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UNIDAD 1: GENERALIDADES
ABORDAJE HISTÓRICO DE LA EVOLUCIÓN DEL COMERCIO Y DEL DERECHO COMERCIAL
El derecho comercial se ha constituido y desarrollado sobre la base de las necesidades económicas. En
cuanto los hombres se organizaban en colectividades de alguna extensión, se les plantea el problema de
adquirir las cosas necesarias para su subsistencia mediante el trueque de lo que les sobra, por lo que les
falta. Solo en épocas históricas muy primitivas constituye la familia un núcleo productor y consumidor de la
propia producción. Ni bien se expanden las comunidades de habitación y de vida se afirman los hábitos
sedentarios, aparece la necesidad de establecer relaciones con otras comunidades, y se muestra el
trueque como el modo más práctico de procurar las materias primas y los productos industriales. El
trueque representa la forma más antigua de comercio, por ser precisamente la más natural y espontánea.
En la alta edad media, el hombre vivía atado a la tierra y a su señor Feudal dentro de un régimen cerrado
de autoabastecimiento alrededor de este, por lo que el comercio era prácticamente nulo por falta de
posibilidades dentro de tal régimen. Frente a esta situación comienzan a crearse relaciones comerciales
por intermedio de aquellos que rompen ese círculo; el sistema feudal empuja un dinamismo que obliga a la
sociedad civil a adaptarse en una nueva realidad que era el “comerciante”.
La evolución de ese proceso de liberación económica, va unida al florecimiento del Derecho Comercial.
Los comerciantes comienzan a reunirse en principio con el fin de protegerse de los ataques de guerra y del
sistema político del momento (la nobleza), y después comenzaron a organizarse las actividades
mercantiles en forma de corporaciones en beneficio y protección de los intereses profesionales de los
comerciantes y artesanos. De su organización y funcionamiento, es decir, de los usos y costumbres que se
van estableciendo, surgen normas de actuación comercial y formas de resolver los conflictos resultantes
de la actividad mercantil. Se perfila en esa forma la jurisdicción especial de los cónsules, jefes de las
corporaciones encargadas de la misión de justicia. Simultáneamente al desarrollo de las corporaciones se
van fijando sus estatutos y a ellos se incorporan gradualmente reglamentaciones con fuerza obligatoria
para sus miembros sujetos a un régimen de inscripción. Los estatutos se van entonces enriqueciendo con
nuevos usos y costumbres cada vez más perfeccionados, al mismo tiempo que se produce un fenómeno
de extensión al llegar a aplicarse a quienes no eran miembros de las corporaciones, en razón de
operaciones de su tráfico comercial.
La otra gran fuente del desarrollo del derecho comercial está en los mercados y las ferias, origen a su vez
del desarrollo y nacimiento de las ciudades, al irse formando y expandiendo mediante la organización
económica de esos mercados y su desarrollo ulterior, con el consiguiente movimiento del campo hacia la
ciudad. Al buscar el hombre posibilidades económicas en la zona de mercado se produce la expansión del
conglomerado urbano en formación. En esos mercados se desarrolló el “jus mercatorum”. Los
comerciantes se fueron acostumbrando a reunirse periódicamente para tratar sus negocios en
determinadas ciudades o en sus proximidades, durante lapsos determinados, se organizan de esta
manera las ferias, cuya reunión llego a hacerse de forma periódica y regular durante muchos siglos. En las
ferias y mercados se produce también un fenómeno de creación de autoridades jurisdiccionales los jueces
de mercado, fueron los encargados de solucionar los conflictos resultantes de las transacciones realizadas
en las ferias y mercados.
El desarrollo internacional del comercio da lugar, finalmente, a la creación de gremios de comerciantes a
las que llamaban Ligas, de notable gravitación en su época, como la renombrada Liga Hanseática.
El antiguo sistema comienza a modificarse en las llamadas Revoluciones Burguesas, cuyo principal factor
fue la fuerza ejercida por los comerciantes, quienes se volvían cada vez más ricos y poderosos, creando
una nueva casta social. Después de las Revoluciones Burguesas, aparecen las repúblicas junto a los
derechos civiles, es decir, las constituciones y luego la codificación. Deja de ser Dios quien da el poder y
pasa a ser la republica con una norma magna; que pasa a ser la importancia de la norma y el Estado de
Derecho.
Al entrar en este sistema, el constitucionalismo, muta el sistema corporativo que tenían, y es la Ley la que
empieza a establecer quienes son comerciantes y quiénes no. El código Napoleónico fue un tiro liberal que
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adopta el sistema objetivo, dejando de lado el sistema subjetivo. Desde dicho código hasta el nuestro, lo
que se hizo fue decir quiénes eran comerciantes, definidos como toda aquella persona que en nombre
propio ejercía actos de comercio haciendo de ello su profesión habitual, y establecía cuales eran esos
actos de comercio. Debían saber si eran comerciantes para saber qué Derecho aplicar, que jurisdicción y
como interpretar la costumbre. El Código de Comercio seguía el sistema de las codificaciones liberales de
aquella época.
El nuevo CCCN, modifica esta situación, unifica conceptos no obstante su denominación, ningún capítulo
destina a la materia “comercial”, ni hace referencia alguna al “acto de comercio”, ni al “comerciante”, ni a
las “obligaciones de los comerciantes”, ni a los “agentes auxiliares de comercio”, ni tampoco a la
“jurisdicción mercantil”. El CCyC considera a las “personas” en forma unificada y las clasifica como
“personas humanas” o como “personas jurídicas” sin diferenciar entre sujetos “comerciales” y “civiles”.
El derecho comercial o mercantil nace y de desenvuelve como un derecho especial o de excepción frente
al derecho común o civil, conservando aun en nuestro días esta característica. Nace como una
construcción histórica.
Definiciones de derecho comercial:
 Conjunto de principios que rigen las operaciones sometidas al mismo por razones de interés general y
establecen los derechos y obligaciones de las personas que a ellas se dedican y rigen las relaciones
entre particulares a la que da lugar el ejercicio del comercia  CASTILLO
 Parte del derecho privado que comprende el conjunto de normas jurídicas relativas a los empresarios,
y a los actos que surgen en el ejercicio de sus actividades económicas  SANCHEZ CALERO
 Parte del derecho privado que tiene principalmente por objeto regir las relaciones jurídicas que surgen
del ejercicio del comercio  VIVANTE
 Conjunto de normas y principios específicos que regulan la actividad económica en el mercado y el
tráfico de bienes y servicios  CONCEPTO MODERNO
ETAPAS EN LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL DERECHO COMERCIAL
1. Concepción subjetiva
Lo concebía como el derecho de los comerciantes en el ejercicio de su actividad profesional, la cual
abarca desde el medioevo hasta la revolución francesa.
Se focaliza en la figura del comerciante y de su carácter de tal, lo que lo somete a normas propias y a una
jurisdicción diferenciada conformada por sus pares. Aquí el derecho comercial surge como ordenamiento
especial en la época medieval. Y este fenómeno es consecuencia directa del renacimiento que tuvo lugar
en la Europa occidental a partir del siglo XI (la teoría del homo economicus dice que la economía es una
esencia del hombre o dicho de otra manera desde que existió el hombre, también existió la economía,
aunque fuese en una forma precaria y primitiva).
No puede concebirse el comercio como algo aislado o anárquico por lo cual del mismo modo, en tanto
existió el comercio existieron normas que lo regulaban en las diversas civilizaciones, incluyendo las
indígenas de intercambio primitivo. Pero, en esa época había ausencia de una disciplina específica
autónoma, como ordenamiento legal diferenciado que regulara la actividad.
El derecho romano a pesar de la completividad y perfección de sus normas, la mayoría de los cuales
constituyen la base de nuestro derecho común, no contemplaba una diferenciación entre derecho civil y
derecho mercantil, aunque previera entre ellos, algunas cuestiones específicas regulatorias del comercio
marítimo y las falencias. A pesar de ello, en Roma, Grecia, Fenicia y Egipto se ejercía el comercio,
debiendo ajustarse quienes desarrollaban esa actividad, a una serie de normas e instituciones vigentes en
la materia.
Con la evolución ciudad-estado, acompañando a la generación de hombres nuevos, nacen dos
instituciones vinculadas estrechamente al redesarrollo del derecho comercial: las ferias y los mercados. A
partir del siglo IX las ciudades comienzan a presentar pequeños mercados locales en los cuales se
realizaban ventas al menudeo para el abastecimiento de la población que habitante los lugares donde
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estos se celebraban, estas reuniones de comerciantes tenían carácter semanal, con un radio de acción
limitado al pequeño ámbito de influencia de la ciudad.
Sin embargo, también hubo una concepción universal del comercial, al mismo tiempo se desarrollaban
otros mercados con otras reuniones de comerciantes, estas ferias reunían a artesanos y comerciantes de
lejanos lugares en verdaderas exposiciones universales, las cuales no excluían a nada ni a nadie, en las
que se realizaban ventar al mayoreo, con un extenso radio de acción. Las normas, reglas y disciplinas
nacidas dentro de estas ferias, reconocen un origen exclusivamente consuetudinaria, basado en la
costumbre y los usos comunes a los comerciantes de las diversas regiones y de la aplicación estricta de
ellos, en la medida que solamente ellos las conocían, practicaban establecían y respetaban.
Características de esta etapa:

