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COMERCIAL”
PLANIFICACION ANUAL
CICLO ORIRNTADO
CURSOS:
Fundamento: Para establecer el fundamento del derecho debemos recurrir a los elementos
invariables del fenómeno jurídico estos son, la justicia y la norma, por medio de los cuales la
conducta asume sentido jurídico.
Al considerar la justicia nos pone en presencia de los valores vigentes o históricos de justicia,
es decir, frente a lo que, en una época histórica y en un ámbito social determinado, es tenido
como valor de justicia (por ejemplo, la esclavitud en la antigüedad se consideraba justa) Pero
nuestra experiencia interna nos demuestra que los valores vigentes remiten al valor absoluto,
que trasciende del ordenamiento concreto y la experiencia histórica, puesto que nuestra
conciencia nos permite enjuiciar a esta según su sentido espontaneo y absoluto de justicia. El
hecho de que ningún valor histórico nos satisfagan plenamente y de que nuestra conciencia
aspire a lo absoluto y se erijan norma de tal carácter, nos lleva a darnos cuenta que la justicia
absoluta no puede residir en los repartos humanos, sino en un Ser que sea la justicia misma y
el Juez por antonomasia.
El fundamento último del ser jurídico debe encontrarse en una disposición normativa de la
autoridad divina, de la que participe el ser humano. Esta disposición es la ley eterna; la
participación de ella en el hombre es la ley natural. La justicia es un elemento necesario del
derecho. Esto implica negar categoría jurídica a las leyes injustas, lo que lleva implícito el
derecho a negar obediencia a tales normas. ¿Cuál es el criterio que ha de permitirnos distinguir
lo justo de lo injusto? Este criterio no es otro que el derecho natural; si la ley es conforme a él,
es justa; si es incompatible con él, es injusta
Ley eterna: Es la disposición del intelecto divino que prescribe que se observe la finalidad ínsita
en la naturaleza.
La ley Natural: es la impresión de la ley eterna en la criatura racional, es aquel que surge de la
naturaleza humana y que es revelado al hombre por la razón. Por esa circunstancia de provenir
de la naturaleza misma del hombre, es inmutable y universal.
El derecho natural está integrado por aquellos principios que los hombres conocen
espontáneamente y con seguridad, aplicando su razón natural al conocimiento de su propio
ser y de los bienes que le son connaturales y necesarios.
¿Por qué llamamos a estas normas derecho natural? Por un doble motivo: 1) porque son
descubiertas naturalmente por nuestra razón, ya que la evidencia de su contenido se impone
espontáneamente a todos los hombres; y 2) porque son derechos relativos a la esencia o
naturaleza del hombre. Por ejemplo: el derecho a conservar la propia vida, son derechos
esenciales a toda persona.
Por otra parte, todo lo que no es esencial al hombre queda incluido en el llamado derecho
positivo, que es aquel que dicta la autoridad competente. Mientras el derecho natural puede
ser deducido del propio ser del hombre, las normas de derecho positivo no pueden ser
deducidas de la naturaleza humana y requieren de una decisión de la autoridad política. Así,
por ejemplo, el derecho a la vida es algo natural, como vimos, pero la norma que me impone
que debo conducir mi automóvil por la derecha y no por la izquierda es algo meramente
impuesto por el legislador.
a) Derecho Constitucional
b) Derecho Administrativo
c) Derecho Penal
d) Derecho Internacional Publico
Ramas de Derecho Privado:
a) Derecho Civil
b) Derecho Comercial
c) Derecho Procesal Civil y Comercial
d) Derecho Laboral
DERECHO CIVIL: Es el Derecho que rige al hombre como tal, sin
consideración de sus actividades o profesiones peculiares; que regla
sus relaciones con sus semejantes y con el estado cuando este actúa
como simple persona jurídica y en tanto esas relaciones tengan por
objeto satisfacer necesidades de carácter genéricamente humano.
La unificación del derecho privado supuso un esfuerzo de síntesis para regular las instituciones
que contienen en común el derecho civil y el comercial. Se ha destacado que ello es fruto de
fuertes influencias reciprocas, lo que se ha descripto como la “comercialización del derecho
civil” o la “civilización del derecho comercial”.
La recodificación ha permitido organizar de manera coherente y sistematizar un sinfín de leyes
que fueron adecuando y actualizando la materia civil y comercial a la realidad social.
Con la entrada en vigencia del código civil y comercial de la nación, se derogan
específicamente los códigos civil y comercial y leyes especiales cuya materia fue introducida al
articulado del código y se modifican otras para adecuarlas al nuevo contenido.
