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SERMON
SOBRE EL CULTO DE
SANTA FILOMENA
VIRGEN Y MARTIR ,
DE GÉNOVA
El 17 de febrero de 1835
BARCELONA.
IMPRENTA DE LOS HEREDEROS DE LA VIUDA PLA,
Calle de Cotoners.
1838.
Protesta.
(a) Act . 10. v . 38. (h) Ps. 90. v . II . (c) Matth. 8. v. 27.
( 9 )
archivos para hallar documentos y pruebas ; pero ¿ y con
y
el recurso de confianza en la proteccion de la Santa no se echa
de ver , que la aclaracion de los propios derechos principal-
mente se espera del Dios eterno que Facit judicium injuriam
patientibus (d)?
¿Y no es esto reanimar la fe y la religion de los Cristianos ?
¿ si esto no lo es , qué cosa habrá que lo sea ? ¿ si esto no es
atacar el espíritu de indiferentismo y de irreligion dominante
en el siglo , y victoriosamente combatirle , qué cosa se dirá que
lo sea ? Ah ! quisiera el mundo que se perdiesen sepultadas en
el olvido las augustas prácticas de la Religion , y cabalmente
estas prácticas augustas por el nuevo culto de FILOMENA han
adquirido un nuevo lustre y una mucho mas vasta extension :
quisiera el mundo que todos los acontecimientos se reputasen
el nuevo
por mero efecto del acaso ó de causas segundas , y por
culto de FILOMENA se hace pública profesion de creerlos dis-
puestos y dirigidos por la Providencia divina : quisiera el
mundo que solo el hombre fuese la esperanza del hombre , y
con el nuevo culto de FILOMENA aprende el hombre á colocarla
mucho mas felizmente en solo Dios.
Y quedará duda de si es sumamente glorioso á Dios el
culto de santa FILOMENA ? Sí , en efecto lo será , oigo responder
á alguno , pero para ello es preciso que este culto , justo en sí
mismo , sea verdaderamente legítimo . Muy bien . Para conocer
pues si lo es, examinemos su orígen ( 12 ) , su propagacion y su
fin. Y comenzando por el orígen puede decirse con verdad
que bajo este respecto sea justo y legítimo ? Mas ¿ como ni
siquiera dudar de ello si su orígen remonta hasta la Iglesia ? No ,
no es una simple mujercilla , no un devoto entusiasta , el que
guiado por su propia fantasía haya desenterrado los huesos de
un muerto desconocido y oculto, y aplicádole el bello nombre
de FILOMENA para exponerle de repente á la pública veneracion
de los fieles : la Iglesia nuestra madre , la Iglesia maestra
infalible de la verdad , la Iglesia iluminada por el divino Es-
píritu , la Iglesia que tiene á su lado para apoyarla á su celes-
( 11 )
todo cristiano , por poco instruido que esté en los primeros
principios de la religion , que son los Santos nuestros interceso-
res , y que no son ellos quienes confieren las gracias ; y que
cuando recurre á un Santo que visiblemente conoce escogido
por Dios como particular instrumento de sus misericordias ,
hace como aquellos súbditos , que presentan sus recursos y me-
moriales al ministro nombrado por el soberano para aceptarlos,
á aquel á quien el monarca ha resuelto exaltar, como con Josef
lo hizo en otro tiempo Faraon . ¿ Y qué cosa hay aquí que sea
injuriosa al soberano, ó á Dios , si se pone la confianza en aquel
que han destinado para distribuidor de sus dones ? Es en verdad
inegable que María es la despensera soberana de todas las
gracias , y que todas ellas nos vienen de sus santísimas manos
en sentir de san Bernardo . ¿ Pero y qué se sigue de aquí ? ¿ será
por eso ilegítima ó á lo menos inútil la invocacion de los demas
Santos? ¿quien no ve, que así como en nada se vulnera el honor
del primer ministro de un príncipe interponiendo entre él y
nosotros el patrocinio de personas pudientes y de su gracia ,
así tampoco nada se quita al honor de María , si para mas
interesarla á nuestro favor imploramos el patrocinio de los
Santos ? Pues bien .... ¿ Y á qué detenerse mas en rebatir unas
tan tontas objeciones , indignas de la grandeza y de la santidad
de este augusto lugar ? Callad ya, ó profanos, callad ; no querais
mas aguzar vuestra lengua sacrílega contra el Cielo , ni medir
con la débil vista y entendimiento humano los altísimos arca-
nos y los consejos inefables de la divina Bondad . Callad y
confesadlo de buena fe que no es un puro zelo de la gloria de
Dios el que os mueve á hablar ; que créeis puede granjearos
reputacion de talento , suponiendo zelos y envidias donde no
pueden existir ; y que solo sabeis mostraros afectuosos zeladores
del honor del Hijo cuando se trata de impugnar el de su Ma-
dre (20), y solo de el del Hijo y de la Madre , cuando se trata
de impugnar la exaltacion de sus siervos . El cristiano , el de-
voto , aunque sea el mas ignorante , sabe mucho mejor que
vosotros, que Omne datum optimum, et omne donum perfec-
tum desursum est , descendens á Patre luminum , y que si
(1 ) PÁGINA 5.
Algunos entre los impugnadores de este culto creen haber
dicho ya lo bastante profiriendo 9 no ser bien cierto que tuviese
el nombre de FILOMENA la Santa que llamamos con este nombre.
En hora buena , sea así ; ¿ pero y qué importa el nombre ó á la legiti-
midad del culto , ó á la abundancia de confianza que tenemos en
ella ? Tanto si se llamaba Filomena , ó Lumena , ó si se quiere mas,
Priscila , Ciriaca , ó Lucina , en la sustancia siempre será una ver-
dad , que invocando á FILOMENA tenemos la intencion de recurrir in-
dividualmente al patrocinio de aquella santa Mártir , cuya bienaven-
turada alma dió vida en otro tiempo á los miembros de aquel cuerpo,
cuyas reliquias ó imágenes veneramos como imágenes y reliquias de
santa FILOMENA ; resultando de aquí no ser vago , incierto ni dudoso
el objeto de nuestro culto , sino seguro , determinado y fijo ; porque
siempre será verdad que los huesos y cenizas que veneramos como de
santa FILOMENA deben ser para un católico, y para un hijo respetuo-
so á la autoridad de su madre la Iglesia , verdaderas reliquias de una
santa Mártir : cosa que á mas de determinar y fijar nuestro culto , le
demuestra verdaderamente justo y legítimo. Y si á ello se añade , no
poder menos de reconocerse la mano de Dios, tanto en la invencion de
estas preciosas reliquias , como en la súbita y rapidísima propagacion
de su culto, ¿ no habrá motivo para inferir, que Dios quiere manifes-
tar por ellas la largueza de su beneficencia , y así que este culto , á
mas de ser determinado y legítimo , es ademas poderoso para elevar
( 16 )
nuestra confianza al mas alto grado posible ? Por lo demas sin una
especie de temeridad no puede ponerse en duda el nombre de FILO-
MENA , despues del unánime consentimiento de tantos sabios , que han
interpretado la inscripcion de la lápida. Si la autoridad de la lápida
bastó al sumo pontífice Benedicto XIV para asegurar el nombre de
Proco al cuerpo de un santo mártir , que regaló á los Comisionados
de la iglesia metropolitana de Bolonia : Nos asserimus Proci nomen
propter marmoris sepulchralis auctoritatem ( Epist. ad Canon. Bo-
non. 20 aprilis 1745 in Append. Monum . ad Lib. III. de Festis ) , ¿ no
nos ha de bastar á nosotros , para continuar en invocar con fe á nues-
tra Santa con el nombre de FILOMENA , mayormente despues de ha-
ber aprobado la Iglesia , como verémos , con el nombre de la Santa
como su Protectora y Patrona , congregaciones , y pias hermandades,
y concedídoles muchas indulgencias ?
(2 ) PÁGINA 5.
A primera vista parece un poco extraño , que una Santa de
un mérito tan singular y distinguido , cual debe creerse santa FILO-
MENA , juzgándolo solamente por la confianza , que inspira en los
pueblos su poderoso patrocinio , haya sido desconocida y totalmente
olvidada por espacio de mas de mil cuatro cientos años , y precisa-
mente reservada á nuestro siglo XIX la invencion de sus reliquias, y
su exaltacion á los honores del culto público. Aunque á la verdad no
nos toca á nosotros el querer indagar atrevidos , el por qué , ó el mo-
tivo de las siempre adorables disposiciones de Dios, parécenos sin em-
bargo , mirando las cosas en su verdadero punto de vista , poder jus-
tamente aplicar á nuestra Santa con la debida proporcion , cuanto re-
fiere Baronio , haber sucedido en la invencion del cuerpo del proto-
mártir san Esteban, y en los prodigios obrados por su intercesion : á sa-
ber, no haber sucedido sin especial designio de la Providencia sobe .
rana , que mientras la fe es lánguida en unos y muerta en tantos otros
hayan obrado tantas y tan extraordinarias cosas las cenizas en sí des-
preciables y los frios huesos de una Mártir muerta tantos siglos ha-
ce ; como son el inclinar á la religion y piedad á los fieles , y obrar
curaciones y portentos capaces , no solo de confirmar á los vacilantes
y dudosos , sí que tambien de hacer volver á la luz de la verdad y
del Evangelio á los mismos herejes , incrédulos y ateistas aunque re-
nitentes con tal que no sean del todo obstinados. Ut plane magno
Dei consilio factum appareat , quod tepescente in nonnullis chris-
tiana fide.... Christiani unius ante quadringentos ferme annos vitâ
functi tenuis pulvis et ossa tot tantaque præstarent , ut ea sola satis
efficacia esse potuissent.... non tantum ad titubantes consolidandos,
sed et Ethnicos omnes ad Christianam Religionem reluctantes licet,
( 17 )
dummodo non obstinatos , omnino pertrahendos . ( Baron. ad ann. 415 .
n. xvII ). ¿ Es acaso nuevo este modo de hacer la guerra , adoptado
por el Áltísimo , para confundir y al mismo tiempo destrozar á sus
mas protervos enemigos ? Así como le plugo en otros tiempos triun-
far de la impiedad de Juliano el Apóstata con las Reliquias del már-
tir san Babilas , y herir de muerte como con un rayo la arrogancia
de los Arrianos, con las de los santos mártires Gervasio y Protasio, y
acabar con el paganismo y la idolatría en el Egipto , con las de san
Marcos evangelista , y las de los santos mártires Ciro y Juan , segun
refiere el mencionado Baronio en el año 415 ; así para triunfar del espí-
ritu de indiferencia y del de irreligion y de impiedad del siglo decimo
nono habrá sin duda escogido las cenizas y los huesos de santa Fı-
LOMENA : Nova hæc et planè admiranda bella elegit Dominus ad ex-
pugnandos et confundendos adversarios suos ( Baron. ibid. ). Así es,
que sobre la venerable urna , que encierra estas preciosas reliquias
podrian bien grabarse por modo de epígrafe aquellas notables pala-
bras de san Agustin : LATUIT TANTO TEMPORE CORPUS EJUS : PROCESSIT
QUANDO DEUS VOLUIT , ILLUMINAVIT TERRAS , TANTA MIRACULA fecit.
