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Argentina y un nuevo ciclo Sol-Luna

Progresado
Alejandro Lodi

Como todo año en el que se desarrollan elecciones presidenciales, 2007 se


presenta como un momento clave de definición y compromiso. Desde la
astrología podemos intentar comprenderlo desde los ciclos de la estructura de
nuestro país. En el presente trabajo consideraremos uno de esos ciclos en
particular: el ciclo Sol-Luna progresado.

La opción no es caprichosa. Desde 2004 estamos recorriendo la última fase del


ciclo iniciado en 1978 y dentro de un año se estará iniciando uno nuevo.
Tomando en cuenta su profundo significado, parece evidente que el contexto
de un nuevo ciclo nos convoca a meditar acerca de nuestra condición de
entidad nacional, a ser conscientes de algunos patrones manifiestos a lo largo
de nuestra historia, y saber responder a los desafíos presentes con la
creatividad necesaria para superar repeticiones y automatismos.

El ciclo Sol-Luna Progresado como técnica astrológica

¿Qué simboliza el Ciclo Sol-Luna Progresado? Por lo pronto involucra a los dos
indicadores más importantes de la carta natal: los luminares, los dos principios
básicos de cualquier estructura astrológica.

Profundamente, refiere a la relación entre espíritu y sustancia, energía y


materia, ser e identidad, potencia y acto. Muestra la relación entre la sustancia
(la forma concreta) incorporando el misterio del ser, aquello que alcanzamos
concientemente a plasmar de nuestra energía y nuestro potencial de ser. El
misterio de la chispa del espíritu encendiendo la materia de nuestra vida.

Por cierto, este potencial nunca terminará de ser plenamente realizado. Desde
nuestro punto de vista astrológico, decimos que la sustancia lunar nunca
agotará todo el potencial de la chispa solar.
Este ciclo ha sido desarrollado fundamentalmente por Dane Rudhyar y
Alexander Ruperti. Ambos coincidieron en distinguir en él ocho etapas,
ordenadas en dos hemiciclos de cuatro fases cada uno:

· Hemiciclo Creciente (de la conjunción a la oposición): El impulso se


manifiesta concretamente en el mundo.

· Hemiciclo Menguante (de la oposición a la nueva conjunción): Las formas


desarrolladas se universalizan y son comprendidas en una totalidad mayor.
Desintegración y decadencia de la forma.

Cada etapa marca una fase en el desarrollo de la articulación entre el principio


solar y el lunar.Algunos conceptos claves de cada una de ellas podrían ser:

.- Luna Nueva (conjunción): SURGIMIENTO

.- Luna Nueva (conjunción): SURGIMIENTO

Liberación de un nuevo pulso vital. La sustancia lunar se impregna de propósito


solar. Lo conocido carece de vitalidad. Anhelo intenso de vida nueva. Poca
claridad, confusión o promesas a desarrollar.

.- Luna Creciente (semicuadratura creciente): AFIRMACIÓN

Esfuerzo por superar la presión e inercia del pasado. Encuentro con


remanentes tóxicos del pasado. Necesidad de afirmar el impulso hacia la
plenitud.

.- Luna Cuarto Creciente (cuadratura creciente): ACCION

La nueva dirección se establece. Construcción de estructuras que objetivan el


nuevo impulso. Crisis en acción: la forma consolidada implica la definitiva
separación con el pasado.
.- Luna Gibosa (sesquicuadratura creciente): SUPERACION

.- Luna Gibosa (sesquicuadratura creciente): SUPERACION

El nuevo impulso ahora debe vivirse. Necesidad de expresar en el mundo la


vitalidad del proceso y consolidarlo como dirección de vida. Necesidad de
desarrollar la capacidad de crecimiento personal.

.- Luna Llena (oposición): PLENITUD

.- Luna Llena (oposición): PLENITUD

La manifestación concreta del propósito inicial llega a su plenitud. Momento de


claridad, iluminación y realización objetiva. Asimilación de la experiencia y
constatación de sus frutos. Nueva búsqueda de significado.

