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86 / Ranajit Guha

 bía administrado
administrado la medicina
medicina en la creencia
creencia de que
que pondría
pondría térmi-
no a su embarazo, sin darme cuenta de que la iba a matar". sa  Historias de las minorías,
tra!edia dio una medida, en el marco de ese periodo, de la uerza
de la solidaridad de las mujeres, así como de sus limitaciones.#$%%  pasados
 pasados subalternos*
subalternos*
Traducción: Fausto José Trejo
• Dlpesh Chakrabarty
University of Chicago

&as recientes disputas ' polémicas en torno al concepto toda(ía


 pro(isional
 pro(isional de multiculturalismo
multiculturalismo en las democracias occidentales
occidentales
han a(i(ado con recuencia las discusiones acerca de las historias
de las minorías. )onorme la escritura de la historia se ha enreda-
do cada (ez m*s en la así llamada "política
"política ' producci+n de la
identidad", después de la e!unda Guerra undial, en todas las
democracias
democracias se ha planteado el problema de incluir en la historia
de la naci+n las de !rupos anteriormente ecluidos.
n la década de $60, esta lista !eneralmente incluía los nom-
 bres de
de !rupos
!rupos ' clases
clases social
sociales
es subalter
subalternos
nos 1es
1es decir
decir de e escla-
(os, de clases trabajadoras, de con(ictos, de mujeres, etcétera. sto
se conoci+ en los a2os setenta como la "historia desde abajo". )on
la presi+n de ma'ores demandas por la democratizaci+n dejas
 pasados, la lista ue increment*ndose
increment*ndose durante los a2os setenta '
ochenta para incluir a los así llamados !rupos étnicos, a los pue-
 blos indí!enas
indí!enas,, a los ni2os,
ni2os, a los ancianos,
ancianos, a los
los homoseuales
homoseuales ' a
las lesbianas.
&a epresi+n "historias de las minorías" ha acabado por re -
mitir a todos esos pasados en cu'o nombre los historiadores con
una perspecti(a democr*tica han combatido las eclusiones '
omisiones de las principales narrati(as
narrati(as de la naci+n. )omo resul-
tado, los 3ltimos diez a2os son testi!o de un lorecimiento, casi un
culto al pluralismo, en asuntos que conciernen a la historia o a la
memoria. &os relatos del pasado de la naci+n oiciales o consa!ra-
#$
 4!radezco a mis cole!as del equipo editorial de studios ubalternos, así como a  &a (ersi+n en in!lés se public+ en Poslcotonial Studies, (ol. , n3m. ,$$8, pp. 9-
4hmed 5amal Raj'ashree ande' ' 7ames cott, sus comentarios acerca de un bo- :$. 4!radecemos al ;r. )ha<rabart' su autorizaci+n para la traducci+n ' publica-
rrador de este ensa'o. ci+n de este teto. =>. del .?
 Historia y Graía, @4, n3m. :,$$$.
88 / ;ipesh )ha<rabart'  Historias de las minorías, pasados subalternos % 8$

dos oicialmente, han sido cuestionados en muchos países por los es distinto del que se lle(a a cabo en los departamentos de literatu-
deensores de las historias de las minorías. &as críticas postmo- ra ' de len!ua in!lesa.
dérnas de las !"rand narrati#es! se han utilizado como ar!umentos &a historia es una materia que se preocupa principalmente
en el proceso para sostener que la naci+n no puede tener eclusi-  por la abricaci+n de narrati(as. &a corriente principal del discur-
(amente una narrati(a estandarizada, que la naci+n siempre es un so hist+rico puede absorber cualquier relato del pasado ' enri-
resultado contin!ente de muchas narrati(as enrentadas. &as his- quecerla cuando dos pre!untas se responden airmati(amente Kla
torias de las minorías epresan, en parte, la lucha por la inclusi+n historia es relatada o construidaL ' Kpermite el relato un punto de
' la representaci+n que son características de las democracias libe- (ista o posici+n racionalmente justiicable desde la cual se cuenteL
rales ' representati(as. &a primera pre!unta, esa de abricar un relato, es lo que ha enrique-
i se consideran de esta manera, "las historias de las mino- cido a la disciplina desde hace mucho tiempo ' ha puesto a prueba
rías" son de oposici+n casi desde el principio de su carrera cuando la habilidad de los historiadores para ser ima!inati(os ' creati(os,
son ecluidas de las narrati(as hist+ricas dominantes. Aan pronto tanto en su in(esti!aci+n como en sus estrate!ias narrati(as. KGomo
como est*n "dentro", la posici+n de oposici+n aparece como si se se escriben las historias de los !rupos oprimidosL K)+mo se cons-
(ol(iera redundante Bo su prolon!aci+n podría (erse como un si!- tru'e la narrati(a de un !rupo o clase que no ha dejado sus
no de in!ratitud o hasta de mal !ustoC. Dniciadas como una orma  propias uentesL stos cuestionamientos son los que, a menudo,
de oposici+n, las "historias de las minorías" pueden ser ejemplos estimulan inno(aciones en las pr*cticas de los historiadores.
a2adidos de la "buena historia". )omo dice ric EobsbaFm en un Aambién tiene importancia undamental el hecho de que la
artículo reciente "...la mala historia no es una historia inoensi(a.  posici+n del autor sea justiicable por medio de la raz+n. l relato
s peli!rosa".: &as "buenas historias", por otro lado, tienen por  debe ser aceptable en un marco deinido de comprensi+n de aque-
deber ampliar nuestra (isi+n ' hacer que el asunto relati(o a la llo en lo cual residiría la plausibilidad. &a posici+n del autor pue-
historia sea representati(o de la sociedad en su conjunto. @no puede de relejar una ideolo!ía, una elecci+n moral, una ilosoía política,
hacer pre!untas le!ítimamente oucaultianas sobre quién tiene  pero las alternati(as aquí no son ilimitadas. &a narrati(a de un lo-
autoridad para deinir qué es la "buena" historia o qué relaciones co no es historia. >i tampoco una simple ocurrencia personal o
de poder ' de saber est*n contenidas en esas deiniciones, pero arbitraria 1al!o basado en el puro !usto1 puede proporcionar-
dejémoslas de lado, por el momento. nos principios racionales aceptables para la narraci+n Bquiz* po-
&a transormaci+n de las historias de las minorías, conside- dría ser un relato literario pero no como historiaC. &a in(ersi+n de
radas antes como de oposici+n, en "buenas" historias ilustra la or- cierto tipo de racionalidad en una comprensi+n de lo "real" si!ni-
ma en que opera el mecanismo de incorporaci+n en la disciplina ica que las eclusiones de la historia, de la disciplina, son, en 3lti-
de la historia. l proceso de ormaci+n del .canon en los pro!ra- mo término, epistemol+!icas.
mas de estudios hist+ricos en las uni(ersidades an!lo-americanas Mrezco dos ejemplos para mostrar que, en la medida en que
estas dos pre!untas 1 Kpuede ser relatada la historiaL ' Kpermite
una posici+n racionalmente justiicable en la (ida p3blica, desde

