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APRENDIENDO DE JOSÉ EL

PERDONADOR
Gén. 50:15-21
INICIO: Luc.17:1-3
La enseñanza de los escribas en tiempos de Jesús era perdonar dos veces, pero la tercera ofensa no
merecía perdón. Pedro, sin duda, se sentía muy orgulloso de sí mismo cuando sugirió perdonar una
ofensa hasta siete veces. Jesús dejó atónitos a sus discípulos diciendo, en esencia, que no hay límite
para el perdón. Luego se fue a dar a la maravillosa parábola del siervo despiadado.

1-EL REMORDIMIENTO-v. 15 Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el

pago de todo el mal que le hicimos.


 
1.1-¿Qué es el remordimiento? - El remordimiento es el reproche interior con el que la
conciencia nos acusa por haber cometido una mala acción que no debimos cometer y nos
apesadumbra.

1.2-El remordimiento es una de las emociones más poderosas, tan intensa, que es difícil de
olvidar y superar. Cuando se ignora, este remordimiento puede llegar a paralizarnos al grado de
impedirte ser feliz y estancarte con emociones tan negativas como la tristeza, el miedo y el enojo.
1.3- En todo caso, ¿cuál es la diferencia entre el remordimiento y el arrepentimiento?

 El remordimiento mira al pasado y nos produce malestar y desasosiego; el


arrepentimiento mira hacia el perdón de Dios en el presente y nos invita a confesar
nuestras faltas y a reconocer el daño y hacer una promesa pública de evitar
cometerlo en el futuro.

 En el arrepentimiento se pide, y se suele obtener, el perdón; en el remordimiento no es


posible, porque es la persona la que se endurece a sí misma.

 El arrepentimiento no elimina el remordimiento pero sí lo alivia y disminuye. Esto es


debido a que el arrepentimiento depende de nuestra obediencia a Dios y el remordimiento
es un sufrimiento natural, más que volitivo.


El remordimiento es producto de un pecado cometido pero sin confesarlo; el
arrepentimiento es cambiar de actitud, es reconocer el pecado y decidir no volver a incurrir
en lo mismo.

1.4-El punto en común es que ambos términos equivalen a un alto sentimiento de culpa, pero
la diferencia está en que el remordimiento, si bien siente «dolor» por lo actuado mal, no cambia
su orgullosa actitud, en cambio el arrepentimiento es un cambio total de actitud y manera de
actuar.
 El caso de Judas y su remordimiento- Mat. 27:3- Gr.metameleteis-
 27:3 arrepentido=sintiendo remordimiento . Judas sintió el aguijón de su propia culpa,
pero este no fue un genuino arrepentimiento. Existe un dolor piadoso que lleva al
arrepentimiento, pero el remordimiento de Judas fue de diferente tipo, como lo demostró en
su suicidio (v.5). Lo mismo hicieron los hermanos de José- v.15

2-LA REACCIÓN-v.16 Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: 17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la
maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre
. Y José
. 18 Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos.
lloró mientras hablaban  
2.1-Notemos que no fueron ellos a ver o para hablar con José!- “enviaron a decir”…
2.1-Se basaron en la petición de su padre Jacob-Israel: v.17-El papá da instrucciones y pide que
los hermanos sean perdonados.
 Note: se pide perdón por la maldad y el pecado!! Se pide perdón por el maltrato!!
 El padre JACOB anticipa y en su testamento instruye que los hermanos de José pidan
perdón. Ellos tenían que reconocer su MALDAD!!!
 La preocupación de Jacob por rogar en favor de sus hijos también subestimaba las
palabras y acciones de José hacia sus hermanos.
2.3-El patriarca Jacob o Israel aquí representa a nuestro Padre Celestial quien anhela que
sus hijos vivan RECONCILIADOS.
 Dios al igual que Jacob pide que los cristianos perdonen y pidan perdón-
 Luc.17:3- y Mat.6:15- El NO perdonar impide el perdón paternal de Dios.
 Las conciencias culpables de los hermanos se volvieron a manifestar, y les llevaron a
subestimar muy gravemente la realidad del perdón y del afecto de José hacia ellos.

3-LA RESPUESTA DE JOSÉ- vs.19-21 Y José lloró mientras hablaban.

3.-1-Primeramente José era un hombre muy sensible como Jeremías, como Jesús.

