Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Aquelarre de Christian 12
Lynn Hagen
Página 2 de 132
Cuando Christo le pide a Van un favor, Van no tiene idea en lo que se está
metiendo. Él es enviado a Black Diamonds para reunir información sobre
los hermanos Vittore, tres vampiros conocidos por su crueldad y violencia.
Van es accidentalmente subastado al mejor postor, y es el Vittore mayor
quien lo adquiere.
Pero uno de los hermanos de Mayhem quiere a Van muerto. Mayhem tiene
que proteger no sólo a Van de su hermano, sino que sin saberlo, Fury ha
secuestrado a un compañero que pertenece a uno de los gemelos mortales.
Página 3 de 132
*Violencia, Caos y Furia… por ser nombres lo dejo igual.
Capítulo 1
—Me han dicho que los hermanos Vittore han llegado a la ciudad—
Christian dijo mientras se sentaba detrás de su escritorio y miraba a
Christo.
—Su única hermana había sido atrapada por las monjas que la
encadenaron, tratando de 'curarla' de su aflicción. Nadie sabe cómo
comenzó el incendio, si fue Savina quien había iniciado el incendio o sus
hermanos en un intento de liberarla.
De los tres hermanos Vittore, Mayhem era al que tenía que tener en
cuenta. El hermano mayor era casi tan antiguo como Christian con una
inclinación por la violencia. Al igual que los ancianos, Mayhem creía en las
viejas costumbres. Él ve a los humanos como nada más que ganado y creía
que los vampiros debían regir, no los humanos.
Página 4 de 132
*Black Diamonds: Diamante negro, queda igual por
ser un nombre.
Christian no necesitaba a los hombres alrededor. Su única esperanza era
que los hermanos estuvieran de paso.
Aun así...
—Necesito que envíes a alguien para averiguar lo que los hermanos Vittore
están haciendo—dijo Christian a su segundo. —Discretamente, Christo. No
necesitamos otra guerra.
+++++
Van no podía creer que estaba haciéndole un favor a Christo. Lo último
que quería era ayudar a los vampiros, pero él y Nate habían hecho
finalmente las paces, y ser amable con los chupasangres fue algo en lo que
Nate había estado presionando a Van.
Lo que realmente le molesto fue el hecho de que tenía que ir a algún club
raro al fin de encontrar a los hermanos Vittore. Habían sido vistos
frecuentar el Black Diamonds. Todo el mundo sabía que el club era
Página 5 de 132
La única razón por la que aceptó fue porque Christo le había prometido
que le permitiera mudarse por su cuenta si le hacia este favor. Van estaba
harto de vivir en la mansión y haría cualquier cosa para conseguir su
propio lugar, a pesar de que echaría de menos estar cerca de su sobrino,
Michaya. Sin embargo Van necesitaba volver al mundo real, a vivir su
propia vida. No era como si no volvería a ver a su sobrino de nuevo.
El problema con este gran esquema fue que Van no tenía ni idea de cómo
se veían los hombres Vittore. ¿Cómo demonios se suponía que iba a
encontrar a estos hombres cuando podrían ser cualquier Tom, Dick o
Harry en Black Diamonds?
Se detuvo a una cuadra del club y tiró de los diminutos pantalones cortos
de cuero que Christo había insistido en que usase. La costura se mantuvo
rompiéndole las pelotas y metiéndose en la grieta de su culo. ¿Cómo en la
tierra alguien disfrutaba vistiendo con estas cosas diminutas?
Christo le iba a deber más que su propio lugar por llevar solamente esos
short. Y por haber afeitado el vello de la entrepierna y las piernas.
Definitivamente por el afeitado. Y también por cualquier cosa que Van
tuviera que soportar con el fin de encontrar a los hermanos Vittore y
acercarse lo suficiente a ellos para averiguar sus intenciones.
¿En qué demonios se estaba metiendo? Él no sabía nada sobre este tipo de
mundo, sin embargo, él se dirigía al interior para interpretar el papel a fin
de obtener información para Christo.
Había momentos en la vida en que la única manera de pasar por esto era
con una alta dosis de suerte. Él apostaba que este iba a ser uno de ellos.
Van de repente sintió que su ropa era exagerada. ¿Qué pasa si Christo
había escogido mal el traje? ¿Y si esto no era lo que los sumisos dentro del
club llevaban? Si no lo fuera, iba a meter su bota en el culo de Christo.
Esperó hasta que el coche se retiró del lote cercado antes de trasladarse a
la puerta lateral. Van tomó un par de respiraciones y luego agarró el
mango.
Él abrió la puerta y entró. Van entró en un hall de entrada, y más allá del
pequeño vestíbulo era una puerta de vidrio ahumado. No podía ver más
Página 7 de 132
allá de eso. Había un solo soporte de madera a su derecha con un hombre
de pie detrás de él.
Se quedó mirando como si Van debía saber qué hacer. Cuando él se quedó
allí, el hombre se aclaró la garganta. —Tarjeta de miembro.
—Yo no creo que quiera saber lo que hay más allá de esa puerta—Van
susurró a sí mismo. Quieto en su propio lugar. No podía hacer esto. El
trabajo encubierto no era para él.
Van se había vuelto para salir por la puerta lateral cuando alguien entró
en el vestíbulo de la puerta interior de lujo. Un hombre de cabello negro
con la sombra de una barba y vestía un traje negro que le recordó a Van a
algún uniforme. El hombre era voluminoso, sus bíceps grandes.
Gorila
Página 8 de 132
Cuando él entró en el club, era como si hubiera pasado a otro mundo. Su
mirada se lanzó de una cosa a otra, sin detenerse durante más de dos
segundos.
Al diablo con esto. Van giró y se dirigió hacia la puerta, pero el portero
volvió.
—Por aquí.
Página 9 de 132
Bien, Van daría éste último disparo, y entonces él iba salir de allí. Nada
iba según lo planeado, y tendría que improvisar o abandonar este lugar.
Su propio lugar.
Algo iba a suceder. Algo para lo que no estaba listo. Van sabía esto de
alguna manera. Sería más que acompañar a un Dom abajo. Sería más que
ofrecerse a sí mismo a uno de los hermanos Vittore.
Levantó la mano y rozó el pelo negro que caía sobre sus ojos cuando el
portero hizo un gesto hacia un conjunto de escaleras justo debajo de las
cortinas negras. —Toma tu lugar.
Dejando escapar un largo suspiro, Van cuadró los hombros y subió los
otros dos escalones. Se quedó allí con las manos a los costados, con la
cabeza en alto.
Página 10 de 132
—Permanece en el centro de la escena—dijo el portero detrás de él. Van
asintió y salió, deteniéndose en medio de la plataforma de madera.
Espera. ¿Qué? Van trató de mirar más allá de la luz brillante que se
centraba en él, pero no podía ver nada, solo la luz. ¿Qué demonios quería
decir el hombre con subasta? ¿Subasta de qué? ¿Por él?
Oh, esto no era parte del plan. Tenía que salir de allí. Dio un paso atrás y
escuchó el gorila dar un gruñido. Los músculos de Van bloqueados en su
lugar mientras él se quedó quieto y escuchó el monto en dólares ir más y
más alto.
Van estaba a punto de decirle al hombre del traje que había algún tipo de
confusión cuando el tipo del traje dijo: —Vendido por treinta mil —
Página 11 de 132
Capítulo 2
Las palabras filtradas en la mente de Van mientras él fue llevado fuera del
escenario y detrás de las cortinas. La habitación se volvió oscura mientras
él trató de hablar, pero las palabras no salían más allá de sus labios.
Cerró los ojos y contó muy lentamente hasta diez. Cuando Van los abrió, el
club todavía estaba allí. Esto no había sido un mal sueño. Esto era tan
real como se podría conseguir.
Van quería luchar, gritar para que el extraño lo soltara, pero él estaba
flotando a lo largo de una extraña falta de claridad. Estaba contento,
relajado, y aunque sabía que esto estaba mal, Van se acurrucó en el pecho
fuerte del desconocido.
Página 12 de 132
Los brazos del desconocido apretados a su alrededor mientras Van era
llevado afuera. El aire fresco se sentía bien por encima de su desnudez. Lo
único que llevaba era esos pantalones cortos de cuero, y el club había sido
sofocante. ¿O fueron sus nervios y la brillante luz del escenario?
—Vamos a estar en la finca en breve, Sr. Vittore— dijo otro hombre, y Van
jadeó en busca de aire cuando temblores comenzaron a golpear su cuerpo.
Vittore.
Había ido al club para encontrar a uno de ellos. Había encontrado uno.
Van cerró los ojos. Acababa de ser vendido a uno de los hermanos.
Christo le había dicho que había tres hombres Vittore. Mayhem era el
mayor, Chaos el del medio, y Fury el más joven. Los tres eran violentos,
criaturas oscuras que se preocupaban solo por su propia familia. Sus
reputaciones eran legendarias según Christo, Van nunca había oído hablar
de ellos antes de este favor.
Un favor.
Van iba a matar a Christo si salía vivo de esto. Debería haber sabido que
no podía confiar en un vampiro.
¿Era peor que Ceri? Van no quería averiguarlo. Ceri era el hermano menor
de Christian, el gemelo de Rhys, y había sido el vampiro más temido. Aun
así lo era. El tipo no tenía un conjunto completo de mármoles, pero se
había calmado un poco después de convertirse en padre.
Los hombros del hombre se levantaron una vez. —Tus creencias son
insignificantes para mí.
—Yo estaba allí por error—declaró Van mientras sus ojos se dirigieron a
una puerta y luego a la otra.
Página 14 de 132
—Yo te poseo, humano. Si escapas, no hay ningún lugar en esta tierra u
otro ámbito donde no sea capaz de encontrarte.
Podía ir a la policía, pero eso era ridículo. ¿Qué podría la policía humana
hacer con un antiguo vampiro? Podía ir con el Ultionem, pero tendría que
ponerse en contacto con ellos primero. Puesto que él no tenía teléfono, Van
tendría que esperar el momento oportuno.
Christo no sospecharía que algo estaba mal por unos días. Esa fue la
cantidad de tiempo que le había dado a Van para recoger información. Tres
días antes de que alguien pudiera pensar en venir a buscarlo.
Página 15 de 132
La limusina se detuvo. Mayhem no se movió hasta que se abrió la puerta
de atrás para él. Echó un vistazo a Van con esos ojos sin vida.
