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El Verdadero Legado por Mikki Chan - Página 1
“El Verdadero Legado”

por Mikki
Capítulo X: “El juicio final”
“Es verdad, no es un cuento;

hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.
Tiene cabellos suaves
que van en la venteada,
ojos dulces y graves
que te sosiegan con una mirada
y matan miedos dando claridad.
(No es un cuento, es verdad.)
Él tiene cuerpo, manos y pies de alas
y las seis alas vuelan o resbalan,
las seis te llevan de su aire batido
y lo mismo te llevan de dormido.
Hace más dulce la pulpa madura
que entre tus labios golosos estrujas;
rompe a la nuez su taimada envoltura
y es quien te libra de gnomos y brujas.
Es quien te ayuda a que cortes las rosas,
que están sentadas en trampas de espinas,
el que te pasa las aguas mañosas
y el que te sube las cuestas más pinas.
Y aunque camine contigo apareado,
como la guinda y la guinda bermeja,
cuando su seña te pone el pecado
recoge tu alma y el cuerpo te deja.
Es verdad, no es un cuento:
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van”.
Gabriela Mistral
poema “el ángel guardián”
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Su reproduccion parcial o total sin autorizacion, sera considerado plagio.
Reflexión décima: Tao

**********************De que la cosa se ha puesto fea, se ha
puesto fea.
Osea, hasta yo admito que me he pasado, y eso es decir bastante.

No es que aún no esté enojado con el viejo Rei por la marranada
que me hizo, pero... sospecho que elegí el peor día para hacerlo.
¡Naru casi le arroja la cara al piso como estampilla vieja!, sus
papás están locos buscándole y resulta que.. ya recordó quien es.
Es decir, ¿qué tantas cosas puedes descubrir de ti mismo en un

día?.
Esto es peor aún que la broma que le jugué cuando teníamos once años, que le convencí de ir a la
escuela sin la chaqueta cerrada y mostrando la camisa, mientras yo lucía una camisa hawaiana de
florecitas. ¡ji, ji, ji!.
¿Se preguntan como salió todo aquella vez?. Si piensan que

todo mal, no andan desencaminados, para variar, él ganó más
cartas de amor y a mí... a mí me suspendieron ese día.
**********************Mi camisa hawaiana ofendió al

maestro, creo.
En fin, el punto aquí es que.. en serio, ya sacando a Naru de

esto –y en serio, pienso en Naru y siento otra vez gaviotas o no
sé que avezotas paseándose en mi panza ¿o será lo que comí en
el almuerzo?- espero que el viejo se lo tome bien.
Tío Yukito y tía Ayame han estado loquitos del susto toda la noche –no, yo dormí como un leño, pero
ellos lucían ojeras esta mañana, y no soy ciego-pero realmente ellos y el propio viejo Yue no merecen que
esto arruine la linda familia que tienen, que de normal, igual no tiene
un pelo.
Sus papás se quieren tanto que siempre lle digo a Rei que vive en “una
casita de chocolate”, ¡ja, ja, ja!.
**********************Claro, no es que me queje, que Eriol es un

pillo y si fuera por él, ya tendría media docena de sobrinos más, ¡pobre
hermanita mía!.. pero bueno, ella sabía bien en lo que se metía cuando
se casó con Eriol... y saber la verdad desde el inicio, ayuda. Supongo
que por eso me preocupa la reacción del viejo Rei con su familia. Eso,
sin contar que debe haberle caído como patada al hígado el recordar
que su amor platónico era en realidad su card master, y que la enana
que siempre ha tratado como hermanita, resulta ser su nueva dueña...
No quiero pensar como va a enfocarse, al descubrir la relación que

