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Localismo cosmopolita y mesogobiernos

Article · January 2000

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Luis Moreno
Spanish National Research Council
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LOCALISMO COSMOPOLITA
Y MESOGOBIERNOS
LUIS MORENO

El hombre es un animal de cercanías estatal y formación nacional en el desarrollo de autoridad estatal a los mercados inter-
Francisco Murillo de los Estados modernos, las relaciones gu- nacionales se ha efectuado en paralelo con
bernamentales en el seno de los Estados un aumento de la capacidad de influencia
n el umbral del tercer milenio, los ciu- contemporáneos, y la crisis de legitimidad de los mesogobiernos en áreas acotadas tra-
dadanos confrontan un escenario de de las instituciones políticas del Estado-na- dicionalmente a las administraciones esta-
acelerado cambio social. Los efectos ción han pasado a ocupar un lugar preemi- tales. Los mesogobiernos desarrollan su ac-
de los últimos desarrollos tecnológicos se nente en análisis y prescripciones. ción institucional en el nivel intermedio
dejan sentir en un refuerzo “descendente” Naturalmente la dimensión funcional entre lo local y estatal, y con una partici-
de las identidades societarias y en un forta- de la sociedad incide en todos los aspectos de pación directa en la economía internacio-
lecimiento “ascendente” de la mundializa- las organizaciones humanas. Los alinea- nal. La renovación de la vida comunitaria
ción de la economía. Ambas tendencias mientos y fracturas de clase, grupo y géne- en los niveles mesogubernamentales ha co-
conllevan elementos de incertidumbre y ro son factores estructurantes de la vida so- rrespondido con un creciente rechazo a la
condicionan las evoluciones de las demo- cial. Pero los elementos de identidad y te- centralización característica de los Estados
cracias europeas posindustriales1. Más allá rritorio han cobrado protagonismo como unitarios, y con un refuerzo proactivo de las
de la perenne pugna entre lo individual y lo responsables de la cohesión y dispersión so- culturas subestatales y de sus identidades
colectivo, asistimos a una reedición de la ciopolíticas contemporáneas. Además, los “proyecto”3.
vieja dicotomía entre lo propio y lo ajeno. ciudadanos muestran su disposición a inte- Los mesogobiernos ya no dependen
A resultas de ello, las identidades ciudada- grar complementariamente identidades va- necesariamente de la acción “racionaliza-
nas se hallan sometidas a un proceso de re- rias correspondientes a los diversos contex- dora” de las élites centrales y de los pro-
definición con derivaciones para la cultura tos económicos, políticos y sociales de las gramas de formación estatal característi-
política, la vida ciudadana, la movilización instituciones (municipales, regionales, na- cos de los siglos XIX y XX. El nivel inter-
social y el entramado institucional. cionales, supraestatales). Tal fenómeno de medio de la acción política cuenta con su
Subyace en el vigente proceso de trans- solapamiento identitario facilita el acuerdo propia burocracia e intelligentsia que sirven
formación social un énfasis en lo espacial. y la cooperación para superar conflictos y de “puente” entre lo local y lo global. En
Conceptos tradicionalmente orillados en enfrentamientos en países de composición realidad, su legitimidad se fundamenta en
los debates académicos contemporáneos, plural. El caso de España es un buen ejem- un tipo de localismo cosmopolita que se ma-
tales como los de autonomía, descentraliza- plo de ello. Su dinamismo institucional y el nifiesta no sólo en naciones minoritarias
ción o identidades etnoterritoriales, son establecimiento de nuevas arenas de inicia- que forman parte de un Estado plural (Ca-
ahora objeto de una febril revisión. Hasta la tivas económicas y sociales en el ámbito de taluña, Escocia), sino en regiones (Lan-
fecha, el interés predominante de científicos las comunidades autónomas confirma su guedoc, Véneto) o áreas metropolitanas
sociales y decisores públicos (policy makers) aggiornamento como país integrador de (Berlín, Bruselas). Estas dos últimas mani-
se había concentrado en la discusión sobre identidades en el proceso de europeización.
la eficacia y eficiencia de las instituciones es- Proceso que atiende a dos principios ya con-
tatales en la provisión de los servicios ciu- sagrados en el ordenamiento constitucio-
“desregularizadoras” anglonorteamericanas no se basan
dadanos. Ahora los enfoques teóricos han fi- nal español: la subsidiariedad y la exigencia en la evidencia empírica. Es más, se arguye que los pro-
jado su atención analítica en otras conside- democrática (democratic accountability). cesos de readaptación confrontados por los Estados de
raciones. Los procesos de construcción No cabe duda que el marco estatal asis- bienestar (en el primer mundo) deben adecuarse indi-
vidualmente a sus propias peculiaridades nacionales,
te a una pérdida progresiva de su soberanía. económicas, políticas y sociales, evitando confundir glo-
La incidencia de la mundialización econó- balización con la universalización de la experiencia nor-
1 El posindustrialismo pretende significar que los teamericana (Fligstein, 1998).
mica en dicho proceso es crucial, aunque es 3 Para Manuel Castells (1997) las identidades pro-
cambios en la economía productiva implican mutacio-
nes trascendentales en la estructura social de las demo-
de naturaleza más preceptiva que real yecto no parecen surgir de las antiguas identidades in-
cracias avanzadas (Esping-Andersen, 1999). En realidad, (Strange, 1995)2. Sin embargo, el trasvase cardinadas en la sociedad civil de la era industrial sino
las “sociedades posindustriales” reflejan nuevas formas del desarrollo de las identidades resistencia actuales. El
de “industrialismo avanzado”, las cuales son resultado de argumento es circular y referido al caso de EE UU. En
los cambios tecnológicos y de un transvase productivo el país norteamericano no cabe hablar de identidades et-
desde los sectores manufactureros al de servicios y, es- 2 Se sostiene, alternativamente, que las tesis de la noterritoriales, las cuales sí están fuertemente arraigadas
pecialmente, al de telecomunicación. globalización económica y las prescripciones políticas en el Viejo Continente y se “proyectan” hacia el futuro.

