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ETICA MINISTERIAL
CAPITULO 3
EL MINISTRO Y SU PROPIO PASTORADO
CAPÍTULO 4
EL LÍDER DE LA IGLESIA Y EL PULPITO
El pastor tiene que ser amante, capacitado para predicar y dirigir servicios públicos con el
fin de ganar almas para que sean salvas y llenas del Espíritu Santo y estos mismos vayan
creciendo semejante a Cristo, a través de su ministerio personal y público.
El ministro es el representante de Cristo ante el pueblo. Tanto la conducta recta que nadie
le pueda reprochar, dignidad, modestia, nuestra conducta debe enfocarse en la atención
sobre Jesucristo. El pulpito es usualmente la responsabilidad del ministro o pastor. En el
pulpito nunca debe abusar o hacer el mal uso de su autoridad en pulpito para manipular a
la gente. El pastor de la iglesia tiene la obligación ética de preparar al mensajero y los
mensajes cuidadosamente. Con el fin de edificar y animar a la congregación. Ahora el
ministro tiene que sacar suficiente tiempo para leer la Biblia y otros buenos libros o artículos
de referencia, y esto mismo otorgara que el mensaje que lleva a la congregación será de
profundidad sus sermones.
El ministro no debe explotar jamás sus dones del Espíritu para su lucro o popularidad
personal, ni tampoco sus dones de Sanidades para hacer el dinero. Ni tampoco tiene que
tener fama por hacer el mal uso de los Donde de Fe o de los dones de Milagros en su propio
ministerio y estar dispuesto que le juzguen por manejar o de lo que está ejerciendo los
Dones del Espíritu, como lo que hizo la práctica.
El gloriarse, jactarse y regocijarse en el ejercicio del poder de Dios sobre los demonios es
algo que Jesús lo prohibió. Para prevenir que el orgullo o arrogancia cause su caída, líder de
la Iglesia siempre deber reconocer otros ministerios mayores que el suyo. Un ministro debe
reconocer sus limitaciones de su propio ministerio e invitar periódicamente a otros
predicadores, al invita pueden ser tratados con honor, dar hospedajes cómodos, limpios
privacidad y sus gastos de viajes y otros.
CAPITULO 5
EL PAPEL DEL LIDER DE LA IGLESIA
Cuando un hombre contesta el llamado de Dios sobre su vida, él tiene cierto entendimiento
de sí mismo como un siervo de Cristo. Cuanto está encargado de una Iglesia, puede que le
causarle depresión, por tener las expectativas que la Iglesia tiene, y a esa expectativa puede
tener ciertos problemas de inferioridad y podría producir problema con él y la congregación,
donde sirve como ministro de Cristo.
El ministro tiene que responder en una de las tres siguientes maneras:
1. Adoptar la imagen que la gente tiene de El
2. Negar totalmente sus imágenes y rechazar sus expectativas
3. Procure entender tanto las expectativas dela gente que, como su propio punto de
vista, y reconcílielos positivamente y constructivamente.
si estos mencionados fracasan pues al ministro le causará una frustración y una
congregación confusa y desilusionada.
Los claros y las expectativas que tienen como papeles bien claros es ser realistas y capacitan
al pastor de Iglesia a:
1. Responder con integridad
2. Manejar las desilusiones que vengan en su vida pastoral
3. Cumplir con su propio ministerio
4. Satisfacer las expectativas razonables de la congregación, y
5. Ser un siervo genuino de Dios al mismo tiempo.
CAPITULO 6
EL MINISTRO EN SITUACIONES DE CONFLICTO
Las realidades sobrias del ministerio que tensiones severas y aun hospitalidades pueden en
ocasión emerger a la iglesia él y su congragación, es necesario el ministro tenga la sabiduría
y humildad para ayuda para el manejo de esas situaciones. Un ministro hace bien en realizar
que el cambio deber se5r introducido gradualmente, si acaso surgen malos entendidos
puede ser resueltas satisfactoriamente de manera amorosa y conciliadora. El pastor nuevo
debe cubrir el resentimiento a cambio y puede ser superado cuando procure edificar una
confianza mayor, o si tomas tiempo de explicar las razones de los cambios y de esa manera
puede superar el temor al cambio en la persona. Si en caso existen una aceptación general
de cambio él se preocupará de una minoría quienes se pueden sentirse heridos por los
cambios realizados. Si en caso de que hay deberá mantener todas las partes de una buena
voluntad. El ministro no tiene que demostrar la agresión y ni aun la actitud defensiva. Por
lo contrario, deberá ejercer equilibrio. Ahora el ministro tiene olvidarse de sus propios
intereses. Y si hay malos entendidos e injustamente criticado por un grupo de influencia
deberá tratar de calcular con precisión el nivel y extensión del descentramiento antes de
reaccionar. Si esto sucede el ministro tiene que ser sobrio es aquel que se gana la amistad
de los ancianos y se somete a ellos en los tiempos de crisis. Si el nivel de apoyo desciende
a 60% de la membresía el pastor debe considerar la situación en oración, considerando de
que ya es tiempo de renunciar y buscar otra oportunidad. Si algún conflicto emerge en la
Iglesia el cuerpo directivo de la misma podría decidir a principio de la disputa de invitar a
un anciano y diacono de la congregación que pueda ser como mediador antes que explote
la situación. Si en caso de que hay un consenso entonces el ministro deberá animar a los de
la oposición para que acepte la decisión de la mayoría por amor a Cristo y su cuerpo. Si en
caso de que no acepta la decisión y el consejo del diacono o consejero con digna gracia y
renunciar su pastorada.
El ministro cuando tiene estos problemas deberá enseñar durante el tiempo de paz sobre
la solución de conflictos y el, pero de manera debe controlar el temperamento y acerca de
otros tópicos vitales.
CAPITULO 7
LA ESPOSA DEL LIDER DE LA IGLESIA
La esposa del pastor de una Iglesia es una persona separada, singular y digna con sus propios
valores intrínsecos. Todo pastor de una Iglesia haría bien en escribir los deberes que se
esperan que su esposa realice en el trabajo ministerial a fin de evaluar si es hunamente
posible que ella los cumpla a cabalidad es:
Protegerla de la presión excesiva que menudo ocurren en el ministerio
Recudir las expectaciones que las personas puedan tener de ella a niveles realista,
Respaldar, animarla y exonerarla a su debido tiempo en el llamado de Dios para su vida.
La esposa del pastor deberá aceptar con alegría:
Las responsabilidades normales que acompañan el hecho de ser la esposa de un hombre
público, ser una madre dedicada a sus hijos, debe estar consciente de la responsabilidad y
el sacrificio por la causa de Jesucristo.
La esposa de un pastor tiene el derecho y el privilegio y llamado especial de compartir de la
remuneración que su recibe en su ministerio, ella es escogida de Dios para ejecutar y
completar y respaldar el ministerio de su esposo en oraciones.
La esposa del pastor o ministro debe aprender el cómo consolar a su marido, a como
suavizar los problemas que le acogen al ministro.
La esposa del pastor deberá cuidar y vigilar su esposo como alguien que mejor lo conoce y
ama, a fin de proteger y liberarle de las trampas destructoras que el enemigo le ha tenido:
Ella le salva del peligro de otras mujeres que puedan hacerle caer en el pecado de
inmoralidad.
Ella la libra de la codicia del dinero, vanagloria, los pecados que hacen que Dios derrame
sus juicios para humillarle públicamente.
Ella le salva de las ambiciones egoístas de querer ser popular.
El ministro tiene que reconocer que necesita su ayuda y protección de tales áreas y deberá
exonerarlas.
La esposa del pastor deberá crear un puerto de paz en su hogar y familia. La esposa del
pastor quien tiene un llamado confirmado hacia un ministerio diferente de su esposo.
Deberá satisfacer las necesidades de su esposa por medio de prestarle atención y darle
atención y darle cariño. También el pastor deberá amar a su esposa y mostrar públicamente
su entrega o compromiso para honrarle, aceptar amarle y respetarla.
