Está en la página 1de 59

Acerca de este libro

Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de
dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.

Normas de uso

Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas.
Asimismo, le pedimos que:

+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseñado la Búsqueda de libros de Google para el uso de particulares;
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales.
+ No envíe solicitudes automatizadas Por favor, no envíe solicitudes automatizadas de ningún tipo al sistema de Google. Si está llevando a
cabo una investigación sobre traducción automática, reconocimiento óptico de caracteres u otros campos para los que resulte útil disfrutar
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envíenos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio público con estos
propósitos y seguro que podremos ayudarle.
+ Conserve la atribución La filigrana de Google que verá en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Búsqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine.
+ Manténgase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de
que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La legislación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de
autor puede ser muy grave.

Acerca de la Búsqueda de libros de Google

El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página http://books.google.com
SERMON

SOBRE EL CULTO DE

SANTA FILOMENA

VIRGEN Y MARTIR ,

PREDICADO EN LA BASÍLICA DE S. SIRO

DE GÉNOVA

El 17 de febrero de 1835

-of togobot no 192 19 POR EL ua aflip sup 1otos a


-eoqA silbisesi el sb oglupedo y sinsibodo oji ob
262 PRESBITERO D. FELIPE STORACE , Bilds
gasugaib atasang Is onsmo online om
CON ADICION DE NOTAS ANALOGAS DEL MISMO AUTOR
-inoob
TRADUCIDO AL ESPAÑOL anmize eue à yea

POR UN DEVOTO DE LA SANTA.


Bo
ntbl
fleo
rrre
acen

BARCELONA.
IMPRENTA DE LOS HEREDEROS DE LA VIUDA PLA,
Calle de Cotoners.
1838.
Protesta.

El autor que cifra su gloria en ser en todo y por to-


do hijo obediente y obsequioso de la Iglesia Católica Apos-
tólica Romana , sujeta al juicio de su augusta cabeza el Su-
mo Pontífice Romano el presente discurso , relativo al culto
de SANTA FILOMENA , pronto á retratar cualquiera palabra ó
expresion , que fuese menos conforme á sus usos , á su doctri-
na y á sus máximas.

Es propiedad del Traductor para los efectos de reimpresion .


El Autor al que leyere.

Aqui te ofrezco , ó devoto lector , un breve y sencillo


discurso en alabanza y defensa del culto de la gloriosa
virgen y mártir SANTA FILOMENA. No es la ambicion
de levantar fama , y de granjearme celebridad , la
que me ha movido á darle á la prensa ; harto despro-
porcionado seria el medio con el fin , como conocerás
facilmente ; á mas de que , por la misericordia de Dios,
son extrañas para mi unas ideas tan bajas é indignas,
no solamente de un sacerdote , sino de cualquier cris-
tiano. Solo el deseo de dar gusto á mis conciudadanos
y amigos (quienes persuadidos de hallar en ello algu-
na oportunidad , para afianzar la piedad y devocion
de los fieles contra los frecuentes ataques , que ó la
malignidad , ó la ignorancia , ó á veces mas un zelo
mal entendido que no es segun ciencia , se toma la liber-
tad de dar contra la introduccion y ejercicio de este
culto › y que repetidas veces me lo han suplicado) , me
ha obligado á sacrificar de buena gana la repugnancia

del amor propio en las aras de los intereses de la gloria


de Dios y del honor de sus Santos. Por esto , aunque

conozca necesitar en muchos lugares de un mejor órden


de partes y de mayor aclaracion , prefiero publicarle

aunque defectuoso é imperfecto , tal cual salió de mi


pluma en la premura del tiempo en que le escribi , antes
que dar , con elpretesto de mejorarle , ocasion á alguno
de pensar con perjuicio de la causa que me he empe-
ñado en defender , que los argumentos alegados para de-
mostrar el asunto , y que dejaron tal vez , en quien le
oyó de mi boca , una impresion ventajosa , no son tales
que puedan soportar la ilustrada y severa crítica de un
lector atento é imparcial. He creido no obstante debia
adornarle con algunas notas históricas y polémicas,

que supliendo cuanto pueda desearse sobre el particular,


hagan mas completa , victoriosa y triunfante la apolo-
gia de aquel culto . Conviene pues leerlo todo con pureza
de intencion , con docilidad de entendimiento , y con ar-
dor de voluntad ; y si sucediere encenderse despues en
tu corazon algun sentimiento de mas tierno amor á la
Santa , y de mas firme esperanza en su poderoso pa-
trocinio , yo me daré por bastantemente pagado ; y tú
podrás dar la gloria á aquel Dios , de quien solo nos
viene toda nuestra suficiencia , y á la misma Santa,

que tiene gusto singular en hacer digno de aceptacion y


de provecho cuanto se escribe en su honor. Solo te ruego
de corazon , que no te olvides de mi en tus oraciones,
paraque mis culpas no me hagan indigno de la protec-
cion de aquella , á la que he escogido por mi especial
abogada , y de la que, si bien no soy verdaderamente
devoto , mientras tanto que no lo soy , tengo por suma
honra abrigar en mi pecho muy puro y muy sincero el
deseo de serlo, Vivefeliz.
Sky sin neɔ , zorgslim 20:05lquilo 201
nd me ne ob ollus is Tsar no oif29'
cat el 197 on à sup noolgia nu no site elame noi stocrati

sh ipsius visitata sunt , et post mortem prophetaverunt.


dsOssa
ondros
Sus huesos fueron visitados y profetizaron despues de su muerte .
-pol astump 45 dni 77 , oldizby Eccles. c. 49
i9791ls 9ur neid and crin
f
Poco mas de treinta años se han pasado , venerables señores
mios , desde que por un solícito cuidado de la Iglesia nuestra
madre fueron sacados de la oscuridad y silencio del cemente
rio de Priscila en Roma , para desde allí exponerlos á la pú,
blica veneracion de los fieles , los preciosos huesos y augustas
cenizas de una valerosa Doncella , de una Heroina cristiana y
de una Mártir invicta, á quien, apoyados en la respetable auto-
ridad de la lápida sepulcral que la cubria , podemos invocar
con el nombre de FILOMENA ( 1 ) , nombre esclarecido ahora y
famoso en uno y otro emisferio. De estos huesos admirables y
de estos preciosísimos restos de la mártir de Jesus , bien pue-
de decirse con verdad cuanto fué escrito en el libro del Ecle-
siástico , en justo elogio del salvador de Egipto , del bonda-
doso Josef Ossa ipsius visitata sunt , et post mortem pro-
phetaverunt. Sí, á la diestra del Todopoderoso fué á la que plu-
go visitar los huesos de FILOMENA , y sacarlos del olvido en
que por tantos siglos yacian sepultados : Ossa ipsius visitata
sunt; para hacer brillar con el nuevo culto de la Santa , cuan
to en él seria glorificado, y las grandes ventajas que podiamos
nosotros reportar ; Et post mortem prophetaverunt ( 2) . Ya
ven Señores que no me ciño á hablarles ni de las virtudes bri-
llantes , ni del glorioso martirio de esta grande Heroina ( 3 ) ,
porque los Oradores elocuentes que con tantas glorias me han
precedido en esta cátedra ( 4) en los dos dias anteriores , tan
ingeniosa y marcial se le supieron entretejer la guirnal-
da con cándidas azucenas y violetas de púrpura , que no solo
es inútil , mas tambien seria temerario añadir á sus expresio-
( 6 )
nes aunque no fuese sino una sola palabra. No espereis pues
de mí , que venga esta tarde á presentaros el número de gra-
cias portentosas , y de los estrepitosos milagros , con que pa-
rece complacerse el Eterno en ilustrar el culto de su Santa.
Empeño temerario seria en un siglo , en que á no ver las unas
y los otros,, ó cierra voluntariamente los ojos , ó si los abre,
es para lanzar contra una y otra cosa miradas tan fulmfulminan-
tes y desdeñosas , que á ser posible , quitarian en quien la tu-
viere no solamente la persuasion , mas tambien me atreveré á
decir , la misma memoria (5) . Y héos aqui el motivo , porque
al venir á las pruebas del asunto , voy con la ayuda del Cielo
á seguir otro camino , por el que veréis , que el culto de santa
FILOMENA á mas de ser sumamente glorioso a Dios por la fe,
que aviva en los pueblos ; primer punto : es sumamente útil á
dos mismos por las gracias, que de Dios les alcanza: punto segun-
dos (6), Llamado casi de improviso para suplir al que debia
di-
predicarles este dia , sin haberme podido negar á este muy
ficib encargo , á causa de las nobles instancias de aquel pio y
generoso bienhechor á solicitud del cual se introduce hoy en
esta insigne Iglesia el culto de FILOMENA con modesta pompa
de religioso aparato y solemne " fiesta , yo espero que benig
namente me disimularéis el verme en este lugar , leyendo
estas pocas y sencillas reflexiones, que por falta de tiempo , y
por motivo del estado de mi salad habitualmente enfermiza
no he podido aprender de memoria. Pero Vos , o gran Santa,
a quien se complace (7) el Eterno glorificar hoy sobre la tierra
(ya que Él solo es, quien teniendo en sus manos el corazon de
fos mortales, puede inclinarlos á honrar á quien le place , cuan-
do y como le place) ah ! alcanzad de vuestro celestial Esposo tal
abundancia de luces para mi entendimiento, y para mi corazon
tales sentimientos de amor hácia Vos, que aunque el último ,
y el mas indigno entre vuestros devotos , pueda siquiera ce-
lebrar lo menos indignamente que sea posible la gloria de
aquel Dios que se muestra grande en sus Santos . Comienzo .
Digo pues , que el culto de santa FILOMENA es sumamente
glorioso á Dios por la fe que aviva en los pueblos. Nadie se
atreverá á poner en duda que en el siglo en que vivimos es me-
(7 )
nester un nuevo despertador para reactivar esta virtud en
los pueblos y hacerla mas viva y eficaz. No se la ve dema-
siadamente en nuestros dias no diré tan solo resfriada sino aun
1
casi muerta y apagada entre laquellos mismos , que se precian
de seguir á Jesucristo y de ser llamados católicos ? Sobrada-
mente lodemuestra el indiferentismo que se observa tanto por
la verdad, como por el error, el notorio atropellamiento y des-
precio no ya secreto y oculto sino público y manifiesto de las
prácticas de la piedad cristiana , y de las santas leyes : de la
Iglesia ; el quererlo atribuir todo á solas las influencias de las
causas naturales y segundas , sin querer jamas remontarse á
una causa primera , única , soberana , perfectísima , que me-
diante el concurso de las causas segundas lo rige y gobierna to-
do con suavidad ; y la répugnancia y oposicion manifiesta que
se descubre en la admision de milagros ( 8) , no diré verificados
ya , pero ni siquiera posibles; como si Dios estando en el cielo
tuviese las manos atadas y limitadas , sin poderse ni una sola
vez entremeter en nuestras cosas. Oh siglo, desgraciado siglo
de las luces , puede , que adelantes á los pasados en la multi-
plicidad de tus indagaciones , en la exactitud de tus cálculos,
en la precision de tus deducciones , en la sutileza de tus des-
cubrimientos , en la útil aplicacion de ellos en las ciencias fí-
sicas y puramente naturales , aunque á pesar tuyo no pocas
veces te veas precisado á confesar tus gravísimos atrasos en es-
to mismo , pero y en la ciencia de todas las ciencias (9) , en
el conocimiento práctico de la ley santa de Dios , en la creen-
cia pura y humilde hacia la Divinidad , ha habido jamas siglo
tan atrasado como tú ? Por eso digo qué para arrancar del si
glo la helada indiferencia , y la estúpida incredulidad ha sus-
citado Dios el nuevo culto de FILOMENA: Ossa ipsius visitata
sunt , et post mortem prophetaverunt. ante
Y qué fortuna para mí , no tener que ir para las pruebas
ni á las orillas del Partenopeo Volturno ( 1) , ni del magestuoso
Tiber (1 ) ni del Arno (111 ) gentil , ni deb real Sena (iv) ! Aqui
3
(1) Rio que baña á Capua. (11) Rio que pasa junto á Roma. (1 ) Rio que tiene
su origen en el Apenino y pasa por Florencia y Pisa. (Iv) Rio que pasa por Paris.
Notas del Traductor...
( 8 )
entre nosotros mismos, en nuestra soberbia Ciudad, dentro del
mismo Génova las tenemos fáciles y seguras. No es así que en
los pocos meses (10), en què ha aparecido felizmente entre no-
sotros el culto de FILOMENA , se hra: visto renacer la piedad de
nuestros inayores y la fe antigua ? 2 Quien no se asombra en
tre vosotros, al ver el subito y no interrumpido concurso de
T
toda clase de ciudadanos , que con sed y hambre de vida eter-
na se agolpan rendidos y devotos alrededor de su Capilla
erigida en aquel templo , en el que por la primera vez se la
invocó , rogando á Dios con suspiros y lágrimas de pura ter-
nura ? ¿ Puede menos de quedar maravillado el que cuente el
número sin número de riquísimos donativos , de votos , de
ofrendas de toda especie, que cuelgan en torno de su altar ( 11 ),
y que nos recuerdan los alegres dias de los primeros siglos de
verdadera religion y de fe ? ¿ટ No es una verdad inegable , que
en toda necesidad y en toda angustia por medio de FILOMENA,
se acostumbra recurrir al Dador de todo bien ? ¿ Hay alguno
que enferme entre nosotros ? Se buscan , sí , los profesores del
arte saludable , se emplean las medicinas , pero entretanto se
recurre con confianza á la Santa , y eso demuestra que la cu-
racion se espera de aquel que : Pertransiit benefaciendo et
sanando omnes (a) . ¿ Se ha de emprender un dificil y arriesga-
do viaje ? Se buscan , es verdad , guias los mas cautos y segu-
ros , se toman las providencias mas acomodadas , pero el re-
curso confidencial á la Santa no deja la menor duda , de que la
seguridad y defensa principalmente se espera de aquel que:
Angelis susmandavit de te ut custodiant te in omnibus viis

tuis (b). ¿Quiere uno abandonarse á los reveses de una larga y


fortuita navegacion ? Contrata, no puede negarse , con un ma-
rino impávido , con un piloto experimentado , con valientes
remeros ; pero , con acudir á la Santa no deja duda , que la
calina y un mar bonancible lo espera principalmente de aquel
de quien está escrito : Venti et mare obediunt ei (c). ¿ Se ha por
último de seguir una causa ? Se confia , no tiene duda , al abo-'
gado de mayor elocuencia , se registran con afan las escrituras

(a) Act . 10. v . 38. (h) Ps. 90. v . II . (c) Matth. 8. v. 27.
( 9 )
archivos para hallar documentos y pruebas ; pero ¿ y con
y
el recurso de confianza en la proteccion de la Santa no se echa
de ver , que la aclaracion de los propios derechos principal-
mente se espera del Dios eterno que Facit judicium injuriam
patientibus (d)?
¿Y no es esto reanimar la fe y la religion de los Cristianos ?
¿ si esto no lo es , qué cosa habrá que lo sea ? ¿ si esto no es
atacar el espíritu de indiferentismo y de irreligion dominante
en el siglo , y victoriosamente combatirle , qué cosa se dirá que
lo sea ? Ah ! quisiera el mundo que se perdiesen sepultadas en
el olvido las augustas prácticas de la Religion , y cabalmente
estas prácticas augustas por el nuevo culto de FILOMENA han
adquirido un nuevo lustre y una mucho mas vasta extension :
quisiera el mundo que todos los acontecimientos se reputasen
el nuevo
por mero efecto del acaso ó de causas segundas , y por
culto de FILOMENA se hace pública profesion de creerlos dis-
puestos y dirigidos por la Providencia divina : quisiera el
mundo que solo el hombre fuese la esperanza del hombre , y
con el nuevo culto de FILOMENA aprende el hombre á colocarla
mucho mas felizmente en solo Dios.
Y quedará duda de si es sumamente glorioso á Dios el
culto de santa FILOMENA ? Sí , en efecto lo será , oigo responder
á alguno , pero para ello es preciso que este culto , justo en sí
mismo , sea verdaderamente legítimo . Muy bien . Para conocer
pues si lo es, examinemos su orígen ( 12 ) , su propagacion y su
fin. Y comenzando por el orígen puede decirse con verdad
que bajo este respecto sea justo y legítimo ? Mas ¿ como ni
siquiera dudar de ello si su orígen remonta hasta la Iglesia ? No ,
no es una simple mujercilla , no un devoto entusiasta , el que
guiado por su propia fantasía haya desenterrado los huesos de
un muerto desconocido y oculto, y aplicádole el bello nombre
de FILOMENA para exponerle de repente á la pública veneracion
de los fieles : la Iglesia nuestra madre , la Iglesia maestra
infalible de la verdad , la Iglesia iluminada por el divino Es-
píritu , la Iglesia que tiene á su lado para apoyarla á su celes-

(d) Ps. 145. v. 7.


