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“DERECHO CIVL Y

COMERCIAL”

PLANIFICACION ANUAL

CICLO ORIRNTADO

BACHILLER: ECONOMIA Y ADMINISTRACION

CURSOS:

6° AÑO “A” Y “B”

PROFESOR: ANDREA GUIDET

PROGRAMA DE DERECHO CIVIL Y COMERCIAL. 6° AÑO “A”Y”B”.


COLEGIO SANTA TERESITA DEL NIÑO JESUS
UNIDAD 1: INTRODUCCION Y NOCIONES GENERALES
 DERECHO: concepto, esencia y fundamento del derecho; derecho positivo:
concepto y clasificación. derecho privado: conceptos de derecho civil y de
derecho comercial. el código civil y comercial: la unificación, fuentes del
derecho privado.
 EL DERECHO SUBJETIVO: concepto, elementos y clasificación. Teoría del
abuso del Derecho.
 LA PARTE GENERAL DEL DERECHO PRIVADO: objeto y contenido, relación
y situación jurídica. El ejercicio de los derechos individuales y de incidencia
colectiva.
UNIDAD 2: PERSONA HUMANA
 PERSONA: concepto y especies; concepto de persona natural, desde que
momento comienza la existencia de la persona: concepción, embarazo y
nacimiento.
 FIN DE LA EXISTENCIA: muerte comprobada y muerte presunta.
 ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD: los derechos de la personalidad,
nombre, domicilio, estado y capacidad.
UNIDAD 3: PERSONA JURIDICA
 PERSONAS JURIDICAS: noción, naturaleza, caracteres y elementos; atributos
de la personalidad jurídica; responsabilidad civil y penal; principio y fin de las
personas jurídicas privadas.
 LA RELACION JURIDICA COMERCIAL: el derecho comercial en el nuevo
código civil y comercial de la nación, obligaciones comunes a las personas
humanas que desarrollan actividad económica organizada y a las personas
jurídicas privadas, contabilidad en el nuevo código civil y comercial.
UNIDAD 4: HECHOS Y ACTOS JURIDICOS
 LOS HECHOS JURIDICOS: concepto y clasificación; teoría general del acto
voluntario; elementos internos: discernimiento, intención y libertad; elementos
externos. Exclusión y vicios de la voluntad.
 ACTO JURIDICO: concepto, elementos esenciales, elementos accidentales;
consecuencias de los hechos y actos jurídicos; representación; clasificación de
los actos jurídicos; interpretación de los actos jurídicos.
BIBLIOGRAFIA:
 Código Civil y Comercial de la Nación comentado
 Manual de derecho civil, Guillermo A. Borda.
 Manual de derecho comercial, Daniel Roque Vítolo.
 Manual de Derecho Privado, María Virginia Bertoldi de Forcalde.
 Derecho Civil, Parte General, Julio Cesar Rivera y Luis Daniel Crovi
Consultas: Prof. Andrea Guidet: miércoles, de 10:00 a 10:10hs.
UNIDAD I
DERECHO
Concepto: Según lo que resulta de lo expuesto, el derecho es un
fenómeno complejo y por ello son equivocadas las teorías que pretenden definirlo partiendo
de una consideración simplista.

Con la aclaración precedente hemos quedado en condiciones de definir el fenómeno jurídico y


exponer sus notas positivas que lo caracterizan. Este consiste: en un ordenamiento coactivo de
las relaciones interpersonales y sociales, expresado en normas obligatorias dictadas por la
autoridad social.

Fundamento: Para establecer el fundamento del derecho debemos recurrir a los elementos
invariables del fenómeno jurídico estos son, la justicia y la norma, por medio de los cuales la
conducta asume sentido jurídico.

Al considerar la justicia nos pone en presencia de los valores vigentes o históricos de justicia,
es decir, frente a lo que, en una época histórica y en un ámbito social determinado, es tenido
como valor de justicia (por ejemplo, la esclavitud en la antigüedad se consideraba justa) Pero
nuestra experiencia interna nos demuestra que los valores vigentes remiten al valor absoluto,
que trasciende del ordenamiento concreto y la experiencia histórica, puesto que nuestra
conciencia nos permite enjuiciar a esta según su sentido espontaneo y absoluto de justicia. El
hecho de que ningún valor histórico nos satisfagan plenamente y de que nuestra conciencia
aspire a lo absoluto y se erijan norma de tal carácter, nos lleva a darnos cuenta que la justicia
absoluta no puede residir en los repartos humanos, sino en un Ser que sea la justicia misma y
el Juez por antonomasia.

La consideración de la norma nos pone ante la explicación de la unidad y fundamento último


del ordenamiento de normas. Admitido que este fundamento se encuentra en la constitución,
designada por ello como “norma fundamental”, cabe preguntar por el fundamento de esa
constitución, con lo cual nos remitimos a la historia, es decir, la norma fundamental anterior
en base a la cual se dictó la constitución vigente. Para no seguir retrocediendo hasta el infinito
en la alternativa entre autoridad y justica, es preciso que, en la norma fundamental, que sea
fundamento último y autentico del derecho, se reúnan inseparablemente las cualidades de ser
justicie absoluta y eficacia permanente. La norma fundamental, para ser una norma a la vez
justa y eficaz y fundamento último de todo el ordenamiento jurídico, debe ser dictada por una
autoridad en la que se identifiquen poder y justicia, es decir, Dios.

El fundamento último del ser jurídico debe encontrarse en una disposición normativa de la
autoridad divina, de la que participe el ser humano. Esta disposición es la ley eterna; la
participación de ella en el hombre es la ley natural. La justicia es un elemento necesario del
derecho. Esto implica negar categoría jurídica a las leyes injustas, lo que lleva implícito el
derecho a negar obediencia a tales normas. ¿Cuál es el criterio que ha de permitirnos distinguir
lo justo de lo injusto? Este criterio no es otro que el derecho natural; si la ley es conforme a él,
es justa; si es incompatible con él, es injusta

Ley eterna: Es la disposición del intelecto divino que prescribe que se observe la finalidad ínsita
en la naturaleza.

La ley Natural: es la impresión de la ley eterna en la criatura racional, es aquel que surge de la
naturaleza humana y que es revelado al hombre por la razón. Por esa circunstancia de provenir
de la naturaleza misma del hombre, es inmutable y universal.

¿Qué es el derecho natural?


Podemos decir que el derecho natural “es la que se le debe al hombre en virtud de su
esencia”, esto es, por el simple hecho de ser hombre. El derecho natural incluye un conjunto
de principios o normas que todo hombre por ser tal puede considerar y exigir como suyo,
como algo que le es debido.

El derecho natural está integrado por aquellos principios que los hombres conocen
espontáneamente y con seguridad, aplicando su razón natural al conocimiento de su propio
ser y de los bienes que le son connaturales y necesarios.

¿Por qué llamamos a estas normas derecho natural? Por un doble motivo: 1) porque son
descubiertas naturalmente por nuestra razón, ya que la evidencia de su contenido se impone
espontáneamente a todos los hombres; y 2) porque son derechos relativos a la esencia o
naturaleza del hombre. Por ejemplo: el derecho a conservar la propia vida, son derechos
esenciales a toda persona.

Por otra parte, todo lo que no es esencial al hombre queda incluido en el llamado derecho
positivo, que es aquel que dicta la autoridad competente. Mientras el derecho natural puede
ser deducido del propio ser del hombre, las normas de derecho positivo no pueden ser
deducidas de la naturaleza humana y requieren de una decisión de la autoridad política. Así,
por ejemplo, el derecho a la vida es algo natural, como vimos, pero la norma que me impone
que debo conducir mi automóvil por la derecha y no por la izquierda es algo meramente
impuesto por el legislador.

Si bien ambos tipos de leyes son necesarias y se complementan mutuamente, resulta


manifiesto que la ley natural debe ser el fundamento de la ley positiva. Si así no fuera se
seguirían tremendas injusticias.

DERECHO POSITIVO: Se llama derecho positivo al conjunto de leyes vigentes en un país. Se


divide en dos grandes ramas, cuya distinción entre ambas está dada por el sujeto de la
relación; si interviene el estado como poder público estamos en presencia de normas de poder
público; si intervienen solo los particulares o el estado en su carácter de persona jurídica, se
tratan de normas de derecho privado.

Ramas de Derecho Público:

a) Derecho Constitucional
b) Derecho Administrativo
c) Derecho Penal
d) Derecho Internacional Publico
Ramas de Derecho Privado:

a) Derecho Civil
b) Derecho Comercial
c) Derecho Procesal Civil y Comercial
d) Derecho Laboral
DERECHO CIVIL: Es el Derecho que rige al hombre como tal, sin
consideración de sus actividades o profesiones peculiares; que regla
sus relaciones con sus semejantes y con el estado cuando este actúa
como simple persona jurídica y en tanto esas relaciones tengan por
objeto satisfacer necesidades de carácter genéricamente humano.

