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EDUCACIÓN FÍSICA IV - B
Sexo
En biología, el sexo es el conjunto de las peculiaridades que caracterizan los individuos de una especie dividiéndolos en
masculinos y femeninos, y hacen posible una reproducción que se caracteriza por una diversificación genética. 1
La reproducción sexual implica la combinación de células especializadas llamadas gametos para formar hijos que heredan
el material genético, y por tanto los rasgos y naturaleza de ambos padres. Los gametos pueden ser idénticos en forma y
función (isogametos), pero en algunos casos han evolucionado hacia una asimetría de tal manera que hay dos tipos de
gametos específicos por sexo (heterogametos): los gametos masculinos son pequeños, móviles, y optimizados para el
transporte de su información genética a cierta distancia; mientras que los gametos femeninos son grandes, no móviles y
contienen los nutrientes necesarios para el desarrollo temprano del organismo joven.
El sexo de un organismo se define por los gametos que produce: los del sexo masculino producen gametos masculinos
(espermatozoides) mientras que los de sexo femenino producen gametos femeninos (óvulos), los organismos individuales
que producen tanto gametos masculinos como gametos femeninos se denominan hermafroditas. En la especie
humana no existe el hermafroditismo, pero sí la intersexualidad (anteriormente llamada seudohermafroditismo), una
anomalía física congénita que, en apariencia, tiene similitudes con el hermafroditismo. Con frecuencia, las diferencias
físicas se asocian con el sexo del organismo; este dimorfismo sexual puede reflejar las presiones reproductivas diferentes
de cada sexo.
En la sexualidad humana, el sexo biológico constituye uno de elementos de la identidad sexual, junto a la identidad de
género, la expresión de género y la orientación sexual.
Etimología
El término «sexo» deriva del latín sexus, por sectus, «sección, separación» y aparece usado por primera vez en De
inventione I de Cicerón
Evolución
Artículo principal: Evolución del sexo.
Se considera que la reproducción sexual apareció por primera vez alrededor de hace 1000 millones de años,
evolucionaron dentro de ancestros de eucariotas unicelulares. La razón de la evolución inicial de sexo, (y las razones) por
las que ha sobrevivido hasta el presente, son todavía materia de debate. Algunas de las teorías plausibles incluyen: que el
sexo crea la variación de la descendencia, el sexo ayuda a la propagación de características ventajosas, y que el sexo ayuda
a la eliminación de los rasgos desfavorables; proceso que ocurre mediante la selección sexual.
La reproducción sexual es un proceso específico de las eucariotas, organismos cuyas células contienen
un núcleo y mitocondrias. Además de los animales, las plantas y los hongos, otras eucariotas (por ejemplo, el parásito de
la malaria) también participan en la reproducción sexual. Algunas bacterias utilizan la conjugación, que es una
transferencia de material genético entre las células, y aunque no es lo mismo que la reproducción sexual, se traduce
también en la mezcla de los rasgos genéticos.
Lo que se considera la definición de la reproducción sexual es la diferencia entre los gametos y la naturaleza binaria de la
fertilización. La multiplicidad de tipos de gametos dentro de una especie aún se consideran una forma de reproducción
sexual. Sin embargo, células terceras que no son gametos se conocen en los animales multicelulares.
Mientras que la evolución del sexo en sí se remonta a la etapa de célula eucariota, el origen de la determinación del sexo
cromosómico es más joven. El sistema ZW para la determinación del sexo es compartido por las aves, algunos peces y
algunos crustáceos. La mayoría de los mamíferos, y también algunos insectos (Drosophila) y plantas (Ginkgo) utilizan
la determinación XY. La determinación X0 se encuentra en ciertos insectos.
Los cromosomas ZW y XY no contienen genes similares, y comparando los pollos y los humanos, el cromosoma Z se
asemeja al cromosoma 9 del autosoma humano, en lugar de X o Y, sugiriendo que la determinación del sexo ZW y XY no
comparten su origen, sino que los cromosomas sexuales se derivan de los cromosomas autosómicos del antepasado
común de aves y mamíferos. No obstante, en un documento de 2004 que compara el cromosoma Z del pollo con el
cromosoma X del ornitorrinco, se sugiere que los dos sistemas están relacionados.
Reproducción sexual.
Artículo principal: Reproducción sexual
Animales
Determinación sexual.
El sexo ayuda a la propagación de características dominantes a través de
la recombinación. Los diagramas comparan la frecuencia de la evolución de los alelos en
una población sexual (arriba) y una población asexual (abajo). El eje vertical muestra la
frecuencia y el eje horizontal muestra el tiempo. Los alelos a/A y en b/B ocurren al azar.
Los alelos dominantes A y B, que surgen de forma independiente, puede ser rápidamente
combinados por la reproducción sexual en una combinación más dominante AB. La
reproducción asexual requiere más tiempo para lograr esta combinación, ya que solo
puede producir AB si A se presenta en un individuo que ya cuenta con B, o viceversa.
El sistema sexual más básico es aquel en el que todos los organismos son hermafroditas, producen los gametos
masculinos y femeninos -este es el caso de algunos animales (caracoles, por ejemplo) y la mayoría de las plantas con
flores. En muchos casos, sin embargo, la especialización sexual ha evolucionado de tal manera que unos organismos solo
producen gametos masculinos y otros solo femeninos. La causa biológica para que un organismo desarrolle uno u otro
tipo de los dos sexos se llama determinación sexual.
En la mayoría de las especies con especialización sexual, los organismos son bien de sexo masculino (solo producen
gametos masculinos) o de sexo femenino (solo producen gametos femeninos). Hay excepciones comunes, por ejemplo, en
el gusano redondo C. elegans los dos sexos son hermafroditas y masculinos (un sistema llamado androdioecia).
A veces el desarrollo de un organismo es intermedio entre machos y hembras, una condición llamada intersexualidad. En
algunos casos los individuos intersexuales se les llama "hermafrodita", pero, a diferencia de los hermafroditas biológicos,
las personas intersexuales son casos poco comunes y generalmente no son fértiles, tanto en los aspectos masculinos y
femeninos.
En el caso de los seres humanos, hasta la quinta semana de gestación, el sexo anatómico del feto es indeterminado. Es
entonces cuando intervienen dos grupos de genes, cuya expresión hará que el sexo del individuo sea más o menos
próximo al que está determinado por sus cromosomas sexuales. Estos genes estimularán el desarrollo de los órganos
genitales masculinos o femeninos, o de ambos en el caso de ciertas personas intersexuales.
Genético.
En el sistema XY para la determinación del sexo, el sexo de un organismo está
determinado por el genoma que hereda. La determinación del sexo
genético por lo general depende de asimétrica heredada por los
cromosomas sexuales los cuales guardan las características genéticas que
influyen en el desarrollo; el sexo puede ser determinada por la presencia de
un cromosoma sexual o por la cantidad de estos en un organismo. La
determinación genética del sexo, se da ya que está determinada por la
clasificación de los cromosomas, por lo general la descendencia masculina y
femenina resulta en una proporción de 1:1.
Como los humanos y otros mamíferos, el mosquito común de fruta tiene un sistema XY para la determinación del sexo.
