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La Nueva Leyenda por Mikki Chan - Página 1
La Nueva Leyenda
por Mikki Chan
A manera de prólogo
“La Única Fotografía”

Advertencia: Palabras soeces (¡niños, no las digan!) personaje deslenguado y en abierto motín contra la autoridad.
Sorpresas varias. Remisión al fanfic “el último card captor”.
“A ella le toco esa vida, y se convirtió en señora

se vistió de la amargura, el corazón sin llanto
y una vida oscura.
No le dieron la mirada, que se besa con la luna

la sonrisa fue fingida, la caricia un llanto
todo fue mentira.
Y el alma le cambió, perdió la fé
y respiró venganza cada hora.. cada vez...
Señora a veces la vida, nos lleva a la locura

y solo nos salva el amor y el milagro
aunque algún pedazo nos queda en la duda....
aunque algún pedazo nos queda en la duda....
No le dieron la mirada, que se besa con la luna

la sonrisa fue fingida, la caricia, un llanto
todo fue mentira.
Este archivo se puede encontrar en “Cronicas Card Captor” y “Still for your Love”. Si lo descargaste en otro lado, por favor, denuncialo!
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Y el alma le cambió, perdió la fé

y respiró venganza cada hora, sin saber.
Que el tiempo no te deja ver
como es que siempre vuelve
hacia el principio cada vez

aunque algún pedazo nos queda en la duda...”
Canción: Señora
Intérprete: Francisco Céspedes
Tarah Li echó a correr por los pasillos, buscando a alguien con evidente interés. Era casi la hora de
cenar y tenía que darse prisa. Su madre no solía cocinar con frecuencia y esas croquetas de camarones le
habían parecido evidentemente apetitosas, pero su sorpresa ante la callada figura solitaria en el despacho
la hizo olvidar su cena. De modo que sonriendo y deseando darle un leve susto, la chiquilla de catorce
años avanzó de puntillas hacia la persona sentada en el alto sillón justo de espaldas a ella, y que parecía
concentrada –totalmente absorta- en contemplar algo que traía entre manos.
Moviéndose con cuidado a espaldas de la mujer, los ojos color azul cielo de Tarah vieron aquella
fotografía en manos de su abuela, y la curiosidad hizo que la hija de Sakura y Shaoran Li contemplara con
interés el rostro apuesto de un hombre muy joven que la miraba desde el fondo de aquel retrato.
Era un hombre joven; no, un muchacho aún. Parecía ser alto, y aún siendo sólo una fotografía, Tarah notó
la pálida piel y el rostro de rasgos armoniosos y apuestos donde brillaban dos grandes ojos castaños de
destellos casi cobrizos; un rostro masculino pero a la vez juvenil, rebelde y encantador enmarcado por
el oscuro cabello castaño y una sonrisa apenas perceptible, burlona, casi sardónica y desafiante. La niña
parpadeó, confundida, ya que había cierta familiaridad en los rasgos de aquel muchacho, pero a la vez
estaba segura de no haberle visto jamás. Entonces su mirada recayó sobre la encantadora chica de pelo y
ojos negrísimos que le acompañaba..
- “¡Oh pero que joven tan guapo! ¡y que chica tan linda!” –comentó sin poder contenerse - “¿Quiénes
son, abuelita?” –preguntó notando al fin, con profundo asombro, como el rostro casi siempre pétreo de
Ieran Li estaba surcado de lágrimas- “¡oh abuelita! ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa?” –se asustó rápidamente y
clamó- “¡mamá! ¡mamá!”
- “¡Oh no, Tarah, no! ¡no es nada, yo…!”
La puerta –que recordaba haber cerrado- estaba ahora parcialmente abierta, y ante las voces de la
chiquilla, la hermosa y delicada figura de Sakura Li hizo su aparición, moviéndose de prisa, con alarma.
- “Tarah, ¿Qué pasa?”
- “¡Mamá, creo que la abuela se siente mal!”
La recién llegada se acercó rápidamente a la mujer sentada, mientras Tarah se había puesto de pie
rápidamente y corría las cortinas de las ventanas, revelando –a la luz del día- ante los atónitos ojos de
Sakura como la siempre formidable Ieran Li, la temida e inexpugnable roca del Clan Li, estaba temblando
y sollozando, convertida en un mar de lágrimas que no lograba disimular..
- “¡¿Dama Ieran, que sucede?!” –se espantó, los hermosos ojos verdes dilatados de terror ante el temblor
y los sollozos que la madre de Shaoran Li no podía contener- “¿Qué SUCEDE, QUE PASA?”
- “¡No es nada, perdona, perdona hija mía!, ¡oh por favor, perdóname! ¡no es nada, no es nada!” –sollozó,
apretando la fotografía contra su pecho- “no te preocupes, no es nada…. Son sólo cosas mías…!”
- “Pero… Dama Ieran…” –la mujer de ojos verdes notó entonces que la dama china parecía aferrarse a
algo, y se acomodó con cuidado al lado de su suegra- “¿Qué le sucede? ¿en que puedo ayudarla?” –señaló
lo que la mujer que peinaba canas, parecía ocultar- “¿puedo preguntar que es eso?” –susurró, muy suave.
- “Abuela… ¿hice algo malo?” –musitó Tarah, súbitamente asustada- “Por favor, di algo!” –la chiquilla se
volvió hacia su madre- “¡oh mamá, es una fotografía y no entiendo porqué se puso así!”
- “¿Una fotografía? ¿cómo? ¿pero.. de qué?, ¿porqué? ¿de quien?”
La mujer mayor –si, ya era una anciana- se permitió aún llorar un poco sobre el pecho de su nuera más
joven antes de apartarse un poco y abrir sus manos, mostrando a madre e hija la fotografía –muy cuidada-
de dos jóvenes que posaban ante una cámara, mientras tenían un aparente paseo por una callejuela china.
Y como ni Sakura ni Tarah pudieron reconocer a las dos personas en la fotografía –un joven realmente
guapo y una chica muy hermosa, ambos en muy finos trajes chinos- e interrogaron con la mirada a la
madre de Shaoran Li.
- “¿Quiénes son, Dama Ieran?” –musitó Sakura, rompiendo el silencio sin poder contenerse- “no he visto
a estas personas en toda mi vida, ni creo recordarlas haberlas visto siquiera en el Concilio” –comentó
contemplando con interés el gallardo porte del joven en la fotografía, que le parecía extrañamente
familiar, aunque estaba segura de no haberlo visto jamás- “¿Quiénes son?”
- “Es Hi En, Sakura”
- “¿QUEEE?” –chilló Tarah, abriendo los ojos desmesuradamente- “¿Es mi hermano mayor? ¡pero
abuela!, ¡es… es… es imposible!... ¿oh si?, ¡pero!”
Ante las palabras de Ieran, el corazón de Sakura Li había dado un vuelco. Pero entonces la antigua
antecesora del clan Li negó con la cabeza, aún entre lágrimas.
- “No, mis niñas” –dijo suavemente- “es Hi En Li, pero no tu hijo Sakura. Es mi Hi En. El padre de mi
hijo” -los ojos verdes parpadearon sin entender y Ieran, al notar que Tarah estaba tan perpleja como la
antigua card captor, explicó- “¿no lo entienden queridas?. Ese es mi esposo, el padre de Shaoran”
- “¿EN SERIO?” –gritó Tarah, sin poder contenerse, mirando con la boca abierta al arrogante y rebelde
joven que les contemplaba desde la fotografía- “¿y quien es la chica que está con él, abuela?”
- “Soy yo”
**************************
Hong Kong. Hace más de cuarenta años…
- “Bien, espero que haya quedado perfectamente claro” –espetó el Director, que contemplaba a la nueva
becaria ante él con un gesto de desdén resaltado a cada movimiento de su lujosa túnica- “es por una beca
generosa que estás aquí, pero si rompes las reglas de alguna manera, te expulsaré sin el menor escrúpulo.
No serías la primera persona en perder la beca Li por hacer algo tonto. ¿Comprendes?”
La chiquilla asintió en silencio, porque no ignoraba que si bien la Beca Li se entregaba muy raras veces,
pero el verdadero reto era mantenerla, por lo que apretó los dientes con firmeza y se dijo a sí misma que
no iba a desaprovechar aquella oportunidad por nada del mundo. Se encontraba en la prestigiosa escuela
“New Oriental Education”, perteneciente a la red de exclusivas escuelas manejadas por el Concilio
de Hechiceros de Oriente y que era la única institución que ofrecía una beca completamente pagadas,
cortesía de uno de los clanes pertenecientes a las “Familias Famosas”, a niños de clanes muy pobres o
incluso –como era su caso- a niños de padres desconocidos pero que tenían poderes mágicos, y que como
tal vivían en los hospicios que el Concilio mantenía para tales casos.
- “Bien, vamos a empezar hoy, con el saludo a la bandera británica* para…”
- “¡Oh, mierda! ¿entonces hoy es lunes?”
Un murmullo de asombro, sorpresa, espanto y –hay que admitirlo- una veta de admiración mezclada con
temor, recorrió como ráfaga el inmenso auditorio de la escuela, mientras el Director, que antes estuviera
tan compuesto y casi pedante con la becada, volviera su mirada furiosa e indignada hacia la figura del
mozalbete que se encontraba lánguidamente recostado en la puerta principal, contemplando a todo el
alumnado y personal docente de la institución, con un brillo malicioso y burlón en aquellos ojos castaños
de reflejos casi cobrizos y una sonrisita torcida en sus bien formados labios.
- “Hi En Li, llegas MAS tarde que de costumbre” –replicó el Director, lanzando miradas furiosas sobre el
chiquillo- “pero al menos has llegado, supongo que por esta vez, pasaré tu tardanza por alto. Ahora vé a tu
sitio de inmediato y ¡por una sola vez!.. ¡COMPORTATE!”
- “¿Eso quiere decir que estoy autorizado a entrar? ¡mierda! ¡si eso era justo lo que yo NO quería!”
- “¡TE HE DICHO UN MILLON DE VECES QUE NO PUEDES HABLAR ASI!”
Desde su posición entre el pasmado alumnado, Ieran contempló como el muchacho amplió su sonrisa
hasta convertirla en una carcajada burlona que alteró aún más los nervios del director y de los otros
docentes, antes de que las miradas escandalizadas recayeran sobre la botella de licor que el escolar tenía
en la mano izquierda…
- “¿ESTAS BORRACHO?” –espetó el Director, casi a punto de sufrir un ataque de apoplejía ante la
indignación- “¡es lunes, son las siete de la mañana, y ESTAS BORRACHO?!”
- “¿Y qué tiene eso de anormal? ¿Ahora resulta que tengo que consultar un calendario y un reloj antes
de decidir si quiero echarme unos tragos? si bebí es porque tengo ganas de licor, y que yo sepa, beber no
es como una lectura de cartas o consultar las estrellas ¡donde si tengo que fijarme en las fechas y en el
calendario astronómico!”
- “¡HI EN LI!”
El escolar avanzó a paso desafiante entre los alumnos, hacia la fila delantera, balanceando con insolencia
la botella en sus manos mientras los profesores cuchicheaban y los alumnos contenían la respiración.
- “Ya le oí, no soy sordo” –dijo, plantándose con toda su altura ante el histérico Director- “¿Qué pasa
ahora?”
- “Preséntate de inmediato en mi despacho.. ¡AHORA MISMO!”
- “Pero usted está aquí. ¿Qué carajo se supone que voy a hacer en su oficina vacía? ¿debo decirle “hola
oficina, ¡ya vine!?” –dudó pensativo- “aunque pueda ser. He ido tantas veces a su oficina, que a veces la
siento como mía..”
- “¡HI EN LI!”
- “¿Cree que no sé mi propio nombre? ¡dígame de una vez que es lo que quiere y no me deje sordo
repitiendo mi nombre! ¿cree que por muy borracho que esté, puedo olvidarlo?”
- “¡Me esperarás en mi oficina y punto!” –la mirada del Director era fiera- “ A menos que prefieras que te
azote aquí, en público, y delante de todos tus compañeros…”
- “Por mí, no hay problema” –replicó el jovencito, sin inmutarse- “Lo mismo me dá recibir el látigo en su
oficina o en público”
Los profesores comentaron y algunas frases a medias que incluían “deshonor público”, “problemas con el
clan Li” y otras palabras que Ieran no entendió, e hicieron que el director se limitara a levantar su brazo y
señalar la puerta principal del auditorio con gesto melodramático, exigiéndole, eso si, que dejara la botella
antes de marcharse.
Ieran quedó por demás atónita y pasmada, ante una escena tan insólita y absolutamente surrealista. No
ignoraba que la educación en las Escuelas del Concilio era de primerísimo nivel, al punto que muchos
de sus egresados podían ingresar fácilmente a universidades extranjeras –con el debido permiso de sus
clanes, por supuesto- pero tampoco ignoraba que los castigos físicos eran tan crueles como los que había
tenido que sufrir en el orfanato.
Porque ella venía de un orfanato. Había sido una más de un montón de niñas abandonadas, pero tampoco
es como si su situación fuera especial. Era una más, del montón. Y es que desde su llegada al poder, el
gobierno comunista en China había emprendido una férrea campaña de control de natalidad, con censos
y diversas medidas que buscaban controlar el indiscriminado índice de nacimientos en la nación. Desde
1978 el gobierno comunista había adoptado la política del “hijo único”**, obligando a las familias a
tener un solo descendiente, por lo que, conforme con mentalidad de su tiempo, las familias solían darle
preferencia a los descendientes varones –si había que tener un solo hijo, pues este DEBIA ser varón- y por
eso muchas niñas eran ahogadas al nacer, dejadas morir por evidente negligencia o algunas simplemente
abandonadas en orfanatos, donde, por varios años, habían sido despiadadamente eliminadas hasta que uno
de los clanes del Concilio y miembro de las “Familias Famosas” había logrado pactar con el Gobierno
comunista para lograr que al menos las niñas huérfanas con poderes mágicos abandonadas en la China
Continental fueran trasladadas a Hong Kong –donde se vivía al estilo occidental, ya que seguían siendo
oficialmente colonia británica- para ser criadas por el Concilio y el clan que había tenido dicha iniciativa.
Ese había sido el caso de Ieran. Y es que, aunque muchas de las familias que conformaban los clanes
tenían más de un hijo - aprestándose a pagar los onerosos impuestos que suponía el LUJO de tener más
de un vástago- por supuesto, semejante gasto valía la pena de realizar por HIJOS VARONES, no por
insignificantes niñas. Y aunque era consciente de que era una chiquilla criada por caridad en hospicios, de
pronto empezaba a conocer a los engreídos y arrogantes hijos de los Grandes Clanes.
- “¿No lo sabías?” – le comentó Fuutie, su amiga más cercana durante esos quince días que ya llevaba
en el colegio- “su nombre es Hi En Li, y es el hijo menor y el último hijo varón del Jefe del Clan Li. Lo
trasladaron aquí a finales del año pasado, ¡y es absolutamente terrible! ¡siempre se porta terriblemente
mal!”
- “Pues no me parece que quiera cambiar algo” –rió Ieran- “presentarse borracho al auditorio no es
precisamente el epítome de portarse bien. ¡Aunque la cara del Director era realmente cómica!. Había
estado tan serio y empaquetado mientras me decía que me iba a echar de una patada si hacía algo que no
le gustara ´si no te portas bien te echaré´” –imitó, falseando su voz, ante las risas de sus amigas- “que
cuando llegó ese chico e hizo todo ese escándalo, ¡todo lo que había dicho quedó como una mentira!”
- “Pues te recomiendo que no desafíes al Director, Ieran” –replicó su otra amiga, Shiefa - “No tendrá
el menor escrúpulo en expulsarte e incluso hacer que te deporten de regreso al continente. Es muy
vengativo…”
- “¡Pero yo pensé…!”
- “Sólo hay uno entre nosotros que puede desafiar al Director, y tú no eres una Li” –intervino su amiga
Fan Ren – “incluso el mismo Hi En ha tenido que pagar el precio de hacerlo, sufriendo azotes, según me
contó mi hermano Jiu”
- “¡Un momento, un momento! ¡no entiendo nada! ¿de qué están hablando?” –preguntó Ieran,
confundida- “el Director y los maestros tienen la autoridad para disciplinarnos a todos los alumnos de esta
escuela ¿o no? ¿por qué les sorprende que se atreva a disciplinar a ese chico? ¡a mí lo que me sorprende
es que no lo haya expulsado!”
Sus tres amigas se miraron entre si, antes de explicarle:
- “Bueno, es normal que no lo sepa” – murmuró Fan Ren, antes de volverse hacia Ieran- “mira, sé que
sabes muy poco del Concilio y los clanes que lo conforman, pero es mejor que aprendas todo lo que
puedas, para que comprendas mejor lo que pasa aquí”
- “¿Lo que pasa?, pues, lo mismo que en todas las escuelas, ¿no?, todos somos alumnos de este colegio y
si termino con buenas notas, conservaré mi beca y me dejarán seguir estudiando..”
- “Si, claro, pero sólo eso” –las tres chicas miraron a Ieran, y ella parpadeó sin comprender porqué la
miraban de esa forma – “¿aún no lo entiendes?”
- “¿Qué debo entender?, ¡esta es una Gran escuela!, por eso no entiendo por qué el Director aguanta a ese
chico”
- “Bueno Ieran…. en realidad, esta no es una escuela tan importante como crees” –le explicó Shiefa- “es
una buena escuela, si. Y brinda una educación tan buena como cualquiera de las del Concilio permitiendo
ir a la universidad a sus alumnos” –hizo una pausa- “e incluso brinda becas, que son únicas, porque
sólo hay un clan en todo el Concilio que está dispuesto a pagarlas. Pero está muy lejos de ser una de
las escuelas de Élite, donde se educan los hijos de los jefes de los Grandes Clanes. No sé si te has dado
cuenta en el breve tiempo que llevas aquí, pero todos somos hijos de clanes en buena posición, pero de
ninguna forma clanes ricos, o antiguos… ¡o mucho menos miembros de las “Familias Famosas” del
Concilio!”
- “Es decir, esta es una buena escuela, pero no una de lujo, o donde asista la élite del Concilio. Aquí
asisten hijos de clanes corrientes, que pagan su educación y reciben una gran educación, si. Por eso es que
nuestros maestros pueden castigarnos físicamente sin el menor menoscabo al honor de nuestros clanes,
porque todos aquí somos…. Clase media baja, del Concilio, y nada más” – aclaró Fuutie.
- “¡No lo sabía!”
- “¿Nunca notaste que aquí no estaba ningún hijo de uno de los Grandes Clanes?”
- “No sé mucho de los Grandes Clanes. De hecho, aquí es donde me vine a enterar que ese chico, Li,
era miembro de una de esas “Familias Famosas”. En el orfanato del continente nos se habla de eso…” –
razonó- “pero.. ¡un momento!, si esta escuela no es de las de élite, pues ¿Qué hace él aquí?”
Su inocente pregunta, desató la euforia de comentarios de sus tres amigas:
- “¡Dicen que fue expulsado de otra escuela!
- “¡Dicen que el jefe de su clan duda que sea su hijo y lo odia!”
- “¡Dicen que embarazó a una chica en su otra escuela!”
- “¡No sabía que se murmuraban todas esas cosas de mi!, ¿Cuál creen que sea verdad, señoritas?” –
intervino una voz burlona, retadora, pero juvenil, desde detrás de los setos donde las jovencitas estaban
haciendo su pequeño picnic, arrancando gritos de sorpresa - “¿alguna quiere preguntármelo?”
Las azoradas muchachas pegaron grandes gritos y tres de ellas intentaron escapar, pero la alta figura de Hi
En bloqueó su salida entre los altos matorrales, mirándolas con una sonrisa burlona.
- “Así que un bastardo, seductor y un delincuente…” –se mofó de ellas, mirándolas con malicia- “¡Eso
habla muy bien de la imaginación de la gente! ¿Qué otra cosa se dice?” –se adelantó hacia ellas,
haciéndolas retroceder, asustadas, a cada paso que daba- “¿Qué? ¿ninguna quiere que la seduzca, la
golpee o le invite un trago a pesar de que soy hijo del clan Li?”
Las tres muchachas temblaron cuando él las recorrió con la mirada de arriba abajo con evidente enfado
brillando en sus ojos, pero fue entonces cuando Ieran dió un paso al frente y le enfrentó:
- “¡Déjalas en paz! ¡no estaban haciendo nada malo!”
- “¿Y desde cuando hablar mal de alguien a sus espaldas, no es algo malo?”
- “¡Pues lo sentimos, pero ya deja de asustarlas!”
- “No es contra ti. No dijiste ninguna mentira sobre mí a mis espaldas…” –se volvió hacia las
asustadas chicas- “¿asi que ninguna tiene las agallas de decirme lo que piensan de mí en mi cara?,
¡DIGANMELOOOO!, ¡MALDICION, DEJEN DE TEMBLAR Y HABLEN, CONDENACION!” –gritó
enfadado.
Ante la fiereza de su grito, las chiquillas se cubrieron la cara con las manos, arrinconándose con
desesperación nacida del verdadero pánico ante su tempestuoso temperamento, pero, aunque también se
sintió tremendamente intimidada, Ieran se mantuvo en su puesto al frente de sus amigas temblorosas hasta
que Hi En dejó de bloquearles la salida, hastiado de los chillidos.
- “¡Maldición que lloronas!, ¡muy valientes para hablar mal de alguien a sus espaldas, pero muy cobardes
a la hora de dar la cara!, ¡lárguense!, ¡la gente como ustedes me enferma!”
Las chicas echaron a correr llenas de pánico seguidas por una Ieran muy apurada, pero sin correr, lo que
motivó que el muchacho la retuviera del brazo, para sorpresa de la huérfana..
- “¿Oye, que te pasa?” –replicó, luchando por liberarse de su zarpa.
- “No tengo nada en contra tuya, no hablaste mal de mi” –le dijo, mirándola con fijeza- “¿Quién eres?, no
recuerdo haberte visto en la escuela huyendo de mi como las otras chicas”
- “Tal vez porque no me das miedo” –le dijo, retadora- “sólo eres un tipo grosero y mal educado que se
siente más importante porque pertenece a una familia influyente, y se comporta mal sólo por llamar la
atención…”
- “Ni siquiera me conoces y ya me juzgas…”
- “Por lo que he visto, no tengo ganas de conocerte…”
- “Eres extraña” –comentó el chico, mirándola con interés.
- “El extraño eres tú, que no sabe aprovechar lo que tiene, las oportunidades que ha tenido en la vida” –
espetó la chiquilla, enfadada al notar como este engreído tenía por descontado todo lo que a ella le había
costado tanto tener- “te emborrachas, ocasionas problemas aquí, y seguro que eres una auténtica pesadilla
para tus padres. Pero supongo que eso te hará sentir muy satisfecho…”
- “¡Oye, no metas a mis padres en esto!”
- “¿Por qué no?, tú no pareces respetarlos ni quererlos nada, a pesar de todo lo que te han dado…”
- “¡Tú no sabes nada de mi!”
- “Seguro que si, no es muy difícil imaginarlo” –dijo Ieran, muy pagada de sí misma- “Eres un niño rico
engreído y malcriado, que trata de llamar la atención de sus padres portándose mal. Seguramente me dirás
cosas como “mis padres no me hacen caso” o “siento que no me quieren, por eso los odio y hago esto”,
pero para mí, que no tengo dinero, ni padres y que no soy un llorón que gimotea por atención, lo que
haces es patético y ridículo..”
Hizo un mohín despectivo y aprovechando la estupefacción de Hi En, se liberó de tirón de su contacto y