( S. August. Serm . 52. de div. )
(3) PÁGINA 5.
De esta Santa , dicen algunos , ni se saben las particularidades
de su vida , ni las actas del martirio : todo lo que sabemos no estriba
sino en revelaciones.... en simples conjeturas .... Bien , y qué te-
nemos de aquí ? Dado de valde , que así sea , aunque no concedido ,
pues que los emblemas grabados sobre la lápida nos dan sobre ella
noticias bastantess ; ¿ habrá por eso de ser menor nuestra confianza
en su patrocinio ? Era igualmente un Santo de nombre no conocido
aquel san Eugenio mártir , de quien hablan los Bollandistas al dia
29 de julio , cuyas reliquias , sacadas del cementerio de santa Ciria-
ca en el pontificado de Alejandro VII , fueron enviadas en el año 1660
al Abad de un cierto monasterio de Suiza. De él no se sabia ni el lu-
gar de su nacimiento , ni las virtudes que ejercitó , ni el dia ni gé-
nero de muerte que sufrió , y á pesar de ello , en menos de veinte
años , contábanse ya obrados por su intercesion mas de setecientos mi-
lagros , comprobados por testimonios auténticos . ¿ Quien no ve en ello
una señal manifiesta , de que por mas que desconocido supo desper-
tar la fe en los pueblos ? Con estos y otros ejemplos de igual natura-
leza , dicen los Bollandistas , pueden y deben los predicadores de la
divina palabra animar la confianza de los fieles , á acojerse á la pro-
teccion de los Santos aunque no sea conocido su nombre , advirtiendo ,
que el querer inferir, que se deba menor culto á un santo desconoci-
do en cuanto al nombre , y que haya de confiarse menos en su pa-
3
18 )
trocinio por ignorarse sus hechos , es un error plebeyo y vulgar , del
cual malamente podria echarse mano para reprobar la piedad y de-
vocion extraordinaria de los fieles con respecto á santa FILOMENA . Pon-
gamos aquí sus mismas precisas palabras : Si fervor quorumdam in-
tepescat , quia sanctum illum ignotum esse intelligant , concionatorum
est plebejo isti errori occurrere , et auditores suos ad veram solidam-
que sacrarum reliquiarum venerationem hortari. Exemplo esse potest
S. Eugenius... cujus invocatione plusquam septingenta miracula
contigerunt , ut supra num. 20 retulimus. ( Act. Sanct. Tom. 7.
mens. Jul. pág. 31. ad diem 29. )·
(4) PÁGINA 5.
Hace aquí alusion á los muy esclarecidos oradores sagrados , el
M. R. D. Andres Grassa y el M. R. D. José Oggeri , quienes con
una brillante oracion panegírica , celebraron las alabanzas de la San-
ta en los dos primeros dias del tríduo.
(5) página 6.
Hablando con ingenuidad , es verdaderamente ridículo , por no
decir injusto , el efugio de algunos que ya en esta , ya en aquella otra
ciudad van diciendo : buenamente no podemos aun contar en nuestra
ciudad un hecho realmente prodigioso ni una curacion milagrosa au-
tenticada verdaderamente , que pueda atribuirse á santa FILOMENA...
Como ! ¿ No sois vosotros , los que andais propalando por todas par-
tes , que cuando se trata de milagros , no se ha de creer nada ; y si se
oye hablar de algun suceso , que presente algo de prodigioso , con-
viene mucho guardar silencio sobre él sin hablar palabra , ni como
de un milagro cierto , cosa que importa mucho observar hasta que
sea comprobado tal , ni tampoco como de un hecho histórico que po-
dria contarse indiferentemente , como se cuentan tantos otros sucesos,
que es dado á cada uno creer ó dejar de creer , á proporcion de su
mayor o menor probabilidad y certeza ? ¿ no sois vosotros quienes
con sarcasmos , con calumnias y con amenazas que llenan de miedo,
sufocais las voces de la piedad y de la gratitud obligándolas al si-
lencio , y os esforzais en disuadirlo á todo el mundo , aun á aquellos
hombres que estan en la íntima conviccion de haber alcanzado algun
favor de la Santa? ¿ y nos vendréis despues á decir con tanta frescu-
ra , no contarse aun ninguna curacion prodigiosa legitimamente ates-
tiguada ? Procediesen á lo menos de buena fe , decia S. Ambrosio , los
que se resisten á confesar los milagros , haciendo de su parte cuanto
es menester para averiguar la verdad del hecho ; y decíalo contra
los Arrianos que negaban á pesar de ser cierto , notorio y evidentísi-
mo el hecho , el beneficio que acababa de recibir un ciego , que babia
recobrado la vista con haber tocado la orla del vestido de los santos
( 19 )
mártires Gervasio y Protasio , cuyas reliquias acababan entonces de
hallarse: Isti beneficium negant , qui factum negare non possunt. Mas
perversos aun que los judíos , dice el Santo , los cuales no pudiendo
negar , que el ciego de nacimiento viese entonces , preguntaban á lo
menos á sus padres , si siempre lo habia sido ; y mas obstinados y
pertinaces que ellos lo preguntan á escondidas , y lo niegan con des-
caro , acreditándose así de incrédulos , no con respecto á las obras,
que no pueden menos de reconocer evidentes , sinó con respecto al
autor , á quien no les acomoda confesar : Detestabilior istorum quam
Judæorum pertinacia ; illi cum dubitarent vel parentes interrogabant.
Isti occulte interrogant , palam negant , jam non operi increduli
sed auctori; resultando de ello , que cegados algunos por su malicia
han llegado á tal extremo de locura , que mientras los mismos demo-
nios confiesan el poder de estos mártires , ponen ellos en cuestion su
santidad , y mientras por todas partes se oyen las voces de los que
han sido curados , y que dan irrefragable testimonio de su proteccion,
se atreven a decir con desvergüenza , no serán estas reliquias de ver-
daderos mártires , ni podrán por lo mismo obrar semejantes porten-
tos : In tantum amentia prodeunt , ut negent Martyrum merita, quo-
rum opera etiam dæmones confitentur.... Ariani dicunt ; non sunt
isti Martyres , nec torquere diabolum possunt , nec aliquem liberare,
cum tormenta dæmonum ipsorum voce probentur , et beneficia Marty-
rum remediis sanatorum , et absolutorum indiciis declarentur. ( S.
Ambr. Oper. Edit. Maur. Paris. 1690. Epist. clas . 1. Ep. 22. ad So-
ror. ) No es pues una cosa nueva en la Iglesia , el ver negada con
descaro la santidad de aquellos mártires, cuyos prodigios no se quie-
ren confesar ; ni lo es tampoco el poner dudas sobre la legitimidad
de un culto , que Dios mismo autoriza , é ilustra con el esplendor de
los portentos. Ha llegado á tanto algunas veces la malignidad y la
perfidia , hasta intentar negar la existencia de un hecho , cuando no
ha podido de ningun modo negar su evidencia. Así sucedió con el
cuerpo de S. Olao Rey de Noruega , si damos crédito á los Bollan-
distas , que refieren el hecho apoyados en la autoridad del hereje Un-
dalino. Se conservaba el cuerpo de aquel milagrosamente incorrupto,
despues de quinientos años , en el sepulcro que tenia en la catedral
de Drontheim , dando solemne testimonio de la fe católica contra los
Luteranos , que se habian apartado de ella y llenándolos de confu-
sion. Mal de su grado ni podian , ni sabian como evadirse de la evi-
dencia del hecho. ¿ Pero qué , confesaron por esto el milagro ? De
ningun modo. ¿ Le negaron acaso ? No podian. ¡ Pues qué hicieron ?
He aquí como terminaron todas las cuestiones , que fué escondiendo
el cuerpo bajo de tierra. Leyendo esto , concluye el Bollandista , no
( 20 )
pude menos de acordarme de aquel pasaje del evangelista S. Juan
en el cap. 12 en que cuenta ; que los príncipes de los sacerdotes toma-
ron la resolucion de matar á Lázaro , porque , por causa de él , mu-
chos de los judíos creian en Jesucristo . Act. Sanct. 29. Jul . Este mo-
do de negar los milagros sino es el mas justo y convincente , es á lo
menos el mas expedito y desembarazado.
(6) PÁGINA 6.
Con visos de verdad , dirá quizá alguno , que en este asunto
nada hay de especial ni de característico para el culto de nuestra
Santa ; pues que del culto de cualquier Santo se podrá tambien decir
que es glorioso á Dios por la fe que aviva en los pueblos , y útil á
los mismos por las gracias que de Dios les alcanza. Dejando por
ahora aparte , que la sola diferencia del mas al menos , diferencia
suficientemente indicada con el adverbio de cualidad sumamente ,
podria en algun modo caracterizarle ; háse de reflexionar aquí que
por punto general se niega cabalmente al culto de santa FILOMENA
lo que con facilidad se concede al culto de cualquier otro Santo ; y si
mas se quiere añadir , puede decirse con el conde O' Mahony que en
el dia de hoy es necesario demostrar las cosas mas claras y eviden-
tes , por ser tal la condicion de nuestro siglo de luces , y hasta em-
plearse largos y graves discursos para dar á entender que la peste
es una enfermedad , que el veneno mata , y que los impíos no aman
á Dios ( Souven. Polit. Avignon 1831 ),
(7) PÁGINA 6.