 El nacimiento del Derecho comercial como una verdadera necesidad histórica, habida cuenta de la
realidad económica y social imperante.
 Su carácter de Derecho especial o de excepción frente al Derecho común.
 Su concepción subjetiva, como derecho de los comerciantes en el ejercicio de su actividad.
 Un carácter objetivo residual, o complementario, que permitía aplicar esas normas especiales a
quienes no fueran comerciantes, mediante un sistema de ficción: considerándolos como si fueran
comerciantes.
 La elaboración de normas específicas en la materia, como la guía del Negociante de Peri (1638), las
Ordenanzas del Comercio de Luis XIV (1673), las de la Marina (1681) y la disciplina de los Tribunales
de Comercio de Carlos IX (1563).

2. Concepción objetiva
Es concebido como la disciplina de los actos de comercio, que comienza en la revolución francesa más
precisamente con la sanción del código francés del 1807 hasta fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Nace la teoría del acto de comercio con el propósito de romper ese mundo particular y aislado (normativo y
jurisdiccional) en el cual los comerciantes se desenvolvían por fuera de las reglas y los jueces establecidos
por el poder del estado.
Ya a partir del siglo XVI comienza a aparecer en Europa un incipiente capitalismo primitivo a modo de
incentivo de la producción. Por una parte los artesanos que habían desarrollado cierta técnica empresarial
en su trabajo comenzaron a asalariar a otros artesanos, pasando de una economía de carácter individual a
otra de carácter domestico; y por otra, algunos maestros rompen con la estructura clásica de las
corporaciones y comienzan a asalariar a un gran número de artífices, dejando de trabajar personalmente
en la producción y convirtiéndose en capitalistas propiamente dichos entregados únicamente a tares de
supervisión.
La explotación agrícola por su parte deja de ser una mera explotación de tierras comunes, concibiéndose
su explotación bajo un sistema racional y con sistema de parcelamiento, ante la posibilidad de incrementar
el comercio mediante la incorporación de productos del agro.
Aparecen en esta época los fisiócratas, estos pensadores son quienes se enfrentan más duramente con el
sistema de las corporaciones de comerciantes, en una visión distinta de la economía y las necesidades
que se producían en una europa diferente y creciente. En el siglo XVII se inicia la batalla contra las ideas
de mercantilismo a través de las obras de Pedre de Guillebert, en las cuales se impugna la exagerada
estima del comercio y de la industria con relación a la agricultura, y se contrapone al colbertismo del
antiguo sistema Sully que sostenía que la riqueza de una nación no consiste en el dinero, sino en las
cosas útiles que directamente nos proporcionan las industrias extractivas. Pero para el desarrollo de tal
riqueza era imprescindible contar con un régimen de libertad natural, donde se permitiera el libre juego de
las leyes económicas. El fundador de la disciplina fue Adam Smith, y sus obras ponen en evidencia que
todas las barreas medievales debían ser derribadas, sostenía que el individuo es quien mejor que nadie,
puede juzgar donde cómo y con quien sus fuerzas de trabajo son aprovechables del modo más adecuado,
por ello debe el comerciante ser hecho independiente garantizándole la más amplia libertad para
comerciar.
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Los principios generales de la revolución francesa con referencia específica al comercio: libre elección de
las profesiones, libre ejercicio de la profesión elegida, libre determinación de las condiciones de trabajo. A
partir de estos, se consagran 2 nuevos principios: el de la libre competencia que rige las relaciones de los
productores entre si y el de la libertad de trabajo que rige las relaciones de estos con sus dependientes u
obreros. Con estos principios cambian estas normas particulares pero también cambia en forma sustancial
toda la concepción del sistema mercantil, plasmada con el código francés de 1807. Por lo que la
confección de ese código fue emprendida en 1801 por una comisión de 7 miembros, compuesta por
magistrados y comerciantes.
Con la sanción del código 1807 convierte el derecho mercantil (concebido hasta entonces como derecho
aplicable a los comerciantes) en un derecho de aplicación a todas las personas que realizaran
determinados actos regulando entre sus disposiciones esos actos a los que denominada acto de comercio.
En realidad la llamada etapa objetiva del derecho comercial, no es tal como se la presenta con frecuencia
dado que la transformación se ha dado en una concepción política del estado y de la sociedad más que
del derecho en sí. Las mutaciones de la legislación no implican en esta etapa más que una declaración
sobre la necesidad de que se realice un cambio social y político, frente a régimen totalitarios y absolutistas
de opresión, permitiendo un nuevo aire de verdadera libertad. Por ello es de capital importancia conocer
las condiciones socioeconómicas del momento en que el código fue sancionado y su proceso de evolución
anterior, ya que la única finalidad fue eliminar un vestigio del antiguo régimen que se oponía, con sus
costumbres, a la nueva concepción filosófica liberal del proceso revolucionario.
Características de esta etapa:

 Un concepto objetivo del Derecho mercantil, concebido como el Derecho de los actos de comercio.
 El ordenamiento y sistematización de sus normas a través de un sistema codificado.
 La permanencia residual de algunos elementos subjetivos, como la caracterización del comerciante.
 La consagración del principio de libertad de comercio.
El mantenimiento de tribunales especiales en materia comercial, aunque ya no bajo la vigilancia
exclusiva de los comerciantes, sino dependientes del control del Estado.

3. Retorno a la subjetiva
Se concibe como el derecho de la empresa, comenzando la misma desde principios del siglo XX hasta
principios del XXI.
La concepción objetiva respecto del derecho comercial no pudo resistir una realidad dinámica y cambiante,
como es la que caracteriza la impronta misma de los negocios y el modo en el cual los sujetos que se
desenvuelven en el mercado van haciendo fluir institutos y modalidades de relaciones jurídicas y
patrimoniales, en clara disonancia respecto del modo en el cual se establecen relaciones jurídicas y
patrimoniales por parte de sujetos que no actúan en el ámbito mercantil.
La revolución expandió a toda Europa su nuevo concepto liberal y su legislación influyo notablemente en
las sanciones del resto de los códigos europeos. Pasado el primer fulgor de la revolución, la conducta
social supero en gran medida la voluntad del legislador, aquello que había que dio desconocerse perduro
en el tiempo y esto llevo a un nuevo giro en la legislación moderna junto con nuevas necesidades sociales.
Con la influencia del código de 1807, se sancionaron en Alemania en 1861 un nuevo código civil, en Italia
en 1882 y los españoles en 1829 y 1885, y se incorporaron normas referentes a la caracterización del
comerciante como aquel que desarrolla un actividad mercantil y se prevé la inscripción del sujeto agente
en el registro de comercio; del mismo modo se consideran negocios de comercio todos aquellos realizados
por el comerciante cuando se relacionan con la explotación profesional de su actividad mercantil. Es decir,
que se regresa hacia un sistema predominante subjetivo, en la medida que no se conciben actos de
comercio que no sean los desarrollados por los comerciantes, con lo que se desvirtúa la teoría autónoma
de acto de comercio.
Sin perjuicio de la nueva tendencia (concepción subjetiva hacia la empresa), todavía subsisten sistemas
de carácter mixto (subjetivos y objetivos) los cuales, a pesar de la irrupción del fenómeno de la empresa,
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mantienen sus normas de concepción elemental del comerciante y la teoría del acto de comercio
coexistiendo entre sí.
Características de esta etapa:

 El retorno del Derecho comercial. Como fruto de necesidades sociales e históricas, a una concepción
subjetiva, como el derecho de los empresarios y de la empresa.
 La discusión respecto del tratamiento de la disciplina mercantil dentro de un régimen de unificación del
Derecho privado.
 La irrupción de instituciones y normas de Derecho público en el sistema de Derecho privado y, dentro
de este, en el Derecho mercantil.
 El derecho mercantil como elemento desprivatizador del Derecho privado, a través de las vías de
unificación del sistema de Derecho privado, mencionado.