2
10 )
tial esposo Jesucristo , la Iglesia que no sabe mentir ni puede
engañar á sus hijos , como tal vez aprendisteis todos vosotros
ya en vuestros primeros años en el catecismo que se enseña á
los niños , ella es la que en el año 1805 extrajo del venerable
tesoro de las sagradas reliquias , en donde tres años habia que
estaban aparte , los preciosos y admirables huesos de santa
FILOMENA (13), consignándolos al Obispo de Potenza , paraque
entregados despues al buen sacerdote D. Francisco de Lucia
fuesen expuestos en Mugnano á la pública veneracion como
verdaderos huesos de una santa Mártir. Por la gracia del Señor
sois hijos muy obsequiosos de tan grande Madre y muy buenos
católicos , no habrá pues necesidad de añadir á la autoridad
de la Iglesia los testimonios que podrian deducirse tanto de
los símbolos del martirio grabados sobre la lápida sepulcral ,
como de la redoma de sangre hallada en el mismo sepulcro.
Veamos ya como él ha sido propagado .
Para cualquiera ha de servir como de una demostracion
cabal la tácita ó expresa aprobacion de este culto, de parte de
un gran número de Obispos de la cristiandad , de los Obispos
de casi toda la Italia ( 14) , igualmente que de muchos de Ale-
mania , de Polonia , de Suiza , de Francia , de España y de las
Indias ; la introduccion del culto público (15) de esta Santa
de muchos años á esta parte en Roma , capital y centro del
mundo católico á la vista del Vicario de Jesucristo; y aun mas
la explícita aprobacion de los sumos pontífices Leon XII, quien
entre otras cosas proclamó á FILOMENA por la Gran Santa, y
bendijo la congregacion de vírgenes ( 16) erigida en honor suyo
en el reino de Nápoles , y del glorioso é inmortal Gregorio XVI
felizmente reinante , que levantó su diestra de autoridad ( 17)
para bendecir una imágen destinada para exponerse á la pú-
blica veneracion de los fieles , y concedió un gran número de
indulgencias á los piadosos Toscanos para la celebracion de
su fiesta (18) .
Si pues el culto de FILOMENA es justo y legítimo en su orígen
y propagacion , no lo es menos en su fin ( 19). No se trata aquí,
como fingirá tal vez algun malicioso , no se trata de anteponer
á FILOMENA ó á Cristo , ó á la santísima Vírgen. Harto sabe
7

( 11 )
todo cristiano , por poco instruido que esté en los primeros
principios de la religion , que son los Santos nuestros interceso-
res , y que no son ellos quienes confieren las gracias ; y que
cuando recurre á un Santo que visiblemente conoce escogido
por Dios como particular instrumento de sus misericordias ,
hace como aquellos súbditos , que presentan sus recursos y me-
moriales al ministro nombrado por el soberano para aceptarlos,
á aquel á quien el monarca ha resuelto exaltar, como con Josef
lo hizo en otro tiempo Faraon . ¿ Y qué cosa hay aquí que sea
injuriosa al soberano, ó á Dios , si se pone la confianza en aquel
que han destinado para distribuidor de sus dones ? Es en verdad
inegable que María es la despensera soberana de todas las
gracias , y que todas ellas nos vienen de sus santísimas manos
en sentir de san Bernardo . ¿ Pero y qué se sigue de aquí ? ¿ será
por eso ilegítima ó á lo menos inútil la invocacion de los demas
Santos? ¿quien no ve, que así como en nada se vulnera el honor
del primer ministro de un príncipe interponiendo entre él y
nosotros el patrocinio de personas pudientes y de su gracia ,
así tampoco nada se quita al honor de María , si para mas
interesarla á nuestro favor imploramos el patrocinio de los
Santos ? Pues bien .... ¿ Y á qué detenerse mas en rebatir unas
tan tontas objeciones , indignas de la grandeza y de la santidad
de este augusto lugar ? Callad ya, ó profanos, callad ; no querais
mas aguzar vuestra lengua sacrílega contra el Cielo , ni medir
con la débil vista y entendimiento humano los altísimos arca-
nos y los consejos inefables de la divina Bondad . Callad y
confesadlo de buena fe que no es un puro zelo de la gloria de
Dios el que os mueve á hablar ; que créeis puede granjearos
reputacion de talento , suponiendo zelos y envidias donde no
pueden existir ; y que solo sabeis mostraros afectuosos zeladores
del honor del Hijo cuando se trata de impugnar el de su Ma-
dre (20), y solo de el del Hijo y de la Madre , cuando se trata
de impugnar la exaltacion de sus siervos . El cristiano , el de-
voto , aunque sea el mas ignorante , sabe mucho mejor que
vosotros, que Omne datum optimum, et omne donum perfec-
tum desursum est , descendens á Patre luminum , y que si

glorifica á FILOMENA, la glorifica porque sacrificó su vida pu


( 12 )
Dios , porque la contempl ahora en el cielo gozándos en su
a e
eterna vision , y para inclinarla á que como protectora y abo-
gada le alcance de Dios y de su bendita Madre ( 21 ) todos los
bienes que necesita .
Ahora pues , excitando como realmente excita y aviva el
culto de FILOMENA la fe de los pueblos , como decia al prin-
cipio , y siendo este culto justo en sí mismo y verdaderamente
legítimo como me parece haberlo evidenciado , ‫ ¿ن‬no podrá de-
cirse que es sumamente glorioso á Dios ? Ea pues no temais (22) ,
fieles , menoscabar el honor debido á Dios y á la santísima
Vírgen cuando honrais á FILOMENA . La invocacion de los Santos
es un dogma de nuestra santísima fe (23) , y FILOMENA es
Santa , porque como á tal os la propone la Iglesia , exponiendo
á vuestro culto sus venerables restos (24) . Honrando á FILO-
MENA Vosotros intentais honrar á Dios en sus Santos. De Dios
pues como autor de todas las gracias , y de María como á
despensera soberana de ellas , prometéos con confianza por la
intercesion y méritos de FILOMENA gracias de toda especie
porque como voy á mostraros , aunque de corrida por no
alargarme demasiado , el culto de santa FILOMENA es suma-
mente útil á los pueblos, por las gracias que de Dios les alcanza.
Y no os persuadais , que intente yo hablaros solamente de
favores acostumbrados y ordinarios ó en numero ó en gran-
deza, sino de gracias tan multiplicadas en realidad , tan seña-
ladas y distintas , cuales es preciso que correspondan á la fe,
que este culto despierta en los pueblos (24) .
Yo en verdad os digo , lo que la Sabiduria encarnada dijo
á sus discípulos , que se maravillaban al ver repentinamente
secada la higuera que maldijo , si tuviereis fe y no dudareis
en vuestro corazon , no solo obraréis portentos semejantes al
que habeis visto ; sino que si dijereis á una montaña : levántate
de aquí , y arrójate al mar , realmente sucederá como lo hu-
biereis mandado : Si habueritis fidem, et monti huic dixeritis:
Tolle et jacta in mare , fiet . Sí , todo cuanto con viva fe
sabréis pedirme en la oracion , todo infaliblemente lo conse-
guiréis : Et omnia quæcumque petieritis in oratione creden-
tes , accipietis .
( 13 )
Y Señores , tengan la bondad de advertir , que no es esta
la opinion particular de un teólogo , ni una respetable senten-
cia de un santo Padre , ni una definicion de la Iglesia ó con-
gregada ó dispersa , ó que nos venga por el órgano del supremo
Pastor : es un oráculo claro , manifiesto , infalible de la Sabi-
duria increada , del mismo Cristo , á quien es preciso que crea
no solamente el católico , sino cualquiera que reconozca y
acepte el Evangelio . Así pues sobre la verdad de su juramento
nos asegura el mismo Dios , que por la oracion podemos no-
sotros alcanzar cuanto nos sepamos de él prometer : Omnia
quæcumque petieritis in oratione credentes , accipietis.
¿ Qué me importa ya despues de esto la veracidad de
las historias , en que con tanta abundancia son contados los
portentos y favores , que por la intercesion de santa FILOMENA
alcanzan los pueblos cada dia ? Otra autoridad tenemos á
nuestro favor muy superior á la testificacion de los hombres ,
la autoridad del Evangelio , la autoridad del mismo Cristo , y
esto basta. Que los pueblos pongan en el patrocinio de santa
FILOMENA una confianza ilimitada , es un hecho cierto, notorio,
incontestable , que para comprobarle bastan las amargas la-
mentaciones de los que contradicen este culto , que quisieran
de todos modos disuadir el ponerla en su intercesion (26).
la
Que invocando á FILOMENA , cuya santidad es garantida por
infali bilida d a
de la Iglesi , y que ponie ndo en ella una ilimit ada
confianza sea el Señor legitimamente invocado , y en él solo
puesta toda la esperanza , á mas del comun sentir de los fieles ,
claramente lo enseña , y constantemente lo apoya la Iglesia en la
doctrina sobre la invocacion de los santos (27) . Así no pueden
jamas ser engañados en su fe los fieles todas las veces que
rueguen á Dios con una fe viva de alcanzar todo cuanto piden,
con tal que no sea contrario ó menos oportuno para el verda-
dero bien de su alma . Con qué no se podrá asegurar con
franqueza , aun prescindiendo del hecho que evidentemente lo
demuestra , que el culto de santa FILOMENA es sumamente
útil á los pueblos por las gracias que de Dios les impetra ?
Ea presentaos aqui delante , vosotros , los que llenos de re-
conocimiento y de amor atestiguais intimamente convencidos.
( 14 )
lá poderosa y benéfica proteccion de la Santa (28) . No , no
serán dudosas , ni oidas con sospecha vuestras deposiciones.
Vosotros pedisteis con fe prometiéndoos por su intercesion un
suceso favorable, y correspondió el éxito á vuestras esperanzas.
Ni podia menos de suceder , no siendo Dios como los hom-
bres mudable en sus consejos , ni faltando jamas á su palabra.
Él ha jurado concedernos , aunque sea á fuerza de portentos,
todo aquello que animados de una viva fe le pidiéremos , con
tal que sea bueno y útil para nuestras almas : Amen dico vo-
bis , omnia quæcumque petieritis in oratione credentes acci-
pietis ; y fiel á sus promesas os ha respondido , como tenia de
costumbre mientras conversaba con nosotros , por medio de
su sierva FILOMENA , en señal de haber aceptado nuestras ora-
ciones ; asi te suceda , como firmemente has creido : Fiat tibi,
sicut credidisti ; y entonces , ¡ ó portento ! al eco de estas
omnipotentes palabras renació de repente en vuestros corazo-
nes la calma , se disipó la tristeza , tranquilizóse la pasion , la
tentacion desapareció , cesaron las porfiadas calenturas , y
huyeron las penosas dolencias , consiguiendo pronto socorro
y ayuda en todas vuestras necesidades.
Continuad pues ,
continuad en fiaros al patrocinio de FI-
LOMENA . Créedlo , no lo dudeis , que Dios la ha destinado
precisamente en este siglo de incredulidad y de vértigo para
despertar la fe en los pueblos ; siendo por esto su culto suma-
mente glorioso á Dios , y á mas sumamente útil á los pueblos
por las gracias que les alcanza . No querais pues prestar oidos
á los que engañados ó malignos pretenden entibiar ó extinguir ,
sea lo que se quiera , vuestra fe y vuestra religiosa piedad (29).
Estad ciertos de que honrando á FILOMENA honrais á Dios en
sus Santos , y que alcanzaréis de él las gracias por la intercesion
de sus Santos ; y que cuanto mayor será la confianza que pon-
dréis en esta vuestra Abogada , tanto mayores serán , mas insig-
nes y ruidosos los favores que alcanzaréis de Dios autor de todas
las gracias , y de María soberana despensera de todas ellas (30).
Sí , ó gran Santa , ya que así lo quiere aquel Dios , quien
solo puede excitar tanta fe en nuestros corazones , todos nos
prometemos de Vos y de vuestra poderosa intercesion toda
( 15 )
especie de gracias : nosotros os aclamamos hoy solemne-
mente por nuestra Protectora y Abogada . Haced , ó FILOMENA,
que á la sombra de vuestro poderoso patrocinio crezcamos
cada dia mas y mas en el amor de Jesus y en la confianza
en María. La sola gracia os pedimos del reino de Dios y su
justicia , y la salvacion de nuestras almas , dejando á vuestro
cuidado el repartirnos lo demas que sea del agrado del Señor.
Así sea .

NOTAS ANALOGAS DEL AUTOR.

