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Historia de La Filosofía I: 2º Bachillerato
Historia de La Filosofía I: 2º Bachillerato
de la filosofía I
2º Bachillerato
VIII. DE LA FILOSOFÍA MODERNA A LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA (SIGLOS XVII, XVIII Y XIX) .................... 145
1. Otras filosofías del XVII y XVIII ........................................................................................................................................ 145
1.1 Otros sistemas racionalistas. Spinoza ....................................................................................................................... 145
1.2 Mirada general hacia el empirismo moderno ....................................................................................................... 146
1.3 Filosofía política moderna: la teoría del contrato social .................................................................................. 146
1.4 Newton y el impacto científico en el siglo XVIII .................................................................................................... 147
2. Siglo XVIII. La Ilustración .................................................................................................................................................. 148
2.1 Breve historia del Siglo de las luces ........................................................................................................................... 148
2.2 Grandes temas de la Ilustración .................................................................................................................................. 149
— 2.2.1 La mayoría de edad kantiana ............................................................................................................................. 150
— 2.2.2 L’Encyclopedie ........................................................................................................................................................... 151
— 2.2.3 De la Ilustración a nuestros días: El caso de la paradoja de la tolerancia ...................................... 151
3. Immanuel Kant (1724-1804). La síntesis criticista ................................................................................................ 152
3.1 La realidad en sí y sus representaciones fenoménicas ....................................................................................... 152
3.2 Los juicios científicos ........................................................................................................................................................ 153
3.3 Postulados de la razón práctica ................................................................................................................................... 154
4. El final de la Modernidad .................................................................................................................................................. 155
4.1 El comienzo del siglo XIX: De la revolución francesa a la restauración ..................................................... 155
4.2 Romanticismo e idealismo alemán ............................................................................................................................. 156
4.3 Hegel (1770-1831). El idealismo absoluto .............................................................................................................. 157
4.4 Arthur Schopenhauer: influencia en Nietzsche ..................................................................................................... 158
5. Siglo XIX. El paso a la filosofía contemporánea ....................................................................................................... 158
5.1 El siglo de las revoluciones ............................................................................................................................................. 159
5.2 Karl Marx (1818-1883) .................................................................................................................................................... 160
— 5.2.1 El materialismo histórico ...................................................................................................................................... 160
— 5.2.2 La alienación .............................................................................................................................................................. 162
— Actividades. unidad 8 — ................................................................................................................................................... 163
Guía de comprensión lectora ................................................................................................................................................ 163
1. ¿Podrías dar una definición o explicación de los conceptos inmanencia y trascendencia tras
Spinoza? ......................................................................................................................................................................................... 163
RAE
El surgimiento de la filosofía se sitúa en Grecia, en torno a finales del siglo VII a. C. y comienzos
del siglo VI a. C. Este hecho se identifica con el paso del mito al logos, entendiendo el término griego
logos como explicación racional. Este paso fue producto de una lenta evolución, y en modo alguno se
trató de una pura sustitución radical de la explicación mitológica de la naturaleza por la explicación
estrictamente racional.
1. CONDICIONES SOCIOCULTURALES
La filosofía no nació en calmo retiro, sino en Mileto, el mercado del mundo antiguo en el que los pueblos del
Mediterráneo procedían al cambio de sus mercancías; y los más antiguos pensadores no fueron ascetas
alejados del mundo, sino hombres distinguidos, curiosos y abiertos al mundo, políticos en parte
(NESTLE, W. Historia del espíritu griego)
Como ya hemos mencionado, la religión griega carecía de dogmas y de una casta sacerdotal
encargada de mantener la ortodoxia. De ahí que cualquier novedad que se produjera en el campo del
pensamiento no chocara, en principio, con una ideología religiosa intransigente. En ese momento, entonces,
se contaba sobre todo con los poemas de Homero y Hesíodo, casi únicos educadores, quienes dieron a los
griegos la identidad de pueblo que les unió en un principio. De ellos se aprendía no sólo moral y teología o
mitología, sino casi todo lo que se creía saber en Grecia sobre historia, geografía, navegación, arte militar,
cosmología, etc. La mitología griega, en tanto que moral, mostraba unos modelos divinos de
comportamiento, coherentes con la organización social y el código ético de la nobleza.
Aparte de la mitología, podemos citar como antecedentes de los primeros filósofos la figura de los
siete sabios (de hecho, Tales, el primer filósofo, es también considerado uno de ellos); aunque con menor
influencia educativa, sus máximas o refranes calaron en la cultura popular («conócete a ti mismo», «nada en
demasía»...). Por otro lado, existía una serie de poetas líricos, cercanos tanto a la figura del sacerdote y el
adivino como a la del filósofo.
Debido en parte a aquella situación social aristocrática en Grecia se generó un alto movimiento
migratorio. Las tierras fértiles de Asia Menor (con Jonia a la cabeza) y del sur de Italia (la Magna Grecia)
eran el destino más deseado. La actividad colonizadora se centró primero en Jonia (s. VII a. C. y VI a. C.),
donde surgen ciudades prósperas con una rica civilización: Samos, Éfeso, y, sobre todo, Mileto, que fue la
más importante de todas, verdadero imperio marítimo en el Mar Negro. Y fue en este entorno donde se
produjeron las primeras manifestaciones de pensamiento racional. Podemos destacar varias condiciones
características de esta nueva etapa que rodearon el surgimiento y desarrollo de la filosofía:
a) En primer lugar, esas migraciones provocan que se entre en contacto con otras ideas y que
se enriquezcan así los temas de debate y reflexión. Cabe destacar en este intercambio
intelectual la influencia ejercida por las ciencias babilónica y egipcia.
d) Aparece la moneda, con la que se crea un sistema abstracto de referencia donde el valor de
las cosas no se basa en preferencias subjetivas.
e) Se han de confeccionar los primeros mapas para sustituir la geografía mítica que aparece, por
ejemplo, en la Odisea, por una geografía real, auténtica, empírica, progresivamente más
perfecta, facilitando así la navegación.
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Por lo tanto, la filosofía surge en Grecia en parte como crítica a la sabiduría popular, a la
tradición, al mito. Esta crítica se lleva a cabo en todos los frentes: moral, social, teológico, astronómico…
El mito, al igual que el logos, consiste en una actitud intelectual ante la realidad. Ambos
arrancan de una insaciable curiosidad que lleva a preguntarse por el movimiento del sol, la luna y las
estrellas, con la intención de encontrar un principio fundamental capaz de proporcionar una explicación
global y satisfactoria de todo lo que sucede, incluso del hombre. Ahora bien, la pregunta por el universo, por
la naturaleza, por su origen y la causa de sus procesos es en todo momento ya una pregunta racional,
basada en análisis y que requiere análisis. Por tanto, en la historia de la humanidad cuando entre las
muchas respuestas posibles se prefirió la explicación racional a la explicación mítica, es cuando arranca la
conciencia filosófica, dejando en un segundo plano el recurso a una leyenda mitológica.
2.1 El mito
c) La narración mitológica explica los sucesos y fenómenos de nuestra época buscando sus
causas en un tiempo mítico. Si hoy, por ejemplo, tenemos tecnología se debe a un acto
heroico de Prometeo al alzarse contra los dioses para arrebatarles el fuego y entregárselo a
los hombres. No hay un descubrimiento del fuego en un momento dado de la historia, ni una
serie de descubrimientos que a día de hoy siguen avanzando. Según el mito, de modo
general, sólo nos cabe repetir o esperar de modo cíclico lo que ya ocurrió en la era mítica. Lo
que hay en el presente se lo debemos enteramente a los dioses. Es por tanto una negación
de la historia.
e) Las explicaciones resultan arbitrarias y parciales. No hay causalidad en los hechos, sino
que son de origen contingente o aleatorio.
f) Explicación particular y concreta. Dos situaciones, aunque sean parecidas, pueden tener
explicaciones distintas.
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g) Por tanto, no se requieren pruebas para certificar lo dicho, y la ciencia le es totalmente
ajena.
h) La construcción de los mitos evoluciona al punto de que se puede decir que sus autores son
colectivos, y no son narraciones cerradas sino que pertenecen por entero a lo tradicional.
2.2 Logos
a) Carácter racional: se busca alcanzar el conocimiento sobre las causas, asumiendo los
principios básicos de la razón (identidad, no-contradicción, tercio excluso).
b) Con la filosofía el tiempo se hace causal, y por tanto se abre el camino a la explicación
histórica (a las causas y consecuencias históricas) de los sucesos y fenómenos. No es de
extrañar entonces que el pensamiento filosófico surja al mismo tiempo que el histórico: el
primer historiador, Hecateo, es también de Mileto, como Tales, el primer filósofo.
c) Las respuestas son de índole natural o inmanente. La misma naturaleza basta para explicar
sus fenómenos.
f) Las explicaciones son universales y abstractas ya que todos los hechos similares deben
responder a la misma causa explicativa.
g) Respuestas contrastables: Lo que decimos de la realidad puede ser verificado o falsado con
ella. El conocimiento racional se hace definitivamente científico, conocimiento seguro.
i) Se busca el principio (arjé) último y eterno que dio origen a todo y que, por tanto, debería
seguir presente en todo.
j) La búsqueda del arjé implica la posibilidad de que los sentidos no nos muestren el mundo tal
cual es, y por tanto se hayan de poner en entredicho para conocer la realidad de la fisis en
favor de la razón con la que podremos discernir con mayor objetividad lo verdadero.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 1 13
2.3 Proceso histórico
Históricamente conocemos la especulación mítica de los griegos a partir de los textos del siglo
VIII a.C., es decir, los poemas de Homero —Ilíada y Odisea— y los de Hesíodo —Trabajos y días y
Teogonía—, además de un puñado de fragmentos y noticias sobre otros poemas contemporáneos, hoy
perdidos para nosotros. Sin embargo, en la evolución del pensamiento griego, el interés de autores como
Hesíodo por organizar los mitos, elaborando complejos míticos muy organizados, forzándolos en
ocasiones hasta el extremo de convertirlos en pura alegoría, encubre un pensamiento ya muy próximo al
racional. Detrás de su catálogo de dioses y mitos se halla ya un esfuerzo sistemático por especular sobre
los orígenes del mundo. No es de extrañar entonces que, cuando se emprendió la aventura de interpretar
racionalmente el mundo, el punto de partida fuese necesariamente la especulación mítica anterior.
Es en este contexto donde surgen los primeros filósofos o presocráticos. Pero hemos de tener
claro que Grecia no se convirtió de golpe de una forma de pensamiento a otra. Baste con decir que en
pleno siglo V a. C. Anaxágoras debió abandonar Atenas acusado de impiedad (por creer que el sol era una
piedra incandescente) y que, ya en el umbral del siglo IV a. C., Sócrates es condenado a muerte bajo la
misma acusación. Así que en realidad las ideas filosóficas eran compartidas por un conjunto no muy
amplio de intelectuales, y coexistían con un pensamiento aún mítico profesado por la mayoría de la
población. Se comprende así mejor que el pensamiento racional tardara varias generaciones en abordar
temas como la naturaleza de la divinidad, la muerte o la ética, ya que eran precisamente los temas a
los que el mito daba más cumplida respuesta.
En suma, mito y logos no fueron dos estadios sucesivos cuya frontera se cruzó súbitamente y para
siempre con Tales de Mileto, sino dos estadios que, a partir de este primer filósofo, coexistieron durante
siglos, se interrelacionaron y se complementaron. Las formas, e incluso los contenidos del mito,
perviven en las primeras y no tan primeras manifestaciones filosóficas (de Tales de Mileto a Platón). Sin
embargo, el pensamiento filosófico fue invadiendo poco a poco los terrenos del pensamiento mítico.
Sólo a la luz de esta tensión entre lo mítico tradicional y lo nuevo racional cabe entender correctamente a
los presocráticos.
Encuadrados entre las postrimerías del siglo VII a. C. y mediados del V a. C., a los primeros
filósofos a quienes debemos el surgimiento de la filosofía se les conoce como filósofos presocráticos. Sin
embargo hay que tener en cuenta que algunos de ellos fueron contemporáneos y no anteriores a Sócrates.
Con todo, ningún presocrático fue influenciado por sus planteamientos.
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Tradicionalmente se establecen dos áreas geográficas para encuadrarlos:
a) Área jónica, donde se incluiría la escuela de Mileto (Tales, Anaximandro y Anaxímenes) así
como Heráclito de Éfeso. Todos ellos fueron notablemente científicos y escépticos en sus
tendencias.
b) Área itálica, en la Magna Grecia (actual Sicilia), de donde proceden los pitagóricos y los
eleáticos (con Parménides a la cabeza), contribuidores al desarrollo de las matemáticas a
pesar de poseer una verdadera inclinación hacia el misticismo y la religión.
No obstante, hay que tener claro que no se conserva ninguna fuente directa de los presocráticos
ya que se perdieron irremisiblemente. En este caso nos ha sido legado lo que otros han escrito sobre ellos.
Contamos por tanto con, o bien, citas de fragmentos supuestamente literales de las obras originales de
los presocráticos, o bien con testimonios de quienes hayan explicado, parafraseado u opinado sobre estos
pensadores. Así, la filosofía presocrática ha pasado a la historia como una reconstrucción a través de
fragmentos y testimonios. Lo cual evidentemente distorsiona en muchos casos nuestra visión sobre cada
autor.
Tales fue un ingeniero de Mileto, seguramente de orígenes fenicios. Se formó en Egipto y Oriente
Medio, donde la astronomía, la aritmética y la navegación estaban muy avanzadas. Se le considera uno de
los siete sabios de la antigua Grecia, aunque tiene fama de sabio distraído. Nos encontramos con un
hombre más de ciencia que de filosofía teórica. Fue capaz de predecir un eclipse solar y de calcular
equinoccios y solsticios. También se le atribuye el descubrimiento de la Osa Menor y la implantación de
varios teoremas matemáticos (como el de Tales). Pero al parecer no escribió ningún libro.
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Uno de sus mayores legados al mundo heleno fue el concepto de ciclo. Al introducir los cálculos
astronómicos, geométricos y matemáticos, las visiones cosmológica y cotidiana variaron. El cosmos
comenzó a entenderse como un círculo celeste que repite continuamente su movimiento; un círculo
celeste igual a sí mismo, que no cambia, y que hace posible el cálculo de coincidencias a partir de las
cuales se construye el tiempo histórico y se fija el calendario. Así, en la Tierra también se pueden calcular
estas coincidencias cíclicas observando la proyección del cosmos a través de sombras. Gracias a este
procedimiento geométrico en cualquier lugar de la tierra es posible predecir los antiguos hechos divinos si
se sabe calcular.
a) Nada se genera ni se destruye puesto que todo es agua, es decir, el principio (arjé) de todas
las cosas (fisis) es el agua o lo húmedo. Por tanto, el agua se tiene también como el alma de
las cosas, la esencia de la creación. En definitiva, lo húmedo se relaciona con la vida. Lejos de
ser considerada una necedad, ha de ser considerada una hipótesis científica. No en vano
hasta hace poco se opinaba algo similar del hidrógeno y éste está compuesto por dos tercios
de agua.
1
b) La Tierra descansa sobre el agua como una gabarra , como un leño. El agua no tiene fin por
debajo de la superficie terráquea, y ésta estaría surcada de ríos y demás. Con esta teoría
2
llegó incluso a explicar los terremotos .
c) «Todo está lleno de dioses» o el animismo. Con la ayuda de un imán y un clavo hacía ver
cómo en todas las cosas hay alma, hay algo que mueve sin tocar. Parece que esta teoría se
debe a un afán tranquilizador, ya que invitaba al colono a sentirse tranquilo en tierras
desconocidas, donde, por muy remotas que fueran, habría dioses que velaran por él.
Junto a Tales, la escuela de Mileto se completa tradicionalmente con otros dos autores:
Anaximandro (610-545 a. C. aprox.) que propone lo indeterminado o el ápeiron como arjé; y Anaxímenes
(590-525 a. C. aprox.), quien entiende que es el aire el principio de la fisis.
Pitágoras nació en Jonia (en la isla de Samos) algo antes del 570 a.C., ciudad de la que huyó por
motivos políticos. Se estableció en Crotona (Magna Grecia) y fundó una secta filosófico-religiosa aunque
muy influenciada por los avances matemáticos de Egipto y Babilonia (lugares que con casi toda
probabilidad Pitágoras conoció). Las normas fundamentales de esta secta son:
1
Gabarra: Barco pequeño y chato destinado a la carga y descarga en los puertos.
2
Cuando Tales afirma que todo se origina en el agua y que la tierra flota sobre el agua, no hace más que continuar,
traduciéndolos a un nivel racional, los viejos mitos de Océano y Tetis como padres primigenios, o las antiguas
narraciones del Oriente Próximo según las cuales la tierra se formó como una balsa sobre el agua.
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a) Prácticas de iniciación para ser aceptado, en las que se incluía la música y el aprendizaje
de los dichos y doctrinas del maestro.
d) Estricto ascetismo.
e) Hábitos insólitos (no partir el pan, no atizar el fuego con el hierro, no mirarse al espejo junto
a la lumbre, no dejar la huella del cuerpo en la cama al levantarse…).
Estas cuestiones junto al hecho de que Pitágoras no escribió libro alguno, lo han convertido en
una especie de figura mítica, cubriendo su historia real de milagros, prodigios y conocimientos científicos
sospechosamente avanzados para su época. Según parece, murió en Metaponto alrededor de 490 a. C.
donde tuvo que huir debido a una sublevación antipitagórica de orden político-social. La secta había tenido
tal presencia que logró hacerse con el poder de varias ciudades que en un principio prosperaron, pero que
definitivamente se hartaron de tan extravagante oligarquía. Este gobierno de los filósofos inspiró el ideal
político de Platón años más tarde.
A pesar de este tipo de revueltas contra el pitagorismo, esta doctrina extendió su actividad e influjo
a lo largo de varios siglos, de modo que lo que encontramos es un conjunto de ideas de épocas diversas,
pero atribuidas en su mayoría al propio Pitágoras, el primero que se autodenominó como filósofo.
Tres son los puntos más importantes que nos ha legado el pitagorismo: la teoría de los números,
la doctrina del alma y la cosmología.
Ya que el orden de lo real es mensurable, la realidad toda puede identificarse con el orden
numérico. Así el Número es el arjé pitagórico. El caos del universo se ordenó gracias al Número (al número
Uno) que poco a poco fue conformando puntos y líneas, hasta que finalmente se consolidó la ley
matemática armonía que dirige la fisis. El universo está atravesado por un orden preciso sólo accesible
mediante la razón.
Por otro lado, los pitagóricos son los primeros que diferencian con claridad entre el cuerpo, que es
material, y el alma, que es inmaterial. El alma es de origen superior ya que procede del alma del
Universo, y no perece, sino que transmigra a otro cuerpo. En esta concepción, los cuerpos se asemejan a
cárceles para el alma. Para romper el ciclo de reencarnaciones y regresar al alma universal, el alma
necesita purificarse mediante ascesis, trabajo espiritual (filosofía y matemáticas) y música.
Por último, el pitagorismo desarrolló una re-visión compleja del orden astronómico. La Tierra,
junto al Sol, la Luna, los cinco planetas hasta entonces conocidos, la esfera de las estrellas fijas y un
planeta imposible de contemplar llamado Antitierra giran en torno a un fuego central. Por tanto se
abandona el geocentrismo (ya que la Tierra no se considera el centro del universo) y el geoestatismo (ya
que la Tierra se mueve), y se abre el camino a la teoría heliocéntrica. Además, el universo a través de su
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movimiento celestial perfecto emite una bella sinfonía musical constante, la llamada Armonía de las
esferas, desgraciadamente imperceptible al oído humano.
Es considerado el último de los grandes pensadores jonios del siglo VI a. C. Nació en la ciudad de
Éfeso, y aunque apenas sabemos con certeza nada de su vida, parece que nace en el seno de una familia
aristocrática, tuvo poca estima por el prójimo, permaneció contrario a las ideas democráticas, se
proclamaba discípulo de nadie… Teniendo en cuenta todo ello, además de su estilo enigmático, se
entenderá mejor que fuera apodado como Heráclito, el oscuro.
a) Heráclito sostiene que todo acontece de acuerdo a un logos, y ese logos es común a
todos, aunque no todos desarrollen la virtud de captar lo común. Para alcanzarlo Heráclito
apela a la inteligencia o nous para guiar sabiamente a los sentidos, o de lo contrario éstos
serán malos testigos de la realidad. La percepción exacta de los fenómenos es paso
preliminar necesario para el descubrimiento del logos, que subyace a dichos fenómenos y los
explica.
b) El arjé propuesto por Heráclito es el fuego, entendiendo incluso que el orden completo del
mundo se asemeja a un fuego siempre-vivo y eterno. De hecho, el fuego representa la forma
más elevada y pura de la materia, que tendrá las cualidades de lo caliente y seco. Por el
contrario, la irracionalidad y la muerte se relacionan con lo frío y lo húmedo.
c) Todo está en cambio continuo y cíclico, todo pasa, nada permanece, todo muere. En este
sentido, una de las sentencias que se le suele atribuir asegura que no podemos bañarnos
dos veces en el mismo río, ya que al sumergirnos en el agua por segunda vez, no se trata
del mismo agua, ni se trata por tanto del mismo río.
Parménides era natural de Elea, al sur de la actual Italia, que en el aquel entonces formaba parte
de la Magna Grecia. Muy probablemente su iniciación a la filosofía la hizo entre los grupos pitagóricos.
Pero más tarde los abandonó, fundó su propia escuela y desarrolló una filosofía propia, una de las
reflexiones más profundas del pensamiento griego. Además de ello, Parménides fue un legislador a quien
Elea debía algunas de sus leyes.
Para Parménides existen dos modos de conocer/pensar la fisis: el modo racional, único
conocimiento posible, único que lleva a la verdad; y el modo sensible, que conduce a la obtención de
opiniones inseguras basándose en la apariencia (procedimiento más habitual entre los humanos por su
sencillez).
Con la vía de la opinión se cree que las cosas son pero dejan de ser y que lo que aún no es
puede llegar a ser. Esa conclusión se saca a través de los sentidos, que se fijan en cómo las cosas
cambian, se generan y corrompen. Esta vía procura un conocimiento falaz ya que no se puede conocer lo
que no es (porque es inaccesible).
Parménides dedujo asimismo una serie de características del Ser. Tengamos en cuenta que el
vacío o la nada son sinónimos de no-ser. Entonces, según Parménides, el ser no puede provenir de (ni
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devenir en) otro ser o la nada. Tampoco puede haber otro(s) ser(es) ya que habría un vacío que los
separara, y como no existe vacío, el ser no puede moverse o cambiar de posición. Por tanto el Ser
parmenídeo:
b) Ha de ser continuo e indivisible, esto es, único, ya que el ser es todo uno.
c) Es inmóvil.
d) Y homogéneo. O sea, es todo igual y completo por todas partes. Parménides imagina el Ser
esférico por ser parejo desde el centro en todas direcciones, y porque encuentra sus límites
3
de un modo uniforme.
Los autores más reconocidos de entre ellos son Empédocles de Agrigento (492-432 a. C.
aprox.), quien habla de la fuerza Amor/Discordia para animar los cuatro elementos originales;
Anaxágoras (500-428 a. C. aprox.), quien aseguró que toda la materia estaba formada por semillas
ordenadas por una inteligencia (nous) separada del mundo; Demócrito de Abdera (460-370 a. C. aprox.),
padre del atomismo, que se mueve mecánicamente por lo vacío.
Mileto fue destruida en el 494 a. C. por los persas, y poco a poco la filosofía emigra de las colonias
hacia Atenas, donde se consiguió rechazar la invasión (guerras médicas). Atenas se encontraba por aquel
entonces en los inicios de una época de preponderancia política, de prosperidad económica y cultural,
dentro de un sistema de gobierno democrático. El funcionamiento social descansaba en los esclavos
(mayoría de la población), bien tratados pero sin derechos de ciudadano libre. Muchos de ellos eran
propietarios de tierras, pero no ejercían trabajos físicos o actividades remuneradas por estar mal
considerado entre ellos. No obstante, la mayoría contribuía al sostenimiento de magistrados, jurados,
soldados e incluso de otros ciudadanos. Todos los ciudadanos pueden participar en la Asamblea, que es
soberana. Por otra parte, la mujer permanecía prácticamente en casa, marginada de lo público. Así, el ocio
3
Existe otra cuestión, la de la finitud/infinitud, que fue motivo de debate entre la escuela eleática y los pitagóricos,
en la que no entraremos en esta ocasión.
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entre ciudadanos libres era una práctica habitual que solían ocupar en realizar banquetes entre amigos (se
comía, se bebía, se escuchaba música y se hablaba de política, arte, filosofía, etc.). Además, la religión
tradicional había perdido vitalidad, los mitos prácticamente sólo servían para inspirar a poetas o artistas. Por
tanto los filósofos reflejan los intereses y preocupaciones de la democracia ateniense, marcada por:
a) La igualdad política.
Sofista (sofistés) fue primero sinónimo de sabio (sofós), pero a causa de la crítica socrática
adquirió un sentido peyorativo: embaucador hábil y mentiroso. Los sofistas fueron educadores a sueldo,
4
enfatizando el dominio de la oratoria y la erística para que, sobre todo, se ganaran pleitos en los
tribunales. Aunque eran grandes oradores (y ganaban dinero con sus discursos), los sofistas también
realizaron escritos de los que sin embargo apenas conservamos fragmentos.
De modo general se puede decir que filosóficamente renunciaron a conocer la verdad sobre la
naturaleza y sobre los problemas del hombre y la sociedad. Por el contrario, consideraban que las leyes y
costumbres humanas son puramente convencionales, carentes de valor absoluto ni de índole natural o
divina. Con ellos, así, quedaron atrás las discusiones sobre los primeros principios de la naturaleza y se
origina una contraposición sobre las bases de las leyes y costumbres humanas: pueden ser de orden
cultural o convencional (costumbres por tanto arbitrarias y provisionales) o de orden natural
(costumbres que han de ser permanentes, comunes y universales). Se debate por tanto si la cultura
humana proviene del nomos o de la fisis.
Entre todos ellos, dos autores tuvieron y tienen una mayor influencia que el resto en la historia de
la filosofía: Protágoras y Gorgias.
Su tesis más conocida: el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto
que son, y de las que no son en cuanto que no son. Se le considera un relativista cultural: cada pueblo
tiene costumbres y leyes diferentes, y cree que las suyas son las mejores. La ley, por tanto, no es algo
basado en la naturaleza, sino invención de los legisladores. Existe por convención, y es siempre
modificable. Así, debemos mantener en lo posible las leyes que poseemos, porque cualesquiera otras
serán también convencionales.
4
Erística: Dicho de una escuela: Que abusa del procedimiento dialéctico hasta el punto de convertirlo en vana
disputa.
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— 4.1.2 Gorgias de Leontinos (483-374 a. C. aprox)
a) Nada existe;
Con ello intenta demostrar que no coinciden realidad, pensamiento y palabra, destruyendo así
las tesis fundamentales de la filosofía parmenídea (la identidad entre el ser y el pensar). Por tanto el
conocimiento objetivo es imposible. Nos queda la oratoria y su poder de convicción sin ninguna moral
absoluta que coarte un posible embaucamiento del interlocutor.
Por otro lado, aseguraba que el conocimiento y la ética, el saber y la virtud, están íntimamente
conectados: si se conoce el bien, se hace; si se ignora, difícilmente se podrá hacer el bien. Sólo el
ignorante actúa malvadamente, pues si conociera el bien se comportaría moralmente. Esta doctrina es
conocida como la del intelectualismo moral. En este contexto, la felicidad surge cuando podemos
conocer/realizar la virtud, la justicia.
Junto con los términos de fisis y arjé, o nomos, otro término va a cobrar en esta época cierta
resonancia: areté.
b) En la Grecia aristocrática (como recogen los poemas de Homero) la areté humana tiene un
carácter guerrero, propio de la aristocracia militar; ensalza virtudes como la nobleza o la
bravura militar. La virtud es algo exclusivo de la aristocracia: es don de la divinidad, tiene
carácter innato y, por tanto, no puede ser enseñada ni aprendida.
c) Para los sofistas, la excelencia humana o la virtud consiste en la capacidad de dirigir con
éxito los asuntos propios y públicos. Sería un areté de sentido democrático.
d) Por fin, con Sócrates (y Platón), la virtud humana se convierte en virtud moral, se identifica
con la capacidad de ser buenos y justos, y además es enseñable.
5
Inducir: Extraer, a partir de determinadas observaciones o experiencias particulares, el principio general que en
ellas está implícito.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 1 23
— ACTIVIDADES. UNIDAD 1 —
Cuestionario
1. VI a. C. 1. la monarquía
2. V a. C. 2. la oligarquía
3. IV a. C. 3. las Sofistiadas
4. a la época de Hipatia 4. la democracia
1. INTRODUCCIÓN
Pero cuando Platón nace el poder hegemónico le había sido arrebatado a Atenas a manos de
Esparta (Guerras del Peloponeso, 431 a.C.). Esparta procuró anular las inclinaciones democráticas y
favorecer las oligarquías, imponiendo en Atenas el régimen de los Treinta Tiranos (404-403 a. C.) en el
que participaron activamente algunos de los parientes de Platón, Critias y Cármides. Comienza pues un
tiempo de convulsiones políticas y sociales, donde se sucedieron épocas de tiranía y democracia. Un
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tiempo que Platón no duda en calificar de crítico, de deterioro institucional y moral cuya causa última, en su
opinión, ha sido la influencia sofista, su relativismo individualista.
En el año 407 a. C. conoce a Sócrates, del que será íntimo amigo y discípulo. Sus enseñanzas
influyen decisivamente en la trayectoria intelectual del joven Platón. Así se entiende mejor que rechazara
en principio la invitación de sus familiares a participar activamente en política en el año 404 a. C. Prefirió
esperar hasta comprobar si dicho régimen instauraba un gobierno realmente justo. Pero el terror y la
violencia que pronto impusieron hicieron que los regímenes anteriores no parecieran tan malos. Este
gobierno fue rápidamente derrocado y sustituido por otro de carácter democrático. Sin embargo tampoco
fue considerado justo por Platón porque, sobre todo, juzgó y condenó a muerte a Sócrates acusado de
impiedad. Sócrates, a quien Platón consideraba el hombre más justo de Atenas. Este hecho deslegitimó
definitivamente a sus ojos el gobierno ateniense. Entonces, hastiado de su polis, realiza largos viajes (Sur
de Italia, Egipto…) y conoce directamente las enseñanzas pitagóricas. Dos veces, en distintos años, trata
de poner en práctica sus ideas políticas en Siracusa (actual Sicilia), donde había trabado amistad con
Dión, cuñado del tirano Dionisio I. Allí Platón se convirtió en tutor del nuevo tirano, pero ambos intentos
suponen un estrepitoso fracaso.
Mientras tanto, en Atenas, alrededor del 387 a. C., funda la Academia, cuya finalidad es enseñar
a los jóvenes hasta alcanzar la verdadera sabiduría, única vía para que conseguir la justicia en la ciudad. La
Academia suele ser considerada la primera universidad europea. En ella, por ejemplo, fue educado
Aristóteles. Allí se impartía filosofía y, entre otras cuestiones, matemáticas, astronomía y música también.
En el años 347 a. C., a la edad de 80 años, Platón muere, habiendo dedicado sus últimos años de vida a la
Academia.
[...] Se había corrompido la legislación y la moral hasta el extremo de que yo, en un principio tan ardoroso en
trabajar por el bien público, considerando esta situación y viendo como todo iba a la deriva, terminé por
aturdirme. Con todo, no cesé de atisbar los signos posibles de que tales acontecimientos mejorasen y
especialmente el régimen político, aunque para actuar esperaba siempre el momento propicio. Por último,
comprendí que todos los Estados actuales están mal gobernados [...]. Así, me vi impulsado de modo
irremediable a ensalzar la verdadera filosofía y a proclamar que únicamente bajo su luz se puede reconocer
dónde se halla la verdadera justicia en la vida pública y en la privada. Por tanto, los males no terminarán para
los humanos antes de que la raza de los puros y auténticos filósofos llegue al poder, o los jefes de las
ciudades, por un favor divino, se entreguen verdaderamente a la filosofía
(PLATÓN. Carta VII)
El punto de partida de Platón, como el de muchos de los filósofos que estudiaremos, es, aunque
pueda resultar paradójico, fundamentalmente práctico: La crisis política y moral de Atenas lo lleva a la
filosofía. Discípulo de Sócrates, se enfrenta al escepticismo y al relativismo sofista, por entender que la
crisis institucional que vive Atenas tiene en estos planteamientos su causa última. Piensa que si se aceptan
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 28
las teorías sofistas sobre la verdad, se ha de admitir que cualquier ley puede ser válida si de ello se
convencer a los demás con el arte de la palabra. En el extremo, además, el relativismo moral y político de
los sofistas conduce a un individualismo radical. Entonces Platón se cuestiona si existe una verdad objetiva
y universalmente válida. ¿Existe, por tanto, un concepto de justicia objetivo y universalmente válido?
En definitiva, ¿es posible establecer leyes objetivamente justas? Su respuesta será afirmativa. Y concluirá
que sólo quien conoce la verdadera justicia, el filósofo, podrá gobernar conforme a ella. Así que sólo si
los gobernantes se entregan a la filosofía, podrán hacer leyes justas.
Platón, así, coge el testigo de Sócrates, su admirado maestro, pero irá más allá: no sólo en los
asuntos morales existe una verdad objetiva sino que ésta es posible en todo el ámbito del conocimiento, y
por ello pretende descubrir principios universales para toda la realidad: las ideas. Se busca poder
fundamentar la polis en ese orden eterno, es decir, descubrir un orden social racional y justo, que no
se vea afectado por los intereses personales de los políticos sino que promueva la máxima felicidad de
cada ciudadano.
Podemos decir que Platón recoge las concepciones más fructíferas del pensamiento griego y
elabora con ellas una filosofía que será fundamental para la génesis del pensamiento occidental.
c) Parménides: Las ideas de Platón heredarán las propiedades lógicas del ser de Parménides
(son únicas, eternas e inmutables). Además, Platón asumirá también del filósofo de Elea su
énfasis del conocimiento racional en detrimento del conocimiento que procede de los
sentidos, que sólo muestran la engañosa apariencia de las cosas. Debemos guiarnos por la
razón.
d) Heráclito: Platón estima como el de Efeso que todo lo sensible está en continuo cambio.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 29
1.4 Una filosofía dialogada
El pensamiento platónico ha llegado hasta nosotros a través de sus diálogos. ¿Por qué diálogos?
La respuesta a esta cuestión podemos hallarla en la misma influencia de Sócrates: el maestro pensaba
que la filosofía no era un cuerpo acabado de doctrinas sino una búsqueda constante. La filosofía surge en
el diálogo racional que busca incesantemente la verdad, que nunca se da por concluido, que
constantemente se replantea sus principios y conclusiones.
Los escritos platónicos están redactados en un lenguaje sencillo y muy didáctico, en el que
intercala con frecuencia ejemplos y mitos para explicar sus teorías principales. El personaje central en
la mayoría de sus diálogos es Sócrates. En los primeros escritos la influencia del maestro es patente: se
ocupa de defender y clarificar las ideas socráticas. Los interlocutores de Sócrates son normalmente
personajes de la época: sofistas, filósofos e, incluso, parientes del mismo Platón. En diálogos posteriores
aparecen ya ideas exclusivamente platónicas. Aparte de los temas concretos de cada diálogo, en todos
ellos aparecen problemas centrales de su pensamiento: la política, la paideia (educación), su
concepción del hombre y de la sociedad, su teoría del conocimiento o de la ciencia, el problema de la
relación entre mundo ideal y visible…
Los diálogos de Platón suelen dividirse en: diálogos de juventud o socráticos (donde Platón
reproduce el pensamiento socrático), de transición (en los que empieza a aparecer su propio
pensamiento), de madurez (en los que desarrolla su filosofía más propia), y los de vejez (en los que
realiza una autocrítica de sus planteamientos y trata temas cosmológicos).
399 a. C. Muerte de Sócrates. Platón marcha a Megara, donde conoce a Euclides, matemático y
cosmólogo.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 30
e) Menón (o de la virtud)
a) Hipias Menor (o de lo falso)
f) Eutidemo (o el discutidor)
b) Hipias Mayor (o de lo bello)
g) Crátilo (o de la exactitud de los
c) Gorgias (o de la retórica)
nombres)
d) Menéxeno (o la oración
fúnebre)
d) Político (o de la realeza)
f) Timeo (o de la naturaleza)
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 31
2. PROPUESTA DE CONTEXTO FILOSÓFICO-CULTURAL DE PLATÓN
Platón recoge en un solo sistema todas las tradiciones filosóficas helénicas que se venían dando
hasta el momento. Por lo tanto, para hablar de su contexto filosófico debemos reparar, por un lado, en la
filosofía natural de los llamados presocráticos y, por otro, en la filosofía moral de los sofistas y Sócrates.
Los primeros llevaban algo más de un siglo buscando en la naturaleza los principios fundamentales de la
vida, y se vieron abocados a un conflicto entre unidad y cambio. Platón sin embargo fue capaz de
insertarlos armoniosamente en un mismo sistema, llegando a conciliar las matemáticas pitagóricas o las
características inmutables del ser parmenídeo con el devenir que proponía Heráclito. Las influencias
presocráticas también se hacen notar en el dualismo cuerpo/alma que adopta del pitagorismo, o en la
noción del Nous o inteligencia ordenadora de Anaxágoras, que parece inspirar la figura del demiurgo
platónico, quien ordena el mundo sensible siguiendo el canon ideal.
Ahora bien, no debemos olvidar la influencia sofista, que nos llevará a la respuesta socrática que
es la que marca profundamente el sentido del pensamiento platónico. Por motivos que explicaremos en el
contexto cultural, los sofistas fueron los primeros filósofos que vieron la verdad en manos del poder
de convicción de la palabra, y comenzaron a cobrar para instruir a los ciudadanos de Atenas en estas
artes. Como resultado se genera un debate en que la verdad pasa a verse como algo relativo, algo que
puede no provenir de la eterna naturaleza, sino de una convención cambiante y caprichosa. El virtuoso
sería aquel que tuviera el don de aparentar tener la verdad en sus palabras. Estas cuestiones hicieron que
Sócrates culpara a los sofistas de la crisis institucional y moral de Atenas, que hasta la década de
los años treinta había florecido culturalmente de un modo excepcional. Tras conocer a Sócrates en
el 407 a.C., Platón asumió sus planteamientos y, poco a poco, los llevaría más allá. Mientras Sócrates
defendió la existencia sobre todo de virtudes morales universales, Platón aseguró lo mismo no sólo de
la moral sino de toda la realidad. Por otro lado, también recoge de Sócrates la importancia del diálogo
para alcanzar el conocimiento científico de la verdad (de hecho casi toda la obra de Platón está escrita en
forma de diálogo, con Sócrates como protagonista), así como la idea de que el alma no aprende nada
nuevo sino que debe tratar de recordar o ver la verdad, que se encuentra en el interior de uno mismo; o
el intelectualismo moral, teoría que une el conocimiento a la ética.
Ahora bien, Platón bebe en gran medida también de su contexto cultural, en el que quiere influir.
Cuando nace Platón, Atenas venía de una época gloriosa de hegemonía política, económica y cultural
incomparables. En las décadas precedentes a Platón se construye el Partenón así como otros grandes
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 32
monumentos. Muchos de ellos contaron con esculturas de Fidias, una de las cúspides del clasicismo
escultórico junto con Praxíteles y Mirón. Todo el arte en este periodo abandona las proporciones arcaicas
y naturaliza la expresión de los cuerpos sin olvidar los valores morales, cuestión que también influyó en la
pintura de la época, de la que desgraciadamente se conservan pocas muestras. Otra de las artes
destacables fue el teatro (tragedia y comedia), que surgió poco antes y se consolidó en la Atenas
clásica, con grandes autores como Esquilo, Aristófanes, Eurípides o Sófocles.