4. Retorno a la objetiva
Se concibe al derecho comercial como el derecho de la actividad económicamente organizada, que es el
que rige en nuestros días.
A partir de fines de los años 80 varias de las concepciones clásicas referidas a la personalidad jurídica, al
patrimonio, a los bienes y aun a la caracterización del modo en el cual se desenvuelven en el mercado los
operadores fueron dando paso a otras miradas, mucho más dinámicas respecto de estos institutos. Uno de
los fenómenos más significativos ha sido la despersonalización del eje central de la caracterización
comercial de las instituciones, que hasta ese momento se enfocaba en el comerciante o empresario y en
su organización (empresa) para desplazarlos hacia un concepto más objetivo como es la actividad.
Pues no se concibe ya al sujeto empresa o empresario organizado como el centro de un sistema en el cual
giran a su alrededor los bienes y los derechos y los modos de organización, sino que lo que se persigue
proteger u regular en el mercado es la actividad, que es la que genera la producción y el intercambio de
bienes y servicio. O sea de nada sirve o importa que exista un empresario organizado si la organización no
desarrolla actividad.
Por ello es que la mirada se dirige hoy hacia la actividad como centro del sistema, y alrededor de dicha
actividad es que giran actualmente los sujetos, la organización y el patrimonio. Es decir, que el nuevo
protagonista del derecho comercial es la actividad productiva de intercambio de bienes y servicios, la cual
puede ser llevada a cabo en cabeza de un empresario individual o colectivo.
Ha influido para la construcción de esta nueva mirada también la globalización, que es un proceso de
interacción e integración entre la gente, las empresas y los gobiernos de diferentes naciones. Es un
proceso en función del comercio y la inversión en el ámbito internacional, el cual cuenta con el respaldo de
las tecnologías de la información. Este produce efectos en el medio ambiente, la cultura, los sistemas
políticos, el desarrollo y la prosperidad económica.
Desde un amplio sector de la sociedad se identifica a la globalización como una nueva economía, es decir,
como una nueva forma de producción, distribución y consumo de aquellos bienes que tiene el fin de
satisfacer una determinada fracción de necesidades. Respecto del derecho comercial la globalización ha
sido el fenómeno que más ha contribuido en la nueva objetivización de la materia mercantil bajo la óptica
de la actividad, la cual adquiere un desenvolvimiento global.
Características de esta etapa:

 El retorno del Derecho comercial, como fruto de necesidades sociales e históricas, a una concepción
objetiva, como derecho de la actividad económicamente organizada.
 El tratamiento (al menos en nuestro país, y en otros países) de la disciplina mercantil dentro de un
régimen de unificación del derecho privado.
 La difuminación de instituciones y normas de Derecho público y de Derecho privado como
consecuencia del fenómeno de constitucionalización, y el Sistema de Derechos Humanos.
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LA ENSEÑANZA DEL DERECHO COMERCIAL Y SU MÉTODO


