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Adriana L.

Casares
EL MODELO DEL HIJO II

Jesús se ofreció voluntariamente para ser el único hombre nacido sin pecado inherente.
Sal.40
Jesús es el único hombre que tuvo perfecta fe en Dios, y quien debido a que libremente
eligió confiar en Dios, vivió una vida sin pecado, siempre haciendo la voluntad de su Padre.
Jn 8
No fue un robot programado para obedecer a Dios, La ausencia de naturaleza pecadora no
fue la razón por la cual Jesús no pecó.
Debido a su obediencia se convirtió en el sacrificio perfecto por los pecados de la
humanidad. Hbr, 2:17 permitiendo la redención de la misma. Hch. 17.31
Juan 17 muestra que Jesús no escogió a los doce, sino que recibió a los elegidos por el Padre.
La convicción de que estos eral os hombres en que debía invertir fue uno del os pilares que
sostuvo su tarea durante los tres años de intensa inversión en sus vidas.
Jesús le dio la Gloria al Padre en todo momento, incluso cuando estaba a punto de ofrendar
su vida para hacer la voluntad del Padre.
La completa manifestación de Dios vino solamente en Cristo.
En Juan 17 vemos que Jesús oraba por estos mensajeros, sus discípulos, para que ellos
pudieran estar preparados, dotados de poder y santificados por la verdad para que pudieran
ser guardados del mal aun estando en el mundo, y para que tuvieran gozo.
Asumir compromiso: Cristo asumió un compromiso profundo con sus discípulos. Aunque
todos lo abandonaron en el momento de mayor necesidad, Jesús siguió confiando que esos
eran los hombres que iban a llevar adelante la obra de extender el reino hasta lo último de la
tierra.
Para hacer discípulos debemos estar dispuestos a asumir un compromiso incondicional con
ellos.
Decir y hacer: a Jesús no le gustaba el doble discurso. Lc. 6.46 (acercarse, escuchar,
obedecer).
Para construir sobre la roca es necesario un mayor compromiso. Más tiempo, más sacrificio
y una firme perseverancia.
Dar acceso: Jesús invirtió algo de tiempo en las multitudes, pero no les dio la importancia
que hoy les damos. Reservó lo mejor de su tiempo para los doce y dentro de este grupo dio
acceso ilimitado a tres de sus discípulos. Intimidad: monte de la transfiguración, Monte
Getsemaní.
Las personas que formamos deben tener el mismo acceso a nuestra vida.
El acceso personal a Dios es un beneficio del Nuevo Pacto.
En el A.T. vemos que era algo impensable para un judío, y más para los gentiles. El Dios
verdadero no admitía al hombre en Su presencia excepto bajo rigurosas condiciones
excepcionales.
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Jesús es para nosotros el camino al Padre, y nos ha abierto la puerta de acceso Jn 14.6
Enseñar la palabra: la palabra purifica: “vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he
hablado” Jn 17.8
Para formar un discípulo es indispensable el rol de la palabra. Debemos profundizar las
escrituras.
Las escrituras nos llevan a conocer de forma íntima y personal a Dios.
La Palabra es nuestra gran y mejor guía, que nos invita a encontrarnos con el autor de todo
lo que existe. La Palabra nos transforma, nos hace fuertes.
Las palabras de Jesús provocaban asombro en quienes escuchaban, “enseñaba como quien
tiene autoridad y no como los escribas” Mt 7:29
Palabra de vida: Jesús a diferencia de los expositores de la Ley y los profetas, interpreto la
Palabra con autoridad.
Crear experiencias: Jesús entendía bien que las experiencias personales pueden muchas
veces convertirse en nuestras mejores maestras. Él creaba situaciones que ponían a sus
discípulos en el lugar justo para aprender las verdades que les quería enseñar. (Ej. Alimentar
a los cinco mil). Así debemos trabajar con los discípulos, y estar dispuestos dejarlos cometer
errores.

Fomentar el diálogo: es muy fácil caer en el error de creer que si nuestras enseñanzas fueron
claras para nosotros también lo fueron para los oyentes. Muchas veces requerirá una
asistencia adicional para entender apropiadamente, por eso debemos crear en las personas
que formamos una libertad para continuar el diálogo acerca de cualquier inquietud que
surja.

Entender los tiempos: Jesús se abstuvo de ciertos temas con los discípulos hasta el momento
oportuno.
El buen discipulador discierne el momento apropiado para compartir las verdades.
No debemos ser sistemáticos, y entender que la madurez de cada persona y la realidad
personal es distinta en cada uno.

Respetar el proceso: Jesús entendía que convertirse en un fiel seguidor es el resultado de un


proceso, no de un momento. Incluso cuando lo negó Pedro.
Tener paciencia y perseverancia.

El maestro guía: debemos aceptar a Jesús como guía, como maestro y como modelo e ir
detrás de Él. Compartir su estilo de vida, para compartir su misión es necesario compartir su
estilo de vida.

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El entrenador que hace aprender haciendo: no enfatizar el conocimiento bíblico, excluyendo


la aplicación práctica de ese conocimiento..
La exhortación sin la explicación lleva a la frustración.
Si queremos que alguien haga algo debemos explicarle cómo hacerlo.

Habilidades: La gente necesita identificar sus habilidades, luego necesitan un proceso para
ayudarles a unir sus habilidades con el ministerio correcto.

El colaborador en los conflictos: hemos sido llamados a responder a los conflictos de una
manera marcadamente distinta a la forma que utiliza el mundo.
Los conflictos proveen oportunidades para glorificar a Dios, servir a otras personas, y crecer
para llegar a ser como Cristo.
Principios a tener en cuenta para responder a los conflictos:
- Glorificar a Dios
- Sacar la viga de nuestro propio ojo
- Ir y mostrar a nuestro hermano su falta
- Buscar la reconciliación
Promotor de discípulo dinámico: Jesús eligió invertir en vidas y prefirió el camino de “Hacer
discípulos”. Logró levantar la institución más antigua del mundo para q funcione en
cualquier cultura y contexto.
Profundizó su relación con los discípulos. Debe haber un equilibrio entre la búsqueda de
frutos y la relación con nuestros discípulos.

El modelo consejero: El proceso de consejería tiene que ser detallado y escrupuloso en su


investigación de los pensamientos, el comportamiento, la situación, las emociones y el
estado físico del aconsejado y que los resultados tienen que llevar a una dirección práctica al
tratar con estas áreas y sus interrelaciones.
El acercamiento superficial, mecánico, no es efectivo ni bíblico.
Tener profundo conocimiento de la Biblia, y aplicar ese conocimiento a su vida,
Debe ser ordenado o reconocido por la iglesia apara tal tarea,
Tiene que ser responsable ante la cobertura de una iglesia.
Es de suma importancia la confidencialidad.
Requerimiento de la madurez: evaluar nuestro propio nivel de espiritualidad. 1 tesal. 5

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-Ser maduro en nuestras relaciones, - en nuestra vida personal y – aceptar recibir ayuda de
Dios.

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