A Van le recordó a una serpiente. Brutus podría tener bonitos ojos verdes,
pero estaban llenos de malicia. Juró que el hombre estaba secretamente
deseando que él se negara a salir para que el conductor, guardaespaldas, o
lo que fuera podría tirar a Van.
Van salió de la parte trasera del coche y entró en el aire de la noche, una
vez más, la frialdad haciéndole temblar, no porque hacía frío, sino debido a
que estaba luchando con el impulso de huir. No le haría ningún bien, pero
el instinto todavía lo golpeaba con fuerza.
Miró a Brutus, que parecía decepcionado de que Van había cooperado. Los
ojos del hombre se estrecharon cuando cerró la puerta del coche.
Mayhem caminó hacia el porche, había pilares a cada lado de él, y luego se
dirigió a través de un conjunto de puertas de madera maciza. Van miró
esas puertas. No quería entrar. Él no quería quedarse allí con Brutus
tampoco.
Van se tragó el grito que obstruía sus pulmones, haciendo que fuera difícil
respirar. Caminó alrededor del coche y corrió detrás de Mayhem. El tipo no
lo mataría después de pagar una cantidad tan repugnante de dinero por él,
¿no?
Mayhem podría no tener planes para matar a Van, pero las otras opciones
podría hacer que él deseara estar muerto.
Las paredes interiores eran blancas, los pisos de madera. Brillaban bajo la
luz de la luna que se derramaba de los vitrales de las puertas. El vestíbulo
del frente era pequeño y le dio una opción de girar a la derecha o a la
Página 16 de 132
izquierda, pero había un conjunto de escalones de madera delante de él
con un pasillo hacia la derecha.
El largo tramo de pasillo de arriba parecía algo normal para una casa que
debería haber sido decorada con comodidades del sur. Una alfombra larga
cubría el centro del pasillo y la sala tenía un pedestal con un jarrón y
flores, pero no había cuadros en la pared, no había nada que indicaba que
este lugar fuera bien amado como merecía ser.
Había una cama con dosel con cortinas de encaje blanco a cada lado, un
gran armario con un espejo unido a una puerta, y una mesa a un lado.
Había también una silla acolchada a un lado, de color crema, lo
suficientemente amplia como para adaptarse a un hombre de una
complexión más grande.
****
La mayoría de los rumores eran ciertos. Afirmaban que Mayhem era el más
violento de los tres, el más cruel y sanguinario. Pero como todos los
rumores, tendían a crecer con el tiempo, hasta un simple corte de papel se
convertía en una batalla feroz y sangrienta con legiones de demonios y el
apocalipsis a punto de levantarse.
Él había estado vivo durante casi 1.400 años, y una persona no vivía tanto
tiempo a menos que estuvieran dispuestos a hacer lo que fuera necesario
para mantenerse en la cima de la cadena alimentaria. La muerte era una
parte de su vida, y aunque él había hecho su parte justa de participar en
guerras y protegerse a sí mismo y a sus hermanos en contra de cualquier y
todas las amenazas, él no era el guerrero sanguinario, curtido en la batalla
que decían que era.
¿Cómo se suponía que iba a decirle a estos dos que había ido al Black
Diamonds para liberar algunas frustraciones reprimidas cuando había
visto al humano en el escenario, listo para ser subastado, sólo para sentir
la profunda conexión que indicaba que el chico era su compañero?
Él casi permitió que el humano hubiera sido vendido a otro, pero sus
colmillos habían surgido ante la idea de que alguien más lo poseyera.
Ahora sólo tenía que averiguar qué hacer con el hombre.
Mayhem había querido cambiar, pero traer a un ser humano a su casa era
algo tan grande. ¿Su intranquilidad rompería a su familia, o sería capaz de
llevarle la paz que constantemente se le escapaba?
Página 18 de 132
—Estamos tratándonos de mantenernos fuera del radar de Christian—
Chaos señaló mientras se movía detrás del sofá y los cerro en el respaldo.
—Dime que planeas drenarlo una vez que te hayas divertido—Fury añadió
mientras cerró los puños a los costados. —Él es un pasivo, Mayhem.
Los dos se miraron como si quisieran poner las manos sobre él.
Decirle a los dos que el hombre era su compañero podría calmar sus
ánimos, pero, de nuevo, las noticias podían enviarlos sobre el borde y
hacer que mataran al humano. Mayhem estaba obligado por su honor y
obligación de mantener a los dos seguros, pero no les permitiría dañar al
chico. Él no lo iba a matar tampoco, pero él iba lastimarlo solo para
mostrar lo serio que realmente era.
Página 19 de 132
Casi, pero Mayhem no podía dejar que sus hermanos pensaran que
podrían dictar lo que podía y no podía hacer. Fue el principio detrás del
argumento, y Mayhem no iba a dar marcha atrás. Él tenía que terminarla
y terminarla ahora.
— ¿Tú hiciste qué? —Fury lo inmovilizó con una mirada estrecha antes de
añadir: —Y ¿cuánto tiempo planeas mantenerlo?
Sesenta mil. Tenía que ser certificablemente insano pagar por un hombre
que el destino ya había considerado suyo.
Chaos parecía retroceder en su ira. Cuando habló, su tono fue aún firme.
—Así que, ¿qué vas a hacer con él, además de beber su sangre y joder sus
sesos?
No tenía ni idea.
Página 20 de 132
silenciosa empezó entre ellos cuando su terquedad se enfrentó y sus
voluntades chocaron.
¿Cómo podría olvidarlo? A pesar de que habían sido ciento cuarenta y dos
años desde su muerte, él todavía la lloraba como si hubiera muerto ayer.
El dolor era profundo, y sólo por eso, los hermanos despreciaban a los
seres humanos. Se había culpado a sí mismo por tanto tiempo y aún lo
hacía. Si él hubiera mantenido una mejor vigilancia sobre ella, las monjas
nunca hubieran atrapado a su hermana, nunca habría sido arrastrada con
grilletes al asilo.
Así que ¿qué diablos iba a hacer con su pareja, y cómo podía evitar que
sus hermanos mataran al muchacho?
Más al punto, ¿cómo iba Mayhem a tratar con el ser humano sabiendo qué
los de su tipo habían matado a su hermana? Esa era una muy buena
pregunta para la que no tenía una repuesta.
++++
Van frotó el sueño de sus ojos mientras se sentaba. Algo había perturbado
su sueño, Van inhalo fuerte cuando vio al vampiro que estaba en la silla de
color crema en la esquina.
Página 21 de 132
Esos ojos.
—¿Cuándo puedo irme? —Era una pregunta estúpida pero Van se sintió
obligado a preguntar.
—¿Qué te hace creer que vas a irte? —La Profunda voz del hombre
retumbó mientras contestaba.
Tan inútil, él hizo temblar el mango, tiró sobre él, y cerró la palma de su
mano en ella pero todo fue en vano.
Página 22 de 132
—Oh, pero lo hiciste—El hombre de pelo oscuro saltó sobre la cama en un
movimiento fluido.
—No, no—dijo Van gritando cuando sintió los colmillos afilados raspar a lo
largo de su garganta. —¡No quiero a aahhh!
Van jadeó cuando el vampiro sacó sus colmillos y lamió los pinchazos
gemelos cerrándolos. Al segundo el hombre levantó la cabeza, Van lucho
liberando una de sus manos y con la mano completamente abierta, golpeó
al vampiro en su rostro tan duro como pudo.
—¿Te atreves a golpearme? —El hombre gruñó mientras sus ojos azul-
verdoso brillaron con ira. —Soy Mayhem Vittore Y tú
Página 23 de 132
—¡No me importa si eres el puto Papa! —Van gruñó de vuelta mientras se
movió y se resistió debajo de Mayhem. —Te estas alimentando de mí sin
mi permiso.
Van curvó sus manos en puños, cuando él los apoyó en sus muslos. La
amenaza lo hizo temblar mientras él mantenía la cabeza bien alta. Sus
labios se extendieron en una sonrisa desafiante. Mayhem no parecía
impresionado.
—Muy voluntarioso.
—¿Tu vida? —Mayhem negó con la cabeza. —Yo no te compre sólo para
matarte. Esa no es mi intención.
El vampiro se sentó y miró más allá de Van. —Sé muy cuidadoso alrededor
de mis hermanos—dijo Mayhem. —Ellos quieren verte muerto.
Página 24 de 132
—¿Por qué me mantienes aquí? —Preguntó Van, elevándose ligeramente y
luego bajo la mirada cuando Mayhem se lanzó a él. —¿Por qué no me dejas
ir? No voy a decir a nadie nada de esto. Lo prometo.
—Precisamente—
Van apretó los dientes. —Yo no tengo una opinión muy alta de los
vampiros tampoco—espetó. —He visto el engaño que tu clase utiliza para
conseguir lo que quieren. Ustedes toman y toman, y lo único que dan a
cambio es un recuerdo borrado.
—Su tipo juro que estaban haciendo las cosas por el bien de todos cuando
en realidad es por su destructiva naturaleza. Ustedes torturan y matan,
mienten, y luego usan su religión para justificar sus medios.
Van rió abruptamente y medio ahogado. —Yo no fui el que compró un ser
humano para mi propio placer.
—¿Placer? —Fue Mayhem quien rió esta vez. —Mis motivos no fueron
influidos por el placer.
Página 25 de 132
—Ven, mascota, no juegues al tímido. Sabes exactamente lo que quiero de
ti.
Página 26 de 132
Capítulo 3
Iba a necesitar un acto de Dios para que Van saliera de aquella casa. Sus
ventanas estaban cerradas, y cada vez que miraba fuera de su dormitorio,
Matilda aparecía, una mujer que milagrosamente se había presentado a sí
misma como una dama de la noche. Limpieza nocturna mi culo, pensó
Van. Ella era un vampiro.
Habían pasado cuatro días desde que Van había sido traído aquí, y en esos
cuatro días, había visto a Mayhem cero veces, desde que había prometido
romper a Van. Había tratado de escaparse durante el día, pero para su ira
y consternación, todo estaba bloqueado. Las ventanas no se podían abrir,
y cuando él había tratado de lanzar una silla a una, simplemente reboto.
La puerta de entrada tenía un gran trozo de metal que lo cubría, parando a
Van de salir.