Por otro lado, el diálogo político se había hecho determinante, ya que todos los ciudadanos
podían participar en la Asamblea y allí proponer, escuchar, argumentar, debatir y decidir finalmente los
asuntos de la vida pública. Esta democracia directa, promovida por Pericles, hizo a su vez que la moral
pasase a ser, de la mano de los sofistas, tema filosófico, con la vida, la verdad, la oratoria y la política
entrelazándose. Todo ese auge ateniense comenzó a remitir en el 431 a.C. al entrar en guerra con
Esparta. Por tanto, es como si Platón hubiera vivido entre las ruinas aún calientes de una gran polis, en
medio de una crisis que no remitía. Por influencia socrática, como dijimos antes, Platón culpó de ello a la
educación sofista y se propuso alcanzar un modelo educativo-político diferente, cosa que le llevó en el
año 387 a.C. a inaugurar la Academia, lugar en el que se enseñarían diversas artes y saberes como la
filosofía o las matemáticas. La educación habitual hasta el momento era la que un hijo de buena familia
recibía por parte de un tutor escogido, y se centraba en virtudes aristocráticas. Los sofistas habían
generado un nuevo modelo, por el que cobraban al alumno e impartían cuestiones de retórica y oratoria
para alcanzar el éxito público del ciudadano. La virtud que se buscaba, por tanto, bien podía ser el interés
propio y no el común. Sin embargo, Platón, socrático, introdujo en la Academia una cuestión moral ligada
a la búsqueda de la verdad ideal para educar a los ciudadanos como filósofos, sabios y justos. Por lo
tanto, se ve cómo la Verdad platónica y su teoría de las ideas, más allá de lo metafísico y lo epistemológico,
tiene un trasfondo llano y concreto centrado en la búsqueda de la excelencia educativa y política.
A la hora de enfrentarnos a la PAU, hemos de tener en cuenta que este contexto propuesto
es un poco extenso.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 33
3. TEORÍA DE LAS IDEAS: NIVEL METAFÍSICO
Para Platón, en el mundo existen dos tipos de objetos: cosas sensibles e ideas. Las cosas
sensibles, o cosas particulares, son de múltiples formas, pueden aparecer y desaparece, y pueden
cambiar, pasar de ser de un modo a otro o de ser una cosa a otra. Pongamos como ejemplo una mesa, la
mesa sobre la que seguramente estás leyendo: hay muchas mesas en el mundo, por norma general todas
han sido fabricadas y podrán ser destruidas, incluso se gastan, se rompen y se reparan; además, las hay de
diversos materiales, e incluso muchos objetos se utilizan como mesa cuando en realidad, de antemano, no
parecerían serlo (como un banco de un parque que se utiliza esporádicamente para colocar latas,
bocadillos…).
Así, tenemos que las cosas sensibles se definen por tres características: son
- múltiples,
- temporales y
- cambiantes (o mutables).
Estas cosas sensibles, según Platón, son las que conforman el ámbito visible (o sensible), o
sea, la parte sensible del mundo. A su vez, Platón, subdivide estas cosas sensibles en dos grupos: las
imágenes y los objetos físicos. Sirvámonos del ejemplo de la mesa: Platón va a entender que la mesa
sobre la que lees es mucho más real que las fotos de mesas que ves en los catálogos de Ikea; o que los
dibujos de mesa son menos “mesa” que la mesa que se utiliza de modelo para ese dibujo. Esto es, el
objeto físico tiene mayor entidad (mayor ser o mayor realidad) que cualquier imagen, ya que la imagen
es una representación de un objeto físico y, por tanto, aquélla depende de éste: sin objeto físico ni
siquiera habría imagen. Por tanto, podrá decirse que las imágenes son copias imperfectas de los
objetos físicos, por lo que son mucho más múltiples, temporales y mutables que ellos.
Entonces, tenemos que el mundo visible o sensible es el ámbito de la realidad conformado por
cosas sensibles o particulares, que son múltiples, temporales y mutables, y que éstas se dividen en
dos subgrupos, en imágenes y en objetos físicos, siendo los objetos físicos una entidad más elevada
que las imágenes, y siendo las imágenes unas copias imperfectas de esos objetos.
Por último, y no menos importante, hemos de tener en cuenta que las cosas particulares se
perciben tan sólo a través de los sentidos. Este punto lo desarrollaremos en el apartado epistemológico.
Platón contrapone a este mundo visible el mundo inteligible, conformado por ideas, que son
por completo diferentes a las cosas sensibles. De hecho, en realidad, las ideas son la verdad última, el
modelo y la causa de las cosas particulares, aquello por lo que cada cosa particular es lo que es. Al
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 34
igual que las imágenes son copias imperfectas de los objetos físicos, todas las cosas son copias
imperfectas de las ideas. En la teoría platónica las ideas no son construcciones mentales, sino
objetos que existen fuera de la mente que los concibe o fuera de la persona que las observa. Por tanto,
Las ideas platónicas no son pensamientos, sino objetos que se perciben a través de la razón, y, a
diferencia de las cosas particulares, se caracterizan por ser:
- eternas e
- inmutables.
Para seguir con la explicación volvamos al ejemplo de la mesa: según la metafísica platónica
ha de existir una sola mesa ideal que subsuma, incluya o abarque a todos los objetos que
cumplen las reglas implícitas en su definición de mesa. Dicho al revés, si existe un conjunto
de objetos diferenciados entre sí a los que llamamos mesas es porque hay un objeto ideal, por
encima de todas ellas, al que imitan: la idea mesa. Podemos decir que la idea de mesa es lo
común a todas las mesas particulares, es lo que hace que las mesas particulares sean
precisamente mesas. En cierto modo, todas las mesas particulares están imitando o copiando
la idea de mesa (o, en lenguaje platónico, participan de la idea de mesa). Volvamos a
recalcar que esa idea de mesa no es una simple construcción mental, que no es la más
completa definición teórica de mesa que se nos pudiese ocurrir, sino que es un objeto que
existe en el mundo aunque tan sólo se pueda percibir a través de la razón. Si llevamos el
ejemplo más allá, lo dicho hasta el momento sobre la mesa valdrá, por ejemplo, para la
belleza: ha de haber una idea de belleza que es común a las cosas que llamamos bellas (lo
mismo puede decirse de la verdad, la comodidad, el bien, etcétera).
Según Platón, son las ideas las que conforman el ámbito inteligible, que es la parte racional
del mundo. En este ámbito se encuentra la realidad profunda del mundo, cómo el mundo es
verdaderamente, más allá de las apariencias cambiantes del ámbito visible, que sería una copia
imperfecta del ámbito inteligible (del mismo modo que antes decíamos que las imágenes son copias
imperfectas de los objetos físicos). Ahora bien, al igual que se da una jerarquía entre imágenes y objetos
físicos, y entre el mundo visible y el inteligible, también hay una jerarquía en las ideas. Platón subdivide el
ámbito inteligible en dos grupos: la subsección de entes matemáticos y la de las ideas, siendo la idea del
Bien la de mayor perfección.
En primer lugar, los entes matemáticos tienen las características propias de las ideas y son
aquellos más próximos a los objetos físicos y, por consiguiente, al mundo visible. De hecho, los entes
matemáticos pueden ser considerados como un puente entre ambos mundos, ya que son reflejo de las
ideas más elevadas al mismo tiempo que pueden ser vistas por la razón en los objetos físicos del
ámbito visible.
En la última subsección se encuentran las ideas, sobre todo éticas y estéticas. Allí, por encima
de todas, se encuentra la idea de mayor perfección: el Bien. Platón entiende esta idea del Bien asimismo
como la de Verdad, de Belleza o de lo Uno. Como veremos más tarde en la alegoría de la caverna, Platón
compara esta idea con el sol, ya que el Bien no sólo permite que las cosas sean vistas sino que también
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 35
gracias al Sol/Bien las cosas nacen, crecen y se nutren. O sea, según Platón, todas las cosas particulares
y las ideas existen y pueden ser vistas gracias a la idea del Bien. De hecho, el Bien es la causa del
mundo inteligible y del mundo al completo, ya que éste está ordenado según la idea del Bien: es causa por
ser modelo de todas las ideas, así como de todas las cosas particulares del ámbito visible, ya que
son copias cada vez más alejadas e imperfectas del Bien; es causa porque la finalidad de todas las
ideas y cosas particulares es parecerse a ella. Así que el sentido del mundo (su areté o virtud), según
Platón, será realizar el Bien.
Así, tenemos que para Platón el mundo está dividido en ámbito visible, repleto de cosas
particulares, divididas en imágenes y objetos físicos; y en ámbito inteligible, repleto de
ideas, divididas en entes matemáticos, ideas y, por encima de todo, la idea del Bien.
En realidad, lo visto hasta el momento sería una síntesis de las propuestas metafísicas de
Heráclito y Parménides. El primero opinaba que el mundo es devenir, y que por tanto es
cambiante; el segundo, por el contrario, dirá que el mundo es un ser fijo y eterno. Platón ha
puesto en relación a ambas teorías diciendo que el mundo tiene una parte heraclítea (ámbito
visible) y otra parmenídea (ámbito inteligible); lo que ocurre es que la parte con mayor
realidad es la que propuso Parménides: el ser, lo uno (en el caso de Platón el mundo
inteligible y la idea del Bien). Esta misma síntesis que hace Platón a nivel metafísico va a
darse de fondo en su epistemología (teoría del conocimiento). El tipo de conocimiento,
sensible o racional, que ambos autores presocráticos propusieron como el válido para
alcanzar la verdad serán puestos en relación por Platón en su teoría de las ideas: doxa y
episteme. Heráclito aseguraba que el conocimiento racional debe guiar a los sentidos para ver
la realidad cambiante del mundo; Parménides por el contrario aseguraba que el conocimiento
debe prescindir por completo de los sentidos para conocer la realidad fija del mundo, tras la
apariencia de cambio.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 36
La epistemología platónica se basa en una correspondencia directa su metafísica; a cada
sección y subsección del nivel metafísico le corresponde un tipo de conocimiento concreto, que, al igual que
en la metafísica, va de menos real a más próximo al conocimiento supremo de la realidad. Todo ello se
basa en un proceso dialéctico que veremos más adelante.
Recordemos que las cosas particulares del ámbito visible son aquellas que se perciben a
través de los sentidos. Platón entiende que el conocimiento va a tener las mismas características que sus
objetos de estudio, por lo que en este caso el conocimiento que obtenemos a través de los sentidos (el
conocimiento sensible) será tan cambiante, múltiple y temporal como las cosas particulares del
mundo visible. Así que las impresiones sensibles al ser cambiantes no nos podrán proporcionar un
conocimiento seguro. El conocimiento por tanto que puede obtenerse de todo el ámbito visible será un
conocimiento inseguro, alejado de la verdad, nada más que una mera opinión al fin y al cabo, lo que
Platón denomina con el término griego doxa.
Al igual que ya hiciera en su análisis metafísico, Platón va a subdividir este conocimiento sensible
o doxa en dos: la imaginación y la creencia. La imaginación será el conocimiento propio de quienes ven
imágenes. Ya que estas imágenes son reflejos imperfectos de los objetos físicos, que, a su vez, son copias
imperfectas de las ideas, de la imaginación no se obtiene certeza alguna. Este tipo de conocimiento es
propio del hombre vulgar.
A continuación, Platón considera que hay un tipo de conocimiento sensible más elevado: la
creencia, que es el propio de quienes ven los objetos físicos (la segunda subsección metafísica). Sin
embargo, este conocimiento también es cambiante y no accede a la verdad ni puede considerarse ciencia
o conocimiento seguro. Es practicado por los filósofos naturales (que era como se denominaba en la
época de Platón a los presocráticos, preocupados por los principios de la fisis. Es lo que hoy llamaríamos
científicos naturales).
En realidad, este subapartado que ahora comenzamos puede verse como el que explica el
motivo por el cual Platón elabora su teoría de las ideas. Según lo visto hasta el momento, las
impresiones sensibles al ser cambiantes no nos pueden proporcionar certeza en nuestro
conocimiento. Además, contra el subjetivismo de los sofistas, quienes ven la verdad como
algo relativo y en manos del mejor orador, Platón quiere demostrar que la ciencia, el saber,
no puede consistir en la mera experiencia sensible (siempre subjetiva), sino que frente a las
apariencias sensibles deben existir otras realidades inteligibles (que se capten por la razón) y
éstas han de ser inmutables, gracias a lo cual sería posible el conocimiento. Hablamos no sólo
de la ciencia tal como la entendemos hoy día, sino que Platón, como hemos visto, dirá que el
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 37
Bien, la Justicia, y demás cuestiones morales, también son de un modo concreto, eterna y
universalmente.
Pasemos ahora al conocimiento que se obtiene del ámbito inteligible. En este ámbito se
encuentran las ideas, que, recordemos, son percibidas a través de la razón y son lo verdaderamente
real (y no copias). Debido a las características de las ideas, este tipo de conocimiento será científico,
verdadero, o sea, será ciencia o, en su término griego, episteme. Por tanto, la episteme será un
conocimiento seguro.
Pongamos un ejemplo antes de seguir: Según Platón, el ser humano necesitará ver el mundo
matemáticamente para dejar de expresar meras opiniones en su vida diaria y para comprender
cómo es el mundo en verdad. Según Platón, este conocimiento discursivo debe fijarse en los
objetos de este mundo para ver en ellos aquello que tienen de eterno, inmutable y siempre
igual: las leyes matemáticas o, más bien, geométricas. Todo objeto puede reducirse a una
estructura, o sea, puede explicarse según su área, su forma, sus valores mensurables, etcétera.
Es así como mil millones de balones, con infinidad de características que los hacen diferente
entre sí, pueden ser definidos como esféricos de un tamaño concreto, según para qué deporte
estén pensados. Son las matemáticas, la geometría en este caso, la que hace que mil millones
de cosas particulares se vean como una sola: todos los balones son esféricos. La esfera, en
este caso, será el puente que haga que pasemos de ver en lo sensible un ente matemático con
todas las características propias del mundo de las ideas. Lo siguiente será ver directamente
las ideas más elevadas, e incluso, como veremos en la alegoría de la caverna, tras ello, se
realizará el camino inverso para ayudar a los demás a salir de la ignorancia o de las falsas
apariencias de la imaginación.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 38
El último tipo de conocimiento, el conocimiento verdadero más elevado, será la dialéctica. Sus
objetos propios de estudio son las ideas. En esta sección del ámbito inteligible no se recurre a objetos
sensibles ni se parte de hipótesis, sino que, mediante la sola razón, se contemplan directamente las
ideas. La dialéctica es propia de los filósofos (o dialécticos). En realidad, la dialéctica sería tanto todo el
proceso de razonamiento ascendente que hemos descrito y que lleva a contemplar lo verdadero, las
ideas en sí (desde la imaginación hasta este último momento, de la opinión a la ciencia), como esta última
etapa en que culmina el proceso.
5. EL HOMBRE
En todo este análisis metafísico y epistemológico falta por hablar de un elemento crucial: el
ser humano, quien tiene unas características concretas para conocer y quien ha de ascender
hasta la idea del Bien. Una vez expuesto cómo comprende Platón el mundo, veremos cómo
cree que es el hombre. Todo ello serán las condiciones para educar al hombre en su misión
más noble: la de realizar el Bien, como la misma estructura del mundo marca.
El hombre, el ser humano, según Platón, también tiene una naturaleza dual: es la unión
accidental de alma y cuerpo, en la que el alma pertenece al mundo inteligible y el cuerpo pertenece al
visible. Las características de ambos se deducen de su respectivo ámbito metafísico: el alma es:
- superior,
- intelectual (o racional),
- inmortal,
- conoce las ideas (ya que proviene del mundo de las ideas).
- mortal,
- supone una cárcel para el alma ya que el cuerpo obstaculiza que el alma pueda regresar a su
mundo inteligible.
Esta unión accidental conlleva que el alma, al “caer” en un cuerpo, olvide las ideas, y que viva
en un cuerpo como en un sepulcro del que debe liberarse. Por tanto, vemos cómo el cuerpo pasa a ser
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 39
un obstáculo material para que el hombre busque la verdad que su alma porta (porque ha visto las ideas,
la Verdad), pero que no recuerda. Así, Platón propone que el alma debe purificarse, tratar de dejar atrás
las condiciones sensibles que le impone el cuerpo y alcanzar la verdad. Dependiendo del grado de
purificación de cada hombre, ese alma se reencarnará en otro cuerpo, con el objetivo de conseguir liberarse
definitivamente de este ciclo de migraciones del alma por diversos cuerpos, y poder ascender al mundo al
que pertenece.
Esto que acabamos de exponer nos lleva a dos cuestiones: la ética (cómo debe ser un ser
humano para ser mejor) y la gnoseológica, cómo conoce el ser humano (gnosis puede
traducirse como conocimiento y suele utilizarse para hablar de cómo se conoce, mientras que
episteme, que también suele traducirse como conocimiento, se utiliza más bien para hablar de
lo que puede conocerse).
Si recordamos la teoría de las ideas entenderemos que el objetivo del ser humano será el de
ascender de la imaginación, alejada de la verdad, a la dialéctica; o lo que es lo mismo, que el
ser humano pase de ver imágenes a contemplar directamente las ideas mismas. Ese proceso
dialéctico es, en realidad, el proceso de purificación que acabamos de comentar. El alma
deberá poco a poco dominar sobre el cuerpo para dejar atrás el ámbito visible. Veamos cómo
y bajo qué condiciones.
La teoría platónica del modo de conocimiento del hombre tiene dos puntos esenciales: la
reminiscencia y la escala erótica. Pero no hemos de olvidar la importancia que tiene el diálogo en todo
ello: el descubrimiento de la verdad no es una empresa individual, sino mayéutica.
En consonancia con lo que acabamos de ver, y por clara herencia socrática, Platón mantiene que
aprender es recordar, es anámnesis (rememoración o reminiscencia). El argumento puede ser expuesto
con sencillez: el alma procede del mundo de las ideas, por lo que conoce las ideas, o sea, tiene el
conocimiento científico; al caer en un cuerpo, este conocimiento es sepultado. Así, el saber está en
el hombre pero de forma vaga. Por consiguiente, enseñar será en realidad ayudar a recordar (mediante el
diálogo socráticamente entendido). Por tanto, conocer no es buscar lo que no se sabe sino hacer que
se recuerde algo que se sabe pero se ha olvidado, es hacer presente algo que no lo está.
Se suele poner como ejemplo de esto un caso que Platón describe en su obra Menón. En ella,
el protagonista preferido de Platón, Sócrates, le muestra a Menón que sus esclavos, iletrados,
sin estudios, son capaces de extraer el doble del área de un cuadrado. Sócrates, a través de
diversas preguntas, conseguirá mostrarlo. Así, se ve cómo el conocimiento no se enseña, sino
que uno mismo, bien guiado, puede alcanzar la verdad sin nada que proceda del exterior.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 40
El procedimiento fue más o menos el siguiente: Sócrates dibujó una superficie cuadrada
(A,B,C,D) y, a continuación, a dos de sus lados les añadió una línea del mismo tamaño (con
lo que la línea CA se duplicó en CE, al igual que CD se dobló en CF). Así continuó, trazando
líneas sobre los lados del cuadrado original, ABCD, para acabar dibujando un cuadrado sobre
él con unos lados que midieran justo el doble.
E G
A B
H
A B
C D
F
C D
Lo que parecía lógico en un primer momento, pronto resultó falso. El cuadrado nuevo
(EGCF) no tenía el doble del área del cuadrado original (ABCD). El esclavo mismo iba
viendo que la operación de Sócrates, aunque parecía ser correcta, era inválida, ya que el
nuevo cuadrado en realidad albergaba el área de cuatro cuadrados ABCD, y no el doble.
Sócrates dirá: «Entonces, de la línea doble, muchacho, no resulta una superficie doble sino
E G
A B A B
C D C D
H
A B A B
F
C D C D
cuádruple», a lo que el esclavo no tendrá más remedio que decir que sí, que es verdad. A
continuación tratan de realizar la operación, en vez de calculando el doble de cada lado,
calculándola así: si cada lado del cuadrado ABCD mide dos pies, en vez de ampliarlo al
doble, cuatro pies, ampliémoslo a tres. Pero se dan cuenta de que tampoco llegarán a su
objetivo: si cada lado del cuadrado original tiene dos pies, es como si su superficie fuera de
dos veces dos pies, o sea, cuatro. Por lo tanto, están buscando el doble, un cuadrado de ocho
pies. El cuadrado EGCF con los lados dobles tendría entonces cuatro veces cuatro pies, o sea,
dieciséis. Ahora bien, si lo intentan con uno de tres pies, obtendrán una superficie de nueve
pies (tres veces tres pies). Así que ésa tampoco es la opción que deben tomar.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 41
Recordemos que el esclavo no sabe matemáticas ni geometría, pero sigue perfectamente el
razonamiento y Sócrates avanza a través de sus respuestas. En este momento, el esclavo ya
no cree saber cómo resolver el problema. Ahora sí que el esclavo tratará de buscar una
verdad que antes, como erróneamente creía saberla, permanecía insospechadamente oculta.
Sócrates va a volver al cuadrado con los lados dobles, el EGCF, incidiendo en que era el
cuádruple y no el doble del original. Así que traza la diagonal CBG y, como divide en dos ese
E G
H
A B
F
C D
cuadrado, concluyen que tiene la mitad de la superficie: en vez de dieciséis, ocho, que es la
superficie que buscan. Tenemos por tanto dos triángulos con el doble de la superficie del
cuadrado original.
A continuación traza la otra diagonal, FBE, y ven que el cuadrado original se ha dividido en
dos partes iguales (ACB y DCB), y que el cuadrado mayor se ha dividido en cuatro partes
iguales (CBF, FBG, GBE y EBC). Aquí encuentran un modo de obtener el doble: el triángulo
DCB es la mitad del triángulo CBF y la mitad del cuadrado ABCD. Así que si multiplicamos
el triángulo ADB (que es la mitad de la superficie del cuadrado original) por cuatro,
obtendremos al fin el doble del cuadrado original. Deberíamos trazar por tanto cuatro líneas
diagonales con el centro en B: AD, DH, y de A y H al punto intermedio entre E y G
(nombrémoslo I).
Platón acaba este episodio con un diálogo entre Sócrates y Menón en que explica cómo este
ejemplo demuestra que el hombre debe su conocimiento a un momento anterior a su vida y
que, por tanto, en realidad no aprende ningún conocimiento verdadero, sino que lo recuerda:
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 42
SÓCRATES: …Si uno le siguiera interrogando al esclavo muchas veces sobre esas mismas
cosas, y de maneras diferentes, ten la seguridad de que las acabaría conociendo con
exactitud, no menos que cualquier otro.
MENÓN: Posiblemente.
SÓC. Entonces, ¿llegará a conocer sin que nadie le enseñe, sino sólo preguntándole,
recuperando el conocimiento de sí mismo (sin que nadie le enseñe)?
MEN. Sí.
SÓC. El conocimiento que ahora tiene, ¿no es cierto que o quizá lo adquirió en un momento
dado o siempre lo tuvo?
MEN. Sí.
SÓC. Si, pues, siempre lo tuvo, entonces siempre también ha sido un conocedor; y si, en
cambio, lo adquirió alguna vez, seguro que no habrá sido en esta vida donde lo ha
adquirido. ¿O le ha enseñado alguien geometría?
Sigamos, pues. ¿Cómo se despierta el recuerdo de las ideas que el alma conoció antes de ser
encarcelada en el cuerpo de un hombre? ¿Cómo, si las ideas no son perceptibles por los sentidos? Es aquí
donde entra en juego el tema del amor y la belleza.
Hemos de recordar que para Platón la idea del Bien también era vista como la de Verdad, de Uno
o de la Belleza en sí. Por lo tanto, del mismo modo que las cosas de todo el mundo, inteligible y visible,
participan de la idea del Bien, también participan de la idea de Belleza. Por tanto, la vista, el más agudo de
los sentidos, sirve de mediadora entre el mundo de las ideas y el hombre, ya que para distinguir el Bien, la
Verdad o la Justica en el mundo hay que aplicar la razón, mientras que para distinguir la Belleza en el
ámbito sensible basta el sentido de la vista.
Por tanto, una vez que el hombre ve una cosa bella se enamora porque, en realidad, desea tanto
la Belleza como el Bien. Así, gracias a la belleza el alma caída logra despertar el recuerdo, el
conocimiento de las ideas. Este amor es el auténtico motor del hombre, la guía del alma caída,
consiguiendo que sus aspectos pasionales (delirio, impulso, deseo) se subordinen a la búsqueda rigurosa
del Bien en sí. El eros se convierte entonces en un procedimiento de reminiscencia racional o
intelectual, que en realidad expresa amor hacia las ideas, y que ayudará al alma a purificarse y ascender.
Por tanto, el amor de los hombres, según Platón, es deseo de belleza, deseo de alcanzar la
belleza ideal tras una imagen bella. Debemos hablar por consiguiente de una escala erótica del
conocimiento (el verdadero sentido del amor platónico) que iría de:
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 43
- en primer lugar, la atracción por la belleza de un cuerpo concreto que rinde al hombre,
- hasta que finalmente descubre que lo que ha amado en todas las cosas es la belleza en sí, la
idea de Belleza a la que imitan las cosas bellas.
Entre medias, el hombre habrá amado la belleza sensible en general, la del alma, la de las
instituciones...
Por último, Platón también dice cómo cree que es el alma, de qué cree que está compuesta: El
alma tendrá tres partes (y en ese orden de importancia):
a) La racional.
Según Platón, para alcanzar el conocimiento dialéctico, el ascenso al mundo de las ideas, o ser
virtuosos, hemos de conseguir una armonía tanto ética (interior) como política. Recuerda que la idea
máxima es la del Bien, que en rigor es una noción ética, y que, por influencia de Sócrates, Platón cree que
al conocer el Bien no querremos otra cosa que realizar el Bien. Así que la justicia ética será una armonía
entre las tres partes del alma: cada una debe dominarse a sí misma para así dominar también a las
partes inferiores del alma. Gracias a ello, cada parte del alma logrará alcanzar su virtud propia, y el
hombre será guiado por la parte superior del alma: por la razón (que es, recordemos, la que ve las
ideas).
Platón se apoya en el Mito del auriga para presentar sus reflexiones sobre el alma. El alma es
vista como un carruaje tirado por dos caballos: el blanco es un buen caballo y representa el
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 44
alma irascible, el negro es un caballo difícil de domar y representa el alma concupiscible. Los
dos caballos del carruaje los dirige un hombre, el auriga, que representa el alma racional. Este
es un carruaje alado y va por los cielos, allí conoce las ideas. Sin embargo, en su travesía,
pierde las alas y desciende hasta caer en un cuerpo. Todo el proceso que hemos explicado,
reminiscencia, escala erótica y justicia ética, sería el que ha de hacer el hombre para que su
alma vuelva a ascender a los cielos, al mundo de las ideas, que es al que pertenece.
Quedaría un último paso en todo ello, que sería la justicia política: la armonía de las tres
partes del alma en sociedad. Según Platón expone en otro mito, todos nacemos con un metal
que a su vez determina la parte del alma que mejor podemos desarrollar: si nacemos con oro
tendremos mayor inclinación hacia el alma racional; si nacemos con plata, al alma irascible;
y si nacemos con hierro y cobre, al alma concupiscible. La conclusión de este mito de los
metales es que quien nazca con oro debe ser educado para gobernante (domina la razón y las
otras dos partes de la sociedad), quien nazca con plata para guardián (domina los vicios de la
sensualidad propios del estamento siguiente) y quien nazca con cobre y hierro para artesano
(domina su alma). Si se consigue que cada persona cumpla su rol en sociedad, habrá armonía
social y eso propiciará que cada hombre pueda alcanzar su virtud.
6. LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA
En el dibujo faltaría por destacar que, tanto las sombras (representación de las imágenes)
como los animales, plantas y cosas fabricadas (objetos físicos) son, en general,
representaciones de cosas particulares. También hay que resaltar que los entes matemáticos
estarían representados en la alegoría por el reflejo en el suelo o por todo aquello que no se
puede ver bien en el exterior, ya que aún el hombre que recién ha salido no ha acostumbrado
su vista a esa luz. Las ideas serán representadas por los objetos reales. En el nivel
epistemológico (abajo en la ilustración) debemos recordar que nosotros hemos utilizado
también el concepto doxa para hablar de la opinión, así como episteme para ciencia. Por
último, donde dice “pensamiento” nosotros utilizamos “conocimiento (o pensamiento o
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 45
razón) discursiva” y en vez de “inteligencia”, “dialéctica”, que es tanto el último estadio
como el proceso completo de conocimiento.
La alegoría o el mito de la caverna fue escrita en el libro de La República, que debió de ser
finalizado hacia el 370 a. C. Si no es la obra más importante de Platón, desde luego sí es la más completa y
sistemática. Escrita en plena madurez de estilo y pensamiento, La República es un tratado de política,
pero también de pedagogía, de psicología, de metafísica, de epistemología, de escatología…
En esta obra Platón trata, entre otras cosas, de ilustrar con un ejemplo su sistema metafísico y
epistemológico, y cómo el hombre debe ser educado en él para su felicidad y el bien de todos. El mito
de la caverna comienza presentándonos a unos esclavos encadenados, metidos en una cueva oscura
(mundo visible) y habituados a esa oscuridad en la que siempre han vivido. Son espectadores pasivos que
ven pasar diversas figuras por una pared que tienen delante. Esas figuras son sombras (imágenes)
proyectadas por unos objetos que los esclavos no ven directamente, porque permanecen a sus espaldas.
Sin duda, pensarán que estas evanescentes sombras son la verdadera y única realidad (imaginación),
puesto que nunca desde su nacimiento vieron otra cosa; además, si pudieran levantarse, girar la cabeza y
mirar hacia las cosas iluminadas que proyectan esas sombras sobre la pared, les sería difícil verlas, ya que
sus ojos no están acostumbrados a la luz. A quien les dijera que aquellas cosas son más reales que las
sombras, lo tacharían de loco, y si éste les exigiera salir de su comodidad de espectadores, tratarían de
que los dejara tranquilos e incluso podrían llegar a matarlo. Esos espectadores prefieren la cómoda y
segura pasividad a la tensión de la libertad y lo desconocido.
Uno de esos prisioneros se libera y, adecuadamente instruido y con mucho esfuerzo, logrará
primero distinguir (creencia) las cosas que producen las sombras (objetos físicos); luego, ascender por
el escarpado camino que conduce al exterior de la caverna (mundo inteligible). Al principio la luz le cegará
y sólo podrá ver (conocimiento discursivo) las sombras de los objetos reales o el reflejo de éstos en el
agua o en el suelo (entes matemáticos). Más tarde ya podrá mirar directamente (dialéctica) los objetos de
fuera de la caverna (que representan las ideas), hasta que, por fin, habituados sus ojos, pudiera mirar
directamente al sol (la idea del Bien). Pero, por último, este prisionero liberado e instruido (el filósofo), que
conoce ahora la verdadera realidad, se sentirá obligado a volver a la caverna para liberar (educar) a los
otros.
En el Timeo Platón especula como un filósofo natural sobre los astros y defiende cuatro principios
explicativos del universo:
d) El demiurgo u ordenador
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 46
El demiurgo (que puede tomarse en sentido literal como una divinidad, o simbólicamente como
causa originaria del orden) no crea el mundo; su labor es la de ordenar la masa caótica de la materia en
el espacio, usando para ello los moldes que son las ideas. El demiurgo es pues como un buen artesano
que introduce en el mundo el orden, pero además introduce una finalidad: la tendencia de las cosas al
Bien. El demiurgo crea el tiempo como si se tratara de una imagen móvil de la eternidad de las ideas.
Las cosas quedan incluidas en el espacio y en el tiempo, no así las ideas. Para Platón, por tanto, éste es el
mejor de los mundos posibles puesto que el demiurgo es el mejor de los arquitectos posibles y sus
modelos son las ideas, que son perfectas. La imperfección que podamos encontrar en el mundo se debe
a la resistencia de la materia, a la imperfección de ésta.
En Platón, la ética (reflexión sobre cuál debe ser la vida adecuada para el ser humano) y la política
(reflexión sobre cuál es la forma adecuada de gobierno para la polis, ciudad) están íntimamente ligadas:
sólo será posible un Estado justo, si los individuos que lo componen son justos; por otra parte un
individuo sólo puede ser justo en el marco de una comunidad política justa.
Platón caracteriza la virtud de formas diversas, sin que por ello sean excluyentes:
a) Virtud como sabiduría. Este aspecto es de herencia socrática: Sólo puede ser virtuoso el
que es sabio (sólo el que conoce qué es la justicia puede ser justo). La verdadera sabiduría
para Platón consiste en el conocimiento, gracias a la dialéctica, de las ideas; y este
conocimiento no es completo hasta que no se alcanza el conocimiento de la idea del Bien;
quien conoce el Bien lo realiza. El virtuoso es el único que puede ser feliz. El conocimiento
de la idea del Bien es pues un conocimiento teórico (nos permite comprender el orden y
estructura de lo real) y conocimiento práctico (nos permite comprender cuáles deben ser las
normas de ordenación moral y política).
d) Virtud como purificación. Volvemos al mito del auriga: allí se presenta la virtud (con claras
resonancias pitagóricas) como la purificación del alma de las pasiones: la parte racional del
alma debe dominar a la parte apetitiva con el objetivo de liberar el alma para que ésta pueda
al fin contemplar las ideas.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 47
(que deberá ser valerosa) y ambas dominar a la parte apetitiva o concupiscible (que
logrará ser en ese caso atemperada, o sea, moderada). El individuo que lo consiga será
armonioso y justo.
Cuando cada parte realiza su función propia se da la armonía y por tanto el alma es justa y
por tanto feliz. Ahora bien, ya hemos dicho que un individuo sólo podrá ser justo si es
educado en el marco de un Estado justo. ¿Cuándo se alcanza la justicia en un Estado? De
eso se ocupa la política.
La República gira alrededor de una utopía política en la que el gobierno pertenecería a los
filósofos (o en la que los gobernantes se entregarían a la filosofía). Gobierno, por tanto, monárquico,
dirigido por un rey filósofo, o aristocrático, dirigido por un grupo de filósofos, pero en el que la
aristocracia es una aristocracia de la virtud y el saber, no de la sangre. Platón trata de desarrollar un
sistema político en que los gobernantes no se conduzcan por la ambición personal y el derecho del más
fuerte (como pretendían algunos sofistas), sino que se inspirarán en la contemplación del orden
inmutable de las Ideas, es decir, gobernarán desde el conocimiento de la verdad. La sociedad utópica
ideada por Platón es una sociedad dividida en tres estamentos con una función determinada para el
perfecto funcionamiento de la polis:
El gobernante, que en el mejor de los casos, será un rey-filósofo, podrá contemplar la naturaleza
de cada uno de sus ciudadanos. A esta naturaleza le corresponde una virtud moral primordial. Por tanto,
en función de ella, cada individuo será situado en el estamento más idóneo. Así, los gobernantes han de
ser sobre todo prudentes; los guerreros, fuertes; y los productores, templados. A partir de ahí Platón
define la justicia social como la armonía que se alcanza cuando cada clase realiza adecuadamente la
función que le es propia. Del mismo modo, como ya mencionamos, la justicia individual se alcanza
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 48
cuando cada parte del alma realiza la función que le es propia. Es decir, mediante el concepto de justicia
el filósofo enlaza íntimamente ética y política.
Armonía entre las partes del alma Armonía entre las clases sociales Justicia
Se trata de una organización política estrictamente jerarquizada. No todos los individuos están
igualmente dotados por naturaleza, ni deben realizar las mismas funciones. En cada uno predomina un
aspecto del alma, y debe ser educado para la función que le es más idónea (el Estado platónico es ante
todo una institución educativa). La vida de los ciudadanos está en función del bien de la comunidad. Así, por
ejemplo, Platón habla incluso de una abolición de la propiedad privada y de la familia. De este modo,
gobernantes y guerreros, estarán a salvo de la ambición personal o de casta. Mujeres y hombres reciben la
misma educación. Ésta es gradual, a partir de la cual se determina la clase a la que pertenecerá cada uno.
Los que se muestran menos dotados reciben una educación elemental y forman la clase de productores; los
más aptos continúan y serán seleccionados para guardianes o, en el caso de los mejores, para
gobernantes.
Por tanto, la forma ideal de gobierno es pues la aristocracia (gobierno virtuoso, a medida del
areté). Ésta pasaría a ser una timocracia si prima la ambición y el ansia de honores de los guerreros, y
degeneraría en oligarquía (gobierno de los ricos) y más tarde en democracia (gobierno del pueblo que
impone una libertad inmoderada, donde cualquiera podría gobernar) que lleva a la anarquía, y de ahí a la
tiranía (ruina definitiva y última degeneración del Estado: de la mayor libertad, surge la mayor esclavitud).
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 49
-Y, si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no
piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas
ANEXO I sombras que veían pasar ante ellos?
-Forzosamente.
-¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la
parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que
Texto Para la P.A.U. hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos
que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra
que veían pasar?
-No, ¡por Zeus! -dijo.
— PLATÓN
-Entonces no hay duda -dije yo- de que los tales
no tendrán por real ninguna otra cosa más que
las sombras de los objetos fabricados.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 50
reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos no vale la pena ni aun de intentar una semejante
mismos. Y después de esto le sería más fácil el ascensión? ¿Y no matarían, si encontraran ma-
contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo nera de echarle mano y matarle, a quien intenta
mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y desatarles y hacerles subir?
la luna, que el ver de día el sol y lo que le es
-Claro que sí-dijo.
propio.
-Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla
-¿Cómo no?
toda ella, ¡oh, amigo Glaucón!, a lo que se ha
-Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus dicho antes; hay que comparar la región revelada
imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar por medio de la vista con la vivienda-prisión y la
ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio luz del fuego que hay en ella con el poder del sol.
y tal cual es en sí mismo, lo que él estaría en En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la
condiciones de mirar y contemplar. contemplación de las cosas de éste, si las
comparas con la ascensión del alma hasta la
-Necesariamente -dijo.
región inteligible no errarás con respecto a mi
-Y, después de esto, colegiría ya con respecto al vislumbre, que es lo que tú deseas conocer y que
sol que es él quien produce las estaciones y los sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo
años y gobierna todo lo de la región visible y es, cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en
en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas el mundo inteligible lo último que se percibe, y
que ellos veían. con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez
percibida, hay que colegir que ella es la causa de
-Es evidente -dijo- que después de aquello
todo lo recto y lo bello que hay en todas las
vendría a pensar en eso otro.
cosas, que, mientras en el mundo visible ha
-¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior engendrado la luz y al soberano de ésta, en el
habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos inteligible es ella la soberana y productora de
compañeros de cárcel, ¿no crees que se conside- verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que
raría feliz por haber cambiado y que les compa- verla quien quiera proceder sabiamente en su
decería a ellos? vida privada o pública.
-Efectivamente.
-Y, si hubiese habido entre ellos algunos honores
o alabanzas o recompensas que concedieran los
unos a aquellos otros que, por discernir con
mayor penetración las sombras que pasaban y
acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las
que solían pasar delante o detrás o junto con
otras, fuesen más capaces que nadie de profeti-
zar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees
que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que
envidiaría a quienes gozaran de honores y
poderes entre aquéllos, o bien que le ocurriría lo
de Homero, es decir, que preferiría decidida-
mente «ser siervo en el campo de cualquier
labrador sin caudal» o sufrir cualquier otro destino
antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
-Eso es lo que creo yo -dijo-: que preferiría
cualquier otro destino antes que aquella vida.
-Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá
abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no
crees que se le llenarían los ojos de tinieblas
como a quien deja súbitamente la luz del sol?
-Ciertamente -dijo.