(1 ) PÁGINA 5.
Algunos entre los impugnadores de este culto creen haber
dicho ya lo bastante profiriendo 9 no ser bien cierto que tuviese
el nombre de FILOMENA la Santa que llamamos con este nombre.
En hora buena , sea así ; ¿ pero y qué importa el nombre ó á la legiti-
midad del culto , ó á la abundancia de confianza que tenemos en
ella ? Tanto si se llamaba Filomena , ó Lumena , ó si se quiere mas,
Priscila , Ciriaca , ó Lucina , en la sustancia siempre será una ver-
dad , que invocando á FILOMENA tenemos la intencion de recurrir in-
dividualmente al patrocinio de aquella santa Mártir , cuya bienaven-
turada alma dió vida en otro tiempo á los miembros de aquel cuerpo,
cuyas reliquias ó imágenes veneramos como imágenes y reliquias de
santa FILOMENA ; resultando de aquí no ser vago , incierto ni dudoso
el objeto de nuestro culto , sino seguro , determinado y fijo ; porque
siempre será verdad que los huesos y cenizas que veneramos como de
santa FILOMENA deben ser para un católico, y para un hijo respetuo-
so á la autoridad de su madre la Iglesia , verdaderas reliquias de una
santa Mártir : cosa que á mas de determinar y fijar nuestro culto , le
demuestra verdaderamente justo y legítimo. Y si á ello se añade , no
poder menos de reconocerse la mano de Dios, tanto en la invencion de
estas preciosas reliquias , como en la súbita y rapidísima propagacion
de su culto, ¿ no habrá motivo para inferir, que Dios quiere manifes-
tar por ellas la largueza de su beneficencia , y así que este culto , á
mas de ser determinado y legítimo , es ademas poderoso para elevar
( 16 )
nuestra confianza al mas alto grado posible ? Por lo demas sin una
especie de temeridad no puede ponerse en duda el nombre de FILO-
MENA , despues del unánime consentimiento de tantos sabios , que han
interpretado la inscripcion de la lápida. Si la autoridad de la lápida
bastó al sumo pontífice Benedicto XIV para asegurar el nombre de
Proco al cuerpo de un santo mártir , que regaló á los Comisionados
de la iglesia metropolitana de Bolonia : Nos asserimus Proci nomen
propter marmoris sepulchralis auctoritatem ( Epist. ad Canon. Bo-
non. 20 aprilis 1745 in Append. Monum . ad Lib. III. de Festis ) , ¿ no
nos ha de bastar á nosotros , para continuar en invocar con fe á nues-
tra Santa con el nombre de FILOMENA , mayormente despues de ha-
ber aprobado la Iglesia , como verémos , con el nombre de la Santa
como su Protectora y Patrona , congregaciones , y pias hermandades,
y concedídoles muchas indulgencias ?
(2 ) PÁGINA 5.
A primera vista parece un poco extraño , que una Santa de
un mérito tan singular y distinguido , cual debe creerse santa FILO-
MENA , juzgándolo solamente por la confianza , que inspira en los
pueblos su poderoso patrocinio , haya sido desconocida y totalmente
olvidada por espacio de mas de mil cuatro cientos años , y precisa-
mente reservada á nuestro siglo XIX la invencion de sus reliquias, y
su exaltacion á los honores del culto público. Aunque á la verdad no
nos toca á nosotros el querer indagar atrevidos , el por qué , ó el mo-
tivo de las siempre adorables disposiciones de Dios, parécenos sin em-
bargo , mirando las cosas en su verdadero punto de vista , poder jus-
tamente aplicar á nuestra Santa con la debida proporcion , cuanto re-
fiere Baronio , haber sucedido en la invencion del cuerpo del proto-
mártir san Esteban, y en los prodigios obrados por su intercesion : á sa-
ber, no haber sucedido sin especial designio de la Providencia sobe .
rana , que mientras la fe es lánguida en unos y muerta en tantos otros
hayan obrado tantas y tan extraordinarias cosas las cenizas en sí des-
preciables y los frios huesos de una Mártir muerta tantos siglos ha-
ce ; como son el inclinar á la religion y piedad á los fieles , y obrar
curaciones y portentos capaces , no solo de confirmar á los vacilantes
y dudosos , sí que tambien de hacer volver á la luz de la verdad y
del Evangelio á los mismos herejes , incrédulos y ateistas aunque re-
nitentes con tal que no sean del todo obstinados. Ut plane magno
Dei consilio factum appareat , quod tepescente in nonnullis chris-
tiana fide.... Christiani unius ante quadringentos ferme annos vitâ
functi tenuis pulvis et ossa tot tantaque præstarent , ut ea sola satis
efficacia esse potuissent.... non tantum ad titubantes consolidandos,
sed et Ethnicos omnes ad Christianam Religionem reluctantes licet,
( 17 )
dummodo non obstinatos , omnino pertrahendos . ( Baron. ad ann. 415 .
n. xvII ). ¿ Es acaso nuevo este modo de hacer la guerra , adoptado
por el Áltísimo , para confundir y al mismo tiempo destrozar á sus
mas protervos enemigos ? Así como le plugo en otros tiempos triun-
far de la impiedad de Juliano el Apóstata con las Reliquias del már-
tir san Babilas , y herir de muerte como con un rayo la arrogancia
de los Arrianos, con las de los santos mártires Gervasio y Protasio, y
acabar con el paganismo y la idolatría en el Egipto , con las de san
Marcos evangelista , y las de los santos mártires Ciro y Juan , segun
refiere el mencionado Baronio en el año 415 ; así para triunfar del espí-
ritu de indiferencia y del de irreligion y de impiedad del siglo decimo
nono habrá sin duda escogido las cenizas y los huesos de santa Fı-
LOMENA : Nova hæc et planè admiranda bella elegit Dominus ad ex-
pugnandos et confundendos adversarios suos ( Baron. ibid. ). Así es,
que sobre la venerable urna , que encierra estas preciosas reliquias
podrian bien grabarse por modo de epígrafe aquellas notables pala-
bras de san Agustin : LATUIT TANTO TEMPORE CORPUS EJUS : PROCESSIT
QUANDO DEUS VOLUIT , ILLUMINAVIT TERRAS , TANTA MIRACULA fecit.
( S. August. Serm . 52. de div. )
(3) PÁGINA 5.
De esta Santa , dicen algunos , ni se saben las particularidades
de su vida , ni las actas del martirio : todo lo que sabemos no estriba
sino en revelaciones.... en simples conjeturas .... Bien , y qué te-
nemos de aquí ? Dado de valde , que así sea , aunque no concedido ,
pues que los emblemas grabados sobre la lápida nos dan sobre ella
noticias bastantess ; ¿ habrá por eso de ser menor nuestra confianza
en su patrocinio ? Era igualmente un Santo de nombre no conocido
aquel san Eugenio mártir , de quien hablan los Bollandistas al dia
29 de julio , cuyas reliquias , sacadas del cementerio de santa Ciria-
ca en el pontificado de Alejandro VII , fueron enviadas en el año 1660
al Abad de un cierto monasterio de Suiza. De él no se sabia ni el lu-
gar de su nacimiento , ni las virtudes que ejercitó , ni el dia ni gé-
nero de muerte que sufrió , y á pesar de ello , en menos de veinte
años , contábanse ya obrados por su intercesion mas de setecientos mi-
lagros , comprobados por testimonios auténticos . ¿ Quien no ve en ello
una señal manifiesta , de que por mas que desconocido supo desper-
tar la fe en los pueblos ? Con estos y otros ejemplos de igual natura-
leza , dicen los Bollandistas , pueden y deben los predicadores de la
divina palabra animar la confianza de los fieles , á acojerse á la pro-
teccion de los Santos aunque no sea conocido su nombre , advirtiendo ,
que el querer inferir, que se deba menor culto á un santo desconoci-
do en cuanto al nombre , y que haya de confiarse menos en su pa-
3
18 )
trocinio por ignorarse sus hechos , es un error plebeyo y vulgar , del
cual malamente podria echarse mano para reprobar la piedad y de-
vocion extraordinaria de los fieles con respecto á santa FILOMENA . Pon-
gamos aquí sus mismas precisas palabras : Si fervor quorumdam in-
tepescat , quia sanctum illum ignotum esse intelligant , concionatorum
est plebejo isti errori occurrere , et auditores suos ad veram solidam-
que sacrarum reliquiarum venerationem hortari. Exemplo esse potest
S. Eugenius... cujus invocatione plusquam septingenta miracula
contigerunt , ut supra num. 20 retulimus. ( Act. Sanct. Tom. 7.
mens. Jul. pág. 31. ad diem 29. )·
(4) PÁGINA 5.
Hace aquí alusion á los muy esclarecidos oradores sagrados , el
M. R. D. Andres Grassa y el M. R. D. José Oggeri , quienes con
una brillante oracion panegírica , celebraron las alabanzas de la San-
ta en los dos primeros dias del tríduo.
(5) página 6.
Hablando con ingenuidad , es verdaderamente ridículo , por no
decir injusto , el efugio de algunos que ya en esta , ya en aquella otra
ciudad van diciendo : buenamente no podemos aun contar en nuestra
ciudad un hecho realmente prodigioso ni una curacion milagrosa au-
tenticada verdaderamente , que pueda atribuirse á santa FILOMENA...
Como ! ¿ No sois vosotros , los que andais propalando por todas par-
tes , que cuando se trata de milagros , no se ha de creer nada ; y si se
oye hablar de algun suceso , que presente algo de prodigioso , con-
viene mucho guardar silencio sobre él sin hablar palabra , ni como
de un milagro cierto , cosa que importa mucho observar hasta que
sea comprobado tal , ni tampoco como de un hecho histórico que po-
dria contarse indiferentemente , como se cuentan tantos otros sucesos,
que es dado á cada uno creer ó dejar de creer , á proporcion de su
mayor o menor probabilidad y certeza ? ¿ no sois vosotros quienes
con sarcasmos , con calumnias y con amenazas que llenan de miedo,
sufocais las voces de la piedad y de la gratitud obligándolas al si-
lencio , y os esforzais en disuadirlo á todo el mundo , aun á aquellos
hombres que estan en la íntima conviccion de haber alcanzado algun
favor de la Santa? ¿ y nos vendréis despues á decir con tanta frescu-
ra , no contarse aun ninguna curacion prodigiosa legitimamente ates-
tiguada ? Procediesen á lo menos de buena fe , decia S. Ambrosio , los
que se resisten á confesar los milagros , haciendo de su parte cuanto
es menester para averiguar la verdad del hecho ; y decíalo contra
los Arrianos que negaban á pesar de ser cierto , notorio y evidentísi-
mo el hecho , el beneficio que acababa de recibir un ciego , que babia
recobrado la vista con haber tocado la orla del vestido de los santos
( 19 )
mártires Gervasio y Protasio , cuyas reliquias acababan entonces de
hallarse: Isti beneficium negant , qui factum negare non possunt. Mas
perversos aun que los judíos , dice el Santo , los cuales no pudiendo
negar , que el ciego de nacimiento viese entonces , preguntaban á lo
menos á sus padres , si siempre lo habia sido ; y mas obstinados y
pertinaces que ellos lo preguntan á escondidas , y lo niegan con des-
caro , acreditándose así de incrédulos , no con respecto á las obras,
que no pueden menos de reconocer evidentes , sinó con respecto al
autor , á quien no les acomoda confesar : Detestabilior istorum quam
Judæorum pertinacia ; illi cum dubitarent vel parentes interrogabant.
Isti occulte interrogant , palam negant , jam non operi increduli
sed auctori; resultando de ello , que cegados algunos por su malicia
han llegado á tal extremo de locura , que mientras los mismos demo-
nios confiesan el poder de estos mártires , ponen ellos en cuestion su
santidad , y mientras por todas partes se oyen las voces de los que
han sido curados , y que dan irrefragable testimonio de su proteccion,
se atreven a decir con desvergüenza , no serán estas reliquias de ver-
daderos mártires , ni podrán por lo mismo obrar semejantes porten-
tos : In tantum amentia prodeunt , ut negent Martyrum merita, quo-
rum opera etiam dæmones confitentur.... Ariani dicunt ; non sunt
isti Martyres , nec torquere diabolum possunt , nec aliquem liberare,
cum tormenta dæmonum ipsorum voce probentur , et beneficia Marty-
rum remediis sanatorum , et absolutorum indiciis declarentur. ( S.
Ambr. Oper. Edit. Maur. Paris. 1690. Epist. clas . 1. Ep. 22. ad So-
ror. ) No es pues una cosa nueva en la Iglesia , el ver negada con
descaro la santidad de aquellos mártires, cuyos prodigios no se quie-
ren confesar ; ni lo es tampoco el poner dudas sobre la legitimidad
de un culto , que Dios mismo autoriza , é ilustra con el esplendor de
los portentos. Ha llegado á tanto algunas veces la malignidad y la
perfidia , hasta intentar negar la existencia de un hecho , cuando no
ha podido de ningun modo negar su evidencia. Así sucedió con el
cuerpo de S. Olao Rey de Noruega , si damos crédito á los Bollan-
distas , que refieren el hecho apoyados en la autoridad del hereje Un-
dalino. Se conservaba el cuerpo de aquel milagrosamente incorrupto,
despues de quinientos años , en el sepulcro que tenia en la catedral
de Drontheim , dando solemne testimonio de la fe católica contra los
Luteranos , que se habian apartado de ella y llenándolos de confu-
sion. Mal de su grado ni podian , ni sabian como evadirse de la evi-
dencia del hecho. ¿ Pero qué , confesaron por esto el milagro ? De
ningun modo. ¿ Le negaron acaso ? No podian. ¡ Pues qué hicieron ?
He aquí como terminaron todas las cuestiones , que fué escondiendo
el cuerpo bajo de tierra. Leyendo esto , concluye el Bollandista , no
( 20 )
pude menos de acordarme de aquel pasaje del evangelista S. Juan
en el cap. 12 en que cuenta ; que los príncipes de los sacerdotes toma-
ron la resolucion de matar á Lázaro , porque , por causa de él , mu-
chos de los judíos creian en Jesucristo . Act. Sanct. 29. Jul . Este mo-
do de negar los milagros sino es el mas justo y convincente , es á lo
menos el mas expedito y desembarazado.
(6) PÁGINA 6.
Con visos de verdad , dirá quizá alguno , que en este asunto
nada hay de especial ni de característico para el culto de nuestra
Santa ; pues que del culto de cualquier Santo se podrá tambien decir
que es glorioso á Dios por la fe que aviva en los pueblos , y útil á
los mismos por las gracias que de Dios les alcanza. Dejando por
ahora aparte , que la sola diferencia del mas al menos , diferencia
suficientemente indicada con el adverbio de cualidad sumamente ,
podria en algun modo caracterizarle ; háse de reflexionar aquí que
por punto general se niega cabalmente al culto de santa FILOMENA
lo que con facilidad se concede al culto de cualquier otro Santo ; y si
mas se quiere añadir , puede decirse con el conde O' Mahony que en
el dia de hoy es necesario demostrar las cosas mas claras y eviden-
tes , por ser tal la condicion de nuestro siglo de luces , y hasta em-
plearse largos y graves discursos para dar á entender que la peste
es una enfermedad , que el veneno mata , y que los impíos no aman
á Dios ( Souven. Polit. Avignon 1831 ),
(7) PÁGINA 6.
En lugar de reconocer á Dios como autor de una devocion,
en la propagacion de la cual es imposible dejar de reconocer
su poderosa mano ( vid. la nota 12 ) , por punto general es mi-
rada esta como efecto de fanatismo. Los mas juiciosos entre los
impugnadores del nuevo culto acostumbran decir " que ellos en
verdad le aprueban , y que solo los enfada el fanatismo , con
que se propaga. ¿ Y conocerán ellos toda la fuerza de esta pala-
bra fanatismo ? ¿ ya saben verdaderamente lo que dicen cuando la
pronuncian con tanta facilidad , y la aplican tan sin reflexion ? Si fa-
natismo es lo mismo que ilusion , locura , furor ó bien , como en
sentido mas propio lo explica el Diccionario de la Crusca , un entu-
siasmo excesivo y supersticioso de religion ¿ podrá con justicia apli-
carse al ejercicio de un culto legítimo , aprobado por la Iglesia , y
que Dios mismo visiblemente ha promovido ? Así pues , si asegu-
rando vosotros , ó contando á algunos , que en esta ó en aquella otra
ciudad se ha establecido el culto y devocion de la Santa , luego él os
responde ser así verdad, pero que no se ha visto allí tanto fanatisma;
¿ que otra cosa será el sentido de estas palabras en su boca sino que
( 24 )
allí hay menos concurso de devotos en torno del altar de la Santa ,
menos frecuencia de tríduos y públicas novenas , menos particulares
obsequios y menos actos de veneración , menos abundancia de tabli-
llas de votos y ofrendas y menos aparato de lámparas y velas encen-
didas delante su venerada imágen ? Mas todo esto será señal de haber
allí menos piedad , menos devocion , menos fervor, y menos confian-
za en el valimiento de la Santa ; pero jamas que haya allí menos fa-
natismo. Las prácticas del culto cristiano solo serán fanatismo para
los verdaderos fanáticos.
(8) PÁGINA 7.
¿ Puede Dios hacer milagros ? Una tal cuestion tratada con se-
riedad , sino fuese absurda , á lo menos seria impía ; y al que negati-
vamente la resolviese , como seria hacerle sobrado honor el castigarle
bastaria meterle en la cárcel ( Rousseau Cart. de la montaña pág .
104. Paris 1793 ) . Pocos son ciertamente en nuestros dias , los que se
atrevan á sostener con seriedad , que Dios no pueda hacer milagros,
y de consiguiente á quienes convenga la reclusion propuesta por
Rousseau . No faltan sin embargo , quienes concediendo á Dios in
abstracto el poder de hacerlos , se lo niegan in concreto , no admi-
tiendo en él esta voluntad de hacerlos á lo menos por los tiempos pre-
sentes ; siguiéndose de aquí el oirse á cada paso y con tono de firme-
za y seguridad : haber ya pasado el tiempo de los milagros ; y el no
haberlos en nuestros dias. Así hablan , y lo peor que los tales pien-
san fundarse en las doctrinas de los mas célebres entre los Padres an-
tiguos. Nos apoyamos , dicen, en la autoridad del P. S. Agustin, quien
escribiendo á Honorato en el Libro : de Utilitate credendi , le da la
razon de no verse ahora los milagros de los tiempos de los Apóstoles ,
diciendo haber Dios cesado de hacerlos , porque la frecuencia habria
dejado de hacer impresion. Nos apoyamos en la de S. Juan Grisósto-
mo y en la de S. Gregorio el Grande , de los cuales el primero en la
( Exposit. in Ps. 142. Tom . V. oper. Edit. Maur. ) dice , que hallán-
dose en sus dias extendida por todo el mundo la fe católica , no ha-
bia necesidad de ellos , por cuanto el hecho mismo de su propagacion
hablaba con bastante claridad , y mostraba evidentemente el concurso
del omnipotente brazo de Dios : y el segundo en ( la Homil. xxix. n.
4. L. 11. in Evang.) afirma que portándose Dios á la manera de un
sabio hortelano que riega las plantas tiernas hasta tanto que hayan
prendido en la tierra , diligencia que deja de practicar tan luego co-
mo hayan echado raíces , así la Iglesia tierna en sus primeros años
tenia necesidad de milagros, cosa que ahora no ; mayormente estando
escrito , que las lenguas son puestas para señales no de los creyentes
sino de los infieles. ¿ Con qué apoyados en la autoridad de esos gran-
( 22 )
des hombres os valeis de sus argumentos para venir á persuadirnos,
que en nuestros dias no hay , ni puede haber verdaderos milagros ?
Como es que S. Gregorio en el lugar donde afirma , que la religion
no necesita ahora del esplendor de ellos sino del de las obras buenas
añade , que cuando la oportunidad lo exige abundan ellos tambien en
medio de la Iglesia ? Nam postquam superbiam infidelitatis edomuit,
non jam virtutum signa , sed sola merita operum exigit , quamvis et
illa per multos eum opportunitas exigit , ostendat ( Moral. Lib. 27.
in Cap. xxxvII. b. Job. núm . 36. ) : y así, que eran tantos en su tiem-
po los obrados por Dios , que queriendo como dar razon de ellos los
Padres Maurinos en el prefacio del libro de los Dialogos, dicen no ser
extraño haber sido obrados muchos y muy ruidosos á fines del siglo
quinto , y en casi todo el sexto , porque estaba entonces casi toda la
tierra miserablemente envuelta ó en las tinieblas de la idolatría ,
en la densa oscuridad del error : Minime obstupescendum labente
quinto seculo , et fere toto sexto decurrente tot tantaque á Deo pro-
curata fuisse miracula . Nimirum totus pene tunc orbis aut in idolola-
tria tenebris , aut in densa nefandarum hæresum caligine misere ja-
cebat. ¿Como es que S. Crisostomo , mientras explica aquellas pala-
bras ( Exposit. in Psal. ex. Tom. v. ) memoriam fecit mirabilium suo-
rum , dijo , que jamas cesó el Dios altísimo de obrarlos , y que mu-
chos los habia en su tiempo privados y públicos, tanto entre el silen-
cio de las paredes domésticas , como en el estrepitoso bullicio de las
populosas ciudades ? Hoc enim est memoriamfecit : non cessavit, non
destitit per omnem generationem facere miracula : multa autem in
diem hodiernam usque videri possunt , et privatim et publice , et in
domo , et in civitatibus : Y que ellos eran tan frecuentes y multipli-
cados , hasta poderlos llamar quotidianos, como lo hizo en el Sermon
de S. Babilas contra Julian. et Gentil. núm. 11 ? Ita provisum esse
fidem facere possunt miracula quæ á Sanctis quotidie Martyribus
eduntur. ¿Como es , que S. Agustin (Retr. lib. 1. c. 14. n. 5. ) expli-
cando el lugar arriba citado del libro de utilitate credendi , añade
haber dicho aquello , no porque no tengan lugar en el dia de hoy
los milagros , sino porque no son tan estrepitosos y frecuentes ? Hac
autem dixi quia non tanta nec omnia modo , non quia nulla fiant
etiam modo. ¿ Como es , que en el capítulo precedente afirmase, que
aun ' entonces eran tantos , que ni era posible conocerlos todos , ni en
la suposicion de serlo , se podian reducir á guarismo ? Qualia tam
multa etiam istis temporibus fiunt , ut nec omnia cognoscere , nec ea
quæ cognoverimus enumerare possimus : ¿ Como es , que de solos los
obrados en pocos años en Hipona y en Calama por la intercesion del
protomártir S. Estéban escriba de ellos , en el libro de Civitate Dei
( 23 )
lib. 22. c. 8. ser suficientes para llenar muchos grandes volúmenes ?
Si enim miracula sanitatum , ut alia taceam , modo velim scribere,
quæ per hunc Martyrem facta sunt in Colonia Calamensi , multi
conficiendi sunt libri. Concluyamos pues , que cuando parece.conve
nian los Padres en que no se hacian ahora milagros , hablaban espe-
culativamente , haciendo abstraccion del hecho , ó como suele decirse,
dándolo de barato pero no concediéndolo , para rebatir la malignidad
de aquellos miserables , que no viendo , ó no queriendo creer como
sucede con los de nuestros dias , los prodigios por mas que ruidosos,
y muy brillantes , que sucedian en aquella sazon , querian temera-
riamente inferir no ser tampoco verdaderos los que se leen en las
santas Escrituras. En este sentido hablaban ellos , atendienda á su
menor frecuencia , comparada con el número verdaderamente inume-
rable de los obrados en los tiempos de los Apóstoles. Y habrá ver¬
güenza para alegar despues la autoridad de tales Padres , para defen
der la máxima de que la Iglesia no tiene jamas necesidade de mila-
é inferir despues bien ó mal la consecuencia , que son todos
falsos cuantos se cuentan sucedidos en nuestros dias ? No seria
mejor el inferir , que así como entonces , por mas que difundida y.
establecida la Iglesia , así Dios al presente puede dranifestar su om-
nipotencia con la operacion de ellos ? 20.0 20
Por lo demas , á qué viene ese empeño de querer desterrar abso
lutamente en nuestros dias los milagros del mundo , si segun la res
petable autoridad de Benedicto XIV (de Canon. Sanct ! Lib. 1.c. 28.
n. 14.) apoyado en la doctrina de santo Tomas, y si segun el comun
sentir de los teólogos , como dice el mismo Pontífice (ibid. L.1. c. 13.
n. 9.) nunca debe faltar en la Iglesia católica el don de ellos , y es
otra de sus notas y caractéres el que los haya en ella , aun en el dia
verdaderos , sin que haya pasado algun siglo, en el que no se hayan
solemnemente aprobado algunos como tales : Quamobrem theologi
agentes de notis Ecclesia catholicæ , hanc etiam notam recensent,
quod in ea sint vera miracula , et quod in nostra Catholica Ecclesia
Romana omni sæculo miracula approbantur ? Mas si alguno se qui-
siese obstinar aun , reputando como practicamente imposibles los mi-
lagros por las palabras del Apóstol : Linguæ datæ non sunt fidelibus,
sed infidelibus, que se tome la pena de examinar de buena fe cuantos
los hay en nuestros dias entre los católicos , cuya fe está vacilando, y
concluya si serán entre nosotros inútiles ó inoportunos los milagros :?
¿Y qué? cuando una gran parte de la juventud de nuestros dias se
deja arrebatar desgraciadamente del torrente de incredulidad , aun,
acerca de las verdades mas augustas é inconcusas ; cuando es despre-
ciada la venerable autoridad de la Iglesia , y no se quiere reconocer
( 24 )
en ella la herencia del espíritu y de las promesas del divino Salvador;
cuando la duda inficiona las clases aun las mas ignorantes , y las mas
infimas ; cuando es una cosa harto comun encontrar entre los sencillos
habitantes de nuestras aldeas y cortijos , quien moteje la divinidad de
la fe , quien se burle de la religion y sus ministros , quien niegue la
necesidad de las prácticas del culto , quien ponga en duda la existen-
cia del infierno , ¿ se dirá que la Iglesia no tiene ahora necesidad de
milagros , porque Lingue date non sunt fidelibus , sed infidelibus?
(9) PÁGINA 7.
Podria francamente asegurarse , sin temor de ser desmentido
que en ningun género de ciencias , exceptuadas solas las naturales,
haya realmente progresado nuestro siglo : pero suponiendo , sin por
eso concederlo , que realmente abunde de hombres doctos y verdade-
ramente profundos , quien podrá menos de exclamar con san Agus-
tin citado por Turchi ( Serm. 2. sobre los espíritus fuertes) ,, ¡ No es
,, una cosa que ཇ། causa lástima ver hombres insignes en matemáticas,
99 en física , en jurisprudencia , en historia , exactos y profundos sabios
,, en política que apenas se ponen á hablar de Religion son ya otros
22 hombres , enteramente diferentes de sí mismos , faltados al parecer
99 de razon y de buen sentido desde aquel momento ; para quienes
,, las objeciones mas frívolas con tal que ataquen la Religion son en
99 su juicio indisolubles , sin admitir respuesta , y las pruebas mas
"" misérables , mientras que sean en favor de la incredulidad argu-
99 mentos concluyentes y sin replica ! "
(10) PÁGINA 8.
La imágen de santa FILOMENA , cuidándolo piadosos bienhecho-
res , fué expuesta por primera vez el 17 de agosto del año pasado
1834 en la iglesia de los RR. PP. Jesuitas , esto es en la iglesia de
S. Ambrosio. Aun no han pasado ocho meses cuando ya publicamente
se invoca en aquel templo el nombre de la Santa , ya se cuentan en
torno de su altar , como otros tantos adornos mas de mil doscientos
votos de plata , sin contar otros tantos de oro y de piedras preciosas,
señales evidentes de la devocion de los fieles, y de las gracias de que
se creen deudores á su benéfica Protectora. Nuestra ciudad , si bien
que precedida en el culto por otras de las mas insignes de toda Ita-
lia , manifiesta no querer ser lasúltima en las sinceras demostraciones
del mas fervoroso amor á la Santa , y de la mas ilustrada confianza
en su proteccion ; y mientras oimos con gusto que el nuevo culto se
halla establecido en todas las ciudades y poblaciones principales de
nuestras costas , vemos dentro de nuestros muros , que agitados los
devotos de una santa emulación compiten á porfía en procurar intro-
ducirle en casi todas las iglesias mas frecuentadas é insignes.
( 25 )
(11) PÁGINA 8.
No es una cosa rara entre los católicos el reirse y mofar como
una cosa nueva é indebida la piadosa costumbre de colgar votos y
tablas en torno de las imágenes y altares de los Santos , como prue-
bas de las gracias alcanzadas por su intercesion . Con harta frecuencia
es imitada en cuanto á este particular la conducta de los herejes , en
especial del mordaz Erasmo de Roterdam, hombre que, como sabia-
mente advierte Muratori ( Anecd . Tom. 1. Diss. 18. ) hacia gala de
una erudicion vasta , pero muy poco sana en materias de religion .
Pero dígase lo que se quiera , esta costumbre es antiquísima en la
Iglesia , y bastarian para demostrarla hasta la evidencia los versos de
S. Paulino. Mas otro testimonio mas claro le tenemos en Eusebio
Cesariense el cual ( Lib. 13. Præp. Evang. c. 7. ) despues de haber
demostrado , que nosotros honramos á los Santos , como á modelo
de verdadera piedad , y como amigos de Dios , añade : Y por eso vi-
sitamos con frecuencia sus sepulcros , y acostumbramos colgar votos
al rededor de ellos , Unde tumulos eorum frequentare , et circum eos-
dem vota illis nuncupare solemus. No era mirada entonces esta costum-
bre como se la quiere mirar por tantos en el dia , como efecto de ilu-
sion y de piadosa credulidad , sino generalmente como pruebas sen-
sibles , y como demostraciones de las gracias , que los pueblos alcan-
zaban todos los dias por la intercesion de los Santos , señaladamente
por la de los mártires. Así decia Teodoreto Serm . 8. de Mart. ad
Græcos citado por Lambertini de Canon . Sanct . Lib. 2. c. 11. n. II .
,,Que aquellos que ruegan con fe y devocion á los santos Mártires ,