tiene con ellas dos.. Al menos su papá puede darle terapia gratis.
¿Supongo que eso es bueno, no?.
Sólo espero que esto salga bien –por todos, ya en serio; ¿qué?¡también puedo ser serio! algunos minutos
al menos- para que pueda despertar a Naru y... y...
¿Cómo le explicaré todo esto que ha pasado y que... que me gusta? -¡si, ya lo dije, demándenme!, ¿qué
hay con que me sonroje??!!- ¡oh, bueno... a ver si recuerdo los clichés que usaba cuando era Wu Fang,
aunque curiosamente, no creo que me sirvan con Naru.
¿¿Cómo, por todos los dioses chinos va a acabar esto??
- “¡NO ES CIERTO, ESO NO PUEDE SER, NO ES CIERTO, NO ES CIERTO!”
El grito de Miriel había sido una respuesta casi instantánea a las palabras de Yue e hizo que tanto Tao,
Hien y el mismo Kerberos miraran a la niña con sorpresa. Ok. La situación era rara pero más lo era
escuchar un grito así de apasionado, así de decidido, así de... angustioso por parte de la siempre dulce,
últimamente melancólica, pero siempre educada Miriel Hiragizawa.
Era más que raro.
- “¡¡¡¿Joven Rei?... que.. ¿que le pasa? ¿que tiene?!!!” -los pasos de la niña se volvían hacia el severo
juez, y había lágrimas contenidas en aquellos ojos azules- “¿una card le hizo eso?, ¿que le pasa?”
- “Así que nuestras memorias regresaron.. al fin” -murmuró Kerberos mirando a la niña con cierta
tristeza- “y ya veo que no te lo has tomado nada bien. Como siempre Yue”
- “¿Memorias?” -repitió Hien.
- “¡Uppps!” -murmuró Tao acabando de acomodar a la inconsciente Naru lo mejor posible, antes de
volver toda su atención a lo que pasaba- “etto... ¿ya se acordaron de todo, peluchito?”
- “Si, de todo, Tao Hiu” -los dorados ojos del guardián se enfrentaron a los de Tao- “¿crees que ellos estén
lejos?”
- “Si no están cerca, están en camino.. eso es seguro”
- “Eso es bueno. Quiero abrazar a Sakurita.. aunque veo que ella y el mocoso han estado bastante
ocupados..” –añadió viendo a Hien, y notando que no debía pasar de 8 años- “y no hemos dormido por
mucho tiempo, según veo”
Ajeno a lo que había dicho el guardián, Hien estaba perplejo contemplando todo lo que pasaba sin
poder pronunciar una sola palabra.. ¡no entendía nada!. Había estudiado en la biblioteca mucho sobre lo
referente a “los primeros guardianes” creados por el no menos legendario Lead Clow, pero la familiaridad
con la que Kerberos hablaba al superior Hiu escapaba de toda su comprensión.
¡Y afortunadamente no había escuchado lo que acababa de decir el guardián del Sol!
- “Tu memoria.. ¿volvió?” –al escuchar la última frase de Kero, Miriel dejó de mirar la gélida figura de
Yue apenas un instante y contempló al guardián del Sol- “¿ya te acuerdas quien era tu antiguo dueño,
Kerberos?”
- “Nuestra CARD MASTER” -replicó Yue con helado acento.
- “¿Card Master?” -repitió Hien- “¿su creador no fué el legendario Hechicero de Todos los Tiempos, Lead
Clow?”.
- “El nos creó” –contestó Yue, cruzado de brazos y mirando al que ahora sabía, era hijo de su señora,
mientras Kerberos suspiraba y negaba con la cabeza- “pero hemos tenido posteriormente una dueña...
nuestra card master. ¿No es verdad, reencarnación del Hechicero de las Aguas?”
Tao ahogó un involuntario ¡glup!.
- “¡¿Una dueña?! ¡¿card master?!” -casi gimió Miriel, sin entender nada.
- “Pero... ¡el Guardián Yue no puede ser el superior Tsukishiro!, ¡eso no tiene sentido!” –dudaba Hien.
- “En realidad, pequeño, tiene más sentido de lo que crees; pero” –finalmente Hiu se adelantó hacia la
figura real de su amigo- “oye viejo, ya corta todo el ceremonial que me estás poniendo nervioso ¿si?”
- “Ahora que la captura de Cards ha terminado, el Guardián de la Luna, el Juez, debe decidir si eres digna
de poseerlas Miriel” -explicó Kerberos tratando de ser lo más amable posible con la aterrada niñita, que
no decía nada porque estaba absolutamente confundida- “... es por eso que Yue está aqui y..”
- “¡EL ES EL JOVEN REI!”
- “No, Rei no existe” -insistió Yue volviendo sus pálidos ojos hacia Tao Hiu y haciendo que este tragara
saliva del susto ante esa mirada- “¿no es verdad reencarnación de Wu Fang Sheng?”
- “Etto.... ¿o es mi idea o estás enojado?”
Hien suspiró. ¿El Superior Hiu era idiota o se hacía?, ¡hasta él notaba que Tsukishiro... el Juez..! ¡lo que
fuera!, parecía estar molesto!.
- “El juez Yue saluda a la reencarnación de Wu Fang Sheng, hechicero de las Aguas y amigo de mi
creador, Lead Clow”
- “¡Pero no puede ser el superior Tsukishiro y el legendario Yue!” –Hien había adoptado un gestito
pensativo- “¡el superior tiene papás y no es un ser mágico!”
- “¡Rei Tsukishiro no existe, Hien Li!”
La forma en la que el guardián casi enfrentó al niño –descendiendo bruscamente hasta quedar a su altura,
mirándolo con fijeza- hizo al hijo de Sakura casi pegar un salto. Era algo pequeño para entender, pero
notaba que había algo más que enfado o irritación en aquellas pupilas radiantes de magia...
¿Qué era?
¿Dolor?, ¿angustia? ¿desaliento?
- “¡No, NO ES VERDAD!, ERES EL JOVEN REI!!” –Miriel salió de su estupor y enfrentó a aquella
mirada- “eres el joven Rei... yo lo sé”
- “La reencarnación de Wu Fang Sheng confirmará mis palabras.. hija de tus padres” –replicó Yue
elevándose un poco a los cielos, contemplando desde su altura a sus interlocutores- “es mejor que te vayas
preparando..”
- “¡Vaya, vaya!.. realmente está furioso” –comentó Kerberos.
- “Etto” -Tao sudaba una gota de casi dos litros- “ya sé que estás enojado por el bofetón que te dio Naru
y todo lo que yo te he hecho hoy, pero viejo ¡no tienes que ser formal conmigo!. Ya no sé quien tiene
derecho a estar más enojado, Rei”
- “Rei Tsukishiro no existe” –replicó Yue, simplemente.
Pero Miriel volvió sus ojos azules a Tao antes de zarandearlo con fuerza desde su escasa altura..
- “¡Tuuuuu! ¿Que le has hecho?, ¿que le has hecho al joven Rei?!”
- “¡Ya detente, enana!, ¡yo no le he hecho nada!”
- “¿Fué la Card “Change”? ¿es algún efecto más?” –los ojos azules miraron con esperanza a Kerberos y
el guardián negó suspirando- “¿porqué está asi? ¡se vé como un ángel, pero es diferente... no es como el
joven Rei, no habla ni mira como el joven Rei!”
- “Enana” –el adolescente se inclinó hasta la altura de la niña y la tomó por los hombros, tratando de tener
tacto por una vez en su vida- “no sé como soltarte esto, porque no vá a ser fácil ni bonito pero... Rei no es
quien tú y él mismo pensaban que era”
- “¿Qué quieres decir?” –la niña parecía estar obnubilada y miraba a su adolescente tío y a Kerberos, que
se miraban a su vez, sin saber cómo decirle- “¿qué le pasa? ¿qué es lo que tiene el joven Rei? ¿porqué
dice que se llama Yue?, ¡¡¿qué “memorias” recordó si yo le conozco desde que me acuerdo?!!”
- “Etto... bueno enana” –carraspeó el aludido, antes de continuar- “no sé como ponerlo en palabras: Rei es
Yue.. y Yue.. es ese ángel enojado que ves. El no fue nunca alguien “normal” o mejor dicho, no es sólo
un ser humano” –murmuró hablando sin parar y más para sí mismo- “bueno, si lo piensas, nunca ha sido
normal, es decir ¿qué sujeto de 15 años es como el viejo Rei?; como dice May May Li: es demasiado
perfecto para ser real y...” –se encogió de hombros haciendo una mueca- “¡argh! aunque eso suena muy
raro en un tipo, pero es cierto. Además ¡el viejo Rei parece una paleta de helado y ni hormonas tiene
porque no mira a nadie! aunque gay no es, pero yo creo...”
- “¡Superior Hiu!” –protestó Hien.
Sólo entonces Tao notó que toda su peronata había caído hace rato en el vacío, porque Miriel hace rato
que se había acercado al alado ser ...
- “Joven Rei...” -las lágrimas resbalaban ya por las pálidas mejillas infantiles cuando la niña corrió hacia
Yue- “yo... no sé que le hizo Tao, pero.. pero.... yo le voy a curar” -sonrió, limpiándose las lágrimas
con nerviosismo- “no.. no es que se vea mal, yo siempre pensé que era como mi ángel de la guardia. En
Inglaterra los niños creen que todos tenemos un ángel de la guardia y yo...” -un leve sonrojo tiñó sus
mejillas- “yo siempre pensé que el joven Rei era mi ángel. Pero.. pero...” -añadió al notar el inflexible
gesto del aludido- “pero entiendo que esté enojado, ¡no sé que card le puso así!.. yo.. yo... ¡yo no sé que
card fué pero.. pero..!”
- “¿No escuchó lo que dije?” –preguntó Tao.
Hien y Kerberos suspiraron con resignación y una gruesa gota orbitó en sus cabezas. ¿Este era tonto o se
hacía?. Sin embargo, Yue apenas si miraba a la pequeña. Sus labios describían una línea dura al mirar a
Tao Hiu, Miriel y a Kerberos... pero al mirar a Hien Li se irritó aún más y el niño lo sintió en forma de un
escozor helado en la espalda, lo que le hizo mirar defensivamente a “el superior Tsukishiro”.
No, Rei no le caía mal.. pero a lo mejor esas alas, la magia y el cabello largo le hacían malvado o algo
así, porque Miriel estaba allí llorando ante él y al superior parecía ni siquiera importarle las frases
balbuceantes de la pequeña. Y Rei Tsukishiro no era así. Es decir, no era la persona más expresiva del
mundo -bien podría entrar a un concurso de gente con cara de póker y ganarlo- pero de eso a ignorar a
Miriel.. era otra cosa.
Tsukishiro siempre se había ocupado mucho de la pequeña y de los niños en general, ¡y nunca le había
mirado a él, Hien Li, de un modo tan amenazante!.
Porque.. ¿era amenazante la forma en que le miraba, no?
- “No te preocupes Li” –dijo entonces Miriel- “El joven Rei nunca nos haría daño. No sé que le pasa
ahora.. pero sé que nunca nos lastimaría”
- “Eso mismo pensaba yo, pero ya no sé” –pensó Hien devolviendo una mirada desafiante al guardián de
la luna- “sólo espero no tener que pelear con él”
Miriel sacaba ya las cards buscando desesperadamente alguna que pudiera haber “hecho eso” a su querido
“joven Rei”, cuando el Juez decidió empezar el Juicio. Había sentido ya las presencias instaladas no muy
lejos de ellos y la sola idea de saber que lo estaban observando le irritó más todavía. Iba a cumplir su
deber... a costa de todo y de todos.
Quizá le hubieran hecho vivir una mentira... pero ahora sabía quien era y el motivo real de su existencia
era sólo eso.
Ser juez.
Inflexible, severo e inexorable.
- “Una criatura que no tiene vida propia” –se dijo mentalmente.
Por eso a un gesto, las cards volaron de las manos de la niña, que cayó de rodillas al ver como las Sakura
Cards la rodeaban formando un circulo en el aire a una orden de “Rei”.
- “¡¿Qué pasa?!”
- “Debes destruirme con las Sakura Cards.. o yo te destruiré” -explicó.
- “¡¡¿¿¿¿QUEEEE????!!!”
Indignado al notar ya “presencias” a lo lejos, el Juez empezó a invocar sus cristales, mismos que danzaron
en sus manos en forma amenazadora pero Miriel le miraba moverse, sin entender.. ¿que pasaba?, ¿acaso
no había capturado todas las cards?, ¿esta era la terrible desgracia que iba a ocurrir?, ¡eso no podía ser!,
¡las tenía todas!.. ¿porqué estaba así el joven Rei?, ¡la miraba como si no la conociera!
- “¡Joven Rei!”
- “¡Atrás, Hiragizawa!”
Antes que alguien pudiera detenerlo Hien se adelantó hasta colocarse ante Miriel y el Juez y asumió una
posición defensiva de artes marciales chinas. Sabía bien que él mismo no tenía magia pero la mirada
del guardián era francamente hostil y el niño sabía muy bien que Miriel estaba en shock y era incapaz
de defenderse o entender lo que pasaba. Sinceramente, él tampoco entendía mucho, pero si sabía algo:
¿quedarse mirando cuando alguien atacaba a una niña? ¡ja!, no sería digno descendiente de la dinastía Li.
- “¡Li!”
- “Quédate detrás de mi, te he dicho”
- “Apártate de mi camino, heredero de tus padres” –sentenció Yue.
- “¡No!, ¡no permitiré que le hagas daño!, ¡es una niña!”
Ojos verdes brillaron con desafío y se enfrentaron a los severos e inflexibles del guardián que por un
instante no vió a ambos niños ante él sinó a otros dos... a dos niños que ahora recordaba muy bien:
una gentil niña de ojos verdes y un niño de rasgos parecidos al que ahora tenía enfrente. Ambos niños
estaban en la minúscula personita que era Hien Li y el guardián de la Luna no pudo menos que hacer
un minúsculo gesto que delató su deja vú. ¡Aquel niño era tan parecido a aquellos que estaban en sus
recuerdos!.. los mismos bellos rasgos de esos niños, los ojos verdes y aquel airecito de desafío; quizá por
eso no quiso seguir mirando al pequeño tan de cerca y en un solo movimiento de sus alas se instaló en lo
alto de un edificio desde donde parecía esperar a que la pequeña iniciara su ofensiva...
Pero Miriel estaba atónita ¿que le pasaba?, ¿que era lo que pasaba?, ¡el joven Rei parecía odiarla!, ¡eso no
tenía sentido, no lo tenía, no lo tenía!
- “El Guardián de la Luna es el juez de las Cards. Debes combatir contra él si deseas conservarlas” -le
explicó Hien, ayudándola a ponerse de pie. Su cabecita había formado ya una idea de lo que pasaba- “¿no
te das cuenta?, ¡es un ser mágico pero no sé cómo, si el superior Tsukishiro tiene papás!, no entiendo..
los seres mágicos no son humanos. ¡Además es Yue, el legendario primer guardián! el primer ser mágico
creado por un hechicero: el Mago Lead Clow” –zarandeó a la niña, que parecía no escucharle- “¡hazme
caso! no es humano, pero si magia.. es un ser mágico. ¡por eso no entiendo cómo es el superior Tsukishiro
si es un ser mágico!”
- “No, no lo es. Alguna vez fue un ser mágico, pero ya no” -explicó Tao adelantándose ante su sobrina y
al niño de los Li- “enana, escucha: el pequeño tiene razón. Debes espabilar y hacer algo”
- “¡¡Pero Tao!! ¿porqué me odia el joven Rei?”
- “No te odia, pero es el Juez.. y es su deber probarte. No es ya un guardián mágico del todo, pero está
creo que muy enojado”
- “¡¡Aquí nadie ha hecho nada por enojarle!!” –saltó Hien.
Una gruesa gota orbitó sobre la cabeza de Tao al recordar que ese día que si había dado muchos motivos
que podían acabar con la paciencia del Dalai Lama al menos..
- “Pero el joven Rei es... el joven Rei” –murmuró la niña, desvalidamente.
- “¿Y cómo que fue un guardián mágico?, ¿porqué dicen eso?, ¿acaso no lo es?” –preguntó Hien- “¡yo leí
que Yue es el primer guardián y un ser mágico y..!”
- “Ahora es un híbrido” -suspiró Kerberos- “no es un ser humano del todo... y tampoco un guardián
mágico del todo. Yo sí lo soy, pero él ahora tiene un cuerpo mortal, si bien el espíritu y el poder son del
ser mágico que fué alguna vez Yue; el mismo que alguna vez compartió el cuerpo con la identidad falsa
llamada Yukito Tsukishiro”
- “¡¡¡¿El Director?!!!” -saltó Hien.
- “¿Su papá?” –murmuró Miriel
- “¡¿El Director es una identidad falsa?!”
- “Que no, peques” –contestó Tao, porque Hien estaba perplejo- “El director es un ser humano del todo.
La esencia de Yue abandonó el cuerpo físico.. dejándoselo a la identidad falsa Yukito, que se hizo un
humano común”
- “¡Pero el superior Tsukishiro....!”
- “Su espíritu fue “vaciado” a un cuerpo vacío... el cuerpo humano de un niño de 5 años, que ya había
muerto cerebralmente” –siguió explicando Tao- “por eso es un híbrido. Y por eso no es del todo el Yue
que solía ser... es Rei y Yue a la vez”
- “Joven Rei”
Miriel parecía estar al borde de un colapso. Quizá era menos lista de lo que ella creía, quizá estaba
confundida... quizá fuera un sueño, pero no podía entender nada. Quizá era que tenía escasos siete
años, no había leído nada sobre magia previamente, porque a diferencia de Hien, que era profundamente
teórico, la niña sólo sabía la forma práctica de la magia...
Y quizá era el hecho que la persona que había resultado no ser lo que ella esperaba, era..
La persona que amaba...
- “Mirielita” –Kerberos no sabía como explicar todo al compungido rostro de la niña ¡se lo estaba
tomando aún peor que Sakura en su tiempo!- “ sé es confuso de entender.. y creo que más para el mismo
Yue. Pero él.....”
- “¡El es Rei!” –gimió la chiquita de siete años. Era repetitiva, pero no podía parar de decirlo – “¡es el
joven Rei!”
- “Si que lo es” -Tao estaba terriblemente serio- “pero temo que saber su pasado es algo para lo que
no sólo no estaba listo, sinó que es algo que lo afecta... personalmente. Como que se siente estafado,
humillado... como si le hubieran pateado la cara de su orgullo” –hizo una mueca- “o de lo que él creía que
era “
Hien escuchaba con suma atención y hacía esfuerzos por entender todo. Pero Miriel sólo sentía un
horrible dolor en su corazón que nublaba su mente ¿Rei no era Rei?. ¿y qué con eso?, ¿se supone que
tenía que importarle?, no, eso no le afectaba, la niña le amaba como fuera, aún en otro cuerpo, aún siendo
diferente. ¿No era ser humano del todo? ¿no era una criatura mágica? ¿un híbrido? ¡no le importaba!, ¡no
le hubiera importado aunque fuera un mismísimo extraterrestre!, pero era la forma en que le había mirado
lo que le dolía.
Tan frío, tan lejano, como si de repente algo helado y silencioso se hubiera apoderado de Rei Tsukishiro..
del Rei que ella conocía y quería con toda su alma infantil de siete años.
Porque Rei Tsukishiro no la miraba tan duramente, Rei se preocupaba mucho por ella y era incapaz de
hacerle daño a alguien. Su mirada era seria, pero había gentileza detrás de aquellas impávidas pupilas
para aquel que le observara con detenimiento; su trato podía ser frío y reservado, pero en mínimos gestos
como el cuidar de su pequeño hermano, escuchar las cuitas de una niña, o tolerar la insoportable cháchara
de su mejor amigo, podía notarse la calidez que escondía su sereno corazón. Podía ser aparentemente
inexpresivo, pero Miriel sabía que aquella aparente falta de expresión sólo encubría las fuertes emociones,
el profundo afecto y el fuerte sentido de responsabilidad para con los que le rodeaban.
Y algún día –se lo había prometido- ella vería una sonrisa en aquel rostro...algún día lo vería sonreír...
Pero ahora era diferente. MUY diferente.. la mirada tenía en este instante era tan dura que le dolía.
- “Que el juicio inicie” –murmuró Yue estirando las alas en ese instante.
Ante el asombro de los presentes el cuerpecito de Miriel se elevó por los aires y la niña pareció
quedar en trance hasta quedar en lo alto de un tejado, mirando a Yue frente a frente en atónito silencio,
especialmente cuando el alado ser reiteró brevemente que debía combatir hasta el final contra él o
perdería lo más preciado para ella.
- “Algo hay que hacer” -murmuró entonces el heredero de los Li.
- “¡No peque, ¿que tratas de hacer?!” –saltó Tao, tirando de Hien con todo su peso porque el niño había
corrido velozmente detrás de Miriel y era realmente tan veloz que Tao tuvo casi embestirlo como si fuera
jugador de rugby- “¡no puedes interferir en el Juicio! ¡eso la arruinaría!”
- “¡Va a matarla!, ¡no voy a quedarme mirando mientras se lastiman!. ¡Hiragizawa NUNCA podrá atacar
al Superior Tsukishiro!, ¡nunca!.. ¿no lo entiende Superior Hiu?!, ¡él va a hacerle daño sin que ella se
defienda!”
- “¿Y crees que no lo sé?, ¡no me parece divertido, si crees! pero esta es una batalla que sólo Miriel puede
pelear.. ¡nuestra intervención sólo la destruiría!”
- “¡El Superior no es él mismo!, ¡va a ha hacerle daño!”
- “Creí que estabas enojado con ella”
Hien frunció el ceño.
- “Por supuesto que lo estoy, pero soy hombre” –dijo seriecito- “No puedo permitir que alguien lastime a
una niña o una mujer. Es mi deber protegerla.. eso hacemos los hombres”
- “Tal y como lo diría el mocoso” –suspiró Kerberos, llamando la atención de los muchachos- “déjalo
niño. A mí también me duele lo que pasa, pero Miriel tendrá que ser fuerte y decidir. Ya una niña antes
tomó la decisión correcta y si el cabezota de tu padre lo entendió.. también tu puedes”
- “¡¡¿Conoce a mi papá?!!”
- “¿Conocerlo? ¡ja!” –Kerberos frunció el ceño mientras una gruesa vena se dibujaba sobre su frente- “no
por mi gusto, pero supongo que si... que puede decirse que le conozco”
Hien parpadeó.
- “Es.. por su cargo ¿no?. Al fin y al cabo es el Jefe Supremo del Concilio de...”
- “¡Es sólo un condenado mocosoooooooooo!”
Hien parpadeó otra vez sin entender nada y Tao se encogió de hombros. A lo lejos, Shaoran Li estornudó
y luego intercambió miradas preocupadas con Touya Kinomoto. Si, por primera vez en mucho
tiempo ambos cuñados no empezaron a discutir al intercambiar miradas y es que ambos estaban muy
preocupados por sus respectivos amigos.
Eriol y Yukito tenían la mirada fija en el Juicio Final.
- “¡Suélteme, superior Hiu!, ¡es humillante ver que Yue le está haciendo daño a una niña!”
- “¡Si te metes, ella habrá perdido!”
- “¿Y si se muere no pierde?!.. ¡suélteme!”
Tao y Hien parecían sostener una lucha de egos ...
- “Si no peleas, será peor para ti” –decía Yue en ese instante- “No por ello voy a detenerme”
- “Pero.. no puedo pelear contigo, ¡eres el joven Rei!”
- “Sea como quieras, pero esa persona no existe, no es real, jamás existió. Es sólo una mentira”
- “¡NO; NO LO ES!, ¡EL JOVEN REI NO ES UNA MENTIRA!”
- “¡Pelea!”
- “¡KYAAAAAAAAAAAA!!”
Los cristales volaron de la mano de Yue hasta rozar el cuerpecito infantil, mientras la niña sólo atinaba
a tratar de cubrirse. Las puntas filosas rozaron ya la ropa costosa infantil rasgándola en varios puntos, e
incluso uno de ellos hizo una línea de sangre en la pálida carita, pero los ojos azules insistían en mirar
fijamente y llena de esperanza a aquel ser alado..
- “¡NO ES UNA MENTIRA!.. ¡el joven Rei es la persona más buena de este mundo! ¡él dijo que siempre
me protegería!, ¡Y YO LE CREO!”
- “Creer en mentiras... es absurdo” –dijo Yue, fríamente.
Las puntas de los cristales describieron un arco en el aire volviendo al ataque en menos de lo que tardo en
contarlo, hiriendo ya a la indefensa niña, que presa del dolor pese a todo, sólo gritó a modo de respuesta..
- “¡No lo es!, ¡le conozco desde que me acuerdo!”
- “¡Suélteme, Superior Hiu!, ¡va a matarla!” –protestaba Hien.
- “¡Maldición, maldición!, ¡no puedes intervenir, peque!” –murmuraba Tao con los dientes apretados de
rabia- “¡yo también quiero hacer algo, pero no podemos!”.
- “¡Yue!, ¡Miriel!” –murmuraba Kerberos con angustia.
- “Si no peleas en este instante.. esto termina para ti” –Yue flotaba sobre sus alas sobre la indefensa figura
de la niña, que con varias heridas sangrantes se abrazaba a sí misma casi hecha una bolita aterrorizada-
“lucha y pelea... o acepta que has perdido”
- “¿Perdí?”
- “Si no combates, no eres digna de poseer las Sakura Cards... y las desgracias se esparcirán por el
mundo”
- “Ya me pasó lo peor” –gimió la niña- “el joven Rei no cree ser el joven Rei.. ¿qué puede ser más malo?”
- “Vivir mentiras”
- “¡EL JOVEN REI NO ES UNA MENTIRA!” –le gritó.
El guardián de la Luna no replicó. Por alguna extraña razón, cada vez que la niña pronunciaba el nombre
“Rei” se sentía particularmente dolido, pero se dijo a sí mismo que aquello no era su prioridad. Su
prioridad era el Juicio Final, la magia, las cards.. era un ser mágico, no un ser humano, por lo tanto, todo
lo que debía importarle no eran las personas, sinó su responsabilidad..
Magia..
Poder...
Sólo era eso.
No era un ser humano.
Por ello procedió como debía.. simplemente. A un nuevo gesto, sus cristales aparecieron en sus manos
y no fue difícil atacar a aquella niñita hasta convertir su costoso vestido en jirones y la azotea de varios
edificios en escombros. Pero la pequeña no se defendía. Se había limitado a abrazarse a sí misma y gritar
llamando a “Rei” y aquello...
- “¡Rei!... ¡joven Rei!” –susurraba Miriel entre lágrimas, mientras se cubría la carita con las manos llenas
de heridas- “¡¡por favor.. por favor...!!”
Aquello le estaba sinceramente... enfureciendo.
- “No existe a quien llamas” –le dijo severamente, al fin- “es tu última oportunidad. Pelea. Defiéndete. O
perderás las cards y las desgracias se liberarán por el mundo.. es tu decisión”
- “¡No puedo pelear!, ¡eres Rei!, ¡por favor, acuérdate de mi!”
- “¡Basta!”
- “¡KKKKYYYYYYYYYYYAAAAAAAAAAAAAAAAA!”
Los ojos de Yue lanzaron un destello y muchos cristales cortantes volaron hacia la niña directamente,
motivando un gran grito; desde su lugar de observación, Tomoyo y Sakura contuvieron apenas a la
desesperada Yoko y Shaoran tuvo que retener de un hombro a Eriol, quien parecía dispuesto a interferir
en ese mismo instante; había sido una dura prueba también para ellos permanecer impávidos y sólo
observando mientras Miriel estaba pasando por la situación más terrible de su corta y agradable vida, pero
una gran polvareda y un silencio sepulcral fue lo que siguió...
Antes que las Sakura Cards brillaran en apretado anillo alrededor de la niña, que estaba ilesa dentro de
aquella protección.
- “Las Cards la protegieron, aún sin que ella las invocara” –pensó Yue con irritación, sintiendo su
frustración aumentar- “mis servidores están también en mi contra..”
Los ojos azules miraban incrédulos a las cards. Estas, flotaron hasta colocarse en un mazo frente a la niña
que las observó por unos instantes con profunda gratitud, antes de apretarlas contra su pecho con infinito
cariño.
- “Sé preocupan por mí” –dijo Miriel en un susurro- “pero no sé que hacer, no sé..”
- “Yo sí sé que hacer” –murmuró Yue finalmente.
- “Rei es bueno.. sea humano o no, sea mágico o no” –los ojos de la pequeña le observaron con fijeza y
Yue sintió algo parecido al dolor en su pecho al notar la figurita infantil mirarle, sin perder la fé. Era como
si un animalito herido le mirara con ojos humanos ofreciéndole perdón- “Su familia le quiere, yo y todos..
todos lo queremos mucho y nos agrada ¡puede atacarme pero no voy a pelear con el joven Rei!. Sé que no
se acuerda de mí ahora... pero yo sí. ¡Y no pelearé! ¡NO LO HARE NUNCA!”
- “¿Esa es la decisión que has tomado?”
- “¡NUNCA PELEARE CON REI Y NO ME IMPORTA COMO SE LLAME AHORA, ERES REI!”
El guardián se lanzó en picada sobre la niña lanzando cristales que se clavaron en los jirones de la ropa
infantil hasta retenerla contra un muro, pero pese a la sangre que destilaban sus heridas y el brillo
inquieto en las Sakura Cards, la mirada de Miriel era firme. Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas,
pero esos ojos azules sólo parecían gritar “Rei” y eso unido a la ultima frase indignó al guardián, que
tomó entonces su arco, mientras el aura de la niña empezó a emitir un destello cegador..
Al igual que la card “hope”.
- “¡Rei...!”
- “¡Miriel!”
- “¡Basta Yue, basta!”
- “¿Rei?, ¿amigo, viejo, compadre, cuate?”
La figura pálida y bella... pero infantil de un Rei Tsukishiro de diez años de edad miraba fijamente y con
una expresión casi escalofriante a Tao, quien había quedado en mitad de su ejercicio con la boca abierta..
Detrás del niño de pelo de plata había una diminuta figurita que lloriqueaba..
- “¡Oye, no me mires así!” –se defendió un Tao Hiu de diez años, sintiéndose muy incómodo ante la
mirada de su amiguito- “¡la enana no me deja tocar mi arpa! ¡y por si lo has olvidado, voy a ser un músico
famoso y pues necesito practicar!, ¿qué querías?, ¡esa mini-enana no me deja inspirarme en mi música y
sólo frunce el ceño cuando empiezo a tocar algún acorde!”
- “............”
La mirada de Rei era más que efectiva. El niño no era nada hablador, pero Tao podía muy bien leer en su
mirada celeste que estaba francamente disgustado..
¡Ay, que miedo le entraba en el cuerpo al verle con esa cara!
- “¡Apenas si fue un leve golpecito en la cabeza!.. ¿crees que estoy loco?”- siguió disculpándose,
aunque el otro no había dicho ni una sílaba- “¡Eriol y mi hermana me matarán si le doy algo más que un
golpecito!”
- “.................”
- “¡QUE SOLO FUE UN GOLPECITO, DEJA DE MIRARME COMO SI LA HUBIERA MATADO!”
Un llanto infantil y unos deditos diminutos apretándose en la chaqueta de Rei Tsukishiro sólo
contribuyeron a molestar más al niño... y poner a Tao más nervioso, por eso era que el niño chino no
dejaba de parlotear..
- “Etto... ¡mejor mandémosla a su cuarto, que nosotros tenemos que practicar nuestras lecciones de
música, viejo!, ¡vamos, llevémosla a su cuarto! ¿... si?. ¿Paz, de acuerdo?, ¡mira, yo empiezo!”
Para celebrar su unilateral decisión Tao rasgó con sus dedos las delicadas cuerdas del arpa pero el sonido
que emitió el infortunado instrumento fue un chillido muy desagradable que motivó que la nenita detrás
de Tsukishiro gimiera y se tapara los oídos, lloriqueando de nuevo..
- “¡Oye, Mini-enana!, ¡deja de hacer esas muecas y llantinas tontas, que sólo tienes 3 años y no eres mi
profesor! ¡no sabes nada de música...!” –protestó Tao, enojado- “¡Mira que el viejo Rei lleva casi una hora
estudiando sus partituras mientras yo toco y no se ha quejado y..!”
Rei se sacó los tapones de los oídos con toda calma, motivando que la mandíbula de Tao casi se
desencajara de la sorpresa..
- “¡NO ME ESTABAS ESCUCHANDO!”
- “No grites”
- “Ustedes dos son unos negados para la música... ¡no tengo que hacerles caso!” –protestó de nuevo el
chico chino con un mohín taimado y volviendo a su instrumento- “¡tontos!”
Un concierto de chillidos destemplados, que más se asemejaban al crujir insoportable de una tiza sobre
una pizarra –ustedes saben.. ese sonidito destemplado que puede dejarte sin oídos y que debería ser
calificado como arma de destrucción masiva- motivó un nuevo gemido de la niñita y que Rei Tsukishiro
finalmente tomara cartas en el asunto. El niño de pelo de plata se adelantó algunos pasos y tomando unas
tijeras cercanas –Tao estaba cortando también artículos de revistas.. sobre chicas- les dio el único uso
práctico que hubiera hecho quien tuviera oídos..
¡Crac!
- “¡CORTASTE LAS CUERDAS DE MI ARPAAAAA!”
- “Si”
- “¡¿¿¿CO.. COMO TE HAS... ATREVIDO???!”
- “Haces llorar a la niña”
- “¡Me importa un pepino!... ¡rompiste las cuerdas de mi arpaaaaa!”
- “.........”
La furibunda mirada que Tao planeaba lanzar... se quedó en proyecto, porque la expresión que irradiaba
su amiguito era otra vez francamente escalofriante. Sus ojos emitían destellos helados, las manos las tenía
hechas un puño y toda su normalmente fría y helada expresión era absolutamente.. aterrorizante. Una
mirada tan acusadora y unos ojos brillantes como dagas de hielo... y de hecho le provocaban al niño chino
deseos feroces de lanzarse por una ventana..
Pero la nena de escasos tres años que era Miriel, lloriqueaba con total honestidad, y Tao finalmente
suspiró con resignación.
- “No.. no quería que llorara” –balbuceó, y aquel brillo amenazador en los ojos de Rei se apagó ante la
sinceridad de su disculpa- “Pero... ¡mi arpa!” –murmuró apenado- “¡la arruinaste!”
- “............”
- “¡Snif!” –lloriqueaba Miriel, aún aferrada a los pantalones de Rei.
- “¿En serio soy tan malo con el violín?” –Tao se rascaba la cabeza con gesto perplejo- “el maestro ya no
me decía nada mientras practicaba..... creí que era bueno”
El profundo desánimo que había en el tono de Hiu acabó de desarmar a Tsukishiro al punto tal que no
tuvo corazón para decirle que el profesor de música también se tapaba los oídos antes de darle lecciones.
De hecho.. hasta Lord Eriol había acomodado su horario y el de su esposa, para que ellos no tuvieran que
sufrir los poco agradables intentos de Tao con el arpa. Y a Rei le constaba que Lady Yoko intentaba aún
dulcemente hacer cambiar la opinión del chico –y que por amor al cielo, dejara en paz la música- pero.. la
joven dama tampoco había tenido las agallas de decirle claramente a Tao la verdad..
Era un niño alegre, divertido, vivaracho y travieso... pero era definitivamente NEGADO para la música.
- “Prueba otra cosa” –murmuró Rei al fin, sin reunir tampoco él las agallas para romper los sueños de su
único amigo.
- “¿Qué pruebe otra...?” –la idea sacó a Tao de su desánimo y el niño se entusiasmó con rapidez- “¡eh! ¡es
cierto!..¡¡siempre puedo probar otra cosa!!, ¡al fin y al cabo, la flauta, el oboe y el arpa no son lo único en
el mundo!”
Súbitamente feliz con la idea y olvidando que ya iban tres instrumentos abandonados en el sótano –tres
con el arpa, aunque Rei francamente dudaba que Lord Eriol se dejara convencer para un nuevo intento
musical de su cuñado- Tao salió corriendo del saloncito para ir al gabinete de Eriol y buscar entre sus
cosas, algún buen catálogo de otro tipo de instrumento musical; pero en el silencio que siguió a la
salida de Hiu, Rei ahogó un suspiro –el enfado era algo tan extraño en él que lo dejaba verdaderamente
exhausto- y se acomodó en el taburete del piano..
Iba a empezar a ensayar su pieza favorita cuando notó que dos enormes ojos azules le miraban con una
sonrisa.
- “..............”
- “...........”
Pálidos ojos celestes contra aquellos ojos azules que le miraban sin pestañear. Y eso le desconcertó.
¿Porqué no le temía?
Todos los niños pequeños le temían a él, Rei Tsukishiro. Salvo Yuu, claro está, pero Yuu estaba en pañales
y era su hermanito, por eso mismo Rei sospechaba que él no contaba. Porque los niños pequeños le
temían. Muchos de sus compañeros de escuela también.. las niñas siempre le daban obsequios raros, pero
generalmente las personas le miraban con asombro primero –en momentos como ése Rei detestaba su
peculiar aspecto- con curiosidad y después.. con algo parecido a respetuosa distancia.
A él no le molestaba la distancia. De hecho, lo prefería. No era nada hablador y las personas generalmente
no lograban entender sus silencios, así que le dejaban en paz. Y los niños pequeños –los de kindergarden
y la guardería infantil donde trabajaba su mamá- le miraban con asombro primero y luego...
Luego de sus silencios.. con algo parecido al miedo.
El sonido de dos teclas del piano sorprendió a Rei pero más aún lo hizo al notar que la nena tocaba
suavemente el delicado instrumento.. mientras le miraba con una sonrisa amplia y dulce, con una fé tan
ilimitada como sólo puede tener alguien de tan escasa edad...
Más lo sorprendió al notar que la niña tocaba lentamente, acordes de su melodía favorita...
“Claro de Luna”.. de Beethoven.
- “Lord Eriol debe haberle enseñado” –pensó rápidamente, aún sorprendido- “eso.. debe ser..”
- “¿A Rei le gusta?”
- “¿....?”
- “¿A Rei le gusta?”
- “Sabes mi nombre”
- “¡Rei!” –balbuceó la nena con una gran sonrisa.
El niño asintió en silencio.
- “Supongo que no me teme porque prácticamente le he cambiado pañales” –se dijo, tratando de
encontrar algo de lógica- “pero los bebés no tienen buena memoria aunque el año pasado pareció
recordarme... me dejó guiar sus pasos más de una vez, y corría a mis brazos. ¿Porqué confía tanto en mí
si sólo visitamos Londres una vez al año?”
La niña seguía tocando muy lentamente las teclas del piano y mirando al niño entre sonrisas.
- “Eres una pequeñita muy extraña” –murmuró al fin.
Una nueva sonrisa amplia apareció en aquella pálida carita de alabastro y rizos azulados, mientras los
ojitos le seguían mirando como si él fuera la única cosa en el mundo.
- “Bien... supongo que puedo darte una lección” –pensó el niño, tomando los deditos gordenzuelos y
ayudándola con suavidad, antes de añadir en voz alta- “espero ser tan buen maestro como tu papá”
La nena le dio un abrazo de oso y lanzó otra risita ahogada cuando el niño la acomodó a su lado en el
taburete del piano y ambos fueron tocando suavemente los primeros acordes de “Claro de luna”. Los
dedos del niño guiaban las manitos inexpertas y la niña a ratitos cerraba los ojos, dejándose guiar en todo
por los movimientos del niño. Su fé era limpia y ciega...
De vuelta a la realidad Yue apretó los puños sintiéndose nuevamente humillado, desviando esa flecha a
propósito. Aquel recuerdo.. también había sido mentira ¡toda su vida lo había sido!.. pero la mirada en los
ojos de Miriel seguía siendo la misma..
¿Porqué confiaba tanto en él?
¡El ni siquiera confiaba ya en sí mismo!
Y volvió a recordar otra vez..
- “Yo no le enseñé a tocar... ¡aún es demasiado pequeña!” –Eriol estaba realmente sorprendido- “¿dices
que ella sola empezó a hacerlo?”
- “Creí que usted le había enseñado Milord”
- “Pero ambos estaban... tocando” –murmuró Yoko, mirando a los asombrados Yukito y Ayame- “¿no es
así?”
- “Le ayudé. Pero ella empezó sola”
Los adultos se habían mirado entre sí con sorpresa y Rei se había sorprendido ante el comentario que
hicieron, cuando él salía..
- “¡No puedo creer que Miriel empezara a tocar sola!, ¡y menos el Claro de Luna de Beethoven, Eriol!”
–comentó pensativamente la joven Lady- “es una pieza hermosa, pero melancólica y con cierto aire de
nostalgia; ¡no es algo que llamaría la atención de una nena!”
- “Creo que ha estado viendo que Rei la practicaba. Además no la tocó completa, apenas algunos
compases” –reflexionó- “pero sí, es raro. No es una pieza del gusto de una niña de su edad”
- “Es la pieza favorita de Rei” –comentó Ayame, suavemente- “desde que la escuchó hace un año...
ha estado practicando para tocarla perfectamente. Quizá es una pieza no infantil, pero creo que Rei
verdaderamente se siente identificado con ella”
- “¿Eriol?” –preguntó Yukito, viendo la leve sonrisa en los labios del inglés.
- “Supongo que tu esposa tiene razón Yukito. Al fin y al cabo.. la pieza es serena, melancólica, algo
nostálgica pero profunda e intensa, por algo se llama “Claro de Luna”” –reflexionó la reencarnación de
Lead Clow- “Es obvio que Rei sienta instintivamente que es una pieza muy cercana a él”
El niño que era entonces Rei Tsukishiro no había entendido, pero Yue el Juez, en pleno Juicio final
entendió todo al recordar al fin quien era.
- “Esto soy. Nada fue real.. ni mis recuerdos lo son.. no quiero recordar más, sólo haré lo que debo. El
Juicio Final”
Y preparó una flecha...
Sakura, desde su posición, intercambió una mirada con Eriol y el inglés asintió mientras Shaoran
suspiraba. El ya sospechaba que Sakura iba a tener que hacer algo así. Y mejor ella y Eriol se decidían
pronto, pero el joven jefe del Clan Li sintió de pronto un agudo dolor en la cabeza y..
Yue finalmente disparó en ese instante, y la card “Hope” brilló cegando a todos.
**********************
- “¡Es usted tan terco como su papá, pero aún así no va a salir, niño Mamoru!” –insistía la niñera de la
casa Kinomoto en ese momento.
- “¿Pero por qué Megumi?, ¡no es la primera vez que me dejas salir sin que mamá y papá lo sepan!” –
protestaba Mamoru, con el ceño fruncido- “¡tengo que ir! ¿no entiendes?”
- “Hermano...”
- “Sus papás salieron de prisa.. e indicaron muy claramente que ninguno de ustedes debía salir esta noche,
que era peligroso” –insistía la niñera- “¡Llegaron ustedes muy tarde hoy!”
- “Papá estaba enojado contigo por llegar tan tarde, hermano” –comentó Nadeshiko.
Los ojos azules de Mamoru Kinomoto parecían echar rayos. ¿Acaso esas dos no entendían nada?
- “¡Ya se los dije!, ¡Sentí el poder de Cards Mágicas!.. ¿acaso tengo que escribírselos?! ¡Seguro que Hien
está allí y debo ayudarle!”
- “No creo que sea buena idea señorito” –intervino Byakko, bajando las escaleras en su forma gatuna,
y con un inusual airecito serio- “¿acaso no recuerda el susto que nos llevamos con su amiguito antes de
venir? ¿y si aquel hombre está cerca?”
- “¿¿¡¡Que hombre??!!” –saltó Megumi- “¿No estaría hablando con extraños, verdad niño?”
- “¡Perdimos al tipo Byakko, lo asustaste!” –insistía Mamoru, cada vez más colérico- “¡tengo que irme,
déjenme de una vez!.. ¡mi primo necesita de mi ayuda!”
- “Pero hermano...”
- “¡No niño, Ud. no va a salir!”
- “¡Megumiiiiiii!”
No obstante las reiteradas quejas y protestas Megumi permaneció firme. La niñera tenía un saludable
miedo al mal genio de Touya Kinomoto y si a eso le sumamos el afecto que sentía por los niños
Kinomoto.. pues tenemos como resultado una niñera fuertemente aprehensiva esa noche en particular.
Y miren que no era sencillo que Megumi dijera “no” a un pedido de sus niños. Quizá la muchacha no
tuviera ningún recuerdo de su pasado, no se espantara de la presencia de Kiku la fantasma.. o de una gata
parlante como lo era Byakko, pero la niñera sentía que algo muy extraño estaba por suceder esa noche y
como no ignoraba que el índice de secuestros infantiles era alto por la noche según los noticieros, pues
esta vez no pensaba hacer de la vista gorda ante las escapadas de Mamoru.
¡¡PLAFFF!!
Un gran portazo... y Nadeshiko, Byakko y Megumi suspiraron. Allí iba Mamoru a rumiar su mal humor
con gesto taimado, encerrándose en su habitación. Cuando esto pasaba, sólo Kiku y su fantasmal
paciencia era capaz de aguantarlo.
**********************
- “¡Teme al juicio del Señor, bruja!”
La agitación en el interior de la fortaleza de Famagusta era siniestra y terrible.. la noche anterior a su

