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6 razones para considerar plantar una iglesia en casa

21 DICIEMBRE, 2016  |  Cole Brown


 
MINISTERIO

6 razones para considerar plantar una iglesia en casa

Estas son 6 razones por las cuales vale la pena tomar en cuenta el modelo de las iglesias en
casa cuando plantamos una iglesia.

Existen varios modelos de plantar una iglesia. La Biblia no nos receta uno en particular. Por
eso, tenemos la libertad de plantar nuestra iglesia de la forma que coincida mejor con
nuestros objetivos y cultura, siempre y cuando cumplamos con los requisitos bíblicos. Entre
estos modelos está uno que, en mi opinión, debería recibir más atención y consideración.
En este artículo, usaré el acrónimo ¨MI CASA¨ para mostrar 6 razones por las cuales vale
la pena tomar en cuenta el modelo de las iglesias en casa cuando plantamos una iglesia.

Multiplicarse

Sabemos que mientras más sencillo sea un organismo, más rápido se puede reproducir. Las
iglesias en casa no son la excepción. Para ser exitosa, una iglesia en casa nada más requiere
dos cosas. Primero, un hombre de carácter con conocimientos y dones suficientes para
enseñar la verdad y corregir falsas enseñanzas. Segundo, alguien —ya sea cristiano o no
— que esté dispuesto a abrir su casa o negocio al grupo. Esto significa que casi todas las
iglesias en casa ya tienen dentro de ellas los recursos que se necesitan para plantar otras, ya
que no hace falta dinero, ni instalaciones, ni ministros expertos. Por todo esto, se pueden
multiplicar rápida y fácilmente.

Involucrarse

Cuando hablamos del discipulado, hablamos del proceso de implementar las enseñanzas de
Cristo y ser cada vez más como Él. Según Efesios 4:12-13, los cristianos llegarán a esta
madurez espiritual a través de sus obras de servicio entre ellos en el contexto de la iglesia
local.

Las iglesias en casa están diseñadas para involucrar a cada miembro. El tamaño del grupo y
el formato de la reunión proveen tanto la oportunidad como la necesidad de hacerlo. Por
ejemplo, en lugar de escuchar a las oraciones de una sola persona, cada quien ora en el
culto. Igualmente, hay espacio para que todos puedan estudiar y discutir la Palabra, usar los
dones espirituales, y dedicarse al discipulado mutuo y el evangelismo.

Capacitar

Todos los pastores y líderes de las iglesias comparten la misma responsabilidad: capacitar
al pueblo de Dios para la obra del ministerio, para edificar al cuerpo de Cristo (Efesios
4:12). De hecho, es la razón por la que Jesús le da líderes dotados a la Iglesia (Efesios
4:11).

Los seres humanos aprenden y cambian mejor cuando pueden tanto escuchar como
practicar. En las iglesias en casa el tamaño del grupo y el formato de la reunión principal
asegura que los miembros aprenden tanto a través de enseñanzas formales como de
lecciones prácticas. Por ejemplo, en tales iglesias no se aprende orar solo por escuchar al
ejemplo de un solo líder, sino por medio del ejemplo de cada miembro y la experiencia de
orar tú solo en voz alta. De manera similar, se aprende cómo leer e interpretar la Biblia al
hacerlo juntos en grupo bajo el liderazgo en lugar de solo escuchar a un predicador
profesional.

Amar

Antes de morir, Jesús le dejó a su Iglesia un mandato nuevo: que se amen los unos a los
otros como Él los ha amado (Juan 13:34; 15:12). Con este mandato, Jesús tenía la intención
de que la identidad de su Iglesia sea reconocida por su amor entre ellos.

El ambiente de las iglesias en casa es perfecto para expresar y experimentar el amor. El


tamaño de la iglesia hace que todos sepan las necesidades de todos. También, ya que no hay
una institución formal, la única forma en la que las necesidades pueden ser satisfechas es a
través de los individuos de la comunidad. Cada vez que se reúnen es una oportunidad de
alegrarse con los que están alegres, de llorar con los que lloran, y de hablar la verdad en
amor unos a otros, llevar las cargas de los otros, y amarse entre ellos de maneras similares.

Además, las iglesias en casa requieren de una intimidad entre sus miembros que garantiza
que cada uno va a ser herido por alguien más en la iglesia. A través de este reto viene la
oportunidad de amar de la forma más poderosa del mundo —el perdón—, y hacerlo
públicamente.

Ser generosa

Todas las iglesias tienen la responsabilidad de ser generosas como Jesús ha sido generosos
con nosotros. Específicamente, la Biblia nos intruye a ser generosos al cuidar a las viudas y
los huérfanos (Santiago 1:27; 1 Timoteo 5:1-16), mantener a los misioneros (Filipenses
4:13-20; 1 Corintios 9:1-18), y apoyar a los otros creyentes e iglesias que sufren (1 Juan
3:17; 2 Corintios 8:1-24).

Aunque las iglesias en casa reciben menos dinero que una iglesia tradicional, pueden ser
muy generosas. Puesto que no tienen que pagar ni renta ni un solo sueldo, cada peso que
entra la iglesia está disponible para la generosidad. Pueden dar a los misioneros, iglesias,
viudas y huérfanos sin preocuparse por su propia supervivencia, porque no tienen gastos
organizacionales. Además, en las iglesias en casa los miembros pueden dar con una
conexión bastante personal que causa que tanto los miembros como los recipientes
experimentan el gozo y la bendición de la generosidad.
Alcanzar

Varias estadísticas demuestran que las iglesias que tienden a alcanzar a los que no asisten
una iglesia son tanto las iglesias pequeñas como las nuevas. Dado que las iglesias en casa
son pequeñas y se pueden multiplicar rápidamente para plantar iglesias nuevas, ya tienen
por naturaleza las características de las iglesias más exitosas con respecto al evangelismo.

También Jesús nos enseña que es a través de nuestro amor, compartido entre nosotros, que
el mundo se dará cuenta de quién es Jesús (Juan 13:34-35; 17:23). Es decir, la mejor
estrategia evangelística es amar. Ya que hemos visto que las iglesias en casa nos proveen
un contexto apto para amar, podemos concluir que también nos dan una herramienta para el
evangelismo muy poderosa.

Formas diferentes, mismos objetivos

La iglesia en casa no es el modelo sano. Y también tiene sus peligros y deficiencias que se
deben tomar en cuenta. Pero sí, es un modelo sano. Por lo tanto, debería ser considerado,
como una buena forma de plantar iglesias. No debe verse nada más como una “versión
pequeña” de cualquier iglesia tradicional, sino como una forma bastante diferente de
cumplir los mismos objetivos. Si quieres plantar una iglesia que se pueda multiplicar,
involucrar y capacitar a los miembros, alcanzar a los no creyentes, ser generosa, y amar de
una forma poderosa, tal vez la iglesia en casa es el modelo para ti.

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