.- Luna Menguante (sesquicuadratura menguante): DISEMINACIÓN

.- Luna Menguante (sesquicuadratura menguante): DISEMINACIÓN

Se revela lo que subyace a la forma plena. Necesidad de compartir con otros e


incorporarse a un contexto expandido. Lo aprendido y experimentado necesita
ser aportado al mundo.

.- Luna Cuarto Menguante (cuadratura menguante): CULMINACIÓN

.- Luna Cuarto Menguante (cuadratura menguante): CULMINACIÓN

Máxima asimilación y comprensión de los resultados de la experiencia. Crisis


de conciencia: los supuestos básicos y las creencias que no armonizan con la
comprensión resultante deben ser trascendidas.

.- Luna Balsámica (semicuadratura menguante): RENUNCIA o DESCARGA

.- Luna Balsámica (semicuadratura menguante): RENUNCIA o DESCARGA

Los resultados del ciclo que termina son esencializados y se convierte en el


fundamento del próximo. Estado de transición, "de semilla". La vitalidad es la de
aquello que germinará en el futuro. Anhelo de un nuevo ciclo de experiencia.
El Ciclo Sol-Luna progresado en la carta de un país

En una vida personal, esta dinámica genera ciclos de identidad, cierto proceso y
evolución en la estructura del yo, a través del cual nuestra organización
psíquica va siendo capaz de dar cuenta de niveles más profundos de lo que
esencialmente somos. Es un proceso dinámico e implica conceptualizar al «yo»
(ego, centro funcional de identidad o aquello que creemos ser) como un estado
del ser en continuo cambio y movimiento, antes que fijo y estático.

Trasladado a un país, el ciclo Sol-Luna (o ciclo de lunaciones) habla de la


potencialidad de ser que esa entidad nacional encarna en lo que podríamos
llamar sus ciclos de identidad, ciclos en los que se desarrolla cierta "sensación
de ser" o "definición del carácter nacional". Esta «identidad nacional»
representa una personalidad o fisonomía que adopta el país, la cual se va
expresando en los sucesos históricos concretos. En verdad, tal identidad es
efecto o resultante de la organización de estructuras de poder que se conforma
en determinado momento histórico, formas institucionales que reflejan un
ordenamiento económico y político, que contienen y revelan principios,
creencias, valores y aspiraciones de la nación.

Esta concepción sugiere que la organización de un país resulta un proceso


dinámico. Y lo mismo ocurre con lo que podríamos llamar «identidad nacional».
Tal carácter puede modificarse de acuerdo a cómo esa nación vaya aceptando
el desafío de descubrir lo que profundamente es. En este sentido, parece
evidente que lo que creíamos ser como argentinos hace un siglo no es lo
mismo que hoy creemos ser.

Desde esta perspectiva, cada lunación (esto es, cada inicio de un ciclo Sol-
Luna) simboliza una oportunidad para renovar este descubrimiento, para
cuestionar profundamente las definiciones cristalizadas de nuestro carácter
nacional (aquello que creemos que somos), romper con la continuidad lineal
con el pasado y ser capaces de incluir cualidades (acaso aún inéditas) de
nuestro ser que los nuevos tiempos están sugiriendo.

Y resulta fundamental tomar en cuenta que la etapa previa de «renuncia o


descarga» (la última fase de la lunación anterior) indica la consumación y
disolución de la vieja identidad. Esto implicará una exhaustiva revisión del
pasado, muchas veces bajo la forma de una vuelta a las circunstancias del
inicio del ciclo que ahora está finalizando. Este profundo balance del pasado
tiene el objeto de no trasladar a lo nuevo que habrá de iniciarse aquellas
experiencias ya agotadas que resultarían ahora tóxicas y anacrónicas; sin
embargo, esta auténtica purificación o esencialización puede distorsionarse
bajo la tentación de "volver a vivir", de traer al presente contenidos carentes de
vitalidad, de actualizar aquello que ya ha hecho su proceso y debe ser
concluido.