FUENTES DEL DERECHO PRIVADO: Se entiende por fuente del derecho los modos de
manifestarse externamente los preceptos jurídicos. Pueden ser formales o materiales en
función de si su aplicación es obligatoria o no para el juez.
Con el nuevo código, las fuentes del derecho civil y comercial se unifican y resultan de la
enunciación del art. 1 “Los casos que este Código rige deben ser resueltos según las leyes que
resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados de derechos
humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de
la norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados
se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a
derecho”.
La constitución nacional y los tratados de derechos humanos, son la ley suprema de la nación,
y todo el sistema jurídico se organiza conforme a sus principios y normas.
Las leyes son las que emanan del poder legislativo de conformidad con el mecanismo previsto
para su sanción.
Los usos y practicas hacen referencia a lo que acostumbra hacer un grupo determinado, y la
costumbre es una conducta colectiva, es decir está constituida por una serie de actos que se
ejecutan de modo generalizado con un alto grado de uniformidad, identificables y predecibles,
que se practican con la conciencia de la obligatoriedad y cuya violación causa una sanción
social.
La jurisprudencia supone que hay una serie de decisiones judiciales que interpretan una norma
en sentido coincidente.
La doctrina de los autores puede constituirse en fuente del derecho; la opinión de los
tratadistas podrá ser un valioso elemento auxiliar para la explicación, interpretación y
aplicación del derecho.
Los principios generales del derecho y los valores jurídicos sin lugar a dudas integran el
ordenamiento jurídico, pero no funcionan como fuente del derecho, sirven para interpretar la
ley ya que son guías para el razonamiento legal.
PERSONA EN GENERAL
1. LAS PERSONAS HUMANAS, que son receptadas en el Título I del Libro Primero.
Corresponde recordar que desde la doctrina anterior a la sanción del Código se las
denominaba también «personas de existencia “visible”, “físicas”, “naturales”,
“individuales” o “humanas”. Desde la doctrina se ha expresado que, a diferencia del
art. 51 del Código Civil, “el nuevo código no contiene una definición, pero de su sola
designación como «humana», entendemos que se llega al mismo concepto pues será
tal todo ser humano, es decir toda aquella persona que presente signos característicos
de humanidad sin distinción de cualidades o accidentes”. Ellas tienen como sustrato
fundamental al ser humano y abarca dos etapas o épocas de su existencia: a) el
concebido que no ha nacido (arts. 19 Y 20 C.C. y C.) y b) las «personas humanas
propiamente dichas»: etapa que comienza con el nacimiento con vida (art, 21 C.C. y
C.) y termina con su fallecimiento (art. 93 C.C. y C.).
2. LAS PERSONAS JURÍDICAS, que también han sido llamadas «personas de existencia
ideal», «morales» o «colectivas», tienen como base a una organización humana, a
partir de un individuo o un grupo, que conforman un nuevo «ente» diferenciado de
cada uno de sus integrantes y que interactúa en el mundo jurídico de manera
individual. Se encuentran reguladas en el Libro primero, Título II, destacando el art.
142 que «son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico
les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el
cumplimiento de su objeto». Este artículo debe ser analizado juntamente con el 144
que dispone que «La persona jurídica tiene una personalidad distinta de la de sus
miembros. Los miembros no responden por las obligaciones de la persona jurídica,
excepto en los supuestos que expresamente se prevén en este Título y lo que disponga
la ley especial».
PRINCIPIO DE LA EXISTENCIA: En la existencia de las personas humanas, pueden distinguirse
dos períodos; uno que se inicia con la concepción y termina con el nacimiento y otro que
comienza con el nacimiento con vida y culmina con la muerte. En definitiva, constituyen dos
etapas en la existencia de las personas humanas, que necesitan de la protección del derecho.
CONCEPTO: Persona por nacer es la que no habiendo nacido está concebida en el seno
materno. Así, se reconoce que la existencia de la persona comienza en el momento mismo de
la concepción (art. 1 y 4 del pacto
de san José de Costa Rica
incorporado a la constitución
nacional en el art. 75, inc. 22 y ley
23.849, art. 2, aprobatoria de la
convención de los derechos del
niño.) El art. l 9 del Código Civil y
Comercial establece: "la
existencia de la persona humana
comienza con la concepción “,
desde el instante mismo de la
unión de los gametos masculino y
femenino, existe un nuevo
individuo, único, rigurosamente
diferente a todo otro individuo.
Concepción y Embarazo
Como vimos según el art. 19 del Código Civil, “la existencia de la persona humana comienza
con la concepción”. Sin embargo, esta existencia está subordinada al hecho de que la persona
nazca con vida, pues si muriese antes de estar completamente separada del seno materno,
será considerada como si no hubiera existido. El art. 21 nos dice que: “los derechos y
obligaciones del concebido o implantado en la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si
nace con vida. Si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió. El nacimiento
se presume.”