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festaciones del localismo cosmopolita pa- estatales poseen una mayor incidencia su- jo Estado nacional liberal5. La discontinui-
recen seguir pautas de revitalización de pra y subestatal4. Simultáneamente, los eu- dad y heterogeneidad de los entramados
pasadas y florecientes comunidades políti- ropeos traducen institucionalmente sus afi- sociales auspician que identidades diversas
cas (Estados-ciudad transalpinos, manco- liaciones identitarias de forma que se posi- interactúen entre sí de una manera a me-
munidad hanseática, principados centro- bilite un acceso más efectivo de la sociedad nudo impredecible.
europeos). Empero, y en contraste con el civil a la formación de decisiones políticas. Según los análisis normativos de las in-
periodo renacentista, existen ahora unos Es precisamente en el nivel mesocomuni- fluyentes escuelas funcionalistas norteame-
intereses socioeconómicos comunes y unas tario donde el grado de congruencia entre ricanas, la modernización y el progreso uni-
instituciones compartidas en el seno de la lo particular y lo general aparece como más versal requerían de una integración asimi-
Unión Europea. fructífero. Una mayoría de comunidades lacionista6. Con la aceleración de la cons-
Aún de forma gradual y tenue, la ma- autónomas, länder, regioni, naciones sin Es- trucción estatal en los siglos XVIII y XIX por
yoría de los países comunitarios han inte- tado o conurbaciones sustentan su acción la extensión del liberalismo burgués y el
riorizado las instituciones europeas como institucional en un localismo cosmopolita capitalismo industrial, se provocaría una
parte integral de su vida económica, políti- que aparece como mejor pertrechado para asimilación homogeneizadora de tipo cul-
ca y social. La Comisión, el Parlamento, el conciliar crecimiento económico y progre- tural, político y económico dentro de los lí-
Tribunal de Justicia, el Convenio de Schen- so social. mites geográficos de la organización estatal
gen, y la adopción del euro como moneda en ciernes. Consiguientemente, las dife-
común son referentes institucionales de pri- Identidades societarias rencias etnoterritoriales en el seno de los
mera magnitud en la vida cotidiana de los y mundialización económica Estados serían, paulatinamente, sustituidas
ciudadanos de la Unión Económica y Mo- La modernización trajo junto con el Esta-
netaria. Incluso áreas de actuación históri- do-nación la asunción de una identidad
camente reservadas a los niveles centrales ciudadana omniabarcante enraizada en los 5 Recuérdese, tal y como ha señalado Yael Tamir