DERECHO COMERCIAL: Es el conjunto de normas y principios


específicos que regulan la actividad económica en el mercado y el
tráfico de bienes y servicios en el mismo.
RESEÑA HISTORICA – UNIFICACION

Sanción del reforma del cód. Civil el 1/08/15


Código civil ley 17711 entra en vigencia
el
Nuevo cód. Civil y com. De la
nación

1862 1869 1889 1966 2011 2015

Sanción del primer reforma del se designa comisión


Código de comercio cód. Com. Para la unificación

La unificación del derecho privado supuso un esfuerzo de síntesis para regular las instituciones
que contienen en común el derecho civil y el comercial. Se ha destacado que ello es fruto de
fuertes influencias reciprocas, lo que se ha descripto como la “comercialización del derecho
civil” o la “civilización del derecho comercial”.
La recodificación ha permitido organizar de manera coherente y sistematizar un sinfín de leyes
que fueron adecuando y actualizando la materia civil y comercial a la realidad social.
Con la entrada en vigencia del código civil y comercial de la nación, se derogan
específicamente los códigos civil y comercial y leyes especiales cuya materia fue introducida al
articulado del código y se modifican otras para adecuarlas al nuevo contenido.
FUENTES DEL DERECHO PRIVADO: Se entiende por fuente del derecho los modos de
manifestarse externamente los preceptos jurídicos. Pueden ser formales o materiales en
función de si su aplicación es obligatoria o no para el juez.
Con el nuevo código, las fuentes del derecho civil y comercial se unifican y resultan de la
enunciación del art. 1 “Los casos que este Código rige deben ser resueltos según las leyes que
resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados de derechos
humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de
la norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados
se refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a
derecho”.
La constitución nacional y los tratados de derechos humanos, son la ley suprema de la nación,
y todo el sistema jurídico se organiza conforme a sus principios y normas.
Las leyes son las que emanan del poder legislativo de conformidad con el mecanismo previsto
para su sanción.
Los usos y practicas hacen referencia a lo que acostumbra hacer un grupo determinado, y la
costumbre es una conducta colectiva, es decir está constituida por una serie de actos que se
ejecutan de modo generalizado con un alto grado de uniformidad, identificables y predecibles,
que se practican con la conciencia de la obligatoriedad y cuya violación causa una sanción
social.
La jurisprudencia supone que hay una serie de decisiones judiciales que interpretan una norma
en sentido coincidente.
La doctrina de los autores puede constituirse en fuente del derecho; la opinión de los
tratadistas podrá ser un valioso elemento auxiliar para la explicación, interpretación y
aplicación del derecho.
Los principios generales del derecho y los valores jurídicos sin lugar a dudas integran el
ordenamiento jurídico, pero no funcionan como fuente del derecho, sirven para interpretar la
ley ya que son guías para el razonamiento legal.

LOS DERECHOS SUBJETIVOS


La palabra Derecho se suele usar para identificar el derecho objetivo o derecho positivo. Esto
es, como ya dijimos, el conjunto de normas emanadas de autoridad competente-o de las otras
fuentes (art. 1 CCyC)- que tienen vigencia en un Estado en un momento determinado.
Pero la palabra derecho también puede ser utilizada en otro sentido; así, se alude al derecho
de propiedad sobre una cosa, al derecho del acreedor de reclamar el pago a su deudor; en fin,
al derecho a la vida, al honor o a la imagen.
Se está aludiendo pues a la palabra derecho como una atribución o prerrogativa que tiene el
sujeto de exigir de otro o de otros una determinada conducta. A esto se llama derecho
subjetivo.
El deber jurídico:
A todo derecho subjetivo corresponde en principio un deber que aparece como correlativo al
mismo. Es decir que, frente al que tiene la facultad de exigir el complimiento de la prestación,
se presenta el deber de la otra parte, el deudor, de satisfacer esa prestación
Algunas veces, aquel está a cargo de persona o personas determinadas, como el pagar una
deuda. Solo ellas están obligadas. En otras oportunidades, en cambio, ese deber está a cargo
de todas las otras personas que componen una comunidad, por ejemplo, el de respetar la
propiedad, la vida, el honor, etc.
Derecho y deber jurídico, son conceptos correlativos e inseparables, algo así como el anverso y
el reverso de una misma medalla. El uno no se puede concebir sin el otro.
De algunos derechos se dice que son a la vez derechos y deberes; tal ocurre con el voto, con la
patria potestad, etc. La patria potestad incluye el derecho de educar a los hijos frente al cual
estos tienen la obligación de obedecer a sus padres; pero lleva también implícito el deber de
alimentarlos y sostenerlos material y moralmente, y los hijos pueden exigir su cumplimiento.
TIPOS DE DERECHOS SUBJETIVOS
a) Derechos de la personalidad
Se refieren al reconocimiento y respeto de la personalidad humana y su dignidad propia en el
doble aspecto corporal y espiritual.
Quedan comprendidos en esta categoría el derecho a la identidad, al honor, a la intimidad y a
la imagen como tuitivas de la personalidad espiritual. El derecho a la vida, el derecho a la
integridad física, el derecho a la disposición del cadáver, son los que hacen a la personalidad
física. Todos ellos están fundados en la idea básica de que la persona humana es inviolable y
tiene una dignidad (art. 51 CCyC).
b) Derechos personales y familiares
Son derechos que tiene el sujeto en virtud de la posición que ocupa en la familia. Carecen de
contenido patrimonial, y también son por regla general intransmisibles. Pertenecen a esta
categoría los derechos y obligaciones que emanan de la responsabilidad parental
(denominación que el CCVC da a la patria potestad), de la tutela y de la curatela, los deberes
de los esposos y convivientes, etc.
c) Derechos de cooperación
Son los que autorizan a formar la voluntad y tomar parte en la actividad de sociedades, o
corporaciones, derivados de la posición de socio o miembro y sin que puedan separarse de
esta cualidad social. Son derechos que permiten participar en la asamblea social, emitir el
voto, controlar la gestión, etc. Tienen las limitaciones deducidas de la fidelidad del socio hacia
la sociedad y respecto de los demás socios. Esto se manifiesta en el Derecho argentino, por ej.,
en el deber de abstenerse de votar que tiene el socio cuando su interés es contrario al de la
sociedad en el tema que se debate.
EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS
Principio general: Los derechos subjetivos se ejercen frente a un sujeto titular del deber. Éste
puede cumplir voluntariamente con su deber o no; en este último caso el titular del derecho
subjetivo debe ejercerlo a través de una acción que persigue el reconocimiento y la
efectivización de tal derecho en una sentencia judicial. Por lo tanto la regla es que nadie tiene
derecho a hacer justicia por mano propia.
LIMITES AL EJERCICIO DE LOS DERECHOS SUBJETIVOS. EL PRINCIPIO DE LA BUENA FE Y EL
ABUSO DEL DERECHO
El principio de buena fe: Obrar de buena fe implica comportarse como lo hace la gente
honesta, con lealtad y rectitud.
Esta idea constituye un principio general del Derecho, que como tal se proyecta en la totalidad
del ordenamiento, y por ende, en la totalidad de las relaciones jurídicas que establece el sujeto
y de las situaciones jurídicas de las que forma parte.
De allí que resulta acertado que el CCyC haya establecido en el art. 9, "Los derechos deben ser
ejercidos de buena fe".
Teoría del abuso del derecho: El CCyC ha legislado el abuso del derecho en el art. 10 su texto
es el siguiente: Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento
de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el
ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que contraría los fines del ordenamiento
jurídico o el que excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas
costumbres. El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de
la situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho
anterior y fijar una indemnización.
De un derecho se puede usar, pero no abusar, el derecho cesa donde el abuso comienza,
porque abuso e ilicitud deben considerarse sinónimos; en realidad la expresión abuso del
derecho no hace sino cubrir la condenación de actos cometidos más allá de los límites de un
derecho.
Los derechos no pueden ser puestos al servicio de la malicia, de la voluntad de dañar al
próximo, de la mala fe; tiene un espíritu que es la razón por la cual la ley los ha concedido. Es
evidentemente ilegitimo ejercerlos contra los fines que inspiraron la ley. El derecho no puede
amparar ese proceder inmoral.
Ejemplo: la hipótesis del abuso del derecho se plantea si no existe límite legal alguno a los
intereses, en este caso los jueces niegan su amparo a quienes pretendan cobrar intereses
excesivos, porque consideran que existe abuso del derecho.
UNIDAD II

PERSONA EN GENERAL

CONCEPTO: El Código Civil y Comercial no recepta una noción de «persona», como lo


hacía el código anterior, sino que se limita a regular los efectos jurídicos patrimoniales
y extra patrimoniales que tienen fuente en esa personalidad. Por eso, como una
primera manera de aproximarnos al alcance y contenido de la noción de persona es
adecuado recurrir a la vieja conceptualización que se introdujo en el art. 30 del Código
Civil, «son personas todos los entes susceptibles de adquirir derechos, o contraer
obligaciones». Es decir que cuando hacemos referencia a «persona» es ese «ente» al
que el propio ordenamiento jurídico le reconoce la posibilidad y la potestad de ser
titular de derechos subjetivos y sus correlativos deberes. La doctrina afirma que la
noción de persona trae consigo un verdadero sentido de «potencialidad»: ya que es
persona, quien tiene la virtualidad, la posibilidad, de adquirir derechos y contraer
obligaciones; en definitiva, de ser sujeto de derechos. Debe entenderse, por ende, que
quien tiene capacidad jurídica es persona para el ordenamiento jurídico. Por tal
motivo, serán persona, tanto el ser humano (sea éste concebido en el seno materno,
como el ser humano ya nacido), así como un grupo u organización humana (que haya
cumplido determinados requisitos regulados por el propio ordenamiento jurídico), ya
que unos y otros gozarán de esa aptitud para adquirir derechos y para contraer
obligaciones. Se puede entonces sintetizar que, desde el punto de vista del
ordenamiento jurídico quien tiene capacidad jurídica -potencialidad de adquirir
derechos y contraer obligaciones-, es persona.
CLASIFICACION: En el Código Civil y Comercial se reconocen dos tipos de personas:

1. LAS PERSONAS HUMANAS, que son receptadas en el Título I del Libro Primero.
Corresponde recordar que desde la doctrina anterior a la sanción del Código se las
denominaba también «personas de existencia “visible”, “físicas”, “naturales”,
“individuales” o “humanas”. Desde la doctrina se ha expresado que, a diferencia del
art. 51 del Código Civil, “el nuevo código no contiene una definición, pero de su sola
designación como «humana», entendemos que se llega al mismo concepto pues será
tal todo ser humano, es decir toda aquella persona que presente signos característicos
de humanidad sin distinción de cualidades o accidentes”. Ellas tienen como sustrato
fundamental al ser humano y abarca dos etapas o épocas de su existencia: a) el
concebido que no ha nacido (arts. 19 Y 20 C.C. y C.) y b) las «personas humanas
propiamente dichas»: etapa que comienza con el nacimiento con vida (art, 21 C.C. y
C.) y termina con su fallecimiento (art. 93 C.C. y C.).
2. LAS PERSONAS JURÍDICAS, que también han sido llamadas «personas de existencia
ideal», «morales» o «colectivas», tienen como base a una organización humana, a
partir de un individuo o un grupo, que conforman un nuevo «ente» diferenciado de
cada uno de sus integrantes y que interactúa en el mundo jurídico de manera
individual. Se encuentran reguladas en el Libro primero, Título II, destacando el art.
142 que «son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico
les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el
cumplimiento de su objeto». Este artículo debe ser analizado juntamente con el 144
que dispone que «La persona jurídica tiene una personalidad distinta de la de sus
miembros. Los miembros no responden por las obligaciones de la persona jurídica,
excepto en los supuestos que expresamente se prevén en este Título y lo que disponga
la ley especial».
PRINCIPIO DE LA EXISTENCIA: En la existencia de las personas humanas, pueden distinguirse
dos períodos; uno que se inicia con la concepción y termina con el nacimiento y otro que
comienza con el nacimiento con vida y culmina con la muerte. En definitiva, constituyen dos
etapas en la existencia de las personas humanas, que necesitan de la protección del derecho.

LAS PERSONAS POR NACER

CONCEPTO: Persona por nacer es la que no habiendo nacido está concebida en el seno
materno. Así, se reconoce que la existencia de la persona comienza en el momento mismo de
la concepción (art. 1 y 4 del pacto
de san José de Costa Rica
incorporado a la constitución
nacional en el art. 75, inc. 22 y ley
23.849, art. 2, aprobatoria de la
convención de los derechos del
niño.) El art. l 9 del Código Civil y
Comercial establece: "la
existencia de la persona humana
comienza con la concepción “,
desde el instante mismo de la
unión de los gametos masculino y
femenino, existe un nuevo
individuo, único, rigurosamente
diferente a todo otro individuo.

CUESTIONES JURÍDICAS PLANTEADAS POR LOS AVANCES CIENTÍFICOS.


Hace tiempo la procreación era parte del mero
orden biológico natural: concepción
intrauterina, embarazo y nacimiento. El
panorama hoy es mucho más complejo pues la
ciencia abrió la posibilidad de una fecundación
extrauterina.
Dentro de ellas podemos mencionar:
1)- la inseminación artificial: en este caso la
unión de los gametos femenino y el masculino se produce en el cuerpo de la mujer, no genera
conflicto, hay persona humana desde la concepción que tuvo lugar intrauterinamente.
2)- la fecundación extracorpórea, también llamado in-vitro, plantea cuestiones jurídicas en
relación al momento a partir del cual existiría la persona, ya que la fecundación del óvulo se
produce fuera del cuerpo de la mujer, para luego ser implantado en el útero materno.
Las posturas en la materia pueden resumirse en las siguientes: La primera no establece
distinción alguna en cuanto al lugar en el que se produce la unión del gameto femenino y el
masculino, dentro del seno materno, o fuera de él se está frente a un embrión con la calidad
de persona humana y por lo tanto dotado de personalidad jurídica. La segunda posición
sostiene que es a partir de la anidación del óvulo fecundado en el útero materno, que
comienza la existencia de la persona humana. Sin embargo, está fuera de discusión que en él
hay vida humana merecedora de protección, por lo que debe prohibirse su desecho o
destrucción.
En nuestro país se ha dictado la ley 26. 862 de reproducción médicamente asistida (2013). La
finalidad de la norma es «garantizar el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-
asistenciales de reproducción médicamente asistida» (art. 1 º) y asegurar a todos los
beneficiarios, el derecho al acceso igualitario a estas prácticas (art. 6º inc. 1).
A pesar de estas prescripciones, ni la ley ni el decreto reglamentario se involucran en otras
cuestiones relacionadas a la reproducción humana asistida tales como: la naturaleza del
embrión in vitro, las condiciones de la crio conservación de los embriones no implantados, la
prohibición de «construir» embriones humanos para fines industriales, comerciales, o de mera
experimentación, lo relativo a los dadores y sus derechos. Sin embargo, la norma transitoria
segunda del nuevo código establece que una ley especial deberá regular la protección del
embrión no implantado, por lo cual, la naturaleza, límites y grado de protección que se otorga
al embrión in vitro requiere de una normativa especial.

Concepción y Embarazo
Como vimos según el art. 19 del Código Civil, “la existencia de la persona humana comienza
con la concepción”. Sin embargo, esta existencia está subordinada al hecho de que la persona
nazca con vida, pues si muriese antes de estar completamente separada del seno materno,
será considerada como si no hubiera existido. El art. 21 nos dice que: “los derechos y
obligaciones del concebido o implantado en la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si
nace con vida. Si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió. El nacimiento
se presume.”

Importancia jurídica de la concepción. Formas de determinación

Es importante porque: Comienza la existencia de la persona.

Determina la filiación.

Respecto de la adquisición de ciertos derechos

A fin de fijar la época de la concepción, cuando ésta tiene un origen no asistido, se deben tener
en cuenta los plazos mínimo y máximo de duración del embarazo. El término mínimo se
presume que es de 180 días y el máximo se estima que es de 300 días. Esta presunción admite
prueba en contra (art. 20 c.c. y c.).

La época de la concepción queda fijada entre el plazo máximo y el mínimo mencionados. A tal
fin, se computan trescientos días hacia atrás desde el día anterior al nacimiento y se cuentan
los ciento ochenta días del plazo mínimo de modo que la concepción debió producirse dentro
de los primeros ciento veinte días que son la diferencia entre el máximo y el mínimo del
embarazo. Por lo tanto, para la ley, la concepción ha podido ocurrir en un momento cualquiera
de los 120 días de los 300 que precedieron al nacimiento.

Dentro de este plazo se presume que ocurrió la concepción.

300 días 180 días Día del nacimiento


En el Código Civil y Comercial se Por naturaleza
distinguen tres tipos de
Por Técnicas de reproducción asistida
filiación:
Por adopción

En la filiación por naturaleza, conforme lo establece el art. 566, se presume que el niño nacido
después de la celebración del matrimonio tiene por padre al marido de la mujer, y que el niño
nacido dentro de los 300 días de disuelto el matrimonio, separación de hecho o interposición
de la demanda de divorcio, tiene por padre al ex marido de la mujer o al marido muerto. Esas
presunciones, al ser relativas, admiten prueba en contrario a través de las pruebas biológicas
(ADN). En el supuesto en que hubieran sido aplicadas técnicas de reproducción humana
asistida, el art. 562 establece que «Los nacidos por las técnicas de reproducción humana
asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su
consentimiento previo, informado y libre en los términos de los artículos 560 y 561,
debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, con
independencia de quién haya aportado los gametos». Por lo tanto, no se aplicarían las
presunciones señaladas, ya que la determinación de la filiación deriva del consentimiento
previo, libre e informado prestado de conformidad con la ley (art. 575). La «voluntad pro
creacional» debidamente acreditada, constituye el elemento fundante para la determinación
de la filiación en los casos de fertilización asistida, sea que se emplee material genético de la
pareja o de terceros. De este modo, la voluntad de quienes quieren ser padre y madre es
decisiva para la determinación de la maternidad y de la paternidad.

Capacidad de derecho e incapacidad de ejercicio. Representación


Las personas por nacer gozan de capacidad de derecho, pudiendo, por tanto, adquirir derechos
y contraer obligaciones, los que quedarán irrevocablemente adquiridos si el concebido o
implantado en la mujer, nace con vida (art. 21 C.C. y C.). Entonces, es requisito para que la
adquisición sea irrevocable, que el nacimiento ocurra con vida y que haya estado concebido a
la época de la adquisición del derecho.

En cuanto a los derechos de los que puede ser titular, en el orden extra patrimonial se destaca
el derecho que corresponde a todo ser humano a ser respetado en su propia dignidad, como
así también el derecho a la salud. En el orden patrimonial, puede adquirir donaciones,
herencia, indemnizaciones, reclamar alimentos, ser beneficiario de una pensión. En cuanto a la
posibilidad de contraer obligaciones, ésta se encuentra acotada a los derechos que hubiera
adquirido.