En lugar de reconocer á Dios como autor de una devocion,
en la propagacion de la cual es imposible dejar de reconocer
su poderosa mano ( vid. la nota 12 ) , por punto general es mi-
rada esta como efecto de fanatismo. Los mas juiciosos entre los
impugnadores del nuevo culto acostumbran decir " que ellos en
verdad le aprueban , y que solo los enfada el fanatismo , con
que se propaga. ¿ Y conocerán ellos toda la fuerza de esta pala-
bra fanatismo ? ¿ ya saben verdaderamente lo que dicen cuando la
pronuncian con tanta facilidad , y la aplican tan sin reflexion ? Si fa-
natismo es lo mismo que ilusion , locura , furor ó bien , como en
sentido mas propio lo explica el Diccionario de la Crusca , un entu-
siasmo excesivo y supersticioso de religion ¿ podrá con justicia apli-
carse al ejercicio de un culto legítimo , aprobado por la Iglesia , y
que Dios mismo visiblemente ha promovido ? Así pues , si asegu-
rando vosotros , ó contando á algunos , que en esta ó en aquella otra
ciudad se ha establecido el culto y devocion de la Santa , luego él os
responde ser así verdad, pero que no se ha visto allí tanto fanatisma;
¿ que otra cosa será el sentido de estas palabras en su boca sino que
( 24 )
allí hay menos concurso de devotos en torno del altar de la Santa ,
menos frecuencia de tríduos y públicas novenas , menos particulares
obsequios y menos actos de veneración , menos abundancia de tabli-
llas de votos y ofrendas y menos aparato de lámparas y velas encen-
didas delante su venerada imágen ? Mas todo esto será señal de haber
allí menos piedad , menos devocion , menos fervor, y menos confian-
za en el valimiento de la Santa ; pero jamas que haya allí menos fa-
natismo. Las prácticas del culto cristiano solo serán fanatismo para
los verdaderos fanáticos.
(8) PÁGINA 7.
¿ Puede Dios hacer milagros ? Una tal cuestion tratada con se-
riedad , sino fuese absurda , á lo menos seria impía ; y al que negati-
vamente la resolviese , como seria hacerle sobrado honor el castigarle
bastaria meterle en la cárcel ( Rousseau Cart. de la montaña pág .
104. Paris 1793 ) . Pocos son ciertamente en nuestros dias , los que se
atrevan á sostener con seriedad , que Dios no pueda hacer milagros,
y de consiguiente á quienes convenga la reclusion propuesta por
Rousseau . No faltan sin embargo , quienes concediendo á Dios in
abstracto el poder de hacerlos , se lo niegan in concreto , no admi-
tiendo en él esta voluntad de hacerlos á lo menos por los tiempos pre-
sentes ; siguiéndose de aquí el oirse á cada paso y con tono de firme-
za y seguridad : haber ya pasado el tiempo de los milagros ; y el no
haberlos en nuestros dias. Así hablan , y lo peor que los tales pien-
san fundarse en las doctrinas de los mas célebres entre los Padres an-
tiguos. Nos apoyamos , dicen, en la autoridad del P. S. Agustin, quien
escribiendo á Honorato en el Libro : de Utilitate credendi , le da la
razon de no verse ahora los milagros de los tiempos de los Apóstoles ,
diciendo haber Dios cesado de hacerlos , porque la frecuencia habria
dejado de hacer impresion. Nos apoyamos en la de S. Juan Grisósto-
mo y en la de S. Gregorio el Grande , de los cuales el primero en la
( Exposit. in Ps. 142. Tom . V. oper. Edit. Maur. ) dice , que hallán-
dose en sus dias extendida por todo el mundo la fe católica , no ha-
bia necesidad de ellos , por cuanto el hecho mismo de su propagacion
hablaba con bastante claridad , y mostraba evidentemente el concurso
del omnipotente brazo de Dios : y el segundo en ( la Homil. xxix. n.
4. L. 11. in Evang.) afirma que portándose Dios á la manera de un
sabio hortelano que riega las plantas tiernas hasta tanto que hayan
prendido en la tierra , diligencia que deja de practicar tan luego co-
mo hayan echado raíces , así la Iglesia tierna en sus primeros años
tenia necesidad de milagros, cosa que ahora no ; mayormente estando
escrito , que las lenguas son puestas para señales no de los creyentes
sino de los infieles. ¿ Con qué apoyados en la autoridad de esos gran-
( 22 )
des hombres os valeis de sus argumentos para venir á persuadirnos,
que en nuestros dias no hay , ni puede haber verdaderos milagros ?
Como es que S. Gregorio en el lugar donde afirma , que la religion
no necesita ahora del esplendor de ellos sino del de las obras buenas
añade , que cuando la oportunidad lo exige abundan ellos tambien en
medio de la Iglesia ? Nam postquam superbiam infidelitatis edomuit,
non jam virtutum signa , sed sola merita operum exigit , quamvis et
illa per multos eum opportunitas exigit , ostendat ( Moral. Lib. 27.
in Cap. xxxvII. b. Job. núm . 36. ) : y así, que eran tantos en su tiem-
po los obrados por Dios , que queriendo como dar razon de ellos los
Padres Maurinos en el prefacio del libro de los Dialogos, dicen no ser
extraño haber sido obrados muchos y muy ruidosos á fines del siglo
quinto , y en casi todo el sexto , porque estaba entonces casi toda la
tierra miserablemente envuelta ó en las tinieblas de la idolatría ,
en la densa oscuridad del error : Minime obstupescendum labente
quinto seculo , et fere toto sexto decurrente tot tantaque á Deo pro-
curata fuisse miracula . Nimirum totus pene tunc orbis aut in idolola-
tria tenebris , aut in densa nefandarum hæresum caligine misere ja-
cebat. ¿Como es que S. Crisostomo , mientras explica aquellas pala-
bras ( Exposit. in Psal. ex. Tom. v. ) memoriam fecit mirabilium suo-
rum , dijo , que jamas cesó el Dios altísimo de obrarlos , y que mu-
chos los habia en su tiempo privados y públicos, tanto entre el silen-
cio de las paredes domésticas , como en el estrepitoso bullicio de las
populosas ciudades ? Hoc enim est memoriamfecit : non cessavit, non
destitit per omnem generationem facere miracula : multa autem in
diem hodiernam usque videri possunt , et privatim et publice , et in
domo , et in civitatibus : Y que ellos eran tan frecuentes y multipli-
cados , hasta poderlos llamar quotidianos, como lo hizo en el Sermon
de S. Babilas contra Julian. et Gentil. núm. 11 ? Ita provisum esse
fidem facere possunt miracula quæ á Sanctis quotidie Martyribus
eduntur. ¿Como es , que S. Agustin (Retr. lib. 1. c. 14. n. 5. ) expli-
cando el lugar arriba citado del libro de utilitate credendi , añade
haber dicho aquello , no porque no tengan lugar en el dia de hoy
los milagros , sino porque no son tan estrepitosos y frecuentes ? Hac
autem dixi quia non tanta nec omnia modo , non quia nulla fiant
etiam modo. ¿ Como es , que en el capítulo precedente afirmase, que
aun ' entonces eran tantos , que ni era posible conocerlos todos , ni en
la suposicion de serlo , se podian reducir á guarismo ? Qualia tam
multa etiam istis temporibus fiunt , ut nec omnia cognoscere , nec ea
quæ cognoverimus enumerare possimus : ¿ Como es , que de solos los
obrados en pocos años en Hipona y en Calama por la intercesion del
protomártir S. Estéban escriba de ellos , en el libro de Civitate Dei
( 23 )
lib. 22. c. 8. ser suficientes para llenar muchos grandes volúmenes ?
Si enim miracula sanitatum , ut alia taceam , modo velim scribere,
quæ per hunc Martyrem facta sunt in Colonia Calamensi , multi
conficiendi sunt libri. Concluyamos pues , que cuando parece.conve
nian los Padres en que no se hacian ahora milagros , hablaban espe-
culativamente , haciendo abstraccion del hecho , ó como suele decirse,
dándolo de barato pero no concediéndolo , para rebatir la malignidad
de aquellos miserables , que no viendo , ó no queriendo creer como
sucede con los de nuestros dias , los prodigios por mas que ruidosos,
y muy brillantes , que sucedian en aquella sazon , querian temera-
riamente inferir no ser tampoco verdaderos los que se leen en las
santas Escrituras. En este sentido hablaban ellos , atendienda á su
menor frecuencia , comparada con el número verdaderamente inume-
rable de los obrados en los tiempos de los Apóstoles. Y habrá ver¬
güenza para alegar despues la autoridad de tales Padres , para defen
der la máxima de que la Iglesia no tiene jamas necesidade de mila-
é inferir despues bien ó mal la consecuencia , que son todos
falsos cuantos se cuentan sucedidos en nuestros dias ? No seria
mejor el inferir , que así como entonces , por mas que difundida y.
establecida la Iglesia , así Dios al presente puede dranifestar su om-
nipotencia con la operacion de ellos ? 20.0 20
Por lo demas , á qué viene ese empeño de querer desterrar abso
lutamente en nuestros dias los milagros del mundo , si segun la res
petable autoridad de Benedicto XIV (de Canon. Sanct ! Lib. 1.c. 28.
n. 14.) apoyado en la doctrina de santo Tomas, y si segun el comun
sentir de los teólogos , como dice el mismo Pontífice (ibid. L.1. c. 13.
n. 9.) nunca debe faltar en la Iglesia católica el don de ellos , y es
otra de sus notas y caractéres el que los haya en ella , aun en el dia
verdaderos , sin que haya pasado algun siglo, en el que no se hayan
solemnemente aprobado algunos como tales : Quamobrem theologi
agentes de notis Ecclesia catholicæ , hanc etiam notam recensent,
quod in ea sint vera miracula , et quod in nostra Catholica Ecclesia
Romana omni sæculo miracula approbantur ? Mas si alguno se qui-
siese obstinar aun , reputando como practicamente imposibles los mi-
lagros por las palabras del Apóstol : Linguæ datæ non sunt fidelibus,
sed infidelibus, que se tome la pena de examinar de buena fe cuantos
los hay en nuestros dias entre los católicos , cuya fe está vacilando, y
concluya si serán entre nosotros inútiles ó inoportunos los milagros :?