29 alcancen lo que piden , y que vean coronadas sus plegarias de los
99 mas felices resultados , evidentemente lo demuestran las votivas
‫ وو‬tablillas de oro y de plata que representan esta un pie, aquella una
,, mano , estotra unos ojos , otras , otras figuras, las cuales cuelgan en
torno de sus venerables altares como testimonios perennes de haber
‫ وو‬alcanzado los favores que pedian ." Quod vero votorum compotes
fiant , qui fideliter petunt , testantur illorum donaria curationem tes-
tantia . Alii enim oculorum, alii pedum , alii manuum simulacra sus-
pendunt ex argento aurove contexta ... Hæc autem morborum depul-
sionem indicant , cui testandæ ab iis posita sunt qui sanitatem rece-
perunt. Aprendamos pues á conocer los monumentos de la antigüedad,
antes de citarla fuera de proposito , para condenar las prácticas de
nuestros dias ( vid . Murat. Loc. sup. cit. ) .
( 12) PÁGINA 9.
Es tambien la novedad de la introduccion de este culto un bello
pretexto para apartar de él á los fieles . ¿ No tenemos acaso bastantes
Santos viejos de nombre muy conocido , sin tener necesidad de buscar
4
( 26 )
Santos nuevos ? ¿ Pero , y es posible que salte de los labios de un ca-
tólico una proposicion mas impertinente ó temeraria , por no decir,
mas tonta é insulsa ? ¡ Santos nuevos ! ¡ Como si por haber sido pro-
puestos de poco tiempo á nuestro culto , tuviesen menos derecho que
los otros ó á nuestra veneracion , ó á nuestra confianza !; Santos nue
vos ! ¡ Como si en sus meritos hubiese una diferencia independiente de
las obras , por las cuales los Santos de nuevo propuestos á nuestro
culto ó pudiesen ó valiesen menos en favor nuestro , que los Santos
cuyo culto es mas antiguo ! ¡ Santos nuevos ! Como si en el cielo hu-
biese las diferencias , que hay aqui en la tierra , en donde el último
agregado á alguna corporacion , el último inscrito en una sociedad, y
el último enganchado en la milicia merece menos consideracion que
el primero !
¿ Y no es esto acusar de novedad á la Iglesia ? ¿ tanto si los San-
tos son nuevos como viejos , para ser venerados como á tales no los
ha de proponer la Iglesia ? ¿ y no es acusar de novedad tambien al
mismo Dios , el cual ha sabiamente dispuesto , que fuese reservado.
para nuestro siglo el hallazgo de aquellas preciosas reliquias ? y á
pesar de ello oirse á cada paso repetir hasta causar hastío : ¿á que acu-
dir tanto gentío y con tanto entusiasmo á una Santa nueva ? quereis
saber el por qué ? porque tal es la voluntad de Dios, y si pedís des-
pues la razon de ello , os responderémos , que sino sabeis entender el
lenguaje de los hechos , es imposible que os convenza la razon , que
quien en la propagacion del culto de santa FILOMENA no descubre la
mano de Dios , ó es ciego que no puede ver la luz , ó es maligno,
porque viéndola cierra á ella voluntariamente los ojos. Viene aquí
muy al caso el referir las sabias y bien ponderadas palabras de uno
de los mas enérgicos y juiciosos escritores que honran hoy dia la Ita-
lia. ,, De santa FILOMENA nadie sabia nada , ni pensaba en ella , y en
‫ وو‬el curso de pocos años no hay ya region cristiana en la que no re-
,, suene su nombre , ni ciudad ni feligresía donde no haya altares ó
"" estatuas levantadas en honor suyo , ni casas ni esquinas en don-
29 de no se vean , y sean veneradas sus imágenes , ni alma atribulada
,, que no acuda á su patrocinio , esperando de ella el alivio y el con-
,, suelo. Está pues aquí la mano de Dios , Digitus Dei est hic. ¿ Y
,, quien puede dudar que sea una obra de la mano de Dios el levan-
tamiento instantáneo de tanta devocion y de tanta fe en estos tiem-
,, pos en que la incredulidad llega al colmo de sus triunfos , en que
,, la cruz es un escándalo , y en que los pocos que han quedado fieles
,, en el cristianismo apenas se atreven á doblar la rodilla ante el SS.
Sacramento, por no exponerse á los insultos y befas del populacho
,, impío ? Estas obras pues que nosotros vemos y que tocamos con
( 27 )
99 las manos , no las hace la divina Omnipotencia para apoyar errores
ni ilusiones ni el fanatismo de los pueblos , sino que nos afianzan
"" en la certidumbre de no ser mentiras ni engaños los emblemas de
99 la lápida , de haber sido preciosos á los ojos de Dios la vida y la
,, muerte de esta Mujer , y que la divina Omnipotencia se complace
99 en glorificarla con multitud de prodigios." Con qué al caso y en este
supuesto, ¿ se nos tachará de novadores porque practicamos un nuevo
culto , porque honramos una Santa nueva ? En buena hora que se nos
tache de tales , y si es lícito hablar así , nosotros de buena gana pa-
sarémos por amantes de la novedad , y nos tendrémos por novadores
con las almas fervientes y pias , con la Iglesia católica , y con el mis-
mo Dios.
(13 ) PÁGINA 10.
¿Y quien nos lo asegura , van diciendo algunos , que las reli-
quias que veneramos , sean verdaderamente de los Santos que hon-
ramos ? quien nos lo asegura ? La Iglesia misma ... que las propone
á sus hijos. La Iglesia pone el cuidado mas escrupuloso , no perdo-
nando medio alguno para asegurarnos de la identidad ; ¿ y serémos
nosotros mas diligentes , mas remirados y advertidos que la Iglesia
de Jesucristo? Querrá tal vez Dios imputarnos á delito el haber sido
obedientes á la Iglesia católica ? ( Así Turchi en la homilia sobre el
culto de las reliquias de los Santos predicada en el dia de todos ellos
en el año 1791. )
(14) PÁGINA 10.
Con harta frecuencia se blasfema de santa FILOMENA y de su cul-
to , porque ni una ni otro se dice , ser conocidos : Quæcumque igno-
rant blasphemant. ¿ Nada se sabe ? ¿ y porqué no se cuida de saber el
hallazgo de sus preciosos huesos , la consignacion que de ellos hizo la
Iglesia paraque fuesen expuestos á la veneracion pública, la propa-
gacion rapidísima del culto mismo , los favores extraordinarios dis-
pensados por Dios por su intercesion , aprecio en que es tenida esta
devocion por los obispos , por los cardenales y por los pontífices ; las
indulgencias concedidas por el Papa para la celebracion de su fiesta
á las pias uniones ó congregaciones erigidas para promover este nue-
vo culto? (Véase la nota 18. ) Y por qué no se lee, ó la Relacion histórica
de D. Francisco de Lucia , ó el compendio de Memorias , en todas
líneas apreciables del muy esclarecido P. Estanislao Gatteschi de las
Escuelas pias ( que por su poco volúmen cuesta bien poco ) ? Enton-
ces no se hablará , ni decidirá tan á bulto , ni sin conocimiento de
causa : Quæcumque ignorant blasphemant. Oigamos de otro libro de
Memorias de santa FILOMENA impreso en Leon y en Paris (en la ofi-
cina de Rusand 1834) , sacado de las obras impresas en Italia con
( 28 )
las licencias de la autoridad competente ; oigamos el juicio que for-
man de este nuevo culto aquellos que estan y deben estar de él me-
jor informados , aquellos á quien el Espíritu Santo posuit Episcopos
regere Ecclesiam Dei : 99 El nombre de santa FILOMENA resuena con
,, gloria por todas partes, y su devocion gana todos los corazones; obis-
pos , arzobispos , príncipes de la Iglesia, adultos é infantillos, todos
,, se apresuran á rendirle sus obsequios , hasta los mismos herejes é
,, impíos , á quienes abren los ojos las obras de la Taumaturga. Yo
,, he oído á obispos que exclamaban : bendito sea el Señor que así vi-
99 vifica por medio de santa FILOMENA. Desde que por suma ventura
99 se la honra publicamente en nuestra diócesis , se han visto perso-
,, nas , que no creian ni en la creacion buscar humildemente una imá-
,, gen de la Santa, y al llegar á poseerla dar tales pruebas de alegría
,, con las demostraciones de su fe , como si hubiesen hallado un teso-
,, ro. ¡ Qué admirable misericordia no despliega el Señor en esta Santa
99 tan amable !" Monseñor Pedro Tobia obispo de Lausana y Ginebra
al conceder su permiso para la impresion y circulacion del mencio-
nado libro en su diócesis con fecha 14 de julio de 1834 : ,, Créemos,
"" añade , á ejemplo de un gran número de obispos hermanos nuestros ,
99 secundar los designios de la divina Providencia recomendando á
,, nuestros diocesanos la devocion á la santa taumaturga FILOMENA
,, vírgen y mártir , bien persuadidos que producirá en nuestra dió-
99 cesis como en todas las otras abundantes frutos de santidad .” He
aquí como hablan los obispos de esta gran Santa y de su devocion.
(15) PÁGINA 10.
En el mes de enero de 1833 fué introducido en la iglesia de
santa Marta vecina al colegio romano el culto público de santa FILO-
MENA , procurándolo el señor conde Alejandro Orsini , quien á sus
expensas hizo pintar un cuadro para regalarle á aquel venerable mo-
nasterio. ,, Y aquí data el tiempo de esta Metrópoli del mundo cató-
,,lico ( léese en el compendio histórico de los singulares y mas me-
morables prodigios obrados por Dios para glorificar á santa FILOME-
NA , impreso en Placencia en el año 1834 , que compiló un célebre
Profesor de aquel Seminario y aprobó su Ilmo. Prelado promotor
zelosísimo de la devocion de nuestra Santa ) , en que la devocion á
99 santa FILOMENA subió al mas alto grado entre el pueblo , si se atien-
99 de al singular empeño que han manifestado no solo los cardenales
,,y prelados , sí que tambien los mismos pontífices. Y sin hacer me-
,, moria de los demas , solo dirémos del reinante sumo pontífice Gre-
99 gorio XVI , que en el año pasado se dignó por sí mismo bendecir
,,un hermosísimo cuadro de la Santa, el cual poco despues fué expuesto
,, á la pública veneracion de los fieles ; y que en el corriente , permi-
( 29 )
, tiéndolo su Santidad , fueron destinadas las iglesias de santa María
99 de la Paz , de santa María de la Victoria y de santa Marta , para-
,, que en ellas fuese honrada con un culto especial la vírgen y már-
99 tir santa FILOMENA. Y á mas de esto , es preciso confesar que aque-
99 llas tres iglesias , por mas que muy capaces , no bastaban paraque
quedase satisfecha la devocion del fervorosísimo pueblo , que á
99 tropel concurria allí todos los dias."
(16) PÁGINA 10.
Cuenta el P. Estanislao Gatteschi en sus Memorias cap . xxv.
como se formó en Mugnano y en sus alrededores una especie de nue-
vo instituto de virtuosas vírgenes , las cuales sin obligarse con votos
solemnes , y sin vivir en comunidad tomaron el nombre de monjitas
de santa FILOMENA : instituto , continua el P. Gatteschi , que en la
tierra ha recibido ya sus debidas alabanzas , porque al presentársele
á Leon XII la relacion histórica de D. Francisco de Lucia , y hacér-
sele observar la lámina puesta antes de la Apología de la Virginidad,
en la que se veian figuradas las doncellitas de santa FILOMENA, excla-
mó : Este es el mayor de los milagros obrados por esta grande Santa.
Pues qué ! Es pequeña cosa salir estas almas puras á hollar publica-
mente al mundo y á la carne en un siglo universalmente corrompido,
y en un reino , que hace poco ha estado expuesto á cambiar de re-
ligion ? En cuanto á mí las bendigo á todas. (De Poveda p. 119).
(17) PÁGINA 10.
Véase la nota 15 puesta arriba.
(18) PÁGINA 10.
Muchas son las indulgencias plenarias concedidas por el actual
sumo pontífice Gregorio XVI á los que celebren la fiesta de santa
FILOMENA ; aquí solamente referiré aquellas que me constan positiva-
mente. Por un rescrito Ex audientia SSmi. 1 de 5 de julio de 1834,
existente en el archivo de la secretaría de indulgencias , fué concedi-
da á las monjas Barberinas carmelitas de Roma indulgencia plenaria
&c. para la fiesta de santa FILOMENA, que habia de celebrarse dentro
de su monasterio. Asímismo con breve dirigido á los carmelitas des-
calzos de la Victoria en Roma , fué concedida por espacio de 7 años
indulgencia plenaria con motivo de la fiesta de santa FILOMENA. Pero
las mas numerosas y mas dignas de consideracion son las indulgen-
cias concedidas por el mismo reinante sumo Pontífice á la Congrega-
cion de santa FILOMENA, instituida en el año pasado en Florencia con
el título de Pia Union erigida en la Iglesia parroquial de S. Miguel
Visdomini bajo la proteccion de la vírgen y mártir santa FILOMENA.
Esta Congregacion , que como dice el P. Gatteschi en el cap. xxvII.
de las Memorias , en un momento se aumentó de modo que pocos
( 30 )
ejemplares se hallarán en el particular , viéndose casi de repente
adornada con los nombres de personas las mas esclarecidas por todos
títulos , y contando en pocos meses mas de tres mil quinientos con-
gregantes , no tiene otro objeto que honrar de un modo singular á su
amable Protectora. Así se lee en el libro impreso en Florencia para
la ereccion de la Compañia. ,, Algunas personas piadosas , dice , des-
,, pues de haber impetrado el permiso para colocar su sagrada Imá-
,, gen en la iglesia prioral de S. Miguel Visdomini , han ademas so-
licitado y alcanzado , para perpetuar el culto en la misma, el poder
,, erigir una sociedad espiritual , cuyo cargo sea el conservar la ve
99 neracion de dicha Santa , obligándose á mantener á sus costas una
lámpara que arda siempre delante su Imágen , y á celebrar todos
,, los años su solemne fiesta en la segunda dominica despues de Pas-
„, cua , con aquella pompa y brillantez que permitan las oblaciones
,, que para tal objeto hayan hecho los congregantes." Y esta es ca-
balmente la Congregacion , á la que el actual sumo Pontífice con un
breve de 24 de marzo de 1834 concedió Indulgencia plenaria , 1.º en
la segunda dominica despues de Pascua , dia señalado para la solem-
ne fiesta de santa FILOMENA , titular de dicha pia Union. 2.º En el
dia de la entrada ó admision de los cofrades en la misma pia Union,
con tal que confesados y comulgados en dichos dias visitaren la so-
bredicha Iglesia , y rogaren allí segun la intencion del sumo Pontífi-
ce. 3. En el artículo de la muerte &c. Despues Indulgencia de siete
años y siete cuarentenas en los dias de la Inmaculada Concepcion,
Purificacion , Asuncion , y Natividad de María , é Indulgencia de
sesenta dias todas las veces que los hermanos y hermanas de dicha
sociedad visitaren el altar de dicha Iglesia de S. Miguel Visdomini
en que estará colocada la Imágen de la Santa , y la honraren con
cualquiera novena, ó tríduo aunque sea privado, o hicieren cualquier
otro obsequio en honor de la misma, y por todas las obras de piedad
cristiana ó de misericordia , que practicaren á lo menos contritos de
corazon en todo el discurso de su vida. Con otro rescrito tambien del
mismo dia , se dignó conceder la gracia de altar privilegiado por to-
das las misas que se hicieren celebrar en cualquier altar ; por sufra-
gio de los difuntos hermanos y hermanas de dicha pia Union , todo
como está en el citado librito impreso en Florencia & c.
(19) PÁGINA 10.
Óyense á cada paso amargas quejas sobre el modo , con que los
devotos de santa FILOMENA generalmente la honran en todos los lu-
gares en que está introducido su culto , modo que se quisiera hacer
pasar por indebido y supersticioso. Oh! y como son tachadas de abu-
se, como hijas de una ciega ignorancia , y de una vulgar credulidad
31 )
ó como supersticiones abominables , que quisieran verse ó enmenda-
das ó abolidas , aquellas tablas votivas , que cuelgan en gran número
al rededor de sus altares, ( véase la nota 11 ) ; flores con que son ador-
nados los mismos , y tomadas despues con respeto y devocion por los
fieles , como si tuviesen virtud para curarlos de sus enfermedades ;
aquel aceite que arde continuamente en sus lámparas , y con el que
tantos se ungen con fe esperando siempre , y no pocas veces asegu
rando haber alcanzado admirables curaciones , y aquellas votivas
velas benditas , encendidas siempre en tan gran abundancia en los
altares á ella dedicados , ó ante sus imágenes ....! Pero , que se las
diga lo que se quiera , que se las llame supersticiones ó abusos á las
tales prácticas : lo cierto es que ellas remontan á los primeros felicí-
simos tiempos del cristianismo , y son consagradas con la constante
práctica de la mas remota y venerable antigüedad.
¿ Qué , se resiste alguno á dar crédito á ello ? Lea si gusta á
S. Agustin en el libro 22 de Civitate Dei cap. 8 , y verá repentina-
mente resucitado al hijo de un tal Ireneo , por haber sido ungido
con el aceite de la lámpara , que ardia ante el altar del protomártir
S. Estéban , y á una mujer ciega que recobró la vista con las flores
del mismo altar , aplicadas sobre sus ojos. Lea á Teodoreto ( in hist.
SS. PP. cap. 21 in Jacob.) , á Venancio Fortunato en la vida de S.
Martin , á Pablo Diacono ( de gestis Longob. lib. 2. c. 9. ) , y verá
obradas frecuentes curaciones, y estas las mas estupendas y prodigio-
sas con solo haberse ungido los enfermos con el aceite de las lám-
paras encendidas ante los altares de los santos Mártires. Lea las obras
de los cuatro Gregorios , del Niceno , del Nazianzeno , del Grande,
y del de Tours ; lea los anales de Baronio especialmente ad an. 55,
y descubrirá que no solamente volvian la salud á los enfermos y la
vida á los muertos , los velos y tapetes que de cualquier modo se hu-
biesen sobrepuesto ó arrimado á las cajas en que habia las reliquias
de los Mártires , singularmente de S. Estéban, de S. Martin de Tours ,
y de S. Eusebio de Vercelli, sí que tambien el polvo que podia reco-
gerse sobre sus altares.
Sobre la costumbre de encender velas en los sepulcros de los
Mártires y ante sus imágenes , dan testimonio de ella S. Epifanio en
la carta á Juan obispo de Jerusalen , S. Agustin , Teodoreto , Fortu-
nato, á quienes cita Baronio ad an. 55 y 58 , Prudencio (Hymn. 2)
y S. Paulino de Nola , quien con estos elegantísimos versos describe
el gran número de luces , que dia y noche ardian en la iglesia del
mártir S. Felix.
Aurea nunc niveis ornantur limina velis
Clara coronantur densis altaria Lychnis.
( 32 )
Lumina ceratis adolentur odora papyris :
Nocte dieque micant , sic nox splendore diei
Fulget ; et ipsa dies cælesti illustris honore
Plus micat innumeris lucem geminata lucernis.
Y para confirmacion suya podrian producirse no pocos ejemplos
de personas , que esperando alcanzar de los santos Mártires algun fa-
vor especial , tuvieron en todos tiempos la religiosa costumbre de
encender lámparas y velas ante sus sepulcros é imágenes : pero como
esto seria repetir las cosas dichas ya , por no alargar demasiado,
solo referiré lo que cuentan los Bollandistas entre los milagros del
mártir S. Anastasio Persa ( c. 3. 22. enero) , que deseando un cierto
conductor de caballos alcanzar una gracia del Santo , compró de una
moneda hallada sin pensarlo aceite para encender una lámpara ante
una reliquia del mismo , que por fortuna habia adquirido , y coloca-
do decentemente en un oratorio en su propia casa ; y que lo mismo
hizo un hijo suyo para alcanzar otro favor del mismo Santo , hacién-
dole voto de encenderle una vela.
Si se replica con el calvinista Juan Enrique Ossio en el Libro,
que tiene por título : Examen perpetuum historico - theologicum in
Card. Baronii Annales , que esta costumbre de encender velas de dia
ante los altares de los Santos y de los Mártires , fué negada y repro-
bada por S. Gerónimo , allí donde escribiendo contra Vigilancio de-
cia : Cereos non clara luce accendimus sicut frustra calumniaris &c.
Quod si aliqui propter imperitiam... hoc pro honore Martyrum fa-
ciunt , quid inde perdis ? A esta objecion , que han hecho ya otros ,
y á la que victoriosamente respondieron Baronio en los Anales, Muz-
zarelli en el Buen uso de la lógica , y el eruditísimo Muratori en la
Disertacion XVI. Tom . 1. Anecd . dirémos que S. Gerónimo no quiso
negar una práctica que él mismo confirma mas abajo con estas pala-
bras : Per totas Orientis Ecclesias... accenduntur luminariajam sole
rutilante , non utique ad fugandas tenebras , sed ad signa lætitia
demonstranda : sino solo el fin de ella en el sentido en que la enten-
dia Vigilancio . Pretendia este que se encendian las velas paraque se
creyese que los Santos tenian necesidad de ellas para su glorificacion ;
y á ello contestaba S. Gerónimo, que esto solamente podia imaginár-
selo alguna simple mujercilla , ó algun ignorante del vulgo ; que el
comun de los fieles sabia bien que la costumbre de encenderlas no
era por necesidad que de ellas tuviesen los Santos , sino por la que
tenemos nosotros de manifestar con pruebas sensibles nuestra piedad
y nuestra fe y añadia que así como no fué digna de reprehension la
Magdalena por haber derramado el bálsamo sobre los pies del Sal-
vador , no obstante de no tener de ello ninguna necesidad ; así tam-
( 33 )
poco era reprobable là conducta de los cristianos que encendian velas
á los mártires por mas que ellos no las necesitasen. Si faciant quid.
inde perdis ? Causabant quondam et Apostoli quod periret unguentum,
sed Domini voce correpti sunt : neque enim Christus indigebat un-
guento , nec Martyres lumine cereorum. Ademas , que así vindicaba
la tal costumbre de la nota de hebraismo ó de idolatría , supuesto
que rebatiendo la objeción de los que la decian derivada de los he-
breos ó de los gentiles, añadia : ¿ Pues, y por qué adorabamos en otro
tiempo á los ídolos , hemos de dejar ahora de adorar á Dios, paraque
no se diga que tributamos á él los mismos honores que dimos en otro
tiempo á los idolos ? Aquello se tributaba á los ídolos , y era por lo
mismo reprobable , y esto se hace en honor de los Mártires , siendo
por lo mismo digno de recomendacion : Illud fiebat idolis et idcirco
detestandum est : hoc fit Martyribus et idcirco recipiendum est.
¿ Donde está pues la novedad , la supersticion , y el escándalo
ez la práctica de encender lámparas y velas ante las reliquias é imá-
genes de santa FILOMENA ? ¿ Diráse tal vez , que el mal está verda-
deramente en su número tan abundante y excesivo ? Pero ¿ y qué
ha leido alguno que esta práctica haya de tener otros límites que los
de la piedad de los fieles ? Cuando en los libros de la antigüedad se
habla en número plural de lámparas , que ardian en los sepulcros de
los mártires ; y cuando se hace mencion de los candeleros y del gran
número de cirios que adornaban los altares , ¿ se inferirá con razon.
que hubiese en aquellos dias menores necesidades que en los nuestros,
y que aquello que se quisiere graduar ahora de supersticion y de
exceso , no era mas bien una clarísima demostracion de sincera pie-
dad y de fervor de los fieles ? }
Replicará tal vez alguno , ¿ y qué por ventura necesita santa
FILOMENA de tantas luces para conocer desde el cielo á sus devotos ?
¿ ó se creerá que verdaderamente se complace ella en ver arder tan-
tas velas delante sus imágenes ? A estos tales , si es que se les ha ol-
vidado ya la respuesta dada mas arriba en la solucion del pasaje de
S. Gerónimo , responderá por mí el clarísimo abate Muzzarelli , el
cual en el Buen uso de la lógica en materias de Religion , rebatien-
do la misma objecion , que se le hacia con respecto al culto de S. Me-
dardo , discurria de esta manera : 99 Vosotros preguntais : ¿Si necesita
de luces S. Medardo ? Pero , ¿y qué no advertis que con esta vues-
,, tra insolente pregunta negais á los Santos todo culto de veneracion?
No necesita S. Medardo de luces , ni de altares , ni de imágenes, ni
,, de iglesia , ni de sepulcro , ni de oraciones , ni de obsequios que le
99 hagamos nosotros los mortales : ¿ pero , y por eso ya no habia de
99 haber para él ni luces , ni altar , ni imágen , ni iglesia, ni oracio-
5
( 34 )
,, nes ni obsequios ? ¿ Cuantas veces se os habrá de repetir que no sa-
99 beis filosofar sino de mala fe , y no como cristianos ? No se en-
,,cienden luces á los Santos como que las necesiten para conocer á
sus devotos puestos á su alrededor , sino mas bien paraque conozcan
,, el fondo del corazon , y para interesarlos á que presenten al Altísi–
99 mo sus plegarias en favor de los fieles , que con estas señales dan
,,testimonio de su obsequio y de su amor , y paraque los fieles mis-
‫ وو‬mos protesten con estos actos su fe en la intercesion de los Santos ."
( Foligno 1789 tom . 6. Opusc. 21. Lumi sugli altari. )
(20) PÁGINA II .
,, Con el pretexto de purificar el culto , decia monseñor Turchi
,, (en la homil. de la Asuncion de la SS.ª Vírgen Maria predicada en
1
‫ وو‬el año 1789 ) , y de no querer sino la devocion á Dios , se va in- 1
"" sensiblemente desacreditando la devocion á María . Pero en la práe-
,, tica no se quiere ni la una ni la otra. Se pondera la devocion á
,,Jesus ; esta no será jamas bastantemente ponderada : devocion sóli-
,, da , devocion esencial al cristiano, sin la que no puede esperarse la
,, salvacion. Pero , y deberá por eso excluirse la devocion á María ,
99 como si el hijo mirase con zelos el honor que se tributa á la Ma-
99 dre ? ¡ Ah necios é insensatos ! Prestadme vuestros oídos en este
» punto en que voy á levantar mi voz , ó moradores y sabios del si-
39 glo escuchadme con atencion : acaso el culto que tributamos á
99 María no comienza en Dios , y termina en él ? ¿ No veneramos en
"" María la obra maestra de sus manos , el abismo de sus gracias , y
,, el compendio de sus maravillas ? ¿y podrá serle desagradable el
,, culto que á él mismo principalmente se tributa ?" ¿y no podrá ahora
con proporcion decirse lo mismo del culto que tributamos á santa
FILOMENA ? En verdad que no pensaba de otra manera el P. S. Agus-
tin , cuando hablando del mártir S. Cipriano exclamaba ; ¿ y qué no
son acaso alabanzas de Dios aquellas con que celebramos un tan gran-
dé héroe ? Quid enim nisi Dei laudes sunt tanti Martyris laudes ?
No , no dejamos á la verdad de alabar á Dios , cuando en los márti-
res de Dios exaltamos las victorias y triunfos de Dios , y las obras
prodigiosas y estupendas , que se complace Dios obrar por su inter-
cesion : Non ergo recedimus á laudibus Dei ; quando laudamus opera
Dei , et prælia Dei in martyre Dei. ¿ Y es posible que se les haya
de recordar siempre á los cristianos , que el honor que dan á los San-
tos va á terminar en Dios.
( 21 ) PÁGINA 12 .
Que se hagan oraciones á santa FILOMENA como á los demas
Santos , está muy puesto en razon, ¿ pero á qué viene poner en ella
tanta confianza ? ..¿ Con qué , lo que parece mal, es poner en ella tan-
( 35 )
ta confianza ? no es así .. ? Pues apoyado yo en la doctrina de la
Iglesia y en el unánime consentimiento de todos los católicos digo,
que invocando á los Santos , y confiando en su patrocinio , de quien
últimamente nos prometemos los auxilios y las gracias es de Dios ; ¿y
se podrá jamas esperar demasiado de un poder y de una infinita bon-
dad ? Yo soy de parecer , y ningun católico podrá contradecirlo, que
ni sabemos ni sabrémos jamas pedir y prometernos tanto de Dios por
la intercesión de sus Santos , cuanto él es capaz de concedernos. Ni
sé comprender como haya quien tenga valor para poner límites ó á
nuestra confianza ó á la generosidad de Dios, despues de haber dicho
Jesucristo , que su eterno Padre nos concederá cuanto le pidieremos ,
no precisamente esto ó aquello , sino cualquier cosa. Si quid petie-
ritis patrem in nomine meo , dabit vobis. Pero ¿ y por qué , repli-
cará tal vez alguno , acudir ahora á esta Santa, para alcanzar las gra-
cias de Dios , como sino hubiese otros Santos que poder invocar ? Y
á ello contestaré yo, ¡ y por qué los egipcios acudian solo á Josef para
provisiones de boca en la grande hambre que asolaba el pais ? ¿ no
podian acaso recurrir á otros ministros ; no podian acudir al mismo
Faraon ? Pero para ello , añadirá alguno , será preciso el decir que
Dios principalmente por su medio é intercesión nos querrá repartir
las gracias y favores ; y yo, en vez de reclamar que así nos obliga á
decirlo y reconocerlo la evidencia del hecho en el testimonio casi uni-
versal de las gentes , esperaré á que se me den pruebas en contrario,
y que se me haga ver , que no quiere Dios conceder á la intercesion
de FILOMENA , lo que facilmente concede á la intercesión de los otros
Santos , á cuya invocacion no conservo memoria haber nunca leido
que hayan puesto límites ni el Evangelio , ni los Papas , ni los Con-
cilios , ni la tradicion , ni los santos Padres, ni advertido á los fieles
que su intercesion será exclusivamente limitada á tales , ó tales otras
gracias, mucho menos , que se guarden de pedirles demasiado , y
que no sé fien de su patrocinio . Lo que sé de cierto es , que este
lenguaje ha sido siempre el de los herejes y de los novadores ; pero
no el de la iglesia de Dios ni el de sus ministros.
Pero y á qué agolparse con tan pueril entusiasmo al rededor
de los altares de la Santa ? Alto , Señores mios , con este su pueril
entusiasmo : háganme el favor de decir, si el postrarse ante el altar