se marchó, ante los sorprendidos ojos castaños del hijo menor de la dinastía Li.
**************************
- “¿El abuelo era el chico rebelde de la escuela? ¡No puedo creerlo, abuela!, ¡no sé de donde tengo la
idea de que era muy serio y correcto!” –murmuró Tarah con evidente emoción, contemplando con mayor
atención la fotografía donde el rostro apuesto y burlón de Hi En la miraba, con una sonrisa levemente
torcida- “realmente era muy guapo.. y si, ahora que lo veo, tiene cierto airecito peligroso..”
Los ojos verdes de Sakura brillaron al dar la razón a su hija. ¡Jamás había imaginado que el padre de
Shaoran hubiera sido así!. ¿Cómo pudo ser posible?.
- “¿Y se volvieron a ver, no es cierto?” –quiso saber Tarah, tímidamente.
- “Si” –aceptó Ieran, acariciando el retrato, sintiendo que aún podía oler el perfume de los cabellos de Hi
En con sólo verlos- “durante el siguiente año… de una forma u otra, siempre terminaba encontrándomelo.
Y casi sin darme cuenta, éramos amigos. ¡El era realmente bueno en matemáticas a diferencia mía!.
Siempre fui un desastre en números, de allí que dar exámenes me ponía muy nerviosa, porque tenía
pánico en perder mi beca” –razonó pensativa y con una nostálgica sonrisa- “temo que Shaoran salió a mí
en eso. Desde niño tuvo problemas con las matemáticas, lo que siempre me sorprendió porque su padre
era muy bueno en eso. De hecho, Hi En solía enseñarme, así fue que realmente nos hicimos amigos. Y
sólo cuando empezamos a confiar: él en mí y yo en él, es que entendí que Hi En no era nada de lo que
parecía ser..”
**************************
- “¡Deja ya de hacer eso!” –le espetó, quitándole de un tirón el cigarrillo de la boca- “¡¿tienes mi misma
edad y ya fumas?! ¡eso es asqueroso!”
- “¿Qué tiene de asqueroso?”
- “Bien se vé que no has notado lo horrible que huelen… ¡y me dan tos!” –espetó, pisoteándole
el cigarrillo con zaña- “en serio Hi En, no entiendo cómo puedes hacer cosas tan desagradables e
inmaduras… ¡aún recuerdo la borrachera que tenías el primer día que yo llegue aquí!”
- “Bueno, en realidad te confieso que no estaba borracho” –admitió, incómodo y avergonzado- “de hecho,
estaba fingiendo… por eso rocié mi ropa con el licor de la botella para que todos me creyeran realmente
ebrio. Ahora, guárdame el secreto, la verdad es que no me gusta el licor”
- “¿Cómo?”
- “Si, sabe a basura líquida” –hizo un gesto de asco.
- “¿Y por qué querías fingir que estabas borracho?”
- “Ya sabes. Para ocasionarle un ataque de histeria al director…”
- “En serio, ¡eres realmente incomprensible!, ¿por qué siempre haces cosas por hacer enojar a las
personas?”
Ieran negó con la cabeza, mientras se estiraba cuan larga era sobre la hierba, sin comprender nada. En el
transcurso de ese año había conocido a este desconcertante chico, que se comportaba de la forma más
insólita posible, y habiéndola ayudado algunas veces –como ahora, que estaban estudiando juntos para los
exámenes de matemáticas en el rincón más oculto de los amplios jardines de la escuela - no podía dejar de
admitir que Hi En no era un delincuente juvenil –como lo calificaba el director- pero tampoco alcanzaba
a entender el porqué de su comportamiento. Él era muy inteligente, y no alcanzaba a comprender cómo
podía resolver ante ella un examen que, en clase, dejaba totalmente en blanco. ¿Qué interés tenía en salir
reprobado?.
Por su parte, Hi En lanzó una mirada aguda sobre la chiquilla y encontró en los negros ojos: curiosidad,
afecto y deseos de ayudar. Entonces su mirada bajó por la figura juvenil y se sonrojó, mirando hacia otro
lado para disimular. Ieran ya no era la chiquilla flaca y pálida con ojos de gato hambriento que llegara
al colegio un año atrás. De hecho, estaba poniéndose cada vez más bonita mientras su figura empezaba
a tener las curvas de una mujer, aunque ella parecía no darse cuenta de eso. Llevaba casi un año
tratándola y poco a poco había aprendido a confiar en ella. Era muy diferente a otras chicas, no le trataba
de modo especial por ser hijo del Clan Li, y aunque era muy estudiosa y lista –aunque era malísima en
matemáticas y flauta, algo que le parecía inexplicable, siendo que él era bastante buen músico- también
era lo suficiente alegre y divertida como para reírse de sus bromas e incluso animarse a planear alguna
travesura. Sabía bien que ella tenía la beca de su familia y que no tenía a nadie que velara por ella, pero
cada día que pasaba, él se interesaba en Ieran, cada vez más.
- “Me dijiste que no tenías padre ni madre, Ieran. Pero no tienes que ser la primera en clases por
obligación. Ya sabes que es el Clan Li paga las becas que ofrece esta escuela, y si lo necesitas, puedo…”
–suspiró- “hablar por ti con mi madre, para que la beca se te mantenga, sin importar las notas…”
- “Gracias, pero estoy bien. La beca es buena, me gusta la escuela y hasta he hecho un amigo influyente…
¿Qué más puedo pedir?”
- “¿Cuál es el amigo influyente que has hecho?” –frunció el ceño.
- “¡Pues tu!”
Ambos se echaron a reír, divertidos con la idea. Pero después de la explosión de hilaridad, Ieran negó con
la cabeza.
- “Tengo aquí mucho más de lo que he tenido en mi vida Hi En. ¡Y lo he conseguido yo sola!. No tienes
nada que hacer por mi, más bien eres tú quien debería tomar las cosas más en serio. Supe que tuviste otra
pelea con un profesor ayer. ¿Por qué fue esta vez?”
- “Me pidió dinero para aprobarme” –espetó- “¡como si yo no pudiera aprobar mis cursos solo, si
quisiera! En serio, el hecho de me pelee con el director no me hace un idiota. Sabes bien que si
desapruebo las materias es porque se me dá la gana. Pero claro, cuando le dije que no le iba a dar un
céntimo, el profesor me acusó con el Director de haberle ofrecido dinero para aprobarme.. ¡mira que
sinvergüenza! ¡cuando fue él quien me lo pidió a mi!”
- “¿Pero no le dijiste al Director lo que pasó?”
- “¡Claro que lo hice! ¡pero no me creyó! ¡maldito vejestorio de mierda..!”
Ieran le miró con irritación, y antes que el muchacho pudiera decir algo, le pellizcó con todas sus fuerzas..
- “¡Oye! ¡eso duele!”
- “¡DEJA DE DECIRME GROSERIAS!” –le increpó- “yo he estado en suburbios de gente que muere de
hambre, ¡sin embargo ninguno decía la cantidad de palabras feas que salen de tu boca!”
Hi En resopló, y torció el gesto, antes de admitir..
- “¡Bien, lo siento, lo siento!... . Pero volviendo a la pelea, pues el maldito..” –se interrumpió- “¡el
Director ese no me creyó nada!, y el estúpido profesor estaba allí, mirándome y riéndose de mi en mi
propia cara, ¡así que no me aguanté y se la partí de una trompada…!”
- “¿Delante del Director?”
- “Si, Y temo que al viejo también le cayó algo… ¡es que se metió a tratar de separarnos!”
- “¿En serio tú estás loco?, ¡ahora si te van a expulsar!”
- “Lo cual sería bastante irónico, porque justamente ahora no quiero que me expulsen…” –dijo, mirándola
con profundo interés.
- “Ya se, ya sé.. estamos casi llegando a la Fiesta de Año Nuevo, supongo que la querrás pasar con tu
familia y ..”
Hi En pareció divertido por el hecho que Ieran creyera que esa fiesta era el motivo por el que no deseaba
ser expulsado, pero se encogió de hombros antes de contestar:
- “Es curioso que menciones el Año Nuevo y a mi familia. Porque esa ha sido su reacción esta vez. Me
van a dejar aquí y no iré a casa, por lo que no podré participar de las festividades…” –bufó, enfadado-
“como si el castigo físico no hubiera sido suficiente…”
Torció el gesto conteniendo un gemido de dolor y Ieran le miró, preocupada. Buena parte de su amistad
había nacido por que ella había limpiado muchas veces sus heridas ocasionadas por las peleas, los
castigos, etc. Además, que, conociéndolo, seguro estaba mucho más lastimado de lo que admitía.
- “Anda, deja que le eche una mirada a esa espalda tuya..” –le pidió, preocupada- “en serio no entiendo
cómo es que no pueden expulsarte de aquí, pero si pueden azotarte.. ¡eres un Li!”
- “El Director me dijo que esas eran órdenes que provenían del mismísimo Li House” –se encogió de
hombros una vez más y ahora si que le dolió, pues no contuvo un gemido- “mi familia no está dispuesta a
soportar la indignidad de una nueva expulsión, pero sí que prefiere hacerse de la vista gorda si el Director
decide dejarme la espalda hecha pulpa…”
- “¡No digas eso!, pero.. a ver si al fin me lo dices ¿por qué te comportas así?”
- “¿No lo adivinas?, estoy aquí porque estoy en guerra con Li House”
La chiquilla abrió los ojos desmesuradamente por la sorpresa. En cualquier otro momento hubiera
creído que esas palabras eran una más de las interminables bromas de Hi En, pero el enfado, la cólera, la
impotencia y el desafío que brillaban en sus ojos eran demasiado claros como para dudar que el chico le
estaba diciendo la verdad..
- “Bueno, yo no sé de eso” –repuso, tratando de sacarlo de esos lúgubres pensamientos- “pero si sé que
quiero ver esas heridas. ¡A ver, quítate esa chaqueta!”
- “¿Qué pasa Ieran? ¿estás ansiosa de verme desvestido?” –rió burlón, mirándola con malicia tan
evidente mientras empezaba a quedarse con el torso desnudo, que la chica se sonrojó- “digo, porque, la
verdad, soy realmente tímido…”
- “¡Cállate idiota!”
Ieran le tiró su propia chaqueta en la cara y aunque Hi En quiso reírse y burlarse, prefirió retenerla por el
brazo, desarmándola con una sonrisa más amigable que otra cosa, con el rostro totalmente sonrojado. No
había mentido, pese a todo su forma de comportarse era realmente tímido y había sido un tonto impulso
lo que le hizo hablar así con Ieran. De allí que buscara su perdón con su sonrisa más sincera. Pero fue
ese gesto tan simple, esa sonrisa cálida, en la que dejaba ver la gentileza que realmente había en su alma,
lo que hizo a la chiquilla estremecerse y ruborizarse, siendo súbitamente consciente de que estaban muy
cerca, allí, en su rincón de costumbre, en los amplios jardines detrás del antiguo pabellón en ruinas del
colegio. Y repentinamente supo que no estaba bien. Lo que llevaba haciendo desde el año anterior –su
amistad con Hi En- no estaba bien. No se supone que debía tener amigos varones.
De hecho, el colegio tenía como alumnado a chicas y chicos, pero no se supone que fraternizaran.
Había pabellones específicos para varones y otro para chicas, y recibían sus clases en el interior de sus
pabellones. Separados, aunque las materias y los profesores eran los mismos. Sólo se veían unos a otros
los lunes en la reunión en el auditorio principal. Incluso Fan Ren, que tenía a su hermano Jiu en la misma
escuela, lo veía únicamente los lunes, o cuando dejaban el colegio los fines de semana, cuando su familia
enviaba por ellos.
Pero Ieran había seguido charlando con Hi En todas esas veces porque aquella norma le parecía idiota, y
porque no le temía a Hi En para nada, aunque repentinamente tuvo ganas de echarse a correr y no volver a
verlo jamás.
- “¿No vas a ayudarme?” –dijo él, sacándola de sus pensamientos- “anda Ieran, no te enfades. Sabes
bien que digo tonterías la mayor parte del tiempo. ¿Desde cuándo tomas tan en serio lo que digo?. Por
favor, no te enfades…” –la miró preocupado, notándola muda y con la cabeza baja- “realmente me duele,
¿sabes?”
Ieran sentía su corazón latir con tanta fuerza que se sorprendió que él no lo notara, pero diciéndose a sí
misma que no era nada, alzó la cabeza y buscó el pequeño botiquín que tenía allí escondido –lo usaba
para limpiar las permanentes heridas de Hi En- y se volvió hacia él, mirándolo, ceñuda.
- “Déjate de tonterías de una buena vez” -le espetó, muy seria y fría, tratando de evitar mirar su torso
desnudo- “voltéate ya, ¿Qué esperas?”- el muchacho la miró con sorpresa ante el cambio en su expresión,
antes de hacer lo que ella dijo, sin chistar- “Se te volvieron a abrir las cicatrices de la última vez, gracias
a este castigo” –le dijo, mientras ponía alcohol con zaña, haciéndolo quejarse por el ardor- “¿Cuándo
aprenderás?”
- “¡Uf, que bueno que volviste a ser tú! ¡auch!” –se quejó- “¿sabes que cuando te enfadas te pones tan
dura y fría como una estatua de hielo? ¡realmente no pareces ser tú para nada! ¡asustas!”
Ieran sonrió, contenta de que él no hubiera notado que se había puesto tan seria en un intento de no
continuar viéndolo a él….. su cuerpo, lo anchos que eran sus hombros, sus bíceps… ¡parecía de dieciocho
años!… ¡ejem!.
- “Pues a ver si ahora me tratas con algo de respeto” –se burló, tosiendo para disimular sus pensamientos-
“¿en serio no puedes dejar de pelearte con el Director y con todo el mundo, Hi En? Creo que no usas la
cabeza para nada…”
- “No digas eso, sabes que tengo un muy buen cerebro” –dijo, aún quejándose por el dolor, antes de
añadir, más serio- “aunque quizá tengas razón. Tengo manía con pelearme con todo el mundo, pero es
que no puedo evitarlo… ¡la gente abusiva me enferma…!”
- “No estás hablando del Director ¿verdad?”
- “No” –replicó él- “hablo de mi familia, en realidad del Amo de Li House. Hablo de Yang Ti Li, mi
honorable, excelentísimo y malnacido hermano mayor…” –dijo frunciendo el ceño, casi masticando las
palabras.
- “¿Tu hermano?” –se asombró ella- “¿Cómo, no estabas peleado con tus padres?”
- “No, para nada” –sonrió con calidez- “mis padres son muy buenas personas Ieran. De hecho, fue por
iniciativa de mis padres que esta escuela proporciona las becas de estudios como la tuya”
- “Entonces, no entiendo nada. ¿por qué haces todo esto? ¿para molestar a tu hermano mayor?”
- “E-xac-to” –silabeó- “para arruinarle un poco la vida a Yang Ti”
- “Sigo sin entender…”
- “A ver… déjame que te explique” – dijo terminando de ponerse la camisa y abriendo dos latas de soda,
pasándole una a Ieran- “¿Cómo te lo cuento del modo fácil?. Hm… bueno, no hay otra forma que no sea
la difícil. Tú ya sabes, gracias a “las tres chifladas” de tus amigas” –eludió el pellizco que ella intentó
darle, no le gustaba que apodara así a Fuutie, Fan Ren y Shiefa – “que soy miembro del clan Li, que he
seducido a una chica en mi otra escuela, que mi padre cree que no soy su hijo y que me expulsaron antes
de otros colegios, ¿verdad?”
- “Deja de jugar, Hi En”
- “Bueno, ya sabes que eso es lo que se dice de mi” –frunció el ceño, irritado- “pero no me importa. Tú
ya me conoces y sabes perfectamente que no soy para nada como todo el mundo dice. De todo lo que
se comenta de mí lo único cierto es que me expulsaron de otras escuelas, nada más. ¡Mi padre no duda
que yo sea su hijo, que malditos son al inventar eso!” -se enfadó- “de hecho, y pese a todo el escándalo
que armo en el fondo soy un poco tímido, pero supongo que todos dicen que “mi padre me odia” porque
saben que Li House permite que me azoten, si bien no públicamente por mis locuras…”
- “Supongo que si. ¿Qué tiene que ver eso con tu hermano mayor?”
- “Todo. Porque no es Padre quien dá las órdenes en Li House. Es Yang Ti. Mi hermano mayor, el
“Heredero” del Jefe del Clan. Bien, en realidad, tengo varios hermanos, Ieran” –aceptó Hi En con
resignación.
- “¿Varios?”
- “Sip. Somos siete mujeres y tres hombres. Y yo, claro. No me estaba contando a mí. Pero ya sabes cómo
somos los chinos, mamá podría haberle dado a papá muchas hijas, pero su auténtico éxito ha sido darle
hijos varones sanos y fuertes, de modo que la sucesión familiar quedó perfectamente asegurada” –añadió
tras una pausa- “El Concilio es una institución antigua, y a mi parecer, bastante misógina y por demás
estúpida, pero absolutamente intransigente en algo: La sucesión familiar sólo puede ser transmitida de
padre a hijo varón, JAMAS a sobrinos, primos, u otros. La línea familiar debe ser de PADRE a HIJO
VARON o al nieto. El hijo varón de un hijo varón. Si ese requisito no se cumple, el clan se extingue,
ya que todo lo que posee un clan es propiedad de una sola persona: El Jefe. Y por ley de sucesión, él
transmite TODO al Heredero y a nadie más”
- “Si, comentaron esa ley en clase de Historia del Concilio, el otro día. Es una de las leyes intocables,
¿no?. Viene del Fundador”
- “No. Esa es una mentira dicha para que todos los clanes no se opongan. Esa es la interpretación
tradicional, realizada por los hijos de Ten Oh” –tomó un papel de sus notas y dibujó una pirámide- “El
mitológico fundador dispuso que la voluntad del Jefe de un Clan es la ÚNICA LEY en su Clan, incluso
para la sucesión. Ni el Jefe Supremo, ni el Tai Pan puede objetar la voluntad de un Jefe para designar su
sucesión, siempre y cuando recaiga en un miembro de su clan”
- “Eso no es exactamente lo que dijiste antes”
- “No, porque una junta de miembros de las “Familias Famosas”, es decir, de los hijos de Ten Oh,
interpretaron esa Ley para proteger “la pureza de la dinastía”.. ¡que tonto es todo eso!” –dijo con un
suspiro- “antiguamente, incluso en Occidente, funcionaba algo similar. Las herencias eran sólo de padres
a hijos varones, pero el problema surgía cuando, por alguna razón, no quedaban hijos varones, cuando
sólo quedaban hijas mujeres. Entonces, al casarse las mujeres, pues las propiedades se fragmentaban entre
todas las hijas y al final se desintegraban o si quedaba una sola heredera pues, al casarse su patrimonio
tomaba el nombre del esposo. De allí que en algunos países, en plena edad media occidental, sólo
pudieran reinar los hombres*. Creo que un país le pusieron nombre a esa ley sucesoria: ley sálica, o Ley
de los Varones***”
- “Creo que lo estudiamos en Historia Mundial… pero no entiendo que tiene que ver eso con los
problemas que tienes en tu casa”
- “Seguro no ignoras que en este momento estamos en medio de una guerra de clanes” –le dijo- “por
supuesto, nosotros estamos en un lugar neutral, como lo son los colegios y los templos, pero esta guerra
entre clanes, y ya dura casi… 18 años, perfectamente camuflada en la crisis comunista que afecta Oriente
y la guerra fría que la URSS tiene con occidente y la inestabilidad naciente en medio oriente. Pues mi
padre no ha estado en Li House los últimos…. ventiocho años, más o menos. Los últimos tres años por la
guerra, y antes no estuvo allí, porque Padre fué prisionero del Gobierno Comunista Chino por veinticinco
años… hasta hace tres años” –aceptó.
- “¿CÓMO? ¿POR QUE?”
- “Como gesto de “buena voluntad” del Concilio hacia los Comunistas” –dijo, tristemente - “el Tai Pan
que regía el Concilio cuando estalló la revolución comunista tuvo problemas con ellos y después de varios