Determina la filiación.
A fin de fijar la época de la concepción, cuando ésta tiene un origen no asistido, se deben tener
en cuenta los plazos mínimo y máximo de duración del embarazo. El término mínimo se
presume que es de 180 días y el máximo se estima que es de 300 días. Esta presunción admite
prueba en contra (art. 20 c.c. y c.).
La época de la concepción queda fijada entre el plazo máximo y el mínimo mencionados. A tal
fin, se computan trescientos días hacia atrás desde el día anterior al nacimiento y se cuentan
los ciento ochenta días del plazo mínimo de modo que la concepción debió producirse dentro
de los primeros ciento veinte días que son la diferencia entre el máximo y el mínimo del
embarazo. Por lo tanto, para la ley, la concepción ha podido ocurrir en un momento cualquiera
de los 120 días de los 300 que precedieron al nacimiento.
En la filiación por naturaleza, conforme lo establece el art. 566, se presume que el niño nacido
después de la celebración del matrimonio tiene por padre al marido de la mujer, y que el niño
nacido dentro de los 300 días de disuelto el matrimonio, separación de hecho o interposición
de la demanda de divorcio, tiene por padre al ex marido de la mujer o al marido muerto. Esas
presunciones, al ser relativas, admiten prueba en contrario a través de las pruebas biológicas
(ADN). En el supuesto en que hubieran sido aplicadas técnicas de reproducción humana
asistida, el art. 562 establece que «Los nacidos por las técnicas de reproducción humana
asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su
consentimiento previo, informado y libre en los términos de los artículos 560 y 561,
debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, con
independencia de quién haya aportado los gametos». Por lo tanto, no se aplicarían las
presunciones señaladas, ya que la determinación de la filiación deriva del consentimiento
previo, libre e informado prestado de conformidad con la ley (art. 575). La «voluntad pro
creacional» debidamente acreditada, constituye el elemento fundante para la determinación
de la filiación en los casos de fertilización asistida, sea que se emplee material genético de la
pareja o de terceros. De este modo, la voluntad de quienes quieren ser padre y madre es
decisiva para la determinación de la maternidad y de la paternidad.
En cuanto a los derechos de los que puede ser titular, en el orden extra patrimonial se destaca
el derecho que corresponde a todo ser humano a ser respetado en su propia dignidad, como
así también el derecho a la salud. En el orden patrimonial, puede adquirir donaciones,
herencia, indemnizaciones, reclamar alimentos, ser beneficiario de una pensión. En cuanto a la
posibilidad de contraer obligaciones, ésta se encuentra acotada a los derechos que hubiera
adquirido.
Respecto a la capacidad de ejercicio, es una persona incapaz (art.24inc.1 C.C. y C.) y actúa a
través de sus representantes, que son los padres (art. 101 inc. a C.C. y C.)
Los nacimientos ocurridos sin atención médica, se probarán con certificado médico emitido
por un establecimiento médico asistencial público con determinación de edad presunta y sexo,
y además, la declaración de dos testigos que acrediten el lugar de nacimiento en la jurisdicción
de que se trate, el estado de gravidez de la madre y haber visto con vida al recién nacido,
debiendo suscribir el acta de nacimiento respectiva (art. 32 inc. e ley 26.413).
Trámite de identificación
La comprobación de la muerte
Es importante distinguir la comprobación de la muerte (acreditar el hecho biológico),
de la prueba jurídica de la misma. En este punto tratamos el primer aspecto, de la
prueba de la muerte nos hemos ocupado al tratar el estado de las personas, capítulo al
cual remitimos.
El art. 94 dices La comprobación de la muerte queda sujeta a los estándares médicos
aceptados, aplicándose la legislación especial en el caso de ablación de órganos de
cadáver.
Siendo la muerte un hecho biológico, su efectiva comprobación corresponde a la
ciencia médica. El Código se remite a los "estándares médicos aceptados", así será la
medicina y sus procedimientos de verificación que servirán para acreditar que la
persona ha fallecido, el Derecho sólo puede limitarse a aceptar esos criterios
En realidad, la muerte no es generalmente un instante, sino un proceso Desde la
tanatología se enseña que salvo supuestos de excepción (normalmente la muerte
violenta), la extinción biológica del ser humano no opera como un puro
acontecimiento según el cual en un instante se "vive" y el siguiente "se muere" sino
que el tránsito entre un estadio y otro implica normalmente un proceso que involucra
fases, en las cuales van desapareciendo secuencialmente determinados segmentos de
funciones orgánicas, lo cual incluso ha dado cabida a la evolución de las técnicas de
reanimación (Tobias).
