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Traducción de

LUISJUSTO
RESISTEN CIA
E INTEGRACIÓN
El peronismo
y la clase trabajadora argentina
1946-1976
por
Daniel James

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Índice

Siglo veintiuno editores Argentina s.a.


TUCUMÁN 1621 7º N {C1050AAG), BUENOS AIRES, REPÚBLICAAAGENTJNA

Siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.


CERRO DELAGUA248, OELEGACIÓN COYOACÁN, 04310, MÉXICO, O. F.

Siglo veintiuno de Espaíia editores, s.a.


PRÍNCIPE DE VERGARA 78, 2º (28006) MADRID

Agradecimientos 9
James, Daniel
Resi stencia e integración : el peronismo y la clase trabajadora Introducción 11
_
argentina: 1946-1976 - la ed. - Buenos Aires: Sigla ix1 Editores
Argentina, 2005.
368 p.; 2lxl4 cm. (Historia y cultura, 19; dirigida por
Primera parte. Los antecedentes
Luis Alberto Romero) 1. El peronismo y la clase trabajadora, 1943-55 19
Traducido por: Luisjusto
Segunda parte. La resistencia peronista, 1955-58
ISilN 987-1220-37-5 2. Supervivencia dei peronismo: la resistencia
1. Historia Politica Argentina-Peronismo, !.Justo, Luis, en las fábricas 69
trad. II. Título 3. Comandos y sindicatos: surgimiento dei nuevo
CDD 320.982
liderazgo sindical peronista 107
Resistance and Integration (1988, Cambridge University Press) Jue publicado
4. Ideología y conciencia en la resistencia peronista 128
originalmente en castellano en 1990 en la colección "Histària y Cultura ,.
de la Editorial Sudamericana Tercera parte. Frondizi y la integración: tentación y
desencanto, 1958-62
5. Resistencia y derrota: impacto sobre los dirigentes,
Portada: Peter Tjebbes 147
lmagen de portada: Augusto Timoteo Vandor en una asamblea
los activistas y las bases
6. Corolario dei pragmatismo institucional: activistas,
© 2006, Siglo XXI Editores Argentina S. A. comandos y elecciones 188
ISBN 987-1220.37-5 Cuarta parte. La era de Vandor, 1962-66
7. La burocracia sindical: poder y política en los
lmp reso en Artes GráJka., ne1s\1r
Alte. Solier 2450, Avellaneda, sindicatos peronistas 219
en el mes de mar1.t1 de 2006 8. Ideología y política en los sindicatos peronistas:
Hecho d de pósilu que marca la lc y 11. 723 distintas corrientes dentro dei movimiento 252
lmpreso en l:1 Argentina. M;1de in Arg1·111i11a
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L El peronismo y la clase trahajadora,


1943-55

-Hablen tranquilos. ;,Cuál es el problema? Hablá


vos, Tedesco. El coronel lo va a entender mejor.
-Bueno ...
-lUsted es Tedesco? Hijo de italianos, (,no?
-Sí, coronel.
-Ya me parecia. (,Quê pasa, Tedesco?
-Muy senclllo, coronel: rnucho laburo y poca
guita.
-Eso está claro. lDónde?
-Trabajamos de noche en... Nos pagan 3 pesos
con trelnta cada noche.
-iQué barbaridad! Enseguida lo arreglaremos.
Haré llamar a los duefios de la fábrica para que se
haga un convento de parte con ustedes. (,Cuánto
quieren ganar?
Nos tiramos a 3 pesos con 33 centavos pero lo
justo seria 3,50 por noche.
-Todo va a andar bien. No puede ser que todavia
se explote así a los trabajadores.
-Gracias, coronel.
-Tedesco, usted quédese. Los demâs pueden
1rse y tengan conflanza.
Maliano Tedesco, fundador de la
Asoclaclôn Obrera Textil.

Bueno, núrá, lo digo de una vez. Yo, yo no lo


inventé a Perón. Te lo digo de una vez así termino
con esta patrlada de buena voluntad que estoy
llevando a cabo en un afán mio de llberarte de
tanto macaneo. La verdad: yo no lo lnventé a Perón
n1 a Eva Perón, la milagrosa. Ellos nacleron como
20 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 21

una reacción a tus malas gobiemos. Yo no lo desplazaban atraídos por los centros urbanos, en expansión,
lnventé a Perôn n1 a Evita Perón n1 a su doctrina. de la zona litoral, y en especial por el Gran Buenos Aires, área
Nos trajo, en su defensa, un pueblo a qulen vos y
los tuyos habían enterrado en un largo camino de periférica de la Capital Federal. Hacla 1947, alrededor de
miserla. Nacleron de vos, por vos y para vos. 1.368.000 migrantes dei Interior habían !legado a Buenos Ai­
res atraídos por el rápido creclmlento industrial.• En Avellaneda,
Enrtque Santos Dlscêpolo centro suburbano esenclalmente Industrial separado de la Ca­
pital por el Riachuelo, sobre 518.312 habitantes que había en
1947 más de 173.000 habían nacldo fuera de la Capital o de
la provlncla de Buenos Aires. 7
EL 1RABAJO ORGANIZADO Y EL ESTADO PERONISfA SI bien la economia industrial se expandió rápidamente,
la clase trabajadora no fue beneficiada por ese proceso. Los sa­
Bajo la guia de suceslvos goblemos conservadores, la eco­ larios reales en general decllnaron ai rezagarse detrás de la in­
nomia argentina respondió a la receslón mundial de la década ílaclón. Frente a la represlón concertada por los empleadores
1930-40 mediante la producclón local de un creclente número y el Estado, los obreros poco podían hacer para mejorar los sa­
de blenes manufacturados que antes se lmportaban. 1 A la vez larios y las condiciones de trabajo. La leglslaclón laboral y so­
que en general mantuvo adecuados niveles de renta para el cial era escasa y su cumpllmiento obllgatorio se lmponia sólo
sector rural y garantizó los privilegiados nexos económicos de esporádicamente. Fuera de los lugares de trabajo la situación
la elite tradicional con Gran Bretafla, el Estado argentino esti­ no era mucho mejor, pues las familias obreras debían enfrentar,
muló esa sustltuclón de lmportaclones mediante una julclosa sln ayuda dei Estado, los problemas soclales de la rápida ur­
política de proteccló,;i arancelarla, controles cambiarias y provl­ bantzaclón. Una encuesta efectuada en 1937 revelá, por ejem­
slón de crédito Industrial.' Entre 1930-35 y 1945-49 la pro­ plo, que el 60 por clento de las familias de clase obrera de la
ducclón Industrial crecló hasta más que dupllcarse; las Importa­ Capital vivían en un cuarto cada una.•
clones, a las que en 1925-30 correspondia casl una cuarta par­ El movlmlento laboral existente en el tiempo dei golpe mi­
te del Producto bruto argentino, se redujeron aproximadamente litar de 1943 estaba dividido y era débil. Había en la Argentina
ai 6 por clento en el qulnquenlo 1940-44. De Importar alrededor cuatro centrales gremiales: la Federación Obrera Regional Ar­
del 35 por ciento de su maquinaria y equipo Industrial en el gentina [FORA), anarquista, hoy apenas un puflado de mllltantes
primer petiodo, la Argentina pasó a Importar sólo el 9,9 por dei anarquismo; la Unión Sindical Argentina [USA), sindicalista,
clento en el segundo. 3 Además, durante la Segunda Guerra tamblén de escasa Influencia, y además estaba la Confederaclôn
Mundial se aslstló a un conslderable aumento dei creclmlento General dei Trabajo [CGT), dividida en la CGT N' 1 y la CGT
Industrial argentino, encabezado por las exportaclones, a medida N' 2. 0 EI !nílujo de este fragmentado movlmlento laboral sobre
que blenes manufacturados en la Argentina penetraron en la clase trabajadora era limitado. En 1943 se encontraba orga­
mercados extranjeros.• Al promedlar la década 1940-50 la Ar­ nizado tal vez alrededor dei 20 por clento de la fuerza laboral
gentina tenía una economia cada vez más industrializada: urbana, con mayotia, en ese porcentaje, dei sector terclarto. La
mientras e] tradicional sector agrario seguia conslltuyendo la gran mayotia dei proletariado Industrial estaba ai margen de
principal fuente de divisas, el centro dinámico de acumulaclón toda organizaciôn sindical efectlva. EI grupo más dlnámico que
de capital se hallaba ahora en la manufactura. Intentá organizarse en campos no tradlcionales fueron los co­
En la estructura social se operaron cambias que reílejaban munistas, que alcanzaron clerto êxito entre los obreros de la
esa evoluclón económica. El número de estableclmientos in­ construcclón y la al!mentaclón y los madereros. Pero áreas vi­
dustriales aumentá de 38.456 en 1935 a 86.440 en 1946, a la tales de la expanslôn industrial en las décadas 1930-40 y
vez que el número de los trabajadores de ese sector pasaba de siguiente -los textiles y los metalúrgicos- aún eran virtualmente,
435.816 a 1.056.673 en 1946. 5 También se modificá la com­ en 1943, terra incognita para la organización sindical. De los
posición interna de esa fuerza laboral. Sus nuevos integrantes 447.212 afiliados slndicales que habia en 1941, el sector dei
proverúan ahora de las provinclas dei Interior antes que de la transporte y los servlclos representaba bastante más que el 50
lnmigraclón extranjera, sumamente reduclda desde 1930. Se por clento, y la Industria sôlo aportaba 144.922 afiliados.'º
22 DANlELJAMES LOS ANTECEDENTES 23

_ Perán, desde su posicián como secretario de Trabajo y des­ contemplaban la licencia por enfermedad, la licencia por ma­
pues vicepresidente dei gobiemo militar instaurado en 1943, temidad y las vacaciones pagas, 14
se consagrá a atender algunas de las preocupaciones funda­ La estructura de organización lmpuesta a la expansión sin­
mentales de la emergente fuerza laboral industrtal.11 Al mismo dical fue Importante en el sentido de que moldeó el futuro de­
tiempo, se dedicá a socavar la influencia de las fuerzas de iz­ sarrollo de! movlmiento gremial. La sindicalización debía basarse
quierda que competian con él en la esfera sindical. Su política en la unidad de actividad económica, antes que en el oficio o
social y laboral creá simpatias por él tanto entre los trabajadores la empresa particular, Además, en cada sector de la actividad
agremiados como entre los ajenos a toda organizacián. Además, económica sólo se otorgó a un sindicato el reconocimiento ofi­
sectores decisivos de la Jefalura sindical llegaron a ver sus cial que lo facultaba para negociar con los empleadores de esa
propios futuros en la organizacián ligados a la supervivencia actividad. Los empleadores estaban obligados por ley a negociar
política de Perán en momentos en que las fuerzas políticas tra­ con e! sindicato reconocido, y los salartos y condiciones esta­
dicionales, tanto de izquierda como de derecha, atacaban su i blecidos por esa negociaclón se aplicaban a todos los obreros
figura y sus políticas en el curso de 1945. E! creciente apoyo i de esa industria, con prescindencla de que estuvieran agremiados
obrero a Perán provocado por esas circunstancias crtstalizá i o no. Además se creó una estructura sindical especifica centra­
por prtmera vez el 17 de octubre de 1945, fecha en que una lizada, que abarcaba las ramas locales y ascendia, por interrnedio
manifestacián popular lográ sacar a Perán dei confinamiento de federaciones nacionales, hasta una única central, la Confe­
y lo puso en el camino a la victorta que conquistá en las elec­ deración Nacional dei Trabajo (CGT). Finalmente, quedaba
ciones presidenciales de febrero de 1946.1' bien establecido e! papel dei Estado en la supervisión y arti­
Aunque en el período 1943-46 hubo muchas mejoras es­ culación de esa estructura. El Ministerio de Trabajo era l a au­
pecificas de las condiciones laborales y la legislación social, la tortdad estatal que otorgaba a un sindicato el reconocimiento
década de gobierno peronista 1946/55 tuvo un efecto mucho que lo facultaba para negociar con los empleadores. El decreto
más profundo aún sobre la posición de la clase trabajadora en 23.852, de octubre de 1945, conocido como Ley de Asociaciones
la sociedad argentina, Ante todo, durante ese lapso se asistió Profesionales, que estableció ese sistema, estipulaba también
a un considerable aumento de la capacidad de organización y el derecho dei Estado a supervisar vastas áreas de la actlvidad
el peso social de la clase trabajadora. Combinándose, la simpatia sindical. En esta forma la estructura legal aseguraba a los sin­
dei Estado por el fortalecimiento de la organización sindical y dicatos muchas ventajas: derechos de negociación, protección
el anhelo de la clase trabajadora de trasladar su victoria po­ de los funcionarias slndicales contra la adopciôn de medidas
lítica a ventajas concretas determinaron una râpida extensión punitivas que los afectaran, estructura sindical centralizada y
dei sindicalismo. En 1948 la tasa de sindicalización habia as­ unificada, deducción automática de los sueldos y salarios de
cendido al 30,5 por ciento de la población asalartada, y en las cuotas sindicales y aplicación de éstas a vastos planes de
1954 era dei 42,5 por ciento. En la mayoria de las industrtas bienestar social. Pero ai mismo tiempo otorgó ai Estado las
manufactureras la tasa oscilaba entre el 50 y el 70 por cien­ funciones de garante y supervisor final de este proceso y de
to.13 Entre 1946 y 1951 el número total de afiliados sindicales los beneficios derivados de é!.
aumentá de 520.000 a 2.334.000. Actividades manufactureras Mientras la expansión en gran escala de la organización
como la textil y la metalúrgica, donde antes de 1946 el sindi· sindical aseguraba e! reconocimiento de la clase trabajadora
calismo era débil o nulo, para fines de la década tenian sin­ como fuerza social en la esfera de la producción, durante el pe·
dicatos cuyo número de afiliados se contaba por cientos de riodo peronista también se asistló a la integración de esa fuer­
millares. Además, por primem vez se agremiaron grandes nú­ za social a una coalición política emergente, supervisada por
meros de empleados públicos. Esta extensión de la agremiación el Estado. Desde e! punto de vista de los trabaJadores, la ín­
en amplia escala fue acvmpanada por la implantación de un dole exacta de su incorporación política al réglmen no se evi­
sistema global de negociaciones colecUvas. Los convenios fir­ denciá enseguida. Los contornos generales de esa integracián po­
mados en toda la industrta argentina en el período 1946-48 re­ litlca sólo se manifestaron durante la primera presidencia de
gulaban las escalas de salartos y las especificaciones laborales Perán y fueron confirmados y desarrollados en e! curso de la
e incluían además un conjunto de disposlciones sociales que segunda. En el primer período, de 1946 a 1951, se operaron la
r
!
!
24 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 25

