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Guadalupe: una mina-hacienda en Chichas (Bolivia)


1825-1906

Gustavo Rodríguez Ostria *

Siempre hemos deplorado que .nuestros predecesores


industriales, desde la época del dominio español, no nos
hayan legado historia alguna sobre las labores de minas
de su tiempo en el Alto Perú; son tradiciones escritas o la
viva voz únicamente las que han llegado a nosotros, y
como tales fabulosas, origen de nuestros desaciertos
y del estéril sacrificio de caudales. Ya que esto es así, no
imitemos nosotros la indolencia o egoísmo de los antiguos;
dejémosles a los industriales que vengan después de
nosotros, alguna luz sobre los terrenos minerales
que son de nuestro dominio, esto importa para mí el
cumplimiento de un deber, aun de patriotismo.

Gregorio Pacheco, presidente de Bolivia (1884-1888)


y socio mayoritario de la Compañía Guadalupe,
20 de mayo de 1889.

Introducción ticipar en el debate boliviano en el único terreno


en el que la censura lo permitía: la historia.
En los años cuarenta, la izquierda boliviana,
En 1978 publiqué en Cochabamba (Bolivia)
bajo el título de "La acumulación originaria en
dividida, como en casi todo el orbe, en dos gran-
des corrientes teóricas: estalinistas y trotskis-
Bolivia. Ensayo sobre la articulación feudal-ca- tas, había discurrido sobre la naturaleza social
pitalista en Bolivia, 1825-1885", mi tesis de li- y económica boliviana. Los primeros, en aten-
cenciatura en Ciencias Económicas, presenta- ción al peso geográfico y humano de las formas
da un año atrás en la universidad pública local. precapitalistas agrarias, ,bautizaron a Bolivia
Ampliamente influida por el marxismo de cor- como una "sociedad feudal" en tránsito á una "re-
te estructuralista francés y el dependentismo volución democrática burguesa". Los segundos,
latinoamericano, pretendía, como sugiere el tí- atraídos por la moderna minería y la concen-
tulo, introducirme en los vericuetos de los desco- tración geográfica de su proletariado, la vieron
nocidos albores del capitalismo en Bolivia. Por como una sociedad "bañada en los colores" capi-
entonces en mi país empezábamos a sentir la talistas, apta y madura por consiguiente para
atracción del marxismo que se filtraba bajo el su "transición permanente al socialismo".
peso de una secante dictadura militar y una uni- Tres décadas más tarde procuré en mi tesis
versidad intervenida. Con mi tesis pretendía sumarme a esta controversia local en un momen-
desafiar el orden universitario establecido y par- to en que en toda Latinoamérica se producía
una confrontación historiográfica respecto de
los orígenes del capitalismo. Intenté situarme
* Universidad Central (Unicen), Cochabamba, Bo- equidistantemente. Tomando el concepto de "for-
livia. mación social" propuse que el nacimiento del

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capitalismo en Bolivia, que situé alrededor de de este espejo de mil rostros que fue la mine-
la séptima década del siglo pasado, no había ría boliviana decimonónica. Basando su labor
destruido los "modos de producción precapita- en el único auxilio del capital boliviano, esta
listas", sino que los había recreado y refuncio- empresa soportó las vicisitudes de entrar en
nalizado. Se había producido, de este modo, una competencia con limitaciones técnicas y finan-
"articulación funcional" entre la minería capi- cieras en una región fuera de la atracción del
talista en ascenso y la agricultura "feudal", por circuito minero alumbrado por el Cerro Rico de
medio de la circulación de la renta de la tierra Potosí.
transformada en capital originario al sustentar, En este trabaj o2 no abordaré, sin embargo, la
mucho niás que el aporte externo, la recupera- evolución financiera, productiva y tecnológica de
ción de la minería argentífera boliviana y al la Compañía Guadalupe, sino que me concentra-
renovar el aparato productivo e introducir nor- ré en los procesos e impactos a que dieron lugar el
mas "científicas" en la explotación del mineral ensamble de una mina en proceso de moderni-
y su refinado así como en la gestión de una dísco- zación y una agricultura latifundista estaciona-
la fuerza de trabajo. Todo ello bajo el marco de ria, centrándome en el comportamiento de la
un estado que en 1872, a instancias de los pro- fuerza de trabajo en esta transición y, en menor
pietarios de minas, abandonó su intervención grado, en el mercado de productos y abasteci-
en el mercado de plata, uno de los últimos cor- mientos mineros. Como es suficientemente sa-
dones que lo ataban a la reglamentación co- bido, el primero es un aspecto crucial para en-
lonial. tender la minería decimonónica andina, que en
En este trabajo retomo el tema analizando el caso boliviano ha recibido escasa atención. 3
el caso de una empresa minera ubicada en Chi- Guadalupe, en este sentido, puede mostramos
chas (Potosí), fundada en 1878 con el nombre de un "modelo" de reclutamiento de fuerza de traba-
Compañía Guadalupe de Bolivia, y que perduró jo diferente a aquel que se sustenta en la pro-
como tal hasta 1905, cuando fue traspasada a letarización absoluta o en la clásica articulación
inversionistas chilenos. entre las empresas mineras y las independien-
La singularidad de Guadalupe consiste en tes comunidades indígenas circundantes. 4
que logró imbricar la actividad minera y el sis- Nuestro trabajo se divide en tres partes. En
tema de hacienda terrateniente, cobijándolas la primera exploramos los antecedentes mine-
bajo el mismo alero institucional y generando ros de la región de Chichas, mientras que en la
una interesante mezcla de tiempos, territorios, segunda tratamos el funcionamiento de la mina-
actividades y racionalidades económicas que hacienda de la Compañía Guadalupe y, en la
dan lugar a una perspectiva ignorada por la his- tercera, finalmente, expondremos las limitacio-
toriografía boliviana minera, que hasta ahora nes de esta comparación.
tiene como espejo a la Compañía Huanchaca,
gracias a un magistral trabajo de Antonio Mitre
realizado hace dos décadas. 1
Contando con el sólido apoyo de inversionistas
Las minas de Chichas,
1825-1878
chilenos y una fortuna excepcional que le permi-
tió convertirse de lejos en la primera empresa
minera de Bolivia y en la segunda del mundo, Las minas del Partido de Chichas, que luego da-
Huanchaca no es, como insinúa Mitre, el para- rían pie a la conformación'de la Compañía Gua-
digma de las empresas que en los setenta del dalupe de Bolivia, ubicadas en el extremo sur de
siglo XIX empezaron la fase decisiva de recons- la actual Bolivia, centro de acciones bélicas du-
trucción de la minería argentífera boliviana. rante la guerra de independencia (1809-1825)
En el caso boliviano, como en otras latitudes, sufrieron de forma notoria las consecuencias
las diferencias regionales son marcadas, de ahí desarticuladoras de esta conflagración y entra-
que la sureña Guadalupe represente otra cara ron en decadencia desde 1809, cuando ella esta-