-Y, si tuviese que competir de nuevo con los que
habían permanecido constantemente encadena-
dos, opinando acerca de las sombras aquellas
que, por no habérsele asentado todavía los ojos,
ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo
que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría
que reír y no se diría de él que, por haber subido
arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 51
ANEXO II
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 2 52
ANEXO III
Esta primera pregunta es la menos filosófica del examen y, dicho sea de paso, la más fácil de preparar, pues basta con
sabérsela de memoria. Pero si queremos hacer un examen de calidad y obtener buena nota, no debemos conformarnos con
citar una lista de hechos y nombres, sino que debería estar redactada con un hilo, un argumento, que nos describa el
mundo en el que vivió el autor y la relación de éste con su pensamiento.
En general, en la P.A.U. hay que hacer las preguntas por separado, y en este caso son dos, un contexto histórico y cultural,
por un lado, y un contexto filosófico, por otro. Y cada una valdrá un punto, dos en total.
Pero atento al tiempo, no deberías emplear más de 15 ó 17 minutos en redactarla.
— PLATÓN: Aunque no se trate de algo exacto y riguroso, el contexto quizá debería contener lo siguiente:
I. Un CONTEXTO HISTÓRICO (menos de 5 minutos / máximo media cara del folio con la letra normal):
g) Pericles y la democracia Ateniense: los conflictos internos de la política ateniense, el gobierno de los
Treinta Tiranos.
II. Un CONTEXTO CULTURAL (menos de 5 minutos / máximo media cara del folio con la letra normal):
III. Un CONTEXTO FILOSÓFICO (como mucho 10 minutos, pero mejor 7 / máximo una cara del folio con letra normal):
j) Y sobre todo, las enseñanzas de su maestro Sócrates, frente a los sofistas: anti-relativismo,
esencialismo, la importancia del diálogo como método, las definiciones universales y el intelectualismo
moral.
III. ARISTÓTELES (384-322 a. C.)
1. ARISTÓTELES Y SU MUNDO
Aristóteles nació alrededor del 384 a. C. en Estagira. El padre de Aristóteles, Nicómaco, a pesar de
ser un griego puro, se relacionó con el rey Amintas de Macedonia, y se convirtió en médico oficial de la
familia real, además de amigo y consejero de la corte macedonia. En esta corte, Aristóteles conoció y
trabó amistad con Filipo, hijo de Amintas y futuro rey. En su infancia recibió una formación con un elevado
componente práctico y empírico que marcó su actividad filosófica (véase su interés por la biología).
Sin embargo, la posición hegemónica sobre toda de Grecia del rey Filipo II de Macedonia, ejercida
desde el 358 a. C., provocó profundos odios entre los atenienses contra todo aquel que fuera macedonio, y
Aristóteles se vio obligado a abandonar precipitadamente su querida Academia y Atenas en el 347 a. C.
Además, aquel mismo año había muerto Platón, y su sobrino Espeusipo fue reconocido como director de la
Academia. Aristóteles no salió de tierras griegas y se instaló en Aso, y luego en Mitilene, en la isla de
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 54
Lesbos. En este segundo período realizó importantes estudios de ciencias naturales. Simultáneamente,
se fue distanciando de muchas de las posiciones platónicas.
En el año 342 a. C., el rey Filipo pidió a Aristóteles que se encargara de la educación de su hijo
Alejandro, el futuro Alejandro Magno. Aristóteles aceptó y, junto con sus colaboradores, se trasladó a
Macedonia. De este modo, pudo realizar aquello que tanto había deseado Platón: formar intelectualmente a
un futuro rey, unir poder intelectual y poder político. Alejandro contaba entonces trece años. Hasta los
dieciséis, Aristóteles fue su educador (desde los cuarenta y dos hasta los cuarenta y cinco años). Sin
embargo, no parece que Aristóteles pudiera influir demasiado en la formación del pensamiento político de
Alejandro. La educación del joven príncipe se vio interrumpida cuando éste tuvo que hacerse cargo de la
regencia (Filipo se encontraba ausente por actividades bélicas). Estamos en el 339 a. C.; es el momento de
volver a Estagira para Aristóteles donde sistematizó sus observaciones y sus reflexiones. La hegemonía
macedonia en Grecia se consolidó en la batalla de Queronea (338 a. C.), con la victoria sobre la alianza de
Atenas y Tebas. El rey Filipo fue asesinado en el año 336 a. C. y Alejandro se impuso como nuevo
monarca. En adelante sus conquistas militares fueron realizadas en nombre de los griegos, no sólo en
nombre de Macedonia.
Mientras Alejandro se preparaba para las famosas campañas militares contra Persia, Egipto y el
Indo, Aristóteles volvió a la sometida Atenas y fundó una nueva escuela (335 a. C.) en los jardines del
santuario dedicado al dios Apolo Likeis, de ahí el nombre de la escuela: el Liceo. Durante trece años,
Aristóteles enseñó en el Liceo; fueron años de gran actividad científica y teórica: de observación empírica
y de especulación a partir de ella. Esta frenética actividad intelectual caracteriza el tercer y último período de
su vida. Mientras Aristóteles enseñaba en el Liceo, la situación socio-política griega era cada vez más
comprometida. La hegemonía macedonia había deshecho el sistema de polis o ciudades-Estado
característico de Grecia. Además, las victorias y conquistas orientales de Alejandro alimentaban sus
inclinaciones más despóticas y hacían crecer sus pretensiones de divinidad. Debido a todo ello, al final de
esta época se rompió la amistad de Aristóteles con Alejandro.
Poco antes de la muerte de Alejandro, el partido macedonio era odiado por el pueblo griego.
Aristóteles, asociado con Alejandro y con el poder macedonio, fue también odiado. Cuando, en el año 323
a. C., murió Alejandro, Aristóteles fue acusado de impío, y para evitar lo que él denominó un segundo
crimen contra la filosofía, abandonó la ciudad de Atenas y se retiró a la isla de Eubea. Murió al año
siguiente, 322 a. C., a los 62 años.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 55
Sabemos que buena parte de la obra aristotélica fue a parar a Roma y que Andrónico de Rodas,
undécimo director del Liceo, la ordenó y publicó con el nombre de Corpus aristotelicum. A Andrónico
debemos el nombre de metafísica (Metà ta fisicá, etimológicamente, los de después de la física), ya que al
reunir las obras sobre física en sentido estricto, quedaron catorce obras que explicaban el ámbito físico
desde una perspectiva más profunda; o en terminología aristotélica, sobre la filosofía primera o la ciencia
universal. Prácticamente la totalidad de las obras de Aristóteles hoy conservadas pertenece a su tercer
período o años del Liceo y son escritos esotéricos. Los podemos clasificar de la siguiente forma:
Ciencias Historia de los animales, Sobre la marcha de los animales, Generación de los animales... La
Naturales mayor parte de la obra aristotélica se enmarca en el campo de la zoología.
Psicología Sobre el alma, Sobre la memoria, Sobre la percepción, El sueño, La vida y la muerte...
Ética y Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo, Gran moral, Política, una colección de constituciones de
Política 158 Estados...
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 56
Para Platón, las ideas son aquello que hace inteligible el mundo físico, porque constituyen la esencia de las
cosas.
Como discípulo de Platón, Aristóteles se educó en esta concepción de la realidad; aunque pronto
le surgieron dudas, que se convirtieron, con el paso del tiempo y la maduración intelectual del pensador, en
crítica abierta y rechazo. Algunos de los inconvenientes que Aristóteles advertía en la teoría platónica son
los siguientes:
a) Si el mundo sensible y material que nos rodea sólo se explica como una copia imperfecta de
las ideas, es lógico suponer que todo lo que existe tiene un modelo perfecto en el mundo
ideal. Entonces surge la pregunta: ¿existe una idea de cualquier cosa, de barro, de broza, de
maldad, de crimen?, ¿existe la idea de maldad perfecta? Para Aristóteles es inadmisible la
existencia de ideas perfectas de todo lo malo y negativo que hay en el mundo.
b) Otra. Si todo lo que existe en el mundo es lo que es: un caballo, un hombre, un árbol... porque
participa de la correspondiente idea de caballo, hombre o árbol, es natural considerar que la
esencia de cada cosa es la idea de la que participa. Ahora bien, ¿cómo es posible que la
esencia de una cosa, aquello que la hace ser lo que es, esté separada de esta cosa? Para
Aristóteles, la esencia de una cosa, su causa, no puede existir separada de esa misma
cosa.
c) Otro grave inconveniente que Aristóteles descubre en la teoría ideal de Platón radica en que
ésta no consigue explicar ni dar razones de aquello que es más característico del mundo
material y sensible: el movimiento y el cambio. ¿Cómo puede el mundo perfecto,
incorruptible, inmutable y eterno ser causa y explicación de un mundo cambiante, imperfecto,
donde todo es mortal y provisional?
Como recordarás, una de las primeras preocupaciones de los filósofos fue encontrar una
explicación racional para lo que les rodeaba. Una explicación que les hiciera comprensible y clara la
naturaleza. Este interés por la naturaleza pronto se tradujo en una investigación sobre el cambio y el
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 57
movimiento, verdaderos protagonistas del mundo natural. Desde un principio, los físicos se percataron de
que lo que nos rodea es una realidad diversa y múltiple, y que, además, se halla en continua y perpetua
transformación. Las estaciones se suceden, la noche sigue al día, el sol a la lluvia; lo que antes era verde
vivo ahora es amarillo marchito; allí donde había una casa ahora se amontonan los escombros; los niños de
ayer ahora son ancianos...
Los primeros filósofos, entre ellos Heráclito y Parménides, tuvieron que enfrentarse con este
confuso e imprevisible mundo, para tratar de otorgarle un orden y un sentido que lo hiciera comprensible.
Como recordarás, Heráclito recogía esta constatación de nuestros sentidos y la elevaba a razón universal:
todo se halla en perpetuo cambio y transformación; el movimiento es la ley del universo. Parménides, al
contrario, cuestionaba en su famoso poema los datos proporcionados por los sentidos y se aferraba a la
evidencia lógica: el movimiento es imposible, pues el cambio es el paso del ser al no ser; o a la inversa,
del no ser al ser. Ello es del todo inaceptable, ya que el no ser no existe y nada puede surgir de él. Por
tanto, nuestros sentidos nos engañan y las transformaciones que vemos son sólo una ilusión.
La teoría platónica supone una especie de síntesis de estas dos concepciones opuestas. Por
un lado, tenemos el mundo sensible, caracterizado por un proceso constante de transformación (como
decía Heráclito); por el otro, el mundo abstracto y perfecto de las ideas, caracterizado por la incorruptibilidad
y eternidad (como afirmaba Parménides).
Sin embargo, según Aristóteles, Platón sólo yuxtapuso las dos concepciones, pero no llegó a
integrarlas. Por ello, no consideró su respuesta una auténtica explicación de la naturaleza y el cambio. Para
ver cuál es la concepción que defiende Aristóteles, deberemos adentrarnos tanto en su Física (ciencia del
ente móvil) como en la Metafísica, pues para entender su explicación del cambio es preciso primero
conocer su concepción de la realidad.
Aristóteles trata de superar la teoría de las ideas. Los dos mundos platónicos se
convierten en dos dimensiones presentes en todo ser sensible, dos caras
(materia y forma) de una misma realidad: la sustancia. Por ejemplo, Platón
hablaba de la idea de caballo y de un caballo concreto como cosas diferentes.
Aristóteles, en cambio, ve la idea de caballo dentro de cada uno de los caballos
concretos existentes.
Las sustancias no son sino los individuos concretos que nos rodean. A diferencia de Platón, que
sólo reconocía como auténtica la realidad ideal y consideraba los objetos sensibles ilusión y engaño, para
Aristóteles todo lo que nos rodea: este gato, esta casa, el vecino..., son sustancias y constituyen la única y
auténtica realidad.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 58
Toda sustancia es algo concreto y, por tanto, se encuentra en un lugar y momento determinados;
es decir, forma parte del mundo sensible y material. No obstante, no por ello debemos pensar que esta
realidad sustancial se identifica con el mundo sensible de Platón. La realidad sustancial constituye una
síntesis de los dos mundos platónicos. Veámoslo.
— 2.2.1 El hilemorfismo
Toda sustancia es un compuesto de materia y forma. De todo individuo concreto, por ejemplo
de la mesa sobre la que escribes, se puede distinguir la materia de la que está formado (madera, si es el
caso), y la esencia o forma, aquello que la hace ser lo que es, en este caso una mesa y no una silla o una
cuchara (entre otras cosas, estar formada por una base plana sustentada por cuatro patas).
En otras palabras, en los individuos concretos, en las sustancias, puedo encontrar dos
dimensiones que se corresponden con las dos realidades que postulaba Platón. Por una parte, la materia,
componente físico; y por otra, la forma, conjunto de cualidades específicas de una cosa que hacen que
sea aquello que es. Estos dos componentes sólo son escindibles teóricamente, en un proceso de
abstracción. En la realidad, materia y forma constituyen un compuesto inseparable y no, como mantenía
Platón, dos mundos irreconciliables.
En otras palabras, el mundo de Aristóteles es, por decirlo así, bidimensional. Cada uno de los seres o
sustancias individuales que lo integran se compone de materia y forma. Materia y forma son las dos caras de
una misma realidad, tan inseparables una de otra, como un individuo chato respecto de su nariz.
(COLOMER, E.«Introducción a Aristóteles», en Psicología)
Esta teoría que defiende la composición material y formal de toda sustancia se denomina
hilemorfismo, del griego hylé (materia) y morphé (forma). La materia es el soporte o sustrato de la forma
(la madera es el sustrato de la mesa), sin materia no hay sustancia (sin madera, o hierro o mármol, no hay
mesa). Pero la materia por sí sola tampoco es nada. Sin forma, sin esencia, la madera o el mármol
(hablando de una mesa) no constituyen ninguna sustancia: la forma es lo que hará de ella una mesa, una
silla o un arca.
Aristóteles habla de dos clases de sustancia: sustancia primera y sustancia segunda. Por un lado,
tenemos individuos concretos, por ejemplo todos y cada uno de los caballos: Bucéfalo, Babieca,
Rocinante… Constituyen sustancias primeras. Por otro lado, aquello que tienen en común Bucéfalo,
Babieca y Rocinante y todos los caballos; es decir, la esencia o forma de caballo, es también sustancial,
porque es precisamente aquello que nos permite hablar de la sustancia caballo. En este sentido, la esencia
o forma de los individuos es también sustancia, sustancia segunda.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 59
2.3 Potencia y acto
Ya hemos visto cuál es la concepción aristotélica de la realidad. Todo lo que existe, todo lo que es,
es una sustancia. No obstante, esas sustancias se transforman, aparecen y desaparecen. El caballo fue
primeramente un potro, pero envejecerá y morirá. Lo mismo sucede con el resto de las sustancias: ninguna
es inmune al paso del tiempo. Según Parménides, esto era imposible. Lo que es no puede surgir de la
nada, ni tampoco puede acabar así. La generación, transformación y destrucción de las cosas es aparente,
el ser es perfecto y eterno. Este razonamiento conduce inevitablemente a la negación de la posibilidad de
cambio y movimiento.
Para Aristóteles, el tratamiento que Parménides hace del ser no es el adecuado y tampoco lo es
su negación del cambio natural propio de todas las cosas. Según el estagirita, el error de Parménides radica
en el hecho de no darse cuenta de que existen diversas maneras de ser o no ser. Fijémonos en ello. Una
semilla no es un árbol, pero puede llegar a serlo. Un árbol no es un armario, pero puede llegar a serlo. En
otras palabras, todas estas maneras son maneras relativas de no ser. El no ser del ejemplo anterior es un
no ser diferente de este otro: una semilla no es una gallina ni llegará a serlo nunca, un árbol no es un niño,
ni lo podrá ser. Ésta es una manera absoluta de no ser.
Esta distinción entre no ser relativo y no ser absoluto nos lleva a una distinción típicamente
aristotélica: potencia y acto. La semilla no es un árbol en acto, pero sí lo es en potencia. El árbol es árbol en
acto, pero en potencia puede ser una mesa, un armario, una silla... Veamos la distinción:
a) Potencia (dynamis). Capacidad que posee la materia de una sustancia de asumir o recibir una
forma diferente de la que tiene. La madera es en potencia una mesa, un banco, una cuchara,
porque tiene la capacidad de adquirir la forma de todas estas cosas.
b) Acto (enérgeia). Es la realidad actual de cualquier sustancia y es la forma particular que haya
recibido la materia; en otras palabras, siempre es consecuencia de la actualización de una
potencia.
Este binomio acto y potencia es lo que hace posible la explicación del fenómeno físico del
cambio, es decir, de la adquisición de una nueva forma por parte de la materia. Todo ser está en acto de
alguna cosa y tiene diferentes potencias. Esto explica el dinamismo que regula el mundo. ¿Qué es el
cambio o el devenir? Todo cambio consiste en la actualización de una potencia.
La explicación del cambio se completa con la teoría de las cuatro causas. El concepto de causa
que emplea Aristóteles es diferente del que utilizamos en la actualidad. Para el filósofo clásico, todo aquello
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 60
que es necesario para que se produzca un fenómeno es su causa. Así pues, aquello de lo que está
hecho (materia), sus cualidades esenciales (forma), el ejecutor (causa eficiente) y el objetivo que persigue
(finalidad) son considerados sus causas.
Veámoslo más claramente con un ejemplo. Las cuatro causas que se pueden atribuir a una
escultura de Zeus son: el mármol de la que está hecha (causa material), la idea o modelo con que ha
trabajado el artista (causa formal), el artista o productor de la obra (causa eficiente), y el móvil u objetivo
que ha motivado al artista, por ejemplo honrar a los dioses (causa final).
— 2.4.1 El teleologismo
De las cuatro causas establecidas, la causa final es posiblemente la que implica más
repercusiones. Afirmar que todo fenómeno o suceso responde a un objetivo supone defender, en palabras
del propio pensador que «la naturaleza no hace nada en vano» (De caelo, 271a 33).
Si respondemos a la pregunta ¿por qué llueve? diciendo porque el vapor de agua de las nubes se
enfría y se condensa formando gotas de agua que caen al suelo, Aristóteles replicaría afirmando que esto
no es suficiente, que aún hay más: llueve porque las plantas y los animales necesitan agua para poder
crecer y vivir.
Al igual que el hombre actúa en pos de unos objetivos que se autopropone, toda la naturaleza está
animada de tendencias hacia fines determinados. Un canal, obra humana, se construye para poder regar;
un río, obra natural, también tiene una finalidad parecida. Para Aristóteles, todo en la naturaleza tiende a
un fin: mejorar y perfeccionarse, actualizando sus potencias (el árbol dando fruto, el cachorro creciendo...).
Teniendo claro ello, Aristóteles considera que hay dos clases de movimiento:
b) Cambio accidental: en que no se generan ni destruyen sustancias, sino que éstas sufren
modificaciones o cambios accidentales de su ser. Estos pueden ser de tres clases:
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 61
II. cualitativo o según la cualidad: alteración;
Por tanto, tratándose del movimiento o cambio accidental lo que permanece a través del cambio
no plantea problema alguno: son las sustancias naturales que pierden ciertos caracteres accidentales
(atributos) para adquirir otros que no poseían.
Pero ¿qué es lo que permanece en los cambios sustanciales? No, desde luego, la sustancia, ya
que el cambio sustancial supone su generación o destrucción. Lo que permanece es un substrato o materia
primera. Por tanto, estamos ante una nueva distinción aristotélica, en esta ocasión de la materia:
a) Materia primera o substrato. Es captable sólo por la inteligencia, y se caracteriza por ser en
potencia todos los cuerpos. Aunque es indeterminada, sí está en la sustancia.
Recuerda que la forma es la que determina a la materia; es lo que hace que algo sea lo que
concretamente es (hombre, caballo, mesa, estatua…); y la materia es aquello con que está hecho algo
(carne, madera, bronce…); y que la forma es común a individuos de una misma especie: por ejemplo
Sócrates y Gorgias tienen en común la forma o esencia de hombre.
Ya hemos visto que la naturaleza está compuesta por sustancias que se hallan en constante
movimiento y cambio. Sin embargo, esto no es sino una pequeña muestra de la visión que Aristóteles tenía
del Universo. Según él, el Universo es un cosmos finito en el espacio y eterno en cuanto al tiempo, y que
se encuentra dividido en dos mundos: el sublunar o terrestre y el supralunar o celeste.
Tanto si es rectilíneo e imperfecto (mundo sublunar) como circular, perfecto e inalterable (mundo
supralunar) en ambos mundos, el movimiento necesita, según la Física aristotélica, un motor que lo
produzca. Ahora bien, como no podemos retroceder hasta el infinito (lo considera lógicamente imposible) en
busca de un motor anterior, Aristóteles deduce la existencia de un Primer Motor inmóvil. Este motor
mueve todo el Universo a través de la esfera de las estrellas fijas.
El primer motor inmóvil es una sustancia inmóvil, que es la causa primera del Universo, es acto
puro. ¿Cómo si no podría ser inmóvil? Recuerda que hemos dicho que el movimiento consiste en la
actualización de las potencialidades, en el perfeccionamiento de las posibilidades que tiene toda sustancia.
Por tanto, potencia es sinónimo de movimiento, y el Motor Inmóvil ha de estar exento de él. Asimismo, el
primer motor será también forma pura sin materia, pues, como hemos visto, la materia comporta
potencialidad y movimiento.
Por otro lado, el Primer Motor mueve como causa final, y no como causa eficiente, ya que todo el
Universo se mueve y transforma por la atracción y el deseo de aproximarse a esta perfección. Este Primer
Motor es Dios en el sentido que es causa suprema del Universo, a pesar de que no se pueda identificar con
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 62
un dios personal y creador del mundo. En definitiva, podemos afirmar que la Cosmología nos ha llevado a
hablar de la divinidad; es decir, nos ha conducido hasta la Teología.
3. ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA
El ser humano, al igual que el resto de los seres vivos, es un ser animado, es decir, tiene alma.
La misma palabra animal está emparentada con animado y alma. Además, el término alma es la traducción
latina del nombre griego psykhe, que en un sentido primigenio significaba ‘aliento, vida’. Alma y vida son dos
conceptos cercanos y prácticamente sinónimos. El alma es lo que da vida a la materia o cuerpo y, por ello,
su posesión distingue a los seres vivientes de los seres inertes.
Como uno más de los seres animados, el ser humano está constituido, aunque no sea de manera
exclusiva, por un alma. Como Platón, Aristóteles mantiene una postura dualista hacia el hombre. El ser
humano es un compuesto de alma y cuerpo, de forma y materia, de acto y potencia.
Ahora bien, en contra de la teoría platónica, el dualismo aristotélico no pretende establecer una
oposición entre cuerpo y alma como si se tratara de realidades de naturaleza contraria. Alma y cuerpo son,
según el estagirita, complementarios y no opuestos. De la misma forma que materia y forma constituyen
toda sustancia, alma y cuerpo forman un individuo separable únicamente en teoría. Así pues, a pesar de
que el alma es el principio vital que mueve y da vida al cuerpo, podemos concluir que ésta, para existir,
depende tanto del cuerpo como la vista del ojo o la sonrisa
de la boca.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 63
Cada una de estas funciones anímicas (vegetativa, sensitiva e intelectiva) es característica de una
especie (plantas, animales y seres humanos). Sin embargo, no lo es en exclusividad, ya que, por ejemplo, la
función superior del alma, la intelectiva, supone las otras dos.
Nutritiva. Está relacionada con la búsqueda, la asimilación y el Todos los seres vivos,
Alma
aprovechamiento de los recursos vitales. Su objetivo es la aunque es específica de
vegetativa
conservación de la especie. las plantas.
Alma Apetitiva y motora. Está relacionada con la percepción sensible y la Todos los animales,
sensitiva capacidad de trasladarse, modificar e interactuar con el entorno. incluso el ser humano.
Esta concepción antropológica del ser humano tendrá repercusiones en la tª ética aristotélica.
La ética, un saber práctico, trata de la manera como han de organizar su vida los humanos para
poder vivir bien y ser felices. En los animales, según Aristóteles, el ethos, carácter o manera de ser,
determina su comportamiento y su forma de actuar. EI ser humano, en cambio, está dotado de alma
racional, puede pensar, reflexionar y decidir más allá del condicionamiento de su ethos. Por ello, la ética
tiene sentido, ya que es una disciplina encargada de orientar y guiar el comportamiento.
Igual que su Física, su Ética tiene una importante dimensión teleológica. Toda acción responde
a un objetivo o finalidad; en otras palabras, actuamos buscando un bien, ya sea ganar dinero, vivir
tranquilos u obtener fama y reconocimiento.
Detrás de todos estos objetivos que, o sólo tienen apariencia de bienes o son en realidad un
medio para alcanzar otro objetivo, existe un bien que se busca por él mismo: la felicidad.
Según Aristóteles, la felicidad (eudaimonia) es el bien supremo, deseable por él mismo y que no
se subordina a ningún otro. Pero si nos preguntamos en qué consiste la felicidad, nos damos cuenta de que
cada uno encuentra la felicidad, si la encuentra, en un lugar diferente. A pesar de esto, para Aristóteles, la
finalidad de cada cosa radica en aquello que le es propio, en actualizar sus posibilidades o potencias. Así,
para un cuchillo lo más propio es cortar, para un árbol crecer y dar fruto. Para el ser humano, lo más
característico y natural es la racionalidad, por ello la felicidad consistirá en ejercer esta facultad, es decir, en
llevar una vida contemplativa dedicada al saber.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 64
3.3 Virtudes dianoéticas
Como acabamos de decir, la actividad más específica del hombre será aquella que le proporcione
mayor felicidad. Aristóteles la deduce a partir de su concepción antropológica. Aquello que es propio y
característico del hombre no es su dimensión vegetativa, ni su dimensión sensitiva, sino su dimensión
intelectiva. En la actividad racional, en la actualización de sus potencialidades intelectuales, el hombre
encuentra la más completa felicidad.
La buena ejercitación de la actividad intelectual o racional, en todos sus aspectos, nos dota de
excelencias o eficiencias teóricas que son denominadas virtudes dianoéticas. Dianoético proviene, en
griego, de diánoia, que significa ‘pensamiento’ o ‘razón discursiva’. Por ello, las virtudes dianoéticas son
todas aquellas que están relacionadas con la capacidad de reflexión y deliberación y, por tanto, con la
capacidad para entender cómo es el mundo y saber cómo aplicar aquello que se reconoce como correcto
en la elección más acertada. Aristóteles habla de las siguientes virtudes dianoéticas:
La prudencia, pues, es necesariamente una manera de ser racional, verdadero y práctico, en relación con los
bienes humanos.
(ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco, VI 5c.)
i) La inteligencia intuitiva (nous): la habilidad de captar los principios más generales o axiomas
de la ciencia.
Las virtudes dianoéticas o intelectuales son teóricas y tienen un valor por sí mismas; y es
precisamente en su ejercicio donde radica el ideal de vida y la posibilidad de máxima felicidad. Una persona
que no ejercite estas capacidades deja de realizar la más genuina actividad humana. Por tanto, está como
incompleta y es poco probable que pueda ser realmente feliz.
Según Aristóteles, el ser humano es feliz cuando actúa y vive de acuerdo con aquello que le es
propio; por tanto, como lo característico y peculiar de los humanos es la racionalidad, el máximo bien y
felicidad consistirá en la actividad intelectual.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 65
Sin embargo, el ser humano no es solamente intelecto, el ser humano forma parte del reino
animal y, como el resto de los animales, tiene necesidades, deseos, etc. Recordemos que el alma humana
no sólo cumple una función racional, también tiene una función sensitiva y vegetativa. Por esta razón, las
virtudes que posibilitan al ser humano llevar una vida de acuerdo con el bien no son sólo dianoéticas,
también son necesarias las virtudes éticas.
Si las virtudes dianoéticas tenían que ver con nuestra manera de reflexionar y conocer, las
virtudes éticas están relacionadas con la manera de actuar en el mundo, controlando nuestras pasiones
y nuestros deseos. El ser humano actuará correctamente y será virtuoso si sus deseos y costumbres se
encuentran dentro de lo racional, una racionalidad que en cada circunstancia escoge según un término
medio óptimo entre dos extremos de conducta, ambos negativos.
Aristóteles continúa aplicando la norma del término medio a un conjunto de virtudes como la
amabilidad, la veracidad, el buen humor, la justicia... Consciente de que este término medio dependerá de
cada caso y de cada situación, considera que sólo la prudencia y la razón de cada uno garantizan la
elección correcta del término medio.
Aristóteles sabe muy bien que alcanzar la felicidad no es tarea fácil. Además se da cuenta de que:
la felicidad no puede prescindir de los bienes externos. Es asimismo imposible, o por lo menos difícil, hacer el
bien si se está falto de recursos, ya que podemos realizar muchas cosas si tenemos, como instrumentos,
amigos, dinero o influencia política. Y, por otra parte, hay quien ve quebrantada su fortuna si le faltan algunas
satisfacciones, como provenir de una buena familia, tener hijos educados o gozar de buena presencia.
(Aristóteles. Ética a Nicómaco, 1099a 30 – 1099b 5).
Por ello, su ideal de vida feliz implica, entre otras cosas, tener solucionados los problemas
inmediatos y, disfrutando del ocio, poder dedicarse a la actividad científica, a la búsqueda teórica, a la
contemplación de lo universal y necesario. La felicidad suprema, aquella que nos hace semejantes a la
divinidad, sólo la genera la vida contemplativa.
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4. EL CONOCIMIENTO INTELECTUAL
Desde los presocráticos, la sensibilidad y la experiencia estaban muy devaluadas como fuente de
conocimiento: los sentidos eran casi un continuo estorbo. Pero Aristóteles adopta una perspectiva opuesta:
no duda en devolver todo su valor a lo empírico. Los seres reales son únicamente las sustancias
individuales y corpóreas, compuestas de materia y forma. Esto significa, en otras palabras, que los cuerpos
poseen un principio de inteligibilidad: su forma o esencia inmanente. Por lo tanto, el conocimiento sólo
es posible cuando se ocupa de las cosas sensibles de este mundo. Todo conocimiento comienza por las
sensaciones y suele terminar en el pensamiento; o sea, nuestro entendimiento conoce primero lo particular,
concreto y físico, antes que lo universal o abstracto. Según Aristóteles, sólo a través de lo particular
podemos llegar a conocer lo universal.
Por otro lado, Aristóteles, al contrario que Platón, no admite la preexistencia del alma; así que
el alma racional no puede pensar nada si primero no ha recibido las representaciones, sensaciones o
materiales que le suministran los sentidos. Es decir: no hay nada en el entendimiento que primero no
estuviera en los sentidos. Los sentidos son receptores de las formas sensibles de los cuerpos sin la
materia, lo mismo que la cera recibe la marca de un anillo sin el hierro o el oro. El ojo que contempla el
bosque se apodera de las formas del bosque (sus colores, siluetas, olores, sonidos...) y así el bosque está
en él (aunque sea en sentido figurado, inmaterial).
Aristóteles distingue varios niveles de conocimiento que van ascendiendo desde el alma
sensitiva al alma intelectiva o racional: desde el nivel más bajo, la sensación, va subiendo (imaginación,
experiencia) hasta alcanzar el nivel de conocimiento del entendimiento. El entendimiento es la capacidad
de discurrir racionalmente, de razonar. Se dan dos tipos de entendimiento (también llamado intelecto):
a) Entendimiento pasivo (también llamado paciente): recibe las imágenes que le presentan los
sentidos. Percibe así las cosas, los objetos materiales, físicos y tiene en potencia la capacidad
para recibir y conocer las formas universales inteligibles.
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5. LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Ética y política, tanto en Platón como en Aristóteles, son ámbitos inseparables: la ética conduce
a la política y la política vehicula el ideal ético. Si la ética se ocupa de organizar y orientar el comportamiento
individual en pos del bien y la felicidad, la función de la política es organizar la vida y el comportamiento
colectivo para asegurar el bien común. En definitiva, ética y política tienen el mismo objetivo: el bienestar y
la felicidad humanos.
No obstante, la ética está subordinada o depende de alguna manera de la política, pues, por un
lado, es preferible el bien de la comunidad a la felicidad de un solo individuo y, por otro, el individuo, en
tanto que ser social, sólo puede desarrollarse y ser feliz en el marco de la polis o sociedad. Ésta tiene la
obligación y el deber de proporcionar las bases y las herramientas necesarias para que sus miembros
satisfagan sus necesidades e intereses.
Para Aristóteles, el ser humano es, por su naturaleza y condición, un ser esencialmente político
(polis), es decir, social. Esto significa que es en el seno de la comunidad donde el hombre puede realizarse
como tal y desarrollar todas sus posibilidades. Aristóteles justifica este carácter inherentemente social de la
siguiente manera:
La razón de que el hombre tenga más de animal político que toda abeja o cualquier animal gregario es
evidente. La naturaleza, como hemos dicho, no hace nada sin algún propósito y el hombre es el único de los
animales dotado de palabra. El mero sonido es indicación de placer o dolor, que pertenece también a los
otros animales (su naturaleza los capacita para percibir el placer y el dolor y significarlo a los demás). Pero el
lenguaje sirve para expresar aquello que es conveniente o nocivo, lo justo o lo injusto. Y es característico del
hombre frente al resto de animales, que él solo tenga percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto, y
otros valores; pues bien, la común posesión de estos o el compartir este valor, es lo que forma casa y polis.
(ARISTÓTELES. Política, 125b 27 – 1253a 29)
Este carácter social de la especie humana hace que las personas necesiten el marco de la ciudad
para desarrollarse como tales. El individuo no es como la mano, una parte del cuerpo que pierde su
finalidad si se separa de él; una persona ya es, por sí misma, una unidad con sentido. A pesar de ello, ha de
convivir con los demás para completarse. El hombre aislado, en soledad, no puede realizarse
completamente, pues no es una isla.
Aristóteles constata que el ser humano se realiza en sociedad, pero es consciente de que no
todas las organizaciones sociales favorecen y potencian por igual el desarrollo y la felicidad de sus
miembros. Fiel a su talante observador, estudia la realidad política de su tiempo. A raíz de estos estudios,
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 68
niega la posibilidad de un Estado perfecto, al contrario de lo que había defendido Platón. Cada pueblo
vive unas circunstancias geográficas, climáticas, culturales... que hacen imposible establecer un orden
general válido para todos. Así, cada comunidad deberá encontrar la organización que se adapte mejor a sus
necesidades y recursos. Ahora bien, ciertamente se pueden establecer algunas diferencias entre unos
regímenes y otros.
A la hora de clasificar las formas de gobierno de la polis, Aristóteles no las enumera de mejor a
peor como Platón. Aristóteles no acepta la utopía platónica. Clasifica las formas de gobierno siguiendo
dos criterios:
a) el número de individuos que ejercen el gobierno (uno solo, varios o la mayoría de los
ciudadanos). Y
a) Monarquía (un solo gobernante, mira por el bien común). Degenera en la forma de gobierno
ilícita o injusta de la tiranía (un solo gobernante que mira por su propio interés, la peor forma
de gobierno).
c) Politeia (gobierno de la mayoría que mira por el interés de la mayoría). Degenera en la forma
de gobierno ilícita o injusta de la democracia (gobierno del pueblo).
Aunque unos regímenes sean mejores que otros, lo que sí está claro para Aristóteles es que lo
más importante para que la vida social sea satisfactoria es la estabilidad. Ésta sólo se puede conseguir
evitando los extremos. Por ello, Aristóteles defiende que la mejor comunidad será la más moderada,
aquélla en la que los ciudadanos no sean ni muy ricos ni muy pobres, es decir, donde la clase mayoritaria
sea la clase media. No obstante, Aristóteles se atreve a profetizar que posiblemente el mejor régimen se
encontraría en la Politeia, a medio camino entre la oligarquía y la democracia.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 69
— ACTIVIDADES. UNIDAD 3 —
Apartado 1
Apartado 2
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 70
19. Con el fin de ejercitarte en el planteamiento aristotélico de la causalidad, establece las relaciones
adecuadas.
Apartado 3
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 3 71
40. Siguiendo el ejemplo que se propone, indica en qué consistirá el comportamiento virtuoso o término
medio en los siguientes casos. Razona tu respuesta.
Cobardía
Temeridad Valentía / Valor
Avaricia
Despilfarro ….…………..
Timidez
Desvergüenza ………………
Apartado 4
Apartado 5
47. Según Aristóteles, ¿para qué sirve el lenguaje? ¿Qué puede expresar el hombre (y no los animales)?
48. ¿Es el hombre un ser político por naturaleza o por conveniencia?
49. ¿Establece algún tipo de utopía Aristóteles? ¿Por qué?
50. ¿Cómo puede alcanzarse una vida social satisfactoria?
51. Realiza un esquema sobre las formas de gobierno y sus degeneraciones, según su número de
individuos y los intereses de sus gobernantes.
IV. DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA A LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
(S. IV a. C. – S. XII)
1. FILOSOFÍA HELENÍSTICA
El período helenístico abarca desde el año 323 a. C., en que muere Alejandro Magno, hasta el
30 a. C., cuando Octavio incorpora al Imperio como provincia Egipto, el último reino helenístico sometido
a Roma. En esos prácticamente 300 años, el Imperio que lega Alejandro se desintegra y divide en varias
nuevas monarquías; algunos de esos reinos compiten en esplendor cultural. Luego la amenaza del poder
conquistador de Roma comienza a
cristalizarse; y, final aunque progre-
sivamente, todo el territorio que fue
conquistado por Alejandro se acaba
sometiéndo. Sin embargo, por razones
culturales el helenismo se prolonga mu-
cho más allá, porque Roma, conquis-
tadora del ámbito geográfico medite-
rráneo y del Próximo Oriente es, en el
aspecto cultural, una prolongación del
helenismo.
Especialmente su religión se amplió por el acceso a nuevas ideas y cultos orientales, y llegó incluso a
transformarse por esa vía, mientras que, a la inversa, muchos orientales se asimilaban al mundo espiritual
helénico. [Así que] griego era ya, […] no sólo aquel que fuera heleno por su origen, sino también todo el
que participara de la educación helénica.
(NESTLE, W. Historia del espíritu griego)
Lo que ahora diversifica a los hombres no es ya la raza o la sangre, sino el hecho de participar o
no en una cierta civilidad, que se adquiere por educación. Ya no se es griego o bárbaro; se es, o no
se es, civilizado.
…Alejandro hizo algo mejor al dividir a los hombres en buenos y malos..., es decir, según se dejasen o no
guiar por las prescripciones de la ley, por las reglas de la educación y por las enseñanzas de los filósofos.
(FESTUGIÉRE, A.J. Libertad y civilización entre los griegos)
Eso sí, la crisis de la ciudad no aparece a fines del siglo IV a. C., sino que viene de mucho antes
(véase el contexto platónico). Durante el helenismo sólo se agudiza agónicamente. No obstante, la ciudad
sigue actuando como foco cultural con un significativo apoyo a las ciencias y las letras en muchas
ciudades (de esta época data, por ejemplo, la legendaria biblioteca de Alejandría). Mientras tanto la región
de Grecia se ve abocada a un lamentable destino político y Atenas pronto fue una ciudad políticamente
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tranquila, celosa de su pasado glorioso, nostálgica y con una herencia artística monumental. A pesar de ello
continuó siendo, hasta el final de la antigüedad, sede principal de la filosofía, aunque no de las ciencias.
Ahora bien, en la época clásica, tanto para Platón como para Aristóteles, la vida feliz y digna había
de realizarse en el marco cívico, en la cooperación para una ciudad mejor. El filósofo, piensan ambos, está
al servicio de la comunidad, aunque esto le pueda acarrear graves riesgos. En cambio, para los filósofos del
helenismo el ideal del sabio no tiene ya un destino decididamente cívico, sino más bien apolítico. Ahora
se piensa el individuo como un ser que puede ser feliz (ética) viviendo al margen de cualquiera que sea la
colectividad cívica (política). El hombre ya no será un zôon politikón, sino un zôon koinônikón, porque la
koinônía o comunidad en la que el filósofo helenístico se siente integrado ya no es una polis concreta, sino
el amplio mundo, y el sabio es un cosmopolita. Sus deberes no son los cívicos de tal o cual Estado, sino
los de todo ser humano, miembro de una ciudad sin fronteras, sin clases ni compromisos de grupo.