!
gradual subordinación del movimiento sindical al Estado y la baja�ora a ciertos aspectos de la política económica peronista,
eliminación de los lideres de la vieja guardia, de acción decisiva los terminas de la integración política del sindicalismo al Es­
í en la movilización de los sindicatos en apoyo de Perón en 1945 tado peronista fueron muy poco cuestionados en sentido general,
i y quienes habían formado el Partido Labortsta para que actuara
como rama política de los trabajadores, Sus ideas de autonomia
Ciertamente, un legado crucial que los sindicalistas recibieron
de la era peronista consistló en la integración de la clase tra­
1 política y organizativa, asi como ·el carácter condicional de su
apoyo a Perón, no se armonlzaban con las ambiciones políticas
de éste, Y es preciso reconàcer que tampoco su insistencia en
bajadora a una comunidad política nacional y un correspondiente
r,econoclmiento de su status cívico y politlco dentro de esa
.�omunidad. Aparte de esta, la expertencia de esa década legá
el principio de autonomia sindical se correspondia con los a la presencia de la clase trabajadora dentro de la comunidad
conceptos que prevalecían entre afiliados sindicales cuyo número un notable grado de cohesián política, La era peronista borrá
aumentaba rápidamente, 15 Por afladidura, el peso de la inter­ en gran medida las anteriores lealtades políticas que existían
vención estatal y el apoyo político popular que recibía Perón en las filas obreras e implantá otras nuevas, Los socialistas, co·
de los trabajadores agremiados limitá inevitablemente las opcio­ ,munistas y radicales, qu e antes de Perón habian competido
nes abierias a los líderes de la vieja guardia sindical, Cada vez por lograr el apoyo de la clase trabajadora, en 1955 se en­
más, los sindicatos se incorporaron a un monolítico movlmiento ,contraban en gran medida marginados en lo que concieme a
peronista y fueron llamados a actuar como agentes dei Estado influencia, Para los socialistas y radicales, e! peronismo había
ante la clase trabajadora, que organizaban el apoyo político a de seguir siendo un u ltraJ e moral y cívico, una prueba dei
Perón y servian como conductos que llevaban las políticas dei atraso y la carencla de virtudes cívicas de los trabajadores ar­
gobierno a los trabaJadores, gentinos, Esa actltud habia determinado su oposicián ai régimen
A medida que, en la segunda presidencia, se perfilá más militar de 1943-46, su apoyo a la Unión Democrática y su con­
claramente el Estado Justiciallsta, con sus pretenslones corpo­ tinua hostilidad a Perón du rante la siguiente década,
rativistas de organizar y dirigir grandes esferas de la vida so­ E! Partido Comunista intentá asumtr una posicián más
cial, política y económica, se torná evidente el papel oficialmente flextble que la de sus aliados de otra hora, Poco después de
asignado ai movlmlento sindical: incorporar a la clase trabajadora la vlctoria electoral peroilista, el PC dejó de caracterizar al pe­
a ese Estado. Los atractivos que ofrecía esa relaclón fueron ronismo corno una forma de fascismo, disolvió su aparato -sin­
grandes tanto para los dirigentes como para las bases, Se creó dical y ordená a sus militantes incorporarse a la CGT y sus
una vasta red de bienestar social, operada por el Mlnlsterio de ,sindicatos a fin de trabajar con las descamadas masas peronistas
Trabajo y Previslón, la Fundaclón Eva Perón y los propios sin­ y conquistarlas. 1• Pero tarnpoco e! comunismo fue capaz de re­
dicatos, Los dirigentes gremlales ocupaban ahora bancas en el ponerse dei errar político que había sido apoyar a la Unión De­
Congreso, eran habitualmente consultados por el gobierno acer­ mocrática, coalicián antiperonista, en las elecciones de 1946;
ca de una vartedad de problemas nacionales e ingresaban en ni fue capaz tampoco de ofrecer una alternativa creíble a las
el cuerpo diplomático en carácter de agregados laborales, 1• notarias ventajas que se derivaban de integrarse ai Estado pe­
Además, las ventaJas económicas concretas para la clase tra­ ronlsta, Si blen en e! plano local algunos militantes comunistas
bajadora resultaban claras e inmediatas, A medida que la in­ fueron capaces de conservar su credibllidad y de dirigir algunas
dustria argentina se expandia, Impulsada por incentivos estatales huelgas importantes, e! PC nunca puda desafiar la hegemonia
y una situación económica internacional favorable, los traba­ política dei peronismo en las filas sindicales, La importancia
,,
' Jadores se sintieron beneficiados, Entre 1946 y 1949 los sa­ de ese legado de cohesión política se aprecia rneJor si también
larios reales de los trabajadores industriales aumentaron un tornamos en cuenta la relativa homogeneidad racial y étnica de
53 por ciento, Aunque esos salarios reales declinaron durante la clase trabajadora argent'lna y su concentración en unos po­
la crtsis económica de los últimos anos del régimen, la proporción cos centros urbanos, principalmente el Gran Buenos Aires, Su­
de la renta nacional correspondiente a los obreros no se alterá, mados, estas factores contribuyeron a otorgar a la clase tra­
Entre 1946 y 1949 la parte de los salartos en la renta nacional bajadora argentina y su movirniento sindical un peso, sin pa­
subió del 40, 1 por ciento al 49 por ciento.' 7 ralelo en América Latina dentro de la comunidad nacional,

1
Si bien surgieron expresiones de oposicián de la clase tra-

1
26 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 27

Sin embargo, era también algo más. Era también un mo­


vimiento representativo de un cambio decisivo en la ccnducta
WS TRABAJADORES y LA ATRACCIÓN POLÍ11CA DEL PERONISMO
y las lealtades po!itlcas de la clase trabajadora, que adqutriõ
La relaclón entre los trabajadores y sus orgaruzaciones Y una vislõn política de la realidad diferente. Para comprender
el movtmiento y e! Estado peronistas _r esulta Pº: lo tanto in­ e! significado de esa nueva filiación política necesltamos examinar
dudablemente vital para Ia comprension dei penado 1943-55. cuidadosamente sus rasgos específicos y el discurso en e! cual
La inUmidad de esa relaclón ha sido tomada en general, por se expresõ, en vez de considerar ai peronismo como una lne­
cierto como dellnitorla dei carácter excepcional dei peronismo vitable expreslõn de insatlsfacciõn social y económica. Gareth
en e! 'espectro de Ias experlencia s populi stas lati110american Stedman Jones, ai comentar la renuencla de los histortadores
_ �s - i de fenômenos soclales a tomar suficientemente en cuenta lo
lCómo debemos interpretar la base de esa relacion y, adernas,
e! significado de Ja experlencia peronista para los trabajadores f político, observá hace corto tiempo que "un movlmiento político
peronistas? Las respuestas a estas preguntas han rec�azado no es slmplemente una manifestaclõn de mlserla y dolor: su
cada vez más las anteriores explicaciones, que ente'?-dian e! existencia se caracteriza por una convicción, común a muchos,
apoyo de los obreros a Perón en función de una d!Vision entre que articula una soluciõn política de la miserla y un diagnóstico
la vieja y Ja nueva clase trabajadora. Sociólogos co�o Gino político de sus causas".21 Por lo tanto, si bien e! peronismo re­
Germani izquierdistas que competian por las simpatias de la presentá una soluciõn concreta de necesidades materlales ex­

1
cJase tr�bajadora, e incluso algunos peronistas, explicaron la perimentadas, todavia nos falta comprender por quê la soluciõn
adhesión popular ai peronismo en términos de obreros migrantes adoptó la forma específica de peronismo y no una diferente.
sin experlencia que, incapaces de afirmar en su nuevo ambito _ Otros movlmientos políticos se habían preocupado por esas
urbano una propia identidad social y política e insensfüles a mismas necesidades y habían ofrecido soluciones. Incluso
las insutuciones y Ia ideologia de la ciase trabajadora tradicional. desde e! punto de vista programático habia muchas slmilltudes
se encontraron "disponibles " para ser utilizados por sectores fonnales entre e! peronismo y otras fuerzas políticas. Lo que
disidente s de la elite . Eso s proletarios tnrnaduros fu eron quie� es , necesltamos entender es el éxlto dei peronismo, sus cual!dades
según esa explicación, s e congregaron bajo la bandera peroms ta distintivas , la razõn por la cual su llamamlento político inspirá
en e! período 1943-46. 19 más confianza a los trabajadores: en suma, qué facetas tocõ
En Jos estudios revisionistas, e! apoyo de la clase trabapdora que otros no tocaron. Para ello necesitamos considerar seriamente
a Perón ha sido visto como e! lógico compromiso de los obreros e! atractivo político e ldeolõglco de Perõn, así como examinar
con un proyecto reformista dirigido por e: Estado que les pro­ la índole de la retórica peronista y compararia con la de qule­
metia ventajas materlales concretas. 20 Mas recientes, esos es­ nes le disputaban la adhesión de la clase trabajadora.
tudios no han presentado la lmagen de una masa pasiva ma­
nipulada sino la de actores, dotados de conciencia de cla�e ,
que procuraban encontrar un camtno realista para la satisfaccion ws trabq/adores como ciudadanos en la retórica
de sus necesidades fll.atetiales. En consecuencia, dentro de e�­ política peronista
te enfoque la adhesión política ha sido vista, ai menos imph­
citamente, como reductible a un racionalismo social y economlco E! atractivo político fundamental dei peronismo reside en
básico. Ese instrumentalismo tenía ai parecer e! respaldo dei su capacldad para redellntr la nociõn de cludadarúa dentro de
sentido común. Casi todos los que interrogaban a un peronista un contexto más amplio, esencialmente social. La cuestiõn de
sobre las causas de su apoyo a Perón recibían por respuesta la ciudadania en si mi sma, y la dei acceso a la plenltud de los
e! significativo gesto de palparse e! bolsillo donde _se lleva el derechos políticos, fue un a specto poderoso dei discurso pe­
dinero que simbolizaba un pragmatismo de clase bas1co, aten­ ronista, donde formá parte de un lenguaje de protesta, de gran
to a J�s necesidades de dinero y a su saUsfacción. No hay duda resonancla popular, frente a la exclusiõn política. Algo dei po­
de que e! peronismo, desde e! puntct de vista de los trabajadores, der de esos componentes dei lenguaje político peronista se orl­
fue en un sentido fundamental una respuesta a las dillcultades gmó en que ya formaban parle dei Jenguaje tradicional de la
económicas y la explotación de clase. política democrática, que demandaba lgualdad de acceso a los
28 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 29
l
derechos politlcos. Esa tradición ya se había. encarna_do prtn­
cipalmente en la Unlón Cívica Radical y su hder H!pollto Yrl­
1
í
conservador. Tal fue particularmente el caso dei Partido Radical,
que ai cabo de un periodo de abstenclón prlnclplsta, entre
goyen. Antes de 1930. el Partido Radl_cal habia mov!l!zado_ a las
dases medias urbanas y rurales. as1 como a una pareio': no
'
í
1931 y 1936, se retncorporó a la cont!enda política, bajo la dl­
recclón de Marcelo T. de Alvear, con el fin de actuar como opo­
pequena de Ias dases humildes urbanas, con una retorl�a i slclón leal a un sistema político dei que e! radicalismo sabia
donde prevalecian los símbolos de una lucha contra la oligarqma que Jamás podria desplazarlo. La crtsls de legltirnldad se ex­
y con un lenguaje tradicional acerca de la ciudadania y los de­ tendló entonces mucho más aliá de la elite conservadora mls­
rechos y obllgaclones de carácter polit!co.22 E! peronismo era ma y fue un tema constantemente reiterado por la propaganda
lo bastante ecléct!co como para postular su derecho a elementos peronlsta en 1945 y 1946. En la campana previa a las elecclones
de ese legado yrlgoyenista y apoderarse de ellos.23 de 1946, e! órgano oficial dei Partido Labortsta expresó así ese
En parte, además, la fuerza de ese tnterés por los d�rechos concepto:
politlcos de la cludadania se ortgtnaba en la foja de escandalos
de la "década tnfame" que slguló ai derrocamlento de Yrlgoyen "Los viejos y tradlclonales partidos desde hace var!os anos de­
por los militares en 1930. 24 En la "década Infame", que en rigor Jaron de ser Intérpretes dei pueblo para serio en círculos y cenáculos
se extendió desde 1930 hasta e! golpe mil!tar de 1943, se asls­ de evidente matiz impopular, sordos y clegos a las lnquletudes de esa
Uó a Ia reimposlclón y e! mantenimiento dei poder político de masa que llaman en su auxilio cuando se trata de elecclones. ''29
la elite conservadora mediante un sistema de fraude y corrupclón Stn embargo, la atracclón ejerclda por e! peronismo sobre
lnsutuclonal!zados. Era la época dei "ya votaste, rajá pronto
para tu casa", impuesto por los matones a sueld� de los co­ los trabajadores no puede expllcarse slmplemente en funclón
mllés conservadores." En Avellaneda, Alberto Barcelo controlaba de su càpacldad para articular exlgenclas de partlclpaclón po­
la tnclplente zona tndustrial con ayuda de la policia, de su ma­ lítica y pleno reconocimlento de los derechos de la cludadania.
Formalme'nte, los derechos asociados a esas reclamaciones -su­
quinaria política, dei hampa y los votos de los muertos, tal co­ fraglo universal, derecho de asoclaclón, lgualdad ante la ley­
mo lo venia haclendo, en gran medida, desde la Pnmera Gue­ exlstían desde hacia largo tlempo en la Argenttna. La Ley
rra Mundial. 26 En el resto de la provincia de Buenos Aires, el Sáenz Pena, que establecló e! sufraglo universal masculino en
gobernador Manuel Fresco coordtnaba un aparato similar de 1912, slguló en v!gencla durante la "década tnfame". Similar­
favor!Usmos y corrupclón. La única lsla de relativa rectltud po­ mente, en la Argentina existia una sólida tradlclón de lnstltuclo­
lítica era Ia Capital Federal, donde rara vez se hacia fraude. La nes soclales y políticas representativas. La formulaclón por el
corrupción política dia un Unte de degeneración s_oclal a la eli­ peronismo de demandas democráticas era, por lo tanto, la exi­
te tradicional, protagonista de una serie de escandalo"., apa­ gencia de restablecimiento de derechos ya anteriormente reco­
rentemente tnterminable en los que lntervenían figuras publicas nocldos. Más aún, Perón no tenía el monopol!o de este discurso
y grupos económicos extranjeros, eplsodlos que los nacientes contra la excluslón política. Por clerto fue e! mismo lenguaje
grupos nacionalistas condenaron en muchas oport1:1n1dades. 27 que sus adversarias de la Unlón Democrática utll!zaron contra
Asimlsmo, esa corrupclón Institucional alimento un vasto é!, acusándolo de representar un sistema cerrado y antidemo­
cinismo público. En las palabras de un autor, "era una corrupclón crático, y fue aslmlsmo el discurso que conttnuaría constltuyendo
que hacia escuela". 28 El malestar político y moral acarreado la base de la oposlclón política a Perón durante todo su ré­
por esta slluaclón engendrá una notaria crlsls de la conflanza
1' que tnsplraban las lnstltuclones políticas establecidas y de la
creencla en su legltlmldad. E! peronismo puda, en consecuencla,
gimen y después de su caída. Finalmente, en e! sentido de que
se referia a la cuestión general de la cludadanía, no era un lla­
mamlento dirigido específicamente a los trabajadores sino, por
reunir capital político denunciando la hlpocresía de un sistema
_ deflnlclón, a todos los votantes cuyos derechos habían sido
democrático formal que tenía escaso contenldo democratlco violados.
real. Por anadldura, el peso de las acusaclones peronlstas con­ E! éxlto de Perón con los trabajadores se explicá, más
tra ese sistema fue acrecentado por el hecho de que Incluso bien, por su capacidad para refundir e! problema total de la
aquellos partidos fonnalmente opuestos ai fraude en la década c!udadanía en un molde nuevo, de carácter social. 30 El discurso
1930-40 fueron vistos como comprometidos con el réglmen peronista negá la valldez de la separaclón, formulada por el li-

1
30 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 31

beralismo, entre el Estado y la política por un lado y la socie­ No hay duda alguna de que esta clase de retórica tocó una