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lló con brío. Cuajó entonces en el ambiente una típica de toda la minería boliviana en los albo-
multitud de minas aguadas y abandonadas, azo- res republicanos, acosada por severos problemas
gueros y mineros emigrados o enrolados en los tecnológicos, caída de la ley del mineral, esca-
ejércitos patriotas o realistas y trabajadores es- sez de capital y fuerza de trabajo. lO
casos e indisciplinados, con lo que el "giro del Hacia 1842, las minas de Portugalete, traba-
ramo" quedó a expensas del éxito de pequeños jadas por empresarios bolivianos, entre ellos
productores cuentapropistas denominados "pu- José Calixto y áñez y José Sánchez de Reza, em-
cheros". La magnitud de las crisis se expresa pezaron a intentar un lento despegue, que in-
mucho mejor en la caída del volumen de marcos cluyó inversiones monetarias e intentos de re-
de plata internados por el partido en el Banco de novación tecnológica principalmente en la fase
Rescates de Potosí, que registra 50,888 marcos del refinado. En 1843, por ejemplo, se informaba
para 1809, el mismo año en que se desata la que el ciudadano alemán Augusto Buder expe-
guerra independentista, y24,396 marcasen 1821, rimentaba satisfactoriamente en las propieda-
poco menos de la mitad, cuando ésta llegaba a des de Yáñez con el "ahorro de brazos y materia-
su apogeo. 5 les" (leña, cobre): una máquina de beneficio por
En 1825, una vez lograda la independencia toneles (barriles) destinada a remplazar el an-
de Bolivia, varias minas de Chichas,6 entre ellas tiguo y colonial sistema de fondos. l1
las situadas en Portugalete y Tatasi, que años Yáñez era propietario de minas en Portu-
más tarde formarían el patrimonio de la Compa- galete y del ingenio de San Joaquín, distante
ñía Guadalupe objeto de nuestro trabajo, pasa- trece leguas de ellas. Por su parte, a Sánchez
ron a manos delcomerciante;yespeculador argen- pertenecía el ingenio de Guadalupe, donde "se
tino Dámaso de U riburu. Esperanzado en tener benefician los metales que explota de las minas
rápidas ganancias y aprovechando los decretos que posee en Portugalete", distante ocho leguas.
gubernamentales que buscaban favorecer la in- Reza empleaba, entre las minas, ingenio y labo-
versión extranjera en este alicaído rubro, Uribu- res de transporte a unas 400 personas. 12 Una
ru, que poseía excelentes conexiones políticas y década más tarde Yáñez y Sánchez Reza y sus
económicas, compró en la región chicheña va- respectivas familias figuraban toda\lia como los
rias minas a propietarios vinculados al régimen mayores propietarios mineros de la zona,13 pero
español depuesto. N o tuvo fortuna. La escasez su decadencia estaba a punto de empezar.
de fuerza de trabajo, su resistencia a trabajar Hacia 1855, Gregorio Pacheco recibió una
"disciplinadamente" y su marcada estaciona- parte de las importantes minas de Tatasi en
lidad, los altos precios del mercurio sumados a pago por las deudas que como "habilitador" te-
las políticas estatales proteccionistas, termina- nían con él Clemente Reza (descendiente de Jo-
ron por frustrar su iniciativa. A fines de 1826, sé Sánchez de Reza) y Manuel Inocente Ramírez;
Uriburu renunció a continuar el trabajo minero el resto lo compró y quedó como único propieta-
así como a sus otras actividades mercantiles en rio hacia 1877.
Bolivia, y retornó a Argentina. 7 En 1856, Calixto Yáñez, por su parte, se aso-
Pese a este contratiempo en Chichas, conti- ció con Avelino Aramayo para formar la Socie-
nuó la actividad mineralógica, aunque sin al- dad Oploca, con minas en Portugalete y Guada-
canzar el nivel productivo que la región exhibía lupe. Oploca operó durante 18 años, hasta que
alrededor de 1800. Sabemos que en 1836 opera- finalmente se disolvió en 1874 sin dar benefi-
ban en la zona 26 minas que entregaron 30,790 cios económicos y causar, en palabras de Arama-
43/4 marcos de plata al Banco de Rescate de Po- yo, apenas "desengaños y sinsabores, ingrati-
tosí, 8 volumen ligeramente mayor al registrado tud y hostilidades". 14
en 1821, en plena efervescencia bélica indepen- Tras este fracaso, Portugalete, Tatasi y Gua-
dentista, pero todavía muy inferior al observado dalupe entraron nuevamente en una fase rece-
en 1809, cuando el mando colonial prevalecía. 9 siva que habría de prolongarse hasta fines de
Estos datos subrayan su condición estacionaria, los años setenta.

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Las razones de Guadalupe La primera comprende desde 1877, un año