órdenes cívico y cultural. En el tránsito ha- (1993), que la mayoría de los postulados liberales son
cia el tercer milenio, tal tipo de identidad se nacionalistas estatalistas.
6 Estos teóricos funcionalistas, en sus variantes
4 Debe recordarse que dichos procesos se han de- encuentra en reflujo. Al tiempo que la iden- conductista y difusionista, han sido beligerantes ahisto-
sarrollado en Europa durante un largo periodo de creci- tidad nacional estatal ha sido corroída por ricistas. Para ellos la historia es una mera sucesión de
miento económico estable, caracterizado por la ausencia las fuerzas de la globalización, su funcio- eventos que, merced a la ausencia de replicabilidad, no
de guerras, excepción hecha de los últimos conflictos permite comparaciones y generalizaciones. Asocian la
bélicos en la península Balcánica. Algunos autores, no
nalidad ha quedado expuesta a procesos de historia, además, con sociedades primitivas y premo-
obstante, opinan que la potencialidad de escenarios pe- fragmentación, competición y elementos dernas, por lo que su estudio debería dejarse a los an-
simistas puede estar a la vuelta de la esquina. Las siem- superpuestos de una múltiple y variada ín- tropólogos culturales. Naturalmente, el énfasis cuanti-
pre latentes rivalidades entre los Estados-nación, con- dole. Además, un fortalecimiento de las tativo y neopositivista está implícito en estas considera-
flictos comerciales entre las regiones mundiales, el in- ciones, constituyendo uno de los rasgos más carac-
cremento del fundamentalismo religioso y la xenofobia, identidades locales, regionales y nacionales terístico de la contemporánea ciencia social estadouni-
son potencialmente explosivas (Chomsky, 1994). minoritarias es patente en el marco del vie- dense (Safran, 1987).

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LOCALISMO COSMOPOLITA Y MESOGOBIERNOS