de un Santo , é invocarle como á su abogado para con el Altísimo
Dios , es una cosa buena ó mala ? ¿ Si asímismo lo es , el proponerse
tambien uno el visitarle devotamente todos los dias ? No podrán me-
nos de responder con franqueza ser una cosa buena , pues que á con-
testar de otro modo seria preciso condenar el culto y veneracion de
los Santos , que han aprobado siempre los Concilios , los Papas , y la
( 36 )
Iglesia misma. ¿ Pues , y esto que es lícito , que sobre ser lícito es
tambien digno de alabanza en uno , no lo ha de ser en diez, en veinte,
en mil , en una poblacion entera ? ¿ A que vienen pues esos lamentos ,
plañiendo como si fuera un desorden la frecuencia del pueblo al re-
dedor de los altares de santa FILOMENA , cuando ciertamente puede
asegurarse , que ni la mitad , ni una tercera parte de la poblacion
haya venido determinadamente á visitar una vez al dia el altar de
la Santa ? El condenar una devota práctica está luego hecho , pero
convendria que mediasen buenas razones para verificarlo .
( 22) PÁGINA 12...
El desorden verdaderamente está , dicen algunos , en que diaria-
mente se reunan tantos devotos , y se enciendan tantas velas votivas
ante las imágenes de santa FILOMENA, mientras que el altar de María
Santísima está desierto y á oscuras. Dejando por ahora aparte lo que
tenga de exagerado ó de falso esta asercion, se me permitirá que pre-
gunte , y ¿ por qué ahora tanto zelo á causa de la falta de concurso y
de luces en los altares de la Vírgen , cuando antes de ahora ni siquiera
se pensaba en ello ? Antes del origen de la devocion á santa F1-
LOMENA
1 se oian por ventura esas quejas tan frecuentes , como es que
no se enciendan abundancia de luces en los altares de María , y por
qué no se ven los mismos incesantemente rodeados de muchos devo-
tos suplicantes ? Ah ! entonces bien podian abandonarse y quedar
desiertos , porque ni siquiera venia al entendimiento el pensar en ello;
no es verdad ? ¿ Pero y no veis que despues de haber quitado lassive-
las á santa FILOMENA y los devotos , para regalarlos á María será
preciso tambien quitárselos ácella para darlos al SS. Sacramento ?
Vosotros preguntais , y preguntais muy bien ; ¿ no es acaso mas la
SS. Vírgen que santa FILOMENA? Ningun católico puede atreverse á
negarlo. Y añadiré yo y no es mas el SS. Sacramento que las imá-
genes de María? Quien lo negase se apartaria de la fe. Ea pues que
se quiten desde luego las flores , las velas y votos á la SS . Vírgen, y
que sean llevados al Sacramento , que cesen las fiestas y tantas de-
mostraciones de pública alegria con que honramos las solemnidades
de María , porque , quizá no se hace otro tanto en las solemnidades
del Señor... Eh ! y no se advertirá aun , que semejante modo de
proceder lejos de perfeccionar la devocion de los fieles , la apaga de
todo punto ? Se me dirá , y lo creo , que no és esto lo que se intenta,
que ordinariamente muchos hablaron así engañados con la apariencia
de un verdadero zelo ; pero ello siempre será cierto , que no será
menos perjudicial el efecto de sus insinuaciones. Es pues preciso en-
tenderlo de una vez , que son enemigos de lo bueno los panegiris-
tas del óptimismo ó de lo mejor . Y sino , un poco de benévola aten-
cicn , ya que estamos en el punto.
( 37 )
Encender velas ante las imágenes , reliquias y sepulcros de los
santos Mártires , es esto una cosa buena , que ningun católico puede
negar , tanto si se consulta la doctrina de la Iglesia acerca el culto é
invocacion de los Santos , como si se examina la tradicion de los Pa-
dres y la práctica de la mas remota antigüedad . ( Vid. not. 19. ) Se-
gun el testimonio de Prudencio , de Teodoreto , de Fortunato , de S.
Paulino , de S. Gregorio , de S. Agustin, y de los mas célebres entre
los antiguos Padres, el encenderlas en tan crecido número, y reportar
los fieles del Señor en premio de ello inumerables gracias y favores,
era cosa , por decirlo así , casi exclusivamente propia del culto de los
santos Mártires ; disponiéndolo tal vez así el Señor por justísimos fi-
nes que á nosotros no nos toca curiosamente indagar, y que tampoco
seria aquí el lugar propio para explicarlos. Y si aquello es una cosa
buena , como no puede negarse , ¿ quien dirá hablando en general , y
habida razon de la santidad y dignidad de aquellos en honor de los
cuales se consumen , que no seria mejor encenderlas ante la Vírgen,
é infinitamente mejor , y lo mejor de lo mejor ante Jesus Sacramen-
tado ? Veréis ahora como los panegiristas del óptimismo parán de or-
dinario en ser enemigos de lo que es en sí bueno. Como ellos no ven
encendidas estas velas votivas ante el SS . Sacramento , cosa que seria
lo mejor de lo mejor , ni tampoco en tanto número en los altares de
María, como en los altares de los Santos, cosa que seria mejor com-
parada con esta que es buena indudablemente , al verlas arder en
honor de los Santos no saben contenerse , impidiendo así, y nótese
bien , aquellas obras buenas que Dios inspira, que él mismo agradece
y visiblemente recompensa con la abundancia de sus gracias , por
sustituir un cierto óptimismo , que tal vez jamas verán realizado. Y
como si Dios pudiese tener disgusto de verse honrado en sus Santos,
prefieren ver antes sin culto á Dios , á la SS. Vírgen, y á los Santos,
que ver á estos honrados de la manera que enseñan la Iglesia y la
tradicion, y que Dios mismo se complace desde el cielo en autorizar.
Todo cuanto se ha dicho con respecto á las velas votivas , puede de-
cirse tambien de todas las otras prácticas del culto cristiano , á las
que si se quisieran aplicar los principios de los optimistas , tendriamos
poco a poco, y casi sin advertirlo, la viuda Iglesia de los jansenistas,
ó el desnudo salon de los protestantes , ¿ y quien sabe , si la adora-
cion pura en espíritu y verdad de los deistas ? Oh ! y cuantos bienes
no impide en el dia este bendito seria mejor, que tanto tienen en los
labios ? Deja uno sus bienes á la Iglesia , y óyese luego seria méjor
dejarlos á los hospitales ; solemniza otro la fiesta de un Santo, y lue-
go , seria mejor solemnizar la de la SS. Vírgen : instituye aquel una
nueva congregacion , y luego seria mejor mantener y fomentar las
( 38 )
que existen : y así con el pretexto de seria mejor , que es un bien
condicional futuro querriase abolir y perder todo el bien cierto de
presente. Judas tambien , el capataz de todos estos optimistas , al ver
que la Magdalena derramaba con abundancia el bálsamo sobre los
pies del Salvador, todo enardecido en zelo clamó en alta voz, habria
sido mejor vender esto y dar su precio á los pobres : poterat istud
venumdari , et dari pauperibus : pero no es muy lisonjero y honorífi-
co el comentario , que sobre esto hace el Evangelista , escribiendo,
que Judas esto lo decia , no porque deseara de veras el alivio de los
pobres , sino porque era codicioso y ladron : Dixit autem hoc , non
quia de egenis pertineret ad eum , sed quia fur erat.
(23) PÁGINA 12 .
1 Sí, es un dogma de nuestra fe santísima la invocacion de los
Santos , y la veneracion de sus reliquias , y no hay para convencerse
de ello , sino lo que dice el sagrado concilio de Trento ( Sess. 25. de
invocat. venerat. et reliquiis Sanct. ) : „ Todos aquellos, que negaren
deberse invocar á los Santos , que en el cielo gozan de la eterna fe-
"" licidad : los que afirmaren, ó que los Santos no ruegan por los hom-
bres , ó que su invocacion hecha al propósito en particular por al-
,, guno de nosotros es idolatría , ó que es contraria á la palabra de
99 Dios , y al honor que se debe á Jesucristo , solo mediador entre
99 Dios y los hombres , ó que es una tontería el hacer oracion ó vocal
ó mentalmente á aquellos que reinan en el cielo, todos estos piensan
,,impiamente... Son tambien dignos de ser absolutamente condena-
,, dos , como lo fueron ya otra vez ( Conc. Nic . 2. can. 7. ) , y ahora
,, nuevamente los condena la Iglesia , los que afirmen no deberse hon-
,, rar y venerar las reliquias de los Santos , ó que inutilmente honran
,, los fieles á estos y otros semejantes monumentos , y que en vano
99 frecuentan los altares de los Santos para alcanzar su proteccion."
1
(24) PÁGINA 12 .
A pesar de haber la misma Iglesia expuesto á la veneracion pú-
blica las reliquias de santa FILOMENA segun la forma acostumbrada,
y de haber aprobado y autorizado lo mismo con la concesion de mu-
chas indulgencias , cosa que es algo mas que tolerar ó permitir , sin
embargo no faltan algunos mas escrupulosos de lo que debieran , que
manifiesten todavia tener alguna dificultad en reconocerla como á
Santa, ó en implorar su patrocinio por no estar , segun ellos , inscri-
to aun su nombre en el martirologio romano , ni haber concedido
la Iglesia en su honor ni misa ni oficio particular. A estos tales res
ponderia Benedicto XIV. que á santa FILOMENA se debe el culto y el
título de Santa , porque á nadie por mas que de sutil ingenio , á no
ser que sea de aquellos que, como dice el refran, quieren hallar pelos
( 39 )
en los huevos , ha venido al entendimiento ni siquiera la sola duda
de que no sea el cuerpo de alguno de los que sufrieron la muerte
por Jesucristo , el que se halle en las catacumbas con un vaso ó lleno
ó al menos teñido en sangre. Ipsi debetur cultus Sancti , decia el
mencionado Pontífice en la carta escrita á los canónigos de Bolonia con
la que les acompañaba el regalo del cuerpo de S. Proco mártir , Ipsi
debetur cultus et titulus Sancti , quia procul dubio , ut eruditioni
vestræ notum esse debet , nulli unquam venit in mentem , quamvis
acuto ingenio is fuerit , et cupidus quærendi , ut ajunt , nodum in
scirpo , nulli inquam venit in mentem dubitatio , quod corpus in ca-
tacumbis romanis inventum cum vasculo sanguinis non sit corpus
alicujus , qui mortem pro Christo sustinuerit. Añadiria , que el ins-
cribir los nombres de los Santos en el martirologio ni aumenta ni
disminuye la certeza de su santidad , ni exige de parte de la Iglesia
un juicio formal de ella ( Lib. iv. de Canon. Sanct. part. 11. cap. 19.
núm. 14. et seq.), ni autoriza tampoco un culto universal ; pues que
en el martirologio son continuados los nombres de los Beatos para
quienes es menester todavia un juicio de la Iglesia ; cosa que no se ne-
cesita para los Santos hallados en las catacumbas , llamados por eso
solamente Santos bautizados ( cuya santidad es cierta é incierto el
nombre ) por mas que no se encuentren sus nombres en el martiro-
logio : Non valet enim æquiparatio Beatorum ad Sanctos baptizatos,
cum in Beatis ALIUD SUPERSIT ECCLESIÆ JUDICIUM; IN SANCTIS BAPTI-
ZATIS NON ITEM ( De Canoniz. Sanct. Lib. 2. c. 28. núm. 34.) . Con-
cluiria por fin , que si la sagrada Congregacion tiene determinado no
conceder á los Santos hallados en las catacumbas misa particular y
oficio , si sus nombres no son primero continuados en el martirologio
romano , y conste de su identidad, esto lo hizo por motivo de la con-
gruencia que debe haber entre el martirologio y el breviario; y que el
no poderse celebrar oficio ni misa en la Iglesia universal en honor de
aquellos, cuyos nombres no estan escritos en el martirologio romano,
no proviene , de que se dude de su santidad , siendo ella cierta , ni
porque se pretenda quitar 6 disminuirles el culto , estándoles reser-
vada la debida veneracion en fuerza del decreto de 1691 ; sino por-
que , no pudiéndose conceder lecciones propias en honor suyo por
ignorarse las actas del martirio, sino las del comun , crecerian dema-
siado los oficios de los Santos , y esto puntualmente es lo que quiere
evitar la Iglesia : Non quia de eorum sanctitate dubitaverit , cum
Sanctitas sit certa , nec quia illis cultum subtrahi vellet , cum in
Decreto (Sacræ rituum Congregationis anni 1691 ) , debita veneratio
illis reservetur, sed quia lectiones propriæ in eorum honorem concedi
non possent , cum aeta Martyrii eorumdem ignorentur : quatenus
( 40 )
vero fieret concessio lectionum de communi Sanctorum , officia in in-
finitum excrescerent & c. Por lo demas , aunque rara vez, como dice
el mismo Pontífice , se ha apartado de esta regla la sagrada Congre-
gacion , él concedió sin embargo la misa con oficio de Communi á fa-
vor de S. Amancio hallado en las catacumbas con nombre propio, á
pesar de no estar inscrito su nombre en el martirologio ( De Cano-
niz. SS. ibid. n. 28. ).
(25 , Y NO 24 DUPLICADO) PÁGINA 12.
Ya que estamos en un tiempo en que parece , que se complace
el Altísime en obrar mas frecuentes prodigios, no será fuera del caso
dar aqui una contraseña de los diferentes errores , de que fácilmente
se dejan arrebatar los ficles , por lo que toca al particular. Y así
para mayor claridad los dividirémos en dos clases ; unos que son
lógicos ó de raciocinio , y otros teóricos ó de sistema . Hablarémos
brevemente de los primeros.