Los seres humanos y otros mamíferos tienen un sistema XY para la determinación del sexo: el cromosoma Y contiene los
factores responsables para activar/determinar el desarrollo de un individuo masculino. El sexo por defecto, en ausencia de
un cromosoma Y, es el femenino. Por lo tanto, los mamíferos XX son hembras y XY son machos. La determinación del sexo
XY se encuentra en otros organismos, incluyendo la mosca de la fruta y algunas plantas. En algunos casos, incluso en la
mosca de la fruta, es el número de cromosomas X el que determina el sexo en lugar de la presencia de un cromosoma Y
(ver más abajo).
En las aves, que tienen un sistema ZW para la determinación del sexo, ocurre todo lo contrario: el cromosoma W contiene
a los factores responsables para el desarrollo de las hembras, y el desarrollo por defecto es el sexo masculino 25 En este
caso, los individuos ZZ son machos y ZW son hembras. La mayoría de las mariposas y polillas también tienen un sistema
ZW para la determinación del sexo. En ambos sistemas para la determinación del sexo ya sea XY o ZW, el cromosoma
sexual que es el encargado de llevar los factores esenciales para activar el desarrollo de un individuo con un sexo en
específico es a menudo mucho más pequeño, llevando poco más de los genes necesarios para activar el desarrollo de
este.
Muchos insectos utilizan un sistema de determinación sexual basado en el número de cromosomas sexuales. A este
método se denomina «sistema X0 para la determinación del sexo», el 0 indica la ausencia de los cromosomas sexuales.
Todos los demás cromosomas en estos organismos son diploides, pero los organismos pueden heredar uno o dos
cromosomas X. En los grillos de campo, por ejemplo, los insectos con un solo cromosoma X se desarrollan en machos,
mientras que con dos X se desarrollan en hembras. En el nematodo C. elegans, la mayoría de los gusanos son autógamas
hermafroditas XX, pero en ocasiones las anomalías en la herencia cromosómica regularmente dan lugar a individuos con
un solo cromosoma X—estos individuos X0 son machos fértiles (y la mitad de su descendencia son machos).
Otros insectos, incluyendo abejas y hormigas, utilizan un sistema haplodiploidía para la determinación sexual. En este caso
los individuos diploides son generalmente hembras, y los individuos haploides (que se desarrollan a partir de huevos no
fecundados) son machos. Este sistema de determinación sexual resulta en una tendencia alta en el índice de masculinidad,
debido a que el sexo de la descendencia es determinado por la fertilización en lugar de la variedad de los cromosomas
durante la meiosis.
No genético.
Los peces payasos son inicialmente machos, el pez más grande en un grupo se convierte
en hembra.
Para muchas especies el sexo no está determinado por los rasgos heredados, sino
por factores ambientales que experimentan en el desarrollo o más tarde en su
vida. Muchos reptiles dependen del sistema de determinación sexual por
temperatura: la temperatura experimentada en embriones durante su desarrollo
determina el sexo del organismo. En algunas tortugas, por ejemplo, los machos se
producen a temperaturas de incubación más bajas que en las hembras, estas
diferencias de temperaturas son tan críticas que un cambio de 1-2 °C pueden
hacer la diferencia.
Muchos peces cambian de sexo a lo largo de su vida, un fenómeno llamado hermafroditismo secuencial. En los peces
payasos, los peces más pequeños son machos, y el pez más grande y dominante en un grupo se convierte en hembra. En
muchos lábridos ocurre todo lo contrario, la mayoría de los peces son inicialmente hembras y se convierten en machos
cuando alcanzan un cierto tamaño. Las hermafroditas secuenciales pueden producir dos tipos de gametos en el curso de
su vida, pero en un momento dado estos son o machos o hembras.
La mayoría de helechos son hermafroditas, pero las plántulas que nacen cerca de ejemplares adultos se desarrollan como
machos por influencia de las hormonas residuales.
Dimorfismo sexual
Los faisanes son sexualmente dimórficos tanto en el tamaño como en la
apariencia.
Muchos animales tienen diferencias entre el sexo masculino y el femenino en
tamaño y en apariencia, un fenómeno conocido como dimorfismo sexual. Los
dimorfismos sexuales son a menudo asociados con la selección sexual –la
competencia entre individuos de un sexo para aparearse con el sexo
opuesto. Las astas de ciervo macho, por ejemplo, se utilizan en el
combate entre los machos para ganar la posibilidad para reproducirse con la
venado hembra. En muchos casos, el macho de una especie es de mayor
tamaño; en los mamíferos las especies con un gran dimorfismo sexual
tienden a tener sistemas de apareamiento polígamos— probablemente debido a la selección para poder competir mejor
con otros machos.
Otros animales, incluyendo la mayoría de los insectos y los peces, las hembras tienen un mayor tamaño. Esto puede estar
asociado con el costo de la producción de óvulos, lo que requiere más nutrientes que la producción de espermatozoides—
las hembras más grandes son capaces de producir más huevos. En ocasiones, este dimorfismo es extremo, y los machos
se ven obligados a vivir como parásitos dependientes de la hembra.
En aves, los machos suelen tener un aspecto más colorido y pueden tener características (como la larga cola del pavo real
macho) que parecen poner al organismo en situación de desventaja (por ejemplo, los colores brillantes de un pájaro lo
hacen más visibles a los depredadores). Una explicación propuesta para esto es el principio de hándicap. Esta hipótesis
dice que, al demostrar el macho que puede sobrevivir a tales dificultades, este demuestra su aptitud genética ante las
hembras—los rasgos beneficiarán a sus hijas, así estas no serán agravadas con las desventajas.
Una vez analizadas someramente las características sexuales zoológicas del hombre, podemos pasar a describir las
características de la relación sexual. Sin embargo, es necesario definir la diferencia que hay entre relación sexual y cópula
o coito.
Relación sexual es el conjunto de elementos que tienen alguna importancia en el entendimiento sexual de la pareja
humana, o en el proceso de relación entre ambos sea permanente o temporal.
El coito o cópula vaginal es la introducción del pene en la vagina. Puede ser también un coito anal o un coito oral, cuando
la introducción del pene es en el recto a través del ano o en la boca respectivamente. Es sólo una parte de la respuesta
sexual coital y ésta es una fase del proceso relación sexual. En muchas oportunidades puede estar ausente, o incluso ser
parcialmente cumplido, sin que por ello afecte la totalidad de la relación humana en el campo de la sexualidad. La relación
sexual humana se construye en base al desarrollo de la sexualidad como componente de la personalidad con sus
características de historicidad, voluptuosidad, trascendencia, lenguaje y respuesta paradojal.
La relación sexual puede ser analizada dependiendo de las etapas de desarrollo del ser humano. Es así como existen
elementos de sexualidad en el niño, en el preescolar, en la adolescencia, en la adultez, en la senectud. En cada una de
estas etapas del desarrollo humano hay elementos de sexualidad, de relación sexual. Sin embargo, no en todas ellas está
presente la cópula o el coito.
Con el fin de esquematizar didácticamente, dividiremos el comportamiento sexual del ser humano, desde un punto de
vista zoológico-antropológico, en cuatro grandes etapas:
a) Formación de la pareja;
b) Fase precopulativa;
c) Fase copulativa, y
d) Fase postcopulativa.