1 fibra senslble de los trabajadores que acababan de sallr de la

1
dad civil por otro. La ciudadania ya no debia ser definida mas
simplemente en función de derechos individuales y re }aciones década infame. En el prlmer acto público organizado por la
dentro de la soctedad política, sino redefinida en funcion de la CGT para respaldar a Perón contra el creclente ataque opositor,
esfera económica y social de la sociedad civil. En los térm!nos en julio de 1945, Manuel Pichei, delegado de aquel organismo
de su retórica, luchar por derechos en e! orden de la pohtlca gremial. aflrmó:
implicaba lnevltablemente cambio social. Más aún, ai �ubray'.'r
constantemente la dimenslón social de la ciudadarua, Peron "No basta hablar de democracia. Una_ democracia defendida por
desafiaba en forma explicita la validez de un concepto de de­ los capitales reaccionarios no la queremos, una democracia que sea
un retomo a la oligarquia no la ausplciaremos.":14
mocracia que la limitaba al goce de derechos políticos formales.
y a la vez ampliaba ese concepto ha�ta hacerlo inc.l�lr en Mariano Tedesco. dirigente textil, recordá algunos anos
la particlpación en la vida social y economlca de la nac10n. En después que
parte esta se rellejó en la reclamación de 1;na democracia que
incluyera derechos y reformas sociales, as1 como en_ una ac­ "la gente en 1945 ya estaba cansada. Durante aflos y anos le habían
titud que trataba con esceplicismo las demandas pohhcas for­ enganado su hambre atrasada con cancJones sobre la llbertad". 35
muladas en la retórica dei liberalismo formal. Esta se tomo_ dei
todo patente en la campana electoral de 1946. E! llamamiento Análogamente, el escepticismo con que eran recibidos los
político de la Unión Democrática se expresó poco menos que símbolos formales del liberalismo se toma patente en una
totalmente en e! lenguaje de las consignas democráticas liberales. anécdota que Julio Mafud recuerda del afio 1945. Según Ma­
En los discursos y manlfiestos políticos no hubo virtualmente fud, un grupo de lrabajadores fue Interrogado acerca de si te­
mención alguna dei tema social. En cambio,_ se encuent,:a un mían por la existencia de la libertad de palabra en caso de que
discurso político totalmente estructurado en terminas de liber· Perôn triunfara en las elecciones venideras. Le contestaron:
tad", "democracia", "la Consutución", "elecclones libres", "libertad "La libertad de expresión es cosa de ustedes. Nosotros nunca
de palabra", y demás.31 la hemos tenido".36
Perón, en cambio, constantemente recordaba a su p_úblico Más fundamentalmente aún, la refundición por Perón del

1
que tras la fraseologia dei liberalismo habia un_a divisl�n so­ tema de la cludadania lnvolucraba una vlsión distinta y nueva
cial básica · y que una verdadera democracia solo podna ser del papel de la clase trabajadora en la sociedad. Tradicionalmente.
construida si se enfrentaba con justlcla esa cuestlón social. el sistema político liberal en la Argentina, como en otras par­
En un discurso de Julio de 1945, en que contestó las crecientes tes, habia reconocido la existencia política de los trabajadores
exigenclas de elecciones formuladas por la opqsición, dijo: como atomizados ciudadanos individuales dotados de una for­
mal igualdad de derechos en el campo político, pero ai mismo
"SI algunos plden Ubertad, nosotros tamblén la pedimos [... J tiempo habia rechazado, u obstaculizado, su constitución co­
pero no la libertad dei fraude [ ... J. NI tampoco la Ubertad de vender mo clase social en ese campo. Ciertamente fiel a la separación
1 el pais n1 la de explotar ai pueblo trabajador.•,.
liberal entre Estado y sociedad civil, aquel sistema habia ne­
Luis Gay, secretario general dei Partido Laborista, se hizo gado que fuera legítimo transferir al terreno político la identidad
eco de ese concepto en e! discurso que pronunció al proclamarse social construida en tomo dei conllicto en el nivel social.
formalmente la fórmula presidencial peronlsta en febrero de Entendia que toda unidad, cohesión social y sentlmlento de
1946: intereses distintos que se hubiera alcanzado en la sociedad ci­
vil debian disolverse y atomlzarse en e! mercado político, don­
"La democracia política es una mentira por si sola. Únicamente de los cludadanos particulares podian, por intermedio de los
es una realldad cuando va efectivamente acompaflada por una es­ partidos políticos, inllulr sobre el Estado y asi reconciliar y
tructuraclón económica de la socledad, que la haga posible en el te­ equilibrar los lntereses que existen en reciproca competencia
rreno de las realizaciones prácUcas. Mienten qulenes no hagan suyo en la socledad civil.
este concepto y sólo hablan de la Constituclón y de la libertad que El radicalismo, pese a toda su retórica sobre "e! pueblo"
ellos desvirtuaron y negaron hasta el 3 de Junlo de 1943."33
32 DANIEL JAMES LOS A..'ITECEDENTES 33

y la "oligarquia", nunca cuestlonó los sup':'estos dei sistema como una presencia lrreductible, social y, por lo tanto, polílica.'9
político liberal. Más aún, su maquinaria pohtica, basada en el Sin duda alguna, la retórica peronista contenía fuertes
favoritismo personal y estructurada en tomo.. de Jefes ..locales, elementos de caudllllsrno personalista, poco menos que místico,
estaba en la poslción ideal para actuar corno vendedor de las asociados a las figuras de Perón y Evita. Esta resultá en parte
exigencias de los ciudadanos indlviduales en el mercado po­ de las distintas necesidades políticas de Perón y e! peronismo
l ítico." E! peronismo, en cambio, fundaba su llarnarnlento en diferentes momentos. Desde una posición segura en el po­
político a los trabajadores en un reconoclmiento de la clase der estatal, Ia necesidad de subrayar la autonomia organizativa
trabaj adora corno fuerza social proplarnente dlcha, que so!Jcitaba , 1 y la cohesión social de la clase trabajadora era notortarnente
reconocirnlento y representación corno tal en la vida pohtica de menor que en el periodo de lucha política previa a la conquista
la nación. Esa representación ya no había de rnaterializarse de ese poder. Incluso durante el período antertor a 1946 los
slmplernente mediante el ejerclcio de los derechos forrnales _ de elementos personalistas de la atracción política peronlsta se
la ciudadarúa y la rnediaclón primaria de los partidos p �líticos. encontraban presentes, como lo prueba la arrolladora consigna
En vez de ello, la clase trabajadora, corno fuerza social autonorna, "1Perón, Perón!" insistentemente voceada en la movilización
había de tener acceso directo y por cierto privilegiado ai Es- del 17 de octubre de 1945. Sin embargo, aun en el punia más
tado por interrnedio de sus sindicatos. . alto de la adulación a Evita y del creciente culto, patrocinado
El carácter excepcional de esa visión de la integracion P?­ por el goblemo, ai poder personal de Perón durante la segunda
lítica y social de la clase trabajadora en la Argentina de la de­ presidencia, este elemento personalista no se hizo presente a
cada J 940-50 se toma más patente si examinamos la rnanera expensas de una continua aflrrnaclón de la fuerza social y or­
distintiva en que Perón se dlrigió a los trabajadores en los dis­ ganizativa de la clase trabajadora,
cursos que pronunciá en la campana electora! de 1945-46 Y Esta afirrnación de los trabajadores como presencia social
después." A diferencia del caudillo o cacique pohtico tradicional, y su lncorporación directa ai manejo de la cosa pública supo­
el discurso de Perón no se dirigió a los obreros corno individu_os nía obviamente un nuevo concepto de Ias legítimas esferas de
atomizados cuya única esperanza de lograr coherencia sacia!, lnterés y actividad de la clase obrera y sus instituclones, Esta
y significado político en su vida radicaba en estrechar Jazos se hizo patente sobre todo en la aflrrnación, por parte de Pe­
con un líder capaz de interceder por ellos ante un Estado to­ rón, de que los trabajadores tenían derecho a interesarse por
dopoderoso. En cambio Perón les habló corno a una fuerza s�­ el desarrollo económico de la nación y a contribuir a determinaria.
i cial cuya organización y vigor propios eran vitales para que el
pudiera afirmar con éxlto, en e l pla�o de) E:stado, lo� derechos . 1
Las cuestiones de la industrtalización y del nacionalismo eco­

1
nómico, factores clave de la atracción ejercida por e! peronismo,
de ellos. Él era sólo su vocero, y solo podia tener exito en la debían ser situadas en el marco de esa nueva vlsión dei papel
medida en que ellos se unieran y organizaran. Continuamente de los obreros en la sociedad. La retórica peronista era lo bas­
subrayó Perón la fragilidad de los individuas y lo arbitraria dei tante abierta como para absorber las fibras de pensamiento
destino humano, y por lo tanto la necesidad de los trabajadores nacionalista existentes. Algunas de ellas se remontaban, tarnbién,
de depender solamente de su propia voluntad para rnatertalizar al legado yrtgoyenlsta, en particular el conflicto con las compafüas
sus derechos. En el marco de esta retática, por consiguiente,
l
.) petroleras extranjeras durante los últimos anos de Yrtgoyen en
el Estado no se llrnitaba a ser un dispensador todopoderoso de
'-·l
el poder. Otros elementos fueron tomados a los grupos de in­
recursos apetecidos que los distribuía -por interrnedio_ de su telectuales nacionalistas que afloraron en la década 1930-40
instrumento elegido, e! líder- a individuas paslvos. Mas bien y cuyas ideas influían sobre los militares. Por ejemplo, términos
e! Estado era un espaclo donde las dases -no los individuas como "cipayo" y ''vende-patrta" se incorporaron al lenguaje po­
aislados- podían actuar política y socialmente unas junto con lítico peronista para designar aquellas fuerzas que deseaban
los otros para establecer derechos y exigenclas de orden cor­ mantener a la Argentina dentro de la órbita económica de los
porativo. Según este discurso el árbitro final d� ese proceso Estados Unidos y Gran Bretaiia como proveedora de productos
podia ser el Estado, y en definitiva la fig ;1ra de Peron identtficada agropecuartos. 40 Tal lenguaje se tomá simbólico de una puja
con el Estado, pero éste no constltma a esos grupos com� hacia la industrtalización, proceso que debía ser guiado y su­
fuerLaS soclales, pues ellos tenían cierta independencia, as1 pervisado con arreglo a la meta "Argentina potencia", en vez
34 DANIEL JAMES í
1
1
LOS ANTECEDENTES
35

de la "Argentina granja" postulada, según los peronlstas, por agropecuaria tradicional como 1 1
sus adversarias. oc Club, deb_illtaba ·_la cred1iu�C:� d� Ss��
El êxito de la identificación de Perón mismo con la creación fa �dustrializaclon. Ana i!!/;::i�� : 0�
de una Argentina industrial, así como la atracción política logamente su estrecho ne
emb'.'Jador norteame�cano no fort�lecía n
ejercida por esa simbolización, no residia primordialmente en ocion por la soberama nacional y la !ndelapend creenc!a :� �� d;!
los términos programáticos. Dados el evidente interês de una encia econômica

r
i cuanto a imagen. hacia ftnes
fuerza de trabajo industrial emergente por la cuestión de la in­ de la campana electoral d�

1
! � era un hecho establec!do la !dentiflcac!ón de!
dustrialización, así como la vigorosa autoidentiflcación del pe­ con46e pro�reso industrial y social y peronismo
ronismo con este símbolo y su posterior monopolio del lenguaje no se tr�to exclusivamente de un prob con la modemid d . P ro
del desarrollo económico, resultaria tentador explicar ese êxito clones publicas. M_ás fundamentalmentelema de lmagenª · �
en función de un interês, tambiên monopólico, de Perón e n ese en :1 apoyo de Peron a! desarrollo Industria . la clase obreia. ';;ef�
programa. Sin embargo, en lo que se refiere a planes políticos ,. Sl mlsma como agente en la esfera pública.l un papel vital pa­
y compromisos formales, la identificación del peronismo con la �P ll ada, que_ e! peronismo !e ofrec considerablemente
induslrialización y de sus adversarios con una Argentina agro­ ía como campo de activldad
En etecto,
, Peron por clerio establecía como premisa del conc
pecuaria estaba lejos de ser exacta. Con diversos énfasis y no mismo de desarrollo industrial la plena partl ept�
sln irregularidad en el compromiso adoptado, sólo muy pocos se trabaJadora en la vida publica y Ia justicia clpac ión de la ela­
de los principales partidos argentinos negaban, en la década ensa';'iento, la lndustrialización ya no era social. En su
1940-50, la necesidad de alguna suerte de industrialJzación j0 habia sido antes de 1943, al preci concebible como
o de Ia
patrocinada por el Estado. Mediante el Plan Pinedo, de 1940, de la elas� trabajadora. En un discurso queextrem pro
a expl�tación
nunciá durante
el sector más articulado de la elite conservadora había afirmado I a campana electoral. Perón afirmá:
su reconocimiento de la irreversibilidad de la industrialización.
También el Partido .Radical había adoptado una actitud cada "fn definitiva: la Argentina no puede estancarse en el rttmo
vez más favorable a la industrialización, y su ala yrigoyenista somno lento a que la condenaron cuantos se lanzaron a vlvlr a sus
aprobó en abril de 1945, en la Declaración de Avellaneda, un costillas. La Argentina ha de recobrar el pulso firme de una Juventud
proyecto económico tan industrialista, en cualquiera de sus san a Y de una sangre llmpia. La Argentina necesita la aportaclón de
expresiones, como el de Perón. También la izquierda. encarnada es ta sangre Juvenil de la clase obrera:•-t2
por los comunistas y socialistas, había recurrido persistente­
mente a una retórica antiimperialista durante la década 1930- . En la retórica peronisla, la Jusllcia social y Ia soberania
40.41 nac1�nal eran temas verosímilmente interrelacionados antes que
La verdadera cuestión en Juego en la década 1940-50 no consignas abstractas meramente enunciadas.
era, en consecuencia. tanto industrializaciõn versus desarrollo
agrario como lntervención estatal versus laissezjaire. Más
bien se trataba del problema de los distintos significados po­ Una visión digna de crédito: carácter concreto y creible
tenciales de la industrialización, es decir los parámetros sociales dei discurso político de Perón
y políticos con arreglo a los cuales ese proceso debía operarse.
Perón tuvo la habilidad de definir esos parámetros en una for­ La cuestión de la credi ?ilidad es decisiva para comprender
ma nueva que atrajo a la clase obrera. así como la habilidad tanto la exitosa identiflcacion, efectuada por Perón, de sí mis­
de abordar este problema en una forma que, particularmente mo c?n ciertos s ÍI:'bolos importantes, por ejemplo Ia tndustria­
creíble para los trabajadores, le permilió apropiarse del tema lizacion, como, mas en general, el impacto político de su dis­
y el sirnbolo del desarrollo in.dustrial y convertirlo en un arma curso sobre los trabajadores. En el ensayo a que ya nos hemos
política mediante la cual pudo diferenciarse de sus adversarios. referido. Gareth Stedman Jones sefiala que para tener êxito
El êxito de esta apropiación fue, en alguna medida, cuestión "un vocabulario político particular debe proponer una alternativa
de cómo se la percibiera. Ciertamente, el vlnculo entre los ri­ general capaz .de inspirar una esperanza factible y proponer a
vales políticos de Perón en 1945-46 y los bastiones de la elite la vez un med10 de realizarla que, siendo creíble, permita a los
posibles reclutas pensar en esos lérminos".43 El vocabulario
36 DAl"\flEL JAMES 37

