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Historias

Inconclusas
Dalupma
HISTORIA 1

Todos los días acudía a la biblioteca para verla como se sumergía en los libros y se olvidaba
de lo que ocurría a su alrededor. Verla sentada en un rincón, con su cabello café claro en un
moño alto y sus bellos ojos negros enmarcados por los lentes que nunca se quitaba. Era el
mejor de los espectáculos para él.
Siempre en la cafetería se sentaba frente a ella, estudiaba cada uno de sus gestos, soñaba con
su sonrisa; se reía de ella porque nunca dejaba los libros, fuera en la cafetería, en el salón de
clase, en el campo de juego, por los pasillos o en algún rincón ella se olvidaba del mundo y se
concentraba en la lectura.

No sabía cómo acercarse a ella, llevaba meses buscando la forma de hablarle de decirle por lo
menos hola; cuando se encontraba a muy poca distancia retrocedía y se alejaba, le faltaba
valor….
Y un día fue el destino quien le ayudo. Corría por el pacillo pues llegaría tarde a su clase de
robótica, abriéndose paso entre los estudiantes que se dirigían cada uno a su clase, se la
encontró a ella, no la vio hasta que su cuerpo cayó a un lado del de él. Le ayudo a levantarse;
se disculpó, se ofreció a acompañarla y ella solo con un gesto de aceptación le respondió, él no
se dio cuenta que estaba nerviosa pues él se encontraba igual o peor. Caminaron en silencio,
ella lo sorprendía mirándola y le sonreía; él no sabía cómo invitarla a salir, tenía miedo de que
lo fuera a rechazar.
Ya en la puerta de su salón respiro profundo, contuvo el aire en sus pulmones y lleno de valor
le tomo la mano apenas se movían sus labios, se escuchó solo un susurro ella no lo comprendió
y aquella frase le daba vueltas en su cabeza preguntándose si esas palabras eran correctas, si
era lo que él le trato de decir o solo su imaginación.

Una semana después sus ojos se cruzaron, él en un extremo del pasillo y ella del otro, se
sonrieron los dos y poco a poco los nervios se fueron alejando.

Él la invitó a salir y ella aceptó. Él llego antes de la hora acordada con un ramo de rosas rojas.
Cuando la vio a la distancia con su pelo suelto, usando un vestido azul como el cielo; él más de
ella se enamoró, la vio hermosa como a ninguna otra, y sonrió al ver que en su mano llevaba
un libro, le gustaba todo de ella, no existía defecto para él, ella era perfecta, era todo lo que él
soñaba tener.
Cuando llego a donde se encontraba él, las rosas le regalo y el rostro de ella se ilumino.
Pasearon por el parque mientras se comían su helado, compartiendo opiniones, hablando de
sus vidas, de sus gustos, sueños y metas; no sintieron el tiempo pasar y la luna cayo. Él se
ofreció a acompañarla a su casa. Cuando estaba a punto de entrar la tomó del brazo, a su rostro
se acercó y sin prisa sus labios beso…
SIN DESTINO
Capítulo 1
Era una noche fría y oscura, la lluvia empezaba a caer, para algunos era una noche triste,
llena de soledad; mientras que para otros era una noche mágica, llena de amor…
En medio de la ciudad, dentro de un salón de fiestas una multitud de gente era testigos del amor
que había entre Stephanie y Alejandro, los cuales bailaban en el centro de la pista, él con su
traje de tres piezas color negro y ella en su vestido estilo princesa color blanco, se veían felices,
él la tenía tomada por la cintura, mientras ella lo agarraba del cuello, bailando el más hermoso
vals, sus miradas clavadas una en la otra, una de esas miradas que lo dicen todo, miradas que
se besan el alma, era la mejor noche de sus vidas, el inicio de una nueva historia.
Ellos se conocieron en una tarde lluviosa, Stephanie corría hacia su casa evitando la lluvia, al
doblar una esquina se estrelló con un joven que salía de una cafetería, el golpe provoco que
Stephanie perdiera el equilibrio y cayera, pero antes de que ella tocara el pavimento Alejandro
la tomo fuertemente del brazo sus miradas se encontraron, una chispa surgió desde sus pupilas
hasta instalarse en lo más profundo de sus corazones, desde ese día Alejandro conoció por
primera vez el amor y Stephanie encontró al amor de su vida. Así comenzó su historia, una
historia de amor, uno de esos amores que te hacen ver la vida de otra forma, un amor infinito
que solo Dios puede terminar.
¿Que si existe el amor? Claro que existe, ellos son la prueba de eso… pero, desgraciadamente
no todos encuentran a su media naranja o, quizá muchos la encontramos, pero esa media
naranja que encaja perfectamente con nuestra mitad también lo hace con otra y esa otra resulta
ser el amor de su vida, su destino, el final de su hilo rojo...
Mientras en aquel salón todo era color de rosa y sabor a miel, en el extremo de la ciudad a
orillas del rio, una joven de 23 años lloraba por un pasado, no le importaba que el cielo se
estuviera cayendo a pedazos, no le importaba el frio de la noche ni la soledad, no le importaba
nada en ese momento. Sola en aquella orilla con el sabor amargo de aquellos recuerdos, con
el corazón destruido y con su alma herida, recordaba cada momento de felicidad que compartió
con el que ella creía era su príncipe azul. Hace apenas seis meses ella juraba que lo tenía todo,
se sentía dueña del mundo…

Capítulo 2
Desde que había llegado a esta vida, Evangelina lo había tenía todo, el amor de sus padres, el
cariño de sus hermanos, lujos y todo lo que una niña necesita para vivir bien. Era la más
pequeña y la única hija mujer de la familia, desde su infancia había sobre salía en el colegio,
era la mejor de su clase y gracias a eso se convertido en una de las mejores arquitectas
reconocidas del mundo, sus padres y sus hermanos se sentían orgullosos de ella, porque a
pesar de tenerlo todo, era sencilla, honesta, con un gran corazón, siempre se esforzaba por
conseguir lo que quería, no esperaba a que alguien más se lo diera, no le gustaba depender de
nadie. Un año atrás había emprendido un proyecto en donde las comunidades con pocos
recursos serían beneficiadas con viviendas aptas para una vida mejor, a ella no le gustaba ver
sufrir a las personas, siempre se preguntaba porque hay personas que lo tienen todo y otras
que no tienen nada. Hasta el momento todo marchaba bien con su proyecto, se sentía contenta
con los resultados y estaba planeando conseguir nuevos socios.
Después de meses de visitar diversos lugares en donde se emprendería el proyecto, regresaría
a su casa para la fiesta de aniversario de la empresa de su padre, como todos los años acudirían
todas las personas más importantes del país y todos los trabajadores de la empresa desde el
presidente hasta los encargados de la limpieza, según Alexandre, su padre, todos son
responsable del éxito que tenía su compañía.

La familia entera se dirigía a la fiesta, una vez que llegaron comenzaron a saludar a todos los
invitados que ya se encontraban ahí, se turnaban para recibir a las personas que llegaban. no
había persona con la que no intercambiaran palabra o estrecharan su mano; eran una familia
modelo llena de amor y humildad.
Toda la fiesta Alexandre se pasó presumiendo los logros de su hija a todos sus socios, algunos
propusieron asociarse con ella para que se extendiera su proyecto, Evangelina se encontraba
más que feliz, sin duda había resultado una gran noche para ella, aunque algo estaba a punto
de suceder que le cambiaría la vida. Salió de la fiesta, necesitaba tomar un poco de aire, se
sentó en una jardinera y se quitó las zapatillas, esa noche la luna brillaba como nunca,
Evangelina lamentaba no tener con ella su cámara fotográfica. Mientras contemplaba aquella
hermosa luna le llego un olor a cigarrillo, ella odiaba al cigarro, él había sido el culpable de
terminar con la vida de su abuelo. Se puso los zapatos dispuesta a marcharse de aquel lugar,
cuando se dio la vuelta se encontró con un hombre, a su parecer guapo y atractivo, a pesar de
que a simple vista parecía perfecto ella sabía que la perfección no existe, todos tenemos
defectos y los peores son los que no se pueden ver a simple vista. Evangelina se dirigió de
regreso a la fiesta, se sentó junto a su familia, conversaron un rato, luego su papá y sus
hermanos se fueron a la pista de baile con sus respectivas esposas, Evangelina quedo sola en
la mesa observando a sus padres y el amor que aún existía entre ellos, era su pareja favorita
deseaba algún día encontrar a una persona con la que pudiera compartir su vida para siempre.
A la semana siguiente Evangelina se presentó en la empresa de su padre para ir a comer juntos,
unos pisos antes de llegar a donde se encontraba la oficina de su padre, un hombre subió al
ascensor, era el mismo hombre que estaba fumando en la fiesta. Mientras llegaban a su destino
ella muy educadamente le quiso hacer platica, pero resultaba que él era de pocas palabras. Ya
en la oficina, su padre los presento, mientras su padre trataba asuntos con aquel hombre ella
salió para esperarlo e ir a comer. Después de ese día Evangelina y aquel tipo se encontraban
con frecuencia y al poco tiempo empezaron a salir juntos como amigos; al parecer tenían las
mismas opiniones sobre la vida.
Capítulo 3
Una mañana despertaron juntos en un cuarto que no era de ninguno de los dos, poco a poco
fueron uniendo piezas, recordando así lo que había pasado la noche anterior, al parecer las
copas se les habían pasado. Ese día él le pidió a ella que no se enamorara de él ya que él no
era hombre de una sola mujer, ella le dejo claro que eso no pasaría puesto que el amor no
estaba en sus planes aún.
Pero Evangelina no pudo cumplir aquella promesa ella se enamoró perdidamente de él, se
propuso enamorarlo y creía que lo había logrado, ya que él era más atento con ella, ya no
parecía tan frio… pero un día él le dijo que ya no podía seguir viéndola, que ya no le interesaba,
que aquella época como amantes había sido linda pero como lo había dicho desde el principio
no le interesaba como la mujer con quien pudiera compartir su vida, ahora había conocido a
alguien más, alguien por la que estaba dispuesto a cambiar, dejar de ser un mujeriego y solo
dedicarse a ella, que quería su vida junto a aquella mujer…
Evangelina no podía creerlo, salió de su casa, quería ver a aquella mujer, quería comprobar si
era cierto que valía más que ella. Antes de salir de su casa encontró en la puerta un periódico
con la foto de él y aquella mujer abrasados y sonriendo, en el encabezado se podía leer el
anuncio de su boda.
--Maldito seas Alejandro. Te odio…
No sabía qué hacer, estuvo un mes encerrada en su cuarto, no podía ir a buscarle y reclamarlo,
no era de ella, nunca lo había sido, solo fue una más, una de tantas, una tonta que se enamoró
cuando sabía que no lo debía hacer. Pero explicárselo al corazón no servía de nada, el corazón
no entiende razones, el solo siente y se aferra a los sentimientos.