El código de comercio argentino
En 1856 el denominado Estado de Buenos Aires que se encontraba separado de la confederación,
encomendó al jurista uruguayo Eduardo Acevedo la tarea de proyectar un código de comercio, lo cual fue
cumplido con la colaboración del Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield.
El proyecto de código de comercio del estado de buenos aires fue aprobado y sancionado en 1858, e
inmediatamente promulgado por el Poder Ejecutivo. Este código estaba compuesto por 1748 artículos y 7
disposiciones transitorias, dividido en 4 libros referidos a las personas del comercio; las obligaciones y
contratos en general, y contratos del comercio; el derecho y las obligaciones que resultan de la navegación
y la insolvencia de los comerciantes, fue un código señero y completo, pues aunque pudieran encontrarse
algunas omisiones, constituyo un cuerpo orgánico y sistemático. (Este fue sancionado antes del dictado
del código civil, por lo cual podían encontrarse en este cuerpo legal numerosas disposiciones
correspondientes al derecho común, sobre todo en lo atinente a contratos y obligaciones).
Reincorporado el estado de buenos aires al resto de la confederación, muchas provincias adoptaron su
código y en 1862, el congreso nacional lo declaro vigente en toda la nación. Posteriormente en 1869 se
sanciono el código civil, lo cual importo que se hiciera necesaria una reforma del código de comercio, con
el objeto de eliminar aquellos aspectos referidos al derecho común que contenía dicho código y también
para poder establecer concordancias y correlaciones entre ambas legislaciones que en algunos puntos se
superponían.
El 27 de septiembre de 1870, el congreso nacional dicto una ley disponiendo que el poder ejecutivo
designara una comisión de jurisconsultos encargada de informar sobre las reformas necesaria, a ser
introducidas en el código de comercio, recayendo la elección en los Dres. Sixto Villegas y Vicente Gil
Quesada, quienes en 1873, emitieron su dictamen y recomendaron la supresión de 368 artículos del texto
original, y a la vez sugirieron la incorporación de varios aspectos no contemplados en el primer proyecto.
En 1886 y no habiendo tenido curso el dictamen de la primera comisión, Juárez Celman designo a
Lisandro Segocia, con el objeto de redactar un nuevo proyecto, el que fue elevado en 1888 a la cámara de
diputados, encomendando el análisis del mismo a la Comisión de Códigos quienes propusieron un nuevo
proyecto de reforma sancionado en 1889 y que entrara en vigencia el 1 de mayo de 1890. Esta reforma
estableció un cuerpo legal con 1586 artículos divididos en 4 libros: de las personas del comercio; de los
contratos de comercio; de los derechos y obligaciones que resultan de la navegación y de las quiebras.
Innumerables es la lista de las normas complementarias del derecho comercial argentino que han
introducido modificaciones al código de comercio o se han constituido en leyes específicas
complementarias de la regulación mercantil.
En materia de construcción legislativa las legislaciones mercantiles latinoamericanas, como es el caso del
código chileno del argentino y el colombiano se inspiraron al igual que otros códigos en el código de
comercio napoleónico. Estas legislaciones mercantiles latioamericanas trataron de edificar su especialidad
o su particular campo de aplicación sobre el elemento objetivo de acto de comercio, aplicándose no solo a
quienes adquirían la calidad de comerciantes por el ejercicio profesional y habitual de dichos actos, sino
también a quienes sin ostentar tal calidad, ejecutaran actos considerados por la ley como mercantiles y se
vinculara de un modo u otro con los comerciantes. Así entonces las legislaciones privadas
latinoamericanas llegaron a contar con un doble régimen en materia de obligaciones y contratos,
diferenciándose entre sí, en principio por su campo de aplicación particular.
Pero desde hace largo tiempo se viene discutiendo respecto de si existe una verdadera justificación de ese
doble régimen, no solamente porque se regulan doblemente las instituciones contractuales, sino porque en
algunos casos ello no es tan claro: porque se tratan de manera diferente las mismas instituciones, sobre
que bases establecer las fronteras entre las codificaciones civiles y comerciales y finalmente; como
establecer las servidumbre entre las misma o cómo y en qué grado se puede acudir a la legislación civil en
materia contractual para regular situaciones mercantiles o viceversa. Mucho se ha debitado en doctrina
respecto de la conveniencia de establecer un régimen único de obligaciones civiles y comerciales, bajo el
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argumento de que la división del derecho privado en sus dos ramas, civil y comercial, obedecía
exclusivamente a una razón historia. Y para ello se dan dado diversos argumentos tanto a favor como en
contra en relación con la unificación total, sobre los cuales se han publicado una gran cantidad de trabajo
doctrinario y de investigación. Lo cierto es que no existe un consenso universal respecto de que los
derechos civil y comercial deban unificarse totalmente, menos aún que deban derogarse los códigos de
comercio, sino que las iniciativas unificadoras han tenido en casi todos los casos y salvo algunas
excepciones, a unificaciones particulares en determinadas áreas, en especiales de las obligaciones y los
contratos.
Por lo tanto se produce la unificación todo el campo del derecho privado, en el año 1986 la Cámara de
Diputados de la Nación designó una Comisión especial con el objeto de elaborar un proyecto de
unificación legislativa civil y comercial. Dicha comisión presidida por el diputado Osvaldo Camisar, requirió
el asesoramiento honorario de diversos juristas, entre los que se encontraban los doctores Héctor Alegia,
Atilio Alterini, Jorge Alterini, miguel Araya, francisco de la Vega, Horacio Fargosi, Sergio de la Pera y anna
Piaggi.
El proyecto elaborado por la comisión de juristas fue prontamente aprobado por la cámara de diputados el
15 de julio de 1987, aunque sufrió una considerable demora en el senado, el cual encomendó su revisión a
una comisión interna; sin embargo el 27 de noviembre de 1991 el proyecto fue definitivamente aprobado
por el Poder Legislativo bajo el numero de 24.032. Las características de este proyecto de unificación
eran: modificar el código civil de modo que supla la derogación del código de comercio y modernizar
algunos de sus contenidos; modificar ciertas leyes especiales para adecuarlas a la nueva situación.
El 23 de diciembre de 1991 el Poder Ejecutivo Nacional dicto el decreto 2719/91 mediante el cual veto el
proyecto de ley registrado bajo el número 24.032, a través del cual se unificaba la legislación civil y
comercial. Y sus argumentaciones fueron porque: la normativa elaborada planteaba la unificación in
extenso, con una serie de reformas que importaban imprimir criterios de política legislativa modificatoria de
la vigente en aquel entonces; desde los 4 años transcurridos desde su media sanción había variado
sustancialmente las condiciones de orden político y económico que habían hecho perder actualidad al
texto aprobado; el texto introducía modificaciones fundamental del código civil; el propósito había sido la
unificación del régimen de las obligaciones civiles y comerciales, pero sin embargo el procedimiento
utilizado fue derogar el código de comercio e incorporar todas las instituciones allí previstas al código civil.
Sin embargo, el poder ejecutivo no inválido la intención unificadora, o sea el objetivo de la unificación es
válido, pero el método utilizado devendría deficiente y los principios adoptados eran cuestionables. Estas
reformas parciales de los códigos den ser adaptadas cuidadosamente para no afectar la coherencia del
texto legal, y en consecuencia el veto de artículos aislados de un código es inconveniente por ser
susceptible de perjudicar la unidad sustancial que debe informar a las leyes orgánicas de fondo.
Posteriormente existieron varios intentos de reforma integral de la legislación civil y comercial, tal el caso
del proyecto de unificación proveniente de la honorable cámara de diputados en el año 1987, como
también la iniciativa del año 1993 en el cual la comisión federal de la cámara de diputados elaboro a su
vez otro proyecto de unificación.
El nuevo CCyCN
Dos décadas después, el 23 de febrero del año 2011, la entonces Presidente de la República Argentina,
CFK dictó el decreto 191/2011, mediante el cual creó la “Comisión para la elaboración del proyecto de ley
de reforma, actualización y Unificación de los CCyCN”, cuyo cometido seria el estudio de las reformas de
los códigos y producir un texto homogéneo de todo el referido cuerpo normativo. La Comisión se integró
con los señores Ministros de la CSJN, doctores Ricardo L. Lorenzetti, quien actuó como presidente y Elena
Highton de Nolasco y la profesora Aida de Carlucci.
Esta comisión debía elevar un proyecto de ley de reforma actualización unificación de los códigos en el
plazo de 365 días corridos, a partir de la fecha de su constitución, cometido que fue cumplido, teniendo
lugar el día 27 de marzo de 2012 una reunión en la Casa de Gobierno, en la cual la Presidente anunció al
país que el anteproyecto de nuevo código civil y comercial de la nación había sido redactado.
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El Poder Ejecutivo fundamento la iniciativa legislativa sosteniendo que el sistema de derecho privado, en
su totalidad había sido afectado en las últimas décadas por relevantes transformaciones culturales y
modificaciones legislativas. A criterio del poder ejecutivo, todas estas circunstancias (la reforma
constitucional del año 1994 y la incorporación a nuestra legislación diversos tratados de derechos
humanos) tornaban necesario proceder a actualizar y unificar la legislación nacional en materia de derecho
privado, procurando elaborar un obra que sin sustituir la legislaciones especial, contuviera una serie de
principios generales ordenadores.
Este anteproyecto fue revisado por el Poder Ejecutivo en el ámbito del Ministerio de Justicia y DD.HH el
cuál introdujo una serie de modificaciones al mismo y fue remitido al congreso de la nación para que fuera
analizado por una comisión bicameral. Por una resolución de la cámara de diputaos aprobada en 2012 y
en concordancia con el proyecto de ley que había enviado el poder ejecutivo de dispuso finalmente la
creación de la comisión bicameral, lo que fue también aprobado por el senado de la nación. Finalmente el
código fue sancionado por ley 26.994 y se dispuso su entrada en vigencia el 1 de agosto de 2015 por ley
27077.
El derecho comercial en el nuevo CCyC y su estructura
Los principios del derecho comercial se encuentran absolutamente presentes en el articulado del nuevo
código en la medida en que el mismo no ha importado una unificación del derecho civil y derecho
comercial, sino que se limita a la concentración en un único cuerpo normativo central de normas
estructurales y ciertos institutos del derecho civil y del derecho comercial manteniendo además, la plena
vigencia de las leyes especiales complementarias dictadas en relación a cada una de estas ramas las que
en sumatoria no han sido modificadas.
Lo que ocurre es una confusión porque ya no es tan sencillo identificar la naturaleza civil o comercial de
las normas por su ubicación en un código diferente, sino que se deberá estar atento a la naturaleza de los
derechos y obligaciones que la norma particular regula.
A partir del 1º de agosto de 2015, fecha en la cual entro en vigencia el nuevo CCyC, la estructura
legislativa del Derecho Comercial, quedó conformada por el mismo, sancionado por la ley 26.994 y la
siguiente legislación complementaria básica: Ley de Prenda agraria / Propiedad intelectual / Transferencia
de establecimientos Comerciales e Industriales / Arrendamientos y aparcerías rurales / Seguros / Ley
General de Sociedades / Servidumbre. Electroducto / De los aseguradores y su control / Corredores y
martilleros / Asociaciones Mutuales / Cooperativas / Sociedades del Estado / Entidades financieras / Ley
Orgánica de la Inspección General de Justicia / Marcas y designaciones / Seguros. Productor asesor /
Lealtad comercial / Marcas y señales / Ley de Defensa del Consumidor / Inmuebles / Cheque / Patentes de
invención. Régimen y reglamentación / Ley de Concurso y Quiebras / Titulo valores. Privados.
Nominatividad. Régimen /Factura de crédito / Transporte. Carga / Tarjetas de crédito / Defensa de la
competencia / Leasing / Habeas data. Protección de los datos personales / Firma digital / Adopción.
Registro único / Garantías constitucionales. Libertad de expresión. Internet. Búsqueda, recepción y
difusión de información e ideas.
Fuentes, reglas y principios del derecho comercial
La unificación legislativa unifica el sistema de fuentes, (antes era la costumbre en el derecho comercial, y
en el derecho civil su costumbre era la fuente estatal). En la regulación de una disciplina científica, varios
son los elementos que deben tenerse en cuenta a la hora de determinar el contenido y la interpretación del
sistema disciplinario creado y los parámetros para su interpretación. Y dentro de los elementos
reguladores podemos encontrar: las fuentes, las normas, las reglas y los principios.
1. Fuentes
Al referirnos a las fuentes del derecho mercantil, es en el sentido de forma de manifestarse la norma
jurídica. Tradicionalmente se ha dado distinguir entre las denominadas fuentes formales y las fuentes
materiales del derecho, definiendo a las primeras como los órganos reconocidos expresamente como
fuentes del derecho, siendo su nota distinta que obligan por mandato de un ordenamiento legislativo
determinado y su objetivo específico es la creación de una regla destinada a imprimir una dirección en la
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vida jurídica. Y las fuentes materiales por su parte, están constituidas por los factores o hechos que
concurren al nacimiento de una norma jurídica, tales como los grupos sociales, la comunidad internacional,
las tradiciones históricas y culturales, las doctrinas filosóficas y jurídicas.
Indica la comisión redactora, que el código establece la necesidad de una decisión judicial razonablemente
fundada mencionando una pluralidad de fuentes que exceden su propio texto, lo cual lleva a un necesario
dialogo entre ellas. Por esta razón se ha dispuesto en el art. 1 que en esta materia deben tener en cuenta
la CN, las leyes, los tratados de derechos humanos y la finalidad de la norma. Asimismo, dispone que la
ley debe ser interpretada art. 2 teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las
disposiciones sobre derechos humanos, los principios y valores jurídicos de modo coherente con el
ordenamiento. Finalmente se establece el deber del juez de resolver mediante una decisión
razonablemente fundada art. 3.
2. Ley
La ley es el pensamiento jurídico deliberado y consciente, expresado por órganos adecuados que
representan la voluntad preponderante en una multitud asociada. Es entonces, el pronunciamiento
solemne del derecho, la expresión racional del mismo, es conjuntamente pensamiento y voluntad porque
comprende una determinación lógica y un acto de imperio. Es toda regla social obligatoria, emanada de
autoridad competente, por consiguiente no solo son leyes dictadas por el poder legislativo, la CN, los
decretos, las ordenanzas municipales y los edictos policiales, los tratados internacionales. Es indudable
que la ley es la fuente primera y fundamental del derecho, así como que su preponderancia sobre las
demás fuentes es evidente.
En lo que se refiere a la ley mercantil, la misma es la norma jurídica emanada de los órganos competentes
del Estado y destinada a regular la materia mercantil, esto es, todos aquellos supuestos de hecho a los
que la propia ley considera mercantiles en cuanto ha sido dictada con el fin de regular principal y
directamente dicha materia mercantil.
3. Costumbre
La costumbre como fuente del derecho, permite el surgimiento del denominado derecho consuetudinario, y
esta es el modo habitual de actuar que se adquiere por la repetición de actos de la misma naturaleza; pero
la costumbre jurídica adquiere otra entidad, ya que es la reiteración por parte de la comunidad de un
mismo acto o sea de repetición de idénticas conductas frente a condiciones y circunstancias iguales, con
el convencimiento que responde a una necesidad social y que practica con conciencia de obligatoriedad.
4. Usos
Estos son iguales a la costumbre en su aspecto material ya que consiste en la serie de actos repetidos de
manera constante y uniforma, pero carecen del elemento psicológico, el cual es el de la convicción común
de que la observancia del uso responde a la necesidad jurídica.
5. Practicas
Son meros modos de comportamiento que una determinada comunidad o grupo realiza o despliega en
forma sostenida y repetitiva, aunque sin que generen una conciencia social de obligatoriedad, sino de
mera tradición y asiduidad.
En el código se utiliza las expresiones usos y costumbre en forma indistinta de moda que al abordar su
tratamiento habremos de considerarlas como una misma expresión. De este modo, usos prácticas y
costumbres mercantiles son aquellas conductas generalizadas, observadas en forma repetitiva por los
comerciantes y empresarios de una determinada plaza, o de un sector o rama determinados, en el
ejercicio de su actividad económica organizada, con el convencimiento de que responden a una necesidad
jurídica para la seguridad y celeridad del tráfico, vinculadas con dicha actividad.
Los principios del derecho comercial
10