&a relaci+n entre hacer memoria ' la política de la identidad recibe una atenci+n la cual se relate la historiaL1 se respondan airmati(amente, la
cuidadosa en 4lian e!ill, "Eistor', Ddentit', emor'" Ben prensaC. disciplina no tiene problemas serios para incorporar o incluso (ol-
:
ric EobsbaFm, "Ddentit' histor' is not enou!h" en su $n History, >ue(a Hor<, (er central para ella lo que una (ez tu(o una posici+n mar!inal o
Ahe >eF ress, $$I, p. :II. &os lectores de EobsbaFm en el sur de 4sia podrían
encontrar cierta ironía en el hecho de que incluso la "buena" historia pueda ser  minoritaria. l primer caso es aquel de la historia brit*nica maris-
"peli!rosa" Bsi nos quedamos con esas palabrasC. l imperialismo brit*nico en la a / social-democr*tica o de la así llamada "historia desde abajo".
Dndia 1' el imperialismo europeo moderno en muchas otras partes del mundo1  4nalicemos los resultados propiciados por la incorporaci+n
utiliz+ la "historia", o las pr*cticas de la disciplina, conorme ueron emer!iendo de los pasados de !rupos de ma'orías secundarias tales como las
$0 / ;ipesh )ha<rabart'  Historias de las minorías, pasados subalternos % ()

historia 'a no ha sido la misma desde que un Ahompson o un te justiicable en la (ida p3blica, desde la cual se concibe incluso
EobsbaFm tomaron su pluma para hacer que las clases trabajado- una narrati(a de (oces m3ltiples.
ras aparecieran como los actores centrales en la sociedad, o desde i las "historias de las minorías" lle!an al etremo de cues-
el momento en que las historiadoras eministas nos hicieron des- tionar la idea misma del hecho o de la e(idencia, entonces, las au-
cubrir la importancia undamental de las relaciones de !énero ' toras pre!untan, Kc+mo podría hallarse la orma de emitir juicios
de las contribuciones de las mujeres a los procesos sociales. 4sí, la relacionados con demandas que se contraponen en la (ida p3bli-
 pre!unta de si esa incorporaci+n cambia o no la naturaleza misma caL K&a ausencia de un cierto acuerdo mínimo entre lo que consti-
del discurso hist+rico se responde sencillamente "por supuesto tu'e un hecho ' una e(idencia no ra!mentaría de manera seria
que la cambia". ero la respuesta a la pre!unta Kesa incorporaci+n los poderes en stados @nidos ' no perjudicaría, simult*neamen-
lle(+ a la disciplina a una cierta clase de crisisL tendría que ser >o. te, la capacidad de la naci+n para uncionar como un todoL ;é
Relatar la historia de un !rupo que hasta ahora no se había estu- aquí que las autoras recomienden una idea pra!m*tica de "(erda-
diado, resol(er los problemas para crear dicha narrati(a 1parti- des actibles", basadas en el entendimiento racional compartido
cularmente bajo circunstancias en las cuales no eisten los archi- de los hechos ' la e(idencia hist+rica.
(os acostumbrados1 es como la disciplina de la historia puede ara que una naci+n uncione de manera eecti(a, incluso
reno(arse ' sostenerse a sí misma. cuando se abstiene de rei(indicar una "rand narrati#e superior '
sta inclusi+n apela al sentido de democracia que impele a la sobreabarcadora, estas (erdades deben sostenerse para que los !ru -
disciplina hacia auera de su centro. stas dos condiciones de la es-  pos e instituciones puedan emitir juicios acerca de relatos/inter-
critura de la historia se hallan en la tradici+n de la "historia desde  pretaciones contradictorias. uchos historiadores, independien-
abajo" los relatos se contaban siempre ' cuando se uera creati(o temente de sus amarres ideol+!icos, muestran un consenso notable
en la in(esti!aci+n ' desde una perspecti(a Bliberal o maristaC de opini+n cuando se trata de deender los (ínculos metodol+!i-
racionalmente justiicable en la (ida p3blica. cos de la historia con un cierto entendimiento de la racionalidad,
n la discusi+n acerca del postmodernismo, en el libro Tellin"  l reciente libro de Geor! D!!ers sobre la historio!raía del si!lo JJ
t&e Trut& about History,' se ha comentado la idea de que las narrati- enatiza la in(ersi+n de la disciplina en la "racionalidad"
(as hist+ricas requieren una in(ersi+n mínima de racionalidad. l
tema de la relaci+n entre las historias de las minorías ' la democra- eter >o(ic<, en mi opini+n, ha airmado correctamente que la ob-
cia de la post!uerra es el eje-central de dicho libro, cu'as autoras  jeti(idad es inalcanzable en la historiaS a lo 3nico que puede aspirar 
son tres de las principales historiadoras eministas de stados el historiador es a la plausibilidad. ero la plausibilidad no est* ob-
@nidos. n la medida en que las autoras reconocen el postmoder- (iamente en la in(enci+n arbitraria de un relato hist+rico, sino que
nismo como al!o que permite narrati(as m3ltiples 1la posibili- entra2a estrate!ias racionales para determinar qué resulta de hecho
dad de muchas narrati(as ' m3ltiples ormas de crearlas1 acep-  plausible...P
tan, de buen !rado, la inluencia de esta corriente ', así, ellas mismas
se alinean en la causa democr*tica de las historias de las minorías. EobsbaFm hace eco de sentimientos no mu' distintos a aque-
ero, el libro re!istra un ma'or !rado de conusi+n cuando halla llos epresados por 4ppleb' ' sus cole!as
ar!umentos que, en eecto, utilizan la idea de la multiplicidad de
narrati(as para cuestionar cualquier idea de (erdad o de los he- &a moda de lo que Bal menos en el discurso académico an!losaj+nC
chos en sí. 4quí se cuestiona la idea de una posici+n racionalmen- se conoce con el impreciso término de "postmodernismo" aortu-
#
 7o'ce 4ppleb', &'nn Eunt ' ar!aret 7acob, Tellin" t&e Tnit& about History, >ue(a P
 )/ G. D!!ers, Historio"rap&y in t&e T*entiet& +entury: From Sdentiic $bjecti#ity io
Hor<, N. N. >orton O )ompan', $$P. n espa2ol &a #erdad sobre la &istoria, tr. t&e Poslmodem +&allen"e, Eano(er ' &ondres, Nesle'an @ni(ersit' ress, $$I, p.
$: / ;ipesh )ha<rabart' que el dominante, pero la historia de uno podría ser caliicada to-
da(ía como una "historia menor/minoritaria".
9
 EobsbaFm, op- di-, p. :I.

nadamente no ha !anado tanto terreno entre los historiadores como


entre los te+ricos literarios ' culturales ' entre los antrop+lo!os so-
ciales, incluso en stados @nidos.... =el "postmodernismo"? arroja
dudas sobre la distinci+n entre el hecho ' la icci+n, la realidad ob-
 jeti(a ' el discurso conceptual. s proundamente relati(ista.9

