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PRINCIPIOS BÁSICOS DE QUÍMICA Y ESTRUCTURA

TEMA 7: ENLACE IÓNICO


7.1 INTRODUCCIÓN

El entorno que nos rodea está integrado por elementos combinados entre sí y no por átomos aislados (con
excepción de los gases nobles). Por esa razón ha de disponerse de una teoría del enlace químico que explique
por qué se combinan unos determinados átomos con otros y por qué lo hacen en unas proporciones
definidas, y que justifique, además, la estructura geométrica de las moléculas y los aspectos energéticos que
acompañan a la formación de los enlaces.

7.2 CONSIDERACIONES ENERGÉTICAS DEL ENLACE QUÍMICO

Existen átomos que se combinan entre sí para formar especies poliatómicas estables de propiedades
diferentes a los átomos de partida, y hay otros que no.

Pongamos que dos átomos cualesquiera A y B se aproximan. Sus núcleos y nubes electrónicas
interaccionarían mutuamente. Que no formen una combinación estable podría deberse a la existencia de
repulsiones cada vez más grandes conforme la distancia interatómica disminuye.

Con esto la energía del sistema aumentaría, llegando a un grado de inestabilidad mayor.

Que A y B formen una combinación estable puede deberse a que al aproximarse, se produce algún
“fenómeno” que origina fuerzas de tipo atractivo, que si superan las fuerzas repulsivas, serían responsables
de una disminución de la energía del sistema hasta llegar a un mínimo r0. A partir de esa distancia, al seguir
aproximando los átomos, la energía vuelve a aumentar ya que, a distancias muy pequeñas, las fuerzas
repulsivas entre las nubes electrónicas y los núcleos se hacen mayores que las fuerzas atractivas.

A la distancia r0 existe un “agregado” atómico cuya energía es menor que la del sistema constituido por
átomos separados. Cuando la disminución de energía es superior a unas 10 kcal/mol de átomos, se dice que
se ha producido un enlace químico.

¿Cuál es el “fenómeno” que ha tenido lugar para originar esas fuerzas atractivas? Kossel dio una primera
explicación, ampliada poco después por Lewis en su regla del octete: los átomos forman enlaces perdiendo,
ganando o compartiendo los electrones necesarios para alcanzar las configuraciones electrónicas externas
de los gases nobles (se llama octete porque todos los gases nobles, a excepción del helio, tienen ocho
electrones externos).

7.3 TIPOS DE ENLACES

Al producirse ese reajuste mutuo, los electrones dejan de estar sometidos a la influencia exclusiva del átomo
al que pertenecían y caen bajo la influencia del otro átomo del enlace. Tiene lugar así la formación de
distintos tipos de enlace:

a) Enlace iónico: algún/os electrón/es de uno de los átomos se separa/n completamente de él, cayendo
bajo la influencia única del otro átomo. Por ejemplo: Na + Cl → Na+Cl-
b) Enlace covalente: no hay transferencia de electrones de un átomo a otro, si no compartición de
electrones por los dos átomos. Cada electrón está bajo la influencia de los dos átomos. Por ejemplo:
H·+H·→H:H

Existen otros tipos de enlaces: enlace metálico, enlace de hidrógeno y enlace de Van der Waals (en estos dos
últimos casos ya no se puede hablar de verdadero enlace químico).

7.4 ENLACE IÓNICO

Está constituido por un metal y un no metal. Se origina por la atracción electroestática entre iones de carga
opuesta, y estos iones se forman, a su vez, por una transferencia completa de electrones entre los átomos
del enlace.

Es característico de los compuestos iónicos el ser sólidos cristalinos en condiciones ordinarias de presión y
temperatura, ya que los iones se hallan dispuestos en los nudos de redes cristalinas de distintos tipos.

¿POR QUÉ SE FORMAN LOS COMPUESTOS IÓNICOS?

Caso del cloruro sódico (NaCl). Cuando se pone en contacto sodio (metal muy activo) y cloro (elemento muy
electronegativo) se produce una reacción química en la que se forma cloruro sódico y se desprende energía.
Como el cloruro sódico es un compuesto iónico, este enlace puede interpretarse teniendo en cuenta que el
sodio, como elemento metálico tenderá a perder un electrón, y el cloro, como elemento electronegativo, a
captarlo.