Han sido considerados como un conjunto de exigencias de índole axiológica que sirven de inspiración y
base a las prescripciones de los ordenamiento positivos. Los principios existen dentro del mismo derecho
escrito ya que el mismo derivan de normas establecidas y son el espíritu o la esencia de la ley.
Constituyen claramente una fuente de derecho para la solución de los casos concretos y conformas pautas
valorativas que poseen la virtud o capacidad para actuar frente a defectos o lagunas existentes en la ley.
Los principios del derecho comercial son:
Buena fe: Es un concepto ético que ha sido receptado en las costumbres de los pueblos desde la
antigüedad cobrando vigencia a través de las ciencias morales, e incorporado al derecho a través de toda
su evolución. El principio de buena fe, está muy presente en el nuevo CCyCN sancionado por la ley
26994, por ellos es que en el art. 9 la buena fe está regulada como un principio general aplicable al
ejercicio de los derecho, lo que luego se complementa con reglas específicas aplicables a distintos
ámbitos; como el instituto del abuso del derecho art. 10, en la celebración interpretación y ejecución de los
contratos, en las tratativas contractuales imponiendo la pauta de conducta que evite la frustración de
dichas tratativas, en materia de contrato de transporte, en el boleto de compraventa para la protección de
los derechos del comprador, en las normas particulares del contrato de agencia etc.
Publicidad: Este presenta 2 diferentes visiones dentro de un mismo instituto, cual es la transparencia y el
conocimiento de la actividad comercial respecto de los terceros:
a. La registración de actos y documentos en un registro público.
b. Los registros documentales y contables.
El Registro Mercantil es un instrumento de publicidad legal, de forma que los hechos y actos inscriptos en
él se supone que son conocidos por todos y contrariamente los hechos y actos que deben ser inscriptos
pero cuya inscripción se omite, se consideran que son desconocidos por los terceros salvo en algunas
excepciones. El origen de esta institución de los registros mercantiles puede encontrarse en el carácter
corporativo que, históricamente, ha tenido el derecho comercial de modo tal que tradicionalmente se
imponía a los comerciantes la obligación de estar matriculados en el libro de cada corporación a la cual
estos pertenecieran.
Respecto de los Registros Documentales y Contables, anteriormente se establecía que todo comerciante y
también las sociedad comerciales estaba obligado a llevar cuenta y razón de sus operaciones y a tener
una contabilidad mercantil organizada sobre una base contable uniforme y de la que resulte un cuadro
verídico de sus negocios y una justificación clara de todos y cada uno de los actos susceptibles de
registración contable, debiendo complementar las constancias contables con la documentación respectiva.
La presunción de onerosidad: En materia de obligaciones comerciales la onerosidad se presume atento al
fin de lucro que importa toda actividad mercantil, mientras que ocurre lo contrario en la contratación civil, y
ello resulta lógico, en la medida en que el obrar de los comerciante y empresario no obedecen a una mera
conducta desinteresada, sino que en todo acto cumplido en el ámbito de un actividad comercial, es decir,
en la producción intercambio o tráfico de bienes y servicios en el mercado, se encuentra ínsito el fin de
lucro, el cual resulta claro dado que, como lo recogía el inc. 5 del art. 218 del código de comercio
derogado, los actos de los comerciantes nunca se presumían gratuitos.
El nuevo CCyCN incluye una serie de normas positivas específicas que modificando el criterio originario
del código de Vélez, imponen una presunción de onerosidad respecto de ciertos actos jurídicos y
contratos, al mismo tiempo en que mantiene dicho principio presuntivo en normas que anteriormente se
encontraban contempladas en el código de comercio derogado.
La apariencia: En principio, la doctrina concuerda en considerar que la apariencia se relaciona con una
situación jurídica y más precisamente con un derecho subjetivo. Una situación jurídica aparente existir,
aunque realmente no existe; esta circunstancia de aparentar pero no ser hace que entren en juego
intereses humanos relevantes que la ley no puede ignorar. Una relación por la cual un fenómeno
materialmente presente e inmediatamente real hace aparecer o manifiesta otro fenómeno y este otro
fenómeno no está presente materialmente y no es inmediatamente real. Y este es un principio fundamental
11