¿Y qué? cuando una gran parte de la juventud de nuestros dias se
deja arrebatar desgraciadamente del torrente de incredulidad , aun,
acerca de las verdades mas augustas é inconcusas ; cuando es despre-
ciada la venerable autoridad de la Iglesia , y no se quiere reconocer
( 24 )
en ella la herencia del espíritu y de las promesas del divino Salvador;
cuando la duda inficiona las clases aun las mas ignorantes , y las mas
infimas ; cuando es una cosa harto comun encontrar entre los sencillos
habitantes de nuestras aldeas y cortijos , quien moteje la divinidad de
la fe , quien se burle de la religion y sus ministros , quien niegue la
necesidad de las prácticas del culto , quien ponga en duda la existen-
cia del infierno , ¿ se dirá que la Iglesia no tiene ahora necesidad de
milagros , porque Lingue date non sunt fidelibus , sed infidelibus?
(9) PÁGINA 7.
Podria francamente asegurarse , sin temor de ser desmentido
que en ningun género de ciencias , exceptuadas solas las naturales,
haya realmente progresado nuestro siglo : pero suponiendo , sin por
eso concederlo , que realmente abunde de hombres doctos y verdade-
ramente profundos , quien podrá menos de exclamar con san Agus-
tin citado por Turchi ( Serm. 2. sobre los espíritus fuertes) ,, ¡ No es
,, una cosa que ཇ། causa lástima ver hombres insignes en matemáticas,
99 en física , en jurisprudencia , en historia , exactos y profundos sabios
,, en política que apenas se ponen á hablar de Religion son ya otros
22 hombres , enteramente diferentes de sí mismos , faltados al parecer
99 de razon y de buen sentido desde aquel momento ; para quienes
,, las objeciones mas frívolas con tal que ataquen la Religion son en
99 su juicio indisolubles , sin admitir respuesta , y las pruebas mas
"" misérables , mientras que sean en favor de la incredulidad argu-
99 mentos concluyentes y sin replica ! "
(10) PÁGINA 8.
La imágen de santa FILOMENA , cuidándolo piadosos bienhecho-
res , fué expuesta por primera vez el 17 de agosto del año pasado
1834 en la iglesia de los RR. PP. Jesuitas , esto es en la iglesia de
S. Ambrosio. Aun no han pasado ocho meses cuando ya publicamente
se invoca en aquel templo el nombre de la Santa , ya se cuentan en
torno de su altar , como otros tantos adornos mas de mil doscientos
votos de plata , sin contar otros tantos de oro y de piedras preciosas,
señales evidentes de la devocion de los fieles, y de las gracias de que
se creen deudores á su benéfica Protectora. Nuestra ciudad , si bien
que precedida en el culto por otras de las mas insignes de toda Ita-
lia , manifiesta no querer ser lasúltima en las sinceras demostraciones
del mas fervoroso amor á la Santa , y de la mas ilustrada confianza
en su proteccion ; y mientras oimos con gusto que el nuevo culto se
halla establecido en todas las ciudades y poblaciones principales de
nuestras costas , vemos dentro de nuestros muros , que agitados los
devotos de una santa emulación compiten á porfía en procurar intro-
ducirle en casi todas las iglesias mas frecuentadas é insignes.
( 25 )
(11) PÁGINA 8.
No es una cosa rara entre los católicos el reirse y mofar como
una cosa nueva é indebida la piadosa costumbre de colgar votos y
tablas en torno de las imágenes y altares de los Santos , como prue-
bas de las gracias alcanzadas por su intercesion . Con harta frecuencia
es imitada en cuanto á este particular la conducta de los herejes , en
especial del mordaz Erasmo de Roterdam, hombre que, como sabia-
mente advierte Muratori ( Anecd . Tom. 1. Diss. 18. ) hacia gala de
una erudicion vasta , pero muy poco sana en materias de religion .
Pero dígase lo que se quiera , esta costumbre es antiquísima en la
Iglesia , y bastarian para demostrarla hasta la evidencia los versos de
S. Paulino. Mas otro testimonio mas claro le tenemos en Eusebio
Cesariense el cual ( Lib. 13. Præp. Evang. c. 7. ) despues de haber
demostrado , que nosotros honramos á los Santos , como á modelo
de verdadera piedad , y como amigos de Dios , añade : Y por eso vi-
sitamos con frecuencia sus sepulcros , y acostumbramos colgar votos
al rededor de ellos , Unde tumulos eorum frequentare , et circum eos-
dem vota illis nuncupare solemus. No era mirada entonces esta costum-
bre como se la quiere mirar por tantos en el dia , como efecto de ilu-
sion y de piadosa credulidad , sino generalmente como pruebas sen-
sibles , y como demostraciones de las gracias , que los pueblos alcan-
zaban todos los dias por la intercesion de los Santos , señaladamente
por la de los mártires. Así decia Teodoreto Serm . 8. de Mart. ad
Græcos citado por Lambertini de Canon . Sanct . Lib. 2. c. 11. n. II .
,,Que aquellos que ruegan con fe y devocion á los santos Mártires ,
29 alcancen lo que piden , y que vean coronadas sus plegarias de los
99 mas felices resultados , evidentemente lo demuestran las votivas
ووtablillas de oro y de plata que representan esta un pie, aquella una
,, mano , estotra unos ojos , otras , otras figuras, las cuales cuelgan en
torno de sus venerables altares como testimonios perennes de haber
ووalcanzado los favores que pedian ." Quod vero votorum compotes
fiant , qui fideliter petunt , testantur illorum donaria curationem tes-
tantia . Alii enim oculorum, alii pedum , alii manuum simulacra sus-
pendunt ex argento aurove contexta ... Hæc autem morborum depul-
sionem indicant , cui testandæ ab iis posita sunt qui sanitatem rece-
perunt. Aprendamos pues á conocer los monumentos de la antigüedad,
antes de citarla fuera de proposito , para condenar las prácticas de
nuestros dias ( vid . Murat. Loc. sup. cit. ) .
( 12) PÁGINA 9.
Es tambien la novedad de la introduccion de este culto un bello
pretexto para apartar de él á los fieles . ¿ No tenemos acaso bastantes
Santos viejos de nombre muy conocido , sin tener necesidad de buscar
4
( 26 )
Santos nuevos ? ¿ Pero , y es posible que salte de los labios de un ca-
tólico una proposicion mas impertinente ó temeraria , por no decir,
mas tonta é insulsa ? ¡ Santos nuevos ! ¡ Como si por haber sido pro-
puestos de poco tiempo á nuestro culto , tuviesen menos derecho que
los otros ó á nuestra veneracion , ó á nuestra confianza !; Santos nue
vos ! ¡ Como si en sus meritos hubiese una diferencia independiente de
las obras , por las cuales los Santos de nuevo propuestos á nuestro
culto ó pudiesen ó valiesen menos en favor nuestro , que los Santos
cuyo culto es mas antiguo ! ¡ Santos nuevos ! Como si en el cielo hu-
biese las diferencias , que hay aqui en la tierra , en donde el último
agregado á alguna corporacion , el último inscrito en una sociedad, y
el último enganchado en la milicia merece menos consideracion que
el primero !
¿ Y no es esto acusar de novedad á la Iglesia ? ¿ tanto si los San-
tos son nuevos como viejos , para ser venerados como á tales no los
ha de proponer la Iglesia ? ¿ y no es acusar de novedad tambien al
mismo Dios , el cual ha sabiamente dispuesto , que fuese reservado.
para nuestro siglo el hallazgo de aquellas preciosas reliquias ? y á
pesar de ello oirse á cada paso repetir hasta causar hastío : ¿á que acu-
dir tanto gentío y con tanto entusiasmo á una Santa nueva ? quereis
saber el por qué ? porque tal es la voluntad de Dios, y si pedís des-
pues la razon de ello , os responderémos , que sino sabeis entender el
lenguaje de los hechos , es imposible que os convenza la razon , que
quien en la propagacion del culto de santa FILOMENA no descubre la
mano de Dios , ó es ciego que no puede ver la luz , ó es maligno,
porque viéndola cierra á ella voluntariamente los ojos. Viene aquí
muy al caso el referir las sabias y bien ponderadas palabras de uno
de los mas enérgicos y juiciosos escritores que honran hoy dia la Ita-
lia. ,, De santa FILOMENA nadie sabia nada , ni pensaba en ella , y en
ووel curso de pocos años no hay ya region cristiana en la que no re-
,, suene su nombre , ni ciudad ni feligresía donde no haya altares ó
"" estatuas levantadas en honor suyo , ni casas ni esquinas en don-
29 de no se vean , y sean veneradas sus imágenes , ni alma atribulada
,, que no acuda á su patrocinio , esperando de ella el alivio y el con-
,, suelo. Está pues aquí la mano de Dios , Digitus Dei est hic. ¿ Y
,, quien puede dudar que sea una obra de la mano de Dios el levan-
tamiento instantáneo de tanta devocion y de tanta fe en estos tiem-
,, pos en que la incredulidad llega al colmo de sus triunfos , en que
,, la cruz es un escándalo , y en que los pocos que han quedado fieles
,, en el cristianismo apenas se atreven á doblar la rodilla ante el SS.