por una nueva hornada de conflictos fun- lización unitaria durante los siglos XIX y ción de la democracia al facilitar un acceso
cionales, especialmente, de tipo material XX, no es menos cierta la pervivencia de más efectivo de la sociedad civil a la for-
interclasista. El curso de la historia, lejos de profundos ligámenes afectivos de los ciu- mación de decisiones políticas e institucio-
corroborar semejantes asertos, los ha falsa- dadanos a sus nacionalidades y regiones nales. En el caso de España, este último
do repetidamente. Así ha quedado amplia- (Linz, 1973). proceso se articula mediante una federali-
mente constatado con el resurgir de los Alrededor de tres cuartas partes de los zación de su diversidad etnoterritorial (Mo-
movimientos etnoterritoriales en Europa. ciudadanos españoles se adscriben sin ex- reno, 1997a).
Para los científicos sociales el problema clusiones a ambos ámbitos espaciales: na-
surge a la hora de establecer líneas divisorias cional/estatal o español, y etnoterritorial o Nexo común, efectos diversos
en la autoidentificación de los ciudadanos, autonómico7. En realidad, la doble nacio- En el mundo contemporáneo, los mitos
así como en la interpretación de las causas nalidad manifestada en una lealtad com- étnicos y las pertenencias grupales siguen
de movilización política que se relacionan partida a las instituciones estatales y su- constituyendo el trasfondo de buena parte
con las identidades territoriales. En reali- bestatales, y ligada al modo de identidad de los anhelos de la ciudadanía. En particu-
dad, existen identidades múltiples compati- dual de los españoles, refleja el solapa- lar, las sociedades de la Europa meridional
bles en diversos grados y sujetas a una cons- miento entre lo general y lo particular. Se parecen reforzar lazos seculares de integra-
tante interiorización por los miembros de produce así una congruencia espontánea y ción en el seno de la familia8, o persiguen
los grupos de adscripción. Como puede ser simultánea entre lo español y lo andaluz, recrear viejos ámbitos culturales y políti-
el caso de la identidad europea, los niveles catalán, vasco, etcétera. Ha sido determi- cos en los niveles subestatales.
supranacionales de pertenencia pueden in- nante en este proceso de compatibilidades La revolución informacional reproduce
tegrar complementariamente identidades identitarias la transformación del hiper- viejas divisiones entre participantes “acti-
municipales, regionales, nacionales y esta- centralista Estado franquista en otro des- vos” (clases medias urbanas y con niveles
tales. Esta combinación identitaria está en centralizado, donde autonomía y solidari- educativos altos, principalmente) y “pasi-
la base de la articulación de instituciones dad son fundamentos de la convivencia vos” (clases subordinadas y con instrucción
que cooperan en diversos niveles adminis- democrática. básica, mayores y población rural). Sin em-
trativos y que comparten viejas soberanías Deben tomarse en cuenta, igualmente, bargo, en los países desarrollados el acceso
y ámbitos de organización política. las relaciones de interacción intergrupal en a los nuevos instrumentos de comunica-
En el caso de España, la persistencia el seno de los Estados. El acuerdo y la coo- ción no posee un carácter socialmente res-
de una identidad dual o doble nacionalidad peración etnoterritorial no sólo constitu- tringido y su costo material no supone un
revela la naturaleza ambivalente de sus re- yen una manera de superar conflictos y en- impedimento para una gran mayoría de
laciones etnoterritoriales. Los peculiares frentamientos en politeyas de composición
procesos de construcción estatal y forma- plural, sino que auspician una profundiza-
ción nacional en la historia moderna de 8 Según los resultados de la investigación dirigida
España explican en gran parte cómo los por Tomás Calvo, casi tres cuartas partes de los escola-
ciudadanos se autoidentifican en el marco res españoles consideraban a la familia como la fuente de
7 Adoptamos la terminología de español y autonó- socialización principal y en “… donde se dicen las cosas
de las comunidades autónomas. Si bien es
mico para hacer más gráfica su comprensión al lector. más importantes para la orientación en la vida”. En se-
patente el carácter nacional del Estado es- Naturalmente, y desde un punto de vista constitucional, gundo lugar, pero a más de cincuenta puntos, figuraba
pañol, fruto principalmente de la naciona- lo autonómico es igualmente español. la escuela (El País, 3 de febrero de 1998).