Las lunaciones en la historia argentina

Vamos a enfocar qué sucedió en la historia argentina cada vez que se dio esta
circunstancia: la transición de la etapa de descarga al inicio de un nuevo ciclo.
Si bien nos concentraremos en aquellas lunaciones ocurridas durante el siglo
XX, el listado completo de los ciclos Sol-Luna a lo largo de la historia es el
siguiente:

1ra lunación

«surgimiento»: año 1831 en 1 LEO 49 y en casa X natal

«descarga» del ciclo anterior: año 1828

2da lunación

«surgimiento»: año 1861 en 29 LEO 58 y en casa XI natal

«descarga» del ciclo anterior: año 1857

3ra lunación

«surgimiento»: año 1890 en 28 VIRGO 28 y en casa XII natal

«descarga» del ciclo anterior: año 1887


4ta lunación

«surgimiento»: año 1919 en 27 LIBRA 28 y en casa I natal

«descarga» del ciclo anterior: año 1916

5ta lunación

«surgimiento»: año 1949 en 27 ESCORPIO 01 y en casa II natal

«descarga» del ciclo anterior: año 1946

6ta lunación

«surgimiento»: año 1978 en 26 SAGITARIO 59 y en casa III natal

«descarga» del ciclo anterior: año 1975

7ma lunación

«surgimiento»: año 2008 en 27 CAPRICORNIO 09 y en casa IV natal

«descarga» del ciclo anterior: año 2004

El primer ciclo comienza en 1919 (fase de surgimiento), Habiéndose producido


la descarga del ciclo anterior en 1916. La pregunta es qué es lo viejo que se
está agotando o disolviendo y qué es lo nuevo que está apareciendo.

DESCARGA 1916

SURGIMIENTO 1919
Históricamente, no ha sido ésta una fecha irrelevante. En 1916 se producen las
primeras elecciones presidenciales con sufragio universal. Desde este punto de
vista lo que se agota aquí es un modelo hegemónico, acaso el más efectivo y
exitoso de la historia argentina, por lo menos en permanencia en el tiempo. Es
el modelo que se inicia en 1880, que da origen a una generación de dirigentes
políticos (la generación del 80) que sustenta un modelo conservador y
oligárquico, en términos ideológicos. Con este modelo la Argentina logra
estructurarse como país, conformando un estado nacional sólido, el cual por
cierto generará sus contradicciones. Vale la pena registrar que la anterior
lunación se había producido en 1890, año que marca la consolidación del
modelo con la presidencia de Carlos Pellegrini, luego de la crisis del gobierno
de Juárez Celman («fase de descarga» del ciclo anterior).

Es el sufragio universal aquello nuevo que aparece y quiebra la continuidad con


el ahora viejo modelo, selectivo y elitista, en el cual las elecciones siempre eran
ganadas (con mayor o menor fraude) por el PAN, Partido Autonomista
Nacional, es decir, el partido del poder oligárquico.

A partir de 1916 se inicia la crisis y disolución de la estructura de poder hasta


aquí exitosa y comienza a hacer historia una nueva fuerza política, la Unión
Cívica Radical. Yrigoyen se convierte en el primer presidente democrático con
características de líder carismático y en el que se proyecta una imagen
paternalista. La llegada de Yrigoyen al poder genera la expectativa de un líder
que va a favorecer la inclusión de sectores de la vida nacional que hasta ese
momento estaban excluidos, esto es la clase media.

Vale destacar algunos hechos simbólicos fuertes. Uno de ellos es la Reforma


Universitaria de Córdoba. Dentro el espíritu de expansión, armonía y culto al
saber y al conocimiento, propio de un destacado rasgo de la carta natal de
nuestro país (Ascendente en Libra, Júpiter en casa I, Venus como gobernante
en casa IX), esta reforma universitaria representó la posibilidad concreta de
inclusión en el conocimiento superior y en la actividad profesional y política de
los hijos de los inmigrantes llegados al país a fines del siglo XIX. Esta reforma
es la que producirá la formación de aquellos profesionales que tendrán una
actuación destacada en la vida pública del país a lo largo de todo el siglo XX.
Hasta ese momento sólo ejercían la función pública los herederos de familias
patricias.
Sin embargo, al mismo tiempo, a partir de 1919 (momento de la «fase de
surgimiento» del nuevo ciclo) comienzan a manifestarse las defraudaciones de
las expectativas que ese movimiento de apertura había generado. Sucesos
como la Semana Trágica (1919) y la Patagonia Rebelde (1921) resultan
emblemáticos de tal frustración.