Van no había llevado una gran vida, pero él había apoyado sus principios,
había sobrevivido al duro mundo cuando era sólo él y Nate. Cuando Nate
se había vuelto a las drogas para hacer frente a la vida, Van había
intentado todo para conseguir sacar a su hermano.
Cuando Nate había comenzado a ver a Rhys antes de que Van supiera que
los vampiros existían; había estado en contra de la idea. Nate había tenido
que poner su vida en orden, no iniciar una relación.
Página 27 de 132
Pero después de todos estos años, Nate y Rhys habían hecho un buen
trabajo, y aunque Van no tenía ningún amor por los vampiros, tenía que
admitir que Rhys había sido algo bueno para su hermano.
—Van —respondió, sonriendo por primera vez desde que fue atrapado en
la vieja casa de estilo colonial. —¿Usted trabaja para los hermanos Vittore?
No podía entender cómo. Christo le había dicho que los hombres Vittore
despreciaban los humanos, hablando de la cordura de Van ya que él
estaría de acuerdo con la misión en primer lugar.
Kieran frunció los labios y parecía estar pensando mucho antes de que él
dijera:
Página 28 de 132
Kieran rió y asintió con la cabeza.
—No puedo contar cuántas veces he esquivado sus colmillos y los insultos.
Pero Matilda insiste en que mi presencia los mantiene conectados a tierra.
Van rió.
Van no era estúpido. —Tú estás aquí durante el día para asegurarte de
que yo no escape.
Van quería odiar a Kieran, por la traición del hombre a su propia raza,
pero era difícil estar enojado con una persona que sería su única tabla de
salvación para el mundo exterior. Además, a Van realmente le gustaba el
tipo.
—Bien, pero ¿Qué crees que se puede pasar de contrabando algunos Papa
Docks aquí para mí?
Jersey y Buck trabajaron ahí antes del El Manacle, y eran mitad humano,
mitad vampiro. Su padre era un ser humano y Vam era adicto a ese local
de comida rápida.
Van levantó una mano. —No es lo mismo, amigo. Nadie puede freír bagres
como el señor Lachino. Algunas papas fritas, también, y la ensalada de col.
Página 30 de 132
—Ellos— Kieran murmuró. —Voy a tener tus artículos solicitados aquí
mañana.
—No pero puedes utilizar el jardín trasero como una pista si quieres.
El tipo era serio. En realidad mataría a Van para que dejara de huir.
+++++++
Mayhem frunció los labios cuando Kieran entró en la sala de estar más
tarde esa noche. Si él no amara a Matilda como familia, Mayhem lo habría
drenado hace dos décadas humanas.
Van. Así que ese era el nombre de su pareja. Mayhem desvió la mirada,
desinteresado en lo que eran las demandas de Van.
—¿El ser humano está exigiendo cosas ahora? —Fury mordió y luego se
burló mientras se relajaba en el sofá. —No me digas, bolsa de sangre.
Fury entrecerró los ojos mientras Chaos volvió a su libro. Mayhem perforó
agujeros en Kieran. —Recuérdalo.
—Mis sagradas colgantes partes del cuerpo les dan las gracias, amable
señor. No te preocupes. No voy a joder las cosas... esta vez.
—Yo vivo para oír sus amables palabras. Ahora bien, si no hay otra cosa
que usted necesite, voy a retirarme por la noche. Tengo un montón de
compras que hacer antes de tener que sufrir otro día con un hombre tan
encantador que no amenace con drenarme cada dos segundos.
—Sabes que él vive para irritarte —dijo Chaos. —Debes saber a estas
alturas que Kieran se deleita en verte rabiar.
No en esta vida.
Van se disparó hacia arriba y fuera de la cama, con una mano ahuecando
su mejilla en la que dio un manotazo. —¡ No mierda no me azotes!
¿Cómo podría el ser humano ser tan descarado con él, carecían de todo
sentido cuando se enfrentan a un vampiro que tenía una reputación de
violencia? El tono que Van había utilizado era equivalente a abofetear a un
perro vicioso y decirle que se vaya al infierno.
—Entonces responde.
Mayhem no estaba seguro de por qué, pero saber que Kieran trajo una
sonrisa a la cara de Van, lo cabreo. Podría ser el hecho de que Mayhem no
se había reído o sonreído desde que perdió a su hermana. Envidiaba la
capacidad de Van y de Kieran disfrutar de la vida.
—Si me muerdes, voy a... Voy a aplastar tus bolas con mis propias manos.
Página 33 de 132
Una sonrisa curvó los labios de Mayhem. —De rodillas.
Sintió al humano detrás de él. Cuando se volvió, Van estaba medio oculto
por la puerta, mirándolo con ojos intensos. — Por favor, dime por qué
estoy aquí—dijo el hombre en un tono bajo.
Mayhem giró y agarró el gran espejo que estaba detrás de una larga
cómoda. Tiró hacia adelante, toda la cómoda y el espejo cayo rompiéndose.
Su pecho se movía mientras peinaba sus dedos violentamente por el pelo.
—¡Respóndeme!
Página 34 de 132
Mayhem soltó al hombre y dio un paso atrás. Sacó una respiración
entrecortada. —La verdad, Van.
Mayhem enseñó los colmillos. —¿Es eso lo que quieres, ser castigado? —El
chico había estado en un club BDSM, después de todo. Tal vez eso era lo
que quería, lo deseaba, ansiaba.
Van hizo un gesto con la cara antes de poner distancia entre ellos.
—¿Crees que quiero que me duela? ¿Qué eso me da cierto placer perverso
de tener alguien poniendo sus manos sobre mí?
—¡ No!
Van corrió hacia la puerta del dormitorio, pero esta vez, Mayhem utilizó su
velocidad para cortarle el paso. Agarró a Van por la cintura y lo arrastró
fuera de sus pies depositándolo en la cama.
Página 35 de 132
—¡Te odio! — Van gritó cuando Mayhem ató las muñecas del hombre a la
cama. —Te odio—dijo Van repitiendo mientras las lágrimas comenzaron a
derramarse por sus mejillas.
Echó un vistazo a Van. —Hasta que me digas por qué fuiste a Black
Diamonds, podrás mantenerte atado a la cama —Salió de la habitación y
cerró la puerta.
—¿No? —Chaos preguntó con una risa burlona. —Así que la basura de la
habitación y el abuso al ser humano, ¿es divertido? Quiero decir que yo
creo que debe recibir su merecido, pero sólo si lo merece.
Por lo que yo puedo decir, Van es una víctima en todo esto, y tú estás
definitivamente haciendo que lo sea aún más.
Mayhem podía ver las ruedas girando en el cerebro de Chaos hasta que la
bombilla de luz brillaba sobre su cabeza. —Oh. Mi. Dios. Él es tu
compañero.
Página 37 de 132
—Mierda —Chaos gritó. —Miéntete todo lo que quieras, pero ambos
sabemos lo que esto significa—Su hermano maldijo en voz baja
Sin decir una palabra, Mayhem pasó a Chaos y bajo las escaleras, sin
detenerse hasta llegar a la terraza de atrás. Se dejó caer en una de las
sillas de mimbre y suspiró, mirando por encima de la gran extensión de
césped.
++++
Christo llamo a Buck a su lado, su voz apenas un susurro.
Los dos caminaron hacia la noche, y Christo llevó a Buck a la orilla del
estacionamiento antes de continuar. —Es Van.
—No es que yo estoy en contra de tocar el culo de Van, pero estoy bastante
seguro de que Zeke podría atravesar tu cráneo con un par de balas si se
entera de que dormiste con el chico.
Página 38 de 132
Christo quería golpear su cabeza contra una pared. O, mejor aún, la
cabeza de Buck. Él nunca engañaría a su compañero, y Buck debería
saberlo.
Christo se situó en el borde del lote y explicó a Buck lo que había ocurrido
después de su reunión con Christian.
Había sido un largo tiempo desde que Christo había estado en el club de
BDSM, e incluso cuando se había ido, no había sido tan a menudo.
Página 39 de 132
Noche de subasta. Christo se quedó paralizado cuando las palabras se
hundieron lentamente. Van había sido subastado. Esa era la única
explicación de por qué el hombre no se había puesto en contacto con él.
Rhys iba a colgarlo por sus bolas y cortar las entrañas de su cuerpo.
Buck negó con la cabeza. —No me meterás en esto. Dile a Rhys lo que está
pasando y déjalo traer a Van de vuelta.
—Está bien, voy a ir yo mismo. Pero es mejor que no digas una palabra de
esto a nadie.
Eso era todo. Buck no iba a ayudarlo. Él sólo podría decir Christo murió.
—Entonces creo que me quedare con tu auto—dijo Buck. —De esa manera
no me encontrare con alguno de ellos."
Página 40 de 132
Dejó a Christo allí de pie. Christo no era un hombre con quien joder, ni por
asomo, pero tenía una buena dosis de miedo cuando se trataba de los
gemelos.
Página 41 de 132
Capítulo 4
Mayhem se situó en el extremo de la cama de Van, con las manos metidas
en los bolsillos mientras miraba hacia abajo a la forma de dormir del
hombre. Tenía los brazos estirados por encima de la cabeza, atados a los
postes con la camiseta de Mayhem.
Poco sabía Van que Mayhem visitó su cuarto por la noche cuando él sabía
que el humano estaría dormido y lo observó, tratando de entender las
cosas.
Una vez más sus emociones estaban por todo el lugar. Iban desde la
confusión, resentimiento, curiosidad, ira y añoranza. Él podía hacer frente
a la ira. Esa era una emoción bastante fácil para él. Pero fue la curiosidad
y el deseo lo que lo desconcertó. Mayhem no estaba acostumbrado a sentir
ningún tipo de suavidad hacia un ser humano.
Van era diecisiete centímetros más bajo que Mayhem, pero su cuerpo
estaba esculpido y bien definido. El hombre todavía llevaba los pantalones
cortos de cuero, sus piernas eran largas, una fina capa de pelo negro las
cubría.
Página 42 de 132
Caminando hacia la cama, Mayhem se sentó en el borde y cogió la muñeca
más cercana. La piel debajo de la tela estaba de color rojo y levemente
cortada, como si Van había pasado horas tratando de liberarse.