problemas pactó con esa gente… y entregó a mi Padre como rehén: el Jefe de un clan perteneciente a las
“Familias Famosas” para garantizar la paz con el Gobierno chino. Pese a que Padre acababa de casarse,
era el único heredero, y no tenía sucesor. Por eso mi madre opina que los clanes que no son miembros de
las “Familias Famosas” desean acabarnos, y específicamente al clan Li, hace tiempo…”
- “¡Pero…!... ¡seguro no le hicieron daño, ¿o si?!” –añadió, al notar las fechas- “además.. ¿cómo nacieron
ustedes si tu padre estaba preso?”
- “Padre estuvo prisionero, controlado como una rata de laboratorio por muchos años, lo sé por mi madre.
Porque mi madre compartió su prisión los primeros veinte años..” –explicó Hi En- “allí nacieron mis
hermanos y hermanas, en la China Continental. Pero cuando mi madre quedó encinta de mis queridos
hermanos mayores, los gemelos Tao Yi y Tao Zen, estuvo muy mal y Padre obtuvo permiso para que ella
volviera a Hong Kong y diera a luz aquí”
- “¿Y cómo…? ¿tú?”
Se ruborizó al no saber preguntar cómo había venido a este mundo si su padre era prisionero y su madre
estaba en Hong Kong.
- “Existe algo que se llaman “visitas conyugales” Ieran” –rió Hi En- “al parecer, yo fui producto de
una de ellas. Padre ha sido liberado hace tres años escasos, porque la guerra de los clanes es fuerte y su
ausencia ha debilitado enormemente al clan, pero justamente por proteger a su familia, Padre decidió
mantenerse en la clandestinidad, porque sabe que es un blanco fijo. ¿No leíste la prensa del Concilio?,
el clan Ying se extinguió… o lo hará, en cuanto termine el trámite burocrático de reparto de despojos
por parte del Concilio, porque todos los bienes revierten al Concilio a la muerte de un Jefe sin Heredero.
Hace dos semanas mataron al Jefe, y ya no tenía Heredero. Tenía cerca de dieciséis hijas, pero su único
Heredero murió el año pasado…”
Ieran asintió. Había leído la noticia y escuchado el comentario en clase, pero no había pensado en eso.
- “Ese es el gran problema de los Clanes” –dijo Hi En.
- “¿Cuál problema?”-insistió Ieran.
- “El clan sin heredero, está condenado a la extinción. No importa que sus miembros sean poderosos,
como los Li: Se dice que nuestra sangre es casi tan pura como al principio, cuando el mítico Fundador
creó el Concilio”
- “¡Wow!, no me sorprende que tengan una magia más fuerte que los otros clanes de las “Familias
Famosas”!”
- “Si, pero eso sólo complica la situación. Cuando mi padre era joven estuvimos a un paso de la
extinción ya que de cuatro hijos de mi abuelo, sólo mi padre era lo suficientemente sano como para tener
descendencia. Dos de mis tíos murieron muy jóvenes y el único hermano vivo que tiene mi padre, el tío
Pak Cho, es incapaz de tener hijos. Tiene distrofia miotónica**** que es una enfermedad que hace que mi
tío sea estéril, además de ocasionarle cierto complejo por el reducido tamaño de su ….” –dudó en decirlo,
sonrojándose de nuevo antes de negar con la cabeza- “Bueno, el punto es que tío Pak no puede tener
hijos. Otro de mis tíos, que ya murió, tuvo el Síndrome de Klinefelter*****”
- “¿Y porqué salieron ellos así?”
- “Según mi mamá, en los últimos cien años los jefes del clan Li habían vuelto a las costumbres antiguas:
casaban a su heredero con primas Li para ser más poderosos, y como de por si nuestra sangre sigue
siendo demasiado antigua, pues, las uniones cosanguíneas ocasionaron eso a mis tíos. Afortunadamente
mi madre logró darle a mi padre hijos sanos, varones, pese a que mi madre no tiene poderes mágicos.
Pero como mis padres estaban en prisión es Yang Ti quien, en su calidad de Heredero, ha sido siempre
el Amo de Li House desde que recuerdo: Controla la vida de todos nosotros, de todos los miembros del
Clan en China, y hasta la vida de mi propia madre. En teoría debería protegernos, pero es un malnacido
despiadado e imbécil. Cree que es el dueño de nuestras vidas y dispone de todos a su antojo. Nos ha
hecho la vida miserable a mis hermanas y a los gemelos. A todos. Supongo que al final, la crianza es lo
que importa, no de quien eres hijo”
- “¿Por qué dices eso?”
- “Porque como mi madre estaba con mi padre, compartiendo su prisión, mi hermano mayor fué criado
por mi tío Pak Cho. El debió haberlos criado bien, pero Madre cree que odia a Padre, que lo culpa por
haber perdido su derecho a ser Jefe del Clan, de allí que convirtiera a Yang Ti a su propia imagen y
semejanza: mi hermano mayor es despectivo, cruel, egoísta y absolutamente despiadado”
- “¡Que horrible! ¿no puede hacer algo tu madre?”
- “Ya sabes que todas las mujeres casadas, están bajo la tutela de sus maridos, y en ausencia de estos, de
sus hijos mayores” –resopló- “¡que disposición tan ridícula, en serio, creo que todas las leyes del Concilio
son de antes de la fundación de China y no cambian ni se actualizan!. En fin. Yang Ti desprecia a Madre,
porque no tiene poderes mágicos. Y aunque Madre lo ha enfrentado mil veces, se encuentra bajo su
control hasta que Padre vuelva. Y mientras la guerra no acabe, pues, está difícil. Peor aún, hace dos años
Padre fue herido gravemente en una conferencia con los clanes de Corea del Norte y del Sur, y aunque
sobrevivió, quedó mal del corazón y no sabemos cómo decírselo sin ponerlo en peligro. ¿Entiendes que si
mi padre muere quedaríamos a merced de Yang Ti , porque él se convertiría en el Jefe del Clan Li?”
- “¡Pero no entiendo cómo puede ser tan ofensivo con su propia madre y sus hermanos menores!”
- “Yang Ti es un misógino. Desprecia a las mujeres con toda su alma. Además tiene alma de dictador.” –
comentó con desprecio profundo- “indujo a su primera esposa al suicidio porque la pobre chica no pudo
darle más de siete hijas mujeres. La amenazó con repudiarla públicamente por incapaz y a lanzarla a la
calle. ¡Lo sé porque yo los escuché pelear mientras estaba jugando con mis sobrinas!, ¡sólo tenía doce
años cuando eso pasó!. Por supuesto que los gemelos y madre no han querido creerme porque son muy
buenos y les parece imposible creer que Yang Ti sea capaz de tanta bajeza, pero yo sé lo que escuché.”
–explicó, sin disimular su odio y pesar- “ella apareció muerta a los pocos días de esa pelea y cuando lo
acusé de haberla inducido al suicidio ante todos, Yang Ti me envió a cazar cards mágicas a Manchuria,
como castigo, por el resto del año. Aunque lo disfruté, aprendí mucho de magia en ese entonces”
- “¿Y la esposa de tu hermano… murió?”
- “Yang Ti dijo oficialmente que fué víctima de peste, pero eso fue mentira” –aceptó, indignado- “No creo
que Padre lo sepa, y Madre y los gemelos sospechan, ¡saben que nunca estuvo enferma!, pero no quieren
creerme. No quieren aceptar que Yang Ti fuera capaz de inducirla al suicidio por pura desesperación”
Hi En maldijo en voz baja y Ieran al fin comprendió el motivo de su odio, su rebeldía, su testarudez.
- “Me sacaron definitivamente de casa cuando le partí la cara al tío Pak” –añadió el chico en esos
momentos- “tuvo el descaro de reírse en mi cara al decirme que ya me habían elegido esposa”
- “¿Te han elegido esposa?” –Ieran sintió un viento helado alrededor, ante la revelación.
- “Por mi pueden elegir a quien se les antoje. No me casaré con quien yo no quiera, aunque me maten” –
espetó Hi En- “pero si, de hecho, se supone que debería casarme en algunos meses …”
- “¿Este año?” –preguntó, sintiendo un nudo en la garganta, antes de admitir- “bueno, los Grandes Clanes
casan a sus hijos jóvenes…”
- “En realidad no se supone que deba casarme a mi edad. ¡Yo no soy el Heredero del Clan!, ni siquiera
soy el repuesto, ¡soy el último hijo!, ¡Jamás seré el Heredero, ni mucho menos el Jefe!” –suspiró- “en
realidad Yang Ti lo hace por arruinarme la vida, por fastidiarme. Desde que me sacó de casa, cuando
tenía trece años, he ido haciendo su vida miserable haciendo que me expulsen de las escuelas, peleando
y ocasionándole ataques de coraje. Y es peor las breves temporadas que paso en casa. Por eso me envió
aquí, creyendo degradarme…”
- “Porque esta no es una escuela para la élite del Concilio..”
- “Si, pero a mí la élite me importa una mierda” –el pellizco vino otra vez y Hi en protestó- “¡muy bien,
ya basta!, ¡ya no lo digo de nuevo!. De hecho, empecé a usar estas palabras para enfadar a Yang Ti,
aunque Wei siempre dijo que un Li no se rebaja usando vocabulario soez”
- “¿Quién es Wei? ¿tu prometida?”
- “¡Claro que no!” –rió, muy divertido- “Wei fué mi maestro, mi instructor y es un gran amigo. Antes de
la desgracia de la esposa de Yang Ti, Wei pidió, en su calidad de Maestro de Armas del Clan, ocuparse
de la seguridad de Padre y está con él ahora, pero, por varios años fue instructor mío y de los gemelos,
además de muchos otros miembros del Clan Li y de otros clanes en todo oriente. En su calidad de
“Maestro de Armas” del Clan es el jefe de todos y cada uno de los miembros del clan Li, salvo por el
Guardián del Jefe y el Guardián del Heredero…”
- “¡Oh si!, había olvidado que los descendientes masculinos de los jefes siempre tienen un Guardián.
¿Es así en todos los clanes?” – Hi En asintió, en silencio- “¿Cómo se llama tu guardián y porqué no está
aquí?”
- “El nombre de mi guardián es Yiu Lu” –ahora sí que Hi En esbozó una sonrisa burlona, pero que a Ieran
encontraba cada vez más atractiva, conforme conocía más al hijo de los Li- “¿y qué te hace pensar que no
está aquí?”
- “¿Cómo?”
A un gesto de Hi En, un muchacho algo mayor –al menos de diecinueve años- apareció detrás de Hi En,
con movimientos tan silenciosos como los de un ninja. Motivando que Ieran le mirara como si fuera
una alucinación, absolutamente pasmada mientras Hi En se dejó caer a su lado sobre la hierba, con una
sonrisa amplia en su rostro bien parecido.
- “¿Siempre has tenido contigo a tu guardián?” –se escandalizó Ieran, después de reponerse del susto del
silencioso compañero de su amigo, que hizo un guiño a su guardián, que volvió a desaparecer, tan veloz
como ninja- “¿cómo es posible? ¡yo nunca lo vi!”
- “La única vez que no estuvo conmigo, fué cuando pillé a tus amigas hablando mal de mi, cuando te
conocí” –rió Hi En con una mueca burlona- “se quedó ante el Director presentando una protesta por los
azotes y por supuesto, el Director también le azotó. De hecho, yo esperaba a que Yiu Lu volviera, cuando
escuché a tus amigas”
- “¿Por qué nunca me lo contaste?”
- “Porque creí que lo sabías. Todo el mundo sabe que los hijos de los jefes de los clanes siempre tienen
un Guardián, además Yiu Lu es muy serio y discreto, y mi mejor amigo. ¿En serio crees que soy un
ermitaño?, seguro que ya has notado que pese a que armo mucho ruido, no hago amigos con facilidad”
- “Bueno, pero no puedes culparlos. Para casi todos en esta escuela, es aún increíble que el hijo de un jefe
de clan esté aquí”
- “Bueno, no todos. A ti no parece importarte..”- el muchacho le lanzó una mirada profunda y muy aguda,
notando que ambos estaban muy cerca.
- “Yo no soy como los demás, Hi En” –se encogió de hombros, sin darle importancia- “Soy solo una
huérfana, a quien tu clan paga su educación por caridad. Eso es todo”
- “¿En serio?” –preguntó tomándola por el mentón, muy suavecito- “yo creo que tú eres muy diferente a
todas las personas que he conocido, Ieran…” -la chiquilla tragó saliva e intentó hablar, pero su timidez
fue más fuerte que su sentido común y sólo se quedó viendo el semblante atractivo del alto muchacho,
con los ojos negros muy abiertos..- “Me gustas muchísimo Ieran… muchísimo” –murmuró Hi En,
tomando valor para hacer al fin, lo que había querido por meses, antes de inclinarse sobre la chiquilla y
besarla, suavemente.
Ella se quedó atónita, inmóvil y confundida, sintiendo que aquel contacto ponía su mundo de cabeza, pero
repentinamente asustada, lo empujó con todas sus fuerzas, apartándolo de ella.
- “¡No, no!” –negó con la cabeza, muy asustada- “¡No! ¡yo no quiero! ¡yo no te quiero! ¡no me gustas!”
Aunque la había sentido responder a su beso, sus palabras hicieron palidecer al chico, que la miró con
profunda sorpresa, sintiéndose profundamente ridículo ante tamaña situación. Pero las palabras que quiso
decir no las pudo ni pronunciar, porque Ieran se había marchado.
*************************
- “¡Oh abuela, que lindo!” –musitó Tarah, sonrojada, pensando que tenía catorce.. ¡la misma edad de Ieran
cuando conoció a Hi En- “¿entonces, aunque conociste al abuelo a los catorce, supiste que lo amabas
cuando tenías quince años?”
- “En realidad… las cosas eran muy distintas en esos tiempos. Pero Hi En era experto en romper
esquemas, especialmente los míos” –musitó la seria dama china con un leve rubor que a Tarah le pareció
increíblemente tierno, mientras contemplaba la fotografía del muchacho que había sido su abuelo- “pero
no hubo nada entre él y yo entonces. De hecho, quizá nunca lo hubiera habido si las cosas no se hubieran
complicado..”
- “Supongo que si” –intervino Sakura con simpatía no exenta de profundo interés- “después de todo si el
padre de Shaoran era el último de varios hijos varones, debió ocurrir alguna catástrofe para que resultara
siendo el “Heredero”, ¿verdad?”
La mirada de Ieran se cruzó con la de Sakura. Ambas pensaban lo mismo: La Sucesión.
- “Si. No volví a ver a Hi En por buen tiempo, y él estaba triste, pero yo también lo estaba. Dejamos de
hablarnos, nos ignorábamos, pero de pronto supe que lo llamaron a Li House y yo me sentí angustiada,
creyendo que iba a casarse…”
- “¿No lo llamaron por eso?” –quiso saber Tarah.
- “No. El tío Pak, el hermano de su padre que había criado tan mal a Yang Ti, había muerto. Yo no lo sabía
entonces, pero al final de los funerales Hi En le habló de mi a su madre y le dijo que no quería casarse con
la chica que Yang Ti le había destinado. Lo que él no sabía, era que habían sido espiados, y al hablarle de
mi a su madre, nos metió a los dos en un gran problema…”
- “¿Qué tipo de problema?” –se preocupó Sakura.
- “Yang Ti odiaba a Hi En, que le correspondía con profundo desprecio. De hecho, para Hi En, los únicos
hermanos que valían la pena eran los gemelos Tao Yi y Tao Zen, pero la muerte del tío que lo había criado
animó a Yang Ti y decidió escarmentar a Hi En, y no se le ocurrió nada mejor que usarme a mí para
conseguirlo”
- “¿Y cómo hizo eso?” –preguntó Tarah.
- “Simple” –replicó Ieran- “ordenó que fueran por mi a la escuela y se dispuso a tomarme como
concubina….”
- “¿QUEEEE?” –gritaron Sakura y Tarah, al unísono.
**************************
- “¿COMO TE HAS ATREVIDO?” –Hi En entró en el despacho de Yang Ti, hecho una furia- “¿Dónde
está Ieran? ¿Qué le has hecho?”
- “¿Qué haces aquí? ¡te escapaste de la escuela!”
- “¡Ordenaste que te trajeran a Ieran aquí!, ¡exijo saber donde está!”
May May Li, esposa del Jefe del Clan, ingresó seguida por los gemelos al despacho del Heredero,
muy angustiada. Ya estaban todos enterados de la llegada de Hi En, por el alboroto ocasionado por el
enfurecido adolescente.
- “¡Tu no puedes exigir nada, mocoso!” –explotó Yang Ti- “¡vuelve al colegio ahora, maldito seas!”
- “¡No hasta saber que has hecho con IeRan!” –volvió su mirada hacia su madre y sus hermanos-
“¡Mandó a gente del Clan por ella!”
- “¡Yang Ti!” –protestó Dama May May- “¿Qué has hecho? ¿Cuál es tu problema con esa pobre chica
huérfana?”
- “¿Por qué la sacaste de la escuela?”
- “¿Bajo que autoridad?”
Esa era la protesta de los gemelos.
- “¡Yo no tengo que darles explicaciones a nadie! ¡Soy el “Heredero” del Clan!, ¡Pero si! ¡saqué de la
escuela a esa despreciable hospiciana que aprovecha nuestra caridad para seducir a nuestro estúpido
hermanito y…!”
- “¡IERAN NO ME HA SEDUCIDO!” –los ojos de Hi En eran llamaradas de furia- “¡soy yo el que está
enamorado de ella, pero a ella no le intereso!”
Los gemelos miraron a su hermanito menor con sorpresa, mientras Yan Ti no perdía su petulancia.
- “Pues entonces no debería importarte lo que le pase” –dijo, acomodándose en su silla, pomposamente-
“de hecho, deberías agradecerme que quite de tu camino a esa huérfana despreciable y…”
- “¡Basta Yang Ti! ¿Qué has hecho con la niña?” –espetó Dama May May.
- “¡No tengo que darte ninguna explicación, madre!”
- “¡CLARO QUE SI! ¡Soy tu madre, Yang Ti!”
- “¡¡¡No eres más que una simple mujer, y ni siquiera tienes magia, para mí no vales nada!!” –dijo
despectivo- “ahora, largo de aquí todos. Y especialmente tú, mocoso: vuelve al colegio y…”
- “¡No me iré sin Ieran! ¿Dónde está? ¿Qué le hiciste?”
- “No le hice nada, hermanito. Aún. Sólo te quito una molesta distracción de enfrente. ¿Te recuerdo
que vas a casarte con Lai Lai Sang la próxima semana?” –Hi En gruñó su protesta, y Yang Ti se
encogió de hombros- “ya no tienes excusa para no casarte, pequeño: la hospiciana que te distrae ya no
está disponible… al menos de momento. Si te casas y eres obediente, quizá te la devuelva, e incluso
“mejorada” para tu uso…”
- “¿Qué quieres decir con eso de “mejorada”?” –se preocupó Hi En.
- “Que he decidido hacerla mi concubina, esta misma tarde” –rió Yang Ti- “pero, si eres obediente,
puedo aprobar que la tomes también como concubina cuando me aburra de ella, lo cual seguramente será
pronto…”
- “¡YANG TI!” –se espantó May May.
- “Aún sabiendo de lo que eres capaz, esto es despreciable…” –dijo Tao Zen, el mayor de los gemelos-
“¡es solo una niña de quince años! ¡los Li no hacemos tráfico de mujeres!”
- “No puedo creer que vayas a rebajarte a forzar a una niña” – dijo el otro gemelo, Tao Yi, muy sereno y
frío - “¿no tienes dignidad?”
- “Ya que mi pequeño hermanito aún no la ha desflorado, y habiendo pagado su educación y siendo los Li
sus tutores legales, no veo porqué yo no pueda hacerlo…”
- “¡MALNACIDO!”
Hi En trató la lanzarse sobre Yang Ti, pero fue detenido violentamente por el Guardián del Heredero
quien retuvo al indignado muchacho con ayuda de dos ayudantes, pero no pudo evitar que Dama May
May abofeteara con fuerza a su hijo mayor..
- “Nunca pensé decir esto de uno de mis hijos, pero ¡me arrepiento de haberte traído a este mundo!” –
dijo la Dama, indignada- “sé que no estuve contigo cuando eras niño, pero no fue mi elección, ni la de
tu padre. Y aunque te he visto hacer daño a muchos, incluyendo a tus desgraciadas esposas, esto es muy
bajo, hasta para ti. Destruir a esa niña sólo para doblegar a tu hermano menor.. tu propia sangre.. ¡es lo
más despreciable que has hecho Yang Ti!”
- “¿CÓMO TE ATREVES, MUJER, A GOLPEAR AL HEREDERO?” –saltó Yang Ti alzando la mano