caída. Muchos de los valerosos defensores habían muerto y los escasos sobrevivientes estaban presas ya
del hambre, la miseria, la desesperación y especialmente del terror fanático que les daba la certeza de que
aquella plaza estaba definitivamente perdida. Los escasos pobladores que quedaban con vida morían de
hambre y habíase visto horrorosos casos de canibalismo en los últimos días.
Ni qué decir de los perros y gatos... esos animales, y aún las ratas habían desaparecido de Famagusta hace
ya meses.
La fortaleza, enorme, imponente, estaba quieta y presa del más profundo miedo esa noche, cuando habían
sido descubiertos.
- “Mi joven señor, confesad, os lo suplico” –imploró el Gobernador mientras observaba el rostro
melancólico del agraciado joven que era Ridolfo Mocenigo- “si decís la verdad, si decís que aquella
doncella es una concubina, nada os pasará. ¡Os lo juro!”
- “¿¡Me juráis que ella está bien?!, ¿está bien, no es así?” –saltó el más joven, vivamente angustiado de
pronto- “¡¿verdad que está bien?!”
- “Está encerrada bajo llave en mis propios aposentos, signorino” –replicó el Gobernador, muy serio- “y
por supuesto que nadie dañará uno solo de sus cabellos ni podrá entrar a mirarla siquiera, sabéis bien
que mis aposentos son inviolables” –mostró la llave que llevaba al cuello- “pero preocupaos por vuestra
seguridad joven señor. Los sacerdotes y la plebe están histéricos. ¡Se habla de que es una bruja!”
El muchacho negó, con los puños apretados.
- “¡¡Ella no es una bruja!!. ¡Es mi esposa!”
El Gobernador dejó de dar vueltas alrededor del joven prisionero y suspiró profundamente, antes de
continuar:
- “Si me permitís, mi señor.. ¿bajo que tipo de religión habéis podido casaros con una turca?.. no hay
sacerdote aquí que los casara, ni aún bajo amenaza de vuestra espada.. y dudo que algún musulmán
hiciera lo propio” –insistió tras una pausa- “aceptad los hechos y sed claro: la joven es vuestra concubina.
Decidlo al tribunal, y nada os pasará”
- “¿¿¡Cómo podéis decir eso??!, ¡si yo dijera que ella es mi concubina la entregarían a los mercenarios
para que ellos se la sortearan a gusto!” –Ridolfo temblaba de rabia- “además que sería una mentira atroz.
¡Ella es mi esposa!. Y si me preguntáis por que ley me casé, os lo digo sin dudar: por la única ley... la más
sagrada, el amor. Roxelana y yo intercambiamos un juramento más allá de cualquier formalismo de la
religión, ella y yo nos juramos mutuamente ser eternamente esposo y esposa, ante nosotros y ante todos,
sin importar los credos o la raza o el tiempo”
- “¡¡Cuidad vuestras palabras joven señor!!, ¡¡eso que decís, roza demasiado con la herejía y...!!”
- “El amor no es herejía señor Gobernador” –interrumpió vivamente- “¿no lo entendéis?, ¡ella es mi
esposa!, ¡no deben hacerle daño porque es mi esposa, mi mujer!, eso, además que es la hija de su
padre.. ¿qué debo hacer para haceros comprender?. ¡Nosotros no pretendíamos huir de la fortaleza para
salvarnos!, ¿dónde la podría haber llevado si hubiera sido así?” –explicó el veneciano- “no podría volver
jamás al palazzo de mi padre si huyera de Famagusta para salvar mi vida, ¡entendedlo!”
- “¡Pero estabais preparando una huída cuando fuisteis detenidos por los sacerdotes!”
- “¡Si, pero no iba a huir para salvar mi vida!. Tengo una pequeña embarcación oculta en una de las
cuevas, pero es demasiado riesgo hacer frente al mar en ella.. Roxelana y yo íbamos a presentarnos con
Alí Bajá*, en la nave almirante”
El Gobernador ahogó apenas un gesto de sorpresa.
- “¡¡Joven señorito, el Almirante de la Armada Turca no os trataría mucho mejor que los sacerdotes..!!”
- “No entendéis Gobernador Bragadino” –Ridolfo trató de serenarse para explicar, mientras se aferraba
a la esperanza que su interlocutor le creyera- “Roxelana iba a llevarme con Alí Bajá, manifestando ante
el turco mi rango como hijo del Dux y su esposo. ¡Al Almirante no le hubiera quedado otra opción que
zarpar y llevarme preso ante el Sultán!, ¡no hubiera podido hacer otra cosa!, ¿lo entendéis?”
La idea del hijo favorito del Dux frente al Almirante turco, espantó a Bragadino.
- “¡Entonces estáis más a salvo aquí, mi joven señor!, ¿qué locura hubiera sido aquella? ¡el Sultán os
hubiera hecho empalar sin ninguna duda!”
- “No era locura ¡no lo era!” –se sofocó Ridolfo- “Algunas naves turcas hubieran tenido que escoltar
a la nave almirante, el cerco hubiera sido menos estrecho y podríais recibir ayuda mientras yo ganaba
tiempo. Además al llegar a la corte del Sultán, Roxelana y yo habríamos huido” –se estrujó la cabeza
con nerviosismo- “¡¡Ella tiene algunos amigos, Bragadino!!.. amigos que iban a ayudarnos, amigos con
los que hubiéramos podido evitar la caída de la fortaleza. ¡Roxelana y yo creemos que es una pérdida de
sangre sin sentido!. Entended, os lo suplico: ella no confía en que su padre será capaz de perdonarla por
amar a un cristiano, pero está dispuesta a seguirme y a ayudarme a evitar la muerte de la gente de aquí
ganando tiempo” –la escasa paciencia reunida del muchacho se trocó en desesperación al añadir- “¡pero
me detenéis, nos detenéis y creéis que ella es una bruja!”
- “No podréis negar que estáis encandilado con la turca” –negó tercamente el gobernador- “¡es imposible
que un cristiano y una turca..!”
- “¡Eso no importa, deben dejarnos partir!”
- “¡¡Sabéis bien que no puedo!!. Lo peor es que vuestra “esposa” morirá al amanecer, joven señor. Es una
bruja, y como tal...”
Ridolfo no pudo evitarlo, se levantó de un brinco, y sacudió con violencia los hombros del viejo jefe,
mientras la más profunda desesperación se pintaba en sus facciones..
- “¡Sabéis que es la hija favorita de Selim!, ¿no entendéis que si la matáis no dejarán a nadie vivo en
Famagusta?”
- “Los sacerdotes no dirán aquello a todos y nadie aquí dará nada por ella, joven señor. Vos habéis dejado
claro que la joven era vuestra esposa.. y que un cristiano diga que está desposado con una turca ¡¡es
obviamente obra del demonio..!”
- “¡¿Qué hubierais querido?, ¿qué la negara por cobardía?, ¡ESO NUNCA!” –gritó, apretando los dientes-
“Ella es mi esposa y no iba a consentir que fuera forzada por todos los hombres de la fortaleza..”
Bragadino lanzó una mirada de profunda compasión hacia el joven mientras no cesaba de maldecir la
juventud e inexperiencia de Ridolfo; era obvio para él que la turca debía tener preso al veneciano bajo
algún sortilegio, y es que en su mentalidad de la época, nada ni nadie le haría admitir jamás que podía
haber igualdad, o mucho menos amor verdadero entre seres tan dispares como lo eran Ridolfo Mocenigo
y Roxelana. Entendía bien que la belleza de la muchacha encandilara al veneciano pero se dijo que la
virtud en un hombre era asesina: si Ridolfo hubiera sido otro cualquiera, hubiera seducido a la muchacha
y la hubiera abandonado a su suerte como otros pero el joven veneciano era incapaz de aquello..
Se había enamorado..
Y para el gobernador, era definitivamente obra de un poder oscuro y siniestro. Ninguna mujer de
occidente, veneciana, francesa, española o austríaca hubiera podido menos que gritar de felicidad si
hubiera logrado despertar el amor en el joven veneciano –Ridolfo era un gran partido- pero, esto.. ¡esto!.
¡Una turca!
¡Una infiel que nada valía!, ¿porqué no la dejó a la ley común cuando fueron descubiertos esa noche?..
- “Era eso.. o su vida” –suspiró dejando de pensar- “¿qué más le daba a vos que la tomaran como una
ramera si ya habíais conseguido de ella su pureza?, ¡debisteis..!”
- “Si volvéis a decir algo así, señor Gobernador, olvidaré mis deberes de caballero y os mataré con mis
manos aquí mismo” –siseó Ridolfo, hirviendo de rabia.
El gobernador volvió a suspirar. Aquella mujer era obra del mal, sin duda..
- “Nada puede salvarla ya, joven señor. Tranquilizaos. Quizá no pueda ir contra los sacerdotes, pero me
aseguraré que nadie la lastime.. hasta el auto de fé**”–continuó -”sabéis que esta perdida”
Sin una palabra más, el Gobernador se puso de pie y a un gesto suyo, un sacerdote abrió la puerta de
hierro cerrándola con rapidez a la salida del visitante pero Ridolfo Mocenigo apenas lo escuchó. Estaba
desesperado, abatido... sentía horror. Roxelana había corrido mucho riesgo al ingresar disfrazada y sola a
la fortaleza –para prevenirle sobre un inminente ataque- lo que le había motivado a aquella decisión.
Iba a entregarse al Almirante turco en secreto –Roxelana temía por su vida y seguridad, pero él estaba
dispuesto a correr el riesgo por la vida de los valerosos defensores de Famagusta- contaban con el apoyo
de la joven hija del Gran Visir y un capitán de la guardia de Roxelana para hacerles escapar cuando
estuvieran a una distancia prudente de Famagusta y aún lejos de Selim... pero todo había quedado
reducido a la nada en un instante. Y es que con algo de suerte, Ridolfo contaba con que el Almirante
le torturaría un poco pero ya seguro de su identidad iba a tener que llevarle ante el propio Sultán para
disponer de él.. eso hubiera pospuesto el ataque y le hubiera dado a la fortaleza días valiosos.
La última misiva que recibiera de Boisloire –que estaba destacado en una locación cercana al promontorio
de donde se veían los navíos- le habían hecho saber que se divisaban algunas galeras de potencias
cristianas, pero que debido a la intensidad de los vientos, no habían podido llegar.
¡Esas galeras de la República de Venecia y de otros reinos iban a salvarles la vida a todos! ¡sólo
necesitaban unos días, unas cuantas semanas ganando tiempo!.
- “¿Porqué no lo entienden? ¿porqué?” –pensó abatido.
Pero todo había salido mal. No sabía cómo, pero alguien había señalado la presencia de la turca con él
esa noche y ambos habían sido detenidos; apenas pudo gritar que la muchacha era su esposa antes que la
horda de fanáticos los mirara con sorpresa.
- “¡¡Es mi esposa!!” –había insistido desesperadamente cuando fueron detenidos y capturados- “¡no hay
humana o divina que haga que ella y yo rompamos nuestras promesas matrimoniales!!. Es mi esposa, ¿lo
habéis oído?, ¡MI ESPOSA!”
- “¡Ridolfo!”
La muchacha lo había mirado entre lágrimas y Ridolfo había aprovechado esos instantes de estupor
general para apartarla de manos de los fanáticos y acercarse al Gobernador, quien, como todos los
presentes estaba atónito.
- “Bragadino, pongo en vuestras manos la seguridad de mi esposa... y su virtud. ¡¡No me falléis por
favor!!”
- “¡Muerte!”
- “¡Muerte a la bruja! ¡seductora de nuestro joven amo!”
- “¡Muerte!”
- “¡Prepárate para ir a los infiernos, bruja turca!”
La masa había estallado al fin con rabia y los habían separado con violencia, pero esa noche hubieran
hecho pedazos a Roxelana con sus propias manos y eso Ridolfo lo sabía. Tras once meses de asedio, los
defensores de Famagusta estaban reducidos a una masa fanática y llena de odio y temor, presas la mayoría
de las más violentas y exacerbadas pasiones, por eso se había apresurado a declarar su lazo con la chica
y a entregarla al cuidado del Gobernador de la fortaleza -quien si bien podría dudar o no de los “poderes
diabólicos que habían seducido a un buen cristiano”- no iba a poder evitar cumplir con el pedido del
capitán veneciano; estaba comprometido el honor.
Ridolfo Mocenigo había puesto a su “esposa” bajo el cuidado del honor del Gobernador y por mucho que
el aludido quisiera evadir tal responsabilidad no pudo hacerlo, sólo por eso sacó a la muchacha totalmente
ilesa de en medio de la turba, pero nadie había dormido en Famagusta esa noche. Los sacerdotes, la ira,
los murmullos de “traición” que ya empezaban a correr entre los famélicos defensores habían dejado a
todos totalmente exhaustos.
- “¡El perro de Venecia era un asqueroso traidor!, ¡siempre lo supe!” –comentaba acremente un rubio
caballero, mientras la noche aún no terminaba- “mirad que declarar que era esposo de la infiel.. ¡que
locura!”
- “Creo que es mas un desvarío amoroso, que algo serio” –dijo otro- “aunque si no hubiera gritado esa
tontería, la hubiéramos pasado todos muy bien con la infiel. ¡Es realmente bella!”
- “¡Que desperdicio!... ¿la matarán al amanecer, no es cierto?” –comentó otro- “¿porqué pues no nos la
dieron?, ¡al menos podríamos habernos divertido y darle a la turca una noche memorable!”
- “¡Ja, ja, ja!”
Las groseras burlas de los mercenarios que también estaban defendiendo Famagusta y su dejo de
despecho tenían cierto sentido. De haber sido declarada la muchacha “concubina” de Mocenigo, los
sacerdotes la hubieran entregado a los mercenarios primero, la soldadesca y finalmente al pueblo y si la
muchacha sobrevivía a la múltiple y consecutiva violación de su persona y su virtud, posiblemente la
hubieran echado de la ciudad como una prostituta...
Si vivía aún.
Sin embargo, la declaración apasionada del veneciano había mantenido la virtud de la muchacha fuera
de las manos de todos los hombres de Famagusta y eso irritaba a los mercenarios que vivían día a día
y no tenían ningún asco de violentar todos a una muchacha indefensa. Lejos de allí, sin embargo, los
sacerdotes peleaban con Bragadino y otros jefes sobre la legalidad del “Auto de Fé” o “Juicio Final” que
pensaban llevar a cabo en cuanto amaneciera.
- “¿Y cómo es que vos supisteis de los amores entre la turca y el veneciano?” –preguntó uno de los
mercenarios, al caballero rubio- “¿Sabéis acaso de la vida íntima de los defensores de Famagusta, De
Dannan? ¿tan entrometido sois?”
- “Un aviso oportuno... es todo” –una figura encapuchada hizo un gesto desde un muro lejano y el rubio
se excusó con rapidez- “con vuestra venia” –añadió sigilosamente, después de avanzar hasta la figura
cubierta- “¿qué hacéis aún aquí?, ¿estáis loca?”
- “¿Van a matarla verdad?” –respondió la otra persona, a modo de respuesta, mientras ambos caminaban
por la sitiada fortaleza.
- “Si. Nadie atestiguará a su favor en el auto de fé, tranquilizaos” –comentó mientras emparejaba el paso
con la figura encapuchada- “es una pena que ninguno de los hombres de Famagusta haya podido gozarla,
pero al menos estaréis contenta.. Morirá, sin duda alguna”
La figura encapuchada se detuvo, antes de decir reflexivamente.
- “Parecéis frustrado, ¿la encontráis acaso tan atractiva que deseabais profanarla a gusto toda la noche?”
- “Si os soy franco mi señora, hubiera sido delicioso, sin duda.. pero con todo, no hay forma de que
hubiera sobrevivido. Hay casi 400 hombres en esta ciudad... la hubieran poseído hasta matarla, pero como
a vos sólo os interesa que ella muera.... es un hecho que ahora morirá sin dudarlo” –añadió- “no podéis
quejaros. Mocenigo vivirá y ella morirá tal como lo deseáis, por ello habéis apremiado a Alí Bajá para
que estreche el cerco aquí. Supongo que habrá un ataque inminente, ¿no es así?”
- “Efectivamente”
- “¿Cuándo?, ¿si puede saberse?”
- “¿Qué os puede importar?.. sabéis bien que no permitiré que nadie os mate. El Almirante sabe ya que
habéis sido un eficiente espía para nosotros, basta que yo os identifique y sabéis bien que no moriréis”
- “Espero que mi señora no olvide identificarme claramente” –rió De Dannan- “No desearía morir como
una rata aquí”
- “Me has servido bien. La idea de promover la salida del amigo de Mocenigo fue brillante..” –hubo una
sonrisa bajo la capucha- “y la forma en que influenciasteis al Gobernador para que le enviara a aquella
muralla... no se me hubiera ocurrido. Ahora Mocenigo está solo, y no tiene a quien recurrir. Nada ni nadie
podrá salvarla”
- “¿Aún no ha caído esa pequeña muralla al norte de la fortaleza?” –inquirió el rubio.
- “No tienen más de veinte defensores o menos, pero mantienen el puesto.. ese Boisloire es un hueso duro
de roer” –informó la encapuchada- “Pero tranquilizaos, el hospitalario morirá por las cimitarras turcas
antes que Ridolfo tenga ocasión de escribirle pidiendo ayuda. Hace más de 3 semanas que se fue y ningún
mensajero ha cruzado vivo la entrada”
El rubio De Dannan amplió su sonrisa con regocijo. Detestaba a Boisloire y la idea de su muerte era más
que complaciente para él; ciertamente no sentía antipatía ni odio especial contra Ridolfo Mocenigo pero
el papel que jugaba en su caída no le era repulsivo en lo absoluto, siempre había tenido envidia de la
posición del capitán veneciano y le complacía extraordinariamente saber que iba a ocasionar la muerte del
mejor amigo de quien detestaba: Etienne Boisloire; además que el ser espía para los turcos garantizaba
que saldría con vida de ese lugar.
Ganaba pues, todo y no perdía nada.
- “Ya lo creo. Mocenigo aún cree que tiene una salida, que Boisloire llegará a tiempo para ayudarle con
su espada” –hizo una pausa para añadir en tono jocoso- “en cuanto el perro veneciano fue detenido por
vuestra gentil acusación, me ocupé de seguir a su leal escudero.. era demasiado raro que aquel imbécil no
muriera defendiendo a su señor”
- “¿Salió el criado, del cerco de Famagusta?, ¡imposible!”
- “No despreciéis al leal servidor de Mocenigo...”
- “¿Y estáis tan tranquilo?” –saltó la encapuchada, alarmada- “¡oh, no!.. no permitiré que Boisloire
arruine mis planes! ¿cómo podéis no haber hecho nada?”
- “No llegará mi señora” –le tranquilizó el rubio, divertido- “Dudo siquiera que esté vivo. Ridolfo sueña
que el hospitalario vendrá, pero es una fantasía, le hice frente a su leal escudero después que terminó con
el grupo de turcos que le atacaron.. el servidor estaba agotado.. y..”
- “Y vos usasteis bien la contraseña que os he dado, sin duda. Con eso, ninguno de mi gente os ataca” –rió
de nuevo su interlocutor- “¿le matasteis rápido o lento?”
- “Lento. Os doy la seguridad que el infeliz yace muerto a estas alturas. Debe haberse desangrado en el
camino sin llegar a su destino..”
- “Bien hecho”
La instalación de un amplio mesón y famélicos sacerdotes y gente furiosa interrumpió la charla de esos
personajes siniestros. La agitación pareció envolver otra vez a la fortaleza mientras no había pasado
media hora –ya amanecía- cuando una joven mujer envuelta en profusos velos fue presentada ante un
burdo tablado y un más fanático tribunal, mientras la gente gozaba con el espectáculo de la muchacha
turca, escoltada por el Gobernador, quien se sintió liberado de su desagradable responsabilidad y tomó
asiento en una especie de tribuna, donde estaban los últimos caballeros y hombres de armas con rango en
Famagusta..
- “Estas aquí mujer, para saber tu sentencia” –dijo uno de los del tribunal con voz de trueno, en cuanto la
infortunada puso pie en aquel vetusto tablado- “¡¡escucha pues y..!”
- “Perdonad, noble señor.. pero no me he defendido y..”
- “¡Calla, perra turca!” –uno de los frailes cercanos se acercó hacia la chiquilla, dándole una bofetada que
la arrojó al piso con violencia- “¡¡¿crees que una infiel como tú puede hablarnos?!!, ¡has seducido a un
cristiano que te llama “su esposa” cuando no eres más que una sucia mujerzuela!, ¡morirás y tu sangre
lavará la honra de Mocenigo!”
La turba celebró el gesto como si se tratara de una hazaña.
- “¡Habéis hecho un traidor de un buen cristiano, de un hijo de la serenísima república! ¡pagareis por
ello!” –dijo otro, del mismo tribunal- “¡vais a morir, turca!, ¡el gobernador a suplicado por vos y en vista
de su súplica os ahorcaremos simplemente, .!”
- “¡Muerte a la infiel!” –aullaba la turba.
- “¡Por favor, escuchadme!, ¡van a atacar hoy la fortaleza!, ¡escuchadme!, ¡vine a avisaros!” –gritó la
muchacha entre lágrimas- “¡Ridolfo no es un traidor!, ¡el iba a tratar de ganaros tiempo para que llegara a
vos la ayuda!, ¡iba a sacrificarse a sí mismo por vosotros!”
- “¡MUERTE A LA INFIEL!”
- “¡Muerte!”
- “¿Es que nadie va a oírme siquiera? ¡escuchadme nobles señores!” –gritó con desesperación- “¡Ridolfo
no es un traidor, creo que tienen sí un traidor aquí, pero él nunca..!”
- “¡Prepárate para los infiernos, turca!” –le interrumpió un huesudo fraile- “El juicio final ha sido dado, y
tu sangre limpiará la honra de Mocenigo.. ¡tráiganla, aquí esta la horca!!”
- “¡Un momento, mis señores, solo una palabra!” –a voz de la muchacha tenía un timbre apremiante pero
uno de los sacerdotes más furibundos la había tomado del brazo - “¡sólo una palabra, os imploro!”
- “¡Habla bruja!, ¡y no intentéis seducirnos ni hechizarnos a nosotros, buenos cristianos!”
- “¡Muerte a la bruja!!”
- “¡Que muera la infiel!
- “¡Que muera!”
Lo ojos verdes parecían brillar con algo de esperanza, cuando al fin la desventurada se despojó del velo y
por un segundo.. todos los presentes quedaron atónitos.
¡Era tan bella!
Piel pálida y tersa... levemente sonrosada por la agitación, figura delicada, exquisita, frágil, pies y
manos diminutas –en sus manos sólo brillaba un anillo- un cabello negro azabache, un óvalo de rostro
simplemente perfecto con labios de rosa y ojos verdes..
Enormes, intensos..
- “Mi señor Ridolfo.. ¿no le pasará nada malo a él, no es así?” –inquirió la muchacha, temblorosa- “mi
muerte... ¿evitará que le hagáis daño?”
- “Si” –dijo el fraile huesudo, aún turbado ante la dulce belleza ante él- “él vivirá”
- “Entonces, puedo morir feliz”
- “¡NOOOOO!... ¡Roxelana!.. ¡no!” –desde la puerta y la ventanita del calabozo que estaba frente a la
plaza de la fortaleza, la voz angustiada y desesperada de Mocenigo se escuchó- “¡No entendéis, no le
hagáis daño!, ¿no entendéis?, ¡Roxelana no es culpable, es mi esposa!”
La turba se apartó como siguiendo una orden, y al final de la plaza, detrás de la diminuta ventana de su
calabozo Ridolfo Mocenigo forcejeaba furiosamente, lleno de desesperación..
- “¡Callaos!” gritó otro del tribunal- “¡callaos, vos!”
- “¡Escuchadme!, ¡pongo a Dios por mi testigo!” –gritó el veneciano, perdiendo ya las esperanzas en que
Boisloire llegara a tiempo- “¡no soy un traidor!, ¡Roxelana es inocente!, ¡vino aquí por salvar vuestras
vidas!”
- “¡Muévete turca!”
El sacerdote mas cercano a la muchacha, furioso consigo mismo por haberla contemplado con embeleso,
le cruzó el rostro con repetidas bofetadas, mientras otro colgaba una cuerda de una viga.
- “¡NO LA TOQUEIS!, ¡NO LE HAGAIS DAÑO!”
- “¡Callaos Mocenigo.. esto es para salvaros!” –gritó Bragadino, poniéndose de pie desde su lugar-
“¡callaos!”.
- “No entendéis nada.. ¡¡pues moriréis entonces!!” –dijo el veneciano, en un tono tal de presagio que a
todos los presentes les dio un escalofrío- “Roxelana es hija del Sultán de los Turcos ¡es hija de Selim!,
¡eso es lo que todos vosotros no sabéis!” –la turba enmudeció, aterrada- “¿creéis que se os dejará con vida
si le hacéis daño?, ¡empalarán a todos si tocáis uno solo de sus cabellos!!”
Algo parecido al miedo empezó a circular por las personas reunidas y más de un famélico defensor
empezó a mirar al tribunal con desconfianza, pero los fanáticos se miraron entre sí, antes de ponerse de
pie y gritar a su vez..
- “¡Pero.. decirse esposa de un cristiano!” –murmuró uno de los sacerdotes, en medio del silencio- “eso la
hace bruja..”
- “¡Si queréis condenar a alguien, condenadme a mí en su lugar!” –barbotó el veneciano, desde su prisión-
“¡yo que la amé desde que la vi!, ¡yo, que le pedí que se desposara conmigo pese a que ella tenía miedo
de que algo malo sucediera!, ¡yo soy el mal creyente, yo soy el brujo!”
- “¡Ridolfo, no!” –gritó Roxelana.
- “¡NO, LA BRUJA QUE MERECE MORIR ES ELLA!” –gritó una voz angustiada en la multitud.
- “He sido yo quien ha hecho todo esto.. todo” –los ojos de Ridolfo brillaban al decirlo- “¡¡yo soy el
culpable, el brujo, el hechicero si quieren!! ¡tengo dones extraños!, ¡a veces puedo hacer mover objetos
si los miro mucho tiempo! ¡pero es mi esposa, y nada ni nadie hará que yo me quede mirando mientras
vosotros la matáis!, ¡prefiero morir en su lugar!”
- “¡Lo ha dicho!, ¡dice ser un brujo!”
- “¡NOOO, TU NO, POR FAVOR!” –gimió alguien a voz en cuello, entre la muchedumbre.
- “¡Ridolfo, por favor, no!” –gritó Roxelana entre lágrimas, casi con la cuerda sobre su cuello.
Había algo dolorosamente patético en la escena. La inocente muchacha, a los pies del cadalso y en medio
de una horda de fanáticos sin nadie que alzara en su defensa más que la voz desesperada del hombre que
amaba, que gritaba a voz en grito, incriminándose, desde las puertas mismas de la prisión.
- “Lo ha dicho” –repitió uno de los del tribunal.
- “Lo ha dicho”
- “Todos lo hemos escuchado.. ¡triste pesar cuando en tan ilustre casa se oculta la brujería!”
- “¡Pero es obvio que esta aún hechizado por ella..!”
- “¡Si es hija del Sultán.. ¿sería bueno matarla?!”
- “¡Mátenla!, ¡MATENLA!” –insistía la misma voz furiosa desde la turba- “¡No hagáis daño a quien es
tan cristiano como vosotros!, ¡ella lo ha hechizado, matadla!”
La mano del rubio De Dannan cayó bruscamente sobre la figura encapuchada que protestaba a viva voz
entre la gente por el giro inesperado de los acontecimientos pero la persona que tan bien ocultaba su
identidad pareció protestar por el gesto del caballero, motivo por el cual el rubio le arrastró algo lejos de
la turba..
- “¡Dejad de llorar y gritar así!, ¡¿habéis perdido el sentido común?!, ¡si seguís podrían descubriros!”
- “¡No voy a permitir que lo maten.! ¡es ELLA quien debe morir, no él!”
- “Eso es algo que no podemos ya evitar, mi señora Zobeida” –dijo el rubio- “¡¡ni vos ni yo esperábamos
que Mocenigo haría algo tan loco como llamarse hechicero a sí mismo!!!”
- “¡Prometisteis que Ridolfo no intervendría en el juicio!!”
- “Lo lamento, pero el Gobernador dio órdenes de que yo no entrara a la celda.. ¡cumplí mi palabra
y mientras hablamos hace rato dos pobres diablos le cayeron a golpes entrando en la prisión!!” –la
encapuchada pareció incrédula- “¡¿porqué creísteis que no decía nada cuando condenaron a Roxelana?!”
- “¡Imbécil!...” -una mano blanca y fina salió de la capucha golpeando al rubio en plena cara- “¡sois un
inservible!”
- “Perdonadme por cumplir tan bien vuestras órdenes”- ironizó el caballero- “os recuerdo que me habéis
dicho que no queríais que le mataran a golpes”
- “¡No debía estar despierto!, ¡no debía morir aquí!”
- “Eso no se puede evitar” –se encogió de hombros- “resignaos señora, nada ni nadie puede salvarle luego
de lo que ha dicho”
- “¡Le haréis escapar!”
- “¡¡¡¡¿Estáis loca?!!!!”
Mientras el rubio y la encapuchada discutían furiosamente, otra persona más había salido de su
inactividad y tomado interés en la defensa de Mocenigo, discutiendo airadamente contra el fanático
tribunal..
- “¡El signorino Mocenigo no sabe lo que dice!” –insistía el Gobernador- “¿no lo entendéis? ¡esta
hechizado!”
- “El lo ha confesado.. señor Gobernador. Usted es la autoridad aquí, pero sobre religión y hechicería sólo
nosotros damos el juicio” –dijo otro de los famélicos frailes, con los ojos brillantes de fanatismo- “y el
juicio final ha sido dado por tu propia boca, Ridolfo Mocenigo”
- “¡No pueden hacerlo!, ¡es el hijo del Dux!”
- “Es un mal creyente”
- “Se ha confesado hechicero..”
- “¡Muerte!”
- “¡Que ella también muera!”
- “¡Que muera!”
Durante la airada discusión que tenía lugar en ese instante, en el tribunal, Roxelana había sido conducida
a la misma celda de su esposo y la muchacha no dudó en arrojarse en sus brazos apenas los dejaron solos.
Un segundo apenas fue lo que le tomó notar el estado de él. No había esperado que siendo su propia
gente alguien lastimara a Ridolfo pero era claro que ambos habían subestimado el poder del miedo,
la ignorancia, el fanatismo y la falta de razonamiento de una turba aterrada, ell veneciano sangraba
profusamente por varios cortes en las extremidades y tenía varios moretones en el cuerpo aunque
procuraba estar tranquilo y sereno disimulando un leve rictus de dolor; su labio estaba roto, pero aquel
era el menor de sus pesares ya que gracias a las órdenes de De Dannan sus guardianes le había pateado
ferozmente el estómago y estaba muy adolorido..
Ante el horror de la muchacha, escupió un poco de sangre..
- “¡No voy a permitir que os hagan daño!” –dijo la muchacha, vivamente- “¡no lo permitiré!, ¿cómo
pudieron golpearos así?, ¡son vuestra gente!, ¡creí que estaríais tan bien cuidado como yo!”
- “Me alegra ver que el Gobernador tiene honor. No lo hubiera perdonado nunca si alguien os hacía daño”
- “¡No habléis así Ridolfo!, ¡por favor!”
El joven sonrió en medio de toda aquella locura y Roxelana le miró incrédula ¿qué motivo podía tener
para estar tan feliz?.
- “Estáis a salvo.. y he podido veros de nuevo.. ¿creéis que no tengo motivos para ser feliz?”
La muchacha sollozó con fuerza y se perdió en sus brazos, besando sus heridas, mientras él sentía algo
muy parecido a la dicha por unos instantes..
- “Si tienen algo de sentido común os devolverán a vuestro campamento, Roxelana. Viviréis. Es todo lo
que importa” –dijo, procurando tranquilizarla- “mi escudero debe haber muerto a manos de los sitiadores,
Boisloire no llegará. Si mi amigo estuviera aquí sé que hubiera tratado ya un escape, y con su espada a
nuestro lado, la mía y la de él defendiéndoos hubiera sido fácil huir..”
- “Tres espadas, mi señor” –le interrumpió con su dulce voz, pero con la decisión brillante en los verdes
ojos- “Sabéis bien que no me place matar ¡pero por vos..!”
- “No digáis nada.. no importa. La gente está demasiado histérica por nuestra causa.. si saliéramos
nos harían pedazos, lo sé; pero estoy feliz de saber que estaréis bien” –la abrazó con ternura, antes de
continuar- “Volved con Fátima y Hamid, quizá podáis ayudarles; vivid feliz y bien amada esposa.. vivid
mucho tiempo, estaréis bien”
- “¿Bien?, ¿cómo pudisteis decir eso?, ¡os matarán!” –sollozó, mas aterrorizada por la suerte de él que
por el peligro mortal que había corrido- “si podéis mover cosas con vuestros ojos... ¡hacedlo!, ¡os lo
imploro!.. quizá podamos huir en medio del miedo de la gente..!”
El veneciano miró fijamente el cajón de madera donde antes se sentara Bragadino –durante su visita- y
este danzó por los aires unos instantes... antes de caer al piso con estrépito.
- “Es agotador... hacerlo” –suspiró entrecortadamente luego de escupir un chorro abundante de sangre
mientras Roxelana rompía parte de su traje, tratando de contener el acceso- “además... es la primera vez
que lo hago desde que tenía 3 o 4 años.. mi padre lo sabe, pero me hizo prometer que no lo intentaría
nunca. Ni siquiera Boisloire sabe de este don mío” –añadió entrecortadamente- “ahora no importa
desobedecer a mi padre... y que todos lo sepan.. Si eso os mantiene a salvo a vos”
- “¡No van a haceros daño!, ¡no!, ¡prefiero morir yo!”
- “Tranquila..”
Ridolfo la abrazó suavemente.. y los sollozos de la muchacha parecieron calmarse al contacto del joven
capitán. Tenían una hora... minutos quizá y el veneciano deseaba atesorar cada segundo, por lo que dejó
transcurrir todo el tiempo posible con la muchacha entre sus brazos, tratando de convencerse que al
menos a ella la dejarían con vida. Tan concentrado estaba en ella y ella en él que se quedaron dormidos
uno en brazos de otro y cuando –pasadas apenas dos horas de lucha infructuosa del Gobernador por
salvar al veneciano- vinieron a buscarle, no pudo evitar un tremendo dolor al mirar a su esposa dormida.
El Gobernador traía el resultado del juicio final de ambos. ¿la dejarían vivir?, ¡era todo lo que le
importaba!.
- “El tribunal... propone.... algo...”
- “¿Qué propuesta venís a traer?”
No la despertó. No podía hacerlo. El gobernador había llegado con una última propuesta para Ridolfo de
parte del tribunal y con sólo verle la cara, el chico supo que todo estaba perdido, al menos para él.
- “Ridolfo.. ¿qué os han hecho?, ¡yo dí ordenes que!!”
El lamentable estado del prisionero había dejado estupefacto al Gobernador..
- “Esta bien señor. Gracias” –aceptó el pañuelo, que quedó totalmente carmesí ante el espanto del otro-
“Sólo un favor... si me prometéis que ella estará bien, sólo me queda preocuparme por mi mejor amigo. Si
Boisloire vive y le veis, decidle que hay una pequeña embarcación en una cueva al norte, en la costa. Si
llega a ella.. y enarbola la bandera.. nadie le atacará”
- “¿Cómo podéis saber si Boisloire aun vive?”
- “No lo sé. Pero si vive y lo veis... pues quiero que salga con bien de esto. Por favor, prometedme que os
asegurareis de decirle lo que os he dicho”
- “Hecho”
Ridolfo Mocenigo se arrodilló ante la figura dormida de su esposa, y rezó por breves instantes, a modo
de despedida. Su sentencia era la muerte, lo sabía... pero no le importaba. Roxelana iba a vivir, eso era lo
único que tenía en la mente y por lo que agradeció a Dios..
Antes de seguir al Gobernador..
- “Este es pues, mi último juicio. ¿Acaso amar a alguien es un crimen?... quizá mis jueces han creído
condenarme pero aún de pie ante la muerte, sabiendo que ella está a salvo, siento que he ganado” –
pensó, mientras sus pasos le alejaban de lo que más amaba en su vida- “no temo pues al juicio final de los
hombres.. sé bien cual es el resultado de mi propio juicio ante mí mismo, y puedo morir en paz”
- “¡Shaoran, ¿qué tienes?!”
La voz de Sakura le volvió a la realidad. Le dolía horriblemente el hombro y se sentía muy confundido..
aquel remolino de recuerdos, un juicio, el proceso que condenara a Ridolfo Mocenigo a la muerte..
- “¡Sakura, estoy bien!” –le pidió apartándola de sí- “no te preocupes, estoy bien”
- “Pero ¡pareces a punto de..!”
- “Tranquilízate Sakura. Yo ayudaré a Shaoran, por favor, ayuda a mi niña” –Yoko estaba al lado del joven
jefe- “¿qué ocurre?, ¡parecías a punto de desmayarte!”
- “No es.. nada” –se mordió los labios con saña- “Sólo.. el dolor en el hombro”
- “El dolor es un aviso del cuerpo. Necesitas descansar, necio” –Touya Kinomoto ya estaba también a su
lado con su maletín médico y Tomoyo al lado- “no debes moverte, ¿acaso no te lo he dicho?, ¡no sé por
qué demonios estas aquí!”
- “Esto es importante para Sakura.. y para mi mejor amigo. ¿No es bastante razón?”
Kinomoto suspiró y le aplicó un calmante en silencio mientras Tomoyo y Yoko intercambiaban miradas.
La intuición de Tomoyo le decía que algo le pasaba a Shaoran –adicional a su lesión- y Yoko recordaba lo
que Eriol le contó.
- “Me pregunto si está teniendo visiones de su encarnación anterior” –se preguntó la joven china de ojos
grises- “no, debe ser sólo el dolor.. el dolor, y la tensión del juicio final de Yue. También él lo ha pasado
igual que Sakura. Seguramente le ha traído recuerdos difíciles”
Recostado sobre una pared y algo aturdido por efectos del sedante, Shaoran Li pensaba.. ajeno a las ideas
de Lady Hiragizawa.
- “Nunca lo hubiera imaginado. El Juicio Final de Yue.. no es el único que he pasado. Mocenigo murió a
consecuencia de su propio juicio final. ¡Jamás lo hubiera creído!”
**********************
- “Entonces.. eso fue lo que pasó” –la voz serena y helada de Ieran Li no tenía ninguna inflexión pero un
brillo de indignación aparecía en sus ojos- “ya veo”
- “Con todo respeto, Gran Dama” –la voz de Akasha Bakthar sonaba dulce y casi musical desde el otro
lado del auricular- “yo hubiera preferido hacérselo saber en persona, pero en vista que Dama Sakura me
echó de Li Manor como si fuera una leprosa, me ví obligada a informarle de esta manera y..”
- “Algo supe” –cortó la antecesora Li, firmemente, antes de añadir- “¿Cómo es que conseguiste esa
información?, ¿no habrás desobedecido a mi hijo, verdad?”
Había un dejo de amenaza en la voz de Ieran, que no pasó desapercibida para la thugh.
- “¡Por supuesto que no, Gran Dama!... Ud. sabe bien que soy incapaz. Las fuentes son confiables,
ninguno de los testigos ha sido asesinado, las personas a los que mi gente sacó información no pertenecen
a nuestro círculo. Son todos extranjeros, occidentales... invitados esa tarde a la Embajada Británica, Gran
Dama” –añadió- “¿Qué interés podrían tener ellos en mentirnos?, ellos creen que Shaoran es solamente el
Presidente de Oriente Internacional Corporation”
- “Bien”
- “Ah... una palabra más, si me permite, Gran Dama. Entiendo sus dudas, y su sorpresa.. ¡para mí
también ha sido terrible!, es decir.. el pequeño heredero es apenas un niño, pero ¿dónde estaba su madre
para evitar tamaño accidente?. Perdonadme, pero usted siempre ha mostrado a todos los clanes, con su
ejemplo, que la primera misión de una Dama de Clan es cuidar de su esposo y del heredero.. ¿se imagina
lo que pudo pasar?, ¡a Shaoran o al pequeño heredero!, ¡las dos personas más importantes del clan Li!..
¿dónde estaba la Dama para evitarlo?”
Ieran frunció el ceño, sintiéndose más colérica de pronto.
- “Espero ese informe detallado mañana en mi escritorio, Akasha”
- “Se lo enviaré en este mismo instante a su correo electrónico, Gran Dama”
La aludida cortó entonces la comunicación y en menos de un minuto, pudo revisar a su gusto un informe
detallado y específico –sazonado con un par de observaciones de parte de la thugh- con respeto al
accidente que sufriera Shaoran, días atrás en la embajada británica.
- “Es difícil imaginar que el accidente del Tai Pan fuera provocado por el pequeño heredero” –comentaba
Mahat, recién llegado de Li Manor a su señora, mientras esta cenaba a gusto- “si fuera un muchacho
mayor o al menos con edad para ser ambicioso, no dudaría en indicar que el niño provocó todo eso
deseando que su padre se matara, pero..”
- “Es solo un niño” –murmuró la thugh- “y fue un accidente”.
- “Según los testigos, el pequeño estaba francamente consternado. Es obvio que adora al Tai Pan y
supongo que debe haber sido terrible para él imaginar que pudo ocasionarle la muerte..”
- “¡No digas eso ni en broma Mahat!” –le cortó su señora, con gesto enérgico- “la sola idea me dá
horror. Es decir, ¿cómo pudo pasar aquello? ¡hubiera sido espantoso que algo malo les hubiera ocurrido
a Shaoran o al pequeño heredero!” –hizo un gesto divertido, a continuación- “no es que no me hubiera
importado que fuera Sakura a quien le hubiera caído un caballo encima, pero ¿dónde estaba ella cuando
eso pasó?” –se indignó- “¡¡debió ser ella a quien le cayera ese corcel encima, y no al pobre Shaoran..!!”
- “Observo mi señora, que el odio que siente por la madre no llega hasta el hijo. Casi podría jurar que le
agrada el pequeño heredero” –murmuró el servidor- “¿no es acaso hijo de su madre, o lo ha olvidado?”
- “No, por supuesto que no”- sonrió la thugh, recordando la dulce carita de Hien, cuando lo viera la noche
que se escabulló dentro de Li Manor- “pero es un niño muy hermoso Mahat. ¡Se parece tanto a Shaoran
cuando él era pequeño!. Me es imposible olvidar que el pequeño Hien es hijo de su padre...”
- “Oh, pero ¿y su madre?”
- “La madre es una inútil, un lastre del que me voy a deshacer en breve tiempo” –replicó molesta- “al
menos me aseguré de cumplir con las órdenes que la Gran Dama nos diera, de averiguar al detalle lo
ocurrido a Shaoran, ese día” –añadió- “¿te das cuenta Mahat, que Dama Ieran no sabía lo que había
pasado exactamente esa tarde?”
- “Deduzco que no desearon preocuparla”
- “Yo estoy segura que Sakura lo ocultó para que no se hiciera patente su incompetencia” –dijo tras
una pausa- “y quizá a ella no le hubiera molestado que a Shaoran le pasara algo. ¿No te das cuenta?,
El pequeño heredero es un niño, y si Shaoran hubiera quedado incapacitado o..” –la mujer tembló- “oh
hubiera perdido la vida.. ¡los dioses no lo quieran! bueno, pues hasta la mayoría de edad del heredero,
hubiera sido ella quien hubiera mandado los destinos de los Li”
- “¿La cree capaz de ser tan ambiciosa?”
Los oscuros ojos de la thugh brillaron, pero hubo de admitir.
- “No. Incompetente si, pero no capaz de eso”
- “Sin embargo, estoy seguro que Ud. ha planteado esa hipótesis en el informe a la Gran Dama, ¿no es
cierto, mi señora?”
Una sonrisa astuta iluminó el rostro de la thugh, mientras en su mente surgía la respuesta..
- “Dama Ieran la culpará de incompetencia.. al menos. Y la mirará con atención temiendo que sea
ambiciosa” –pensó malévola- “el pequeño heredero está fuera de cualquier tipo de impugnación por su
posición, pero a estas alturas la Gran Dama debe estar furiosa contra Sakura. Si ha leído mi informe,
debe saber que estuvo muy cerca de repetirse su propia historia y dudo que le guste”
- “¿Mi señora no dice nada?” –insistió su lugarteniente- “¿acaso cree que Dama Ieran irá contra Dama
Sakura.. o el heredero?”
- “¿El pequeño heredero?.. ¡por favor Mahat!. Es un niño adorable y es varón ¿cómo podría Dama Ieran ir
en contra del niño si es el futuro del clan Li?. ¡Es obvio que irá contra la madre!” –añadió- “ya lo creo que
lo hará. ¿Cómo podría culpar al heredero?, ¡es un niño tan dulce y tan parecido a Shaoran!”
El lugarteniente asintió, mientras pensaba en las extrañas peculiaridades de la forma de pensar de su