ERRORES LÓGICOS Ó DE RACIOCINIO.

Primero. Es opinion de los que quieren pasar por mas inteligen-


tes , que de milagro, á causa de ser tan pocos en nuestros dias, no se
ha de admitir ninguno. ,,Hay hombres bien extravagantes sobre el
,, particular , dice el Sr. abate Muzzarelli en el buen uso de la lógica,
,, (Opusc. viii. Numero é qualitá dei miracoli ) . Fijada en su enten-
,, dimiento la máxima de que al presente obra Dios pocos milagros,
,, cosa que generalmente hablando es verdadera, ¿ que es lo que hacen?
Si les quereis contar algun milagro, por mas que acaecido en vues-
,, tra presencia , ni os darán lugar á principiar la narracion. La sola
,, palabra milagro ya les hace prorumpir en exclamaciones , en burlas
,, y en desprecios . Pero Señores , un poco mas de espacio y cuidado
29 en una crítica tan precipitada. Dios hace al presente pocos mi-
,, lagros, ¿ luego el milagro que voy á contar no es verdadero ? No es
99 esta la consecuencia natural y legítima que debe deducirse ; y con
99 ello se echa de ver á las claras que toda vuestra lógica no consiste
,, sino en burlas y en risas . ¿Y por qué este milagro no puede ser de
"" aquellos pocos , que obra Dios alguna de vez en cuando , aun en
,, nuestros tiempos ? Oigase primeramente la narracion , examínese la
,, autoridad y las circunstancias y despues que se decida en buena
hora. De otro modo , todas las veces que abriréis la boca para ha-
,, blar , reiros y gritar , tendré yo motivo para poder decir , ese crí-
"" tico es un necio ."
Segundo. No admitir ningun milagro como verdadero , porque
entre los que se cuentan , puede haber algunos de falsos . Lógica ma-
la : porque de la posibilidad al acto no vale la ilacion , como se dice
( 41 )
comunmente. Tambien podria yo decir con igual fundamento : entre
los milagros que se cuentan puede haber de verdaderos ; luego todos
lo son. ¿ Os parece si concluye el argumento? No me diréis al punto
que este modo de discurrir es de loco , y que es menester examinar
primero los hechos , las circunstancias , y los testimonios antes de
decidir la cuestion ? ¿ pues , por qué discurrir así únicamente cuando
se trata de reputar los milagros todos como verdaderos, y no cuando
se trata de considerarlos todos como á falsos ? ¡ Oh, que bella lógica !
Y sin embargo así es, como se portan algunos de esa especie que tie-
nen el nombre de críticos , sin tener las calidades para serlo. El sa-
bio crítico , dice el citado Sr. abate Muzzarelli , sabiendo que gene-
ralmente hablando, no son verdaderos todos los milagros que se cuen-
tan , no infiere como este mal lógico la consecuencia de que haya
luego de admitirlos ó refutarlos todos con la misma facilidad ; sino
que cuando oye algun suceso extraordinario , lejos de motejarle y
burlarse de él , examina dentro de sí mismo la autoridad y la ve-
rosimilitud del hecho , para despues admitirle ó despreciarle.
Tercero. Porque no se conoce la razon ó motivo de un hecho mi-
lagroso , negar el hecho. ¿ Pero , y es este el verdadero modo de pro-
ceder en los sucesos ordinarios y no milagrosos ? ¿ cuantos sucesos
créemos , á pesar de no alcanzar su motivo , ó el por qué ? ¿ al cons-
tarnos la realidad del hecho , no nos contentamos por lo regular ?
¿ por qué pues tener otra medida y otros pesos para pesar los hechos,
que exceden las fuerzas de la naturaleza , y que directamente nos
vienen de Dios ? Pero Dios , se dice , no obra sin motivo. Es verdad :
¿ qué tenemos de ahí ? ¿ Deberémos concluir que él no ha hecho al-
guna cosa , porque no podemos penetrar la razon que le ha movido
á obrar de esta manera ? ¿ y constándonos evidentemente del hecho
ó del suceso, deberémos decir que en realidad no es así, precisamente
por no comprender el como es , que así sea ? Frio consuelo y mise-
rable á la verdad , escribia el P. S. Gerónimo , é hijo solo de la en-
vidia , buscar si es de Dios lo que evidentemente se desprende ser
divino , y pedir una razon cuando solo se debe creer : Tepida , ut ar-
bitror consolatio, et de livore generata quærere an divinum sit, quod
videas esse divinum : et rationem poscere cum credere necesse sit (S.
Hieron. Epist. de viro perf. circ. med.) . Persuadámonos pues de una
vez, añade S. Gregorio el Grande, que los divinos milagros deben sí
examinarse en sí mismos para la comprobacion del hecho : pero jamas .
escudriñarse curiosamente para indagar el por qué , pudiendo no po-
cas veces suceder , que por no ser fácil encontrar la razon ó el mo-
tivo , vengamos por último á dudar de su realidad y verdad. De lo
que infiere : Mira igitur ex fide credenda sunt , perscrutanda per
6
( 42 )
rationem non sunt. ( Lib . Moral . lib. vi. in cap. v. b. Job. n. 19. )
Cuarto. Porque algunos milagros examinados en sus circunstan-
A
cias no se ajustan con las reglas ordinarias de la critica , despre-
ciarlos como á falsos. ‫ وو‬Las reglas de la crítica que guian en el exa-
,, men de los otros hechos , dice el arriba mencionado Muzzarelli , no
son tan universales en la indagacion de los prodigios. Nosotros te
99 nemos un gran conocimiento del corazon del hombre y de las mis-
"" mas leyes de la naturaleza , y aunque no lleguemos á descubrir su
"" ultimo término , podemos sin embargo fijar el pie en ciertos lími-
,, tes. Si describió Plinio una lluvia de sangre , este hecho ha dado
99 motivo á todo buen crítico para reirse de la simplicidad de aque-
llos tiempos , porque no podia ser sino aparente este fenómeno se-
,, gun todas las leyes de la naturaleza. Pero de los milagros no se
" puede hablar de esta manera. La extension del milagro es tanta,
cuanta lo es la omnipotencia del Señor , que no está circunscrita á
,, ningun límite. Las circunstancias del milagro estan identificadas
con el fin que Dios se propone , y este nos es desconocido. Si se le-
,,yese en el Prado florido que una mujer fué convertida en estatua
99 de sal , por haberse vuelto á mirar el incendio que abrasaba su
,, patria , quien sabe los ridículos comentarios que se hicieran sobre
59 este particular. Y sin embargo un tal prodigio está descrito en las
,, divinas Escrituras. Se me preguntará, ¿ y á que mudarla en estatua
,, de sal y no en una de mármol ? Héos aqui el engaño de la crítica.
,, Se busca el motivo de las obras de Dios , y no se quiere reflexio-
,, nar , que á ninguno de los mortales es dado el investigar sus in-
,, sondables consejos. "
1 Quinto. Porque algunos milagros se presentanfrívolos á primera
vista, ridículos, ó pueriles , reputarlos como si fueran falsos. Este
error no es mas que una consecuencia del que precede. 99 Un hecho
99 aislado ó mirado en sí mismo puede verdaderamente alguna vez pa-
,, recer pueril á primera vista , dice sabiamente el muy esclarecido
,, abate Esteban Rossi en su discurso antepuesto á la aurea leyenda
,, del B. Jacobo de Voragine (núm. xi, Florencia 1834. ) , y no serlo
,, en cosa alguna , atendido su fin ó su objeto . Léese de alguno que
,, habiendo perdido el camino , le volvió á encontrar por intercesion
,, del Santo que invocó ; de otro que habiendo perdido la borrica , le
‫ وو‬fué restituida , y de este que oprimido de una enfermedad , volvió
99 á recobrar la salud . Con respecto á estos que alcanzaron tales fa-
"" vores, el mérito del beneficio recibido no fué de menor estima, que
99 lo fué para aquellos que alcanzaron de Dios el mas señalado mila-
" gro. ¿ Quien se atreverá á negar que fuese igualmente grande la
,, vara de Moises cuando hizo brotar de una roca cristalinas aguas
( 43 )
con que apagar la sed del sediento pueblo de Israel, como admira-
99 ble la Providencia divina , cuando manifestó á Agar el poco de
99 agua que estaba á sus espaldas para el socorro de su hijo Ismael
,, espirando de sed , y cuando envió á Eliséo á la pobre viuda para
99 llenarle las vasijas de aceite ? Si pues , no pueden los protestantes
,y mucho menos los católicos tachar de puerilidad y de fábulas los
,, prodigios que refiere la historia del viejo Testamento , por mas que
99 algunos mirados en sí mismos no presenten vastas miras de conver-
99 siones de gentes , ó de pública manifestacion de la gloria de Dios,
" sino que se hallen circunscritos ó limitados al puro beneficio de una
,, familia, y tal vez de un hombre solo ; tampoco habrá motivo para
29 mover tanto ruido acerca aquellos, que si bien no se encuentran en
,, los divinos libros, los hallamos no obstante en las memorias de los
99 últimos tiempos cristianos obrados por virtud del mismo Dios , y
99 para el mismo fin de su gloria y de la de sus Santos , á favor de
99 los hijos de la Iglesia."
Sexto. Porque no ha podido autenticarse un milagro , concluir
ya que era falso. Este raciocinio , ó mejor diré esta consecuencia de-
ducida así tan generalmente no es legítima. Ya se sabe que para ha-
cer constar la verdad de un milagro , mayormente cuando se trata
de curaciones se requieren mil circunstancias extrañas todas á la ver-
dad intrinseca del hecho : que para sobreseer en un proceso , basta
que un testigo se niegue á la deposicion de la verdad ; que un perito
se persuada poder naturalmente explicar el fenómeno ; que otro di-
sienta con respecto á la causa probable de la enfermedad ; que... Así
pues , el concluir que á un hecho no se le pueda hacer mas patente,
ni revestírsele de mayor certeza que con aquella que le dan un pro-
ceso regular , y la aprobacion de la autoridad eclesiástica, esto es dis-
currir sabiamente ; pero inferir que era falso el tal hecho, y falso ab-
solutamente por este solo requisito de no haberse podido evidenciar,
esto sí que es no saber de lógica. ¿ Pero si Dios fuese autor de aquel he-
cho , dirá tal vez alguno , bien providenciaria que se pudiese auten-
ticar ? Y quien lo ha asegurado ? ¿ ha entrado tal vez alguno en la
parte de todos los designios de su divina Providencia : ó le ha pedi-
do consejo antes de determinar sus eternos decretos ? ¿ Pero y acaso
puede él obrar en vano, replicará alguno por fin ? Convengo en ello:
pero háse de entender que él no obra inútilmente , aunque no sea
sino una sola la persona la que sabedora del prodigio reporte alguna
ayuda ó espiritual ó temporal . ¿ Pero y por qué no dispone que sea
conocida de otros la verdad , y que su nombre sea mas glorificado ?
¿ por qué ? ¡ Dios mio ! Si solo el pedirlo es una temeridad , ¿ no lo
será igualmente el intentar responder á esta pregunta ? ¿ No está es-
( 44 )
crito que los juicios de Dios son insondables ? Judicia Dei abyssus
multa. Baste lo dicho para la refutacion de los errores lógicos , ó de
raciocinio.

ERRORES TEÓRICOS , Ó SEAN DE SISTEMA .