&o que estos historiadores consideran como una resistencia


 postmoderna a la idea de la calidad del hecho en sí no satisace
 pues la condici+n de racionalidad para incorporar otras narrati(as
a la disciplina de la historia.
in embar!o, Tellin" t&e Trut& bout History es importante para
demostrar que las dos pre!untas acerca de la creaci+n de las narra-
ti(as hist+ricas ' sus relaciones con la (ida p3blica son a3n perti-
nentes. ientras se cumplan las dos condiciones, las "historias de
las minorías" pueden modiicar el discurso de la disciplina sin lle-
(ar a la pr*ctica nin!3n principio de la re(oluci+n permanente.
&as "historias de las minorías", si se incorporan de manera eitosa,
son como los re(olucionarios de a'er, se con(ierten en los caballe-
ros de ho'. u éito a'uda a hacer rutinaria la inno(aci+n.
 >o obstante, el debate en torno a las "historias de las mino-
rías" permite otra interpretaci+n del término "minoría". inoría '
ma'oría no son, después de todo, entidades naturalesS son cons-
trucciones. &os si!niicados comunes de las palabras "ma'oría" '
"minoría" son estadísticos. ero los campos sem*nticos de las pa-
labras contienen otra idea la de ser una i!ura "menor" o "ma'or"
en un conteto determinado. or ejemplo los europeos, hablando
numéricamente, son una minoría si se considera el total de la hu-
manidad ho', ' lo han sido por mucho tiempoS sin embar!o, en el
si!lo JDJ, su colonialismo estaba basado en ciertas ideas acerca de
ser "ma'or" o "menor" la idea de que sus historias eran las que
contenían la ma'oría de instancias de normas a las que cualquier
otra sociedad humana debía aspirar o que, comparados con ellos,
 Historias de las min orías, pasados suba lternos % $#

l problema de las "historias de las minorías" lle(a a la in-


terro!ante de qué puede entenderse por "menor/minoría" de al-
!unos pasados particularesS por las construcciones ' eperiencias
del pasado que a3n tienen una posici+n "menor", en el sentido de
que su misma incorporaci+n en las narrati(as hist+ricas las con-
(ierte en pasados "de menor importancia" rente a la comprensi+n
dominante de lo que constitu'e el hecho ' la e(idencia B' por lo
tanto rente al mismo principio de racionalidad sub'acenteC en las
 pr*cticas de la historia proesional. ;ichos pasados "menores" son
esas eperiencias del pasado a las que siempre debe asi!n*rseles una
 posici+n "inerior" o "mar!inal" cuando se traducen al len!uaje
del historiador, es decir, cuando se trasladan al mundo e-
noménico que habita el historiador 1como historiador o historia-
dora, de acuerdo con su capacidad proesional. Tstos son pasados
que son tratados por el a!ente hist+rico, para utilizar la epresi+n
de 5ant en su ensa'o "Nhat is nli!htenmentL", como instancias de
"inmadurez", pasados que no nos preparan ni para la democracia
ni para las pr*cticas ciudadanas al no estar basados en el desplie!ue
de la raz+n en la (ida p3blica.6
;éjenme llamar a estas historias pasados subordinados o
"subalternos". st*n mar!inados no porque al!uien consciente-
mente intente mar!inarlos, sino porque representan momentos o
 puntos en los que el mismo archi(o, ese que escarba el historiador 
de un !rupo Bmar!inadoC para poder relacionar la historia de ese
!rupo con una narrati(a m*s amplia Bde clase, o de naci+n entre
otrasC, desarrolla un !rado de intratabilidad con respecto a los ob-
 jeti(os mismos de la historia proesional. n otras palabras, éstos
son pasados que resisten la historizaci+n al i!ual que debe haber 
momentos en la in(esti!aci+n etno!r*ica que se resisten al queha-
cer de la etno!raía.I
&os "pasados subalternos", en el sentido que 'o le do' al tér-
mino, no pertenecen eclusi(amente a !rupos socialmente subor-
dinados o subalternos, ni tampoco s+lo a identidades de "mino-
rías". &os !rupos de élite ' dominantes también pueden tener 
6
Dmmanuel 5ant, "4n ansFer to the question Fhat is enli!htenmentL", I8P, en
Dmmanuel 5ant, Perpetual Peace and $t&er .ssays, tr. Aed Eumphre', Dndianapolis,
Eac<ett.ublishin! )ompan' Dnc., $8#, pp. P-P8.

@na airmaci+n hasta cierto punto similar 1con al!unas dierencias1 se hace en
$P / ;ipesh )ha<rabart'  Hist Historias de las min orías, pasados suba lternos % $9

 pasados subalternos, en la medida en que participan en mundos de (ida to del historiador de lle(ar las historias de las clases subalternas a
subordinados. )omo historiador, sin embar!o, 'o ar!umento desde una la corriente principal del discurso de la historia de la Dndia. &a pa-
instancia particular de los "pasados subalternos". i ejemplo pro(iene de radoja consiste en esto. l objeti(o principal del ensa'o de Guha es
Subaltern Studies, el !rupo con el que esto' asociado, ' de un ensa'o del utilizar la rebeli+n antal de 899 para hacer de la conciencia D
undador del !rupo, Ranajit Guha. ;esde el momento en que Guha ' el insur!encia campesina el sostén m*s importante de la narrati(a
!rupo han sido mis maestros en muchos sentidos, orezco mis de la rebeli+n. &as palabras que utiliza Guha capturan el espíritu de
obser(aciones no con un espíritu hostil de crítica sino con un espíritu de los primeros (ol3menes de Subaltern Studies:
autoeamenS mi objeti(o es entender qué hace la "historizaci+n" del
 pasado ' qué no hace. )on esta ad(ertencia, permítanme ahora citar  )on todo, esta conciencia Bla conciencia de los campesinos rebel-
al!3n ejemplo. desC parece haber recibido mu' poca atenci+n en la literatura sobre
Subaltern Studies, como es bien sabido, es una serie de publicaciones el tema. &a historio!raía se ha conormado con tratar al
sobre la historia de la Dndia que se inici+ bajo la direcci+n editorial !eneral de campesino rebelde meramente como una persona empírica o
Ranajit Guha, a principios de la década de $80. u objeti(o eplícito era como un miembro de una clase, pero no como una entidad cu'a
inscribir a las clases subalternas en la historia del nacionalismo ' de la (oluntad ' raz+n constitu'+ la prais denominada rebeli+n... la
naci+n ' combatir cualquier clase de ses!o elitista en la escritura de la insur!encia es (ista como e1terna a la conciencia el campesino ' la
historia. Eacer de los subalternos el sujeto soberano de la historia, colocarlos )ausa aparece como un antasma que sustitu'e a la Raz+n, la
como a!entes en el proceso de la historia, escuchar sus (oces, retomar sus l+!ica de esa conciencia."
eperiencias ' releiones B' no s+lo sus circunstancias materialesC de una &a rase crítica aquí es "la l+!ica de esa conciencia", la cual
manera seria 1éstos eran los objeti(os que, de manera deliberada ' p3blica, marca la distancia que ha de tomar Guha, como historiador, del
nos habíamos impuesto a nosotros mismos. &as ambiciones intelectuales objeto de su estudio que es esta conciencia misma. 4l se!uir la his-
ori!inales ' el deseo de lle(arlas a cabo eran políticos, en el sentido de toria de la rebeli+n antal de 899 1los santales, un !rupo "tribal"
que estaban relacionados con la interpretaci+n moderna de la (ida p3blica que habita etensas zonas de lo que ho' es en!ala ' ihar1 Guha,
democr*ticaS no necesariamente pro(enían de las (idas de las clases de manera no sorprendente, se halla airmaciones de los líderes
subalternas mismas, aunque uno de nuestros objeti(os, como en la tradici+n campesinos que eplican la rebeli+n en términos "sobrenaturales",
 brit*nica de la "historia desde abajo", era incar nuestro propio ser político ' como un acto lle(ado a cabo a instancias del dios santal "Aha<ur".
nuestras instituciones en la historia. ero, al mirar hacia atr*s, (eo el pro- Guha mismo diri!e nuestra atenci+n hacia la e(idencia ' subra'a
 blema de los "pasados subalternos" acosando la empresa de los Subaltern lo importante que era esta interpretaci+n para los rebeldes. 4l citar 
Studies desde el inicio de hecho podría ar!umentarse que lo que dierencia al las airmaciones hechas por los líderes de la rebeli+n, idhu ' 5anu,
 pro'ecto de los Subaltern Studies de las (iejas tradiciones de la "historia a los interro!adores militares en las que eplicaban sus propias
desde abajo" es la conciencia autocrítica del problema, en los escritos de acciones como deri(adas de instrucciones que habían recibido de
los historiadores asociados con este !rupo. su dios BAha<urC, quien también les había ase!urado que las balas
plicaré esto con la a'uda del brillante ensa'o de Ranajit Guha, que ha  brit*nicas no liarían nin!3n da2o a los rebeldes de(otos, Guha tie-
sido justamente celebrado "Ahe rose o )ounter-Dnsur!enc'", publicado en ne mucho cuidado en e(itar cualquier lectura instrumental o elitista
uno de los primeros (ol3menes de ubaltern tudies ' considerado de estas airmaciones. Tl escribe
actualmente como un cl*sico del !énero. e parece que cierta paradoja
 permea en el ejercicio mismo que Guha emprende eh este ensa'o, como Tstos no eran pronunciamientos p3blicos con la intenci+n de im-
resultado del inten-  presionar a sus se!uidores... éstas eran las palabras de cauti(os jus-