Respecto a la capacidad de ejercicio, es una persona incapaz (art.24inc.1 C.C. y C.) y actúa a
través de sus representantes, que son los padres (art. 101 inc. a C.C. y C.)

Importancia y prueba del hecho del nacimiento


Como dijimos al comienzo el hecho del nacimiento con vida reviste importancia porque la
persona humana inicia un nuevo período en su existencia que finalizará con la muerte.
Además, determina la adquisición irrevocable de los derechos adquiridos por la persona por
nacer.
Si el nacimiento hubiera ocurrido sin vida, por imperio del art. 21, se considerará como si
nunca hubiera existido y operará la resolución de los derechos que haya adquirido estando
concebido. No interesa si el alumbramiento ocurrió de modo natural o quirúrgico para que se
desencadenen los efectos, basta que haya sido con vida, aunque sea unos instantes después
de separado del cuerpo de la madre, aunque no se haya cortado aún el cordón umbilical.
Siguiendo el Código de Vélez, el Código Civil y Comercial, no exige la viabilidad del recién
nacido; es decir, la aptitud del concebido para prolongar su vida fuera del cuerpo de la madre.
En caso de duda, la presunción es que el nacimiento fue con vida (art.21), y corresponderá a
quien intente destruir esta presunción, acreditar que el niño nació muerto. La prueba del
hecho del nacimiento se realiza por medio del certificado extendido por el profesional que
atendió a la mujer en el parto (art. 565) y la ficha de identificación o impresión plantar derecha
(art. 33 inc. b, ley 26.413 de Registro Civil) extendida por el establecimiento en el que se
produjo el alumbramiento.

Los nacimientos ocurridos sin atención médica, se probarán con certificado médico emitido
por un establecimiento médico asistencial público con determinación de edad presunta y sexo,
y además, la declaración de dos testigos que acrediten el lugar de nacimiento en la jurisdicción
de que se trate, el estado de gravidez de la madre y haber visto con vida al recién nacido,
debiendo suscribir el acta de nacimiento respectiva (art. 32 inc. e ley 26.413).

La prueba del nacimiento, se lleva a cabo por medio de la partida correspondiente.

Identificación del recién nacido

¿Para qué hay que identificar al recién nacido?

Para: 1- Asegurar su derecho a la identidad.

2 - Reducir la posibilidad de sustracción o robo de bebés.

3 - Evitar la entrega de bebés a familias equivocadas.

4 - Garantizar que el bebé es de esa mamá.

 ¿Dónde se hace la identificación?

En el establecimiento asistencial donde se realiza el parto.

¿También debe identificarse a la madre?

Sí, para asegurar que ese bebe corresponde a esa mamá.

¿Cuándo se identifica a la madre?

Durante el trabajo de parto.

¿Cuándo se identifica al recién nacido?

Una vez producido el nacimiento y antes de cortar el cordón umbilical.

¿Qué pasa si al momento de identificar al bebe se lo pone en riesgo psicofísico a él o a la


madre?
El médico puede disponer que la identificación se haga más tarde.

Trámite de identificación

¿Cómo se hace la identificación?

Con una ficha única, numerada por el Registro


Nacional de las Personas, que contiene entre otros,
los siguientes datos: De la madre: nombre, apellido,
DNI y la huella digital de los pulgares de sus manos.

 Del recién nacido: nombre con el que se lo


inscribirá, sexo, las huellas de la palma de la mano y
de la planta del pie derecho.

 Del médico que asistió el parto: nombre, apellido y


firma.

 Del establecimiento asistencial: nombre y domicilio.

 Fecha, hora, lugar del nacimiento.

 Las huellas que se vuelven a tomar al salir del establecimiento asistencial.

Fin de la existencia de la persona:

MUERTE Muerte Comprobada


Muerte Presunta
Muerte Comprobada:
Concepto: La existencia de la persona humana termina con la muerte (art. 93 C. C. y
C.). Este hecho biológico consiste en el cese total e irreversible de las funciones vitales
del individuo.
Los avances científicos han introducido en esta materia nuevos aspectos, como la
muerte encefálica, que tiene lugar cuando cesa de modo irreversible la función
cerebral y la respiración autónoma, manteniéndose la función cardiaca y respiratoria
con apoyos externos.
Efectos: Ya sea que se trate de muerte total o encefálica, los efectos que se
desencadenan son la extinción de los derechos extra patrimoniales (ej: los derechos de
familia como el Matrimonio) Y la transmisión de los derechos patrimoniales (ej: el
derecho de propiedad), salvo que se trate de obligaciones inherentes a la persona (el
pintor que se compromete a hacer un retrato; es obvio que a su muerte, el que
contrato con ellos no podrá exigir de los herederos el cumplimiento de la obligación),
las que se extinguen con ella.
Concepto médico
Resulta generalmente aceptada una definición según la cual "muerte es el cese de las
funciones vitales, celular, tisular visceral Ocurre cuando claudican los sistemas
circulatorio, respiratorio y nervioso, pudiendo definirse entonces, como el cese
definitivo e irreversible de las funciones autónomas (pulmón, corazón y cerebro) de la
oxigenación viscerotisular con pérdida de las relaciones sujeto mundo circundante y de
la condición de ente humano de existencia visible" (Bonnet).
De todos modos, la determinación del momento de la muerte no es una tarea simple
en el estado actual de los conocimientos científicos. Prueba de ello es la evolución que
ha tenido la legislación específica en materia de trasplantes de órganos.

La determinación de la muerte en la Ley de Trasplantes.


La evolución que el concepto de muerte ha tenido en la regulación de los trasplantes
de órganos, para permitir las ablaciones hechas en un cadáver, nos permite descubrir
cual es hoy el concepto aceptado de muerte clínica,
El art. 2 de la ley 21.541 establecía que: "Exclusivamente a los fines de esta ley también
será admisible la certificación del fallecimiento del dador mediante juicio médico
determinado por un equipo (...) quienes determinarán dicho estado por
comprobaciones cerebrales [...]".
Se advierte que la ley 21.541 se refería sólo a las funciones cerebrales, con lo cual se
podía arribar a la extracción de órganos vitales a personas cuyo cerebro se encontraba
inactivo (de manera irreversible), pero en las que se mantenían las funciones cardio-
respiratorias.
Ello implica distinguir entre la muerte clínica-en la que cesa la actividad de la masa
encefálica-, aunque subsistan algunas funciones y muerte biológica, en la que se
produce la cesación de todas las funciones.
La 23.464 modificó gran parte de los artículos de la ley 21.541, entre ellos el art. 21,
que quedó redactado de la siguiente manera: "El fallecimiento de una persona por la
cesación total e irreversible de las funciones encefálicas cuando hubiese asistencia
mecánica verificado por un equipo médico…”. Las dudas quedaron aclaradas a la luz
del término "funciones encefálicas", nudo de la reforma del art. 21.
Entre los términos "funciones encefálicas" y "funciones cerebrales", podemos decir
que media una relación de género a especie, dado que las funciones encefálicas
abarcan, entre otras, a las funciones cerebrales. La pérdida de las funciones cerebrales
es lo que se denomina "estado de coma", o sea, que el individuo está como dormido,
pero manteniendo sus funciones vitales (respiración, temperatura corporal,
funcionamiento del corazón). Es lo que ocurre, por ej., cuando una persona sufre un
traumatismo craneano con la formación de un hematoma que comprime los
hemisferios cerebrales sin afectar las otras porciones del encéfalo.
El centro respiratorio, el termorregulador y el vasomotor se encuentran en el bulbo
raquídeo; por lo tanto, al cesar las funciones encefálicas se produce la muerte por paro
cardiorrespiratorio. En este último caso, no se registra ninguna actividad al realizar un
electroencefalograma.
En resumen, al hablar de funciones encefálicas quedan incluidas las del bulbo raquídeo
(por ser este integrante del encéfalo), en el cual se encuentran los centros nerviosos
que regulan el automatismo cardíaco y respiratorio. Al cesar esas funciones
encefálicas, si bien el corazón puede seguir latiendo debido a su propio automatismo,
cesan totalmente las funciones respiratorias, pues éstas tienen única mente regulación
nerviosa central, lo que conduce a una anoxia (falta de oxígeno) que, en definitiva,
también lleva al paro cardíaco, ya que toda célula necesita oxígeno para vivir.
Regla semejante aparece en la actual Ley de Trasplantes, la ley 24.193 y es la que se
aplica para acreditar la muerte en los casos de ablación de órganos de un cadáver,
como veremos en el punto que sigue.