Hizo una mueca cuando se dio cuenta que había atado la tela demasiado
fuerte en su ira. Cuando soltó la muñeca, Van gimió cuando su brazo cayó
inerte. Mayhem se encontró frotando el enrojecimiento con la punta de los
dedos antes de que él se inclinara y soltara el otro brazo, sólo para que
este también cayera.
Esto fue su culpa. ¿Qué había hecho realmente el ser humano como para
justificar ese trato? Las palabras de Chaos sonaron en su mente mientras
ayudaba a Van a sentarse. — ¿Necesitas ayuda para ir al baño? —
—Yo puedo manejarlo una vez que pueda sentir mis dedos otra vez.
Van estaba actuando muy dócil. Esto sorprendió a Mayhem que quería el
fuego del jovencito. Aunque había amenazado con romper a Van, no le
gustaba el hecho de que él podría haber tenido éxito.
—Estable?
Y aun se preguntaba por qué estaba tan aterrorizado de él. ¿No es eso lo
que querías? ¿No era miedo lo que quería de él? Aun así, Mayhem sintió
un nudo en el pecho mientras observaba a Van desaparecer en el interior
del cuarto de baño.
Mientras que el hombre se perdió de vista, Mayhem rasgó las tiras de tela
de los postes y las arrojó hacia la cómoda volcada antes de trasladarse de
nuevo a la ventana y mirar al cielo nocturno.
No le debía molestar que Van le viera como el monstruo que todos decían
que era. Se lamió el labio inferior y se incorporó antes de que él se burlara
de su reflejo en la ventana.
—¿Vas a atarme de nuevo otra vez? —El tono del hombre estaba
resignado.
—Todo lo que quiero saber es por qué te vendiste, que te llevo a ese club
en primer lugar.
Página 44 de 132
Cruzando los brazos sobre el pecho, Van se encogió de hombros. — ¿Vas a
hacerme daño si todavía me niego a responderte?
“Por lo que yo puedo decir, Van es una víctima en todo esto, y tú estás
definitivamente haciendo que lo sea aún más “
Página 45 de 132
Mayhem se preguntó por qué sus colmillos surgieron cuando el olor de la
sangre del hombre llenó sus pulmones. El hambre arañaba en él. Van se
había cortado el pie con el espejo roto, y la sangre goteaba de la parte
inferior.
Se puso de pie y se alzó sobre Van antes de que él levantara una mano y
luego cerrara los dedos, luchando contra la necesidad de hincarle el diente
a la tierna carne del humano.
—Voy a tener limpiar este lío —dijo antes de que él se diera la vuelta y
saliera de la habitación, cerrando la puerta detrás de él.
Página 46 de 132
Resbalándose del agarre de Mayhem, Fury estaba de pie en un segundo,
su mirada lanzándose hacia la parte superior de las escaleras, el pecho
agitado.
—Él es un ser humano que no es más que ganado para nosotros. El olor
de su sangre empalagosa llena nuestro hogar, ¿y tú me niegas el placer de
alimentarme de él?
Era obvio que Chaos no le había dicho a su hermano más joven que Van
era el compañero de Mayhem. Para Fury, el hombre no era más que un
juguete comprado para que los hermanos pudieran compartir.
Página 47 de 132
— ¿Desde cuándo te importa que nos alimentemos, hermano? — Fury
gruñó.
Fury dio un paso atrás, su ceño iba de Mayhem a Van. Él enseñó los
colmillos antes de avanzar de nuevo. Tanto Mayhem como Chaos
abordaron a Fury, llevándolo hasta el suelo.
— ¡Un humano!
Chaos podría no pensar que ellos debían actuar como sus nombres, pero
Fury abrazaba el suyo. El vampiro era un horno batido de emociones
negativas, se nutría de intensa locura y rabia.
Página 48 de 132
Mayhem apretó alrededor de la garganta de Fury.
Cuando los dos se fueron, Mayhem se pasó una mano por la cara y gritó:
— ¡Joder! —
Página 49 de 132
—Quiero ir a casa—dijo Van mientras se sentaba allí temblando.
—Por favor, déjame ir a casa. — Una lágrima escapó y rodó por su mejilla.
Mayhem estaba junto a la puerta cerrada y sabía que no podía dar a Van
lo que quería. No podía permitir que el hombre se fuera. Van era suyo, y
no porque él había pagado una cantidad astronómica por él. —Voy a
pedirle a Matilda que ordene otra habitación hasta que tu habitación esté
en orden. Y las manchas de sangre sean retiradas de la alfombra.
Página 50 de 132
Mayhem estaba al otro lado de la cocina en un instante, agarrando los
brazos de Van.
—Jodete—
Van tiró hacia atrás, tratando de escapar. Mayhem no lo iba dejar. Tiro a
Van más cerca, con los brazos alrededor del humano cuando el beso pasó
de castigar a la pasión. El hombre llenó sus sentidos, y la suavidad de la
piel de Van hizo agua la boca de Mayhem.
Van se apoyó en él, abriendo la boca más cuando un gemido escapó. Sus
dedos se cerraron en el pecho de Mayhem mientras Mayhem profundizó el
beso.
Fue Van quien se apartó, aunque Mayhem trató de recuperar sus labios
hinchados por el beso.
Se puso rígido eso era algo que Van había querido decir, obviamente.
— ¿Por qué no silbar y chasquear los dedos si vas a darme órdenes como
un perro? — Dijo Van acaloradamente mientras seguía.
Página 51 de 132
—O podría simplemente ponerte un collar alrededor de tu cuello
— ¿Puedo ir a correr?
— ¿En esos?
Página 52 de 132
A pesar de que ahora era un vampiro y ella habría estado cerca de los
setenta si hubiera permaneció como humana, ella todavía tenía la
inocencia de los jóvenes, y sus viejas concepciones del mundo se
mantenían intactas.
Ella era de una época en que los hombres no hablaban de tal manera
delante de las hembras, y Mayhem no quería que su inocencia se
empañara en ningún modo.
—¿Incluso Kieran?
— ¿Desnudo?
—No puedo dejarte afuera solo— Lo que significaba que Mayhem tendría
vista frontal y central del culo rebotando. No sería capaz de ver y no tocar.
No había tanto control en el universo.
—Entonces no.
Mierda! Madre mía. Mayhem utilizó cada onza de control que poseía para
no despegar y hacer frente a Van. En cambio, él se sentó en una de las
sillas de mimbre y cerró los dedos en el material.
El humano pensaba que Mayhem era una tortura, pero era al revés.
Incluso podría pagar por unos cuantos para ir a la habitación con Fury
hasta que su hermano estuviera saciado y dormido, ya sin ganas de rasgar
la garganta de Van.
Volvió la mirada hacia la parte trasera del club cuando oyó voces
acaloradas. Las personas discutiendo no eran ruidosas, pero no había
duda de la ira en sus tonos.
— ¿Usted quiere que me vaya con las manos vacías? —Un desconocido con
el pelo negro que le caía hasta los hombros, era alto, con hombros anchos,
y parecía tener un aire de autoridad estaba allí hablando con el dueño del
club.
Página 55 de 132
—Muy consciente—el dueño dijo ligeramente más pálido. —Pero yo no
puedo ser considerado responsable cuando Van entró aquí por su propia
voluntad y permitió ser subastado.
Sabía que Mayhem, no sólo había pagado el precio acordado, sino también
extra para asegurar la discreción.
Fury bebía con ira como si la emoción fuera lo único que pudiera sostener.
Pero era Chaos el que estaba más jodido de la cabeza. Él no era capaz de
funcionar a no ser que las cosas estuvieran fuera de control. Él no era
capaz de respirar a menos que estuviera en algún tipo de dolor. Si las
cosas estaban demasiado estables, Chaos parecía entumecido.
Página 57 de 132
Capítulo 5
Van miró al patio, exhausto después de correr por una buena hora, pero la
energía acumulada se había ido, y él no se sentía como si fuera a subir por
las paredes. —Bien— Él se acercó y empujó juguetonamente la pierna de
Mayhem. —Deberías tratar de correr desnudo.
Ese comentario solo tuvo el efecto de verter agua helada sobre la cabeza de
Van. — Buen punto—
Y entonces su mente se fue al beso que habían compartido. Van apretó los
dedos en los labios ya que se estremecieron con el recuerdo. ¿Había
alguien dado un beso tan hábilmente antes, que le hiciera endurecer en
segundos, o lo había dejado jadeando por más?
Página 59 de 132
Sin embargo... ese beso.
¿Por qué había permitido a Mayhem besarlo cuando Van despreciaba a los
vampiros? No le gustaba su especie por el simple hecho de que él había
visto sus maneras egoístas. Tomaban todo sin pensar en los demás,
hechizaban a aquellos que se resistían, y luego borraban la memoria del
pobre chico o de la chica cuando conseguían lo que querían.
Pero hay gente así en todas las especies. Van sabía que era verdad, pero
había estado alrededor de los vampiros lo suficiente para resentir su forma
de pensarse superiores. Algunos humanos pueden engañar para conseguir
lo que quieren, pero... Van curvó sus manos en puños.
Agarró una toalla del stand y se secó antes de pasar la tela sobre su
cabello. Una vez hubo terminado, envolvió la toalla alrededor de su cintura
y buscó en los cajones hasta que encontró un cepillo de dientes todavía en
el paquete y pasta de dientes. Se cepilló los dientes y luego dio un paso
atrás en el dormitorio.
—¿Por qué sigues aquí? —La pregunta no había salido bien, e hizo que
Van sonara arrogante, algo que nunca había sido en su vida.
Página 60 de 132
había permitido a nadie alimentarse de él antes, no hasta que Mayhem lo
había obligado.
—Yo...
Mayhem miró hacia otro lado, pero no antes de que Van hubiera visto la
decepción en los ojos del hombre. Los hombres Vittore eran violentos por
naturaleza, sin embargo, aquí Mayhem estaba pidiendo permiso.
Además, Van sintió una conexión con el hombre que, hasta ahora, había
negado, pero estaba ahí, independientemente de si lo quería o no. Había
elegido ignorar la acusación de que Van era el compañero de Mayhem. Se
había cerrado al pensamiento y se negó a considerar siquiera la
posibilidad. Pero ¿y si Chaos había estado diciendo la verdad?
Sería más fácil ser la pareja del hombre que su continua víctima. La
palabra víctima hizo temblar la mente de Van, y él frunció el ceño
interiormente. No era víctima de nadie, pero sabía por estar cerca del
aquelarre que un compañero era un hallazgo raro, alguien que se
atesoraba, y hasta ahora, Mayhem no había hecho mucho atesoramiento.
