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DERECHO ADMINISTRATIVO

CONTROL DE LECTURA 2023

¿De acuerdo a la lectura, considera usted que las sanciones administrativas


cumplen su finalidad? ¿Cuál es la debilidad que usted identifica? explique.
Las sanciones penales administrativas pueden clasificarse según la materia sobre
la que se imponen, y por tanto existen, desde las sanciones policiales generales y
especiales, incluidas las relativas a la policía ejercida por el Estado contra los
bienes del dominio público, hasta las relativas a impuestos. En la actualidad, la
investigación se ha independizado del derecho penal administrativo, si bien su
carácter punitivo hace aplicable una serie de principios penales, especialmente
los derivados de las disposiciones generales del derecho penal.

sanciones administrativas es una materia que plantea un sinnúmero de paradojas


y problemas, siendo al mismo tiempo de una importancia práctica notable,
producto de su crecimiento exponencial en el marco de una mayor intervención
del Estado para regular y controlar un conjunto ingente de conductas que cada
vez generan un mayor riesgo a diversos bienes jurídicos. En este sentido, nuestro
legislador aspira a encontrar en manos de la Administración del Estado una
actuación que puede ser más oportuna y eficaz para disciplinar dichos
comportamientos, reservando a la actuación de los Tribunales de Justicia la
represión de hechos de mayor gravedad, respetando el carácter subsidiario que
se reconoce al Derecho penal.

Ocurre lo contrario en materia de sanciones civiles o patrimoniales aplicadas,


donde las reglas generales que rigen el proceso administrativo contienen
garantías adecuadas para el individuo o administrado conforme a los intereses
que la orden busca proteger. En cuanto a las medidas disciplinarias, surgen de la
especial supremacía del poder ejecutivo en las relaciones públicas de empleo,
establecidas para mantener la continuidad del servicio dentro de su ámbito de
responsabilidad y, en general, para proteger su estructura orgánica, personales y
hereditarios. Esta especificidad explica por qué ciertos principios del derecho
penal no se aplican estrictamente a las medidas disciplinarias, a pesar de su
sustancia represiva también en algunos casos.

En este sentido, ante la necesidad de mantener algún orden o bien jurídico, las
ciudades, el medio ambiente, la fiscalidad, las aduanas, la bolsa, etc., la
concreción de la idea liberal revolucionaria de reservarse el ejercicio de la el
poder de castigo del estado en manos del poder judicial es más efectivo. Cada
vez más, para superar la llamada ley penal prebeccariano, la entrega a la
institución es de naturaleza administrativa sin tener en cuenta ninguna forma de
principio y garantía.

En efecto, en esta forma de ejercicio de los poderes punitivos del estado, no sólo
queda un remanente del despotismo, sino que como hemos señalado cada vez
más de estos poderes están conferidos a órganos ejecutivos, cuya base se
basará sobre más eficaces, para detener de manera más oportuna ciertos actos
menos graves, y por lo tanto no requieren de mayores garantías sustantivas y
procesales en su ejecución. Sin embargo, la idea de promover la intervención
estatal punitiva con garantías mínimas llevó lentamente a la tentación de agravar
estas sanciones, creando una asimetría con las sanciones contenidas en el
derecho penal, al punto de ser en muchos casos más severas y severas que el
derecho penal, aplicado por el tribunal.

Por ello, la cuestión ha pasado de ser una cuestión meramente secundaria, con
las inherentes idiosincrasias, contingencias y burocracia propias de la
administración, a una cuestión de capital, dando sentido y fundamento a la
actuación del Estado frente a la sociedad, en particular garantizando la protección
de determinados valores y bienes constitucionales. En este contexto, el poder de
sanción en manos de las autoridades administrativas se ha convertido en una
importante herramienta de intervención y mecanismo para la reestructuración de
la sociedad bajo la premisa constitucional de promover los intereses comunes y la
integración armónica de todos los estamentos del país. Esto explica que su
crecimiento no se deba a la contingencia histórica de la "tolerancia" constitucional,
sino a una respuesta a exigencias constitucionales, cuyo fundamento, sentido y
función exigen el necesario análisis dogmático a la luz de nuestro ordenamiento
jurídico.

Sin embargo, el estudio de este tema debe partir de la definición del concepto de
ilegalidad administrativa, a fin de determinar su naturaleza jurídica y, en
consecuencia, determinar su fundamento en el orden constitucional. Esto también
permitiría vincular un conjunto de principios, tanto en lo sustantivo como en lo
procesal. El primero de ellos será objeto de este trabajo, considerando ambos
aspectos: a) La naturaleza de las infracciones administrativas y sus
consecuencias jurídicas, es decir, el objeto de las sanciones administrativas, es
materia de datos más antiguos, especialmente en el estudio de los jurídicos
penales. En este caso, nuestro análisis explicará la forma en que la doctrina
estatal y la jurisprudencia estatal reciente afrontan el problema, especialmente
con el fin de establecer los conceptos básicos que sustentan la investigación
anterior; están basados Si bien se mencionarán, su desarrollo y análisis
detallados se realizarán en un trabajo de seguimiento.

Existe una proporcionalidad directa entre la severidad de las medidas adoptadas


por el Estado que afectan el ámbito jurídico de los particulares y las garantías a
las que están sujetos. Es por tanto bastante lógico que el sistema de sanciones
penales, más vigoroso y severo en las sanciones adoptadas, esté sujeto a una
serie de formas y rituales que hacen más estricto el ejercicio de esta forma de
poder punitivo. El siguiente paso son las sanciones impuestas por las propias
autoridades ejecutivas, sujetas a un régimen más débil o “matizado” de principios
y garantías que deben observarse en los respectivos procedimientos
administrativos sancionadores. Finalmente, existe una serie de actuaciones
desfavorables de la administración estatal que no constituyen sanciones en
sentido estricto.

Este sistema escalonado que vincula la gravedad de las consecuencias legales


con los procedimientos y garantías que se seguirán para que el programa sea
efectivo, hace necesario definir cada uno de estos niveles. A su vez, en este
camino, a través de esta doctrina se puede esbozar el concepto de sanción
administrativa, distinguiéndose la sanción administrativa de la sanción penal y de
las acciones adversas producidas por el propio departamento administrativo.
Analizaremos estos puntos uno por uno.

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