La comprobación de la muerte
Es importante distinguir la comprobación de la muerte (acreditar el hecho biológico),
de la prueba jurídica de la misma. En este punto tratamos el primer aspecto, de la
prueba de la muerte nos hemos ocupado al tratar el estado de las personas, capítulo al
cual remitimos.
El art. 94 dices La comprobación de la muerte queda sujeta a los estándares médicos
aceptados, aplicándose la legislación especial en el caso de ablación de órganos de
cadáver.
Siendo la muerte un hecho biológico, su efectiva comprobación corresponde a la
ciencia médica. El Código se remite a los "estándares médicos aceptados", así será la
medicina y sus procedimientos de verificación que servirán para acreditar que la
persona ha fallecido, el Derecho sólo puede limitarse a aceptar esos criterios
En realidad, la muerte no es generalmente un instante, sino un proceso Desde la
tanatología se enseña que salvo supuestos de excepción (normalmente la muerte
violenta), la extinción biológica del ser humano no opera como un puro
acontecimiento según el cual en un instante se "vive" y el siguiente "se muere" sino
que el tránsito entre un estadio y otro implica normalmente un proceso que involucra
fases, en las cuales van desapareciendo secuencialmente determinados segmentos de
funciones orgánicas, lo cual incluso ha dado cabida a la evolución de las técnicas de
reanimación (Tobias).
La actual Ley de Trasplantes prescribe las bases para el diagnóstico de la muerte. El art.
23 de la ley 24.193 establece que: "El fallecimiento de una persona se considerará tal
cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir
ininterrumpidamente seis horas después de su constatación conjunta a) ausencia
irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de conciencias; b) Ausencia de
respiración espontánea; c) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas
no reactivas; d) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o
instrumentales adecuados a las diversas situaciones clínicas, cuya nómina será
periódicamente actualizada por el Ministerio de Salud y Acción Social con el
asesoramiento del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e
Implante (INCUCAI). Y aclara que la verificación de los signos referidos en el inc. d) no
será necesaria en caso de paro cardio-respiratorio total e irreversible". Además, el art.
24 de la misma ley, exige que la certificación del fallecimiento sea suscripta por dos
médicos, entre los que figurará por lo menos un neurólogo o neurocirujano y que
ninguno de ellos integre el equipo que luego realice las ablaciones o implantes de los
órganos del fallecido.
En cuanto a la hora del fallecimiento, se establece que será aquella que por primera
vez se constataron los signos previstos en el art. 23. Así, el plazo de seis horas funciona
como un término para ratificar la muerte, pero el momento del deceso será cuando
aparecieron los primeros signos.
Es sobradamente justificable que la ley requiera todo este protocolo para poder
proceder a la ablación de órganos de un cadáver los casos ordinarios, la verificación de
la muerte queda a cargo del médico que expide el certificado de defunción conforme
el método que resulte adecuado.

Muerte presunta
Además de la hipótesis de muerte comprobada analizada, encontramos el supuesto de
la muerte presunta.
El supuesto contemplado por el art. 79 es el siguiente: “Si una persona ha
desaparecido de su domicilio, sin tenerse noticias de ella, y sin haber dejado
apoderado, puede designarse un curador a sus bienes si el cuidado de estos lo exige. La
misma regla se debe aplicar si existe apoderado, pero sus poderes son insuficientes o
no desempeña convenientemente el mandato”.
Estamos ante el caso en el cual una persona que se ausenta de su domicilio sin que se
tenga noticias de ella, pero sin que haya transcurrido un tiempo considerable, ni que
su desaparición se hubiese producido en circunstancias especiales que permitirán
presumir su muerte; el Código requiere además que existen bienes que necesiten
cuidado o protección debido a que el ausente no ha dejado apoderado o, habiéndolo
dejado, sus poderes son insuficientes o no desempeña correctamente el mandato.
La solución que da la ley a esta hipótesis es la adopción de un curador a sus bienes, a lo
que se llega a través de la declaración de ausencia.
Si esa ausencia se prolonga mucho tiempo, o la desaparición se ha producido en
circunstancias excepcionales (guerra, terremoto, accidente de aviación o naufragio), es
razonable presumir que la persona ha fallecido.
Los efectos de la presunción de fallecimiento no son absolutamente idénticos a los de
la muerte comprobada. Los bienes no se transmiten inmediatamente de manera plena,
sino que es necesario atender al cumplimiento de ciertos plazos posteriores al día
presuntivo de fallecimiento.
Casos:
Pueden distinguirse dos casos de muerte presunta:
1. caso ordinario: se da cuando la persona desaparece de su domicilio sin que de
ella se tenga noticias por el termino de tres años, contados desde que se tuvo
la última noticia(art.85).
2. caso extraordinario genérico (86 1° párr.): se da cuando la persona se
encontraba en una circunstancia riesgosa para su vida (terremoto, incendio,
acción de guerra, etc.) y desaparece sin que de ella se tenga noticias por el
término de dos años, contados desde que el suceso ocurrió o pudo haber
ocurrido. Caso extraordinario específico (art. 86 2° párr.): se da cuando la
persona se encontraba en un buque o aeronave naufragados o perdidos, y de
ella no se tienen noticias por el lapso de seis meses, contados desde el día en
que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido.
Los efectos patrimoniales y extra patrimoniales. Reaparición del presunto muerto.
En relación con los bienes del presunto muerto los efectos son los siguientes:
declarado el día presuntivo del fallecimiento, los que fueren herederos a esa fecha
entran en posesión de los bienes, bajo inventario y en calidad de propietarios, y el
derecho de dominio habrá de ser inscripto en el registro correspondiente.
Durante este período que se extiende por cinco años u ochenta contados desde
el nacimiento del ausente, los herederos entran en posesión de tos bienes en calidad
de dueños, pero, sólo gozan de la facultad de administrar, y hasta podrán hacer
partición de esos bienes, pero para enajenarlos o gravarlos necesitaran autorización
Judicial (art.91) Culminado el periodo de pre notación, los herederos gozan sim
restricción alguna de la facultad de administrar y disponer de esos bienes: podrán
enajenarlos y gravarlos (art. 92).
Tanto en uno como en otro periodo, los herederos tienen solo el dominio
revocable, ya que ante la reaparición del presunto muerto, queda sin efecto la
declaración de fallecimiento, y debe procederse a la restitución de los bienes a
petición del interesado (art. 91 2° par.). Si éste reaparece en el período de pre
notación, éstos deben ser devueltos en el estado en que fueron recibidos; si por el
contrario, la reaparición se produce en el segundo periodo, el ausente puede reclamar
a)- los bienes en el estado en que se encuentran, b)- los adquiridos con el valor de los
faltan, c)- el precio adeudado de los enajenados y d)- los frutos no consumidos (art. 92)
Los efectos de la presunción de fallecimiento respecto al matrimonio están previstos
en el art. 435 inc. b. La norma establece que encontrándose firme la sentencia judicial
que declara la muerte presunta, el matrimonio se disuelve.

¿Cuál es el procedimiento que se debe seguir para la declaración de fallecimiento


presunto?

 Legitimados: art. 87 “cualquiera que tenga un derecho subordinado a la


muerte de la persona de que se trate, puede pedir la declaración de fallecimiento
presunto, justificando los extremos legales y la realización de diligencias tendientes a
la averiguación de la existencia del ausente.”
Las personas legitimadas son: cónyuge o conviviente del ausente, herederos
legitimados, socio, ministerio Publico, beneficiario del seguro de vida.
No tienen acción: acreedores del ausente, parientes de grado no sucesible.
 El juez competente: es el del último domicilio del ausente.
 Debe probarse: legitimación, la desaparición del ausente, la
competencia del juez, la búsqueda del ausente con resultado negativo, transcurso del
plazo legal, prueba del hecho, en el caso extraordinario.
 Designación de un defensor oficial para el ausente.
 Publicación de edictos una vez por mes durante seis meses.
 Sentencia: En el juicio de presunción de fallecimiento, el juez una vez
recolectado las pruebas que lo lleven a la convicción de darse los presupuestos legales,
fijara el día presuntivo del fallecimiento y ordenara la apertura de la sucesión. La
fijación del día presuntivo se realizara conforme lo prescripto por el art. 90, así en el
caso ordinario este día se fijara en el último día del primer año y medio desde que se
tuvo la última noticia; en el extraordinario genérico se fijará en el día del suceso, y si
este no puede determinarse, el día del término medio de la época en que ocurrió o
pudo haber ocurrido; en el extraordinario específico, se fijará en el último día en que
se tuvo la noticia del buque o aeronave naufragado o perdido.
Se establece que, si es posible, en la sentencia se determinara la hora
presuntiva de la muerte. Si ello no fuera posible, se tiene por sucedida a la expiración
del día declarado como presuntivo del fallecimiento.
ATRIBUTOS DE LAS PERSONAS EN GENERAL.