Este enfoque ha sido tomado del antropólogo y zoólogo Desmond Morris, que lo describe en su libro "El mono desnudo".
En cada una de estas fases hay factores que afectan las características y evolución de comportamiento. Son factores
biológicos, psicológicos, sociales y del medio ambiente. Estos factores contribuyen a la adecuación o equilibrio de cada
una de estas fases.
Fase Pre-copulativa.
Esta fase pre-copulativa se caracteriza por la búsqueda de la soledad, y por la posición sentada o la posición horizontal
para su ejecución.
El lenguaje toma otras características; las señales visuales y sonoras son reemplazadas por las táctiles, que se extienden a
todo el cuerpo. Estas señales comprometen el uso de las manos, los labios, la lengua, para pasar al despojamiento de
ropas y aumento de los contactos a todo el cuerpo, y particularmente genitales. Se desarrollan juegos o caricias pre-
coitales de la pareja en forma recíproca, fundamentalmente en el área genital, llegando a contactos muy intensos que se
traducen en el pellizco, el morder y el fuerte entrelazamiento de las extremidades del macho y la hembra. En esta fase
pre-copulativa se puede llegar al orgasmo, tanto en el macho como en la hembra.
Fase copulativa.
Esta fase de la relación sexual se inicia con la inserción del pene en la vagina, ano o boca y es de un período más breve que
la fase pre-copulativa. Un primer elemento a estudiar en esta fase, se refiere a la posición que toma la pareja, que puede
ser muy variada. Hay textos que las describen con detalle como el clásico texto hindú Kama-sutra.
Se ha descrito como típica, la forma frontal de apareamiento. Cabe preguntarse por qué en la especie humana hay algunas
diferencias con otros primates inferiores como el mono, en que el apareamiento se hace por detrás. Es decir, la hembra
de espaldas y el macho en esa posición introduciendo el pene en la vagina.
En efecto, la cópula en el primate superior es una cópula cara a cara, es un sexo personalizado o coito personalizado.
Desde un punto de vista biológico, la distribución de las zonas erógenas se encuentra fundamentalmente en la parte
frontal del ser humano; fisiológicamente es la posición que permite el mejor uso de los genitales, tanto por el ángulo de la
vagina, como del ángulo de erección del pene. En general se han descartado las otras posiciones como productores de un
mayor orgasmo (estudios de Master y Johnson).
Se las interpreta más bien como variaciones de la rutina, y como un sentido de introducir complejidad. En los estudios
sociológicos de Kinsey con encuestas sobre conducta sexual, se pudo observar que el 90% de las parejas utilizan la
posición frontal, y solamente un bajo porcentaje utiliza otro tipo de posición. Esto ha variado con el curso de los años. La
encuesta del comportamiento sexual del chileno muestra cambios con la menor edad de los encuestados.
A continuación, se analizan los cambios fisiológicos que ocurren durante la fase pre-copulativa y la fase copulativa del
humano, descrito por Master y Johnson (5,6,7,8,9,10)
Se han descrito 4 etapas basadas en los cambios fisiológicos de los efectores.
Fase de Excitación.
Se inicia con una estimulación somática o psicogénica. Su duración depende de la calidad y de la intensidad del estímulo.
Esta etapa está ubicada en la fase pre-copulativa de la relación sexual.
Fase de Meseta.
Es de mayor excitación, que depende nuevamente de la intensidad del estímulo, y de las características de cada uno de los
miembros de la pareja. Rápidamente, dependiendo de estos factores, se puede pasar a la Fase de Orgasmo, o incluso a la
siguiente Fase de Resolución. Esta etapa se ubica también en la última fase pre-copulativa o en la fase copulativa.
Fase Orgásmica.
Es la máxima respuesta sexual de la cópula, y su período es bastante constante en el hombre. Esto no ocurre en la mujer.
La respuesta en esta última es ligeramente más tardía. Por otra parte, la capacidad de orgasmo es más temprana en el
hombre que en la mujer. Es así como la capacidad orgásmica del varón de 15 años podría ser comparable a la capacidad
orgásmica de una mujer de 29 años.
El hombre tiene, además, una menor respuesta al orgasmo repetido, si lo comparamos con la mujer. En una mujer se
pueden producir más de un orgasmo en una misma cópula, hecho infrecuente en el hombre. A título descriptivo, según los
trabajos de Master y Johnson, en algunas de las parejas estudiadas se llegó a determinar 11 orgasmos en algunas mujeres.
Fase de Resolución.
Es un estado de involución, que se caracteriza por la falta de excitabilidad. El hombre tiene un período refractario que no
permite una nueva respuesta ante un estímulo sexual, aunque éste sea muy intenso. La respuesta femenina tiene, en
cambio, una mayor sensibilidad en el período de resolución que le permite tener orgasmo repetido, frente a un estímulo
intenso.
Fase post-copulativa inmediata
En la fase post-copulativa del ser humano, aparece el sentido de pertenencia recíproca de la pareja, como consecuencias
de aquel deseo "de ser penetrada", o de “penetrar", y ante el cumplimiento de ese deseo con la penetración. Este
concepto de penetración, más que un concepto biológico, es de carácter psicológico, de pertenencia absoluta. Se podría
describir como "el sentido de lo mío".
Otro hecho interesante en el estado post-copular de la pareja humana, es el desarrollo de la seguridad o la inseguridad de
la pareja. Esto depende del resultado de la relación sexual total, mas que de la cópula en sí misma. Por último, en nuestra
sociedad latinoamericana este estado post-copular contribuye como un factor de dominancia o de dependencia. Es el uso
de la cópula como dominancia o dependencia de la pareja humana.
El humano, como primate superior, presenta una sexualidad más activa en comparación con otros primates inferiores.
((2)) Para fundamentar este hecho, analizaremos lo siguiente:
La sexualidad es un componente de nuestra personalidad, que forma un todo con nosotros mismos. Nos acompaña
permanentemente. Sin embargo, ha pasado a ser en la sociedad tradicional, un aspecto velado, dejado a la comprensión
de los "mayores", y ubicado en aquel lugar que corresponde a nuestros recónditos secretos. Como consecuencia, ha caído
un negro telón sobre ella.
Esto ha contribuido al atraso en su conocimiento científico y por lo tanto, en su mejor manejo racional, tanto desde un
punto de vista operativo como educacional. No es raro, por lo tanto, que haya confusión de conceptos entre sexualidad,
genitalidad y pornografía.
Por otra parte, la comprensión del fenómeno sexualidad y su interpretación ha dependido del momento histórico en que
se analiza el problema. Vale recordar que, en los inicios del cine sonoro, el primer beso en una pareja de 40 años fue
eliminado de la cinta por atentar contra las buenas costumbres y fue calificado de pornografía.
Evidentemente que en el campo de la sexualidad se aplica con mayor énfasis y propiedad aquello de: "Lo que vemos
depende del color del cristal con que se mira"; sin lugar a dudas, el color de este cristal está influenciado por nuestras
propias experiencias, positivas o negativas, y que, en forma inconsciente, proyectamos al mundo que nos rodea". Este
hecho es de fundamental importancia en las y los educadores, que son seres humanos con sus propias experiencias, y por
lo tanto, interpreta los hechos con determinados patrones.