Se llegó el día de la boda Evangelina salió corriendo, estaba decidida a defender su amor no
iba a permitir que se casara, sino era de ella no sería de nadie. Sus padres intentaron detenerla,
pero ella parecía una loca, y nadie podía con ella, el dolor la había convertido en otra persona,
había apagado su luz.

Corrió por la calle rumbo a la iglesia donde sería la boda, pero cuando llego a la puerta de la
iglesia vio como Alejandro besaba a la que ahora era su esposa, en ese momento el mundo de
Evangelina se vino abajo por completo, salió de aquel lugar antes de que Alejandro pudiera
verla, ¿qué podía hacer?, ¿matarlos?
Estaba demasiado dolida, solo le quedaban los recuerdos de lo que había vivido junto aquel
hombre…
Capítulo 4
Evangelina se levantó de aquel lugar dejo de pensar lo que apenas un par de horas atrás había
sucedido. Comenzó a caminar sin rumbo, sin saber a dónde ir, se alejó de aquel rio, en su
corazón solo estaban las ganas de morir, de desaparecer, de que la tierra se abriera y se
comiera su existencia... Llego a un puente peatonal, se detuvo a la mitad desde ahí observo el
cielo, la lluvia parecía calmarse, pero no el dolor en su corazón, cruzo los barandales, observo
hacia abajo, los coches pasaban uno tras otro, ella estaba decidida a lanzarse, el dolor la hacía
actuar de esa forma. Miro fijamente la nada y balbuceó
--¿Porque lo hiciste Alejandro?, ¿porque no te enamoraste de mí?, ¿que tenía ella de especial?
Te odio con todas mis fuerzas, pero me odió más a mi por amarte como te amo. ¿Por qué tuviste
que aparecer en mi vida?, destruiste mi mundo, mis sueños, mi felicidad, te odio, te odio, te
odió.

En casa todos estaban preocupados por Evangelina, nadie sabía dónde estaba, ya era muy
noche además estaba lloviendo, una vez más marcaron a su teléfono rogando que esta vez
tuvieran suerte y les contestara, pero nunca contestaron del otro lado.
Ella se había lanzado de aquel puente, el dolor que sentía en su cuerpo era insoportable.
Las palabras que pudo decir fueron dirigidas a sus padres.

--Papá, mamá, perdón…

En estas palabras había tanto arrepentimiento y tanto miedo por morir, tenía el deseo de vivir y
continuar con su vida, olvidarse de Alejandro y todo lo que con él había vivido, pero ya era tarde
para ella, su mundo se estaba apagando.

Escucho a lo lejos como los coches frenaban y las voces de las personas se hacía más fuerte;
sintió como le tocaron el cuello y una voz que la hizo despertar grito que estaba viva.

Los gritos de las personas pidiendo una ambulancia, las sirenas se manifestaban con más
fuerza, escucho el rechinido de una camilla, al paramédico pidiendo que le dieran espacio,
alcanzo a ver a un señor un poco canoso de chaleco color naranja, quien se acercaba para
examinarla, veía que hablaba, pero ella no podía comprender lo que ese hombre decía. Los
ojos de Evangelina se comenzaron a cerrar, sentía como la oscuridad la comenzaba a envolver,
ella no sabía si se desmayaría o ese sería su fin, casi llego a la oscuridad cuando aquel hombre
le grito con todas sus fuerzas que se quedara con él, que fuera fuerte, que resistiera, pero
aquella oscuridad era más fuerte que ella, por más que intento luchar fue envuelta por la
oscuridad, el ruido se fue disminuyendo y el mundo a su alrededor se apagó…
¿volveré a despertar de está oscuridad? Fue su ultimo pensamiento antes de perderse en ¿ella
misma. ¿Esté será su destino? O es que acaso, nunca lo tuvo.
MI IMPOSIBLE AMOR.
Capítulo 1
Hola mi nombre es Lilia, y esta es mi historia…

Me encontraba en mi primer año de universidad y sinceramente ya estaba dudando por la


carrera que me había decidido, se me complicaba demasiado la programación, por mucho que
me gustara diseñar videojuegos para celular, no estaba resultando lo mío. Estaba
reconsiderando mi elección, al fin solo era el primer año, aunque perder un año no me parecía
muy buena idea; mis planes ya estaban hechos, serian cuatro años de universidad, un año
ejerciéndola y luego me casaría y tendría hijos, quería tres hijos, ya hasta los nombres tenia,
uno se llamaría como mi papá Alfredo, también me gustaba el nombre de Laura, y para el tercero
le pondría el nombre del que sería mi esposo y si no le parecía que él escogiera el nombre.

Suele ser tan complicada a veces la vida, cuando sentí que ya no podía más lo conocí a él, era
el chico más guapo, más lindo que nunca antes había visto, me enamore de él, así a simple
vista, sin siquiera saber su nombre, pero vamos, el nombre es lo de menos.

Para quienes piensan que el amor a primera vista no existe, déjenme decirles que eso es una
mentira, yo me enamore perdidamente, y todo se había vuelto tan hermoso, mis siguientes tres
años fueron los mejores de mi vida, hacíamos todo juntos, él, Ernesto había resultado el mejor
maestro, me había enseñado todo de programación comenzaba a dominarla, sin su ayuda no
creo que pudiera salir mi carrera, siempre estuvo conmigo, siempre me apoyo, siempre estaba
para mí cuando lo necesitaba, siempre tenía sus brazos para felicitarme o consolarme. Reíamos
juntos o llorábamos, todo era miel sobre hojuelas, tan perfecto como jamás lo llegue a imaginar,
nuestro amor nos convirtió en la pareja modelo de toda la universidad, todos nos tenían envidia,
todos querían un amor como el que nosotros reflejábamos, no nos importaba nada, siempre
encontrábamos solución para cualquier problema, no sabíamos lo que eran los celos, la
desconfianza, se podría decir que éramos libres, en pocas palabras vivíamos en el paraíso…

Era tan fuerte nuestro amor, me sentía tan feliz, tan plena, Ernesto me propuso vivir juntos
después de la graduación.
Pero unas semanas antes de graduarnos él cambio, se veía triste y era cortante conmigo, no
quise presionarlo para que me contara que era lo que le sucedía, le di su espacio y su tiempo,
yo estaría ahí para escucharlo cuando él estuviera preparado para decirme lo que sea que lo
estuviera atormentando.

Un día le recordé que teníamos que ir a ver departamentos, para empezar con la mudanza, le
oculte el hecho de que yo ya tenía empacadas todas mis pertenencias, pero él solo me dijo “hoy
no tengo tiempo, quizá después” y ese no tengo tiempo se extendió hasta el día de la
graduación, en donde antes de que esta iniciara él me abrazo muy fuerte y de una forma
extraña, como nunca lo había hecho, me pregunto que si podía acompañarlo antes de que la
ceremonia iniciara y yo emocionada le dije que sí. Lo seguí imaginando que quizá tendría mi
regalo de graduación o tal vez planeaba pedirme matrimonio. Estaba tan nerviosa, pero trate
de ocultarlo.

Una vez alejados de todos me tomo ambas manos y me dijo:

– Eva, lo siento, pero lo nuestro se terminó. -- Su mirada parecía algo triste, hasta creí verlo
llorar, pero no estoy segura ya que ocultaba su rostro de mi mirada. Con el tiempo pensé que
solo había sido mi imaginación sus lágrimas.

En ese momento, después de sus palabras me sentí morir, mi mundo se oscureció, tenía que
saber cuál era el motivo del rompimiento, tenía que haber algo fuerte, porque no lo entiendo
todo parecía estar bien y de un día para otro todo cambio, ¿o es qué se dio cuenta que ya no
me amaba?
Cuando estaba a punto de preguntárselo el huyo y no lo volví a ver hasta hoy, después de diez
largos años, diez años llenos de tortura donde me preguntaba qué había pasado, cual fue el
motivo de su desaparición, le llama demasiadas veces, pero el numero ya no existía, en su casa
ya no vivía nadie, era como si hubiera desaparecido de la tierra, como si él nunca hubiera
existido y como si todo lo vivido solo hubiera sido un sueño.

Capítulo 2
Y hoy me encuentro aquí preguntándome si vale la pena pedirle una explicación o seguir con
mi vida, porque claro yo hice mi vida, tengo a Pablo y mi pequeño Pablito. Aunque no pude
llegar a amar a mi esposo igual que a Ernesto, no con la misma intensidad, pero si lo amo, de
alguna forma lo amo; me trata como una princesa y además me dio lo mejor del mundo, un hijo
y aunque no lleva mi sangre lo quiero como si fuera mío y él me quiere a mí.

Conocí a Pablo cuando inicié mis prácticas, era el hijo del dueño, pero eso no lo hacía sentirse
más que los trabajadores, el también empezó desde abajo, según su padre tenía que aprender
que la vida no era fácil y que si no se esforzaba no conseguiría nada.
Era un gran chico, después de un tiempo nos hicimos amigos a los pocos meses de mi llegada
se incorporó Bertha y pronto los tres nos convertimos en amigos, Bertha era la secretaria del
jefe del departamento de nuestra área.

Pablo se enamoró de Bertha al igual que ella de Pablo al poco tiempo fueron novios y luego se
casaron, tuvieron un hijo, el parto fue complicado en donde Bertha perdió la vida, fue muy
dolorosa esa etapa, Pablo entro en depresión y yo como amiga tuve que estar para él y su hijo,
cinco años después, cuando su hijo fue víctima de bullying por no tener mamá, decidimos
intentarlo, quizá esto me deja como una mala amiga, pero lo hacíamos por el niño.
Todo parecía perfecto, habíamos acoplado nuestras vidas, sí, al principio fue difícil, el recuerdo
de Bertha, que fue de Pablo el amor de su vida, yo con el recuerdo de Ernesto quien había sido
mi vida.