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LUIS MORENO

sus consumidores. Ello ha favorecido una mo de sus respectivas sociedades civiles. midades políticas (municipio, región, na-
difusión informacional que contribuye no Los ejemplos en la Europa occidental no ción, Estado, Unión Europea).
sólo a la preservación de culturas minori- se manifiestan sólo electoralmente (CiU-
tarias, sino a su conocimiento por parte de Cataluña, CSU-Baviera, Lega-Padania, Los mesogobiernos en España:
otras. La existencia de pueblos integrados SNP-Escocia). También los movimientos actores de movilización política
en Estados nacionales se ha hecho más vi- sociales y los agentes de desarrollo local España, un estado de composición plural,
sible para el gran público. encuentran un contexto flexible y ágil a asiste en el tránsito al tercer milenio a la
A su vez, la globalización implica una las necesidades cambiantes impuestas por institucionalización en clave federal de su
relativa superación del Estado-nación como la revolución informacional (Madrid me- organización política territorial. La reorga-
arena central en la que se ha venido repre- tropolitano, París-Île de France, Greater nización territorial y política del Estado de
sentando la trama de vida económica du- Londres, región de Bruselas). En estos las autonomías ha generalizado en España
rante las dos últimas centurias. El Estado- ámbitos las identidades territoriales no unas relaciones de concurrencia múltiple et-
nación asiste como espectador, en muchas poseen una base necesariamente étnica. noterritorial (Moreno, 1997b). Sus rasgos
ocasiones pasivo, a la vorágine de las tran- Junto a su vocación como urbes cosmo- constitutivos incorporan elementos políti-
sacciones financieras planetarias. Su antaño politas convive una aspiración por desa- cos, sociales y económicos en un modo di-
influyente política económica debe tener rrollar culturas cívicas a la vez locales y námico, y condicionan los escenarios de
ahora en cuenta las constricciones impues- cosmopolitas. conflicto y cooperación en la España auto-
tas por los mencionados flujos. Este neolocalismo9 en la Europa occi- nómica. El término concurrencia se emplea
A resueltas de todo ello, la índole de la dental habría que diferenciarlo de la expe- en su acepción de competición múltiple y
competición y las pautas de conducta do- riencia neocomunitarista en Estados Uni- simultánea, de la cual resultan, aunque no
mésticas e internacionales están creciente- dos, donde se prescribe un incipiente rena- en un proceso lineal y necesario, acuerdos
mente conformadas por las nuevas pautas cimiento de la comunidad de base local políticos amplios. En esta interpretación
del mercado global y las estrategias de las (Etzioni, 1993). Buena parte de las expe- semántica subyacen principalmente los ele-
empresas multinacionales. Ahora bien, riencias comunitaristas norteamericanas mentos de asimetría, heterogeneidad y plu-
contra lo que comúnmente se aduce, aque- son actos reflejos defensivos ante fracturas ralidad, los cuales conforman el patrón fe-
llas reglas y pautas no son territorialmente sociales apremiantes (criminalización), res- deralizante de la organización territorial del
neutrales. El mercado no se rige exclusiva- puestas instrumentales al urbanismo resi- Estado de las autonomías.
mente por intereses de rentabilidad al mar- dencial (aislamiento en las zonas suburbia- Los mesogobiernos han adquirido un
gen de factores territoriales. En la consi- les) o instancias de socialización alternativas protagonismo institucional como actores
deración de las plazas financieras donde a las prácticas sociales imperantes (indivi- de movilización política sin parangón en la
invertir o localizar nuevas industrias pri- dualismo posesivo). última historia española. Para afianzar su