La actual Ley de Trasplantes prescribe las bases para el diagnóstico de la muerte. El art.
23 de la ley 24.193 establece que: "El fallecimiento de una persona se considerará tal
cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir
ininterrumpidamente seis horas después de su constatación conjunta a) ausencia
irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de conciencias; b) Ausencia de
respiración espontánea; c) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas
no reactivas; d) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o
instrumentales adecuados a las diversas situaciones clínicas, cuya nómina será
periódicamente actualizada por el Ministerio de Salud y Acción Social con el
asesoramiento del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e
Implante (INCUCAI). Y aclara que la verificación de los signos referidos en el inc. d) no
será necesaria en caso de paro cardio-respiratorio total e irreversible". Además, el art.
24 de la misma ley, exige que la certificación del fallecimiento sea suscripta por dos
médicos, entre los que figurará por lo menos un neurólogo o neurocirujano y que
ninguno de ellos integre el equipo que luego realice las ablaciones o implantes de los
órganos del fallecido.
En cuanto a la hora del fallecimiento, se establece que será aquella que por primera
vez se constataron los signos previstos en el art. 23. Así, el plazo de seis horas funciona
como un término para ratificar la muerte, pero el momento del deceso será cuando
aparecieron los primeros signos.
Es sobradamente justificable que la ley requiera todo este protocolo para poder
proceder a la ablación de órganos de un cadáver los casos ordinarios, la verificación de
la muerte queda a cargo del médico que expide el certificado de defunción conforme
el método que resulte adecuado.
Muerte presunta
Además de la hipótesis de muerte comprobada analizada, encontramos el supuesto de
la muerte presunta.
El supuesto contemplado por el art. 79 es el siguiente: “Si una persona ha
desaparecido de su domicilio, sin tenerse noticias de ella, y sin haber dejado
apoderado, puede designarse un curador a sus bienes si el cuidado de estos lo exige. La
misma regla se debe aplicar si existe apoderado, pero sus poderes son insuficientes o
no desempeña convenientemente el mandato”.
Estamos ante el caso en el cual una persona que se ausenta de su domicilio sin que se
tenga noticias de ella, pero sin que haya transcurrido un tiempo considerable, ni que
su desaparición se hubiese producido en circunstancias especiales que permitirán
presumir su muerte; el Código requiere además que existen bienes que necesiten
cuidado o protección debido a que el ausente no ha dejado apoderado o, habiéndolo
dejado, sus poderes son insuficientes o no desempeña correctamente el mandato.
La solución que da la ley a esta hipótesis es la adopción de un curador a sus bienes, a lo
que se llega a través de la declaración de ausencia.
Si esa ausencia se prolonga mucho tiempo, o la desaparición se ha producido en
circunstancias excepcionales (guerra, terremoto, accidente de aviación o naufragio), es
razonable presumir que la persona ha fallecido.
Los efectos de la presunción de fallecimiento no son absolutamente idénticos a los de
la muerte comprobada. Los bienes no se transmiten inmediatamente de manera plena,
sino que es necesario atender al cumplimiento de ciertos plazos posteriores al día
presuntivo de fallecimiento.
Casos:
Pueden distinguirse dos casos de muerte presunta:
1. caso ordinario: se da cuando la persona desaparece de su domicilio sin que de
ella se tenga noticias por el termino de tres años, contados desde que se tuvo
la última noticia(art.85).
2. caso extraordinario genérico (86 1° párr.): se da cuando la persona se
encontraba en una circunstancia riesgosa para su vida (terremoto, incendio,
acción de guerra, etc.) y desaparece sin que de ella se tenga noticias por el
término de dos años, contados desde que el suceso ocurrió o pudo haber
ocurrido. Caso extraordinario específico (art. 86 2° párr.): se da cuando la
persona se encontraba en un buque o aeronave naufragados o perdidos, y de
ella no se tienen noticias por el lapso de seis meses, contados desde el día en
que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido.
Los efectos patrimoniales y extra patrimoniales. Reaparición del presunto muerto.
En relación con los bienes del presunto muerto los efectos son los siguientes:
declarado el día presuntivo del fallecimiento, los que fueren herederos a esa fecha
entran en posesión de los bienes, bajo inventario y en calidad de propietarios, y el
derecho de dominio habrá de ser inscripto en el registro correspondiente.
Durante este período que se extiende por cinco años u ochenta contados desde
el nacimiento del ausente, los herederos entran en posesión de tos bienes en calidad
de dueños, pero, sólo gozan de la facultad de administrar, y hasta podrán hacer
partición de esos bienes, pero para enajenarlos o gravarlos necesitaran autorización
Judicial (art.91) Culminado el periodo de pre notación, los herederos gozan sim
restricción alguna de la facultad de administrar y disponer de esos bienes: podrán
enajenarlos y gravarlos (art. 92).