Sacramento, por no exponerse á los insultos y befas del populacho
,, impío ? Estas obras pues que nosotros vemos y que tocamos con
( 27 )
99 las manos , no las hace la divina Omnipotencia para apoyar errores
ni ilusiones ni el fanatismo de los pueblos , sino que nos afianzan
"" en la certidumbre de no ser mentiras ni engaños los emblemas de
99 la lápida , de haber sido preciosos á los ojos de Dios la vida y la
,, muerte de esta Mujer , y que la divina Omnipotencia se complace
99 en glorificarla con multitud de prodigios." Con qué al caso y en este
supuesto, ¿ se nos tachará de novadores porque practicamos un nuevo
culto , porque honramos una Santa nueva ? En buena hora que se nos
tache de tales , y si es lícito hablar así , nosotros de buena gana pa-
sarémos por amantes de la novedad , y nos tendrémos por novadores
con las almas fervientes y pias , con la Iglesia católica , y con el mis-
mo Dios.
(13 ) PÁGINA 10.
¿Y quien nos lo asegura , van diciendo algunos , que las reli-
quias que veneramos , sean verdaderamente de los Santos que hon-
ramos ? quien nos lo asegura ? La Iglesia misma ... que las propone
á sus hijos. La Iglesia pone el cuidado mas escrupuloso , no perdo-
nando medio alguno para asegurarnos de la identidad ; ¿ y serémos
nosotros mas diligentes , mas remirados y advertidos que la Iglesia
de Jesucristo? Querrá tal vez Dios imputarnos á delito el haber sido
obedientes á la Iglesia católica ? ( Así Turchi en la homilia sobre el
culto de las reliquias de los Santos predicada en el dia de todos ellos
en el año 1791. )
(14) PÁGINA 10.
Con harta frecuencia se blasfema de santa FILOMENA y de su cul-
to , porque ni una ni otro se dice , ser conocidos : Quæcumque igno-
rant blasphemant. ¿ Nada se sabe ? ¿ y porqué no se cuida de saber el
hallazgo de sus preciosos huesos , la consignacion que de ellos hizo la
Iglesia paraque fuesen expuestos á la veneracion pública, la propa-
gacion rapidísima del culto mismo , los favores extraordinarios dis-
pensados por Dios por su intercesion , aprecio en que es tenida esta
devocion por los obispos , por los cardenales y por los pontífices ; las
indulgencias concedidas por el Papa para la celebracion de su fiesta
á las pias uniones ó congregaciones erigidas para promover este nue-
vo culto? (Véase la nota 18. ) Y por qué no se lee, ó la Relacion histórica
de D. Francisco de Lucia , ó el compendio de Memorias , en todas
líneas apreciables del muy esclarecido P. Estanislao Gatteschi de las
Escuelas pias ( que por su poco volúmen cuesta bien poco ) ? Enton-
ces no se hablará , ni decidirá tan á bulto , ni sin conocimiento de
causa : Quæcumque ignorant blasphemant. Oigamos de otro libro de
Memorias de santa FILOMENA impreso en Leon y en Paris (en la ofi-
cina de Rusand 1834) , sacado de las obras impresas en Italia con
( 28 )
las licencias de la autoridad competente ; oigamos el juicio que for-
man de este nuevo culto aquellos que estan y deben estar de él me-
jor informados , aquellos á quien el Espíritu Santo posuit Episcopos
regere Ecclesiam Dei : 99 El nombre de santa FILOMENA resuena con
,, gloria por todas partes, y su devocion gana todos los corazones; obis-
pos , arzobispos , príncipes de la Iglesia, adultos é infantillos, todos
,, se apresuran á rendirle sus obsequios , hasta los mismos herejes é
,, impíos , á quienes abren los ojos las obras de la Taumaturga. Yo
,, he oído á obispos que exclamaban : bendito sea el Señor que así vi-
99 vifica por medio de santa FILOMENA. Desde que por suma ventura
99 se la honra publicamente en nuestra diócesis , se han visto perso-
,, nas , que no creian ni en la creacion buscar humildemente una imá-
,, gen de la Santa, y al llegar á poseerla dar tales pruebas de alegría
,, con las demostraciones de su fe , como si hubiesen hallado un teso-
,, ro. ¡ Qué admirable misericordia no despliega el Señor en esta Santa
99 tan amable !" Monseñor Pedro Tobia obispo de Lausana y Ginebra
al conceder su permiso para la impresion y circulacion del mencio-
nado libro en su diócesis con fecha 14 de julio de 1834 : ,, Créemos,
"" añade , á ejemplo de un gran número de obispos hermanos nuestros ,
99 secundar los designios de la divina Providencia recomendando á
,, nuestros diocesanos la devocion á la santa taumaturga FILOMENA
,, vírgen y mártir , bien persuadidos que producirá en nuestra dió-
99 cesis como en todas las otras abundantes frutos de santidad .” He
aquí como hablan los obispos de esta gran Santa y de su devocion.
(15) PÁGINA 10.
En el mes de enero de 1833 fué introducido en la iglesia de
santa Marta vecina al colegio romano el culto público de santa FILO-
MENA , procurándolo el señor conde Alejandro Orsini , quien á sus
expensas hizo pintar un cuadro para regalarle á aquel venerable mo-
nasterio. ,, Y aquí data el tiempo de esta Metrópoli del mundo cató-
,,lico ( léese en el compendio histórico de los singulares y mas me-
morables prodigios obrados por Dios para glorificar á santa FILOME-
NA , impreso en Placencia en el año 1834 , que compiló un célebre
Profesor de aquel Seminario y aprobó su Ilmo. Prelado promotor
zelosísimo de la devocion de nuestra Santa ) , en que la devocion á
99 santa FILOMENA subió al mas alto grado entre el pueblo , si se atien-
99 de al singular empeño que han manifestado no solo los cardenales
,,y prelados , sí que tambien los mismos pontífices. Y sin hacer me-
,, moria de los demas , solo dirémos del reinante sumo pontífice Gre-
99 gorio XVI , que en el año pasado se dignó por sí mismo bendecir
,,un hermosísimo cuadro de la Santa, el cual poco despues fué expuesto
,, á la pública veneracion de los fieles ; y que en el corriente , permi-
( 29 )
, tiéndolo su Santidad , fueron destinadas las iglesias de santa María
99 de la Paz , de santa María de la Victoria y de santa Marta , para-
,, que en ellas fuese honrada con un culto especial la vírgen y már-
99 tir santa FILOMENA. Y á mas de esto , es preciso confesar que aque-
99 llas tres iglesias , por mas que muy capaces , no bastaban paraque
quedase satisfecha la devocion del fervorosísimo pueblo , que á
99 tropel concurria allí todos los dias."
(16) PÁGINA 10.
Cuenta el P. Estanislao Gatteschi en sus Memorias cap . xxv.
como se formó en Mugnano y en sus alrededores una especie de nue-
vo instituto de virtuosas vírgenes , las cuales sin obligarse con votos
solemnes , y sin vivir en comunidad tomaron el nombre de monjitas
de santa FILOMENA : instituto , continua el P. Gatteschi , que en la
tierra ha recibido ya sus debidas alabanzas , porque al presentársele
á Leon XII la relacion histórica de D. Francisco de Lucia , y hacér-
sele observar la lámina puesta antes de la Apología de la Virginidad,
en la que se veian figuradas las doncellitas de santa FILOMENA, excla-
mó : Este es el mayor de los milagros obrados por esta grande Santa.
Pues qué ! Es pequeña cosa salir estas almas puras á hollar publica-
mente al mundo y á la carne en un siglo universalmente corrompido,
y en un reino , que hace poco ha estado expuesto á cambiar de re-
ligion ? En cuanto á mí las bendigo á todas. (De Poveda p. 119).
(17) PÁGINA 10.
Véase la nota 15 puesta arriba.
(18) PÁGINA 10.
Muchas son las indulgencias plenarias concedidas por el actual
sumo pontífice Gregorio XVI á los que celebren la fiesta de santa
FILOMENA ; aquí solamente referiré aquellas que me constan positiva-
mente. Por un rescrito Ex audientia SSmi. 1 de 5 de julio de 1834,
existente en el archivo de la secretaría de indulgencias , fué concedi-
da á las monjas Barberinas carmelitas de Roma indulgencia plenaria
&c. para la fiesta de santa FILOMENA, que habia de celebrarse dentro
de su monasterio. Asímismo con breve dirigido á los carmelitas des-
calzos de la Victoria en Roma , fué concedida por espacio de 7 años
indulgencia plenaria con motivo de la fiesta de santa FILOMENA. Pero
las mas numerosas y mas dignas de consideracion son las indulgen-
cias concedidas por el mismo reinante sumo Pontífice á la Congrega-
cion de santa FILOMENA, instituida en el año pasado en Florencia con
el título de Pia Union erigida en la Iglesia parroquial de S. Miguel
Visdomini bajo la proteccion de la vírgen y mártir santa FILOMENA.
Esta Congregacion , que como dice el P. Gatteschi en el cap. xxvII.
de las Memorias , en un momento se aumentó de modo que pocos
( 30 )
ejemplares se hallarán en el particular , viéndose casi de repente
adornada con los nombres de personas las mas esclarecidas por todos
títulos , y contando en pocos meses mas de tres mil quinientos con-
gregantes , no tiene otro objeto que honrar de un modo singular á su
amable Protectora. Así se lee en el libro impreso en Florencia para
la ereccion de la Compañia. ,, Algunas personas piadosas , dice , des-
,, pues de haber impetrado el permiso para colocar su sagrada Imá-
,, gen en la iglesia prioral de S. Miguel Visdomini , han ademas so-
licitado y alcanzado , para perpetuar el culto en la misma, el poder
,, erigir una sociedad espiritual , cuyo cargo sea el conservar la ve
99 neracion de dicha Santa , obligándose á mantener á sus costas una
lámpara que arda siempre delante su Imágen , y á celebrar todos
,, los años su solemne fiesta en la segunda dominica despues de Pas-
„, cua , con aquella pompa y brillantez que permitan las oblaciones
,, que para tal objeto hayan hecho los congregantes." Y esta es ca-
balmente la Congregacion , á la que el actual sumo Pontífice con un
breve de 24 de marzo de 1834 concedió Indulgencia plenaria , 1.º en
la segunda dominica despues de Pascua , dia señalado para la solem-
ne fiesta de santa FILOMENA , titular de dicha pia Union. 2.º En el
dia de la entrada ó admision de los cofrades en la misma pia Union,
con tal que confesados y comulgados en dichos dias visitaren la so-
bredicha Iglesia , y rogaren allí segun la intencion del sumo Pontífi-
ce. 3. En el artículo de la muerte &c. Despues Indulgencia de siete
años y siete cuarentenas en los dias de la Inmaculada Concepcion,
Purificacion , Asuncion , y Natividad de María , é Indulgencia de
sesenta dias todas las veces que los hermanos y hermanas de dicha
sociedad visitaren el altar de dicha Iglesia de S. Miguel Visdomini
en que estará colocada la Imágen de la Santa , y la honraren con
cualquiera novena, ó tríduo aunque sea privado, o hicieren cualquier
otro obsequio en honor de la misma, y por todas las obras de piedad
cristiana ó de misericordia , que practicaren á lo menos contritos de
corazon en todo el discurso de su vida. Con otro rescrito tambien del
mismo dia , se dignó conceder la gracia de altar privilegiado por to-
das las misas que se hicieren celebrar en cualquier altar ; por sufra-
gio de los difuntos hermanos y hermanas de dicha pia Union , todo
como está en el citado librito impreso en Florencia & c.