 Ranajit Guha, "Ahe prose o counter-insur!enc'", en Ranajit Guha ' Ga'atri


$6 / ;ipesh )ha<rabart'
 Historias de las minorías, asados subalternos % $I
to antes de su ejecuci+n. ;iri!idas a interro!adores hostiles en cam-
 pos militares , no podían ser de !ran utilidad como propa!anda.
miento a un mandato di(ino m*s que a cualquier a!ra(io particu-
ronunciadas por hombres de una tribu que, se!3n todas las (er -
larS la realizaci+n de rituales tanto antes 2#"r- ceremonias epiatorias,
siones, no habían aprendido toda(ía a mentir, estas palabras repre-  para pre(enir el 4pocalipsis de las erpientes rimiti(as...C ' du-
sentaban la (erdad ' nada m*s que la (erdad para aquellos que las
rante el le(antamiento Badoraci+n de la diosa ;ur!a, ba2arse en el
 pronunciaron.$
Gan!es, etcéteraCS la !eneraci+n ' circulaci+n del mito es su (ehícu-
lo característico el rumor... 0
n el an*lisis de Guha est* latente un problema inherente al
 pro'ecto Subaltern Studies que es palpable aquí. u rase "l+!ica de 4 pesar del deseo de escuchar la (oz del rebelde con serie-
una conciencia" o su idea de una (erdad que es s+lo "(erdad para dad, Guha no puede tomarla con suiciente seriedad, porque no
aquellos que las pronunciaron Blas palabrasC" son actos, como he ha' nin!3n principio en un "acontecimiento", que inclu'a lo di(i-
dicho, que resultan de tomar una distancia crítica de lo que él trata no o lo sobrenatural, que pueda orecemos una estrate!ia narrati-
de entender. i se analiza en un sentido literal, la airmaci+n del (a racionalmente justiicable en lo que constitu'e la (ida p3blica,
campesino rebelde muestra al subalterno rechazando su papel de como se entiende en la modernidad. &a interpretaci+n de los mis-
a!ente, o su capacidad de ser sujeto en la acci+n. "Ho me rebelé", mos santales no sir(e directamente a la causa de la democracia o
dice, "porque Aha<ur hizo su aparici+n ' me dijo que me rebela- de la ciudadanía o del socialismo necesita ser reinterpretada. (i-
ra". )omo lo reporta el escriba colonial "5anoo ' edoo anjee dentemente, en la narrati(a de los rebeldes, el 4contecimiento Bla
no est*n luchando. l Ahacoor es el que luchar*". e!3n sus pro- rebeli+nC no era secularS en nuestro len!uaje, inclu'+ lo sobrenatu-
 pias palabras, el subalterno no es necesariamente el sujeto de su ral. &o sobrenatural era parte de lo que constituía la (ida p3blica
historia, pero en la de los Subaltern Studies o en cualquier otra his-  para los santales no modernos del si!lo JDJ. sto, sin embar!o, sen-
toria con una perspecti(a democr*tica, sí lo es. KUué si!niica en- cillamente no puede ser el pasado en el len!uaje de la historia pro-
tonces cuando ambos tomamos los puntos de (ista del subalterno esional en el cual la idea de la e(idencia hist+rica, como aceptada
con seriedad 1éste le adscribe la acci+n de la rebeli+n a al!3n en un tribunal, no puede atribuirle a lo sobrenatural nin!una clase
dios1 ' nosotros queremos conerirle a su acci+n, o a su capaci- de uerza de a!ente ecepto como parte de lo no racional Bes decir,
dad de ser sujeto en su propia historia, un estatuto que la airma- del sistema de creencias dé al!uienC. l te+lo!o ' hermeneuta pro-
ci+n del subalterno mismo nie!aL testante Rudol ultmann ha escrito sobre este problema de mane-
&a estrate!ia de Guha para tratar este dilema se desarrolla de ra mu' iluminadora. "l método hist+rico", dice ultmann, "in-
la si!uiente manera, u primera ju!ada, en contra de la historio- clu'e la presuposici+n de que la historia es una unidad, en el sentido
!raía liberal o marista, es resistir los an*lisis que perciben a la de un continuum cerrado de eectos en el que los acontecimientos
reli!i+n simplemente como la epresi+n no racional de una enti-  particulares est*n relacionados por la sucesi+n dé causa ' eecto".
dad no reli!iosa, secular ' racional, 'a sea una relaci+n Bclase, po- )on esto, ultmann no reduce las ciencias hist+ricas a una com-
der, economía, etcéteraC o una conciencia  prensi+n mec*nica del mundo. H matiza su airmaci+n al a2adir
&a reli!iosidad ue, a decir de todos, central para la &ool Brebeli+nC.
sto no si!niica que el proceso de la historia esté determinado por 
&a noci+n de poder que la inspir+... =era? eplícitamente de car*cter 
la le' de la causalidad ' que no ha'a decisiones libres de los hom-
reli!ioso. H no es que el poder uera un contenido en(uelto en una
 bres cu'as acciones determinen el curso de los acontecimientos his-
orma etema llamada reli!i+n... ;e ahí la atribuci+n del le(anta-
t+ricos. ero incluso una decisi+n libre no sucede sin una causa, sin
un moti(oS ' la labor del historiador es conocer los moti(os de la
$8 / ;ipesh )ha<rabart'  Historias d e 5as minor ías, pasados su balternos % $$