para golpear a su madre-“ ¡ERES UNA..!”
- “¡Madre!”
- “¡MADRE!”
Los gemelos corrieron frente a Dama May May, listos para ser un muro de protección ante su madre y
recibir cualquier golpe que el Heredero pudiera brindar, pero aprovechando el tumulto y la consecuente
distracción del Guardián del Heredero, Hi En logró liberarse y asestarle un fuerte golpe en la mandíbula,
que hizo a Yang Ti rodar por el piso.
- “¡Antes que toques a mi madre y a IeRan tendrás que matarme!” -gritó fiero, casi loco de rabia-
“¡BASURA!”
- “¡Maldita sabandija arrogante!, ¡malditos sean todos!” –dijo Yang Ti antes de volverse contra su
Guardián y abofetearlo con violencia- “¡inútil! ¡a ver si ahora si haces tu trabajo!.. ¡quiero a todos
encerrados bajo custodia en sus habitaciones! ¡y tú, mocoso! ¡sólo te dejaré tenerla como concubina
cuando te cases con Lai Lai!”
- “¡JAMAS!”
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- “¡No puedo creer que el abuelo Hi En tuviera un hermano tan malvado! ¿y eso fue hace más de
cuarenta años? ¿en serio una pobre chica se suicidó por no tener hijos varones? ¿e iban a convertirte en
concubina, en contra de tu voluntad, abuela?” –gimió Tarah, entusiasmadísima- “¿que pasó? ¿cómo te
salvaste?”
- “Yang Ti había recibido un golpe de Hi En, y se hizo ver por el médico esa tarde, dejando para la noche,
el convertirme formalmente en su concubina. Eso me salvó.”
- “¿Cómo?”
- “Hi En y los demás estaban encerrados en sus habitaciones, pero Hi En se escapó con ayuda de los
gemelos y fue a las habitaciones de Yang Ti a buscarme esa noche… para que huyéramos juntos”
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- “¡Ieran, he venido a…!” –Los ojos castaños de Hi En, con destellos cobrizos, se abrieron con gran
sorpresa cuando vió el bulto caído y fuera de combate que era su hermano mayor, mientras entraba por la
ventana- “-- ¿salvarte?”
- “¡Que repulsivo, que repulsivo!” –musitó Ieran, aún temblando, pero más hermosa que nunca, envuelta
en el más fino y costoso camisón de seda verde jade, que estaba rasgado por el intento de Yang Ti de
forzarla, pero que a la vez hacía que su piel resultase aún más blanca y resaltaba como nunca su pelo y
sus ojos negrísimos. La chiquilla estaba aún resoplando de alivio al haber logrado dejar fuera de combate
a Yang Ti con aquel feroz golpe en los testículos que aprendiera a usar contra los hombres en el orfanato,
pero quedó sorprendida al ver el rostro apuesto de Hi En, que parecía muerto de risa al ver a su hermano
mayor, golpeado por una chica- “¡Hi En! ¿Qué haces aquí?”
El muchacho la vió de arriba a abajo y tragó saliva. ¡Jamás la había visto tan linda!. Ya no usaba el burdo
uniforme escolar –de hecho, ese camisón de seda era bastante transparente y Hi En notaba que en el
tiempo que tenía de no verla Ieran si que se había “desarrollado” bastante– además de estar envuelta en
un perfume sutil pero a la vez invitador, pero negó con la cabeza y trató de mantener la mente fría.
- “Como dije al llegar… vine a rescatarte” –rió, pateando al caído Yang Ti- “pero veo que lo has hecho
perfectamente bien tu sola” –notó que, aunque estaba vestida con el camisón, estaba aún temblando- “¿te
hizo daño?”
- “Trató. Pero estoy bien” –añadió ella, tratando de serenarse- “¡no entiendo nada! ¿Por qué trató de…?
¿Por qué vinieron al colegio por mi? ¿es para esto que me dieron la beca desde el principio? ¿para
convertirme en concubina de alguno de los Li?”
- “No. La beca no es ninguna trampa” –Hi En tomó una túnica y envolvió a la chiquilla con rapidez, antes
de mirarla a los ojos- “todo esto es mi culpa Ieran. Lo siento”
- “¿Tuya?”
- “Si. Hace una semana, cuando vine aquí por lo de los funerales, le dije a mi madre que estaba
enamorado de ti, y por eso Yang Ti quiso perjudicarme, haciéndote … esto. Perdóname, por favor” -los
ojos de Ieran se abrieron como platos ante sus palabras- “Sé que.. debes odiarme por todo esto que has
pasado, pero te juro que jamás quise ponerte en peligro… ¡nunca se me ocurrió que este cerdo pensaría en
hacerte algo así solo para hacerme daño!, ¡yo nunca… nunca…!”
Sentía la lengua hecha trapo. ¿Por qué se sentía tan estúpidamente ridículo bajo su mirada?, ¡y ella estaba
más hermosa que nunca!.. ¡y aquel malnacido de Yang Ti!...… ¡y…! .. ¡y…!. Hi En le dio otra patada a su
desmayado hermano mayor para ver si con eso se le iban los nervios. Pero no funcionó.
- “¿Le dijiste a tu madre que estás enamorado de mi?” –balbuceó Ieran, aún atónita.
Las miradas de ambos se cruzaron y Hi En, sonrió, súbitamente feliz por la reacción de ella.¡Oh si!, Ieran
le quería, ¡ella le quería!. Y sin pensar, impulsivamente, rodeó con su brazo el talle de la chica, besándola
apasionadamente, intensamente, con toda la ansia y necesidad de sus quince años. Fue en aquel beso que
todas las desavenencias entre los dos chicos se esfumaron. Ambos supieron entonces que estaban total y
completamente enamorados, y aunque Ieran tenía un miedo atroz por él, Hi En decidió, en esos instantes,
que jamás, nunca, nadie la iba a apartar de su lado.
- “¿Qué pasará si me escapo contigo Hi En?” –le preguntó la chiquilla.
El muchacho la miró muy serio, y súbitamente decidió su futuro. Muchos pensaban que Hi En era un
rebelde sin causa pero bajo el rudo exterior era mucho más serio y responsable de lo que todos pensaban.
Y aunque conocer y enamorarse de Ieran había estado fuera de todo pronóstico, la decisión que tomó en
esos instantes fue trascendental para la vida de muchas personas que aún no habían nacido pero que sí
nacerían, en el lejano futuro, gracias a él.
Bajó de la ventana de un salto, y se puso de rodillas ante la incrédula Ieran, tomando su mano con un
gesto tan antiguo como apasionado.
- “¿Te casarías conmigo?” –dijo, besándole la mano, inclinando su hermosa cabeza con gracia- “¿me
harías el honor de ser mi esposa?”
- “¿QUEEE? ¿Casarnos? ¿estás loco? ¡tenemos quince años y tú no puedes casarte sin el permiso de tu
padre!”
- “¿No quieres casarte conmigo Ieran?”
- “¡Yo… yo!” –balbuceó, en pánico- “¡yo no soy el problema aquí!, ¡eres tú! ¡no puedes ir por allí
diciendo estas cosas Hi En!, ¿Qué va a decir tu familia?”
- “Mi familia no tiene nada que decir, esto es cosa de dos. Nosotros dos. No de ellos”
- “¿Por qué quieres casarte conmigo?” –replico, aturdida.
- “Porque estoy enamorado de ti. ¿Te parece poco?”
La chiquilla se apartó de él, envolviéndose lo mejor que pudo en la manta que tenía sobre los hombros,
súbitamente asustada por él y su futuro. Hi En siempre había sido un niño rico –con problemas, eso si,
pero no por eso dejaba de ser un niño rico y con abolengo- acostumbrado a tener todo. ¡Pero casarse era
algo serio!... ¿Cuánto podría perjudicarle para su futuro una decisión así? ¡Y nada menos que con ella,
que no tenía siquiera apellido, ni pasado, ni nada!.
- “Me iré contigo Hi En” –dijo, con el rostro sonrojado- “vamos, dime donde iremos, y yo te seguiré sin
chistar. Haré lo que tú quieras, pero no me hables nunca más de boda, por favor…”
El frunció el ceño y se puso de pie.
- “¿Qué estás diciendo?” –se sorprendió notando su sonrojo- “dices que serás… mi mujer,” –se sonrojó
a su vez, porque en el fondo, y pese a sus bravatas, era realmente tímido- “pero ¿no quieres ser mi
esposa…?”
- “No necesitas casarte conmigo para .. eso” –dijo, avergonzada y mirando al piso, pero decidida a
protegerlo de tomar una decisión que sólo dañaría su futuro- “mira, es mejor que nos vayamos y…”
Hi En la tomó por los hombros, los ojos brillantes como brasas..
- “No Ieran. No” -ella alzó el rostro para mirarlo. ¡Era tan alto! ¿alguna vez dejaría de crecer?, entonces
notó la preocupación, la decisión y la irritación en su mirada- “¡No se te ocurra decirme que no me amas,
porque no te voy a creer!” –le dijo, terco- “hace un rato respondiste a mi beso con el mismo ardor que yo,
¡lo noté hasta la primera vez que te besé por mucho que te empeñaste en negarlo!, ¿por qué me dices esto
ahora?”
- “¡Tienes sólo quince años Hi En! ¡eres muy joven para casarte!”
- “Te recuerdo que planean casarme”
- “¡Pero es diferente!”
- “¡Por supuesto que lo es!, Lai Lai Sang no me gusta como esposa…”
- “¡Pero es hija del poderoso clan Sang…!”
- “¿Estás haciéndole publicidad a Lai Lai?” –se sorprendió- “mira Ieran, es mejor que te diga la verdad
completa” –suspiró, aún reteniéndola por los hombros- “conozco a Lai Lai y no me casaría con ella
así fuera la última mujer sobre la tierra. Es hermosa, inteligente, y tiene diecisiete años… ¡y no, no, su
problema no es que sea dos años mayor que yo!. Su problema es que Lai Lai es la versión femenina de
Yang Ti: déspota, orgullosa, arrogante y presuntuosa… ¿en serio me imaginas casado con una mujer
como ella amando a alguien como tú?”
Los ojos de Ieran se llenaron de lágrimas.
- “Sé por qué no quieres casarte pero si estar… conmigo, no creas que soy estúpido” –dijo, muy serio- “y
eso sólo me confirma que me amas, porque jamás estarías con quien no amaras. Si no quisieras que yo
te tocara, ya me habrías dejado fuera de combate como a este bruto” –miró despectivamente a Yang Ti,
aún desmayado en el piso- “pero crees que una unión legal contigo me perjudicará, y eso no es cierto.
¡No soy importante para los Li Ieran, soy sólo el último hijo!. Y así fuera el primero, nunca, pero nunca,
me casaría con alguien con quien no amara.. y te amo. Desde niño, siempre escuché a Madre hablar de la
relación que tiene con Padre, y eso es exactamente lo que quiero para mí. A una mujer que me ame a mí,
no al clan al que pertenezco, que ame a Hi En por ser lo que es, no por el dinero, la posición o el estúpido
asunto de la estirpe y toda esa basura. Una mujer que me ame cuando esté bien y también cuando esté
mal, una mujer en quien confíe y a quien proteja y que también me ame y me proteja, una mujer con
quien pueda pensar en tener hijos… algún día. Una mujer en quien pueda confiar que estará allí, siempre,
en las buenas y en las malas, pero no por deber, no por temor, por amor. Únicamente por amor”
La chiquilla lo miró con los ojos húmedos, y sin poder contenerse, él la abrazó con todas sus fuerzas y
ella se aferró a él, aún llorando.
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- “¿Entonces si huiste con el abuelo?” –se sorprendió Tarah con su dulce voz, más soñadora que nunca-
“y no tuvieron nada…. de nada… hasta que se casaron?” –se sonrojó- “¿Por cuánto tiempo estuvieron de
fugados?, es decir… ¡oh, es que es muy lindo!”
- “Estuvimos escapando de Yang Ti por casi seis meses” –recordó Ieran Li- “y Hi En cumplió su palabra
conmigo, jamás me tocó” –Sakura pensó sonrojada que ella y Shaoran habían tenido intimidad antes de
casarse, de allí que su hijo naciera antes de la boda oficial- “pero Hi En era un señorito de sociedad que
jamás había estado por su cuenta y pasar de eso, a ser un chico que sobrevive diariamente en las calles, no
fue sencillo” –contempló la foto con amor, el mismo amor que casi cincuenta años de dolor y pérdida, aún
no lograba extinguir- “pero creo que él maduró mucho, además le gustó bastante la vida “normal”. Yo no
comprendía cómo podía estar tan tranquilo mientras el tiempo pasaba. Aunque el clan por supuesto que
no dejó de buscarnos todo ese tiempo”
- “¿Los encontraron?” –quiso saber Sakura.
- “No. Vivimos en barrios muy humildes, Hi En aprendió a cocinar, fue mesero, recadero.. ¡es de él de
donde Shaoran tiene talento para cocinar porque yo no soy buena en eso!. Yiu Lu, su guardián… el padre
de Hi Lu, vivía con nosotros y enseñaba artes marciales, que en ese entonces estaban de moda. Los tres
vivimos como hermanos. Supimos por la prensa de la boda de Tao Zen, uno de los gemelos, ordenada
también por Yang Ti, quien nos seguía buscando, hasta que finalmente supimos que por mediación de
Chiang Li (el Padre de Hi En) la guerra entre clanes finalmente terminó.. ¡después de tantos años!”
- “¿El bisabuelo logró el fin de la última guerra de clanes?”-se sorprendió Tarah.
- “Si” –musitó Ieran, lúgubremente, antes de añadir- “Pero a Hi En no le sorprendió. De hecho, no