dei peronismo era a la vez visionario y creible. La credibilidad dei peronismo como vehículo para realizar sus aspiraciones. El
arraigaba en parte en la índole lnmedlata y concreta de esa re­ nacionali�mo de la clase trabajadora era invocado principalmente
tórica. Esto lnvo!ucraba la llrnitación de las çonslgnas políticas en funclon de problemas económicos concretos.
abstractas a sus aspectos materiales más concretos. Según ya !' �or aiiadidura, la credibilidad política que el peronismo
vlmos. esa retórica contrastá nitidamente, en los decisivos ofrecia a los trabajadores se debía no sólo a lo concreto de su
anos 1945-46, con e! Jenguaje de alta abstracción empleado '' i1 retórica, sino también a su inmediatez. La visión peronlsta de
por los adversarias de Perón. Si bien Perón fue capaz de ser- una sociedad basada en la J ustlcia social y en Ia integración
manear desde la altura. sobre todo después de alcanzar la pre- 1i social y política de los trabajadores a esa socledad no estaba
sidencia. y de acuerdo con la audiencia a que se dirigiera, sus sujeta ai previa cumplimiento tle premisas -como lo estaba por
1 discursos a los obreros en el periodo irúcial tuvieron un tono
único en ese momento.
eJemplo en el discurso político izqulerdista tales como trans­
fonnaciones estructurales abs.tractas de largo plazo. ni lo es­
f·\. taba a la gradual adquisición en alguna fecha futura de · una
Por ejemplo, se encuentran estructurados en un lenguaje
claramente distinto dei empleado por e! radicalismo clásico, conciencia apropiada por parte de la clase obrera. La doctrlna
que abundaba en densas generalidades sobre la renovación peronista tomaba la conciencia, los hábitos, los estilos de vida
nacional y la vlrtud cívica. La terminologia radical de "la oli- y los valores de la clase trabajadora tales como los encontra­
garquía" y "el pueblo" seguia presente. pero ahora era habi­ f ba y afirmaba su suficiencia y su validez. Glortficaba lo co­
tualmente definida con mayor precisión. Perduraba su empleo tidiano_ y lo común como base suficiente para la rápida con­
de categorias generales que denotaban e! bien y el mal, o sea secucion de una sociedad Justa. con tal de que se alcanzaran
los que estaban por Perón y los que se oponian a é!, pero ahora cierias metas fáciles de lograr y evidentes por si mismas. Pri­
esos términos eran con frecuencia concretados, a veces como mordialmente esto signlficaba apoyar a Perón como Jefe de Es­
ricos y pobres. a menudo como capitalistas y trabajadores. Si tado y mantener un fuerte movimiento sindical. En este sentido,
bien se hablaba de una comunidad indivisible -simbolizada la atracción política dei peronismo era esenclalmente plebeya:
por "e! pueblo" y "la nación"-, la clase trabajadora recibía un ignoraba la necesidad de una elite política particularmente ilu­
papel implícitamente superior en esa totalidad y con frecuencia minada y reflejaba e inculcaba un profundo antiintelectualismo.
se la erigia en depositaria de los valores nacionales. E! "pueblo" .L� glorificación de estilos de vida y hábitos populares ln­
muchas veces se transformaba en "e! pueblo trabajador", de ,, , volucro un estilo y un idioma políticos bien a tono con Ias sen­
modo que "e! pueblo", "la nación" y "los trabajadores" eran ln· sibilidades populares. Fuera asumiendo simbólicamente la ac­
tercambiables entre si. Utud de "descamisado" en una reunlón política, fuera con la
Similar negación de lo abstracto puede encontrarse en e! ., , clase de imaglnería que empleaba en sus discursos Perón te­
llamamiento peronlsta en favor dei nacionalismo económico y nía una especial capacidad. que a sus rivales les raitaba, para
político. Desde e! punto de vista de la construcción formal. por comunicarse con sus audiencias obreras. El poeta Luis Franco
e! Estado, de la Ideologia peronlsta. categorias como "la nación" · observá en Perón una "aflnidad de espíritu con las letras de
y "la Argentina" recibían un significado abstracto, místico." tango"." Su habilidad para utilizar esa afinldad con el fln de
Sln embargo, en los discursos que Perón dirigió específicamente establecer un nexo con su público se manifestá con claridad
a la clase obrera, particularmente en e! período inicial, pero en e! discurso que dirigió a la multitud reunida en Ia Plaza de
también después, se advierten pocos de los elementos místicos Mayo e! 17 de oclubre de 1945.
e irracionales de la ideologia nacionalista. Esos _discursos no
se interesaban mayormente por las virtudes lntnnsecas de la r . Hacia el final de ese discurso Perón evocá a su madre, "mi
vieja":
"argentinidad" ni por los antecedentes históricos de la cultura
"criolla" que hallaban expresión en una nostalgia evocadora de '"Por eso hace poco les dije que los abrazaba como abrazaria a
alguna esencia nacional desaparecida largo tiempo atrás. Esas t mi madre. Porque ustedes han tenldo los mismos dolores y los
preocupaciones estaban reservadas de hecho, principa lmente,, í mismos pensamientos que m1 pobre vleja habrâ sentido en esos
a intelectuales de clase media pertenecientes a los d !versos dias. "46

grupos nacionalistas que procuraban. con escaso éxito, seivirse
,
38 DANIEL JAMES ;
r LOS ANTECEDENTES 39

La referencia parece gratuita, parece la fraseologia vacua "�a parte del pueblo que vive su resenUmiento, y acaso para su
de alguien que no encuentra nada mejor que decir. Sin embargo, n�se�tirnle�to se desborda en las calles. amena.7..a, atropella, asalta
_
alli identificamos el eco de un importante tema sentimental de d1anos. pers1gue en su furta demoníaca a los proplos adalides
las letras de tango: la pobre madre dolorida, cuya congoja sim- 1; permanentes y responsables de su elevación y dignJficación. "49
baliza la congoj a de sus htjos, de todos los pobres. La iden'
tificación, efectuada por Perón, de su propia madre con los po' Tras este tono de temor, frustración y moralización había
bres. establecía una identidad sentimental entre él mismo y su 1 un discurso �irigido a una clase trabajadora abstracta, poco
audiencia, nota patética que resonaba en la sensibilldad de la · menos que miUca, El peronismo, en cambio, estaba dispuesto,
cultura popular argentina dei momento." También resultá sig' en particular durante su periodo inicial, a reconocer e incluso
nificativo que el discurso terminara con otra nota "tanguera": glorificar a trabajadores.
Perón recordá a su público, en el momento en que se disponía AI comparar el enfoque político de Perón con el de sus ad­
a abandonar la plaza: versarias no es posible menos que recordar el comentaria de
Err:st Bloch acerca de la apropiación, por los nazis, de las sim­
"Recuerden que entre todos hay numerosas mujeres obreras patias que los socialistas y comunistas tenían entre los obreros:
que han de ser protegidas aqui y en la vida por los mismos Lo� nazis hablaban falsamente, pero a la gente; los comunistas
obreros. "48 decian la verdad, pero hablaban de cosas".•º
La capacidad de Perón para apreciar el tono de la sen­
El tema de la amenaza a las obreras, y de la necesidad de sibilldad de la clase trabajadora y los supuestos con que ésta
proteger a sus mujeres, era un tema constante dei tango y se manejaba se rellejó también en otros terrenos, La retórica
otras formas de cultura popular. peronista, por ejemplo, incluía un reconocimiento tácito de la
Que Perõn estructurara en ese lenguaje su llaman1ienlo inmutabilldad de la desigu�ldad social, una resignada aceptación,
político hoy a menudo nos parece. y por cierto les pareció a . ; dlctada por el sentido comun, de la realidad de las desigualdades
los críticos de su tiempo, un remanente de la condescendencicl sociales y económicas, un reconocimiento de lo que Pierre
paternalista propla de la tradicional figura dei caudillo. Su fre; . Bourdieu denominá "un sentido de los lirnites".51 Los remedias
cuente empleo de versos de Martin Fien-o y su uso deliberado. propuestos para mitigar esas desigualdades eran plausibles e
de términos del lunfardo puede extranar a la sensibilidad ac­ inmediatos. En un discurso que pronunciá en Rasaria en agos­
tual. Sin embargo, debemos ser cuidadosos al apreciar el to de 1944, Perón pusa de relieve e! carácter razonable, eviden­
1 ' impacto de su capacidad para manejar un idioma que rellejaba te por si mismo, de su llamamiento, es decir, la realidad mun­
la sensibilidad popular del momento. En relatos efectuados , dana que había tras la retórica abstracta de la igualdad social:
por observadores y periodistas en los decisivos anos iniciales .
del peronismo, encontramos con frecuencia los adjetivos "cha­ "Queremos que desaparezca de nuestro país la explotación del
bacano" y "burdo" para descrlbir e! estilo de expresarse de Pe­ hombre por el hombre y que cuando ese problema desaparezca
rón y sus partidarios, calificativos que denotan una cualidad igualemos un poco las dases soclales para que no haya como he
dicho ya en este pais hombres·, demasiado pobres n1 demasiado
grosera, propia de un rústico. Sin embargo, no son epítetos ricos. "62
que los peronlstas hubleran rechazado necesariamente.
No hay duda alguna de que esa capacidad para reconocer, Este realismo suponia una vislón politica limitada. pero
rellejar y promover un estilo y un idioma políticos y populares no descartaba resonanclas utópicas; slmplemente lograba que
basados en e! realismo plebeyo contrastaba nítidamente con e! esas resonancias -un anhelo de igualdad social, de que se pu­
llamamiento lanzado por los partidos políticos que tradicio­ siera ftn a la explotación- resultaran más creíbles para una
nalmente representaban a la clase obrera. El tono adaptado clase trabajadora imbuida, por su experlencia de la década In­
por éstos frente a la efervescencia de los trabajadores al pro­ fame, de cierto cinismo frente a las promesas políticas y las
mediar la década 1940-50 era didáctico y parecia dirigirse a un consignas abstractas. Más aún, la credibilidad de la visión po­
público moral e intelectualmente inferior. Tal fue particularmente lítica de Perón, la practicabilidad de la esperanza que ofrecía,
el caso del Partido Socialista. Su análisis de los eplsodlos del eran afirmadas a diario por las acclones que él ejecutaba desde
17 de octubre es ilustrativo de su actiluà y su tono:
40 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 41

el plano dei Estado. La conflrmación de las soluciones que experimentada por muchos trabajadores como un tlempo de
ofrecia no dependia de algún futuro apocallpsls. sino que se frustración y humillaclón profundas, sentidas colectlva e Indi­
la podia verillcar bastante dlrectamente a la luz de la actlvidad vidualmente.
y experiencia políticas de cada dia. En 1945 ya había em• Si blen carecemos de un Informe detallado y amplio de los
pezado a circular entre los trabajadores la consigna que había elementos que conflguraban e! uruverso social de la clase tra·
de simbolizar esa credibilldad: "jPerón cumple!" bajadora dei período preperorusta, -pruebas consistentes en
anécdotas, testlmonlos personales, formas culturales popula·
res . y extractos biográficos sobre obreros pueden aportamos
EL HERÉTICO IMPACTO SOCIAL DEL PERONISMO fragmentos ilustrativos de la lmagen total. La dureza de las
condiciones de trabajo y la disciplina testlmoruada por la ma•
EI peronismo signlficó una presencia social y política yoría de los observadores de aquel período tuvo Impacto sln
mucho mayor de la clase trabajadora en la sociedad argentina. duda alguna sobre la clase trabajadora en general. Por ejemplo,
EI impacto de este hecho puede ser medido. en términos lns· en las memorias donde relata sus experiencias como organizador
utucionales, por referencia a factores tales como la relaclón in• de los obreros de los frtgoríficos de Berisso. en las décadas
tlma entre goblemo y sindicalismo durante la era de Perón. la 1930-40 y slguiente, Cipriano Reyes senala que
maslva ampllaclón dei gremialismo y e! número de parlamentarios
de extracclón gremial. Estos soo factores de fácil demostraclón "la empresa era duefla de las vidas y las haclendas de sus obreros.
empírica y en más de un caso estadístlcamente mensurables. Unos cuentenlks, Je digo esto como ejemplo, andaban por las casas
Sln embargo, existleron otros factores que es preciso tener en vcndiendo ropa en cuotas. Cuando un obrero no pagaba iban a ver
cuenta ai evaluar el significado social dei peronismo para la · ai Jefe dei personal dei frtgorífico y entonces el moroso era suspendido.
clase trabajadora, factores mucho menos tangtbles y mucho La vigllancla era lncreíble, estaba todo controlado". 54
más dlficiles de cuantlflcar. Nos referimos a factores como e! Probablemente. un contrai de estas características fuese
orgullo. e! respeto proplo y la dlgnidad. más duro en comunidades obreras dominadas por una sola
empresa grande, como un frigorífico. Sin embargo, las condiciones
SOC!ales que reflejaba esa sltuaclón de domlnlo por el empleador
Signifkado de la década infame: respuestas no estaban confinadas ai caso extremo de la cludad·empresa.
de la clase obrera Angel Perelman recuerda haber dejado la escuela primaria a
los 10 anos para entrar en un taller metalúrgico de la Capital
Para evaluar la lmportancla de esos factores debemos vol· Feder al. donde trabajaba
ver a la década Infame. pues fue sln duda alguna el punto de
referencia en relación con el cual los trabajadores midleron su "Jornadas stn horarto [... ) la hora de salida la Ojaba e! patrón. Toda
experiencia dei peronismo. La cultura popular de la era peronista la feli cidad para una familia obrera consistia... en conservar e!
fue dominada por una dicotomia temporal que contrastaba el lrabajo".
presente peronlsta con e! pasado reciente. Según lo observa
Ernesto Goldar en su anállsis de la flcclón literarla popular pe· Los anos trelnta, recuerda Perelman,
ronista, esa dicotomia fue acompanada por un correspondie nte
contraste de valores asociado ai "hoy" de 1950·60 y ai "ayer" 'cnu, los tlempos de los desesperados, de los lngcrúosos y de las
de 1930-40.53 Algunos de esos contrastes evaluatlvos se referían P<,queru,s raterías".56
a los cambias soclales concretos conectados con el mayor ble·
nestar social, el aumento de los salarlos y la eficaz organtzac!ón <;)tro autor, ai comentar las condiciones generales de la sl­
gremial. Sin embargo, otros se relacionaban con un campo so· tuaCló n laboral en la mlsma época, dice:
eia! más amplio y más personal, ai margen de los mejoramientos
alcanzados en la línea de producción. el paquete salarial o el AI �edo a la desocupación en esa época llcva a la humllladõn.
sindicato. Esto sugtere claramente que la década infame fue y no hablar, la falta de acciones de defensa elementales
llev-a a la decllnacló n- moral, ai esceptlclsmo. Dentro de una fãbrtca,