sus consecuenciasS ' el método hist+rico presupone que es posible,  peto sus cree ncias pero no l as comparto" 1 ' de un sentido de
en principio, ehibirlos como tales ' con sus coneiones ' así enten- rustraci+n marista Bo modernoC por la intrusi+n de lo sobrenatu-
der el proceso hist+rico completo como una unidad cerrada. ral en la (ida p3blica. "=?n suma", escribe, "no es posible hablar
de insur!encia en este caso ecepto como una conciencia reli!io-
4quí, ultmann lle!a a una conclusi+n que nos permite ad- sa", ', sin embar!o, se apresura a a2adir
(ertir la brecha que debe separar el conjunto de principios que em-
 plea el historiador para eplicar la rebeli+n santal, del conjunto de es decir, ecepto como una demostraci+n masi(a de un autoe-
 principios que podrían utilizar los mismos santales Bincluso des- tra2amiento Bpara tomar prestado el término que utiliza ar para
 pués de aceptar que al!unos de ellos podrían ser compartidos por  la esencia misma de la reli!iosidadC que hizo que el rebelde con-
ambosC. &a conclusi+n de ultmann, que es mu' pertinente para siderara su pro'ecto como basado en una (oluntad distinta de la
nuestra discusi+n de los "pasados subalternos", dice lo si!uiente  propia..:
sta cerraz+n Bla presupuesta "unidad cerrada" del proceso hist+rico 4quí tenemos un caso de lo que he llamado "pasados subal-
 1;)C si!niica que el continuum de los acontecimientos hist+ricos ternos", pasados que nunca pueden entrar a la historia como parte
no puede romperse por la intererencia de poderes sobrenaturales, de la posici+n propia del historiador. Eo' en día uno puede recu-
trascendentales ', por tanto, no ha' un "mila!ro" de la palabra en rrir a estrate!ias de historias de (oces m3ltiples en las que escu-
este sentido. Aal mila!ro serla un acontecimiento cu'a causa no chamos (oces subalternas de manera m*s clara de la que nosotros
estaría dentro de la historia. or ejemplo, mientras que la narrati(a V o Guha las escuch*bamos en la ase inicial de los Subaltern Studies,
del 4nti!uo Aestamento habla de la intererencia de ;ios en la his- @no incluso puede abstenerse de asimilar estas distintas (oces en
toria, 7a ciencia hist+rica no puede demostrar dicho acto de ;ios, una sola ' de manera deliberada dejar cabos sueltos en la narrati-
simplemente percibe que ha' quienes creen en ello. in duda, como (a Bcomo lo hace hahid 4min en su libro .#ents, 6emory, 6e7
ciencia hist+rica, no puede airmar que dicha e es una ilusi+n ' que tap&or8-# ero el punto es que el historiador, como historiador o
;ios no ha actuado en la historia. 4unque ella misma, como ciencia, historiadora ' a dierencia de los santales, no puede in(ocar lo so-
no puede percibir dicho acto ' sacar conclusiones a partir de esas  brenatural para eplicar o describir un acontecimiento.
 basesS s+lo deja al hombre en la libertad de determinar si quiere (er  n otras palabras, el acto de abo!ar por las "historias de las
un acto de ;ios en un acontecimiento hist+rico que ella misma en - minorías" ha resultado, en muchos casos, en descubrimientos de
tiende solamente en términos de las causas hist+ricas inmanentes a  pasados subalternos, en construcciones de historici dad que nos
contecimiento. a'udan a conocer los límites del modo de (er que se epresa en las
 pr*cticas de la disciplina de la historia. Kor quéL orque la disci-
 plina de la historia 1como lo han ar!umentado muchos Bdesde
*sicamente, la airmaci+n de los santales de que ;ios ue el Gre! ;enin! hasta ;a(id )ohén en tiempos recientesC 1 es s+lo
 principal insti!ador de la rebeli+n tiene que ser antropolo!izada una orma particular de recordar el pasado. s una entre muchas
Bes decir, con(ertirse en la creencia de al!uien o hacerse objeto de otras.P &a resistencia que orece la "e(idencia hist+rica" en el en-
un an*lisis antropol+!icoC antes de que encuentre un lu!ar en la
narrati(a del historiador. &a posici+n adoptada por Guha, respec- :
Guha, op. cit-,p- I8.
to a O interpretaci+n que los santales hacen del acontecimiento, se #
l libro de hahid 4min, .#ents, 6emory, 6et&ap&or, er<ele', @ni(ersit' o 
(uel(e una combinaci+n de la cortesía del antrop+lo!o 1"Ho res- )aliornia, $$9, ilustra de manera ecelente las proposiciones hechas en este ensa-
'o ' muestra una apreciaci+n autoconsciente de los problemas de traducir la (oz

del subalterno en un pro'ecto político moderno Bsin dejar de lado la intenci+n so-
 Rudol ultmann, "Ds ee!esis Fithout presupposilions possibleL", en 5urt cialmente necesaria de traducirC. 
ueller-Wbllmer Beds.C/ T&e Hermeneutics 0eader: Te1is ot&e Germ3n Tradition rom )9
Wéase el ensa'o de Gre! ;enin!, "Ahe poetics o histor'", en Gre! ;enin!,
lite .nli"&tenment lo 4&e Present,  >eF Hor<, )ontinuum, $89, p. :PP.
00 / ;ipesh )ha<rabart'  Historias de las minorías, pasados subalternos / 0

al!una (ez 1di!amos, en los a2os sesenta1 estu(o representado


Bpor lo menos en las uni(ersidades an!lo-americanasC por los cur-
sos de "teoría" o "métodos" que impartían habitualmente )ollin!-
Food o )arr o loch como materias centrales para los historiado-
res. &o que no si!niica necesariamente una anarquía metodol+!ica
Baunque al!unos puedan sentirse lo suicientemente inse!uros para
temerlaC o que )ollin!Food et al- se ha'an (uelto irrele(antes, pero
sí maniiesta que la pre!unta de .E. )arr "KUué es la EistoriaL"
necesita plantearse de nue(o en nuestra época.
sa'o de Guha a la lectura que el historiador hace del pasado 1un &a presi+n del pluralismo, inherente en las len!uas ' en las
dios santal, Aha<ur, se sit3a entre el historiador democr*tico-mar- decisiones de las "historias dé las minorías", ha resultado un cues-
ista ' los santales para decidir quién es el sujeto de la historia1  tionamiento metodol+!ico ' epistemol+!ico acerca de lo que es
es lo que produce pasados "menores" o "subalternos"-en el proceso realmente la escritura de la historia. +lo el uturo nos podr* decir 
mismo de la creaci+n de las narrati(as hist+ricas modernas. c+mo se resol(er*n estas cuestiones pero al!o sí resulta e(idente
&os pasados subalternos son como nudos cerrados que sur- la necesidad de incluir a las "minorías" en la historia de la naci+n
!en ' rompen la tetura lisa ' pareja del tejido. ntre la insistencia ha resultado ser un problema m*s complejo que la simple opera-
del historiador de los Subaltern Studies de que los santales son los ci+n de aplicar al!unos métodos establecidos a una nue(a serie de
a!entes o sujetos de su propia acci+n ' la de los santales de que le archi(os ' de incorporar los resultados al saber colecti(o de la
deben a su dios Aha<ur esa soberanía, ha' un (acío que separa dos historio!raía. l acercamiento al saber, como si se tratara de un
eperiencias radicalmente dierentes de historicidad. ste (acío no "ediicio de bloques" que (a constru'éndose poco a poco, se ha
 puede llenarse por un ejercicio que con(ierta la airmaci+n de los desmoronado. &a pre!unta que si!ue abierta ahora es Kha' epe-
santales en e(idencia para la antropolo!ía, por m*s entendible que riencias del pasado que los métodos de la disciplina no pueden
 parezca, desde el punto de (ista del historiador. )uando hacemos capturar o que al menos muestran los límites de la disciplinaL &os
"historias de las minorías" en el pro'ecto democr*tico de incluir a temores de que este tipo de cuestionamientos conduzcan a un brote
todos los !rupos ' a todos los pueblos dentro de la corriente prin- de irracionalismo, de que una especie de locura postmoderna se
cipal de la historia, escuchamos ' después antropolo!izamos a los  propa!ue como una peste a tra(és de toda Eistorilandia, parecen
santales. Aratamos sus creencias tan s+lo como eso, "sus creencias". etremosS la disciplina toda(ía est* atada irmemente a los impul-
 >o podemos escribir historia desde dentro de esas creencias. n sos positi(istas de las burocracias modernas, judiciales ' a los ins-
tal caso producimos historias "buenas", no sub(ersi(as. &os histo- trumentos de la !obernabilidad.6 i las "historias de las minorías"
riadores de las islas del acíico, de muchos pueblos de Xrica, de tratan de insertar en el jue!o de la justicia social a esas identidades
 pueblos indí!enas en todo el mundo nos han recordado que las así que hasta ahora no se han tomado en cuenta, deben ser historias
llamadas sociedades "sin historias" 1objeto del desprecio de los  buenas ' no sub(ersi(as, porque la historia aquí habla de ormas
il+soos de la historia europeos, durante el si!lo JDJ1 no pueden
ser consideradas sociedades sin memorias. llos recuerdan sus
 pasados de manera dierente de la orma en que recordamos el
 pasado en los departamentos de historia. Kor qué debe uno pri(i-
le!iar las ormas en que la disciplina de la historia autoriza su co-
nocimientoL Tsta no es una pre!unta ret+rica. s una pre!unta que,
 Perormances, )hica!o, @ni(ersit' o )hica!o, $$9S ' ;a(id )ohén, T&e +ombin"  6
 EobsbaFm orece aquí una e(idencia in(oluntaria de los uertes (ínculos de la
o History, )hica!o, @ni(ersit' o )hica!o, $$P. l ensa'o de 4shis >and', "Eistor'Ys historia con la le' ' otros instrumentos del !obierno. scribe "... los procedimien-
or!otten doubles", History and T&eory, #P,$$9, hace proposiciones comparables. tos del tribunal, que insisten en la supremacía de la e(idencia tanto como los in(es-
9
 n los trabajos de muchos historiadores es cada (ez m*s (isible la creciente sen- ti!adores de la historia ', a menudo, en una orma mu' parecida, demuestran que
sibilidad a los pasados alternati(os mi lista mu' personal ' aleatoria incluiría a la dierencia entre el hecho hist+rico ' la alsedad no es ideol+!ica.... )uando una
5laus >euman, tephen uec<e, )hristopher Eeal', atricia &imeric<, Wina' &al,  persona inocente es arrestada por asesinato ' desea probar su inocencia, lo que se
4ja' <aria, aurabj ;ube, umanthi RamasFam', 7ain ac )alman, )arol'n requiere no son las técnicas de los te+ricos YpostmodernosY, sino del historiador 
Eamilton, entre otros.  pasado de moda". EobsbaFm, op- di-, p. :I:.
 Historias de las minorías, pasados subalternos % )='

