la ley. Si en esa
evaluación, los elementos probatorios reunidos crean en el juez un estado psicológico
de "probabilidad" (esto es, cuando son más los elementos que indican que el hecho
delictivo fue cometido por el imputado, que los que lo niegan), entonces el juez proce-
derá a dictar "Auto de Procesamiento" (ver art. 295 del C.P.P.S.), disponiendo que

29
Ello, en función del antecedente francés de la "Ley Constans", que perfeccionó el Sistema Mixto (que había nacido en el
Código Procesal Penal Francés de 1808 con ese defecto) y que ya se había plasmado en el Código Procesal de Córdoba de
1939, seguido a su vez por nuestro ordenamiento procesal penal y por todos los códigos procesales modernos.

Derecho Procesal Penal | 35


continúe el proceso por existir elementos que justifican la realización de un juicio ple-
nario.

Pero puede suceder que de la valoración de pruebas resulte en el Juez un estado psi-
cológico de "duda", en cuyo caso procederá dictar "Auto de Falta de Mérito" (art. 298
del C.P.P.S.).

Puede ocurrir también que el Juez llegue a la convicción de certeza de que el hecho
investigado no se cometió, no lo fue por el imputado, no encuadra en una figura penal
o bien, media una causa de justificación, inimputabilidad o inculpabilidad o una excusa
absolutoria. En estos supuestos procede dictar "Auto de Sobreseimiento" (art. 324 y
ss. del C.P.P.S.).

Esta primera etapa crítica, según los términos ordenatorios del C.P.P., tiene lugar a los
15 días de prestada la declaración indagatoria del imputado (lo cual pocas veces es
observado por los Tribunales 30), conforme resulta del art. 295 del C.P.P.S.

Esta evaluación jurisdiccional, se complementa con la que compete al Fiscal, cuando


el Juez -después de dictado el auto de procesamiento- estima que la instrucción se
encuentra completa (art. 340 del C.P.P.S.). En esa oportunidad, corre vista al Agente
Fiscal por el término de seis días (prorrogables hasta por otro tanto), para que éste
evalúe: 1º) Si la Instrucción está completa y, en su caso, que diligencias estarían pen-
dientes; 2º) En caso de considerar completa la instrucción, pronunciarse sobre si co-
rrespondería sobreseer, elevar la causa a juicio o cambiar la calificación legal del He-
cho investigado.

Cuando el Agente Fiscal solicita la elevación de la causa a juicio, ejecuta el más pleno
y formal acto de acusación, debiendo -entre otros recaudos- describir una "Relación
Circunstanciada de los Hechos" en que funda esa acusación, bajo pena de nulidad.
Ello, porque es allí donde se delimita definitivamente el "Objeto" de la relación proce-
sal, con todas las connotaciones que este implica según lo señalamos en clases ante-
riores, en especial como garantía para el ejercicio de la defensa (ver art. 341 del
C.P.P.S.).

I.B. "SUB-ETAPA DEFINITIVA":

Concluida la Fase Preparatoria con la elevación de la causa a juicio, se inicia la etapa


que verdaderamente cumple con la garantía del Juicio Previo que impone el art. 18 de
la Constitución Nacional, esto es, la etapa más perfecta del proceso penal. En ella, el
actor penal y la defensa se encuentran en un plano de igualdad, frente a un juez con
plena jurisdicción en posición de árbitro o moderador de la discusión entre las partes
(ya no es un investigador al servicio de la acusación eficiente del estado, sino de un
verdadero juzgador equidistante a las partes).

Este momento, en el que rige plenamente el Sistema Procesal Acusatorio, ha sido


definido por Alfredo Vélez Mariconde, como la "Fase esencial del proceso que se rea-
liza a base de una acusación, en forma contradictoria y prevalentemente oral, pública
y continua, que tiene por fin la defensa material del acusado, la recepción de las prue-
bas pertinentes y útiles, la plena discusión del fiscal y de las partes y la decisión juris-
diccional definitiva sobre el fundamento de las pretensiones que se han hecho valer
mediante las acciones ejercidas" 31.
30
Que habitualmente pierden de vista que la instrucción es una etapa puramente preparatoria, provisoria y cautelar y que por
ello el propio código prevé ese breve plazo para resolver la situación del imputado. En tal sentido, para dictar un auto de pro-
cesamiento, en general los jueces de instrucción se preparan como si fueran a dictar una sentencia definitiva y, obviamente,
los plazos procesales se extienden notoriamente.
31
Ob. Cit., T II, pág. 131.

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Veamos ahora sus distintos momentos particulares:

I.B.1º. Fase Inicial: Es la etapa reservada al control de los presupuestos procesales


por parte del nuevo tribunal interviniente en el proceso. Así como al nacer la relación
jurídico-procesal el juez de instrucción controlaba si estaba habilitado con la corres-
pondiente competencia para actuar y si la acción penal estaba debidamente promovi-
da, lo mismo sucede en esta etapa respecto del Tribunal de Juicio (éste además debe
controlar también si se otorgó la debida intervención al imputado).

I.B.2º. Fase Preliminar: Un segundo momento de la fase definitiva es el que se inicia


con la "Citación a Juicio" de las partes (Que se cumple después de que el Tribunal de
Juicio verificó la concurrencia de los presupuestos procesales) y se extiende hasta la
iniciación del debate oral.