Tanto en uno como en otro periodo, los herederos tienen solo el dominio
revocable, ya que ante la reaparición del presunto muerto, queda sin efecto la
declaración de fallecimiento, y debe procederse a la restitución de los bienes a
petición del interesado (art. 91 2° par.). Si éste reaparece en el período de pre
notación, éstos deben ser devueltos en el estado en que fueron recibidos; si por el
contrario, la reaparición se produce en el segundo periodo, el ausente puede reclamar
a)- los bienes en el estado en que se encuentran, b)- los adquiridos con el valor de los
faltan, c)- el precio adeudado de los enajenados y d)- los frutos no consumidos (art. 92)
Los efectos de la presunción de fallecimiento respecto al matrimonio están previstos
en el art. 435 inc. b. La norma establece que encontrándose firme la sentencia judicial
que declara la muerte presunta, el matrimonio se disuelve.
A) CAPACIDAD: Se puede definir a la capacidad en general como «la aptitud o el grado de aptitud
de la persona para ser titular de derechos y deberes jurídicos» y, en consecuencia, para el
concreto ejercicio de las facultades que emanan de esos derechos del que se es titular o para
el cumplimiento de las obligaciones que implican los correlativos deberes jurídicos.
Clases:
La capacidad de derecho: La idea de persona conlleva de manera ineludible y esencial la
posibilidad de ser titular de derechos. Así, el ser «persona», importa la viabilidad cierta, actual,
eventual o concreta de encabezar Ios derechos que el propio ordenamiento jurídico reconoce
y que le permite -por sí mismo o a través de representantes- actuar en el mundo jurídico. A
ello hace alusión la «capacidad de derecho» o «capacidad jurídica» o «capacidad de goce».
El Código Civil y Comercial la consagra de manera clara cuando en el art. 22 dispone
que «toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos.
La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos
jurídicos determinados». De este artículo se desprenden tres consecuencias centrales: 1) que,
como principio general, toda persona tiene capacidad para ejercer derechos y contraer
obligaciones; 2) que el goce de los derechos que titulariza sólo puede ser limitados por la
propia ley; y 3) que esa limitación de derechos sólo puede referirse a hechos, simples actos, o
actos jurídicos específicos y determinados. Nunca lo podrá ser en relación a todos sus
derechos.
Como consecuencia de ello podemos afirmar que esta capacidad siempre está
presente en la persona, ya que no se concibe a un sujeto que no tenga algún grado de
capacidad de derecho, pues si ella faltara totalmente no podríamos hablar de «persona». Pero
al mismo tiempo tampoco se puede tener de manera absoluta, ya que siempre existen
limitaciones y todo individuo tiene vedada o limitada por la propia ley la titularidad de ciertos
derechos para realizar actos determinados.
Como anticipamos, también las restricciones a la capacidad de derecho surgen del
mismo Código unificado. Como ejemplos mencionamos:
1) El art. 403 que regula los impedimentos matrimoniales, por el cual se
restringe el derecho a celebrar matrimonio a personas unidas entre sí por
determinados vínculos de parentesco (inc. a, b. c.);
2) El art. 108 que dispone prohibiciones para que determinadas personas sean
designadas como tutores de un menor de edad;
3) El art. 2482 que determina las personas que son incapaces de suceder por
testamento, entre los que se encuentran los tutores y curadores a sus pupilos, el
escribano y los testigos ante quienes se haya otorgado el testamento, por el acto en el
cual han intervenido o los ministros de cualquier culto y los líderes o conductores
espirituales que hayan asistido al causante en su última enfermedad.
La capacidad de ejercicio: Se la puede definir expresando que la capacidad de
ejercicio, anteriormente denominada «de hecho» o «de obrar», es esa aptitud que el mismo
ordenamiento jurídico le brinda a las personas humanas para poder actuar por sí mismas en el
campo de lo jurídico; es decir para ejercer por sí mismas los actos de la vida civil (Tagle).
Podemos afirmar que es esa facultad que la persona tiene para ejercer por sí misma esos
derechos y deberes jurídicos que goza y titulariza.
El Código Civil y Comercial al referirse a ella dispone que «toda persona humana puede
ejercer por sí misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este
Código y en una sentencia judicial» (art. 23).
Es decir que la capacidad de ejercicio aparece como principio general, que sólo puede
ser limitada por el propio Código o por una resolución judicial. Como reflejo y expresión de un
sistema flexible de incapacidad de ejercicio, dispone en el art. 24 que lo serán:
1) La persona por nacer.