Concepto: podemos definir los atributos de las personas como las


cualidades, propiedades, modos o características, que le son inherente por el
sólo hecho de ser persona.
Los atributos se encuentran esencialmente vinculados a la noción de
persona y tienen una entidad tal que no puede concebirse a una persona sin
que posea cada una de estas cualidades jurídicas.
Es preciso poner en claro que los atributos se diferencian de los
derechos subjetivos, ya que los primeros no importan facultades, sino que son
verdaderas «cualidades jurídicas», otorgadas a los individuos por el propio
ordenamiento, que no permiten que sean renunciados ni por el propio titular.
Los atributos de las personas en general son el nombre, la capacidad y el
domicilio. Por su parte, las personas físicas tienen como atributo propio el
estado y las personas jurídicas, el patrimonio.
Caracteres:
a) Necesidad: Ellos se encuentran inseparablemente vinculados a las
personas, por lo que no es posible que se carezca de alguno de
ellos.
b) Unidad: Cada atributo es único. Cada persona no puede ser titular
de más de un atributo de cada orden en un determinado momento de su
existencia. Así, v.gr. no es posible tener más de un nombre.
c) Indisponibilidad. Los atributos no pueden ser transferidos, por lo que
se encuentran fuera del comercio y además son imprescriptibles. Asimismo, las
leyes que los regulan son de carácter imperativo y de orden público.
d) Vitalicios; Se adquieren plenamente con el nacimiento de las
personas y subsisten hasta el fin de su existencia.
ATRIBUTOS DE LA PERSONA HUMANA
Los atributos de la persona humana son:
a) Capacidad
b) Nombre
c) Domicilio
d) Estado

A) CAPACIDAD: Se puede definir a la capacidad en general como «la aptitud o el grado de aptitud
de la persona para ser titular de derechos y deberes jurídicos» y, en consecuencia, para el
concreto ejercicio de las facultades que emanan de esos derechos del que se es titular o para
el cumplimiento de las obligaciones que implican los correlativos deberes jurídicos.
Clases:
La capacidad de derecho: La idea de persona conlleva de manera ineludible y esencial la
posibilidad de ser titular de derechos. Así, el ser «persona», importa la viabilidad cierta, actual,
eventual o concreta de encabezar Ios derechos que el propio ordenamiento jurídico reconoce
y que le permite -por sí mismo o a través de representantes- actuar en el mundo jurídico. A
ello hace alusión la «capacidad de derecho» o «capacidad jurídica» o «capacidad de goce».
El Código Civil y Comercial la consagra de manera clara cuando en el art. 22 dispone
que «toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos.
La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos
jurídicos determinados». De este artículo se desprenden tres consecuencias centrales: 1) que,
como principio general, toda persona tiene capacidad para ejercer derechos y contraer
obligaciones; 2) que el goce de los derechos que titulariza sólo puede ser limitados por la
propia ley; y 3) que esa limitación de derechos sólo puede referirse a hechos, simples actos, o
actos jurídicos específicos y determinados. Nunca lo podrá ser en relación a todos sus
derechos.
Como consecuencia de ello podemos afirmar que esta capacidad siempre está
presente en la persona, ya que no se concibe a un sujeto que no tenga algún grado de
capacidad de derecho, pues si ella faltara totalmente no podríamos hablar de «persona». Pero
al mismo tiempo tampoco se puede tener de manera absoluta, ya que siempre existen
limitaciones y todo individuo tiene vedada o limitada por la propia ley la titularidad de ciertos
derechos para realizar actos determinados.
Como anticipamos, también las restricciones a la capacidad de derecho surgen del
mismo Código unificado. Como ejemplos mencionamos:
1) El art. 403 que regula los impedimentos matrimoniales, por el cual se
restringe el derecho a celebrar matrimonio a personas unidas entre sí por
determinados vínculos de parentesco (inc. a, b. c.);
2) El art. 108 que dispone prohibiciones para que determinadas personas sean
designadas como tutores de un menor de edad;
3) El art. 2482 que determina las personas que son incapaces de suceder por
testamento, entre los que se encuentran los tutores y curadores a sus pupilos, el
escribano y los testigos ante quienes se haya otorgado el testamento, por el acto en el
cual han intervenido o los ministros de cualquier culto y los líderes o conductores
espirituales que hayan asistido al causante en su última enfermedad.
La capacidad de ejercicio: Se la puede definir expresando que la capacidad de
ejercicio, anteriormente denominada «de hecho» o «de obrar», es esa aptitud que el mismo
ordenamiento jurídico le brinda a las personas humanas para poder actuar por sí mismas en el
campo de lo jurídico; es decir para ejercer por sí mismas los actos de la vida civil (Tagle).
Podemos afirmar que es esa facultad que la persona tiene para ejercer por sí misma esos
derechos y deberes jurídicos que goza y titulariza.
El Código Civil y Comercial al referirse a ella dispone que «toda persona humana puede
ejercer por sí misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este
Código y en una sentencia judicial» (art. 23).
Es decir que la capacidad de ejercicio aparece como principio general, que sólo puede
ser limitada por el propio Código o por una resolución judicial. Como reflejo y expresión de un
sistema flexible de incapacidad de ejercicio, dispone en el art. 24 que lo serán:
1) La persona por nacer.
2) La que no cuenta con la edad y el grado de madurez suficiente para ejercer
por si mismos los actos de la vida civil. Pero esa limitación sólo tendrá la extensión que
el propio sistema le da a esa incapacidad en la Sección 2ª del mismo capítulo y libro del
Código, en el que se regula lo relativo a las personas menores de edad.
3) La declarada incapaz por sentencia judicial, también limitada a la extensión
dispuesta por la resolución del juez que la resuelve.

B) NOMBRE: concepto: importa designación atribuida a cada individuo a los fines de su