antes de su organización fonual, hasta 1883,
La Compañía Guadalupe de Bolivia se esta- cuando se disolvió la sociedad entre Aniceto Ar-
bleció fonualmente el 22 de abril de 1878, aun- ce y Gregorio Pacheco. La empresa extendió en-
que sus antecedentes se remontan por lo menos tonces sus labores de extracción e introdujo im-
a un bienio atrás, y concentró a todas las propie- portantes transfonuaciones tecnológicas en la
dades particulares que había en el mineral de fase de refinado, remplazando el sistema de to-
Portugalete",15 situado al sur boliviano en las neles por el método de amalgama por "tintas
proximidades de la frontera argentina. Francke".18 Se adquirió igualmente una máqui-
Sus impulsores y principales accionistas fue- na de vapor de 20 caballos para mover las tinas
ron Aniceto Arce y Gregorio Pacheco,16 empre- que "por primera vez en la vida ha atronado es-
sarios y políticos de orientación conservadora tas breñas, con terror de sus habitantes", escri-
que llegarían a ser presidentes de la República bió un satisfecho Gregorio Pacheco. 19 El agua
de Bolivia: Pacheco entre 1884 y 1888 YArce en- sobrante ayudaba a mover las máquinas de mo-
tre 1888 y 1892. La dupla Arce-Pacheco se hizo lienda en el ingenio de beneficio. Para 1883, con
cargo también de la mina de Huanchaca, con- una producción anual de 57,842 marcos de pla-
siderada la más prometedora del país. Ambos ta, Guadalupe se situaba como la tercera empre-
pertenecían a la nueva estirpe de empresarios sa de Bolivia, sólo superada por la de B:uanchaca
nacionales que desde mediados del siglo pasado y la de Colquechaca.
pugnaban por renovar financiera y tecnológica- Durante la segunda fase (1884-1892), mien-
mente la minería boliviana. Ni Pacheco ni Arce tras la producción penuanecía estacionaria, la
provenían de familias ligadas tradicionalmente a empresa empezó a sufrir los efectos nocivos de
la minería, sino que cada uno era una suerte de las pérdidas acumuladas que la llevaron en 1890
self made man cuya azarosa fortuna transitó al borde de la quiebra. Para sacarla a flote se
de actividades comerciales y especulativas hacia realizaron nuevas inversiones en exploración
la extracción y refinado de minerales de plata. sin que se presentaran otros cambios en la fase
En 1883, sus afiebradas disputas políticas ter- de beneficio derivados de transfonuaciones en la
minaron dando al traste con la Sociedad; quedó molienda del mineral con el ahorro de "brazos".
excluido definitivamente de Guadalupe Aniceto La producción se mantuvo en esos años estable
Arce, y quedó Pacheco como accionista principal y dentro de los parámetros anteriores.
de la empresa (66.66 por ciento de las acciones Finalmente, en la tercera fase (1893-1906),
en 1889) acompañado de una cuarentena de ac- se produjo un espectacular salto durante 1893 y
cionistas de menor envergadura. 1894 gracias al descubrimiento de ricos bolso-
Bajo el comando de Pacheco, Guadalupe lo- nes de plata que permitieron a la empresa pro-
gró hacia 1890 posicionarse como la cuarta com- ducir 103,449 marcos en el primer año citado
pañía en cuanto al volumen de producción argen- y 79,590 en el segundo, su mayor performan-
tífera en Bolivia, aunque estaban muy lejos de ce histórica; luego se iniciaría su derrumbe ine-
alcanzar a la Compañía Huanchaca e incluso a la xorable. Las pérdidas se acumulaban mien-
Minera de Oruro, la primera con fuerte presen- tras subían las deudas con los bancos. La ley
cia de capital chileno y la segunda enteramente media del mineral cayó a la mitad de la exis-
de propietarios de este origen geográfico. Si Sé tente en 1883 (de 40.55 escala 1/10.000 a 21.29
quiere, correspondía a Guadalupe el galardón en 1896), pero las reformas administrati-
de ser la segunda empresa de capital exclusi- vas lograron detener el incremento de los cos-
vamente boliviano, tras la Compañía Colque- tos por cajón en las fases de explotación y re-
chaca. 17 finado.
Se pueden reconocer tres fases en la historia La empresa no pudo gozar durante mucho
mineral de la Compañía Guadalupe que marca- tiempo de su situación de equilibrio. En 1899, la
remos muy brevemente. crisis mundial de la plata dio la estocada final y

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ese año Guadalupe apenas llegó a producir 17,373 te de su superficie cultivada se dedicaba a la
marcos de plata. En un esfuerzo supremo se im- cría de ganado, "siendo sus pastos de mejor
plantó en Tatasi un ingenio por lixiviación, para calidad que Oploca".
tratar minerales de baja ley, pero que no logró En 1891 se censó en las dos fincas a 2,915 per-
levantar a la Compañía Guadalupe. Para 1904 sonas de ambos sexos (2,017 en Oploca y 898 en
su producción se había reducido nuevamente, Salo), entre adultos(as) y niños(as). De ellos, un
cayendo esta vez a 9,559 marcos de plata, su tasa 31 por ciento fue clasificado como "colono".
histórica más baja. Mientras tanto, en los tres pueb19s pertenecien-
Dos años más tarde, acosada por las deudas y tes a la empresa habitaban 1,771 personas, lo
la ausencia de capital propio, fue vendida a em- que hacía un gran total de 4,686. 21
presarios chilenos, en un proceso similar al que ¿Qué factores motivaron a los directivos de la
corrieron otras empresas de capital boliviano Compañía Guadalupe a decidirse a invertir en
que no pudieron afrontar la crisis de la plata. ambos latifundios, un fenómeno no precisamen-
Los nuevos propietarios descartarían de plano te frecuente en la minería boliviana decimonó-
la explotación de este devaluado mineral y se nica?22 La razón era una sola, expresada en un
encaminarían firmemente hacia el promisorio haz de múltiples aristas: distante de los centros
estaño. 2o principales, enclavada en el despoblado extremo
sur de Bolivia, Chichas siempre había reportado
dificultades para procurar trabajadores allabo-
La mina-hacienda reo minero, medios y bienes para alimentarlos
y recursos como madera y combustible para
Retrocedamos ahora en el tiempo operar minas e ingenios. A la actividad agrícola
se le encargaba además la importante tarea de
En marzo de 1891, el ingeniero inglés Carlos Sa- proporcionar rentas, cuyo caudal contribuiría a
bine Pasley realizó un inventario de las propie- sostener y dar un respaldo al aleatorio trabajo
dades de la Compañía Guadalupe. Además de minero.
minas en Tatasi y Portugalete y del estableci- El sentido de ambas adquisiciones fue recono-
miento de refinado en Guadalupe, el registro mi- cido sin ambages de esta manera:
nucioso contiene una novedad, casi única fren-
te a la veintena de compañías argentíferas que El objeto primordial, que bien pudiera lla-
operaban en Bolivia: la empresa era propieta- marse único con que la compañía ha hecho
ria de dos grandes haciendas: Oploca y Salo, que la costosa adquisición de las fincas, ha si-
contabilizaban entre ambas nada menos que 260 do servirse de ellas como sólida base de los
leguas cuadradas. En 1881, a tres años de cons- trabajos mineros aprovechando el benefi-
tituida la Compañía Guadalupe, se adquirió la cio de estos inestimables recursos de [sus]
hacienda de Salo en 68,000 bolivianos, y dos años brazos, forrajes, combustible, arrieros, le-
más tarde, la extensa hacienda de Oploca, en ñadores y bajadores de metales [para el]
400,000 bolivianos. establecimiento de Guadalupe ... 23
OpIoca poseía en su parte baja tierra fértil,
buenos y cómodos edificios para depósitos y la Se otorgó, consiguientemente, a ambas hacien-
administración. Producía principalmente trigo, das, el rol de aportar trabajadores a las minas y
maíz, cebada, papas, alfalfa, hortalizas y frutas. de surtidas de alimentos y.material de trabajo.
Su parte alta se dedicaba en cambio a la cría de En cuanto a este último aspecto, conviene ad-
llamas, ovejas y cabras. vertir que Guadalupe se encontraba situada en
Salo presentaba una superficie cultivada me- la ruta colonial de comercio surandina que se
nos extensa que Oploca, obligada por su clima nutría básicámente de ganado vacuno, ovino,
más riguroso y menor disponibilidad de agua. mular y equino, el cual se introducía del norte
La hacienda se distinguía porque la mayor par- argentino hacia Bolivia. 24 El largo tránsito en-