2) La que no cuenta con la edad y el grado de madurez suficiente para ejercer
por si mismos los actos de la vida civil. Pero esa limitación sólo tendrá la extensión que
el propio sistema le da a esa incapacidad en la Sección 2ª del mismo capítulo y libro del
Código, en el que se regula lo relativo a las personas menores de edad.
3) La declarada incapaz por sentencia judicial, también limitada a la extensión
dispuesta por la resolución del juez que la resuelve.
C. DOMICILIO
Concepto. Cuando es estudiado como atributo de la persona, el domicilio puede
ser conceptualizado como la «sede» de la persona a los efectos jurídicos, como ese lugar que
el derecho considera, que la persona tiene el centro de sus relaciones jurídicas (Alterini). Se
trata de ese centro territorial que la persona tiene para el desarrollo de sus relaciones
jurídicas, desde este punto de vista, el domicilio alcanza una doble dimensión, por una parte,
hacer referencia a un lugar determinado, a un espacio físico, pero por otra parte también hace
alusión al mundo de lo jurídico, ya que ese lugar es tenido como centro de imputación de las
relaciones jurídicas de esa persona.
Este concepto de domicilio, debe distinguirse de las nociones de «residencia» y
«habitación», La residencia es el lugar donde se encuentra la persona con determinado grado
de estabilidad. Si bien constituye el elemento material del domicilio real, no importa siempre
un «domicilio» como atributo de la persona. La habitación, en tanto, se relaciona con la
permanencia de un individuo en un lugar de manera transitoria, accidental; v.gr. la estadía en
un hotel durante las vacaciones.
Importancia y funciones del domicilio: El domicilio como atributo de las personas cumple
una serie de funciones que tienen trascendencia especial en el mundo de las relaciones
jurídicas, que entablan las personas, o para el ejercicio de sus derechos. Entre los efectos del
domicilio puede decirse que:
a) Determina la competencia de las autoridades para las relaciones jurídicas de las
que la persona es sujeto activo o pasivo (art. 78 C. C. Y C.)
b) Rige lo relativo a la capacidad de las personas (art. 2616 C.C. y C.)
c) Rige lo que respecta a los atributos de la persona. V.gr. en materia de «nombre»,
el art. 2618 dispone que «el derecho aplicable al nombre es el del domicilio de la
persona de quien se trata, al tiempo de su imposición. Su cambio se rige por el
derecho del domicilio de la persona al momento de requerirlo».
d) Determina la aplicación de la ley a las cosas muebles sin una situación permanente
(art. 2670 C.C. y C.)
e) En ciertas situaciones es el que determina el lugar de cumplimiento de las
obligaciones, v.gr. el art. 874 C.C. y C. establece que para el cumplimiento de las
obligaciones, cuando no se ha indicado el lugar de pago, será «el lugar de pago es
el domicilio del deudor al tiempo del nacimiento de la obligación. Si el deudor se
muda, el acreedor tiene derecho a exigir el pago en el domicilio actual o en el
anterior. Igual opción corresponde al deudor, cuando el lugar de pago sea el
domicilio del acreedor».
f) Determina quién es el juez competente: vgr. el juez de la sucesión es el del último
domicilio del causante, el art. 2336 C.C. y C. dispone que «la competencia para
entender en el juicio sucesorio corresponde al juez del último domicilio del
causante»; el que intervenga en la declaración de incapacidad o de restricción de
la capacidad, será el juez del domicilio de la persona o el del lugar de su
internación (art. 34 C.C. y C.)
g) En los procesos judiciales es necesario a los fines de las notificaciones al
demandado.
Domicilio Real:
La noción de domicilio real surge del art. 73 C.C. y C. que dice que «la persona humana
tiene domicilio real en el lugar de su residencia habitual. Si ejerce actividad profesional o
económica lo tiene en el lugar donde la desempeña para el cumplimiento de las obligaciones
emergentes de dicha actividad».
Los elementos estructurantes del domicilio real son dos: el corpus y el animus, El primero
constituye ese elemento material indispensable de esta clase de domicilio, que es la residencia
efectiva clara y concreta de la persona, en un lugar determinado. El animus, por otra parte,
importa un elemento volitivo, ya que hace alusión a la intención de hacer de un lugar el
domicilio. Constitución y mutación: El domicilio real se constituye entonces con la
configuración de sus dos elementos estructurantes, el corpus y el animus, sin que sea
necesaria la intención de permanecer en el mismo para siempre. Es decir que la simple
residencia de manera habitual estatuye el domicilio de la persona. Además el cambio de
domicilio real no requiere ningún trámite especial, sino que la modificación de esos dos
aspectos hace que de manera automática la persona humana mute su domicilio. El art. 77
dispone que «el domicilio puede cambiarse de un lugar a otro. Esta facultad no puede ser
coartada por contrato, ni por disposición de última voluntad. El cambio de domicilio se verifica
instantáneamente por el hecho de trasladar la residencia de un lugar a otro con ánimo de
permanecer en ella»
Domicilio Legal.