(19) PÁGINA 10.
Óyense á cada paso amargas quejas sobre el modo , con que los
devotos de santa FILOMENA generalmente la honran en todos los lu-
gares en que está introducido su culto , modo que se quisiera hacer
pasar por indebido y supersticioso. Oh! y como son tachadas de abu-
se, como hijas de una ciega ignorancia , y de una vulgar credulidad
31 )
ó como supersticiones abominables , que quisieran verse ó enmenda-
das ó abolidas , aquellas tablas votivas , que cuelgan en gran número
al rededor de sus altares, ( véase la nota 11 ) ; flores con que son ador-
nados los mismos , y tomadas despues con respeto y devocion por los
fieles , como si tuviesen virtud para curarlos de sus enfermedades ;
aquel aceite que arde continuamente en sus lámparas , y con el que
tantos se ungen con fe esperando siempre , y no pocas veces asegu
rando haber alcanzado admirables curaciones , y aquellas votivas
velas benditas , encendidas siempre en tan gran abundancia en los
altares á ella dedicados , ó ante sus imágenes ....! Pero , que se las
diga lo que se quiera , que se las llame supersticiones ó abusos á las
tales prácticas : lo cierto es que ellas remontan á los primeros felicí-
simos tiempos del cristianismo , y son consagradas con la constante
práctica de la mas remota y venerable antigüedad.
¿ Qué , se resiste alguno á dar crédito á ello ? Lea si gusta á
S. Agustin en el libro 22 de Civitate Dei cap. 8 , y verá repentina-
mente resucitado al hijo de un tal Ireneo , por haber sido ungido
con el aceite de la lámpara , que ardia ante el altar del protomártir
S. Estéban , y á una mujer ciega que recobró la vista con las flores
del mismo altar , aplicadas sobre sus ojos. Lea á Teodoreto ( in hist.
SS. PP. cap. 21 in Jacob.) , á Venancio Fortunato en la vida de S.
Martin , á Pablo Diacono ( de gestis Longob. lib. 2. c. 9. ) , y verá
obradas frecuentes curaciones, y estas las mas estupendas y prodigio-
sas con solo haberse ungido los enfermos con el aceite de las lám-
paras encendidas ante los altares de los santos Mártires. Lea las obras
de los cuatro Gregorios , del Niceno , del Nazianzeno , del Grande,
y del de Tours ; lea los anales de Baronio especialmente ad an. 55,
y descubrirá que no solamente volvian la salud á los enfermos y la
vida á los muertos , los velos y tapetes que de cualquier modo se hu-
biesen sobrepuesto ó arrimado á las cajas en que habia las reliquias
de los Mártires , singularmente de S. Estéban, de S. Martin de Tours ,
y de S. Eusebio de Vercelli, sí que tambien el polvo que podia reco-
gerse sobre sus altares.
Sobre la costumbre de encender velas en los sepulcros de los
Mártires y ante sus imágenes , dan testimonio de ella S. Epifanio en
la carta á Juan obispo de Jerusalen , S. Agustin , Teodoreto , Fortu-
nato, á quienes cita Baronio ad an. 55 y 58 , Prudencio (Hymn. 2)
y S. Paulino de Nola , quien con estos elegantísimos versos describe
el gran número de luces , que dia y noche ardian en la iglesia del
mártir S. Felix.
Aurea nunc niveis ornantur limina velis
Clara coronantur densis altaria Lychnis.
( 32 )
Lumina ceratis adolentur odora papyris :
Nocte dieque micant , sic nox splendore diei
Fulget ; et ipsa dies cælesti illustris honore
Plus micat innumeris lucem geminata lucernis.
Y para confirmacion suya podrian producirse no pocos ejemplos
de personas , que esperando alcanzar de los santos Mártires algun fa-
vor especial , tuvieron en todos tiempos la religiosa costumbre de
encender lámparas y velas ante sus sepulcros é imágenes : pero como
esto seria repetir las cosas dichas ya , por no alargar demasiado,
solo referiré lo que cuentan los Bollandistas entre los milagros del
mártir S. Anastasio Persa ( c. 3. 22. enero) , que deseando un cierto
conductor de caballos alcanzar una gracia del Santo , compró de una
moneda hallada sin pensarlo aceite para encender una lámpara ante
una reliquia del mismo , que por fortuna habia adquirido , y coloca-
do decentemente en un oratorio en su propia casa ; y que lo mismo
hizo un hijo suyo para alcanzar otro favor del mismo Santo , hacién-
dole voto de encenderle una vela.
Si se replica con el calvinista Juan Enrique Ossio en el Libro,
que tiene por título : Examen perpetuum historico - theologicum in
Card. Baronii Annales , que esta costumbre de encender velas de dia
ante los altares de los Santos y de los Mártires , fué negada y repro-
bada por S. Gerónimo , allí donde escribiendo contra Vigilancio de-
cia : Cereos non clara luce accendimus sicut frustra calumniaris &c.
Quod si aliqui propter imperitiam... hoc pro honore Martyrum fa-
ciunt , quid inde perdis ? A esta objecion , que han hecho ya otros ,
y á la que victoriosamente respondieron Baronio en los Anales, Muz-
zarelli en el Buen uso de la lógica , y el eruditísimo Muratori en la
Disertacion XVI. Tom . 1. Anecd . dirémos que S. Gerónimo no quiso
negar una práctica que él mismo confirma mas abajo con estas pala-
bras : Per totas Orientis Ecclesias... accenduntur luminariajam sole
rutilante , non utique ad fugandas tenebras , sed ad signa lætitia
demonstranda : sino solo el fin de ella en el sentido en que la enten-
dia Vigilancio . Pretendia este que se encendian las velas paraque se
creyese que los Santos tenian necesidad de ellas para su glorificacion ;
y á ello contestaba S. Gerónimo, que esto solamente podia imaginár-
selo alguna simple mujercilla , ó algun ignorante del vulgo ; que el
comun de los fieles sabia bien que la costumbre de encenderlas no
era por necesidad que de ellas tuviesen los Santos , sino por la que
tenemos nosotros de manifestar con pruebas sensibles nuestra piedad
y nuestra fe y añadia que así como no fué digna de reprehension la
Magdalena por haber derramado el bálsamo sobre los pies del Sal-
vador , no obstante de no tener de ello ninguna necesidad ; así tam-
( 33 )
poco era reprobable là conducta de los cristianos que encendian velas
á los mártires por mas que ellos no las necesitasen. Si faciant quid.
inde perdis ? Causabant quondam et Apostoli quod periret unguentum,
sed Domini voce correpti sunt : neque enim Christus indigebat un-
guento , nec Martyres lumine cereorum. Ademas , que así vindicaba
la tal costumbre de la nota de hebraismo ó de idolatría , supuesto
que rebatiendo la objeción de los que la decian derivada de los he-
breos ó de los gentiles, añadia : ¿ Pues, y por qué adorabamos en otro
tiempo á los ídolos , hemos de dejar ahora de adorar á Dios, paraque
no se diga que tributamos á él los mismos honores que dimos en otro
tiempo á los idolos ? Aquello se tributaba á los ídolos , y era por lo
mismo reprobable , y esto se hace en honor de los Mártires , siendo
por lo mismo digno de recomendacion : Illud fiebat idolis et idcirco
detestandum est : hoc fit Martyribus et idcirco recipiendum est.
¿ Donde está pues la novedad , la supersticion , y el escándalo
ez la práctica de encender lámparas y velas ante las reliquias é imá-
genes de santa FILOMENA ? ¿ Diráse tal vez , que el mal está verda-
deramente en su número tan abundante y excesivo ? Pero ¿ y qué
ha leido alguno que esta práctica haya de tener otros límites que los
de la piedad de los fieles ? Cuando en los libros de la antigüedad se
habla en número plural de lámparas , que ardian en los sepulcros de
los mártires ; y cuando se hace mencion de los candeleros y del gran
número de cirios que adornaban los altares , ¿ se inferirá con razon.
que hubiese en aquellos dias menores necesidades que en los nuestros,
y que aquello que se quisiere graduar ahora de supersticion y de
exceso , no era mas bien una clarísima demostracion de sincera pie-
dad y de fervor de los fieles ? }
Replicará tal vez alguno , ¿ y qué por ventura necesita santa
FILOMENA de tantas luces para conocer desde el cielo á sus devotos ?
¿ ó se creerá que verdaderamente se complace ella en ver arder tan-
tas velas delante sus imágenes ? A estos tales , si es que se les ha ol-
vidado ya la respuesta dada mas arriba en la solucion del pasaje de
S. Gerónimo , responderá por mí el clarísimo abate Muzzarelli , el
cual en el Buen uso de la lógica en materias de Religion , rebatien-
do la misma objecion , que se le hacia con respecto al culto de S. Me-
dardo , discurria de esta manera : 99 Vosotros preguntais : ¿Si necesita
de luces S. Medardo ? Pero , ¿y qué no advertis que con esta vues-
,, tra insolente pregunta negais á los Santos todo culto de veneracion?