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flaquecía y enfermaba al ganado, que necesita- Fuerza de trabajo, mercado y haciendas


ba de pastos para reponerse. Por otra parte, las
haciendas podrían proporcionar ganado por su Si en otras regiones mineras los trabajadores
cuenta para el consumo de los pueblos mineros resultaban particularmente escasos, su ausen-
de Tatasi, Portugalete y Guadalupe, y reducir cia era mucho más clara y alarmante en los
la dependencia de la importación. Lo propio pue- territorios de Chichas. La indisciplina laboral
de decirse del maíz, trigo, papas e incluso ver- constituía otro mal endémico y de larga data en
duras, componentes fundamentales de la dieta las minas de Chichas, que como no gozaba, al
minera, aunque éstos eran surtidos desde los contrario de sus homólogos del Cerro Rico de
circuitos internos bolivianos. Potosí, del beneficio de la mita, tenía que ave-
Por su lado, los animales destinados al trans- nirse a contratar trabajadores libres llamados
porte de mineral y el servicio doméstico, estima- mingas. 26
dos en más de 150, requerían forraje barato y Problemáticos y acostumbrados, a los ojos de
siempre disponible. Las labores exigían a su vez los propietarios, a prácticas y costumbres "per-
de "callapos" (andamios de madera para las versas", constituían una "solución" aceptada de
minas) y de carbón, combustible en una propor- mal grado por mineros y azogueros, que hubie-
ción de por lo menos 5,000 quintales anuales ran preferido seguramente otro tipo de recur-
para mover las máquinas y hornos en el inge- sos humanos. Por ejemplo, entre 1805 y 1807
nio. En el pasado, necesidades como éstas en un los propietarios de los ingenios de Nuestra Se-
marco de escasez diemn lugar a profundos ñora de Guadalupe llevaron sin éxito un expe-
conflictos entre distintos propietarios mineros diente para solicitar a las autoridades espa-
de la región de Chichas, que se entorpecían mu- ñolas la conveniencia de establecer en él una
tuamente a la hora de contar con combustible. "Casa de Forzados" que remplazara a esta mano
Aunque esta provisión de bienes estaba suje- de obra, además de escasa, "ociosa y ladrona".27
ta a las contingencias de las pestes (por ejem- En 1822, en pleno fragor de la guerra antico-
plo, difteria de 1882 a 1884), las sequías y"yelos lonialista contra España, se acrecentó el "desor-
anticipados", el balance de la contribución de den" al extremo, pues se afirmaba que los "abu-
las haciendas a las operaciones mineras de la sos y vicios han llegado a su último grado, y
Compañía Guadalupe era -a los ojos de sus ad- forma parte esencial de la decadencia de este
ministradores- francamente positivo, pues la importante ramo (minero)".28 Regularmente se
dotahan de: describía a los trabajadores -en una retórica
siempre presente en los argumentos patrona-
les-convariados epítetos denigrantes: embria-
servicios [...], que aunque pagados en su
gados, abusivos, ladrones, viciosos y desmedi-
justo precio, en la actualidad sería difícil,
damente afectos a participar en las múltiples
por no decir imposible, sustituirlos con
fiestas religiosas (alferangos) que se prolonga-
ventaja: todo lo que hace comprender que
ban por días.
la adquisición de estas fincas fue de alta
previsión, en vista de su utilidad actuaL25 La pax republicana (1825) no trajo a las mi-
nas de Chichas -ni a ningún otro centro mine-
ral- un nuevo orden disciplinario, pues dos déca-
La sustitución parcial de las omisiones del das más adelante la situación que se arrastraba
mercado interno de bienes, vía la integración ver- desde la colonia no había variado en lo más
tical mina-hacienda, representa apenas, como ya mínimo:
insinuamos, una de las contribuciones espera-
das de Salo y Oploca. La mayor y más importan- Preciso es hacer presente al gobierno -sub-
te debía evitar el estancamiento de la empresa raya un informe- la desmoralización de
proporcionándole -para romper una frontera los peones por falta de leyes que los con-
de siglos- abundante fuerza de trabajo. tengan y contraigan al trabajo alejándolos

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de los vicios. Acostumbrados a huir de las bajadores tornó a sus ojos más visible y patética
haciendas [mineras] en que se han contra- su secular escasez e irregular comportamiento,
tado L..] constantemente se ve que los peo- lo cual frenó el despegue de la Compañía Gua-
nes contraen deudas [...] y después que se dalupe. Sus directivos entrevieron con claridad
endrogan se fugan a otros minerales. 29 que la solución había que buscarla fuera de los
mecanismos mercantiles de reclutamiento labo-
A la indisciplina y las oscilaciones de la oferta ral, imperfectos e insuficientes para atraer fuer-
laboral en época de festividades se sumaba la za de trabajo.
estacionalidad provocada por el retorno de los Al comprar las haciendas de Salo y Oploca, la
trabajadores de minas, generalmente indíge- Compañía Guadalupe se avino conscientemen-
nas aimaras, hacia sus comunidades vecinas en te a establecer un modelo operativo que hacía
épocas de siembra y cosecha, situación que ha de los "colonos" arrenderos de fincas un ejército
sido reportada como una característicamedular de reserva y una suerte de cantera para rempla-
de la minería andina incapacitada para dotar- zar las históricas omisiones de proletarización
se de una fuerza de trabajo permanente y obliga- de la fuerza de trabajo.
da a echar mano de los intermitentes rebalses En este punto, la Compañía Guadalupe sim-
campesinos. 30 plemente recreó, amplió y sistematizó mecanis-
En este contexto, los propietarios de minas mos ya utilizados y probados por los anteriores
e ingenios chicheños debieron recurrir a algu- propietarios de minas de Tatasi y Portugalete
nas estratagemas para soslayar el desfase labo- en el corazón de Chichas. José Sánchez de Reza
ral y tratar de aprovechar mecanismos compul- y Calixto y áñez -dos de los mayores mineros-
sivos de origen colonial que la República había implementaron en los cuarenta sistemas simi-
conservado incólumes, como el tributo indígena. lares. 35 Años más tarde Avelino Aramayo, que
Por ejemplo, en una"Junta General de Mineros como vimos trabajó la empresa Oploca entre
de la República", celebrada en 1833, Sánchez de 1856 y 1874, hizo lo propio. 36 Todos, sin embar-
Reza, propietario minero de la región, informó go, con menor extensión, dinamismo y sistemati-
que se había implantado en su distrito un siste- zación que la que cuatro décadas más tarde usa-
ma consistente en abonar un adelanto moneta- ría la Compañía Guadalupe.
rio al "curaca enterador"31 para el pago al fisco En una suerte de compulsión extraeconómica,
de los consabidos tributos, redimible solamente los propietarios de Guadalupe dispusieron taxa-
con el trabajo de sus comunarios en las minas de tivamente la obligación de los arrenderos y"colo-
plata. 32 Inteligentes paliativos, pero que como nos" de trabajar en sus minas en Guadalupe y
vimos líneas arriba, no lograron sustraer a las Portugalete. Ellos debían igualmente propor-
empresas mineras del flagelo secular de las in- cionar leña y combustible para "alimentar" las
disciplinas y la estacionalidad laboral. máquinas de vapor y concurrir con sus borricos,
En los albores de su trabajo en Chichas, Gre- llamas y trabajo a "bajar" mineral de Portugalete
gorio Pacheco, según desnudan sus "Copiado- y Tatasi hacia el ingenio de Guadalupe o tras-
res de Correspondencia",33 estaba perfectamente ladarlo hasta la estación de ferrocarril.
al tanto de esta situación de larga data, por eso No se fijaron, empero, tareas o cargas especí-
quiso tomar medidas para asegurarse la perma- ficas ni días precisos de trabajo para los colo-
nencia de los trabajadores condonándoles sus nos. Se supuso en principio que la ligazón laboral
deudas, incrementando salarios y mejorando sus mina-hacienda se produciría por la necesidad
condiciones de vida. 34 campesina de obtener dinero para pagar su ca-
C