Este Componente de nuestra personalidad llamada Sexualidad tiene 5 características:
Historicidad
Esta puede ser individual y colectiva, es decir cada uno de nosotros tiene su historia con aspectos positivos y negativos,
que siendo del ámbito de la sexualidad, son parte de la intimidad. Es colectiva porque respondemos al momento histórico
que vivimos y del medio en que nos desarrollamos en lo antropológico-cultural. No es lo mismo el enfoque de la
sexualidad en la época Victoriana a la época actual. Tampoco es lo mismo la sexualidad en una población occidental que
una oriental o en una urbana moderna y otra rural.
Voluptuosidad
Es la respuesta al estímulo interno o externo de la sexualidad y que se relacionan íntimamente con la afectividad. Las
expresiones biológicas de esta voluptuosidad se rigen por normas sociales y culturales. Es lo que otros denominan como
erotismo. Es más fácil entender si apelamos a nuestras propias experiencias.
¿Cuál es la reacción de nuestra piel ante un brusco contacto con el frío?. Es una reacción de contracciones musculares que
llamamos tiritar y que se explica por ser la forma de producir calor. Pero junto con ello se produce erección de los pelos de
la piel y esta se engranuja, dando origen a lo que llamamos piel de gallina. Esto se explica por la contracción de los
músculos de la base de implantación del pelo o bulbo piloso que erecta el pelo. El fenómeno contribuye a cerrar los poros
por donde se pierde agua y calor y es un mecanismo automático de mantener la temperatura corporal.
Pero, ¿Qué sucede cuando observamos o somos observados por la mujer u hombre amado que nos atrae, o cuando
damos o recibimos un cariño de esa persona? Seguramente muchos reaccionamos con una serie de respuestas corporales
como tener piel de gallina (no es lo mismo ante el frío, a pesar que la reacción fisiológica es la misma). Esto los sentimos.
También puede ocurrir humedecimiento de los genitales, erección de los pezones mamarios y erección del pene. Estas
reacciones son las que conforman la voluptuosidad y son propias de ese componente de nuestra personalidad llamada
sexualidad.
Trascendencia
En el significado de trascender. Tiene 5 acepciones: (a) Olor que se extiende a distancia (b) Conocimiento de algo oculto (c)
Efectos de unas cosas a otras con consecuencias. (d) Aplicarse a toda una noción que no es género, como acontece con las
de unidad y ser, y también en el sistema kantiano, traspasar los límites de la experiencia posible. (e) Penetrar,
comprender, averiguar alguna cosa que está oculta. ((1))
La acepción que aquí usaremos, es la de traspasar los límites de la experiencia posible. Así, por ejemplo, se describe
acciones excepcionales de algunas personas como el caminar sobre el agua (Cristo en el Lago) o la levitación que elimina la
fuerza de gravedad. Esto se describe para individuos excepcionales, pero no ocurre en los seres humanos comunes y
corrientes. Sin embargo, para el cotidiano, un ejemplo es él o la enamorado/a que no le importa su Yo, sólo le importa el
Otro u Otra. En este estado los seres humanos pueden asumir actos y acciones que a veces no tienen una explicación
racional, es decir se “despegan” de su propio Yo. Esto se da en el campo de la afectividad como componente de la
sexualidad. En el componente biológico de la sexualidad, se trasciende durante la fase orgásmica de la respuesta humana
sexual coital. El placer máximo “despega” a la persona de la realidad.
Lenguaje
Es el conjunto de signos y expresiones de comunicación. En el ámbito de la sexualidad los animales tienen una gran
variedad de lenguajes relacionados con el deseo de apareamiento y que son propios de cada especie y no varían mucho
con las variaciones geográficas. Por ejemplo, los movimientos del pingüino rey sea del Ártico o de la Antártica, o del pavo
real sea del África o del zoológico de Santiago. En el ámbito de la sexualidad humana el lenguaje es muy rico y varía con las
culturas. No es difícil distinguir un secreto al oído de un susurro de enamorados o de una mirada o un mohín de juegos de
conquista. Esto es propio de la sexualidad.
Reacción Paradojal
La expresión de lo bello en las artes es el amor en sus variadas formas y por cierto la sexualidad. Sin embargo, también
sirve para las peores expresiones de otra persona. Los delitos más graves y menos aceptados por la sociedad se relacionan
con la sexualidad, como el acoso sexual, la violación y el abuso sexual. Al tener expresiones en estos extremos, se describe
como de carácter paradojal o contradictoria, en un mismo objeto de expresión personal.
La Genitalidad, es la expresión de las diferentes características de los genitales femeninos o masculinos y de sus
respuestas a los estímulos físicos o psicológicos, reales o imaginarios o figurados. Es un componente muy importante en la
expresión de la sexualidad.
La pornografía es la expresión selectiva o exagerada o distorsionada de la genitalidad con el objeto de aumentar el
estímulo a la voluptuosidad, en la mayoría de los casos con fines comerciales o tras la búsqueda de experiencias
excepcionales.
El proceso de sexuación se refiere a construirse como hombre o como mujer, como proceso que se inicia en la
fecundación y que no acabará hasta la muerte. En este proceso se van concatenando toda una serie de niveles o
estructuras que progresivamente van sexuando al individuo. Todos estos elementos estructurales y estructurantes del
sexo llevan a uno de los dos resultados: hombre o mujer. Y por supuesto cada uno de los dos estará lleno de matices
porque estamos hablando de muchos niveles que son los que intervienen en el proceso (cromosómico, hormonal,
gonadal, de asignación de sexo, crianza diferencial...). De forma que cada cual se situaría en un punto del continuo. Hay
muchas maneras de “estructurarse “como hombre y muchas maneras de hacerlo como mujer. De cara a nuestro trabajo
en educación sexual tendríamos entonces que tener en cuenta que se trata trabaja con seres únicos e irrepetibles, desde
cada proceso peculiar y particular. Este proceso de construcción afecta a todos los niveles de sexuación, dando como
resultados sujetos sexuados únicos e irrepetibles, con peculiaridades, formas de aceptarse, vivirse, relacionarse y sentirse
como hombres y como mujeres y con su orientación del deseo erótico: homosexual / heterosexual.
La sexualidad es la manera en que cada persona tiene de vivir “el hecho de ser sexuado”. Es una categoría subjetiva y no
hace referencia exclusivamente a planteamientos anatomofisiológicos. La referencia más clara de la sexualidad es “las
vivencias” lo que cada cual se siente en su intimidad. Es la manera propia de verse, sentirse y vivirse como ser sexuado,
como uno de los dos sexos. El terreno de la sexualidad es el de lo peculiar, el terreno de las sexualidades. Entonces desde
una intervención educativa se tratará de que cada persona se conozca y se acepte como es y lo que es. La vivencia del
hecho de ser sexuados como hombre o como mujer podrá ser sentida en su matiz homosexual o heterosexual.