Con el decreto de citación a juicio el Tribunal cita al Ministerio Fiscal y a las Partes
para que examinen el expediente (a cuyos fines se los pone a disposición) y para que
comparezcan en el término de 15 días (ver art. 360 bis del C.P.P.S.), ofrezcan prueba
y planteen las recusaciones que estimen pertinentes. Ello, además de las excepciones
que podrán hacer valer hasta la fijación de la audiencia de debate (art. 364 del
C.P.P.S.).

Se advertirá que aparece el Sistema Procesal Acusatorio en toda su dimensión. El


Tribunal adopta una actitud pasiva de verdadero árbitro, siendo las partes quienes
desarrollarán el grueso de la actividad procesal.

Excepcionalmente el Juez va a tener a su cargo la realización de una INSTRUCCIÓN


SUPLEMENTARIA, cuando existan actos probatorios que deben ser desarrollados con
urgencia y que no pueden esperar el momento procesal del juicio oral (ver art. 363 del
C.P.P.S.).

I.B.3º. Fase de Debate: Después de la etapa de citación a juicio, comienza el "Deba-


te" o "Juicio Oral", que es la etapa más plena o esencial del proceso en cuanto instru-
menta las garantías constitucionales del art. 18 de la C.N. del verdadero "Juicio Pre-
vio", conformado como "Debido Proceso Legal" en el que se asegura la "Inviolabilidad
de la Defensa".

Se trata de una etapa que se cumple "a base de una acusación, en forma contradic-
toria y prevalentemente oral, pública y continua".

Por otra parte, además de los fines generales del proceso (descubrir la verdad real y
actuar la ley penal en concreto), en especial tiene por fin:

a) la defensa material del acusado,


b) la recepción de las pruebas pertinentes y útiles,
c) la plena discusión del fiscal y de las partes"
d) la decisión jurisdiccional definitiva sobre el fundamento de las pretensiones que se
han hecho valer mediante las acciones ejercidas".

Si bien analizaremos con mayor profundidad los caracteres de esta etapa del proceso
penal cuando veamos los principios de la relación jurídico-procesal, adelantemos aho-
ra lo elemental.

- Se Trata de una etapa contradictoria porque en ella, las partes, que se encuentran
en plano de igualdad por virtud del sistema procesal acusatorio, tienen la facultad de
contestar las afirmaciones de la contraria; lo cual debe posibilitar el juzgador median-

Derecho Procesal Penal | 37


te pertinentes traslados (véase como ejemplo característico, el primero de los trasla-
dos que se cumple con la lectura de la acusación, según el mandato del art. 379 del
C.P.P.S.).

- Es oral, pública y continua, en virtud de las exigencias lógicas imperadas por el Prin-
cipio de la Verdad Real, en cuanto demanda la recepción inmediata de la prueba.
Ello, concentrando no solo su recepción, sino también su valoración por las partes -
en la discusión que importan los alegatos-, y el dictado de la sentencia por el tribunal
(ver arts. 369 y 371).

- En esta etapa, no se tiene por reproducida automáticamente la prueba recibida por


escrito en instrucción. Toda la que fuere pertinente y útil de aquella etapa, es nece-
sario reproducirla oralmente, no solo para asegurar en la mayor medida posible el
descubrimiento de la Verdad Real, sino también asegurar el control de la Defensa
del Imputado (que en la fase preparatoria, destinada a dar base a la acusación, no
pudo en muchos casos intervenir).

Es por eso que todas las declaraciones de peritos, de testigos, del imputado vuelven a
reproducirse y a percibirse de forma inmediata por el juzgador y las partes. Excepcio-
nalmente se habilita la incorporación de la prueba por lectura (ver arts. 383; 396 y 397
del C.P.P.S.).

I.B.4º. Fase de Sentencia Definitiva: Si bien la etapa del dictado de la sentencia, por
virtud del sub-principio de concentración integra la fase del Debate, por su especial
trascendencia y caracteres, considerémosla por separado.

Es el momento en que se manifiesta la jurisdicción plena y definitiva del Tribunal,


quien, en virtud de esa su facultad de ejercicio obligatorio, "debe" ineludiblemente pro-
nunciarse inmediatamente después de concluido el debate (y previo acto de delibera-
ción), absolviendo o condenando al acusado.

El acto previo de la deliberación es íntimo y se cumple en sesión secreta del tribunal,


exclusivamente sobre los actos del debate, los que deben evaluarse de conformidad a
las reglas de la sana crítica racional. En los casos de Tribunales Colegiados, estos
deciden por simple mayoría de voto (ver arts. 401 y 403 del C.P.P.S.).

La fase culmina con la lectura de la sentencia que debe cumplirse inmediatamente


después de la deliberación, permitiéndose que en casos complejos, se dé lectura del
veredicto únicamente y se difiera la redacción de los fundamentos hasta un plazo má-
ximo de cinco días (ver art. 405 del C.P.P.S.).

I.B.5º. Fase eventual de Impugnación: Finalmente, cabe la posibilidad de la revisión


de la sentencia definitiva en una eventual impugnación extraordinaria.

En efecto, en virtud del sistema oral, el proceso penal resulta ser de única instancia,
esto significa que su sentencia definitiva no puede ser revisada en virtud de recursos
ordinarios como el de apelación (dado que resulta imposible la revisión de la prueba
recibida con la inmediación de la oralidad).

En contra de la sentencia definitiva solo proceden los recursos extraordinarios de Ca-


sación, Inconstitucionalidad y Revisión (ver arts. 466; 483 y 488 del C.P.P.S.).

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Este material fue elaborado por el Dr. Juan Casabella Dávalos en conjunto a la Dirección de Diseño y Desarrollo Instruccional del Sistema de
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