Y es importante significar que esto revela un patrón de la propia estructura


natal argentina. En ella es posible visualizar aparecen dos pulsos protagónicos:

· Tendencia conservadora y valoración de la tradición.

· Tendencia idealista y trasgresión de los límites.

Un polo conservador y polo progresista. Es interesante que incluso algunos


miembros de la oligarquía, del propio partido autonomista, veían la necesidad
de ampliar y extender los valores del positivismo a sectores postergados. Sin
embargo, esos intentos no fueron suficientes para contener los anhelos de
cambio y renovación.

Este momento histórico muestra la disposición a un salto cualitativo en la vida


social y política argentina, pero que no termina de ser asimilado por lo nuevo
que aparece. La alta expectativa de cambio, inclusión y transformación que
acompañó la llegada de Yrigoyen al poder, no termina de ser asimilado por el
proceso que el mismo Yrigoyen inicia, y esto produce un muy rápido desajuste.

La Semana Trágica y la Patagonia Rebelde son protagonizados por grupos de


obreros y peones rurales socialistas y anarquistas que, estimulados por el afán
de hacer una Argentina distinta, van más allá de lo que el mismo ejecutor de la
reforma está dispuesto.

Este parece ser un pulso vinculado a la estructura argentina. El Sol en Cáncer


en Medio Cielo, la Luna en Capricornio en casa IV hablan de una natural
disposición a valorar lo tradicional, a evitar los riesgos del cambio. Por su
parte, Júpiter en el Ascendente en Libra, Venus como gobernante en Casa IX y
el Nodo Sur en Sagitario aportan confianza en la expansión y el encuentro con
lo desconocido.
De este modo, un orden conservador se cristaliza, se genera la necesidad de un
salto progresista, cargado de un idealismo de tal magnitud que no termina de
ser asimilado por la nueva estructura emergente. Este pulso, en verdad, queda
conformado como doble vínculo:

.- Predominio de un ORDEN CONSERVADOR que llega a un estado de


CRISTALIZACIÓN (pérdida de vitalidad).

.- Ese estado de CRISTALIZACIÓN genera una NECESIDAD DE CAMBIO


(recuperación de vitalidad).

.- Esa NECESIDAD DE CAMBIO lleva al surgimiento de un IDEAL PROGRESISTA


que se presenta como alternativa.

.- Las expectativas que estimula ese IDEAL PROGRESISTA plantean


contradicciones que provocan un clima de INESTABILIDAD (dispersión de
vitalidad).

.- El ambiente de INESTABILIDAD genera incertidumbre y temor, aplacado por


una REACCIÓN REPRESIVA (control de vitalidad).

.- Y con esa REACCIÓN REPRESIVA vuelve a instalarse un ORDEN


CONSERVADOR.

El segundo ciclo se inicia en 1949, produciéndose la descarga del ciclo anterior


en 1946. ¿Qué es lo viejo que entra en etapa de disolución? ¿Qué hechos
representan la aparición de lo nuevo?

DESCARGA 1946

SURGIMIENTO 1949
El ciclo que se inició en 1919 intentaba dar cuenta de una apertura y expansión,
pero aún dejaba excluidos y defraudados a gran parte de la población. Lo
nuevo aparece simbolizado en los acontecimientos del 17 de octubre de 1945
con la irrupción de sectores postergados (acaso aquellos que habían sido
protagonistas de la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde), y su incorporación
a la vida política, por cierto, bajo el halo de un nuevo líder paternalista protector:
Perón.

Dos recurrencias pueden ser aquí registradas: el agotamiento de cierto orden


económico y político, y la aparición de una autoridad carismática que encarna
los anhelos que manifiesta el pueblo.