man los tipos de intereses e incentivos de En el Viejo Continente, el referente objetivo de legitimidad institucional, han
radicación, pero también lo hacen las cir- supranacional del proceso de convergencia desarrollado actuaciones en pos de maxi-
cunstancias menos tangibles como puedan de la UE aporta un elemento “nuevo” de mizar sus actuaciones económicas y políti-
ser el desarrollo institucional y político del cosmopolitismo forjado en la “vieja” cultu- cas. La supraestatalización de la política en
país destinatario, su sistema educativo, las ra europea universalista. Coyunturalmente, Europa y el grado creciente de mundializa-
afinidades de lengua y cultura entre origen y ante los problemas económicos encarados ción económica han favorecido que los me-
y destino transnacional, o el clima de paz y por Europa en el contexto de una compe- sogobiernos españoles no se hayan refugia-
la cohesión social. Capital humano y capi- tencia global, se ha especulado con la idea do meramente en prácticas políticas de ex-
tal social se han constituido en elementos de su secesión de la economía mundial. Se- culpación (blame avoidance). También se
decisivos a tomar en cuenta en la elección gún esta visión, el levantamiento de un han implicado en la puesta en vigor de nue-
de las plazas financieras por el capital muro aduanero preservaría las conquistas vas políticas públicas (policy innovation).
inversor. sociales de generaciones de esforzados eu- Los objetivos han sido, en suma, los de ha-
Junto con los efectos limitadores que la ropeos, amén de mantener un compensado cer atractivo el país, región o localidad con
mundialización económica supone para los ritmo de crecimiento10. Pero semejante fines de inversión y desarrollo comunitario.
Gobiernos estatales, la vocación centrali- curso aislacionista abocaría el europeísmo Naturalmente, y aunque el principio
zadora de los Estados unitarios ha colisio- cosmopolita a una mudanza desnaturali- constitucional de solidaridad sirve de amor-
nado con los deseos autonomistas de re- zadora. tiguador a las pretensiones excesivamente
giones y municipalidades, divergencia ge- Corolario de los divergentes efectos del particularistas de los mesogobiernos, la
neradora de no pocas tensiones. Recuérdese nexo local-global es un entrelazamiento de concurrencia múltiple etnoterritorial en Es-
que las reglas del mercado global también identidades y una multiplicidad identitaria paña introduce a menudo un elemento de
atañen a los niveles subestatales, circuns- favorecedora de un variado abanico de le- competencia entre los mesogobiernos en
tancia que favorece su participación direc- altades hacia las diversas fuentes de legiti- su dimensión material. Recuérdese que la
ta y sin intermediarios. Mediante ayudas concurrencia es un fenómeno social que
regionales, cesiones urbanísticas o acuer- suele ser indeseable para los competidores.
dos concertados con sindicatos y patrona- 9 O nuevo localismo, de corte municipalista, que
Es decir, a los que ofrecen sus productos y
les locales, algunos mesogobiernos han de- apunta a las potencialidades de los ayuntamientos para
servicios les gustaría eliminar a los compe-
mostrado gran capacidad de negociación la puesta en marcha de iniciativas de desarrollo econó- tidores y hacerse en monopolio con la
con las compañías transnacionales. mico, político y social, asegurando modelos de mayor clientela.
Al reforzarse las identidades territo- democracia participativa (Navarro Yáñez, 1998). Los mesogobiernos en España han des-
10 Así lo expuso Manuel Castells en su artículo, ‘El
riales locales y regionales se han auspicia- dilema europeo’, publicado en El País, 10 de abril de plegado una panoplia de actuaciones, pro-
do unos mayores deseos de protagonis- 1996. gramas y políticas públicas que han contri-

