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La salud del alma 24/07/2018

3 Juan 1-4
Juan le deseo a su colaborador Gayo prosperidad en tres dimensiones: en lo material, en lo
físico y en lo espiritual.
En lo material…Que seas prosperado en todas las cosas…
(Gr. Euodoo) literalmente significa: “tener buen viaje, ser guiado por un buen camino”.
Según ese significado, la oración primordial de Juan era que, al andar por el camino de la
salvación, los creyentes sigan en la voluntad de Dios y en su verdad, y disfruten de sus
bendiciones.
Podemos pedir por la prosperidad de nuestros amigos; especialmente si como Gayo, sirven
a Dios y a su causa con todo esfuerzo. La prosperidad como un todo.
En lo físico… y que tengas salud La salud es necesaria para poder disfrutar la
prosperidad, pero esta prosperidad no debe ser a expensas de la salud corporal.
Dicho: “Renato gasto salud por tener dinero, luego gasto dinero por tener salud; mírenlo
ahí en su ataúd, sin dinero y sin salud”.
La salud es uno de los regalos más preciados que Dios nos ha dado, no la descuidemos.
Los griegos decían: cuerpo sano, mente sana.
En lo espiritual… Así como prospera tu alma
La prosperidad tiene que ser tanto material como espiritual.
Los propósitos materiales no deben estar por sobre los espirituales.
Los síntomas de una mala salud espiritual.
La tibieza
Un escaso apetito por todas las cosas espirituales.
Como recuperar nuestra salud espiritual
Conociendo a Dios en su palabra.
Confiando en Dios por sus promesas
Dependiendo de Dios al seguirle
Sirviendo a Dios en obediencia.

En los planes de Dios está el querer satisfacer nuestras necesidades materiales y


espirituales.
Por eso cuando oramos tenemos que decirle que lo que pedimos lo necesitamos ahora.
Que nunca se nos olvide que aunque Dios quiere suplir cada una de nuestras necesidades,
Dios puede permitir que pasemos por tiempos de necesidad.
Recordar también que aunque todo esté bien y Ud. Cumpla con Dios en obediencia, no
significa que no padecerá, por el contrario, estamos en un constante tratamiento de
nuestra fe en las manos de Dios.

La presencia, el auxilio, y la bendición de Dios en la vida física del creyente están


relacionados con la prosperidad de su vida espiritual. Se debe buscar la voluntad de
Dios, obedecer al espíritu santo, permanecer separado del mundo, amar la palabra de
Dios, pedir su ayuda en oración, trabajar duro, confiar en que el suplirá para las
necesidades y vivir según el principio de “buscar ante todo el reino de Dios y su justicia”.

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