La erótica se refiere a la forma concreta de expresar lo anterior, lo que somos y lo que vivimos, que tiene múltiples formas
en su forma de expresarse, que es personal y particular. Para el desarrollo de la erótica entran en juego muchos factores,
pero también los propios valores y creencias, la forma de pensar y de entender las relaciones sexuales y las relaciones de
pareja, los sentimientos y la importancia que se den a los mismos, así como todos los demás aspectos que se puedan
considerar importantes. De todo esto, así como de otras influencias, acabará surgiendo un tipo de erótica propia.
1. Habilidades de comunicación-negociación. Otras variables que influyen en la práctica de relaciones sexuales de riesgo
son las dificultades para hablar en las parejas sobre la necesidad de prevención. Cuando se mantienen conversaciones
sobre que métodos de prevención se van a utilizar es más probable que se lleven a cabo prácticas seguras. Son necesarias
habilidades de comunicación para negociar cómo y bajo qué circunstancias la actividad sexual será llevada a cabo. Por eso
será importante el trabajo de habilidades como la “negociación”, la “asertividad”, “aprender a decir no”, así como tener
en cuenta los aspectos relacionados con sus deseos y con su cuerpo.
2. Habilidades personales. En ocasiones, el que no se use preservativo se debe a que carecen de habilidades para
utilizarlo. Sentir vergüenza al hacer una parada en la relación para colocarlo, no saber utilizarlo correctamente o tener
vergüenza de pedirlo son algunos de los impedimentos que pueden aparecer. Será importante, entonces, explorar los
deseos, miedos y dudas que puedan darse a la hora de obtenerlos y utilizarlo en las relaciones sexuales y favorecer que
pensar propuestas para abordar estas situaciones de forma segura.
3. Autoestima. Las dificultades relacionadas con la aceptación personal pueden repercutir en la relación con los y en cómo
hacer valer sus derechos. Por el contrario, las personas que se aceptan a sí mismas, con sus capacidades y sus limitaciones,
respetan sus propios derechos personales y son capaces de afrontar y resolver con seguridad los retos y las
responsabilidades, en este caso, se sentirán seguras a la hora de mantener prácticas sexuales seguras, proponiéndolas de
manera adecuada. Será importante, tener en cuenta la autoestima y favorecerla entre las personas para que se sientan
mejor consigo mismas y vivan sus relaciones de manera satisfactoria.
4. Erotización de uso del preservativo. Por sí mismo el preservativo es difícil de erotizar, ya que está asociado a
embarazos no deseados y a prevención de infecciones de transmisión sexual y por lo tanto es vivido como algo externo
que se introduce de manera forzada en la relación y no como una elección que resulte divertida y placentera. En muchas
relaciones se ve incompatible el usar el preservativo con disfrutar de la relación, se ve el preservativo como algo con lo
que no se disfruta igual porque es incómodo, quita el placer y reduce la sensibilidad. Por estos motivos, es importante
trabajar la erotización del preservativo, y que puedan incluir el preservativo teniendo en cuenta que la capacidad de sentir
placer no sólo depende del tipo de relación sexual, sino de cómo se viva y que las prácticas sexuales seguras pueden ser
alternativas, placenteras, agradables y positivas.
5. Percepción del riesgo. Aspectos que influyen en la percepción de riesgo: Creencias sobre que la transmisión del VIH no
depende de lo que uno mismo haga sino de otros factores externos (otras personas, la suerte, el destino) Las experiencias
de riesgo previas sin consecuencias negativas y el hecho de que estas se produzcan a largo plazo en caso de que se den
Algunas claves para la intervención estarán relacionadas con los conocimientos sobre los riesgos y la eficacia de los
métodos preventivos, la reflexión sobre de las consecuencias negativas a largo plazo y las consecuencias positivas de las
conductas más saludables.
6. El tipo de pareja. El tipo de pareja es un factor que influye a la hora de la puesta en práctica de medidas de prevención.
Cuando perciben a la pareja con la que mantienen contactos sexuales como estable, el uso del preservativo desciende. La
estabilidad de la pareja ofrece una falsa sensación de protección frente a las ITS, aun cuando las parejas tengan pocas
semanas o meses de relación y no se conozca la situación de salud.
7. Roles de género. Los roles de género, la manera en que se espera que nos comportemos por el hecho de ser varones o
mujeres influye en la forma de relacionarse entre los sexos. La actitud pasiva que se espera de las mujeres obstaculiza la
expresión de sus deseos y necesidades sexuales, así como el poder de decisión de cómo, cuándo y con quién tener
relaciones sexuales, creando una situación que dificulta la negociación de prácticas seguras. En los varones la presión de
grupo y los roles asociados a la masculinidad pueden influir tanto en el inicio de las relaciones sexuales, en su frecuencia y
en las medidas de protección a tomar. A veces no usan el preservativo porque complica la relación sexual y si no saben
manejarlo rápida y eficazmente puede que se les perciba como poco experimentados, que se contrapone al concepto
sobre la masculinidad. Es necesario educar a los hombres y las mujeres en valores de igualdad y respeto, analizando los
roles sexuales tradicionales, cuestionado las normas y principios asociados a estos roles respecto a la sexualidad y
favoreciendo una adecuada comunicación y negociación de la actividad sexual entre varones y mujeres.
8. Influencia del grupo de iguales. Los y las jóvenes para ser aceptados por su grupo de iguales, pueden iniciar o realizar
una actividad sexual sólo porque los otros lo hacen. Además, la información que transmite el grupo se considera la más
certera e influye en que se actúe como lo hace la mayoría.
DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD.
Dimensión relacional: todo lo que la sexualidad posee de interacción, de comunicación, de encuentro, de expresión de
afecto, sentimientos y emociones.
Dimensión recreativa: lo que la sexualidad tiene de gratificante, de placentero, de fantasioso, de ilusión, etc.
Dimensión reproductiva: aspectos de la procreación, la dimensión de ser padres y madres.
LOS PRIMEROS AÑOS. Sobre los tres años los niños y las niñas comienzan a establecer distinciones en función del sexo de
las personas. Cuando empiezan a percatarse de que pertenecen a un sexo determinado aprenden también cuál es la
conducta “apropiada” para cada género o rol sexual. Es fundamental que cada persona posea características propias,
tanto “masculinas” como “femeninas”. Esto es algo que ya a estas edades estamos enseñando tanto en casa como en la
escuela o a través de los medios de comunicación. Son momentos en los que la necesidad de definición de los niños y
niñas hace importantísimo que adoptemos ante esta cuestión una postura clara y meditada. Por ejemplo, los hombres
deben poder permitirse la posibilidad de ser sensibles, ocuparse de la crianza de los hijos, mostrar ternura, etc.. Por otro
lado, las mujeres deben tener la oportunidad de ser enérgicas, independientes y con capacidad de tomar iniciativas.