En esa crisis de valores que la disolución de los vínculos cívicos trae consigo, las propuestas
filosóficas tratan de recuperar para el individuo lo que está perdido para la ciudad: la libertad de acción y
decisión, la autosuficiencia, en la que se funda la seguridad necesaria para una existencia feliz. Esa
felicidad coincide con la conducta razonable, justa, y en armonía con nuestra naturaleza. De nuevo, como
en la época sofística, se replantea la legitimidad de las instituciones y se abre un debate entre lo
convencional y lo natural, con la salvedad de que los filósofos helenísticos intentan fundar sus reglas de
conducta en la fisis, desencantados con las tradiciones.
Así que, resquebrajados los ideales políticos y religiosos, la filosofía se convierte en una
realización práctica de un ideal de vida. No es ya el filósofo un buscador incansable de la verdad,
dispuesto siempre a nuevos diálogos, sino más bien un predicador de una verdad ya hallada y probada, en
la que cree como en una doctrina de salvación. Por eso el tipo ideal tampoco es ya el investigador, sino el
sofós libre, autárquico y feliz que con su vida da testimonio ejemplar de su doctrina. Con estos saberes
de salvación no sólo se trata de enseñar a pensar, sino también enseñar a vivir. Además, la salvación es
individual, puesto que la mayoría, según la concepción pesimista de los filósofos de la época, no es
razonable ni fácil de domesticar, y esta convicción procede de una triste experiencia colectiva.
Por otro lado, distinguen el saber filosófico de otros saberes sobre el mundo: los de las ciencias
particulares, que florecen en el helenismo. Pero los filósofos…
…reprochan a las ciencias y a sus cultivadores justamente su unilateralidad, el querer fijar los principios del
universo sin una visión total de las cosas, el no tener en cuenta la ligazón que subsiste entre la ley
que gobierna el universo y el fin del hombre. Había que preguntarse cuál podría ser el puesto del
hombre en el universo y el fin al que estaba dirigido; pero no era posible conocer el fin sino
poseyendo tales principios de lo real.
(ISNARDI PARENET, M. La filosofía dell’Ellenismo)
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 75
Así, estos saberes fueron desarrollados como un sistema de creencias y de prácticas, donde
todos los saberes científicos se integran bajo un objetivo ético que los unifica. En resumen:
b) Las filosofías helenísticas son de carácter sistemático, pero quedan subordinadas a los
fines éticos de la existencia: sabio no es sólo el que sabe sino el que sabe vivir.
c) La especulación abstracta carece de valor. Por ello apenas se introducen aspectos teóricos
originales, sino que de modo general se asumen las grandes filosofías anteriores.
e) Se busca la seguridad tomando como referencia las leyes de la naturaleza, del Cosmos,
elaborándose una nueva Física y una nueva Ética de carácter naturalista y cosmopolita.
— 1.4.1 Estoicismo
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 76
natural y necesario; no existe pues el azar, y los sucesos se rigen según un destino prefijado. Al punto
que, aseguran, transcurrido un periodo de tiempo determinado, acontece el fin del mundo y el comienzo de
un nuevo ciclo donde se repetirán todos los acontecimientos del ciclo anterior siguiendo el orden
necesario, único. Así eternamente. Es el eterno retorno, concepción cíclica del tiempo propia de la mitología
griega. Por lo que lo mejor que se puede hacer es conocer el logos universal y aceptar nuestra vida sin
oposición.
— 1.4.2 Epicureísmo
De Epicuro (Samos, 341-270 a. C.) apenas se han conservado fragmentos de sus más de
cincuenta obras. Se conocen sobre todo a través de estoicos (que minaron su reputación) y de un epicúreo
como Lucrecio, poeta y filósofo. Epicuro fundó su escuela en Atenas el año 306 a. C., conocida también
como El Jardín y alcanzó su máxima difusión durante los primeros siglos del cristianismo, atrayendo
enormemente a pensadores como Agustín de Hipona. Como tal, mantuvo su actividad hasta finales del
siglo II de nuestra era. Después fue cayendo paulatinamente en el olvido, rodeado de malentendidos,
aunque como en el estoicismo tiene un resurgir en autores modernos (Montaigne, Spinoza, Onfray…).
La concepción física de Epicuro es de clara herencia atomista (Demócrito): Sólo existen los
átomos y el vacío donde aquellos chocan azarosamente. No hay pues ningún espíritu gobernante, ni
destino, ni fin del universo. Todo es puro azar mecánico. Por tanto, somos libres, no hay ningún destino
determinado ni dioses que nos vigilen. El alma material por tanto es mortal, así que no tenemos que temer
lo que le suceda después de la muerte: esta es nuestra única vida. Respecto a la muerte en sí nos dice:
El más terrible de los males, la muerte, no es nada para nosotros porque cuando existimos nosotros no existe
la muerte y cuando existe la muerte nosotros no existimos.
(EPICURO. Carta a Meneceo)
Así que no hay impedimentos para obtener los placeres de la vida (ética hedonista). Sólo, sin
embargo, considera lícitos los placeres naturales y necesarios. Esto es, hay que saber diferenciar por
ejemplo qué placeres conllevan un dolor ulterior o qué dolores producen placer posteriormente; es
necesario hacer pues un buen cálculo de los placeres. Por ello la virtud fundamental es la prudencia. Se
consigue así la ataraxia (ausencia de perturbación en el alma) y la aponía (ausencia de dolor en el cuerpo).
Asimismo, hay que considerar que los goces del alma también procuran placer, tales como la amistad.
Como ya se ha comentado, durante la época del Imperio de Roma (27 a. C. – 476) se heredan y
desarrollan las líneas de pensamiento abiertas por la filosofía griega, con especial preponderancia del
estoicismo (Cicerón, Séneca y Marco Aurelio). Las escuelas fundadas por Platón y Aristóteles seguían
compartiendo espacio con las helenísticas, y enseñaban, comentándolos y reinterpretándolos, los textos y
las ideas de sus fundadores. La historia de estas escuelas clásicas (siglo IV a. C. – 529, cuando Justiniano
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 77
ordena el cierre de la Academia) está repleta de controversias, internas y externas. Pero poco variaron sus
doctrinas, exceptuando, si acaso, el caso de la Academia, que en el siglo III va a experimentar el último gran
sistema filosófico del helenismo: la reinterpretación platónica del neoplatonismo.
El neoplatonismo constituye una síntesis de elementos muy distintos además de los platónicos. A
diferencia del sentido materialista de estoicos y epicúreos, el neoplatonismo tendrá mayor inclinación hacia
el misticismo y el idealismo, denotando una fuerte influencia de corrientes espirituales de la época (el
neopitagorismo, el gnosticismo, y movimientos religiosos como el judeocristianismo y diversas sectas
mistéricas). No en vano uno de los primeros intentos de conciliación entre el mundo del conocimiento y el de
las creencias procede de Filón de Alejandría (13 a.C.-50), miembro de la comunidad judía e influido por la
filosofía platónica. En general, el neoplatónico ve la existencia terrena como un momento trágico en la
historia eterna de lo espiritual. La vida humana queda integrada dentro de un proceso cósmico; y la
existencia en un determinado momento de la historia es como un rito de pasaje para el alma, el yo
auténtico.
Se considera a Plotino (Egipto, 204-270) como el gran filósofo de esta corriente. Su principal
obra, recopilada por su discípulo Porfirio, consta de cincuenta y cuatro tratados reunidos bajo el título de
Enéadas, fruto de la enseñanza oral que Plotino impartió en Roma en el 244. La revisión platónica que
efectúa se basa en la llamada teoría de las emanaciones y sus tesis fundamentales son:
a) Por encima de todo lo que es, de toda idea, hay un principio que no es forma: es el Uno
absoluto, que no es ninguna de todas las cosas: es suprainteligible e indescriptible (Dios).
c) La Inteligencia, el nous, produce o genera el tercer principio, el alma, en la que distingue una
superior y otra inferior, que será la que genere las cosas sensibles. Plotino enlaza la teoría
platónica del alma con la aristotélica (alma superior-intelectiva e inferior sensitivo-vegetativa),
y nos dice que el alma superior mira a la Inteligencia y la inferior mira al mundo sensible.
Estamos ante un proceso de escalonamiento descendente desde lo que está más allá de todo
ser, el Uno, hasta el mundo sensible, último eslabón de la cadena. Así, para Plotino la explicación del origen
del mundo viene por la vía de la emanación, como si entre el Uno y el mundo sensible hubiera tendido un
puente de realidades espirituales intermedias; con ello se elimina en gran medida la mediación matemática.
Por último, la misión del hombre virtuoso es la de ascender de vuelta hacia el Uno-Bien: todo procede del
Uno y todo debe retornar al Uno. Lo Uno está presente en todo y también en el hombre, que sólo después
de haber superado distintas etapas de purificación (katarsis) podrá ver en sí a Dios, ya que lo Uno no se
capta a través de la inteligencia, según Plotino, sino por un acto súbito de comprensión, mediante una
unión mística con Dios o éxtasis. El alma humana ha de ir de la oscuridad hacia el máximo esplendor.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 78
2.2 Conformación del cristianismo como filosofía
Por otro lado, a pesar de las persecuciones romanas de los primeros siglos, el cristianismo va a
tener un rápido y hondo calado en la sociedad romana. En este contexto del siglo tercero, con el
neoplatonismo tratando de abrirse paso en la cultura filosófica dominada por el aristotelismo en lo científico,
el platonismo en lo metafísico y el estoicismo en la filosofía práctica, va a aparecer el cristianismo con
paso firme como un novedoso problema filosófico a enfrentar. A su alrededor se generan fuertes polémicas,
y los habrá que permanezcan neutros ante sus propuestas, los habrá beligerantes (los polemistas) y
también habrá un amplio grupo de defensores procristianos, grupo conocido como la Patrística o los
Padres de la Iglesia, en el que destaca Agustín de Hipona, quien va a fijar la teología cristiana, y a partir
del cual (junto con Boecio) se considera que la filosofía entra en la etapa medieval.
— 2.2.1 La Patrística
Desde el siglo II ciertos pensadores que habían abrazado las enseñanzas cristianas, como
Justino, Clemente de Alejandría, Juan Damasceno, Orígenes, Tertuliano y un amplio etcétera, comenzaron
a defenderse de los ataques de sus detractores. Esta serie de autores son los primeros Padres de la Iglesia,
y contribuyeron a la elaboración doctrinal del cristianismo, que, en líneas generales, debemos entender
como un diálogo de la tradición judaica y la filosofía griega. Comienza así lo que hoy entendemos por
teología como disciplina especializada (o separada) de la filosofía. En esta primera época (siglo II y sobre
todo III), la patrística defiende al cristianismo del ataque de los helenísticos, aunque para fundamentar
racionalmente su doctrina usan en buena medida los preceptos de esa misma filosofía (principalmente la
platónica y la estoica). Poco a poco las polémicas se suavizarán y el cristianismo se asentará, al punto de
que en el 380, con el edicto de Tesalónica, se declara religión oficial del Imperio romano. La patrística
tratará entonces de elaborar una doctrina que consolide la unidad y solidez de la Iglesia en la historia. El
uso de la filosofía se hace aún más frecuente y el cristianismo recibe obvias influencias también del
Neoplatonismo. Las polémicas en este segundo momento serán en su mayoría intestinas, generando
diversos cismas y declarando varias doctrinas patrísticas como herejías. ¿Pero cuáles son los aspectos tan
controvertidos que plantea el cristianismo a la filosofía? Destaquemos cuatro:
c) El origen del mal supone un profundo problema teológico: Si Dios es creador todopoderoso
de cuanto existe, y si Dios es absolutamente bondadoso, ¿cómo es que hay mal en el
mundo?, ¿cómo puede la naturaleza generar sufrimiento?. Y ¿por qué lo sufren los más
justos, los inocentes o los más buenos?. ¿Acaso Dios quiso que hubiera mal?, con lo que Dios
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 79
no sería bondad absoluta. ¿O es que Dios no pudo evitar que hubiera mal?, con lo que no
sería todopoderoso.
d) Y por último la gran cuestión: la relación entre fe y razón. ¿Se oponen, se complementan,
son independientes? ¿Se puede hacer filosofía con cuestiones de fe? ¿Tiene sentido cultivar
la filosofía si la verdad es revelada por la fe? ¿Se alcanza en ambos casos la misma
verdad?...
¿Por qué quieres vagar errante por el exterior? ¡Vuélvete hacia ti mismo, pues es en el interior donde reside
la verdad!
(AGUSTÍN DE HIPONA, Confesiones).
Agustín de Hipona (354-430), San Agustín, fue el más grande de los padres latinos debido a su
influencia, que dominó el pensamiento occidental hasta el siglo XIII. Nació en el norte de África, en una
ciudad llamada Tagaste (en la provincia romana de Cartago; actual Argelia). Sobre el contexto histórico
cabría decir que va a vivir la decadencia y caída del imperio romano de occidente. Aunque su madre era
creyente y su padre se bautizó poco antes de morir, Agustín creció en el paganismo. Se dedicó al estudio
de la lengua y la literatura latinas y, a pesar de que las preocupaciones cristianas nunca le fueron ajenas
6
y de que abrazó largo tiempo la doctrina maniquea , inició su particular búsqueda de la verdad animado por
la lectura de un estoico como Cicerón. En todo este tiempo Agustín llevó, no obstante, una vida
desenfrenada (como él mismo escribe). Tenemos que esperar hasta su llegada a Milán, cuando leyó las
Enéadas de la mano de San Ambrosio, para asistir a su conversión espiritual y moral (384-387). El
neoplatonismo consiguió que se volviera hacia el cristianismo con una visión renovada sobre las
realidades inmateriales, con lo que su pensamiento estuvo fuertemente marcado por el neoplatonismo.
Desde entonces se puede decir que dedicó su vida y obra a la investigación teológico-filosófica, legando
obras como Las confesiones, Los soliloquios, De la inmortalidad del alma, De Trinitate y La ciudad de Dios,
obras en las que cabe destacar que, a falta de una sistematicidad teórica, existe una cohesión proveniente
del tono cristiano fundamental y, por otro lado, de la exposición del mismo Agustín de Hipona como objeto
de interpretación en la búsqueda de la verdad y de la filosofía. Semejante franqueza era extraña entre los
griegos, que solían expresar las profundidades del alma humana, sus zozobras, si es que lo hacían, bajo
una capa mitológica o una máscara. Agustín, por ejemplo en Las confesiones, expone ante sí mismo y ante
el lector su vida privada, de la que extrae reflexiones filosóficas.
Agustín de Hipona muere en el año 430 durante el sitio de los vándalos a Hipona, ciudad de la
que era obispo desde el 396.
6
Maniqueismo: Religión fundada por Mani o Manes que defiende que el bien y el mal, la oscuridad y la luz, etc., son
fuerzas equipotentes en continua lucha de contrarios y que tras un largo periodo de tiempo la lucha se saldará con
la victoria definitiva de la luz sobre las tinieblas.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 80
ENTRE LOS ASPECTOS DE SU FILOSOFÍA, DESTAQUEMOS LO SIGUIENTE:
a) Razón y fe: para Agustín no había distinción entre razón y fe. Ambas alcanzarán la misma
verdad divina y ambas se retroalimentan. El verdadero conocimiento, que es cuestión
filosófica, tiene por objeto a Dios y al alma, que son cuestiones teológicas. En el fondo,
Agustín utiliza el esquema de las emanaciones neoplatónicas para ello: podemos pasar
escalonadamente de los reflejos sensibles hasta lo supra-inteligible o Dios sin que haya
oposición entre razón y fe, sino que se complementan:
La autoridad nos pide fe, y prepara al hombre para la razón. La razón nos lleva a percepción y conocimiento,
aunque tampoco la autoridad deja la razón totalmente fuera del alcance de la vista.
(AGUSTÍN DE HIPONA. De vera religione)
c) El mal (libertad): Agustín diferencia dos clases, el mal físico y el mal moral. En todo caso,
todo lo que es, en cuanto creado por Dios, posee también la cualidad de la bondad. En cuanto
algo se corrompe, pierde bondad y ser (sustancia). Por tanto el mal físico está en la materia,
que es imperfecta y corrupta, no en Dios. Por otro lado, el mal moral o pecado depende de la
voluntad de la persona, cuya realización supone, en consecuencia, necesariamente un acto
de libre voluntad. Y el mal supone el alejamiento de la ley divina. No sería tanto el apetito de
naturalezas malas (porque todo lo que es, es bueno) sino el abandono de las mejores. Así
que sólo existirá el bien; el mal moral es una privación (o ausencia) del recto orden en la
voluntad creada, no en la divina.
d) La ciudad de Dios: su teoría de las dos ciudades impregnará toda la política medieval y
acaso la ha traspasado. Para Agustín, teniendo en cuenta el dualismo platónico que adopta y
adapta, los hombres se dividen en dos, los que viven en…
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 81
I. …la ciudad terrena, donde prevalecen intereses mundanos, formada por todos
los hombres que se aman a sí mismos hasta despreciar a Dios; y forman el
Estado (son el emperador, el rey, su gobierno y toda la sociedad civil).
II. Y los que viven en la ciudad de Dios, dominada por intereses espirituales, que
está formada por los hombres que aman a Dios hasta el desprecio de sí mismos,
y forman la Iglesia (Papa, obispos y bautizados). Así, si un Estado aspira a la
justicia social debe convertirse en un Estado cristiano. El emperador debe estar al
servicio del reino de Dios en el mundo, es decir, de la Iglesia.
Con la caída del imperio romano de occidente las ciudades se deshabitan, la población
disminuye y las relaciones sociales pierden proyección debido al nuevo modelo económico e industrial. La
hegemonía pasa al imperio bizantino, heredero del imperio de Roma, situado en el mediterráneo oriental,
mientras que los territorios de la Roma clásica se dividieron a causa de las diferentes invasiones bárbaras
(vándalos, francos y sobre todo godos) y las de los hunos. La sociedad se ruraliza: pasa de la ciudad al
campo. La lectura y las cuestiones culturales perderán el atractivo cotidiano anterior, y la reflexión filosófica
se mantendrá viva en el seno de la Iglesia y, fuera de ella, Boecio (470-525), pensador cristiano, tradujo al
latín obras de Platón y Aristóteles, de gran influencia en la escolástica posterior. El trabajo intelectual se
centra sobre todo en mantener los restos culturales. Recordemos que la Academia fue clausurada en el
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 82
529, con lo que la actividad de mayor trascendencia histórica de esta primera época medieval consiste en
transmitir la doctrina agustiniana y, por tanto, la filosofía se centrará en su aspecto más teológico. Ahora
bien, tendrán lugar dos renacimientos humanistas claves en el devenir de la historia: el primero de ellos, el
renacimiento carolingio impulsado por Carlomagno (747-814), rey del pueblo franco, durante el siglo VIII,
que abre una etapa pre-escolástica; y el segundo, el renacimiento del siglo XII, donde se establece y
desarrolla la escolástica en su sentido pleno.
Durante el primer renacimiento medieval, el objetivo será el de levantar en Francia una nueva
Atenas superior a la antigua, puesto que ahora cuentan con las enseñanzas de Cristo. La Academia por
tanto también servirá de inspiración, y se asumen sus siete artes liberales (heptateuco) para completar los
7
dones del Espíritu Santo (teología y exégesis ). Componen el heptateuco el trivium (gramática, dialéctica,
retórica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música), y encierran toda la cultura que,
consideran, se debe transmitir. Estas directrices se deben en su mayoría a Alcuino de York (730-804),
consejero de Carlomagno, quien renueva la escuela palatina dictaminando también qué textos filosóficos
antiguos serán objeto de estudio y haciendo del latín la lengua de culto. Seguidamente, este método irá
penetrando en las distintas escuelas monásticas y catedralicias que abren sus escuelas de teología no
8
sólo a religiosos sino también a seglares . Estos estudios eran previos a las disciplinas eclesiásticas
propiamente dichas. No olvidemos que la finalidad de las enseñanzas del trivium y quadrivium será lograr
una mejor comprensión de los textos sagrados, donde se piensa que reside ciertamente la verdad. Todo ello
pone las bases de la alta escolástica que se instaura alrededor del siglo XII. Tenemos ante nosotros el
germen de las primeras universidades europeas que comenzarán a crearse algo más de un siglo después.
Este renacimiento carolingio va a proseguir de la mano de Juan Escoto Erígena (810-877), quien va a dar
un nuevo impulso especulativo al pensamiento medieval como director de la escuela palatina de, en este
caso, el sucesor de Carlomagno, Carlos el Calvo.
Durante los dos siglos posteriores (Ss. X y XI) las discusiones filosóficas van a enzarzarse, sobre
todo, en disputas dialécticas en torno a la utilidad del heptateuco como herramienta de aproximación a las
Escrituras. Pedro Damián (1007-1072), por ejemplo, fue un anti-dialéctico radical, ya que a su entender el
poder divino se burla del principio de no contradicción. Con lo cual, la razón, las artes profanas y liberales
serían inútiles para conocer la verdad revelada. Sin embargo, contra este alzamiento anti-dialéctico, en
ciertas escuelas (la mística del Císter, las de Chartres y las de París, como la de San Víctor) se desarrolla a
partir del siglo XI una defensa más profunda de las disciplinas liberales. Esto hace que la técnica lógico-
gramatical viva un gran avance y que se preste más atención a Aristóteles y sus estudios sobre lógica
(sobre todo de la mano de Pedro Abelardo, 1079-1142, clave en otro tema clásico en la historia de la
filosofía: el problema de los universales).
Esta reacción dialéctica, esta reivindicación del poder de la razón humana, nos sitúa en el siglo
XII y en el segundo renacimiento medieval. Este renacimiento del siglo XII se inserta en el resurgimiento
de las ciudades o burgos llevada a cabo por una nueva clase social: la burguesía mercantil y artesanal. El
sistema feudal (señor y vasallaje) se consolida como monarquía hereditaria, junto al poder del Papa y del
7
Exégesis: explicación e interpretación de textos sagrados.
8
Términos como catedrático o expresiones como dar o sentar cátedra proceden de esta época preuniversitaria.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 83
Imperio. Alrededor de este nuevo trasvase del campo a la ciudad, nos encontramos ante el nacimiento y/o
asentamiento de las universidades (provenientes en su mayoría de las anteriores escuelas catedralicias
9
renovadas por Carlomagno y Alcuino), así como el influjo del mundo islamo-árabe . En lo estrictamente
filosófico el renacimiento del siglo XII va asociado a la alta escolástica o a la escolástica en su máximo
esplendor, con una clara y novedosa influencia del aristotelismo.
9
Islámico: perteneciente o relativo a la religión del Islam / Árabe: perteneciente o relativo a los pueblos de lengua
árabe, lenguas semíticas habladas en los países del norte de África y del sudoeste de Asia.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 84
a Dios, Éste tiene que existir realmente. Si le faltara la perfección de la existencia, su grandeza no sería
completa, ya que no es lo más grande que podemos pensar. Por tanto, Dios, el ser más grande que puede
ser pensado, debe poseer todas las perfecciones y, por tanto, también la existencia. Pensar lo contrario
es incurrir en contradicción.
Lo que hace Anselmo de Canterbury es partir del concepto de Dios (como ser perfecto:
omnipotente, omnipresente y omnisciente) para luego extraer deductivamente las consecuencias lógicas
con el fin de concluir, a modo de evidencia, la realidad de su existencia.
Paralelamente a todo lo expuesto, hay una cuestión que recorre toda la filosofía medieval, y aún
persiste hoy en día: la cuestión de los universales. Pero se trata de una cuestión mucho más antigua: es la
de Platón y Aristóteles sobre el tipo de realidad que tienen las ideas:
a) Platón les atribuía una existencia independiente de las cosas, de las que eran la causa.
b) Para Aristóteles las ideas existían precisamente en las mismas cosas, eran su forma.
El problema estriba en que, en la vida cotidiana, vemos los individuos concretos designados por
términos abstractos, nociones genéricas o universales (caballo, árbol, hombre…), pero no vemos los
universales; esto hace que nos planteemos en qué consisten: de tenerla, ¿cuál es su realidad?, ¿qué tipo
de realidad existe detrás de una expresión universal?
En el siglo XI, XII y XIII vuelve a plantearse la polémica en los siguientes términos:
a) Realismo: los universales son algo de existencia real y extramental, y los individuos participan
de dicha naturaleza universal. Tal es la postura de Anselmo. Así, si la humanidad cometió el
pecado original según la Biblia, pecó todo ser humano concreto.
b) Nominalismo: niega la realidad, incluso la mental, de los universales, ya que son palabras
vacías de contenido (flatus vocis): Roscelino de Compiègne (1050-1125). Así, la humanidad
en realidad no existe, sino que es una palabra que designa una serie de individuos concretos
con cualidades parecidas.
c) Conceptualismo: los universales existen dentro de la mente que los piensa, siendo ideas
abstractas o conceptos mentales expresados mediante palabras. No existen en la realidad, no
existen extramentalmente: Pedro Abelardo (1079-1142).
5. LA FILOSOFÍA ÁRABE
Mientras tanto, en el mundo árabe, la historia es completamente diferente. Mahoma recupera con
el Corán la idea de unicidad de Alá: contrariamente al cristianismo, dios es uno, y no una entidad trinitaria
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 85
10
(padre, hijo y espíritu santo). Tras la hégira en 622 los árabes se lanzan a conquistar territorios fuera de la
península arábiga y se encuentran algunas remotas escuelas filosóficas en Siria que conservan el
pensamiento y la ciencia aristotélicas ya que algunos intelectuales cristianos habían traducido al sirio textos
originales de filósofos griegos. No pasa mucho tiempo para que se traduzcan al árabe obras originales de
Aristóteles comentadas, surgiendo una especie de filosofía árabe-aristotélica. Por otro lado, hay que tener
en cuenta también sus grandes contribuciones en el campo del álgebra, que harán de la cultura islámica la
más dinámica y avanzada científicamente de la época. La medicina, la astronomía y las matemáticas van
a ser doctrinas mucho más desarrolladas a aquel lado del mediterráneo que en manos de los cristianos de
éste. Estamos ante el momento de máximo esplendor del Al-Andalus, donde van a vivir y escribir varios de
los más grandes filósofos de la Edad Media. En definitiva, el gran empuje militar y político de los
musulmanes convive con un excepcional empuje filosófico y científico.
En un primer momento la investigación filosófica se realiza en Arabia. Destacan tres autores: Al-
Kindi (796-874), Al-Farabí (870-950) y, por encima de todos, Avicena (en árabe ibn Sīnā, 980-1037). Muy
influenciados por el espíritu científico, son los primeros comentaristas e intérpretes árabes de la obra
aristotélica. De modo similar a la patrística o a la pre-escolástica cristianas, desarrollan una filosofía
basándose esta vez en textos de Aristóteles y coránicos. Incluso en el caso de Avicena nos encontramos
ante un argumento ontológico con la misma intención que fue elaborado por Anselmo de Canterbury.
Nace en la Córdoba almohade y dedica su vida al estudio de las humanidades ampliamente como
filósofo, jurista, matemático y médico. Se le considera el más importante comentador y modernizador de
la filosofía de Aristóteles, aunque también va a profundizar en varias tesis apuntadas por filósofos árabes
precedentes como Avicena. Convencido de que Aristóteles era el sabio más grande que había habido, la
única tarea pendiente para Averroes era la de conciliarlo con la revelación religiosa islámica ya que estará
completamente de acuerdo con el estagirita en cuanto a su física, su cosmología y todo lo referente a la
estructura de lo real: toda la teoría del movimiento entendido como paso de ser en potencia a ser en acto; la
anterioridad del acto con respecto a la potencia; la clasificación de los movimientos; el hilemorfismo; la
distinción entre sustancias y accidentes; o la teoría de las cuatro causas. Por ello dedicó un enorme
esfuerzo a componer una serie de libros dedicados a exponer, aclarar y actualizar/alterar el sentido del
contenido de las obras de Aristóteles, sus Comentarios, que se dividen en tres categorías:
10
Momento en que Mahoma se traslada a Medina proveniente de La Meca, sellando su total compromiso con el
Islam. Es el primer año del calendario musulmán.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 86
a) Mayores: donde presenta un fragmento aristotélico para añadir un comentario propio.
c) Menores: en los que colecciona sentencias o conclusiones de Aristóteles sin citar fuentes.
— 5.1.1 El averroísmo
En la doctrina de Averroes destacan cuatro aspectos fundamentales, que van a ser de gran
influencia en el posterior contacto con la filosofía escolástica.
a) En primer lugar, el mundo es eterno y creado por Dios. Averroes mantendrá la tesis
aristotélica de que la creación ex-nihilo (de la nada) es absurda. Ni siquiera el mismo Dios
puede crear sobre la nada ni tampoco crear la materia y la forma, sino que su acción se limita
a unir ambas cosas ya existentes, es decir, a actualizar
aquellas formas que están en potencia en la materia.
Así, debe existir una materia prima coeterna con Dios,
que es pura potencialidad, porque contiene en
potencia todas las formas posibles, y ausente de
determinaciones, porque no contiene ninguna forma
en acto. Por otro lado, Dios es un ser exento de toda
pasividad y cambio, o sea, es acto puro, y por su
propia virtud esencial causa (crea) el mundo sacando o
educando las formas potenciales de la materia prima,
siguiendo un fin y un orden no arbitrarios, sino
determinados por la materia misma. Esto implica que
las formas emanan de la propia materia cuando Dios
actualiza o causa al mundo. Todas las especies son
creadas por Dios a partir de la materia, y por tanto
tienen un principio (en el tiempo) y una causa divina,
como dice el islam. La forma no es aportada ni
introducida en la materia desde fuera, sino que es algo
Monumento a Averroes en Córdoba que emana desde dentro, necesariamente, de la
materia misma.
b) Por otro lado, la doctrina del intelecto. Averroes interpretará la distinción aristotélica entre
11
intelecto agente y paciente . Este último intelecto, en Aristóteles, representaba la capacidad
del hombre de recibir la iluminación por parte de los objetos que conoce, mientras que el
agente es lo que hace iluminables estos objetos, lo que les da la capacidad para ser
entendidos. Dijo de él Aristóteles que es separable, inmortal, eterno y sin mezcla. Por el
contrario, Averroes entendió el toda intelección humana es mera participación en un solo y
11
Intelecto o inteligencia o entendimiento. Agente o activo. Paciente o pasivo.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 87
único entendimiento agente. Al ser compartido por toda la humanidad, ello explica la
existencia de verdades universales, más allá de las mentes particulares e independientes
que las conoce. Este fenómeno se compara con la acción del Sol que, con su luz, hace
visibles, en acto, los colores que están en potencia en las cosas. Así que el entendimiento
agente, al iluminar mi alma, hace posible que ésta abstraiga los conceptos y verdades
universales a partir de las representaciones sensibles.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 4 88
— ACTIVIDADES. UNIDAD 4 —
1. Sitúa espaciotemporalmente el helenismo filosófico (lee para ello 1.1 y el 2) y tres de sus escuelas.
2. ¿Qué se entiende por helenismo?
3. Lee 1.2. ¿Cómo se siente el ciudadano en este nuevo contexto?
4. Características del nuevo sabio.
5. Sitúa espaciotemporalmente la fundación de la escuela estoica. Fundador.
6. Sitúa espaciotemporalmente la fundación del Jardín.
7. Apatía, ataraxia y destino según los estoicos.
8. ¿Por qué somos libres según Epicuro?
9. Papel de la prudencia en la ética hedonista.
10. ¿Cuáles son las relaciones entre los tres escalones dentro de la teoría de las emanaciones de Plotino?
11. Siglos del surgimiento de la Patrística.
12. Cita algunas escuelas griegas que influyen en la Patrística.
13. Aspectos controvertidos en la entrada del cristianismo en la historia de la filosofía.
14. Según el cristianismo, ¿el cuerpo es corrupto?
15. Sitúa espacio-temporalmente a Agustín de Hipona.
16. ¿Es Platón o Aristóteles quien más le influye? ¿A través de qué obra de qué autor?
17. Según Agustín de Hipona, ¿la razón tiene por objeto de estudio lo mismo que la fe?
18. La iluminación agustiniana, ¿procede del interior o del exterior? ¿Del alma, de Dios o de ambos?
19. Según Agustín, ¿existe el mal? ¿Dios ha introducido el mal en el mundo?
20. Sitúa históricamente los dos renacimientos medievales.
21. ¿Qué es el heptateuco y quién lo introduce en las escuelas carolingias?
22. ¿Qué griego clásico domina la fª escolástica medieval? ¿Qué se estudia de Aristóteles desde el s. XI?
23. Sitúa temporalmente la escolástica en sus tres primeras y fundamentales etapas.
V. TOMÁS DE AQUINO (1225-1274)
1. CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL Y
12
En realidad la orden se llama orden de predicadores, es una orden mendicante de la Iglesia católica fundada por
Domingo de Guzmán durante la Cruzada albigense, y confirmada por el Papa Honorio en 1216
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 90
cada vez son más importantes. Es llamado en varias ocasiones por distintos Papas para resolver cuestiones
teológicas o de derecho eclesiástico. En 1272 deja París por Nápoles; y en 1274, yendo al concilio de Lyon,
enfermó y murió.
La Suma de teología está dividida en tres partes emulando la doctrina cristiana de la Santísima
Trinidad:
b) La segunda parte (Movimiento del hombre hacia Dios), se divide en dos: la Primera parte
de la segunda (Suma de teología, I-II, de donde se extrae el texto para la PAU), y
13
Opúsculo: Obra científica o literaria de poca extensión.
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la Segunda parte de la segunda (Suma de teología, II-II). Toda esta segunda parte es
la más influyente de la obra.
c) La tercera parte (Suma de teología, III. Intitulada Cristo, camino para la vida eterna) está
dividida en: la Tercera parte propiamente dicha y, ya que Tomás de Aquino la dejó
inconclusa, un Suplemento añadido por sus discípulos.
La Summa está dividida por tanto en partes temáticas, que a su vez se dividen
en cuestiones (quæstio) y éstas, a su vez, en artículos (al estilo escolástico). O sea, después de escoger
un gran tema de estudio teológico, enuncia, una a una, una serie de cuestiones sobre ese gran tema.
Entonces Tomás propone las preguntas que se deben hacer sobre cada cuestión: son los
diversos artículos. Cada artículo se introduce con una pregunta a la que se trata de dar una respuesta.
Así se presenta la problemática del artículo sopesando razones en su contra (objeciones) y a su favor.
Luego viene la respuesta del maestro, en esta caso Tomás, con el fin de solucionar las dudas expuestas
(solución). Y finalmente se cierra el artículo respondiendo concretamente a las objeciones de partida.
Así, las ideas que se opondrían al pensamiento de Tomás se muestran superadas definitivamente.
Fragmento de Suma de teología, donde se puede apreciar el método escolástico desde el artículo, la
pregunta inicial, las objeciones, las ideas a favor de la solución, la solución dada por Tomás a la pregunta
inicial teniendo en cuenta todo lo anterior y, finalmente, las respuestas concretas a las objeciones.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 92
Por último, cabe recordar que cuando se habla de método escolástico, se hace referencia a la
evolución durante varios siglos de un modo de enseñanza mantenido en las escuelas monásticas,
catedralicias, palatinas, etcétera (véase el apartado 3 de la unidad IV). Los conceptos propiamente
escolásticos serían los de lectio, comentarios, glosa, sentencias, cuestiones (quæstio o quæstiones),
Autoridades, disputatios...
El siglo XIII es la culminación de una serie de fenómenos económicos y sociales, propios del
sistema feudal, que se inician a finales del siglo X y comienzos del XI. Nos situamos ahora ante una
revolución comercial. Los fenómenos socioeconómicos más destacables son los siguientes:
14
a) Se da un progreso rural con el aumento de las tierras roturadas y el perfeccionamiento de
técnicas de cultivo. Con ello aumenta la producción.
b) Adquiere gran relevancia la figura del mercader, que va a dar un gran impulso a las rutas
comerciales de intercambio (tanto terrestres como marítimas), lo que le permite comerciar
con el mundo bizantino y el islámico, e incluso el asiático.
d) Por tanto, aumenta la población (de unos cuarenta millones a casi el doble) tanto en el
campo como en la ciudad, dada la garantía de subsistencia.
14
Roturaciones: Incorporación de más tierras de cultivo para mayor beneficio de señores y vasallos.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 93
II. La sociedad rural sin embargo se basa en el vasallaje y el feudo, que dará origen
a una estructuración piramidal marcada: rey, nobleza y clero, caballeros y
siervos.
f) También hay que señalar que esta época se caracteriza por los continuos enfrentamientos
entre reyes y sus vasallos, y por las disputas de poder entre Imperio y Papado.
Uno de los elementos culturales destacables del siglo XIII proviene de las órdenes mendicantes,
que son órdenes religiosas que pretendían en su origen llevar una vida de pobreza estricta. Surgen contra la
corrupción de la Iglesia y contra las herejías sociales. Las dos órdenes más importantes fueron la de los
franciscanos, fundada por Francisco de Asís, y la de los dominicos, fundada por Domingo de Guzmán.
Los franciscanos van a rebatir las herejías de forma práctica, con su testimonio de vida; los dominicos van
a rebatirlas de forma teórica. Otro elemento cultural importante en el siglo XIII es el desarrollo del arte
gótico y su manifestación más característica: la catedral. El arte gótico supone en pintura y escultura un
paso hacia el naturalismo con el abandono progresivo de la rigidez románica. Hay una síntesis en el gótico
entre lo espiritual y lo natural. En la catedral, a esa síntesis, se añade otra entre lo eclesial y lo social.
Pero el elemento cultural más importante de esta época es la creación de las universidades. Su
historia se remonta al comienzo de la Edad Media, cuando el saber y la educación se encontraban
relegados a las escuelas existentes en los monasterios y catedrales (Bolonia, París, Salerno, San Millán,
Córdoba, etc.). Con la reforma de las escuelas carolingias (recuérdese la unidad anterior) estas escuelas
se reestructuran desarrollando un alto nivel de enseñanza. Algunas de estas escuelas comienzan a recibir
una cantidad considerable de alumnos de fuera de sus diócesis a los que concedían títulos con validez
fuera de ellas. Así que se decide otorgar a las mejores el grado de Estudio General a partir del siglo XII.
De aquí, un siglo más tarde, surgen las primeras universidades, con profesores agrupados en defensa de la
disciplina escolar y preocupados por la calidad de la enseñanza; del mismo modo, los alumnos comienzan a
crear comunidades para protegerse del profesorado. Cincuenta y dos universidades se fundaron en 200
años desde 1200. Se considera que la primera universidad fue la de Bolonia, a comienzos del siglo XIII. La
siguiente en nacer fue la de París, bajo el nombre de Colegio de Sorbona, unión de las escuelas de Notre
Dame, de San Víctor y de Santa Genoveva. Luego Oxford, la escisión de Cambridge, las de Padua,
Nápoles, Toulouse, Praga, Viena, Heilderberg, Colonia… En España la más antigua fue la de Palencia, y
más tarde apareció la actual Universidad de Salamanca más tarde (1218-9).
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 94
escuelas de traductores de Toledo, Palermo o Nápoles apoyados por el trabajo de comentario y la
aportación de su pensamiento original de filósofos árabes y judíos.
En los siglos previos se va conformando la escolástica cuya estructura y cuestiones inunda las
universidades. En las universidades se completa la labor de traducción de obras clásicas, árabes y judías; y
consecuentemente se desarrolla una intensa problemática relativa a la asimilación de la filosofía de
Aristóteles, a la lucha contra las herejías y a las relaciones entre el Papado y el Imperio.