señora....
- “Creía que no le gustaban los niños, ama”
- “Los niños representan todos algo Mahat. Hien Li es para mí la representación de Shaoran cuando era
niño.... y si amo a su padre, ¿cómo podría odiarlo?” –suspiró profundamente pensando- “¡oh, yo debí ser
la madre de ese niño!, ¡yo debí serlo!” –añadió en voz alta- “si.. Hien Li tiene mucho del hombre que le
dio el ser. Si, se parece mucho a su padre”
- “¡Ahhhh!, lo sabía, Megumi, lo sabía!, ¡Mamoru se ha escapado!.. ¡¡es igual de terco que papá!!”
La espantada Nadeshiko estaba realmente asustada al ingresar a la habitación de su hermano con un vaso
de leche y galletas, y ante la agitación de la pequeña, la niñera había ingresado a la habitación a toda prisa
para hallar que efectivamente Mamoru había escapado, haciendo lo que le daba la real gana, es decir lo de
siempre..
Pero ahora SI que tenía una auténtica prohibición, una seria. El Doctor Kinomoto había estado muy
molesto cuando el niño llegó -con aquella extraña especie de lobo traslúcido- y quizá si los Li no hubiera
llamado con tanta urgencia, a estas alturas Mamoru estaría con un castigo bien en serio de parte de su
papá; Megumi sospechaba que algo grave debió haber ocurrido para que los Kinomoto salieran a toda
prisa, ordenándole muy seriamente que ninguno de los niños saliera de la casa hasta su regreso pero
Mamoru se había escapado sin escuchar razones.
- “Mi hermano es muy cabezota. ¡Papá va a castigarle hasta que sea viejo!” –se inquietó la niña- “¡Oh
Megumi! ¿qué vamos a hacer si regresan y Mamoru no está?”
La niñera procuraba pensar. Byakko acababa de contarle en la cocina –en lo que Nadeshiko veía
caricaturas en su habitación, reuniendo valor para llevarle a su hermano leche y galletas- que un
hombre muy extraño y de lúgubre aspecto había estado muy cerca de perseguir al niño Kinomoto y a
Kia Monouhi esa tarde y la guardiana se sentía ferozmente inquieta.. ella no entendía de magia, pero si
Byakko decía que el sujeto era lúgubre Megumi no lo dudaba..
¡Con la cantidad de psicópatas que salían por las noticias y ese testarudo niño corriendo solo por las
calles, cuando acababa de correr un peligro tan cercano!
- “Quizá me despidan.. pero no me importa” –dijo en voz alta, antes de volverse hacia la angustiada
gatita- “Byakko, por favor.. ¿sabes tu a donde quería ir el niño Mamoru?, ¿no es a la casa de su primo, o
si?”
- “No. Es.. a un lugar donde ahora mismo se siente mucha magia muy activa”
- “Mira, no sé de magia.. de hecho, apenas si sé bien mi nombre” –replicó la decidida niñera- “pero si te
diré algo: me vas a llevar allí y si alguien quiere hacerle daño a mi niño tendrá que pasar primero sobre
mi”
- “¡Megumi!” –se sorprendió Nadeshiko.
- “Escúchame, nenita. Es posible que tu papá me despida” –acarició el lindo semblante de la pequeña-
“Pero no puedo dejar de ir detrás de tu hermano.. y no porque lo descubran, sinó porque temo que le pase
algo malo ¿entiendes?, ¡eso vale más que mi empleo o mi propio nombre!” –la niñera buscaba su abrigo
mientras descendía las escaleras- “ahora.. me preocupa que haré contigo..”
- “¡Voy con ustedes!”
- “Niña, pero..”
- “¡Por favor Megumi!, ¡no quiero que nada le pase a mi hermano!, ¿cómo voy a quedarme si Mamoru
hasta se llevó a Kiku?”
- “Pero señorita Nadeshiko..” –murmuró la felina- “yo creo que es más seguro para Ud quedarse aquí.
Osea, siento magia y mucho poder y puede ser peligros..”
- “¡Voy a ir con ustedes, lo quieran o no!” –casi gritó la niña.
Megumi y la gata se miraron y suspiraron. Ellas sabían ya que Nadeshiko pese a su dulzura y sensatez,
era tan obstinada como su hermano o su padre cuando se proponía hacer algo.. así que no pudieron más
que lanzar un suspiro resignado.
- “¡Oh niña, pero antes te llevas algo que te proteja!” –insistió Byakko- “yo estoy contigo, pero me sentiré
más a gusto si llevas algo en tus manos que te mantenga a salvo”
Instantes después la gata, niñera y la niña salieron de la casa Kinomoto a toda prisa, mientras en la
habitación de Mamoru, las verdes “Protection Cards” brillaban de un modo muy particular.
**********************
- “No, gracias Madame. No... no sé tocarlo tan bien como mi padre”
La vocecita educada de Miriel Hiragizawa pareció despertar y sintió como si una voz ajena hubiera
pronunciado esas palabras, pero habían sido suyas.
- “¿Ocurre algo Hiragizawa?” –preguntó la maestra de música.
- “No, nada” –replicó la niña con una sonrisa- “con su permiso”
Con un gesto encantador y una genuflexión elegante, la niña volvió hacia su propio lugar, en la clase de
música.
- “Es una pena que no sepas tocar piano. Seguro que si te hubieran enseñado, hubieras aprendido. Eres
buena en todo” –comentó Nadeshiko Kinomoto con amable expresión- “yo en cambio, no puedo ni
siquiera con la flauta”
- “Nunca me ha llamado la atención el piano” –comentó Miriel, sintiéndose rarísima al decirlo- “es decir..
es lindo. Adoro como lo toca papá, pero... no sé. Me siento triste cuando trato de aprender a tocarlo”
Su amiguita se encogió de hombros mientras la profesora de música daba por finalizada la clase.
- “Es mejor que nos demos prisa” –murmuró un niño de ojos verdes, sentado detrás de las pequeñas- “si
llegamos tarde, la maestra de matemáticas se enfadará”
Ambas niñas siguieron al pequeño con rapidez mientras Miriel no pudo evitar parpadear, algo extrañada.
Había algo familiar en la carita de aquel hermoso niño de ojos verdes y modales desconfiados.
- “Eres ¿Li, verdad?” –preguntó- “¿te sientes bien?”
- “Si, soy Li. ¿Qué hay contigo?”
Hien hizo un gesto arisco y se acomodó en su pupitre con rapidez, dando por terminada la conversación,
mientras Miriel se sentía aún desconcertada.
- “¿Porqué le hablaste?” –le preguntó Nadeshiko- “¡sabes bien que es un gruñón!”
- “¿No es tu primo?”
- “Si” –asintió la niña- “pero llegó de China hace un año.. y es muy arisco. Mamoru y él no se llevan bien,
y a mí me da miedo”
- “¿Te da miedo?” –se asombró Miriel ¡había algo que andaba mal allí!- “¿no eran muy unidos?”
- “¿Con Li?, ¡nooo!. Mamá quiere que seamos amigos, pero Mamoru dice que él y Li no tienen nada en
común. No se llevan nada bien. Mamá y tía Sakura han intentado que hagan algo juntos.. ¡lo que sea!,
pero no se llevan bien. Por eso me asusta”
Miriel asintió. Lucía confundida pero..
- “¡Hiragizawa!, ¿quiere venir a la pizarra a hacer el ejercicio de la pagina 3 del libro?, ya que parece tan
poco interesada en mi clase”
- “¡¿?!”
La clase hizo un respetuoso silencio mientras Miriel parecía estar estupefacta.
- “¡Tonta!” –murmuró Li- “tenía que poner cada de distraída con la odiosa profesora Sato. ¡Va a hacerla
polvo!”
- “Tenía que ser solterona” –murmuró otro niño.
- “¡Otaru Terada!, ¡serás tú quien se adelante a hacer el ejercicio!” –la profesora detuvo a Miriel cuando la
niña iba a empezar- “vuelve a tu lugar niña. ¡Ahora!”
Miriel miró con sorpresa el cabello castaño y los ojos del mismo color de la profesora.. ¿porqué le parecía
tan familiar?.
- “¡Tuviste mucha suerte!” –cuchicheó Misa Yamazaki- “ahora sí que Otaru está en un lío. Todo el mundo
sabe que la profesora Sato tiene muy buen oído”
- “¿Es cierto lo que dijo?” –preguntó Miriel.
- “¿No lo sabes?” –comentó Hien Li torciendo el gesto.
Miriel estaba más y más perpleja. Algo no estaba bien. Algo definitivamente NO estaba bien.
- “¿Y... el Director del Campus?”
- “¿El Director del Campus? ¿El señor Hayama?, ¿qué hay con él?”
- “¿No se llamaba... Tsuki... algo?”
- “¿Tsuki?.. ¡no!” –susurró Misa, riendo- “el Director es un señor muy tradicional y severo.. muy
aburrido. Y nunca hemos tenido un profesor llamado Tsuki.. algo. Ni aquí, ni en secundaria.. creo. ¿Por
qué?”
- “No lo sé” –replicó Miriel, ante el desconcierto de Nadeshiko- “de repente me sonó el nombre... no sé
por qué. Le preguntaré a Tao en el descanso”
Las horas transcurrieron.. extrañas y vacías para Miriel. Li y Nadeshiko apenas si se miraban. La
profesora Ayame hacía observaciones duras y carentes de paciencia y cuando el descanso empezó, los
niños suspiraron aliviados mientras Miriel corría hacia la secundaria, porque de pronto tenía un gran
apuro en ver a Tao..
Y lo encontró, rodeado de chicas.
- “Lo mismo de siempre con Tao Hiu” –comentaba un chico de gruesas gafas- “no por nada es el tipo más
popular de todo el campus”
- “¡Un cretino, es lo que es!”
- “Vamos Naru. No es culpa suya que toda la escuela nos ignore. No somos lindos”
- “Al menos no soy una idiota Hoshino. Tú puedes estar tranquilo aguantando las burlas de todos, pero
a mí no me gusta. ¡Hiu te rompió las gafas el mes pasado y estuviste sin ver nada hasta que tú te pagaste
otro par!”
- “Bueno, Hiu no me vió y no le tomó importancia” –dijo el chico con tranquilidad- “Y no es como
si tuviera a alguien como voz de conciencia a su lado, para un tipo popular como él, no es importante
disculparse con alguien como yo. O hablarle a alguien como tú”
- “Ese imbécil solo debe hablarle a su espejo. Todas las tontas están locas por él y el sujeto vive en las
nubes. ¡Le haría bien bajar de vez en cuando!”
Kujaku Hoshino –con gruesas gafas de fondo de botella, al igual que Naru- lanzaron miradas de senda
envidia al chico mas popular del Campus –en el caso de Kujaku era envidia sana y cierta admiración-
pero Naru Kiyama ahogó un bufido. Detestaba al tipo. Tao Hiu era un presumido asqueroso para ella.
Vivía rodeado de amigos adulantes y admiradoras que le tenían el ego en las nubes.
Y también era bastante distraído cuando no eran cosas sobre si mismo.
Había roto las gafas a Kujaku, empujándolo una vez. En más de una ocasión sus admiradoras le habían
empujado o se habían burlado de ella a viva voz por el contraste que representaba que “hubiera un chico
tan popular como Tao Hiu y una chica más anónima y fea que Naru Kiyama en un mismo salón” y eso la
molestaba. Detestaba ser motivo de burla de la “corte” de Hiu –ella y el recién llegado Hoshino lo eran-
y lo peor.. es que era cierto. Tao Hiu era popular, guapo, admirado y querido en todo el campus, ella le
conocía desde que ingresaron a secundaria, sin embargo estaba segura que Tao Hiu ni siquiera sabía que
existía.
Como tenía a todo su club de fans pendiente de él, y haciéndole la tarea.. no es que necesitara a alguien
que le ayudara y Naru Kiyama era la sabelotodo odiosa y oficial del campus. No había nadie que le
tendiera una mano o un gesto de amistad, nadie fuera de Hoshino –quien estaba en la misma posición
que ella- asi que Naru pensaba con amargura que no existía nadie en la escuela –chica o mucho menos
un chico- lo bastante caballeroso para considerarla una persona y no una especie de enciclopedia viviente
con gafas.
Se sentía frustrada y esa frustración sólo la hacía ser más estudiosa, más retraída.
Más detestada por todos.
Se había convertido en el tipo de chica que está siempre dándole la razón a los maestros, pidiendo
exámenes y tareas adicionales –o haciendo recordar trabajos que los mismos maestros habían olvidado- y
por ello tenía que admitir algo..
Hoshino era ignorado, pero ella era detestada.
La señal de descanso de la secundaria sonó finalmente y la pequeña de primaria que observaba desde la
ventana lo ocurrido en el aula, suspiró de alivio. La sensación de que algo horrible pasaba aumentaba
a cada instante, y pese a que tuvo que luchar con las fans de su tío por un buen rato, finalmente logró
charlar a solas con él..
- “Tao.. algo esta mal, ¡no sé que es, pero algo está mal!”
- “¿De que hablas enanita?” –replicó el chico ahogando un bostezo.
- “¿Te sientes bien, Tao?”
- “Descuida, enana. Nada especial. Tengo demasiadas citas y la vida es tediosa; no es que no me divierta
pero a veces me siento como si no fuera persona, sinó un maldito semental”
- “No pareces feliz Tao” –dijo la niña de pronto.
El adolescente se adelantó unos pasos con aire pensativo.
- “Supongo que soy feliz.. Eso creo. Es decir.. a veces me siento solo porque todas estas personas y estas
mujeres no saben quien soy en verdad. No hay nadie en quien pueda confiar ¿sabes?, pero está bien,
supongo. Aunque a veces me siento tan usado...”
- “Te sientes... ¿solo?”
- “Tu papá es el único amigo que tengo, enanita” –admitió con un suspiro resignado- “ Pero tus padres
merecen estar juntos y tranquilos como para además ocuparse de mí. No es culpa suya que yo no tenga a
un verdadero amigo con quien pueda compartir esta horrible sensación de vacío”
Miriel miró el semblante cínico y frívolo de Tao y se alejó dejándolo con la palabra en la boca,
sintiéndose aún peor. Algo sonaba en su cabeza, un lugar, un sitio a donde tenia que ir. Por eso escapó de
la escuela lo más de prisa que pudo y deambuló por la ciudad por largo rato y tomó un camino conocido.
Buscaba una casa. Pero para su sorpresa, el lugar era..
Un cementerio.
Allí estaba la profesora Sato, otra vez. Dejando flores con un aire de tristeza sobre una tumba y la niña se
acercó al lugar cuando la mujer se hubo marchado..
“Yukito Tsukishiro. Muerto en los terremotos de Tokyo del año 199X. Se reunió con su esposa Keiko. De
su amiga, Ayame Sato”
Lo ojos azules de Miriel se llenaron de miedo.. ¡esto no era un cementerio, era una casa, una casa!. No
sabía cómo, pero estaba segura que había una casa en ese lugar, ¿verdad?, ¿verdad?. Sin saber porque,
corrió de prisa, sin aliento, hasta llegar a la escuela otra vez y allí se cruzó con un niño de pelo castaño
rojizo que le miró con algo parecido a la tristeza..
- “Trata de recordar..” –le dijo.
- “¿Recordar qué?, ¿te conozco?”
El niño de cabello rojizo negó suavemente y se marchó, mientras Miriel miraba que Hien Li y Mamoru
Kinomoto iban por caminos opuestos, sin hablarse; y un niño de negros cabellos –que parecía ir hacia una
limousine cercana- se detuvo bruscamente a su lado, diciéndole con extraño acento y diversión brillando
en sus ojos rojizos.
- “¡Que estúpida eres!” –rió burlón, con regocijo en su acento extraño- “¡perdiste la oportunidad por tu
idiotez! ¡ Do svidaniya!”
El niño se alejó entre carcajadas crueles, mientras el pelirrojo le miraba aún con tristeza y Nadeshiko se le
acercó:
- “¿Dónde estuviste Miriel? ¿qué has estado haciendo?”
- “No lo sé. No sé” – había algo dentro de ella, una gran angustia que crecía a cada segundo en su pecho-
“¡NO SÉ QUE HICE!”
- “¿Miriel?” –insistió su amiguita.
- “¡¡¿Qué hice?!!” –gritó cubriéndose la cara con las manos- “¿qué hice?”
- “Mientras puedas luchar. Siempre puedes tener esperanza”
La niña se volvió hacia donde aquella dulce voz había salido y se encontró con que todo el escenario
había cambiado y ahora estaba sola en el Parque Pingüino. Nadeshiko y los otros habían desaparecido y
de un vehículo descendía Sakura Li con una suave sonrisa en el rostro; la pequeña estaba desconcertada
pero de pronto avanzó hacia la joven dama sintiendo como la burbuja de la duda y el dolor parecía querer
explotar en su interior..
- “¿Sabes quien soy?”
- “Es la mamá de Li. El niño solitario del salón”
Sakura negó suavemente mientras su esposo descendía del auto y permanecía a su lado.
- “Soy a quien buscabas pequeña. Soy a quien Kerberos buscaba”
- “¿Quién es Kerberos?”
- “¿No lo sabes?” –preguntó la mujer, dulcemente- “¿sabes quien es...... Rei?”
- “¡¡¡¡¡Rei!!!!!”
Mil torrentes y emociones brotaron del pecho infantil con ese nombre “Rei”, “Rei”. ¿Podía un nombre
llamar o despertar así un cúmulo de recuerdos perdidos? ¿o eran recuerdos muertos?. ¡No, no lo eran!.
Miriel suspiró profundamente entre lágrimas mientras veía al fin a una especie de muñeco de felpa al lado
de los señores Li.
- “Tranquila pequeña.. no te preocupes. Pase lo que pase, todo saldrá bien”
- “¡Gracias Mirielita!, ¡Gracias!” –decía el guardián del Sol con una gran sonrisa- “¡cumpliste tu promesa,
pero debes hacer esto!”.
- “Ponte de pie mi niña” –la voz profunda a sus espaldas era la de su padre y Miriel se
volvió para mirarlo asombrada- “y por favor, no llores más”
- “Tu padre sufre mucho cuando lloras, hijita” –comentó su madre- “y yo también”
- “Escúchame bien, pequeña” –era la mamá de Hien Li quien le tomó la mano y la puso de pie, pues
Miriel ni siquiera se había dado cuenta que lloraba de rodillas- “tienes que ser muy fuerte hoy, más fuerte
de lo que nunca has sido”
- “No ha cambiado, sigue siendo muy obstinado” –comentó Eriol Hiragizawa.
- “Claro que lo es. Pero no creo que puedan culparlo, ¿saben?” –intervino el doctor Kinomoto- “estas
cosas no son fáciles para nadie”
La niña veía con asombro que también los señores Kinomoto estaban allí..
- “¿No hay algo que tengas que hacer ahora?” –murmuró Shaoran Li, que estaba al lado de su esposa-
“Vamos pequeña.. confiamos en ti”
- “¡Adelante Mirielita!” -saltó Kerberos.
Y las piezas de sus recuerdos volvieron, Claras, diáfanas. No eran memorias muertas ni perdidas...
eran sus queridas memorias: el rostro pálido y gentil que viera por primera vez a instantes de nacida,
su presencia, las mil diferencias que su vida, la vida de Rei Tsukishiro habían hecho en ella, en muchas
personas..
- “¡¡¡¡¡No voy a estar en un mundo sin Rei!!!!” –dijo decidida.
- “Gracias pequeña, gracias” –Yukito y Ayame Tsukishiro, que temblaban detrás de los Kinomoto se
adelantaron al fin- “¡gracias por hacer que él permanezca en este mundo!”
- “¡REI SI EXISTE!, ¡ERES REI Y ERES YUE!” –gritó Miriel con todas sus fuerzas.
La flecha de luz que lanzara Yue se difuminó en el aire en un gran estallido que cegó al guardián por
escasos segundos, pero cuando volvió a ver notó con sorpresa que la niña le miraba sin llorar y con una
gran sonrisa, ¿qué había ocurrido?..
Había sido “time” y “Hope”.. actuando juntos. Un conjuro de ayuda de Sakura y –el Guardián estaba
seguro- durante ese segundo detenido, alguien había tenido una visión, cortesía de Eriol.
Pero eso no era todo.
¡Ellos estaban allí, todos, rodeándolo!
- “No van a intervenir, esto es un juicio final” –protestó, alzando la voz con irritación- “¡no pueden
intervenir!”
Ayame Tsukishiro se cubrió la boca con las manos, si creer lo que veía ¡su hijo estaba gritando!..
- “No”- la vocecita de Miriel era ya tranquila y segura, y le miraba desde su posición mirándole
dulcemente- “Yo voy a luchar.. sólo yo, sólo yo. Para que entienda que es Yue pero sigue siendo nuestro
Rei, ¡porque un mundo sin Rei hubiera sido algo horrible!” –replicó la niña.
El guardián de la Luna frunció el ceño pero volvió a empuñar su arco, listo para el siguiente disparo,
ignorando el gesto de inquietud de Tao, el desconcierto de Hien Li -¿de donde salieron sus papás y los
demás papás?- y el dulce brillo de esperanza que los adultos tenían en la mirada..
- “Terminemos al fin” –dijo frío.
- “Si” –dijo Miriel, cerrando los ojos.
Un movimiento súbito y una lluvia de cristales de hielo pareció abatir el lugar pero luego de un salto
realmente instintivo y a un solo movimiento de la mano de la niña la card “Windy” pareció emerger sola,
tratando de aprisionar al juez..
Los recuerdos de la niña pasaban por su mente, entendiendo, aceptando..
- “Los maestros dijeron a papá y mamá que soy... que podría ser pianista, si quisiera, y me gusta el
piano, porque él me enseñó a tocarlo..”
Yue eludió rápidamente la card de los vientos, al igual que lo hizo con la card “Firey” que surgió detrás
del viento..
- “Empecé a tocarlo para él.. ¡siempre para Rei!”
La niña abrió los ojos y un destello en la mirada azul pareció ser la señal porque detrás de ambas cards
surgió la fuerza de la card “Watery” que envolvió al alado ser en una burbuja de agua que ni sus alas ni
sus flechas pudieron romper...
- “¡Shadow! ¡Light!”
- “¡No puede ser!”
Finalmente las cards de la luz y las sombras se unieron para convertirse en lazos que detuvieron el
frenético deseo de escapar del juez de las Sakura Cards, mientras la card “watery” se convertía de una
burbuja en un círculo de agua, alrededor del guardián.
- “Sabías que no podías vencerme con la card del viento ¿no es así?, no caigo dos veces en el mismo
error” –murmuró humillado y con el ceño fruncido- “¿te lo dijo Sakura?”
- “No sabía que la mamá de Hien hubiera sido la card master” –dijo la niña- “pero no quiero vencerle,
solo decirle que le queremos. Que es Rei y fue Yue.. pero ahora, es ambos. Ambos a la vez y.. ¡el mundo
hubiera sido horrible si no estuviera con nosotros!”
- “.............”
- “¡Yue, Rei: por favor! sé que eres fuerte y que estás enojado. Sé que si quisieras te liberarías, pero yo te
quiero.. todos te queremos, ¡por favor!”
El alado ser alzó al fin su mirada. Había descendido ya hasta tener una rodilla en el suelo y la niña le
miraba con aquellas pupilas azules llenas de fé. Como antes, como siempre, y aquello finalmente le
desarmó por completo. De pronto se sintió horrible y miró a sus padres, de pie no muy lejos... a Sakura,
Shaoran Li y al propio Kerberos en su forma real..
- “Te quiero mucho, mucho.. muchísimo” –decía la pequeña.
El Guardián sólo se hundió en el silencio mientras su mente era un caos.
Miró también a Tomoyo y Touya Kinomoto, a Tao Hiu, Hien.. a Yoko Hiragizawa y a Eriol, la
reencarnación de su padre: Lead Clow. Pero una reencarnación no es el mismo ser que fue antes. Es y no
lo es a su vez, de modo tal que Eriol no era su padre. Porque él no era ya el Yue que alguna vez fue creado
por Clow.
Se puso de pie.
De repente tenía vergüenza de sí mismo.
- “El juicio final ha terminado” –dijo solemnemente- “Declaro que en adelante, Miriel Hiragizawa es
nuestra dueña y todo esto a terminado... al fin”
Sus amarres y el anillo de agua que le rodeaban desaparecían según hablaba y cuando terminó el antiguo
Juez cayó de rodillas en el polvo, sintiéndose de pronto.. muy extraño.
Agotado, débil, sucio, impío.
¿Qué había hecho?, ¡podía haber lastimado a esa pequeña en serio! Miriel tenía desgarrada la ropa, varios
hilos de sangre corrían por su piel pálida y Yue supo que no tenía excusa. No sabía si era Yue.. o Rei en
ese momento, o si era ambos, pero había permitido que su ira y su frustración casi se reflejaran en una
criatura inocente, una niña, la misma que había confiado en él desde el instante que lo vió estando en
pañales ¿y cómo había pagado él esa confianza? ¡había levantado su arco y disparado contra ella!. Se dijo
a sí mismo que Sakura pudo haber sellado su memoria porque era su derecho y pese a todo él era un ser
mágico sujeto a ella. Pero nada de eso era culpa de Miriel.
¡Eriol Hiragizawa podría haber sido reencarnación de Lead Clow y haberse burlado de él al no decirle
nada y verlo desde siempre como amigo de su cuñado!.. pero ¿qué tenía que ver la niña en eso?..
Se sintió horriblemente mal.
Miriel avanzó hacia el Juez con expresión alarmada..
- “Yue.. ¿estas bien?, ¿te hice daño?” –preguntó asustada, tuteándole por primera vez.
- “Yo...... le hice daño a mi dueña.. a nuestra dueña. Y pido perdón” –murmuró sin atreverse a levantar la
mirada- “lo siento dueña mía, lo siento”
Los azules ojitos infantiles le miraron, más brillantes que nunca..
- “Yo no quiero ser tu dueña, Yue.. Rei... yo quiero..”
- “Eres... como Sakura” –recordó in atreverse aún a mirar a la pequeña- “Ella dijo que iba a ser nuestra
amiga” –añadió tras una breve pausa, mientras un dejo de nostalgia y tristeza brillaba en sus ojos- “Ahora
me doy cuenta que pese a haber olvidado todo, siempre supe que ella era especial. Fue mi amiga, más que
mi dueña, no importa lo frío y helado que pude ser, que he sido siempre.. ella fue mi amiga”
La pequeña alzó los bracitos hacia su cuello, y dejó un beso en el cabello de plata, mezclándolo con sus
lágrimas..
- “No quiero que estés triste nunca” –pidió muy bajito- “me duele a mí si te duele a ti”.
- “Perdón”
Canción : “Your my love”