diferenciación de los demás y de su individualización jurídica. El nombre es la forma o modo
obligatorio de designación que corresponde a cada persona y que la distingue en su
individualidad, sea esta una persona humana o jurídica.
Características: El nombre goza de las características generales de los atributos de las
personas:
a) Es necesario: toda persona tiene el deber y el derecho de portar un nombre
tal como surge expresamente del art. 62 del C.C. y C. que establece que «La persona
humana tiene el derecho y el deber de usar el prenombre y el apellido que le
corresponden»,
b) Es único: las personas sólo pueden tener un nombre.
e) Es inalienable: se encuentra fuera del comercio.
d) Es relativamente inmutable: permanece durante toda Ia vida de la persona,
salvo que existan justos motivos, razón por la cual se puede modificar.
NOMBRE DE LAS PERSONAS HUMANAS
En el caso de la persona humana el nombre está compuesto por dos elementos: a) El
prenombre: también llamado «nombre de pila», que es el elemento individual de designación
de las personas y que identifica a ese hombre o mujer, dentro de su grupo familiar (arts, 63 y
68 C.C. y C.). b) El apellido: es la designación común de todos los individuos que pertenecen a
una misma familia, Es por ello que se lo denomina nombre de la familia» o «patronímico»,
Como principio general se adquiere por la filiación, es decir que cuando una persona es
inscripta como «hijo de» adquiere de manera concomitante su apellido. Pero también puede
ser impuesta por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad en caso que se trate de una
persona menor de edad sin filiación determinada, quien «debe ser anotada.... con el apellido
que está usando, o en su defecto, con un apellido común» (art. 65), o en caso que se trate de
una persona con edad y grado de madurez suficiente «que carezca de apellido inscripto puede
pedir la inscripción del que está usando» (art. 66)
El prenombre: El prenombre o nombre de pila, llamado también nombre individual o
apelativo, es ese elemento del nombre que precede al apellido y que tiene como función
central la identificación de la persona dentro de su grupo familiar (Tagle).
Es la designación que los progenitores, como principio general eligen libremente para
sus hijos, salvo ciertas y determinadas limitaciones, y que diferenciará a ese hijo dentro del
grupo familiar. Se adquiere por su inscripción en el acta de nacimiento de las personas.
a) Elección. De acuerdo con lo reglado en el art. 63 la elección del prenombre
corresponde sea realizada por ambos progenitores «o a las personas a quienes ellos den su
autorización para tal fin». Además, el mismo artículo dispone que en caso de «falta o
impedimento de uno de los padres, corresponde la elección o dar la autorización al otro». Esto
sucederá por ejemplo en caso que uno sólo de ellos haya inscripto al hijo o en el caso de
muerte del otro progenitor. Si ninguno de ellos puede realizar esta elección (fallecimiento o
falta de capacidad de ambos) o no lo hacen por cualquier motivo, el Código Civil y Comercial
establece que «en defecto de todos, debe hacerse por los guardadores, el Ministerio Público o
el funcionario del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Persona». Se pretende así que la
toda persona sea portadora de este atributo de su personalidad, en caso de que los
progenitores no realicen esa designación.
b) Reglas. En el sistema vigente se amplía el campo de la autonomía de la
voluntad de los progenitores para la elección del prenombre de los hijos.
c) El nuevo Código, en cambio, abre las posibilidades de elección del prenombre
de los hijos, estableciendo como únicas limitaciones que «no pueden inscribirse más de tres
prenombres, apellidos como prenombres, primeros prenombres idénticos a primeros
prenombres de hermanos vivos; tampoco pueden inscribirse prenombres extravagantes» (art,
63 inc. b). En el último supuesto, es decir la elección de un «prenombre extravagante», será
una facultad del oficial público, la no inscripción.
En su caso, quien se resista a esa negativa tendrá abiertos los mecanismos
administrativos y judiciales para oponerse.
La elección del prenombre de los hijos adoptivos merece una consideración especial ya
que según lo dispuesto por el art. 623 debe respetarse el prenombre que ya tenga el hijo
adoptivo -sea la adopción simple, plena o de integración-. Es decir que la persona adoptada
conservará el prenombre con el que ya era conocido antes del proceso por el cual se otorga la
adopción.
Sin embargo, esta regla admite excepciones: 1) cuando el nombre que ya tiene el niño
se encuentra en colisión con las prohibiciones antes mencionadas (art. 63 inc. b); 2) cuando el
adoptado se identifica y usa otro nombre, con el que se siente identificado. En estos dos
supuestos, el juez que resuelva la adopción podrá disponer la modificación del prenombre que
el adoptado tenía, mutándolo por el peticionado por los adoptantes.
El apellido: El apellido, también llamado nombre de familia, «cognomen» o patronímico,
es el elemento familiar del nombre; es la designación común a todos los miembros de una
misma familia o estirpe (Buteler Caceres).
El apellido de los hijos: En nuestro derecho, siempre ha mantenido la tradición de que
los hijos lleven como primer apellido el del padre.
La regulación actual tiene basamento directo en los principios de «igualdad» y
«autonomía de la voluntad» que se encuentran presentes en el sistema constitucional
argentino (art, 75 inc., 22 C.N.).
De esta manera, el art. 64 C.C. y C. establece una distinción según sea que los hijos sean
matrimoniales o extramatrimoniales.
Hijos matrimoniales: el hijo llevará primer apellido de alguno de dos cónyuges a elección
de aquellos. En caso de desacuerdo se determinará por sorteo realizado en la sede del Registro
del Estado Civil y Capacidad de las Personas. Se podrá también adicionar el apellido del otro
progenitor, ya sea que fuera solicitado por éstos o por el propio hijo «con edad y madurez
suficiente». De acuerdo con ello no existe una edad mínima para que el propio hijo solicite se
le adhiera el apellido del otro progenitor, sólo que tenga «edad y grado de madurez
suficiente», lo que importa analizar en cada situación en concreto acerca de esa solicitud.
La norma, además, pone como limitación que todos los hijos de un mismo matrimonio,
deben llevar el apellido y la integración compuesta que se haya decidido para el primero de los
hijos. Se busca que toda la prole cuente con el mismo apellido.
Hijos extramatrimoniales: en este supuesto deben diferenciarse tres situaciones: 1) si el
hijo cuenta sólo con un vínculo filial, llevará el apellido de ese progenitor; 2) si su filiación es
establecida de manera simultánea por los dos progenitores, se aplicarán las normas relativas al
nombre de los hijos matrimoniales antes expuestas; 3) en el caso de que las filiaciones no se
determinen al mismo tiempo, los progenitores también deberán determinar el orden de los
apellidos, pero en caso de falta de acuerdo, ya no se solucionará mediante sorteo como en el
supuesto anterior, sino que lo deberá resolver un juez, teniendo en cuenta el interés superior
del hijo.
El apellido matrimonial:
El Código Civil y Comercial establece en su art. 67 que «cualquiera de los cónyuges
puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición 'de' o sin ella». La nueva
legislación importa que: 1) se permite a cualquier cónyuge (hombre o mujer) y en cualquier
configuración matrimonial (hombre/ hombre; mujer/mujer; hombre/mujer), optar por usar el
apellido de su cónyuge; y 2) la forma del apellido matrimonial podrá estar precedido por la
preposición «de» (tal como es habitual en la tradición hispánica) o simplemente añadirlo sin el
uso de esa partícula.
Limitaciones al uso del apellido matrimonial: El derecho al uso del apellido del o de la
cónyuge, que se encuentra plenamente vigente durante la subsistencia del matrimonio, cesa
en dos casos, según lo resuelve la segunda parte del art, 67 C.C. y C.
a) Divorcio o nulidad del matrimonio: en ambos casos no se podrá seguir usando el
apellido del otro cónyuge. Sin embargo, el juez puede otorgar la autorización para conservarlo
en caso que existan motivos razonables (v.gr. que sea conocido en una actividad comercial,
profesional, con ese apellido)
b) Viudez: el sobreviviente podrá seguir usando el apellido del otro cónyuge, pero ese
derecho cesará en caso que celebre un nuevo matrimonio o constituya una unión convivencia.
El seudónimo: Si nos remitimos a la definición literal la palabra seudónimo significa:
«Nombre utilizado por un artista en sus actividades, en vez del suyo propio» (Diccionario de la
Real Academia Española). Sin embargo, en el ámbito del derecho podemos decir que hace
referencia a esa designación que la persona puede darse a sí mismo de manera voluntaria y
que hace las veces de nombre (Bertoldi-Bergoglio). No obstante, sólo puede relacionarse con
algunas de las actividades que realiza esa persona, pero no podrá ser utilizado en sus
relaciones con el Estado y en sus relaciones jurídicas con otras personas, situaciones en las que
debe usar su nombre civil. Su utilización es frecuente en ciertos ambientes, como el artístico o
el deportivo, en los que algunas personas optan por hacerse «conocidas» frente a los demás
por ese seudónimo, que normalmente ellos mismos han elegido.
Se trata, en definitiva, de una creación de tipo artificial, que normalmente se encuentra
destinada a marcar una actividad de la persona que le puede generar un provecho económico.
No obstante, cuando ese seudónimo auto atribuido ha cobrado notoriedad goza de la
misma tutela que el nombre, tal como se desprende de lo establecido en el art. 72 del Código
Civil y Comercial y en el art. 3 de la ley 11. 723 de propiedad intelectual. En este último caso se
establece que «los autores que empleen seudónimos podrán registrarlos adquiriendo la
propiedad de los mismos».
Acciones de protección del nombre: Con la necesidad de hacer realidad un efectivo
amparo de este atributo de la personalidad que es el nombre, el art. 71 del Código estipula e
incorpora tres diferentes acciones destinadas a su acabada protección y resguardo.
Seguidamente se desarrollará el contenido de cada una de ellas:
1) Acción de reclamación o reconocimiento: El art. 71 inc a) dispone que es la que
se le otorga a «aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea reconocido
y se prohíba toda futura impugnación por quien lo niega; se debe ordenar la publicación de la
sentencia a costa del demandado».
2) Acción de contestación, impugnación o usurpación del nombre: Está receptada
en el art. 71 inc b) que dispone que es la que se confiere a «aquel cuyo nombre es
indebidamente usado por otro, para que cese en ese uso».
3) Acción de supresión del nombre: Esta acción está contemplada en el inc. c) del
art. 71 que dispone que la posee «aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o
personajes de fantasía, si ello le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso».

C. DOMICILIO
Concepto. Cuando es estudiado como atributo de la persona, el domicilio puede
ser conceptualizado como la «sede» de la persona a los efectos jurídicos, como ese lugar que
el derecho considera, que la persona tiene el centro de sus relaciones jurídicas (Alterini). Se
trata de ese centro territorial que la persona tiene para el desarrollo de sus relaciones
jurídicas, desde este punto de vista, el domicilio alcanza una doble dimensión, por una parte,
hacer referencia a un lugar determinado, a un espacio físico, pero por otra parte también hace
alusión al mundo de lo jurídico, ya que ese lugar es tenido como centro de imputación de las
relaciones jurídicas de esa persona.
Este concepto de domicilio, debe distinguirse de las nociones de «residencia» y
«habitación», La residencia es el lugar donde se encuentra la persona con determinado grado
de estabilidad. Si bien constituye el elemento material del domicilio real, no importa siempre
un «domicilio» como atributo de la persona. La habitación, en tanto, se relaciona con la
permanencia de un individuo en un lugar de manera transitoria, accidental; v.gr. la estadía en
un hotel durante las vacaciones.

Importancia y funciones del domicilio: El domicilio como atributo de las personas cumple
una serie de funciones que tienen trascendencia especial en el mundo de las relaciones
jurídicas, que entablan las personas, o para el ejercicio de sus derechos. Entre los efectos del
domicilio puede decirse que:
a) Determina la competencia de las autoridades para las relaciones jurídicas de las
que la persona es sujeto activo o pasivo (art. 78 C. C. Y C.)
b) Rige lo relativo a la capacidad de las personas (art. 2616 C.C. y C.)
c) Rige lo que respecta a los atributos de la persona. V.gr. en materia de «nombre»,
el art. 2618 dispone que «el derecho aplicable al nombre es el del domicilio de la
persona de quien se trata, al tiempo de su imposición. Su cambio se rige por el
derecho del domicilio de la persona al momento de requerirlo».
d) Determina la aplicación de la ley a las cosas muebles sin una situación permanente
(art. 2670 C.C. y C.)
e) En ciertas situaciones es el que determina el lugar de cumplimiento de las
obligaciones, v.gr. el art. 874 C.C. y C. establece que para el cumplimiento de las
obligaciones, cuando no se ha indicado el lugar de pago, será «el lugar de pago es
el domicilio del deudor al tiempo del nacimiento de la obligación. Si el deudor se
muda, el acreedor tiene derecho a exigir el pago en el domicilio actual o en el
anterior. Igual opción corresponde al deudor, cuando el lugar de pago sea el
domicilio del acreedor».
f) Determina quién es el juez competente: vgr. el juez de la sucesión es el del último
domicilio del causante, el art. 2336 C.C. y C. dispone que «la competencia para
entender en el juicio sucesorio corresponde al juez del último domicilio del
causante»; el que intervenga en la declaración de incapacidad o de restricción de
la capacidad, será el juez del domicilio de la persona o el del lugar de su
internación (art. 34 C.C. y C.)
g) En los procesos judiciales es necesario a los fines de las notificaciones al
demandado.