para que pueda desarrollarse la actividad mercantil en el tráfico de bienes y servicios en el mercado, pues
la celeridad y la seguridad de dicho tráfico así lo requieren.
El nuevo CCyCN recoge el principio de la apariencia, y el instituto más allá de que deba ser aplicado con
prudencia, procura proteger la confianza de los terceros y la celeridad en las transacciones en el art 368.
Para que la apariencia sea fuente de representación, es necesario que exista una actividad del
representado que genere en los terceros la creencia que una determinada persona reviste el carácter de
representante. Es decir que no basta que el que se pretende representante actué haciendo creer a los
terceros que reviste tal calidad sino que deber ser el propio representado el que genera la situación de
confianza en los terceros. El nuevo código menciona como ejemplo tres situaciones que generan
representación aparente, es decir que hay representación aun sin un acto expreso de apoderamiento,
estableciéndose una presunción al respecto:
a. Quien de manera notoria tiene la administración de un establecimiento abierto al público, pues se lo
reputa apoderado para todos los actos propios de la gestión ordinaria de este.
b. Los dependientes que se desempeñan en el establecimiento a quienes se presume facultados para
todos los actos que ordinariamente correspondan a las funciones que realizan.
c. Los dependientes encargados de entregar mercaderías fuera del establecimiento a quienes se
presume facultados para recibir el precio y otorgar el correspondiente recibo.
La confianza: Este ya tenía vigencia en el ámbito privado en el modo en el cual los comerciantes y
artesanos desenvolvían su actividad como parte de la relación del tráfico, ante la inexistencia de normas
legales imperativas y regulatorias de la actividad, la cual se ajustaba estrictamente a los usos, prácticas y
costumbres mercantiles. Con la evolución ciudad-estado, nacen dos instituciones vinculadas al desarrollo
del derecho comercial: las ferias y los mercados.
Para la celebración de una feria era necesario contar con una decisión favorable del príncipe territorial, en
la medida que por su naturaleza las ferias importaban no solamente una gran reunión de hombres y
mercaderías sino que se reconocía durante su celebración un derecho especial que garantizaba a quienes
concurrían seguridades mínimas esenciales para el tráfico; esas seguridades eran conocidas como la paz
de la feria implicando para quienes contravinieran dicha paz, severas sanciones. La vigencia de la paz en
la feria se garantizaba mediante la entrega a los mercaderes que concurrían de un salvoconducto, cuya
portación garantizaba la protección del príncipe territorial. Dicha paz del mismo modo era sostenida
también dentro del predio ferial a través de los custodios de la feria. Así en las transacciones comerciales,
las ferias y los mercados, los comerciantes se comportaban del modo y bajo el régimen que era esperado.
La confianza legítima se configuraría en las reglas que favorecen en forma general los vínculos entre los
poderes públicos y los ciudadanos constituyendo la protección abstracta de la confianza, por cuanto se
trata de normas impersonales que determinan una conducta específica a la generalidad de las situaciones
y que fijan por sí mismo los criterios del régimen jurídico. O sea la dimensión objetiva son las reglas que el
ente público crea y a los cuáles ha de someterse y la dimensión subjetiva está en el momento de la
aplicación de tales reglas, en el cual rigen los mecanismos de interpretación de los conceptos jurídicos
indeterminados y los de conciliación.
El nuevo CCyCN ha incorporado el principio de confianza legítima o de la protección de la confianza en el
art. 1968, dentro de la regulación del régimen de interpretación de los contratos señalando: la
interpretación del contrato debe proteger la confianza y la lealtad que las partes se deben recíprocamente,
siendo inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente relevante, previa y propia del mismo
sujeto. O sea que la confianza es la exigencia que se impone a todo aquel con sus conductas o sus
manifestaciones de voluntad, suscite en otro una razonable creencia con respecto a ellas, estando
obligado a no defraudar esa expectativa. Esta norma es de gran significatividad e importa una aplicación
del principio general de buena fe que debe primar en toda interpretación de los contratos. La
interpretación debe proteger la confianza y la lealtad que las partes se deben recíprocamente, siendo
inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente relevante previa y propia del mismo sujeto.
La constitucionalización del derecho privado
12

La clasificación del Derecho en Público y Privado era considerada una de las más importantes divisiones
del ordenamiento jurídico, siendo su verdadera consolidación y auge a partir de la RF de 1789.
Tradicionalmente, se suele emplear la expresión derecho privado para hacer referencia a las normas
aplicables a las relaciones entre particulares; mientras que derecho público sirve para designar las reglas
que organizan el poder público y que rigen sus relaciones frente a los particulares.
Sin embargo, estas definiciones se encuentran bastante lejos de dar una explicación para la diversidad y
particularidad de las normas de un sistema jurídico. Por ello, se pueden mencionar 2 fenómenos
importantes que han incidido notablemente en el significado de estas expresiones:
- Por un lado, el Estado y parte de las entidades estatales han comenzado a desarrollar actividades
propias de los particulares, que no siempre se relacionan de forma directa con la prestación de un
servicio público ni con el interés general. Por esto es que, entre el derecho público y el derecho privado
ya no hay una delimitación rigurosa. El derecho privado penetra en los servicios públicos a través de
los servicios públicos industriales y comerciales, y por intermedio de las empresas nacionales y las
sociedades de economía mixta.
- Por otro lado, el Estado ha asumido un papel más activo respecto de la intervención en las relaciones
económicas entre los particulares, lo cual, se suele designar mediante la locución orden público
económico, que implica obligaciones específicas en cabeza de los ciudadanos y prerrogativas para el
Estado, ya sea, para orientar la actividad contractual en un sentido favorable para la economía o bien
con fines de protección de la parte débil de la relación contractual.
En el nuevo CCyCN existe una comunicabilidad de principios entre lo público y lo privado en casi todos los
temas centrales. Es un cuerpo normativo en el cual existe una conexión entre la constitución y el derecho
privado. El CCyC instaura un cambio de paradigma, que surge principalmente de su Título Preliminar, que
consagra el denominado “diálogo de fuentes” y la constitucionalización del derecho privado, que establece
una comunidad de principios entre la Constitución, el derecho público y el derecho privado. Por ello, se
hace referencia directa o indirectamente a los tratados internacionales que forman parte del bloque de
constitucionalidad, sobre todo los vinculados a los derechos humanos.
La constitucionalización del derecho lleva a su unificación y nos conduce a aprehender el contrato como
un instrumento social con efectos claros en toda la comunidad. Nuestro sistema constitucional se basa en
la idea de la libertad, promueve la iniciativa individual y protege sus frutos en tanto no perjudiquen a otros.
Lo hace con una visión social, establecida en el art. 14 bis y en normas contenidas en los tratados de
DD.HH incorporados a nuestro bloque de constitucionalidad, y es por ello que establece regulaciones
destinadas a evitar la vulneración de los derechos de los contratantes en situación de mayor debilidad
jurídica, económica o social.
En este sentido, el Título Preliminar dispone que la ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos
individuales cuando pueda afectar al ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general. Es
más, la CN dispone derechos y deberes destinados a un hombre en sociedad, no aislado, y la Convención
Americana de Derechos Humanos determina que toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes;
no obstante, la ley puede subordinar tal uso y goce al interés social.
El paradigma protectorio en materia de consumidores y de los más vulnerables
Con la reforma introducida en la CN en 1994, en el art. 42 de dicho cuerpo normativo se incluyó una norma
específica referida a la protección de los consumidores.
Art. 42.- Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a
la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la
libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la
defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios
naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de
asociaciones de consumidores y de usuarios.
13

La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los


marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria
participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los
organismos de control.
El derecho del consumidor importa entonces un conjunto de normas que amparan y protegen a los sujetos
que asumen el rol de consumidores de bienes o servicios, como una de las partes en las relaciones de
consumo, frente a un proveedor.
Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un consumidor.
Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u
onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o
en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario
final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social. (1092)
Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o
jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de
servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por
parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social. (1093)
Interpretación y prelación normativa: Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser
aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el de acceso al
consumo sustentable. En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes especiales,
prevalece la más favorable al consumidor. (1094)