Los dos pensando en que habíamos traicionado a mi amiga, pero ella siempre estaría con
nosotros, su recuerdo siempre estaría presente tanto en nuestra vida como en la de su hijo, no
porque yo me casara con Pablo significaba que la estaba sustituyendo, no, claro que no, nunca
aria eso y mucho menos Pablo lo permitiría. Lo único que buscábamos era darle un hogar
completo a Pablito.
Éramos amigos y nos queríamos, quizá podríamos llegar a enamorarnos. Desde Ernesto no
quise saber nada del amor y Pablo no tenía cabeza para esa tontería después de Bertha, según
sus propias palabras.

Dos años después de nuestro “matrimonio” pensamos que era el momento de tener una vida
marital si ya éramos un matrimonio ¿que nos detenía? Solo amor, ya habíamos traicionado o
quizá no. Teníamos que vivir el momento, ya iba siendo hora de empezar de nuevo nuestras
vidas, Bertha no volvería y Ernesto tenía que quedar en el pasado.

Parecía que ya nos estábamos enamorando o eso imagine, hasta planeábamos tener un hijo.
A penas ayer tocamos ese tema y llegamos a la conclusión que ya era el momento, Pablito ya
estaba creciendo ya comprendería ciertas cosas.

Justo hoy aparece mi viejo amor, a quien creía haber superado, a quien pensé haber dejado de
amar, quien solo vivía en un recuerdo lejano… pero por lo visto no, él llega y remueve el pasado,
dejándome llena de dudas, preguntándome si aún lo amo o solo es el recuerdo, si vale la pena
seguir frente a él o ignorarlo y seguir con mi vida… mi cabeza me grita que continúe mi camino
que no tiene sentido detenerme si ya tengo una vida hecha, pero mi corazón, mi corazón
siempre llevando la contraria a la razón me pide que le exija una explicación del porque me
abandono en el pasado. Maldita sea ¿por qué tuviste que volver a cruzarte en mi camino?

Y aquí estoy sin saber qué hacer, que decir…


EL TÍTULO DE MAMÁ, ES MÍO.
Capítulo 1
Nunca imagine que podía llegar este día, yo con tan solo 28 años sentada frente a un juez
luchando por la custodia de mi hija, esto no tiene sentido, nadie más que yo tiene derecho sobre
ella, y no intento decir que soy una madre excelente y mucho menos perfecta, nadie lo es, todos
cometemos errores. Yo cometí muchos, recuerdo aquel 24 de diciembre, hace 6 años, se
suponía que tenía que llegar temprano a casa para preparar la cena y ver una película junto a
mi hija hasta que el sueño nos rindiera, despertar en la sala y abrir los regalos como lo hacíamos
desde 3 años atrás, esa era nuestra pequeña tradición.

Yo trabajaba como recepcionista en un hotel mi turno era desde las 6 am, hasta las 6 de la
tarde, eran doce horas en las que no veía a mi hija, pero tenía que trabajar para mantenernos,
solo éramos las dos, llevaba meses buscando un trabajo que me permitiera pasar más tiempo
con ella pero hasta la fecha no lo había encontrado; y aquel 24 de diciembre mi compañera,
con la que cambiaba de turno tenía un compromiso y me pidió que la cubriera que solo sería
unas dos, tres horas, acepte ya que era un poco más de ingresos para mí. Le marque a la
muchacha que me ayudaba a cuidar de mi hija cuando trabajaba, era una chica de 17 años,
vivía en la misma vecindad que nosotras, era seria y centrada, muy responsable el dinero que
le pagaba lo ocupaba para pagar sus estudios.

Pasaron las horas, y mi compañera no llegaba hasta un poco después de medianoche llegó.

Había sido un día muy largo, llegué cansada, fui directo a mi departamento encendí las luces y
después fui a recoger a mi hija, la encontré dormida, la tuve que cargar para no despertarla, la
lleve a su cama, la tape muy bien y me fui directo a la mía, no tenía ganas de nada ni siquiera
me desvestí, me dormí tan solo caer en la cama.

Desperté por las sacudidas que me daba mi hija, al abrir los ojos vi que los de ella estaban con
lágrimas, me levante al instante preocupada, le pregunte qué era lo que le sucedía y ella entre
sollozos me dijo que santa Claus se había olvidado de ella, que no le había dejado ningún
regalo, mi corazón se rompió, ¿cómo era posible que me había olvidado de comprar su regalo?,
si sabía perfectamente que era una de esas pocas fechas que la hacían feliz por el simple hecho
de abrir un regalo por más barato que esté fuera. Así que le tuve que explicar que santa no
existía y que nosotros los padres somos los que compramos regalos y que era falsa toda esa
historia con la que crece un niño; hubo un momento donde sus lágrimas se incrementaron, pero
al final lo comprendió… y así fue como a sus 6 años se enteró de que santa Claus no existía.
Creerán que soy una mala madre, pero hay peores lo sé perfectamente.

Ese día lo pedí libre y traté de que fuera aún mejor que los años anteriores, conoció la playa y
la vi muy feliz, desde entonces me he esforzado por convertir esa fecha en un día inolvidable.
Quizá sea el remordimiento o el amor de madre por verla feliz.
Ella siempre me recuerda para que no lo vuelva a olvidar y yo planeo un paseo por algún nuevo
lugar que nunca hallamos visto antes, ella es una aventurera, le gusta conocer cosas nuevas,
ir descubriendo el mundo…

Capítulo 2
--ahora le toca a su hermana—mi abogado me saca de mis recuerdos; vuelvo al presente, veo
como mi hermana con su falda entallada de color rojo que le llega hasta las rodillas, su camisa
blanca y su bléiser del mismo color de la falda, sus tacones como de once centímetros le da
una buena imagen; creo que mi vestido negro con lunares blancos, mis zapatos de apenas 5
cm y mi suéter de abuela, como lo llamo mi hermana antes de entrar a la sala, estarán en mi
contra, pero ¿el físico importa para este caso?, no lo creo, hay cosas más importantes y son los
valores, cosa que este par no los tiene, si este par, también me está demandando mi “cuñado”,
que ridículo por favor. Veamos que tiene por decir mi hermanita…

Mi abogado le pregunta porque quiere pelear la custodia de mi hija…

--- querrá decir “mi hija” – le corrige mi hermana, enfatizando la palabra “mi”.

Su hija, si como no -- pienso.

El abogado se corrige y le vuelve a preguntar. – ¿por qué está peleando la custodia de su hija?

--porque es mi hija y tengo todo el derecho sobre ella, lleva mi sangre, yo la traje al mundo soy
su verdadera madre no ella — me señala con su barbilla. Yo solo la observo fijamente a los
ojos, ella intenta mantener el contacto visual, pero después de unos escasos segundos baja la
mirada. intento no reírme de la situación.

Cree que puede intimidarme, pero se equivoca, no sabe de lo que soy capaz por mi hija. – hay
hermanita, tú no me conoces -- me digo yo misma.

--¿Por qué hasta ahora y no antes? —vuelve a preguntar el abogado.

--cuando quede embarazada era solo una adolecente y no sabía que era lo correcto, medio
mucho miedo, usted sabe que la vida en un pueblo es complicada no solo en lo económico, la
sociedad te destruye con solo palabras, solo cometes un pequeño error y estas en la boca de
todos. Cuando supe de mi embarazo sabía que no sería fácil, no le temía tanto a la sociedad,
mi mayor miedo era que mi esposo aquí presente no se hiciera cargo, en aquel momento solo
éramos novios, también le temía a que mi padre se avergonzara de mí y me echara de la casa,
pero gracias a Dios cuando le di la noticia a mi marido se emocionó tanto que comenzamos a
planear la boda — veo como ellos se observan y se sonríen, se ven tan enamorados, si no
conociera la verdadera historia hasta yo creería todo lo que está diciendo mi hermana, tengo
que aplaudirle es una gran actriz…

Mi hermana sigue con su relato, pero yo ya no la escucho, los recuerdos me llevan al pasado,
el comienzo de todo esto yo iba a cumplir catorce años cuando mi hermana quedo embarazada,
si es verdad, ella era una adolecente, apenas tres años mayor que yo. Pero ella nunca quiso al
bebe, si no fuera por su amiga que la traiciono cuando mi hermana le había pedido que guardara
el secreto, nadie se daría cuenta. Según su amiga iría con la curandera del pueblo que se
encargaba de hacer abortar a las mujeres que no querían traer más hijos a la vida llena de
necesidades que teníamos, pero muchas de esas mujeres morían y Amelia, la amiga de mi
hermana, tenía miedo que le fuera a pasar eso a ella, así que fue con Lorenzo, mi ahora cuñado.

Se armó un gran problema en casa gracias a eso, Lorenzo fue con mi hermana, le pregunto
porque lo quería hacer, porque quería abortar y ella le respondió que no quería ese bebe, que
solo sería un estorbo, que estaba harta de cuidar a niños chiquitos que solo saben llorar y
ensuciarse, y que no quería esa responsabilidad, ella quería vivir, disfrutar y por esa razón nadie
la detendría o evitaría que lo hiciera, Lorenzo le propuso que si tenía al bebe él se casaría con
ella, que no la dejaría sola, trato de persuadirla pero no lo logró. Nada ni nadie podía hacer que
cambiara de opinión; aunque dicen que todos tenemos un precio, y sí, mi hermana lo tenía.

Mi papá llego de trabajar en ese instante y se encontró con la acalorada discusión


– ¿Qué pasa?, ¿por qué esos gritos? -- pregunto al entrar.

--Aquí Luz, que está embarazada y quiere abortar.


--¡¿Que?! – mi padre no lo podía creer-- ¿es verdad eso? —se dirigió a mi hermana.
--Sí, estoy embarazada. — sin remordimiento, Luz contestó — pero no te preocupes papá, no
te dejare a la vergüenza, este niño no nacerá, nadie se dará cuenta.

-- Estas locas, tu no vas a abortar, y si es necesario te encerrare…


-- ¿Qué?, en la casa, por favor papá, esta casa se está cayendo, las puertas ni siquiera sirven.
-- ¿Qué quieres para que ese niño nazca? – intervino Lorenzo

--Nada, no quiero nada.