Domicilio Real:
La noción de domicilio real surge del art. 73 C.C. y C. que dice que «la persona humana
tiene domicilio real en el lugar de su residencia habitual. Si ejerce actividad profesional o
económica lo tiene en el lugar donde la desempeña para el cumplimiento de las obligaciones
emergentes de dicha actividad».
Los elementos estructurantes del domicilio real son dos: el corpus y el animus, El primero
constituye ese elemento material indispensable de esta clase de domicilio, que es la residencia
efectiva clara y concreta de la persona, en un lugar determinado. El animus, por otra parte,
importa un elemento volitivo, ya que hace alusión a la intención de hacer de un lugar el
domicilio. Constitución y mutación: El domicilio real se constituye entonces con la
configuración de sus dos elementos estructurantes, el corpus y el animus, sin que sea
necesaria la intención de permanecer en el mismo para siempre. Es decir que la simple
residencia de manera habitual estatuye el domicilio de la persona. Además el cambio de
domicilio real no requiere ningún trámite especial, sino que la modificación de esos dos
aspectos hace que de manera automática la persona humana mute su domicilio. El art. 77
dispone que «el domicilio puede cambiarse de un lugar a otro. Esta facultad no puede ser
coartada por contrato, ni por disposición de última voluntad. El cambio de domicilio se verifica
instantáneamente por el hecho de trasladar la residencia de un lugar a otro con ánimo de
permanecer en ella»
Domicilio Legal.
Concepto: La noción de domicilio legal resulta de lo que establece el art. 74 del Código
unificado, que dice «El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en
contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus obligaciones». Podemos ver la sustancial diferencia que tiene con
respecto al domicilio real, ya que el domicilio legal se establece, con prescindencia de la
concreta o voluntaria residencia de la persona en un lugar determinado.
Su finalidad es la de brindar seguridad jurídica tanto a las personas a las que se le impone
ese tipo de domicilio, como a los terceros que se vinculan con ellos.
Casos de domicilio legal: El art 74 del C.C. y C. enumera cuáles son los supuestos de
domicilio legal, tal como se detalla a continuación:
Inc. a) «los funcionarios públicos, tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus
funciones, no siendo estas temporarias, periódicas, o de simple comisión», Como funcionarios
públicos deben incluirse tanto a aquellos que tienen potestades de decisión (v.gr. el Ministro
de Educación de la Provincia), como a quienes, aun siendo empleados, deben estimarse
domiciliados donde cumplen con su función (v.gr. un empleado del Ministerio). También los
jueces tienen domicilio legal, como los funcionarios y empleados del juzgado a su cargo. Más
allá que, por ejemplo, el juez resida con su familia en Rivadavia, si el tribunal del que es titular
está ubicado en la ciudad Capital de San Juan, su domicilio será de carácter legal y estará
situado en esta última.
Inc. b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están
prestando. Este inciso impone un domicilio legal a todos aquellos militares que prestan de
manera activa un servicio en cualquiera de las fuerzas armadas de la Nación: ejército, marina o
aviación. No sólo se comprenden a los que realizan estrictas funciones de milicia sino también
a todos los auxiliares de esas fuerzas, como aquellos profesionales que prestan allí un servicio
con el mismo carácter de permanencia. V .gr., un médico del ejército.
Inc. e): «los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen
domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual»; Transeúntes son aquellas
personas que deambulan de un lugar a otro y, como consecuencia de ello, no se les puede
asignar un domicilio real, ya que no se dan los requisitos para su establecimiento, por lo que la
ley les otorga un domicilio legal. Se le da entonces a la habitación temporaria y transitoria el
carácter de domicilio legal.
Inc. d): «los incapaces tendrán el domicilio de sus representantes». Sin perjuicio que
habiten o no con ellos, las personas incapaces tendrán el domicilio de quienes sean sus
representantes. De esta manera, el menor de edad no emancipado lo tendrá en el domicilio de
sus progenitores o en el de su tutor (si faltan los padres, o en el caso que ambos sean
incapaces, están privados de la responsabilidad paterna, o sean suspendidos en su ejercicio, el
tutor que se les designe, las personas incapaces por razones de salud mental, tendrán por
domicilio, el del curador que se les nombre.
Duración del domicilio legal: La vigencia del domicilio legal va a depender de la existencia
del hecho que lo motiva, por lo que una vez que haya cesado éste, el domicilio comenzará a
determinarse por la residencia, es decir que la persona dejará de tener un domicilio «legal»,
para pasar a tener un domicilio «real». De esta manera, si el adolescente cumple 18 años, al
ser un mayor de edad, deja de tener el domicilio legal, que era el de sus padres o el de su
tutor, para pasar a tener un domicilio real, que se constituirá, de acuerdo a los requisitos antes
señalados. Así, si sigue conviviendo con sus padres, habrá sólo un cambio de domicilio legal
por domicilio real Sí los funcionarios públicos dejan de cumplir esas funciones, también
dejarán de tener el domicilio legal que se les asignara.
Domicilio especial.
El domicilio especial es el que rige para determinadas relaciones jurídicas de las personas
que se encuentran específicamente determinadas (Alterini), Se diferencia del domicilio general
(sea este real o legal) ya que el domicilio especial opera sólo para definidas y concretas
relaciones jurídica, especialmente relativas a obligaciones que nacen de relaciones
contractuales.
Enunciación: Se pueden, en general, enumerar los siguientes domicilios especiales:
1. El domicilio de elección: El art. 75 del C.C.y C. dispone que «las partes de un contrato
pueden elegir un domicilio para el ejercicio de los derechos y obligaciones que de él emanan».
Es decir que las personas pueden determinar que, en un contrato específico, cumplirán las
obligaciones que de ellos emanan, en un domicilio especial, que puede ser absolutamente
diferente de su domicilio general.
2. El domicilio procesal: También llamado ad lítem es el que las partes designan para
determinado proceso judicial. Es de suma importancia ya que será al lugar donde será
notificado de todas las cuestiones atinentes a ese juicio. Habitualmente es el del abogado que
lo represente y por lo general, las normas procesales locales establecen que debe estar situado
a una determinada distancia de los tribunales.
D. ESTADO.
Noción: El estado de las personas es la posición jurídica que ellas ocupan en la sociedad;
o, para decirlo con más propiedad, es el conjunto de calidades que configuran la capacidad de
una persona y sirven de base para la atribución de deberes y derechos jurídicos.
El estado se puede apreciar desde tres puntos de vista.
a) Con relación a las personas consideradas en sí mismas: se puede ser mayor o menor de
edad, hombre o mujer, sano o demente, médico, militar u obrero; en estos casos, la edad, el
sexo, la salud mental, la profesión, hacen surgir distintos derechos y obligaciones. En cuanto al
sexo, es sabida la tendencia del derecho contemporáneo a establecer la igualdad jurídica del
hombre y la mujer. Pero ello no obsta a que existan algunas diferencias entre ambos, sobre
todo en el derecho de familia, que derivan de la misma naturaleza del sexo o de la necesidad
del desempeño unipersonal de ciertas funciones, pero no de una razón de dependencia o de
inferioridad de la mujer.
b) Con relación a la familia: una persona puede ser casada o soltera, viuda o divorciada,
padre o hijo de familia, pariente, etcétera.
c) Con relación a la sociedad en que vive: puede ser nacional o extranjero. En verdad que
la generosidad de la legislación patria para con el extranjero ha hecho desaparecer antipáticas
diferencias con los nacionales en el campo del derecho civil, diferencias que subsisten en la
mayoría de las legislaciones extranjeras. Por excepción, puede señalarse dentro del derecho
civil un tratamiento diferencial entre argentinos y extranjeros en los decretos 15.38511944,
artículo 4" y 32.430, artículo lo, que declaran de conveniencia nacional que los bienes ubicados
en las zonas de seguridad pertenezcan a los argentinos nativos. Pero hay diferencias en cuanto
a los derechos políticos, pues los extranjeros no pueden votar ni ser elegidos para cargos
públicos.
Elementos del estado: Entendemos por elementos del estado las distintas calidades
jurídicas que confluyen a configurarlo y que, en consecuencia, dan origen a derechos y
obligaciones. Tales son el sexo, la edad, la salud mental, la profesión, la circunstancia de ser
casado, soltero, divorciado, viudo, pariente, nacional o extranjero, etcétera. Estos elementos
constitutivos de estado consisten a veces en simples hechos, ajenos a la voluntad de las
personas, tales como el nacimiento, la edad, el sexo; en otras ocasiones, en cambio, se
originan en actos realizados voluntariamente: por ejemplo, el matrimonio, la legitimación, el
reconocimiento de hijos naturales. De ahí que el estado se modifique a veces voluntaria, y a
veces, involuntariamente.
El estado de familia y el título de estado: Cuando se habla de estado de familia es
necesario hacer mención a su relación con el título de estado, que permite acreditar y ejercer
los derechos que emergen de ese atributo de la persona.
Título de estado en sentido formal: de manera corriente se alude al «título de estado»
como a ese instrumento o conjunto de instrumentos públicos de los cuales emerge el estado
de familia de una persona. Se trata del título de estado en sentido formal, que permite
identificar como título el documento que hace oponible y prueba el estado de familia. Como
ejemplo concreto, podemos decir que para probar y hacer valer un estado de familia el estado
de hijo, es necesario presentar la partida de nacimiento emitida por el Registro del Estado Civil
y Capacidad de las Personas. Para probar la existencia del matrimonio debe presentar la
partida o la libreta de familia, emitida por el mismo registro; para el de viudo o viuda la partida
de matrimonio y la de defunción.
Título de estado en sentido material: También puede aludirse al «título de estado» en
sentido material o sustancial. En este supuesto, el término se utiliza para hacer referencia a la
causa, motivo o raíz, de un determinado emplazamiento en un estado de familia. Como
ejemplo podemos decir que la filiación por naturaleza, reconoce como título de estado en
sentido material, un presupuesto biológico, es decir, ese vínculo de sangre que una a un hijo
con su padre y con su madre. Por tal motivo, en los casos que ese hijo no sea reconocido por
alguno de ellos, podrá iniciar la acción judicial para obtener el emplazamiento probando el
presupuesto biológico.

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