CAPITULO 8
EL LIDER DE LA IGLESIA EN LA IGLESIA EN LA COMUNIDAD
Aunque es preminentemente un siervo de Dios un ministro también es un ciudadano del
estado con obligaciones civiles. Es como ya está puesto por Dios los gobernadores
(Romanos 13:1-7)
El ministro de la Iglesia deberá desempeñar también fielmente cada responsabilidad de
ciudadano, también debe sentirse libre para desenvolverse en las actividades de la
comunidad limitadamente. Un líder de la Iglesia siempre debe comportarse de modos
apropiados a su llamamiento en la función pública. Ahora el pastor que acepta una
pastorada nueva, deberá presentarse a sí mismo a los líderes de la comunidad. Debe
mantenerse relaciones amigables con tales personas. Donde el estado o la comunidad la
extienda a un líder o pastor de una iglesia privilegios, deberán ser aceptados, pero nunca
dados por sentado. Si un ministro que acepta remuneraciones de la comunidad dado en su
posición no deberá comprometerse son ello lo va afectar en su testimonio, entonces deberá
permanecer firmes y sin comprometer su posición como embajador de Cristo. El pastor
tiene que ser diligentemente en obedecer la ley. Debe pagar las contribuciones cabal y
honestamente. Deberá obedecer las leyes de tránsito y de la nación si la autoridad
encuentra sorprendido violando la ley debe ser tratado como un ciudadano que deber
pagar las faltas. Y debe animar que los cristianos a participar en las elecciones y de
seleccionar de los lideres para la gobernación. El pastor de una Iglesia debe procurar
obtener un entendimiento claro de los asuntos morales y sociales de nuestro de la Palabra
de Dios y de recursos de información confiables. Que adopta con valentía y claridad y
capacitado para enseñar y exponer sobre las verdades bíblicas relativas a tales asuntos.
CAPITULO 9
EL MINISTRO Y OTROS MINISTRO
Debe fomentar las buenas relaciones con los demás ministros que participan en la obra del
Reino de Dios. El deberá reconocer que es privilegio al lado de un compañero en el
ministerio, especialmente de tiempos de problemas, ataques o desánimos.
Un líder o pastor siempre deber ser leal a su compañero en el ministerio, desarrollando una
buena comunicación, franqueza y cooperación genuina con el ministro que le acompañe.
Nunca deberá criticar, rebajar o calumniar públicamente a otro líder o pastor
Si un pastor está comportándose contra los principios éticos, otro líder de la Iglesia deberá
allegarse al privada y en actitud de oración con el propósito de ganarle y restaurarle de su
condición hacia sendas más sabias y santas. También debe cultivar la confraternidad y hacer
persistentes esfuerzos por cooperar con las demás iglesias vecinas y jamás debe atraes a
otros miembros de la Iglesia para la suya.
Si hay miembros que se mudan de su iglesia, escríbale una carta de traslado al líder o pastor
de la Iglesia a la cual están concurriendo a la presente congregación. Si hay familias que se
han mudado a su área, entonces deberá comunicarse con sus previos pastores de los
resultados de la visita que tuvo con ellas.
Pastor que es nombrado a una iglesia nueva él nunca deberá criticar ni rebajar al pastor
anterior, deberá cultivar un Espíritu generosa hacia otros ministros, siempre tratando de
ser de bendición y estímulo para ellos en sus principios religiosos. También deberá expresar
reconocimiento a la fuente de información que utiliza, solicitar el permiso legal de los
dueños para su publicación, sobre las obligaciones de los derechos de autor, observar las
leyes sobre los derechos de autor y pagar las cuotas requeridas por su uso.
El pastor nunca debe competir a sabiendas con otros ministros para un llamado al
pastoreado, un pastor o líder no deberá negociar secretamente una invitación para ser
pastor asociado en otro equipo ministerial sin primero consultar tal invitación con el
ministro encargado de tal equipo.