Cuando comenzaron a fines de los setenta y non de arrendamiento (como en su momento la


principios de los ochenta a establecerse en zo- demanda de moneda para cancelar el tributo ha-
nas aledañas otras empresas mineras protago- bía movilizado a los indígenas comunarios).
nistas del nuevo auge que tomaba la minería De no existir esta atadura, o de ser burlada
boliviana, la implacable competencia por los tra- fácilmente, ningún otro mecanismo automático

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llevaría a los colonos hacia el laboreo de minas mineral. O sea, casi dos personas por cada tra-
e ingenios. Mecanismos culturales ancestrales bajador habitualmente empleado en la Compa-
se impondrían entonces para bloquear el acceso ñía Guadalupe. 40
campesino a las minas. Por otra parte, la estrategia de mantener a
Ahora bien, dada la escasa especialización de los colonos estacionados en las haciendas per-
los "colonos" para desempeñarse en el trabajo mitía a la Compañía Guadalupe, aunque no
minero, su inserción, como la de toda la fuerza de fuera consciente de ello, descargar buena parte
trabajo temporal indígena en los Andes, des- de los costos de reproducción biológica y fami-
de la época colonial, se produjo básicamente en liar de la fuerza de trabajo en la fase agrícola de
las fases simples del proceso de trabajo minero, trabajo y el de sus allegados en sus respectivas
como apiris (cargadores), mortiris (moledores), parcelas en tierras hacendales. Mientras, los
cumuris (bajadores) y palliris (recogedores). Po- salarios logrados en su fase minera, que a la pos-
cos desempeñaban seguramente trabajos com- tre volvían a manos de la empresa por el pago de
plejos, que demandaban tiempos más o menos arrendamientos, no se encargaban, como en el
prolongados de entrenamiento y formación, co- caso de una proletarización absoluta, de la re-
mo barreteros, mecánicos, artesanos, horneros constitución de la fuerza de trabajo. Enrique
o fundidores. 37 Tandeter ha encontrado una situación similar
Estas tareas delicadas fueron encargadas a al analizar la migración forzada indígena para
trabajadores libres asentados en los pueblos mi- cumplir con la mita. De acuerdo con su argu-
neros de Guadalupe, Tatasi y Portugalete. 38 En mento, las comunidades indígenas subsidiaban
Guadalupe, donde se hallaba ubicado el ingenio y transferían plusvalor al encargarse de la ma-
del mismo nombre y la administración de la em- nutención a largo plazo de los indígenas concu-
presa, habitaban, siempre de acuerdo con el cen- rrentes a la mita.41
so de 1891,492 personas; de ellas, 183 varones En la Compañía Guadalupe las haciendas
mayores trabajaban en la fase metalúrgica o de agrícolas contribuían además a conservar una
beneficio. Del total masculino, 145 (79.23 por "reserva" de fuerza de trabajo alejada de las
ciento) estaban adscritos a la mina. Tatasi, con contingencias del ciclo minero, pues de otro mo-
614 personas, era el centro de residencia de va- do en las épocas de depresión minera ésta que-
rones clasificados como "mineros" y "artesanos" daría desempleada y flotante abandonando la
que habitaban con sus respectivas familias. Por- zona en busca de mejores oportunidades en otras
tugalete, que había decaído demográficamente empresas. Con las limitaciones anotadas arri-
en los años setenta, presentaba ahora una po- ba, la Compañía Guadalupe podía acudir a su
blación compuesta de 504 personas de ambos cantera agrícola y extraer trabajadores en cuan-
sexos. Al igual que en Tatasi, predominaban to se producía nuevamente un auge o boya. 42 Un
fuertemente los mineros seguidos de los artesa- stock permanente de miles de llamas, borricos
nos. La mayor parte de los varones en los tres y de decenas de arrieros, pese a la irregularidad
pueblos (70 por ciento) era soltera,39 constante de su oferta, constituía adicionalmente un pri-
típica en una población de migrantes. vilegio relativamente barato que ninguna otra
Los anteriores datos nos permiten una aproxi- compañía minera podía darse el lujo de tener en
mación, así sea puntual, del impacto que pudo medio de territorios alejados, escasos de pastos
tener la contribución de los arrendatarios de y animales. 43 Considérese que en muchas minas
Salo y Oploca en el desempeño de Guadalupe. andinas los costos del transporte solían ser tan
En 1891, en los tres pueblos ya consignados, altos como los de producción.
vivían 578 personas que laboraban regular-
mente en las minas y el establecimiento. En las Límites de una imbricación
dos haciendas, por su parte, se registraron 987
adultos varones disponibles para trabajos even- ¿Cuáles fueron los resultados que logró la Com-
tuales de extracción, refinado y transporte de pañía Guadalupeal combinar en la misma esfe-

