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Dedicatoria
El sentido de las preguntas y el valor de las respuestas
1. Embarazo
2. Parto
3. Posparto y presencia del bebé
4. Lactancia
5. La pérdida de identidad
6. La propia infancia
7. La propia adolescencia
8. Vida superficial o vida conectada
9. Devenir padres (para varones)
10. La crianza de los hijos pequeños
11. De madres y de hijos
12. Dormir con niños en casa
13. Las enfermedades
14. La vida en familia
15. La monogamia
16. Los divorcios
17. Las familias ensambladas
18. Los hijos adolescentes
19. La escolaridad, ¿sirve?
20. Alimentación y vida saludable
21. Adultos maduros
22. Las psicoterapias
23. Violencia escolar
24. Violencia de género
25. Abusos sexuales
26. La soledad
27. Vida privada y vida social
28. La biografía humana
Conversaciones con
Laura Gutman
Respuestas claras a consultas difíciles
Gutman, Laura
Conversaciones con Laura Gutman / Laura Gutman ;
coordinado por Mónica Piacentini ; dirigido por Tomás Lambré. -
1a ed. - Buenos Aires : Del Nuevo Extremo, 2014.
E-Book.
ISBN 978-987-609-402-3
1. psicología. 2. Familia. I. Piacentini, Mónica, coord. II.
Lambré, Tomás, dir. III. Título
CDD 150
© Laura Gutman
© 2013, Editorial del Nuevo Extremo S.A.
A. J. Carranza 1852 (C1414COV)
Buenos Aires Argentina
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Dedico este libro a mis hijos Micaël, Maïara y Gaia
El sentido de las preguntas y el valor de las
respuestas
Las personas queremos vivir mejor. Por eso nos hacemos
preguntas cuando la vida no se manifiesta tal como nos gustaría.
Hacernos preguntas está muy bien. El problema es que esperamos
obtener respuestas que se acomoden a fantasías infantiles de
satisfacción plena. ¿Quién no quiere vivir en un mundo perfecto, con
príncipes azules que se arrodillen a nuestros pies o doncellas de
larga cabellera dorada que nos sonrían desde sus carruajes de
cristal? Para adormecernos en la ensoñación de un cuento, sirven.
Pero para vivir adultamente la vida, no. Porque los adultos somos
quienes constituimos nuestros escenarios, no vienen por añadidura.
Somos responsables de lo que generamos. Por eso siempre se
manifiesta lo que nos corresponde.
Concretamente, las personas a veces sufrimos o tenemos
problemas y queremos solucionarlos. Buscamos respuestas
confiables. Entonces delegamos en algunas personas ciertos
supuestos saberes: en el pasado, eran los brujos o los sacerdotes,
hoy son los médicos, los “psi-algo” o ciertos líderes espirituales.
Creemos que saben más que nosotros. Pero resulta que eso no es
estrictamente verdad, aunque sí saben –los verdaderos sabios–
plantear buenas preguntas.
Por eso, el propósito de este libro es dejar asentadas muchas y
muy diversas preguntas que habitualmente las personas me
formulan. Sin embargo, invito a los lectores a no considerar las
respuestas como si fueran grandes verdades reveladas, sino, por el
contrario, como la posibilidad de pensar con irreverencia, diversión,
libertad, insensatez e ironía. Juguemos a que todo es posible.
Atrevámonos a salir del surco de las convenciones, a dejar los
lugares comunes, a sacarnos los disfraces, a rozar el miedo de
abandonar aquello que es seguro, probado e inamovible. Qué
importa. Estamos arriesgando. Estamos cambiando. No estamos
obligados a nada, salvo a intervenir con nuestra fantasía, ya que en
definitiva todos queremos sentirnos bien. No usemos estas
respuestas como opiniones confiables, sino como puertas que se
abren para pensar, reflexionar, cotejar, sentir, percibir o crear nuevas
dimensiones.
No necesito que nadie esté de acuerdo conmigo. Todo lo
contrario. Me divierto más cuando las personas logran dar vuelta
mis pensamientos y juntos arribamos a construcciones mentales
más elevadas. En varios pasajes, posiblemente ni yo estoy de
acuerdo conmigo misma. No me importa nada. Insisto: esto es un
juego. Propongo que abandonemos los senderos desgastados y
obsoletos de las ideas comunes. Miremos más allá de nuestras
narices. Renovemos con cada inspiración la totalidad de nuestro
pequeño universo personal. Comprendamos que somos apenas un
aliento, un suspiro, una bocanada de amor y que de ese amor
depende el bienestar de todo ser vivo.
Las personas nos balanceamos, en pocos segundos, desde los
sufrimientos superficiales hacia vivencias de conciencia espiritual
mayúsculas. Ese ritmo entre lo inconmensurablemente bello a lo
estúpidamente pequeño nos hace humanos, vulnerables, puros y
genuinos. Este libro es así: están planteados ciertos temas banales,
cotidianos y egoístas; y también preguntas existenciales y
transpersonales. Esta es una conversación íntima que establezco
con mis lectores. Solo les pido transparencia, pasión y humildad,
tanta como la que he derramado tecleando en mi amada Mac.
Laura Gutman
1. Embarazo
_____ ¿El instinto materno existe?
Sí, claro. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de
“instinto materno”? No se trata del deseo de tener hijos. No es
“yo quiero tener cinco hijos”. No. El instinto materno surge en el
momento en que una madre pare y siente apego por el niño.
Eso es instintivo, es decir, es algo que nos pasa
espontáneamente a todos los que pertenecemos a la misma
especie (de humanos, en este caso). Todas las especies de
mamíferos tienen instinto materno. Pero no podemos afirmar
que una perra, una leona, una gata, una jirafa o un hipopótamo
hembra tengan instinto materno porque “tienen ganas” de tener
cría. No, eso es otra cosa: Eso no es instinto. Ese tipo de
“deseo” es consecuencia de una cultura.