Capítulo 3
La discusión continuaba, poco a poco la esperanza de que Luz cambiara de idea se esfumaba.
En un momento entre aquella discusión todos se quedaron en silencio, mi papá y Lorenzo no
sabían que más hacer o decir para que mi hermana entrara en razón y no abortara. Parecían
tan cansados, creo que mi padre hasta lloro.

Amelia y yo solo éramos unas espectadoras de aquel pleito, solo observando la escena en una
esquina de la casa. Mi papá se sentó se veía que estaba demasiado cansado para seguir
discutiendo con Luz, no me gusto verlo así, él había trabajado mucho para sacarnos adelante
y luego la vida le dio un golpe fuerte, el cual tuvo que superar rápido porque nosotras lo
necesitábamos, perder a su esposa y tener que cuidar solo a unas niñas de 6 y 3 años, no era
fácil, y por esa razón es que intentaba justificar la decisión de mi hermana, ella tuvo que crecer
rápido y cuidar de mí, básicamente fue una madre, me cuidaba, me hacía dormir, aprendió a
cocinar muy chica porque mi padre tenía que ir a trabajar, Luz entendió la situación, sabía que
tenía que ayudar a papá con los deberes de la casa, gracias a eso perdió su niñez, quería
justificarla ahora, pero no tenía derecho a decidir sobre si su bebe vivía o moría, él no tenía la
culpa de nada, así como nosotras no la teníamos por lo que había tocado vivir.

Pensando en esto se me ocurrió algo, ella quería disfrutar de la vida, quizá viajar y ¿qué
necesitaba para eso?, dinero, podía funcionar, no sé, necesitaba intentarlo de alguna manera y
esta podía ser la forma. Toque el brazo de Amelia para llamar su atención, ella me volteo a ver
y le susurre muy bajito aquella palabra, ella lo comprendió de inmediato.

--¡Luz! – mi hermana la observo, se veía que había odio en esa mirada, nunca olvidé la forma
en que la veía, era la primera vez en que la vi tan enojada.
-- ¿Qué quieres Amelia?, ¿ves lo que provocaste?, por tu culpa esto está pasando.
--Ella no tiene la culpa, tu eres la que está embarazada, tu eres la que quiere abortar, tú fuiste
la que te equivocaste. – dijo mi papá, --Ahora asume las consecuencias
-- ¿Cuánto quieres? – dijo Amelia antes de que Luz le contestara a papá.
Todos voltearon a ver a Amelia.

--¿Cuánto quieres para qué el niño nazca? – volvió a preguntar Amelia.


--Ya les dije que no quiero nada, solo abortar.
--Piénsalo Luz, puedes irte de aquí y conocer otro lugar con ese dinero.

Mi hermana parecía meditarlo por un momento.


--Está bien, tendré al bebe, pero solo si me dan 30 mil pesos, pero que les quede claro, no me
are cargo de él nunca.
--Bien, te daré el dinero, pero una vez que haya nacido, y más te vale que no intentes hacerle
daño. Si nace enfermo no te daré lo que pides, y por tu bien espero que ese bebe nazca sano.
– le dijo Lorenzo.
Quizá no era mucho dinero, pero mi hermana solo tenía 16 años, no creo que supiera lo que
era vivir la vida lejos de casa.

Capítulo 4
Así pasaron los meses, todos nos dedicamos a hacer cualquier tipo de trabajo para completar
la cantidad que había pedido mi hermana, hasta yo, bordaba y cada fin de semana me iba a los
pueblos vecinos junto con Amelia para vender nuestros productos. No solo era juntar los 30 mil
pesos que pedía mi hermana, también para los gastos del parto y las cosas que necesitara el
bebé.
Se llegó el día del parto, era de noche habíamos terminado de cenar, mi padre estaba
guardando un poco de leña que teníamos en el patio, se veía que vendría una lluvia, yo estaba
levantando la mesa y mi hermana ya se había ido a acostar, parecía un poco tranquilo, solo los
truenos y relámpagos aparecían de vez en cuando.
Me hallaba guardando el resto de la comida que nos había sobrado, en eso mi hermana grito,
llegue hasta ella preocupada por su grito, cuando me grito más fuerte que no me quedara
parada y que fuera por la partera, que no estaba dispuesta a soportar mucho tiempo los dolores.

Salí al patio y le dije a mi padre, el tomo su machete y fue por doña Mónica, la partera del
pueblo.
Me quede cuidando de mi hermana sin saber qué hacer. En eso apareció Amelia junto a mi
padre, le pregunte por la partera y dijo que Lorenzo había ido por ella en su caballo, que así
sería más rápido.

Pronto llego Lorenzo con doña Mónica y se puso en marcha para que no hubiera ningún tipo de
complicaciones, y gracias a Dios no las hubo.
Todo salió bien, fue una niña completamente sana, la partera le intento entregar la bebe a Luz
para que sintiera el calor de su madre, pero mi hermana la rechazo, entonces la deposito en el
canasto que preparamos para ella, la envolvió bien para que no sintiera el frio de aquella noche.
Doña Mónica salió para informar a papá y Lorenzo que el trabajo estaba terminado y que todo
estaba bien.
Entraron apresurados para verla, se morían de ganas por conocerla y saber si todo estaba bien,
al entrar y verla quedaron enamorados, al igual que Amelia y yo lo estábamos. Nosotras
habíamos asistido a doña Mónica en todo el tiempo que duro el parto.

La niña era tan hermosa, lo más hermoso que había visto en mi vida, fue como una luz para
esa noche oscura y de tormenta. ¡Dios!, parecía que el cielo se caería en cualquier momento,
hacía tiempo que no caía una lluvia así.

Doña Mónica se quedó toda la noche para estar al pendiente por si surgía algún imprevisto,
pero gracias al cielo todo estuvo bien, la bebe despertó varias veces no sabía si era por los
truenos, por hambre o quizá lloraba porque sentía el rechazo de su madre, quería pensar que
era por las dos primeras.

La mañana llego, yo me encontraba en el pario tratando de descombrar un poco el desastre


que había hecho la lluvia cuando vi que mi hermana salió de la casa.

--Hermana, ¿Qué haces levantada?, acabas de tener un bebe, recuéstate y ahorita te preparo
un caldo de pollo para que tomes fuerzas – se le veía que había pasado una mala noche, tenía
unas ojeras enormes.
--Y ¿Lorenzo? –pregunto ignorándome por completo.
--Fue al pueblo vecino para que un doctor checara la bebe, ¿la viste? ¡es tan hermosa!
--Ah, voy bañarme y preparar mis cosas.
--Entonces… ¿si te vas? – le pregunté triste, pensé que talvez había cambiado de idea, ella
perfectamente sabía lo que era crecer sin una madre. La desconocía completamente, me
preguntaba qué había pasado con mi hermana, aquella cariñosa y atenta que se encargó de
mí.
--Por supuesto, no me pienso quedar en este pueblo donde lo único que hacen las personas es
esperar la muerte.
--Eso no es verdad.

--Claro que sí, desde que uno es pequeño sabe que debe aprender a trabajar o saber los
deberes que requiere una casa, luego casarse, tener hijo y esperar, ¿Qué? Que nos hagamos
viejos y agonicemos.
--Pero acabas de tener una hija.
--Si fuera por mí no hubiera nacido. Y ya no sigas, solo me estás haciendo perder el tiempo. –
se dio la vuelta y entra a la casa.

Poco después de que mi hermana saliera de bañarse llego mi papá y luego paso lo que tenía
que pasar, mi hermana exigió su dinero, nadie la pudo convencer de que se quedara así que
se lo entregaron y se marchó. No volvió al pueblo nuca, desde entonces no supe nada de ella,
hasta hace alrededor de dos meses cuando me exigió que le devolviera a su hija que yo se la
había quitado, resulta que ahora soy la mala.

Capítulo 5
El juez dio un golpe con su martillo, me sobre salta y con eso regreso a la realidad, aun no
puedo creer que estoy peleando con ellos, con quienes creí que eran mi familia. El juez nos da
un receso de una hora, todos salimos, necesito aire así que me dirijo a un parque que está
cerca del juzgado, queda solo a cinco minutos. Mientras camino me vuelvo a perder en el
pasado.

Recuerdo que Levana era tan bonita, Lorenzo escogió ese nombre por su significado, “blanca
como la Luna”, ya que su piel era tan blanca como una luna llena y sus ojos color miel, redondos
y grandes, según mi papá se parecía a mamá, no la recuerdo bien pero aún conservo una
fotografía como de 2.5 x 3 cm, algo gastada y en tonalidades café que llevo en mi cartera, junto
a un retrato de papá, del mismo tamaño. Eso me hace sentirlos cerca.

Como extraño a papá, el sabría qué hacer en este caso, pero desafortunadamente él también
me ha abandonado, claro no por que quisiera, sino porque así es la vida. Aquel año fue el peor
de toda mi vida...
Solo había pasado cinco años del nacimiento de Levana, cuando Lorenzo llego de los estados
unidos, jamás olvidare ese día, 11 de diciembre. La mañana había sido linda, me levante a la
hora que se levantó mi papá para prepararse e irse al trabajo, él trabajaba en el campo en todo
que tuviera que ver con el cultivo de jitomate en una hacienda que se encontraba en las afueras
del pueblo, como cualquier habitante del pueblo y lugares cercanos, sin importar el sexo o la
edad.

Desde muy pequeños entraban al trabajo hasta que la edad ya nos les permitía hacer nada y
con un sueldo que parecía un insulto, pero era todo lo que había y siempre se acostumbraba a
vivir con eso. Pero, en fin, ese 11 de diciembre, mi papá termino de arreglarse y yo le entregue
su café mientras terminaba de envolver su almuerzo, era una rutina que habíamos adquirido
desde que me había hecho cargo de Levana. Se terminó su café, fue a darle un beso a su nieta,
tomo su almuerzo y se fue.

Más tarde desperté a Levana para que desayunara y llevarla a la escuela, estaba en su primer
año.

Todo parecía normal, a acepción que ese día fui a ayudarle al sacerdote Juan a limpiar la iglesia,
él era muy bueno conmigo, me daba muchos consejos y me enseñaba cosas para no ser
ignorante y así poder apoyar a mi hija.