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LOCALISMO COSMOPOLITA Y MESOGOBIERNOS

buido enormemente a dinamizar no sólo la por las administraciones autonómicas y lo- taluña, Euskadi y Galicia. Su distinto ori-
vida política y social sino también el desa- cales, las cuales han contado en ocasiones gen diferencial parece indicar que las na-
rrollo económico español. Es en este senti- con el concurso del Gobierno central (Plan cionalidades reclamarán legítimamente la
do inapropiado hablar hoy en España de Concertado de Prestaciones Básicas). atención debida a su asimetría constitutiva.
unas simples relaciones entre un centro pre- El diseño y posterior implantación de En lo que afecta a las competencias insertas
eminente y una periferia subordinada, ni si- los IMI tuvieron su origen institucional en en sus singularidades identitarias (cultura,
quiera de un norte próspero y un sur atra- Euskadi. En marzo de 1989, el Ingreso Mí- geografía, lengua, tradiciones) es lógico
sado, como sucede en el caso de Italia (Gi- nimo Familiar, antesala del posterior In- pensar que también procurarán mantener
ner y Moreno, 1990). greso Mínimo de Inserción, entró en vigor una disparidad competencial respecto a
Los ritmos en la gestión e innovación en la Comunidad Autónoma Vasca, cons- otras comunidades autónomas. Resta por
institucionales han sido asimétricos en línea tituyéndose en el precedente y referente de comprobar si semejante vindicación es ex-
con la propia heterogeneidad autonómica. planes similares puestos en práctica con tensible a otros campos en los que los he-
El empuje de Cataluña y el País Vasco por posterioridad en todas las comunidades au- chos diferenciales (económicos, institucio-
el autogobierno, por ejemplo, se ha basado tónomas11. El efecto de mímesis autonómi- nales, sociales) podrían ser esgrimidos por
mayormente en la apelación a sus hechos ca en la extensión de los IMI por toda Es- la práctica totalidad de las regiones espa-
diferenciales. Así asumieron la iniciativa paña, si bien con particularidades y especi- ñolas.
constitucional en la captación de recursos y ficidades de cada comunidad autónoma, El ejercicio del derecho a la autonomía
poderes desde el inicio del proceso de des- ha sido ejemplar en lo que a los efectos in- de las “nacionalidades históricas” no debe-
centralización. Las restantes comunidades novadores de las políticas públicas autonó- ría implicar una limitación al ejercicio de
autónomas han tenido como referente en micas se refiere. Además, es erróneo califi- dicho derecho por el resto de las regiones
sus reivindicaciones y capacidades de ad- car la naturaleza de tales planes como me- españolas. Con el desarrollo de las prácticas
ministración a las antedichas nacionalida- ramente “subordinada” a la acción estatal de concurrencia múltiple los mesogobier-
des. Existe, pues, una tendencia a la míme- central. En realidad han sido actuaciones nos han desplegado unas ciertas prácticas
sis autonómica que junto al agravio compa- públicas de nuevo cuño implantadas por las “diferenciales” que pueden perjudicar indi-
rativo constituyen dos pilares en la propias comunidades autónomas, y que rectamente a otros territorios autónomos li-
actuación de los mesogobiernos españoles. pretendían completar el sistema asistencial mítrofes. En este sentido, el caso más ilus-
En un país donde envidias y piques de Estado de bienestar en España con una trativo es el relativo a los incentivos fiscales
son patrimonio común de todas sus idio- “red mínima de seguridad” (safety net). a fin de atraer inversiones foráneas, lo que
sincrasias, el afán por no quedarse rezagado En lo que afecta a nuestra discusión, la genera conflictos a la hora de las localiza-
o sentirse discriminado no podía menos relevancia de los programas de ingresos mí- ciones –y relocalizaciones– industriales13.
que condicionar el desarrollo del proceso nimos radica en que se trata de una políti- No cabe esperar una nivelación auto-
autonómico. Así, las distintas comunidades ca pública que tiende a fortalecer la ciuda- mática de las rentas en el conjunto territo-
autónomas se “vigilan” entre sí y mantienen danía social a nivel mesocomunitario. Sus rial de España por la simple mejora de la
un escrutinio –formal e informal– de aque- efectos para el refuerzo de las identidades gestión de las comunidades autónomas y
llos traspasos y delegaciones realizados que subestatales son, por tanto, de gran impor- las municipalidades, aunque no cabe duda
podrían comportar una situación de “pri- tancia. Con su implantación, los ciudada- que ello contribuiría decisivamente a una
vilegio” de unas comunidades respecto de nos “visualizan” la acción de los poderes mayor eficiencia económica. Tampoco ca-
otras. Sin embargo, lejos de un carácter públicos más próximos, como es el caso de be argüir la tendencia “natural” al equilibrio
meramente reactivo, la “observación parti- las ayudas a sus convecinos en situaciones territorial, producto de la acción libre de las
cipante” de los mesogobiernos implica ele- de pobreza o exclusión social12. fuerzas del mercado14. Por otra parte, las
mentos innovadores y proactivos, y se ha Políticas públicas como los programas políticas de intervención económica desde
plasmado en transferencias de programas de ingresos mínimos de inserción coadyu- el Gobierno central a menudo reflejan los
públicos que han superado corsés y legados van poderosamente a recrear las bases so- intereses particulares de las élites regionales
institucionales (path dependency). En el ca- ciales de comunidades cuyo nexo de unión cooptadas a las instancias centrales de la
so de la España autonómica, la herencia es el lazo intuitivo de su ascendencia co- Administración. Ejemplos de tales prácticas
del pasado ha estimulado indirectamente mún (Gemeinschaft), caso de la mayor par-
una mayor capacidad de innovación de po- te de las comunidades autónomas españo-
líticas públicas. Una ilustración práctica de las. Se ha aducido a menudo que los hechos 13 La propia Comisión Europea vela para que no