Podemos reconocer en el siglo XIII la existencia de varias corrientes y escuelas. En primer lugar,
tenemos una corriente de pensamiento que se opone al aristotelismo, retomando los planteamientos de
corte platónico realizados por Agustín de Hipona. Destacan en esta corriente autores como Guillermo de
Auvernia y Buenaventura. Por otra parte, también en el ámbito de la tradición agustiniana, pero cercanos al
aristotelismo en su exigencia de partir de la experiencia, están los autores de la escuela de Oxford,
entre los que destacan Roberto Grosseteste y Rogerio Bacon, los cuales prolongan de alguna manera el
interés por la naturaleza de la escuela de Chartres de siglos anteriores.
Como corriente opuesta a las anteriores destaca, por un lado, el averroísmo latino que aceptó el
aristotelismo en una versión de la versión trasmitida por Averroes, quien defendía doctrinas opuestas al
dogma cristiano. Esto les llevó a la defensa de una teoría conocida como de la doble verdad, la cual
plantea la separación radical de razón y fe y la imposibilidad de tomar lo dicho en una como criterio válido
para analizar lo dicho en la otra. Aparte, heredan de Averroes la concepción eterna del mundo y la
negación de la inmortalidad del alma de cada individuo. Por otro lado, destaca la síntesis realizada por los
dominicos, que intenta ser respetuosa con la tradición patrística y agustiniana, al mismo tiempo que toma
de Aristóteles elementos que considera compatibles con el dogma cristiano. Es en esta corriente en la
que estaban ubicados Alberto Magno y su discípulo Tomás de Aquino.
Como podemos observar por el panorama expuesto, el lugar que ocupa la filosofía de Tomás de
Aquino es la de un intento de conciliación entre las distintas tradiciones en pugna y los dogmas de la
teología cristiana. Tomás de Aquino elabora su reflexión tomando sobre todo como base filosófica a
Aristóteles y siempre estuvo preocupado por leer al Aristóteles genuino y no el contaminado por el Islam,
pero Tomás no leía griego ni árabe, y las traducciones de Aristóteles al latín que se manejaban en París
provenían, fundamentalmente, de las traducciones al árabe comentadas por Averroes. Así que la base de
su pensamiento es el aristotelismo renovado de Averroes, aunque con decisivas diferencias. Otra de
las bases fundamentales proviene del Platón reelaborado por Agustín de Hipona. Y en su ánimo de
conciliación tendrá espacio para tratar las fuentes neoplatónicas, patrísticas, escolásticas tanto de autores
precedentes como contemporáneos y, claro está, Alberto Magno y los textos sagrados.
Como iremos viendo, el pensamiento de Tomás de Aquino está claramente relacionado con
Aristóteles, al que sigue en cuestiones fundamentales, si bien introduciendo modificaciones importantes
debidas a su mentalidad cristiana. Tanta influencia tuvo el estagirita sobre él que su pensamiento ha sido
denominado aristotelismo tomista. A modo de introducción veamos algunos aspectos de esa influencia:
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 95
a) Metafísica: Tomás de Aquino asume el organigrama y los conceptos ontológicos de
Aristóteles pero introduce una distinción entre Creador y ser creado. Éste, en cuanto
imperfecto, se compone de potencia y acto; y Dios, perfecto, es acto puro.
b) Teoría de las causas: Para Aristóteles, las causas eran factores explicativos del cambio.
Tomás de Aquino, por su mentalidad cristiana, creacionista, añade al concepto de causa un
sentido productivo: la causa no sólo explica sino produce el cambio. Dios pasará a ser
causa eficiente, no ya sólo causa final como el primer motor inmóvil.
f) Por último, hay otros aspectos coincidentes sin una notoria modificación: la noción de zoon
politikón y la tipología de Estados deseables; la distinción sustancia/accidente…
Además, Tomás de Aquino recoge otras doctrinas de diversas autoridades como es el caso de:
— Platón: doctrina de la participación con la que trata de explicar la relación entre Dios y las criaturas.
— Agustín de Hipona: ya que el paradigma escolástico estaba dominado por el agustinismo (idea de Bien
o beatitud, de participación, de Ciudad de dios…).
— Contra el averroísmo latino, trata de mostrar la compatibilidad entre verdad de razón y de fe.
— Del cristianismo: la Biblia y los Decretos de los Concilios y los Papas. Servirán de base o límite.
— Alberto Magno: quien le inició en el aristotelismo como teoría empírica y compatible con la Iglesia.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 96
2. RAZÓN Y FE
2.1 El filosofo del orden: las relaciones entre el orden natural y sobrenatural
Para comprender el sistema tomista comenzaremos por las relaciones existentes entre el orden
natural, estudiado por la filosofía, y el sobrenatural, objeto de la teología. Estas relaciones definirán el
estatus del pensamiento filosófico y de la razón frente a la fe y la teología revelada o sagrada. Veremos
después los diversos modos en que la razón humana, según Tomás de Aquino, tiene al orden natural como
objeto. Éstos permitirían distinguir cuatro órdenes dentro del natural: el orden natural en cuanto real, el
lógico, el moral y el artificial.
El primero, el orden natural en cuanto real, es independiente de la razón humana, que se
limita cuando lo estudia a considerar lo que se da en la naturaleza con independencia y anterioridad de la
actividad racional humana. En él se incluyen, al modo aristotélico, el orden físico y el metafísico,
incluyendo éste el ontológico y el teológico. Los otros tres órdenes ya dependen de la actividad racional.
El orden lógico es el que la razón humana introduce en sus propios actos atendiendo a los
conceptos que elabora, con el fin de alcanzar el conocimiento filosófico de manera segura y sencilla.
El orden moral es el que la razón introduce en los actos de la voluntad con el fin de encaminar al hombre
hacia el fin último de toda la vida humana, o sea, la auténtica felicidad tanto objetiva como subjetiva, cosa
que no es posible sin la adquisición y ejercicio de las virtudes morales. Y esto tanto en el individuo como
en la sociedad. El orden artificial es el que la razón humana introduce en las cosas por medio de las artes
y la técnica, para transformarlas en productos humanos útiles y/o bellos, en los que de algún modo está
presente el mismo espíritu humano.
Los estudios de los tres primeros órdenes constituyen por sí mismos las partes de la filosofía: la
filosofía natural (física y metafísica, dividida ésta en ontología y teología natural), la filosofía racional o
lógica, la filosofía moral o ética, y el estudio del último se desarrolla por el conjunto de las artes mecánicas
y técnicas.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 97
2.2 Razón y fe, filosofía y teología
Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios
mediante la gracia.
(TOMÁS DE AQUINO. Suma teológica)
Algunas de sus verdades están al alcance de la razón, y otras están más allá. Ambos
conocimientos provienen, en último término, de Dios, por lo que entre ellos no puede haber contradicción.
De esta forma, Tomás rechazará la teoría latino-averroísta de la doble verdad.
Refiriéndonos a los actos de razón y de fe, descubrimos que ambos son actos del
15
entendimiento humano, pero que el asentimiento a lo conocido en dichos actos se realiza de un modo
diferente. En el acto de razón, el asentimiento se deriva de la propia evidencia de lo conocido, de su
verdad, y es realizado por la misma razón necesariamente. En el acto de fe, donde no hay conocimiento
evidente de la verdad de lo conocido, el asentimiento se deriva de la voluntad, movida por la gracia de
Dios. El acto de razón es perfecto en cuanto su objeto es más evidente, el acto de fe es perfecto en cuanto
que surge del mismo Dios y de su autoridad.
Ahora bien, como vimos antes, en el ámbito sobrenatural hay verdades que pueden ser conocidas
no sólo por la fe, sino también mediante la razón, como por ejemplo la existencia de Dios como causa del
mundo. Esto determinará la existencia de tres tipos de verdades:
b) Preámbulos de la fe, cognoscibles bien por la razón, bien por la fe, así que son a la vez
verdades naturales y reveladas. Tales preámbulos son la existencia de Dios, su
omnipotencia, la inmortalidad del alma y la creación del mundo a partir de la nada.
Podemos resumir así la concepción de las relaciones entre fe y razón para Tomás de Aquino:
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 98
b) Es imposible la contradicción entre el contenido de la fe y el de la razón rectamente usada.
3. EL CONOCIMIENTO INTELECTUAL
a) A través de los órganos de los sentidos captamos la realidad sensible, los objetos
singulares, particulares y concretos. Obtenemos así una imagen particular que se almacena
en la imaginación o memoria.
Esta concepción empirista del conocimiento marca unos límites al conocimiento de los que
carecía la teoría platónica, que a su vez inspiró a San Agustín. Para Platón y sus seguidores la razón es
capaz, a través de la reminiscencia, de captar las realidades inmateriales y las ideas. Para Tomás, que
sigue a Aristóteles, el conocimiento se origina a partir de la experiencia y tiene unos límites que marca la
propia experiencia. Por ello, sobre las realidades inmateriales y Dios sólo se puede tener, racional y
humanamente, un conocimiento imperfecto y analógico elaborado a partir de los datos de los sentidos.
4. LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD
La forma en que Tomás de Aquino concibe la realidad está basada, por una parte, en la
revelación y, por otra, en la filosofía de Aristóteles de quien toma, entre otras teorías, el hilemorfismo
según la cual todas las substancias, salvo Dios, serán un compuesto de materia y forma (forma o esencia).
Y también retoma la aristotélica teoría de la potencia y el acto según la cual todas las substancias, salvo
Dios, serán un compuesto de acto y potencia.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 99
Pero Tomás negará todas aquellas ideas de Aristóteles que contradigan el dogma cristiano, entre
ellas, la eternidad del mundo. El mundo tomista, tal como exige la revelación, ha de ser creado por Dios a
partir de la nada y existirá una diferencia radical entre Dios y todas las criaturas. Dios es el ser
absolutamente necesario (existe y no puede no existir). Mientras que todos los demás seres son
contingentes (existen pero podrían no existir si, por ejemplo, Dios así lo decidiera). Para ello Tomás añade
a las distinciones que Aristóteles había establecido en los seres, materia-forma, acto-potencia, una
distinción más, la distinción entre esencia y existencia.
La esencia es una potencia que se actualiza cuando el ser existe. Esto se aplica a todo ser,
incluso a Dios, aunque éste es diferente al resto de los seres, dado que es acto puro sin potencialidad. O
sea, en Dios esencia y existencia son una y la misma cosa. Mientras que los demás seres (ángeles,
hombres, animales, plantas y cosas), al ser entes contingentes, no basta con que tengan esencia para
existir, sino que su realidad depende o procede de Dios, el creador. Según esto, Tomás de Aquino
establece la siguiente jerarquía de la estructura de la realidad:
Esta reflexión sobre la esencia y la existencia está en relación directa con el argumento
ontológico de Anselmo de Canterbury, argumento que es criticado por Tomás de Aquino porque considera
que aquél no diferencia entre existencia pensada y existencia real. Ello le hace demostrar la existencia de
Dios en el pensamiento, no fuera de él. Así que Tomás de Aquino, partiendo del conocimiento de las cosas
sensibles, que serán consideradas efectos causados, tratará de retrotraerse hasta la causa primera, o
sea Dios. Tomás expuso cinco vías a través de las cuales demostraba la existencia de Dios. Las cinco
presentan la misma estructura:
c) Se niega la posibilidad de una serie infinita de causas subordinadas entre sí pues eso
equivaldría a no explicar nada.
d) Se afirma una primera causa incausada y se identifica con el Dios cristiano de la revelación:
así que Dios existe.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 100
Las cinco vías son:
a) Vía del movimiento: va desde el movimiento que observamos en el mundo hasta el motor
inmóvil, que es Dios.
b) Vía de la causalidad eficiente: va desde las causas productoras subordinadas, que son a su
vez causadas, hasta la primera causa incausada, que es Dios.
d) Vía de los grados de perfección: va desde la mayor o menor perfección que observamos en
las criaturas hasta el ser sumamente perfecto, que es Dios.
e) Vía de la finalidad o del orden cósmico: va desde el orden que observamos en el mundo
(todos los seres, incluso los irracionales, cumplen su finalidad) hasta la suprema inteligencia
ordenadora, que es Dios.
La psicología de Tomás se basa en la de Aristóteles con las salvedades que exige la fe cristiana,
como la inmortalidad del alma que Aristóteles había negado. Por tanto, el alma tomista asume la
tripartición anímica: es sensitiva, vegetativa y racional, facultad propia del alma humana. Además, la
unión del alma con el cuerpo no sucede de modo traumático ni antinatural como sostenía Platón. Está
unida al cuerpo de modo natural, ya que la materia existe para la forma y sólo gracias a esta unión el alma
puede ejercer todas sus funciones y actualizar sus potencialidades. Por consiguiente, la unión con el cuerpo
es la causante de que el intelecto obtenga conocimiento desde el conocimiento sensible, aunque acabe
por ser un conocimiento de ideas abstractas y universales. Pero al llegar la muerte alma y cuerpo se
separan, haciendo, por un lado, que el cuerpo se corrompa debido a que carece de forma, y, por otro lado,
haciendo que el alma sufra cambios dado que cesan sus operaciones vegetativas y sensitivas, ya que
éstas necesitan del cuerpo para ejercerse. Por el contrario, el alma, separada del cuerpo tras la muerte, sólo
podrá ejercer aquellas funciones que no necesitan de su unión con el cuerpo, como son la intelección o la
voluntad.
El punto de partida es la libertad como hecho constatable y, por otra parte, verdad de fe revelada
de la propia experiencia que cada hombre tiene de hacer elecciones libres. La negación de este hecho
empírico, evidente por sí mismo, conduciría a la negación de toda ética y toda filosofía moral. La libertad
fundamenta la responsabilidad de los actos, el mérito, la conciencia de culpa… Tomás distingue entre las
cosas naturales, sin libertad alguna; los animales que, al ser irracionales, tienen una facultad semejante
a la libertad aunque en realidad no se trata de la libertad en su sentido propio; y el hombre, quien, por el
contrario, posee la facultad del libre albedrío, marco natural en el que el ser humano podrá obrar con
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 101
libertad al ordenar racionalmente la voluntad de sus acciones hacia el fin último dispuesta por Dios. El libre
albedrío, o libre arbitrio, por tanto, se encuentra indeterminado respecto de cualquier objeto relativo al fin,
excepto del mismo fin último. Y el ser humano actuará con libertad cuando sus acciones concuerden con su
tendencia natural hacia Dios, hacia el bien.
Tomás De Aquino acepta el carácter teleológico de la ética de Aristóteles, así como, aunque
parcialmente, los elementos intelectualistas en la consecución de la felicidad (eudamonía). Así que trata
de encontrar el fin propio de la naturaleza del ser humano para poder especificar un conjunto de normas
morales alrededor de ese telos, y conformar así la ley natural. Así Tomás de Aquino se pregunta cuál es el
fin a cuyo cumplimiento está orientado el ser humano (en la senda de Platón y, sobre todo, de Aristóteles).
En este caso, no se trata de saber qué mueve al ser humano a actuar, sino dónde se hallan el
perfeccionamiento y la plenitud humanas según su naturaleza.
a) Diferencia entre actos del hombre y actos humanos. Los actos del hombre son los actos
reflejos sin connotación moral. Los actos humanos son los actos libres que proceden de la
voluntad y que poseen connotación moral. Pero veamos:
II. Los actos humanos buenos o malos moralmente son, en realidad, los interiores.
De ahí la importancia de la intencionalidad en la moral tomista.
III. Esto no quiere decir, sin embargo, que la intencionalidad lo sea todo: se puede
actuar desastrosamente en el campo de la moral y tener la mejor intención del
mundo. Además de la importancia de lo interno en el terreno de la moral, Tomás
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 102
de Aquino se refiere a los actos humanos concretos como buenos o malos
moralmente: no es en el terreno abstracto o teórico (actos moralmente
indiferentes) en donde se ve la actualidad moral sino en su aplicación concreta.
b) Los actos humanos, por tanto, proceden de la voluntad y su objeto es el bien. Lo que
sucede es que en los actos humanos particulares la voluntad (libre albedrío) busca el bien
particular. Sin embargo, por naturaleza, la voluntad está orientada al bien universal. Pero
Tomás de Aquino opina que:
I. Tal Bien no consiste en las riquezas, ya que son un medido para un fin más
elevado; ni en el placer, pues sólo afecta al cuerpo; ni tampoco en el poder, pues
no perfecciona el todo humano; ni siquiera la ciencia especulativa, pues no
satisface plenamente ni al intelecto ni a la voluntad. Ni siquiera la fe en esta vida
es el Bien. Consiguientemente, para Tomás de Aquino, el Bien por excelencia
(beatitud) no se encuentra, como para Aristóteles, en el terreno de los primeros
principios y las causas últimas (metafísica). La felicidad y el Bien del que habla
Aristóteles es algo imperfecto para Tomás de Aquino.
c) La Virtud es el fruto del hábito. Los actos buenos sucesivos dan lugar a la aparición del
hábito y de la virtud. Lo contrario da lugar a la aparición del vicio.
II. Las virtudes éticas inclinan la parte apetitiva del alma a actuar según razón. Es
posible tenerlas sin tener las dianoéticas, excepto la prudencia y la inteligencia.
Tomás destaca las cardinales (justicia, fortaleza, templanza y prudencia) de las
demás (generosidad, amabilidad, veracidad y afabilidad).
e) Pero, según Tomás de Aquino, el hombre además de ser algo natural tiene un fin
sobrenatural. De ahí que hable de la gracia divina y de las virtudes teologales: fe, esperanza
y caridad.
f) Tomás de Aquino habla de la Virtud como término medio entre el exceso y el defecto,
siguiendo también a Aristóteles. Ello presenta graves dificultades de conciliación con ciertos
ideales de tipo cristiano: castidad, virginidad, pobreza absoluta, etcétera, donde parecería
pecarse sólo por exceso. La respuesta de Tomás de Aquino a estas dificultades: el término
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 103
medio de las virtudes teologales hay que situarlo en su relación con la moral verdadera, la
divina y absoluta bondad. En estos casos, el celibato, la pobreza, son un término medio.
g) Para Tomás de Aquino, Dios habría creado el universo según una idea de la obra a realizar,
así como con conocimiento de los medios y los fines de su obra. Pues bien, la sabiduría
divina aplicada a la totalidad de su obra es la ley eterna del mundo: razón divina en cuanto
dirige (planea) todos los actos y movimientos del universo. Este plan divino, la ley eterna,
persigue un fin perfecto en cuanto divino, y se encuentra también presente en las criaturas
aunque de modo diverso:
II. Pero el hombre sí que puede conocer los fines de su acción; lo que implica, en el
terreno de la moral, la libertad para poder ir en contra de los planes de la ley
eterna. Esta posibilidad es lo que hace necesario que el hombre tenga acceso al
conocimiento racional de esa ley eterna (no únicamente de fe), para poder ser
libre. Así la raíz de la libertad se encontrará en la razón, o lo que es lo mismo: no
hay libertad sino en la verdad.
Ahora bien: ¿cómo puede conocer el ser humano la verdadera ley eterna?
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a) En tanto que sustancia (y, por tanto, al igual que cualquier otra), el ser humano tiende a
conservar su propia existencia. El cumplimiento de esta tendencia impone el deber moral de
procurar la conservación de la existencia.
b) En tanto que animal (y, por consiguiente, al igual que el resto de los animales), el ser humano
tiende a procrear. De esta tendencia cabe deducir ciertas normas de conducta relativas a la
consecución del fin de la procreación y del cuidado de los hijos.
c) En tanto que ser racional, el hombre tiende a conocer la verdad y a vivir en sociedad. La
sociedad implica la ordenación racional con vistas a la consecución de ciertos límites y, por
tanto, es algo específicamente humano, que no puede confundirse ni identificarse con la
manada o el rebaño. Por ello es imposible que un ser humano sea bueno y no tenga relación
con el bien común. De estas tendencias surgen las obligaciones morales de buscar la verdad
y respetar las exigencias de la justicia.
Dado que la ley moral-natural se deduce de las tendencias de la naturaleza misma, su contenido
es evidente, racional, natural, universal, inmutable y verdadero.
a) En primer lugar la evidencia viene exigida por la función que le corresponde cumplir a la ley
natural: como ha de ser norma objetiva orientadora de la conducta para todos los seres
humanos, sus preceptos han de ser fácilmente cognoscibles, de modo que todos los
hombres puedan conocerlos.
e) Inmutable: la ley natural no puede ser cambiada sino únicamente incrementada (se
pueden promulgar leyes concretas que especifiquen lo general de la ley natural). De todos
modos, Tomás de Aquino diferencia entre:
17
I. los preceptos primarios (inmutables) de la ley natural y
II. los preceptos secundarios: en estos casos podría haber cambios. Pueden
darse circunstancias extraordinarias que hacen que determinados hechos de
ley natural se sitúen en un ámbito diferente de los preceptos de ley natural. Dichas
circunstancias podrán situar dichos hechos fuera del precepto de ley natural, la
cual sigue siendo inmutable.
17
Precepto: Mandato u orden que el superior hace observar y guardar al inferior o súbdito.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 105
f) Verdadera: no puede ser ignorada aunque pueda no seguirse.
Tomás de Aquino formula las relaciones entre la ley natural y la ley positiva (las relaciones entre
fisis y nomos) de un modo sistemático y preciso:
a) La ley positiva es una exigencia de la ley natural. En efecto, la ley natural impone la vida
en sociedad y ésta sólo es posible sobre la base de unas normas legales que regulen la
convivencia. La ley positiva es algo exigido por la naturaleza del hombre en cuanto ser social.
c) Las exigencias de la ley natural han de ser respetadas por la legislación positiva. La ley
natural constituye, pues, el marco que señala los límites dentro de los cuales ha de
organizarse moralmente la convivencia humana.
Esta forma de interpretar las relaciones entre la ley natural y la ley positiva pone de manifiesto que
Tomás de Aquino no concibe el mundo del derecho y el mundo de la moral como dos reinos desconectados.
El derecho se halla incardinado en la moral y el punto de incardinación no es otro que la idea de justicia.
En efecto, la justicia, como exigencia de dar a cada uno lo suyo, es una exigencia moral y es también el
fundamento del derecho.
En la sociedad o el Estado es necesaria una autoridad, cuya fuente es Dios. Entre las diversas
formas de gobierno justas (politeia, aristocracia y monarquía), y sus respectivas degeneraciones
(democracia, oligarquía y tiranía), el ideal del aquinate es la monarquía, que debe emplear su poder
(autoridad) en el mantenimiento de la paz, conduciendo a los ciudadanos a la justicia y a la virtud.
El objetivo del rey es alcanzar en su Estado el bienestar terrenal, sin olvidar que el fin último de
la existencia es la felicidad espiritual. Como esta última es misión de la Iglesia (y especialmente del Papa),
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 106
el poder de los reyes ha de estar subordinado al poder supra-temporal, representado en la Iglesia
como comunidad de los cristianos.
a) El Estado: ha de ser una sociedad autónoma que posea los medios necesarios para la
consecución del fin al que está destinado: el bien común. Tal bien común exige: paz dentro
del Estado; paz con el exterior; dirección unificada; provisión de necesidades vitales.
b) La Iglesia ha de tener un fin sobrenatural y, por tanto, más elevado que el del Estado.
Tomás de Aquino defiende el poder indirecto de la Iglesia sobre el Estado: éste debe
subordinarse a la iglesia en asuntos de carácter sobrenatural.
Ello no implicaría, según Tomás de Aquino, pérdida de autonomía de la función del Estado ya
que el fin de la vida social es la vida buena según virtud. Ahora bien, la auténtica vida virtuosa no es la
fundamentada en el medio (contra el modo aristotélico), sino la que tiene carácter teologal. En la práctica
esto significa que no está en manos de ningún organismo humano el conseguir el auténtico hombre
virtuoso. De ahí que no deben ser las leyes humanas el fundamento último de la vida social sino la
ley eterna. Y la ley eterna la representa mejor la Iglesia que el Estado. Por consiguiente, en última
instancia, los reyes deben someterse a los sacerdotes. La función del Estado debe consistir en realizar sus
tareas propias, pero poniendo siempre la atención en que la auténtica felicidad está en la otra vida.
Ahora bien, según Tomás de Aquino, esto no implica que el hombre tenga dos fines: uno natural y otro
sobrenatural. Existe un único fin (el sobrenatural). Y tanto el Estado como la Iglesia deben contribuir a la
consecución de tal fin. El problema de las relaciones entre la Iglesia-Estado, en Tomás de Aquino, son muy
similares a las relaciones entre razón-fe.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 107
# ESQUEMA GENERAL
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 108
evidentes por sí mismos. Ahora bien, esta
evidencia puede entenderse en dos sentidos: en
absoluto y en relación a nosotros. De manera
ANEXO I absoluta es evidente por sí misma cualquier
proposición cuyo predicado pertenece a la
esencia del sujeto; pero tal proposición puede no
ser evidente para alguno, porque ignora la
Texto Para la P.A.U. definición de su sujeto. Así, por ejemplo, la
enunciación «el hombre es racional» es evidente
por naturaleza, porque el que dice hombre dice
racional; sin embargo, no es evidente para quien
desconoce lo que es el hombre. De aquí que,
— TOMÁS DE AQUINO según expone Boecio en su obra De
hebdomadibus, hay axiomas o proposiciones que
son evidentes por sí mismas para todos; y tales
son aquellas cuyos términos son de todos
conocidos, como «el todo es mayor que la parte»
SUMA TEOLÓGICA, I-II, cuestión 94 (De o «dos cosas iguales a una tercera son iguales
entre sí».Y hay proposiciones que son evidentes
la ley natural), artículo 2 por sí mismas sólo para los sabios, que entienden
la significación de sus términos. Por ejemplo, para
ARTÍCULO 2 el que sabe que el ángel no es corpóreo y
entiende lo que esto significa, resulta evidente
La ley natural, ¿comprende muchos preceptos que el ángel no esta circunscrito a un lugar; mas
o uno solamente? no así para el indocto, que desconoce el sentido
Objeciones por las que parece que la ley natural estricto de estos términos.
no comprende muchos preceptos, sino solamente Ahora bien, entre las cosas que son conocidas de
uno. todos hay un cierto orden. Porque lo primero que
1. Como ya vimos (cuestión 92, artículo 2), la ley alcanza nuestra aprehensión es el ente, cuya
pertenece al género del precepto. Luego si noción va incluida en todo lo que el hombre
hubiera muchos preceptos en la ley natural se aprehende. Por eso, el primer principio
seguiría que también serían muchas las leyes indemostrable es que «no se puede afirmar y
naturales. negar a la vez una misma cosa», principio que se
funda en las nociones de ente y no-ente y sobre
2. La ley natural es algo consiguiente a la el cual se asientan todos los demás principios,
naturaleza humana. Mas la naturaleza humana, según se dice en IV Metaphysica. Mas así como
aunque es una considerada como un todo, es el ente es la noción absolutamente primera del
múltiple en sus partes. Por eso, la ley natural, o conocimiento, así el bien es lo primero que se
bien consta de un solo precepto por la unidad de alcanza por la aprehensión de la razón práctica,
la naturaleza humana como un todo, o bien ordenada a la operación; porque todo agente obra
consta de muchos por la multiplicidad de la por un fin, y el fin tiene razón de bien. De ahí que
naturaleza humana en sus partes. Pero en este el primer principio de la razón práctica es el que
caso también las inclinaciones de la parte se funda sobre la noción de bien, y se formula
concupiscible deberían pertenecer a la ley así: «el bien es lo que todos apetecen». En
natural. consecuencia, el primer precepto de la ley es
3. La ley, como ya vimos (cuestión 90, articulo 1) éste: «El bien ha de hacerse y buscarse; el mal
es cosa de la razón. Pero la razón en el hombre ha de evitarse ».Y sobre éste se fundan todos los
es una sola. Luego la ley natural sólo tiene un demás preceptos de la ley natural, de suerte que
precepto. cuanto se ha de hacer o evitar caerá bajo los
preceptos de esta ley en la medida en que la
En cambio consta que los preceptos de la ley razón práctica lo capte naturalmente como bien
natural son en el orden práctico lo que son los humano.
primeros principios en el orden de la
demostración. Pero estos primeros principios son Por otra parte, como el bien tiene razón de fin, y
muchos. Luego también son múltiples los el mal, de lo contrario, síguese que todo aquello a
preceptos de la ley natural. lo que el hombre se siente naturalmente inclinado
lo aprehende la razón como bueno y, por ende,
Solución. Hay que decir: Como ya dijimos como algo que debe ser procurado, mientras que
(cuestión 91, artículo 3), los principios de la ley su contrario lo aprehende como mal y como
natural son en el orden práctico lo que los vitando. De aquí que el orden de los preceptos de
primeros principios de la demostración en el la ley natural sea correlativo al orden de las
orden especulativo, pues unos y otros son inclinaciones naturales. Y así encontramos, ante
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 109
todo, en el hombre una inclinación que le es demás relacionado con esto.
común con todas las sustancias, consistente en
Respuesta a las objeciones: 1. A la primera hay
que toda sustancia tiende por naturaleza a
que decir: Todos estos preceptos de la ley natural
conservar su propio ser. Y de acuerdo con esta
constituyen una ley natural única en cuanto se
inclinación pertenece a la ley natural todo aquello
reducen a un único primer precepto.
que ayuda a la conservación de la vida humana e
impide su destrucción. En segundo lugar, 2. A la segunda hay que decir: Todas las
encontramos en el hombre una inclinación hacia inclinaciones de cualquiera de las partes de la
bienes más determinados, según la naturaleza naturaleza humana, como la concupiscible y la
que tiene en común con los demás animales. Y a irascible, en la medida en que se someten al
tenor de esta inclinación se consideran de ley orden de la razón, pertenecen a la ley natural y se
natural las cosas que la naturaleza ha enseñado reducen a un único primer precepto, como
a todos los animales, tales como la conjunción de acabamos de decir. Y así, los preceptos de la ley
los sexos, la educación de los hijos y otras cosas natural, considerados en sí mismos, son muchos,
semejantes. En tercer lugar, hay en el hombre pero todos ellos coinciden en la misma raíz.
una inclinación al bien correspondiente a la
3. A la tercera hay que decir: Aunque es una en sí
naturaleza racional, que es la suya propia, como
misma, la razón ha de poner orden en todos los
es, por ejemplo, la inclinación natural a buscar la
asuntos que atañen al hombre. Y en este sentido
verdad acerca de Dios y a vivir en sociedad. Y,
caen bajo la ley de la razón todas las cosas que
según esto, pertenece a la ley natural todo lo que
atañe a esta inclinación, como evitar la son susceptibles de una ordenación racional.
ignorancia, respetar a los conciudadanos y todo lo
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 110
ANEXO II
Recordemos que debería presentarse un texto con estructura lógica y coherencia. Sólo así se demuestra que se
ha comprendido lo expresado, más allá de recordar todos los conceptos. Así que los conceptos o los
contenidos, aunque son muy importantes, van de la mano de la expresión. Siendo más concretos, se deberían
narrar los aspectos más destacables de la vida de Tomás mientras se cuenta, en primer lugar, su contexto
histórico y, en segundo lugar, su contexto filosófico. Para ello no hay una fórmula única ni exacta. Pero no
olvides la capacidad de síntesis: hemos de extraer lo esencial y demostrar que lo hemos comprendido; así que
no hemos de contarlo todo, ni hemos de cortar frases para luego unirlas en una, (así, sin más), ya que ello hace
que se pierda el sentido de lo que se lee.
A continuación indico una serie de recomendaciones muy concretas a las que podemos atender como guste:
c) Una observación: puede que sea más fácil hilar el contexto histórico con el filosófico, si acabas el
primero con los aspectos culturales, en este caso, por ejemplo, la universidad.
d) Una vez que hayas acabado con ello, comienza, en párrafo aparte, la parte del contexto
filosófico. Deja claro que entramos en esta parte. No es recomendable que dividas esta pregunta
en apartados (histórico y filosófico), sino que parezca todo un texto coherente. Así que puedes
utilizar cualquier fórmula de redacción para comenzar este parte: “En lo que respecta al contexto
filosófico de Tomás de Aquino”, “Si hablamos del contexto filosófico de Tomás de Aquino…”,
“Miremos ahora al contexto filosófico de nuestro autor: …”.
e) ¿Qué contar en este apartado? Alberto Magno, Sagradas Escrituras, Patrística, clásicos, filosofía
árabe-judía, método escolástico, aristotelismo, averroísmo latino, conciliación, Agustín de
Hipona, estudios generales hasta las primeras universidades… Realiza un resumen de casi una
página con ello. No tienes por qué contarlo todo sobre todos los temas.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 111
Recapitulando:
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 112
ANEXO III
— ACTIVIDADES. UNIDAD 5 —
5.
1. Leyendo el primer párrafo del apartado 5, ¿piensas que podría haber justicia de no tener libertad el ser
humano? Justifica tu respuesta.
2. Según Tomás de Aquino, ¿todo ser humano posee libre albedrío? ¿Y todo ser humano actúa siempre
con libertad?
3. ¿Qué significa que Tomás de Aquino acepte el carácter teleológico de…?
4. ¿Qué diferencia existe entre las tendencias del ser humano y las del resto de seres?
5. Demostración aquinate de la existencia de la ley natural.
6. Diferencia entre derecho natural, derecho positivo y derecho consuetudinario.
7. ¿Cuál es el orden de esos tres derechos en el llamado iusnaturalismo teológico de Tomás de Aquino?
5.1
8. ¿Cómo llama Tomás de Aquino los actos que pueden ser juzgados moral o legalmente?
9. ¿Qué hace malo o bueno a un acto: la intención, la aplicación concreta o ambas?
10. ¿Dónde se encuentran el Bien y la Felicidad absolutos a las que debe tender toda acción moral?
11. ¿Qué ocurriría según el aquinate si no se actúa virtuosamente habitualmente?
12. Teniendo en cuenta que Tomás de Aquino defiende que se pueden poseer las virtudes dianoéticas
(racionales) sin poseer las éticas (apetitivas), ¿qué crees que dirá del intelectualismo moral platónico-
socrático? O sea, según Tomás, ¿conocer sobre el bien implica actuar en consonancia?
13. Cita o esquematiza las virtudes dianoéticas, éticas y teologales tomistas, destacando las
“excepcionales”.
14. ¿Puedes explicar la defensa del término medio como virtud en casos como el celibato o la pobreza,
virtudes teologales?
15. ¿Qué es la ley eterna?
16. El hombre que actuara contra los planes de la ley eterna desconociéndola, ¿podría ser condenado
(eternamente)? ¿Por qué?
17. Teniendo en cuenta la cuestión anterior sobre la eterna condena humana, ¿podrías explicar por qué no
hay libertad sino en la verdad?
18. ¿Podrías desarrollar un símil comparando la ley divino-positiva, la ley natural-moral y la ley eterna con
un iceberg? ¿Qué sería la parte del iceberg que no se ve, qué la punta y qué el reflejo de todo el
iceberg?
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 5 113
5.2
19. ¿A qué ser atañe la ley natural? ¿Y la ley eterna? ¿Qué relación hay entre ambas leyes?
20. De ese modo, la ley natural tiene cuatro características básicas. Cítalas.
21. ¿A qué se tiende naturalmente en tanto que sustancia, animal y ser racional?
5.2.1
22. Cita las seis propiedades que se deducen del contenido de la ley natural.
5.3
5.3.1
23. Cita varios ejemplos concretos de la ley positiva.
24. Cita tres relaciones entre la ley natural y la positiva.
25. Tomás de Aquino defiende, al contrario que Agustín de Hipona, que la sociedad-estado y el gobierno
son…
5.3.2
26. Comparemos el Estado ideal y la Iglesia propuestos por Tomás de Aquino:
a) ¿En quién recae el poder?
b) ¿Cuál es el fin que tratan de alcanzar?
c) ¿Qué relación ha de existir entre ambos?
27. Lee el texto de Tomás de Aquino del Anexo I y subraya todas las expresiones clave del autor que
4. Reparte los datos de esa lista en cinco apartados: 1) datos biográficos; 2) datos históricos; 3) datos
culturales; 4) datos filosóficos; y 5) obras/periodos del autor.
5. Comienza la redacción en el orden de los apartados.
– Te recomiendo que redactes en primer lugar tu contexto en el ordenador. Así podrás
modificarlo sin gran esfuerzo.
- Puedes entregarlo a mano o impreso.
- Evita copiar o plagiar: si aunque sea una pequeña parte fuese plagiado textualmente, tendría
un cero en evaluación.
9. Parte por presentar algo de la biografía del autor: “Platón nace aproximadamente en el 427 a. C. en
Atenas…”.
- La presentación biográfica debe ser escueta, un párrafo que cubra una cuarta parte de una
página más o menos.
2017/2018 Historia de la Filosofía 115
12. Pasa, en párrafo aparte, al contexto filosófico: autores y corrientes filosóficas que influyen al filósofo,
otros pensadores con los que dialoga en vida nuestro autor…
- Como en los casos anteriores, introduce este contexto con una frase inicial.
- Debería tener media página de extensión, o algo más si acaso.
13. Aún falta un último apartado en el que debes hablar de la obra del autor (pero que sigue siendo parte
del contexto filosófico).
- Por ejemplo, en el caso de Platón, podrías comenzar con: “Por último, Platón presentó su
pensamiento filosófico mediante diálogos […], varias etapas […], el mito de la caverna en su
diálogo La república”.
- En esta última parte es interesante que des información sobre el tipo de libros en que
presentó su filosofía el autor, si puede dividirse en varias etapas debido a su temática…
14. Una vez finalizado, comprueba que la extensión entra dentro de lo establecido y revisa la ortografía.
15. Pasados unos días, incluso una semana, vuelve a leerlo para ver si comprendes tu escrito, comprueba
si repites en diversos sitios las mismas ideas y si hay ideas que han sido incluidas sin sentido.
16. Si encuentras errores, trata de corregirlos.
Lo que cambió en el curso del Renacimiento fue que el gótico, la caballería y la escolástica ya no
monopolizaron sus respectivos campos, sino que compitieron e interactuaron con estilos y valores
alternativos derivados del mundo antiguo. Fue especialmente en Italia donde estos estilos y valores “nuevos”
surgieron.
(BURKE, P. El Renacimiento europeo)
La etapa de puro presentimiento que antecede a la efectiva aparición del hombre nuevo en torno a 1600 fue
la época que luego se ha llamado con un nombre desorientador: Renacimiento.
(ORTEGA Y GASSET, J. En torno a Galileo)
Durante el siglo XIV comienza una época de transición entre la edad media y la modernidad
que conocemos con el nombre de Renacimiento. En realidad no hay un consenso en cuanto a los años en
que el Renacimiento pervivió. Sin embargo, podríamos convenir que debido a una de sus características
fundamentales (punto a más adelante), el movimiento renacentista surge con la figura de Dante (1265-
1321) y concluye con Descartes (1596-1650). No es de extrañar que uno de los primeros distanciamientos
entre este movimiento renacentista y la cultura medieval tenga lugar durante los siglos XIII y, sobre todo,
XIV, entre pensadores escolásticos y literatos: por una parte,
se encuentran los grandes teólogos y filósofos medievales,
interesados más por lo que decían y por la exactitud de la
enunciación; y por otra parte, comienzan a proliferar literatos
como Dante, Petrarca (1304-1374) o Boccaccio (1313-
1375), más preocupados por el estilo literario y la gracia de
la expresión.
n) Curiosidad y anhelo de saber: Éste es un período optimista que cree firmemente en las
capacidades humanas y en el progreso del saber. Todo esto se manifiesta en una
intensa actividad que abarca todos los ámbitos. Y es que la curiosidad y el anhelo de
saber incitan al hombre renacentista, y esto hace que no se limite a un único terreno de
estudio, sino que explore y busque respuestas en todos los frentes. El ejemplo
paradigmático y excepcional es el de Leonardo da Vinci, artista renacentista por
excelencia (ingeniero, pintor, anatomista, filósofo, poeta, músico...).