Se llegó la hora en que terminan las clases, así que me despedí del padre y fui a recoger a
Levana, llegamos a la casa y mientras ella jugaba, yo preparaba la comida para llevarle a mi
padre, en eso alguien toco la puerta, fui a abrir y me encontré con Lorenzo, pero era otro
Lorenzo, estaba muy cambiado. Todo el tiempo que se había ido yo me hice a la idea de que él
sería mi esposo, así que trate de amarlo, no sé si en verdad lo quería o solo trate de engañar a
mi cabeza y a mi corazón, lo cierto es que, sufrí bastante todos los años que había
desaparecido, al verlo parado frente a mí quede en shok, creí que estaba muerto, pero estaba
frente a mí, no podía ser un fantasma o ¿sí? No, claro que no era real. Así que me encontraba
frente a mi futuro esposo.

Oh es verdad se me olvidaba contarles porque me casaría con él. Resulta que, después de que
mi hermana se fue, Amelia y yo nos hicimos cargo de la bebe, ya que la mamá de Lorenzo
trabajaba en la hacienda como sirvienta y no podía dejar su trabajo, en cambio Amelia y yo
tuvimos que dejar el trabajo en el campo dedicarnos solo a lavar y planchar en mi casa para
poder cuidar a la bebé. Hicimos un buen equipo y con la ayuda de doña Silvia, una señora que
recién había tenido a su bebe, y quién nos enseñó como cargar, bañar, dar de comer y todos
los cuidados que implicaba un recién nacido, pudimos criarla en sus primeros años, además
doña Silvia le daba leche materna a Levana.

Cuando casi se cumplía un año de la llegada de Levana a nuestras vidas, Amelia se fue a vivir
con su novio, sus papás se molestaron tanto con ella, ya que no aceptaban al que ella eligió
para pasar el resto de su vida, decían que no le convenía, que no sabía trabajar, que lo único
bueno que sabía hacer era tomar. Yo estaba segura que ni eso sabía hacer, ya que siempre
terminaba inconsciente por algún golpe, era lo que se ganaba por su gran boca. A Amelia no le
quedo más que irse lejos de aquel lugar, lo último que supe de ella fue que había pasado la
frontera, pero sin su marido. Así que me quede sola cuidando de la bebe. Bueno el punto es
que mi padre y los papás de Lorenzo decidieron que yo podría ser la madre de Levana, por lo
tanto, el primer paso sería casarme con Lorenzo. Pero como aun no tenía la edad según el del
registro civil, solo era cuestión de meses, sin embargo, si podíamos registrarla con mi nombre
así que se hizo el registro. Si, así como lo escuchan, legalmente soy la madre.

Capítulo 6
Después de un par de meses de lo sucedido, Lorenzo nos reunió a todos e informo que se iría
para los estados unidos, sus padres intentaron hacerle ver que aquí estaba bien, pero él dijo
que no, que era muy difícil vivir aquí, que lo hacía por su hija para que no viviera como él lo
había hecho y que pudiera ser feliz.
--Les prometo que, en dos, tres años estaré de vuelta.
--Pero hijo…
--No mamá, míralo así, trabajare duro para regresar pronto, les enviare dinero para que
construyan una casa digna de mi hija, una casa con puertas y ventanas donde no puedan entrar
ladrones y nos quiten lo poco que tenemos, quiero una casa con paredes sólidas, que no tenga
la necesidad de estar cambiando el techo cada año para que el agua de la lluvia se filtre. Estoy
cansado de vivir en estas condiciones. ¿Que acaso ustedes no?

No pude descifrar si era tristeza o miedo, pero alegría no era, su mirada estaba perdida en algún
lugar de la casa mientras decía aquellas palabras. Algo en mi interior me decía que estaba
huyendo y yo era la razón, quizá no quería está responsabilidad o tal vez el amor que aún sentía
por mi hermana y el recuerdo que lo perseguía lo estaba acabando.

--Ya tomaste tu decisión. –Hablo su padre – Solo nos queda apoyarte, que tengas suerte hijo.
--Gracias papá. – Se voltio hacia mí – Prometo que cuando vuelva me casare contigo, te dejo a
mi hija, sé que nadie mejor que tú la puede cuidar.

Yo solo asentí, me quedaba con una gran responsabilidad y sin saber si realmente lo quería a
él, pero bueno la decisión ya estaba tomada y no había más que esperar, esperar al tiempo y
ver que aquella promesa se realizara...
Pero hay promesas que no se cumplen, y quien creíamos que era nuestro destino, en realidad
no lo es. Nadie puede planear tu futuro, porque la vida nos sorprende, y vaya que sorpresas
nos da.

Observe el reloj, ya había pasado más de cuarenta minutos desde que se había dado el receso,
era hora de volver, no quería llegar, así que camine con toda la calme del mundo, cuando estaba
por doblar la esquina hacia el juzgado, mi abogado me llamo, creía que me había escapado. La
verdad, como he considerado esa opción desde que ellos aparecieron para pelear, pero sé que
no es la salida y no voy a esconderme, voy a dar la cara y la vida, si es necesario.

Llegue a tiempo, nos situamos todos en nuestros lugares, nos pusimos de pie cuando el juez
entro. La audiencia continua, ahora el turno es de Lorenzo. Apuesto que va a embelesar al juez
con una gran mentira, espero se dé cuenta de lo falso que son.

El abogado le pregunta porque motivo la niña no creció cerca de él.

--Yo me había ido para los estados unidos buscando el sueño americano, como todos los que
tenemos hambre de superarnos. Lo único que buscaba era lo mejor para mi familia, todo el
tiempo que estuve por allá, me partí el lomo trabajando, a veces no comía para enviar dinero.
--¿Cuánto tiempo estuvo en los Estados Unidos?
--Solo fueron 4 años, no soporte más estar lejos de mi hija, pero cuando regrese mis padres me
informaron que esta mujer – me señala con su dedo… esperen, ¿lo que acabo de ver en su
mirada es odio, mezclado con dolor?, pero que actor, digno de un premio, ¿se verá mal si me
pongo de pie y le aplaudo? – Esta mujer desapareció con mi hija, se la llevo sin avisarle a nadie,
me he pasado todos estos años buscándolas, pero parecíera que la tierra se las había tragado,
hasta hace unos meses el investigador que contrate las localizo.

Como me dan ganas de lanzarle por lo menos mi zapato. Es un estúpido, si, es verdad que hui,
pero fue por su culpa. También es cierto que envió el dinero para la casa, de hecho, su papá se
encargó de buscar al albañil y comprar todo el material necesario, se llevó alrededor de un año
construirla, no era lujosa, solo tenía dos cuartos, la cocina, un lugar para comer y baños, con
puertas y ventanas de fierro. Era perfecta para vivir los tres como familia.

Cuando estuvo terminada sus papás me dijeron que podía habitarla junto con mi hija, no quería
dejar solo a mi papá así que les pregunte si podía ir a vivir conmigo y ellos estuvieron de
acuerdo, dijeron que les parecía buena idea, ya que así habría un hombre para cuidarnos en la
noche.

Vivimos solo tres años en esa casa. Ya que, como les había mencionado antes, aquel 11 de
diciembre, después de que abrí la puerta y me encontré con Lorenzo, mi padre llego, lo quiso
saludar, pero Lorenzo dijo que tenía que hablar conmigo a solas. Le encargué la niña a mi padre
y me fui con Lorenzo lejos de la casa, cerca de donde se encontraban los inicios de la barda
que no se alcanzó a terminar.
--Veo que han hecho un buen trabajo – dijo Lorenzo refiriéndose a la casa. –Me alegra saber
que no echaron a perder lo que les envié.

Yo no sabía que decir así que solo lo mire. Él se quedó en silencio por un rato y después
continuo.
--Mira, sabes que lo de nuestra boda era en contra de nuestra voluntad, es algo arreglado por
nuestros padres.
Solo asentí, sabia para donde iba aquella conversación.
--Bien, porque yo me case en los Estados Unidos, ahora tengo documentos y puedo ir y venir
cuando yo quiera, además tengo un hijo.
No podía creerlo, eso sí que no me lo esperaba, aunque lo que más me dolía era pensar que
se llevaría a Levana. Creo que adivino mi pensamiento, ya que me dijo algo que me dejo aún
más sorprendida y fueron justo esas palabras con las que comenzó mi odio hacia él.
Dicen que no es bueno odiar, pero es algo que no puedo evitar. ¿Cómo se atrevía a pedirme
que me saliera de la casa? ya que ahí llevaría a su esposa, y además que por favor no dijera
que tenía una hija. Estaba negando a su hija, el pueblo es chico, pronto su esposa se enteraría,
pero no de mi boca. Sinceramente, Lorenzo tampoco merece el título de padre.

Me trague todo lo que quería gritarle por mi hija, por ella no iba a hacer una escena y mucho
menos dejaría que supiera quien era esa persona, él no la merecía. Si Lorenzo no quería que
su nueva familia supiera su pasado, no dejaría que mi hija lo supiera, no estaba dispuesta a que
sufriera algún rechazo.

Después de que se fue, le conté a mi papá, él se puso muy furioso, tomo su machete, se colocó
su sombrero y fue a enfrentarlo, yo intente detenerlo, pero no lo conseguí, tampoco pude ir tras
él y dejar sola a Levana, así que no me quedo más que esperar a que regresara y rezar para
que no pasara una tragedia.

Estuve toda la tarde esperándolo, pero no volvió, me preocupé, no sabía qué hacer. Dieron las
9 de la noche cuando alguien toco la puerta, cuando fui a abrir me encontré con que era el padre
Juan, me llevaba la mala noticia que mi padre había sufrido un accidente, se encontraba grave
en la parroquia.

Tome a mi hija y junto al padre nos fuimos para el templo, cuando llegue encontré que el
ayudante del padre había ido a buscar al doctor quien ya lo estaba atendiendo, una hora
después el doctor nos informó que no había nada que hacer, que quizá en la capital podrían
ayudarlo, pero por su estado no llegaría con vida. Sugirió que nos despidiéramos de él, ya que
tal vez no llegaría a la mañana siguiente.

Fui hasta el cuarto donde se encontraba mi padre, al acercarme a él, me tomo de la mano,
coloque mi cabeza en su pecho y después de besar mi coronilla y darme su bendición, me dijo
que hullera, que buscara una mejor vida, que pensara en mi hija, porque era mía. Observe como
su respiración disminuía, acerque a su nieta y mi padre hizo lo mismo con ella y después de
decirnos que nos amaba, se fue.
Capítulo 7
El reloj marcaba las 11:59 de la noche cuando me encontraba al lado de mi hija despedíamos
a mi padre en el panteón del pueblo, solamente en compañía del doctor, el sacerdote que daba
una oración por su alma y el ayudante del padre, quien junto al doctor terminaban de echarle
tierra al cuerpo que se encontraba tres metros bajo aquella tierra.