Primero. Jamas créerse obligado á procurar venir en conocimien-
to de los milagros que Dios puede haber obrado. Un milagro verda-
dero es siempre un hecho , que ó por su sustancia , ó por el modo,
Ó por las demas circunstancias se aparta mas o menos de las ordina-
rias leyes de la naturaleza , y así como no hay sino solo Dios autor
de estas leyes , que pueda alterarlas , tampoco hay otro fuera de él,
que pueda ser el autor de semejantes sucesos. Dios no se aparta ja-
mas de las leyes establecidas por el mismo , sin un fin que sea digno
de sí. Y sin querer indagar por ahora el fin particular é inmediato
que puede prefijarse , por lo que nos enseña una sana teología sabe-
mos, que el fin general de sus obras ad extra, es siempre el aumento
extrinseco de su gloria. Mas el aumento de esta , está en razon del
mayor o menor conocimiento de sus obras. Por lo que , ó no le in-
cumbe á un cristiano el procurar cuanto esté de su parte el corres-
ponder á las miras que Dios se proponga en sus obras , ó si le in-
cumbe , tambien habrá de procurar venir en conocimiento de aque-
llas , en cuya manifestacion pretende él ser glorificado. Oir pues ha-
blar de un hecho , que se le tiene por milagroso , y que en realidad
se le juzga verdaderamente autenticado ; tener medio de venir en su
conocimiento , y no pensar siquiera en ello ; cuando no sea una fria
indiferencia en lo que toca á la gloria de Dios , y un virtual despre-
cio de sus obras, es á lo menos una implicita oposicion á las providas
y augustas miras de su bondad. Y seria todavia peor , si tuviese al-
guno motivos para creer ser él el que Dios ha elegido para ser glori-
ficado en su persona : pues que el no hacer caso del prodigio , y el
no rendir á Dios la alabanza seria la mas negra ingratitud y una mal-
dad la mas monstruosa. Y sin embargo serán muchos tal vez aquellos
de quienes se habrá de decir lo mismo que de los leprosos del Evan-
gelio : Non est inventus qui rediret , et daret gloriam Deo.
Segundo. No créerse obligado á publicar como un hecho milagroso,
que es conocido como tal. Las razones arriba alegadas sirven para de-
mostrar en esta máxima , otro error igualmente pernicioso. Cuenta S.
Agustin , que venido á Cartago entendió de una tal Inocencia , seño-
ra devotísima y de la primera nobleza de la ciudad , que muchos
99 años atras habia sido curada de un cáncer , con un evidentísimo
,, milagro. Despues de habérseme explicado lo que habia sucedido ,
,, enfadado , dice el Santo , porque un tan grande milagro acaecido
( 45 )
,, en tan populosa ciudad , y en una persona de aquel rango queda-
99 ba así oculto fuí luego á quejarme de ello. Mas como ella me res-
,, pondiese que no lo habia callado ; pregunté á algunas señoras
99 íntimas amigas suyas , que á la sazon estaban en su compañía si lo
habian entendido ; y habiéndome respondido que no ; he aquí, dije
„, yo entonces , si es cierto que lo tenias oculto, pues que hasta ahora
"2 vuestras mas íntimas amigas nada sabian. Y porque ella no me lo
‫ وو‬habia contado sino en sustancia , se lo hice referir todo en presen-
99 cia de aquellas señoras que quedaron extremadamente sorprendidas;
99 resultando de ello gloria á Dios ( S. Aug. De civ. Dei Lib. 22 .
c. 8.)." A la verdad yo no sabria decir si son muchos mas los curados
en .nuestros dias que imitando la conducta de aquella Inocencia, tie-
nen escondidos los favores del cielo , ó bien los cristianos que infla-
mados del zelo de S. Agustin , quieren que semejantes hechos sean
publicados. Lo que sé bien es , que á la mayor parte de ellos se les
podria decir , lo que dijo el divino Salvador á la muger de Samaria :
Si scires donum Dei.. !
Tercero. Creer que no se debe hablar de milagros , antes de ser
primero legitimamente aprobados. Una cosa es hablar de milagros,
como de unos puros hechos históricos , sin dar á ellos otro credito
que el que resulte de los testimonios en que se apoyan : y otra ha-
blar de ellos como de unos hechos ciertos y auténticos á los que se
deba dar un credito que no tienen , proponiéndolos para ser creidos
como si fueran ya aprobados por la Iglesia , y valiéndose de ellos
para promover el culto público de algun santo ó imágen desconocida .
Lo primero , á no ser que los milagros sean falsos, ó maliciosamente
inventados , no es prohibido el hacerlo ni por las disposiciones sino-
dales , ni por los cánones de los concilios , ni por los decretos de Ur-
bano VIII , cosa que no se verifica en la segunda parte , por estar
severisimamente prohibido el atentarlo sin la intervencion del Ordina-
rio, bajo gravísimas penas fulminadas en los decretos de varios sinedos
diocesanos, en los concilios de Noyon del año 1344 , de Sens y de Paris
de 1528 , de Aviñon de 1594 , en el general de Trento Ses . 25. De
Invoc. Sanct. y en el famoso decreto del ya citado Urbano VIII. Las
leyes de la Iglesia no son no para destruir sino para edificar. La
Iglesia lo que quiere es que se acrediten y pongan en claro las obras
de Dios , no empero que se escondan y oculten. Por eso vemos que
despues de estos decretos ella misma aprueba y autoriza la publica-
eion de hechos milagrosos , acompañados sin embargo de la protesta
de costumbre , de no entender con ello darles otra autoridad que la
que ellos tengan , ó que intente darles la Iglesia , por mas que no
esté formado el proceso , ni sea cierta la santidad de aquellos Santos
( 46 )
á quienes ellos se atribuyen : Antequam typis edantur, non opus est
ut coram Ordinariis approbentur : sed satis est , ut initio et fini li-
brorum debitæ apponantur protestationes Auctoris.Ita Benedict. XIV.
de canoniz. Sanct. Lib. 2. c. 12. ¿ Y querrémos saber nosotros mas
que esta infalible Maestra de la verdad ? ¿ Cuando ella , como dice
expresamente el mismo Lambertini (de Canoniz. Sanct. Lib. 1. c.II.
n. 11. ) , de tal manera ha arreglado sus prohibiciones, que en el acto
en que se querian quitar los abusos , no quiere que perezca la memo-
ria de los beneficios y milagros obrados por Dios mediante la inter-
cesion de sus siervos , pretenderémos nosotros con nuestros escrúpu-
los inoportunos esconder y sepultar las maravillosas obras del Eter-
no ? Ah ! acordémonos que es y será siempre verdadero lo que decia
Rafael á Tobias: Opera autem Dei revelare et confiteri, honorificum est.
Cuarto. Creer que no toca á un particular , aun cuando lo pueda
hacer , el cuidado de la publicacion y aprobacion de un milagro.
Aprendamos de Agustin el como nos hemos de portar. Si él llegaba
á saber por buen conducto que alguna persona habia sido curada de
una desesperada enfermedad , ó que habia sido librada del absoluto
peligro de un malvado , ó de alguna bestia del bosque , explicaba
todas estas cosas en una relacion , que leia en el templo á sus dioce-
sanos los Hiponenses , y la distribuia al salir de él en rededor de la
misma Iglesia , designando el nombre de aquellos que por suma di-
cha habian experimentado el beneficio del milagro con el de los tes-
tigos que le habian dado noticia , y presentando al pueblo los favo-
recidos , cuando ellos mismos personalmente comparecian ( Rossi.
prefaz. alla Leggenda di S. Jacobo &c. ) . Bien es verdad que no hay
al presente la costumbre de darse, ni de leerse estos libelos ó relacio
nes en la Iglesia ; pero hay el medio canónico de instruir el proceso
en la forma debida ante los ordinarios ; y si bien este medio es algo
mas difícil que el primero , es tambien mucho mas cautelado, y mu-
cho mas á propósito para evidenciar las especiales obras de la Omni-
potencia del Señor. ¿Creerán pues no estar en el preciso deber de
corroborar con este segundo carácter de autenticidad los hechos pro-
digiosos , con lo que resultaria mayor lustre á la Iglesia , mayor ho-
nor á los Santos, y mayor gloria á Dios? ¿ La omision de una prueba
tal no deberá ser mirada como una culpable transgresion ? ¿ Quien no
teme oir aquel terrible reproche fulminado contra aquel mal criado,
que habiendo recibido un talento : Abiens fodit in terram , et abs-
condit pecuniam Domini sui ?
Héos aquí llenado cuanto pareció deberse advertir sobre los er-
rores teóricos ó de sistema ; sin hablar empero ni siquiera una pala-
bra de aquellos en que es fácil incurrir ó por demasiada credulidad,
( 47 )
ó por ciega ignorancia. Por lo que toca á estos, bastaria advertir con
el muy célebre abate Butler (Vite dei Padri et dei Martiri & c.tom .
13. ) que solos los milagros referidos en las sagradas Escrituras son
hechos revelados y objeto de nuestra fe , cosa que no es la misma
con respecto á los otros milagros. ,, Nuestra fe no está fundada, dice
99 él, sobre estos , así como lo está sobre los primeros , no obstante de
,, que sirven frecuentemente para confirmarla. Ellos no merecen sino
,, aquella creencia que se debe á la autoridad de los testimonios sobre
,, que se apoyan." Y nosotros añadirémos por conclusion que así co-
mo es útil á la piedad y á la Religion el conocimiento y la publica-
cion de los milagros verdaderos , así es otro tanto pernicioso á una
yá otra el dar crédito , y propalar como ciertos los falsos ó su-
puestos , por cuanto no necesita la verdad ser confirmada con ilusio-
nes , con imposturas ni con mentiras. Por lo demas nadie podrá con
justicia afirmar que sea este el pecado de nuestro siglo , á saber una
supersticiosa facilidad en creer milagros falsos o dudosos : la crítica sí
que seguramente jamas ha llegado á ser tan descomedida , ni tan te
merariamente osada como lo es en nuestros dias. Al contrario , sì pen-
saba alguno , que el verdadero pecado del siglo , generalmente ha-
blando , fuese una obstinada incredulidad á todos los prodigios aun
los mas estrepitosos y evidentes , no tendriamos valor para contrade-
cirle. Solo quisieramos que á tanta incredulidad se opusiera una fe
tanto mas humilde y respetuosa ; paraque no venga sobre nosotros
otro de los mas terribles entre los divinos castigos, con el cual castigo
el Salvador la incredulidad de los de Nazareth , de quienes leemos
que: Non fecit ibi multas virtutes propter incredulitatem eorum .
1 (26) PÁGINA 13.
Parece á veces que se tiene temor de inspirar á los cristianos so-
brada confianza en la ayuda de Dios , y en la intercesion de los San-
tos. Diriase, al oír á algunos, que por otra parte hablan de ordinario
con ingenuidad y buena fe, que el esperar de Dios con fe y confianza
gracias y favores , era negocio en el que era menester andar con len+
titud, y con mucha cautela y reserva; tanto es el temor que los azora
de que se peque en esto con algun exceso. ¡ Dios mio ! ¿ Se puede ir
mas contra el espíritu del Evangelio , y hablarse un lenguaje mas
opuesto al de vuestro hijo Jesucristo ? Nuestro divino Maestro no
tiene sino palabras de aprobacion y de alabanza para aquellos que
con una seguridad y confianza se prometian de él favores aunque
fuesen temporales , como fué el Centurion , la Hemorroisa , la Ca
nanea. Non inveni tantam fidem in Israel ( Math . 8. v. 10. ) : Fides
tua te salvam fecit ( Matth. 9. v. 22. ) : Mulier magna est fides tua
(Matth. 16. v. 28. ); y estos parece no tener sino palabras de repro
( 48 )
bacion y de vituperio contra cualquiera que se prometa alcanzar de
Dios por la intercesion de este ó de aquel otro Santo aun cuando no
pida sino gracias espirituales ! Dios al abrirnos los tesoros de su be-
neficencia y ponerlos en nuestras manos , por decirlo así , no pide
otra cosa que una fe que lo sea á toda prueba , y que nada sea capaz
de debilitar ; Amen quippe dico vobis , si habueritis fidem , nihil im-
possibile erit vobis : y estos otros como si quisieran secar el manan-
tial de las beneficencias del cielo , de ninguna otra cosa parece que
se duelen sino de la fe de los pueblos , á la que miran como á una
ilusion , como á credulidad y fanatismo. El por último , si alguna
cosa echa en cara á aquellos á quienes dispensa favores temporales,
no es sino la falta de la fe y confianza en su proteccion especial, aun-
que no haya sido sino por un momento. Así sucedió cuando dijo á
sus discípulos azorados en el desierto contiguo al lugar de Tiberiades
16. v. 8.), como
por la escasez de pan , hombres de poca fe (Matth.
sino pudiese suplir su falta con un milagro ; y cuando repitió lo mis-
mo (Matth. 8. v. 26.) al verlos espantados por el furor de una deshe-
cha tempestad , y temerosos de que no se hundiera la barca en que
él estaba durmiendo ; y al reprender á Pedro por haber dudado , se-
ñalándole la causa de su submersion en las olas sobre las que habia
comenzado á caminar hácia él , á saber la falta de confianza , Modi-
cæ fidei, quare dubitasti ? Y estos lejos de agregarse al que rinde tri-
buto de gloria á Dios y viene contando algun prodigio obrado á su
favor por la intercesion del Santo , luego le dicen con un semblante
sombrío y lleno de severidad , y como echándole en cara con amar-
gura su confianza : O cristiano de mucha fe , porque así has confiado
tanto , porque así has creido: Nimia fidei, quare credidisti? Y si ven
á otro que espera algun favor aunque sea por medio de un milagro,
su tiempo ya pasó, le dicen, tu serás algun iluso : Nimiæ fidei, quare
credidisti ? Dios mio ! volveré á preguntar, ¿ puede irse mas contra el
espíritu del Evangelio , y usar un modo de hablar que sea mas con-
trario al vuestro ?
No confundamos en buen hora las reglas de la prudencia con
los sentimientos de la piedad. Si las primeras nos quieren circuns-
pectos en el exámen de si son obras inmediatas de Dios aquellas que
podrian ser efectos de las leyes ordinarias de la naturaleza ; los se-
gundos nos quieren cautos en no declarar , sin tener buenas razones ,
efecto ordinario de la naturaleza aquello que tal vez podria derivarse
inmediatamente de su Autor. Si las primeras nos aconsejan que no
admitamos ciegamente toda piadosa deposicion , mayormente siendo
de mujer ; los segundos nos recomiendan no reprobar jamas la piedad
femenil considerada en sí misma. Y si las primeras exigen de noso-
( 49 )
tros que no apoyemos en bases dudosas nuestra fe ; piden las segun-
das que no queramos cargar con la terrible responsabilidad de ha-
berla indebidamente debilitado ó extinguido en los demas. ¿ Y no
seria esta á la verdad una responsabilidad la mas terrible? ¿ Compla-
cerse Dios en despertar por medio de portentos la fe de los pueblos,
y tomarnos nosotros el triste placer de amortiguarla ó de perderla ?
¿ Querrémos saber mas que El , ó ୪ pretenderémos tal vez triunfar de
la Omnipotencia de sus obras con la debil pequeñez de nuestra ra-
zon ? Eh! la confianza de los pueblos en la intercesion de los Santos
no necesita ahora de que se la modere y enfrene , lejos de esto ; lo
que necesita es que se la aliente. Nosotros muchas veces no alcan-
zamos lo que pedimos por causa de nuestra poca fe , y por estar fal-
tos de aquella dichosa certidumbre de alcanzarlo , que el apóstol S.
Jaime queria que fuese siempre la compañera inseparable de la ora -
cion: Si quis vestrum indiget auxilio , postulet infide nihil hæsitans.
(27) PÁGINA 13.
Lo que se dice es ¡ ah el pueblo , el pueblo ! sino se le instruye
mejor , está en grave peligro de que ponga en santa FILOMENA toda
su confianza , hasta el punto de no acordarse mas de Dios , cosa que
seria la supersticion mas horrible. Pero , „, presentadme la mas sim-
ple mujercilla , diria á estos tales medrosos un orador de los mas
"3 célebres del siglo pasado , buscádmela en todo el mundo , y con
,, tal que tenga una pequeña tintura del catecismo , ella os dirá , que
99 Dios es infinitamente mas grande que los Santos ; que solo Dios es
, quien ha formado los Santos ; que solo El concede las gracias por

