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Ideas principales artículo: Luces y sombras en la evaluación de las competencias – El caso PISA.
El programa PISA es un estudio comparativo a nivel mundial, que puede ampliar y enriquecer
la visión de cada país con respecto a su sistema educativo aportando orientación para decidir
prioridades de aplicación de cambios, obteniendo las variables que expliquen la situación
actual.
Los cambios en la orientación de los currículos no depende tanto de las políticas y programas
de los gobiernos, más bien de los cambios en las pruebas externas.
Las pruebas PISA buscan identificar qué es lo que la sociedad actual considera que las nuevas
generaciones deben aprender.
Si bien cada escuela con sus profesores deben diagnosticar y evaluar sus currículos
aplicados para reorientarlos, los comentarios de una autoridad como el programa PISA
pueden tener más peso y ser más convincentes para crear cambios.
Los contenidos de la prueba son innovadores y coherentes con las necesidades de formación
básica de la población y en la didáctica de varias áreas ya que piden al alumno demostrar su
conocimiento a través de sus preguntas que evalúan unas cuantas competencias de forma
holística.
Lo anterior contrasta con los currículos actuales, ya que los contenidos y objetivos son amplios
pero plantean evaluaciones reproductivas sobre aspectos muy parciales del conocimiento.
Los cambios que propone la prueba PISA requiere que los profesores reorienten su
entendimiento de la enseñanza.
Sin embargo se considera también que los resultados de la prueba PISA se traducen en una
desvalorización del trabajo de profesores y se vuelven un incentivo a la competitividad de los
centros de educación, en parte debido al enfoque de la prensa y la implementación de premios
y estímulos por parte del gobierno a los centros con mejores resultados.
También se critica que al aplicar los mismos criterios a todos los alumnos se pierda la libertad
docente y promueve la enseñanza del pensamiento único.
Los mejores no se obtienen si no se parte de docentes bien preparados y con la fuerte
convicción de que se puede enseñar a los alumnos conocimientos significativos con objetivos a
mediano plazo.
Tras investigar un poco más acerca de la prueba es importante recalcar que México tiene una historia
muy corta al respecto de la evaluación del aprendizaje, empezó apenas a finales del siglo pasado
mientras que en otros países como Estados Unidos ya se hablaba de ellas (aún no se implementaban)
desde finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX lo han ido desarrollando. Los resultados actuales
son esperados, teniendo en cuenta el actual nivel de desarrollo y de inversión en educación,
obviamente no hay que quedarnos con esta visión conformista y hay que entender que es posible
obtener mejoras a mediano plazo enfocando esfuerzos y deshaciéndonos del ego para poder aceptar
nuestros errores y afianzar nuestras fortalezas.
A partir de la aplicación de las pruebas pisa, en México se han obtenido avances, se han modificado
un poco los currículos, innovado en algunas prácticas docentes, se comienza a normalizar las
evaluaciones a gran escala en distintos niveles educativos, pero también se han cometido errores:
Por todo esto es necesario tomar ciertas acciones para poder aprovechar de forma adecuada este tipo
de pruebas entre ellas se pueden nombrar:
Formar e informar a la población sobre las propuestas de la prueba, no solo los resultados
crudos sino también el contexto y su significado.
Ofrecer un marco normativo de la evaluación del desempeño académico.
Documentar y valorarlas consecuencias de la prueba.
Reorganizar y sistematizar los contenidos del currículo para propiciar situaciones didácticas
significativas en distintos entornos.
Tomar los resultados de esta pruebas como un diagnóstico de lo que saben y no saben los
alumnos, para poder dar una asesoría adecuada.
Referencias
Martínez F. (2006). PISA en América Latina: lecciones a partir de la experiencia de
México de 2000 a 2006. Revista de Educación, Extraordinario, pp. 153-167.