Se ha producido una transferencia de un electrón con lo que ambos adquieren la configuración de gas noble
correspondiente. No obstante, el balance energético sería desfavorable, ya que la energía desprendida
(afinidad electrónica del cloro) es inferior a la absorbida (energía de ionización del sodio). Sin embargo, el
balance energético se compensa con la energía de atracción electrostática entre ambos iones.

En la formación del cristal iónico hay además un desprendimiento de energía mucho mayor: al formarse el
cristal, un ion está próximo en el retículo cristalino a varios iones de carga opuesta y no a uno sólo como en
la molécula. Por eso aparecen en la naturaleza como sólidos iónicos y no como moléculas.

En el proceso de formación de sólidos iónicos debe tenerse en cuenta la energía reticular o de red, que es la
energía requerida para separar completamente un mol de un compuesto iónico en sus iones gaseosos, o la
energía que se obtendría de la formación de un compuesto iónico a partir de sus iones gaseosos. Por tanto,
el conocimiento del valor de la energía reticular indica la estabilidad del cristal.

TIPOS DE REDES CRISTALINAS

Kossel consideró a los iones como esferas indeformables que se atraen mutuamente hasta estar en contacto
unas con otras, disponiéndose de forma simétrica y alternativa según formas geométricas regulares. Cada
ion positivo se rodea de iones negativos y viceversa, tendiendo al mayor empaquetamiento posible y
llegando a la situación de máxima estabilidad. La geometría de las redes dependerá del tamaño de los iones
y de su carga.

A la porción más pequeña de red cristalina necesaria para representar su simetría se le llama celdilla unidad.
La geometría viene definida por el número de coordinación, que es el número de partículas vecinas más
próximas que rodean una partícula determinada en el cristal.
Hay varios tipos de redes cristalinas: unas son la fórmula general AB (la relación estequiométrica
catión/anión es 1:1), otras son AB2 (la relación catión/anión o anión/catión es 1:2). Por ejemplo, la red del
tipo del cloruro sódico, AB, tiene como número de coordinación 6:6. Esto indica que en el cristal de cloruro
sódico, cada Cl-está rodeado de seis Na+, y viceversa. Otro tipo AB es el cloruro de cesio, de números de
coordinación 8:8 (red cúbica centrada en el cuerpo).

TAMAÑO DE LOS IONES

El tamaño de los iones influye de forma decisiva en la estructura de las redes cristalinas. Los iones se pueden
considerar como esferas de radio infinito y concreto, aunque esto no deje de ser un pequeño error porque
los iones no son realmente indeformables.

El radio iónico viene determinado por el número n del nivel más externo ocupado en el ion. Así, en un grupo
del sistema periódico, aumenta al descender en el grupo. Pero también viene determinado por la fuerza
atractiva de la carga nuclear efectiva sobre los electrones externos.

Según esto:

a) Al pasar a ion positivo, el tamaño se hace menor respecto al tamaño del átomo neutro, ya que hay
un exceso de carga positiva con relación al número de electrones: rNa > rNa+.
b) Al pasar a ion negativo, el tamaño se hace mayor respecto al tamaño del átomo neutro: rCl < rCl-.
c) En iones isoelectrónicos (con igual número de electrones) son mayores los aniones que los cationes:
rF- > rNa+.
d) En iones isoelectrónicos positivos, el radio disminuye al aumentar la carga positiva neta, puesto que
los electrones son más atraídos por el núcleo, y viceversa en los negativos: rNa+ > rMg++.
e) Con iones positivos diferentes del mismo elemento ocurre lo mismo que en d).
f) En los iones de igual carga neta pertenecientes al mismo período, el radio disminuye con el número
atómico.

Los cationes son, en general, más pequeños que los aniones. Cuanto más grande sea el catión en
comparación con el anión, mayor número de aniones vecinos podrá acomodar a su alrededor y, en
consecuencia, mayor será su número de coordinación.