Cuando aparece el lenguaje comienzan a pedirse las primeras explicaciones sobre el mundo. Esto es igualmente cierto
ante la sexualidad. En estos momentos ya resulta importante comenzar a hablar clara y positivamente sobre este tema,
aunque esto no tenga que implicar que demos unas explicaciones pormenorizadas cuando no es eso lo que se nos está
pidiendo. A estas edades las demandas de información provienen fundamentalmente del ámbito de la reproducción. De
dónde vienen los niños y las niñas y cuáles son sus diferencias por sexo son las cuestiones más solicitadas. Sin embargo, no
existen preguntas buenas ni malas y lo mismo ocurre con el tipo y la profundidad de las respuestas. Una norma válida para
percibir el grado de detalle de las 22 preguntas y que es aplicable a los siguientes momentos evolutivos, consiste en
explorar la curiosidad de estos después de nuestra explicación. Observar si disminuye su atención o preguntar si están
satisfechos con ella son conductas que nos darán información sobre sus expectativas. No debemos tener cuidado en
excedernos en nuestras respuestas, ellos sólo atenderán a las cuestiones que les resulten de interés. Por último, para
entender la sexualidad en esta etapa es necesario que nos detengamos mínimamente en el desarrollo del autoerotismo.
Con este término se designan a las acciones encaminadas a obtener placer en solitario. En estas edades los niños y las
niñas muestran interés por su cuerpo, su exploración y su estimulación. Para ellos estas actividades constituyen una forma
de descubrir otro aspecto del mundo al que cada vez se
asoman de forma más intrépida. A través de la
autoestimulación, además de obtener sensaciones
placenteras, el niño y la niña aprenderán aspectos de su
cuerpo y, si ese aprendizaje corporal y del placer es exitoso,
estarán más capacitados para disfrutar de una forma más
completa de sus relaciones con otras personas en la edad
adulta. Durante toda la vida, la persona que aprendió
durante su infancia que estas actividades son reprobables y
dañinas, conservará la impresión de que obtener
sensaciones placenteras por estímulo del cuerpo es algo
sucio, indebido y repugnante. Esta actitud, con toda
seguridad, será una traba para disfrutar siempre de su
sexualidad.
ENTRE LOS 6 Y 10 AÑOS. En estas edades persisten algunas de las cuestiones que hemos tratado en los apartados
anteriores. Esto no podía ser menos ya que siempre que dividimos el desarrollo de las personas en etapas o años tiene
fisuras. Es algo que se desarrolla en un continuo, que por naturaleza es siempre distinto y peculiar para cada persona.
Cerca de los seis años y a lo largo de todo el proceso de escolaridad comienzan a aparecer las primeras manifestaciones de
juegos sexuales. Se trata de conductas espontáneas de los niños y las niñas que reproducen entre sus iguales situaciones
que observan y detectan en los adultos. En estos momentos, la experimentación de la sexualidad continúa y se recubre de
nuevos ingredientes. El coqueteo, los besos a escondidas y las exploraciones mutuas son actividades frecuentes en estas
edades. Como equipo de profesionales se pueden adoptar distintas posiciones
ante estos hechos. Sea cual sea la postura se debe evitar siempre transmitir
mensajes que muestren la sexualidad como algo rechazable o repugnante.
Podemos plantear nuestras objeciones de una forma razonada y delicada,
prestando atención a cuáles son sus sentimientos. Otro aspecto vinculado con la
sexualidad que podemos fomentar de forma saludable es la experimentación de
sensaciones corporales agradables. Disfrutar un paseo por la playa descalzos,
sentir la textura de la hierba o de los objetos, detenernos en la experimentación
de los olores, son actividades que potencian el aprendizaje sensorial, algo muy
importante para el 23 disfrute de la sexualidad. Otro aprendizaje fundamental
en estas edades es valorar las actividades que se realizan tanto por el resultado
como por su proceso de realización. Probablemente una de las cuestiones que a
lo largo del desarrollo humano puede facilitar más un crecimiento sexual sano
es la existencia de canales fluidos de comunicación entre padres y madres y sus
hijos e hijas. Cuanto mayor sea el grado de libertad que presida la comunicación
en estos temas, mayor será el grado de influencia que podremos ejercer. Además, los niños y niñas recibirán información
precisa y exacta y no serán presa de los fantasmas y mitos sexuales que circulan habitualmente entre su grupo de amigos.
A todo esto, se le suma que una comunicación abierta permite que estos desarrollen un mayor grado de responsabilidad
ante su sexualidad. Una buena forma de generar información pasa por contestar a las demandas que los menores nos
formulen. En algunos casos puede ocurrir que no se nos dirijan preguntas. Es posible que en estos casos debamos tomar
nosotros la iniciativa y sondear sus posibles inquietudes. Antes de los diez años los niños y las niñas deberían conocer las
cuestiones relacionadas con los órganos sexuales, la relación entre el coito y la reproducción y los cambios físicos a los que
sus cuerpos se verán sometidos en la pubertad. Es importantísimo que los niños y las niñas entren en la pubertad con
unos conocimientos y actitudes positivos hacia los cambios que les sucederán para que puedan valorar correctamente la
experiencia y en ningún caso esta pueda resultarles frustrante. También resulta relevante que el acceso a la pubertad vaya
acompañado de un conocimiento claro y positivo de la sexualidad.
LA PUBERTAD. A medida que las personas se acercan a la pubertad, sus
vivencias y sus experiencias pasan a ser en alto grado condicionadas por
las intensas y nuevas situaciones que este período desencadena. Cambios
fisiológicos profundos como la aparición de caracteres sexuales
secundarios, la aceleración del crecimiento emocional y físico, la
capacidad de reproducción, los cambios en la relación que las personas
comienzan a establecer con personas de otro sexo, la búsqueda de
independencia y el desarrollo de principios personales son cuestiones que
intervienen en estos momentos del desarrollo. Los cambios de la
pubertad no aparecen de repente ni en un solo momento, sino que se
desencadenan gradualmente y en distintas edades según las personas. La
pubertad comienza en las niñas, entre los nueve y los doce años y
concluye entre los once y los catorce. Los niños comienzan a realizar estos
cambios entre los diez y los doce y el proceso llega hasta los quince y
dieciséis años. Los niños y niñas que han sido preparados para hacer
frente a esta etapa, se adaptan a los cambios con mayor facilidad que aquellos que no han recibido ningún tipo de
preparación. Los que de antemano saben qué les espera acogen mejor los cambios y tienen la seguridad que estos
tendrán resultados positivos. En el inicio de esta etapa puede resultar interesante revisar las concepciones y actitudes
hacia la sexualidad repasando aspectos tratados en momentos anteriores. La comunicación no debería centrarse
solamente en abordar los aspectos básicos de la sexualidad y la reproducción. Es el momento de ahondar en los
condicionantes sociales, religiosos y culturales de la sexualidad individual. Esta etapa del desarrollo hace en ocasiones
necesario un trato diferencial en función del sexo de los niños y las niñas.