Ciertos autores señalan incluso que todas estas particularidades, además de otras no nombradas
aquí, caracterizan el Renacimiento justamente porque este período se distingue de otros por su carácter
multiforme y conflictivo. Por tanto, la caracterización del Renacimiento puede resumirse con tres
aspectos esenciales:
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 118
k) su enorme variedad,
No hemos de interpretar esta época de renovación como una ruptura radical respecto a la Edad
Media. Y es que muchos elementos medievales, como el nacimiento de las ciudades, la creciente
mentalidad comercial y mercantil, la clase burguesa, la afirmación de la individualidad... supusieron
tendencias cuya consolidación caracterizó el Renacimiento. Algunos factores de este cambio:
p) De orden cultural: Los contactos entre Oriente (más cercano a los clásicos griegos) y
Occidente se dieron durante toda la Edad Media, pero la caída del Imperio Bizantino
(1453) obligó a eruditos orientales a emigrar a Italia, donde difundieron sus estudios,
impulsando el interés por el griego y los textos clásicos.
r) De orden científico-técnico:
Ya durante la Edad Media se
Concilio de Trento, de Tiziano (1555)
incorporaron a la vida
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 119
cotidiana inventos técnicos que modificaron las costumbres y las tareas más triviales (el
vidrio y el cristal, las gafas, el reloj...). Ahora bien, el siglo XV fue, con diferencia, un siglo
más prolífico en descubrimientos e innovaciones técnicas, como la pólvora, la brújula
o, por encima de todos en cuanto a la divulgación cultural, la imprenta (ya conocida en
China, y que fue perfeccionada por Gutenberg hacia el 1440). Por otro lado, a medida
que va avanzando el Renacimiento, se irá conformando la llamada revolución científica
que abanderaron estudiosos como Copérnico o Galileo y que cambian drásticamente la
visión del mundo.
Algunos de los filósofos más importantes de la época renacentista serían Guillermo de Ockham,
Nicolás de Cusa, Maquiavelo, Pico della Mirandola, Suárez, Pletón, Tomás Moro, Erasmo de Rotterdam,
Giordano Bruno...
1304-1374 Petrarca
1313-1375 Boccaccio
1386-1466 Donatello
1445-1510 Botticelli
1450-1516 El Bosco
1450 Creación de la imprenta.
1452-1519 Leonardo da Vinci
1452 Gutenberg imprime la Biblia en
Maguncia.
1453 Mohamed II conquista
Constantinopla. Cae Bizancio.
1453 Termina la guerra de los Cien Años.
1463-1494 Pico della Mirandola
1469 Matrimonio de Isabel de Castilla y
1469-1527 Maquiavelo
Fernando de Aragón.
1471-1528 Durero 1469-1536 Erasmo de Rotterdam
1475-1564 Miguel Ángel 1473-1543 Copérnico
1478-1535 Tomás Moro
1483-1520 Rafael 1483-1546 Martín Lutero
1485-1576 Tiziano
1492 Fin de la reconquista con la derrota
nazarí y descubrimiento de América
1509-1564 Calvino
1512 Núñez de Balboa descubre el
Pacífico.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 120
1517 Lutero publica de las 95 tesis 1518-1594 Tintoretto
1519 Condena de Lutero en Colonia.
1521 Excomunión de Lutero.
1531 Enrique VIII: jefe de la iglesia
anglicana 1533-1592 Michel de Montaigne
Guillermo de Ockham (del latín Gulielmus Occamus), nacido a finales del siglo XIII, fue un filósofo
de la orden franciscana. En realidad su estilo es propio de la escolástica, pero dada su perspectiva y las
consecuencias de sus teorías hay quienes lo consideran el verdadero precursor de las filosofías
renacentistas. Se formó cursando estudios en Oxford. Fue
procesado por algunas de sus doctrinas y sus críticas hacia el
papado y su defensa radical de la pobreza (una de las ideas
centrales de la orden franciscana). De hecho, el Papa, a quien
catalogó de hereje, le excomulgó en 1328, aunque Ockham logró
huir de sufrir consecuencias peores al abrigo de Luis IV de Baviera.
Murió en 1349 a causa de la peste negra. A título póstumo, en
1359, su figura fue rehabilitada por la Iglesia. Filosóficamente, se le
considera uno de los mayores exponentes del nominalismo en la
cuestión de los universales (véase la página 75).
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 121
cosas que las estrictamente necesarias para explicar los hechos (criterio que a partir de entonces y hasta
hoy hará suyo la ciencia). Este principio obliga a estudiar qué elementos son estrictamente necesarios e
imprescindibles en las explicaciones. Las cosas que parecieron estrictamente necesarias a Ockham
fueron:
o) En la teología, sólo aquellas entidades exigidas por los artículos fundamentales de la fe.
s) En ciencia y filosofía, sólo las realidades de las que tenemos conocimiento intuitivo y las
demás realidades cuya existencia puedan deducirse directamente a partir de las
conocidas por intuición.
Esta navaja intelectual le sirvió para rechazar las múltiples distinciones y sutilezas hechas por
Tomás de Aquino, como por ejemplo la distinción entre entendimiento agente y pasivo, entre esencia y
existencia, entre sustancia y accidentes, etcétera.
Una de las tesis más reconocibles de Nicolás de Cusa fue expuesta por primera vez en su obra La
docta ignorancia, y desarrollada en otras obras posteriores como El idiota. ¿Qué dice la docta ignorancia?
Según Nicolás de Cusa llegamos a conocer una cosa finita poniéndola en relación o comparándola con algo
ya conocido; llegamos a conocer una cosa por medio de la comparación, la semejanza, la desemejanza y la
distinción. Pero dios, que es infinito, no es semejante a ninguna cosa finita; y aplicar a dios predicados
determinados es comparar a dios con cosas y ponerlo en relación de semejanza con éstas. Dios, sin
embargo, no tiene comparación con las cosas finitas, ni se asemeja a éstas. En realidad, los predicados
distintos que aplicamos a las cosas finitas coinciden en dios de una manera que sobrepasa nuestro
conocimiento. Por tanto, dado que nuestra psique o mente es limitada, finita, respecto al conocimiento
de dios (que es objeto infinito e incomparable) nuestras mentes se encuentran en un estado de
ignorancia: más que saber aquello que es, de dios podemos llegar a saber con certeza lo que no es. Ello
no significa que no se tenga conocimiento alguno de dios, ni tampoco que no se haya hecho nunca el
esfuerzo de comprender lo que es. Simplemente, se defiende que al conocimiento de dios se accede por
vía negativa, partiendo de lo que éste no es. Estamos, pues, ante una ignorancia instruida, o docta.
Entonces, las afirmaciones positivas acerca de dios tan sólo se justifican teniendo en cuenta que toda
afirmación acerca de la naturaleza divina necesita ser cualificada por una negación. Esto llevará a
Nicolás de Cusa a afirmar positivamente que dios es la coincidentia oppositorum, coincidencia de los
opuestos, algo en sí incomprensible para nuestra mente limitada. En consecuencia, Nicolás de Cusa dirá de
dios que es el uno infinito, uno y múltiple… ya que estas contradicciones son superadas en lo Absoluto.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 122
— 1.4.3 El Príncipe de Nicolás Maquiavelo (1469-1527)
Frente al geocentrismo de Ptolomeo, vigente durante toda la Edad Media, Nicolás Copérnico
defendió en el siglo XVI el heliocentrismo, lo que constituyó una auténtica revolución en el terreno de la
astronomía: por primera vez se considera científicamente que el ser humano se mueve alrededor del sol,
quien se mantiene estático en el centro del universo. Eso sí, mantenía que los planetas giran alrededor del
sol en órbitas circulares en un movimiento uniforme.
En este mismo siglo, Tycho Brahe realizó numerosas y detalladas observaciones de las que se
sirvió para defender una teoría geo-heliocéntrica, combinando la tradición ptolemaica y la propuesta
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 123
copernicana: en el centro del universo estaría la Tierra, alrededor de ella girarían la luna y el sol y, por
último, alrededor del sol giraría el resto de planetas.
Años más tarde, ya al inicio del siglo XVII, Johannes Kepler va a apoyarse en las observaciones
de su maestro Brahe para desarrollar un nuevo impulso en la descripción astronómica: ni las órbitas
planetarias son circulares, ni su movimiento es uniforme. Aún así, Kepler demuestra geométricamente
que el universo se rige armoniosamente. A su juicio, la armonía del universo se manifiesta en tres leyes:
p) Los planetas se mueven siguiendo trayectorias elípticas, uno de cuyos focos es el Sol.
q) El movimiento de los planetas no es uniforme, sino que varía de modo que el área
recorrida por un rayo vector (es decir, el que une un planeta y el Sol) es igual en intervalos
de tiempo iguales.
r) Los cuadrados del tiempo de las revoluciones de los planetas en torno al Sol son
proporcionales al cubo de sus distancias medias respecto del Sol. Esta ley muestra la
relación entre los planetas y, en general, la armonía celeste.
Así, Galileo, ayudado por un novedoso artilugio, el telescopio, observó la luna y pudo deducir que,
por un lado, la teoría heliocéntrica era efectivamente válida y, por otro, que la teoría aristotélica, la
dominante hasta la fecha, debía ser refutada, ya que tanto la luna como el sol contenían
imperfecciones. La cosmovisión aristotélica entendía que el universo se dividía en dos mundos, el
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 124
sublunar, conformado por la tierra mutable e imperfecta, y el supralunar, conformado por el resto del
universo, inmutable, perfecto y, según la mentalidad clásica, completamente esférico. Las observaciones de
Galileo sin embargo demostraban que no hay nada que diferenciara el mundo celeste del nuestro.
En términos políticos, el siglo XVII dio paso a la Europa del absolutismo. Entre 1618 y 1648 tuvo
lugar la guerra de los 30 años, que enfrentó a todos los países europeos, protestantes contra católicos.
Esta guerra terminó con la paz de Westfalia, donde se firmó la libertad religiosa para cada país. Así que
estamos ante una irreparable ruptura de la unidad religiosa. De paso, se consolidó el ascenso de Francia
como primera potencia y el hundimiento de Austria-Alemania y España. Francia se estableció como
monarquía absoluta, esto es, un sistema con un rey al frente con poder absoluto sin apenas control y con
un carácter sagrado: el poder del rey proviene de dios, ya que gobierna en su nombre y, por eso, el único
control posible son las leyes naturales de dios. En realidad, el monarca se ayuda de muchos funcionarios,
ministros y consejeros, pero él manda. Esta figura la encarna Luis XIV de Francia (1643-1715), el llamado
rey sol. Pero no todos los países asumieron el absolutismo: por ejemplo, en Inglaterra el rey fue ejecutado
cuando quiso prescindir del parlamento.
En el aspecto económico, el comercio colonial tuvo un gran desarrollo: Europa compra esclavos
en África y los vende en América; allí compra café, azúcar, cacao… y lo transporta a Europa para venderlo.
En este sentido, Holanda e Inglaterra desplazan a España y Portugal como principales actores. A su vez,
este desarrollo comercial produjo un aumento en el número de manufacturas (grandes talleres donde se
concentran los trabajadores) para poder producir más y más barato. El estamento que más se enriqueció
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 125
con estos negocios fue la burguesía, quien enseguida comenzó a comprar tierras y cargos, y llegó a prestar
dinero a monarcas. Estas relaciones comerciales abrieron el camino al mercantilismo, sistema
económico del siglo XVII: la principal fuente de riqueza de un país se mide en la acumulación de oro y
plata. Por tanto, el capital de un Estado se incrementa sobre todo mediante una balanza comercial positiva
con otras naciones: que las exportaciones sean superiores a las importaciones. El mercantilismo lleva
por tanto a una política estatal proteccionista sobre su economía, favoreciendo exportaciones y
desfavoreciendo importaciones. He aquí los prolegómenos de la revolución industrial y el sistema
capitalista.
Sin embargo, el siglo XVII se suele calificar como un periodo de crisis socioeconómica. No en
vano, la población europea sufre un fuerte
estancamiento en el crecimiento
demográfico debido a fuertes epidemias,
a las guerras y a las hambrunas. Mucho
tuvo que ver en todo esto también un
acusado cambio climático que ocasionó
malas cosechas. Quizá haya que ver en
esta situación de crisis uno de los motivos
por los que el comercio colonial se
desarrolló en esta época, teniendo que
dejar atrás poco a poco las industrias
tradicionales urbanas y agrícolas que
estaban trayendo tanta desgracia a la
Europa del XVII. La rendición de Breda, de Velázquez (1634)
Como ya vimos, en el siglo XVII hay un gran avance de la ciencia. De hecho, este siglo es
conocido también como el siglo de la física. No sólo destacan Galileo o Kepler, sino que el mismo
Descartes es considerado el creador de la geometría lineal. Este avance del método científico entrará en
colisión con los conocimientos y métodos escolásticos que aún pervivían en las universidades y en los
estamentos eclesiásticos de la época. El avance de la revolución científica y la destrucción de la unidad
religiosa se irán retroalimentando, y ambas constatan el impacto y la sensación de crisis que los hombres
del siglo sufrían.
Por otra parte, el Barroco es el arte del siglo XVII y parte del XVIII, y tiene una relación estrecha
con el pensamiento de la época. El barroco es un arte que intenta impactar sobre el espectador ya que
busca un efecto teatral, de hecho la literatura barroca insiste en la idea del mundo como teatro. El
barroco también se define por su sensación de movimiento: líneas curvas, contrastes de colores y de
luces (claroscuro), composiciones en equilibrios inestables, asimétricas… También es característico por su
decoración abigarrada y su realismo sin idealizar, hasta llegar a lo desagradable, lo feo, lo doloroso a
través de la sangre, las lágrimas o gestos diversos… No es de extrañar entonces que en esta época
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 126
surgieran las procesiones de semana santa buscando la exaltación emocional de los creyentes. Hay una
infinidad de grandes obras y artistas de esta época: Bernini (Apolo y Dafne o El éxtasis de Santa Teresa);
Caravaggio (Muerte de la virgen o la Vocación de San Mateo); Rubens (Las tres gracias y el
Descendimiento de la cruz); Rembrandt (Lección de Anatomía y Ronda de Noche); Miguel de Cervantes (El
Quijote); Lope de Vega, Calderón de la Barca, Góngora, Quevedo, Velázquez, la catedral de Cádiz…
Aunque los límites cronológicos de la llamada filosofía moderna no son precisos, puede situarse
en la época que abarca desde 1637, fecha de publicación del Discurso del método de Descartes, hasta
Kant, a finales del siglo XVIII. El primer período de la filosofía moderna es original; está dominado por dos
grandes corrientes de pensamiento, los ya citados racionalismo y empirismo, cuyas áreas geográficas son
la Europa continental (Francia, Holanda y Alemania) y las islas Británicas, respectivamente. A esta
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 6 127
primera época de la filosofía moderna sigue un segundo momento de asimilación y difusión: la Ilustración,
que coincide con el decurso del siglo XVIII, y que se desarrolla principalmente en Francia, Alemania e
Inglaterra. Todo este periodo culmina con la obra de Kant, un sistema que combina y supera racionalismo y
empirismo. Es característico de la filosofía moderna una preocupación fundamental por el tema del
conocimiento (origen, límites, validez, posibilidad o imposibilidad del conocimiento metafísico —de dios y el
alma, por ejemplo). No quiere decir esto que el único tema de preocupación de estos autores sea el del
conocimiento; la ética y la política constituyen también una parte importante de las tesis de casi todos los
autores de esta época.
y) Admiración por la matemática, que pasa a ser el arquetipo de la sabiduría humana. Era
una ciencia segura, exacta, progresiva y universalmente válida. De ahí el deseo de los
racionalistas de edificar una filosofía con una estructura similar a la de la matemática.
ESTUDIO PREVIO
Descartes es el padre de la filosofía moderna. Su papel resulta clave ya que consigue dotar
de un método científico a las humanidades, y así dejar atrás definitivamente el pensamiento
medieval. Durante siglos, la filosofía medieval había investigado racionalmente asuntos de
fe, de revelación y de orden sobrenatural. El Renacimiento sin embargo surgió como un
movimiento en parte contestatario, ya que las verdades medievales estaban siendo puestas
en entredicho. Sin embargo, esos siglos renacentistas fueron más bien convulsos, sin una
propuesta clara. En ese momento el método científico consiguió derribar ciertas verdades
preestablecidas (como el geocentrismo o la perfección del mundo supralunar) y Descartes
quiso incorporar ese nuevo método a las humanidades. La nueva ciencia era lo único que
aparentemente se mantenía firme en una época crítica en muchos sentidos: religioso, social,
cultural, político, nuevo mundo, epidemias…
1. ¿En qué siglos tuvo lugar la filosofía medieval? Cita al menos a cuatro filósofos de este periodo (con
fecha de nacimiento y muerte o siglo en que vivieron). Por tanto, si la filosofía surgió entre el siglo VII
y VI a.C., ¿en qué siglos tuvo lugar la etapa anterior, la filosofía antigua?
2. En mayor conflicto intelectual de la filosofía medieval es el de razón-fe. Define con una palabra o
expresión cuál es la posición que adoptan Agustín de Hipona, Averroes y Tomás de Aquino.
3. Uno de las constantes en la época medieval fue el intento de demostrar la existencia de dios
racionalmente, caso de Anselmo de Canterbury o Tomás de Aquino. ¿Con qué nombre se conoce este
tipo de demostración?
4. ¿En qué siglo se originan las primeras órdenes mendicantes? ¿A cuál pertenece Tomás de Aquino? ¿En
qué siglo nace la primera universidad y en qué país actual?
* En la historia de la filosofía son muchos quienes han recibido un apodo: Heráclito era conocido
como el oscuro, y al parecer se debía a que escribía en prosa, cuando lo habitual en ese momento era
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 129
recitar en verso (con lo cual se hacía oscuro, difícil de entender a Heráclito por este modo de expresión
escrita y recitada). Sócrates era conocido como el tábano, un enorme mosquito que al picar a los
caballos hace que salten y corran, como parece que hacía Sócrates con los ciudadanos de Atenas al
dialogar con ellos: despertaban. Platón, que en realidad se llamaba Aristocles, fue apodado así por un
maestro de su juventud debido a sus anchas espaldas (quizá un eufemismo debido al gran tamaño de
su cabeza, para el que debía de tener anchas espaldas). Aristóteles fue conocido como El filósofo,
dado que personificaba excelentemente las grandes cualidades que se le suponen a uno. Más
recientemente, Marx, Nietzsche y Freud comenzaron a ser conocidos tras su muerte, a mitad del
siglo XX, como los filósofos de la sospecha (apodo con que Paul Ricœur los agrupó), y en particular a
Marx, en su época, se le conocía como Maestro Furia; Nietzsche por su parte firmó algunas cartas
como Dionisos o El Crucificado.
5. Estos son algunos casos, pero ¿sabes con qué dos apodos fue también conocido Tomás de Aquino?
Uno de ellos es de carácter celestial, el otro se lo pusieron sus compañeros de clase.
6. Según Tomás de Aquino, ¿cuál es el objeto de la filosofía (o de la razón) y cuál el de la teología (o la
fe)?
7. Según Tomás de Aquino, ¿en qué orden (y subórdenes) la razón sólo puede servir para analizar pero
no para modificar lo que estudia?
8. Cita y explica los tipos de verdades según Tomás de Aquino. ¿Serías capaz de añadir algún artículo de
fe?
9. ¿En qué siglos tuvo lugar el Renacimiento? ¿Qué etapa de la filosofía surge tras él?
10. Cita las características esenciales del Renacimiento y resume con tres conceptos clave cada una de
esas características.
11. Cita los pasos en que se basa el método experimental y aporta dos conceptos clave de cada uno de
esos pasos.
12. En la siguiente unidad nos detenemos en el empirismo moderno: ¿Sabes a qué otra corriente se
contrapone? ¿En qué siglos tuvo lugar? ¿Qué significa la palabra “empiria”? Explica o resume sus
características esenciales. ¿A qué característica racionalista se opone cada una?
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 130
1. RENÉ DESCARTES
La primera publicación de Descartes fue su famoso Discurso del método, en 1637. No obstante no
fue la primera obra que escribió. Se cree que entre 1618 y 1628 compuso las Reglas para la dirección del
espíritu. Sin embargo, el primer trabajo que quiso publicar fue un tratado de cosmología, El mundo o tratado
sobre la luz, pero por esas fechas el Santo Oficio condenó a Galileo (1633) y Descartes quiso evitar un
conflicto similar. Por eso, años más tarde publica en forma anónima sus trabajos de física, tres ensayos
titulados La dióptrica, Los meteoros y La geometría precedidos del Discurso del método (escrito
originalmente en francés). Los años siguientes los dedicó a terminar sus Meditaciones metafísicas, obra
que agravó las disputas en torno al cartesianismo. La última obra de renombre que publica son los
Principios de la filosofía, de 1644. No hay que olvidar que también ofreció grandes aportes a las
matemáticas, llegando a considerársele como el creador de la geometría analítica.
Volviendo al Discurso, no es de extrañar que sea considerada la obra que inicia la filosofía
moderna porque marca una nueva actitud en el pensamiento europeo. Bien es cierto que en Las Reglas,
obra anterior, se ocupa con mucho mayor detalle del problema metódico, pero en el Discurso las sintetiza, y
en todas sus demás obras no hace más que desarrollar las ideas contenidas ya en esta obra. Así,
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 131
puede tomarse el Discurso como la expresión de la totalidad del pensamiento cartesiano. Más allá del estilo
de la obra, un ensayo personal, aparentemente alejado del sistema filosófico, el aporte principal de esa
obra puede reducirse
Para hablar del contexto cultural hemos de tener en cuenta que a Descartes se le suele
considerar como el primer hombre moderno. La modernidad surge de un conflicto de varios siglos entre
la mentalidad medieval y el humanismo renacentista. La rigidez estilística y el humanismo teológico
propios del medievo fueron sacudidos por una expresión más literaria y una preocupación centrada en
el individuo, características propias del Renacimiento. De hecho, en época de Descartes la formación
académica que aún dominaba en Europa seguía siendo de claro estilo y contenido medievales. A esta
disputa se le unió el avance de la ciencia y sus demostraciones. Esta tensión sociocultural se hacía cada
vez más patente, agravada por cismas como el luterano, y el poder eclesiástico cada vez se hacía más
tenso, instaurando instituciones como la Inquisición, a la que, entre tantos otros, Galileo se enfrentó y la
que el mismo Descartes trató de evitar.
Esta primera época moderna está dominada por el movimiento barroco, un movimiento artístico-
cultural multiforme que se extiende a lo largo del siglo XVII por toda Europa y que abarca la literatura, la
pintura, la música, etcétera. El arte barroco podría definirse por su sensación de movimiento: líneas curvas,
contrastes de colores y de luces (claroscuro), composiciones en equilibrios inestables, asimétricas...
También es característico por su decoración abigarrada y por mostrar un realismo sin idealizar, hasta
llegar a lo desagradable, lo feo o lo doloroso a través de la sangre, las lágrimas, etcétera. En general, podría
decirse que el barroco está atravesado por una sensación de desamparo ante lo sobrenatural, por un
tono pesimista propio de la crisis que hemos comentado más arriba (cultural y eclesiástica), pero que se
da en otros muchos aspectos sociopolíticos también.
Por último, en el contexto cultural no debemos olvidar la invención de la imprenta. Gracias a ella
la edición pasó a ser mucho más sencilla, dejó de ser un trabajo realizado casi exclusivamente en
monasterios y la difusión de cultura y conocimientos se agilizó enormemente.
En cuanto al contexto filosófico quizá debamos concretar, en primer lugar, algún elemento ya
mencionado, como los contenidos filosóficos propios del medievo en que se forma Descartes. Éstos se
centraban en el geocentrismo, el tomismo y el aristotelismo. El humanismo renacentista surgió como
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 132
contestación a la crisis de estos conocimientos, a la falta de confianza en su sabiduría; ahora bien, el
Renacimiento tampoco consiguió ofrecer unos conocimientos que superaran esta crisis. Sirvieron, eso sí,
para desembarazarse en buena medida de lo medieval. Quizá el individualismo, el yo, sea lo más
destacable de esta época que rescata la filosofía cartesiana y toda la modernidad. Tan sólo la llegada de la
revolución científica pudo sobreponerse a esta crisis de inseguridad por su capacidad de demostración
del heliocentrismo y de la imperfección de lo supralunar, cuestiones, ambas, contrarias al geocentrismo
aristotélico. Así que el método de la nueva ciencia fue tomado como guía de la filosofía moderna.
Puede decirse que la modernidad, en filosofía, nace con Descartes en 1637, con su libro El
discurso del método, y perdura hasta finales del siglo XVIII, de la mano de Kant. La primera etapa
presenta dos corrientes originales: el racionalismo, al que pertenece Descartes, y el empirismo, con
Hume quizá como máximo representante. Las características de ambas son a veces como la cara y la cruz
de una misma moneda. El racionalismo exaltaba la razón como la única facultad de conocimiento,
afirmaba la existencia de unas ideas innatas y tenía como modelo de conocimiento a las matemáticas.
El empirismo sin embargo exaltaba los sentidos como origen del conocimiento humano, defendía que
no había una sola idea que no procediera de la experiencia y admiraba la física como modelo. Las
discusiones internas y entre ambas corrientes fueron frecuentes y fue en el siglo XVIII, el de la Ilustración,
cuando Kant consiguió superar ambas propuestas uniéndolas críticamente.
Sin embargo, aunque la preocupación principal de la filosofía moderna y sobre todo del XVII
fue la del conocimiento, otras cuestiones como la ética y la política constituyeron temas cruciales. Debido
al liberalismo acuciante y a la fuerza de la burguesía nacieron, en parte, las propuestas contractualistas
para defender sistemas políticos basados en la naturaleza social del ser humano; y, por otro lado, las
nuevas filosofías llevaron sus propuestas cientificistas hasta sus últimas consecuencias, analizando las
emociones y las pasiones humanas, o sea, la ética.
Así, la obra de Descartes cubre varios de los campos nombrados: la geometría, la ética, la
metafísica, la física… pero con una unidad fundamental: tratar de fundar una nueva filosofía (que supere
al fin la época medieval) a la vez que constituir un nuevo método (siguiendo el científico). En el terreno
más filosófico destacan varias obras de Descartes: Las reglas para la dirección del espíritu (1628,
aunque publicado más tarde), El discurso del método (1637) o Las meditaciones metafísicas (1641). El
discurso condensa de un modo fluido, como si Descartes más bien comentara el método en vez de
desarrollarlo, aquella idea con la que iniciamos: el nacimiento de la modernidad. Los aportes de esta obra y
de todo Descartes pueden resumirse en dos: la razón como exclusivo criterio de verdad y fuente de
conocimiento, y la conciencia como realidad primera y punto de partida de toda filosofía.
3. EL MÉTODO CARTESIANO
Para Descartes, el fracaso de toda la filosofía anterior del que hemos hablado no se puede
achacar a la incapacidad de la razón. La causa más bien habrá sido el uso de un método
inadecuado. Por tanto, hay que tratar de cambiarlo. En la búsqueda de ese nuevo método,
Descartes centrará su atención en las matemáticas, vistas en su época como un saber
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 133
paradigmático, modélico, en el que no caben pluralismos ni disparidad de ideas. Las
matemáticas avanzan sobre verdades evidentes (o sea, axiomas) y verdades que se deducen a
partir de estos axiomas (o sea, teoremas). Así que, armado de este método tan fecundo en las
matemáticas, intentará edificar una filosofía a modo de ciencia universal.
En la segunda parte del Discurso del método Descartes describe las cuatro reglas que sigue su
método:
En el apartado siguiente veremos cómo proceder para obtener con certeza una evidencia, para
lo cual será necesario plantear una duda metódica.
b) Análisis:
«Dividir cada una de las dificultades que se examinan en cuantas partes fuese posible y en cuantas
requiere una mejor solución».
Descartes pide aquí que las ideas complejas se subdividan hasta alcanzar una idea simple o
varias ideas simples.
c) Síntesis:
«…Conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más
fáciles de conocer, para ir ascendiendo, poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más
complejos».
Esto es, proceder de forma ordenada en el camino de vuelta, es decir, de la idea más simple a la
idea compleja, resultado de la suma de ideas simples.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 134
d) Comprobación de los análisis y las síntesis ya realizadas:
«Hacer en todos los casos unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que
llegase a estar seguro de no omitir nada».
Se llega a tener evidencia de una cosa, no porque haya sido explicada ni porque haya sido
deducida, sino porque se tenga una intuición de esa cosa. Intuir quiere decir que
comprendemos una verdad de manera directa o inmediata; o lo que es lo mismo, se ve con
claridad y se sabe distinguir de cualquier otra cosa. Por otro lado, síntesis quiere decir
composición, por tanto, equivale a unión o integración de varios elementos. Una imagen que
nos puede ayudar a entender el análisis y la síntesis cartesianas podría ser la de un puzle y sus
piezas. El puzle puede ser descompuesto en piezas simples, y posteriormente ser completado
según un orden deductivo.
Para alcanzar la primera regla del método (la evidencia como único criterio de verdad),
Descartes quiso desembarazarse de todo conocimiento preestablecido, de todo posible
prejuicio y de toda posible impresión errónea. Es un ejercicio de escepticismo extremo, ya
que se plantea que todo lo que cree saber puede ser falso. Para conseguir derribar todos los
posibles conocimientos, genera una serie de supuestos, más o menos habituales, más o menos
alocados.
En el apartado siguiente comprobaremos cómo, al final de esta duda metódica, hay una
verdad que permanece en pie y que se hace evidente.
a) En primer lugar habla de la incertidumbre de los datos sensoriales y explica que a causa
de los sentidos se tenía por seguro que la Tierra estaba inmóvil en el centro del universo.
Descartes lleva esta desconfianza a cotas extremas: duda de su mano, de su cuerpo y de toda
la realidad material del mundo.
b) También llama la atención sobre los errores de razonamiento, que, a fin de cuentas, son
cometidos a menudo. Más concretamente duda del poder discursivo de la razón, ya que
con facilidad caemos en paralogismos, o sea, en razonamientos erróneos que
aparentemente son válidos.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 135
c) Por otro lado, tenemos dificultad para distinguir el sueño de la vigilia, así que nuestros
pensamientos podrían ser tan sólo ilusiones, o sueños no reconocidos como tales, ya que a
veces no se reconoce el sueño como sueño, sino como algo real.
d) Y, por último, para asegurarse de que la duda metódica es universal, llegando a dudar
incluso de proposiciones matemáticas (¿2+2=4?), Descartes plantea la existencia de un
genio maligno, que astutamente nos podría estar engañando al punto de que llegáramos a
considerar evidentes cosas que no lo son.
4. RES COGITANS
Tenemos por tanto que la duda cartesiana es absoluta (no hay verdad que permanezca en pie tras
la duda metódica). Pero Descartes se da cuenta de que dudando de todo, al menos es cierto que él duda,
y si él duda es porque él piensa, y, si piensa, él existe en tanto que pensante. Descartes formula este
descubrimiento con el famoso «pienso, luego existo» o, en latín, «cogito, ergo sum». He aquí una
evidencia, una verdad indudable, y el punto de arranque de toda la filosofía cartesiana: existo yo como ser
pensante, o existe el yo pensante, la sustancia pensante o la res cogitans. Esta proposición dice que si
pienso es que existo, y si lo que confirma mi existencia es que pienso, al menos puedo decir de mí que soy
un ser pensante. Cuando quiero dudar de la verdad de esa proposición, lo único que consigo es confirmar
su verdad, pues si dudo, estoy pensando, y no puedo pensar sin ser.
Descartes alcanza esta primera verdad tras presentar los pasos de la duda metódica. La propia
duda metódica le lleva a no poder dudar de sí mismo como ser que existe pensando. He ahí su primer
axioma, su primera verdad evidente.
Ni siquiera la suposición extrema de estar engañados por un genio maligno echa por tierra esta
verdad: para que ese genio me pudiera engañar, yo tendría que existir. Aunque el genio maligno
consiguiera hacerme ver como algo real lo ilusorio, nadie podrá rebatir que yo existo como ser
pensante.
Por tanto, la evidencia a la que se llega es que existo como ser pensante o, dicho de otro modo,
soy una sustancia pensante, o en latín, soy res cogitans. La existencia indudable de mí o del yo como ser
pensante no parece implicar, sin embargo, la existencia de ninguna otra realidad. En este momento
podemos decir por ejemplo que «yo pienso que el mundo exterior existe», pero no podemos estar seguros
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 136
de que el mundo realmente exista. Nada hay aún que nos asegure, por ejemplo, que haya otros seres
que existan de algún modo, o que yo existo como ser físico o corporal, en lenguaje geométrico-cartesiano,
como res extensa.
Recapitulando: dudar de todo me lleva a la primera verdad, que es que existe mi pensamiento
y algo que piensa que soy yo. Por tanto, podría asegurarse que existo como cosa o sustancia
pensante. Esa evidencia no es puesta en duda por el método ya que podría errar en el
contenido de lo que pienso (pensar que el mundo existe aunque en realidad no exista, o
pensar que los extraterrestres existen…), pero no yerro al decir que pienso. Y si un genio
maligno estuviera tratando de engañarme en esta verdad, yo tendría que existir para que me
tratara de engañar.
Por último, no podemos decir nada más que existo como ser pensante, o que soy res cogitans,
pero no sabré aún si existe res cogitans fuera del yo (en otros), entre otras cosas porque no sé
si existe el mundo físico exterior o ajeno a la sustancia pensante.
Nos encontramos entonces ante dos elementos: el pensamiento como actividad y, por otro lado,
su contenido: las ideas, que son las que piensa el yo.
Según ello, Descartes deduce que el pensamiento piensa siempre ideas. ¿Y de dónde
proceden estas ideas? Descartes analiza las ideas según su origen y las va a dividir en tres tipos:
c) Ideas innatas: que proceden del mismo pensamiento; esto es, el pensamiento las posee en sí
mismo. Ideas innatas serían, según Descartes, ideas como pensamiento o como existencia, que
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 137
no parecen proceder del exterior ni son construidas por mí, sino que me las encuentro en la
percepción misma del «pienso, luego existo». Otras ideas innatas serían la de número, de causa,
de sustancia o la de dios.
Dios no es innato, sino que la idea de dios (de perfección e infinitud) que está en nuestro
pensamiento es innata. La demostración de la existencia de dios es la que parte de ideas
innatas. En terminología cartesiana, dios es la res infinita porque es perfecto e infinito, y
gracias a su perfección e infinitud nosotros tenemos la idea innata de perfección/imperfección
y finitud/infinitud, de modo que no podríamos hablar de lo imperfecto si no supiéramos que
existe lo perfecto (que es dios). Según Descartes, la idea de Dios es:
«la huella que el creador ha impreso en la conciencia de la criatura, […] esta idea ha
nacido y ha sido producida conmigo».
En este punto, Descartes no podría haber demostrado la existencia de dios de otra manera, ya
que las ideas facticias no demuestran la existencia de nada (son invenciones de la mente) y
las ideas adventicias proceden de un lugar del que aún no se ha demostrado su existencia. Lo
único seguro por el momento es que el yo como res cogitans existe (y el pensamiento y las
ideas). En la res cogitans sólo encontramos, según Descartes, unas ideas que no necesitan de
nada más para ser ciertas: las ideas innatas; y de ahí surge la demostración de dios.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 138
Entonces, Descartes se pregunta por aquello que produce las ideas de las cosas sensibles y de
dónde proceden. Lo que causa y origina las ideas sensibles, según Descartes, debe ser algo distinto a
mi pensamiento, ya que de proceder de mi pensamiento, no tendría sentido que esas ideas me
sobrevengan sin mi consentimiento ni mi cooperación. Por tanto, queda descartada la res cogitans como
origen de las ideas sensibles. Dentro de lo que sabemos ya que existe, nos resta pensar que esas ideas
sensibles pudieran provenir de la sustancia divina, y, si no es dios su origen, tendría que proceder de una
supuesta sustancia corporal o extensa, aún por demostrar.
Para Descartes es evidente que dios en su infinita bondad no me engaña, así que,
efectivamente, tal y como aparece en mi pensamiento, esas ideas han de proceder de una sustancia
extensa exterior. Si dios me ha dado una fuerte inclinación a creer que esas ideas sensibles me son
enviadas por las cosas corporales, me estaría engañando si fueran producidas por dios mismo o por
cualquier otro ser. La infinita bondad divina anula esta posibilidad. Se hace necesario, por consiguiente,
reconocer que hay una sustancia extensa diferente a la sustancia pensante. Así queda demostrado
racionalmente que el mundo exterior y físico existe. Descartes llama a esta sustancia res extensa.
La res extensa tiene unas características que se diferencian con claridad de las demás
sustancias. Ésta es descrita por Descartes con características propias de un cuerpo inanimado, como
materia pura. El cuerpo, como toda cosa extensa, o sea, como mundo, está gobernado por leyes
mecánicas (no hemos de olvidar a este propósito los avances de la física científica del siglo XVII). De
hecho, Descartes propone que la materia ha sido creada inerte y dios inyecta en ella una cantidad de
movimiento que, gracias a la inmutabilidad divina, permanece siempre constante, como el
funcionamiento de un reloj. Este funcionamiento y esta estructura de los cuerpos puede explicarse según
tres leyes del movimiento (que derivan de la inmutabilidad de dios):
a) El principio de inercia;
Esto quiere decir que, tanto animales como plantas, se rigen como máquinas muy complejas.
Por su parte, el hombre será un compuesto de dos sustancias: la sustancia pensante (alma) y
la sustancia extensa (cuerpo), dos sustancias distintas, independientes. Gracias al alma somos seres
con independencia y voluntad libre, alejándonos del mecanicismo y la necesidad propios de los cuerpos.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 139
Asimismo, sólo tenemos evidencia de la corrupción del cuerpo, con lo que Descartes no desecha
la posibilidad de que el alma pueda existir sin cuerpo; dicho de otro modo: de la muerte del cuerpo no se
sigue la muerte del alma, con lo que Descartes es capaz de afirmar la inmortalidad del alma individual.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 140
tomase la firme y constante resolución de no
incumplir ni una sola vez su observancia.
ANEXO I
El primero consistía en no admitir cosa alguna
como verdadera si no se la había conocido
EL DISCURSO DEL MÉTODO, Extractos de El segundo exigía que dividiese cada una de las
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 141
materias de la geometría y que incurren en
paralogismos, juzgando que yo, como cualquier
otro estaba sujeto a error, rechazaba como falsas
todas las razones que hasta entonces había
admitido como demostraciones.Y, finalmente,
considerado que hasta los pensamientos que
tenemos cuando estamos despiertos pueden
asaltarnos cuando dormimos, sin que ninguno en
tal estado sea verdadero, me resolví a fingir que
todas las cosas que hasta entonces habían
alcanzado mi espíritu no eran más verdaderas
que las ilusiones de mis sueños. Pero,
inmediatamente después, advertí que, mientras
deseaba pensar de este modo que todo era falso,
era absolutamente necesario que yo, que lo
pensaba, fuese alguna cosa. Y dándome cuenta
de que esta verdad: pienso, luego soy, era tan
firme y tan segura que todas las extravagantes
suposiciones de los escépticos no eran capaces
de hacerla tambalear, juzgué que podía admitirla
sin escrúpulo como el primer principio de la
filosofía que yo indagaba.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 142
ANEXO II
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 143
— ACTIVIDADES. UNIDAD 7 —
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 7 144
29. Si echas un vistazo a la PAU que se encuentra en la página 121, verás que las expresiones cartesianas
subrayadas son la de evidencia y la de Ser Perfecto. ¿Qué podrías decir tú al respecto? Haz una lista
para responder si te sirve de ayuda.
En la línea de arriba, de izquierda a derecha: René DESCARTES, Baruch SPINOZA, LEIBNIZ y Thomas HOBBES.