Concepto: La noción de domicilio legal resulta de lo que establece el art. 74 del Código
unificado, que dice «El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en
contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus obligaciones». Podemos ver la sustancial diferencia que tiene con
respecto al domicilio real, ya que el domicilio legal se establece, con prescindencia de la
concreta o voluntaria residencia de la persona en un lugar determinado.
Su finalidad es la de brindar seguridad jurídica tanto a las personas a las que se le impone
ese tipo de domicilio, como a los terceros que se vinculan con ellos.
Casos de domicilio legal: El art 74 del C.C. y C. enumera cuáles son los supuestos de
domicilio legal, tal como se detalla a continuación:
Inc. a) «los funcionarios públicos, tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus
funciones, no siendo estas temporarias, periódicas, o de simple comisión», Como funcionarios
públicos deben incluirse tanto a aquellos que tienen potestades de decisión (v.gr. el Ministro
de Educación de la Provincia), como a quienes, aun siendo empleados, deben estimarse
domiciliados donde cumplen con su función (v.gr. un empleado del Ministerio). También los
jueces tienen domicilio legal, como los funcionarios y empleados del juzgado a su cargo. Más
allá que, por ejemplo, el juez resida con su familia en Rivadavia, si el tribunal del que es titular
está ubicado en la ciudad Capital de San Juan, su domicilio será de carácter legal y estará
situado en esta última.
Inc. b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están
prestando. Este inciso impone un domicilio legal a todos aquellos militares que prestan de
manera activa un servicio en cualquiera de las fuerzas armadas de la Nación: ejército, marina o
aviación. No sólo se comprenden a los que realizan estrictas funciones de milicia sino también
a todos los auxiliares de esas fuerzas, como aquellos profesionales que prestan allí un servicio
con el mismo carácter de permanencia. V .gr., un médico del ejército.
Inc. e): «los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen
domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual»; Transeúntes son aquellas
personas que deambulan de un lugar a otro y, como consecuencia de ello, no se les puede
asignar un domicilio real, ya que no se dan los requisitos para su establecimiento, por lo que la
ley les otorga un domicilio legal. Se le da entonces a la habitación temporaria y transitoria el
carácter de domicilio legal.
Inc. d): «los incapaces tendrán el domicilio de sus representantes». Sin perjuicio que
habiten o no con ellos, las personas incapaces tendrán el domicilio de quienes sean sus
representantes. De esta manera, el menor de edad no emancipado lo tendrá en el domicilio de
sus progenitores o en el de su tutor (si faltan los padres, o en el caso que ambos sean
incapaces, están privados de la responsabilidad paterna, o sean suspendidos en su ejercicio, el
tutor que se les designe, las personas incapaces por razones de salud mental, tendrán por
domicilio, el del curador que se les nombre.
Duración del domicilio legal: La vigencia del domicilio legal va a depender de la existencia
del hecho que lo motiva, por lo que una vez que haya cesado éste, el domicilio comenzará a
determinarse por la residencia, es decir que la persona dejará de tener un domicilio «legal»,
para pasar a tener un domicilio «real». De esta manera, si el adolescente cumple 18 años, al
ser un mayor de edad, deja de tener el domicilio legal, que era el de sus padres o el de su
tutor, para pasar a tener un domicilio real, que se constituirá, de acuerdo a los requisitos antes
señalados. Así, si sigue conviviendo con sus padres, habrá sólo un cambio de domicilio legal
por domicilio real Sí los funcionarios públicos dejan de cumplir esas funciones, también
dejarán de tener el domicilio legal que se les asignara.
Domicilio especial.
El domicilio especial es el que rige para determinadas relaciones jurídicas de las personas
que se encuentran específicamente determinadas (Alterini), Se diferencia del domicilio general
(sea este real o legal) ya que el domicilio especial opera sólo para definidas y concretas
relaciones jurídica, especialmente relativas a obligaciones que nacen de relaciones
contractuales.
Enunciación: Se pueden, en general, enumerar los siguientes domicilios especiales:
1. El domicilio de elección: El art. 75 del C.C.y C. dispone que «las partes de un contrato
pueden elegir un domicilio para el ejercicio de los derechos y obligaciones que de él emanan».
