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CURSO VIRTUAL
MEDICINA LEGAL MODULO 3
INTRODUCCIÓN
Las lesiones constituyen una de las situaciones más frecuentes con las cuales el sistema de
administración de justica se enfrenta diariamente. En la práctica, son múltiples las circunstancias que
generan lesiones, por ello exige de los distintos actores un conocimiento especial para actuar en
consecuencia. El estudio de las lesiones tiene diversos alcances que deben tenerse en cuenta según su
ámbito de aplicación. En tanto la Justicia Civil asigna a la lesión un “valor” sobre la base de una
determinada incapacidad y su resarcimiento económico, la Justicia Penal dicta sentencia sobre la base de
la “gravedad” de las lesiones. En tal sentido, cualquier situación capaz de producir lesiones implica
aspectos de orden legal, patrimonio del conocimiento de los abogados; a su vez, e íntimamente vinculado
a las consecuencias legales, se encuentran las opiniones periciales médicas.
Concepto: El concepto médico legal de “lesión” ha ido variando a través de los tiempos y
conforme los adelantos de la ciencia médica. Considerando diferentes definiciones obrantes en la variada
bibliografía existente, puede decirse que el concepto médico legal de lesión comprende toda alteración
del equilibrio biológico – funcional ya sea orgánico o mental, o cualquier alteración de los componentes
anatómicos producida por causa externa y que se evidencia en el cuerpo. De esta manera desde el punto
de vista médico legal una lesión es toda alteración objetiva en el cuerpo o en la salud producida por
violencia externa.
→ Integridad anatómica
Violencia externa
→ Cuerpo Salud Lesión
Agente
→ Equilibrio o función orgánica o mental
Así las cosas, el enfoque médico legal pone especial énfasis en el daño ocasionado al cuerpo
o a la salud. Habida cuenta que por daño se entiende toda violencia que deja como consecuencia una
secuela, las lesiones resultan ser violencias ejercidas por agentes vulnerantes sobre las diversas partes del
cuerpo alterando la salud en forma variable.
principales cuestiones que deben resolverse a través de su investigación respecto a quién lo ha cometido,
cuándo, dónde, cómo y con qué lo ha llevado a cabo. En este sentido el propósito de la investigación
médico legal de las lesiones se define en la importancia de analizar sus indicios con el objeto de establecer:
Es importante tener en cuenta que uno de los indicios más importantes ante un caso de
lesiones es ella misma, motivo por el cual su adecuada documentación puede convertirla en prueba. La
esencia del trabajo del pericial consiste en la recolección y el análisis sistemático de los datos. La
recopilación de la información debe ser metódica siguiendo un orden para poder establecer la
correspondencia causa – efecto y las consecuencias concomitantes. En el estudio de las lesiones el perito
médico analizará los indicios y los datos aportados por la Justicia, realizará el examen médico legal en la
persona viva o en el caso de un cadáver, efectuará la operación de autopsia, solicitará los estudios
complementarios pertinentes y finalmente dictaminará con fundamento científico sobre la base de los
resultados obtenidos. Los aspectos fundamentales del informe pericial están relacionados con las
cuestiones legales que ameritan su resolución y para ello la Justicia deberá preguntar:
Por otra parte, la Justicia también quiere saber el tiempo probable de curación y el tiempo
de inutilidad para el trabajo, también si las lesiones produjeron debilitamiento permanente de la salud,
pérdida de un órgano, de un sentido o de la palabra, si pusieron en peligro la vida de la persona, si
ocasionaron pérdida de conciencia, si existe deformación permanente del rostro, si causaron pérdida de la
capacidad de engendrar, entre otras cuestiones. De todo lo expuesto surge que en el estudio médico legal
de las lesiones se consideran dos aspectos: el jurídico y el morfológico, por ello consideramos oportuno
clasificar las lesiones teniendo en cuenta su variedad morfológica y lo que establece la Ley al respecto.
A. Desde la morfología
Clasificación médico legal
B. Desde la legislación
Una lesión es una violencia ejercida por o contra un elemento con capacidad de producir daño.
Esta violencia reconoce distintos orígenes o causas, entre las cuales las más frecuentes son de naturaleza:
Físicas: producidas por efecto del calor, del frío, de la electricidad, de las radiaciones.