No necesita S. Medardo de luces , ni de altares , ni de imágenes, ni
,, de iglesia , ni de sepulcro , ni de oraciones , ni de obsequios que le
99 hagamos nosotros los mortales : ¿ pero , y por eso ya no habia de
99 haber para él ni luces , ni altar , ni imágen , ni iglesia, ni oracio-
5
( 34 )
,, nes ni obsequios ? ¿ Cuantas veces se os habrá de repetir que no sa-
99 beis filosofar sino de mala fe , y no como cristianos ? No se en-
,,cienden luces á los Santos como que las necesiten para conocer á
sus devotos puestos á su alrededor , sino mas bien paraque conozcan
,, el fondo del corazon , y para interesarlos á que presenten al Altísi–
99 mo sus plegarias en favor de los fieles , que con estas señales dan
,,testimonio de su obsequio y de su amor , y paraque los fieles mis-
ووmos protesten con estos actos su fe en la intercesion de los Santos ."
( Foligno 1789 tom . 6. Opusc. 21. Lumi sugli altari. )
(20) PÁGINA II .
,, Con el pretexto de purificar el culto , decia monseñor Turchi
,, (en la homil. de la Asuncion de la SS.ª Vírgen Maria predicada en
1
ووel año 1789 ) , y de no querer sino la devocion á Dios , se va in- 1
"" sensiblemente desacreditando la devocion á María . Pero en la práe-
,, tica no se quiere ni la una ni la otra. Se pondera la devocion á
,,Jesus ; esta no será jamas bastantemente ponderada : devocion sóli-
,, da , devocion esencial al cristiano, sin la que no puede esperarse la
,, salvacion. Pero , y deberá por eso excluirse la devocion á María ,
99 como si el hijo mirase con zelos el honor que se tributa á la Ma-
99 dre ? ¡ Ah necios é insensatos ! Prestadme vuestros oídos en este
» punto en que voy á levantar mi voz , ó moradores y sabios del si-
39 glo escuchadme con atencion : acaso el culto que tributamos á
99 María no comienza en Dios , y termina en él ? ¿ No veneramos en
"" María la obra maestra de sus manos , el abismo de sus gracias , y
,, el compendio de sus maravillas ? ¿y podrá serle desagradable el
,, culto que á él mismo principalmente se tributa ?" ¿y no podrá ahora
con proporcion decirse lo mismo del culto que tributamos á santa
FILOMENA ? En verdad que no pensaba de otra manera el P. S. Agus-
tin , cuando hablando del mártir S. Cipriano exclamaba ; ¿ y qué no
son acaso alabanzas de Dios aquellas con que celebramos un tan gran-
dé héroe ? Quid enim nisi Dei laudes sunt tanti Martyris laudes ?
No , no dejamos á la verdad de alabar á Dios , cuando en los márti-
res de Dios exaltamos las victorias y triunfos de Dios , y las obras
prodigiosas y estupendas , que se complace Dios obrar por su inter-
cesion : Non ergo recedimus á laudibus Dei ; quando laudamus opera
Dei , et prælia Dei in martyre Dei. ¿ Y es posible que se les haya
de recordar siempre á los cristianos , que el honor que dan á los San-
tos va á terminar en Dios.
( 21 ) PÁGINA 12 .
Que se hagan oraciones á santa FILOMENA como á los demas
Santos , está muy puesto en razon, ¿ pero á qué viene poner en ella
tanta confianza ? ..¿ Con qué , lo que parece mal, es poner en ella tan-
( 35 )
ta confianza ? no es así .. ? Pues apoyado yo en la doctrina de la
Iglesia y en el unánime consentimiento de todos los católicos digo,
que invocando á los Santos , y confiando en su patrocinio , de quien
últimamente nos prometemos los auxilios y las gracias es de Dios ; ¿y
se podrá jamas esperar demasiado de un poder y de una infinita bon-
dad ? Yo soy de parecer , y ningun católico podrá contradecirlo, que
ni sabemos ni sabrémos jamas pedir y prometernos tanto de Dios por
la intercesión de sus Santos , cuanto él es capaz de concedernos. Ni
sé comprender como haya quien tenga valor para poner límites ó á
nuestra confianza ó á la generosidad de Dios, despues de haber dicho
Jesucristo , que su eterno Padre nos concederá cuanto le pidieremos ,
no precisamente esto ó aquello , sino cualquier cosa. Si quid petie-
ritis patrem in nomine meo , dabit vobis. Pero ¿ y por qué , repli-
cará tal vez alguno , acudir ahora á esta Santa, para alcanzar las gra-
cias de Dios , como sino hubiese otros Santos que poder invocar ? Y
á ello contestaré yo, ¡ y por qué los egipcios acudian solo á Josef para
provisiones de boca en la grande hambre que asolaba el pais ? ¿ no
podian acaso recurrir á otros ministros ; no podian acudir al mismo
Faraon ? Pero para ello , añadirá alguno , será preciso el decir que
Dios principalmente por su medio é intercesión nos querrá repartir
las gracias y favores ; y yo, en vez de reclamar que así nos obliga á
decirlo y reconocerlo la evidencia del hecho en el testimonio casi uni-
versal de las gentes , esperaré á que se me den pruebas en contrario,
y que se me haga ver , que no quiere Dios conceder á la intercesion
de FILOMENA , lo que facilmente concede á la intercesión de los otros
Santos , á cuya invocacion no conservo memoria haber nunca leido
que hayan puesto límites ni el Evangelio , ni los Papas , ni los Con-
cilios , ni la tradicion , ni los santos Padres, ni advertido á los fieles
que su intercesion será exclusivamente limitada á tales , ó tales otras
gracias, mucho menos , que se guarden de pedirles demasiado , y
que no sé fien de su patrocinio . Lo que sé de cierto es , que este
lenguaje ha sido siempre el de los herejes y de los novadores ; pero
no el de la iglesia de Dios ni el de sus ministros.
Pero y á qué agolparse con tan pueril entusiasmo al rededor
de los altares de la Santa ? Alto , Señores mios , con este su pueril
entusiasmo : háganme el favor de decir, si el postrarse ante el altar
•
de un Santo , é invocarle como á su abogado para con el Altísimo
Dios , es una cosa buena ó mala ? ¿ Si asímismo lo es , el proponerse
tambien uno el visitarle devotamente todos los dias ? No podrán me-
nos de responder con franqueza ser una cosa buena , pues que á con-
testar de otro modo seria preciso condenar el culto y veneracion de
los Santos , que han aprobado siempre los Concilios , los Papas , y la
( 36 )
Iglesia misma. ¿ Pues , y esto que es lícito , que sobre ser lícito es
tambien digno de alabanza en uno , no lo ha de ser en diez, en veinte,
en mil , en una poblacion entera ? ¿ A que vienen pues esos lamentos ,
plañiendo como si fuera un desorden la frecuencia del pueblo al re-
dedor de los altares de santa FILOMENA , cuando ciertamente puede
asegurarse , que ni la mitad , ni una tercera parte de la poblacion
haya venido determinadamente á visitar una vez al dia el altar de
la Santa ? El condenar una devota práctica está luego hecho , pero
convendria que mediasen buenas razones para verificarlo .
( 22) PÁGINA 12...
El desorden verdaderamente está , dicen algunos , en que diaria-
mente se reunan tantos devotos , y se enciendan tantas velas votivas
ante las imágenes de santa FILOMENA, mientras que el altar de María
Santísima está desierto y á oscuras. Dejando por ahora aparte lo que
tenga de exagerado ó de falso esta asercion, se me permitirá que pre-
gunte , y ¿ por qué ahora tanto zelo á causa de la falta de concurso y
de luces en los altares de la Vírgen , cuando antes de ahora ni siquiera
se pensaba en ello ? Antes del origen de la devocion á santa F1-
LOMENA
1 se oian por ventura esas quejas tan frecuentes , como es que
no se enciendan abundancia de luces en los altares de María , y por
qué no se ven los mismos incesantemente rodeados de muchos devo-
tos suplicantes ? Ah ! entonces bien podian abandonarse y quedar
desiertos , porque ni siquiera venia al entendimiento el pensar en ello;
no es verdad ? ¿ Pero y no veis que despues de haber quitado lassive-
las á santa FILOMENA y los devotos , para regalarlos á María será
preciso tambien quitárselos ácella para darlos al SS. Sacramento ?
Vosotros preguntais , y preguntais muy bien ; ¿ no es acaso mas la
SS. Vírgen que santa FILOMENA? Ningun católico puede atreverse á
negarlo. Y añadiré yo y no es mas el SS. Sacramento que las imá-
genes de María? Quien lo negase se apartaria de la fe. Ea pues que
se quiten desde luego las flores , las velas y votos á la SS . Vírgen, y
que sean llevados al Sacramento , que cesen las fiestas y tantas de-
mostraciones de pública alegria con que honramos las solemnidades
de María , porque , quizá no se hace otro tanto en las solemnidades
del Señor... Eh ! y no se advertirá aun , que semejante modo de
proceder lejos de perfeccionar la devocion de los fieles , la apaga de
todo punto ? Se me dirá , y lo creo , que no és esto lo que se intenta,
que ordinariamente muchos hablaron así engañados con la apariencia
de un verdadero zelo ; pero ello siempre será cierto , que no será
menos perjudicial el efecto de sus insinuaciones. Es pues preciso en-
tenderlo de una vez , que son enemigos de lo bueno los panegiris-
tas del óptimismo ó de lo mejor . Y sino , un poco de benévola aten-
cicn , ya que estamos en el punto.
( 37 )
Encender velas ante las imágenes , reliquias y sepulcros de los
santos Mártires , es esto una cosa buena , que ningun católico puede
negar , tanto si se consulta la doctrina de la Iglesia acerca el culto é
invocacion de los Santos , como si se examina la tradicion de los Pa-
dres y la práctica de la mas remota antigüedad . ( Vid. not. 19. ) Se-
gun el testimonio de Prudencio , de Teodoreto , de Fortunato , de S.