CÁLCULO DE LA ENERGÍA RETICULAR

Para calcular la energía reticular hay que considerar el balance energético debido a las interacciones
electroestáticas que aparecen al aproximar todos los iones hasta sus posiciones en el cristal:

- Fuerzas de atracción entre los iones de carga opuesta.


- Fuerzas de repulsión entre los iones de carga del mismo signo.
La intensidad de estas fuerzas depende de la carga total de los iones y de sus distancias respectivas. Sin
embargo, calcular así la energía reticular no resulta tan sencillo, ya que existen también interacciones entre
los núcleos y los electrones de iones adyacentes y, además, sobre cada ion ejercen su acción no solamente
los iones contiguos a él, sino todos los demás iones del cristal. Como las distancias de cada uno de estos
iones al ion considerado son diferentes, hay que introducir un factor de proporcionalidad que lo tenga en
cuenta y que dependerá del tipo de estructura de la red cristalina. Este factor se denomina constante de
Madelung.

Otra forma de calcularla es a través del ciclo de Born-Haber, que no es más que la aplicación de la ley de
Hess al proceso de formación de un cristal iónico: la entalpía de cualquier proceso es independiente del
camino seguido, dependiendo sólo de los estados inicial y final.

- Se denomina entalpía de formación (∆𝐻!" ) a la variación de entalpía en el proceso de formación de


un mol de una sustancia a partir de sus elementos, estando todos ellos (elementos y sustancia) en
un estado estándar.
- La energía reticular (U0) es la energía desprendida en la formación de un cristal iónico a partir de sus
iones, en estado gaseoso y situados a una distancia inifita.
- Según la ley de Hess, la energía implicada en la formación de una sustancia sería la misma si ésta se
formase directamente o a través de una serie de procesos intermedios en los que primero se
originarían los iones.
- En cada proceso es necesario comunicar una energía o entalpía de disociación (ED) y una entalpía de
sublimación (ES).
- Finalmente se convierten esos átomos en iones, generado una afinidad electrónica (EA) y una energía
de ionización (EI).

EJEMPLO:

VALENCIA IÓNICA

También conocido por número de oxidación, se denomina valencia iónica o electrovalencia a la capacidad
de los átomos para perder o ganar electrones y formar así iones, llegando a una configuración electrónica
más estable. Los iones más frecuentes son los de una y dos cargas, mientras que los de tres son mucho más
raros. Para conocer los iones hay que recurrir a la configuración electrónica externa del elemento en
cuestión, pues en principio tenderán a perder o ganar electrones para llegar a la configuración externa
completa de gas noble.
CATIONES (FORMADOS POR ELEMENTOS DE CARÁCTER METÁLICO):

- Metales alcalinos: formarán fácilmente iones M+.


- Metales alcalinotérreos: formarán bastante fácilmente cationes M++ (a excepción del berilio, por ser
su primera y su segunda energía de ionización muy elevadas).
- Metales de transición del grupo IIIB: pueden formar iones M+++.
- Metales de transición de los grupos IVB a VIIIB: tendrían que perder cuatro o más electrones para
adquirir la configuración de gas noble. Esto requeriría gran aporte de energía, por lo que sólo darán
lugar a iones de +1 a +3 cargas. Tienen varias valencias debido a que las energías de los orbitales ns
y (n-1)d son muy próximas. Los electrones que pierden primero son los ns.
- Metales de transición de los grupos IB y IIB y metales postransición hasta el grupo VA: tienen
completos o casi completos todos los subniveles d y s.

ANIONES (FORMADOS POR ELEMENTOS ELECTRONEGATIVOS):

- Halógenos: forman aniones monovalentes X-.


- Familia del oxígeno: pueden formar aniones X--.
- Familia del nitrógeno: para formar aniones trivalentes tendrían que tomar 3 e-, pero el balance
energético es muy negativo y los formarán muy difícilmente.
- Familia del carbono: por la razón anterior ya es prácticamente imposible que formen aniones con
cuatro cargas.
- Gases nobles: por su elevada energía de ionización y por tener afinidades electrónicas negativas, no
podrán formar iones positivos ni negativos.

Los elementos que no pueden formar iones darán solamente lugar a compuestos con enlaces covalentes.

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