Toda violencia ejercida en el cuerpo o en la salud deja una marca, es decir, un indicio. En tal
sentido una lesión es el indicio de un hecho violento pasado, la cual habrá que valorar para que la Justicia
le aplique al autor del hecho la sanción que corresponda. Para considerar el delito de lesiones es
fundamental que la violencia sea objetivada a través de la alteración de los tejidos, ya sea a simple vista
o en forma microscópica. De esta manera las lesiones pueden reconocerse por su aspecto, es decir por su
morfología. Y así consideramos por un lado lesiones que conservan la integridad de la piel es decir lesiones
contusas, y por otro lado se encuentran las lesiones caracterizadas por presentar soluciones de
continuidad en los tejidos y/o cavidades corporales internas, conocidas también como heridas contusas.
LESIONES CONTUSAS
Las contusiones son lesiones que se resultan por golpe o choque con o contra cuerpos o
superficies de consistencia rígida, dura o firme. En este contexto por golpe entendemos toda violencia
ejercida sobre el cuerpo por cualquier elemento de consistencia dura o firme. Por su lado en el mecanismo
de choque es el propio cuerpo o parte de él el que impacta sobre una superficie rígida, dura y muchas
veces, áspera. De esta manera los mecanismos de producción de este tipo de lesiones comprenden el
golpe, choque, roce, presión o fricción, es decir que el mecanismo lesivo no es cortante.
Las contusiones simples son traumatismos cerrados que reconocen por lo general un solo
mecanismo lesivo. Son lesiones originadas por una acción mecánica externa que producen en mayor o
menor grado, una alteración sobre la piel y/u órganos adyacentes. Estos traumatismos se producen por
el golpe o por el choque con o contra un objeto de consistencia sólida y frecuentemente de superficie
roma, obtusa o irregular como pueden ser los puños, pies, bastones, uñas, dedos, piedra, martillo, o el
marco de una puerta, entre otros. En este tipo de lesiones la fuerza contundente puede dañar y
desprender sólo la primera capa de la piel o epidermis produciendo una erosión, o bien puede dejar al
descubierto la segunda capa de la piel o dermis, configurando una excoriación la que se caracteriza por
la aparición de un líquido serosanguinolento que posteriormente se secará y se transformará en una
costra. La lesión de las capas de la piel puede señalar la forma del elemento agresivo tal como suele
observarse cuando se emplean cinturones, látigo, bastones, la suela del calzado, neumáticos, fricción del
cuerpo contra el pavimento. Es posible que este tipo de lesiones contenga otros indicios como pelos,
fibras, arena, que orienten hacia el lugar de la agresión y el agente productor. De acuerdo a la intensidad
del traumatismo podrán aparecer otras lesiones como la equimosis, la cual se manifiesta a través de una
mancha en la piel que representa la extravasación de sangre por ruptura de los vasos sanguíneos por
acción del objeto contundente. Algunos aspectos morfológicos de esta lesión le permiten al perito médico
realizar distintas consideraciones médico legales. Por ejemplo, por la forma de una equimosis se puede
inferir el elemento que la ocasionó, o bien, por su coloración se podrá estimar la data de producción.
Relacionando estos datos en el contexto del tiempo transcurrido entendemos que una equimosis de
coloración rojo oscuro corresponde a una data de reciente producción estimada en unas veinticuatro
horas como máximo; ante una equimosis de coloración violácea o negruzca es posible razonar unas
setenta y dos a noventa y seis horas de evolución; una equimosis de coloración azulada da cuenta de unos
seis días aproximados de evolución. Por su lado, una equimosis de coloración verdosa o azul verdosa
corresponde a unos siete a doce días de evolución y una amarillenta entre quince a veintiún días de
producción. De esta manera la resolución total de una equimosis se produce en alrededor de 21 días y no
deja secuelas.
