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EL NIÑO COSTERO

Introducción:

El Niño costero de 2017, fue un evento del fenómeno denominado El Niño costero que afectó a las
naciones sudamericanas de Perú y Ecuador entre diciembre de 2016 a mayo de 2017. Este fenómeno se
caracteriza por el calentamiento anómalo del mar localizado en las costas de estos países. Este
calentamiento produce humedad que desencadena fuertes lluvias causando desbordes, inundaciones y
aluviones que afectan a varias localidades.
El fenómeno fue antecedido en el 2016 por una fuerte sequía que afectó a ambos países. El Niño costero
2017 se manifestó con temperaturas extremas del aire, lluvias intensas y aumento de los caudales.
El 31 de marzo del 2017, el Indeci publicó un reporte que muestra los efectos del Niño costero hasta la
fecha. Este muestra un total de 101 fallecidos, 353 heridos, 19 desaparecidos, 141 000 damnificados y casi
un millón de afectados a nivel nacional desde diciembre del 2016. Asimismo, los daños causados en Perú se
estiman que superan los US$3.100 millones. Por sus impactos, asociados a las lluvias e inundaciones, el
evento es considerado para el Perú como el tercer “Fenómeno El Niño” más intenso de al menos los últimos
cien años.
Orientación
Perú y Ecuador son países con salida al océano Pacífico y que, desde la época prehispánica, han
experimentado el fenómeno del El Niño. El fenómeno actual, conocido como el Niño costero, difiere de El
Niño común debido a que este sólo se desarrolla a lo largo de las costas peruanas y ecuatorianas; a
diferencia del común, el cual afecta un área mucho mayor del Océano Pacífico. El doctor Dimitri Gutiérrez
Aguilar, vocero oficial de la ENFEN, asegura que hay una diferencia en la génesis del calentamiento
anómalo actual en Ecuador y Perú debido a que es distinta a las condiciones típicas del desarrollo del
fenómeno de El Niño, aunque su manifestación sea similar.

Los primeros indicios de El Niño costero se comenzaron a dar en Perú a finales de noviembre de 2016.
En enero del 2017, los departamentos de Lambayeque, La Libertad, Piura y Tumbes se vieron afectadas
por fuertes temporales. La crisis climática también se intensificó y afectó a regiones muy alejadas de la costa
como Cajamarca, Huánuco y Junín. Hasta el momento varias jurisdicciones, que desde el 2016 se
encontraban en fuera de riesgo, han sido afectadas por el fenómeno.
En la actualidad, los departamentos afectados, en los cuales muchos de sus distritos se encuentran en estado
de emergencia son:
Ancash, con el mayor número de distritos en estado de emergencia (166). En el cual se
encuentran Casma, Huarmey, severamente afectadas por el fenómeno.

 Lima (145), en el cual 17 de ellos pertenecen a Lima Metropolitana, entre ellos Lurigancho-


Chosica, Chaclacayo, San Juan de Lurigancho, Cieneguilla, Punta
Hermosa, Ate, Pucusana y Rimac.
 Cajamarca
 La Libertad
 Piura
 Tumbes
 Arequipa
Hasta el momento las áreas metropolitanas de Lima, Piura, Chiclayo, Arequipa y Trujillo han sido afectadas
y se encuentran en peligro por los huaicos y los desbordes de los ríos.
Ecuador por su parte, no ha sido muy afectado debido a los planes de prevención aplicados por el gobierno
de Rafael Correa. Igualmente han sufrido de pérdidas humanas y materiales en las provincias
de Chimborazo, Guayas, Los Ríos y Manabí. También, diferentes ciudades han sido afectadas por las lluvias
torrenciales. Entre ellas, la ciudad más poblada, Guayaquil.

Desarrollo:

El calentamiento anómalo se presentó en las costas del Perú desde junio de 2016, sin embargo, de acuerdo
con estudiosos peruanos, se considera que el evento denominado Niño Costero dura oficialmente desde
diciembre de 2016 hasta mayo de 2017, con mayor actividad entre enero y marzo de 2017, y las áreas más
afectadas fueron las regiones peruanas de Piura, Lambayeque y La Libertad.
Por otro lado, en las costas del Ecuador el calentamiento anómalo apareció posteriormente, durando solo
desde enero hasta abril de 2017. En ambos países, el episodio más crítico se dio en marzo de 2017. Por estas
razones, a este evento también se lo llama simplemente el Niño de 2017.
Las fuertes lluvias tuvieron origen en el calentamiento del mar que limita las costas del Pacífico de Perú y
Ecuador, un fenómeno denominado El Niño Costero, El aumento de la temperatura del mar se vincula con
las corrientes de aire, de origen centroamericano, que se mueven con dirección al sur, favoreciendo el
calentamiento del mar y con la llegada de aguas cálidas provenientes de Asia y Oceanía. A su paso por las
costas de Ecuador y Perú, la corriente de aguas cálidas no encontró una barrera suficientemente fuerte de
vientos alisios (ver animación) que impidiera su llegada con tanta fuerza. La masa de aguas cálidas se
caracteriza por ser superficial y de fácil evaporación; llegan a alcanzar temperaturas de hasta 29º C, lo que
genera una atmósfera inestable y lluvias constantes.