Inserta en capitulos de 1ra temporada de
Tsubasa Reservoir chroniques”
kiss me sweet bésame dulcemente
I’m sleeping in silence que estoy durmiendo en el silencio
all alone totalmente solo
in ice and snow entre el hielo y nieve
- “Yo ... no sé si quiero ser su amiga” –había tal dolor y vergüenza en la expresión del guardián que la
niña parecía estar a punto de llorar con él mientras añadía- “yo.. sólo quiero, que algún día... me quieras..
un poco...”
in my dream en mi sueño
I’m calling your name voy llamando tu nombre
you are my love tú eres mi amor
- “Miriel.. perdóname, pequeña”
- “¡No, no!, ¡no has hecho nada malo!. Eres Rei, y Yue... ¿ya te acuerdas?, ¡y eres lo más importante para
mi!, ¡siempre has estado conmigo y te necesito muchisimooo!”
Los ojos de Yue miraron con sorpresa a los azules, sin entender completamente que buscaban en él pero la
niña se miraba en las pupilas del Guardián buscando a la persona que quería en aquellos ojos, que sí, eran
los mismos: el mismo brillo, el mismo ser que había querido desde que tuvo memoria..
Rei era Rei, Yue era Rei.. y la recordaba ya, aceptaba al fin quien era.
in your eyes en sus ojos
I search for my memory busco mi memoria
lost in vain perdido en vano
so far in the scenery aún en el escenario
hold me tight, sosténme firmemente,
and swear again and again y júrame de nuevo y nuevamente
we’ll never be apart que nunca nos alejaremos
- “La persona que más quiero... que más quiero” –balbuceó la pequeña, aturdida ¿porqué no podía dejar
de mirarle?- “eres...” dudó- “yo... siempre voy a quererte Yue, Rei.. siempre..”
- “Eres una buena niña Miriel” –aún con un dejo de tristeza, pero ya volviendo a ser el que ella conocía
tan bien, secó las lágrimas de aquellos ojos azules, que eran más que nunca un mar cálido para él-
“gracias por perdonarme”
- “Te quiero muchísimo”
- “Lo sé, eres una buena niña. Ven, te llevaré con tus padres” –comentó, ya tranquilo - “tienen mucho que
explicarte y Tao también, vamos”
La pequeña no supo exactamente que le pasó. En aquel momento nada existía para ella, sólo Rei, Yue, o
como quien quiera que él fuera. Todo el universo era Rei, simplemente. Rei, con alas blancas como un
ángel.. como el ángel que ella siempre supo que era..
if you could touch my feathers softly si pudieras tocar mis plumas suavemente
I’ll give you my love te daría mi amor
we set sail in the darkness of the night poniendo una vela en la oscuridad de la noche
out to the sea fuera del mar
to find you there para encontrarte allí
to find me there para encontrarte allí
love me now ámame ahora
if you dare... si te atreves...
- “¿No crees que te quiero mucho, Rei?”
- “¿Querer?” –repitió el alado ser confusamente, levantando el rostro, que por su posición estaba a
la altura de la nena y apenas a un paso de distancia, de modo tal que se miraban a los ojos- “no lo sé.
Supongo que si, eres mi dueña y eres mortal. Yo en cambio no sé si soy verdaderamente capaz de amar a
alguie..”
Sus reflexiones y frases se cortaron en seco cuando la niñita adelantó un paso más hacia él y sin pensarlo,
unió sus labios a los suyos en un primer beso tembloroso, inocente y rápido.
Un roce.. unos labios tibios y trémulos de niña.. un instante.
Un segundo apenas.
Pero...
¡Jamás le habían besado!
El guardián quedó totalmente estupefacto, mudo y sin saber que decir o hacer..
kiss me sweet bésame dulcemente
I’m sleeping in sorrow que estoy durmiendo en dolor
all alone totalmente solo
to see you tomorrow para verte mañana
in my dream en mi sueño
I’m calling your name llama tu nombre
you are my love... eres mi amor...
my love... mi amor...
you are my love... eres mi amor...
my love... mi amor.
Canción : “Your my love”