Esto no quiere decir más que el énfasis y las incertidumbres serán distintos
en los chicos y en las chicas. En las niñas, los cambios físicos de la etapa
implican la aparición de las curvas corporales que indican la aproximación
a la adultez física, la aparición de vello y el desarrollo de los pechos. Uno
de los mayores cambios será el de la aparición de la menarquía. Dado que
los tiempos del desarrollo físico son específicos en cada persona, es
importante que a las niñas y niños les hagamos comprender lo peculiar del
desarrollo propio, permitiendo la aceptación de las características
individuales como algo que se resiste a las comparaciones. Es frecuente
encontrar en prepúberes una honda preocupación por sus características
físicas. Aunque esta actitud es parte del proceso de evolución, en algunas
ocasiones se convierte en una obsesión. Existen unos modelos sociales que
tienden a marcar cánones allí donde la única medida posible es lo
personal. Poco después del inicio de la pubertad aparece la primera
menstruación. Si se ha hablado anteriormente y con naturalidad de esta
cuestión, será fácil revisar las posibles dudas y temores de las niñas ante la
menstruación. Generalmente pueden aparecer dudas sobre si se trata de
una experiencia invalidante. En los chavales la pubertad se alcanza más
tarde y con más lentitud que en las chicas. Además, no se producen signos tan perceptibles como en ellas. Las
manifestaciones físicas comienzan con el agrandamiento del pene y los testículos, después aparece el vello en diversas
partes del cuerpo. La voz cambia cerca de los quince años y el vello sigue apareciendo en la cara y en el pecho hasta
pasada esta edad. Todos estos cambios inquietan a los chicos de la misma manera que las chicas se ven sorprendidas por
los suyos. Son frecuentes las exploraciones colectivas entre iguales y las comparaciones suelen llevar aparejadas críticas
que tienden a confundir aspectos físicos con otros elementos como la virilidad o la masculinidad. Corre por nuestra cuenta
desmitificar fantasías sobre los tamaños y los tiempos de aparición de los cambios. Estas cuestiones a veces se convierten
en conflictos que acompañan a las personas durante muchísimos años. Durante la pubertad comienzan a multiplicarse en
las personas sus capacidades para fantasear y ésta es una cuestión que afecta al desarrollo sexual. Las fantasías sexuales
son una herramienta que prepara a las personas para el sexo, ayudan a conocer la sexualidad personal y a descubrir la
intimidad. Además, las fantasías sexuales permiten que las personas desarrollen su sexualidad sin tener que recurrir a la
práctica antes de que se esté mínimamente preparado para ello. Al hablar sobre las fantasías sexuales, se les restará
cualquier mínimo elemento de culpa y enfatizando su papel positivo en el desarrollo de la sexualidad. Por otro lado, es
conveniente tener presente que las fantasías sexuales son patrimonio exclusivo de quien las desarrolla dejando bien claro
su carácter íntimo. Otra cuestión pareja a la pubertad es la masturbación, de una manera distinta a como se presentaba
en los períodos anteriores. En estos momentos, la principal variación de la autoestimulación es que a través de ella se
pueden alcanzar orgasmos. El organismo puede desarrollar la respuesta sexual humana en toda su extensión. Es
recomendable que estos temas sean tratados abiertamente. Cuando no se habla de un tema siempre emitimos el mensaje
de que dicha cuestión es tabú y se valora negativamente. La masturbación es un instrumento insustituible de
autoconocimiento y de exploración de la sexualidad individual. Es interesante abordar este tema entre los nueve y los
doce años, dejándoles claro que se trata de un medio para conocer el cuerpo y las sensaciones físicas placenteras. Otros
aspectos de índole social incidirán tanto en el desarrollo personal del preadolescente como estrictamente en su desarrollo
sexual. Aprender a relacionarse socialmente, saber poner límites a los demás y ser capaz de expresar adecuadamente sus
emociones, son cuestiones que 26 repercutirán en todos los ámbitos del crecimiento personal y de una forma relevante
también en el sexual.
LA ADOLESCENCIA. El y la adolescente emerge del mundo infantil y emplea todas sus energías en perseguir una identidad
y unas características propias. Es un proceso en el que se reclama insistentemente una mayor independencia y cuando se
debe aceptar un mayor grado de responsabilidad. En este marco las relaciones familiares se vuelven ambivalentes. En
determinados momentos en la adolescencia busca un gran distanciamiento y
autonomía, en otras ocasiones se pretende volver al cobijo de la familia. Todo
esto de forma intermitente y a veces pidiendo a la vez autonomía y protección.
Resulta esencial disponer de espacios donde sea posible abordar los distintos
momentos y situaciones que marcan el mundo del adolescente y donde
además nosotros como adultos podamos expresar nuestros puntos de vista y
nuestras preocupaciones. Es desgraciadamente frecuente que ante los y las
adolescentes las únicas comunicaciones existentes versen sobre el desacuerdo
de adultos ante su conducta. Esto suele generar círculos viciosos donde las
personas adultas piden disciplina; en la adolescencia se responde con la
insumisión; y las personas adultas solicitan aún más disciplina. Las restricciones
y las responsabilidades impuestas a adolescentes deben modificarse a medida
que pasan los años. No debemos olvidar que se trata de un período de continuo crecimiento hacia la madurez personal.
Cuando se consigue que existan canales de comunicación amplios y sinceros,
además de incidir en un desarrollo armónico de los y las adolescentes,
estaremos enseñando a expresar a los demás sentimientos. Se trata de un
variable fundamental en toda relación íntima. Así estaremos ejercitando una
capacidad que redundará en la calidad de la vida emocional y sexual de
nuestros los y las menores. También podremos exponer nuestras posiciones
ante la sexualidad de una forma que sean escuchadas y tenidas en cuenta. De
esta manera podremos discutir con ellos la relevancia de realizar el acto sexual,
la importancia de la calidad de la relación con otra persona, la necesidad de que
exista confianza mutua en la pareja, el uso de los anticonceptivos, etc. Con todo
esto conseguiremos que se adentren con las mejores capacidades en la
exploración adulta del mundo de la sexualidad.
Metodología.
Cuentos o libros relacionados que pueden incluirse en las dinámicas habituales de la casa.
Música que escuchan y que puede analizarse y comentarse.
Trabajar con las revistas que habitualmente leen y la publicidad que ven
Narrativa: Textos escritos por ellos/as mismos
Redes Sociales: facebook, twitter, wasap.
Datos Informativos
Desarrollo de la experiencia:
Secuencia de Actividades
Realizamos la oración para agradecer a Dios por la vida que nos da.
• Llamamos asistencia
. • Dialogamos con todos los estudiantes sobre sus emociones ¿Cómo se sienten en esta
2da semana de trabajo?
Cierre Reflexionamos
Felicito a los estudiantes para valorar el trabajo realizado durante la experiencia de aprendizaje, mediante
las siguientes preguntas: ¿terminaron a tiempo la actividad?,¿Cómo se han sentido con la actividad? ¿Qué
dificultades tuvieron durante el desarrollo de la actividad? ¿Te ayudó la historia contada por la docente
Asistencia SI NO
1 AREVALO ANGULO, LAYSON BRYAN
No es muy común que se hable de los genitales o si se habla, en vez de hablar de vulva o pene se suele utilizar
un montón de nombres como pito o chocho, fruto del tabú que aún en nuestros días pesa sobre la sexualidad.
Llamarlos por su nombre, conocerlos y verlos como algo hermoso, todo el cuerpo lo es, merece la pena.
Genitales más conocidos como femeninos externos o vulva: Están debajo de esa zona blanda sobre la pelvis
que se cubre de vello a partir de la pubertad e incluye los labios mayores y menores y el clítoris (ver en la
imagen)
El clítoris es la parte más sensible al roce o a las caricias y un punto importante de excitación sexual que
proporciona placer. Entra en erección y aumenta de tamaño por el estímulo sexual.