►-

42 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 43

de un estableclmlento, el obrero estaba solo, desintegrado de toda a la grabaclón en el mercado de consumo y los teatros y
conclencla social. "56 salones de baile de la zona céntrlca de Buenos Aires. También
parece probable que e! elemento bohemlo, que slempre había
Aunque generalizaclones tan tajantes sobre la decllnaclón constltuldo parte importante dei tango, reclblera mayor realce
moral y el cinismo que habrían caracterizado la actltud de la a medida que las letras provlnleron cada vez más de la baja
clase obrera en la década 1930-40 deben ser tomadas con clase media urbana. Clertamente, e! desesperado lamento que
cautela, existe una prueba que tlende a apuntar en la mlsma proflere Dlscépolo en su gran tango Cambalache, escrito en
dlrecclón. 1935, dçmde dice que "todo es Igual, nada es mejor, lo mismo
Algunos de los indlclos más reveladores ai respecto pueden un burro que un gran profesor", suena a desencanto de un
obtenerse en formas culturales populares, en particular el educado mlembro de la clase media cuyo mérito la socledad no
tango. E! universo social pintado en los tangos de la década reconoce. Las letras de la década Infame tamblén carecen de
1930-40 era universalmente sombrio. Los temas tradlclonales algo dei optimlsmo y e! compromlso social que hay en algunos
dei tango s!guleron presentes -la tralclón amorosa, la nos­ tangos de la era anterior. De una u otra manera, la lnmensa
talgia de un pasado más simple centrada en tomo de la popularidad de esos tangos en la clase trabajadora de Buenos
recreaclón Idílica dei banio o dei arrabal, la afirmaclón de Aires parece demostrar que cualesqulera que fuesen las
virtudes como e! coraje-, pero a esto se sumó, en algunos de manipulaclones de la industria cultural, y cualesqulera que
los tangos, un contexto social amplio. En particular, en los sean las precauclones con que leamos la conclencla de la clase
tangos de Enr!que Santos Dlscépolo la imposlbllldad de una trabajadora dlrectamente en las letras de tango, éstas por
relactón significativa entre un hombre y una mujer llega a clerto respondían a algunas acutudes y experlenclas que,
simbolizar la lmposlbilidad de cualquler relaclón social que no recreadas en esas letras, los trabajadores reconocían como
se base en la codlcla, el egoísmo y una falta total de escrú­ autênticamente proplas.
pulos morales en un mundo basado en la lnjustlcla y el Empero, aun si reconocemos que tales hechos son sig­
engano. En muchos tangos de Dlscépolo la figura crucial es el nificativos, tamblén debemos admitir que las -únicas respuestas
"glllto embanderado", el !luso que trata de vivir honestamente con que contaron los trabajadores no conslstleron en el ci­
o, más aún, es lo bastante lngenuo como para imaglnarse que nismo, la apatia o la resfgnaclón. Luls Danussl, que después
podrá cambiar un mundo lnjusto.57 E! propósito dei tango es, de 1955 negaria a encabezar e! sindicato de los gráficos, tra
llegar a Buenos Aires en 1938 vio una cludad s
entonces, desengaiiarlo de sus iluslones enfrentándolo con
una realldad donde "(si) aqui nl Dlos rescata lo perdldo". 58 El
tono es de amargura y reslgnaclón. La ldea popular de la vida �tumult�JOsa, y con febril actlvldad sindical, ofrecia un amplio campo
social, tal como la reflejan esas letras, aconseja adoptar los e accion: congresos nacicnales,
zonales, comarcales, asambleas de
valores dominantes, es declr e! egoísmo y la lnmoralldad. peísonales y de gremlos •. 61
Llevada hasta sus últimas consecuenclas, esa ldea lnvolucra
la comprenslón -si no la aprobaclón- de la atracclón que Aún se encontraba presente la característica militante
que la cultura de la clase trabajado
ejerce sobre los pobres la lógica de la "mala vida", la prosti· ra había tenldo en una
•Poca anterior. Esa cultura se centraba en tomo de
tuclón, el proxenetismo, e! delito. 59 La alternativa, en el caso tenc!a de la exls­
de los que no aceptaran e! ethos social dominante, era una
aceptaclón resignada o un "obstinado silenclo". 60 ;!';,· 1 sindicatos, ateneos, bibliotecas mediante la d!stribuclón de vo­
Evidentemente, hay que culdarse de extraer, dei tango Y
otras formas culturales populares dei momento, concluslones
co�';;': periódicos, diarios, revistas, folletos y llbros: manlfestac!ones,
f'f\Sa es pro-
_ presos, grupos teatrales, cooperativas, comunidades o
sobre las actltudes de la clase trabajadora. E! tango, por de vida solidaria. También se realizaban campaiias contra
ejemplo, era cada vez más una forma de arte comercializado <I a,:•hohsmo . el tabaco, se organizaban picnlcs, lecturas comen-
cuya conexlón con el "banio" de trabajadores era tenue. lar1as Y se procurab a dar amplitud ai espiritu de apoyo mutuo".62
Lo que llegaba ai público general era determinado en gran
medida por las firmas productoras de discos, y el éxlto y el
fracaso comercial dependían· de la recepclón que se tributara
LOS ANTECEDENTES 45
44 DANIELJAMES

hallárselo en e! testlmonio personal de los no militantes. A


Tamblén se organlzaban campaiias contra e! alcohol y el contlnuaclón se reproducen , con e! fln de transm itir en lo
tabaco, se reallzaban plcnics, se dlctaban conferencias se­ poslble la esencla de ese sentlmlento, dos fragmentos testl·
guidas de debate y se lnculcaba el espírttu de ayuda mutua. 62 moniales. EI prlmero proviene de un obrero que trabajaba en
Todavia florecian, en 1938, elementos de esta suerte de cul­ puertos situados a lo largo dei rio Paraná, particularmente en
tura militante tradicional, compartida por Igual por socialis­ el de Rosarto:
tas, comunistas, anarquistas y sindicalistas. Esos elementos
encontraron expreslón en los muchos comitês formados en la Pr]egunta: lCómo fueron los anos 30 para usted?
década 1930-40 para ayudar a la Espaiia republicana y eran /Jon RwnÜ'O: Bueno, la vida era muy dura en aquel enlonces 1.. ,1
todavia una presencia viva en sindicatos como el de los la gente trabajadora no valia nada y no fulmos respetados por los
gráficos, ai que se Incorporá Luls Danussl. que controlaban todo 1... 1. Uno tenía que saber mantenerse en su
E! proplo Danussl terúa alguna formaclón anarquista ai lugar. Yo votaba por los radicales en los anos 20 pero después dei
llegar a Buenos Aires, pero los trabajadores ajenos a esa 30 todo fue mal. Los caudlllos conse,vadores controlaban todo. Los
cultura podian ser atraídos por ella y utilizaria como canal dias de los comlclos yo iba ai munlclplo para votar pero no conseguia
para expresar su resentlmlento con la explotaclón y como entrar 1...1. Resultaba que yo era conocldo como algulen en qulen no
parte de su búsqueda de soluciones políticas. Angel Perebnan se podia confiar, de modo que no me permllían votar. Según la ley
no podían hacerlo pero se burlaban de ella. En aquellos anos, lqué
seiiala, por ejemplo, que: lmporlancla tenla la ley? Habia un grupo de ellos, matones, pagados
por el comitê conservador 1...1 todo el mundo los conocia 1... 1 y ellos
"!.a cxplotaclón capitalista y la lucha de clases las aprendi ccrraban el paso cuando uno queria entrar. Se podia ver a sus
prtmero en esa fâbrtca dei ano 30 que leyêndola en los llbros 1...1. A pistolas por debajo d�I saco.
los 14 anos de edad y ya con cuatro de obrero, no pudo menos que Pregunta: lQulere dectr que le obllgaba a desistir a votar con
lntercsarme la política. 1Como para no lnteresarmel Habia muchas amenazas?
manlfestaclones realizadas por los desocupados. Algunos partidos de Respuesta: No. Nunca lo hacian ablertamente 1... 1 por lo menos
izqulerda protestaban por la mlserta reinante. !.as asambleas sln­ conmigo; no había por quê hacerlo 1... 1 sabias que tendrias que pagar
dlcales 1 ... 1 reurúan a los trabajadorcs mâs militantes y decididos.''"' de alguna forma si te opusleras a ellos. Era un tipo de Juego para
cllos.
Otros datos aun sugleren un aumento de la activldad Pregunta: Pues, lqué hacia usted?
gremial y la aslstencla a las reuniones slndlcales a fines de Respuesta: Y, bueno, lqué podias hacer? Nada. Volver a casa.
1930-40 y prtnclplos de la slgulente década, a medida que el Tal vez quejarme a los amigos de esos hijos de puta. Sí uno armaba
desempleo decrecía, la Industria se expandia y el movlmlento un escándalo te harian pagar de algún modo y no serviria para nada.
obrem se recobraba. en alguna medida de la decllnaclón Vos no te1úas nlnguna lmporlancia para ellos. Pero, después con
experlmentada en los aiios que slguleron ai golpe militar de Pcró n lodo cambió. Voté por él.
Pregunta: lCómo cambió?
1930. La afillaclón gremial respondló a un c)úna nacional e Respu.esta: Bueno, con Perón todos éramos machos.66
Internacional mejor y aumentá alrededor de un 10 por clento
entre 1941 y 1945.64 El segundo fragmento fue aportado por un trabajador
Joven. de Buenos Aires, que entró en la fuerza laboral a fines
"I...] abrir camlno a las organlzaclones slndlcales era una empresa de la década dei '30:
con enormes dlllcultades, en muchos aspeclos por efecto de la
represlón patronal y policial, pero las que ofrecia escollos casl
lmposlbles de superar consistia, muchas veces, en la Lau.taro: Una cosa que recuerdo de los anos 30 fue la manera
indlferencla Y cn que la trataban a la gente. Sentias que no tenlas nlngún derecho
el descrelmlento de los mismos trabajadores, reaclos a organlzarse a nada. Todo parecia ser un favor que te hacian a través de la iglesla
en defensa de sus proplos lntereses".66 0 alguna cartd
ad o si ibas a pedir un favor ai caudlllo de comité él
lc ayudaba a conseguir remedios o entrar ai hospital. Otra cosa que
Algo dei sentlmlento de lmpotencla y reslgnaclón que, ;:u•rdo de los anos 30 es que slempre me sentia extrano cuando
según lo sugerlmos. caractertzó la respuesta de muchos trà· ai centro de Buenos Aires 1 ... ] como si uno no estuvlera en su
bajadores a la expertencla dei periodo previo a 1943 pu ede ambiente. que era absurdo pero te sentias que ellos te mlraban
46 DANIEL JAMES 47
LOS ANTECEDENTES

despectivamente, que no estabas bien vestido. La policia te trataba silencio que pasa de uno a otro: "Tenés que quedarte callado,
como animales tamblén.
Pregunta: i,Los sindicatos y partidos políticos tuvleron impor­
no hablar"; "un obstinado silencio", o la respuesta de don Ra­
tancla para usted en aquel entonces? miro cuando se le preguntó qué hacía frente ai poder de los
Respuesta: Bueno, normalmente yo votaba por los socialistas. caciques políticos: "Nada. Volver a casa. Tal vez quejarme a los
Mi hermano se interesaba mãs que yo por ellos, aunque yo siempre amigos". La capacidad dei discurso peronlsta para articular
pensaba que eran honestos. Perón nunca creia que serviria para esas experiencias no formuladas constituyó la base de su po­
algo. Lo mismo con los sindicatos. No temamos un sindicato en los der, auténticamente herético. En efecto, exlstían otros discursos
taileres donde trabaJaba yo. Debía haber sido en los prtmeros anos herétlcoa -en el sentido de que ofrecían alternativas distintas
de ! 40, antes de Perón. Teniamos mucho de que quejarnos, pero aun de la ortodoxia instituida-, bajo forma de retórica socialista,
as, no creo que tomãbamos en serto ai sindicalismo. La vida era o comunista, o radical. Sin embargo, según hemos visto, estas
simplemenie así, uno tenía que aguantar todo, su maldita arro­ lineas no fueron capaces de adqutrtr una autoridad indiscu­
gancía, como te trataban. Algunos de los activistas companeros de
mi ?ermano quisleron cambiar todo esto, pero eran excepcíones. No
tible como expresiones válidas de la experiencia de la clase
habra muchos obreros que quisieran ser héroes. 67
trabajadora. Sobre esas otras fuerzas politicas el peronismo
tuvo la enorme ventaja de ser un "discurso ya constituldo",
articulado desde una poslclón de poder estatal, lo que acre­
Experiencia privada y discurso público centaba considerablemente la legltlmidad que conferia a las
cxperiencias que expresaba.
EI más profundo impacto social dei peronismo debe ser EI poder social herético que el peronismo expresaba se
consid�ó a la luz de esa experiencia de la clase trabajadora reflejó en su empleo dei lenguaje. Términos que traducían las
en el penedo anterior a 1943. En la crtsis dei orden tradicional nociones de Justlcla social. equldad, decencia -<:uya expresión
inaugurad_a por el golpe militar de 1943 fue puesto en cuestlón había sido silenciada (o ridicullzada como en el tango)-. habian
mucho mas que la autoridad política e Institucional de la elite de ocupar ahora posiciones centrales en el nuevo lenguaje dei
conservadora. Hacia 1945, la crisis politlca -·habia provocado poder. Sin embargo, más Importante que esto fue la circuns­
Y además contenía en su propio seno, un cuestlonamiento d� tancia de que términos que antes slmbollzaban la humlllaclón
todo un conjunto de supuestos concernientes a las relaciones de la clase obrera y su explícita falta de status en una
sociales, _las formas de deferencia y los acuerdos, en gran SOCledad profundamente consciente dei status adquirieron
medi�:1 taci!?s, acerca de cuál era "el orden natural de las ahora connotaclones y valores diametralmente opuestos. El
cosas Y el s�ntldo de los limites" acerca de lo que se podia ejemplo más famoso sln duda reside en las lmplicaclones
o no se podia discutir y expresar legítimamente, En este aslgnadas a la palabra "descarnlsado". Este vocablo había sido
sentido, el poder dei peronismo radicó, en deflnltiva, en su Utlllzado inicialmente por los antlperonlstas, antes dei triunfo
lector como calificativo de los trabaja-
c�pacida? para dar expresión pública a lo que hasta entonces â ores al del Perón en 1946,
so�o hab,� sido intemalizado, vivido como experiencia privada. que o apoyaban.69 La explícita connotaclón de inferio­
As, lo senala Pierre Bourdieu:
rtd ad social, y por tanto política y moral. se basaba en un
crtterto de valor social que tomaba uno de los signos más
Las expertencias prtvadas pasan nada menos que por un cvtdcntes dei status de la clase trabajadora -las rapas de
c�m�to de estado cuando se reconocen a si mismas en la objettvidad trabajo- Y lo presentaba como lnsignia evidente por si mlsma
publica de un discurso ya constltuido, signo objetivo de su derecho de lnferioridad. EI peronismo adoptó el término e invlrtló su
ª que �e hable de eilas y a que se hable públicamente. "Las
�lgnllla cada s!mbólico, transfonnándolo en afirmación dei valor
palabras , dice Sartre, "hacen estragos cuando encuentran un nom­
bre para lo que hasta entonces ha vivido innominado". 08
e l clase trabajadora. Esa lnverslón fue magnificada me­
� la adheslón dei término "descamlsados", en la retórica
a la figura de Eva Perón, protectora titular de aqué­
No hay duda alguna de que éste es el contexto donde los 11 os.70•
fragmentos que se presentan en el apartado anterior adquieren
é Má s_ si aún tal vez sea el hecho de encontrar
su significado. En particular, podemos apreciar la lmagen de t nn inos qugnificativo
e eran de uso comente, antes de 1943, para
48
49
DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES

mencionar en forma todavia más despectiva a la clase traba­ significado social más amplio. Los observadore s más sagaces
Jadora, transformados e Invertidos ahora en forma similar. En de ese eplsodlo han concordado en el tonocarac domina�te de
su uso general, "negro" deslgnaba a los habitantes dei Interior Irreverencia e Irónico sentido dei humo r que terlzó a los
dei pais y a menudo terúa evidentes connotaclones étnicas manifestantes. Félix Luna resum ló esa atmós fera dlclen do que
� prensa
73
peyorativas. Despectlvamente, la elite tradicional deslgnaba parecia "de flesta grand e, de murg a, de cand ombé ".
"los negros radicales" a qulenes respaldaban a Yrigoyen.71 Con comunista habló despectivamente de los estac grupos con aspecto
la afluencla mastva de migrantes dei Interior a la Industria de de murga" que lntervlnleron en la manif lón.74 E! empleo
Buenos Aires en 1930-40, e! término fue utilizado como si­ dei término "murga" resulta lnteresante, pues ban popularmente
nónimo de trabajador manual, y "negrada" fue un equivalente designa· a los grupo s que en carnav al se dlsfraza e lban de
genérico de proletartado. Las connotaciones son -lnconfun­ un lado a otro por la calle, cantando, bailan do y tocando
dibles: una "negra" significa en lenguaje coloquial portefio una Instrumentos. Así como esa condu cta era tolera ble dentr o de
mujer de condlción humilde, y "negrear" significa buscar a los estrictos limites dei carna val y se m anlfestaba sobre todo
esas mujeres para fines sexuales. Según lo observa José en los barrlos obrero s, su ruptu ra de esos co � es duran te
Gobello en su DlcciDnartn lunfardo, todas las variaclones de · una manlfestaclón de !ndlscutlble contenldo pohtlc o repre­
negro excepto una están cargadas de despreclo y falta de sentá una subverslón simbólica de los códigos de condutra- cta
respeto por algo lnferior.72 El uso de "negrada" como sinónimo aceptados y aslmlsmo un acto de defere ncla con la clase
dei proletariado en los afios l930-40 poseía, pues. un fuerte bajadora.
simbolismo social donde se originá su posterior empleo por Ias Un aspecto Importante de esa subverslón se relaciono con
fuerzas antlperonlstas. AI promedlar Ia década 1940-50, los e! sitio donde se expresaba tal conducta, es declr, con criterlos
adversarias de Perón empleaban con frecuencla expreslones tâcltos de Jerarquía espacial. AI desplazarse las multi tudes
burlonas y despectivas comQ "la negrada de Perón" y "los Irreverentes desde los subu rblos obrer os que borde aban la
cabecitas negras". Su lncorporaclón ai lenguaje dei peronismo, Capital Federal, 0 ai cruzar los puentes dei Rlach uelo desde
en cambio, les otorgó un nuevo status. El hecbo de que en este Avellaneda y otros puntos situados ai Sur, para concentrarsdee
discurso público "la negrada" encontrara expresión y aflrma­ en la zona céntrica y la Plaza de Mayo frente a la Casa de_ los
ción significá que toda una gama de experienclas normalmente Goblémo. se violaron esos criterlos. E! comportamlento agrav o la
asociadas a ese término -y que por haber sido designadas así trabajadores ai atravesar los suburblos mas, ricos
habían sido decretadas ilegítimas, Indignas de preocupación, blasfemla Implícita en tal violac lón. Sus canct ones fuero n cada
y en consecuencla condenadas a ser sufridas en silencio, vez más Insultantes !?ara los adlnerados, la "gente decente" de
lnternalizadas o expresadas obllcuamente en ciertas expre­ la socledad portefia, a la cual ridlculizaban. Uno de los muchos
siones angustiadas de la cultura popular- podían ahora ser estriblllos dirigidos a los estupefactos espectadores que. desde
dlchas en voz alta y entrar en el campo dei debate público. Ia sus balcones dei Barrlo Norte, observaban la apariclón de la
preocupación social y por lo tanto la acclón política. "Argentina lnvlslble"7• ' decía así: "Sallt e de la esquin a oligarca
•• 76
Algo de ese significado social herético se tomá patente en loco. tu madre no te qulere y Peron
..
tampoco ,
la vasta movilizaclón de la clase trabajadora que se extendió E! hecho de que la manifestaclón cuhnlnara en la Plaza
desde el 17 de octubre de 1945 _ hasta el triunfo electoral de Mayo fue por si solo significativo. Hasta 1945 esa plaza,
peronlsta de febrero de 1946. Esa movlllzaclón demostró la situada frente a Ia Casa de Goblemo, había sido en gran
capacldad de los trabajadores para actuar en defensa de lo que medida un terrltorio reservado a la "gente decente". Y los
consideraban sus lntereses. Pero además representá, de manera trabajadores que se aventuraban allí sln saco nl corbata
más difusa, un rechazo de Ias formas aceptadas de Jerarquía fucron más de una vez alejados o incluso detenidos. Una
social y los símbolos de autoridad. Esto fue particularmente fotografia ampllamente difundida que se tomá e! l 7 de octubre
notable durante la manlfestaclón dei l 7 de octubre. SI blen mucstra a los obreros arremangados y sentados en los bordes
la aten�ión se centrá en el objetivo esenclal dei acto -la figura de las fuentes de Ia plaza. con los pies sumergldos en e! agua.
de Peron y su llberaclón dei conflnamlento-. la movlllzaclón E! simbolismo Implícito en esta 1magen es fácil d� apreciar si
mlsma. y las formas que asumió, sugleren por sí solas un se tiene en cuenta e! sentJmlento de lncomodldad que em-

h
51
50 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES

bargaba ai obrero Lautaro Ferlinl cuando vlsitaba el sector netdad mostrada por la clase trabajadora desde octubre de
céntrico en los anos anteriores ai peronismo. 1945 hasta febrero de 1946 con mirada tan favorable como la
Gran parte · de ese espiritu de Irreverencia y blasfemla, y que tuvo en este lapso de lucha. Más aún, gran parte de los
de esa redlstribución dei espaclo público, característicos dei esfuerzos dei Estado peronista desde 1946 hasta su deposl­
17 de octubre y la campana electoral slgulente, parecerían clón en 1955 pueden ser vistos como un Intento por lnstl­
constituir una suerte de "antiteatro", basado en el ridículo y tuclonalizár y controlar el desafio herético que habia desen­
el Insulto, contra la autoridad simbólica y las pretenslones de cadenado en el período Inicial y por absorber esa acutud
la elite argentina.n EI resultado fue, por clerto, deslnflar un desafiante en el seno de una nueva ortodoxia patrocinada por
tanto la seguridad que la elite tenia de si mlsma. También el Estado. Considerado bajo esta luz el peronismo fue en cierto
representó una recuperaclón dei orgullo y la autoestima de la sentido, para los trabajadores, un experimento social de
clase trabajadora, sintetizados en la expreslva frase de don desmovillzactón paslva. En su retórica oficial puso cada vez
Ramiro: "Bueno, con Perón todos éramos machos". Tal vez más de relieve la movilizaclón controlada y limitada de los tra­
ante todo haya significado una aftrmación de la exlstencla de bajadores bajo la tutela dei Estado. El proplo Perón se refirló
la clase trabajadora y un punto final, puesto en forma desa­ con frecuencla a su preocupaclón por los peligros de las
fiante. al silencio y el ocultamlento dei agravlo experimentado. "masas desorganizadas", y en la sltuación peronista Ideal los
Esta comblnación de slgniflcados simbólicos es sagazmente sindicatos debian actuàr en gran medida como Instrumentos
captada en los recuerdos que Félix Luna escribe dei l 7 de dei Estado para movilizar y controlar a los trabajadores. Este
octubre. dei dia en que él y sus companeros de estudio, todos aspecto cooptatlvo dei experimento peronlsta se reflejó en la
radlcales antlperonJstas.. vleron desfilar por la cludad a las consigna fundamental dirigida por el Estado a los trabaja�ores
J
columnas de traba adores: en la época de Perón para exhortarlos a conduclrse pacifica­
mente: "De casa ai trabajo y dei trabajo a casa".
"Bueno, ahí estaban. Como si hubleran querido mostrar todo su La Ideologia peronista formal reflejaba esa preocupaclón.
poder para que nadle dudara de que realmente existian. Ahí estaban Predicaba la necesldad de armonlzar los lntereses dei capital
por toda la cludad, pululando en grupos que parecían el mismo y el trabajo dentro de la estructura de un Estad� benévolo, en
grupo multiplicado por centenares. Los mirábamos desde la vereda nombre de la naclón y de su desarrollo economico. En su
con un sentlmlento parecido a la compaslón. 6De dónde salían? discurso dei Primero de Mayo de 1944, Perón habia dicho:
lEntonces existian? 6Tantos? 6Tan diferentes a nosotros? 6Real­
mente venian a pie desde estos suburbtos cuyos nombres componían "Buscamos suprtmlr la lucha de dases suplantándola por un
una vaga geografia desconoctda, una terra lncognlta por la que acuerdo Justo entre obreros y patrones ai amparo de la Justlcla que
nunca habíamos andado? [... J Hablamos recorrido todos esos dias los emana dei Estado.'.,.
lugares donde se debatian preocupaclones como las nuestras. Nos
habíamos movido en un mapa conocldo, familiar: la facultad, · la La Ideologia peronlsta distinguia entre el capital explo­
Recoleta en el entlerro de Sal mún Feljóo, la Plaza San Martin, la Casa tador e inhumano y el capital progreslsta, socialmente res­
Radical. Todo, hasta entonces, era coherente y lógico: todo apoyaba de la economia
nuestras propJas creencias. Pero ese dia cuando empezaron a esta­ ponsable, comprometido con el desarrollo
nacional. De éste los trabajadores no tenian nada que temer:
llar las voces y a desfilar las columnas de rastros anónimos colar
tierra sentíamos vacilar algo que hasta entonces había sido tncon­
movible. "78 "EJ capital Internacional es Instrumento de explotaclón, y el
capital patrimonial lo es de bienestar, e! prlmero representa por lo
tanto la mlserta mlentras que el segundo la prospertdad. "'°
Los limites de la hereyía; ambivalencia Como conclusión lógica de esa premisa, la ideologia
dei legado social peronista r o _
pe nJsta también subrayaba que los intereses de la nacion Y
su desarrollo económico debian identlflca rse con los de los
Resultaria enganoso. empero, dejar en este nlvel l a ca­ lrabajadores y sus sindicatos. Se entendia que los trabaja-.
racterlzaclón dei Impacto social dei peronismo. Una vez en el dores compartian con el ca ital nacional. no explotador. un
poder, el peronismo no contempló Ia ebullición Y. la esponta- p
52 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 53

dores
lnterés común en la defensa dei desarrollo nacional contra las lista para cualquier eventualidad, impldló que losa trabaja foto refleja
depredaclones dei capital Internacional y su aliado Interno, la proclamaran sus justas asptraclones ". La tercer
Dia dei
oligarquia, que querian Impedir el desarrollo lndependlente de "un trtste testlmonlo de los trágicos sucesos dei
la Argentina. Trabajo de trelnta aiios atrás": y · muest ra a trabaj adores
En e! contexto de estas conslderaclones sobre el signifi­ muerto s o hertdo s por la policia . Las tres fotos sigulen tes
en la moralej a dei caso.
cado social dei peronismo para los trabajadores y el éxlto que están en ablerto contraste y expon Mayo
alcanzó ai canalizar y absorber lo que hemos llamado el Muestran una gran mantfestaclón reunida en Plaza de lnsign las
potencial social herético de esa clase, es necesarto tomar en con motivo dei Dia dei Traba jo; se ven mucha s
Los textos dlcen: "En la
cuenta vartos factores. El Estado peronlsta tuvo sln duda sindlcales pero no banderas rojas. es
nueva Argentina cread a por e! genera l Perón ,. l 1 • ? e M �yo
alguna conslderable éxlto en e! control de la clase trabajadora, .� dei
tanto social como políticamente, y si blen e! confllcto de clases alegremente celebrado por un pueblo unido , y: el Dia lm­
Trabajo es slempre un aconteclmlento popul ar de gran
no fue en modo alguno abolido, asi como no se cumpltó el
idilio de armonía social retratado por la propaganda oficial, las portancia en la Argentina". La foto presenta muchedumbres
relaciones entre capital y trabajo por clerto mejoraron. La obreras en marcha hacla la Plaza de Mayo para escuchar un
temida venganza dei sans-culotte porteiio, aparentemente discurso de Perón.• 1
presagiada por los tumultos sociales y políticos de 1945-46, Este documento es sln duda alguna ilustrativo de la
no se matertallzó. Varias razones pueden proponerse para capacldad dei peronismo para aproplarse de los símbolos de
explicar ese éxlto. Una fue la capacldad de la clase trabajadora las tradiclones de la clase obrera anteriores y rtvales, que los
para satlsfacer sus asptraclones matertales dentro de los peronlstas absorbl.eron y neutralizaron. Más Importante para
parâmetros ofrecldos por e! Estado; otra, e! prestigio personal estas conslderaclones es la manera en que esa aproplación
de Perón. También es preciso tomar en conslderación la habilidad lnvo!ucró alteraclón de stgntflcados. Es lmposible no adverttr
dei Estado y su aparato cultural, político e Ideológico para el contraste simbólico propuesto por e! documento. Lejos de
promover e Inculcar noclones de armonia e lntereses comunes ser la aftrmaclón de una identldad•forjada en e! confllcto de
de las clases. Sin embargo, debemos cuidamos de analizar clases, un símbolo de !ucha y firmeza de poslclón en nombre
esto exclusivamente en funclón de la manlpulaclón y e! contrai de un principio, e! Prlmero de Mayo antes de Perón repre­
social. La eflcacla de la Ideologia oficial dependló en forma scntaba la tristeza, e! dolor y la lmpotencla revelados por los
decisiva de su capacldad para asociarse con las percepclones rostros vendados que mtran ai lector desde e! documento. Por
Y la experiencla de la clase trabajadora. La retórica peronlsta. otro lado, e! Dia dei Trabajo en la era de Perón slgnlflcaba
como cualquier otra, derivó su lnflujo, en definitiva, de su rostros sonrientes de obreros en marcha hacla la Casa de
aptltud para decirle a su público lo que éste descaba escuchar. Goblemo, una atmósfera de tranquilldad y armonía, ausencla
Como ejemplo de lo que deseamos significar puede to­ de pántco, de policias y de lesiones. Por supuesto, se trataba
marse la forma en que la retórica peronlsta trató el tema dei de propaganda gubernamental, pero lo significativo reside en
Prtmero de Mayo, el Dia de los Trabajadores. Un organismo que su eflcacla dependia, por lo menos en parte. de su
oficial publlcó en 1952 un documento, titulado Emanctpatton capacldad para dlrtgtrse a la receptivldad de ese mensaje por
of the !-"°rkers, típico de los esfuerzos dei goblemo en aquella parte de los trabajadores.
direcclon. Su parte fundamental consiste en una colecclón de Entre éstos existia esa receptlvldad. Una vez más, sos­
fotografias, a cada una de las cuales corresponde un texto lenem os que arralgaba en la experiencla de los trabajadores en
escrito. Las prtmeras fotos muestran a trabajadores reunidos la era previa a 1943. Las Jecclones dejadas por esa experiencla
para celebrar e! Primem de Mayo, que enarbolan banderas COnsUtuyeron un tema Importante de la cultura popular en los
rojas Y las banderas rojas y negras de los anarquistas. E n Ias aflos peron1stas. Goldar resume dei slgutente modo la manera
r,otos se ven jlnetes de la policia montada. El comentario dice: cn que la narrativa popular abordó ese tema:
E! Dia dei Trabajo, tal como era celebrado antlguamen te en
este pais'.', "para tomar parte en las celebraclones era nece­ �El dia de los trabajadores durante la década Infame será de
sarto tener mucho coraje, La policia, poderosamente armada Y , tepreslón, consignas lntemaclonales. rebellón Impotente, 'tu
54 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 55