le sorprendió nada cuando, después de eso, Wei se apareció en nuestra puerta, ordenando que nos
presentáramos en Li House”
- “¿Wei?” –Sakura recordó con cariño al afable anciano que no sólo había criado a Shaoran, también a
Hien, de niño.
- “Si. Vino a buscarnos de parte de Padre y me asusté mucho al saberlo. Pero Hi En no pareció ni
sorprendido y si muy contento de su llegada. Ese mismo día tomamos lo poco que habíamos logrado
tener, y volvimos a Li House”
- “¿Qué había pasado?” –quiso saber Tarah.
- “Yang Ti ya no estaba mandando en Li House. Después de muchos años, Chiang Li, el Jefe del
Clan, había vuelto a casa, y llamarnos de regreso era parte de todo el orden que estaba poniendo en la
familia…”
- “¡El bisabuelo!” –se asombró Tarah- “¿y como era?”
- “Serio, sereno, inteligente y decidido” –recordó Ieran- “Por supuesto que Padre Chiang ya no era nada
joven, y ese era el problema. Los muchos años en prisión lo habían consumido mucho y destrozado su
salud, ni que se diga los años en su lucha por conseguir la paz entre los clanes. Ahora estaba de vuelta en
su hogar, ¡después de más de veinticinco años! y descubrir los manejos y las actitudes del Heredero había
sido un golpe muy duro para él” –dijo- “pero, aunque agotado, cansado y enfermo, Padre era el Jefe, y su
voluntad era ley en el Clan.”
- “¿Por eso heredó el abuelo?, ¿Por qué el bisabuelo lo prefirió a sus hermanos?”
- “Eso… fue complicado.”
- “¡Oh, pero entonces el abuelo si dio permiso para la boda!”
- “No fue fácil” –aceptó Ieran.
**************************
- “¿Entonces?, ¿Cuál es tu respuesta, jovencita?”
Ieran miró con ojos espantados la seria, majestuosa y severa expresión de aquel anciano de rasgos
agradables pero de mirada fría, y ante el apremio y la fuerza inconmensurable en la mirada de Chiang,
Jefe del Clan Li, la jovencita sintió que se ahogaba, por lo que luchó por contener sus lágrimas mientras
su mayor temor en los últimos meses, se hacía realidad.
Había compartido esos meses con Hi En casi sin poder creer que eran reales. Para él habían sido meses
duros pero para Ieran no habían existido ni la miseria, la búsqueda de empleo o la preocupación sobre
la alimentación diaria. ¡Había estado con Hi En todo ese tiempo y eso lo valía todo!, pero ahora… todo
había llegado a su fin. Hi En había sido optimista al pensar siempre que la llegada de su padre acabaría
con los obstáculos que los separaban, pero ella siempre había temido algo como esto. ¿Cómo pudo
siquiera soñar que el serio Chiang Li, ahora llamado por todo el Concilio como “el Pacificador”, iba a
aprobar la boda del último de sus hijos con una chica que había sobrevivido por la caridad del clan Li,
y que incluso se había educado con la beca que ellos habían pagado?. Dama May May era muy alegre y
divertida, muy poco dada a los convencionalismos y había quedado encantada con Ieran, pero era obvio
que Lord Chiang no iba a ver con bueno ojos un enlace tan desigual.
- “Sólo…. Sólo deseo que él sea feliz, Honorable Jefe” –dijo la jovencita inclinando la cabeza, mientras
el Jefe la miraba desde su alta y tallada silla, frente a su gabinete, con la misma postura de un juez
irreductible - “yo…. Haré lo que me pide. Tiene usted razón. Me marcharé de inmediato y jamás volveré
a ver a Hi En”
- “Bien, entonces dime la cantidad que necesitas…”
- “Yo no necesito nada, mi señor” –dijo la chiquilla, mirando al Jefe de frente, con los ojos llenos de
lágrimas- “no deseo perjudicar a Hi En, eso es lo único que me importa, él… él…. ¡yo no quiero que
sufra, yo..!”
- “Pero estás dispuesta a irte…” –insistió Chiang- “obviamente no confías en la fuerza del amor de él.. o
el del tuyo”
- “No me voy por eso, mi señor” –negó la chiquilla- “lo hago porque… porque es cierto todo lo que
usted dijo, soy alguien que no tiene nada, absolutamente nada. Ni siquiera un pasado o mucho menos un
futuro al lado de alguien como Hi En. Además, usted me ha dicho que él perdería su posición y su familia
y no lo considero justo, porque aunque parece alocado Hi En es muy decidido y enérgico, además de
ser plenamente capaz de realizar grandes cosas, si le brinda ud, la oportunidad. Pero, por sus palabras,
entiendo bien que a ud. yo le parezca poca cosa para su hijo.. El…… se merece algo mejor que yo”-
sollozó- “por eso mejor me marcho señor. No quiero seguir perjudicándolo. Aunque no tenga duda que
siempre lo recordaré… ¡jamás lo olvidaré!”
- “A mí no me lo parece. Te das por vencida demasiado pronto”
- “¿COMO PUEDE DECIR ESO?” –gritó la chiquilla, mirando al anciano elegante y majestuoso, con
lágrimas de ira nublando sus ojos- “¡YO DARIA MI VIDA POR HI EN, SIN DUDARLO!”
Ieran se puso de pie de un salto, decidida a irse inmediatamente, pero fue entonces que la puerta del
despacho del Jefe se abrió de un tirón y un indignado Hi En ingresó, muy pálido.
- “¡Pero Padre!, ¿Qué significa esto?” –retuvo a la llorosa Ieran del brazo- “¡a donde quiera que ella vaya,
me iré con ella..!!”
- “¡NO, NO, ESO NO!”
- “¡Ieran!”
- “¡Yo no te amo, no te amo, no te quiero, nunca te he querido! ¡sólo quería tu posición y tu dinero!” –
chilló la muchacha- “¡tu padre me paGÓ MUCHO DINERO, asi que ahora déjame en paz!”
- “¡NO TE CREO!”
- “¡dejame en paz!”
Hi En tomó a Ieran del brazo y forcejeó con ella, sin dejarla marchar..
- “¡Padre, no puedo creer que me hagas esto!”
- “Y yo te pregunto a ti, muchacho… ¿eres capaz de irte de aquí, de dejar de ser un Li, de perder tu
nombre, tu posición y tu herencia, por una niña que te acaba de decir eso?” –insistió Chiang, sereno, frío,
inflexible- “¿eres capaz?”
- “¡SI, SI!, ¡YA TE HE DICHO QUE SI!”
- “Eso dices ahora, pero ambos tienen sólo quince años…¿Qué hay si después se arrepienten?, cuando no
haya comida, cuando tengan que trabajar muy duro, cuando no tengan a quien recurrir y lleguen los hijos
en medio de la miseria… ¿no te arrepentirás, Hi En?”
- “¡He vivido estos meses así, Padre!. Y no me importa. De hecho, he disfrutado mucho de trabajar duro,
de cuidar de Ieran y de que ella me cuidara a mi, ¿no es de eso de lo que se trata amar a alguien? ¡puedo
ser joven pero sé perfectamente que quiero pasar el resto de mi vida con Ieran, aunque sea bajo una
choza!”
- “¡NO, YO NO QUIERO QUE TENGAS QUE PASAR POR ESO!” –chilló ella entre lágrimas,
soltándose de la zarpa de Hi En y corriendo hacia la puerta, donde fue detenida por la elegante figura de
Dama May May- “¡oh, por favor, déjeme ir, señora!” –sollozó.
- “¡Ieran!, ¡No” –protestó Hi En, tratando de retenerla- “¡yo quiero…!”
- “Chiang, por favor. ¿no crees que esto ya ha llegado demasiado lejos? ¡Estos pobres niños están
sufriendo! ¿ya estás plenamente convencido de que se aman o no?” –intervino la hiperactiva Dama,
conteniendo a su hijo y a la chiquilla, con un gesto y una sonrisa que desconcertó a ambos chicos-
“Tranquilos mis niños, todo está bien… solo era una prueba…”
- “¿QUEEE?” –chilló Hi En- “¿ahora me sales con que es todo una broma, mamá?”
Ieran aún trató de huir, pero Dama May May la retuvo mientras sonreía..
- “Tranquila mi niña, todo está bien” –la dama volvió su mirada hacia la figura seria y casi mayestática
de su esposo, sin arredrarse en lo más mínimo ante su postura glacial- “¿Y bien, Chiang? ¿ya estás
convencido?”
- “¿Mamá de que estás hablando?” –quiso saber Hi En.
La pétrea expresión de Chiang Li se suavizó poco a poco, mientras una agradable sonrisa aparecía en
sus facciones cansadas, y agradables. Ambos chicos se miraron entre sí con profunda sorpresa, cuando el
anciano Jefe del Clan Li se levantó de su silla con una expresión traviesa en el rostro y se les acercó con
pasos rápidos, rodeando los hombros de los dos muchachos con sus brazos, mientras su sonrisa era aún
más amplia.
- “Lo siento, chicos. Pero tenía que estar seguro que lo de ustedes no era un capricho pasajero. Ahora
les ofrezco mis disculpas… pero era mi deber, como padre y Jefe del Clan Li, hacerles esta dolorosa
prueba” –con un gesto contuvo a Hi En antes que dijera algo- “sé que ustedes saben que se aman, pero a
los quince años a veces se puede perder la perspectiva y era necesario probar la fuerza de ese amor” –se
volvió a Ieran, que aún lloraba y se negaba a ver a Hi En y mucho menos a su padre- “querida niña, por
favor, perdona a este viejo. Ya antes había comprobado que Hi En sólo pensó en tu seguridad cuando
hablé con él, e igualmente ahora tú probaste que eras capaz de renunciar a él, por su propio bien y sin
pedir nada a cambio. ¿Cómo puedo negar que realmente amas a mi hijo y que él te corresponde?. Eso es
lo único que importa, y tienen mi bendición para casarse”
Ieran alzó la mirada, sin poder creer lo que escuchaba..
- “¡Padre!” –saltó Hi En, muy emocionado- “¿es en serio? ¿esta no es otra de tus pruebas, verdad?
- “Cuando tengas hijos y deseen casarse, entenderás que un padre debe estar seguro de algunas cosas
antes de aprobar algo tan trascendental como una boda” –sonrió, amable- “pero si, hijo. Si. No tengo
ninguna objeción al hecho que tú y Ieran quieran casarse…”
- “¡Oh Padre!” –Hi En casi saltó en su silla y abrazó a Ieran que se recostó sobre su hombro, aún llorando-
“¡gracias, gracias!”
- “No me las des aún, porque es parte de mi deber advertirles a ambos, que no van a tenerlo fácil” –dijo
Chiang, sereno- “miren muchachos, si he llevado a cabo esta dolorosa prueba con ustedes es porque en el
futuro tendrán que afrontar otras mucho peores y es necesario que estén preparados” –hizo una leve pausa
antes de volverse a su hijo- “Hi En, sabes bien que con esto que has hecho al impedirle a Yang Ti que
tomara a Ieran como concubina, te has ganado el odio y el resentimiento de tu hermano..”
- “¡Padre, Ieran jamás aceptó ser su concubina! ¡Yang Ti ni siquiera la conocía antes de tratar de forzarla!
¡sólo lo hizo para molestarme!”
- “No voy a negar eso, pero Yang Ti afirma que está enamorado de tu prometida y exige que te
desconozca como mi hijo, por haberle robado la oportunidad de “tener hijos varones” con ella, tal como
había planeado…”
- “¡Oh no!” –chilló Ieran, estremeciéndose ante la idea- “¡No!”
- “¡Yang Ti está mintiendo..!”
- “Ya lo sé, Hi En. Eso no necesitas decírmelo. Lo que yo si necesito que ustedes entiendan es que se
han ganado a un enemigo formidable en Yang Ti” –miró a su hijo- “jamás los perdonará, Hi En. Se
siente humillado, ofendido, despreciado… y siendo su carácter tan mezquino…” –suspiró, con dolor,
admitiendo las faltas de su primogénito- “no lo olvidará nunca y eso no es poca cosa. Miren muchachos,
yo voy a darles la autorización para casarse inmediatamente y asimismo pondré una casa a nombre de
ustedes, también les pasaré una cantidad mensual para que vivan bien y pagaré sus estudios y…”
- “No papá” –dijo Hi En rápidamente- “no necesitamos eso. Te agradecemos la casa, y si, eso si estoy
dispuesto a aceptar, porque sé que sería mi única y pequeña herencia, pero no necesitas mantenernos,
ni mucho menos pagarnos los estudios” –miró a Ieran y ella asintió- “ambos hemos podido subsistir
estos meses y hemos aprendido a luchar, a vivir el día a día, compartiendo todo. Será una gran ayuda
no tener que preocuparnos por un lugar donde vivir, pero eso es más que suficiente. Si voy a tomar mi
propio camino en esta vida, si voy a volar con mis propias alas y no voy a someterme a las alianzas
matrimoniales que el Clan Li necesita, no es justo que el Clan Li me mantenga. Ieran y yo lo lograremos
solos, tal y como lo hemos estado haciendo hasta ahora…”
- “Creo que no me estás entendiendo hijo..”
- “Si papá, te entiendo… pero PUEDO hacerlo. En serio. Si hay algo que he querido toda mi vida es ser
libre, entiendo más que nunca que esa libertad tiene un precio, y estoy dispuesto a pagarlo” –aceptó, antes
de añadir, muy serio- “Padre, sé que Yang Ti te debe haber informado que he sido un dolor en el trasero
todo este tiempo, con mi rebeldía, pero eso no me convierte en un loco o un inmaduro. Quizá sea por que
tuve la suerte de ser criado por Madre, pero siempre entendí la importancia del Clan, lo privilegiados que
somos al tener todo lo que tenemos, pero a la vez la responsabilidad que tenemos por nuestra posición.
Sin embargo, cuando conocí a Ieran aprendí a entender lo que hasta entonces había sido para mí simple
teoría: aprendí a entender lo sacrificado que era tu posición como Jefe, que era mucho más que llevar
un traje ceremonial y una bella espada, o dar órdenes. Entiendo ahora, y mejor que nunca, que llevas en
tus espaldas el peso de la responsabilidad de todas las vidas de los miembros del clan, de sus anhelos,
de sus bienes, de sus vidas. Entendí que si bien tienes la lealtad y el poder sobre las vidas de los del clan
es porque a cambio, te sacrificas por ellos, por todos, siempre pensando en todos más que en ti mismo.
Y es por ti, es por todo lo que hemos pasado aquí en Li House que he aprendido que el verdadero poder
debe usarse con responsabilidad y en beneficio de los menos favorecidos, porque aún desde tu prisión tú
buscaste ayudar a los que sufrían, salvando a las niñas de la China Continental, y sin querer, salvando a
Ieran…” –hizo una leve pausa- “siempre me sentiré orgulloso de ser tu hijo, padre. De ser un Li. Pero no
por la magia, la riqueza o la alcurnia, me sentiré orgulloso porque soy hijo de un hombre bueno”
- “Hi En, querido hijo…” –replicó Chiang, mirando a su hijo más joven con orgullo- “es curioso que me
digas estas cosas, justo cuando quieres “volar con tus propias alas”. Pero quiero que sepas, que ambos
sepan” –se volvió también a Ieran- “que todo lo que les doy, no es por limosna o porque crea que no
podrán sobrevivir sin ayuda. Si les ofrezco todo esto, es porque pienso en el futuro: Ambos no ignoran
que le he retirado a Yang Ti su condición de “Heredero”, pero temo que eso es sólo algo temporal, porque
es el mayor de todos mis hijos.” –añadió tras una pausa- “no les negaré que he considerado retirarle
esa condición de forma definitiva y dársela al hijo que yo vea que tiene las mayores capacidades,
pero temo que es una situación sin salida. Hace años, mi hermano mayor perdió su condición a mi
favor no sólo porque no podía cumplir con el primer deber de un Heredero al perpetuar la dinastía,
él perdió su condición fundamentalmente porque mi padre notó que no comprendía todas las mismas
responsabilidades del Jefe que bien acabas de enumerar, Hi En. Pero ¿Cuál fue el resultado?. Mi hermano
mayor alimentó el odio en su corazón y aprovechando mi situación de rehén, ha emponzoñado el corazón
de tu hermano mayor, convirtiéndolo en justo lo que May May y yo jamás hubiéramos querido: un ser
ambicioso, egoísta y sin escrúpulos, que cree que todo el clan vive para servirle como esclavos y nada
más. Pero, desgraciadamente, aunque no quiera, Yang Ti será el Jefe, el día que yo muera… porque no
deseo que haya una guerra interna en el clan a mi muerte, si lo desheredo”
- “Chiang…” –balbuceó Dama May May.
- “Pero, a lo que voy hijos míos, es que si les doy ahora todo lo que puedo y su educación, es en previsión
al futuro” –los miró, muy serio- “su educación y los pocos bienes que pueda darles será todo lo que
tengan cuando yo duerma con mis ancestros y no pueda protegerlos del odio de Yang Ti” –ambos jóvenes
se miraron, palideciendo- “sé que ambos lograrían tener lo que desean solos, pero temo que tiempo es lo
que no nos sobra. Necesito saber que ambos estarán listos para desaparecer de China y si es necesario de
Oriente, el día que Yang Ti sea Jefe del Clan Li y que estarán bien…”
- “Entiendo, padre…” – dijo Hi En, muy decidido.
- “Espero que eso sea en algunos años… al menos voy a poner de mi parte”-el Jefe miró con atención y
orgullo a su hijo más joven- “¡si sólo pudiera desheredar a Yang Ti!. Pero no deseo que un hermano se
volviera contra otro a mi muerte. En realidad, muchachos, les confieso que de no ser por eso, el clan Li
tendría al más digno y capacitado Heredero…”
- “Tao Zen” –dijo Hi En, con una sonrisa- “Padre, yo sé bien que tienes buenas razones para mantener a
Yang Ti como Heredero, pero creo que si hubiera alguna forma en que pudieras elegir al más capaz de tus
hijos, Tao Zen sería el más digno Heredero y futuro Jefe del Clan Li”
Chiang y May May intercambiaron miradas.
- “¿Eso piensas, hijo?”-balbuceó May May.
- “¡Claro que si!. En realidad, cualquiera de los gemelos podría hacerlo” –dijo Hi En, entusiasmado-
“ambos son sensatos y buenos, pero Tao Zen es sumamente maduro e inteligente, y, a diferencia de
Tao Yi, que es más bien alguien más afable y muy dependiente de su gemelo. Por eso digo que Tao Zen
es más serio y decidido” –notó las miradas divertidas de sus padres y sonrió- “¿verdad que piensan lo
mismo?”
- “No hijo. Es curioso, porque cuando tuve esta charla primero con tu madre, y después con los gemelos,
los tres estuvieron de acuerdo en que si alguien tenía el carácter y la fuerza y la madurez para ser el
Heredero y futuro Jefe… ese eras tú”
- “¡¿YO?!” –protestó Hi En, poniéndose pálido- “¡Oh, no, no! ¡eso nunca!”
- “¿Por qué no?” –quiso saber Dama May May.
- “¡Porque soy el último hijo, madre, y me siento feliz y agradecido por serlo!” –protestó, serio- “porque
sé bien el enorme peso, la carga, la enorme responsabilidad que representa ser Jefe, y eso es lo último que
deseo para mí y mis descendientes. Soy feliz con ser quien soy, el último de tus hijos. Los quiero y los
respeto a ambos y en el futuro prometo que tendré en cuenta la dignidad y la responsabilidad de ser un Li,
pero ser Jefe es como tener una gigantesca roca atada al cuello… una piedra que no se puede dejar atrás,
porque es la responsabilidad por muchas vidas que dependen de ti, y eso es demasiado, madre. Además,
cualquiera de los gemelos está más capacitado que yo para esa inmensa responsabilidad… si fuera posible
que heredara alguien que no fuera Yang Ti heredara, por supuesto”
Chiang Li suspiró.
**************************
- “¿Entonces el bisabuelo y la bisabuela querían que el abuelo Hi En fuera el heredero, aún antes de que
realmente lo fuera?” –interrumpió Tarah, sin poder contenerse.
- “Creo que Madre te lo mencionó alguna vez, ¿no Sakura?” –preguntó Ieran- “Hi En era su hijo
favorito…”
- “Si, creo que alguna vez lo dijo” –rió la antigua card captor recordando a la abuela Li con cariño-
“entonces…. ¿realmente les permitieron casarse tan jóvenes?”
- “Si. Aunque no hubo una gran ceremonia, ni nada. De hecho, me casé con ese vestido” –miró la foto
con nostalgia- “y no fué fácil. Fué Yang Ti quien descubrió que mi desconocido clan era en realidad el
Clan de los Thughs, y eso fue espantoso para mí, porque me llenó de profunda vergüenza. No era bastante
con todo lo que los Li habían hecho por mí, resulta que además yo tenía la sangre corrompida de los
estranguladores. ¡Eran los asesinos del Concilio, el clan más despreciado de todos, ni siquiera tenían un
asiento en el Concilio!. Por supuesto que yo creí que ese sí que sería un obstáculo insalvable pero a Hi
En no le importó, y Madre y Padre fueron absolutamente amables conmigo al no culparme por la mancha
atroz en mi sangre. Yang Ti no consiguió evitar la boda, aunque si logró que fuera algo íntimo. Después
de acreditar el permiso por escrito, de Padre, Hi En y yo declaramos nuestros votos matrimoniales ante un
funcionario anónimo del Gobierno Británico, totalmente solos. Ni siquiera Padre ni Madre pudieron estar
allí. Esa foto nos la tomaron cuando paseábamos por la calle, saliendo de la boda” –añadió- “pero Padre
realmente quería ayudarnos e hizo más que darnos su bendición y una casa bonita en Hong Kong: nos
dio una generosa pensión mensual y pagó los estudios de Ingeniería de Hi En, y los míos de Educación.
Aunque, por supuesto…. yo no llegué a terminar la carrera”
- “¿Por qué?” –quiso saber Tarah- “¿murió el bisabuelo y tuvieron que huir?”
- “No querida” –sonrió Ieran- “fue porque los siguientes cinco años, tuve tres hijas”
- “¡Oh!... ¿tuvo a las tías, antes de los veinte años?”
- “Si. Ellas llevan el nombre de mis mejores amigas de esa época” –recordó Ieran, antes de ponerse seria-
“de hecho, esa fue la época más feliz de mi vida. Solo me ocupaba de estudiar un poco, de reír y jugar con
mis hijas y de ser feliz con mi marido, que estudiaba mucho y compartía conmigo el cuidado de las niñas.
Hi En maduró muchísimo entonces, era más como Shaoran: muy confiable y sobreprotector, en realidad
él siempre fue mucho más dulce y afable de lo que parecía. Era increíble, pero detrás de esa fachada de
chico rudo y rebelde, se escondía un muchacho realmente tímido y serio. Pero mientras nosotros vivíamos
felices e ignorados en los suburbios de Hong Kong, el clan pasaba por una crisis atroz: Yang Ti urdió una
conspiración contra Tao Zen, temiendo que le quitara su puesto como “Heredero”, y bajo la apariencia de
un ataque de otro clan hizo estallar una bomba en el edificio donde Tao Zen se encontraba con su esposa.
Ambos murieron”
Sakura y Tarah se miraron, atónitas y horrorizadas.
- “Si, es triste recordarlo, pero el asesinato entre hermanos se desató tal como temía Padre. Por supuesto,
al principio ni él ni Madre sabían quien había matado a su hijo y estaban deshechos por el dolor de
su pérdida. Y aunque Hi En no ignoraba que había graves conflictos en Li House, no tenía idea de la
desgracia. Cuando Madre vino a vernos, llorando, a pedirnos que nos mudáramos a Li House de vuelta,
supimos realmente que la guerra interna en el clan había terminado, aunque en mi caso, ni siquiera
sabía que se había llevado a cabo” –explicó- “Padre había tenido un infarto porque había descubierto la
participación de Yang Ti en el asesinato de su hermano, ejecutado por parte de miembros del clan Chen,
pero eso no era lo peor. Al ser descubierto por su padre, Yang Ti se suicidó” –recordó, entristecida- “no
lamenté la muerte de Yang Ti, pero si la de Tao Zen y su esposa embarazada”
- “Entonces Tao Zen no dejó hijos…” –quiso saber Tarah.
- “Si. Yang Ti confabuló con el clan Chen, para hacer el trabajo de forma completa. El necesitaba que Tao
Zen no dejara hijos varones, por eso la bomba. Cuando supimos la verdad, no podíamos creerlo”
- “¿Y volvieron a Li House, entonces?” –quiso saber Sakura.
- “Si. Hi En entendió que sus padres lo necesitaban y asumió sus funciones como hijo, con seriedad,
energía y decisión. Tao Yi (el gemelo restante), era el nuevo Heredero a la muerte de Yang Ti pero desde
la muerte de su gemelo se sumió en una depresión cada vez mayor y el clan hubiera ido a la deriva de
no ser por Hi En. Tanto Padre como Madre estaban terriblemente afectados, ya que en menos de un año
ambos habían perdido a dos de sus cuatro hijos varones. Ahora sólo tenían a Tao Yi y a Hi En”.
- “¿Qué pasó con Tao Yi?” –quiso saber Sakura.
- “El murió poco después que tuve a mi última hija. No quiso casarse, y desde la muerte de su gemelo
había empezado a sufrir accesos de depresión hasta acabar en bulimia. Nada de lo que se hizo pudo
ayudarlo. Antes de morir le dijo a Padre y Madre que Hi En era el único capaz de limpiar el clan de toda
la basura que habían dejado Yang Ti” –recordó al último de sus buenos cuñados con tristeza- “y así nos
encontramos en una posición que ni quisimos, ni deseamos nunca. Aunque debo admitir que Hi En estuvo
a la altura de las circunstancias. La que falló fui yo, siempre yo. Ilusamente me mantuve totalmente
ocupada en cuidar de mis hijas, de Padre y de Madre sin interesarme en nada más, mientras Hi En se hizo
cargo de todo. Fue entonces que el clan se volvió tal y como ustedes lo conocen: todos los miembros
tratados con justicia, todos estimulados para desarrollarse conforme a sus actitudes y servir al Jefe en la
medida de sus posibilidades, todos recibiendo justamente el producto de su esfuerzo” –añadió orgullosa-
“ni que decirles que el descontento, el rencor y la frustración por los malos tratos de Yang Ti quedaron
atrás. En menos de dos años, todos en el clan adoraban a Hi En, que, aunque era oficialmente el Heredero,
ejercía el poder del Jefe, en vista de la mala salud de Padre.” –añadió pensativa- “él hizo un magnífico
trabajo, uniendo y cohesionando al clan, haciéndolo una gran familia, ganándose el amor y la lealtad de
todos. Aunque lo curioso es que Hi En jamás había querido ser el Heredero. Pero lo hizo bien cuando
las circunstancias lo obligaron; su rebeldía y su fuerte temperamento de chiquillo habían madurado,
para hacerlo un Heredero decidido, activo, serio, pero justo. Y no sólo ordenó el Clan como ustedes lo
conocen, también llevó ante el concilio a los cómplices de Yang Ti: el clan Chen. Por supuesto que ellos
negaron los cargos pero el proceso ante el Concilio probó su responsabilidad y el jefe fue ejecutado por
orden del Tai Pan, aunque su clan no pagó su crimen con el exterminio porque Hi En no lo permitió.
Fue lo justo, por supuesto, ¡culpar a un clan por seguir las órdenes de su Jefe y exterminarlo nos pareció
demasiado!. Pero aún así, el nuevo jefe de los Chen se sintió humillado por la compasión de Hi En, y las
situaciones entre ambos clanes quedaron muy tensas…”
- “¿El clan…. Chen?” –dudó Sakura. ¿Dónde había escuchado ese nombre?.
- “Si. El clan Chen. Seguro que Shaoran te lo mencionó alguna vez” –miró a su nuera con fijeza- “alguna
vez has escuchado la expresión “¿los hombres Li atraen irresistiblemente a las mujeres malvadas?”
¿nunca lo escuchaste?”
- “No” –aceptó Sakura, pero añadió, pensando en Akasha- “pero es realmente muy cierto. ¿Quién decía
eso?”
- “Madre. Es decir, Dama May May. Ella sabía que Lai Lai, la antigua prometida de Hi En, nunca aceptó
de buena gana su rechazo, y siempre me previno de que estuviera pendiente de las miradas que ella le
lanzaba en el Concilio, cuando él asumió la posición de Heredero. Madre decía que una mujer buena, que
ama a un Li, siempre tiene que estar lista para espantarle a las malvadas que ellos atraen, especialmente
sin notarlo. Aunque yo no le creí entonces, porque jamás tuve motivos para desconfiar de mi marido.
Hi En era muy gentil conmigo, un esposo fiel y un padre cariñoso. Pero el problema era ella, no él.” –
añadió con odio- “Lai Lai se había casado con el segundo hijo del clan Chen, quien ahora era el nuevo
jefe. Pero no hay nada peor que una mujer despechada ¿saben?. Yo lo supe después, pero Lai Lai trató
de convencerlo para ser amantes y cuando Hi En la desdeñó otra vez, ella convenció a su esposo a usar
el pergamino del Ultimo Card Captor, que, ¡no sé cómo! había caído en sus manos, usando la excusa
de la venganza, por supuesto. Como antigua prometida de Hi En, ella sabía perfectamente que él había
sido obligado a cazar las antiguas Cards Zen, las que viste usar a Shaoran cuando eran niños, Sakura”
–la antigua card captor recordó los pergaminos que su esposo usaba cuando era niño- “como parte de
los castigos de Yang Ti, poco antes de que yo lo conociera. Por eso Lai Lai sabía perfectamente que si
despertaba al último card captor, Hi En sería su presa”.
Sakura y Tarah se miraron entre si, atónitas. Ambas sabían bien que Hi En había perdido la vida a manos
del Ultimo Card Captor, pero jamás habían imaginado que la razón por la que el poder de la siniestra card
había sido desatado, había sido el odio y el despecho de una mujer..
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- “¡Ieran!, ¡protege a nuestro hijo! ¡protege a Shaoran y a las niñas!” –el rostro de Hi En era sereno pero
triste- “perdóname por favor. Te juro que me sorprendió… nunca quise dejarte sola, mucho menos ahora.
Perdón. Se fuerte por favor… ¡tienes que salvar a Shaoran y a nuestras niñas!”
Ieran Li parpadeó sin comprender, aún adormilada en su amplio lecho con un Shaoran de horas de nacido
en brazos, pero de pronto sus ojos se abrieron con sorpresa para ver la imagen de su marido desaparecer
ante su vista. La joven mujer abrazó al bebé súbitamente asustada y sólo entonces notó que Li House
estaba en total silencio.
¿Qué había sido eso? ¿un sueño? ¿Qué hora era? ¡ya era el día siguiente del nacimiento de Shaoran! ¿Hi
En aún no había vuelto?, ¿no había terminado ya su reunión con los Chen?.
Súbitamente tuvo miedo. Un miedo horrible pareció apoderarse de ella mientras recordaba el rostro
apuesto de Hi En advirtiéndole. Y sin pensar en nada y pese a que se encontraba aún agotada por el parto
se puso de pie y con el bebé en brazos abandonó la lujosa habitación, llamando a grandes voces a sus
niñas.
- “¿Qué sucede mi señora?” –replicó la madre del pequeño Hin Lu, que estaba aún medio dormido, pero
de pie y con carita de confusión, saliendo de un pequeño aposento al lado del dormitorio de Ieran - “¿Qué
pasa?”
- “¿Dónde está Hi En? ¿Dónde están mis niñas?”
Súbitamente la alarma de Li House se encendió, atronadora y terrible. Muchos pasos se escucharon en el