Inserta en capitulos de 1ra temporada de
Tsubasa Reservoir chroniques”
Miriel se soltó de pronto de su cuello y sus azules ojos contemplaron el rostro estupefacto de Rei, la niña
estaba rojísima y temblorosa y el adolescente –había vuelto a su forma totalmente humana- estaba pálido
como el papel, pero Miriel se tocó los labios infantiles y..
Echó a correr.
**********************
- “Ha terminado. La luna luce ya en paz, y no tan tormentosa como hace un rato. ¿No es así Morgan?”
Los pálidos ojos azules del rubio Mc Nessa dejaron de mirar por la ventana de la habitación, y se
volvieron hacia la otra persona que estaba con él.
- “Hasta la brisa es más suave” –replicó el aludido mientras volteaba la página de un grueso volumen- “si.
Ya terminó. ¿Lo sentiste Connor?”
- “No, pero lo adiviné. Llevabas más de una hora en esa página”
El otro le lanzó una mirada resignada y el rubiecito se echó a reír. Hay que admitir que Connor era
naturalmente risueño, pero esta vez su alegría rayaba ya en jolgorio y luego de varias horas de soportar
eso, la paciencia de Morgan empezaba a agotarse.
- “No encuentro nada sobre alguien que cambie de color de ojos” –resopló el más bajo con irritación-
“¿estas seguro que eran azules?”
- “Sip. Azules, azules, azules.. más que los míos. Tenía los ojos muy azules y hablaba raro. Ese niño
tiene los ojos rojos, ¡lo he visto en la escuela!, pero me dio miedo verlo aquí y hasta el señor que nos
ayudó parecía preocupado” –Connor había volcado su atención hacia un diminuto rosal que estaba en una
macetero cercano- “¡pero me agradó mucho ese señor!, ¿tu crees que un papá luzca así?”
Morgan volvió a suspirar. Nunca encontraría la manera de hacer que Connor se enfocara en algo.
- “Olvídate ya de eso de los papás” –dijo con sencillez- “somos druidas de Avalón y no tenemos eso,
¿porqué te preocupa tanto tener un padre?”
- “Porque todos los niños los tienen. Y.. ella, ella....” –empezó a temblar- “ella nunca me vá a decir quien
es mi papá”
- “Eso no es novedad y tampoco importa, ya te he dicho que me digas todo lo que pasó en la tarde. Tener
papá no importa. Al menos tienes a tu madre... yo ya perdí a la mía”
Connor miró al otro de hito en hito, antes de añadir con timidez.
- “¿Es malo querer tener papá, Morgan?”
El otro bajó de su butaca y se acomodó en el antepecho de la ventana.
- “No lo sé. Y no podremos saberlo nunca” –dijo meditabundo- “los druidas de Avalón no tenemos padre,
Connor. Lo sabes. Bastante suerte tenemos de que nos permitieran quedarnos y nos eduquen las tías.
Claro, ella es tu mamá y nunca te hubiera podido echar, pero a mí..”
- “¡Ella me da miedo, Morgan!”
El rubiecito corrió hasta abrazar a su primo, mientras el llamado Morgan le miraba pensativamente.
Tenían suerte de estar allí, de tener un techo, de tener a las tías. Bueno, Morgan se consideraba
afortunado. Su madre había huido del clan, les había desafiado como nunca ninguna druidesa antes...
y todo por un hombre, su padre; pero se había visto obligada a volver poco después con siete meses de
embarazo. Morgan lo sabía. Quizá por eso a estas alturas, no estaba interesado en saber de su padre, ni lo
creía necesario. A ninguna druidesa de Avalón que volvía al clan con un recién nacido se le permitía dar
la identidad del engendrador, de modo que Morgan no se sentía triste por no saber quien le había dado
la vida, todas las niñas que se quedaban allí ignoraban quien el nombre de su padre y dado su atípica
situación, agradecía tener algo en común con el resto del clan.
Pero Connor era un caso diferente.
La madre de Connor era la Gran Sacerdotisa de Avalón: Vivian. La más alta y poderosa de entre la Tríada,
la elegida para comandar a las tres hermanas que comandaban al clan, la única que sabía quienes eran los
engendradores masculinos de cada una de las druidesas. Este era un secreto sólo transmitido a la Gran
Sacerdotisa por la anterior –su madre- y que Vivian podía o no compartir con sus dos hermanas –ya que la
tríada tenía que tener lazos de sangre de madre.. y de padre- pero no tenía obligación de decirle eso a cada
miembro del clan.
- “No entiendo porqué temes tanto a Lady Vivian, Connor. Es tu mamá, y es muy buena” –dijo Morgan-
“aún creo que debiste decirles todo, como a mi”
- “No, ella se molestaría conmigo” –Connor parecía francamente aterrorizado- “estaba muy molesta
cuando Tarah y yo llegamos a casa. ¡Felizmente que no le dijimos lo de Li!”
Morgan frunció el ceño, recordando esa parte. ¿Así que Li había tratado de meterse a su casa a hablar
con él?. Bien, Morgan sabía que había hecho lo mismo, pero el peligro que había corrido Hien Li era
grande. Afortunadamente no había puesto un pie en la propiedad o el bosque vivo que rodeaba la casona
lo hubiera matado.
- “Iré mañana a la escuela, es mejor que me diga lo que quiere, antes que la Gran Sacerdotisa se entere
que estuvo aquí”
- “Yo sé lo que diría “¡un hombre!”, ¡un hombre que no es del clan y ni siquiera druida!” –rió Connor-
“pero Morgan.. ¿no te sientes feliz?, ¡quiere ser tu amigo!”
- “Quiere presentarme al “señor puño”, eso es seguro. Bueno, no sé” –dudó- “pero... es ese niño de ojos
que cambian de color el que me preocupa..”
- “¿No te interesa el hombre alto que nos salvó?, ¡tu sabes algo Morgan!” –se entusiasmó el rubiecito
hiperactivo- “¡dímelo, dímelo, dímeloooooooo!” –le zarandeó con fuerza y la paciencia del otro se
agotaba velozmente- “¡dímeloooooooo!!”
- “¡Calla!, ¡vas a despertar a Tarah!”
Ambos niños atisbaron de puntillas detrás de una amplia camita con dosel, pero la silenciosa nenita de
rubio pelo largo seguía dormida..
- “¡Por favor!” –suplicó Connor.
- “¿Hasta cuando vas a insistir con eso?”
- “¡Hasta que me lo digas!”
El de cabellos rojizos torció el gesto. Mejor empezaba, porque Connor era muy persistente..
- “Bueno. Ese señor, es un enviado del Gran Sabio, el Guardián de la Sabiduría de Oriente y Occidente.
Según escuché, vino a decirles a las tías que debían estar preparadas” –se puso muy serio al añadir- “para
algo muy malo que va a pasar. Alguien, alguien que es la destrucción encarnada, a regresado y...” –se
interrumpió bruscamente- “¡oh, cielos, es eso!”
El niño corrió de pronto, saliendo de la habitación, asaltado por una idea, pero Connor le siguió de cerca
hasta que llegó a un aposento oculto bajo un complicado mecanismo, un lugar donde antiquísimos libros
estaban apilados..
- “¿Qué buscas?, ¡Ibas a contarme Morgan!, ¡ya has revisado el “libro de las sombras”*** mil veces!” –
protestó- “¡dimeloooooooo!, ¡no trates de cambiarme el tema! ¿quién va a renacer?, ¿no se supone que la
reencarnación del Hechicero de Todos los Tiempos, vive ya?”
- “Eso escuché decir a tía Elaine, no es para que lo repitas. Pero no es eso.. esta aquí, está aquí.. debe estar
aquí...”
- “¿Qué buscaaaaaas?” –protestó el rubio, a viva voz.
- “¡Calla!” –saltó el otro- “ si nos descubren aquí sin permiso, nos regañarán”
- “Pero ¿qué estás buscando?”
- “Yo leí algo.. algo sobre ese ser” –Morgan revisaba libros, los cerraba y los apilaba con gran celeridad-
“El que es la destrucción, del que prohibió hablar. ¡lo leí en algún lado!”
Connor suspiró. Era su turno de armarse de paciencia. Morgan se pasaba mucho de su tiempo entre
aquellos libros y el rubiecito no acababa de entender que de divertido podía hallar su primo en ese lugar.
- “Tenemos todos los libros escritos por Merlín el Mago., y todo lo que el clan salvó de la biblioteca de la
antigua Asamblea de Magos de Occidente, ¡todo te lo has leído Morgan!.. ¿y me dices que no sabes donde
buscar?” –dijo cansado- “a mi me gustan las lecciones de magia y hacer conjuros sobre flores, pero no leo
esas crónicas como tú”
Morgan no le prestó atención y Connor volvió a suspirar. ¿qué estaría buscando?. El Clan de las
Druidesas de Avalón poseían libros exóticos –además de su arsenal de conjuros especial, su Libro de las
Sombras- muchos de los cuales habían hurtado de la propia biblioteca de la Orden Sagrada de los Druidas
, pero eso no era todo: Connor sabía bien que el clan poseía los escritos de Merlín el Mago y los de Clow,
hijo de Merlín –había sido la propiedad de estos escritos los que habían ocasionado la pelea con la Orden
de los Druidas- pero Morgan los conocía todos.
Y su valor.
Por eso le sorprendía encontrar a su primo, que cuidaba tanto de libros antiguos, tirando de ellos con
fruición.. ¿qué buscaba?
- “¡El diario del Archidruida!” –gimió de pronto el rubiecito, viendo a Morgan retirar el más sagrado y
valioso de los libros de su lugar de descanso- “¡Morgan!, ¡ten cuidado con romperlo!”
Una gran polvareda pareció cubrir a ambos niños y luego de algunos instantes de luchar contra el polvo,
Morgan al fin pudo hablar..
- “¡Cof, cof! ¡Aquí está, aquí está!” –sus enormes ojos parecían confundidos, pero era obvio que buscaba
algo- “casi no puedo leerlo, tiene unos signos extraños.. pero trabajaba con Lady Vivian y logramos al fin
descifrar algo” –leyó- “el símbolo de su oscuridad.. de la oscuridad de la destrucción que está en su ser,
brilla y está en sus ojos. Sus ojos, aquellos que antes eran, y ahora son”
Connor parpadeó:
- “¿Y que hay con eso? ¿qué hay con el niño de los ojos que cambian de color?”
- “Ahora son” –continuó leyendo Morgan- “diferentes. Antes eran... ahora son. Es como si sus ojos
reflejaran su alma, su espíritu roto, su destrucción. Han cambiado.. como si fuera un color. Sus ojos
han cambiado”
Ambos niños se miraron.
- “¡Cambiaron de color!” –saltó Connor al fin- “¡¿de quien habla el diario?!”
Morgan se puso muy serio.
- “Del prohibido” –dijo muy preocupado.
- “¿El prohibido?. ¿dices que sabían de la existencia del prohibido?”
- “Si, Gran Sabio” –replicaba Fuuma Monou en ese momento mirando un espejo, donde aparecía la
imagen encapuchada del Guardián de la Sabiduría de Oriente y Occidente- “no parecieron sorprendidas
con mi advertencia, pero si ofendidas cuando les exigí de regreso el “diario”; tal y como Ud. lo dijo,
niegan tenerlo. Afirman que se ha perdido en la noche de los tiempos”
- “¿Viste sus ojos?, ¿eran sinceras?”
Fuuma Monou negó suavemente.
- “La Gran Sacerdotisa no pudo contener su indignación cuando les mencioné el diario. Eso indica que
lo tienen. Pensé seriamente en abrirme paso y buscarlo en su biblioteca, pero es obvio que deben tenerlo
bajo un conjuro de protección muy fuerte”
- “Sospechaba que no lo entregarían” –insistió el Gran Sabio, desde el espejo- “¡Oh, pero que necias son!,
ellas corren peligro, todos corren peligro y más que nadie.. la sangre de Ten-oh, por eso tenía la esperanza
de que te lo dieran, para que tú se lo dieras a Shaoran”
Fuuma tragó saliva.
- “Aún no he visitado a vuestro...”
- “¿Aún no?” –interrumpió el Sabio- “¿aún le temes a nuestro joven Jefe Supremo del Concilio de
Hechiceros de Oriente?”
- “Temo el odio, el miedo... el rechazo que veo en los que conocieron al Kamui Oscuro” –aceptó Fuuma-
“pero no es lo peor, Gran Sabio. Hoy lo supe... uno de las seis estrellas está entre las Damas de Avalón, y
creo saber quien es”
- “Debe ser un niño pequeño..” –dudó su interlocutor- “posiblemente no tenga idea de su poder o quizá le
tengan bajo la custodia de alguna guardiana o guardián poderoso que le cuide”
- “No parece sorprendido”
- “Ya te lo había dicho. El padre de Lead Clow avisó en su tiempo al Concilio que aquellas que
descienden también de Merlín habían hecho algo para asegurarse que a quien ellas llaman “archidruida”
reencarnara dentro de su clan. Un conjuro terrible para que cuando aquella persona reencarnara, naciera
de la Tríada de turno, dentro del mismo corazón del Clan de Avalón” –continuó el Gran Sabio- “temo que
estas jóvenes doncellas le darán problemas a nuestros jóvenes amigos”
- “Me dijeron que habían ido a ofrecer sus respetos a la Dama del Jefe Supremo del Concilio”
- “Eso puede ser bueno, pero nada es seguro”
- “¿Cree que planeen acelerar el despertar del Ashura?”
Un largo silencio.
- “No lo sé, no lo sé” –suspiró la figura encapuchada- “son milenios joven Fuuma, escritos que tienen
milenios, poder y destino marcados en el inicio del tiempo. Desentrañar todo esto no es sencillo, y por
eso te envié para que les pidieras el diario de Yasha y se lo llevaras a Shaoran. Quizá ese diario hubiera
podido ayudarle a desentrañar más rápido el pergamino rojo”
- “¿No cree que es demasiado para él?”
- “Yo he tratado todos estos años.. pero mis investigaciones no son exactas y nunca pude compararlas con
nadie. Shaoran es un muchacho listo y ambos sabemos que es de vital importancia para él, más que nadie,
descifrar correctamente cada palabra en el pergamino. Bien, pero volviendo a las estrellas: uno entre las
druidesas, otro.. me dices que has sentido otro también despierto. ¿Estaba cerca?”
- “El medallón con el signo de la rueda del destino ha detectado a otro, esta misma tarde”
- “¿Lo viste?”
- “No, sentí el poder del medallón. Nada más” –dijo más serio aún- “pero.. no es lo peor”
- “¿Qué es?”
Fuuma Monou trató de ser lo más escueto posible.. y a la vez, cuidadoso. Temía mucho el efecto que su
temor podía causar en el Gran Sabio.
- “Creo que vi al Ashura hoy” –dijo rápido y muy serio- “Una persona, un niño, con dos almas en un
cuerpo. Una de ellas oscura y añeja... sombría. Otra, llena de odio y dolor, pero infantil. Y el medallón se
agitó también cuando le ví”
- “¡¡¡¿¿¿QUÉE???!!” –saltó el Gran Sabio, alarmado- “¿lo viste?, ¡no irás a decirme que estaba
haciéndole daño a los Li o a alguien del Concilio?!”
- “¡No, no!” –le tranquilizó- “pero ahora que lo dice..” –reflexionó- “el heredero de los Li estaba cerca.
Podría decirse que el niño a quien ví.. estaba muy cerca del pequeño Hien aunque no pareció interesado
en hacerle daño. Era como si buscara al otro, a la estrella que estaba entre las druidesas”
- “¡¿El hijo de Shaoran?!, ¿el pequeño?” –se espantó el Sabio- “¡¡¿y dices que a quien tú crees es Ashura,
estaba cerca y no trató de hacerle daño?!!”
Fuuma Monou pareció quedar pensativo.
- “Gran Sabio... eso es lo que me desconcierta. El medallón que Ud me dio, me indica cuando hay un
ser mágico.. alguien con poder, cerca. ¡No importa el tipo que sea, siempre me avisa sobre esa persona!,
pero...”
- “¿Pero?”
- “No hizo ningún tipo de señal en Hien Li. Como.. como...”
- “¿Cómo qué?”
- “Como si el niño careciera de toda magia, señor”
El Gran Sabio cayó en un silencio preocupado, antes de admitir.
- “Shaoran fue a verme hace un año.. porque le inquietaba mucho que su único hijo no mostraba magia.
Pero.. si el Ashura está cerca, quizá esa carencia de magia pueda salvar a ese pequeño, Ashura no lo ha
notado... ni lo notará”
- “¡Pero cuando sepa que es de la descendencia de Ten-oh!, ¿no lo buscará?, ¡el que no tenga poderes lo
dejaría indefenso!”
Ambos hombres se miraron fijamente sin estar seguros de nada..
¿Qué podía significar que Hien Li no demostrara magia alguna?
**********************
Magia.
Magia.
Parecía que todo se resumía a eso en el mundo de Hien.
- “¿Estas enfadado cariño?”
- “No mamá”
Sakura intercambió miradas con su esposo y la antigua card captor frunció el ceño con preocupación. Y
no es que no le faltaran motivos. Poco antes de que ella y Eriol iniciaran el conjuro para ayudar a Miriel,
Shaoran casi había perdido el conocimiento y ahora estaba muy pálido y sudado; Sakura conocía muy
bien a su esposo en ese sentido. Sabia perfectamente que el hombro debía dolerle muchísimo, pero no
había quedado más remedio que venir a toda prisa cuando sintieron que Yue había despertado..
¡Es que parecía todo pasar demasiado aprisa!, apenas unos días atrás y el accidente, y Shaoran no había
podido descansar a gusto desde que despertó.. mucho menos ese día, y para rematar, aquella reunión que
había sostenido con esa thugh..
La joven de ojos verdes torció un poco el gesto. No podía dejar de recordar la imagen de esa mujer,
sentada a los pies de su esposo, con la cabeza en su regazo y él, con aquella mirada tan extraña..
- “¡¡¡No has cambiado, sigues siendo un condenado mocoso y una molestia para Sakura!!”
- “¡¡¿A quien llamas molestia??!!”
- “¡A TI!, ¡NO SÉ QUE PUDO DE VERTE SAKURITA!”
- “¡¡¡Cómo te atreves??!!”
Una gruesa gota apareció en la cabeza de los presentes cuando Shaoran y Kerberos se ensalzaron en
aquellas viejas discusiones de siempre. Sakura salió de sus reflexiones una gotita apareció sobre su cabeza
mientras Hien se llevó una gran sorpresa al ver a su siempre muy serio padre en un furibundo tenis verbal
casi infantil con Kerberos. Y es que las chispitas y los rayos que intercambiaron el Guardián del Sol y
el Jefe Supremo del Concilio de Hechiceros de Oriente eran más letales ahora y había un buen grupo de
moscas muertas por haber estado en medio de ese fuego cruzado..
Touya les lanzaba miradas de superioridad.
El resto del grupo encontraba difícil contener la risa.
- “¡¿A quién le dices mocoso?!”
- “¡A ti!, ¡no has cambiado para nada, no sabes como me alegra que ese pequeño niño se parezca más a
Sakura que a ti!”
- “¡Vuelve aquí y repítelo muñeco de felpa!”
- “¡¡¿A QUIEN LLAMAS MUÑECO DE FELPA??!!”
- “¡Ejem!” –Sakura finalmente se acercó al Guardián, ante la sonrisa de Eriol y los demás, mientras Touya
murmuraba algo sobre “lo infantiles que eran algunas personas”- “¿no tienes nada que decirme a mi,
Kero?”
- “¡Si vuelves a decirme muñeco yo..!!” –Kerberos se detuvo a mitad de lo que iba a decir y añadió.. con
un par de ríos de lágrimas en sus ojos dorados- “¡Oh Sakura, Sakurita, Sakuritaaaa!!, ¡¡estás más bonita
que nunca!!”
La muchacha se adelantó y el guardián la estrechó entre sus zarpas, mientras Shaoran fruncía el ceño y
luego suspiraba mirando al cielo, como pidiendo paciencia.
- “¿Cuándo dejarás de ser tan infantil?” –murmuró el Jefe del clan Li.
- “¡Cuando tú dejes de ser un condenado mocoso entrometido!”
- “¡¡Kero, basta, basta por favor!!” –sonrió la antigua card captor, procurando apaciguar los
encontronazos de siempre, entre esos dos- “creo que ustedes dos ya se conocen lo bastante para eso.. pero
hay algo más Kerberos. Quiero presentarte a alguien...”
- “De hecho, creo que ya le conoces” –zumbó Eriol, divertido- “¿le reconociste, verdad Kerberos?”
- “El hijo de Sakurita, ¡ella es ahora una hermosa mamá!” –asintió el Guardián contemplando a su sabor y
ya sin dudas, la carita de Hien, que aún parecía perplejo por todo lo ocurrido- “sospeché quien era al ver
sus ojos. Más, cuando recordé al fin todo..” –añadió- “la última vez que te vi, pequeñín, aún estabas en el
vientre de tu linda madre, ¡mira lo alto que estás!, ¡ya eres todo un hombre!”
- “El guardián Kerberos” –Hien empezaba a hilvanar ideas.. había sido una tarde y noches muy
reveladoras- “si tú eras el Guardián de mamá.. las cards Sakura, son tuyas, ¿verdad?”
Sakura se inclinó hacia su hijo, liberándose de Kerberos por un rato hasta ponerse a la
altura infantil.
- “Lo son cariño. Es una larga historia” –añadió al notar el asombro infantil al contemplar la majestuosa
figura del guardián de ojos dorados- “¿estas enfadado Hien?”
- “No” –negó con calor, acercándose más a la Bestia del Sello- “es sólo que.. ¡es enorme y poderoso
mamá!”
La enorme zarpa de Kerberos se alzó hasta tocar la cabellera color miel del niño, y de pronto, el aturdido
Hien se vió rodeado de las afectuosas zarpas del guardián del Sol, mientras Miriel se escurría entre sus
padres..
- “¿Qué te pasa hija?” –murmuró su madre, sorprendida al notar sus rojísimas mejillas- “¿tienes frío?
La niña negó con la cabeza y se oculto entre los brazos de sus padres, agradeciendo –eso sí- que todos los
presentes hubieran estado tan distraídos con la algarabía de Kerberos y su posterior discusión con Shaoran
Li, que no hubieran notado lo ocurrido entre ella y el Guardián de la Luna, segundos atrás.
Aunque los ojos azules de Eriol tenían cierto brillo divertido.
- “¿Y que hacen todos ustedes aquí?” –preguntó de pronto Hien, pese a que estaba siendo estrujado, antes
que Miriel hiciera esa pregunta- “tío, tía.. Lord y Lady Hiragizawa.. señor Director, señora Tsukishiro…”
- “¡¡Mi querida Tomoyooooooooo!!” –gritó Kerberos a todo pulmón.
- “¡Oh, Kero!”
Touya y Shaoran suspiraron, mientras el inglés contenía nuevamente la risa..
- “¿Porqué Lord Li y el doctor Kinomoto están tan incómodos, papá?”
- “Mi pequeña Miriel” –contestó el inglés, divertidísimo y en voz muy baja- “pueda ser porque ni
Kerberos se salva de los bizarros celos del doctor Kinomoto en primer lugar y sobre Shaoran.. bueno, hay
dos puntos aquí: en primer lugar, él y Kerberos nunca han acabado de llevarse bien del todo y supongo
que no ayuda que el pequeño Hien se esté empezando a poner azul al estar apretado entre Sakura y
Tomoyo”
- “¡Oh, y tú no has cambiado nadaaaa!” –saltó el guardián, casi gritando (y aun apretando a Sakura,
Tomoyo y a un casi morado Hien entre sus zarpas) sobre la cara de Eriol, que le miraba impertérrito y con
una sonrisa- “¡siempre hablando de esa forma tan odiosa, como la del Mago Clow!”
- “¿Mago Clow?” –pensó Miriel, abriendo mucho los ojos y saliendo al fin de sus propios pensamientos.
- “¿Mago Clow?” –pensó Hien, mientras proseguía en su frenético intento por respirar.
- “¿Cómo has estado Kerberos?” –saludaba Yukito mientras Ayame y Yoko hacían una pequeña
reverencia.
- “¡Si mi mujer se lastima, te las verás conmigo, muñeco!” –espetó Touya.
- “¡Vas a matar a mi hijo y a Sakura por ahogamiento, muñeco de felpa superdesarrollado!” –saltaba
Shaoran.
- “¡Rayos!” –murmuraba una vocecita entre los arbustos- “¿y me iba a perder esto?”
Un carcajeante Tao arrastraba a un ya transformado Rei hacia el grupo, conciente de que el momento de
las explicaciones había llegado al fin; pero mientras Kerberos soltaba al fin a Sakura, Tomoyo y a Hien de
entre sus zarpas y parecía reclamar a viva voz que la forma de divertirse de Eriol no hubiera cambiado,
Touya Kinomoto prestó atención a dos sombras que se deslizaron entre los murmullos de aquel arbusto
cercano..
- “¡Shhhth! ¿qué hacen aquí?, ¡no hagan ruido!”
- “Harás bien en tener más de un ojo encima de éste, para que no se meta en problemas, o no meta en
problemas a alguien” –insistía Kerberos a viva voz, señalando a Eriol ante su esposa, luego de haber
saludado a los Tsukishiro- “¡tú has sabido todo el tiempo que yo estaba en tu casa y te has estado
divirtiendo a costa mía, OTRA VEZ!”
- “Tranquilízate Kerberos.. todo el mundo necesita un pasatiempo y este es el mío”
- “Ya sé a quien salió Miriel” –murmuró el guardián antes de mirar a Yoko- “¡Tu también te has
convertido en una hermosa madre!, ¡ya entiendo porqué siempre tienes que estar preocupándote por él!,
¡sigue teniendo ese sentido de diversión tan torcido!”
- “¡Mamá!, ¿Kerberos te conoce?” –balbuceó Miriel- “¿les conoce a todos?”
- “En realidad, podría decirse que nos conoce bastante ..” –rió Tao.
Rei estaba mudo, pero atrapado entre los histéricos y cariñosos brazos de sus amantes padres.
- “Bien, ya que esto terminó, me voy a casa” –el ceño de Touya Kinomoto se había acentuado más los
últimos segundos, pero todos parecieron sorprendidos cuando anunció su partida con un gruñido- “tú,
suelta a mi mujer y date prisa”
Kerberos percibió el leve dejo de amenaza y al recordar el temor que sentía hacia el médico cuando
Sakura era una niña, no pudo menos que soltar a Tomoyo al fin mientras el galeno se alejaba con
negligencia, luego de hacer un gesto de apoyo a Yukito y Ayame. Nadie entendía porqué el apuro de
Kinomoto en marcharse, pero sabían bien que era difícil hacer que cambiara de parecer, y que si quería
irse, se iría.
Pero no sin murmurar a espaldas de Shaoran algo..
- “Toma esto rápido, que lo menos que querrás será asustar a mi hermana y a mi sobrino, si te desmayas
de dolor. El calmante de hace un rato era leve, y este también, pero te ayudará a llegar a tu casa de pie”
–Shaoran había quedado sorprendido ante la declaración de su cuñado ¡creía que estaba disimulando el
horrible dolor que su lesión le provocaba!- “mejor date prisa”
El joven chino recibió la medicina sin decir nada mientras Sakura y los demás veían a Tomoyo correr
detrás de su esposo para alcanzarlo, pero en cuanto se hubo asegurado de mantenerse fuera de miradas
curiosas, el médico se detuvo en seco.
- “¿Touya?” –dudó Tomoyo.
- “Dile a tu hijo y a Kiku que salgan de entre esos arbustos, hace mucho rato noté que nos estaban
espiando” –replicó el médico, muy serio- “es mejor que volvamos a casa juntos. Megumi me avisó por
teléfono y le exigí que esperara con Nadeshiko, junto al auto”
Tomoyo miró preocupada a su esposo. Sabiendo que esta vez si que estaba disgustado. De hecho, la única
persona más pálida que ella era Mamoru, que salió de donde su padre había indicado cuando supo que
había sido descubierto.
- “Papá... yo...”
- “¡Hermanito!”
- “¡A callar ambos!”
Mamoru lanzó una mirada de súplica a su madre y Tomoyo negó suavemente con la cabeza.. esta vez si
que el niño se había pasado y sólo esperaba llevar a amainar la tormenta que el mal genio de Touya iba a
provocar al llegar a la casa, pero...
- “¡Tenía que proteger a Hien!, ¿cómo iba a hacerlo si estaba encerrado aquí?” –dijo Mamoru a modo
de disculpa- “yo sentí.. ¡sentí lo de la card captor!, ¡además ustedes sabían que era Hiragizawa!, ¡y lord
Hiragizawa y su esposa tienen magia y no me lo habían dicho!” –terminó.
- “Lo que yo te diga o no, es cosa mía, sigo siendo tu padre” –increpó el galeno, inflexible pese a las
lágrimas de Nadeshiko y Kiku- “tomaste tu decisión sin considerar a los demás ¡ no voy a permitir que
hagas lo que te dé la gana, niño!, ¡¿crees que no sé que estuviste haciendo magia con Kia?!, ¡mañana
mismo voy a hablar con Kaho y..!”
- “¡No papá, por favor, no delates a Kia, él sólo..!”
- “Solo desobedeció a su madre, nada más..” –ironizó- “y eso no es tan grave, ¿verdad?,¡ tú me
desobedeces todo el tiempo!”
- “¡Tenía que saber que Hien estaba bien!, ¡no quería que le pasara algo!”
- “Pero querido, Hien estaba muy bien.. tú lo viste” –Tomoyo trató de calmar la tensión- “¡es lindo de tu
parte preocuparte por tu primo pero..!”
- “¡Me preocupo por él porque soy su hermano mayor!, ¡el no tiene hermanos que le cuiden!”
El médico hizo un gesto de exasperación , pero Mamoru continuó..
- “¡Y yo te lo dije papá!, ¡cuando Hien murió por mi culpa te dije que iba a cuidar de él y de mi hermana!
¡como tú cuidabas de tía Sakura!, ¡sólo estaba haciendo lo que dije!”
- “Hien nunca murió querido” –sonrió Tomoyo- “lo que ocurrió el año pasado fue un susto, y entendemos
que te lo tomaras en serio pero..”
- “Hien murió mamá” –interrumpió Mamoru apretando los puños con rabia, y conteniendo su miedo-
“¡cayó sobre mi ¿recuerdas?!!, ¡No respiraba, ¿acaso creen que soy tonto?, ¡en la escuela nos lo han dicho
muchas veces!, ¡le gente muerta no respira, se queda tiesa!” –contuvo un sollozo más por orgullo que otra
cosa- “yo...¡yo maté a Hien ese día y si bien el volvió no quiero que le pase de nuevo!!, ¡no quiero que
nadie muera por mi culpa!!”
Tomoyo y Touya se miraron, desconcertados por un instante..
- “No quiero que nadie muera. Y Hien no tiene magia para protegerse.. ya murió por mi culpa antes y..”
- “Lo ocurrido en la torre del reloj el año pasado, no fue culpa de nadie, fue un accidente” –terció el
médico, sorprendido aún que Mamoru hubiera quedado tan afectado por los instantes que Hien había
estado ... inmóvil- “y eso no te excusa de ninguna manera por haberme desobedecido esta tarde, y ahora.
¡Pudo pasarte algo!, ¡pudo pasarle algo a tu hermana por salir corriendo detrás de ti!”
- “No pasó nada, papi” –murmuró Nadeshiko entre lágrimas.
- “Te prohibí que usaras magia, te prohibí claramente que jugaras con magia con Kia o con cualquiera”
–continuó Touya sin mirar a su hija- “¡pero haces lo que te dá la gana como si yo estuviera prohibiéndote
las cosas de adorno!, ¡soy tu padre y sé lo que hago!”
- “¡Pero nunca me dices las cosas!” –protestó el niño- “¿porqué no puedo... porqué?”
- “¡¡Dije que no!!”
- “Tampoco me dijiste que Lord Hiragizawa y su esposa ¡o que el superior Tsukishiro era un ser mágico
y...!”
- “Esta conversación terminó. Estas castigado y no se habla más. Megumi está haciendo su maleta y esa
gata se irá con ella por la mañana ¡pero tú estas castigado toda la semana!”
Nadeshiko rompió a llorar junto con Kiku, y Tomoyo lanzó a su marido una mirada de reproche pero el
médico se mantuvo firme pese a la expresión de franca sorpresa que tenía su hijo; y es que Mamoru no
pensó que su padre hablara en serio en el auto, cuando le dijo a la niñera que estaba despedida.
- “Si Megumi no puede contenerte, no puedo confiar en ella. Y si esa gata blanca llegó poco después que
ella, es mejor que se vayan juntas”
- “¡Pero papá!, Byakko y Megumi no tuvieron la culpa!, ¡yo me escapé, fui yo!”
- “Pues quizá eso te enseñe a medir las consecuencias de tus actos... sobre otras personas”
Los ojos azules de Mamoru miraron a su padre con sorpresa y remordimiento antes de subir corriendo
a su habitación seguido de su hermana, mientras Tomoyo se acercaba a su esposo con gesto inquieto y
preocupado en aquellos ojos azules que había heredado su hijo..
- “Sé.. que tienes razón. Mamoru no debió salir pero” –dudó- “no estás seguro que jugara con magia esta
tarde, él y Kia..”
- “Pude sentirlo pequeña. Y tú misma sentiste que él estaba haciendo algo peligroso..”
- “Si pero... ¿despedir a Megumi?, ¿alejar a Byakko?” –murmuró la diseñadora, sentándose junto a su
amado, en el sofá- “cariño, sé que te preocupa la magia de Mamoru, pero ellas cuidan de los niños y...”
- “Si Mamoru pasó sobre ellas hoy, lo hará cuando quiera y no puedo permitir que se ponga en peligro.
Esta noche descubrió lo de los Hiragizawa y a Yue, pero si sigue siendo tan necio no escuchará razones
jamás. ¿Sabes lo peligroso que es jugar con magia?, ¡él y Kia pudieron hacerse daño!” –la miró,
angustiado- “afortunadamente supongo que esta tarde despertaron mayores poderes en Kia pero..”
- “¿Que sentiste?”
El médico apretó las manos de su esposa, antes de continuar..
- “Un estallido de poder enorme. Un instante. Un segundo. Nunca he sentido tal poder en Mamoru, así
que deduzco que fue Kia quien lo tuvo, esta tarde” –añadió tras una pausa- “y esta bien para él, que vive
en un templo con Kaho. Kia es un niño que tiene educación sobrenatural y que viene de familia con dones
especiales, se espera que el hijo de una sacerdotisa tenga esos dones..”
- “Mamoru tiene de quien heredar esos dones” –murmuró Tomoyo, dulcemente.
- “No a esa escala. Sakura es quien tuvo dones mayores que los míos.. y en el fondo, es bueno que se
casara con aquel insufrible cabeza dura. El viene de una familia y un medio que entienden y saben
manejar todo eso, tú y yo tenemos una vida común y me gusta que así sea ¿lo oíste?” –la abrazó con
fuerza- “casi los perdí a ti y a él hace ocho años, la noche de esa pelea por el maldito Sakurazukamori, ¡mi
hijo no pasará por eso!, ¡él se olvidará de esos dones y tendrá una vida lejos de peligros sobrenaturales!”
La muchacha se dejó abrazar en silencio.
- “Aún tienes miedo.. por esa noche” –murmuró.
- “Yo no te salvé.. ni a él” –aceptó el galeno, con el rostro escondido entre el sedoso cabello de su esposa-
“fue el hecho que Mamoru fuera nonato lo que nos salvó a todos, podría decirse que él nos salvó en ese
entonces.. ¡no fui yo, pequeña!” –continuó tras una pausa- “pero desde que lo encontré en el parque Ueno
no puedo quitarme la preocupación por él, por ti y Nadeshiko.. más que nunca, ¡no puedo!”
Tomoyo lo abrazó firmemente. Sabía bien que Touya había sido siempre sobreprotector y aprehensivo
pero lo era más que nunca desde aquella noche hace ocho años, además que lo entendía bien. Ella misma
temía inexplicablemente desde que los niños conocieron aquel lugar.. el parque Ueno. Todo era tan
extraño... era, como si pudiera sentir al Sakurazukamori rondando a sus niños, pero..
¿El tipo estaba muerto, no es así?.
- “Si sólo fuera más dócil... si me obedeciera como Nadeshiko” –comentó el médico- “afortunadamente
ella no tiene magia, ¿porqué tuve que darle esa herencia a mi hijo?” –se desesperó- “no quiero perder
a nadie de esta familia. ¡No lo permitiré, y si tengo que ser duro, voy a serlo pequeña! ¡¡pero nada va a
pasarle a ti o a mis hijos!!”
La pálida mano femenina le acarició el rostro.
- “Te entiendo.. y creo que estoy tan paranoica como tú, últimamente” –sonrió dulcemente antes de
insistir con ternura- “pero.. ¿no es contraproducente despedir a Megumi y sacar a Byakko de la casa?.
Ellas son guardianas, cierto que Megumi aún no recuerda pero..”
- “Si Mamoru no las obedeció hoy, si no pudieron retenerlo aquí, no puedo confiar en ellas. Siempre
he bastado yo y deberá ser así. ¡Es que casi creo que ellas han despertado más curiosidad en Mamoru,
haciendo que se meta en problemas!”
- “Touya, por favor..”
- “No pequeña. Por favor, no me lo pidas” –puso un dedo sobre los labios femeninos-“Sabes tan bien
como yo que él necesita sentir que hizo mal al salir de casa hoy, al jugar con magia esta tarde. ¡Que no
tuviera consecuencias no significa que no estuviera mal lo que hizo!”
Tomoyo asintió débilmente. Pero añadió.
- “Te entiendo.. pero quizá sea mejor hablar con Yukito.. mañana” –hizo una pausa- “me asusta que él...
que él recordara tan bien lo que le pasó a Hien, el año pasado. Hien ya lo ha olvidado pero Mamoru
recuerda perfectamente que Hien estuvo... bueno, ya sabes” –suspiró- “Touya, creo que Mamoru no ha
podido superar ese miedo, la culpa que sintió entonces”
Ambos ignoraban el terror que su hijito había sentido esa tarde, cuando creyó que Kia y el espectro de la
antecesora Li iban a morir, o algo peor.. por culpa suya.
- “Si pequeña. Le pediré a Yukito que analice lo de Mamoru a mayor profundidad. Admito que creí que ya
lo había superado, pero al parecer, no es así” –razonó- “es como si hubiera temido hoy, particularmente,
miedo de ocasionar la muerte de alguien”
- “¡El nunca lo haría!”
- “Lo sé. Pero es mejor que Yukito charle con él.. y vea por qué de pronto, tiene tanto
miedo.. otra vez”
- “Y... ¿no sería mejor dejarles, de una vez?” –Touya se puso tenso- “¡por favor!” –insistió Tomoyo- “lo
supieron casi todo esta noche, y quizá sea mejor que los niños lean algo de magia ¡no tanto como Hien!,
pero...ya saben que Sakura también la tiene ¿por qué no dejarlos que la exploren a gusto?, ¡además
Mamoru ha despertado las “Protection cards” y..!””
- “No pequeña, no. Por favor... ¡por favor!”
El médico la abrazó otra vez, y Tomoyo no fue capaz de insistir. Todos habían tenido un día complicado y
sabía que Touya aún no estaba listo para enfrentar las incesantes preguntas de los pequeños; sin embargo,
a la vista de lo ocurrido esa noche, Tomoyo Kinomoto no pudo dejar de preguntarse hasta cuando su
esposo podría mantener a sus niños lejos de su curiosidad por la magia. Esa noche en particular, el velo
del misterio había caído frente a Rei Tsukishiro develándole su pasado y su naturaleza peculiar en este
mundo y ella sabía que pese a sus intentos, Touya no podría mantener a los niños lejos de la magia. No
era simplemente despedir a Megumi o sacar a Byakko de la casa, la joven de ojos azules sabía que si
uno de sus niños había sido capaz de despertar a las “Protection cards” era que iban a tener mucho que
explorar sobre su herencia sobrenatural y le preocupaba, porque era algo que ocurriría y a este paso..
A este paso iba a pasar algo realmente grave y personal en su hogar para detonar aquel muro de
prohibición levantado por Touya. No quería temer a ese evento detonante.. por eso era mejor convencer a
su esposo de a pocos.. al menos, tenían tiempo.
Lo que Tomoyo Kinomoto ignoraba era que en esos instantes, mientras Megumi se despedía entre
lágrimas de una llorosa Nadeshiko y Byakko procuraba tranquilizar los remordimientos de su “señorito”...
una figura delgadísima y oscura se detenía frente a la calle.
- “Encontré a mi presa.. al fin. Te he encontrado, pequeño mío” –los ojos de Subaru Sumeragi parecían
brillar de locura y fiebre al contemplar el hogar de los Kinomoto antes deshacerse en un revuelo de
pétalos de cerezo.
Byakko asomó su cabeza felina alarmada, y Touya, abajo, se insultó mentalmente, llamándose paranoico.
- “Ando con los nervios hechos polvo” –pensó Kinomoto, asomándose a la ventana viendo la calle tan
tranquila como de costumbre- “no sé por qué tuve este repentino escalofrío. Lo siento por Megumi pero
la prefiero a ella y a esa gata lejos de los míos. Nada hay que amenace a mi familia ni quiero temer
que ellas atraigan algo de magia, buena o mala a nuestro alrededor... no estoy frente ni detrás de una
situación de vida o muerte, no estoy a puertas de un maldito juicio final o algo parecido”.
**********************
Aquella prometía ser una noche tremendamente larga.. y otro que pensaba igual, y que no podía aguantar
la gran emoción que lo embargaba esta noche era Kujaku Hoshino. El adolescente estaba más meditativo
que nunca, y no dejaba de suspirar, deseando que las horas pasaran mágicamente, amaneciera y pudiera
charlar con Rei Tsukishiro en la escuela.
- “Si Karura a reencarnado... es uno. Uno, de las seis estrellas, pero, pero.. ¡¿oh donde está el resto?!”
–al muchacho casi bailoteaba de felicidad mientras comía un trozo de pan y leche como cena- “pero al
fin tengo una pista real.. ¡al fin, al fin!. Me pregunto si todo esto es mejor.. o peor. ¡Pero tiene que ser
mejor!.. ¡al fin hallé a alguien con magia que puede ayudarme o al menos creerme!”
Lanzó un filosófico suspiro y de pronto se puso de pie buscando entre un cajón de papeles revueltos con
frenesí. Ciertamente Hoshino vivía en un diminuto y muy humilde departamento, pero el chiquillo estaba
decidido a comparar sus notas esa noche..
- “Hoy no creo poder dormir... pero a ver, a ver.. ¿dónde puse eso?”
Una masa de papeles revueltos.. nombres, datos... y Hoshino parecía tratar de ordenarlo todo casi con
emoción.
- “Quedan 5. Hmm.. sin embargo...”
No podía olvidar a aquella muchacha de ojos verdes y su mente voló en mil hipótesis ..
- “Esto es lo que no tiene mucho sentido.. ¿porqué habría reencarnado Shara?. Es decir, aquella
señorita... es la reencarnación de Shara, sin duda, pero ¡en el reflejo tenía el báculo de Cuyoh!” –se
paseó nerviosamente sin terminar su exigua cena- “Cuyoh, la primera profetisa: Cuyoh, quien hizo la
advertencia... quien juró jamás reencarnar. ¿Porqué entonces en el reflejo que yo ví de aquella señorita
de ojos verdes ¡era Shara!... ¡pero tenía el báculo de Cuyoh!”
Recordó la charla que tuviera con la muchacha. Se había ruborizado mucho –no solía tratar con señoritas
hermosas y era algo tímido- pero había entendido algo. La muchacha no le buscaba a él, ni tenía idea de
quien había sido. Si bien él esa noche buscaba como muchas otras a las 6 estrellas en sus sueños.. halló a
Shara o a su reencarnación y en ese momento no le tomó importancia -¡su prioridad eran las estrellas ¿no
es asi?!- sin embargo, había tenido mucho tiempo para reflexionar. Esa señorita... buscaba información de
una mujer. Una mujer que era igual a ella. Quizá por eso no le había dicho a esa señorita su encarnación,
la muchacha de ojos verdes parecía tener algún tipo de querella personal contra la mujer a quien él,
Kujaku espiara en sus sueños.
Y Kujaku no era tonto. Ingenuo si, pero nada tonto.
Era por un hombre.
Eso era demasiado obvio.
Quizá por eso no le había dicho todo lo que quería en ese momento. La pobre muchacha lucía bastante
consternada con sus propios problemas, pero.. ahora que lo pensaba.. era extraño.
- “Shara ha reencarnado.. con el poder de Cuyoh. Y ni siquiera sé su nombre. Sólo sé el nombre de

