Está en la página 1de 2

Transformación a sociedad Mercantil.

Mediante la modificación de su escritura constitutiva, una sociedad puede adoptar


un tipo diverso del que originalmente tenía, o establecer la variabilidad de su capital.

Las Sociedades en nombre colectivo, en comandita simple de responsabilidad


limitada, anónimas y en comandita por acciones, podrán adoptar cualquier otro tipo
legal o transformarse en sociedad de capital variable.

La transformación no implica la extinción de la sociedad y la creación de una nueva,


sino simplemente el cambio de su tipo social.

Fusión de las Sociedades Mercantiles.

Ésta responde a la necesidad económica de la concentración de las empresas,


entendida como unión de fuerzas productivas.

Al fusionarse, las sociedades pretenden la creación de una empresa de mayor vigor


económico, mediante la unión de sus patrimonios.

Los acuerdos de fusión deberán inscribirse en el Registro de Comercio. Cada


sociedad deberá publicar su último balance anual, y la o las que dejen de existir
como consecuencia de la fusión, quedarán obligadas a publicar también, el sistema
establecido para la extinción de su pasivo.

La fusión acordada no producirá efecto sino tres meses después de haber sido
inscrita en el Régimen de comercio. Durante tal plazo, los acreedores de las
sociedades fusionadas podrán oponerse judicialmente a la fusión, cuyos efectos se
suspenderán hasta que cause ejecutoria la sentencia que declare que la oposición
es infundada.

Escisión de la Sociedades Mercantiles.

Estamos ante una escisión cuando una sociedad denominada escindente decide
extinguirse y divide la totalidad o parte de su activo, pasivo y capital social en dos o
más partes, que son aportadas en bloque a otras sociedades de nueva creación
denominadas escindidas; o cuando la escindente sin extinguirse, aporta en bloque
parte de su activo, pasivo y capital social a otra u otras sociedades de nueva
creación.
Para ver los artículos de la Ley General de Sociedades Mercantiles referidos a la
Transformación, fusión y escisión.

Disolución y liquidación de las Sociedades Mercantiles.

Estado de disolución es la situación de la sociedad que pierde su capacidad jurídica


para el cumplimiento del fin para el que creó y que sólo subsiste para la resolución
de los vínculos establecidos por la sociedad con terceros, para aquella con los
socios y por éstos entre sí.

La existencia de una causa de disolución no acaba inmediatamente con la sociedad,


sino que es el punto de partida de la situación de disolución, que debe desembocar
en la etapa de liquidación.

Se pueden clasificar las causas de disolución teniendo en cuenta la fuente de que


se derivan. Así podemos dividir las causas de disolución en legales y voluntarias.
Llamamos causas legales a las establecidas por la Ley General de Sociedades
mercantiles; son causas voluntarias las que derivan de supuestos no previstos por la
ley, pero considerados por los socios en el contrato constitutivo.

Llamamos liquidación a las operaciones necesarias para concluir los negocios


pendientes a cargo de la sociedad, para cobrar lo que a la misma se adeuda, para
pagar lo que ella deba, para vender todo el activo y transformarlo en dinero
constante y para dividir entre los socios el patrimonio que así resulte.

En consecuencia, puede decirse que la liquidación de las sociedades mercantiles se


practicará, ante todo, de acuerdo con lo dispuesto en los estatutos; en segundo
lugar, conforme a lo convenido por los socios en el momento de acordar la
disolución y liquidación, y tercero, por las normas supletorias de la ley, bien
entendido que los derechos de los acreedores, el interés público, así como los
preceptos imperativos que la propia ley señala están por encima de las normas que
resultan indicadas en el orden anterior.

También podría gustarte