CAPITULO 10
EL MINISTRO Y SU PROPIA DENOMINACION
Los miembros que reciben convicción para su llamado de parte de Dios, aún pueden servir
dentro del contexto de la comunión de su denominación. Has sido nutridos y entrenados
dentro de esa confraternidad, la cual les ha dado la oportunidad para fundir como ministro,
les ha provisto protección, el debido reconocimiento por medio de los suminístrales las
credenciales ministeriales y les ha ministrado espiritualmente
Es contra la ética ministerial que un ministro ignore o desobedezca las ordenes o mandatos
razonamientos dados por las autoridades establecidas en su denominación. Por medio de
estimular sus miembros a ser leales a los principios bíblicos de la confraternidad, un
ministro o pastor les ayudara a desarrollar su sentido de identidad. Los ministros pueden
diferir ampliamente en opinión sobre una variedad de tópico bíblicos. Entonces jamás
debemos comprometer la verdad de las doctrinas sobre el nacimiento virginal de Jesús, la
salvación a través de su Sangre, la resurrección de Cristo de los muertos. Todo ministro
tiene la responsabilidad de animar a su pueblo para que marche hacia la madurez, por
medio de procurar entender los énfasis de las diferencias doctrinales y practicas entre los
ministros.
Deberá tener una actitud sumisa hacia los oficiales y superintendentes de su denotación, es
visto como autoridades bíblicamente delegadas, y tenemos que someternos, como si en
realidad recibiéramos las órdenes del Señor.
Lo local y la libertad de conciencia son valoradas como características esenciales de la
verdadera Iglesia, ahora cuando cambia su creencia y deja de sostener las doctrinas
prominentes de su denominación, está obligada éticamente a renunciar a su pastorado.
Deja la Iglesia y su junta en libertad para consultar con lo miembros oficiales de la
denominación con el fin de determinar el curso de acción a seguir. Cualquier otra acción de
parte del ministro podría precipitar una división nociva en la Iglesia, además de traer
reproche sobre el ministerio.
CAPITULO 11
EL LIDER O PASTOR DE LA IGLESIA Y OTRAS DENOMINACIONES
Los ministerios en equipo son comunes en las iglesias más grandes. Estos son bíblicos y
pueden ser de gran estímulo para los miembros de la Iglesia, además de ser más efectivos
que el ministerio de un solo hombre. El mutuo respeto y confianza, y las amistades por
sobre los contactos oficiales necesarias son salvaguardias o defensas esenciales contra los
desacuerdos y malos entendidos. En cualquier tipo de relación íntima, los ministros en un
equipo deben ser sacar tiempo para jugar, trabajar, estudiar, descansar, divertirse
sanamente y para orar juntos.
Cada equipo ministerial debe tener un ministro de experiencia como director, pues tiene
ser imparcial, evitando tomar lados con algún miembro particular del equipo. También
deberá encargarse de la porción mayor de las predicaciones, pero siempre consciente de
que hay otros miembros del equipo que han sido llamados a predicar y quienes necesitan
oportunidades para expresar o practicar ese llamado. El líder o ministro de experiencias
debe esperar completa lealtad de cada miembro de su equipo y conferirles su lealtad de
vuelta. Tal unidad viene ser una inspiración para la congregación, demostrando lo que
significa servir a Dios en la comunión de la vida cristiana. La responsabilidad primordial de
cada miembro del equipo es mantener unas buenas relaciones con el ministro anciano o de
experiencia. Las reuniones regulares de facultad para orar y discutir los problemas son
esenciales, sobre la unidad, confraternidad y relaciones deben ser discutidas con franqueza,
exponer por escrito los deberes del trabajo para explicar con claridad los papales a ser
desempeñados, las responsabilidades de cada uno y el nombramiento de la autoridad
apropiada, son cruciales para todos los miembros del equipo incluyendo al ministro anciano
o de exigencia. Donde miembro del equipo no recibe metas claras para lograr objetivos
particulares, el propósito y satisfacción pueden dejarse de lado en el ministerio. Cada
miembro del equipo complementa los dones y habilidades de los demás.
Un miembro de equipo podría invertir considerable tiempo equipando los laicos para que
asuma la mayor parte de las funciones y responsabilidades de su propio ministerio. Si hay
cambios de responsabilidad siempre deben ser consultados con el ministro anciano o de
experiencia y otros miembros del equipo. Los ministros de un equipo tampoco deben estar
en el pecado de la envidia o celos hacia el ministro anciano encargado del equipo. Los
miembros del equipo deben regocijarse juntos en la bendición de Dios y la aprobación de
su pueblo de uno o todos los miembros del equipo.
