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17° JNJ

Joven
venezolano,
¡Cree
promesas
en
las

del

Señor!
G U I Ó N L I TÚ RGI CO
Queridos amigos, si aprendéis a descubrir a Jesús en la Eucaristía,
lo sabréis descubrir también en vuestros hermanos y hermanas,
sobre todo en los más pobres.

La Eucaristía recibida con amor y adorada con fervor es escuela de


libertad y de caridad para realizar el mandamiento del amor. Jesús
nos habla el lenguaje maravilloso del don de sí mismo y del amor
hasta el sacrificio de la propia vida

Esta escuela eucarística de libertad y de caridad enseña a superar


las emociones superficiales para radicarse firmemente en lo que
es verdadero y bueno; libra del encerrarse en uno mismo y prepara
para abrirse a los demás, enseña a pasar de un amor afectivo a un
amor efectivo. Porque amar no es sólo un sentimiento; es un acto
de voluntad que consiste en preferir de manera constante, por
encima del propio el bien, el bien de los demás: “Nadie tiene
mayor amor, que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15,13).

San Juan Pablo II, XIX Jornada Mundial de la Juventud 2004


Procura con tu párroco fijar un tiempo previo a la misa
1 para una jornada de confesión donde puedan participar
los jóvenes y la feligresía.

Selecciona un joven que será el monitor, este se encargará


de leer la monición de entrada, y lecturas, también se
2
debe asignar a los jóvenes que participaran en las peticio-
nes.

Se recomienda que los cantos que acompañen la celebra-


3 ción sean festivos y juveniles.

Para la Colecta Nacional de la Pastoral Juvenil, es impor-


tante recordar que se ha constituido como Norma Conci-
4 liar, y se encuentra establecida en el Documento N°8 del
Concilio Plenario de Venezuela: “Jesucristo, Buena Noticia
para los Jóvenes.” Se adjuntará un documento con las
especificaciones de la misma.

MONICIÓN DE ENTRADA
Queridos Hermanos, sean bienvenidos a esta fiesta de la fe, nos
encontramos en el sexto domingo del tiempo ordinario, al estar
aquí ya hemos tomado una buena decisión. Hoy el Señor nos pre-
para, a través de las lecturas, para tomar el camino correcto, que
nos conduce a la felicidad plena.
En medio de esta Eucaristía, la juventud venezolana se congrega
para celebrar la Jornada Nacional de la Juventud 2023, que tiene
por lema: Joven venezolano, ¡cree en las promesas del Señor!, de
esta manera colocamos a los pies del Maestro, el caminar de los
jóvenes que hoy desde las distintas comunidades eclesiales se
unen para orar para seguir construyendo la civilización del amor en
Venezuela.

Dispongamos nuestro corazón para vivir en esta Eucaristía una ex-


periencia de auténtico encuentro con Jesucristo que nos inspira a
soñar y a creer que sus promesas se cumplirán. Con mucha alegría
comencemos esta celebración.

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 15, 15-20

Si quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su


voluntad. Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano
a lo que quieras. Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada
uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder y lo ve
todo. Sus ojos miran a los que le temen, y conoce todas las obras
del hombre. A nadie obligó a ser impío, y a nadie dio permiso para
pecar.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34

R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor

Dichoso el que, con vida intachable,


camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.

Tú promulgas tus mandatos


para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos. R/.

Haz bien a tu siervo:


viviré y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos,
y contemplaré las maravillas de tu ley. R/.

Muéstrame, Señor, el camino de tus decretos,


y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo corazón. R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los
Corintios 2, 6-10

Hermanos:
Hablamos de sabiduría entre los perfectos; pero una sabiduría que
no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condena-
dos a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misterio-
sa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nues-
tra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido;
pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor
de la gloria.
Sino que, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el
hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo
aman».
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea
todo, incluso lo profundo de Dios.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo
5, 17-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir,
sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra
que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe
así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero
quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.

Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y


fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo
de juicio.

Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano


será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que compare-
cer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehen-
na” del fuego.

Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas


allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda
ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces
vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte
enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez,
y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás
de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.

Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”.


Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido
adulterio con ella en su corazón.

Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un


miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale
perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”
Se dijo: “El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio.” Pero yo os
digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la induce a
cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cum-
plirás tus juramentos al Señor”.

Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de


Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la
ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o
negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de
ahí viene del Maligno».

Palabra del Señor

ORACIÓN DE LOS FIELES


En este día en el que Cristo nos enseña a que Él es el que limpia los pecados
que nos alejan de Dios, presentamos nuestras oraciones confiados en su
misericordia. A cada petición respondamos diciendo: Cristo Joven, escú-
chanos.
1. Oh padre infunde tu Espíritu Santo sobre el Papa, los obispos, sacerdo-
tes, religiosas, religiosos y diáconos para que fieles al llamado sean siempre
alegres en el servicio y anuncien tu nombre a todos los hombres. Oremos:
R/ Cristo Joven, escúchanos.