El año 1949, «fase de surgimiento» del nuevo ciclo, coincide con la reforma a la
constitución nacional (promovida por Perón), reforma que fundamentalmente
implica la incorporación de los derechos de los trabajadores. De este modo, los
obreros sindicalizados se transforman en una nueva pieza de poder. Por cierto,
esas leyes ya habían sido propuestas mucho tiempo atrás por los trabajadores
socialistas, pero son puestas en vigencia a partir de la intervención de la
voluntad de un líder protector. Esas leyes ya existían, pero era necesario que
aparecieran como otorgadas en forma benefactora por un líder paternalista.

A partir de aquí, en la escena política, además de las familias tradicionales


oligárquicas y la clase media ilustrada y profesional, surge un nuevo grupo de
poder: los sindicatos. Es una nueva estructura, cambian las reglas de juego.
Surge un nuevo proyecto de país. Lo productivo no aparece asociado sólo a la
generación de materias primas, a la explotación agrícola y ganadera, sino que
comienza un desarrollo industrial. Es el ideal de «Argentina potencia»: producir
todo lo necesario y no depender de nadie. La sombra de este ideal es el anhelo
de aislarse del mundo, la autosuficiencia. Comienza a desarrollarse el fuerte
ideal de extrema autonomía y autarquía, con una alta sombra aislacionista. Así,
el exterior, lo extranjero, cualquier necesidad de vínculo con el afuera, es
denunciado como dependencia. Con esto queda instalada una nueva paradoja,
traducida en el siguiente doble vínculo:

.- Anhelo de JUSTICIA SOCIAL e INDEPENDENCIA.

.- Como consecuencia de tal anhelo se genera un estado de AISLAMIENTO y


CIERRE.
.- Tal estado de AISLAMIENTO y CIERRE termina por provocar una NECESIDAD
DE VÍNCULO y APERTURA.

.- El ejercicio de una modalidad de VINCULO y APERTURA excesivos da por


resultado un clima de DEPENDENCIA y DESIGUALDAD SOCIAL.

.- Tal situación de DEPENDENCIA y DESIGUALDAD SOCIAL provoca un


renovado anhelo de JUSTICIA SOCIAL e INDEPENDENCIA.

El mismo pulso enunciado anteriormente aparece ahora representado como


una fuerza que valora la independencia, entendiéndola como repliegue en lo
seguro y conocido ("lo nuestro"), oponiéndose a otra fuerza que propicia el
encuentro abierto. Todo este circuito queda trabado al prevalecer la creencia de
que "todo vínculo es sinónimo de dependencia".

La «fase de descarga» del ciclo coincide con la muerte del líder protector y
marca la disolución de este modelo iniciado en 1949. El llamado "rodrigazo"
surge como símbolo de esa disolución. Un estado nacional imposible de ser
sostenido, relaciones de poder imposibles de ser reproducidas, y una economía
en quiebra. Un desequilibrio incontrolable entre ingresos y egresos.

DESCARGA 1975

SURGIMIENTO 1978

El inicio del nuevo ciclo se da en 1978. Además de ser el año del Mundial de
Fútbol, coincide con la implantación de un modelo económico (cuyo icono es
Martínez de Hoz) cuyo centro no es la explotación agropecuaria, ni el desarrollo
industrial, sino la especulación financiera. Su terrible sombra es la eliminación
física de toda oposición política y sindical. Sin embargo, vamos a atender a otra
consecuencia sombría: el endeudamiento económico y la destrucción de la
producción industrial.

Hasta este momento histórico el país no tenía una deuda externa importante,
pero a partir de ahora Argentina toma préstamos con organismos
internacionales (no sociedades de beneficencia, por cierto) más allá de su
posibilidad de pagarlos. Si bien este período incluye la nota distintiva del
retorno a la democracia en 1982, el modelo ha sobrevivido con matices hasta
su crisis definitiva con la debacle política y bancaria de 2001.

Esto parece confirmar el circuito del anterior ciclo, pero revirtiéndolo,


repolarizándolo al extremo:

.- Vigencia de un modelo de APERTURA INDISCRIMINADA que genera un alto


ENDEUDAMIENTO EXTERNO.