la mujer a quien teme: Akasha Bakthar” –reflexionó- “supongo que allí hay un triángulo amoroso o
algo así, pero fuera de sus problemas actuales ¿por qué reencarnaría Shara con el poder de Cuyoh?,
¿porqué? porque... ¿por qué podría ser?”
El chiquillo se paseó por el diminuto departamento tratando de pensar en algo, algo.. algo que le pudiera
servir de idea ¡lo que fuera!; luego de años de pasearse por los recuerdos de las personas, algo sospechaba
sobre asuntos pendientes, triángulos de amor y odio, pero jamás había tenido que estrujarse el cerebro
de tal manera. Era como si de repente al estar cada vez más cerca de las reencarnadas seis estrellas,
encontrara que esas personas no sólo tenían un destino ligado a un pasado remoto, sinó que era en sus
problemas presentes donde se encontrara la respuesta que él había estado buscando incesantemente..
- “Las seis estrellas, reencarnarán. Debo avisar a quienes tienen que ver con Ten-oh, si, ¡necesitan
saberlo! pero ¿porqué reencarnaría Shara? ¡y con el báculo de Cuyoh?, ¿porqué?”
Una idea, extraña, insólita.. y horrible se abrió paso de pronto en la mente del escolar.
- “¡Ella debe evitar que el prohibido pueda erguirse sobre la sangre de la descendencia de Ten –oh!,
¡oh, debe ser eso! ¿cómo no se me ocurrió antes? ¡ella es la única que puede evitar que aquel que
es la destrucción total encarnada acabe con la sangre de Ten –Oh! ¡ella es la vidente, la que tiene
premoniciones del futuro! ¡por eso la encontré antes que hallara a la reencarnación de Karura! ¿cómo
no me di cuenta antes?”
El pobre chico se estrujó la cabeza con nerviosismo, deseando más que nunca que esa noche acabara
pronto. Quizás hablando con Rei Tsukishiro tendría las ideas más claras en la cabeza..
- “Rei, es mejor que te abrigues bien querido, no quiero que pesques un resfrío” –decía Ayame Tsukishiro,
mientras se aseguraba que el aludido se acabara de poner el grueso suéter antes de seguirles- “traje
también una bufanda para ti.. no es que el traje de Yue no sea hermoso, pero estoy firmemente convencida
que no es lo bastante abrigador para un chico en edad de crecimiento como tú, y lo tuviste.. un buen rato”
Yukito amplió su sonrisa ante el despliegue de cuidado maternal del que su hijo era víctima mientras
detenía el taxi que los llevaría a su casa y a su vez Rei seguía a su madre en confundido silencio.
Su cabeza era un caos desde que Miriel...
¡Oh rayos!, el pobre estaba hecho un lío!
¡Lo había besado una niña de siete años!
- “Está muy cansada, supongo que es mejor que vaya directamente a dormir” –decía Kerberos
acomodándose en el lujoso vehículo de los Hiragizawa mientras el entrenado chofer inglés ni siquiera
pestañeaba ante aquel extraño juguete parlante- “y eso me hace pensar.. ¿tendré una habitación propia?”
- “Si lo deseas, puede arreglarse y lo sabes, aunque creí que te agradaría seguir compartiendo la de
Miriel” –replicó Yoko, al simpático guardián- “¿realmente quieres otra habitación?”
- “No, supongo que no” –replicó Kerberos, luego de pensarlo- “Además no quiero perderme del nada en
la vida de mi nueva dueña”
- “Cierto, creo que te perdiste mucha de las etapas en la vida de Sakura” –comentó Eriol, mirando el
rostro infantil de su hija, la misma que estaba en el regazo de su madre con los ojos cerrados, como si
durmiera.
- “Aún creo que hubiera sido mejor que hubiéramos llevado a los Tsukishiro a su casa, Eriol” –continuó la
joven Lady- “no era problema para nosotros, ellos habían venido en el auto de los Kinomoto y..”
- “Rei y sus padres, necesitan tiempo a solas.. aún le queda mucho por asimilar. Y no es el único pequeña.
No sé si lo notaste, pero Tao estaba algo nervioso cuando se ofreció a llevar a esa chiquilla a su casa..”
- “¡Oh, si!.. y me tranquiliza que ellos tomaran el primer taxi”
El inglés sonrió enigmáticamente mientras Kerberos le miraba con una gotita sobre la cabeza..
- “Este no ha cambiado nadita” –se dijo el guardián- “aunque supongo que no está mal ¡nadie se
aburre con él, nunca!. ¿Pero, porqué diablos no se han despertado Spinel y Byakko?, ¡me voy a volver
loco si no tengo a ese tonto para burlarme de él o atiborrarle de dulces y esa gata loca va a meterse en
problemas sin mi!” –pero añadió, acomodándose en el regazo de su nueva card master- “ aunque Sakurita
tiene razón.. debo cuidar de Miriel ahora, ella ya tiene una vida y no es que me moleste pero.. creo que
también cuidaré bien del hijo de mi antigua ama, si... ¡de eso ni dudarlo!, ¿porqué no me presentaron a
los hijos e Tomoyo?, ¡con tal que no sean como el gruñón hermano de Sakura!”
Mientras el Guardián del Sol pensaba con nostalgia en los mil y un recuerdos que había recuperado y en
las largas explicaciones que Sakura y los Hiragizawa habían dado a Miriel y Hien, el taxi que llevaba
a los Tsukishiro a su casa se detuvo y el adolescente y sus padres ingresaron a su hogar en silencio. En
menos de lo que tardo en contarlo Rei se dirigía con toda su corrección acostumbrada a su habitación pero
después que Ayame y Yukito se aseguraron que la improvisada niñera que habían contratado para Yuu no
tuviera algún problema durante su salida, ambos esposos se dirigieron a la habitación de su hijo mayor..
- “Querido.. Rei” –dijo Ayame con dulzura, ingresando luego de tocar la puerta con suavidad- “creo que
te debemos una disculpa”
Los pálidos ojos del adolescente les miraron, sin entender.
- “Debimos haberte preparado mejor, y queremos que quede claro que eres y serás siempre nuestro hijo,
nuestro Rei” –murmuró Yukito, notando que el adolescente parecía estar más impasible que de ordinario-
“quizás quieras reprocharnos ahora, y estamos abiertos a todos tus reclamos...”
- “No tengo ningún reclamo que hacerles”
Los esposos se miraron.
- “¿No?”
- “No” –negó suavemente- “yo... esto, lo siento”- hizo una reverencia- “prefiero estar solo, por favor”
Ayame ahogó un gesto de angustia y Rei sintió algo en su pecho.. algo, que le hizo decir con rapidez:
- “Estoy bien, sólo.... necesito pensar”
- “¿No me odias, verdad?” –casi sollozó Ayame.
- “No, no podría. Pero... es... confuso”
Yukito se puso de pie, y acarició la cabeza plateada con paciencia.
- “Si nos dices que no nos odias.. te creemos, porque no has mentido jamás. Pero sólo quisiera que me
prometas algo.. si es que sientes algún respeto por quien alguna vez fue sólo una identidad falsa..”
- “Los respeto y lo saben, eso, no cambiará. Pero...”
- “Está bien, necesitas tiempo para pensar. Pero prométeme que cuando estés listo, vas a hacer un esfuerzo
y nos lo vas a decir.. no importa lo que sea.. ¿esta bien?” –le sonrió- “poner en orden tus sentimientos
puede ser agotador, pero sólo queremos que sepas que estaremos siempre aquí, detrás de la puerta, cuando
quieras hablarnos, no importa la hora, el lugar o cuando tú quieras... lo que piensas, lo que sientes.. es
importante para nosotros”
- “.....”
- “¿Rei?” –insistió Ayame, angustiada.
El aludido asintió y sus padres se marcharon con gestos de inquietud, pero a la vez esperanza en sus
rostros, mientras el adolescente quedaba en su habitación solo.. pero antes de acostarse miró fijamente su
reflejo en el espejo y sacó una pluma blanca de su bolsillo..
- “Mis sentimientos..” –pensó, sintiendo todo un caos en su interior- “¿tengo realmente sentimientos?
¿qué.. sentí?”
Tocó sus labios en gesto aturdido.. de pronto todo aquel desconcierto que sintió cuando aquella pequeña
niña le besara en la boca con apenas ese tímido y fugaz roce volvió de pronto. No entendía nada, no sabía
si era ser humano o ser mágico, no sabía qué o quien era pero si sabía que jamás se había sentido tan
confundido ni antes que fuera Rei, cuando era sólo Rei, en los tiempos de Clow cuando era simplemente
Yue, o cuando fue la dualidad Yukito-Yue en la infancia de Sakura, Shaoran y Eriol.
- “¿Qué es lo que me está pasando?” –se preguntó antes de acostarse.
- “¿Qué es lo que le pasa a mi niña?” –se preguntó Yoko Hiragizawa mentalmente, mientras Eriol
charlaba por teléfono por Tao, apremiándolo a volver a casa- “está como.. alelada y confundida. Ni
siquiera pareció importarle demasiado el hecho que Eriol y yo no le dijéramos antes lo de la magia y
quienes fuimos en el pasado. Si no la conociera bien, diría que está terriblemente avergonzada de algo”
La joven de ojos grises procuró serenarse. Quizás Eriol tenía razón y exageraba sus temores maternales,
pero no podía evitarlo. Poco antes que sintieran que Yue había despertado estuvo revisando los datos en
turco antiguo que su esposo le había pedido, y eso la dejaba más pensativa que nunca..
- “El amor es un lazo indestructible, inconmensurable y eterno cuando es verdadero” –razonó- “Eriol
y yo lo sabemos de buena fuente, pero también puede ocasionar mucho dolor, lágrimas y madurez, y
preferiría que Miriel no fuera mujer antes que niña” –trató de sacar de su mente aquello que había leído-
“quizás si exagero. Creo que me tomé muy en serio aquello que Eriol investiga.. además, no quiero
pensar que sea verdad. Los recuerdos de Shaoran no pueden ser veraces, y posiblemente Sakura se haya
equivocado al comentarme que está segura que esa Akasha fue Roxelana en un pasado remoto” –dudó-
“porque Roxelana y Ridolfo Mocenigo se pertenecieron en vida y muerte según las crónicas de aquella
infortunada amiga suya: Fátima. Y eso significaría.. si Akasha fuera realmente la reencarnación de esa
mujer, significaría que Shaoran le pertenece, y eso.. eso no puede ser”
- “Tao está en camino de regreso, niña mía” –la mirada aguda el inglés notó a su joven esposa muy
pensativa- “¿sigues angustiada por Miriel?, ya ves que ella pudo manejar lo del Juicio final.. con algo de
ayuda, lo admito, pero logró hacerlo”
La joven china negó con la cabeza.
- “No, no es eso. Sólo pensaba... que tan profundos pueden ser los lazos del odio, el amor.. y cuanto
miedo pueden traer. No quiero que Miriel empiece con esos lazos, me dá miedo”
- “¿Miedo?”
- “No me hagas caso”
- “¿Te refieres a lo que te pedí que tradujeras?, ¿lo terminaste ya?” –se sorprendió.
- “No, apenas lo he empezado. Pero hay una crónica que si creo que nos servirá.. cuando la termine” –su
esposo le sonrió y Yoko sintió las mismas mariposas en el estómago, las mismas que sentía siempre que
lo veía sonreír- “¿qué, te parece divertido?”
- “Siempre tomas muy en serio el trabajo, pero a mí solo me interesa que cumplas con lo más importante”
- “¿Y eso es?”
- “Amarme a mí” –rió coqueto- “en cuanto a lazos.. no te preocupes tanto ahora. Tú y yo sabemos que
hay lazos de amor y odio... y el miedo que ocasionan a veces sólo nos confunde, así que es mejor no sacar
conclusiones precipitadas. El miedo a veces puede arruinarlo todo”
- “Tienes razón, el miedo puede siempre empeorarlo todo”
- “¡Deja de tener tanto miedo de una vez, y compórtate a la altura de tu posición!” –nunca antes lo
expresado por los Hiragizawa había tenido tanto sentido, pero Ieran Li aplicaba su propio método con su
nieto en Li Manor- “¿tienes alguna idea de lo que pudo haber pasado por culpa tuya?”
Los ojos verdes de Hien miraban a su abuela con absoluto terror. Ieran le miraba más severa e inflexible
que nunca y el niño no paraba de temblar como una hoja ante las duras palabras, que eran la verdad para
él. Después de todo, apenas llegados a Li Manor Shaoran había tenido que ser casi llevado en viandas por
tío Hin Lu y efectivamente ahora estaban Sakura y May May con él, muy nerviosas, mientras Shaoran
volvía a sentir la fiebre..
Y es que el dolor en su lesión casi le privaba de la conciencia, pese los calmantes que le había alcanzado
Touya Kinomoto antes de irse..
- “Yo.. nunca quise... ocasionar eso, honorable antecesora” –gimió el niño, tratando de contener las
lágrimas- “nunca pensé que..”
- “No, tú no tienes la menor idea de lo que son las responsabilidades que acarrean a tu posición en esta
familia” –la voz de Ieran era como un latigazo-“¡Tu padre, a tu edad sabía perfectamente todos sus
deberes y tú no cumples ninguno!, tu madre y mi hijo te consienten demasiado y éste es el resultado: un
heredero que no sólo no parece ser consciente de nada, que es un descuidado y que no se preocupa en
despertar la magia que debe poseer, y no contento con eso, no contento con eso ¡casi matas a tu padre!”
- “¡No es cierto!, ¡yo no quería..!” –sollozó Hien.
Dama Ieran se adelantó hacia el niño, quien del puro pánico apenas atinó a dar un par de pasos atrás ante
su sombra, pero la fría mano de la Dama le detuvo en seco:
- “No llores” –dijo duramente, con los ojos brillantes- “no puedes dar tantos signos de debilidad” –sus
dedos se sintieron ásperos al apartar las lágrimas del rostro infantil en un gesto helado- “no tienes idea de
los terribles acontecimientos que tu inmadurez pudo haber ocasionado ¿sabes lo que hubiera ocurrido si tu
padre hubiera muerto?, ¿lo sabes, lo sabes?”
- “¡No, no!” –chilló el pequeño, tratando de cubrirse los oídos.
- “Nunca huyas de la verdad, eso es de cobardes” –le apartó las manos de los oídos mientras Hien sólo se
quedaba en pie, mirando el piso- “si hubieras matado a tu padre, hubieras matado a todos y cada uno de
nosotros.. a todo el clan Li. Hubieras desatado una terrible guerra interna en el Concilio porque los clanes
mayores se disputarían el poder hasta que fuera elegido un nuevo Jefe Supremo y en el caos interno los
Li habríamos sido aniquilados... tu madre no ha dado a mi hijo un heredero con magia y si a tu padre
le ocurriera algo, todos se enterarían de ti ¡eso sería el fin del clan, el fin de todo!, ¿ahora entiendes?,
¡entiendes!”
La mirada de Ieran se perdió por unos segundos mientras memorias terribles pasaban por su mente.
Decisiones difíciles, renuncias dolorosas y todo por un Hien, todo porque ella no había sido fuerte para
proteger y apoyar a “su” Hien. Lo que no notaba era la mirada de profunda culpa que surgía en los
ojos verdes de su propio nieto, quien ahora imaginaba un panorama terrible en su imaginación de niño,
mientras sentía que no podía ni siquiera llorar para desahogar el horrible remordimiento que parecía
pesarle como una losa de piedra en su pequeño pecho infantil.
- “Piensa en tus responsabilidades.. ¡y madura!, ¡madura!” –le dijo la dama, liberándolo al fin de su
zarpa helada y hablando más para si misma que para el niño en ese instante- “no permitiré que suceda de
nuevo... nadie, ni siquiera tú, ¡va a hacerle daño a mi hijo!,
¿lo oíste?”
Repentinamente nerviosa, Ieran Li abandonó la habitación infantil bruscamente, mientras Hien sentía
que era culpable de todo lo malo que pasaba o podría pasar en su casa, pero no podía llorar. No podía. Se
mordía los labios como un vicio, mientras todas las dulces palabras de sus padres –al hacerle entender que
la elección de las Sakura Cards sobre Miriel, al elegirla como su card master- eran sólo dulces mentiras
que encubrían la verdad..
El, Hien Li.... no tenía magia porque no la merecía, por eso no tenía las Sakura Cards de su madre, porque
él.. él...
El casi había matado a su papá, y había hecho llorar mucho a su madre.
- “No llores, por favor.. me siento mucho mejor” –Shaoran suspiró, sintiendo que la traicionera fiebre le
bajaba al fin- “¿viste a Hien?, ¿está bien?”
- “Le acosté hace mucho rato” –le tranquilizó Sakura- “pero es mejor que duermas. El calmante reforzado
te dará sueño, y debes dormir ¡no te estás cuidando adecuadamente!”
- “Lo siento. ¿No me desmayé en la entrada verdad?, no quiero asustar a Hien”
- “No, pero te faltó poco. Touya me dijo que no debimos quedarnos tanto tiempo fuera por teléfono..
mañana vendrá a verte muy temprano. May May y Hin Lu me ayudaron a traerte hasta nuestra
habitación”
- “Lo siento”
- “Si lo sientes, es mejor que descanses” –le sugirió su Guardián, ingresando con una bandeja de comida-
“anda, come bien antes de dormir. ¡Y apúrate con ese té, May May!”
La muchacha ingresó con una bandeja de té humeante y panecillos, y cuando Shaoran murmuró algo
sobre “darles demasiadas molestias e incluso ocasionar que cocinen” la chiquilla rió divertida, antes de
admitir que ni ella ni su tío Hin Lu iban a permitir que la servidumbre atendiera a Jefe del Clan..
- “¡No es que no puedan, pero somos mucho más competentes!”
- “Voy.. voy a ver a Hien” –murmuró Sakura, inquieta.. había sentido un vacío todo ese momento, pero no
se había atrevido a dejar sol a su esposo- “seguro que ya duerme pero..”
- “Si. Y dile que me siento orgulloso de que no fuera tan inmaduro como yo a su edad. Porque cuando tú
ganaste las Clow Cards ara ti, me sentí celoso. Hien es mucho más maduro y desprendido de lo que yo era
a su edad”
- “¡Mi primito es una cosita hermosaaa!” –saltó May May, mientras Sakura salía- “pero come todo
Shaoran, que luces bastante pálido y luego no vas a poder..” –añadía con picardía pero..
- “Si dices algo más, te meterás en líos May May” –le advirtió.
- “Ella no puede evitar meterse en líos” –replicó Hin Lu, sonriente- “termina eso, por favor, que a este
paso además de secretario y Guardián tuyo, acabaré siendo tu niñera”
El joven Jefe sonrió, antes de admitir, con cierta burla, pese a que empezaba a sentirse adormilado.
- “¿Niñera?, el que veo que necesita niñera eres tú, porque recién veo que tienes un golpe en la cara..
¿cómo fue posible que dejaras que Mei Ling te rompiera el labio?, ¡mi prima es más peligrosa de lo que
yo creía!”
Shaoran rió un poco, acompañado de May May... pero Hin Lu se congeló por unos instantes, mientras
May May comentaba burlona:
- “¡Y debiste verlo cuando llegó Shaoran!, Parecía que tía Mei Ling le había dado en la cara con el látigo!,
¡el corte en la cara ya cicatrizó, ja, ja, ja!, ¿le trataste de poner los cuernos a Mei Ling?. ¡las mujeres
somos peligrosas!”
Shaoran se congeló a la mención de la palabra “látigo” y sus ojos echaron chispas de rabia, mientras Hin
Lu, retrocedió.. alarmado.
- “¿Hm?”
- “¡No puede ser!” –saltó como energúmeno el Jefe del Clan Li brincando de su lecho- “¡no puede haber
hecho eso!”
- “¡Shaoran por favor, trata de clamarte!” –pidió el secretario, mientras May May no entendía nada- “¡no
es lo que..!”
- “Entonces ¿qué es?” –le espetó fiero, ahogando el dolor que sus movimientos bruscos le provocaban,
pese al calmante-“¡dímelo!, ¿cuándo lo hizo?”
- “Perdió la cabeza Shaoran, ¡olvídalo!”
El joven jefe empujó al secretario de prisa y se levantó del lecho empujando la comida, May May seguía
atónita, sin entender nada, pero Hin Lu aún trató de detenerlo..
- “¡Por favor, no importa!, ¿no lo entiendes?, ¡fue mi culpa!, ¡no tuve mucho tacto al decirle lo de tu
accidente y estaba muerta de miedo!” –los ojos del joven Jefe despedían chispas de rabia- “¡además, tuvo
razón, es mi deber cuidar que a ti no te pasara nada malo y yo en Hong Kong cuando tú..!”
- “¡Suficiente!” –protestó el jefe- “he tolerado que presione a mi hijo, a Sakura y a mí mismo, pero ha
llegado ya a lo físico y si no le pongo un alto, ¡quizá se atreva a pensar que puede disciplinar a Hien!, ¡y
eso lo hará sobre mi cadáver!”
De la pura rabia, Shaoran dio un puñetazo en la mesa más cercana, rompiéndola, y salió de su habitación
como alma que lleva el demonio mientras Hin Lu espabilaba a May May y le ordenaba que trajera
a Sakura a toda prisa, porque Shaoran iba -pálido de rabia y sin pensar- hacia las habitaciones de su
madre...
- “Hien, querido.. ¿que te pasa?” –la antigua card captor estaba ya con el niño, a quien había encontrado
mudo y con una extraña mirada al ingresar- “¿estás enojado por que Miriel se quedó con las Sakura
Cards? ¿por qué ella te engañó? ¿o conmigo y tu padre por no decirte nada?”
- “No mamá. Yo... no podría enojarme con ustedes..”
- “Mírame a los ojos y dime que te pasa.. no estabas así cuando te acosté hace un rato ¿qué tienes?”
Los ojos verdes se miraron fijamente y Hien no pudo mirar a su mamá, bajando la mirada ¡tenía tanta
vergüenza de sí mismo!.. las palabras de su abuela habían sido como una sentencia, un juicio final
horrible y severo y aún sonaban como un látigo en su mente; a la vez no quería ni podía decírselo a su
madre ¡no podía ser tan cobarde!.
- “No me iré de aquí hasta que no me digas que te sucede..”
- “¡Sakura, Sakura!”-May May entró a la habitación, sorprendiéndolos a ambos- “¡Date prisa, no sé que
tiene Shaoran pero está furioso! ¡tienes que detenerlo!”
- “¡¿Qué pasó?!”
- “No lo sé, pero tu maridito va rumbo a la habitación de la abuelita.. y una muy gorda debe haber hecho,
porque nunca le ví tan enojado”
Sakura y el propio Hien salieron corriendo detrás de la espantada May May, llegando a los aposentos de
Dama Ieran en el momento en que esta se enfrentaba a la mirada indignada de su hijo..
- “¡No tenía ningún derecho a culpar a Hin Lu de mi accidente!, ¡y darle un latigazo en plena cara!”
Sakura y May May, ahogaron una exclamación de asombro mientras Hien palidecía.
- “No pierdas los estribos Shaoran, no es digno de un jefe..”
- “No es digno de una Dama increpar así al Secretario del Jefe, ¡no tenía derecho!. Yo le ordené a Hin
Lu permanecer en China y ocuparse de los asuntos allí, ¡el que yo me accidentara fue culpa de mi propia
estupidez!.. usted no tenía que hacer lo que hizo”
- “Admito que perdí el control.. y no volverá a pasar. Hin Lu lo sabe, y le ofrecí una disculpa ese mismo
día”
- “¿En serio?.. no recuerdo que disculparse estuviera entre sus acciones regulares, madre” –había rabia,
decepción y un recuerdo doloroso en la mirada de Shaoran- “nunca lo hizo conmigo el día que me
abofeteó, pero al menos debo estar agradecido que no tomó un látigo cuando volví definitivamente de
Japón sin las Sakura Cards”
Ieran bajó la mirada, visiblemente avergonzada.
- “Hice lo que pude para disciplinarte. Lo sabes” –dijo cerrando los ojos.
- “Quizás entonces era necesario.. quizás mi incompetencia si me hizo merecedor de esa bofetada” –
Sakura estaba horrorizada y Hien y May May estaban más pálidos y mudos que nunca- “pero soy el Jefe
ahora, y no toleraré sus particulares métodos de disciplina contra nadie del clan. Espero que quedara
bien claro. No voy a tolerar ni una interferencia más, madre. Usted tiene sus métodos y la respeto, pero
yo tengo los míos. Lo último que quiero es temer que usted quiera disciplinar a mi hijo y digo “quiera”
¡porque jamás se lo permitiré!”
Los ojos de Sakura brillaron y se puso ante Hien y su suegra.
La dama china y el propio niño palidecieron.
¿Que hubiera dicho Shaoran y la propia Sakura si se hubieran enterado de las heridas psicológicas que
Ieran Li había infringido en su hijo aquella noche?, pasaría mucho tiempo para que alguien supiera que
las palabras de Ieran habían marcado al niño como hierro candente en la piel, porque muchas veces los
golpes físicos son mucho más fáciles de curar que los golpes emocionales..
Y Hien no era el único que tenía golpes emocionales y dudas aquella noche pero sí quien tenía más
profundamente en su pequeño ser, la semilla de la culpa.
Continuará...
Notas de la autora: Luego de una huída desafortunada de mi musa, aquí sale el cap 10, calientito
y con alguna que otra sorpresita. A Rei si que le ha costado aceptar su peculiar existencia –ji, ji, ji
¿se lo imaginan de diez años, con una Miriel de 3 y tocando el piano? ¡kawaii! ^__^- y Hien salió
comportándose como todo un caballerito en el juicio final ¿no lo creen? pero espero no me quedara muy
surrealista la visión de lo que podría haber sido “un mundo sin Rei Tsukishiro” y es que nadie sabe lo
importante que es, hasta que se le echa en falta, ¿no es así?.
Pero Kujaku ha llegado a conclusiones inquietantes y los Mc Nessa parecen estar también buscando datos
del Ashura -¿a que diario se refieren?- por otro lado, Fuuma no le ha dado noticias muy esperanzadoras al
gran Sabio y la noche demostró dar más de una sorpresa.. y no sólo a los niños presentes -¡el primer beso
de Yue!- pero Kero sigue siendo el mismo. Touya ha tomado una decisión drástica para las infortunadas
Megumi y Byakko pero los recuerdos de Shaoran fueron tan inoportunos como siempre y antes que odien
a Ieran más de la cuenta, les hago presente que en las culturas orientales más tradicionalistas, los castigos
físicos no son tan reprobables como en nuestro mundo moderno y es relativamente común que un jefe
golpee a sus subordinados en momentos difíciles aunque Ieran Li ha dañado a Hien más de lo que ella
misma piensa. U_U, pero Subaru Sumeragi al fin halló a su “presa” y temo que Touya ignora el peligro
que corre su hijo.
La canción utilizada en este cap es “Your my love” una de las canciones cantadas en la primera
temporada de “Tsubasa Reservoir Chroniques” -y si, es cantada en inglés- ¿qué les parece la letra?,
¿verdad que es casi cantada por Miriel en ese PECULIAR instante?? ¡soy una diablilla, ja, ja ja!. Con
todo, ¡espero que les guste el mp3! y como siempre, cualquier duda, comentario o tomatazo, al mail
mikki.chan@gmail.com o mejor, en el foro de emita (Elshi´s place).
Vocabulario (alias, el momento cultural con Mikki ji, ji, ji^^´):
* Alí Bajá: Personaje histórico, Gran Almirante de la Armada Turca. No estoy del todo segura si
comandó el asedio a Famagusta, pero aquí lo mencioné. Aclaro eso.
** el auto de fé: Especie de tribunal eclesiástico, realmente un “juicio final” por herejía, podría decirse.
Era normalmente llevado a cabo por miembros de la inquisición, pero en el fic sus miembros son
fanáticos y simples frailes... bueno, creo que de todas maneras los miembros de la Inquisición eran
fanaticos ¬¬X.
*** el “libro de las sombras: ¡No es una alusión a la serie “charmed”!, no. Se dice que cada bruja tiene
su “libro de las sombras” familiar... que es algo así como un diccionario/diario/libro de texto donde
escriben sus enemigos y sus conjuros para pasarlos a las generaciones venideras. Esto, lo hacen aún las
brujas actuales en honor a las brujas que murieron durante la época del oscurantismo.
Omake “la mujer que no soñé” (a pedido del público del foro y a modo de disculpa por la demora de
este capitulo) ^^´ ¡MUY PRONTO! (por favor, paciencia, la otra semana tengo examenes U_U)
¡Adelantos para el capítulo XI!
El dilema de Hamlet le ha quedado más que corto a Rei.. mientras que la paciencia de Kujaku se ha ido
por el drenaje. Sakura tiene una conversación que vá de un mal inicio.. a un peor final y Shaoran tiene
unas ganas locas de poder sacarse el hombro para que no le siga dando lata en los momentos menos
oportunos. Yoko realiza una visita misteriosa y Eriol empieza a sentir que el dilema de Otelo no le era tan
ajeno como pensaba, mientras Morgan y Hien tienen una charla llena de contrastes. Nadeshiko conoce
a una extraña mujer y Kia finalmente cuenta muchas cosas a su madre. Akasha tiene nuevos planes y las
piezas del pasado de Shaoran y del pasado de Sakura empiezan a ser más dispares, mientras la presencia
de Fuuma Monou destapa más de un secreto.
Y los Kinomoto tienen una visita..
Capítulo XI “Un adolescente llamado Rei”