19 
 Se nota LA HUMILDAD DE José- Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo
 
en lugar de Dios? 
 El DISCERNIMIENTO de José- 20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo
encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. 
 Se cumple aquí Rom.8:28!!!
 Dios quiera y todo lo que las personas piensen MAL de nosotros, Dios lo encamine a
bien!!! DIOS SIEMPRE TIENE EL CONTROL!!!
 LA TERNURA DE JOSÉ- 21 Ahora, pues, 1-no tengáis miedo; 2-yo os sustentaré a vosotros
y a vuestros hijos. 3-Así los consoló, y 4.les habló al corazón.
 Este es cuadro de Cristo en la cruz!! Diciendo: “Padre perdónalos…
 Sus hermanos no creían en Él, sus hermanos de raza lo crucificaron y aun así les
ofrece el perdón.

CIERRE: Como perdonar bíblicamente a otros- según Jay Adams: El triángulo

Jay Adams ha ofrecido una definición del perdón que creo que es muy útil y, más importante, en
consonancia con la Escritura. Dice algo como esto: el perdón no es un sentimiento, es una triple promesa
– una promesa de ya no tener algo en contra de otro. Esto significa que usted nunca más volverá a traer
esta ofensa sobre el ofensor o utilizarlo en contra de ellos, ni llevar el asunto a otro, o incluso a si mismo.

 No estaré pensando en la ofensa.


 No voy a contarlo a otros.
 No voy a reprocharte en el futuro.

HISTORIA: Una señora buscaba con mucho interés al pastor de la iglesia para desahogarse y
pedirle consejo. La señora se sentía mal del cuerpo y del alma. Tenía una úlcera en el
estómago y mucho miedo de operarse.

Al encontrar al pastor le preguntó: Hno. , ¿usted cree que si ofrezco un ayuno o alguna
oración mi úlcera pueda sanarse sin tener que operarme? El pastor le respondió con otra
pregunta. Hna. ¿Hay alguien a quien usted odia y no ha perdonado ? La Hna. respondió: Sí
pastor, pero es un odio totalmente justificado y no pienso perdonar a esa persona. Tengo
toda la razón para odiarla, me ofendió mucho.

No se trata de que el odio sea justificado o no, si usted tiene razón entonces mayores serán
los méritos al perdonar. En caso contrario hacer ayuno o hacer oración dude que sirva para
aliviar su úlcera. La mujer se quedó pensativa, después oraron juntos y la mujer se marchó.

Al llegar a casa le contó lo que sucedió a su marido, este le pidió también que perdonara a
aquella persona que le había ofendido, ella se resistía, pero él insistió: “Vamos a orar para
que puedas perdonar”. A mitad de la oración se rindió, enseguida le sobrevino una calma y
una paz muy grandes. La mujer siguió orando diariamente.

Unas semanas después la mujer fue al hospital para hacerse unos nuevos análisis y fijar la
fecha de la operación, si es que fuera necesario. El médico le dijo que inexplicablemente la
úlcera había desaparecido. La úlcera de esta mujer había sido ocasionada por el odio a otra
persona. Desaparecido el odio la enfermedad retrocedió.

El P e r d ó n por Jay E. Adams


Pastor Roberto Quiñones 
 December 13, 2009

     ¡Qué palabra maravillosa! Pero, ¡qué significa! ¿Cómo perdonar y por qué? 

    Perdonar a otros es modelar a otros la manera en que Cristo nos ha perdonado a nosotros mismos:
“… perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó en Cristo” (Efesios 4:32). El perdón debe
ser otorgado a todos aquellos que dicen estar arrepentidos –inclusive si la ofensa ha sido repetida (Lucas
17:3). Pero, debe ser dado a aquellos que confiesan que han hecho algo mal, que dicen haberse arrepentido,
y piden ser perdonados (Proverbios. 28:13). En Marcos 11:25, Jesús te dice que perdones a aquellos que te
han hecho mal cuando estés orando, de esta forma se evita la amargura y el resentimiento (Efesios 4:32).
Pero, esto es algo distinto a perdonar a los que han hecho mal sin que estos lo hayan pedido. Perdonar a
otros debe reflejar el perdón divino; Él te perdonó cuando tú te arrepentiste.
     Algunos cristianos que no piensan, aconsejan perdonar a la otra persona no importa si esta se haya o no
haya arrepentido. Esto es no comprender el perdón. La razón por la que lo aconsejan es para beneficio del
que perdona. Sin embargo es por tú beneficio que Dios te perdonó. Su concepto centrado en sí mismo del
perdón es antibíblico.  Dios no te perdonó hasta que te arrepentiste, admitiste que eres un pecador, y creíste.

     Debido a que al perdonar uno promete no volver a sacar en cara el pecado del ofensor, a él, a otros o a
uno mismo,  no está bien perdonar antes de que haya arrepentimiento. Jesús te requiere que confrontes al
ofensor (Mateo. 18:15ss) para que pueda haber una reconciliación. Si él se rehusa a escucharte, entonces
dilo a uno o dos hermanos más. Si no los escucha a ellos, entonces tienes que decirlo a la iglesia. ¿Por qué?
Porque con su ayuda se trata de ganar al ofensor.  En amor, el perdón verdadero no busca aliviar al
perdonador, sino liberar al ofensor de su culpa abrumadora.  La parte ofendida persuade al ofensor hasta que
el asunto sea resuelto delante de Dios y los hombres.