En la línea de abajo, de izquierda a derecha: John LOCKE, BERKELEY, David HUME e Immanuel KANT
Durante el siglo XVII, tras la filosofía cartesiana, diversos autores desarrollaron una propuesta
racionalista diferente. Entre ellos se encuentra el anticartesiano Blaise Pascal, el filósofo y matemático
Leibniz, el germano ya del siglo XVIII Wolff, o Baruch Spinoza (1632-1677), quien se distanció de la visión
trascendental de Descartes, y construyó una cosmovisión inmanente. Para Spinoza, no hay nada más allá
del universo (nada trascendental), sino que dios es la naturaleza misma, y nosotros seríamos modos o
modificaciones finitas de la sustancia divina (infinita). Por tanto, como no hay más sustancia que la divina de
la que formamos parte, no somos un compuesto dual de cuerpo y mente, sino que Spinoza defiende una
teoría monista de la sustancia del ser humano. Todo ello le lleva a una complicada defensa de la libertad
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 146
humana que recuerda a las tesis estoicas y medievales: la libertad humana no depende tanto de la voluntad
en las acciones sino del conocimiento intelectual de la realidad de la naturaleza.
Por otra parte, y de modo paralelo al racionalismo, en el siglo XVII también se desarrolla el
empirismo, localizado en las islas británicas. Sobresalen los nombres de Hobbes (como precursor), Locke,
Berkeley y sobre todo el de David Hume (1711-1776), estos dos últimos autores ya del siglo XVIII. El
término de empirista procede del griego έµπειρία (empiria), que significa experiencia. Se dice, en general,
de toda filosofía que sostiene que el origen y valor de nuestros conocimientos depende de la experiencia.
Visto así, el empirismo es una constante en la historia del pensamiento (Aristóteles lo sería frente a Platón,
que sería más bien un idealista). Sin embargo ahora nos referimos al empirismo moderno (o empirismo
inglés), de los siglos XVII y XVIII. Según esta corriente, al contrario de lo que asegura el racionalismo:
Coincidiendo con el empirismo se produce en las islas británicas un giro del planteamiento político:
de una concepción que ve el poder como un derecho natural-divino se pasa a otra que lo considera
convencional. Recordemos a este respecto las teorías medievales de política agustiniana y tomista (de
inspiración clásica), las disputas que aún perduran en el siglo XVII entre Imperio y Papado, así como la
legitimación del poder absolutista. Además, en el Contexto histórico del siglo XVII de la unidad anterior ya
hicimos referencia a que en esta época, a diferencia de lo ocurrido en Francia, el rey Carlos I de Inglaterra y
de Escocia fue ejecutado en 1649 cuando quiso prescindir definitivamente del parlamento (se propuso que
la condena incluyera que «no hay hombre sobre la ley»). Por lo tanto, cobra sentido que en este marco
británico y moderno naciera un modo renovado de teorizar el poder con el objetivo de demostrar que el
Estado (y todo estamento de poder) es y ha de ser una creación humana, fruto de un hipotético pacto o
contrato.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 147
La teoría del contrato social recrea una metáfora filosófica que no se refiere a un acontecimiento
histórico real. Ésta se sostiene, en todos los casos, sobre tres etapas escalonadas:
a) El estado de naturaleza: Es la situación anterior al pacto entre seres humanos. En esta etapa
el hombre no viviría en sociedad ni tendría ley u obligación de cumplirla. (Ej.: el ser
humano puede ser egoísta y completamente libre e igual al resto; o podría poseer derechos
naturales como la propiedad o la integridad; o podría ser bueno y feliz por naturaleza y no
necesitar la vida en sociedad…).
b) El pacto: Sea cual sea la concepción que se tenga del hombre en estado de naturaleza, esa
primera etapa tendrá como consecuencia la conveniencia voluntaria de un pacto para regir
la convivencia entre humanos. En este momento se deciden las condiciones y objetivos de
una futura sociedad. (Ej.: renunciar a ciertas libertades para ganar en seguridad; preservar sus
derechos naturales instituyendo un órgano protector; protegerse de la vida en sociedad
innecesaria pero atractiva…).
c) El Estado: Del pacto surge el Estado que tomará la forma de un sistema de gobierno u
otro dependiendo de los dos pasos anteriores. (Ej.: absolutismo; Estado liberal
representativo; Republicanismo…).
Fue Hobbes en la primera mitad del XVII quien sentó las bases del modelo de la teoría del
contrato social. Locke y, ya en el siglo XVIII, el ilustrado Rousseau la siguieron. Incluso en el siglo XX
autores como Rawls o Habermas la retoman en defensa del liberalismo igualitario o la socialdemocracia.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 148
Una de las cuestiones que se abren con esta ley es la justificación científica de una fuerza
oculta, que no se ve, y que opera sin establecer ningún contacto, sino que actúa tan sólo mediante
atracción. En este sentido, Newton introdujo un cambio en la perspectiva del método científico: hasta el
momento la ciencia moderna avanzaba a través del método hipotético-deductivo; sin embargo Newton va a
apoyarse en un método inductivo. Partiendo de las observaciones y mediciones de los fenómenos
empíricos particulares, la ciencia newtoniana logrará extraer por inducción conclusiones universales. Así
podrá irse, según estricta comprobación experimental, de un compuesto a los elementos simples, de los
movimientos a las fuerzas que los producen, de los efectos a su causa. Se entiende así por qué se habla
del siglo XVII como el siglo de las ciencias físico-matemáticas y del siglo XVIII como el de las ciencias
físico-experimentales.
A lo largo del siglo XVIII, diversos países europeos disfrutaron de un gran optimismo y de una total
confianza en los poderes y capacidades humanas como pocas veces ha ocurrido en la historia de
Occidente. En todas partes, la gran impulsora de este optimismo fue la burguesía. Sin embargo, la
formación de la Ilustración fue un proceso largo y lleno de dificultades; tuvo sus raíces en la euforia
intelectual del Renacimiento, en el racionalismo de Descartes y en el pensamiento empirista inglés.
Todo este proceso, a finales de siglo, condujo al mayor resultado político de la Ilustración: la
Revolución francesa de 1789. No es de extrañar entonces que el centro propagador de la Ilustración
estuviera en Francia. Pero, en realidad, la Ilustración francesa siguió el camino abierto y trazado por la
Ilustración inglesa, la Enlightenment encendida por Locke y Newton a finales del siglo XVII y, en el
mismo XVIII, por David Hume. Y es que todo el siglo XVII británico fue un siglo convulso en lo político que
se tranquilizó en 1688, con la caída definitiva de los Estuardo, quienes representaban una monarquía de
corte autoritaria, y la llegada de William of Orange, quien encarnaba unos ideales inspirados en el
pensamiento liberal de Locke. Este acontecimiento histórico, la Revolución Gloriosa, posibilitó que
Inglaterra pasara a convertirse en la potencia económica. Mientras tanto, Francia ejercía el liderazgo
intelectual y moral de toda Europa. Europa se nutría de las ideas y de las costumbres francesas. Así, por
ejemplo, el latín iba dejando su lugar al francés como lengua para las relaciones internacionales en los
ámbitos intelectual y político. Por otro lado, los salones se convierten en los centros intelectuales de
vanguardia (sobre todo en Francia). Allí se reúnen la alta sociedad y los filósofos ilustrados bajo el
auspicio de la anfitriona (a veces anfitrión).
En todo este proceso de afrancesamiento del continente tuvo mucho que ver, curiosamente, el rey
sol, Luis XIV, quien deseaba reforzar y extender la hegemonía de su país por toda Europa. La monarquía
absolutista (siglo XVII) era representada con una consigna: un rey, una fe, una ley. La exigencia de una
sola fe, una fe intolerante, llegó a promover la persecución de calvinistas y jansenistas (movimientos
cristiano-religiosos críticos con el catolicismo). La revolución contra la monarquía que vivió Francia a finales
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 149
En otros países europeos, como Italia o España, la luz del siglo brilló con muy poca intensidad,
sobre todo debido al impacto que causaron la condena a Galileo y la Contrarreforma. Más concretamente,
España vivió un estancamiento filosófico y científico proveniente en gran medida del aislamiento
cultural impuesto por Felipe II y sus sucesores. El Siglo de Oro español quedaba definitivamente atrás.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 150
en la vida de los humanos hacia la más alta perfección. Este progreso se efectúa además con
paso firme, ya que es científico y por ello nos aleja de prejuicios, supersticiones, así como
de la ignorancia y de tradiciones irracionales.
b) El deísmo: Muchos de los ilustrados profesan este tipo de religión, que se caracteriza por
estar sometida al criterio de la razón y por contener una apología de la tolerancia. De este
modo Dios es visto tan sólo como causa explicativa del origen y del orden del universo; sin
embargo, no altera ni influye en el curso de su obra natural ni tampoco en la vida cotidiana
de los humanos. Por otro lado, el deísmo exige tolerancia hacia todas las opciones religiosas.
En general, los ilustrados defienden la necesidad de respetar los diversos tipos de ideas
(religiosas, políticas...) y rechazan las condenas dogmáticas.
c) Crítica del poder político y necesidad de educación: La Ilustración entiende que los
hombres, seres dotados de razón, no pueden vivir en un régimen político absolutista. El poder
se origina en la nación soberana. En este sentido, la educación pasa a ser instrumento clave
en el progreso y en la autodeterminación del ser humano y de la sociedad, ya que puede
servir para conducir al hombre desde la ignorancia y el vacío de su mente hasta la plena
realización personal y social. El objetivo de una educación ilustrada es llevar al alumno a
ser un hombre capaz de valerse de su propia razón; por lo tanto se rechaza la enseñanza
repetitiva y dogmática. La educación tendrá que ser el mejor medio para difundir la cultura y
para destruir cualquier tipo de prejuicios, intolerancias y oscurantismos.
En Alemania, Kant (1724-1804) veía la Ilustración como la salida del hombre de la edad infantil,
entendiendo por esta edad aquella época en que el ser humano es incapaz de utilizar la razón sin la
dirección de otro, de un tutor.
La Ilustración consiste en el hecho por el cual el hombre sale de la minoría de edad. La minoría de edad
estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la ayuda y dirección de otro. Uno mismo es
culpable de esta minoría de edad, cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en
la falta de decisión y de ánimo para servirse con independencia de él, sin la ayuda de otros. Sapere aude :
ten el valor de usar tu propio entendimiento. He aquí la divisa de la Ilustración.
KANT, ¿Qué es Ilustración?
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 151
— 2.2.2 L’Encyclopedie
La mayor contribución de la
Ilustración francesa al campo del
conocimiento fue la Enciclopedia (o
Diccionario razonado de las ciencias, las
artes y los oficios). Constaba de
veintisiete volúmenes, que fueron
apareciendo entre 1751 y 1772. Sus
impulsores fueron Denis Diderot (1715-
1784) y Jean D'Alembert (1717-1783),
pero en su redacción trabajaron unos
ciento treinta colaboradores, con nombres
propios como Montesquieu o Voltaire.
Todos ellos comulgaban con los nuevos
ideales ilustrados, así que esta obra
expresa un espíritu utilitario y antimetafísico, así como una revisión crítica que les permitía cuestionar
todos los saberes y creencias.
b) Transmitir el saber a los hombres que vendrán, a los hijos de los que han podido disfrutar de
un siglo de luz.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 152
(1902-1994) formuló lo que él llama paradoja de la tolerancia. Podríamos formularla como sigue: la
tolerancia es un bien que se ha de proteger; si extendemos una tolerancia ilimitada hacia los que son
intolerantes, puede llegar el momento en que éstos destruyan a los tolerantes y, juntamente con ellos, la
propia tolerancia. Popper proclama el derecho a prohibir las concepciones extremadamente
intolerantes, si es necesario por la fuerza, con el fin de preservar la tolerancia; si no se actúa así, puede
pasar que los intolerantes rechacen todo razonamiento tildándolo de engañoso y que enseñen a responder
a los argumentos mediante el uso del puño y de las armas.
Según el de Königsberg, los empiristas tenían razón al decir que sin experiencia no hay
conocimiento. Ahora bien, los racionalistas tampoco estaban completamente equivocados: no todo es
experiencia, sino que el sujeto que conoce aporta algo imprescindible para que sea posible este
conocimiento; esto es, el sujeto aporta una facultad de conocimiento concreta que recibe la información
del exterior de un modo determinado. El ser humano no se limita a recibir información, sino que construye
él mismo su imagen del mundo. Pongamos un ejemplo. El hombre no es como un negativo que,
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 153
pasivamente, se deje impresionar por la luz, sino que es más bien como una cámara fotográfica: su diseño
(tipo y profundidad del objetivo, potencia del flash, velocidad del obturador...) condicionará su reproducción
de la realidad. En definitiva, la constitución del sujeto le permite, pero al mismo tiempo le obliga, a
percibir y entender de una determinada manera aquello que le rodea.
Por ello Kant presenta una diferenciación ontoepistémica crucial: La realidad fenoménica y la
realidad nouménica (o realidad en sí). Según este autor, lo que conocemos no es la realidad objetiva,
sino aquello que ha pasado por nuestro filtro, por nuestra sensibilidad. A esta realidad que conocemos la
llamará fenómeno. El fenómeno es, por tanto, nuestra representación de la realidad externa del objeto
que la origina. Ahora bien, esta realidad que origina nuestra representación es denominada como realidad
en sí o noúmeno. Para acceder a ella, el sujeto tendría que salir de sí mismo y comprobar si el fenómeno
se corresponde con aquello de lo que, se supone, es representación. Imposible. Así que el noúmeno se
convierte en el límite del conocimiento, aquello que permanece misteriosamente inaccesible.
En este marco, Kant, un entusiasta de la física newtoniana, quería encontrar el modo en que se
validan y legitiman los progresos de la ciencia de su época. Entonces, trata de encontrar cuándo y de qué
modo las argumentaciones resultan universales y necesarias (es decir, científicas). Estas
argumentaciones no son más que relaciones entre enunciados o juicios. Por ello, es preciso analizar
primero si sus juicios son científicos. O lo que es lo mismo: ¿qué condiciones tienen que cumplir estos
juicios, con los que se montan argumentaciones, para considerarlos científicos?
Kant considera que un juicio (el sol es el centro del sistema solar / el todo es mayor que las partes)
es un enunciado en el que se relaciona un sujeto (el sol / el todo) con un predicado (centro del sistema solar
/ mayor que las partes). Es decir, un juicio constituye la atribución de cualidades o propiedades a un
sujeto determinado. Si, además, pretendemos que sea científico, debe cumplir dos requisitos:
Así que según el de Königsberg los juicios podrán ser de los siguientes tipos:
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 154
Pensando en los juicios propios de la ciencia, Kant se dispuso a establecer las combinaciones
posibles entre juicios. Los juicios sintéticos a posteriori amplían nuestro conocimiento pero no pueden ser
universales porque su verdad depende de la experiencia. Los juicios analíticos a priori tienen validez
universal pero no aportan conocimiento nuevo. Pero existe una tercera posibilidad: los juicios sintéticos a
priori, que amplían nuestro conocimiento y que gozan de validez universal. He aquí los juicios propios de
la ciencia. Kant dirá que este tipo de juicios serán posibles tanto en las matemáticas como en la física,
con lo que se muestra cómo estas disciplinas pueden ser científicas. Sin embargo, este tipo de juicios no
son posibles en la metafísica ya que de sus objetos de estudio no podemos tener ninguna experiencia
sensible. Ello significa que es imposible hacer de la metafísica una ciencia válida.
Kant cae en la cuenta de que para poder hablar de moralidad hay que suponer que el ser humano
actúa con libertad. De hecho, al desarrollar esta cuestión, Kant encuentra que la realidad y la existencia del
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 155
alma, del mundo y de dios se convierten en imprescindibles para que podamos hablar de moral. Por lo
tanto, concluye el de Königsberg, estas ideas trascendentales de la razón teórica han de entenderse como
postulados de la razón práctica, ya que son las necesarias condiciones de posibilidad para que exista la
ley moral. Los postulados son ideas de las que no tenemos ni podemos llegar a tener ninguna certeza, no
son evidentes ni demostrables científicamente, pero hemos de presuponer su existencia. En definitiva, los
postulados de la razón práctica resultan indemostrables científicamente, pero necesarios moralmente.
¿Cuáles son estos postulados de la razón práctica?
A pesar de que los fenómenos Aunque no podamos asegurar Dios tampoco es una realidad
naturales estén determinados teóricamente la existencia del alma, de la cual podamos tener una
por las leyes de la naturaleza, y aceptar su inmortalidad se hace en la experiencia sensible ni, por lo
aunque el ser humano forme práctica imprescindible para que tanto, ningún conocimiento.
parte de ella, hay que presu- tenga sentido la exigencia de mora- Sin embargo, su existencia se
poner la libertad humana. Ésta lidad. Resulta evidente que el com- hace necesaria como última
implica la capacidad de esca- portamiento correcto pocas veces garantía del sentido de la
par de ese determinismo y se recompensa. Únicamente si supo- existencia humana. Sólo dios,
poder decidir la propia nemos la inmortalidad de nuestra en quien la virtud y la felicidad
acción. Y, por mucho que esto alma, la supervivencia después de la se identifican, puede avalar
sea indemostrable, es nece- muerte física, podemos confiar en que los que se han hecho
sario presuponerlo para poder alcanzar la virtud máxima, y que sea dignos de felicidad la alcan-
hablar de responsabilidad y recompensada justamente con una cen.
comportamiento moral. existencia feliz.
4. EL FINAL DE LA MODERNIDAD
Si tratamos de resumir los aspectos más importantes de la política occidental de la primera mitad
del siglo XIX, debemos nombrar el paso de la revolución francesa al imperio napoleónico, hecho que
calmó el terror de los años inmediatamente posteriores a la revolución. A pesar de todo, Napoleón mantuvo
muchos de los ideales revolucionarios contrarios al poder absolutista. Debido a la expansión francesa, en
Alemania, tras la intervención napoleónica de 1806, se llevó a cabo una reordenación de los Estados
germánicos, la Confederación del Rin, base del posterior estado nacional alemán. Contra estas acciones
progresistas que iban introduciéndose por los diversos países europeos, pervivían aún quienes trataban de
hacer retornar los antiguos valores monárquicos y conservar aquel tradicional orden social, económico y
político. Con la derrota de Napoleón en Waterloo en 1815, en varios países se llevó a cabo una
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 156
Restauración (caso de Alemania. En el caso de España se vivió una involución con el regreso de Fernando
VII, quien derogó la Constitución liberal para instaurar un absolutismo; aún así, la Restauración española
llegó tras la primera república en 1874). Sin embargo, las ideas revolucionarias fueron avanzando en
Europa a lo largo del siglo y dieron lugar a revoluciones sociales y políticas. Si dirigimos nuestra mirada a
la recién constituida Estados Unidos, comprobamos que estas ideas revolucionarias y republicanas fueron
la base su creación.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 157
con razón, en cambio, hacía referencia a la tendencia natural a pensar trascendentalmente. El
idealismo, sin embargo, cuando asume esta distinción, identifica la razón con el espíritu
creador y libre que estructura, interpreta y da sentido.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 158
4.4 Arthur Schopenhauer: influencia en Nietzsche
Dicha voluntad es un impulso universal ilimitado y nunca satisfecho que está presente en
todos los seres individualmente. La particularidad del ser humano en este caso es ser el único que puede
reconocer la imposibilidad de satisfacer esta voluntad, ya que es el único ser consciente de la fatalidad
de su propia muerte, que siempre acabará con las aspiraciones humanas. Así que la felicidad pasa a ser
imposible porque seremos seres de deseo siempre insatisfecho. La felicidad será puntual o superficial,
jamás esencial, y originada siempre por una carencia previa: por ejemplo, el placer de comer procede de
saciar el hambre; con lo cual el hambre es quien posibilita la felicidad y ha de volver a aparecer para
acceder a los momentos de felicidad efímera, haciéndose así inalcanzable la felicidad.
Para enfrentarnos a este hecho, Schopenhauer propone caminos para la liberación del dolor
como mejor salida. Uno de esos caminos será el arte; en este sentido realiza una jerarquía de las artes y
dirá que «el efecto de la música es mucho más poderoso y penetrante que el de las demás artes: pues
éstas solo hablan de la sombra, ella del ser», esto es, de la voluntad. La vía de liberación más elevada, no
obstante, será el ascetismo o la renuncia radical de la voluntad de vivir, al modo hinduista o budista.
Este ascetismo trata de negar las vanas ilusiones de la vida y de los deseos y satisfacciones corporales. De
hecho, nuestra existencia individual, al prolongar esa voluntad sin límites e insaciable, pensará
Schopenhauer, se hace incluso criminal. Ayudados por la renuncia ascética, la experiencia del sufrimiento y
la muerte podemos lograr enfrentarnos a ello y expiar nuestro pecado original, que es la culpa de la
existencia misma.
A lo largo del siglo XIX comienza lo que hoy conocemos como filosofía contemporánea. Esta
nueva etapa perdura hasta mediado el siglo XX. En líneas generales, la filosofía contemporánea se ha de
entender en relación con Hegel. En realidad surge un pensamiento que reacciona contra el sistema
hegeliano, al mismo tiempo que muchos de sus análisis y planteamientos son desarrollados desde otras
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 159
perspectivas. Es característico de esta etapa la disparidad de enfoques, sistemas y escuelas, frente al
desarrollo de la filosofía moderna, en cierto modo más lineal y uniforme (racionalismo, empirismo, Kant e
idealismo). Podemos hablar de corrientes como la marxista (o materialista), positivista, analítica, vitalista,
existencialista, personalista, sin olvidarnos del nacimiento de la teoría psicoanalista o del estructuralismo. Si
citamos algunos de los nombres propios que van a darse dentro de la filosofía contemporánea, no podemos
olvidarnos de Kierkegaard, Marx, Comte, Dilthey, Nietzsche, Freud, Husserl, Bergson, Ortega y Gasset,
Heidegger, Wittgenstein, Sartre, Adorno...
Volviendo al curso de la historia, los sucesos de las primeras décadas del siglo XIX no hacían más
que agravarse precipitadamente. Para entender el carácter social del siglo XIX, pues, tenemos que hablar,
sin duda, de la revolución industrial así como de las revoluciones liberales. Ambas tuvieron efectos muy
profundos en todos los aspectos de la vida europea. En primer lugar, la industria poco a poco se había ido
organizando en un nuevo sistema de producción: el capitalismo. Se pasó definitivamente de la
manufactura a la producción en fábricas. A ello contribuyeron diversas innovaciones técnicas como la
máquina de vapor. La estructura social sufrió alteraciones tanto en la conformación de sus grupos o clases
como en la relación entre ellos. Dos nuevas clases sociales aparecieron: la burguesía empresarial y el
proletariado. Poco a poco, estos grupos iban a chocar con la organización social del antiguo régimen, e
iban a ser claves en la detonación de las revoluciones sociales. A medida que van sucediéndose estas
revoluciones, se observa un progresivo distanciamiento entre las dos clases emergentes que, no
obstante, comenzaron unidas en la lucha. Las revoluciones más destacadas tienen lugar en 1830 (originada
en Francia y extendida por toda Europa); en 1848 (originada en Francia también, con la que se inicia el
movimiento obrero); y en 1871, la conocida como la Commune de París (que fue una revuelta
enteramente obrera que sucedió de nuevo en Francia).
En este contexto, dentro de las diferentes disciplinas de conocimiento, surgen corrientes con alta
carga social, económica e histórica. La urgencia de estas revoluciones sociales hizo que se dejara de
mostrar una preocupación cercana por lo ideal, para mostrar una preocupación más palmaria hacia
cuestiones materiales. En este sentido, se desarrollan ciencias como la geología (Charles Lyell) o la
biología (Charles Darwin) apegadas a una concepción evolutiva o histórica. En filosofía surgen también
corrientes con evidente vocación política: dentro de la teoría liberal surgieron varias corrientes que van
desde el liberalismo económico de Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1823) hasta, por
ejemplo, el liberalismo utilitarista de Stuart Mill (1806-1873); otras líneas de pensamiento también surgen,
como el socialismo utópico de la primera mitad del XIX o los diferentes anarquismos ideados por autores
como Mijaíl Bakunin (1814-1876), Proudhon (1809-1865) o Kropotkin (1842-1921). Pero, por encima de
todos ellos, destaca Karl Marx, tanto por su profundidad filosófica como por la influencia que ejerce en la
historia posterior de Europa.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 160
5.2 Karl Marx (1818-1883)
Como hemos dicho, Marx siguió las enseñanzas de Hegel, sobre todo su sistema de despliegue
dialéctico: tesis, antítesis y síntesis, que se suceden como una serie de contradicciones internas. Hegel
propuso un desarrollo ideológico de la realidad: la realidad es el despliegue dinámico de la conciencia (a lo
largo de la historia). Esto quiere decir que la ideología es la que determina los sucesos de la realidad
concreta. ¿Qué hemos de entender por ideología aquí? Las creencias religiosas, las creaciones culturales,
las costumbres sociales o la misma moralidad. Según Hegel, por ejemplo, los cambios en los sistemas
políticos a lo largo de la historia de la humanidad dependen de la evolución de las ideas. De este modo,
Hegel opinaría que el sistema feudal de la época medieval procede de las ideas teológicas de la época; o
que los avances técnicos y políticos durante el Renacimiento proceden de un previo cambio de mentalidad
humanista. En resumidas cuentas: primero la idea; luego la materia.
Al integrar el grupo de pensadores de la izquierda hegeliana, Marx estaba asumiendo como suyo
el giro materialista en la doctrina de Hegel. Este giro supone que, a diferencia de Hegel, se defiende que
no es el espíritu, en su desarrollo, lo que construye la realidad y determina la historia, sino que son las
condiciones materiales de vida (concretas, sociales y económicas) las que marcan la forma de
pensar y la cosmovisión de un pueblo.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 161
Marx entonces dirá que lo más
determinante dentro de estas condiciones
materiales es el sistema económico de
una comunidad, esto es: la infraestruc-
tura. Esta infraestructura o estructura eco-
nómica (lo material) determina la
superestructura, determinante de la
conciencia social (cultura, normas morales,
instituciones, ideologías, costumbres…).
Infraestructura y superestructura conviven
en toda comunidad produciendo un tipo
concreto de sociedad; en lenguaje
marxista: un tipo concreto de modo de
producción (feudal, mercantilista, Caricatura realizada por Engels del grupo de jóvenes hegelianos
capitalista…). Así, Marx llega a culminar hacia 1842. En ella están representados Max Stirner, Edgar Bauer
o Arnold Ruge.
una inversión completa con respecto al
idealismo de Hegel: primero la materia; luego la idea.
Volviendo la mirada hacia la estructura económica, ésta aparece constituida por las fuerzas
productivas y las relaciones de producción:
La forma en que éstas se conjuguen expresa una concreta organización de los individuos y de los
grupos de una comunidad. Ahora bien, las fuerzas productivas están en continuo desarrollo (qué
objetos explotar, qué técnicas utilizar o qué tecnología). Por lo tanto, cuando alcanzan cierto grado de
desarrollo entran en contradicción con las relaciones de producción existentes. Esta contradicción
interna de la propia estructura económica es la que, llegado el momento, genera la aparición de unas
nuevas relaciones de producción. Por tanto, lo que determina la estructura económica y, a su vez, todo el
modo de producción, o sea, lo que determina en el fondo la vida del ser humano en su conjunto, no es más
que las relaciones de producción de las fuerzas productivas.
Por lo tanto, siguiendo la concepción dialéctica hegeliana, Marx está proponiendo que los factores
fundamentales de un modo de producción (tesis) generan en sí mismo una serie de contradicciones entre
las relaciones de producción y los factores productivos, o sea, generan una serie de incoherencias
internas, dando a luz a su propio modo de producción opuesto, su negación (antítesis). Del
enfrentamiento entre ambos (revolución social) surge una estructura económica y social nueva
(síntesis). Así tenemos que el motor de la historia será la lucha de clases, ya que la contradicción que
origina todo este movimiento se da en las relaciones de producción entre las clases propietarios y las de
trabajadores no propietarios. Pero esta lucha de clases no parará con la primera síntesis. Esta síntesis es la
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negación de la negación y, por lo tanto, resulta una afirmación o reconciliación de nivel superior. Ahora
bien, esta síntesis, al ser instaurada como nueva tesis, vuelve a generar todo el proceso: tesis, antítesis y,
de nuevo, síntesis. ¿Cuándo podrá alcanzarse el fin de esta historia, el fin de lo que hace que avance
nuestra historia?
— 5.2.2 La alienación
El término alienación, del latín alienus, etimológicamente significa ajeno, que pertenece a otro. El
uso filosófico de esta idea se lo debemos sobre todo a Hegel y Feuerbach. Éste lo usaba para explicar el
fenómeno religioso como algo que supone para el ser humano la pérdida de sí mismo, la renuncia a su
propia naturaleza en favor de la de un ser ajeno, esto es, Dios. Esta idea es recogida por Marx.
Sin embargo, para él también se da alienación en lo social, lo político, lo filosófico y, por encima de
todo, en el trabajo. En este último caso se da la pérdida de uno mismo y la conversión en objeto
(reificación o cosificación), en mercancía. El trabajo, dice Marx, es natural y esencial en el hombre. El
trabajo no sólo es necesario para la subsistencia sino
que humaniza, ya que posibilita la realización personal.
Por el contrario, el trabajo asalariado en la sociedad
capitalista hace que el producto se mantenga externo al
trabajador, quien deja de tener implicación en lo que
produce, y así su producto no le pertenece. Se da así
una desconexión entre producto y sujeto productor.
Este fenómeno consigue que el hombre se sienta
convertido en cosa entre las cosas, en medio de
producción entre los medios de producción, en parte del
capital de los propietarios de los medios de producción: Imagen de Charles Chaplin extraída de la película Les
Temps Modernes, 1936
en una mercancía sin naturaleza humana.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 163
— ACTIVIDADES. UNIDAD 8 —
1. ¿Podrías dar una definición o explicación de los conceptos inmanencia y trascendencia tras Spinoza?
2. ¿Dónde se sitúa geográficamente el empirismo moderno?
3. ¿Cuáles son los tres aspectos esenciales del empirismo moderno?
4. ¿Por qué se dice que la teoría contractualista es una metáfora filosófica?
5. ¿Cuáles son las tres etapas de las teorías del contrato social?
6. Explica el estado de naturaleza.
7. Explica el método inductivo que utilizó Newton.
8. ¿Cuál es la nacionalidad de Newton? ¿Con qué corriente o método filosófico podrías relacionarlo?
9. Raíces de la Ilustración.
10. ¿Qué país tuvo mayor protagonismo en la Ilustración? ¿Qué sistema de gobierno dejó atrás?
11. Explica los conceptos de heteronomía y autonomía en Kant. ¿Cuál es el papel de la educación en ellos?
12. Cita las tres obras principales de Kant. ¿De qué va cada una?
13. ¿Cuál es la importancia de la constitución del sujeto en la teoría del conocimiento kantiana?
14. Según Kant, ¿podemos conocer cómo es la realidad en sí o el noúmeno?
15. Define brevemente fenómeno y noúmeno dentro de la filosofía kantiana.
16. ¿Qué son los postulados de la razón práctica? ¿Cuáles son?
17. Cita las tres etapas del proceso dialéctico de Hegel.
18. Explica qué implican la intuición y la voluntad de vivir de Schopenhauer con respecto a Kant.
19. Definición de voluntad de vivir y, en consecuencia, de los seres humanos.
20. ¿Qué son las vías de liberación del dolor? Cita dos a modo de ejemplo.
21. Características de la filosofía contemporánea.
22. ¿Qué dos grandes tipos de revoluciones tuvieron lugar en el siglo XIX?
23. ¿En qué modo se dice que la relación entre burguesía y proletariado evolucionó a lo largo de las
distintas revueltas del siglo XIX?
24. Cita dos obras de Marx y los dos pensadores más influyentes en su vida y obra.
25. ¿Qué construye la realidad y determina la historia según Marx?
26. ¿Qué son y cómo se relacionan la infraestructura y la supraestuctura? ¿Qué conforman juntos?
27. Características de los dos grandes factores que constituyen la estructura económica.
28. ¿Por qué son tan importantes las contradicciones en la estructura económica dentro de la percepción
marxista de la historia de la humanidad?
29. Según Marx (y Hegel), ¿qué ocurriría al final de la historia? ¿Se extinguiría la vida humana?
30. Cita dos características antropológicas del trabajo según Marx.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 8 164
31. Explica con tus propias palabras qué es la alienación en el trabajo usando los conceptos de mercancía,
producto y naturaleza humana.
En definitiva, importa siempre bien poco, cuando leemos su obra, lo que hoy podamos pensar de ella: lo que
de verdad importa es lo que en ella (y desde ella o contra ella) se piensa allí de nosotros.
(MOREY, Miguel. Nietzsche, una biografía)
a) Periodo romántico: Hasta 1876. Coincide con su estancia como docente en Basilea y con la
publicación de El nacimiento de la tragedia (1871). Se nota de un modo muy marcado la
influencia de Wagner y de Schopenhauer, cuya filosofía le cautivó ya en su juventud.
Durante estos primeros años estudia con profundidad el pensamiento de los presocráticos.
Sócrates es el objetivo constante de su crítica, y lo dionisíaco aparece una y otra vez como
trasfondo de su pensamiento. A esta misma época pertenecen las Consideraciones
intempestivas (1873-1876).
b) Período ilustrado: A partir de 1878 hasta 1882. Comienzan sus viajes y aunque
aparentemente trata de romper con su pensamiento anterior (sobre todo respecto a Wagner
y Schopenhauer) continúa con una auténtica inversión del pensamiento tradicional, tomando
como referencia a Voltaire y a otros ilustrados franceses. Desprecia la metafísica, la religión
y el arte, y emerge la figura del hombre libre. A esta etapa pertenecen Humano, demasiado
humano (1878), Aurora (1881) y La ciencia jovial. La Gaya scienzia
(1882).
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 9 167
la ciencia. Se recupera el carácter del segundo período, pero de un modo más agresivo,
obsesionado por denunciar el nihilismo y la decadencia occidentales. Nietzsche es ahora
el filósofo a martillazos, cuya crítica radical y visceral campa a sus anchas por obras como
Más allá del bien y del mal (1886), La genealogía de la moral (1887), Crepúsculo de los ídolos
(1889. De esta obra se extrae el texto para la PAU), El anticristo (1888) y Ecce homo (1888).
Nietzsche no pudo publicar todas sus notas y aforismos, a veces reunidas bajo un mismo
proyecto. Así, por ejemplo, aparece La voluntad de Poder (1906) compilada, a partir de
diversas anotaciones inéditas, de manera más que discutible por su hermana.
2. CONTEXTO
En apartados anteriores ya hemos comentado los importantes cambios que comportó la revolución
industrial, tanto en la vida cotidiana (por ejemplo la proliferación del ferrocarril) como en la conformación de
la organización política (reestructuración de las nuevas y viejas clases sociales y revoluciones sociales).
A mediados del siglo XIX, durante el desarrollo de las revueltas sociales, se culmina la transición
entre el absolutismo y el nuevo sistema político y social impulsado por el liberalismo. Asimismo, la Europa
de la segunda mitad del siglo XIX es la Europa de los nacionalismos. A partir del movimiento romántico,
que valoraba las tradiciones y leyendas populares y exaltaba la formación de los reinos de la Edad Media, el
espíritu nacionalista comenzó a germinar. Las diversas revoluciones del siglo ayudaron a hacer realidad
este espíritu. Pero, en gran parte, también es obra de la burguesía industrial que intentaba proteger los
mercados nacionales antes de lanzarse a la mayor empresa de los mercados coloniales. Las naciones que
recientemente habían sido constituidas como tales (Alemania e Italia) también participaron en la expansión
colonial, y ello dio lugar a nuevas guerras entre los estados europeos.
Alemania, Italia y Suiza fueron los países en los que Nietzsche pasó la mayor parte de su vida.
a) Alemania: Nietzsche fue uno de los adversarios de la Alemania unificada con el liderato de
Prusia; incluso rechazó la nacionalidad alemana y adoptó la suiza. El movimiento
nacionalista germánico culminó en 1871, gracias al impulso unificador de Bismarck, en la
proclamación de la nación alemana. Esta nueva Alemania, convertida en potencia militar,
desencadenará nuevos desequilibrios en Europa.
b) Italia: En este país la semilla nacionalista y revolucionaria se abrió paso durante la etapa
histórica llamada Risorgimento. El conservador conde de Cavour, aliado con Garibaldi, trajo de
la casa de Saboya a Víctor Manuel II, que fue proclamado primer rey de Italia. En 1870
Roma fue ocupada por los nacionalistas y pasó a ser capital del reino de Italia. El hijo de
Víctor Manuel, Humberto I (1878-1900), consolidó el nuevo reino favoreciendo al mismo
tiempo un acercamiento a la Alemania recientemente unificada. Italia fue siempre uno de los
lugares preferidos por Nietzsche.
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c) Suiza: Suiza fue uno de los lugares de residencia y de trabajo preferidos por Nietzsche.
Era un Estado cuya Constitución de 1848 (año de revoluciones en casi toda Europa),
establecía unas competencias confederales y otras para los cantones. En el siglo XVI, los
cantones alpinos, confederados desde el siglo XIII, ya habían consolidado un reconocimiento
mutuo de neutralidad. Cuando Napoleón invadió el territorio, transformó la Confederación en la
República Helvética, al tiempo que imponía un gobierno unitario y centralizado, pero con el
Congreso de Viena se restituyó la Confederación y fue garantizada su neutralidad. A lo largo
del siglo XIX, el eco revolucionario francés abrió el camino hacia un ordenamiento político
más liberal y democrático.
Por otro lado, en literatura, al igual que en filosofía, en esta segunda mitad del siglo proliferan las
novelas realistas y naturalistas. Ambas tienen como objetivo describir y explicar los comportamientos
del ser humano. El naturalismo además tenía una vocación social, y suelen situarse en entornos de clase
baja. Literatos característicos de esta época son: Flaubert, Melville, Dostoievski o Galdós.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 9 169
2.3 Contexto filosófico
La influencia de la era de la ciencia, como hemos dicho, avanza en las humanidades. Mucho
antes del darwinismo social surge el positivismo: filosofía de corte sociológico centrada tan sólo en los
hechos concretos y reales que puedan ser demostrados con el método científico. Se inspira en la Ilustración
y en la teoría fenómeno/noúmeno kantiana, pero rechazando los postulados de la razón práctica; de este
modo, perseguían un orden social y moral totalmente práctico, utilitario, pragmático o, en otras palabras,
puramente científico. En este sentido, dentro de la cientificación de las humanidades, hemos de incluir a
Marx, quien se propuso hacer de su pensamiento una obra científica. De hecho, su comunismo es
llamado científico, a diferencia de los socialismos anteriores, que son llamados utópicos.
Por el contrario, siguen otra línea romántica que veía en el arte y el artista una capacidad para
entender la realidad de la que carece el científico. Esto ha de ser así porque la vida es historia, proceso,
cambio, irracionalidad… en definitiva, porque siendo como es (diferente a lo que hegelianos y positivistas
creían) no puede medirse matemáticamente. Los filósofos vitalistas más reseñables son Schopenhauer
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 9 170
(el precursor directo), el mismo Nietzsche (el más importante), Bergson (generador del método intuitivo o
irracional) o el español Ortega y Gasset. Dentro de la corriente historicista quizá el pensador más
relevante sea Dilthey, que en cierto sentido fue una de las fuentes que bebió el mismo Ortega y Gasset.
Así, con todo, los filósofos más influyentes en el pensamiento nietzscheano serán los
presocráticos (sobre todo Heráclito) y Schopenhauer (a quien acogerá y rechazará a partes iguales). En
un segundo plano, hemos de destacar también la influencia de los trágicos griegos (caso de Esquilo), del
spinozismo o el bostoniano del siglo XIX Emerson, defensor del poder trascendental de la intuición y la
observación.