ello, analizada brevemente a continuación, diferenciales deberían traducirse en mayores se produzca competencia desleal mediante ayudas de ti-
ha sido la implantación de los programas competencias y “cuotas de poder” para Ca- po fiscal (fiscal dumping). El reciente rechazo a los in-
centivos aprobados inicialmente por el Gobierno vasco
de ingresos mínimos de inserción (IMI). es prueba de ello.
Los también denominados como “salarios 14 Es ésta una argumentación sofista sin sustenta-
11 Dos son los objetivos principales de los progra- ción en la realidad de la actividad económica. Cierta-
sociales” han contribuido a favorecer una
mas puestos en marcha bajo la denominación de ingre- mente, las fuerzas del mercado tienen a aumentar la
espiral de incentivación y de renovación de sos mínimos de inserción: a) garantizar un ingreso mí- desigualdad entre regiones, cuyos niveles de crecimien-
los servicios sociales con base autonómica. nimo a los ciudadanos que acrediten su situación de ne- to económico ya eran desiguales en sus inicios. Gunnar
Recuérdese que la Constitución de cesidad; y b) favorecer la inserción social de los Myrdal (1957) apuntó que se trataba de un proceso de
perceptores (Serrano y Arriba, 1998). “desequilibrio acumulativo”.
1978 establece la asistencia social como 12 En el caso de Euskadi, la previsión de esta polí- 15 El cual se diferencia del tipo de subsidiariedad
una competencia “exclusiva” de las comu- tica social toma en cuenta la peculiar confederación de funcional, característico de los regímenes del bienestar
nidades autónomas (artículo 148; 20). La sus “territorios históricos”, así como las relaciones de di- continental y que favorece que la iniciativa social tome
labor innovadora en la reestructuración y rección y coordinación entre las Juntas Generales, las el protagonismo en el diseño, elaboración y provisión de
Diputaciones Forales y los servicios sociales municipa- programas sociales. Los poderes estatales, subsiguiente-
creación de nuevos programas de bienestar les de base que atienden directamente a los perceptores mente, garantizan los pactos sociales alcanzados en la
ha sido asumida en su práctica totalidad del subsidio. concertación social por los agentes sociales.

42 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 100



han sido la regla en la historia política de la ETZIONI, Amitai: The Spirit of Community. Rights,
España del siglo XIX y XX y en otros países Responsibilities, and the Communitarian Agenda.
Crown, Nueva York, 1993.
del sur de Europa. Sólo, pues, una acción
conjunta de las administraciones central, FLIGSTEIN, Neil: Is Globalization the Cause of the
autonómica y local puede procurar un Crises of Welfare States? Working paper SPS 98/5.
Instituto Universitario Europeo, Florencia, 1998.
mantenimiento de grados proporcionados
de solidaridad interterritorial de acuerdo a GINER, Salvador, y MORENO, Luis: ‘Centro y peri-
las potencialidades de las sociedades civiles feria: La dimensión étnica de la sociedad española’,
en Giner, Salvador (dir.), España. Sociedad y políti-
autonómicas. ca. págs. 169-197, Espasa-Calpe, Madrid, 1990.
Las áreas de gestión e innovación sus-
ceptibles de ser asumidas por los mesogo- LINZ, Juan: ‘Early State-Building and the Late Pe-
ripheral Nationalisms against the State: the Case of
biernos son todavía amplias. Las provisio- Spain’, en Samuel Eisenstadt y Stein Rokkan (eds.),
nes constitucionales amparan la profundi- Building States and Nations: Models, Analyses and
zación del autogobierno en España Data across Three World, págs. 32-116, Sage, Be-
(artículo 150.2). Es no sólo posible sino verly Hills, 1973.
deseable intensificar el protagonismo me- MORENO, Luis: La federalización de España. Poder
sogubernamental. Los mesogobiernos es- político y territorio. Siglo XXI, Madrid, 1997a.
tán convenientemente pertrechados de ins- – Concurrencia múltiple etnoterritorial, en CLAVES
trumentos económicos, políticos y sociales DE RAZÓN PRÁCTICA, núm. 79, págs. 24-30, 1997b.

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es aquel más próximo al ciudadano como versity Press, Princeton, NJ, 1993.
sea posible.
Con el progresivo trasvase de la otrora
omnipotente soberanía de los Estados-na-
ción a la Unión Europea, la iniciativa y
rendimiento institucional de aquellos foros
de la vida ciudadana conformado por las
adscripciones identitarias será indudable-
mente mayor. Cabe colegir, por tanto, que
aquellos países europeos con estructuras fe-
derales o federalizantes estarán mejor equi-
pados institucionalmente para confrontar
las situaciones generadas por la creciente
globalización social y económica. Se auspi-
ciará, de ese modo, un desarrollo econó-
mico más equilibrado mediante una cohe-
sión social cimentada en las múltiples iden-
tidades de sus ciudadanos. ■

BIBLIOGRAFÍA
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Nº 100 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



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