     Las personas que tratan de ser más buenas que Dios, terminan siendo crueles con los otros. La bondad no
está enfocada en liberarse uno mismo perdonando a otros se hayan arrepentido o no, sino en procurar por
todos los medios ganar al ofensor. Ignorarlo a él y enfocarnos en nosotros mismo, diciendo, “me siento
mejor desde que perdoné a Bob, aunque él nunca buscó el perdón”, es el epítome de la moderna herejía
psicológica centrada en uno mismo.

     Buscar el perdón no es disculparse. No hay nada en la Biblia acerca de disculparse –las palabras
sustitutas del perdón no hacen el trabajo. Te disculpas, y dices “lo siento”, pero eso no es admitir tu pecado. 
Todavía te has quedado con el balón en la mano. No le has pedido al ofendido que haga nada.  Pero, al
confesar tu pecado diciendo, “Yo le pedí a Dios que me perdonará, y ahora te estoy pidiendo que me
perdones”,  le estás pasando la bola al ofendido. Le estás pidiendo que entierre la cosa para bien.  Jesús le
manda a la parte ofendida a decir  “ sí ”, y entonces a hacer la misma promesa que Dios hace: “No traeré
más a mi memoria contra ti tus pecados e iniquidades”. Este es un caso cerrado. Disculparte no es lo mismo,
ni logras lo mismo que al pedir perdón y ser perdonado.

     ¿Hay alguien a quien le debas pedir perdón?  Por otra parte, ¿hay alguien a quien nunca has confrontado
respecto a una irreconciliada condición entre ustedes?  ¿Hay alguno de estos problemas pendientes?
Entonces hay negocios que debes atender. ¿Por qué no resolverlos hoy mismo?

    Tú no tienes que sentir nada para perdonar. Perdonar es una promesa que tú haces y cumples, sea que lo
sientas o no. Y es más fácil perdonar – aún a quien pequé contra ti siete veces al día – si recuerdas el gran
sacrificio de Jesucristo por tus pecados por medio del cual Él te perdonó. Y, entonces, también, recuerda
todas las veces que Él te ha perdonado al día desde que eres creyente. Hay otra cosa que puede ayudar. Si tú
has perdonado de verdad, no es la quinta, ni la tercera; no es ni siquiera la segunda vez. Si tú has sepultado
la cosa anterior, perdonar de verdad –es siempre la primera vez.

Reflexión sobre el Perdón


Una Bella Historia de Reflexión sobre el perdón

Reflexión:
Te invito a pensar si tienes a alguien quién perdonar, reconsidera otorgar el perdón, para
que puedan sanar las heridas de tu cuerpo, pero sobre todo las heridas del corazón.
Recuerda que el odio y el rencor son venenos que nos tomamos nosotros mismos
queriendo que hagan efecto en los demás.
El Perdón

Cómo funciona el Perdón

El perdón es una decisión y es también un proceso, no


es algo instantáneo. Para poder perdonar debemos luchar para vencer nuestra
propia soberbia, nuestro orgullo, y nuestro miedo a perdonar. Hay que dejar de pensar
solamente en nosotros y en el daño que hemos sufrido por parte de aquél que nos
ofendió. Perdonar a las personas, no sus acciones.

Hay que estar consciente de que el acto de perdonar no significa cegarse a la realidad.


No debemos permitir que se nos maltrate o se nos lastime física o mentalmente, debemos
poner límites. Podemos perdonar y alejarnos de aquellos que nos lleven por el mal camino
y orar por ellos.

Perdonar a nuestros amigos tiene un gran mérito, pero perdonar a nuestros


enemigos tiene un mérito aún mayor y tiene beneficios mucho más grandes para nosotros
mismos, para nuestra salud física y sobre todo para nuestra salud espiritual.

Reflexión final sobre el perdón


Podemos pensar equivocadamente que aquel a quien vayamos a perdonar debe estar
agradecido con nosotros por perdonarle y rendirnos honores. Pero Recuerda que
perdonar es una decisión y un proceso propios y que el premio es la libertad de
nuestra propia alma.

Para perdonar más fácilmente podemos dejar de enfocarnos en los defectos de los


demás. Debemos esforzarnos en tratar de ver sus virtudes(por más difícil que resulte). El
hecho de perdonar te hará crecer a ti como persona, en tus valores y en amor.
La oración puede ayudar

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