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Big data no es una tecnología en sí misma, sino más bien una forma de trabajar para
obtener valor y beneficiarse de los grandes volúmenes de datos que se producen en
la actualidad. Cómo asegurar la exactitud y confiabilidad de esta información y sus
derivados, cómo organizar la compartición de esta información y sus derivados dentro
de la organización para obtener mejoras y beneficios.
El análisis de big data es una herramienta que se puede utilizar para avanzar en la
promoción y protección de los derechos humanos, como lo manifiestan las Naciones
Unidas a través de su estudio Macrodatos para el desarrollo sostenible, pero que
también puede ser utilizada para vulnerar esos mismos derechos, por lo que debe ser
regulada de manera puntual. (Balseca, 2021) señala que es necesario brindar
información clara y suficiente para que las personas entiendan cómo el uso de ciertas
tecnologías puede afectar sus derechos humanos.
No se puede negar que el big data es una herramienta clave para la producción de
nueva información precisamente en la llamada sociedad de la información, que se
define como “una sociedad donde las relaciones mutuas que conectan a los individuos
se mantienen mediante la recepción y el procesamiento de información. información
principalmente a través de las tecnologías de la información y la comunicación.
Sin embargo, parece que dado que las normas legales que provienen de los países
no pueden evitar el mal uso del análisis de big data, la solución de este problema
inicialmente seguirá involucrando las buenas prácticas de las partes interesadas, ya
sean proveedores de servicios de Internet, operadores de sitios web u otros actores,
incluidos los propios usuarios de Internet. El abuso de técnicas analíticas para big data
puede vulnerar los derechos humanos, porque permite discriminar a las personas
según sus creencias, preferencias, religión, etc. O la protección insuficiente de los
derechos del consumidor puede garantizar la divulgación de sus resultados de compra
e incluso acusaciones de un mal producto o servicio, creando la posibilidad de ser
incluido en la lista negra por parte de los proveedores de servicios o proveedores. el
uso de big data en el ámbito legal ha aumentado, pero su aplicación en el derecho
internacional de los derechos humanos es relativamente nueva. No debe olvidarse
que la adecuada protección de los derechos humanos requiere que se requiera de
prevención, que sea antes de que se produzcan violaciones; y que, por otro lado, el
uso de grandes cantidades de datos requiere una cierta cantidad de tiempo para
recolectarlos y así detectar violaciones. Sin embargo, esto significa que para el
momento en que se recopilan e interpretan los datos, es posible que el delito ya haya
ocurrido, por lo que no hay suficiente tiempo para prevenir y mitigar los riesgos, lo que
conduce a la ineficiencia.
¿Asimilarán, para consolidarse, nuevas tecnologías tales como las que están
desarrollándose en el campo de la inteligencia artificial y del big data?
Bibliografía
Balseca, C. (2021). Identificación de amenazas informáticas aplicando arquitecturas de Big Data.
Obtenido de http://201.159.222.115/index.php/innova/article/view/1860
Hernández, J., & Melchor, M. (2016). Big Data vs Seguridad Mundial. Parte 1. Mexico: REVISTA
DIGITAL DE DIVULGACIÓN SOBRE CRIMINALÍSTICA, CRIMINOLOGÍA Y CIENCIAS
FORENSES.