Interpretación del contrato de consumo: Se interpreta en el sentido más favorable para el consumidor.
Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se adopta la que sea menos gravosa. (1095)
Formación del consentimiento  El contrato de consumo nace con un desbalance, en el sentido que, el
consumidor se encuentra en una posición más inferior, más débil, frente a la del proveedor. Por ello, el
CCyC establece una serie de pautas generales que se deben tener en cuenta en el proceso de
negociación:
Trato digno: Los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno a los consumidores y
usuarios. La dignidad de la persona debe ser respetada conforme a los criterios generales que surgen de
los tratados de derechos humanos. Los proveedores deben abstenerse de desplegar conductas que
coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias. (1097)
Trato equitativo y no discriminatorio: Los proveedores deben dar a los consumidores un trato equitativo y
no discriminatorio. No pueden establecer diferencias basadas en pautas contrarias a la garantía
constitucional de igualdad, en especial, la de la nacionalidad de los consumidores. (1098)
Libertad de contratar: Están prohibidas las prácticas que limitan la libertad de contratar del consumidor, en
especial, las que subordinan la provisión de productos o servicios a la adquisición simultánea de otros, y
otras similares que persigan el mismo objetivo. (1099)
Control de incorporación  Las cláusulas incorporadas a un contrato de consumo pueden ser
declaradas abusivas aun cuando sean negociadas individualmente o aprobadas expresamente por el
consumidor. (1118)
Regla general  Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes especiales, es abusiva la cláusula que,
habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto provocar un desequilibrio
significativo entre los derechos y las obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor. (1119)
Situación jurídica abusiva  Se considera que existe una situación jurídica abusiva cuando el mismo
resultado se alcanza a través de la predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos. (1120)
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Límites No pueden ser declaradas abusivas: (1121)


a) las cláusulas relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio procurado;
b) las que reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en normas legales imperativas.
Control judicial  El control judicial de las cláusulas abusivas se rige, sin perjuicio de lo dispuesto en la
ley especial, por las siguientes reglas: (1122)
a) la aprobación administrativa de los contratos o de sus cláusulas no obsta al control;
b) las cláusulas abusivas se tienen por no convenidas;
c) si el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir
sin comprometer su finalidad;
d) cuando se prueba una situación jurídica abusiva derivada de contratos conexos, el juez debe aplicar lo
dispuesto en el artículo 1075.
ASPECTOS CONSTITUCIONALES
La “cláusula comercial”
Se llama así a la norma del art. 75 inc. 13, que confiere al congreso la facultad de reglar el comercio
interprovincial e internacional por lo que es atribución del congreso reglar el comercio marítimo y terrestre
con las naciones extranjeras, y de las provincias entre sí, o sea, el comercio interprovincial. Es de
Jurisdicción federal pero no de dominio.
Este inc. se relaciona con la libre navegación de los ríos Interiores, reconoce la competencia del gobierno
federal para reglar el comercio externo y el comercio interprovincial comprendiendo la regulación de todo
tipo de tráfico, intercambio, comunicación o tránsito de personas.  De ahí que las provincias tienen
prohibido dictar leyes sobre comercio o navegación interior exterior (art. 126 CN).
Entonces se encuentran reglados en esta cláusula todo asunto sobre:

 Comercio marítimo y terrestre con otras naciones y entre provincia.


 Todo lo relativo a la navegación.
 Reglas de libre navegación de ríos interiores habilitación de puertos.
Comercio no es solo tráfico o intercambio, sino también comunicación; o sea:

 Tránsito de personas, el transporte, la transmisión de mensajes, la navegación, la energía eléctrica, los


servicios telefónicos, alcanzando a productos, personas, pensamientos imágenes, noticias, etc.
El análisis en un doble aspecto sobre dicha cláusula, es en primer término, una fuente positiva de poder
del gobierno central y al mismo tiempo, una fuente de restricciones implícitas a los poderes locales en
cuanto se trata de regular y gravar el comercio.
La cláusula comercial, en compañía de otros dispositivos constitucionales, tales como aquellos que
establecen prohibición de establecer aduanas interiores (art. 9); el derecho a la libre circulación interior de
los efectos de producción o fabricación nacional así como los géneros o mercancías de toda clase (art.
10); la imposibilidad de imponer derechos de tránsito dentro del territorio nacional (art. 11); la veda de trato
discriminatorio en la navegación interior (art. 12) y la libre navegabilidad de los ríos interiores (arts. 26 y 75
inc. 10).
Se advierte también que la apelación abusiva de la cláusula de comercio por parte del Gobierno Federal
en materias que son de competencia propia de las autonomías locales, además de desinterpretar
incorrectamente el texto constitucional, provoca 2 consecuencias negativas:

 La restricción de competencias locales bajo el argumento (no siempre justificado) de interferencia


sobre la jurisdicción federal.
 La imposibilidad de las provincias de hacerse de sus recursos económicos a los fines de enfrentar sus
obligaciones de naturaleza presupuestaria.
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Artículo 14 bis.- El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que
asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada; descanso y
vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea;
participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la
dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical
libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial.
Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al
arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias para el
cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo.
El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En
especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o
provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación
del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección
integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una
vivienda digna.
EL ÁMBITO DE APLICACIÓN DEL DERECHO MERCANTIL
El derecho mercantil regula las relaciones patrimoniales de derecho privado que se verifican en el tráfico
entre la circulación de los bienes y el consumo. Luego, con la aparición del empresario como nuevo
protagonista de las relaciones, se le agrega el proceso de producción y así se amplía el ámbito de
aplicación del derecho comercial a la industria y a los servicios. Esto lleva a la incorporación de nuevos
tópicos de estudio como ser la propiedad industrial (patentes de invención, marcas de fábrica y
designaciones de comercio, modelos y diseños industriales, licencias de explotación, etc.). Finalmente,
con la irrupción de la informática y el E-Business esta disciplina se hace un derecho de fronteras vivas en
constante expansión y cambio.
LA LEX MERCATORIA
B. Goldman, cuya concepción de la lex mercatoria fue elaborada progresivamente, se refiere a ella como
un conjunto de principios generales y reglas consuetudinarias espontáneamente elaboradas sin referencia
a un concreto sistema jurídico nacional, reglas provenientes de diversas fuentes que nutren
constantemente las estructuras legales y la actividad específica de la colectividad de quienes operan en el
comercio internacional.
Goldman, colocará en el elenco de fuentes de la lex mercatoria en primer lugar, a los usos y reglas
consuetudinarias, las cláusulas contractuales generales y los contratos tipo. En una posición secundaria
aparecen la jurisprudencia arbitral y los principios generales entendidos como fuente subsidiaria cuya
función es integrar las lagunas dejadas por las anteriores fuentes.
Posteriormente, modificará este esquema de fuentes de manera que los principios generales del derecho
relativos a las relaciones comerciales internacionales y los principios comunes a los sistemas jurídicos
nacionales más la jurisprudencia arbitral serán las fuentes prioritarias de la lex mercatoria. Será el arbitraje
comercial internacional el que concrete los principios generales del derecho del comercio internacional y
los principios comunes a los sistemas nacionales en presencia.
Los tribunales arbitrales cumplirían una doble función: a) dirimir los litigios derivados de las relaciones
contractuales inherentes al comercio internacional atendiendo a las reglas y principios del derecho
transnacional en el que se incluye la lex mercatoria; b) contribuir a la manifestación y desarrollo de tales
reglas y principios a través de sus decisiones, que se convierten así en fuentes de la lex mercatoria.
La idea de una lex mercatoria como un orden jurídico se fundará en la existencia, de facto, de una societas
mercatorum de carácter internacional capaz de producir su propio derecho regulador de las transacciones
internacionales. Si cada institución produce derecho, inversamente sería derecho el conjunto de reglas que
rigen una sociedad existente de facto. En consecuencia, la existencia de una societas mercatorum
conduce a aceptar la juridicidad de las reglas de la lex mercatoria cuyo fundamento último no es otro que
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el principio de efectividad. Sin embargo, Goldman se verá obligado a matizar su concepto de orden jurídico
admitiendo que si bien la lex mercatoria no es un ordenamiento jurídico sí cumple la función de un orden
jurídico.
Para C. Schmitthoff se trata de principios comunes de las leyes relacionados con los negocios comerciales
internacionales, o reglas uniformes aceptadas por todos los países. Su concepción de la lex mercatoria le
hace concebir ésta como una especie de derecho material especial y autónomo del comercio internacional
dotado de un amplio grado de uniformidad internacional lo que le permitiría obviar las reglas de conflictos
estatales que constituyen un obstáculo para el comercio internacional. Ahora bien, a diferencia de
Goldman, Schitthoff entiende que este derecho transnacional se funda en el reconocimiento directo o
indirecto de los Estados pero destacando su especificidad dentro de los ordenamientos nacionales. Éstos
no pueden oponerse a que en el ámbito de la libertad contractual las partes usen y apliquen un Derecho
autónomo del comercio internacional mientras éste respete los límites del orden público estatal.
Paradigmas: Un paradigma es lo que comparten los miembros de una comunidad científica, toda la
constelación e creencias valores, técnicas y una comunidad científica consiste en personas que comparten
un paradigma, son quienes practican una especialidad científica, en el caso particular que abordamos, se
trataría de los especialistas en derecho civil y comercial. Los paradigmas consagrados en el código de
comercio derogado eran:
1. La figura del comerciante
El primer paradigma consagrado en el código de comercio derogado era la figura del comerciante y el
conjunto de ellos, a los que el art. 1 del código de comercio derogado concebía como aquellos individuos
que teniendo capacidad legal para contratar, ejercen de cuenta propia actos de comercio haciendo de ello
su profesión habitual. Se denominaban en general comerciante a toda persona que hacia profesión de la
compra y venta de mercaderías y en particular se denominaba comerciante al que compraba y hacia
fabricar mercaderías para vender por mayor o menor. Todos los que tenían calidad de comerciante según
la ley, estaban sujetos a la jurisdicción, reglamentos y legislación comercial y los actos de los comerciantes
se presumían siempre actos de comercio, salvo prueba en contrario.
El nuevo CCyCN ha abandonado el paradigma de la figura del comerciante como categoría de sujeto al
cual se le asigna un estatuto particular, eliminando el requisito estricto de la profesionalidad y la
habitualidad en el desarrollo de la actividad, por lo que establece en el art 320 del nuevo cuerpo legal
determina ciertas cargas y obligaciones particulares respecto de determinados sujetos: personas humanas
que realizan una actividad económica organizada o son titulares de una empresa o establecimiento
comercial, industrial agropecuario o de servicios.
2. La teoría del acto de comercio
El segundo paradigma sobre el cual se construía el derecho comercial en el código derogado, era la teoría
del acto de comercio, donde había leyes que determinaba cuales eran los actos de comercio
consignándolas en un principio general y leyes que efectuaban una enumeración de los actos de comercio.
El código derogado en el art 8 no definió la naturaleza propia de dichas operaciones, sino que se había
limitado a forjar una enumeración de ellas que aunque bastante larga, era incompleta y al mismo tiempo
incluir en la enumeración diversos actos y operaciones que nada tenían en común, desde la visión de los
legisladores que generaron el proyecto del nuevo CCyCN, sancionado por la ley 26.994 los antiguos
paradigmas contenidos en el código de Vélez habían sido superados por una nueva realidad económica y
social habiéndose producido una superación de la concepción decimonónica de las reglas y normas
contenidas en los código de Vélez generando la crisis de dichos paradigmas y la necesidad de la
incorporación de nuevos paradigma.
LAS RELACIONES DEL DERECHO COMERCIAL CON EL RESTO DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO
1. Con el derecho penal económico: tributario, cambiario, aduanero.
Derecho aduanero: Su relación se da en base a las reglas y disposiciones de las leyes que regulan el
comercio exterior, en la relación comerciante-aduana. Básicamente consiste en las disposiciones que debe
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seguir el comerciante para poder ingresar mercancías del extranjero o exportar, tasas arancelarias,
impuestos, certificados y pedimentos.
Derecho penal económico (delitos c/ orden económico y financiero, entre otros): En el campo del
comercio debido al auge que ésta actividad tiene, existen determinada infracciones en las que tienen
participación el comerciante o el hecho de tratarse de actos de comercio, por ejemplo en el caso de las
quiebras, o de no llevar los libros contables. Lo mismo existe en el campo de las sociedades anónimas
cuando se realizan ciertas actividades como el giro de cheques sin fondos que configuran el delito de
Libramiento Indebido en nuestra legislación penal. Es por ello que son de especial importancia para el
derecho comercial las normas que prevé y sancionan el libramiento indebido de cheques y otros delitos.
2. Sujetos involucrados en el derecho comercial preventivo y sancionatorio:
AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos): Es el organismo que tiene a su cargo la ejecución
de la política tributaria, aduanera y de recaudación de los recursos de la seguridad social de la Nación.
Dentro de la AFIP, hay 2 organismos llamados:

 DGI (Dirección General Impositiva): Se encarga de la recaudación impositiva, el establecimiento de


multas, sanciones, determinaciones de oficio, liquidación de deudas en gestión administrativa o judicial,
aplicación de sanciones u otros conceptos.
 DGA (Dirección General en Aduanas): Tiene a su cargo la aplicación de la legislación relativa a la
importación y exportación de mercaderías, como así también el control del tráfico de los bienes que
ingresan o regresan en el territorio aduanero. Su función principal es valorar, clasificar y controlar la
entrada y salida de mercaderías, como así también los medios en que son transportadas, asegurando
el cumplimiento de las disposiciones vigentes.
BCRA (Banco Central de la República Argentina): Establece normas para los bancos y es el gran
regulador del crédito y de la estabilidad monetaria, es decir, ejerce el contralor del mercado de los bancos.
BNA (Banco Nación de Argentina): Es una entidad independiente del Estado, que tiene autonomía sobre
su presupuesto y administración que promueve la producción agropecuaria, facilita los préstamos
hipotecarios a individuos, estimula la exportación de bienes y servicios nacionales y administra fondos de
jubilaciones y pensiones.
AGN (Auditoria General de la Nación): Verifica el cumplimiento contable, legal y de gestión por parte del
Poder Ejecutivo Nacional; controla la exposición completa, clara y veraz de las cuentas públicas y analiza
la administración de los intereses fiscales, pero no coadministra: examina hechos, actos y documentos una
vez finalizados los ejercicios, etc.
TCN (Tribunal de Cuentas de la Nación): Ejerce una función fiscalizadora en relación con la ejecución de
los programas de ingresos y gastos públicos y somete la actividad económico-financiera del sector público
a los principios de legalidad y de buena gestión.
UIF (Unidad de Información Financiera): Es el organismo público encargado de reportar no solo las
actividades dudosas o sospechas por su volumen o ajenidad al rubro económico que tiene determinada
persona jurídica o humana, sino también operaciones que tengan que ver con lavado de activos, con
operaciones de financiamiento de terrorismo y trata de personas (ya sea de explotación laboral o sexual).
OA (Oficina Anticorrupción): Es la encargada de llevar o de poner acento en las actividades de los
funcionarios públicos que pueden llegar a rozar conflictos de intereses (ejemplo: de tipo económico) o a la
corrupción.
INDEC (Instituto Nacional De Estadística y Censos de la República Argentina): Es un organismo
público desconcentrado de carácter técnico, dentro de la órbita del Ministerio de Economía de la Nación,
que ejerce la dirección superior de todas las actividades estadísticas oficiales que se realizan en la
República Argentina. Sus responsabilidades son: implementar la política estadística del Estado argentino;
estructurar y conducir el Sistema Estadístico Nacional (SEN); diseñar metodologías para la producción
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estadística; organizar y dirigir los operativos estadísticos de infraestructura; elaborar indicadores básicos e
información social, económica, demográfica y geográfica.
GAFI (Grupo de Ayuda Financiera Internacional): Es una institución intergubernamental cuyo propósito
es desarrollar políticas que ayuden a combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. 
3. Con el derecho administrativo
El Estado ha tomado a su cargo actividades de producción y de distribución, ya sea directamente o por
medio de Sociedades de Economía Mixta, o sociedades del Estado. La influencia de la corriente
intervencionista del Estado en la vida económica y en el campo comercial aumentan las situaciones en las
que el derecho comercial se ve invadido por las normas regulatorias del derecho administrativo.
CNV (Comisión Nacional de Valores): Es el organismo que ejerce el contralo de mercado de capitales.
CNDC (Comisión Nacional de Defensa de la Competencia) + TND (Tribunal Nacional de Defensa de
la Competencia): Son organismo que se vinculan con la Secretaria de Comercio del Ministerio de
Producción. El primero de ellos provee a la “defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de
los mercados” y el segundo tiene por objeto aplicar y controlar el cumplimiento de la ley 25.126 de
Cooperación Penal sobre libre competencia, teniendo funciones preventivas o tutelares, consultivas y
resolutivas.
S.SAL.N (Superintendencia de Salud de la Nación): Su objetivo primordial es garantizar el efectivo
cumplimiento del derecho a la salud y seguridad de la población cuando trabaja.
4. Con el derecho ambiental
COFEMA (Consejo Federal de Medio Ambiente): Tiene como principio rector el federalismo y reconoce
como objetivo principal, el de coadyuvar a la generación de una política ambiental de integración entre las
provincias y el gobierno federal. Es un ámbito de concertación de políticas ambientales, en el cual los
representantes de las diversas jurisdicciones, se expiden a través de acuerdos y normas como
Resoluciones y Recomendaciones, consensuadas, acordadas y suscritas en el marco de las Asambleas
Ordinarias y Extraordinarias.

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