+++++
Página 61 de 132
Van se despertó con dolores de hambre. Había estado tratando de
mantenerse despierto hasta ver si Mayhem volvería, pero se había dormido
en la silla en algún momento de la noche.
Ahora que el hambre estaba allí, su estómago gruñó en voz alta, haciendo
eco en la habitación silenciosa. Trató de cerrar los ojos y volver a dormir,
pero el hambre sólo creció. ¿Qué había comido hoy? Ah, sí, nada. No es de
extrañar que se muriera de hambre.
Apretando los dientes, Van se puso de pie. Él todavía estaba agotado, pero
la necesidad primaria de alimentos le obligó salir del dormitorio.
—Mayhem—murmuró.
Página 62 de 132
Van se congeló por una fracción de segundo antes de que él empujara el
mostrador, deslizándose bajo el brazo que se extendía tratando de
bloquearlo. Cuando se giró, Vio a Fury de pie allí.
Oh! Dios.
Los ojos del hombre eran salvajes, fuera de foco, y llenos de tal oscuridad
que las rodillas de Van casi se doblaron debajo de él. El vampiro avanzó
hacia adelante, y Van dio marcha atrás hasta que golpeó la isla.
—Detente —Van levantó una mano mientras jadeaba por aire y contuvo un
grito. Su pulso se aceleró con tanta fuerza que se escuchó la sangre
golpeando en sus oídos.
Pero esa sola palabra no hizo nada para mantener a raya a Fury. El
hombre siguió avanzando hasta que tuvo a Van atrapado entre su cuerpo
duro y el contador en el centro de la cocina. Su mano envuelta alrededor
del cuello de Van, pero sus dedos se mantenían relajados, masajeando en
lugar de traerle dolor.
Van cerró los ojos mientras giraba la cabeza, haciendo una mueca cuando
Fury trató de besarlo. Con su mano derecha, Van empujó la mandíbula
del hombre, tratando de mantener los labios del chico lejos.
— ¡Fury, no! —
Página 63 de 132
—Tú fuiste comprado, puta. Vas a hacer todo lo que un Vittore te dice que
hagas. Eres nuestro.
Esto no puede ser real. Van sintió que la bilis se revolvía y sabía que iba a
vomitar. Empujó a Fury, tratando desesperadamente de liberarse. Fury
trató de sostener sus muñecas, pero Van lo abofeteó y luchó, negándose a
dejar que Fury ganara.
Van nunca había oído ese término antes y no tenía ni idea de lo que
significaba. Se aferró a su estómago y saltó varias veces mientras
observaba el despliegue ante sus ojos.
—Sácame de aquí.
Van todavía podía oír a Chaos y Fury luchando en la cocina antes de ser
trasladado a su habitación y ser arrojado sobre la cama.
—Mío —Mayhem gruñó, sus rasgos oscuros. Sus ojos azul-verdes estaban
llenos de calor, ira, posesividad.
—Mío—Repitió la palabra con tanta fuerza, con tanta convicción, que Van
sabía que estaba a punto de ser reclamado.
—Por favor, no lo hagas —Su peor temor era que Mayhem le tomara
salvajemente, sin importarle si hería a Van o no. El vampiro no estaba en
su estado de ánimo correcto. No sólo eran sus ojos desenfocados y sus
colmillos todavía expuestos, pero tampoco había dejado de gruñir.
Las fosas nasales de Van se dilataron mientras tiraba las manos libres y
golpeó la mierda de Mayhem. Cuando Mayhem gruñó, Van lo abofeteó dos
veces más al otro lado de la cara.
—Hueles como él—Mayhem repitió, pero esta vez su tono sonaba casi...
herido.
—Yo no quiero que hueles a nadie más que a mí —Las palabras fueron
pronunciadas bajo, ahogadas en la piel de Van.
Página 66 de 132
sola sesión. El efecto es casi el mismo que cuando un ser humano se pone
muy borracho.
Aunque Van quería estar enojado con Fury, él sabía que no quería que
Mayhem renegara de su propio hermano. Había visto la mirada distante en
los ojos de Fury y sabía que el hombre no había estado en su estado en
sus cabales. — ¿Vas a perdonarlo?
—No—
—Por Favor…
—No—
Van no podía creer que en realidad estaba dando la cara por Fury, pero lo
último que quería hacer era romper una familia, sobre todo una familia
que ya había visto su cuota de tragedia. Los hombres habían perdido a su
querida hermana, y ahora Mayhem estaba listo para matar a Fury por él.
—¿Me has dado una razón para quedarme? — Van contrarresto cuando
volvió la cabeza para mirar a los ojos azul-verdes de Mayhem.
Mayhem dejó los labios de Van para poderle acariciar su rostro contra el
hueco del cuello de Van. Siempre tan tiernamente, Mayhem raspó sus
colmillos contra la clavícula de Van.
Van no estaba seguro de lo que significaba lo que Mayhem decía hasta que
el vampiro llevó la mano de Van a la polla dura que sobresalía entre ellos.
Mayhem gimió cuando Van tomó y apretó al hombre con la mano. En ese
momento, Mayhem no se parecía a un vampiro peligroso. Parecía que
estaba dispuesto a probarle a Van, lo dispuesto que estaba a cambiar
quién era con el fin de darle una razón para quedarse.
Tomaría más que sexo, pero esto era sin duda un buen comienzo.
No iba a mentir y decir que no se había preguntado cómo sería el sexo con
Mayhem. Y ahora ya lo sabía. Era más dulce que cualquier sueño que se
hubiera permitido.
Cuando Mayhem envolvió sus dedos alrededor del eje de Van, tuvo que
luchar para contenerse. Durante un minuto, no podía ver bien cuando
Mayhem lo acarició eso lo hizo aún más difícil. Cada parte de él estaba
viva y mucho más sensible de lo normal.
Página 68 de 132
Van sonrió al ver la expresión en el rostro de Mayhem mientras observaba
al vampiro pasando la mano por la punta de la polla de Mayhem
recorriendo toda la longitud. — ¿Es esto lo que tenías en mente?
—Dioses sí.
Santo Infierno! ¿Cómo podría Van decir no a eso? Se echó hacia atrás y
sonrió a Mayhem. — ¿Ahora? —
Mayhem gruñó, pero no había enfado detrás de él. —No juegues conmigo.
Yo no tengo tanto control.
Van bromeó sus dedos paseándose arriba y abajo del eje de Mayhem y vio
como el vampiro se estremecía. —Nunca jugaría contigo, al menos no
mentalmente. Se inclinó y le susurró al oído de Mayhem. —Pero voy a
jugar con cada pulgada de tu delicioso cuerpo.
Página 69 de 132
Mayhem reapareció, con una botella de loción en la mano. Una de las cejas
de Van se levantó antes de que él se echara a reír. Mayhem se veía como si
fuera a explotar en cualquier segundo, le recordó a Van un perrito
emocionado.
El vampiro siseó.
—No estoy seguro de que pueda manejar esta misión—dijo mientras Van
retrocedió. —Puede ser que sea demasiado grande, un desafío.
Mayhem pasó los dedos por debajo de la mandíbula de Van, cepillando sus
nudillos a lo largo de la piel, haciéndole temblar cuando se inclinó más
cerca, agarrando la mejilla en su mano.
Página 70 de 132
Por un instante, Van pensó en la misión que había acordado con Christo.
No se había retractado de eso, y había sido vendido al mejor postor. No se
había retractado con la ira de Mayhem, aunque casi había renunciado.
Casi.
Se rió para sus adentros. Esto es sin duda un reto muy duro. La polla de
Mayhem estaba tan llena que la cabeza era de un color púrpura.
Página 71 de 132
Si hubiera sabido que el sexo sería tan bueno con Mayhem, ¿Lo habría
hecho antes? Probablemente no, pero definitivamente planeaba hacerlo
otra vez... y otra vez.
—Hola hermoso.
Mayhem cerró los ojos y apoyó la frente en Van. —Solo tú, me llamarás
hermoso.
Mayhem parecía hincharse aún más dentro de Van mientras envolvía sus
brazos alrededor de él y comenzó a empujar, por lo que Van se arqueo
hacia atrás mientras sus labios se separaron y él dejó escapar un largo y
entrecortado gemido.
Página 72 de 132
El vampiro había puesto a Van por el infierno cuando lo había traído aquí
por primera vez, pero viendo a Mayhem tan vulnerable, tan dispuestos a
bajar la guardia para Van, no había nada que no haría por el hombre. Van
caminaría a través de los fuegos del infierno por un solo toque de su
vampiro. Mayhem le podía pedir todo el mundo, y Van se lo daría.
Cuando Mayhem cayó hacia adelante, Van se agarró con fuerza, con la
espalda golpeando la cama mientras su vampiro se empujaba en él.
Mayhem lamió los pinchazos gemelos cerrándolos antes de que él echara
la cabeza hacia atrás y gritó su liberación.
Página 73 de 132
Van se congeló, su sonrisa congelada en su lugar antes de que él
entrecerrara los ojos y diera una palmada con las manos contra el pecho
de Mayhem.
—¡Menciona a otro hombre antes, durante o después del sexo, y voy a atar
tu culo a la cama por una semana entera!
— ¡Está bien! — Van levantó las manos a los costados. —Paz, hermano —
—Lo siento, ¿Está bien? —frotó las manos por el pecho de Mayhem,
tratando de calmar a la bestia. —Eso fue estúpido de mi parte. No quise
decir nada como eso. Lo juro.
Mayhem dejó escapar un largo suspiro antes de que él diera un paso atrás.
—No puedo dejar de verlo fijándote a esa isla, con las manos sobre tu
cuerpo desnudo, sabiendo que quería follarte. Quiero salir y matarlo con
mis propias manos.
Cuando Mayhem volvió a salir, Van corrió delante del chico, empujando un
dedo en la cara del hombre. —No te atrevas a alejarte de mí.
Página 74 de 132
El vampiro rechinó los dientes de una pulgada del dedo de Van.
—Fuera de mi camino."
Mayhem lo fulminó con la mirada una vez más antes de que él saliera.