Paulino , de S. Gregorio , de S. Agustin, y de los mas célebres entre
los antiguos Padres, el encenderlas en tan crecido número, y reportar
los fieles del Señor en premio de ello inumerables gracias y favores,
era cosa , por decirlo así , casi exclusivamente propia del culto de los
santos Mártires ; disponiéndolo tal vez así el Señor por justísimos fi-
nes que á nosotros no nos toca curiosamente indagar, y que tampoco
seria aquí el lugar propio para explicarlos. Y si aquello es una cosa
buena , como no puede negarse , ¿ quien dirá hablando en general , y
habida razon de la santidad y dignidad de aquellos en honor de los
cuales se consumen , que no seria mejor encenderlas ante la Vírgen,
é infinitamente mejor , y lo mejor de lo mejor ante Jesus Sacramen-
tado ? Veréis ahora como los panegiristas del óptimismo parán de or-
dinario en ser enemigos de lo que es en sí bueno. Como ellos no ven
encendidas estas velas votivas ante el SS . Sacramento , cosa que seria
lo mejor de lo mejor , ni tampoco en tanto número en los altares de
María, como en los altares de los Santos, cosa que seria mejor com-
parada con esta que es buena indudablemente , al verlas arder en
honor de los Santos no saben contenerse , impidiendo así, y nótese
bien , aquellas obras buenas que Dios inspira, que él mismo agradece
y visiblemente recompensa con la abundancia de sus gracias , por
sustituir un cierto óptimismo , que tal vez jamas verán realizado. Y
como si Dios pudiese tener disgusto de verse honrado en sus Santos,
prefieren ver antes sin culto á Dios , á la SS. Vírgen, y á los Santos,
que ver á estos honrados de la manera que enseñan la Iglesia y la
tradicion, y que Dios mismo se complace desde el cielo en autorizar.
Todo cuanto se ha dicho con respecto á las velas votivas , puede de-
cirse tambien de todas las otras prácticas del culto cristiano , á las
que si se quisieran aplicar los principios de los optimistas , tendriamos
poco a poco, y casi sin advertirlo, la viuda Iglesia de los jansenistas,
ó el desnudo salon de los protestantes , ¿ y quien sabe , si la adora-
cion pura en espíritu y verdad de los deistas ? Oh ! y cuantos bienes
no impide en el dia este bendito seria mejor, que tanto tienen en los
labios ? Deja uno sus bienes á la Iglesia , y óyese luego seria méjor
dejarlos á los hospitales ; solemniza otro la fiesta de un Santo, y lue-
go , seria mejor solemnizar la de la SS. Vírgen : instituye aquel una
nueva congregacion , y luego seria mejor mantener y fomentar las
( 38 )
que existen : y así con el pretexto de seria mejor , que es un bien
condicional futuro querriase abolir y perder todo el bien cierto de
presente. Judas tambien , el capataz de todos estos optimistas , al ver
que la Magdalena derramaba con abundancia el bálsamo sobre los
pies del Salvador, todo enardecido en zelo clamó en alta voz, habria
sido mejor vender esto y dar su precio á los pobres : poterat istud
venumdari , et dari pauperibus : pero no es muy lisonjero y honorífi-
co el comentario , que sobre esto hace el Evangelista , escribiendo,
que Judas esto lo decia , no porque deseara de veras el alivio de los
pobres , sino porque era codicioso y ladron : Dixit autem hoc , non
quia de egenis pertineret ad eum , sed quia fur erat.
(23) PÁGINA 12 .
1 Sí, es un dogma de nuestra fe santísima la invocacion de los
Santos , y la veneracion de sus reliquias , y no hay para convencerse
de ello , sino lo que dice el sagrado concilio de Trento ( Sess. 25. de
invocat. venerat. et reliquiis Sanct. ) : „ Todos aquellos, que negaren
deberse invocar á los Santos , que en el cielo gozan de la eterna fe-
"" licidad : los que afirmaren, ó que los Santos no ruegan por los hom-
bres , ó que su invocacion hecha al propósito en particular por al-
,, guno de nosotros es idolatría , ó que es contraria á la palabra de
99 Dios , y al honor que se debe á Jesucristo , solo mediador entre
99 Dios y los hombres , ó que es una tontería el hacer oracion ó vocal
ó mentalmente á aquellos que reinan en el cielo, todos estos piensan
,,impiamente... Son tambien dignos de ser absolutamente condena-
,, dos , como lo fueron ya otra vez ( Conc. Nic . 2. can. 7. ) , y ahora
,, nuevamente los condena la Iglesia , los que afirmen no deberse hon-
,, rar y venerar las reliquias de los Santos , ó que inutilmente honran
,, los fieles á estos y otros semejantes monumentos , y que en vano
99 frecuentan los altares de los Santos para alcanzar su proteccion."
1
(24) PÁGINA 12 .
A pesar de haber la misma Iglesia expuesto á la veneracion pú-
blica las reliquias de santa FILOMENA segun la forma acostumbrada,
y de haber aprobado y autorizado lo mismo con la concesion de mu-
chas indulgencias , cosa que es algo mas que tolerar ó permitir , sin
embargo no faltan algunos mas escrupulosos de lo que debieran , que
manifiesten todavia tener alguna dificultad en reconocerla como á
Santa, ó en implorar su patrocinio por no estar , segun ellos , inscri-
to aun su nombre en el martirologio romano , ni haber concedido
la Iglesia en su honor ni misa ni oficio particular. A estos tales res
ponderia Benedicto XIV. que á santa FILOMENA se debe el culto y el
título de Santa , porque á nadie por mas que de sutil ingenio , á no
ser que sea de aquellos que, como dice el refran, quieren hallar pelos
( 39 )
en los huevos , ha venido al entendimiento ni siquiera la sola duda
de que no sea el cuerpo de alguno de los que sufrieron la muerte
por Jesucristo , el que se halle en las catacumbas con un vaso ó lleno
ó al menos teñido en sangre. Ipsi debetur cultus Sancti , decia el
mencionado Pontífice en la carta escrita á los canónigos de Bolonia con
la que les acompañaba el regalo del cuerpo de S. Proco mártir , Ipsi
debetur cultus et titulus Sancti , quia procul dubio , ut eruditioni
vestræ notum esse debet , nulli unquam venit in mentem , quamvis
acuto ingenio is fuerit , et cupidus quærendi , ut ajunt , nodum in
scirpo , nulli inquam venit in mentem dubitatio , quod corpus in ca-
tacumbis romanis inventum cum vasculo sanguinis non sit corpus
alicujus , qui mortem pro Christo sustinuerit. Añadiria , que el ins-
cribir los nombres de los Santos en el martirologio ni aumenta ni
disminuye la certeza de su santidad , ni exige de parte de la Iglesia
un juicio formal de ella ( Lib. iv. de Canon. Sanct. part. 11. cap. 19.
núm. 14. et seq.), ni autoriza tampoco un culto universal ; pues que
en el martirologio son continuados los nombres de los Beatos para
quienes es menester todavia un juicio de la Iglesia ; cosa que no se ne-
cesita para los Santos hallados en las catacumbas , llamados por eso
solamente Santos bautizados ( cuya santidad es cierta é incierto el
nombre ) por mas que no se encuentren sus nombres en el martiro-
logio : Non valet enim æquiparatio Beatorum ad Sanctos baptizatos,
cum in Beatis ALIUD SUPERSIT ECCLESIÆ JUDICIUM; IN SANCTIS BAPTI-
ZATIS NON ITEM ( De Canoniz. Sanct. Lib. 2. c. 28. núm. 34.) . Con-
cluiria por fin , que si la sagrada Congregacion tiene determinado no
conceder á los Santos hallados en las catacumbas misa particular y
oficio , si sus nombres no son primero continuados en el martirologio
romano , y conste de su identidad, esto lo hizo por motivo de la con-
gruencia que debe haber entre el martirologio y el breviario; y que el
no poderse celebrar oficio ni misa en la Iglesia universal en honor de
aquellos, cuyos nombres no estan escritos en el martirologio romano,
no proviene , de que se dude de su santidad , siendo ella cierta , ni
porque se pretenda quitar 6 disminuirles el culto , estándoles reser-
vada la debida veneracion en fuerza del decreto de 1691 ; sino por-
que , no pudiéndose conceder lecciones propias en honor suyo por
ignorarse las actas del martirio, sino las del comun , crecerian dema-
siado los oficios de los Santos , y esto puntualmente es lo que quiere
evitar la Iglesia : Non quia de eorum sanctitate dubitaverit , cum
Sanctitas sit certa , nec quia illis cultum subtrahi vellet , cum in
Decreto (Sacræ rituum Congregationis anni 1691 ) , debita veneratio
illis reservetur, sed quia lectiones propriæ in eorum honorem concedi
non possent , cum aeta Martyrii eorumdem ignorentur : quatenus
( 40 )
vero fieret concessio lectionum de communi Sanctorum , officia in in-
finitum excrescerent & c. Por lo demas , aunque rara vez, como dice
el mismo Pontífice , se ha apartado de esta regla la sagrada Congre-
gacion , él concedió sin embargo la misa con oficio de Communi á fa-
vor de S. Amancio hallado en las catacumbas con nombre propio, á
pesar de no estar inscrito su nombre en el martirologio ( De Cano-
niz. SS. ibid. n. 28. ).
(25 , Y NO 24 DUPLICADO) PÁGINA 12.
Ya que estamos en un tiempo en que parece , que se complace
el Altísime en obrar mas frecuentes prodigios, no será fuera del caso
dar aqui una contraseña de los diferentes errores , de que fácilmente
se dejan arrebatar los ficles , por lo que toca al particular. Y así
para mayor claridad los dividirémos en dos clases ; unos que son
lógicos ó de raciocinio , y otros teóricos ó de sistema . Hablarémos
brevemente de los primeros.
13020100024064
BIBLIOTECA
DE
MONTSERRAT
F
Vària
Dotzan
27
Número 14