Como a las 3 de la mañana, me despedí del padre Juan en la estación de autobuses donde
comenzaba una nueva vida para nosotras.

Llegue a la ciudad, fue un poco difícil acostumbrarnos, pero fue mucho más difícil encontrar un
trabajo, en todos pedían experiencia, en algunos otros no aceptaban niños, pero al final
encontré el trabajo en el que ahora me encuentro y por suerte a Lili quien cuida de mi hija
mientras no estoy. Todo parecía estar bien hasta que aparecieron ellos.

Han pasado 10 años desde aquel día en donde abandone el pueblo, jamás regrese, pero por el
padre Juan sé que nadie se había enterado de la muerte de mi papá y que todos se preguntaban
para donde habíamos ido, mi hermana lo sabe, pero ni siquiera eso le mueve...

Así es como llegamos a este momento en donde el seguir teniendo la custodia de mi hija de
pende de un juez que escucha toda la historia, un juez que puede darme la custodia o quitármela
para siempre, un juez que además, su rostro no refleja nada.

Mi suerte está en el aire...


OJALÁ, VOLVAMOS A COINCIDIR.
Capítulo 1
Me he enamorado perdidamente, él se llama Diego, y cuando está conmigo es tan romántico,
tan cursi; desdé antes de ser novios encontraba en mi casillero o butaca una rosa o algún
poema, pensamiento sacado de internet o palabras que él siente en su corazón. Así fue como
me conquistó. Aún recuerdo su primer detalle, fue una tarjeta en forma de corazón que dejó en
mi casillero junto a una rosa roja, en ella me decía todo lo lindo que vio en mí, nunca me explique
cómo yo podía gustarle, hay tantas chicas hermosas, pero él me eligió a mí...
¡Cómo lo amo!
Así fue cómo cada día, con cada detalle o cada palabra que me dice o me daba se apoderó de
una parte de mi corazón. Sin embargo, no se lo puedo dar por completo, y no estaba segura si
algún día se lo podría entregar por completo…
Pero al final, sin darme cuenta ya se había adueñado de todo mi ser, de mis sentidos, y mi
corazón enloqueció por completo, solo latía por él y para él. Me llevó tan alto, tan lejos, y no
anticipé que si algún día caía sería doloroso.
El tiempo pasó y coincidir con Diego había sido lo más maravilloso que jamás me había pasado.
Todo a sido perfecto, romántico, demasiado lindo. A su lado yo me sentía en las nubes, en el
paraíso, todo a mi alrededor era perfecto, estando con Diego nada más me importaba y cuando
me besaba el mundo se detenía. Todo es amor. Pero no se equivocaban cuando decían que el
amor te vuelvo ciego e incluso ingenuo.
Todo lo veía perfecto, más, sin embargo, no lo era. Cuando se comienza una relación todo es
color de rosa, imagino que es como un matrimonio, cuando están recién casados solo hay miel
y poco a poco establecen una rutina, comienzan las discusiones y a ver las cosas con el cerebro,
sin tener la vista tan nublada por el amor. Es ahí cuando surgen las indiferencias y si no saben
sobre llevarlas la relación se va apagando y es entonces cuando el amor no triunfa, cuando las
indiferencias pesan más que el amor.
A Diego y a mí eso nos sucedió, los defectos se empezaron a notar, las diferencias se hicieron
presente y el orgullo cada vez era más fuerte.
Dicen que cuando amas a alguien lo debes aceptar con todo y sus defectos, pero yo no puedo
aceptar los de Diego; y es que no me gusta el comportamiento que adquiere cuando está con
sus amigos, y aunque no maltrata físicamente a nuestros compañeros, apoya y alentar a sus
amigos para que lo hagan y eso es mucho peor.
El chico lindo que es conmigo deja de existir cuando está con ellos, al principio de nuestra
relación, la mayor parte del tiempo la pasábamos juntos, el tiempo que compartía con sus
amigos era para platicar o entrenar, pero cuando veía que sus amigos comenzaban a molestar
a alguien él se alejaba. Ahora a vuelto hacer el de antes, incluso cuando yo estoy presente
molesta a mis compañeros sabiendo que a mí eso no me gusta, ahora se a vuelto un poco
obsesivo hacía mí, quiere que estemos juntos, pero a la vez se aleja, que no me hable nadie,
pero él tampoco lo hace. Siento que el cielo comienza a tornarse oscuro.
Yo he tratado de que cambié, así como él lo hace conmigo; ambos queremos que cada uno sea
diferente a lo que somos, para poder ser aceptados en nuestro respectivo círculo de amigos,
sin embargo, estoy segura de que alguno de los dos tirará la toalla muy pronto, y solo de pensar
eso me duele… No quiero perderlo ni que perdamos esté amor, pero nos estamos yendo al
abismo.

Capítulo 2
Sé que lo amo, pero a la vez lo dudó. Y ya no sé si esto es amor o solo nos estamos aferrando
a esa ilusión que teníamos antes de que nos hiciéramos novios, él podrá ser el más guapo, el
mejor jugador, pero al final eso no ayuda a nuestra relación, siempre discutimos y cada uno le
da por su lado. Se perfectamente que él quiere que sea más como sus amigas, que no me
preocupe tanto por el estudió, que disfrute la vida, que salga a fiestas, ya que yo solo deseo
pasear y platicar con él sin importar que pasen horas, contarle de mi día e inclusive disfrutó el
hacer tarea juntos, pero he notado que a Diego esto le parece aburrido.
Ya ninguno de los dos nos esforzamos por fingir, cada día las discusiones suben de tono y gana
quien hiere más, el remordimiento ya ni nos pesa y el amor se va a la oscuridad…

Ayer tuvimos una de nuestras discusiones, pero está vez se fue un poco más lejos. Aunque
parece una tontería, ambos somos tan orgullosos cómo para tomar la iniciativa y pedir perdón.
Hoy tenemos que entregar un proyecto que será contado para obtener la mitad de la calificación
del cuatrimestre, yo estaba tan atrasada en los temas ya que en varias ocasiones lo había
dejado por salir o hablar con él. Había decidido que el día de ayer me pondría de lleno y no
descansaría hasta terminarlo, una hora después de empezar mi proyecto, Diego me marcó para
invitarme a un pequeño convivió que tendría el equipo de fútbol donde él era miembro, todos
sus compañeros irían con su respectiva pareja, cómo le dije que no podía porque teníamos
tarea él se molestó y colgó, estuve toda la noche esperando que llamará y me dijera que no iría
a la fiesta y tal vez terminaríamos haciendo el proyecto juntos, pero nunca llamó y yo no lo iba
a hacer.
Hoy me enteré que si fue a la dichosa reunión, aunque asistió solo y todos sus compañeros se
burlaron de él por tener una novia aburrida, supongo que eso lo tiene aún más de mal humor y
quizá hasta me echó la culpa. Y puede que por ello no me ha dirigido la palabra en toda la
mañana, hoy ni siquiera hubo regalo, en las peleas anteriores siempre encontraba un detalle,
aunque no una disculpa, pero hoy ni siquiera una llama o mensaje, tal vez es porque está en el
aula apurado tratando de terminar el trabajo, yo podría ayudarle pero tiene que saber escoger
entre la diversión y el compromiso, hay prioridades y si él quiere ser alguien en la vida tiene
que sacrificar ciertas cosas, cómo dice mi papá, ayuna hoy para que comas mañana.
Tiene dos horas para terminar, espero que sus amigos le ayuden, sin embargo, lo dudo, ya que
ellos están muy divertidos en la cafetería, justo enfrente de la mesa donde estoy con mis amigos.
Si Diego me pide ayuda con gusto lo ayudo, pero no lo va hacer y yo no voy a ir a rogarle. Que
se las arregle solo, tal vez así se dé cuenta quienes son sus verdaderos amigos.