Si el traumatismo es de mayor magnitud aparecen los hematomas, los cuales resultan de acciones
mecánicas de gran intensidad que producen la ruptura de un vaso sanguíneo de regular calibre. La sangre
extravasada se acumula y forma una cavidad entre los diversos planos de la piel, adquiriendo distintos
volúmenes. Pueden producirse en cualquier parte del cuerpo y ser internos o externos. En principio los
hematomas están formados por sangre líquida, pero a medida que pasan las horas la sangre se coagula y
se torna de una consistencia dura, y dolorosa. Estas particularidades ayudan a establecer la data de la
lesión y a inferir la intensidad del traumatismo. En general los hematomas se resuelven sin dejar secuelas,
es decir con restitución total. Sin embargo, puede ocurrir que la sangre se organice y se desarrolle tejido
fibrótico, dando lugar a una zona indurada y, a veces, sobreelevada. Es dable destacar que, en ocasiones,
un traumatismo puede ocasionar la acumulación de líquido sanguíneo, linfático o inflamatorio en una
cavidad preexistente, como sucede en la cavidad pleural, pericárdica o peritoneal dando lugar a los
derrames pleural, pericárdico o peritoneal respectivamente.
Las contusiones complejas se producen cuando actúan más de dos mecanismos. Entre las mismas
se encuentran las fracturas, las luxaciones, los arrancamientos, amputaciones, desgarros y el scalp, las
mordeduras y las contusiones viscerales, entre otras. En este tipo de lesiones actúan varios mecanismos
de producción; ya sea por presión, compresión, fricción y/o tracción. Las mordeduras son lesiones de gran
importancia médico legal cuyo mecanismo lesivo puede tener distintas intensidades y causar desde la
impronta dentaria y excoriaciones hasta heridas contusas con desgarro de tejidos. A su vez puede ser de
origen humano o animal siendo las características de la impronta de las arcadas las que orientan el origen.
Las humanas son de forma semicirculares y son la expresión de actos de defensa u ofensa que motivan
estudios periciales con el objetivo de aportar datos de interés criminalístico.
HERIDAS
Son lesiones abiertas producidas por objetos vulnerantes como son las armas blancas y las armas
de fuego. También pueden ser ocasionadas por objetos contundentes de considerable peso cuando la
intensidad del traumatismo vence la resistencia elástica de los tejidos produciendo una solución de
continuidad en la piel, en tejido celular subcutáneo, en fascias, músculos y huesos. En tal sentido,
considerando el elemento empleado y el mecanismo lesivo, las heridas pueden ser del tipo contusas,
cortantes o incisas, punzantes, perforantes, o bien, combinadas como las contuso-cortantes, las punzo –
cortantes y las contuso punzantes o contuso perforantes.
Las heridas contusas son lesiones abiertas ocasionadas cuando la intensidad del traumatismo
vence la resistencia elástica de los tejidos produciendo una solución de continuidad. En el mecanismo
traumático la violencia puede ser ejercida de afuera hacia adentro por el golpe o por el choque, o bien,
de dentro hacia fuera tal es el caso de las fracturas expuestas. Presentan determinadas características que
permiten su diferenciación con las heridas cortantes:
Tienen bordes irregulares, desgarrados y equimóticos con puentes de tejido entre los
mismos.
Presentan infiltración hemática, es decir, hay sangre en los bordes y en el fondo de la lesión.
Las heridas cortantes o incisas se producen por objetos que tienen al menos un filo, tal como
sucede con cualquier arma blanca como pueden ser los cuchillos, las navajas, o un trozo de vidrio, el borde
de una chapa, entre otras. Todo objeto que tenga punta y/o filo es un arma blanca y lesiona a través de
ellos. En el mecanismo traumático de este tipo de heridas el objeto cortante actúa por el filo, penetra en
los tejidos a modo de cuña y los divide originando soluciones de continuidad. Así el objeto cortante actúa
por presión y deslizamiento seccionando tejidos y vasos de diversos calibres, pudiendo originar tres tipos
de heridas: lineales, en colgajo, o mutilantes. Son las típicas lesiones producidas por armas blancas, que
presentan características propias y que las diferencian de las demás heridas, a saber:
Los bordes de la herida son nítidos, regulares y sin puentes de tejido entre ellos.
Los extremos de la herida son superficiales respecto al resto de la lesión y se denominan coletas.
La coleta de entrada es corta y poco profunda y representa el lugar por donde ingresa el objeto cortante.
La coleta de salida es de mayor longitud y su profundidad va disminuyendo por el deslizamiento del filo
del arma al salir de la región anatómica lesionada.
No son equimóticas.