2. Te pedimos por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas y


misioneras, para que sean muchos los jóvenes que sientan el llamado a
entregarse a ti y anunciarte en el mundo entero. Oremos: R/ Cristo
Joven, escúchanos.
3. Señor de la historia te pedimos por nuestro país Venezuela, por sus ciu-
dadanos y gobernantes, para que a la luz de tu Palabra podamos construir
una sociedad justa y comprometida con el bien común. Oremos: R/ Cristo
Joven, escúchanos.

4. Señor Jesús, te pedimos por la juventud venezolana. Para que a la luz de


tu Palabra vivamos como María confiados en el Señor y nos permitas encon-
trarnos en el 5to Encuentro Nacional de Jóvenes en Maracaibo.
Oremos: R/ Cristo Joven, escúchanos.

5. Padre Misericordioso, concédenos la gracia de ser Iglesia en salida, anun-


ciando con fe viva y rostro joven la alegría del evangelio. Te pedimos por el
Papa, los obispos, por los jóvenes y todos los que participarán en la próxima
Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. Nuestra Señora de la Concep-
ción, patrona de Portugal, haz que podamos orar y vivir con tu misma gene-
rosidad. Oremos: R/ Cristo Joven, escúchanos.

6. Pidamos por las familias de los jóvenes de nuestro país que hoy carecen
de unidad, diálogo y reconciliación, para que a la luz de tu Palabra puedan
darse espacios de encuentro y sanación que beneficien a la juventud e
infancia de nuestra tierra. Oremos: R/ M Cristo Joven, escúchanos.

7. Padre de Misericordia, confiamos en tus brazos la Pastoral Juvenil de


Venezuela. Inspira en ella proyectos que permitan la promoción del Reino
en toda la extensión de nuestra patria para que tu voz sea escuchada más
allá de las fronteras de nuestros templos. Oremos: R/ Cristo Joven, escú-
chanos.
OFERTORIO
Para las ofrendas se deja libre a cada parroquia, movimiento o grupo apos-
tólico, se recomienda presentar elementos que les identifique desde sus
carismas.

ACCIÓN DE GRACIAS
Hoy unimos nuestras voces como juventud venezolana para darte gracias
Señor. Gracias Padre por crearnos a tu imagen y semejanza, por dotarnos
de dones y talentos, los cuales ponemos al servicio de quienes nos rodean.
Gracias Señor por hacerte un Dios humanado, cercano, amigo, porque
desde tu ejemplo nos enseñas a ser jóvenes con actitud sinodal, dispues-
tos a construir una iglesia en salida.
Gracias Jesús amigo, eternamente joven, porque tu enseñanza se funda-
menta en el amor, nos impulsa a amar y a servir por amor.
Gracias Espíritu Santo, fuerza que viene de lo alto, porque nos colmas de
la gracia necesaria para peregrinar en la tierra y ser testigos fieles del
amor de Dios para los demás.
Gracias María, Madre y compañera de camino, porque tu testimonio de fe
nos enseña a confiar plenamente en las promesas del Señor, siempre acor-
des y propicias para nuestras vidas.
Gracias Dios, uno y trino, porque nos has mostrado tu gracia de genera-
ción en generación, llenándonos de tu misericordia y dándonos una misión
de amor desde nuestra frágil juventud.
¡Gracias Señor, gracias!
Antes de la bendición final:
Celebrante: Acérquense frente al altar los jóvenes presen-
tes en esta Santa Eucaristía. (Al estar frente al altar y dis-
poner una la imagen de la Virgen se inicia la oración).

Celebrante: Queridos jóvenes, hoy en esta celebración de


la juventud, día donde recordamos la muestra de amor de
Cristo y fidelidad para nosotros. Por tanto, les invito a reno-
var su compromiso como jóvenes cristianos delante de la
Santísima Virgen María, Madre de Cristo y Madre de la Igle-
sia, Madre de la fe, de la esperanza y del amor.

Todos: ¡Señor Jesús, somos jóvenes testigos de tu amor!


oRACIÓN
Es Jesús, oh Virgen María, quien desde la cruz nos quiso encomendar a ti,
no para atenuar, sino para reafirmar su papel exclusivo de Salvador del
mundo.
Si en el discípulo Juan te han sido encomendados todos los hijos de la
Iglesia, mucho más me complace ver encomendados a ti, oh María, a los
jóvenes del mundo.
Tú, Madre de la divina gracia, haz que resplandezcan con la belleza de
Cristo. Son los jóvenes de este siglo, que en el alba del nuevo milenio
viven aún los tormentos que derivan del pecado, del odio, de la violencia,
del terrorismo y de la guerra.
Pero son también los jóvenes a quienes la Iglesia mira con confianza, con
la certeza de que, con la ayuda de la gracia de Dios, lograrán creer y vivir
como testigos del Evangelio en el hoy de la historia.
Oh María, ayúdales a responder a su vocación. Guíalos al conocimiento del
amor verdadero y bendice sus afectos. Sostenlos en el momento del sufri-
miento. Conviértelos en anunciadores intrépidos del saludo de Cristo el
día de Pascua: ¡La paz esté con vosotros! juntamente con ellos, también
yo me encomiendo una vez más a ti, y con afecto confiado te repito:
¡Soy todo tuyo!
Y también cada uno de ellos, conmigo, te dice:
Totus tuus!
Amén.

Sacerdote: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el prin-


cipio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

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