vestíbulo cercano, mientras se escuchaba una discusión detrás de la puerta..
- “¡No Wei, no! ¡soy el Jefe del Clan Li! ¡obedéceme!”
- “¡Mi señor, me mataré si lo ordenas después, pero es necesario que se ponga a salvo!”
- “¿Wei, me estás desobedeciendo?”
- “El señorito Hi En me ordenó que no lo acompañara, que nadie más que su Guardián fuera con él a esa
pequeña reunión con el Clan Chen” –la voz de Wei era angustiada- “¡¿porqué seguí sus órdenes?”
- “¿WEI QUE PASA?” –gritó Dama May May, muy pálida.
Un gran alboroto, llanto y gritos se dejaron escuchar desde las mismísimas puertas principales de Li
House, pero lo que heló la sangre de Chiang y May May, fueron las lágrimas incontenibles que brotaban
de los ojos del antiguo servidor.
- “El señorito ordenó… que Li House tuviera refuerzo de la guardia, por si acaso. Y que si él no volvía en
media hora, reforzáramos la casa primero y después fuéramos a buscarlo” –la voz de Wei se quebró, antes
de caer al piso, de rodillas- “¡No debí obedecer sus órdenes!, ¡debí haber ido con él..!”
Ieran abrió la puerta de sus aposentos con su bebé en brazos. Estaba fría como el hielo. Pero aún pudo ver
la expresión en los ojos de Padre. La desesperación, la angustia. El terror en el rostro de Madre.
- “¡ No, no! ¡No!” –dijo Chiang, con los ojos a punto de salirse de sus órbitas- “¡la guerra ha terminado!
¡no hay motivo para que le pase algo a mi hijo! ¡Hi En siempre ha sido muy precavido y cuidadoso, él
siempre es muy desconfiado! ¡pero ya han pasado más de cinco años desde el fin de las guerra de clanes!,
¡yo mismo le dije que lo del resguardo de la casa era una exageración y reduje la guardia!”
- “¡Mi señor!” –sollozó Wei, de rodillas en el piso.
Chiang intercambió miradas aterradas con May May, antes de echar a correr por los amplios pasillos
de Li House con el terror, el pánico, y la angustia en la mirada. Sin embargo, lo que encontraron en las
puertas de Li House fue peor que ver la cabeza de una medusa ante ellos, porque la impresión pareció
convertirlos en piedra.
Li House estaba bajo un círculo de férrea protección por parte de guardias leales hasta la muerte pero
que no podían contener las lágrimas, ya que el joven Heredero que había reformado el caos interno, el
mismo joven Heredero que había sido justo, leal, activo y enérgico con todos, que les había escuchado,
el mismo que les trató de nuevo como personas y no como piezas descartables o esclavos, el mismo que
se había ganado la lealtad incuestionable de todos en el clan, estaba allí… sobre la amplia mesa del Salón
Principal. Bañado en sangre, Yerto y frío. Con el traje ceremonial hecho jirones y tres agujeros –uno de
ellos, atravesando el mismo corazón- por los que sólo quedaba sangre seca. Varias mujeres del clan –
todas las hermanas de Hi En- corrían hacia el cadáver dando gritos y lamentos, casi bañándolo en sus
lágrimas, pero todos enmudecieron al ver la angustiada figura del anciano Jefe acercarse a paso inseguro
e incrédulo hasta contemplar el cadáver del hijo que había sido su esperanza, y que había brindado paz a
sus últimos años.
- “¡Hi En!... ¡No, no tú!” –gimió Chiang, temblando- “¡NO, NO!”
Dama May May cayó de rodillas besando las manos ensangrentadas de Hi En entre gritos, antes de
desmayarse, sin poder contener su dolor. Pero Chiang se mantuvo aún quieto, mirando el cadáver del
último y más espléndido de sus hijos, antes de apretar con su mano derecha su pecho y caer, muerto, a los
pies de los ambos cadáveres –porque el infortunado Yiu Lu estaba muerto también, a los pies de su señor
y mejor amigo- ante el espanto, terror y horror general.
Ieran Li contempló todo aquello en escasos segundos, aún con su bebé en brazos. El hombre que amaba,
su amable, decidido y muchas veces terco pero gentil esposo, el mismo que había conocido siendo aún
una niña, no estaba más. Lo había visto crecer de un aparente adolescente rebelde a un decidido, serio
y muy responsable hijo, capaz de hacerse cargo de los padres que lo necesitaban y de reformar todo un
clan, aún cuando jamás lo había deseado. Hace escasas horas le había sonreído cuando ella le obsequió
con el tan deseado hijo varón, pero ahora estaba muerto y aunque sentía como si una mano de acero
le apretara la garganta Ieran no pudo llorar. Los sueños que compartieron de criar juntos a Shaoran se
hicieron añicos. Jamás podrían apoyarse uno en el otro en su vejez, como ella había soñado alguna vez,
al ver a Madre y Padre tan unidos en el otoño de sus vidas. Y miró incrédula y dolida a su desventurado
bebé, comprendiendo que el pobre Shaoran nunca vería el rostro amado de su padre, nunca escucharía su
risa, ni su voz…. y en ese momento algo que fue alegría, ternura, esperanza y dicha, murió dentro de ella,
irremediablemente. De su boca brotó solo un gemido inarticulado, casi más animal que humano, porque
la muerte de Hi En se había llevado su humanidad, y Wei, que aún estaba atónito al comprobar que su
amado señor, amigo y Jefe del Clan: Chiang Li había caído muerto ante el dolor de la pérdida del último y
más amado de sus hijos, la miró aterrorizado.
El pequeño Hin Lu y su madre sollozaban abrazando el cuerpo del caído Guardián del Heredero, pero
ante el gemido inhumano de su señora, la pobre viuda de Yiu Lu corrió hacia ella, abrazándola..
- “¿Dónde está papá?” –las voces de las niñas, las adoradas hijas de Hi En se escucharon en los pasillos
cercanos.
- “¿Por qué todos lloran?”
- “¡No permitan que las niñas entren al Salón!” –ordenó Wei, rápidamente, antes de volverse a Ieran,
mientras otros miembros del Clan acomodaban el cadáver de Chiang Li, al lado de los restos del último
de sus hijos- “¿mi señora? ¿mi señora?”
- “¡Maestro de Armas! ¡mi señor!” –apareció un miembro de la seguridad de la casa, pálido y