.- Como consecuencia del ENDEUDAMIENTO EXTERNO se consolida un estado


de DEPENDENCIA y DESIGUALDAD SOCIAL.

.- Tal estado de DEPENDENCIA y DESIGUALDAD SOCIAL termina provocando


RECESIÓN ECONÓMICA.

.- Y a tal RECESIÓN ECONÓMICA se intenta responder con mayor APERTURA


INDISCRIMINADA.

Nuestro presente y la transición de la «descarga» al «surgimiento»

El ciclo iniciado en 1978 realiza su descarga en 2004 y un nuevo ciclo se inicia


en 2008. Nuevamente, la pregunta clave es qué es lo viejo que se está
disolviendo y que es lo nuevo que está surgiendo, tanto en lo político como en
lo económico.

DESCARGA 2004

SURGIMIENTO 2008

Tomemos nota de alguno de los sucesos ocurridos en sincronicidad con la


«fase de descarga» iniciada en 2004:
Disolución del sistema de partidos tradicionales. Ya no se reproduce la
característica alternancia (propia de las últimas dos lunaciones) entre
peronismo y radicalismo, con una eventual tercera fuerza (sea de izquierda o de
derecha) que busca emerger sin lograr consolidarse.

Disolución del modelo económico basado en la actividad financiera. La crisis de


2001 agotó toda expectativa de seguir sosteniendo tal modelo. Un gesto
saludable resulta la cancelación de la deuda con organismos internacionales,
en el sentido que simbólicamente "el pago de deudas" parece una respuesta
muy apropiada a la propuesta de agotar y consumar la experiencia del ciclo que
propone la «fase de descarga o renuncia» (y, por cierto, toda fase de XII).

Examinar el pasado para elaborarlo y consumarlo, pero con el riesgo de


reactualizarlo. La fase final de un ciclo siempre exige estar atentos a "viejos
fantasmas" que retornan a reclamar una energía de la que ya no disponen.
Consumar la experiencia vivida a lo largo de todo el ciclo no implica repetirla ni
revivirla. En este sentido, episodios como el conflicto entre sectores
antagónicos del peronismo vividos en octubre de 2006 con motivo del traslado
de los restos de Perón a San Vicente, de inmediato activan la memoria de la
llamada "masacre de Ezeiza" ocurrida en 1973.

Y ¿cuáles serían algunas claves de lo nuevo que está surgiendo?:

El desarrollo de un nuevo tipo de vínculo con el mundo. Evitar la ya conocida


antinomia entre "aislarse para protegerse" o "abrirse indiscriminadamente para
incluirse". Astrológicamente, representa el desafío de un nuevo y maduro
aprendizaje acerca de lo que nuestro Ascendente en Libra y Nodo Norte en
Géminis y en casa VIII proponen: saber vincularse y compartir dinámicamente
energía y recursos con otros.

Definición de liderazgo y dirección del nuevo ciclo histórico. Las próximas


elecciones serán sincrónicas con la «fase de surgimiento» del nuevo ciclo Sol-
Luna. Y esas fases siempre han representado la definición de una directriz que
afectara, no sólo lo inmediato (esto es, el próximo período presidencial), sino
una proyección hacia el futuro, un proyecto a largo plazo.

La emergencia de nuevos grupos de poder y la definición de su espacio de


representatividad.Grupos piqueteros, figuras que acceden a la actuación
política desde espacios no tradicionales (representantes de organizaciones
religiosas, víctimas de la inseguridad, líderes de grupos sociales, etc.), resultan
emergentes de un fenómeno novedoso de participación, para los cuales no
parece haber aún una ubicación formal dentro del sistema político.

Por cierto, éstas resultan sólo algunas hipótesis acerca de aquello que está
sucediendo y habrá de suceder. Como siempre, vale recordar que la astrología
no aporta respuestas cerradas y fatales, sino claves para la comprensión. En
este sentido, la reflexión sobre el mandala astrológico de Argentina puede
servirnos como herramienta para iluminar aquello que habitualmente puede no
ser visto, para percibir estructuras cíclicas, órdenes profundos que revelan
procesos tan necesarios como ineludibles.

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