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ra de acción mina y hacienda agrícola? Sus me- también en las épocas de siembra y cosecha el
morias públicas y documentos internos traslucen volumen disponible de mano de obra disminuía.
muchas veces la satisfacción y la alta previsión Desafortunadamente no disponemos de datos
de esta determinación. De acuerdo con ellas, la que nos permitan comparar la magnitud de
fuerza de trabajo fluía en mayores cantidades esta oscilación antes y después de la compra
que antes y la empresa contaba con mecanis- de ambas haciendas, aunque tenemos la impre-
mos y dispositivos para usar su reserva y corre- sión de que se redujo su impacto. Sin embargo,
gir sobre la marcha los desajustes. Configura- prueba de que estas fluctuaciones continuaban
ción que... no obstante, distaba de ser fluida y representando un problema para las operacio-
funcionár sin tropiezos. nes "regulares" de la empresa, incluso luego de
Primero. Uno de los mayores problemas para la integración de Salo y Oploca, son los distintos
la Compañía Guadalupe consistía en que los pronunciamientos en ese sentido que hallamos
colonos 44 acumulaban frecuentemente abulta- en las memorias elevadas a consideración del
das deudas por arriendos, herbajes y habilita- directorio: "Hay sin embargo épocas como las
ciones de víveres y mercaderías ultramarinas de siembras y cosechas, en que se nota escasez de
extraídas de las tiendas de la empresa, no sin- peones, puesto que esos mismos arrenderos no
tiéndose -por la mala administración de las ha- pueden dejar de atender los trabajos de agricul-
ciendas- compelidos a trabajar en las minas o tura."47
el establecimiento de beneficio para cancelar- Una solución para enfrentarla pudo haber
las; con ello se rompía la cadena laboral que, tal consistido en acudir al concurso de la tecnología
como señalamos, motivó a principios de los e introducir maquinaria en ambas haciendas,
ochenta la adquisición de ambos latifundios. con el fin de liberar fuerza de trabajo. Contan-
Para enmendar una situación en la cual ''los do con recursos financieros siempre escasos, la
colonos deudores usufructúan las fincas más empresa prefirió concentrarlos en el área de ex-
que si fueran dueños propios"45 se dispuso, por plotación minera y refinado de mineral, con el
circular del 10. de marzo de 1894, que anualmen- fin de incrementar su productividad abaratando
te el 24 de junio (Fiesta de San Juan, sintomá- sus costos sin recurrir a más trabajadores. En
ticamente la misma fecha que el estado colonial 1899, Gregorio Pacheco prohibió toda inversión
había marcado para el pago del tributo indíge- de magnitud en las haciendas, y si bien algunas
na) los deudores se presentaran en la Casa de mejoras se realizaron en 1895 al comprar dos
Administración para cancelarlas, bajo amenaza segadoras y una prensadora movida por mulas
de expulsión y desahucio. Para vincular direc- que ahorraba el trabajo de 50 o 60 hombres,48
tamente y sin ambages el trabajo agrícola con fueron notoriamente insuficientes para maqui-
las necesidades de la fuerza minera -fin últi- nizar el trabajo agrícola.
mo de la Compañía Guadalupe- tales deudas Tercero. La situación de los arrieros y "baja-
debían ser canceladas en vales adquiridos úni- dores" de las fmcas de Salo, responsables del
camente en el laboreo de las minas o en los in- traslado de mineral entre las minas y el estable-
genios. La determinación recordaba igualmen- cimiento de refinado o la estación del ferrocarril
te a los colonos que no presentaban deudas con en Escorani para su exportación a Europa, tra-
la compañía, que tenían la obligación "de pres- ducía también la presencia de un marco de
tar los servicios que les exija ésta, en cualesquie- estacionalidad causada por el diferente uso del
ra de los ramos de su giro, por su justo precio".46 tiempo indígena, que logró sobrevivir a los in-
Segundo. Por otra parte, la concurrencia de tentos de imbricar y sincronizar el ciclo capita-
los arrenderos de Salo y Oploca al "laboreo" en lista de la mina con la rutina y la costumbre
las minas y el establecimiento de refinado, no precapitalista de la agricultura indígena. Como
pudo romper totalmente con la secular estacio- sus homólogos de las vecinas comunidades
nalidad de la oferta de trabajo. Como era fre- aimaras de Lipez, estudiados por Tristán Platt,49
cuente en otras minas andinas, en Guadalupe los colonos y pastores indígenas de Salo dispo-

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nían libremente de su tiempo durante los me- buyó dividendos a sus accionistas, situación desa-
ses de junio a diciembre, con lo cual faltaban a fortunada que se agravó con el fin de siglo tras
las labores de ''baja'' y contrariaban así los deseos el colapso del precio internacional de la plata, lo
de la empresa de contar con su concurso.50 En que la llevó a su virtual quiebra. En este estado
ese momento, en verdaderas romerías, se trasla- fue vendida en 1906 a capitalistas chilenos que
daban en largos peregrinajes a los valles de las la reconstituyeron como empresa estañera, ba-
tierras bajas, con el objeto de intercambiar sus jo el nombre mucho más justo y descriptivo de
productos por maíz y sal. "Compañía Agrícola y Minera Oploca de Boli-
La Compañía Guadalupe debió paliar esta via" con su capital social en Santiago,55la mis-
ausencia e irregularidades acudiendo a la ad- ma que, perteneciente posteriormente al mag-
quisición de carretas (de las cuales poseía unas nate Simón 1. Patiño, fue nacionalizada el31 de
20) o empleando contratistas independientes. En octubre de 1952.
verdad, pudo controlar mejor esta esfera sólo en Los mismos datos permitieron comprobar que
la medida en que la fue mecanizando, situación entre esos mismos años de 1888-1906 ni Salo ni
que sólo pudo lograrse plenamente cuando, tras Oploca arrojaron utilidades significativas que
ser internacionalizada en 1906, fue objeto de pudieran paliar los déficits del área minera. Y
significativas inversiones en el rubro de trans- aunque esta contabilidad es engañosa, pues no
porte. registra algunos productos entregados gratui-
Cuarto. Acudir a los colonos no rompió auto- tamente a las minas, ni duda cabe de lo ante-
máticamente los hábitos preindustriales de tra- rior. En efecto, mientras el área minera perdió
bajadores ajenos al "sistema de fábrica". Es po- en esos 18 años 4,223,013 bolivianos, en el mis-
sible incluso que su presencia acrecentara los mo lapso ganó en la fase agrícola 119,150 boli-
códigos andinos de reciprocidad en la relación vianos; Salo y Oploca repusieron un escaso 2.82
minero-empresa.51 por ciento de las cuantiosas pérdidas mineras.56
Para combatirlos, en las postrimerías de la
centuria pasada, cuando Guadalupe ingresaba
en su tercera fase productiva, la empresa utili- Conclusiones
zó una combinación de medidas coercitivas en
pos de imponer "disciplina, sistema y orden", La Compañía Guadalupe de Bolivia, fundada
racionalización que con el objetivo de abaratar en 1878 como parte del proceso de recuperación
costos se desató a partir de 1894. En una se- de lamineríaargentíferaboliviana, muestra otros
cuencia de amplio alcance incluyó la instala- rasgos de las estrategias empresariales mine-
ción de una capilla para combatir "las manifes- ras andinas para superar la secular escasez e
taciones escandalosas y hábitos de disipación", indisciplina de la fuerza de trabajo y procurarse
la adopción de un "Reglamento Higiénico del medios de trabajo y subsistencia en un entorno
Establecimiento" con el "propósito de disponer de aislamiento geográfico y las limitaciones es-
un dique a los perniciosos y mortíferos progre- tructurales del mercado interno.
sos del uso del alcohol",52 disposiciones para Deliberadamente la empresa buscó, a pocos
regular los ingresos "indeseables" en los pue- años de su constitución, preservarse las espal-
blos mineros (company towns)53 y, finalmente, das adquiriendo dos extensas haciendas agríco-
la consolidación de escuelas en los campamen- las para surtirse de la fuerza de trabajo de sus
tos mineros y las haciendas para formar a las arrendatarios y de los frutos de su suelo. Esta
nuevas generaciones en los hábitos siempre articulación refuerza la idea de que las formas
convenientes del "amor al trabajo" y "odio al modernas de producción minera se alimenta-
vicio".54 ron en los Andes de sistemas preindustriales
Quinto. En el lapso comprendido entre 1886 y tradicionales agrícolas como las comunidades
y 1904, salvo en 1893, la Compañía Guadalupe campesinas o, aunque en menor grado, de hacien-
arrojó utilidades y únicamente en 1894 distri- das organizadas bajo el sistema de demesme.