Es decir que las personas pueden determinar que, en un contrato específico, cumplirán las
obligaciones que de ellos emanan, en un domicilio especial, que puede ser absolutamente
diferente de su domicilio general.
2. El domicilio procesal: También llamado ad lítem es el que las partes designan para
determinado proceso judicial. Es de suma importancia ya que será al lugar donde será
notificado de todas las cuestiones atinentes a ese juicio. Habitualmente es el del abogado que
lo represente y por lo general, las normas procesales locales establecen que debe estar situado
a una determinada distancia de los tribunales.
D. ESTADO.
Noción: El estado de las personas es la posición jurídica que ellas ocupan en la sociedad;
o, para decirlo con más propiedad, es el conjunto de calidades que configuran la capacidad de
una persona y sirven de base para la atribución de deberes y derechos jurídicos.
El estado se puede apreciar desde tres puntos de vista.
a) Con relación a las personas consideradas en sí mismas: se puede ser mayor o menor de
edad, hombre o mujer, sano o demente, médico, militar u obrero; en estos casos, la edad, el
sexo, la salud mental, la profesión, hacen surgir distintos derechos y obligaciones. En cuanto al
sexo, es sabida la tendencia del derecho contemporáneo a establecer la igualdad jurídica del
hombre y la mujer. Pero ello no obsta a que existan algunas diferencias entre ambos, sobre
todo en el derecho de familia, que derivan de la misma naturaleza del sexo o de la necesidad
del desempeño unipersonal de ciertas funciones, pero no de una razón de dependencia o de
inferioridad de la mujer.
b) Con relación a la familia: una persona puede ser casada o soltera, viuda o divorciada,
padre o hijo de familia, pariente, etcétera.
c) Con relación a la sociedad en que vive: puede ser nacional o extranjero. En verdad que
la generosidad de la legislación patria para con el extranjero ha hecho desaparecer antipáticas
diferencias con los nacionales en el campo del derecho civil, diferencias que subsisten en la
mayoría de las legislaciones extranjeras. Por excepción, puede señalarse dentro del derecho
civil un tratamiento diferencial entre argentinos y extranjeros en los decretos 15.38511944,
artículo 4" y 32.430, artículo lo, que declaran de conveniencia nacional que los bienes ubicados
en las zonas de seguridad pertenezcan a los argentinos nativos. Pero hay diferencias en cuanto
a los derechos políticos, pues los extranjeros no pueden votar ni ser elegidos para cargos
públicos.
Elementos del estado: Entendemos por elementos del estado las distintas calidades
jurídicas que confluyen a configurarlo y que, en consecuencia, dan origen a derechos y
obligaciones. Tales son el sexo, la edad, la salud mental, la profesión, la circunstancia de ser
casado, soltero, divorciado, viudo, pariente, nacional o extranjero, etcétera. Estos elementos
constitutivos de estado consisten a veces en simples hechos, ajenos a la voluntad de las
personas, tales como el nacimiento, la edad, el sexo; en otras ocasiones, en cambio, se
originan en actos realizados voluntariamente: por ejemplo, el matrimonio, la legitimación, el
reconocimiento de hijos naturales. De ahí que el estado se modifique a veces voluntaria, y a
veces, involuntariamente.
El estado de familia y el título de estado: Cuando se habla de estado de familia es
necesario hacer mención a su relación con el título de estado, que permite acreditar y ejercer
los derechos que emergen de ese atributo de la persona.
Título de estado en sentido formal: de manera corriente se alude al «título de estado»
como a ese instrumento o conjunto de instrumentos públicos de los cuales emerge el estado
de familia de una persona. Se trata del título de estado en sentido formal, que permite
identificar como título el documento que hace oponible y prueba el estado de familia. Como
ejemplo concreto, podemos decir que para probar y hacer valer un estado de familia el estado
de hijo, es necesario presentar la partida de nacimiento emitida por el Registro del Estado Civil
y Capacidad de las Personas. Para probar la existencia del matrimonio debe presentar la
partida o la libreta de familia, emitida por el mismo registro; para el de viudo o viuda la partida
de matrimonio y la de defunción.
Título de estado en sentido material: También puede aludirse al «título de estado» en
sentido material o sustancial. En este supuesto, el término se utiliza para hacer referencia a la
causa, motivo o raíz, de un determinado emplazamiento en un estado de familia. Como
ejemplo podemos decir que la filiación por naturaleza, reconoce como título de estado en
sentido material, un presupuesto biológico, es decir, ese vínculo de sangre que una a un hijo
con su padre y con su madre. Por tal motivo, en los casos que ese hijo no sea reconocido por
alguno de ellos, podrá iniciar la acción judicial para obtener el emplazamiento probando el
presupuesto biológico.