ensangrentado- “¡ya no podemos detenerlos! ¡están entrando! ¿ya salió el Jefe de la Casa?” –el hombre
miró espantado los cadáveres y el cuerpo desmayado de Dama May May- “¡Oh, por todos los dioses!
¡todos estamos perdidos!”
Wei miró al recién llegado, aún más pálido. Sabía que desde hace poco menos de media hora estaban
bajo silencioso pero brutal ataque de un clan desconocido, y por eso había desobedecido e ido a buscar al
señorito Hi En, solo, y aún antes de que se cumpliera la media hora de espera, con el terror en el corazón.
Había encontrado el lugar de la reunión resguardado por gente de un clan desconocido, pero nada lo
detuvo hasta hallar a su joven y valiente amo y a su infortunado guardián, muertos y resguardados por
gente de ese clan desconocido. Loco de dolor, Wei los había matado y había huído con los cadáveres
rumbo a Li House agradeciendo la precaución del ahora fallecido Heredero de reforzar la seguridad,
sabiendo, entre lágrimas, que su deber consistía en sacar al Jefe, la Dama y a la desventurada señorita
Ieran, sus hijas y el bebe recién nacido de Li House, y llevarlos al edificio del Concilio, para ponerlos
bajo la protección del Jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente –no había guerra, ¡un ataque de este tipo
era insólito, jamás había ocurrido algo asi!- pero..
¿Qué hacer ahora?.
Los gritos de los miembros del clan, cayendo uno tras otro bajo el ataque de el desconocido clan –los
miembros del clan ya no oponían resistencia, la noticia de la muerte del Heredero, el amado señorito
Hi En, y ahora la del Jefe, había acabado con el espíritu de los defensores de Li House- llegaron
confusamente a los oídos de Ieran.
¡Li House estaba siendo asaltada, quienes quiera que fueran los atacantes, iban a matarlos a todos!.
Wei ordenó de prisa que se llevaran los cuerpos de los amados Jefe y Heredero, y que sacaran a las niñas
y a la desvanecida Dama May May… pero Ieran seguía convertida en piedra aferrada al bebé en pañales,
que lloraba a todo pulmón, como comprendiendo que había quedado huérfano de padre a escasas horas de
llegar a este mundo.
Pero Ieran ya no sentía, no veía, no vivía más. Cayó de rodillas con el recién nacido en brazos sintiendo
las propias voces de sus hijas como ecos lejanos, Wei, el clan, todo…. todo había muerto. Ella estaba
muerta. Como Hi En.
- “Cuídalo mucho, Ieran” –la voz de su marido sonó en su oído, como siempre, estremeciéndola- “cuida
de nuestro Shaoran, por sobre todo y sobre todos”
El recuerdo de las últimas palabras de su esposo la estremeció. Su mirada volvió hacia el cuerpo caído de
Hi En y después hacia Shaoran, viendo entonces como el bebé lloraba, agitando sus puñitos, reclamando
atención. Su corazón estaba helado y sólo rebosaba dolor pero comprendió que no tenía derecho de
morir. No podía quedarse allí y esperar la muerte, dejándose caer sobre el cuerpo de Hi En y alcanzarlo
a las mismas puertas de la muerte tal como anhelaba. No tenía ese privilegio. A su alrededor estaban
las hermanas mayores de Hi En, los cuñados, los miembros del clan, todos aferrándose a sus faldas,
mirándola con esperanza, con una fé casi infantil, sabiendo que la mujer de Hi En Li tenía que ser el
refugio y la roca de fortaleza que Hi En siempre había sido para ellos, mientras vivió. Y entonces Ieran
comprendió. Desde que la conoció, Hi En la había protegido, la había amado, había llenado su vida
de risas, alegría y felicidad, porque no deseaba que ella sufriera. Pero él ya no estaba allí. Se lo habían
arrebatado para siempre. Hi En se había ido pero ella no tenía derecho de seguirlo como quería, porque
una parte de él vivía y viviría siempre en sus dulces niñas y en su hijo, su único hijo: Shaoran. El nuevo
Jefe del Clan Li.
El clan que Hi En había amado tanto, y que había reorganizado y protegido con energía pese a que jamás
había aspirado a ser Jefe.
Una puerta explotó con violencia y Wei alzó a entonces a la aún confusa Ieran en brazos. Las hermanas de
Hi En, sus esposos e hijos estaban llevando los cadáveres, pero los atacantes, quienes quiera que fueran..
¡ya estaban allí!.
- “Protege a nuestro Shaoran, Ieran…” –recordó entonces la sonrisa que su marido le dirigió antes de
besar a su bebé, e irse. Para siempre- “protege a nuestro hijo…”
Si. Eso era lo único que había quedado. Ese pedacito de Hi En que él había dejado tras de sí antes de
marcharse. Lo protegería. Le enseñaría a sobrevivir, lo protegería contra todo y contra todos, a toda costa.
- “Suéltame, Wei” –ordenó con una voz extraña, helada, fría y sin inflexiones, no parecía su propia voz-
“bájame de inmediato y toma a Shaoran” –su voz era seca, y el aturdido servidor la obedeció, confuso-
“¡síganme hasta las habitaciones del Jefe, de prisa!”
Todos echaron a correr, nadie la cuestionó, mientras los gritos y el caos, hacían presa de Li House, que
empezaba a incendiarse.
- “¿Qué vamos a hacer señorita?” –preguntó Wei, listo para luchar y morir por Ieran, las niñas, y el bebé.
¡Era lo menos que le debía a su señorito!.
- “Hi En me contó alguna vez que hay paneles secretos por donde podemos ocultarnos de momento en la
habitación del Jefe, aunque temo que Li House está totalmente perdido” –ordenó- “¡ábrelos y que todos
entren de inmediato!”
- “¡Pero los paneles son estrechos!, Podemos reanimar a Dama May May para que ingrese, ¡pero no
podremos llevar con nosotros los restos del Jefe y del Heredero!” –se espantó Wei- “¡Y no podemos
abandonarlos! ¡no podemos dejarlos aqui, señorita!”
- “Pónganlos sobre la cama, rápido” –ordenó Ieran, antes de mirar a Wei con dureza- “si Wei, si que
podemos. ¡Todos los vivos vamos a entrar en los paneles secretos y esperemos que los atacantes, quienes
quiera que sean, no nos descubran!, Papá y Hi En…. ya no están aquí, y ellos no querrían que muriéramos
por defender sus restos. Pero tú toma a mi hijo, has que deje de llorar y protégelo con tu vida Wei. ¿Lo
oíste? ¡Con tu vida!..”
- “¡Pero mi señora! ¡los cuerpos del Jefe y del señorito..!, ¡al verlos los atacantes, solos y sin protección sí
que sabrán que el clan Li se ha extinguido!”
- “El clan Li no se ha extinguido Wei. Porque aquí, en la habitación del Jefe, sólo están los restos del
antiguo jefe, y del antiguo Heredero” –apuntó, mientras todos la miraban, atónitos- “¿es que no lo
entienden? ¡tenemos que mantenernos vivos, porque este clan no se ha extinguido! ¡tienes en tus brazos al
Jefe del Clan Li, Wei!”
El aturdido servidor miró con asombro al bebé de apenas un día de nacido y como el ruido se hizo mayor,
todos corrieron a esconderse en los pasadizos secretos que habían en la habitación del Jefe. Ieran fue la
última en esconderse. Y cuando cerró el muro falso que la ocultaba, sabiendo que dejaba los restos del
amado Padre –y único que había conocido- y del esposo que adoraba atrás, expuestos a cualquier vejamen
de los atacantes, se juró a si misma que ya no importaba. Nada importaba. Todo esto lo hacía por Shaoran.
Sólo por él. Su bebé viviría, el clan que su esposo había luchado tanto por reorganizar y salvar, iba a salir
adelante, ¡iba a conseguirlo!.
- “Terminen de quemar la casa, quiero que arda hasta los cimientos. ¡Pero empiecen quemando las
habitaciones del Heredero!. ¡Quémenlo todo!. No quiero que nada de lo que está allí sobreviva” –dijo una
mujer vestida con ropas elegantes, ingresando a los aposentos del Jefe, en cuyo amplio lecho estaban los
cadáveres de Hi En y su padre, Chiang- “¡Oh, entonces está aquí!”
Por una hendidura entre los paneles que la ocultaban, Ieran descubrió con asombro, que la recién llegada
era nada menos que Lai Lai Chen –apellido de soltera, Sang- quien fuera una vez la prometida de su
esposo.
- “Así que te trajeron aquí. Para abandonarte en su huída” –dijo la mujer, mirando el rostro bello, pero frío
de Hi En, cuyas ropas aún estaban tintas de sangre- “debiste haberte casado conmigo y no estarías muerto
Hi En. ¡no debiste haberme rechazado!”
- “¿Así que realmente fue por eso?” –un hombre ingresó a la habitación y Ieran lo reconoció como Yun
Chen, esposo de Lai Lai, y jefe del Clan Chen- “¡con razón insististe tanto en invocar al último card
captor! ¡todo era porque no habías olvidado a Hi En Li!”
- “¡¿Y que tiene de malo que quisiera vengarme de él? ¡tú querías vengar la muerte de tu hermano! ¿Qué
tiene de malo que yo también me vengara?”
- “¡Eso es diferente!, mi hermano fue ejecutado por el Concilio porque ayudó a Yang Ti Li a deshacerse
de uno de sus hermanos. ¡Ojala también se hubiera deshecho de Hi En, asi él nunca nos hubiera
descubierto!. Lo mío es justicia, porque tú y yo sabemos bien que mi hermano sólo hizo llevó a cabo
“el viejo complot”******, como lo hubiera hecho cualquier clan. ¡Pero el Concilio lo usó como chivo
expiatorio! ¿cómo no vengarme del Clan Li por eso? ¡si Hi En Li no lo hubiera descubierto, mi hermano
no hubiera sido ejecutado!”
- “¿Qué tiene de malo que yo quisiera vengarme de Hi En, entonces?, eres tú quien debería tener
vergüenza de hacer lo que acabas de hacer. Hi En pidió que tu clan no pagara los crímenes de tu
hermano… sólo por eso estás vivo.”
- “Pues su piedad me humilló, y eso no se lo perdono. Pero lo tuyo es despecho, querida” –espetó – “una
de tus doncellas me acaba de confesar que estuviste detrás de Hi En todo el año pasado, tratando de
convertirlo en tu amante. Pero te rechazó, ¿verdad?” –se burló- “te rechazó y no tuvo mejor respuesta
para ti, que ir con su mujer y hacerle un hijo. Por cierto.. ¿Dónde está la mujer?. Quizá haya tenido
un varón y sería bueno deshacerse de él si es así, de este modo este sería el auténtico fin de la última
“Familia Famosa” del Concilio, y finalmente todos los clanes seríamos iguales en dignidad…”
- “Nadie ha visto a la mujer, aunque dudo que pudiera darle un varón. Lo único que le ha dado hasta ahora
han sido cuatro insignificantes niñas” –replicó Lai Lai, mirando sin querer a Hi En, pálido y frío, pero
apuesto y lejano aún en la muerte- “es el fin del clan Li.”
- “Deberías agradecer el haberte casado conmigo entonces, y que él te despreciara” –rió su esposo – “a
estas alturas estarías tan muerta como él. Aunque admito que usar el pergamino del último card captor fue
una gran idea…”
- “Pues deberías darme el crédito, esposo. Porque gracias a mi conseguimos el pergamino” –dijo
enigmáticamente, recordando que Cho Lao, hermano menor del joven jefe Tsé Lao******** se lo había
facilitado- “ahora hemos acabado con el clan Li y ni siquiera tendremos que sufrir ningún proceso del
Concilio. Nadie sabrá nunca que fuimos nosotros los que invocamos a la card mágica final.”
- “Yo no creo que fuera tan buena idea” –intervino una vocecita infantil.
Desde su posición, Ieran no pudo ver al pequeño niño de largos cabellos y grandes anillos en los dedos,
que miraba a los esposos Chen con una sonrisa antes de que la aturdida Lai Lai notara, asustada, el súbito
silencio que rodeaba a Li House al igual que el humo.
¿Dónde estaban los miembros de su clan? ¿ya todos los Li estaban muertos?.
- “¿Qué haces aquí?” –espetó Yun Chen- “tu labor ha terminado, card. Vuelve a tu pergamino y no olvides
que somos tus amos, porque es el clan Chen quien te invocó”
Oculta entre los paneles de la pared que la ocultaban, Ieran no vió la sonrisa cruel del niño y el brillo de
sus anillos antes de que sus uñas crecieran y atravesaran el cuerpo de Yun Chen y Lai Lai, matándolos al
instante y en menos de un segundo, de la misma forma en que mató a Hi En. La madre de Shaoran Li sólo
vió caer los cuerpos sordamente, con un ruido seco y mortal.
- “¡Que tontos son!” –Ieran escuchó la risa de la pequeña card, que vestía una amplia túnica negra-
“cuando soy invocado, mato a todos los hechiceros que han capturado cards.. pero también al clan que
me invoca. Y ustedes eran los últimos de todo su clan con vida. Ya acabé con todos los demás: hombres,
mujeres y niños” –la pequeña y pálida card avanzó hacia el lecho y Ieran vió las pequeñas espaldas del
asesino de su marido, notando entonces que, sin duda, era un ser mágico y no una persona- “así que
nos vemos de nuevo Hi En Li” –dijo el pequeño, reconociendo al joven asesinado sobre el lecho- “creo
que, de todos los que he matado siempre te recordaré, ya que fuiste el único de entre todos… que llegó
a herirme aunque te maté en apenas un segundo. ¡Aún al morir tuviste buenos reflejos!. Pero este es el
adiós. Soy parte de la magia y sólo volveré cuando sea nuevamente invocado..”
La pequeña card se elevó por los aires y ante el asombro de Ieran, el destello de luz y oscuridad duró unos
instantes antes de convertirse en un pequeño pergamino, que cayó sobre el cuerpo ensangrentado de Hi
En.
**************************
La voz de Ieran enmudeció y Sakura y Tarah intercambiaron miradas. Los ojos azules de la hija menor
de Sakura Li estaban llenos de lágrimas ante la última parte del relato de su abuela y su mirada inocente
se paseó con tristeza, pero con admiración, en la fotografía que Ieran mantenía aún entre sus manos
cansadas.
Ieran tenía la cabeza inclinada, pero la antigua card captor sabía bien que aquella mujer, la roca del Clan
Li, estaba llorando.
Sakura acarició la sarmentosa y arrugada mano de su suegra con profunda tristeza.
- “Fue una gran ironía” –dijo Ieran, tragándose su llanto- “al invocar al último card captor Lai Lai
consiguió vengarse de Hi En, pero a la vez condenó a su clan. Y la ironía estuvo en que como el “último
card captor” mata a todos los miembros del clan que lo convoca, mató a los que atacaron Li Manor antes
que pudieran exterminarnos, de allí que aunque hubieron muertos, más fueron los heridos. Aunque Li
House, de Hong Kong, ardió hasta los cimientos”
- “¿El Concilio no hizo nada?” –preguntó Sakura, suavemente.
- “Esa misma tarde, mientras Li House aún ardía, me presenté ante el Concilio en pleno, con Shaoran en
mis brazos” –recordó Ieran, con mirada ausente- “todo Hong Kong estaba lleno de rumores del fin de los
Li a manos de algún ser mágico desconocido, pero no les quedó más remedio que reconocer a Shaoran
como el Jefe del Clan Li, aunque estaba en pañales. Lao Tsé era entonces parte de los Seis, los Consejeros
del Tai Pan, y fue él quien me exigió que entregara el Pergamino del Ultimo Card Captor. Aunque no me
quedó más remedio que hacerlo, no le dije a nadie lo que sabía: que el clan que invocara a la última card,
sería exterminado.”
Sakura suspiró comprendiendo algunas cosas. Muchos años después de eso, y siendo el Tai Pan, Tsé
Lao había sido quien había tratado de matar a un joven Shaoran de más o menos veinte años, usando el
Pergamino del Último Card Captor cuando ella se reencontró con él –ya no una niña, entonces era apenas
una joven universitaria- pero si bien ella y Shaoran habían logrado burlar a la problemática card, el niño
de largos cabellos y anillos si había cumplido en matar al clan que le había convocado.
– “Entonces…..” –la vocecita de Tarah era compasiva y llena de tristeza- “¿Li House se quemó el día que
murió el abuelo?” –contempló al muchacho que le sonreía en la fotografía- “¡es triste que muriera tan
joven y que papá nunca lo viera!” –se lamentó.
- “Si” –aceptó Ieran- “la antigua Li House se quemó hasta los cimientos. La versión que ustedes conocen
fue construida exactamente igual a la anterior, pero por supuesto, hubo muchas cosas que no se pudieron
recuperar ni rehacer… como los retratos de Hi En” –acarició la fotografía, una vez más- “Lai Lai puso
empeño en que se quemara primero las habitaciones del Heredero, es decir, las mías y de Hi En, de allí
que todas sus cosas, sus retratos y los míos, todo se perdió. Esta foto yo se la había dado a Madre, y ella
me la devolvió poco después…. Es la única fotografía que me queda de él, su único recuerdo”
- “¿Le ha contado usted alguna vez a Shaoran esta historia?” –musitó Sakura, dulce y suavemente,
comprendiendo, por fin, mucho del carácter hierático y seco de su suegra- “¿o a mi Hien?”
- “No. Nunca a Shaoran, o mucho menos a mi nieto” –musitó Ieran con voz dolida- “Después de presentar
a mi hijo ante el Concilio ese día horrible, se lo entregué a Wei para que lo criara y entrenara de forma tal
que Hi En se hubiera sentido orgulloso, mientras yo me dedicaba con todas mis fuerzas a poner al clan
de pie una vez más, bajo la estructuras que Hi En había formado. ¡Había tanto que hacer!. Después, las
cosas y los años pasaron. Ya no podía más que dar órdenes, disponer y mandar. Madre May May trató de
ayudarme, trató de unirme más a mis hijas pero nunca pude ser igual con ellas, nunca como cuando Hi En
vivía. Y tenía tanto miedo de mostrarme débil con Shaoran, temía tanto que él supiera el miedo que sentía
por su seguridad que jamás pude ser más que…. lo que soy, para él. Su ilustre Antecesora, su Honorable
Madre”
Sus ojos negros, cansados, se volvieron a la antigua card captor, al añadir:
- “Perdóname hija mía. Perdóname tú por todo el daño que le hice a mi hijo y a mi nieto en el pasado.
Quizá, si tú me perdonas, algún día ellos puedan perdonarme, al igual que mi Hi En. En estos últimos
años he aprendido que me equivoqué mucho, pero ahora que sabes…. mi historia, te pido que no permitas
que nunca te pase lo mismo” –Sakura asintió y Ieran reflexionó- “Cuando supe que Akasha era hija de
mi hermano…. tan thugh como yo, la apoyé en todo, creyendo que era como yo había sido, pero me
equivoqué también con ella. Temo que Shaoran tiene el mismo problema que mi suegra decía tenían todos
los buenos hombres Li, no lo olvides: “atraen irresistiblemente a las mujeres malvadas”. Tenlo presente.
Espero que no sea nunca el caso de tu Hien. Y si lo es, rezaré para que lo ame una niña fuerte, que no
permita que le pase lo que le ocurrió a su abuelo. Pero quiero que sepas que yo siempre te apoyaré hija
mía. Es lo menos que puedo hacer por ti, por mi hijo y mis nietos”
La anciana dama inclinó la cabeza ocultando un poco sus lágrimas, mientras se perdía en la mirada de
su amado, aún joven y sonriente en esa fotografía –el hombre al que había perdido hace tantos años- y
Sakura se permitió rodear con sus brazos a la madre de su esposo y a su hija, prometiéndose a sí misma
encontrar la manera en que Shaoran y Hien pudieran saber también la historia de aquella, la única
fotografía de Hi En Li.
El hombre cuyo nombre, su hijo mayor llevaba con orgullo.
Continuará…
Próximamente… Capítulo 1: “Deseo de cosas imposibles”.
Notas de la autora: ¡Hola a todos, bienvenidos a “la nueva leyenda”!. Sé que muchos dirán ¡uy, ¿y de
donde se sacó Mikki este pasado, si ya estamos en el futuro?. Bueno, esta era una pequeña historia que
quería incluir desde el final de “la torre de Tokyo”, pero que por diversas razones fue pospuesta hasta que
al fin pude incluirla aquí, ya que hay algunas cosas que serán muy útiles para “nueva leyenda”. Espero
me disculpen por su extensión –¡cincuenta paginas para un prologo!, ¡que horror!... y eso que me salieron
muchísimas más, hubo que acortar. No añadí recuerdos sobre el nacimiento de Shaoran, y la reacción de
Hi En, ya que eso lo relaté en el capítulo octavo de “el verdadero legado”.
Espero que la historia de Hi En y Ieran les haya gustado y realmente apreciaría su opinión sobre este
prólogo, ya que el círculo iniciado con “el último card captor” realmente se cierra aquí. ¡Ojala puedan
darme sus comentarios!, ya sea en el facebook, donde me es más fácil ver lo que piensan de la historia
–si, ¡no tienen idea de cuánto me animan sus comentarios, sus ideas, sus dudas y hasta sus pedidos!- o
a mi correo mikki.chan@gmail.com La canción de este prólogo es “señora”, interpretada por Francisco
Céspedes. Es antigua, pero hace mucho tiempo que escuchándola, me dije “¡esta es la de Ieran Li!”.
Vocabulario:
- “(..) vamos a empezar hoy, con el saludo a la bandera británica* : No sé, ustedes, pero cuando iba al
colegio, siempre se empezaba con el saludo a la bandera, y como Hong Kong fue colonia británica hasta
1999, pues… el saludo iba a la bandera británica, no a la China.
- “la política del “hijo único”**: Esto es más complicado!. Bueno, básicamente es lo que referí en el
texto: el gobierno comunista chino, para contener la explosión demográfica impuso que las parejas solo
podían tener UN HIJO o habría multas ENORMES. De allí que China bajó su nivel poblacional.
- “(…) antiguamente (…) heredaban de padres a hijos varones (..) en algunos países, sólo podían
heredar los hombres. Incluso en un país le pusieron nombre a esa ley sucesoria: ley sálica, o Ley de los
Varones***”: ¿Verdad que es una disposición súper machista?, pero ¡es cierta!. La ley sálica se hizo
plenamente conocida así en la Francia Medieval (¡y a la larga, ocasionó la famosa Guerra de los cien años
contra Inglaterra!) eso si, siendo China tan o más misógina que occidente.. ¿Cómo que ya se entiende por
que Ieran era tan obsesiva sobre la sucesión de Shaoran a Hien?. Les aviso que esta disposición misógina
(la interpretación a la Ley de Sucesión) va a ser todo un problema en nuestro fic.
- “(..) Tiene distrofia miotónica****” (…) y Síndrome de Klinefelter*****: enfermedades motivadas por
matrimonios cosanguíneos entre miembros de una familia, por varias generaciones. Alguien famoso en
sufrir por las uniones consanguíneas de sus ancestros (se cree que por eso no pudo engendrar hijo o hija)
fue el rey Carlos II de España, conocido como “el hechizado”, el último habsburgo en el trono de España.
- “(..) el viejo complot”******: Por si lo han olvidado, ya he mencionado en los últimos capítulos de “el
verdadero legado”, que los clanes del Concilio de Hechiceros de Oriente si que desean deshacerse de las
“Familias Famosas”, es decir, de los descendientes directos de Ten Oh, porque están celosos de su poder y
su linaje. Es un complot casi tan antiguo como el Concilio. Y complica la situación de los Li, ya que son
el último clan que queda, descendiente directo de Ten Oh.
- “El clan Chen y (…) Cho Lao, hermano menor del joven jefe Tsé Lao********: ¡Bingo!, seguro
que nadie se acuerda!, pero, en el primer fic que escribi (el último card captor, capítulo VIII, titulado
“¡peligro!, el último card captor ha… ¿regresado?) hice referencia que la pequeña card mató a Hi En
Li (padre de Shaoran) y al clan que lo convocó para tal fin, el clan Chen. El Jefe Lao es el malvado de
mi primer fic, ¿lo recuerdan?, con esta referencia, se cierra el ciclo iniciado en “el último card captor”
(siempre quise contar más detalles del clan Li, en tiempos de Hi En y los detalles de su muerte).