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Si bien, dada la modalidad relativamente per- tos para la subsistencia laboral y medios de tra-
misiva con que funcionó este pacto o integra- bajo para las minas e ingenios, pues las ha-
ción vertical en la Compañía Guadalupe entre ciendas, salvo en momentos de pestes o sequías,
1883 y 1906, no pudo superar del todo los pro- nutrieron a la Compañía Guadalupe de los ele-
blemas causados por la secular estacionalidad mentos que necesitaba.
e indisciplina laboral, no es menos cierto que la El modelo se mostró tan exitoso que fue pre-
"reserva" campesina permitió a la empresa con- servado cuando en 1906 la Compañía Guadalupe
tar con más fuerza de trabajo que si hubiera de Bolivia fue adquirida por capitalistas chile-
dependido solamente de los mecanismos del in- nos que la capitalizaron y mecanizaron trans-
cipiente mercado laboral. El mayor éxito se formándola en una de las principales producto-
apuntó, en todo caso, en la provisión de alimen- ras de estaño del país.

Notas
1Los patriarcas de la plata, Lima, IEP, 1981. 15 Ramón Alzerreca, Memorias de un viaje por algu-
2Esta ponencia es un avance de una investigación en nas minas de Bolivia, Cochabamba, Imprenta de El
curso sobre las minas de plata en Chichas, sur bolivia- Heraldo, 1889, p. 13.
no, de fines del siglo XIX y principios del XX. 16 Ambos eran también socios de la Compañía Huan-
3 Una sugerente perspectiva revisionista, de la que chaca, la mina de plata más importante de Bolivia y una
nos hemos beneficiado mucho, en el trabajo de Eric D. de las más ricas del mundo a fines del siglo XIX.
Langer, The Barriers to Proletarianization: Bolivian 17 En 1891 Huanchaca produjo 1,114,366 marcos de
Mine Labor, 1826-1918, va a publicarse enInternational plata; la Minera de Oruro 170,575; la Compañía Colque-
Review of Social History. chaca 168,113 y la Compañía.Guadalupe 79,590 mar-
4 Un estudio ejemplar en este sentido es la contribu- cos. Revista Minera, núms. 3 y 4, Potosí, 1897, p. 68.
ción de Carlos Contreras, Mineros y campesinos en los 18 Nombre de sus inventores, dos hermanos franceses
Andes, Lima, IEP, 1987. que llegaron a Bolivia a mediados del siglo XIX.
5 "Relación histórica o estadística del Partido de 19 Copiadores, t. 15, 5 de octubre de 1877, f. 88.
Chichas. Año de 1822", Archivo Nacional de Bolivia (en 20 Antonio Mitre, en Bajo un cielo de estaño, La Paz,
adelante ANB), Minas, t. 54. ILDIS-ANMM, 1993, trata de la transición de la minería
6 Una descripción de algunas de estas minas puede de la plata a la de estaño.
verse en ANB, "Demostración de los intereses de Portu- 21 Estadística general de las propiedades de la Com-
galete y Sorocaya poseídos por María Manuél Vilca y pañía Guadalupe de Bolivia, Sucre, Tipografía del Pro-
Felipe Obando", 1825, Colección Ruck, f. 74. greso, 1892.
7 La historia de Uriburu está narrada por William 22 De la veintena de nuevas empresas que florecieron
Losftrom en Dámaso de Uriburu. Un empresario minero entre 1870 y 1885, apenas documentamos un caso si-
de principios del siglo XIXen Bolivia, La Paz, BM, 1982. milar en la Compañía Andacaba, propiedad también de
8 ANB, "Resumen del estado del trabajo del ramo mi- AnicetoArce, que contaba con el concurso de la hacienda
neral", MH, t. 55, núm. 22, Potosí, 27 de febrero de 1836. La Lava, al sur de la ciudad de Potosí. Carlos Contreras
En todo Potosí funcionaban 148 minas con una produc- refiere situaciones similares en la minería colonial. Véa-
ción estimada en 177,543 43/4 marcos de plata. se Los mineros y el rey. Los Andes del norte: Hualgayoc
9 Estos datos pueden, sin embargo, estar distorsiona- 1770-1825, Lima, IEP,1995, p. 102.
dos por el contrabando que en un volumen significativo 23 "Bases de la Asociación de la Compañía Guadalupe
se realizaba de Chichas a la vecina Argentina. de Bolivia con los administradores de las fincas de Salo
10 Véase, al respecto, Antonio Mitre, op. cit., en espe- para formar una 'Sociedad Agrícola' representada por
cial el cap. 11. susocio administrador de ella", Archivó Gregorio Pacheco
11 El Restaurador, La Paz, 14 de julio de 1843. (en adelante AGP-UMSA), t. ·26, 5 de noviembre de
12 ANB, "Razones pedidas en virtud de la circular 1896, ff. 343-344.
núm. 38 del 26 de septiembre de 1842 sobre el estado en 24 Eric D. Langer y Viviana E. Conti, "Circuitos co-
que se halla la industria mineralógica", MH, 93, t. 34, merciales tradicionales y cambio económico en los Andes
1842. centromeridionales (1830-1930)", en Desarrollo Econó-
13 El Celaje, Potosí, 14 de julio de 1852. mico, Buenos Aires, vol. 31, núm. 121, abril-junio de
14 Avelino Aramayo, Datos estadísticos de la Socie- 1991, pp. 91-111.
dad Oploca, Sucre, Imprenta de Pedro España, 1875. 25 Compañía Guadalupe, Memoria, 1896.