Página 75 de 132
Capítulo 6
Van estaba listo para masticar clavos pero sabía que Mayhem tenía un
punto válido. Tendría que haber esperado un poco de tiempo antes de
preguntar a Mayhem sobre Fury. Además, no podía culpar a Mayhem por
su ira. Si alguien hubiera estado sobre Mayhem, Van se enojaría con él
aunque Myhem negara todo.
Sin decir una palabra, Van se sentó al lado de Mayhem y miró hacia fuera
sobre el césped. No hace ni dos horas que había estado corriendo como un
loco, disfrutando de su libertad. ¿Cómo había cambiado tanto en dos
horas?
Página 76 de 132
—Tienes que darme algo—dijo Van mientras se enfrentaba al vampiro.
—¿Qué?
Cuando Mayhem volvió la cabeza, era para darle una mirada a Van con
una intensidad aterradora. — ¿Y ahora qué? —No hubo falta de ira en esas
palabras.
Mayhem rizo su labios a Van. —No hables así de mis hermanos. No sabes
nada de ellos.
— ¡Supéralo! —
Página 77 de 132
— ¡Fury! —
—Resolver esto de una vez por todas —Van arrebató su brazo libre y
continuó por el pasillo. — ¡Fury, consigue tu culo podrido aquí ahora! —
Antes de que nadie supiera lo que iba a hacer, Van corrió a Fury y le dio
una palmada en su rostro. Chaos agarró a Fury cuando el vampiro se
abalanzó sobre él. Mayhem se movió rápidamente para colocarse entre Van
y Fury.
Confusión nubló los ojos de Fury. —¿De qué demonios estás hablando?
Van señaló con el dedo hacia Fury de nuevo. —No te hagas el tonto
conmigo. Ha intentado forzarme.
Van se volvió hacia Mayhem, que parecía sorprendido de que la ira de Van
había vuelto contra él. —Y tú —Metió el dedo en el pecho sólido de
Mayhem. —Sigue pensando que quiero a Fury, y juro por Dios que te
cortaré las pelotas y se las entregare en bandeja de plata.
Giró sobre sus talones y se dirigió a su dormitorio. Una vez que la puerta
estaba cerrada, Van se derrumbó contra ella, sacudiendo el hecho de que
él acababa de desatar una diatriba sobre vampiros que podría haberlo
matado en el acto.
+++
—¿Nos acaba de poner en nuestro lugar? —Chaos preguntó con confusión
mientras soltaba a Fury.
Chaos negó con la cabeza. —Sabes que no vas a ganar con él.
Página 79 de 132
Mayhem sabía que no iba a ganar con Fury.
—El sol saldrá pronto, y tengo que hacer un recado—Chaos dijo mientras
se dirigía hacia la puerta principal. —Traten de no matarse unos a otros
antes de que yo vuelva.
Mayhem inclinó la cabeza. Él sabía lo que era estar tan enojado que las
palabras fallaban y no querer ser molestado. Había estado así un montón
de veces.
Se acercó más hasta que sus cuerpos se tocaron. Van dejó caer su cabeza
sobre sus brazos mientras sus hombros temblaban. No podía presenciar el
dolor de Van por más tiempo, Mayhem tiró del hombre en su regazo y
abrazó a Van contra su pecho.
¿Pero qué?
Fury.
No es que él lo dejara.
Van se hizo hacia atrás, con los ojos hinchados, mientras las lágrimas se
deslizaron libres. —Apestas en esto, ¿no es así?
Mayhem asintió.
—¿De qué?
Página 81 de 132
—Dame cinco minutos y cogeré las cosas. Es lo que yo hago —murmuró
mientras presionaba sus labios en el pelo de Van.
—¿Debido a tu nombre?
Van empujó hacia atrás y alzó la mirada hacia Mayhem. Las lágrimas se
habían detenido, y Mayhem estaba agradecido por eso, pero los ojos de
Van todavía estaban hinchados. — ¿Cómo es eso?
—No creo que tenga que explicar a Fury—dijo Mayhem. —Su actitud lo
dice todo.
— ¿Y tú?
—Así que tienes que cambiar tu destino—dijo Van como si fuera tan
sencillo.
—Y creo que eso es sólo una excusa que la gente utiliza para no intentarlo.
—Confía en mí, estoy tratando —dijo Mayhem. Nunca había intentado tan
duro en su vida para hacer que algo funcionara. Por otra parte, nunca
Página 82 de 132
había tenido que hacerlo. Si algo era demasiado complicado, sólo se
alejaba o lo mataba. Pero Van era su compañero, por lo que Mayhem
continuaría intentando, aunque terminara por destruir todo.
—Lo sé—dijo mientras Van respiraba desigual. —Pero tal vez estamos en lo
cierto. Tal vez el destino se equivocó.
—Ejercicio—dijo Mayhem.
—Y...Mayhem vaciló.
—¿Y?
—No—dijo Mayhem. —Es una hazaña porque nadie ha sido capaz de hacer
eso antes.
Página 83 de 132
Mayhem decía la verdad. Mientras Chaos permanecía continuamente entre
Mayhem y Fury para que dejaran de pelear entre sí, cuando Mayhem
estaba verdaderamente en su peor momento, sus hermanos siempre lo
habían dejado, nunca habían hecho nada para tratar de calmarlo.
+++++
Abriendo la llamada de sangre, Chaos no sólo había encontrado al extraño
de Black Diamonds, lo había seguido a The Manacle. Había estado tan
preocupado con Fury en el club de BDSM que él no se había dado cuenta
de que había algo vagamente familiar en el extraño.
Página 84 de 132
Christo llevó la mano a la mejilla del humano. —No hay nada de qué
preocuparse, corderito. No tardará mucho.
Él y sus hermanos estaban aquí sólo para vivir una vida pacífica. Pero si
habían gestado problemas, él quería saber, para prepararse.
Pero fue bueno saber dónde los seres queridos de Christo estaban. Si el
segundo continuaba metiendo la nariz donde no le pertenecía, Chaos sabía
dónde estaba su hogar.
Levantó la vista cuando vio que los cielos empezaban a iluminarse. Ya era
hora de regresar a casa.
++++
Van había dormido durante todo el día y no había despertado hasta que el
sol se estaba poniendo. Había sido una noche memorable con una cosa
Página 85 de 132
tras otra, y su cuerpo estaba demasiado cansado como para preocuparse
por los relojes.
Van cayó a la alfombra, sonriendo como un tonto cuando vio las patatas.
Hombre, Kieran era la bomba.
Mucho más.
Página 86 de 132
entreabierta. Mantuvo sus pasos tranquilos, se trasladó hasta que él
estaba de pie justo afuera.
Era increíble.
Esto era lo último que Van había esperado encontrar, el grande y malo
Mayhem con un talento artístico.
—Tú
Mayhem se relajó en la postura más sexy, más masculino que Van jamás
había visto. Exudaba confianza y gracia letal, sin embargo logró
simultáneamente ser adorable y caliente.
Mayhem inclinó la cabeza. —Ya veo. Pero me temo que tendría una ventaja
sobre ti en cuanto a rapidez, gattino. — Vampiros.
Página 88 de 132
Quizás trotar podía esperar. Van estaba teniendo un tiempo mucho mejor
jugando con Mayhem. Podría pasar toda la noche jugando con Mayhem y
no se cansaría de tocar y explorar el vampiro.
El vampiro levantó a Van fuera de sus pies, obligando a Van a envolver sus
piernas alrededor de la cintura del hombre antes de moverse a una mesa
que contenía una gran cantidad de sus materiales de arte. Mayhem
empujó a un lado las cosas antes de que él sentara en el borde a Van. Una
de las cejas de Van se elevó cuando Mayhem tiró de su cintura.
Sin decir una palabra, Van levanto sus piernas y sus pantalones cortos se
deslizaron hacia abajo, dejándolo con su camiseta y zapatillas de trotar.
Su polla sobresalía hacia arriba, espesa, con fugas de líquido pre seminal.
Mayhem deslizó su pulgar sobre la hendidura, y la cabeza de Van rodó
hacia un lado, y él gimió.
Van gritó cuando él se echó hacia atrás sobre sus codos, moviendo sus
brazos. Esto. Era. Increíble. Más que increíble. Van no había esperado que
el intimidante y feroz vampiro chupara su polla, pero maldita sea si el
hombre no estaba haciendo rodar los ojos de Van a la parte posterior de la
cabeza.
Mayhem utilizo la lengua como un arma cuando él trajo a Van tanto placer
que estaba listo para terminar, y sólo había comenzado.
Página 89 de 132
tiempo. Mayhem mantuvo las manos cerradas en los lados de Van
mientras tomaba la polla de Van por su garganta.
Van se asombró que sólo su toque creó una reacción tan fuerte en el
cuerpo de su pareja. Se movió más cerca de Mayhem colocando sus labios
sobre la erección antes de tomar a su compañero en la boca. Sus miradas
se encontraron cuando los ojos de Mayhem se abrieron de golpe.
Ruidos suaves retumbaron desde Mayhem cuando una fina capa de sudor
estalló sobre su piel. Van apretó las palmas de sus manos contra los
poderosos muslos del hombre.
Mayhem dio unos cuantos golpes rápidos, sus músculos tensos mientras
gruñía, semilla caliente latiendo en la garganta de Van.
Van bebió del hombre, sus uñas cavaron profundamente en los muslos de
Mayhem.
Página 91 de 132
Capítulo 7
—¿Has perdido tu maldita mente? — Van gritó mientras corría por las
escaleras, casi tropezando mientras trataba de llegar a su hermano
mientras su corazón se alojaba en su garganta.
¿Cómo demonios había Fury conseguido poner sus manos sobre Nate?
Más importante aún, ¿por qué se envolvían alrededor de la garganta de
Nate?
Esto era malo. Realmente malo. Si Van no mató a Fury, Rhys lo haría. Van
casi cayó por las escaleras mientras corría para llegar a Nate. Mierda,
mierda.
—¡Déjalo ir!
Mayhem voló por las escaleras pasando a Van, pero Van corrió pasando a
Mayhem cuando finalmente llego a la primera planta. Mayhem agarró a
Van antes de que pudiera llegar a Nate. El rostro de Mayhem ardía de
rabia mientras miraba de Nate a Van.
¿Acaso Mayhem pensaba que Nate era su amante? Tenía ese brillo asesino
en sus ojos azul-verde. Mayhem miró como si quisiera matar a Nate en el
acto.