Con esta contundente frase y todas las consecuencias que de ella se derivan podría resumirse la
primera etapa del pensamiento nietzscheano: La vida como arte.
Evidentemente, sus valores son opuestos: Dionisos es lo común (aquella parte de la tragedia en
la que todos participan, fundiendo su conciencia en una fiesta colectiva) y Apolo es lo individual (el
personaje con ideas, pensamientos y principios morales propios, que no se identifica con lo colectivo).
Nietzsche entiende así que el arte trágico, dominado por lo dionisíaco, representaba la
exaltación de la vida, una valiente y sublime aceptación de la vida, un sí a la vida, a pesar del dolor que
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 9 171
ésta comporta. Al exponer esto, Nietzsche se está refiriendo a la tragedia griega en sus comienzos
históricos, más concretamente a las obras de Esquilo y Sófocles. En aquellos años la tragedia viene
marcada por lo dionisíaco: el espectador es parte activa de la representación, un personaje más, que
neutraliza su conciencia para convertirse en otro. La tragedia, desde este punto de vista, sería el arte total
en que el individuo deja de serlo, se funde en lo común, y se entrega a los valores dionisíacos. En
aquel momento, la tragedia muestra y mantiene la oposición inconciliable entre los dos órdenes de valores,
lo dionisiaco y lo apolíneo.
Esta preponderancia del coro, sin embargo, fue disminuyendo hasta dar paso a la tragedia griega
clásica. Los personajes individuales van centrando todo el protagonismo. La esencia dionisíaca y vital de la
tragedia se cubre con un manto apolíneo, aparentemente armonioso y equilibrado. El instinto es tapado y
anulado por el logos. El trágico Eurípides y el filósofo Sócrates (a la sazón, Platón también) son los
responsables de haber realizado este proceso de decadencia vital. Con Sócrates lo dionisíaco y la
dimensión vital de la vida desapa-
recen, para dejar paso a una visión
reflexiva y teórica de la misma. El
diálogo y la búsqueda de una verdad
universal dominan ahora sobre el
instinto y la embriaguez. La armónica y
equilibrada apariencia de Apolo oculta
el caos dionisíaco. Nietzsche llega a
relacionar este hecho con la muerte
que parece que Sócrates prefirió a la
La juventud de Baco, por Bouguereau (1884). Baco es el nombre que se
le dio en Roma al dios Dionisos lucha.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 9 172
a) El método genealógico y psicológico: intenta ir al fondo instintivo que subyace a la
cultura humana. Podríamos decir que la cultura occidental es interpretada como la
continuación apolínea. Por ello será necesario desenmascarar la cultura (de ahí que se
considere a Nietzsche uno de los maestros de la sospecha). Será necesario desarrollar un
especial olfato para detectar por debajo de la cultura el impulso primigenio que hace brotar
la vida: la razón de la ciencia, la moral, la filosofía y la religión esconden la sinrazón de la
vida, el instinto que late en su fondo. Este método genealógico será una de las aportaciones
de Nietzsche a toda la filosofía del siglo XX (aplicado por autores como Foucault, Deleuze o
Derrida).
c) Una razón con muchas caras: allá donde respira la razón se manifiesta la decadencia
propia de la negación de la vida. Da igual que hablemos de ciencia, arte, religión o filosofía.
Lo que niega la vida debe ser superado y abandonado, y, por ello, aunque se adapte a
diferentes disciplinas, las críticas de Nietzsche tienen una meta compartida: la razón
humana.
Los grandes referentes de la filosofía occidental han sido, para Nietzsche, unos grandes
traidores, responsables de la corrupción que provoca el predominio de la razón sobre la vida. Sus críticas
se dirigen sobre todo hacia Sócrates y Platón: Sócrates fue el encargado de que Apolo se impusiera sobre
Dionisos, con lo que la razón dominó sobre la vida. Su discípulo Platón despreció el mundo que nos
rodea, a la vez que se inventó uno nuevo, en el cual se encontraba la verdad y el bien. Ese idealismo
esconde o promueve, en realidad, la decadencia o un consuelo metafísico propio de la debilidad humana.
De entre todos los filósofos, sólo Heráclito se salva: muchos de sus fragmentos aparecen en las
obras de Nietzsche, y sus ideas están detrás de conceptos como el eterno retorno. El resto se ha dedicado
a conceptualizar, a negar la vida con conceptos como ser, yo, sustancia, cosa en sí, causa... Son estos
conceptos los responsables del desprecio a los sentidos y una valoración excesiva de la razón. Se
debe luchar contra este racionalismo con una aceptación contundente de lo único que nos es dado: los
datos de los sentidos, la apariencia. La filosofía debe regresar a las tesis heraclíteas. La metafísica se
equivoca al separar la apariencia y la esencia, el mundo aparente y el mundo verdadero. La única
verdad es la apariencia. Los conceptos metafísicos son obstáculos que nos separan de las cosas: para
pensar con libertad debe deshacerse de ellos, destruirlos, para retomar el contacto directo con la realidad.
A esta teoría fenomenista (en sentido kantiano) le añade Nietzsche un tono claramente
pragmático: la verdad va unida siempre al interés. Es verdadero para cada individuo lo que aumenta su
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 9 173
voluntad de poder, lo que hace que la vida se expanda. Las consecuencias subjetivistas son inevitables,
pero no preocupan demasiado al filósofo alemán, que reconoce abiertamente que no hay hechos sino
interpretaciones. Todo es perspectiva, punto de vista ligado al interés propio. La verdad no existe, y su
lugar es ocupado por la verdad de cada uno, aquella que a cada uno le interesa.
«¡Estoy buscando a Dios!, ¡estoy buscando a Dios!» […] ¿Acaso se te ha extraviado?, dijo uno. ¿Se ha
perdido como un niño?, dijo otro. ¿O es que se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha
embarcado?, ¿habrá emigrado?: así gritaban y se reían todos a la vez. El hombre loco se puso de un salto en
medio de ellos y los taladró con sus miradas. «¿Adónde se ha marchado Dios?», exclamó, «¡os lo voy a
decir! Lo hemos matado, ¡vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos! […] ¡También los dioses se
pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Dios seguirá muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! […] No ha habido nunca
hazaña mayor, ¡y todo aquel que nazca después de nosotros formará parte, por causa de esta hazaña, de
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una historia superior a toda la transcurrida hasta ahora!». […] Finalmente tiró su farol al suelo, de modo que
se hizo pedazos y se apagó. «He venido demasiado pronto», dijo después, «no es todavía mi momento». […]
Ese mismo día el hombre loco se metió en diferentes iglesias y en ellas entonó su requiem aeternam deo.
Llevado fuera e interrogado, se dice que sólo repuso esto: «¿Qué otra cosa son aún estas iglesias sino
tumbas y estelas funerarias de Dios?».
(NIETZSCHE, Friedrich. La ciencia jovial. La Gaya scienzia )
La expresión dios ha muerto significa mucho más que la afirmación de algún tipo de ateísmo; es la
gran metáfora que expresa la muerte de las verdades absolutas y de las ideas inmutables, o sea, es la
muerte de los ideales que guiaban la vida humana en la cultura decadente de occidente. Podemos
seguir esos ideales que se han descubierto vacíos o falsos (nihilismo pasivo) o podemos alejarnos de ellos
para acercarnos a lo vital (nihilismo activo). Dios representaba todo aquello que es suprasensible, todo
aquello que se basaba en el más allá, y que va desde Sócrates-Platón hasta Kant, pasando por el
cristianismo.
Nietzsche no percibe otra cosa que el hecho de que la idea del dios cristiano ha perdido su fuerza
creativa. En dios se sostenían todos los valores nihilistas de nuestra civilización. Nietzsche entiende que
dios es la expresión de esos valores que niegan esta vida, ya que se apoyan en otra vida. El sentido
del mundo, entonces, no ha de buscarse fuera de este mundo.
Nihilismo deriva del latín, nihil, que significa nada o negación absoluta. Dentro de la filosofía
nietzscheana, el término nihilismo tiene al menos dos significados:
a) Nihilismo activo: signo de la voluntad de poder, de la persona que supera la angustia inicial
que provoca el desenmascaramiento de los valores negadores de lo vital.
La clave para diferenciarlos reside en la voluntad de poder. Para Nietzsche la vida es voluntad
de poder, voluntad de ser más, de expandirse y de afirmarse. No debe confundirse con la simple voluntad
humana, o con el concepto que utiliza Schopenhauer. Es voluntad de vivir, es vida en sí misma, tratando de
imponerse y extenderse, de realizar todos sus deseos, mostrando su fuerza creadora. Si interpretamos
esto desde la metáfora de la vida como obra de arte, podríamos concluir que es voluntad de crear. Esta
voluntad es una amalgama de fuerzas: deseos, instintos, pasiones, impulsos que llevan al hombre a
imponerse sobre los demás, a dominar su entorno, a realizar su voluntad.
La interpretación adecuada, por tanto, debe escapar de la pura biología (no se ejemplifica la
voluntad de poder en una especie que se impone sobre otra), pero también de la política y las tesis racistas:
Este misterio me ha confiado la vida misma. «Mira, yo soy lo que tiene que superarse siempre a sí mismo».
(NIETZSCHE, Friedrich. Así habló Zaratustra)
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La voluntad de poder tiene una dimensión individual, que impide cualquier interpretación de las
anteriormente citadas: no es la dominación de un pueblo sobre otro, ni la mera victoria en cualquier terreno.
Es una voluntad creadora de valores, que despliega toda la fuerza (no entendida pobremente en un
sentido físico) y capacidades del individuo. El mundo, pues, se comprende en tanto que voluntad de poder,
vida desbordada y desbordándose permanentemente, en pugna por expandirse más y más.
Pero existe una respuesta a esta crisis de valores, y viene proporcionada por el nihilismo activo:
es la fuerza capaz de sobreponerse a la crisis del nihilismo pasivo, y está potenciada por una enérgica
voluntad de poder. El nihilista activo no espera a que los valores se derrumben: los destruye él mismo,
siendo capaz de sustituirlos por sus propios valores. La voluntad de poder crea destruyendo, y destruye
en su acto de creación, pero por amor a la vida, amor fati.
zación en que ha crecido ese hombre, están ahora muertos; o sea, descubre que aquellos valores eran
falsos. Este tipo de hombre se deja vencer por un desfondamiento y vive angustiado, temeroso, deprimido
ante la tristeza de un mundo ilusorio que se derrumba ante su mirada. El último hombre, atravesado por
el nihilismo pasivo, se entristece ante la total falta de sentido, y se precipita al nihilismo. Este hombre
vivirá en adelante sin objetivos por los que merezca luchar. Este hombre se contentará con buscar la
comodidad y el placer cotidianos, vivirá sin metas.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 9 176
Sin embargo, habrá otro tipo de actitud que vea la oportunidad abierta de afirmar valores
totalmente nuevos. Es la actitud del nuevo hombre que debe sustituir al último hombre. Este hombre
nuevo, este superhombre, encarnará el nihilismo activo. Él insuflará un nuevo sentido a la realidad,
creará los nuevos valores de la vida, no fundamentándose en el más allá, sino en este mundo. Creará el
sentido de la tierra, será él mismo el sentido de la tierra. El superhombre es la encarnación de todos los
valores nietzscheanos, además de ser la aparición natural que sigue a la muerte o desaparición absoluta
de dios, que es la negación de la vida. El que sirve a dios o vive pensando en él, niega la vida, deja de
vivirla. Por eso el superhombre es aquel capaz de superar la destrucción de dios, el hundimiento del
cristianismo, que será uno de los temas característicos de la crítica nietzscheana a la civilización occidental.
c) El niño: El león se calma, ya no necesita construir su libertad reaccionando contra nada. Con
el olvido llega la liberación real, sin resentimiento alguno. El niño representa el natural y
sincero decir sí a la vida. Él se libra de la seriedad y del rigor racionalista del león, y convierte
la inconsciencia y la inocencia en su mejor virtud. Ejemplo perfecto del superhombre, el niño
imagina, crea, inventa, juega con la vida. Es el verdadero creador de valores. El niño ama
la vida, la vive sin pensar sobre ella. Nietzsche se refiere una y otra vez a uno de los
fragmentos de Heráclito:
El tiempo es un niño que mueve las piezas del juego: ¡gobierno de un niño!
8. EL ETERNO RETORNO
Planteada toda esta crítica implacable a la cultura occidental, Nietzsche, al igual que ocurriera con
lo dionisíaco, busca inspiración en la mitología griega y en los presocráticos. Allí encuentra una idea clave:
el eterno retorno. Éste ha de interpretarse como repetición, ciclo que se ejecuta una y otra vez, sin que
nada apunte hacia un estado final, o sin que haya posibilidad de ningún tipo de progreso o evolución lineal.
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La teleología aristotélica, el mundo platónico de las ideas o el cielo prometido por los cristianos para
Nietzsche son creaciones conceptuales absurdas.
El eterno retorno incluye de este modo connotaciones materialistas, con una clara consecuencia
temporal: no existe más que el presente, el aquí y el ahora, el mundo que vivimos hoy. El hombre debe
ser fiel al presente que vive, única realidad que podemos vivir realmente. Un presente eternamente repetido,
una tierra con procesos que comienzan y terminan sin cesar: éste es el eterno retorno que nos invita a
permanecer fieles a nuestro tiempo, fieles a la tierra.
b) La afirmación de la vida que se contrapone a toda clase de pesimismo. El eterno retorno nos
garantiza que hay sólo una realidad (la presente) y que no hay un desarrollo hacia otro
mundo, sea esto interpretado en un sentido religioso (el cielo cristiano) o político (una utopía o
una sociedad mejor que construir). Como consecuencia de esto, todo es bueno y justificable,
puesto que todo se repite. El mundo es giro, juego (no como deporte, sino sin reglas
establecidas. Juego con una constante carga de inventiva, como lo entienden los niños): la
danza del mundo alrededor de sí mismo.
El eterno retorno es un reflejo del deseo de eternidad del presente, de la voluntad de que todo
permanezca. Es el sí infinito, eterno y absoluto al presente vivido, a la vida misma y a la existencia. La
afirmación del eterno retorno, que diviniza toda la existencia, hasta en sus aspectos más dolorosos, nada
tiene que ver con una aceptación servil de lo real. Afirmar el ser en su eterno retornar no es postrarse ante
la necesidad y adorarla por impotencia para cambiarla, sino instalarse belicosamente en la existencia
proclamando a la vez su eterna inocencia, sin buscar refugios, más allá del mundo, adonde escapar.
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#. MUNDO VERDADERO Y MUNDO APARENTE SEGÚN NIETZSCHE
A continuación un texto donde Nietzsche nos relata con cierta ironía cuál es, a su modo de ver, la
historia de la concepción del mundo desde Platón, quien divide el mundo en verdadero y aparente. El texto
pertenece a El ocaso de los ídolos.
Historia de un error
1. El mundo verdadero es asequible al sabio, al virtuoso; él es quien vive en ese mundo, quien es ese mundo.
(Esta es la forma más antigua de la Idea, relativamente, simple y convincente. Se trata de una trascripción de
la tesis: «yo, Platón soy la verdad»).
2. El mundo verdadero no es asequible por ahora, pero ha sido prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso («al
pecador que hace penitencia»).
(La Idea ha progresado, se ha hecho más sutil, más capciosa, más difícil de entender, y se ha afeminado , se
ha hecho cristiana...).
3. El mundo verdadero no es asequible ni demostrable ni puede ser prometido, pero, por el hecho de que se
pueda pensar, constituye un consuelo, una obligación, un imperativo.
(El antiguo sol sigue alumbrando al fondo, aunque se le ve a través de la neblina y del escepticismo; la Idea
ha sido sublimada, se ha vuelto pálida, nórdica, königsburguense18).
4. ¿Es inasequible el mundo verdadero? En cualquier caso, no lo hemos alcanzado, y por ello nos es también
desconocido. En consecuencia no puede servirnos de consuelo, ni de redención, ni de obligación. ¿A qué
(Mediodía; instante de la más breve sombra; fin del más largo error; punto culminante de la humanidad;
comienza Zaratustra).
18
Se refiere a Kant por su lugar de nacimiento.
Pues abrigo cada vez más la convicción de que nuestra filosofía, la filosofía española, está líquida y difusa en
nuestra literatura, en nuestra vida, en nuestra acción, en nuestra mística, sobre todo, y no en sistemas
filosóficos. Es concreta […]. Nuestra lengua misma, como toda lengua culta, lleva implícita una filosofía. […]
Cada uno de nosotros parte para pensar, sabiéndolo o no y quiéralo o no lo quiera, de lo que han pensado
los demás que le precedieron y le rodean.
(Miguel de UNAMUNO. Del sentimiento trágico de la vida)
En estos siglos de la conformación de España como estado moderno, cabe destacar también la
labor de los maestros de la Escuela de Salamanca del siglo XVI: Francisco de Vitoria, Melchor Cano o
Francisco Suárez, entre otros, quienes reeditaron un nuevo escolasticismo. A pesar de que España vivía
un momento de auténtica ebullición cultural, debido en parte al encuentro directo con un nuevo mundo (las
américas), los temas de la filosofía estaban sometidos a los estrechos límites de la contrarreforma. El
concilio de Trento, a mitad del XVI, promovió cierta asfixia intelectual ya que la Iglesia (con mucho poder y
respaldo en la España de entonces) se lanzó no sólo contra los protestantes, sino también contra la libertad
filosófica y científica que ponía en peligro la ortodoxia de la fe. Tenemos entonces cómo, mientras en el
resto de Europa decae, en España se da un renacimiento de la escolástica. En conclusión, hemos de ver
aquí el clima nada propicio para la entrada del racionalismo o, más concretamente, del cartesianismo.
Aquí se renovó la escolástica y, en parte de su mano, se desarrolló el misticismo, con figuras que, cuando
menos, colindan con la filosofía como Fray Luis de León (1528-1591).
Capítulo aparte requiere el último gran escolástico: Francisco Suárez (1548-1637). Este
pensador desarrolló su pensamiento en una época en la que los métodos medievales comenzaban a quedar
en entredicho en los círculos europeos de vanguardia intelectual. Recordemos que en el siglo XVI y sobre
todo el XVII el avance de las ciencias modernas era imparable, y que el renacimiento estaba dando a luz el
método moderno de las humanidades. Sin embargo, paralelamente
a ello, en España el jesuita Suárez construyó una filosofía que logró
distanciarse del tomismo vigente en la enseñanza escolástica.
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Sin embargo, es curioso comprobar que España en ese periodo vive un espléndido siglo de Oro,
floreciente en todos los géneros literarios y manifestaciones artísticas. Puede decirse incluso que
España domina más allá de sus fronteras en lo cultural, y se observa una difusión en ese aspecto, pero no
desde luego en el campo de la filosofía ni en el de las ciencias naturales. Quizá debamos asomarnos a
las páginas de los literatos, como Quevedo o Calderón de la Barca, para encontrar la mejor y más profunda
expresión del pensamiento español de la época. En definitiva, de este periodo pocos nombres propios
podrían rescatarse para la filosofía: entre todos ellos, sin embargo, hemos de nombrar a Baltasar Gracián
(1601-1658). Este polifacético jesuita, dentro del pesimismo acuciante del barroco, desarrolló un
pensamiento centrado en el buen gobierno en todos los ámbitos (individual, político y espiritual), donde
destaca su idea del ingenio y la noción de gusto. Este pensador fue muy influyente en autores posteriores
de la talla de Schopenhauer o Nietzsche, por ejemplo.
1.3 Krausismo y primera mitad del XX (Edad de plata de las letras y ciencias españolas)
Si avanzamos hacia el siglo XVIII, hemos de decir que la Ilustración no encontró mucho más que
terreno yermo en España. La sombra del tomismo escolástico seguía siendo muy pronunciada. Hemos de
llegar a mediados del siglo XIX para encontrar una primera filosofía característica y propia de España: el
krausismo. Esta doctrina fue puesta en boga en España por Julián Sanz del Río (1814-1869) y pronto
llegó a configurar la mentalidad filosófica de nuestro país. En realidad, esta teoría correspondía a un
hegeliano y alemán, Christian Krause, quien había desarrollado una ética y un derecho procedentes del
idealismo alemán. Sanz del Río comenzó a filtrar esta ética en España para combatir la moral católica.
Estamos, más que ante una escuela filosófica, ante un movimiento intelectual, o, si se quiere, un estilo de
vida que trataba de sustituir las tradiciones austeras. El krausismo causó impacto sobre todo en los campos
educativo, cultural y político.
2017/2018 Historia de la Filosofía. Unidad 10 182
Como último capítulo del pensamiento español antes de alcanzar a Ortega y la escuela de Madrid
del siglo XX, tenemos la figura de Miguel de Unamuno (1864-1936). En rigor nos volvemos a encontrar
ante una figura que trasciende el campo de la filosofía, ya que su creación también es narrativa, poética e
incluso política. Unamuno presenta un pensamiento que se debate en una lucha entre la razón (que quiere
racionalizar por completo a la vida) y la vida (que busca vitalizar a la razón). En esa disputa intelectual,
Unamuno integra tanto filosofía, como religión como creación artística.
Finalmente, coetáneo a Miguel de Unamuno, aparece la figura de Ortega, y, tras él, un grupo
heterogéneo de pensadores que proseguirán su magisterio, la denominada Escuela de Madrid, con
nombres destacados como Manuel García Morente, Xavier Zubiri, María Zambrano o Julián Marías.
Paralelamente a esta escuela, en Barcelona se genera otra, con nombres destacados como Eugenio
D’Ors, José Ferrater Mora o Joaquín Xirau. Muchos de estos pensadores, debido al ambiente político
español del siglo XX, se exiliaron, dificultando el asentamiento y desarrollo de esta renovación de la filosofía
en España. Así que en la España franquista se impuso un método y una temática neoescolásticos.
A finales del siglo XX, sobre todo a partir de la transición democrática, fue apareciendo un grupo
de filósofos rupturistas y antiacadémicos que puede denominarse como la generación de filósofos
jóvenes. Este grupo se liberó de la inmediata tradición de la academia filosófica del país. En líneas
generales puede decirse que la filosofía española del siglo
XX y de la actualidad se dedica a la investigación en los
términos planteados por los grandes pensadores y las
grandes corrientes de otras lenguas. Por tanto, una de sus
labores fundamentales ha sido y es la de la traducción crítica
al español de esas obras. Sin embargo, como figuras de un
pensamiento filosófico propio y original podríamos destacar a
Eugenio Trías (1942-2013), quien investiga sistemática-
mente los límites de la filosofía, o a Gustavo Bueno (1924-
2016), de quien se suele destacar su materialismo filosófico
que separa las nociones de espiritual e incorpóreo. Otros
nombres destacados de la actual filosofía española serían
los de Emilio Lledó, Francisco Fernández Buey, Celia
Amorós, Javier Sádaba y un amplio etcétera. Eugenio Trías (1942-2013)
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2. JOSÉ ORTEGA Y GASSET (1883-1955): VIDA, OBRA Y CONTEXTOS
2.1 Biografía
José Ortega y Gasset nació en Madrid el 9 de mayo de 1883, en el seno de una familia
acomodada relacionada con el mundo editorial y el periodismo, cuestiones que compaginaban con una
actividad política de tendencia liberal. Su padre fue miembro de la Real Academia Española desde 1902,
así que frecuentó la amistad de importantes escritores de su tiempo, por lo que el mundo literario
español de esa época le fue muy familiar a Ortega. Por lo tanto, la vocación liberal, periodística y política
de Ortega y Gasset era una tradición familiarmente arraigada.
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por sus páginas desfilaron los escritores, científicos y pensadores más brillantes del momento: exponente
claro de la importante y cuidada labor divulgativa que Ortega llevó a cabo.
Durante estos años se suceden dos etapas en su pensamiento: en primer lugar, la etapa
perspectivista (1914-1923), en la que destacan las obras Meditaciones del Quijote (1914) y España
invertebrada (1921); y en segundo y último lugar, la etapa raciovitalista, que se considera su etapa de
madurez. Como veremos, el raciovitalismo orteguiano se basa en un vitalismo biologicista (muy
influenciado por autores como Bergson o Nietzsche). El concepto fundamental aquí es el de vida, entendida
como fuerza o impulso espontáneo y creador de carácter biológico en sentido amplio. La máxima
expresión de esta etapa vitalista se puede encontrar en El tema de nuestro tiempo, de 1923. Esta
propuesta evolucionará con la lectura del filósofo de la existencia, Heidegger. Otras obras de este periodo:
La rebelión de las masas (1929) o Historia como sistema (1935).
Con el inicio de la Guerra Civil, en verano de 1936, se vio obligado a huir de Madrid, donde su
vida corría serio peligro. Tras una estancia de tres años en París y de otros tres años en Argentina, en
1942 se trasladó a Portugal, donde fijó su residencia hasta el final de sus días. En el país vecino pudo
hallar cierta tranquilidad y estabilidad, lo que le permitió reanudar su trabajo; allí emprendió algunos
importantes escritos de madurez filosófica, muchos de los cuales quedaron inacabados. De esta época
datan algunos de sus textos más extensos y de una mayor ambición sistemática, como los que se
publicaron póstumamente con los títulos de La
idea de principio en Leibniz y la evolución de
la teoría deductiva, El hombre y la gente u
Origen y epílogo de la filosofía.
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2.2 Contexto histórico
Ortega vive una época de ansia y conflictos imperialistas por la que varias naciones amplían
sus fronteras con la anexión de territorios incluso de otros continente en forma de colonias. Es el caso de
Estados Unidos, de Francia, de Alemania, de la Unión Soviética… En este contexto, España por el contrario
pierde definitivamente sus últimas colonias de ultramar en 1898. Este hecho viene a certificar la difícil
situación de España: el final del siglo XIX fue una época convulsa de revoluciones liberales y sucesiones
de breves reinados y la primera república. Finalmente, tuvo ocasión la restauración Monárquica y el
reinado de Alfonso XII, que trató de dejar atrás políticas del antiguo régimen y abrir la política española a
gobiernos liberales (Cánovas del Castillo y Práxedes Sagasta). Sin embargo, como decíamos, España
perdió cualquier peso internacional, y un espíritu de pesimismo se extendió en nuestro país.
Además, la entrada en el nuevo siglo estuvo marcada una crisis económica, ya que España no
se había incorporado al nuevo sistema de mercado. La situación no se estabiliza y, podría decirse, se
arrastra hasta la década de los años 30, cuando irrumpe la Guerra Civil. Antes, en los años 20, la
monarquía en España pierde crédito y se sucede la dictadura de Primo de Rivera (intento de mediación
entre monarquía y partidos, en un país donde se suprimieron libertades y derechos), la dictablanda y la II
República. En estas décadas es cuando nace una incipiente industria protegida en Cataluña y en el País
Vasco.
La II República no fue capaz de traer la tranquilidad al país. Tras el alzamiento militar contra la
república, vinieron años de guerra civil (1936-39) y pobreza, de las que España comenzó a salir en la
década de los 50. Aún así, la represión franquista motivó el exilio (exterior e interior) de los vencidos.
En toda esta etapa España vive un conflicto más o menos tenso entre un conservadurismo y un
catolicismo muy asentadas en las instituciones, y un acuciante
movimiento que quería superar esta situación. Este movimiento
progresista fue llevado a cabo sobre todo por los krausistas. Uno
de los logros progresistas de esta época fue la Institución Libre
de Enseñanza que cerró en 1936. Hablamos de un proyecto
educativo, de inspiración krausista, que ayudó a renovar y liberar
la enseñanza apartándose de dogmas religiosos o morales,
teniendo incluso que desarrollar su labor al margen del Estado,
como institución privada. Ortega, Ramón y Cajal, Machado y
Sorolla formaron parte de este proyecto.
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principios del siglo XX: la Generación del 98, la Generación del 14 (a la que suele adherirse a Ortega) y la
Generación del 27. Estas generaciones lograron introducir en España las diferentes escuelas
vanguardistas del arte del siglo XX: modernismo, cubismo, surrealismo… Vanguardias, todas ellas, que
trataron de explorar los límites de las disciplinas artísticas, con una amplia libertad individual para los
artistas y que, en cierta medida, quería romper con la rigidez elitista de las tradiciones.
Si algo destaca de la época en la que desarrolla su filosofía Ortega, es una característica peculiar:
se trata, sin lugar a dudas, de una época en la que hay diversos y variopintos movimientos filosóficos
en ebullición. Entre las corrientes que se irán desarrollando a comienzos del XX cabe citar las siguientes:
g) Filosofía analítica: el final del siglo XIX marca lo que en filosofía se ha llamado giro
lingüístico, que convierte al lenguaje en un tema central de la filosofía. Uno de los objetivos
fundamentales será crear un lenguaje lógicamente perfecto (Frege, Russell o Wittgenstein
(1889-1951) en su primera etapa).
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historicismo, para el que las verdades cobran sentido en su contexto histórico, por lo que
no se puede hablar de verdades absolutas, objetivas y universales.
i) Marxismo: la teoría de Marx continuará siendo actualizada y reinterpretada. Sin que nos
podamos olvidar de la versión o revisión bolchevique que Lenin imprimió en el gobierno de la
Unión Soviétiva, autores como Bloch, Gramsci, Luckács, los autores de la Escuela de
Frankfurt, el mismo Sartre y, más adelante, Althusser, buscarán formas de reformar el
marxismo y aplicarlo a su realidad.
3. LA NECESIDAD DE LA FILOSOFÍA
La filosofía es para Ortega una actividad necesaria, ineludible. Recuerda en cierto modo a esa
tendencia inevitable hacia la metafísica de la que hablaba Kant, después de negarla en la Crítica de la razón
pura. La filosofía comienza allí donde termina la ciencia, y por eso no puede sustituirse por ésta. El objeto
de la filosofía es muy distinto al del resto de ciencias: la filosofía se encarga del todo, del dato universal
del universo, y, en esta medida, no tiene un objeto, particular, propio y definido. Por eso dice Ortega que la
filosofía es la ciencia buscada, la ciencia que debe justificar y preguntarse (incluso con extrañamiento)
por su propio objeto. El intelecto o la inteligencia aspira al todo, y, en consecuencia, la filosofía será
conocimiento del Universo, de todo cuanto hay. Hay dos características definitorias de la filosofía: su
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radicalidad y su ultimidad. Radicalidad significa precisamente ir a la raíz de la realidad, partiendo
siempre de una libertad absoluta, de una ausencia de prejuicios que posibilite un pensamiento propio. Y la
ultimidad nos remite a que las preguntas de la filosofía pretenden dar una respuesta completa a la
realidad interrogada, de modo que no sea necesario seguir planteando preguntas. Cabe preguntar más allá
de la ciencia, pero no más allá de la filosofía, que aspira a ofrecer una idea integral del universo,
afrontando cuestiones fundamentales como ¿de dónde viene el mundo? ¿a dónde va? ¿cuál es el sentido
esencial de la vida?. La vida humana, por tanto, no puede prescindir de la filosofía. Preguntarse es ya
comenzar a filosofar, y renunciar a plantearse cuestiones es renunciar a ser humano.
En 1928-29, en ¿Qué es filosofía?, Ortega se plantea cuál es el tema de su tiempo. Es esta una
pregunta en la que, como hiciera Kant en Respuesta a la pregunta ¿Qué es Ilustración?, Ortega trata de
hacerse consciente del presente histórico y filosófico en el que está viviendo, e intenta resolver la tarea más
importante de la filosofía en ese momento. Para él, esta tarea no es otra que la superación del Idealismo y
del Positivismo (o realismo ingenuo). Ambas son teorías contrapuestas que se han venido repitiendo a lo
largo de la historia de la filosofía.
El realismo ingenuo parte de la existencia de lo dado. Asume de un modo acrítico que lo que
se le presenta a la vista es tal y como aparece, y piensa que el universo está ya ahí. Se presupone que hay
un mundo objetivo, en el que las cosas se manifiestan tal y como son (objetivismo). Esto es visto por
Ortega como una ingenuidad filosófica o como la inocencia paradisíaca. Este realismo se va repitiendo en
diversos pensadores. Si en la filosofía griega era una constante, reaparece una y otra vez en la historia del
pensamiento, y una de sus formas es precisamente el positivismo. Para esta corriente tan sólo existe lo
dado, lo inmediato, lo útil, lo medible: en definitiva, lo positivo. Así la realidad objetiva se convertiría en el
objeto fundamental de la filosofía, con lo que se cometería un olvido imperdonable: dejaríamos al sujeto de
lado, como si éste no interviniera en ningún sentido en el proceso de conocimiento, en la relación que
se establece entre el sujeto y el objeto. Por eso, el realismo dejó paso al Idealismo.
El idealismo me propone que suspenda mi creencia en la realidad exterior a mi mente que este
teatro parece tener. En verdad, me dice, este teatro es sólo un pensamiento, una visión o imagen
de este teatro.
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(José ORTEGA Y GASSET. ¿Qué es filosofía?)
Ni sólo la realidad, ni el sujeto solo pueden ser el dato radical del que se encargue la filosofía.
Ambas posibilidades quedan mancas ante nuestra experiencia cotidiana del conocimiento, en la que el
individuo tiene mucho que decir (proyectando, por ejemplo, ideas, prejuicios, sentimientos, categorías...),
pero la realidad impone también una serie de condiciones. Por ello Ortega busca un nuevo objeto que
concilie y supere al realismo y al Idealismo: la vida como dato radical de toda filosofía.
En la vida confluyen el sujeto y el objeto, el mundo y la conciencia, de modo que Ortega se sitúa in
media res, a mitad de camino entre el mundo y la
conciencia, y huye de cualquier tipo de abstracción.
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que el hombre se encuentra sin saber cómo ni por qué en medio de su propia vida. Esta
problematicidad de la vida, nos obliga a vivir siempre acompañados de la conciencia de ese problema.
Desde el ¿qué haré mañana? hasta el ¿cuál es el sentido de la vida?, el hombre no puede evitar esta
conciencia de la problematicidad de la vida (y de aquí deriva, precisamente, la inevitabilidad de la filosofía).
La vida es concreta e incomparable, es esencialmente individual. Pero esto no impide que tenga
también una dimensión comunitaria, ya que coexiste, convive… Hablar del hombre al margen de la
sociedad es tan abstracto como hablar de la sociedad al margen del hombre. La vida nos empuja a
compartir nuestro tiempo.
Ortega entiende la vida humana como un quehacer, como un proyecto. La vida es un acontecer
lanzado hacia delante, siempre futurizo. Haciendo cosas, el hombre tiene que decidir lo que quiere hacer, lo
que quiere ser. Conectando con ideas existencialistas (sobre todo de Heidegger), el hombre es algo
abierto, algo siempre por hacer. El hombre tiene que inventarse a sí mismo, tiene que crear su propia
vida, que no le viene dada de un modo último y definitivo, sino que le es entregada nueva, aún por
estrenar. El hombre no es hecho, sino que es un quehacer.
En la realización de este proyecto, el hombre debe contar consigo mismo, pero también con
su mundo. Por eso dice Ortega que yo soy yo y mi circunstancia. El mundo que me rodea me afecta a
mí, a mis pensamientos y a mis decisiones tanto como mis propios deseos, intenciones o proyectos. Aquí
interactúan una vez más el yo y la realidad, los conceptos fundamentales del realismo y del Idealismo
que Ortega pretende superar.
En este quehacer filosófico en el que consistió la vida de Ortega, se hace necesario también
ofrecer una visión del conocimiento humano. Si a la hora de interpretar la realidad los dos polos que se nos
presentaban eran el Idealismo y el realismo, en el terreno del conocimiento habrá que enfrentarse también a
otra oposición: el racionalismo (como Descartes) frente al vitalismo (Nietzsche). La razón se opone a la
vida y parece difícil encontrar un término medio. Pues esta tarea es precisamente la que se propone el
filósofo español, que critica ambas teorías:
Tampoco el vitalismo aporta una solución más valiosa, porque se olvida de la dimensión
futuriza del hombre. Si todos somos un proyecto, un quehacer cotidiano, no podemos vivir a expensas de
un caprichoso presente que dirija nuestros pasos. Ese es el tipo de vida del animal, que no toma
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decisiones que incluyen un horizonte temporal muy superior al que configura su presente. La libertad del
hombre le obliga a anticiparse a su tiempo, algo que no puede soslayarse y que no es posible desde un
enfoque puramente vitalista, que no puede ir más allá de lo que dicte el eterno fluir el presente.
Por eso propone Ortega una vía intermedia: ni la razón, ni la vida, sino la razón vital, pues la
razón no puede concebirse al margen de la vida, ni la vida humana al margen de la razón. Renunciar a la
vida o renunciar a la razón son dos modos de renunciar a ser hombre. Tan irracional es alejarse de la vida,
como vivir esclavizado por sus dictados. El raciovitalismo se convierte así en la propuesta orteguiana. Si
fuéramos animales, bastaría con el vitalismo, con ir respondiendo a los desafíos que nos plantea el
presente. Pero la vida humana tiene esa dimensión de proyecto, que nos obliga a convertir la realidad (y a
nosotros mismos), en un problema que tenemos que resolver. Si la vida es futurición, es lo que aún no es,
tenemos que combinar en su justa medida vida y razón.
Además, la razón vital va acompañada por una ineludible dimensión histórica, porque el hombre
se encuentra ya en medio de la historia. La vida humana es esencialmente histórica: heredera de un
pasado concreto y lanzada a un futuro por hacer. El hombre no puede salirse de la historia, y la
razón, por tanto, debe ser un instrumento más dentro de la misma. Si la naturaleza puede entenderse
como el fluir de la vida, la historia es el lugar específico del fluir de los asuntos humanos, de modo que la
vida humana es siempre un proceso, algo abierto e inacabado. La razón histórica no acepta nada como
mero hecho, sino que hace que todo hecho fluya. El hombre es una realidad que se hace a sí misma, y
que está siempre haciéndose. Cada decisión, cada acción no sólo resuelve el problema de nuestro
presente, sino que también nos va definiendo, va configurando nuestra forma de ser.
7. EL PERSPECTIVISMO
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por ello, que se da la razón a los escépticos. Frente a esto, Ortega defiende que el punto de vista individual
puede también ser objetivo y verdadero. El racionalismo espera demasiado del sujeto cognoscente, que
no puede abandonar su punto de vista, su circunstancia, su perspectiva. Pero el escepticismo se olvida de
que este punto de vista puede también constituirse como verdad. Parafraseando al propio Ortega,
podemos decir que cada ser humano captará la parte de verdad correspondiente. Lo que uno ve, no
puede verlo otro. Ningún sujeto será capaz de ver el todo en su conjunto. Cada individuo, pueblo o época es
un órgano insustituible para la conquista de la verdad. Lejos de oponerse, los distintos puntos de vista
se complementan. Las visiones distintas no se excluyen, han de integrarse; ninguna consigue asimilar de
una vez por todas la realidad y cada una de ellas es insustituible.
¿Pero qué es esto de la filosofía? Bien, así de repente, no es tan fácil dar una
definición de ella. El hombre ha alcanzado las más altas cimas de civilización a
través de dos disciplinas fundamentales: la ciencia y la religión. Ahora bien,
mientras que la ciencia, recurriendo a la razón, estudia los fenómenos de la
naturaleza, la religión, satisfaciendo una necesidad íntima del alma humana,
busca algo absoluto, algo que supere la capacidad de conocer a través de los
sentidos y del intelecto. Pues bien, la filosofía es una cosa que está a medio
camino entre la ciencia y la religión, más cerca de una o de otra según se trate de
los filósofos llamados racionalistas o de los que se inclinan más hacia una visión
mística de las cosas. Para Bertrand Russell, filósofo inglés de escuela
racionalista, la filosofía es una especie de Tierra de Nadie entre la Ciencia y la
Teología, y expuesta a los ataques de ambas.
Historia de la filosofía II
2º Bachillerato
Autoría: Alberto Herrera Pino
Autoría: Alberto Herrera Pino