Capítulo 3
Ninguno cedió, estuvimos dos días sin hablarnos y cuando lo hicimos fue solo porque teníamos
que hacer un experimento juntos, nos tratamos con tanta indiferencia, ni siquiera como
compañeros normales, más bien parecíamos un par de enemigos luchando en un campo de
guerra.
Al tercer día, al término de clases él se me acercó para acompañarme a casa, pero no mencionó
nada de nuestra pelea, yo tampoco lo hice. Simplemente nos comportamos como si nada
hubiera pasado, sin embargo, la espina ahí estaba, y a partir de ese día todo se fue degradando
a un más…
Tuvimos una semana más de romance, pero no era lo mismo, la tensión se sentía, todos la
sintieron, se dieron cuenta que algo no estaba bien, y apuesto que varios le apostaron a un
final.
El viernes paso por mí para irnos juntos a la escuela, al principio del recorrido ninguno dijo nada,
solo nos limitamos a escuchar la canción que tanto nos gustaba, una canción que quedaba
perfectamente a nuestra relación, una canción que ahora se sentía vacía, incluso su mano
tocando la mía se siente diferente, ya no se erizo mi piel, las mariposas que sentía en mi
estómago cuando me besa, no estaban ya.
--Oye -- Diego rompe el silencio -- Te quiero invitar a una fiesta y esperó que está vez si puedas
ir, será este fin.
Esto lo dijo calmado y con la mirada para enfrente, se notaba algo nervioso, cómo si le costará
decirlo.
No respondí de inmediato. ¿cómo decir que no?, no quería ir, además había prometido ir a
visitar a mis abuelos este fin de semana, después de terminar los exámenes, ya tiene bastante
tiempo que no los veo.
--Es un no, ¿Verdad?, Tu silencio lo dice todo.
--Lo que pasa que ya tengo planes, quede de ver a mis abuelos y…
--No te justifiques, tú nunca puedes ir, todo es más importante que yo. -- esto lo dice en un tono
más alto.
--Bueno, tú sabes que ese ambiente no me gusta.
--Pero por lo menos has el esfuerzo, demuestra que me quieres. ¿Sabes lo que está diciendo
todo el mundo de nosotros?
--¿Cómo puedes dudar de mi amor?, Y que te quede claro que no me importa lo que digan los
demás.
--¿Qué cómo puedo dudarlo?, Tu actitud es lo que demuestra. Es obvio que no te importa la
opinión de nadie, solo ve cómo te vistes, casi pareces una monja.
--¿Qué esperas que haga?, ¿Que dejé todo para ir contigo?, ¿Que les cancele a mis abuelos?,
¿Qué me vista como tus amiguitas, que casi no traen nada encima?
-- No hay necesidad de que grites, si no quieres ir pues no vayas, ya sé que siempre estás
ocupada para mí. Y deja de criticar a mis amigos.
-- Ellos si pueden criticarme, te apuesto que lo que me has dicho salió de la boca de ellos. Y
respecto a la fiesta, sabes perfectamente que ese ambiente no es el mío, las fiestas para mí
son…
--¡Si, si, ya me sé de memoria tu discurso, no tienes que volver a repetirlo! ¡¿Sabes qué?!
--¡¿Qué?! Será mejor que le bajes a tu tonito.
La conversación se nos estaba yendo de las manos, los gritos ya se habían hecho presente.
--Me estás cansando Romina…
--También tú lo estás haciendo, empiezo a no soportar tu actitud, lo encantador ya no lo tienes…
-- Ya vienen otra vez tus reclamos para que cambie quién soy. Cómo odió ésa parte de ti.
Esto me lo dijo viéndonos a los ojos, se distrajo del camino y casi nos choca el autobús que
venía frente a nosotros, por suerte silbó y Diego alcanzo a esquivarlo, solo faltaron centímetros
para que ocurriera una tragedia.
-- ¡Eres un imbécil! ¡fíjate por dónde vas, casi nos chocan!
Detiene el auto un momento, pero continua con la discusión:
-- ¡Deja ya de gritar y comportarte como una niña malcriada! ¡si iba a chocar es por tu culpa, tú
me estás distrayendo con tu damita! ¡contigo siempre se termina en discusión!
-- ¿Y cómo no?, Tú nunca me entiendes, quieres que sea igual a ti. Y yo no soy la malcriada,
malcriadas son tus amiguitas; estoy segura que serías feliz si te ayudará a molestar a nuestros
compañeros como lo hacen ellas, sintiéndome más que todos y pasando por encima de quién
sea.
-- Ya deja en paz a mis amigos. Esto ha sido un error, pensé que todo sería bonito, pero no,
eres… que importa, olvídalo.
-- ¿Qué?, ¡No te quedes callado, di lo que ibas a decir!
--Ya no importa. Mejor vamos a clases.
Vuelve a encender el carro y continuamos con el camino sin decir nada, llegamos al
estacionamiento de la escuela, Diego abre la puerta de su lado sin voltear a verme y sin decir
nada más, pero antes de que baje del auto, de mis labios sale una frase que ha estado en mi
cabeza desde que dijo la última palabra.
-- La miel se volvió amarga.
Él me regresa a ver, pone su frente sobré el volante y suspira, parece que está cansado, al igual
que yo. Si cree que voy a seguir discutiendo se está equivocando, más bien lo voy a liberar, nos
voy a liberar, a los dos...
-- Ya no quiero discutir -- Me dice estando en la misma posición y con una voz cansada. Se
endereza y me regresa a ver -- Tú me gustas y me gustas mucho, pero hay momentos en que
eres un poco insoportable y caprichosa.
¿En verdad lo volvió a decir?, pero ya no le voy a discutir nada. Cuando estaba a punto de
hablar, él me besa, pero me besa con todas sus ganas, cómo hacía tiempo no lo hacía, y yo le
correspondí con la misma intensidad y con todo mi corazón. Cuando nos separamos, pone su
frente en la mí, con los ojos aún cerrados me dice:
--Te Amo.
Se separa por completo, yo agachó la cabeza para que no vea mis lágrimas. Coloca su mano
en mi barbilla y levanta mi rostro, cuando ve que estoy llorando, limpia con delicadeza mis
mejillas y me abraza.
--Perdón --Me dice suave al oído.
--Perdóname también.
--Los dos nos hemos equivocado, creo que tenemos que cambiar los ambos.
--No lo vamos a hacer, no podemos cambiar lo que somos, estoy segura que en unas horas
seremos los mismos… la influencia de nuestros amigos pesa más que nuestra voluntad.
Seamos sinceros, tú no puedes ser Diego, si dejas de hacer lo que haces, al igual que yo.
--Pero tiene que haber una solución, ¿no?
-- Si.
--¿Qué se te ocurre?
Lo tomo del cuello y lo atraigo hacia mí para besarlo, por última vez; él me corresponde, y
entonces lo suelto. Lo veo a los ojos, contengo mis lágrimas, tomo fuerzas de no sé dónde y le
digo:
--La solución que veo es terminar. -- Salgo del auto corriendo y me interno en el baño, me
perderé las primeras horas. por primera vez me siento deshecha, cómo si hubiera perdido todo
mi mundo, en realidad, acabo de perder mi corazón.
Capítulo 4
Llevo semanas evitando a Diego, él me ha buscado, pero siempre lo rechazó, no hay nada que
arreglar, él sigue siendo el mismo con sus amigos o incluso peor que antes, no tiene la intención
de cambiar y yo no lo puedo aceptar así, no nos llevará a nada, más que a discusiones y si
algún día terminamos juntos, en Algún momento nos echaremos la culpa entre nosotros y
podremos terminar viviendo un infierno.

Los días se me han hecho una eternidad, deseo que el tiempo se vaya rápido, pero parece que
el reloj está en mi contra, me duele verlo y no tenerlo, me duele lo que pudo ser y no es, duele
tan solo verlo.
La escuela se está volviendo un infierno para mí, estoy perdiendo todo, no solo a Diego, no solo
me perdí a mi misma, todo lo que hago, lo hago sin sentido, sin saber a dónde voy o lo que
estoy haciendo.
Cuando entré a la universidad estaba muy emocionada; pero ahora me parece un infierno y aún
me queda un año por delante, no sé si pueda, pero sí sé que tengo que hacerlo, tengo que
poder estar sin él, vivir con este amor que no puede ser.

El tiempo va pasando, poco a poco me voy acostumbrando a la necesidad de quererlo, pero no


tenerlo, me estoy acostumbrando a el dolor que hay en mi corazón, a extrañarlo e incluso me
he acostumbrado a verlo con distinta chica, pero, a lo que no me acostumbró aún, es a verlo
besarlas, cómo extrañó y deseo sus labios, me gustaría estar en el lugar de ellas,sin embargo
no puedo caer en la tentación yo tengo mis planes y él ha quedado fuera de ellos.
Al parecer no fui tan especial como me lo decía, hace ocho meses que terminamos y solo dos
meses le bastaron para guardarle luto a nuestro amor; lleva seis meses saliendo con otras
chavas, aunque claro, con ninguna ha sido lo que fue conmigo, no hay formalidad, es como si
intentará escapar. No sé si he dejado huella en él, pero en mí sí dejó, y me está lastimando su
actitud, si piensa que con su comportamiento va a Causarme celos o hará que regrese con él,
se equivoca, lo único que provoca es que quiera alejarme más de él, que no quiera volver a
verlo. Con su actitud solo le está clavado más espinas a mi corazón.
Yo no he podido aceptar a nadie, tengo miedo de que me vuelvan a lastimar o que yo lastime.
solo puedo amar a Diego y no sé si algún día pueda querer a alguien más. Siempre termino
comparando a todos. Desconfío de todo, hasta de mi misma y me doy cuenta que nada podrá
ser lo que era.
Que feo es que el amor de tu vida no pueda formar parte de ella, lo único que me consuela es
imaginar que en un futuro nos volvamos a encontrar y esta vez sí podamos ser, que está vez sí
funcione, y que gané el amor.
Me doy cuenta que es imposible dejar de quererlo, de pensarlo; he comprendido que siempre
va a vivir en mí, que mi corazón no está completo, porque él se ha llevado la mitad de mí, me
ha dejado vacía.
Estoy consciente que he cambiado, que ya no soy la misma, que mi actitud ha alejado a muchos,
perdí amigos; me estoy hundiendo en la soledad y lo peor es que no puedo cambiarlo, todo es
más fuerte que yo. A veces siento que estoy muerta en vida.
Así es como pasó los últimos meses de la universidad, entre coraje, celos, rechazó y sin amigos,
sintiendo que solo soy un fantasma, que nadie ve, pero todos temen. He estado sola pasando
los peores momentos de mi vida, ni siquiera con mi familia puedo desahogarme, y cargar esto
me está acabando, por suerte hoy en la noche es el baile de graduación, lo que significa que
esto ha llegado a su fin, tal vez no ver a Diego ayude para olvidarlo, para dejar de sentir lo que
siento.
No asistiré al baile, no quiero ver a nadie, no es porque los deteste, es porque cada uno de
ellos, cada uno de mis compañeros me lleva a pensar en Diego. Apuesto que él ahí estará. El
solo verlo, recordarlo mi mundo se desploma, no sé cuándo fue la última vez que sonreí ni
cuándo fue la última vez que hablé con alguien. Dicen que el amor es bonito, pero a mí me tocó
vivir la peor parte.

Capítulo 5
Nadie se atrevió a invitarme al baile, tampoco es que quisiera ir, si cuando mi vida era color de
rosa no iba, ahora que vivo en la oscuridad mucho menos. Me quedaré aquí, en casa, tal vez
vea una película, pero apuesto que me voy a empapar de recuerdos, de todo lo que he vivido y
con lo que soñaba.