Cuando un ministro anciano o de experiencia es alabado por las personas y otros miembros
que han trabajado tan arduamente como él no lo son, el ministro anciano deberá reconocer
públicamente las habilidades y contribuciones hechas por los demás. Ahora la esposa de un
líder de la Iglesia necesita sentir que es un miembro valioso del ministerio de equipo. Así
como pastor de una Iglesia necesaria animar a los demás miembros del equipo y estar en
libertad para recibir sus ministerios, estos mismos miembros deben orar con todos ellos por
lo menos una vez a la semana. Se deben hacer esfuerzos para que las familias de los
miembros del equipo se interrelacionen socialmente sobre bases regulares.
CAPITULO 13
CUANDO EL MINISTRO RENUCIA A SU PASTORADO
Los miembros de una iglesia necesitan ayuda para ajustarse después que un pastor anuncia
que su tiempo ministerial ha concluido en la Iglesia. A fin de preservar de su labor, un
ministro debe hacer su salida de la manera más ética posible. Un ministro no deberá
informar a su iglesia acerca de otras iglesias que le hayan llamado para reclutarle como
pastor. Esto podría tener un efecto trastornador sobre la Iglesia. Si el caso ocurre el ministro
tiene hablar confidencialmente con la junta de directores de la junta de la Iglesia, y así
reunidos se van a reunir para orar y buscar la voluntad de Dios para ellos mismos y para la
Iglesia. Deberá presentar su renuncia únicamente cuando este firmemente convencido que
es la voluntad de Dios irse de su Iglesia. Que presente su renuncia por escrito con su fecha
y firma al cuerpo directivo de la Iglesia. Cuando el cuerpo de su aprobación deberá proceder
a informarlo a toda la congregación desde el pulpito. Un pastor de su renuncia tiene que
ser 3 meses de anticipación a la junta de directorios.
El pastor nuevo hará cualquier nombramiento que sea necesario. Es una falta de ética que
incurra deuda financiera que puedan crear dificultades para el pastor entrante. Si el pastor
saliente establece nuevas metas o sugiere visión o dirección para la Iglesia, él podría causar
confusión para el pastor entrante.
Cuando un Pastor que renuncia debe cerciorarse de los registros de la Iglesia, los nombres,
direcciones y números de teléfono de lo miembros están correctas y al día. Casa pastoral o
misionera deberá entregar ser dejada limpia y ordenada y ordenada, tanto por dentro como
por fuera. Los accesorios fijos no deben ser removido de la casa misionera. Completa y
finalice todo negocio financiero con los miembros de la Iglesia. Un pastor de una iglesia,
asociados que renuncie a una iglesia deberá descontinuar todo vínculo o relaciones
pastores. Tampoco deberá criticar la manera en que otro líder de la Iglesia la administrativa.
El ministro que salió de la Iglesia debe dejar tranquilo.
Si en caso si tiene que comunicarse con un miembro de la Iglesia o pasar alguna información
esencial hágalo personalmente a través del pastor, no mediante su esposa, secretaria o
asistente.
La amistad puede ser continuada entre un ministro y los miembros anteriores de su iglesia,
pero deberá ser diligente en tales relaciones y nunca establecerlas vigorosamente, evitar
interferir con el trabajo de su sucesor.
Cualquier cambio de dirección deberá ser enviado a la oficina de correos local, a las
secretarias de la denominación, y los registros de nacimiento de defunciones y
matrimonios. Antes de aceptar una invitación a una iglesia nueva, ore considerablemente
por el asunto, pídales por escrito los términos de tales cosas como el salario, plan de retiro,
casa pastoral, automóvil asignación para gastos de teléfono, tiempo de vacaciones. Una
carta de invitación debe ser enviada por la junta directiva de la Iglesia que le hace la oferta
detallado tales beneficios y las expectaciones de la Iglesia.