Conclusión:

Un antecedente del Niño Costero de 2017, sería el Meganiño de 1891, llamado entonces el "Diluvio de
1891" o los "Aluviones de 1891". Este evento habría sido un Niño costero debido a que fue un fenómeno
que afectó grandemente la costa peruana de forma localizada, pero sin mayor influencia para el clima global,
por lo que probablemente no se relacionaría con el patrón climático llamado ENSO (El Niño-Oscilación del
Sur). El evento de 1891 es el primero que en su época fue estudiado científicamente gracias a la Sociedad
Geográfica de Lima, duró de febrero a abril y habría sido ocasionado por el calentamiento anómalo oceánico
por influencia de la Corriente del Niño. La NOAA considera que el de 1891 fue un evento cálido del Perú
que está dentro de los más severos ocurridos en los últimos 300 años. Ocasionó grandes desastres y más de
dos mil fallecidos en el Perú.

El Niño de 1925 fue también un Niño costero que afectó Perú y Ecuador entre los meses de febrero a abril.
Fue originado por la irrupción de la Corriente del Niño, produciéndose un rápido calentamiento del mar, con
desarrollo del fenómeno durante un evento simultáneo de Niña global (esta contradicción se denomina La
Niña Modoki). Al igual que en 2017 hubo un debilitamiento de los vientos alisios del sur, con desarrollo
intenso del cinturón de lluvias tropicales y su correspondiente asociación a una intensa Zona de
convergencia intertropical (ZCIT) al sur del ecuador.

Cierre:
Un sector del distrito de Castilla, Piura, afectado por las inundaciones.
El 3 de febrero de 2017 se declaró en estado de emergencia las regiones de Tumbes, Piura y Lambayeque.
Ese mismo día, el Comité Multisectorial Encargado del Estudio Nacional del Fenómeno de El Niño
(ENFEN) informó el establecimiento del estado de alerta de El Niño Costero que se extiende por todos los
departamentos del litoral peruano, incluyendo el departamento de Lima.
Los daños más graves se registraron en el norte del Perú: los departamentos de Tumbes, Piura y
Lambayeque fueron afectados por lluvias torrenciales que provocaron inundaciones y huaicos, afectando a
viviendas y áreas de cultivos.
Otros departamentos más afectados fueron La Libertad y Áncash. Trujillo fue afectada por las quebradas y
varias vías de comunicación se encuentran bloqueadas. Mientras que Huarmey quedó inundado e
incomunicado por el desborde del río homónimo de la ciudad.
En Lima, las zonas ribereñas de la provincia de Lima sufrieron los desbordes de los ríos Chillón,
Huaycoloro, Rímac y Lurín; las zonas más afectadas fueron Carapongo, Huachipa, Chosica y Cajamarquilla.
El suministro de agua en la capital fue restringido y en algunos sectores hasta suspendido por varios días
debido a la turbidez de los ríos y al material sólido que dificultaba su tratamiento. Otras provincias de Lima
sufrieron también estragos: Huarochirí, donde la localidad más afectada ha sido Santa Eulalia; y Cañete,
cuya capital, San Vicente de Cañete, sufrió la crecida del río Pócoto.
Más al sur, los departamentos de Ica y Arequipa sufrieron también los embates de las lluvias y los desbordes
de los ríos. En enero, la activación de las quebradas provocó la inundación de la localidad de La
Tinguiña (Ica). La ciudad de Arequipa sufrió restricciones en el servicio de agua potable, debido a la alta
turbidez registrada en el río Chili, que dificultaba el sistema de tratamiento de la misma.
Hasta el 31 de marzo del 2017, se informó un total de 101 fallecidos, 353 heridos, 19 desaparecidos,
141,000 damnificados y casi un millón de afectados a nivel nacional desde diciembre del 2016.

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