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26 Enrique Tandeter, Coacción y mercado. La mine- 44 Arrenderos.


ría de la plata en el Potosí colonial 1629-1826, Cusco, 45 AGP-UMSA, "Gregorio Pacheco al administrador
Centro Bartolomé de las Casas, 1992; para los proble- de la Compañía Guadalupe", Guadalupe,junio de 1896.
mas coloniales del reclutamiento de mingas, especial- 46 Compañía Guadalupe de Bolivia. Memoria presen-
mente pp. 109-116. tada a la Junta General de Accionistas el 20 de abril de
27 ANB, "Expediente instruido [...] sobre la conve- 1894, Sucre, Tipografia de "El Cruzado", 1894, p. 11.
niencia de establecer una casa de forzados en los inge- 47 Compañía Guadalupe de Bolivia. Memoria presen-
nios de Nuestra Señora de Guadalupe", Minas, t. 37, tada a la Junta General de Accionistas el 20 de mayo de
años 1805-1807. 1889, Sucre, Tipografía del Progreso, 1889, p. 7.
28 "Relación histórica...", véase nota 5. 48 Compañía Guadalupe de Bolivia. Memoria presen-
29 ANB, "Razones pedidas en virtud de la circular tada a la Junta General de Accionistas el 20 de abril de
núm. 38 del 26 de septiembre de 1842 sobre el estado en 1896, Sucre, Tipografía Excélsior, 1896, p. 8.
que se halla la industria mineralógica", MH, 1842. 49 "Calendarios tributarios e intervención mercantil.
30 Carlos Contreras, Minerosy campesinos, op. cit., pa- La articulación estacional de los ayllus de Lípez en el
ra el caso peruano. Para el boliviano, Gustavo Rodríguez mercado minero potosino (siglo XIX)", en Olivia Harris,
Ostria, El socavóny el sindicato, cap. 1, La Paz, ILDIS, 1991. Brooke Larson y Enrique Tandeter, La participación
31 Autoridades étnicas encargadas de recaudar el tri- indígena en los mercados surandinos: estrategias y
buto en los tercios de San Juan (junio) y Navidad (di- reproducción social, siglos XVI a XX, La Paz, CERES,
ciembre). 1987, pp. 502-518.
32 ANB, "Actas celebradas por la Junta General de 50 Compañía Guadalupe de Bolivia. Memoria presen-
Mineros de la República", MH, t. 35, núm. 8, 1833. tada a la Junta General de Accionistas el27 de junio de
33 Cerca de una cincuentena de volúmenes que abar- 1892, Sucre, Tipografia del Progreso, 1892, p. 6.
can de 1875 a 1895, conservados en la Biblioteca de la 51 ''Notable ha sido, en varios meses del año, la escasez
Universidad Mayor de San Andrés (La Paz). de brazos que en determinadas ocasiones, llegó al pun-
34 Gregorio Pacheco, "Instrucciones que doi al Sr. Sal- to de dejarnos con los estrictamente necesarios [... ];
vador Zuleta para que segun ellos desempeñe sucometi- desgraciadamente, ciertos vicios de nuestra mentalidad
do", 30 de marzo de 1876, Correspondencia, t. 12, f. 355v. social tienen tan profundas raíces que sólo el tiempo y
35 ANB, "Representación hecha a su E. el presidente el aumento de las necesidades individuales y públicas
de la República por don José Sánchez de Reza", MH, podrán modificarlos. Ni la puntualidad en el pago de
Potosí, t. 110, núm. 44, 26 de agosto de 1846. jornales y salarios, ni la evidencia de la utilidad personal
36 Avelino Aramayo, op. cit., p. 32. [...] nada ha sido suficiente para vencer el poder de
37 En general la mano de obra de los ingenios, preci- inveteradas costumbres", Compañía Guadalupe de Bo-
samente por su mayor especialización, tendía a ser más livia. Memoria presentada a la Junta General de Accio-
permanente que la minera. nistas el 20 de abril de 1895, Sucre, Tipografía de "El
38 Hasta 1886, los trabajadores fueron pagados con Cruzado", 1895, p. 13.
fichas que no eran recibidas a la par por los comercian- 52 Compañía Guadalupe de Bolivia. Memoria presen-
tes, lo que significaba un virtual descuento al salario y el tada a la Junta General de Accionistas en 1895, Sucre,
retiro de muchos "operarios", Lajendro Bertrand, Com- Tipografía del Progreso, 1895, p. 8.
pañía Minera y Agrícola Oploca de Bolivia, Santiago, 53 "Nadie puede venir a establecerse, ni para una no-
ImprentaModerna, 1906. Otros documentos mencionan che, sin mi venia", señalaba Gregorio Pacheco al secre-
a 1893 como el año de supresión de las fichas. tario del directorio el 8 de noviembre de 1894, AGP·
39 Estadística general..., op. cit., pp. 13-19. UMSA, Compañía Guadalupe, correspondencia de mayo
40 Sin contar a las mujeres, que dentro de la división de 1894 hasta el 22 de abril de 1895.
genérica existente en las minas se ocupaban de escoger 54 Gregorio Pacheco, Correspondencia, t. 31, 1895, f. 38.
mineral (palIar). Una visión panorámica de los intentos por establecer en
41 Enrique Tandeter, Trabajo forzado y trabajo libre las minas una nueva economía política del tiempo y el tra-
en el Potosí colonial tardío, Cochabamba, CERES-CE- bajo puede verse en Gustavo Rodríguez Ostria, op. cit.
DES, 1991 (1980). 55 Empresa que siguió utilizando el mismo sistema
42 Sobre este punto véase el trabajo de Eric D. Langer, hacienda-mina que Guadalupe, con problemas simila-
The Barriers to Proletarianization, op. cit. res. En 1913, por ejemplo, se informó que "la demanda de
43 "Los arrendatarios y herbajeros de esta región (Sa- trabajo en la mina obligó a suspender muchas veces
lo) tienen tropas de burros y llamas que emplean en el el trabajo agrícola", Compañía Minera y Agrícola Oploca
transporte de minerales y mercaderías, siendo el sus- de Bolivia, Novena Memoria del Consejo Directivo, San-
tento de sus animales sumamente económico a causa de tiago, Imprenta Moderna, 1913, pp. 9·10.
que los cerros tienen el pasto suficiente", Estadística 56 Con base enbalances de la Compañía Guadalupe de
general..., op. cit., p. 48. Bolivia, 1886-1904.

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