,,la intercesion de los Santos ; y que cuando El no quiere , los San-
39 tos todos no pueden nada. Con estas ideas realmente inseparables
de las primeras luces de la razon y de los primeros elementos del
cristianismo, ¿ como... puede haber tanto peligro de que se caiga en
la supersticion ? ¿ Será menester gritar tanto , instruccion , instruc-
cion ? Ah! el pueblo necesita sí que se le instruya ; pero no en lo
que vosotros suponeis. Lo que debe saber es que si muchas veces no
son oidas nuestras súplicas , la culpa toda ésta es de nuestra parte,
porque no pedimos ni con humildad , ni con fe , ni con perseveran-
cia , ni en nombre del Salvador ; esto es porque no pedimos , como.
explican los Padres de la manera , y con el órden que conviene , y
que el mismo Salvador tiene indicado de pedir , primero las cosas del
alma , y en seguida las cosas que miran al cuerpo , y estas siempre
con la condicion de que no dañen á nuestra eterna salvacion , ni á
nuestro bien espiritual . De lo que tiene necesidad es de que sepa me-
jor , que Dios á veces se complace en diferir el oirnos para probar
nuestra fe , y para nuestro mayor bien , no concediéndonos lo que
7
( 50 )
pedimos ; porque el concedérnoslo , aunque efecto de misericordia,
seria un acto de inexorable justicia. Lo que ha de entender es , que
no es la ciencia ni la doctrina la que nos hace aptos para alcanzar
las gracias de Dios, sino sola la sencillez en la fe ; sucediendo no po-
cas veces que aquello que nosotros graduamos de excesivo entusias-
mo , de supersticion y fanatismo , lo mira Dios como efecto de un
corazon humilde y puro. „, Y este es el motivo , advierte sabiamente
Duquesne (Vangelo meditato) porque alcanzan lo que piden los sen-
,, cillos , á pesar de todas las imperfecciones con que acompañan su
devocion ; cuando al contrario los sabios con todas sus luces , ni si-
,, quiera saben pedir. " Que esta sea verdaderamente la instruccion
que falta al pueblo , lo prueba con evidencia , el que por uno que se
encuentre de estos tales que crean de buena fe poder mas un Santo á
su favor , que Dios mismo , á millares son de encontrar que se la-
mentan de no alcanzar jamas alguna gracia ; pretendiendo de aquí
acusar á Dios , como infiel en sus promesas, y á los Santos como im-
potentes o parciales en su intercesion.
(28) PÁGINA 14 .
No faltan á quienes cuesta persuadirse que alcance la Santa
para sus devotos aquel número verdaderamente extraordinario de
gracias espirituales y temporales , que parecen indicar tanto la fre-
cuencia del pueblo en torno de sus altares , como la chocante multi-
tud de ofrendas y de dones que manifiesta su gratitud hácia ella.
Pero estos señores han de advertir, que eso que ellos llaman ilusion ,
credulidad y fanatismo estaria ya acabado , á no ser verdad que
muchos hubiesen alcanzado lo que pedian . No hay sino mirar lo que
pasa en las puertas de la casa de un rico que no da jamas ni un ocha-
vo , ó que si lo da es rara vez. ¿ Vense acaso reunidos allí por ma-
ñana y tarde los pobres y menesterosos ? ¿ Se les ha visto correr ja-
mas en tropel en pos de un avaro que nunca les socorre ni con un
trago de agua ? ¿ No es una constante verdad , que al ver á un gran
número de estos infelices cubriendo y embarazando las escaleras de
la casa de algun grande , nadie cree ni que sean ilusos , ni entusias-
tas , ni fanáticos , ni impostores ; sino que todo el mundo está per-
suadido de que el Señor de aquella casa será padre de los pobres ? Y
si cuando al salir un rico de su casa á quien se ve que le corre en
pos de él una turba de indigentes , que se agolpa á su rededor , que
le saluda con mucho empeño, que se le inclina con sumo respeto, que
le ensalza hasta el cielo , que le celebra, y le colma de bendiciones,
á nadie le ha venido jamas el pensamiento que sea él un hombre sin
piedad y un insensible , y los fulanos otros tantos seducidos y enga-
ñados por qué juzgar de otro modo en lo que toca á la religion y á
su culto? ¿ Por qué no hemos de discurrir del mismo modo cuando
( 51 )
vemos convenir en hermoso concierto los Napolitanos , los Romanos,
los Toscanos , los Lombardos , los Piamonteses , los Genoveses , los
Suizos , los Tudescos , los Franceses , los Españoles y los Indianos
en proclamar á FILOMENA la gran Santa , su poderosa Abogada , la
Taumaturga admirable del siglo XIX ? En los demas casos en que se
trata de opiniones que estan expuestas á error , no hay dificultad en
clamar que la voz del Pueblo es la voz de Dios ; ¿ y en este cabal-
mente en que se trata de sentimientos que no engañan , no se la sabe
reconocer con mas evidencia ? ¿ No es por ventura la Santa, querién-
dolo Dios así , la Tesorera y la Dispensadora de sus gracias , y los
miseros mortales los menesterosos y mendigos que testifican su gene-
rosidad ?
(29) PÁGINA 14.
No es extraño que el culto de santa FILOMENA tope con tantas
contradicciones , y sea materia de tantos debates ; este ha sido siem-
pre el carácter distintivo de las obras del Señor. Sabemos por Ber-
castel , que tambien la introduccion de la fiesta del Corpus Domini
encontró la mayor dificultad. 99 A esta la propuso una simple monja
‫ دو‬de Monte Corigliano cercano á Lieja , llamada Juliana , á la que
‫ وو‬todas las veces que se ponia en oracion le parecia ver la luna en
99 los dias de su plenitud , pero con una pequeña hendidura en un
,, lado (Boll. c. ix. p. 459. ) . Tuvo despues revelacion de que esta luna
,, figuraba la Iglesia , y la hendidura una fiesta que debia instituirse
,, en honor del adorable Sacramento del Altar. Pero Juliana como
99 era santa y llena de humildad , fué tratada como una visionaria
„, por una multitud de sabios del mundo, y de eclesiásticos. Alzaron
99 la voz contra aquella novedad tachándola de supersticion , ó dicien-
do á lo menos ser inútil aquella solemnidad instituida para honrar .
99 la Eucaristía ; puesto que de ella se hacia todos los dias conmemo-
99 racion en el santo Sacrificio" ( Bercast . Tom. 15. pag. 50. Venecia
Antonelli 1829.) . Sin embargo á pesar de ello cuanto mas recio era
el grito que daban contra ella , tanto mayor era el progreso y exten-
sion en la institucion de la fiesta , hasta mandar para su colmo total
el papa Urbano IV. con bula expedida en 1264 que se celebrara en
toda la Iglesia universal. Así sucede siempre en todas las cosas que
el mismo Dios inspira y promueve.
(30) PÁGINA 14.
O vosotros pues los que profesais una devocion especial á la V.
y M. FILOMENA , vosotros los que os mostrais amantes apasionados
de esta Esposa escogida del Señor , continuad en amarla y amarla en
Jesucristo Qui nostis amare PHILOMENAM , Os diré con las mismas
palabras que decia con frecuencia Agustino á los devotos del proto-
mártir S. Esteban , in Christo amate. Ya sabeis que solo Dios es el
( 52 )
que concede gracias y obra portentos en el nombre de santa FILOME-
NA ; pero FILOMENA ella es la que intercede à favor vuestro, en aquel
nombre augusto , dulcísimo , inefable, en aquel nombre que es sobre
todo nombre , en el nombre de Jesus : Numquidfacit signa Jesus per
nomen PHILOMENE ? Facit PHILOMENA, sed per nomen Christi. Todo
cuanto vemos obrado en nuestros dias por la intercesion de santa Fı-
LOMENA , como es mayor concurso en la Iglesia , la reanimacion de
la fe , la extraordinaria frecuencia de prácticas de religion , las gra-
cias prodigiosas , y los milagros con que consuela la Santa á sus de-
votos , todo sucede en nombre de Jesucristo, con el fin principalmen-
te de que él sea alabado , temido y adorado ; y paraque nosotros nos
preparemos mejor para aquel dia en que vendrá por segunda vez en
el mundo á manifestarse imparcial y justísimo juez de vivos y muer-
tos: Quidquid videtis quia fit per memoriam PHILOMENA in nomine
Christi fit, ut Christus commendetur, ut Christus adoretur, ut Chris-
tus expectetur Judex vivorum et mortuorum. (S. August, Oper. Tom.
v. Serm . 316. De S. Steph. 11. )

NOTA DEL ENCARGADO DE LA EDICION.

Seria una omision de todo punto inexcusable el no insertar por


conclusion el mas terminante de los documentos relativos al culto de
S. FILOMENA , y capaz él solo de arredrar y enmudecer á sus mas
cavilosos y severos impugnadores , y mucho mas de tranquilizar á
los que despues de haber leido el sermon y la nota 24 del zeloso Au-
tor , escrupulizaren todavia en reconocerla por Santa á en implorar
su patrocinio. Tal es el decreto expedido por la S. Congregacion de
Ritos en 6 de setiembre de 1834 , y confirmado por N. SS . P. Gre-
gorio XVI (que Dios guarde) en 30 de enero del año próximo pasado,
el cual nos ha remitido el benemérito y piadoso Traductor cuando se
daba á la prensa este su apreciable trabajo . Concédese en él facultad
al Clero de Nola para rezar en el dia once de agosto ó en otro libre,
el oficio con misa del comun de vírgen y mártir y con la cuarta lec-
cion propia , en honor de la Santa que es el objeto principal de este
sermon. Su tenor literal es el que sigue :
NOLANA Die X1 Augusti IN FESTO SANCTAE FILUMENAE
VIRGINIS ET MARTYRIS. Duplex minus. Omnia de Communi Vir-
ginum Martyrum primo loco praeter sequentia . Oratio . Deus , qui
inter cetera potentiae tuae miracula etiam in sexu fragili victoriam
martyrii contulisti ; concede propitius, ut qui beatae FILUMENAE Vir-
ginis et martyris tuae natalitia colimus, per ejus ad te exempla gra-
( .53 )
diamur. Per Dominum &c. Lectiones primi Nocturni de Scriptura
occurrente. In 11. Nocturno Lectio iv. Inter cetera Martyrum se-
pulchra , quæ in Coemeterio Priscillae ad viam Salariam reperiri so-
lent , illud extitit, quo repositum fuerat Sanctae FILUMENAE Corpus,
uti ex tumuli inscriptione tribus laterculis apposita perlegebatur. Li-
cet vero inventa ibidem fuerit phiala sanguinis , et alia conscripta
conspicerentur Martyrii insignia, dolendum tamen est res, ab Eadem
gestas , actaque ac genus Martyrii , quod ipsa fecit , obscura persti-
tisse. Ceterum ubi primum sacrum hoc Corpus , ex beneficentia Pii
VII initio Pontificatus ejus acceptum , cultui fidelis Populi proposi-
tum fuit Mugnani in Nolana Dioecesi, ingens illico famae celebritas
ac religio erga Sanctam Martyrem percrebuit praesertim ob signa,
quae Ejusdem praesidio accessisse undique ferebantur. Hinc factum
est ut complurium Antistitum , Cultorumque Martyris postulationi-
bus permotus Gregorius Decimus Sextus Pontifex Maximus , uni-
versa rei ratione mature perpensa , Festum Ejusdem cum Officio , et
Missa in memorata Nolana Dioecesi , et alibi agendum benigne per-
miserit. Lectiones v. et vi . Sermo Sancti Ambrosii Episcopi : Quo-
niam hodie natalis etc. quæ sunt quarta et quinta de communi 1. loco.
DECRETUM. Dum in Sacrorum Rituum Congregatione sedulo
de more expendebantur singula rationum momenta, quae Reverendis-
simus Episcopus Sutrinus , et Nepesinus, Sanctissimi obsequens man-
datis, exhibuerat, quo ab hac Sancta Apostolica Sede concederetur
Officium cum Missa de Communi in honorem sanctae FILUMENAE Vir-
ginis Martyris, cujus publicus Cultus longe lateque per Orbem diffu-
sus nonnullos alios Antistites impulerat , ut hac super re humillimas
porrigerent preces , Reverendissimus Episcopus Nolanus quartam
etiam lectionem propriam eidem Officio addendam efformare curavit.
Hujusmodi itaque precibus in Ordinariis Comitiis , ad Quirinales
Aedes subsignata die coadunatis , relatis, Eminentissimi , et Reve-
rendissimi Patres Sacris tuendis Ritibus praepositi post acceptam á
me Secretario relationem, rebus omnibus diligenti examini subjectis,
ac mature cribratis peculiaribus circumstantiis in casu de quo agitur,
locum habentibus, auditoque voce R. P. D. Sanctae Fidei Promotore
rescribendum censuerunt : Pro gratia Officii , et Missae de Communi
Virg. Mart, cum Oratione ,,Deus qui inter cetera &c." ac quarta Lec-
tione propria ritu duplicis minoris, et ad Eminentissimum Praefec-
tum cum Promotore Fidei ,, die 6 Septembris 1834.
Quibus omnibus ab me subscripto Secretario relatis Sanctissimo
Domino Nostro Gregorio XVI. Pontifici Maximo , Sanctitas Sua
super re tanti momenti animum suum ulterius certiorem reddere
exoptans , ad hanc usque diem supremum edere judicium distulit , ac
tandem mentem suam aperiens Rescriptum Sacrae Congregationis be
( 54 )
nigne confirmavit, indulsitque, ut in posterum á Clero Saeculari No-
lano nec non Regulari Dioecesano Kalendario utenti die 11 Augusti
vel prima die quae postea libera occurret in honorem Sanctae FILU-
MENAE recitari valeat Officium cum Missa de Communi Virginis
Martyris primo loco cum quarta Lectione propria ab Eminentissimo,
et Reverendissimo Domino Cardinali Carolo Maria Pedicini Epis.
copo Praenestino , Sanctae Romanae Ecclesiae Vice - Cancellario , Sa-
crorumque Rituum Congregationi Praefecto una cum R. P. Virgilio
Pescetelli Sanctae Fidei Promotore, ut superiori in exemplari prostat,
revisa , correcta , et emendata. Die 30 Januarii 1837. C. M.Epis-
copus Praenestinus Cardinalis Pedicinius S. R. E. Vice - Cancellarius
S. R. C. Praefectus. — L. S.-J. G. Fatati S.R. C. Secretarius.
Sabemos ademas que habiendo consultado un Español á la mis-
ma sagrada Congregacion en 26 de noviembre de 1836: An scilicet
cultus B. PHILOMENE virgini et martyri exhibitus , sit á Sede apos-
tolica approbatus? Se dignó aquella contestar por medio de su digno Se-
cretario con fecha dc 23 de mayo de 1837 en estos precisos y forma-
les términos : Cultus S. PHILUMENA virgini et martyri exhibitus fuit
á Sede Apostolica adprobatus , ejusdemque officium cum missa con-
ceditur iis qui illud expostulant.
Si á los impugnadores del culto de nuestra Santa les chocare la
variedad con que está escrito su nombre en los tres documentos que
acabamos de trascribir , y se les antojare el prevalerse de ella para
ridiculizar ó la legitimidad del mismo culto , ó tal vez el mismo
nombre de Filomena les satisfacerémos con las siguientes reflexiones,
1.a La variedad unicamente consiste en leerse Filumena en el rezo
y decreto , Philomena en la consulta á la sagrada Congregacion , y
Philumena en la respuesta de esta. ¿ Y unas tan lijeras variantes que
solo consisten en las solas letras ph , f, o , y u han de perjudicar al
culto , ó ser bastantes para poner en duda el nombre de la Santa ?
Véase acerca de esto la nota 1. del Autor pag. 15.
2.a Fué la Santa hija y heredera de uno de los reyes de la Grecia.
Así lo asegura el Sr. Xifreu en su elocuente panegírico de S. FILOMENA
pronunciado en la fiesta que le consagraron varios devotos en la iglesia
de N. S. del Cármen de Gerona en el dia 10 agosto del año próximo
pasado, é impreso en la misma ciudad por Figaró pag. 7. Siendo grie-
ga S. FILOMENA, griego debe ser su nombre , como realmente lo es,
y uno de los nombres griegos de que está llena nuestra lapidaria y la
coleccion del crítico Masdeu en los tomos 5 , 6 , y 19 de su historia.
3.a Griega es la voz femenina Philoumene, 6 Phileomene del verbo
griego Phileo amar, que significa la que es amada. Griego es el nombre
de Philumene , en nominativo , de una inscripcion de Tarragona que
existe en el cit. tom . 19 pag. 454 copiada del Syl. de Finestres pag.
( 55 )
277 con estas palabras : D.M.-L. NVMISIO SYMPHOR. NVMI-
SIA PHILVMENE PATRONO BE=MERENTI ET CAECI-
LIAE MVSAE UXORI . Griego es tambien el nombre de otra Phi-
lumene , que suena en la lápida encontrada en esta ciudad en 1788 al
hacerse las excavaciones para el hallazgo del cuerpo de S. Pedro No-
lasco , como lo asegura el mismo Masdeu tom . 6. pag. 511 , que la
publica así : D. M. =PORCIO CE=RIALI TR.= CINA PHILUME
=NE MARITO B. M. Y griego es igualmente el masculino Philu-
menos , cuyo dativo Philumeno se lee en una lápida de Cabeza del
Griego, que trae el citado Masdeu en el t. 19. p. 495 en estos términos:
D. M. S. PHILVMENO - MEDICO- RVFVS FILIVS PATRI
F. C. S. T. T. L. =
4. Es mas que probable que estas tres lápidas pertenecen á la se-
gunda edad ó época lapidaria, ó á la que comprende los años trascur-
ridos. desde Augusto hasta Constantino. Con dificultad se demostrará
lo contrario. A la misma época debe reducirse la lápida que cubria el
sepulcro de nuestra Santa , puesto que fué martirizada por el empe-
rador Diocleciano , como es de ver en la vida y milagros imp . en
Valencia por Martinez en 1835 cap. 2 pag. 24 y 39. La inscripcion
copiada al pie de la letra de la que existe en la misma vida p.20 dice así:
(FI) LVMENA PAX TECUM FI (AT)
En seguida añade el Autor : ,, El sabio P. Mariano Portenio jesuita
99 cree que las sílabas contenidas en los paréntesis deben unirse para
,, formar una sola palabra, por ser esto muy comun entre los Caldéos,
,, Fenicios, Arabes, Hebréos, y aun entre los Griegos en algunos casos. "
Siendo conocido el nombre griego Philumene en la época del martirio
y muerte de la Santa, no puede ocurrir ni mas erudita interpretacion
de la lápida, ni union mas natural que la de la sílaba fi con lumena
para formar la palabra Filumena; aun cuando se adoptase la etimolo-
gía de Filia luminis, que da á este nombre el presbítero D. Francisco
Lucia, por una cierta analogía que hay entre las ideas de los dos nom-
bres, á pesar de la diferencia literal entre las dos palabras Filia luminis
6 hija de luz, y Philumene , amada, ó muy amada. Véase la cit.vid.p.38 .
a
5. El nombre de Filumena fué seguramente latinizado por el
que puso la lápida á la Santa , terminándole en a. No falta en nues-
tra lapidaria ejemplo para autorizar semejante terminacion ó decli-
nacion greco- latina. Vémosla en el nombre Pephilemena dativo en
la lápida sepulcral descubierta en 1828 , colocada por D. Domingo
Gibert en el zaguan de su casa , plaza de S. Justo de esta ciudad , y
recientemente publicada por el digno Presidente de la Academia de
Buenas letras en su inapreciable obra ; Condes de Barcelona vind. t.1 .
pag. 53. Sus palabras son estas : CLODIÆ PEPHILEMENÆ = L
CLODIVS HYGINVS=UXORI =LDDD. — Aqui es de notar ademas
( 56 )
de la declinacion latina la variante de u en e , la retencion de la ph,
y la adicion de la sílaba pe á Philemena, con la cual se forma Pephi-
lemenæ, que significa la amada. La variacion de ƒ por ph queda bastan-
temente autorizada con el nombre Filumenum de una inscripcion de
Fabretti, copiada en las Instituciones anticuario - lapidarias traducidas
por Casto Gonzalez pag. 216; y confirmada con lo que se añade des-
pues en la pag. 292 , esto es , que la F se encuentra alguna vez usada
en lugar de Ph , como en las voces Dafne , triunfalem , triumfanti y
otras ; y , lo que no deja de ser extraño , que escribian Ph por F,
phecit por fecit.
6. La variante de u en o de que usa el Español en el nombre de la
Santa consultando á la S. Congregacion , se ve usada anteriormente por
el Emo. Sr. cardenal Brancadoro en la antífona y oracion, que dedicó á
la misma Santa con motivo de celebrar su primera fiesta . Copiámoslas
con las formales palabras con que las trascribe el cit. Sr. Xifreu en su
paneg. p.4.: Aña. Hæc est que dilexit cordis munditiam , et propter
gratiam labiorum habuit amicum Regem , et eum in passione secuta
cum ipso exultat sine fine . . Ora pro nobis Sancta Philomena . R.Ut
digni efficiamur promissionibus Christi. Oremus. Deus , qui ad vir-
ginitatis, et fidei defensionem contra hostes tuos B. Philomena tener-
rimam ætatem martyrio consecrasti , ejus meritis nobis concede , ita
hostium insidias, et sæculi voluptates superare, ut ad te pervenire fe-
liciter valeamus , Per Dominum &c. La tal variacion de Philumena
en Philomena y Filomena generalmente adoptada por los italianos y
españoles debe atribuirse mas bien al genio de estos dos idiomas natural-
mente propensos á suavizar la pronunciacion de aquel nombre , que á
otra causa cualquiera , tanto si se le da etimología latina de Filia
luminis , como si se toman sus raices en la lengua griega.
Lo que por último y en suma resulta de estas reflexiones, omi-
tiendo lo menos interesante á nuestro propósito , es : que los nombres
de Filumena , Philomena y Philumena que se leen en los tres docu-
mentos arriba trascritos , como tambien el de Filomena de que se sir-
ven los italianos y españoles, ya se consideren de raiz griega ó ya de
latina, son idéuticos y uno solo en cada uno de los dos idiomas con las
diversas modificaciones y lijeras variantes de O, U, ph, y f: que pro-
miscua é indiferentemente y sin el mas mínimo rezelo de la crítica
juiciosa puede hacerse uso de cada uno de ellos : y por fin que si
algun criticastro de los del dia osare echar mano de tan lijeras
variantes para poner en ridículo ó el culto ó el nombre de la que por
sus multiplicados prodigios se ha granjeado el renombre de la Tau-
maturga del siglo XIX, no podrá menos de acreditarse y pasar por
tan superficial y lijero como las mismas variantes.
FIN.
BIBLIOTECA DE MONTSERRAT

13020100024064

BIBLIOTECA
DE
MONTSERRAT

F
Vària
Dotzan

27
Número 14

También podría gustarte