Las heridas punzantes o penetrantes son producidas por cualquier objeto que tenga punta, por
ejemplo: lanzas, lapicera, puntero, clavo, aguja, entre otros. En el mecanismo de producción estos objetos
actúan por presión y penetración, separan las fibras de los tejidos, pero no los cortan. De tal manera este
tipo de heridas presentan un orificio u ojal de entrada, un trayecto de penetración y a veces, un orificio u
ojal de salida, describiendo algunas particularidades:
El orificio u ojal de entrada puede tener un aspecto equimótico y no reproduce la forma del
objeto productor. A simple vista suele ser puntiagudo, alargado u ovalado, con bordes invaginados; no
obstante, en ocasiones pueden ser de difícil observación debido a que la piel se retrae. En consecuencia,
la forma de este orificio no permite inferir la gravedad de la herida ya que una lesión en la superficie
aparentemente insignificante puede haber alcanzado órganos vitales en la profundidad. De esta manera
la profundidad de penetración en el cuerpo es mayor que la longitud de la herida en la piel.
El orificio u ojal de salida, cuando existe, es de menor tamaño que el de entrada y presenta
bordes evertidos con salida de tejidos.
Las heridas contuso – cortantes son ocasionadas por elementos pesados que tienen al
menos un borde afilado que actúan por su peso y filo por ejemplo las hachas, palas, martillos y machetes,
entre otros. El peso produce la contusión y el filo secciona los tejidos, en ocasiones producen fracturas
y/o mutilaciones. Son lesiones generalmente extensas en superficie y profundidad. Se caracterizan por
presentar:
Bordes equimóticos, contundidos, de forma anfractuosa y sin puentes de tejido entre ellos.
Las heridas punzo cortantes se producen por objetos que tienen punta y uno o dos filos, es
decir por armas blancas que de acuerdo al número de filos hablaremos de objetos monocortantes como
pueden ser los cuchillos, o bicortantes como las espadas, puñales, o una tijera si se usa abierta. Perforan
con la punta y cortan con el filo, de esta manera el mecanismo lesivo comprende la presión, penetración,
sección y deslizamiento. En general los objetos que tienen un solo filo producen una herida de forma
triangular en la que la base corresponde al lomo del objeto, y las de doble filo ocasionan una herida en
forma oval y simétrica. La gravedad de las este tipo de lesiones depende de los órganos comprometidos
y de la hemorragia que produzcan. Entre sus características podemos mencionar:
El orificio de entrada puede tener distinta forma: un extremo romo y otro agudo si el
elemento productor tiene un solo filo, o bien tener dos extremos agudos si el elemento lesivo es
bicortante. Puede haber uno o más trayectos según el elemento haya penetrado una o más veces, aunque
no haya salido completamente.
Cuando existe, el orificio de salida suele ser más pequeño que el de entrada.
Los proyectiles de armas de fuego son elementos contundentes que en el cuerpo pueden
impactar, penetrar, o perforar. En consecuencia, las lesiones producidas por proyectiles disparados por
las armas de fuego pueden ser del tipo contusas, contuso penetrantes, o contuso perforantes. Y en tal
sentido las heridas ocasionadas por el pasaje del proyectil de un arma de fuego presentan orificio de
entrada, trayecto intracoproral, y eventualmente orificio de salida. Tendrán distintas características según
se trate de proyectiles de munición única o múltiple. Cuando la herida presenta orificio de entrada y
trayecto hablamos de heridas contuso – penetrantes, y si existe orificio de salida hablamos de heridas
contuso– perforantes. Comencemos a desarrollar los caracteres generales que presentan las lesiones por
pasaje de proyectil de armas de fuego:
El orificio de entrada (OE) representa el lugar del cuerpo en el cual se produce el impacto
del proyectil. Suele ser único y producido por un solo proyectil, no obstante, es posible observar múltiples
orificios de entrada producidos por un solo proyectil cuando por ejemplo éste atraviesa un segmento
corporal como puede ser la mano o el antebrazo y luego sigue su trayectoria penetrando en el tórax, en
el abdomen o en la pelvis. En cuanto a la forma, la misma suele ser redondeada y de bordes regulares e
invertidos. Cuando el arma es apoyada contra la piel y el plano óseo el OE tiende a ser irregular, de forma
estrellada o desgarrada. Respecto a sus dimensiones, en general el OE es de menor tamaño que el de