hambre, el odlo de esta gente, la mlserla de ustedes, la espera, la


ropa sucla y rota, el pellejo fatigado, las voces roncas'. Luchando e1 antiguo Departamento de Trabajo teníamos alguna cuestión
que dlrlmlr el patrón estaba sentado y. yo, tobrero,
con parado; ahora,
para que 'la vida n o fuera otra cosa que cansando y sueiio viejo'. "82 á ""
dice, yo obrero estoy sentado y el patrõn es para do.
En contraste con esa !magen de confllcto y dolor asoclado AI resumir nuestro anállsls de la naturaleza de la expe­
ai Prlmero de Mayo antes de Perón, la !magen que se asocló rlencla peronlsta para los trabajadores_ argentinos en el pe­
después de 1946 fue la de una tranqullldad en cuyo marco ríodo 1943-55 debemos empezar por senalar lo obvio: el pero­
aquel dia era la flesta dei trabajo y las manlfestaclones que nismo marcó una coyuntura decisiva en la aparlclon y for­
termlnaban con efuslón de sangre se desvanecían en el re­ maclón · de Ia moderna clase trabajadora argentina. Su exis­
cuerdo dei pasado. tencta y su sentido de ldentldad como fuerza . nacional
TesUmonlos personales dejan constancla de actitudes coherente, tanto en lo social como en lo pol_ítlco. se reI?onta
similares frente a los símbolos de las luchas de clase de otro
tiempo. Un obrero, activlsta de largo Uempo atrás y de papel a la era de Perón. E! legado que dejó ese pen� do no podia ser
fácil de hacer a un lado una vez derrocado Peron. Sln embargo,
promlnente en la fundaclón dei Partido Laborlsta, ai expllcar
por quê se lnteresó en la política en 1945, d!fo: e! legado no era Inequívoco. Su Impacto sobre los trabajadores
fue tanto social como politicamente complejo. Hemos sugerido,
"Decidi tamblén colaborar · en la acclón política, para que la por ejemplo, que la atracclón que ejercló sobre los trabaja­
dase trabajadora, mi dase, obtuviera el derecho de vlvlr mejor stn dores no puede ser reduclda s!mplemente a un lnstrument:i­
el pellgro de tener que afrontar tragedlas como la semana de enero llsmo básico de una clase. Hemos sugerido que prestar atenclon
de 1919, la masacre de- Patagonla ano 1921, Gualeguaychú, Bei1sso, adecuada a la atracclón específicamente política dei peronismo
Avellaneda, Mendoza y muchos otros casos que seria largo enume­ permite descubrlr un discurso que, no sln poner ê"!'asls en la
rar. "83 correcclón de Ias desigualdades soclales y economlcas, la
asoclaba a clerta vtslón de la cludadanía y e! papel de la clase
Debemos cuidamos de Interpretar ese testlmonlo sólo en trabajadora en la socledad. Esa vislón fue expresada en una
términos de lncorporaclón de la clase trabajadora. Fragmentos retórica diferente y un estilo político particularmente atractl vo
tales reflejan por clerto claramente un anhelo de progreso para los trabajadores argentinos.
social sln el dolor de la lucha de clases, deseo de establlldad De este anállsls se pueden extraer varias consecuenclas.
y rutlna en comparaclón con la arbltratiedad y la lmpotencla En ptimer término, e! apoyo que los trabajadores dleron a
características dei período antetior. Sln embargo ese anhelo Pcrón no se fundó exclusivamente en su expetiencla de clase
podia coexistir, segtin veremos, con un reconoclmlento de que cn las fábricas. Fue tamblén una adheslón de índole política
en realldad no habia armonía. Más aún, la roca sobre la cual gcnerada por una forma particular de movlllzaclón Y dl�urso
esas actltudes se sustentaban -lo que les conferia credlbllldad políticos. Resulta claro que las dos bases de la movlllzaclon no
tanto a ellas como a la retótica oficial que las reflejaba- era dcb en ser contrapuestas: clertamente no deben serlo baJo 1�
la sensaclón de haber recobrado la dlgnidad y el respeto forma de la cláslca dicotomia entre clases trabajadoras , 'vieja
proplo. Una y otra vez ese factor parecia ponerse en ptimer Y "nueva", "tradicional" y "moderna". Una retórica política
plano como slgn1flcado social lrreductlble y mínimo de la exige dlrigirse a necesldades de clase sentidas para tener
expetiencla peronlsta a julclo de los trabajadores. Enrlque CX!to en la movillzaclón política de los obreros, pero eso no
Dlckmann. cumplldos los 80 anos de edad y con más de 50 agota la gama de sus atractivos. Segtin lo han observado Sllvla
anos como militante y dirigente dei Partido Socialista, lntentó Siga! y Juan Carlos Torre, en América Latina ha sido con
por fln, no sln renuenc"la, reconocer lo que había significado frecue ncla la plaza pública, antes que la fábrica, el principal
el peronismo para la clase trabajadora: punto de constltuclón de la clase trabajadora como fuerza
política.••
"Yo he CQIJVersado con muchos obreros en la Capital y en el Esto plantea una cuestlón relacionada con lo anterior. La
tnlerlor y cada uno dice: 'Ahora soy algo, soy algulen '. Y yo pregunté clase trabaJadora no llegó ai peronismo ya plenamente fo_r­
� un obrero su· optnlón y en su lngenua slmpllcldad eslo: .
Para que usted comprenda e! cambio. producldo le dlréme dljo ando mada y se llmltó a adaptar esa causa y su retorlca
. como e! mas
que cu
56 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 57

ctlco
conveniente de los vehículos disponlbles para sattsfacer sus conslderarse que el perontsmo desempeiió un papel profiláy au­
ai adelantarse ai surglml ento de un gremlal lsmo actlvo
necesldades materlales. En un sentido Jmportante, la clase
trabajadora_ mlsma fue constltulda por Perón; su propla tónomo.
ldentlflcaclon como fuerza social y política dentro de la so­ Sin embargo, la era peronlsta tamblén legó a la clase
e lm­
cledad naclo!lal fue, ai menos en parte, construida por el trabajadora un sentlmlento muy profundo de solidez legtsla clón
portancla potenc ial nacion al. Por aiiadl dura, la
discurso político peronlsta, que ofreció a los trabajadores su conju nto una
soluciones vlables para sus problemas y una vlslón creíble de laboral y de blenestar social representá en os y
reallzaclón en gran escala en lo que conce rnia a derech
la socledad argentina y el papel que les correspondia en ella. clón que
Este fue evidentemente un proceso complejo, que lnvolucró recopoclmlento de la clase trabaj adora ; una reallza
para algunos trabajadores una reconstltuclón de su !dentldad rellejaba movillzaclón de los trabajadores y conctencla de clase l. EI
Y su lealtad política cuando abandonaban identidades y Jeal­ y no slmplemente aceptaclón paslva de la largueza estata o
desarrollo de un movlmlento sindic al centra lizado y maslv
tades �stablecldas. La construcción de la clase trabajadora no con el apoyo
lmpllco necesarlamente la manlpulación y la paslvidad aso­ --eualqulera que fuese la medid a en que contara
y la supervlslón dei Estado- conflrmó lnevitablemente dei la
cladas a la poderosa lmagen de las ''roasas disponlbles" for­ social dentro
mulada por Gino Germanl, contra la cual se ha dirigido gran extstencta de los trabajadores como juerza
capltaltsmo. Esto slgnlficaba que en el nlvel dei movlml ento
parte de lo escrito 6obre el peronlsmo.86 Habia en juego cada vez más burocr atizad a
lndtscutlblemente un proceso de lnteracción en dos direc­ gremia l, y por más que una cúpula
actuara como vocero dei Estàdo, los lnteres es de clase con­
clones, Y si bien la clase trabajadora fue constltulda en parte
por el perontsmo, éste fue a su vez en parte creación de la fllctlvos se manlfestaban realmente y los lntereses de la clase
clase trabajadora. obrera eran en verdad- articulados. EI punto hasta el cual
Tamblén desde el punto de vista social el legado que la podia conflarse en que la lntegraclón de los sindicatos ai
experlencla perontsta dejó a la clase trabajadora fue _ profun­ Estado perontsta seria capaz de asegurar la aceptaclón de
dame�te amblvalente. Es clertamente verdad, por ejemplo, que políticas lnconveruentes para los trabajadores slempre terúa
la ret �rlca perontsta predicó y la política oficial procuró cada un limite. En general, el sindicato cumplía con notable flde­
vez mas la ldentlflcación de la clase trabajadora con el Estado lidad su función para el Estado, pero en cambio éste, lo cual
Y su lncorporaclón a él, lo cual suponía, según lo sugertmos, stgnlflcaba fundamentalmente el proplo Perón, debia ceder ai
la paslvldad de dicha clase. La vlslón peronlsta oficial dei menos la base míruma para un trueque. La í:elaclón no era
papel de la clase trabajadora tendia a ser la de un ldllio de decreto, sino más blen de trato que se debe negociar.
profundamente sopotifero donde los obreros se trasladaban Análogamente, el · peso de una filosofia formal de conci­
satlsfechos de un armc,mloso âmbito de trabajo ai hotel de llactón y armonía de las clases, una fllosoffa que porúa de
veraneo provlsto por el sindicato y de alli a los organtsmos relleve valores decisivos para la reproducclón de las relaciones
es !atale� que resolverian sus problemas personales y sociales. SOClales capitalistas, era conslderable. Por otro lado, la eflcacla
de tal ideologia estaba llm1tada, en la práctlca dlarla, por el
Mas alla dei Estado, el proplo Perón seria la garantia última desarrollo de una cultura que aflrmaba los derechos dei tra­
de esa vlslón.
bajador dentro de la socledad en general y el sitio de trabajo
_ Análogamente, el movlmlento sindical emergló de este en particular.
penodo lmbuido de un profundo espírltu reformtsta. Éste se El perorusmo asplraba a lograr una alternativa hege­
fundaba en la convlcclón de que era preciso alcanzar una môruca vlable para el capitalismo argentino, queria promover
conclllactón con los empleadores y sattsfacer las necesldades un desarrollo económlco basado · en la lntegraclón social y
� e los afiliados mediante el estableclmlento de una relaclón política de la clase trabajadora. En este sentido, son acertadas
mtlma con el Estado. Esa relaclón suponía un compromtso, las comparaclones dei perontsmo con el New Dea! de Roosevelt
por parte de los dirigentes slndlcales, con el concepto de
controla: Y llm1tar la actlvldad de la clase trabajadora dentro Y con el desarrollo dei capitalismo bajo un Estado benefactor
en Europa occldental después de 1945; · en dtstlntos grades,
de los lunltes establecldos por el Estado y servir como con­ lodos esos ststemas proclamaron los "derechos clviles econó-
ducto político hacla esa mtsma clase. En este sentido, puede ·
58 DANIELJAMES LOS ANTECEDENTES 59

micos" de la clase trabajadora, a la vez que conftnnaban, y argentino. Reconocían el potencial de movllizaclón lnherente a
clertamente fortalecían, la continua exlstencia de las relacio­ la adhesión de la clase obrera ai peronismo y lo utilizaban en
nes de producclón capitalistas. Sin embargo, a la vez el Ia mesa de regateo donde se medían con otros pretendlentes
peronismo se dellnló a sí mismo en un sentido Importante, y ai poder político, lo cual equivalia a una suerte de táctlca
también fue definido así por su electorado obrero, como un apres nwi le déluge. Finalmente, empero, debleron reconocer
movlmlento de oposición política y social, como una negaclón que era como cabalgar un tigre. Sin duda alguna, las fuerzas
dei poder, los símbolos y los valores de la elite dominante. En económicas y sociales que prevalecían en la socledad argen­
un sentido fundamental, slguló slendo una voz potencialmente tina, !J.ue Inicialmente habían debido tolerar e! peronismo,
herética, que daba expreslón a las esperanzas de los oprimidos reconÓC!eron a prtnclplos de la década 1950-60 el peltgro
tanto dentro como fuera de la fábrtca, como reclamaclón de lnherente a aquella amblvalencia. Pero desde el punto de vista
dlgnldad social y de lgualdad' dei peronismo en cuanto movlmlento social, ese elemento d�
Las tenslones resultantes de ese legado ambtguo fueron oposlclón representá una enorme ventaja, puesto que le confilio
conslderables. En último término podría declrse que la plin­ una base dinâmica que sobrevivlría largo tlempo después de
clpal de ellas se centró en el confllcto entre el signllkado dei que condiciones económicas y sociales particularmente favo­
peronismo como movlmlento social y sus necesldades fun­ rables se hubleran desvanecido y que nl slqulera la creclente
clonales como forma específica -dei poder estatal. En relaclón esclerosls de dlez aiios de servilismo y corrupclón pudleron
con este punto, hablar dei peronismo como movimiento socavar. En ese substrato se nutrtó la actltud de los militantes ·
monolítico más blen oscurece que esclarece. Para aquellos que de base que ofrecleron reslstencla a los regímenes postertores
asplraban a -pc,.«lcJAnes de poder. en la burocracia adminis­ a 1955 y tuvo fundamento la reafirmación dei peronismo como
trativa y la maqulnarta política, ef peronismo estaba encar­ fuerza dominante en el movlmlento obrero argentino.
nado en un conjunto de políticas e lnstltuclones formales.
Para los empleadores que habían apoyado a Perón, se trataba
de una jugada rtesgosa: un mercado Interno expandido, In­
centivos económicos blindados por e! Estado y una garantia NOTAS
contra la toma de los gremlos por la lzqulerda, en cambio de
1
lo cual debían aceptar una clase obrera de poder Institucional !As antecedentes militares dei golpe de 1943 se encuentran en
mucho más grande y consciente de su proplo peso. Para Robert Potash: The Ann anel Politfcs út Argentúta, 1928-1945, Yrlgoyen
algunos sectores de la clase media, el peronismo tal vez to Peron, Stanford, 1969 (hay trad. cast.). Un anállsis general de la
representara mayores oportunidades de empleo en el sector era 1943-55 hay en Peter Waldmann: El peronismo, 1943-55, Buenos
Aires, 1981. La evoluclón de los hechos en el campo laboral está en
estatal, ampliado. Para la masa obrera que respaldaba a Perón, Samuel L. Baily: Labor, Nationallsm anel Politfcs út Argentúta, New
las políticas soclales formales y los beneficias económicos eran BrunsW!ck, 1967 (hay traducclón, Hlspamértca) y en Hugo dei
Importantes, pero no agotaban e! significado dei peronismo. Campo: Sindicalismo y peronismo, Buenos Aires, 1983.
En un sentido más duradero, acaso éste significara para ellas 2
Los intereses económicos de la elite rural fueron prote gidos
la vlslón de una socledad más digna en que se Jes reconocía por el tratado Roca-Runciman de 1933, que garantizó el continuo
un papel vital, vtslón expresada en un lenguaje que eran acceso de carne argentina a los mercados brttãnicos a cambio de
capaces de comprender. También suponía una cultura política concesiones importantes en favor de las importaciones británicas por
de oposlclón, de rechazo de todo cuanto había existido antes la Argentina. En definitiva ese tratado aseguró el mantenimiento de
en lo político, lo social y lo económico, y un sentlmlento de la Argentina en la posición que tradicionalmente ocupaba en la
blasfemla contra las normas de la elite tradicional y la estima esfera británica de la economia internacional y comã tal fue denunciado
en que ésta se tenía a sí mlsma. por los nacionalistas y otras fuerzas. Véase Miguel Murmis y Juan
Carlos Portantiero: .. Crecimiento industrial y alianza de dases en la
A todo eso, para qulenes controlaban el aparato político Argentina, 1930-40", Estudios sobre los origenes dei peronismo, vol.
y social dei peronismo esa cultura· de oposlclón era un peso 1, Buenos Aires, 1972.
muerto, pues lndlcaba la lncapacidad dei peronismo para 3
Cifras calculadas sobre la base de datas de la Comisión
ofrecerse como opclón hegemónica vlable para el capitalismo Econórn1ca para América Latina (CEPAL), en E! desarrollo económico
60 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES
61

dispensar
en la Argentina, Buenos Aires, 1959, citado en Miguel Ángel Garcia: por Eva Perõn. Actuaba como poderosa maquinaria de
Peronismo: desa1Tollo económico y lucha de dases, Llobregat, 1979, favores y distribuir recursos de blenes tar social.
pág. 54. "CEPAL: El desarrollo econômico, págs. 122 y slgs.
• Esto culminá en 1943, cuando a las exportaciones manu­ 1s Véase en Jorge Abelardo Ramos: Historia del staltnlsmo en la
facturadas no tradlclonales les correspondló alrededor dei 19,4 Argentin a, Buenos Aires. 1974, un relato de tono altamen
te crítico.
por clento dei total de exportaciones. Se ha estimado que en los afios Una versión oficial comunista hay en Esbozo de la_ historia �el
de la guerra esta evolución encabezada por la Industria determiná la sta argentino, Buenos Aires. 1947. Vease tamblen
Partido Comuni 1974.
creaclón de unos 180.000 puestos de trabajo. Véase Juan José Rubens Iscaro: Historia dei movimlento sindical. vol. 1. Bs. As..
Llach: "El Plan P!nedo de 1940: su slgnlficaclón histórica y los hay en German l: Politica y Socieda d;
"Ejemplos de este enfoque
Y
origenes de la economia política del peronismo", DesarroUo Económico, Rodolfo Puiggrós: El peronismo: sus causas, Buenos Aires, 1965,
vol. 23, n• 92. 1984. págs. 515-58. Alberto Belloni: Dei anarqu ismo a! peronis mo, Buenos Aires, 1960.
Garcia: Peronismo, pág. 62. Un examen crítico de algunos de los supuestos básicos hay en Walter
5
6
Glno Germani: Política y socledad en una época de transición. Llttle: "The popular orlglns of Peronism·. en David Rock, comp.:
Buenos Aires, 1962, pág. 307. Argentina in the Twentieth Century, Plttsburgh. 1975.
7
Rubén Rotondaro: Realidad y cambio en el sindicalismo, Buenos 20 Un estudlo sobre esa bibliografia revisionista se encuentra en
Aires, 1972, pág. 128. Jan R�xborough: "Unity and diversity ln Latln Amerlcan h!sto,y", 1-
• Alejandro Bunge: Una nueva Argentina. Buenos Aires, 1940, Joumal of•Latin American Studies, vol. 16, parte 1. 1984, pags ..on.
pág. 372. 26. Las lnterpretaclones revlslonlstas no fueron aceptad as sln dlscusl
9
Un anállsls detallado de las dlvlslones Internas dentro del En su último aporte al debate sobre los origenes dei peronismo, Glno
gremlallsmo organizado correspondlente a este período hay en Hlroschl Germanl refirma sus argumentos básicos acerca dei peso de los
Matsusblta: Movimlento obrero argentino, 1930-45: sus proyecciones nuevos migrantes en la formaclón dei peronismo y la importancla de
en lDs orígenes del peronismo, Buenos Aires, 1983, y en David Ias pautas culturales pslcosociales tradlclonales. Véase al respecto
Tamarin: The Argentine Labor Movement, 1930-40: a study in the "El rol de los obreros y los migrantes lnten;ios en los ori(lenes dei
orlgins of Peronlsrn. Albuquerque, 1985. peronismo", Desarrollo Econômico, vol. 13, n 51. 1973, pags. 435-
10
Véase Miguel Murmis y Juan Carlos Portanüero: "El movlmlento 88. Comentarios críticos sobre este punto hay en Tulio Halperln
obrero en los origenes dei peronismo", Estudios, pág. 80. Donghl: •Algunas observaclones sobre Germanl, el surgimiento . del
11
Los antecedentes personales de Perón y sus ideas pueden peronismo y los migrantes internos". Desarrollo Económico, vol. 15,
encontrarse en Joseph Page: Perón: a bfDgraphy, Nueva York, 1983. n' 56, 1975, págs. 765-81.
Un anállsls de la política obrera de Perón y el Impacto que tuvo en 21
Gareth Stedman Jones: "Rethlnklng Chartlsm", L,;,nguages of
1943-45 hay en Walter Little: "La organlzaclón obrera y el Estado Class: studies in Engllsh working class hlstory, Cambridge, 1984,
peronista·. Desarrollo Económico, vol. 19, n• 75, 1979, págs. 331-76. pág. 97. _ .
Acerca del Partido Radical véase David Rock. Pol!tics 111 Argentme.
12
Los antecedentes de los eplsodlos de octubre eslán en Félix 22