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La Nueva Leyenda por Mikki Chan - Página 1

“La Única Fotografía”

“A ella le toco esa vida, y se convirtió en señora

No le dieron la mirada, que se besa con la luna

Señora a veces la vida, nos lleva a la locura

No le dieron la mirada, que se besa con la luna

Y el alma le cambió, perdió la fé

Señora a veces la vida, nos lleva a la locura

- “¡Oh no, Tarah, no! ¡no es nada, yo…!”

- “Tarah, ¿Qué pasa?”

- “¡Mamá, creo que la abuela se siente mal!”

- “¿Una fotografía? ¿cómo? ¿pero.. de qué?, ¿porqué? ¿de quien?”

- “Es Hi En, Sakura”

Hong Kong. Hace más de cuarenta años…

- “Bien, vamos a empezar hoy, con el saludo a la bandera británica* para…”

- “¡Oh, mierda! ¿entonces hoy es lunes?”

- “¡TE HE DICHO UN MILLON DE VECES QUE NO PUEDES HABLAR ASI!”

- “Preséntate de inmediato en mi despacho.. ¡AHORA MISMO!”

Sus tres amigas se miraron entre si, antes de explicarle:

Su inocente pregunta, desató la euforia de comentarios de sus tres amigas:

- “¡Dicen que fue expulsado de otra escuela!

- “¡Dicen que el jefe de su clan duda que sea su hijo y lo odia!”

- “¡Dicen que embarazó a una chica en su otra escuela!”

- “¡Déjalas en paz! ¡no estaban haciendo nada malo!”

- “¡Pues lo sentimos, pero ya deja de asustarlas!”

- “¿Oye, que te pasa?” –replicó, luchando por liberarse de su zarpa.

- “Ni siquiera me conoces y ya me juzgas…”

- “Por lo que he visto, no tengo ganas de conocerte…”

- “Eres extraña” –comentó el chico, mirándola con interés.

- “¡Oye, no metas a mis padres en esto!”

- “¡Tú no sabes nada de mi!”

Hizo un mohín despectivo y aprovechando la estupefacción de Hi En, se liberó de tirón de su contacto y

- “¿Y se volvieron a ver, no es cierto?” –quiso saber Tarah, tímidamente.

- “¿Qué tiene de asqueroso?”

- “Si, sabe a basura líquida” –hizo un gesto de asco.

- “¿Y por qué querías fingir que estabas borracho?”

- “Ya sabes. Para ocasionarle un ataque de histeria al director…”

- “¿Cuál es el amigo influyente que has hecho?” –frunció el ceño.

- “¿Pero no le dijiste al Director lo que pasó?”

- “¡Claro que lo hice! ¡pero no me creyó! ¡maldito vejestorio de mierda..!”

- “¡Oye! ¡eso duele!”

Hi En resopló, y torció el gesto, antes de admitir..

- “¿Delante del Director?”

- “¿En serio tú estás loco?, ¡ahora si te van a expulsar!”

ser expulsado, pero se encogió de hombros antes de contestar:

- “¿No lo adivinas?, estoy aquí porque estoy en guerra con Li House”

enviaba por ellos.

- “No estás hablando del Director ¿verdad?”

- “E-xac-to” –silabeó- “para arruinarle un poco la vida a Yang Ti”

- “Sigo sin entender…”

- “Deja de jugar, Hi En”

- “Eso no es exactamente lo que dijiste antes”

- “¿CÓMO? ¿POR QUE?”

- “¿Y cómo…? ¿tú?”

- “Ese es el gran problema de los Clanes” –dijo Hi En.

- “¿Cuál problema?”-insistió Ieran.

- “¿Y porqué salieron ellos así?”

- “¿Por qué dices eso?”

- “¡Que horrible! ¿no puede hacer algo tu madre?”

- “¿Y la esposa de tu hermano… murió?”

- “Porque esta no es una escuela para la élite del Concilio..”

- “¿Quién es Wei? ¿tu prometida?”

- “¿Por qué nunca me lo contaste?”