salida. El OE presenta tres elementos constitutivos: a) el OE en sí mismo, b) el anillo o halo de contusión
y el anillo de enjugamiento. El OE en sí mismo es la herida que se observa por efecto del traumatismo del
proyectil de arma de fuego. Dependiendo de la distancia del disparo y si contactó con la piel o el plano
óseo tendrá diferentes características tal como mencionamos anteriormente. Respecto al anillo o halo de
contusión éste se produce por el efecto del golpe del proyectil sobre la piel generando una lesión de
aspecto equimótico excoriativa que se encuentra siempre presente en el OE independientemente de la
distancia del disparo. La equimosis se produce porque por el golpe se rompen los vasos sanguíneos de la
piel, de esta manera al examen médico legal se observa infiltración hemática que permite determinar la
vitalidad de la lesión. Por lo tanto, si el disparo se produjo después de producida la muerte, el anillo de
contusión no aparecerá. En cuanto al anillo de enjugamiento el mismo refiere a un halo de color grisáceo
o negruzco que es posible advertirlo ubicado por arriba del de contusión. Se produce por la impregnación
de las impurezas, grasas, óxidos y residuos de pólvora no combustionada que arrasa el proyectil cuando
pasa por el cañón del arma y se depositan cuando éste impacta en la piel. De esta manera el proyectil se
“limpia” o se enjuga con los bordes del OE dejando en él la suciedad que llevaba impregnada. El anillo de
enjugamiento puede faltar en caso que exista un telón de interposición entre el proyectil y la piel, como
por ejemplo cuando encontramos ropas, cortinas o sábanas, entre otros. La superposición del anillo de
contusión y el anillo de enjugamiento da lugar a una lesión de color rojo – negruzca denominada Anillo
de Fish. A su vez cuando se produce el disparo el efecto de la pólvora en el blanco origina el denominado
tatuaje que está formado por la quemadura provocada por la llama y/o por la incrustación de los granos
de pólvora incombusta. Este hallazgo se observa en disparos producidos con el arma apoyada sobre el
cuerpo o a muy poca distancia. En el plano óseo también se producen efectos traumáticos del disparo y
así podemos observar entre otros al denominado signo de Benassi o anillo de ahumamiento como
resultado del depósito de partículas de carbón sobre el hueso lesionado, generalmente aparece como
consecuencia del contacto de la boca de fuego del arma con la piel o con el disparo producido a muy corta
distancia. Este signo adquiere importancia médico legal ya que resiste a la putrefacción motivo por el cual
es un indicio a tener en cuenta para extraerlo durante la operación de autopsia con el objetivo de
establecer la distancia del disparo mediante el posterior estudio histopatológico.
El trayecto lesivo intracorporal es el recorrido del proyectil en los órganos y tejidos del
cuerpo desde el orificio de entrada hasta el orificio de salida, o hasta el sitio en el que se aloja. En este
sentido durante la operación de autopsia podemos observar trayectos rectilíneos que siguen la dirección
del disparo, o trayectos con desviación originados por el choque del proyectil contra algún obstáculo que
encuentra en su camino por ejemplo huesos o masa muscular. También puede ocurrir que el proyectil
ingrese en un vaso sanguíneo y sea arrastrado por la corriente sanguínea, alojándose en un sitio que no
tenga relación con el orificio de entrada, en este caso los proyectiles se denominan migratorios.
El orificio de salida (OS) representa el lugar por el cual el proyectil abandona el cuerpo.
Es de mayor tamaño que el OE, esto se debe a que en su trayecto el proyectil se deforma
motivo por el cual al salir del cuerpo origina un orifico de mayor diámetro, no siendo infrecuente que sea
acompañado por fragmentos óseos o de tejidos.
Equimosis
Con integridad de piel Hematomas
Derrames
Erosión
Lesiones cerradas Contusiones Con solución de continuidad Excoriación
Contusione compleja
Cortante
Arma blanca Punzante
Punzo cortante
Lesiones abiertas Heridas
Contusas
Arma de fuego Contuso penetrante
Contuso perforante
B. DESDE LA LEGISLACIÓN
profesionales del derecho calificar la gravedad de las mismas. La intencionalidad la establecerá la Justicia
sobre la base de los elementos de prueba que surjan de la investigación, cobrando valor relevante el
informe pericial.