sotros deinimos como nuestro presenteL K&os santales nos a'u-


0: / ;ipesh )ha<rabart' dan a entender, en ciertas circunstancias, un principio que era im-
 portante para nuestras (idasL sta pre!unta no historiza ni tam-
de una democracia representati(a ' de una justicia social que el  poco antropolo!iza a los santales, porque el poder ilustrati(o de
liberalismo o el marismo 1cada uno a su manera1 'a nos han los santales, como ejemplo de una posibilidad presente, no depen-
hecho amiliares. de de un periodo o de una sociedad particular de la cual se etrae la
&as "historias de las minorías" pueden hacer incluso m*sS la ilustraci+n. n esta orma de intelecci+n los santales se ubican
labor de producir historias de las "minorías" se ha con(ertido en como nuestros contempor*neos ' la relaci+n sujeto-objeto, que nor-
una labor doble, precisamente debido a la presi+n por una deman- malmente deine la relaci+n del historiador o de la historiadora
da de democracia cada (ez ma'or. odría eplicarlo de esta mane- con sus archi(os, se disuel(e en tal actitud.
ra la "buena" historia de las minorías pretende etender las posi- ste !esto, como 'o lo concibo, es parecido al que desarroll+
 bilidades de la justicia social ' de la democracia representati(a, 5ier<e!aard en la crítica de las eplicaciones que consideraban el
 pero hablar acerca de los "límites de la historia" es hablar de lu- relato bíblico del sacriicio de 4braham de su hijo Dsaac, 'a sea
char, o incluso escudri2ar, tras ormas no estatalistas de democra- como di!no de una eplicaci+n hist+rica o psicol+!ica o como una
cia que toda(ía no podemos entender o (islumbrar en su totali- met*ora o ale!oría, pero nunca como una posibilidad de acci+n
dad. sto es así porque al estar atentos a la "menor-minoría" de abierta ho' en día al cre'ente. " K=?or qué molestarnos en recor-
los pasados subalternos, nos quedamos con hetero!eneidades, sin dar un pasado", pre!untaba 5ier<e!aard en relaci+n con esto, "que
hacer nin!3n esuerzo por reducirlas a nin!3n principio !eneral no puede con(ertirse en un presenteL" 8 Uuedarse con la hetero-
que hable en nombre de un todo 'a dado. >o eiste una tercera !eneidad del momento cuando el historiador se encuentra con el
(oz que asimile en sí misma las dos (oces distintas de Guha ' del santal, el campesino, es quedarse con la dierencia entre estos dos
líder santal, tenemos que quedarnos con ambas, ' con el (acío que !estos uno, el de historizar a los santales con el in de escribir una
eiste entre ellas, lo cual se2ala una pluralidad irreductible en nues- historia de la justicia social ' la democracia, ' el otro, el de recha-
tras propias eperiencias de historicidad. zar la historizaci+n ' considerar al santal m*s bien como una i!u-
;iré una o dos palabras m*s para eplicar la cuesti+n de la ra que ilumina una posibilidad para el presente. Wistos desde esta
hetero!eneidad como 'o la percibo. odemos tratar 1' lo hace- 3ltima perspecti(a, los santales nos ponen en contacto con las
mos !eneralmente al escribir la historia1 a los santales del si!lo hetero!eneidades, con las ormas de ser plurales, que constitu'en
JDJ con dosis de historicismo ' de antropolo!ía. odemos, en otras nuestro propio presente. 4sí, los archi(os nos a'udan a hacer (isi-
 palabras, tratarlos como un si!niicante de otros tiempos ' socie-  ble la naturaleza dislocada de nuestra propia época. Tsa es la un-
dades. ste !esto hace que la relaci+n sujeto-objeto entre el histo- ci+n de los pasados subalternos. @na necesaria penumbra de som-
riador ' su e(idencia se manten!a. n este !esto, el pasado est*  bra a la zona del pasado que el método de la historia ilumina de
a3n !enuinamente muerto el historiador o la historiadora lo (uel- manera eitosa, ellos hacen (isible de una (ez ' al mismo tiempo lo
(e "a la (ida" al contar el relato.I que la historizaci+n puede hacer ' cu*les son sus límites.
ero la airmaci+n de los santales "hice lo que mi dios me 4tender a esta hetero!eneidad podría tener muchas acetas.
dijo que hiciera" se nos presenta como una manera de estar en este 4hora, al!unos académicos trabajan los límites de la historia, con-
mundo, ' nos podríamos pre!untar también Kes esa manera de (ierten el pasado en icci+n, eperimentan para descubrir c+mo el
ser una posibilidad para nuestras propias (idas ' para lo que no- cine ' la historia pueden entrecruzarse en la nue(a disciplina de
los estudios culturalesS al estudiar también la memoria ' no s+lo la
I
 4shis >and' desarrolla una crítica de la disciplina de la historia en estas líneas.
Wéase su ensa'o, "Zrom outside the Dmperium", en su libro Traditions, Tyranny and   Wéase oren 5ier<e!aard, Fear and Tremblin": ;ialéctical <yricb by o&annes de Silentio, tr.
8