Página 92 de 132
¿El hombre indicado? ¿De qué estaba hablando Chaos?
Kieran puso los ojos. —Otra persona a la que tengo que inclinarme.
Se dejó caer en el sofá y se cubrió la boca con una mano temblorosa. Esto
era una pesadilla.
Los que venían por Nate no iban a distinguir a Fury de sus hermanos.
Ellos iban a matar a los tres, incluyendo a Mayhem. Fury había condenado
al compañero de Van a muerte.
Rhys era bastante malo. El tipo era un antiguo vampiro que había tenido a
la comunidad de vampiros con miedo durante siglos. O eso era lo que Van
había oído.
Página 94 de 132
—¿Quién es? — Nate preguntó mientras inclinaba la cabeza hacia
Mayhem, que estaba mirando a Nate con igual curiosidad.
—¿Quién diablos es Zeke? — Dijo Chaos en un tono más alto y más fuerte
que los demás.
Van gruñó con frustración. ¿Quién no sabía que era el depredador? Los
hombres Vittore necesitaban salir más a menudo. —Lo peor—dijo Van.
Página 95 de 132
—¿Puedes dejar de hablar como si yo no estuviera en la habitación? —Dijo
Nate. —Le diré a Rhys que se trataba de un malentendido.
Página 96 de 132
—¿ Puede utilizar tu celular?
Van no tenía ninguna duda sobre eso. Estaba seguro de que Mayhem
podría asumir lo peor y llegar a la cima. Pero las historias que Van había
oído hablar de Ceri comiendo carne y matando a legiones de vampiros
renegados lo tenía listo para agarrar a su compañero y correr tan lejos y lo
más rápido que pudieran.
Pero no era eso lo que aterraba a Van. Rhys no estaba solo. Ceri salió de
vuelta de la esquina, con los ojos en llamas por la rabia. Nate se quedó
gritando para que Rhys se detuviera, pero su compañero y Mayhem
siguieron la batalla.
Fury no dijo una palabra. Corrió a Ceri. Los dos se estrellaron a través de
la ventana frontal, rompiendo vidrios por todas partes.
Chaos gruñó mientras saltaba por la ventana rota detrás de Fury y Ceri.
Van gritó cuando Rhys golpeó a Mayhem con tanta fuerza que su
compañero voló hacia atrás y se estrelló a través de las puertas francesas
que llevaban al patio trasero.
Página 97 de 132
—Tenemos que detenerlos—dijo Van a Nate.
Van y Nate salieron a través de las puertas destrozadas para ver a Rhys y
Mayhem rasgándose el uno al otro. Nate se abalanzó sobre Rhys. Van
sobre Mayhem.
Los dos grandes hombres gruñían el uno al otro antes de que Nate dijera:
—Fue un error—dijo Van, sin saber cómo tejer la historia para que no se
viera tan mal como lo era. Fury y Chaos habían tenido la intención de un
secuestro. Acabaron por tomar a la persona equivocada.
Van se volvió cuando Chaos llegó a través de las puertas rotas, sus botas
crujiendo bajo los escombros mientras miraba a Rhys. Tenía los puños
apretados, y sus ojos estaban en llamas.
—Tu chico acaba de tomar Fury. Tienes cinco segundos para decirme
dónde han ido antes de que yo te arranque la cabeza fuera de tus
hombros.
+++++
Después de que Mayhem había sometido a Chaos, que había tomado un
buen par de horas para que Nate y Van explicaran todo y para que Rhys se
calmara.
Mientras Mayhem estaba junto al sofá volcado, quería matar a Rhys donde
estaba, a pesar de que entendía plenamente la sed del hombre por
venganza. Pero eso no era lo Mayhem pensó cuando Nate, Van, y Rhys
hablaron.
Página 99 de 132
Miró a su compañero cuando las palabras sonaban una y otra vez en su
mente. Te amo.
Aparte de su hermana, nadie había dicho esas tres palabras para Mayhem.
No en sus 1.500 años de vida. Lo que tenía a su mente trabajando horas
extras era si Van las había dicho con significado o si él les había dicho
para que Mayhem y Rhys pararan de luchar.
Chaos gruñó cuando él fue tras Rhys, pero Mayhem lo interceptó y detuvo
a su hermano de atacar. Mayhem nunca había sido derrotado, sin
embargo, él y Rhys habían estado muy igualados en la batalla. No podía
decir con certeza quien iba a ser el que saliera vencedor en caso de que
esto volviera a suceder.
Mayhem sabía quién era Christian, pero los demás eran desconocidos para
él.
Los siete hombres evaluaron el daño antes de que Christian dijo: —Si no
se da una explicación adecuada para el secuestro de Nate, el responsable
va a morir.
—Yo digo que matemos al bastardo de todos modos —uno de los hombres
declaró. Él olía a Shifter y tenía el pelo largo y negro.
Él terminó su frase con tal fuerza que Mayhem pensaba que tendría que
luchar de nuevo.
Mayhem fue tocado, pero sabía que Van no sería rival para cualquiera de
estos hombres. No sólo olía a shifters lobo en la habitación con él, sino un
demonio y algo más también. Un hombre que se quedó allí tenía una
pigmentación azul.
Mayhem nunca había visto una criatura así. Tenía dos iris de colores
diferentes, garras negras y el pelo era plateado, corriendo por la espalda
para poner fin a un poco más allá de su culo.
Este era el demonio, pero también era algo más. Mayhem no podía
identificar lo que era.
A pesar de que Nate había explicado las cosas en términos simples, como
si todo había sido un verdadero malentendido, sonaba mal de todos
modos.
Página 101 de 132
Cuando él pusiera sus manos en Fury, Mayhem iba a estrangular a su
hermano.
—Yo sólo quería aprovechar eso en caso de que Christo decidiera tomar el
asunto en sus propias manos.
—Sólo por eso—Christian dijo mientras daba un paso hacia adelante —
Condeno Tú...
Rhys gruñó y dio un paso adelante, poniendo sus manos sobre los
hombros de Nate. —Si mi pareja quiere que estos hombres sean
indultados, entonces.
—Tenemos que hablar de esto —dijo Cristian ante los hombres que
entraron por la puerta principal.
Van parecía confundido, y luego una lenta sonrisa se extendió por su cara.
—¿Que yo te amo?
—Sí.
—Voy a admitirlo—dijo Van —que has sido horrible a veces, pero también
me has mostrado cómo amarte. Quiero decir que no se puede ser un
verdadero monstruo, si se puede pintar esas imágenes increíbles o me
miran como si yo soy tu salida y puesta del sol —Van rio.
—Bueno, tal vez usando el sol en una analogía no funciona, pero creo que
entiendes lo que estoy diciendo.
—Lo hago— Mayhem dijo mientras tiraba a Van en sus brazos. Había
empezado a besar a su pareja cuando el Ultionem regresó. Fue Christian
quien habló.
Los ojos del príncipe se abrieron mientras miraba desde Van a Mayhem.
Mientras estaba sentado allí, cerró los ojos, dejando que la ligera brisa
soplara sobre él, rizara el pelo, y limpiando a su alma atribulada. Las
cosas parecían mejor cuando su hermana estaba viva. El pecho de
Mayhem constreñido al pensar en su hermoso rostro.
Nunca habían sido la familia perfecta, pero se habían tenido entre sí.
Ahora Mayhem estaba allí solo. Su hermana se había ido. Uno de los
hermanos sufría en el mundo terrenal, otro capturado por alguien que era
tan inestable como Fury.
Mayhem negó con la cabeza mientras se pasó una mano por la cabeza.
Mierda. ¿Cómo las cosas habían ido tan mal? El alma maldita de Mayhem
se sentía pesada con la carga. No estaba seguro de cuánto más de esto
podía tomar.
—Si yo no hubiera ido a ese club esa noche— dijo Van. —Lo siento mucho.
—Chaos y Fury han hecho sus caminos por un largo tiempo. Era inevitable
que algo así sucediera.
—Lo sé—dijo Van. Él apretó su agarre en Mayhem. —Lo que sea que
necesites.
Mayhem no sabía cómo Van lo amaba tanto. Él había sido un hijo de puta,
y aun así el hombre estaba ahí dentro, sin darse por vencido. No estaba
seguro de que alguna vez había merecido tanto amor y lealtad. Él seguro
que no le había dado motivos, no al principio.
Una lágrima rodó por su mejilla cuando Mayhem inclinó la cabeza hacia
atrás, mirando las copas de los árboles. ¿Por qué su familia se ha
maldecido tan jodidamente? ¿Por qué habían sido nombrados con tales
nombres malditos? ¿Lo habían pensado su madre y su padre? ¿Y si
hubieran sabido el futuro de sus hijos?
Van se aferró a él con tanta fuerza que Mayhem sintió hasta sus entrañas.
Se limpió las lágrimas y sacudió la cabeza, dando una breve carcajada.
+++++
Después de darle a Brutus y Matilda la noche libre, Mayhem dejó a su
compañero con Nate. Se deslizó en su coche y condujo por el largo tramo
de la carretera, mirando pasar las luces en el carril contrario. Había
conseguido averiguar donde Ceri podría estar manteniendo a su hermano,
y Mayhem iba a conseguir traer a Fury devuelta.
Los tres hombres eran Vittore. Mayhem no iba a negar esto, pero él no iba
a permitir que nadie castigara a su hermano bebé.
Mayhem sonrió.
Bueno, tendría que enviarlos al infierno con una bala entre los ojos.
++++
Van se deslizó fuera de la mansión. No había manera de que pudiera
sentarse en su culo mientras su compañero se ponía en peligro. Tenía que
conseguir respuestas, y sabía que Rhys sabía muy bien donde Ceri había
llevado a Fury.
—Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí? — La criatura se rió antes de que Van
desmayara.
+++++
Van se despertó con la sensación de algo duro y frío por debajo de él. Él
gimió cuando levantó la cabeza, tratando de enfocar la mirada alrededor.
Él estaba en una celda pequeña, y la única luz que se filtraba era la luz de
la luna que entraba por una alta ventana enrejada.
¿Cómo demonios Ceri había llegado aquí?, y ¿dónde estaban? Van miró
por encima de Ceri para ver las paredes de piedra gris y, a la izquierda de
Ceri, una bancada metálica con muelles expuestos. Había un baño en la
esquina opuesta, pero no había manera de que Van fuera cerca de él. El
inodoro blanco estaba cubierto de óxido y suciedad y un poco de materia
marrón que él no quería ni contemplar.