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El Verdadero Legado por Mikki Chan - Página 1

“El Verdadero Legado”

Capítulo X: “El juicio final”

“Es verdad, no es un cuento;

Reflexión décima: Tao

Osea, hasta yo admito que me he pasado, y eso es decir bastante.

Es decir, ¿qué tantas cosas puedes descubrir de ti mismo en un

¿Se preguntan como salió todo aquella vez?. Si piensan que

**********************Mi camisa hawaiana ofendió al

En fin, el punto aquí es que.. en serio, ya sacando a Naru de

**********************Claro, no es que me queje, que Eriol es un

No quiero pensar como va a enfocarse, al descubrir la relación que

¿¿Cómo, por todos los dioses chinos va a acabar esto??

- “¡NO ES CIERTO, ESO NO PUEDE SER, NO ES CIERTO, NO ES CIERTO!”

Era más que raro.

- “¿Memorias?” -repitió Hien.

- “Si no están cerca, están en camino.. eso es seguro”

¡Y afortunadamente no había escuchado lo que acababa de decir el guardián del Sol!

- “Nuestra CARD MASTER” -replicó Yue con helado acento.

Tao ahogó un involuntario ¡glup!.

- “¡EL ES EL JOVEN REI!”

- “Etto.... ¿o es mi idea o estás enojado?”

- “¡Rei Tsukishiro no existe, Hien Li!”

¿Dolor?, ¿angustia? ¿desaliento?

- “¡Vaya, vaya!.. realmente está furioso” –comentó Kerberos.

- “Rei Tsukishiro no existe” –replicó Yue, simplemente.

- “¡Tuuuuu! ¿Que le has hecho?, ¿que le has hecho al joven Rei?!”

- “¡Ya detente, enana!, ¡yo no le he hecho nada!”

- “¡Superior Hiu!” –protestó Hien.

- “¿No escuchó lo que dije?” –preguntó Tao.

Porque.. ¿era amenazante la forma en que le miraba, no?

Inflexible, severo e inexorable.

- “Una criatura que no tiene vida propia” –se dijo mentalmente.

- “Debes destruirme con las Sakura Cards.. o yo te destruiré” -explicó.

- “Quédate detrás de mi, te he dicho”

- “Apártate de mi camino, heredero de tus padres” –sentenció Yue.

- “¡No!, ¡no permitiré que le hagas daño!, ¡es una niña!”

- “¡¡Pero Tao!! ¿porqué me odia el joven Rei?”

- “¡¡Aquí nadie ha hecho nada por enojarle!!” –saltó Hien.

- “Pero el joven Rei es... el joven Rei” –murmuró la niña, desvalidamente.

- “¡¡¡¿El Director?!!!” -saltó Hien.

- “¿Su papá?” –murmuró Miriel

- “¡¿El Director es una identidad falsa?!”

- “¡Pero el superior Tsukishiro....!”

La persona que amaba...

- “Algo hay que hacer” -murmuró entonces el heredero de los Li.

- “¡El Superior no es él mismo!, ¡va a ha hacerle daño!”

- “Creí que estabas enojado con ella”

Hien frunció el ceño.

- “¡Es sólo un condenado mocosoooooooooo!”

Eriol y Yukito tenían la mirada fija en el Juicio Final.

- “¡Si te metes, ella habrá perdido!”

- “¿Y si se muere no pierde?!.. ¡suélteme!”

Tao y Hien parecían sostener una lucha de egos ...

- “Pero.. no puedo pelear contigo, ¡eres el joven Rei!”

- “¡NO; NO LO ES!, ¡EL JOVEN REI NO ES UNA MENTIRA!”

- “Creer en mentiras... es absurdo” –dijo Yue, fríamente.

- “¡No lo es!, ¡le conozco desde que me acuerdo!”

- “¡Suélteme, Superior Hiu!, ¡va a matarla!” –protestaba Hien.

- “¡Yue!, ¡Miriel!” –murmuraba Kerberos con angustia.

- “¡EL JOVEN REI NO ES UNA MENTIRA!” –le gritó.

Sólo era eso.

No era un ser humano.