topia: .ssays in t&e Politics o *areness, ;elhi, Mord @ni(ersit' ress, $8IC, pp. 4lastair Eanna', EarmondsForth, en!uin oo<s, $89, p. 60.
PI-P8 ' mi discusi+n sobre este punto en "Ahe modern Dndian Dntellectual and
the problem o the past an en!a!ement Fith the thou!hts o 4shis >and'",
 .mer"ences, I/8, $$9-$$6, >3mero especial sobre >and', editado por Wina' &al,
 pp. 68-II.
0P / ;ipesh)ha<rabart' Eistorias de las minorías, pasados subalternos / 09
las rustraciones que le causaban a 4dornoC, las pr*cticas de la "su-
historia, jue!an con ormas de escritura ' otros medios similares.  perstici+n" que permean las (idas ' las acti(idades de los aicio-
@nos eperimentos son bien(enidos, pero el hecho de que eistan nados al deporte, por ejemplo 1pr*cticas que a (eces nos apena
 pasados subalternos, no asimilables por las narrati(as seculares del admitir en p3blico1, para no hablar de todas esas epresiones de
historiador, nos permite ad(ertir la compleja intelecci+n del tiempo reli!iosidad por medio de "cultos" que nunca han desaparecido,
 1tratado como in(isible en la ma'oría de los escritos de los lle!an a mostrar que todos, en principio, somos capaces de partici-
historiadores1 que debe sub'acer ', de hecho, hacer posible la  par en acontecimientos sobrenaturales ' del sentido del pasado
cronolo!ía secular de las narrati(as hist+ricas, la construcci+n de las que a'udan a crear.
relaciones entre el antes ' el después, sin las cuales no puede haber 
eplicaci+n hist+rica al!una.
&a airmaci+n eplícita de que los santales tenían un pasado en
el cual los acontecimientos podían pertenecer al orden de lo so-
 brenatural no aparece como al!o completamente ajeno a nuestra
 propia eperiencia no es al!o que pudiera parecer como el enun-
ciado de un marciano. Kor quéL orque el principio no nos es com-
 pletamente etra2o. Aenemos una comprensi+n cotidiana prete+rica de
eso precisamente porque lo sobrenatural o lo di(ino, como prin- cipios,
no han desaparecido de las pr*cticas de lo moderno. Nilhelm (on
Eumboldt insiste bien en ello en su discurso de 8: "Mn the Aas< o 
the Eistorian", pronunciado en la 4cademia de )iencias de erlín
)uando dos seres est*n separados por una brecha total, no ha' &os santales del si!lo JDJ 1' de hecho, si mi ar!umento es
 puente o interpretaci+n que pueda (incularlos para poderse correcto, los seres humanos de cualquier otro periodo o de cual-
comprender mutuamente, tienen que haberse 'a quier otra re!i+n1 son todos de una manera etra2a siempre nues-
comprendido mutuamente en otro sentido. $ tros contempor*neos ésa debía ser la condici+n que nos permiti-
ría tratarlos incluso como inteli!ibles para nosotros. 4sí, la escritura
 >osotros no somos i!uales a los santales del si!lo JDJ. @no de la historia debe asumir implícitamente una pluralidad de tiem-
no tiene que reducir a los santales del si!lo JDJ al enunciado que  pos que eisten juntos,una dis'unci+n del presente consi!o
aquí se cita. &os santales empíricos e hist+ricos también hubieran mis-
 podido tener otras relaciones con la modernidad dierentes a las mo. &o que los "pasados subalternos" nos permiten es hacer (isi-
que 'o he analizado. @no podría incluso asumir mu' *cilmente  ble esta dis'unci+n.
que los santales en la actualidad serían mu' distintos de lo que @n ar!umento como éste 'ace, precisamente, en el centro
ueron en el si!lo JDJ, que habrían (i(ido en unas circunstancias mismo de la historio!raía moderna. @no podría ar!umentar, por 
sociales mu' distintas. &os santales modernos habrían podido !o- ejemplo, que para uropa la escritura de la "historia medie(al"
zar de los beneicios de la educaci+n secular ' ormar a sus pro- depende de esta contemporaneidad asumida de lo medie(al, o lo
 pios historiadores proesionales. >adie puede ne!ar estos cambios que es lo mismo, de la no contemporaneidad del presente consi!o
hist+ricos, pero las columnas astrol+!icas en los diarios Ba pesar de mismo. &o medie(al en uropa a menudo est* proundamente
$
 Nilhelm (on Eumboldt, "Mn the Aas< o the Eistorian", en 5urt ueller-Wollmer  asociado con lo sobrenatural ' lo m*!ico. in embar!o, lo que
Bed.C, Ahe  Hermeneutic s 0eader, p. :. hace posible historizar lo medie(al es el hecho de que sus
características b*sicas no nos son completamente etra2as para
nosotros los modernos Blo que no nie!a los cambios hist+ricos que
se han realizadoC. &os historiadores de la uropa medie(al no
siempre plantean estas cuestiones de manera consciente o eplícita
ur<e hace un comentario relacionado con este tr*ico intelectual entre la uropa
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eter ur<e, "ditorial preace" de 4ron Gure(ich,  6edie #al P opula r
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::
+ulture: Problems o >elie and Perception , tr. 7anos . ac< ' aul 4. Zredric 7ameson, T&e Political nconscious: @arrati#e as a Socially Symbolic
Eollin!sForth, )ambrid!e, )ambrid!e @ni(ersit' ress, $$0, p. WDD.  ct , Dthaca, )ornell @ni(ersit' ress, $8, p. $.
:#
:
7acques &e Go Bed.C, T&e 6edie#al ?orld , tr. &'dia G. )ochrane, Wéase 7acques ;errida, Specters o 6ar1: T&e State o t&e ; ebt, t&e ?orA o
&ondres, )ollins O roFn &td., $$0, pp. :8-:$.  6ournin" B t&e @e* 4nternational , tr. e!!' 5amu, >ue(a Hor< ' &ondres,
Routled!e, $$P,
08 / ;ipesh )ha<rabart'  Historias de las minorías, pasados subalternos % 0$