Fury.
—Sigue hablando, perra. Cuando este libre, vamos a ver qué tan malo
realmente eres.
Esto era irreal. —Claro, amenaza al humano que sabes que puedes vencer.
Los tres fueron encadenados, pero las cadenas que sujetaban a Fury le
habían dado a Van coraje. Sin las restricciones, Van habría hablado
porque odiaba a Fury hasta el núcleo del hombre.
Fury se lanzó hacia adelante, haciendo sonar sus cadenas, pero no pudo
llegar a él. Van rió mientras la histeria se instaló en él. Necesitaba
desgranar su mierda y mantener la calma. Voltear hacia fuera no le
ayudaría.
Van estaba sentado en su culo por lo que se dejó caer contra la pared,
mirando a Ceri cerca. ¿El vampiro estaba muerto? No puede ser. Si lo
Página 109 de 132
fuera, esa criatura no habría encadenado un hombre muerto a la pared.
¿Verdad?
Como si Van hubiera pensado, el vampiro despertó, Ceri gimió cuando sus
párpados se abrieron. Van recordó la primera vez que se reunió con Ceri.
Había estado tan aterrorizado que él había pensado que se orinaría.
Van nunca se había sentido protector hacia Ceri, pero escuchar a Fury
hablar mierda le cabreado. —Déjalo en paz— Él se rió. —Está bien. Él ya
sabe dónde vives. Olvídalo. Por todos los medios, deja de picar al oso con
un palo.
El infierno, Fury había querido a Van muerto desde el momento que había
entrado por la puerta. No es ninguna sorpresa que fuera a echar toda la
Página 110 de 132
culpa en el regazo de Van. Van no estaba seguro si Fury había nacido roto
o si la vida había hecho eso a él, pero de cualquier manera, el chico
necesitaba un poco de tiempo en el sofá con un terapeuta.
—¡No! —Van gritó mientras trataba de saltar hacia ellos, trató de salvar a
Fury de ser llevado. Pero sus cadenas no le permitieron ir, solamente gritó
por Fury, tirando contra sus ataduras, tratando, tratando…
Ceri poso sus ojos azules en Van, y estaban sin emociones. —Sólo aquellos
que lo merecen. Nate no se merecía ser tomada de su compañero.
Van estaba empezando a ver por qué tantos vampiros temían a Rhys y
Ceri. El vampiro habló de torturar a Fury, como si estuviera hablando del
clima. Su tono era neutral. No había emociones que se filtraran a través de
las palabras. Mientras estaba sentado allí, trató de imaginar a Ceri
comiendo carne. La bilis subió a la parte posterior de la garganta de Van.
Ni siquiera podía imaginar, ¿Qué había en el estómago de Ceri?
Van miró hacia la puerta cuando escuchó otro grito. ¿Era Fury? Se
acurrucó en sí mismo cuando empezó a temblar. No quería saber lo que
estaba haciendo Blackheart para obtener este tipo de sonidos
horripilantes.
Lo único Van podía esperar era que Mayhem se diera cuenta de que se
había ido y fuera a buscarlo. Pero tenía la sensación de que su compañero
llegaría demasiado tarde.
—Ahora no. He tenido una larga noche, y todo lo que quiero hacer es...
Esas tres palabras obligaron a Mayhem a detenerse. Agarró las llaves más
fuertes en su mano mientras su mente trató de entenderlas. Mayhem
meneó la cabeza y frunció el ceño a Rhys. —¿Qué? —
Como de loco y volátil era Fury, Ceri era más oscuro y demencial.
Mayhem apretó los dientes mientras inclino la cabeza. —Está bien, entra.
El tipo estaba, sin duda empujando sus botones. Mayhem metió las llaves
en el bolsillo frontal antes de cerrar los ojos y abrió su mente a Van.
Mayhem al instante saboreó la sangre del hombre como si estuviera
bebiendo de él. El olor era fuerte y poderoso, y le sorprendió cuán
profundo el vínculo había crecido.
Comprobando de su reloj, Mayhem vio que tenían muy poco tiempo antes
de la salida del sol. Necesitaban encontrar a Van y salir pitando de allí.
Matar al responsable del secuestro de Van tendría que ser o bien rápido o
esperar a otra ocasión.
Era una esperanza tonta después de sentir el mal que residió aquí, pero
Mayhem oró para que el captor de Van no hubiera perjudicado a su
compañero.
No pienses en ello.
Mayhem se había movido más por el pasillo vacío cuando alguien gritó de
nuevo.
Tendría que haber visto al hombre para ahora. Mayhem se había detenido
demasiadas veces en su búsqueda. Rhys debería haber llegado al corredor
primero. Algo no estaba bien.
Oyó cadenas sonando y miró hacia arriba y abajo de la sala antes de que él
devolviera su atención al interior de la ventana. Van estaba de pie,
mirando directamente a él.
—Por favor, dime que no estoy imaginándote allí— dijo Van aliento.
—¿Dónde está Fury? —Le espetó. —¿Qué mierda hiciste con mi hermano?
Por mucho que odiaba admitir el hecho, Mayhem necesitaba ayuda. Dio
un paso atrás de la puerta y sacó su teléfono celular libre, marcando a
Christian.
Otro grito que helaba el corazón llenó el aire. Mayhem hizo una mueca y
oró que no hubiera sido Fury quien hizo esos sonidos de horror.
¿Qué carajo?
Mayhem no iba a correr. Él no iba a dejar a Van para hacer frente a esta
criatura, pero era una criatura del tipo que Mayhem nunca había visto
antes. Las llamas lentamente murieron como columnas de humo que se
escaparon de las fosas nasales de la criatura. Una cola espinosa envuelta
alrededor de la cintura del hombre cuando él se detuvo a menos de veinte
pies de Mayhem.
—Gracias por contactar a Christian —La criatura dio una leve inclinación.
Dioses, el bastardo era enorme. Su cabeza casi tocaba las tuberías que
corrían a lo largo del techo, y su circunferencia era tan amplia que apenas
cabía por el pasillo. Mayhem confiaba en sus habilidades de combate, pero
esto...
Van y los otros habían sido el cebo para atraer al líder demonio allí.
Mayhem quería llamar a Christian de nuevo y advertirle, pero uno, sabía
que Blackheart le aplastaría si lo intentaba. Y dos, Mayhem necesitaba
seriamente la ayuda.
—¡ No, Mayhem!
Mayhem había sido igualado con Rhys en una pelea. Si Blackheart podía
vencer al vampiro tan fácilmente...
Mayhem gritó y voló de sus pies, corrió hacia atrás cuando Blackheart
blandió su puño hacia adelante, golpeo a Mayhem en el intestino. Oyó a
Van gritar su nombre cuando él golpeó la pared y cayó al suelo. Mayhem
se puso de pie, increíble agonía irradiaba a través de todo su cuerpo.
Tirando hacia atrás, tiró de una de la pared y luego del otro. Tan pronto
como sus brazos estaban libres, Van las envolvió alrededor de Mayhem.
Las cadenas que sostenían a Ceri eran tres veces más gruesa que las que
ataban a Van. Mayhem vio a Rhys luchando por conseguir liberar a su
hermano mientras el sol los quemaba a los dos. Mayhem no era inmune.
El corazón quemaba su piel mientras soltó a Van y ayudó a Rhys tirando
Mayhem cerró sus labios sobre los de Van, sosteniendo al pequeño hombre
desesperadamente, besándolo apasionadamente. Sabía que Van y Rhys
estaban en lo cierto, pero Mayhem no quería dejar ir a su compañero.
Temía que si lo hacía Blackheart encontraría alguna manera de matar a
Van.
Mayhem quito los grilletes de las muñecas de Van y los desecho al suelo
antes de que él se volviera y saliera de la habitación. Se movió en la
dirección opuesta de la batalla, buscando en cada habitación que pudo
encontrar. Sus pasos se desaceleraron cuando vio a un área abierta con
camillas olvidadas.
Se tambaleó un poco hacia atrás por las heridas que Blackheart le había
infligido y la cara apenas estaba reconocible.
Llorando. Fury.
Mayhem no había visto ni una sola vez a su hermano derramar una sola
lágrima. Ni siquiera cuando murió su querida hermana. La pérdida había
enviado a Fury sólo a más en su rabia, pero mientras él estaba allí en la
camilla, con el cuerpo sacudiéndose él echo la cabeza hacia atrás y gritó.
—¿Qué ha hecho?
Él había fracasado.
—Mayhem—susurró Fury.
Dioses, no, no, no. Su familia fue destruida. Nunca sería el mismo otra vez.
Antes de que pudiera dar los pasos, uno de los hombres de Panahasi
apareció a su lado. — ¿Adónde vas? —Preguntó el hombre en un tono
solemne cuando su mirada cayó a Fury.
—Déjame—Mayhem gruñó.
—Lo siento—El hombre negó con la cabeza. —Yo no puedo hacer eso— Él
lo agarró antes de que Mayhem supiera lo que estaba haciendo el hombre,
lo arrastró a un rincón oscuro.
Mayhem asintió. —Te amo, también —Y era la pura verdad. Se puso de pie
y tiró de Van en sus brazos antes de abandonar la habitación de Fury,
cerrando la puerta detrás de él.
++++
Seis meses después...
Y ahora que se acercaba lentamente a quien una vez había sido, Van lo
sostuvo con ambas manos. —Te amo—dijo mientras Mayhem rodó sobre
sus manos y rodillas.
Van echó hacia atrás la cabeza en el hombro de Mayhem cuando más olas
de placer lo golpearon. Gritó el nombre de Mayhem cuando su compañero
hundió sus colmillos en el cuello de Van, bebiendo de él.
Van se sentó y miró a lo largo del gran césped, detectando a Chaos sentado
frente a la lápida de Fury, algo que había hecho todas las noches desde que
habían enterrado a Fury hace seis meses.
—Ahora lo hago.
Mayhem parecía reflexionar sobre ello antes de asentir. —Eso suena como
un plan— Él dio un beso en el cuello de Van.
Y eso era todo lo que Van podía pedir. La vida no había sido fácil con
Mayhem. Como cuestión de hecho, habían pasado por el infierno. Pero Van
sintió como si por fin había encontrado su lugar en el mundo, y era al lado
de Mayhem.