Del texto de los delitos culposos contemplados en el Art. 94 del Código Penal, reviste interés
médico legal: “…daño en el cuerpo o en la salud”. Por su lado, la gravedad de las lesiones dolosas se halla
regida por los Artículos 89, 90 y 91 del mismo código.
Art. 89 C.P.: “…al que causare a otro, en el cuerpo o en la salud, un daño que no esté previsto
en otra disposición de este código”. -->LESIONES LEVES
Para valorar la gravedad de las lesiones, el perito médico informará sobre la base de los
siguientes criterios:
Inutilidad para el trabajo: Tiempo que le impedirá a la víctima para efectuar sus actividades
habituales, sin considerar sus tareas laborales. Si la ley fija este tiempo en un mes, se clasifican entonces
en:
Deformación permanente del rostro: Cuando el ámbito médico legal habla de ello, hace
referencia a la pérdida de la armonía, y que la misma llame la atención por su marcada visibilidad. Será
“Permanente” cuando no sea espontáneamente reversible. El hecho que una cicatriz consolidada pueda
ser reparada por medios quirúrgicos no modifica el carácter de la lesión. Se entiende por “Rostro” la zona
que se extiende desde la región superior frontal de la cara, lateralmente los pabellones auriculares, y en
la parte inferior, la parte media del cuello. Por lo tanto, cualquier lesión que se localice en el rostro deberá
ser descripta. En general el perito médico realiza el examen médico legal después de varios días o meses
de producida la lesión, por ello es importante que la Instrucción aporte la documentación médica
correspondiente a la asistencia oportuna para la correcta valoración médico legal de las lesiones.
Una vez establecidos estos hechos será posible considerar otras cuestiones como por
ejemplo el medio u objeto empleado para producir el daño y también la relación de causalidad entre la
acción traumática y el daño ocasionado, la cual se valora teniendo en cuenta la ubicación de la lesión, el
origen de la misma, y su evolución. De esta manera observamos que en el delito de lesiones deben
estudiarse:
Es una de las circunstancias más frecuentes en la práctica médico legal, pudiendo practicare
en sujetos vivos o en cadáveres. El estudio médico legal de las lesiones debe ser realizado de manera
ordenada conforme los principios del método científico. Para ello el perito basará su informe teniendo en
cuenta los datos aportados por la Instrucción y conforme el análisis de los hallazgos obtenidos del examen
médico legal y de la documentación médica aportada. Es de buena práctica médico legal solicitar estudios
complementarios e interconsultas para evaluar complicaciones y secuelas, por ejemplo: radiografías,
tomografías, interconsultas con especialistas en distintas disciplinas médicas, odontológicas, entre otras.
En este contexto, el médico podrá informar sobre el tipo de lesión, describirá su forma y tamaño, su
ubicación, la naturaleza del objeto productor, el mecanismo de acción, el tiempo de evolución, entre otras
cuestiones. Así dictaminará, por ejemplo, sobre el tiempo de inutilidad para el trabajo o si las mismas han
puesto en peligro la vida.
Los aspectos fundamentales del informe pericial en sujetos vivos se relacionan con los
siguientes puntos a dilucidar:
Tipo de lesión
Elemento productor
Mecanismo de acción traumática
Tiempo de evolución
Tiempo probable de curación
Tiempo de inutilidad para el trabajo
Si han puesto en peligro la vida
Si existe deformación permanente del rostro
Si presenta debilitamiento de la salud o pérdida de la palabra, órgano, miembro, sentido o
capacidad para engendrar
Tipo de lesión
Elemento productor
Mecanismo de producción
Vitalidad de la lesión
Si produjo la muerte
Si contribuyó a la muerte
Si hubo tiempo de sobrevida
La morfología de una lesión permite interpretar la posición del victimario con respecto a la
víctima, pero no debe analizarse ello sin tener en cuenta el resto de los elementos al momento del hecho,
el contexto. Al descontextualizar una interpretación, por ejemplo, de la mano empleada por el agresor, si
fue de adelante hacia atrás, etc. Llevaría a graves errores de análisis de la dinámica de producción de la
lesión.
IMÁGENES DE LESIONES
Excoriación
Equimosis
Hematoma
Herida cortante
Herida punzante