sociales B' ha!o una distinci+n entre conocimiento ' pr*cticaC.:P )onnoll' lo acompa2+ a la puerta para despedirlo ' antes de dejar el
 >o es accidental que un marista nos ehorte a "siempre lu!ar, desde el port+n, Heats se (ol(i+ para pre!untarle con sere-
historizar", pues el hístorizar est* li!ado a la b3squeda de la justi- nidad "Kodría hacerle una pre!unta m*s, ra. )onnoll'L K@sted
cia en la (ida p3blica. Tsta es la raz+n por la cual uno recibe de cree en las hadasL" &a ra. )onnoll' ech+ la cabeza hacia atr*s '
 buen !rado las "historias de las minorías", 'a sea de !rupos étnicos, sonri+ ">o, r. Heats, por supuesto que no". Heats (acil+, se dio la
de acti(istas por los derechos de los homoseuales, o de las clases (uelta ' prosi!ui+ su camino por el sendero. ntonces escuch+ la
sociales subalternas. 4quí, la disciplina de la historia se enriquece a (oz de la ra. )onnoll' a sus espaldas, a lo lejos, que decía "ero
sí misma al incorporar estas historias pero sus propios dominios ellas est*n ahí, r. Heats, est*n ahí". :9
metodol+!icos crean lo que 'o he llamado pasados subalternos.
l "desencanto del mundo" no es el 3nico principio por el )omo la (ieja ra. )onnoll' sabía, ' como nosotros los cien-
cual poblamos la tierra. isten otras maneras de ser en el mundo tíicos sociales a menudo ol(idamos, los dioses ' los espíritus no
 1' no son necesariamente pri(adas, los actos supersticiosos de dependen de nuestras creencias humanas para eistir, lo que los
los aicionados a los deportes, por ejemplo, son, a menudo, p3bli- hace presentes son nuestras pr*cticas. llos son parte de estas dis-
cos. &o sobrenatural puede habitar el mundo en estos otros modos tintas ormas de ser por medio de las cuales nosotros hacemos el
' no siempre como un problema o resultado de una creencia o de  presente m3ltipleS son precisamente las dislocaciones del presente
ideas conscientes. Recuerdo una historia irlandesa relacionada con lo que nos permite estar con ellos. stas ormas distintas de ser no
el poeta Nilliam utler Heats, cu'o interés por las hadas ' otros dejan de su!erir ciertos problemas de poder o de justicia pero las
seres no humanos del ol<lore irlandés es bien conocido. Wo' a cuestiones se plantean 1tanto cuanto las instituciones p3blicas
narrar el relato como me lo cont+ mi ami!o ;a(id &lo'd modernas les hacen espacio, 'a que se atra(iesan mutuamente1 
en términos distintos a como se relacionan las cuestiones en lo
@n día, durante el periodo de sus ehausti(as in(esti!aciones sobre  político moderno.
el ol<lore irlandés en la re!i+n rural de )onnemara, Nilliam utler   >o obstante 1' me !ustaría concluir con este se2alamiento
Heats descubri+ un tesoro. l tesoro era una tal ra. )onnoll' quien  1, la relaci+n entre lo que he denominado "pasados subalternos" '
tenía el repertorio m*s increíble de cuentos de hadas que Heats había la pr*ctica de historizar Bque el marista que traemos dentro nos
encontrado. Heats ue a (isitarla a su peque2a casita de campo una recomiendaC no es una relaci+n de eclusi+n recíproca. i nosotros
ma2ana desde temprano ' pasaron juntos todo el día. Heats de hecho podemos historizar es debido a que desde siempre tene-
escuchaba ' aprendía sus cuentos ' sus pro(erbios ' disrutaba de mos la eperiencia de eso que hace al presente no contempor*neo
su erudici+n. )uando empez+ a oscurecer él debía partir, ' se le- consi!o mismo. 4sí, lo que les permite a los historiadores medie-
(ant+, toda(ía aturdido por todo lo que había escuchado. &a ra. (alistas historizar lo medie(al o lo anti!uo es precisamente el he-
cho de que estos mundos nunca desaparecen del todo. e debe a
que (i(imos en nudos temporales, que podemos abocarnos a la
:P
 4l utilizar la idea de "desencanto" no nie!o nada de lo que se ha dicho acerca de la tarea de desenmara2ar, por así decirlo, una parte del nudo Bque es
ma!ia de las "mercancías" o de los aspectos m*!icos de la misma modernidad. i como deberíamos pensar la cronolo!íaC.:6 &os pasados subalternos
idea es la de ultmann, no ha' una dierencia critica, en cuanto a premisas de cono-  1aspectos de estos nudos temporales1 act3an, entonces, como un
cimiento, entre la (isi+n del mundo que adoptan las ciencias sociales ' aquella en la
cual lo que interpretamos como sobrenatural pudiera ser un elemento deinitorio de suplemento a los pasados de los historiadores ', de hecho, acilitan
un acontecimiento. l hecho de que los que llamamos modernos puedan ser no nuestra capacidad de historizar. on suplementarios en el sentido de
modernos en sus pr*cticas es, por supuesto, al!o que 'o discuto 1' discuto a a(or  ;errida le permiten a la historia, la disciplina, ser lo que es
 1 en este ensa'o. ara una discusi+n crítica del término "desencanto" (éase
7acques Ranciére, "Ahe 4rcheomodem turn", en ichael . teinber! Bed.C, ?alter  :9
)omunicaci+n personal de ;a(id &lo'd.
 Historias de las minorías, pasados subalternos % 
0 / ;ipesh )ha<rabart'
' al mismo tiempo a'udan a mostrar sus propios límites. ero al orma por el hecho de que ambos, el historiador ' los santales,
hacer énasis sobre los límites de la historizaci+n, nos a'udan a cohabitan el mismo "ahora" humano ' ontol+!ico. l llamado que
distanciarnos de los instintos imperiosos de la disciplina 1la idea hacen los "pasados subalternos" puede concebirse como insinua-
Bde Ealdane o de 7ameson, por ejemploC de que todo puede ser  ciones que recibimos 1mientras estamos trabajando en la acti(i-
historizado o de que uno debería siempre historizar1 ' nos hacen dad especíica de historizar1 de ese "ahora" ontol+!ico. ste "aho-
reconsiderar el sentido del limitado bien que representa la con- ra" es, como lo he tratado de su!erir, lo que permite que el tiempo
ciencia hist+rica moderna. Gadamer al!una (ez hizo una buena hist+rico pueda seriarse ' hace que cualquier momento particular 
del presente hist+rico pueda dislocarse de sí mismo.
aclaraci+n al respecto al discutir la ilosoía de Eeide!!er. Tl dijo
"&a eperiencia de la historia que nosotros tenemos est*... contem- Traducción: 6a- Pilar alles .sGuerr3
 plada s+lo en un !rado mínimo por lo que nosotros llamaríamos la
conciencia &istórica!-C D/  &os pasados subalternos nos recuerdan de
manera constante la (erdad de esta airmaci+n.
 >os recuerdan, asimismo, que la relaci+n de contemporanei-
dad entre lo moderno ' lo no moderno, un "ahora" compartido,
que se epresa a sí mismo en el plano hist+rico pero cu'o car*cter 
es ontol+!ico, es lo que permite que el tiempo hist+rico se desdo-
 ble. ste "ahora" ontol+!ico precede el (acío hist+rico planteado
 por los métodos hist+ricos entre el "allí ' el entonces" ' el "aquí '
el ahora". iste por tanto un desdoblamiento del tiempo que !a-
rantiza nuestra propia capacidad de entender pr*cticas que les asi!-
namos a sociedades ' periodos como dierentes de las nuestras. &o
que nos da un punto de entrada a tiempos mu' distintos del tiem-
 po (acío, secular ' homo!éneo del calendario hist+rico, que de
una orma u otra nunca nos resultan completamente etra2os, no-
sotros los habitamos en un principio.
l tiempo, como dice la epresi+n en mi propia len!ua, nos
sit3a dentro de la estructura de un "!ranthi" de ahí la epresi+n
 ben!alí s&omoy7"rant&iE s&omoi si!niica "tiempo" y "rant&i se reie- -
re a nudos de distintas clases, desde las complejas ormaciones de
los nudillos de nuestros dedos, hasta las uniones de un palo de bam-
 b3. Tsta es la raz+n por la que uno puede tener dos relaciones dis-
tintas con los santales. rimeramente, como sujeto hist+rico para
quien el mundo de (ida de los santales es un objeto de estudio '
de eplicaci+n hist+rica. H también est* la otra relaci+n que desdo-
 bla ' hace posible esta orientaci+n de se!undo orden, de sujeto-
objeto, entre los santales ' el historiador. sta es la relaci+n que se  &es a!radezco a Eomi habha, Gautam hadra, Zaisal ;e(ji, andria Zreita!,
Ranajit Guha, 4rme Eard!ro(e, atricia &imeric<, ;a(id &lo'd, @da' ehta,
enjamín enn', 4ja' <aria ' a illarassitti udhir sus comentarios ' discusiones,
 Eans-Geor! Gadamer, "5ant and the henneneutical tum", en su libro Heide""erCs
:I
los cuales han resultado mu' 3tiles para escribir este ensa'o. Ho so' el responsable
?ays, tr. 7ohn tanle', >ue(a Hor<, tate @ni(ersit' o >eF Hor< ress, $$P, p. 98. de cualquier error.
)ursi(as en el ori!inal.

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