Luna: El 45, crónica de un afio declsáJo, Buenos Aires. 1969. 1890-1930:· the rise and fa!l of radlca!isrn. Cambridge, 1975
(hay
13 Véa se Loulse Doyon: "El creclmlento sindical bajo el peronismo", lrad. cast).
Desarrollo Económico, vol. 15, n• 57, 1975, págs. 151-61. 23
El reconocimiento por Perón de la importancia de �a herencia .
Véase LoUise Doyon: "Conflictos obreros durante el régimen yrlgoyenlsta está en Félix Luna: El 45: crónica de un ano decísmo,
14

peronlsta, 1946-55", Desarrollo Económico, vol. 17, n• 67, 1977. Bueno s Aires, 1969. pág. 205 y passim. . .
págs. 437-73. "'El término fue acufiado por e! historiador nacionalista Jose
15 Véase Juan Carlos Torre: "La caída de Luis Gay", Todo es Luls Torre, y llegó a ser ampllamente utilizado en la bibliografia
Historia,· vol. 8, n• 89, 1974. Uno de los últimos símbolos de la nacionalista y opositora de la época.
autonomia laborista fue Cipriano Reyes, e! líder de los obreros de la 25
Una historia política de la década 1930-40 hay en Alberto
carne, quien permaneció en el Congreso como diputado labolista Clr!a; Pwties and Power in Modem Argentina, 1930-46,. Albany,
hasta 1948, afio en que su mandato expirá. Entonces Perón lo hizo 1969 (hay trad. cast.). Ejemplos de los mecanismos espec1flcos dei
encarcelar y Reyes pennaneció cauUvo hasta el fln dei régimen. fraude pueden verse en Félix Luna: Alvear , Buenos Aires. 1958.
Acerca del laborismo véase Cipriano Reyes: 6Qué es el laborismo?, 26 V
éase Norberto Follno: Barceló, Rugglerito y el populismo
Buenos Aires. 1946. oligárquico, Buenos Aires, 1966.
16 V
éase Rotondaro: Realidad y cambio, cap. 4. La Fundaclón 27 Un relato de ese proceso de corrupclón es
exp!-1esto en Luna:
Eva Perón, creada por ley del Congreso. era totalmente r.ontrolada Alvear, págs. 196-234.

. ......._
62 DANIEL JAMES LOS ANTECEDENTES 63

28 lbid., pág. 232. Luis Dellepiane y otros, fue considerable, "Cipayo" signiflcaba
29 EI Laborista, 24 de enero de I 946, citado en Dario Cantón, literalmente soldado nativo enrolado en el ejército británlco en la
Elecciones y partidos políticos en laArgentúta, Bs. As., 1972, pág. 227, India e lmplicaba instrumento servil de una potencia colonial. Que
30 E1 tema de Ias distintas categorias de derechos asociados co n la referencia fuera tomada directamente de la historia colonial
un concepto evolutivo de ciudadanía es analizado por T. H. Marshall: britânica denotaba a las claras que la Argentina, gobernada por su
Citizenship and Social Class, Londres, 1947. Marshall distingue elite tradicional estaba ai servlcio de los intereses britânicos no
entre derechos civi1es y políticos asociados con Ia democracia formal menos que la Indla colonial.
y la gradual ampliación de este concepto de ciudadanía hasta incluir 41 Véanse en Llach: "EI Plan Pinedo de 1940", diferentes respuestas
en êl los "derechos sociales", Un bosquejo y una crítica de ese políticas. ai problema de la industrialización.
concepto hay en Anthony Goddens: "Class dlvislons, dass conflict 42 Milciades Pena: El peronismo, selección de documentos para la

and citlzenship rights", Pro.files and CritltJues út Social Theory, Berkeley, historia, Buenos Aires, 1973, pág. 10.
1982. Un intento de elaborar esos conceptos en e! caso de los países 43 Stedman Jones: Languages of Class, pág, 96.

en desarrollo hay en Gino Germanl, "Clases populares y democracia 44 Véase, por ejemplo, Juan D. Perón: Doctrína peronista. Buenos

representativa en América Latina", vol. 2, n• 2, 1962, págs. 23-43. Aires, 1973, págs. 51-83.
31 EI comentario dei político conservador Marcelo Sánchez Sorondo 45 Luis Franco: Biogra.fla patria, Buenos Aires, 1958, pág, 173.
46
sobre los discursos de Alvear podría extenderse con razón a los Eduardo Colom: 17 de octubre, la revolucfôn de los descamisados,
pronunciados por los políticos de la Unión Democrática: "Sus discursos Buenos Aires, 1946, ·págs, 106-7.
47
parecían arrancados de una antologia o de lugares comunes demo­ Un estudio de temas como e! tango hay en Judith Evans:
cráticos." Citado en Ctria, Parties and Power, pág. 128. Véase también 'Tango and popular culture in Buenos Aires·, trabajo sln publicación
Luna: El 45, págs. 108 y sigs., un examen de la retórica dei presentado ante Ia conferencia de la American Historical Association,
antiperonismo en 1945.-46. - Washington, 1958. Un análisls dei subtexto dei discurso peronlsta,
37 Luna: El 45, pág, 206. tal como lo expresa e! discurso pronunciado por Perón el 17 de
33 Citado en Carlos Fayt: La naturaleza del peronismo, Buenos octubre, se encuentra en Emilio de Ipola: "Desde estos mismos
Aires, 1967, pãg. 143. balcones·. Ideologia y discurso populista. Buenos Aires, 1983.
46
34
Citado en Luna: El 45, pág. 192. Colom: 17 de octubre, pág. 107.
35 Véase Primera Plana: "Historia dei peronismo·, 31 de agosto 49 Dei diario socialista La Vanguardia, citado en Ángel Perelman:
de 1965. Cómo hicimos el 17 de octubre, Buenos Aires, 1961, pág, 78,
36 Julio Mafud: Sociologia dei peronismo, Buenos Aires,
50 Véase Anson Rabinach: "Bloch's Theory of fascism", New
1972.
pág. 107, German Critique, primavera de 1977.
37 Véase lo dicho por Rock, Politícs út Argentúta, pág. 59: "Como 51 Pierre Bourdieu: Outline of a Theory of Practíce, Cambridge,
lo ilustran Ias actividades de los comJtés, los radicaíes conflaba n 1977, pág. 178.
52 Citado en Manuel Gálvez: En el mundo de los seres reales,
mucho en las medidas paternaHstas. También en este ' caso, Ia 8 ucnos Aires, 1955, pág. 79.
principal ventaja residia en que e! método podia servir para desintegrar
los Jazos que separaban ai grupo de interés porque atomizaba ai "Ernesto Goldar: "La literatura peronista", en Gow.alo Cárdenas
electorado e indivldualizaba ai votante". Y olros: El peronismo, Buenos Aires, 1969, pág. 151.
38
Los jJrincipales discursos que pronunció Perón en esta era
54
Asi, 25 de octubre de 1970.
fueron reunidos y publicados en Juan D. Perón: El pueblo quíere "'Perelman: Cómo hidmos el 17 de octubre, pág. 12.
saber de qué se trata, Buenos Aires, 1957. : Mafud: Sociologia dei peronismo, pág. 107.
39 Guita Grin Debert. en Ideologia e populismo, San Pablo, 1979.
Veanse p9r ejemplo los clásicos tangos de Discépolo "Que
\'achache· Y "Yira, ylra " . Temas siiru·1ares pueden encontrarse en
presenta un interesante análisis de los roles de los ind!Viduos, Ias
..,t e
0
cla�es y e! Estado en diferentes formas de discurso populista. Su ,:""'1 n xpresiones de ia cultura popular de las décadas 1920-30 y
analisis de la retórica populista quintaesencial de un líder populista • te. como el teatro dei grotesco. Véanse Noemí Ulla: Tango,
como Adhemar de Barros permite establecer un instructivo contraste lión Y nostalgia. Buenos Aires, 1967; Norberto Galaso: Discépolo
!I
CUl:u �poca, Buenos Aires. 1967; Gustavo Sosa Pujato: "Popular
con e! discurso político de Perón,
40 EI principal grupo que in!luyó sobre_ el peronismo fue la �• , en Ronal d Dockhart y Mark Falcoff: Prologue to Peron:
Fuerza de Orientaclón Raàical de Ia Joven Argentina (FORJA), f.úta ln depresston and war, Berkeley, 1975.
constituida principalmente por intelectuales radicales disidentes. Si Osvalc! Dei tango de Discêpolo "Qué vachachê", La letra figura en
Altts 19Pclletieri:
0 Enrique Santos Discépolo: obra poética. Buerios
bien su influencia política fue limitada, el status de algunos intelectuales
que mihtaban en ella, como Raúl Scalabrinl Ortiz, .Arturo Jauretche, · 76, pág. 80.
LOS ANTECEDENTES 65
64 DANIEL JAMES

alianzas de dase en Ia Argentina, 1930-1970, Buenos Aires, 1972,


59
Véase Julio Mafud: La vida obrera en la Argentina, Buenos pág. l'.;!0. En lo que se reflere a la ideologia justicialista, véase
Aires, 1976, pág. 241.
60
Alberto Ciria: Perón y el justicialismo, Buenos Aires, 1974.
La frase es de Osvaldo Pelletierl, en Discépolo, pág. 6 3. 80
Peralta Ramos: Etapas de acumulación.
61
Jacinto Cimazo y José Grunfeld: Luís Danussi en el movimiento 81 SeIVicio Internacional de Publicaclones Argentinas: Emancipation
social y obrero argentino, Buenos Aires, 1976, pág. 93. of the Workers, Buenos Aires, 1952, págs. 27-30.
155.
de
62
Ibid., pág. 86. 82 Goldar: "Literatura peronlsta", pág.
63
Perelman: Cómo hicimos el 17 de octubre, pág. 12. 83
Citado en Dario Cantón: El parlamen to argentino en épocas
cambio, 1890, 1916 y 1946, Buenos Aires, 1966, pág. 168.
64
Véase del Campo: Sindicalismo y peronismo. También ofrece
lnterés Ricardo Gaudio y Jorge Pilone: Estado y relaciones obrero· "'Argentinade hoy, agosto de 1953.
patronales en los orígenes de la negociactón colectlva en Argentina. ' ss Sílvia Siga! y Juan Carlos Torre:. :Rellexio�es en tomo a lo�
CEDES, Estudios Sociales, n• 5, Buenos Aires, 1976. movimientos laborales en América Latina , en Rubén Katzman y Jose
65
Cimazo y Grunfeld: Luis Danussl pág. 103. Véase también de trabajo y movimientos laborales en
Tamartn: Aryentine Labor Movement, en especial e! capítulo 7. Tamarin
Luls Reyna, comps.: Fuerza
América Latina, México D. F.. 1969, pág. 145.
subraya la importancia de la actividad de organización de los 86
El concepto de "disponibilidad" se presenta en muchas de las
comunistas, que penetrá más aliá de los limites de los sectores obras prtncipales de Germani. Véanse en especial Política y soeiedad
tradicionalmente organi,.ados de la clase trabajadora, si bien senala y "Clases populares y democracia representativa". Si bten me parece
que e! aumento de la afillación sindical a fines de 1930-40 y que las críticas de éste y otros conceptos de la obra de Gennani en
comienzos de la década siguiente apenas si lográ mantener el ritmo cuanto a sus significados de pasividad y manlpulación se justifican,
del aumento de la fue17..a laboral o cansiguió penetrar en las zonas la obra de Germani contlene, sin embargo, muchas intulciones
de mayor expansión industrial. fundamentales, acerca de la especlficidad y peculiartdad de ':'n
66
Entrevista con Ramiro González, Rosarto, noviembre de 1976. movimiento como el peronismo, que concuerdan con la orientacion
67
Entrevista con Lautaro Ferlini, Buenos Aires, novtembre/ general de lo argumentado en este capítulo. En particular, creo que
diclembre de 1976. su insistencia en el carácter excepcional dei peronismo como forma
68
Bourdieu, Outltne, pág. 170. de moVilización política a mi julcio sigue siendo válida. Su insistencla
69
De acuerdo con Félix Luna, esta palabra fue empleada por cn que esta debe ser entendido en el marco de una dicotomia
prlmera vez por los socialistas en su diario, La Vanguardia, para tradicional/moderno me parece tan errónea como tnnecesaria, punto
mencionar a los partidartos de Perón. En Luna: El 45. que sagazmen te senala Tulio Halperin Donghi en "Algunas
70 Véase Julie M. Taylor: Eva Peron: the myths of a woman. observaclones".
Chicago, 1979. La biografia más completa de Evita es la de Nicholas
Fraser y Marysa Navarro: Eva Perón, Nueva York, 1981.
71 Lo senala Dario Cantón en Fayt: La naturaleza del peronismo,
pág. 343.
72
José Gobello: Diccionario lurifardo y otros términos antiguos y
modernos usados en Buenos Aires, Buenos Aires, 1975. La excepción
consistia en el empleo de "negra" o "negro" como término de afecto,
usado por los pobres, entre hombre y mujer.
73 Luna: El 45, pág. 350.
74
Citado en Perelman: Cómo hicimos el 17 de oetubre, pág. 78.
75
La frase es de Leopoldo Marechal: "Era la Argentina invlsi ble
que algunos habian anunciado literartamente sin conocer ni amar
sus millones de caras concretas y que no bien las conocteron les die­
ron la espalda". Véase Elbia Rosbaco Marechal: Mi vida con Leopoldo
Marechal, Buenos Aires, 1973, pág. 91.
76
Luna: El 45, pág. 350.
n Acerca dei concepto de contrateatro véase E. P. Thompson:
"Eighteenth-century English soclety·, Social Hist01y, mayo de 1978.
78 Luna: EI 45, pág. 397.
79 Citado en Mónica Peralta Ramos: Etapas de acumulacibn Y

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