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Relaciones Con Las Demás Denominaciones


Relaciones con las demás denominaciones
La obra del pastor le lleva en contacto con otros ministros e iglesias en la comunidad. Su comodidad y éxito depende
en parte de la estima y confianza que los de las otras iglesias evangélicas tengan de él. Él va a encontrar creyentes
nobles en iglesias que llevan otros nombres y el debe tratar de llevarse bien para con ellos. Esto es aun más
importante cuando se trata de pastores. Cuando hay una relación de amor y confianza el ministro en la comunidad
puede ser mutuamente benéfico el uno al otro. Si están unidos, su influencia será más grande.

Tengo las siguientes sugerencias.

No aislarse, quedándose apartado de la comunidad cristiana en general. Trata de llegar a conocer a todos los
hombres buenos. Tenga un espíritu amigable y cordial y esté presente en las ocasiones cuando todos se reúnen
públicamente en busca de consejo unido y adoración. Así va a disfrutar de la simpatía y amor de la comunidad
cristiana y en gran manera su comodidad e influencia será incrementada.

Relaciones amigables entre creyentes con creencias distintas requiere una clara precognición de su carácter cristiana
común y un acuerdo el uno al otro de su sinceridad y pureza de su posición en su iglesia. Es justo esperar que otros
le respeten aun que tienen creencias distintas y usted tiene que hacer lo mismo. Tal posición está de acuerdo con los
sentimientos de su denominación y la defensa de sus creencias. No es nada más que un reconocimiento de que hay
opiniones distintas entre los hombres cristianos y que debe ser también un juicio caritativo del carácter, el uno del
otro y un abstenerse cuidadosamente de lenguaje que pueda ofender a los que piensan de otra manera. Yo creo que
el respeto genuino y la confianza de cualquier comunidad cristiana están más bien asegurados por aquel pastor que
tiene un espíritu de caridad y que reconoce la sinceridad e integridad de los que tienen creencias distintas aunque a
su vez él no vacila en predicar y defender las creencias de su denominación.

El intercambio de púlpitos por pastores evangélicos de vez en cuando tiene sus ventajas. Es un reconocimiento
público de la unidad cristiana. Da al ministro una congregación más amplia que tendría si siempre estaba limitado a
su propia iglesia y así él aumenta sus conocidos y consigue interés y confianza de todos. A su vez, hay ocasiones
cuando está sobrecargado con su obra y no tiene tiempo de prepararse bien para su obra en el púlpito. En tales
ocasiones él puede usar un mensaje que ya preparó y predicó en su iglesia. En semejante intercambio es obvio que
él debe conformarse a las costumbres de la adoración de la iglesia y que el tema del mensaje debe ser sobre el
evangelio, sin tocar temas polémicos.

A veces las iglesias de denominaciones diversas tienen reuniones unidas para promover avivamiento. En tales
ocasiones es entendido que cada iglesia va a desistir de promover sus creencias distintas y unir su esfuerzo en
proclamar el evangelio. Semejante unión de esfuerzas ha sido beneficiosa en comunidades donde la mayoría de las
iglesias son débiles. Cuando es así, hay pocos dones y las esfuerzas cristianas pueden estar concentrados para
mantener el interés. Entre iglesias fuertes y grandes, donde hay una abundancia de dones, la utilidad de semejantes
reuniones es dudosa. A la verdad, a veces hay desventajas. Entre ellas hay las siguientes:

Los miembros de las iglesias se encuentran en circunstancias difíciles y no se sienten cómodos en participar. Resulta
que algunos pocos, no más, participan. Al contrario, si fuese en su propia iglesia todos participarían.

Según la fe bautista, las ordenanzas claramente proclaman verdades divinas delante de los hombres. En una reunión
unida no se puede hacer mención de ellas, y aun menos administrarlas. Resulta que este elemento poderoso se
pierde.

Muy a menudo, al concluir las reuniones unidas, hay desacuerdos en cuanto a cual iglesia los conversos nuevos
deben asistir. Resulta en fricción y mal estar. El mal que resulta puede pesar más que el bien.

Entonces podemos admitir que hay ocasiones cuando las reuniones unidas son beneficiosas pero, por regla general,
no son aconsejables. Una iglesia va a desarrollar mejor sus dones y su propio poder espiritual trabajando sola y
conforme con sus propios principios y métodos. Su luz brilla más intensamente y claramente cuando ella enseña y
defiende fielmente la verdad que ha aprendido de la Palabra de Dios. A su vez, sus relaciones con las demás iglesias
en la comunidad no estarán en tanto peligro de estar amargadas.

PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN 

1. ¿Por qué es bueno relacionarse con los demás ministros y hombres/mujeres de Dios de la comunidad?

2. ¿Qué representa el intercambio del púlpito?


3. ¿Qué situaciones pueden darse cuando se hacen reuniones de varias iglesias?

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