Desde las seis de la tarde me encerré en mi habitación, tomé un baño y encendí la televisión,
tal y como lo había previsto me fui al pasado, no sé de qué trata la película, tampoco me
interesa. No entiendo porque todo me parece tan simple, sin sentido.
Decidí ir a dormir temprano para ver si así dejo de pensar, sin embargo, no funcionó, fue una
noche larga, otra vez.
A la mañana siguiente no quiero ni levantarme sé que hoy es la graduación, hoy estoy
terminando una etapa y comenzare una nueva, hoy tengo varias cosas que enfrentar, le diré a
mis padres que me iré lejos… sí, lo que intento es huir de mi rivalidad, aunque sé que es
imposible huir de ella, siempre irá conmigo. Anoche, mientras trataba de dormir, reflexioné un
poco y llegué a la conclusión de que, si voy a dejar todo, entonces lo tengo que hacer bien y
para eso necesito cerrar mi ciclo con Diego, así que hoy hablaré con él, aún no sé qué le diré,
pero es necesario que hablemos.
Bajé a desayunar sin ganas, aun pensando que le diré a Diego.
Mis padres intentaron hacerme platicar, pero fracasaron, me preguntaron si está emocionada
por la graduación, me dijeron que me regalarían un viaje como regalo, que cuál era el lugar me
gustaría visitar, pero mis respuestas solo fue un sí y no sé. Se dijeron algo entre ellos, pero no
escuché, no les preste atención. Después de terminar el desayuno me levanté para ir a mi
habitación, pero mi mamá y mi hermana me dijeron que tenían preparado algo, no quería ir pero
al final cedí no muy convencida.
Con engaños me trajeron al salón de belleza, yo ya había decidido no comprar ningún vestido
de gala ni llevar un peinado elegante y mucho menos usar maquillaje, iría tal cual soy, no me
interesa lo que piensen.
Sé que mis compañeros hablan mal de mí, reconozco que, si cambié, y mucho, que lo sola que
me encuentro ahora me lo he ganado con creces, pero ya nada me importa únicamente mi
documento.
Aunque si voy a comenzar una nueva etapa, iré por todo, me voy arriesgar. Cambie el color
castaño oscuro que tenía mi cabello por un rojo encendido, lo rizaron un poco y lo cortaron hasta
mis hombros, también resaltaron mis ojos y labios con maquillaje, ni yo me reconocía.
Decidí que tenía que desaparecer a esa niña tonta que era antes, no permitiré que se vuelvan
a burlar de mi, que me critiquen por quien soy, ya no volver a entregar el corazón, aunque no
sé cómo podría entregarlo si ni a mí me pertenece. Hoy quiero que las personas me noten, en
especial Diego, quiero que se arrepienta, por no haber apreciado lo que soy. Hoy seré una chica
segura y decidida, una chica que va por todo a su futuro, hoy nace una nueva Romina.

Capítulo 6
Llegó a la casa, subo corriendo las escaleras, mi mamá me ha dicho que dejó un vestido en mi
cuarto para que lo usé está tarde, cuando abro la puerta veo ese vestido color lila que resalta
el color de mis ojos y que le va perfecto a mi piel clara. Me lo pruebo y me gusta cómo me
quedé, llega hasta el suelo, la parte de adelante es hermosa, con tirantes anchos, sin escote,
ajustado hasta la cintura y suelto hasta el suelo, con una abertura que llega hasta medio muslo,
pero la parte de atrás deja al descubierto toda mi espalda, no estoy segura de esa parte, prefiero
lo simple, pero ya es tarde y el programa está por comenzar, así que me apresuró, tomo las
zapatillas que me dejaron a un lado del vestido y me las pongo.
Baja las escaleras hasta la sala donde me espera mi familia, mi papá me halaga, finjo que estoy
feliz, pero en realidad me estoy muriendo de los nervios por lo que podría pasar con Diego,
tengo ganas de besarlo y eso puede traicionar mi objetivo principal.

Nos subimos al auto, pero no contamos con que encontraríamos tráfico, a pesar de que era
tarde y por lo general a esta hora las calles se encuentran libres, hoy toda la ciudad decidió salir
en sus coches. Empezando mi nueva etapa y llegando tarde.
Cuando entró al salón donde se llevará acabo la fiesta veo a todos mis compañeros en sus
asientos, la ceremonia ya a comenzado, por lo visto tendré que hablar con Diego al final. Entré
más me acercó a mi lugar mis nervios van aumentando, yo no soy de nervios y justo hoy se les
ocurre surgir, doy un paso más y se me dobla el pie, mala elección, debí traerme tenis, pero ya
es tarde, respiro profundo, cuadro los hombros y comienzo a caminar como si fuera cualquier
día, como si estuviera sola en el lugar, siempre con la mirada enfrente. El camino parece largo,
¿Por qué me tocar hasta enfrente?
Pasó la última fila donde se encuentra Diego, se ve guapo como siempre, Romina concéntrate.
Su asiento está justo en orilla por dónde voy a pasar, aún no me ve y espero que no lo haga,
pero al pasarle cerca mi vestido toca su brazo, al sentirlo volteo a verlo y él hace lo mismo, nos
vemos a los ojos y el mundo se detiene, le sonrió y él me corresponde, y entonces recuerdo
todo y mi mundo comienza a desbordarse otra vez; avanzó rápido a mi lugar, no quiero
perderme en su mirada, no quiero volver a caer en sus encantos porque me volvería a lastimar
y no estoy lista para otra caída.
Creo que no me han reconocido hasta que llegue a mi lugar y me siento, lo noto cuando el
compañero que está a mi izquierda me dice que esos asientos son para los que se graduaran
hoy, que el lugar que acabo de tomar es de una compañera que tal vez no asista, así que dice
que puedo quedarme, sin embargo, tendré problemas con el director, lo ignoró completamente,
la actitud con la que llegue ya no está y eso me ha puesto de malas.
La ceremonia continua, terminan con la bienvenida, la presentación de las personas en la mesa
de honor, palabras de felicitaciones por parte del director y no sé qué más, me perdí en el
recuerdo de los 4 años que pasé en la universidad, desde mis días buenos hasta los malos,
recordé la forma en que gané amigos y luego el cómo los fui perdiendo, me pregunté el por qué
una persona cambió toda mi existencia, primero para bien y luego oscureció mi mundo, y aún
continua haciéndolo, no puedo sacarlo de mi cabeza, de mi corazón, me desveló pensando en
él, ya no voy a mis lugares favoritos porque siempre nos veo juntos tomados de la mano, riendo
o besándonos… no hay día que no lloré por él. Esto es una tortura y parece que soy la única
que sufre. Necesito hablar con él, tengo que hacerlo, pero no sé si pueda.
Marqué su número tantas veces en el pasado, pero al final me arrepentía y no llamaba; cambié
mi número y mi teléfono. Todas las fotos que nos hicimos juntos, nuestras conversaciones,
aquéllas que, después de terminar, leía todas las noches, de las que nunca tuve la fuerza para
borrar, más que aquel día, cuando se suponía que estaríamos festejando un aniversario más y
hacía meses que ya no estábamos juntos, ése día fue donde el dolor llegó más fuerte, tomé
todas mis fuerzas y la rabia que había en mi corazón para lanzar mi celular al río, convirtiendo
en nada aquellos recuerdos, desapareciendo también las promesas, convirtiendo todo en
basura. A pesar de todo me sabía su número de memoria e inconscientemente lo marcaba, aún
lo marcó cada noche…

Lo amé y lo amo tanto, fue mi vida, pero me destrozó, me dejó vacía y rota… sin él me siento
incompleta. Al verlo me movió todo, no sé si pueda atreverme a hablar con él, es más, no sé si
pueda acercarme tan siquiera...
Capítulo 7
Por estar pérdida en mis pensamientos, no escuché que habían mencionado mi nombre ni
siquiera sé a qué hora comenzaron a entregar los diplomas, mi compañero de al lado me mueve
y reaccionó, entonces escucho que soy llamada una vez más, respiro hondo, me levantó y voy
por mi documento.
Me siento apagada, triste y no porque dejó la universidad, sino por él, por el dueño de mi
corazón, la fuerza y la decisión de luchar con la que llegue, se fue, desapareció; sé que las
personas aplauden mientras recojo mis documentos y que algunos de mis compañeros me
observan asombrados, varios hasta ahorita se dan cuenta que soy yo, pero eso no importa,
acabo de caer en la cuenta de que está es la última vez que veré a Diego y eso está haciendo
que mis lágrimas salgan, las de tengo como puedo, sé que se alcanzan asomar, pero no dejó
que salgan por completó, y con una sonrisa fingida doy las gracias. Casi corro bajando las
escaleras de la tarima, está vez no me dirijo a mi asiento, tomó el camino hacia la salida, si me
quedo un minuto más me derrumbare delante de todos y no lo quiero hacer, no permitiré que
me vuelvan a ver débil.
Tomo un taxi y me voy a casa, dejé a mi familia en la ceremonia. Aún falta una hora para que
termine; Diego es de los últimos, no puede hablar con él, solo espero que algún día pueda
hacerlo y terminar con esto que estoy sintiendo.
Mi vida es un fracasó, me perdí el resto de mi graduación, el festejo que se suponía que
tendríamos después de que terminara la ceremonia; aunque no sé qué iría hacer yo, sin amigos.
Llegó a casa y entró directo a mi habitación, solo cierro la puerta y me desplomó ya no
aguantaba más. Lloró, lloró como nunca, intentó sacar todo lo que tengo atorado dentro; hoy
saldré de viaje, hoy me iré y no dentro de una semana como lo tenía planeado, solo esperaré a
mis padres para decirles que me voy y quizás no vuelva en un largo tiempo.
Después de un rato me levanto, ni siquiera me miró en el espejo, sé que soy un desastre, me
desvisto y me meto a la regadera, intento relajarme. Salgo de la ducha sintiéndome mejor pero
aún incompleta, me pongo algo cómodo para continuar haciendo mis maletas, intentando no
llevarme ningún recuerdo, todos los dejaré aquí, encerrados en mi habitación. Ojalá fuera tan
fácil como eso...
Sé que estoy huyendo, pero no puedo pensar ahora, necesito un cambio urgente, no solo de
look, necesito un trasplante de corazón o quizá volver a nacer.
Abrí el cajón de la cómoda para sacar unos documentos que necesito para mi viaje, pero lo
primero que encuentro es la caja donde tengo las tarjetas que me regaló Diego y algunos
obsequios de él y mis amigos, está era mi caja de tesoro, un tesoro que se quedará aquí. Tomo
la tarjeta que está encima, la abro y me encuentro con una foto que nos hicimos juntos aquella
vez que fuimos a una feria, nos vemos tan felices; no puedo evitar las lágrimas y una vez más
lloró frente aquellos recuerdos.
--Ojalá que algún día nos volvamos a encontrar. – lo digo mientras abrazo aquélla foto.
Historia 1 ----------------------------------------- ¿?
Sin destino ---------------------------------------- #
Mi imposible amor ---------------------------------- ¡!
El título de mamá, es mío --------------------------- @
Ojalá, volvamos a coincidir ------------------------- %

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