Los genitales más conocidos como femeninos, internos son la vagina, el útero y los ovarios
Las paredes de la vagina al inicio de la excitación sexual, producen un fluido incoloro que aportan humedad y
lubricación. La parte más externa, sobre todo la pared anterior, es muy sensible y su estimulación puede
transmitir sensaciones agradables.
Los genitales más conocidos como masculinos, incluye el pene y el escroto como genitales externos o
expresión exterior, y como órganos reproductivos internos los testículos.
El pene y sobre todo su terminación, el glande y también el escroto, la bolsa que contienen los testículos, son
partes muy sensibles al roce y las caricias. Pueden ser de diferentes tamaños, lo que no influye en su
funcionamiento sexual, ni en el placer en las relaciones sexuales
Durante la eyaculación sale de la uretra el semen un líquido blanquecino que contienen los espermatozoides o
células reproductoras que si se unen al óvulo puede dar origen a embarazo. También puede dar origen al
embarazo un líquido que de forma involuntaria sale antes de la eyaculación del semen para limpiar la uretra de
los residuos de orina.
La sexualidad y la genitalidad no son lo mismo, sin embargo, se entrelazan en una dimensión relacional donde
la analogía es la función básica de la sexualidad y requiere, exige, no solo el deseo sino la apertura y la atención
hacia el otro a través del afecto, la comunicación y la duración.
La genitalidad hace referencia al aspecto más corporal de la sexualidad, centrándose en los genitales
(masculinos y femeninos). Es un concepto parcial del sexo del individuo y de su conducta sexual, reduciendo
ambos conceptos al aspecto anatómico fisiológico de los órganos genitales o reproductores.
Es por esto que la sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que
caracterizan cada sexo, es decir, el conjunto de fenómenos emocionales y de conducta relacionados con el
sexo, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.
La sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como: “Un aspecto
central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género,
el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de
pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones
interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o
se expresan siempre, porque la sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos,
sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales».
Cuando hablamos de sexualidad, entendemos la unión de dos personas que unen sus genitales. Y si la
genitalidad es sexualidad, entonces podríamos llegar a tener sexo sin que entren en juego nuestros genitales.
A lo largo de la historia de la sexualidad, encontramos momentos en los que el sexo se expresaba y se
enmarcaba estrictamente en la genitalidad, es decir, en lo físico. Sin embargo, actualmente el concepto de
sexualidad engloba el de genitalidad, ya que contempla otros aspectos definitorios de la vida sexual como son
elementos culturales, emocionales, sociales, hormonales, etc. Antes, la relación sexual se limitaba casi
exclusivamente al coito, en cambio, hoy día, este concepto ha evolucionado, hasta el punto en el que se
entiende que una mirada, un gesto, una caricia, un susurro, pueden considerarse como componentes sexuales,
que cumplen el objetivo principal del sexo: el placer.
La sexualidad es mucho más amplia que la genitalidad, ya que incluye todas las experiencias placenteras. Es por
eso que la sexualidad se define en relación con el placer, y el placer genital es uno de los placeres posibles.
La sexualidad influye sobre procesos fisiológicos y psicológicos, pero ante todo es la expresión de una necesidad
de comunicación física que excede ampliamente el aspecto genital de la sexualidad. Confundir sexualidad y
genitalidad es dejar de lado el componente afectivo, factor que determina la calidad de la relación con el otro.
Qué es Género:
Género es una palabra que se refiere al tipo, clase, estirpe o linaje al que pertenecen un conjunto de
cosas o seres que tienen la misma naturaleza, es decir, que comparten elementos como génesis, forma
y/o características.
La palabra proviene del latín genus y -eris, con idéntico sentido. Su uso es bastante amplio. Lo dicho
implica que se puede hablar de género en relación a diferentes materias, como la biología, las artes, la
literatura, las ciencias sociales, etc. Veamos a qué se refieren cada uno de estos y otros usos.
Género en biología
La palabra género se usa en la biología dentro del contexto de la taxonomía, responsable de clasificar las
formas de vida y su evolución, en virtud de las características morfológicas y funcionales que reflejan la
existencia de ancestros comunes y próximos.
Dentro de esta disciplina, género alude a una de las clasificaciones taxonómicas de los seres vivos,
situada entre la familia y la especie. Por ejemplo, homo sapiens es el nombre de la especie humana que
pertenece al género homo, que significa humano.
En cuanto a los seres vivos con sistemas de reproducción sexual, tales como el ser humano y algunos
animales, la biología determina la existencia de dos géneros básicos, de acuerdo al tipo de órgano
reproductor o genitales que posee el individuo: el género femenino y el género masculino.
Género en las ciencias sociales
En la actualidad, las ciencias sociales hacen una distinción entre el concepto biológico de sexo femenino
y masculino, y el concepto cultural de género, el cual da lugar a la discusión sobre la identidad de
género.
Por ende, en cuanto a los seres humanos, se distingue entre sexo y género. Esto resulta del estudio del
comportamiento humano y social, el cual ha revelado una separación entre el sexo biológicamente
asignado y el género (rol) psicológica y socialmente asumido.
Se usa el término "sexo" para aludir a la dimensión estrictamente fisiológica (órganos reproductivos
femeninos o masculino). El término "género" para referirse a la identidad sexual de la persona, es decir,
al rol con el que se identifica a partir de la experiencia de su sexualidad.
Género gramatical
En la gramática española, el género aplica sobre sustantivos, adjetivos, artículos y pronombres, para
clasificarlos en tres grupos: masculino, femenino o neutro.
Es necesario advertir que en la gramática española no existe identidad o equivalencia entre el género
gramatical y el género sexual.
Tradicionalmente las diferencias de sexo han constituido la base sobre la que articular unas
diferencias entre hombres y mujeres que transciendan lo biofisiológico y determinen en mayor o
menor medida su existencia. Dicha diferenciación es resultado de una doble construcción,
sociocultural y psicológica, cuyos contenidos definen lo que en la actualidad se entiende por
género. El componente sociocultural es el responsable de categorizar la realidad en una dualidad
de opuestos, masculinidad vs. feminidad, nutrida de estereotipos y articulada en roles que se han
transmitido generacionalmente a lo largo del proceso de socialización desde el nacimiento. El
componente psicológico refiere la construcción activa que toda persona realiza de ese mensaje
sociocultural y le enseña qué es ser hombre o mujer y cómo ha de comportarse. Este proceso
define la identidad de género del individuo, en el núcleo del autoconcepto: cómo ha entendido su
sexo y cómo le ha atribuido unas características y unos contenidos que le hacen identificarse, al
fin, con una masculinidad y/o feminidades únicas respecto al resto de seres humanos, pero a la
vez congruente con las expectativas sociales. En el presente artículo se destaca, además, la
importancia de los agentes socializadores en la transmisión de la identidad de género.
Le presento lo siguiente:
Aportes de los Estudios de Género en la conceptualización sobre Masculinidad Autores: Ps.
Alejandra López Gómez1 Dr. Carlos Güida2 Introducción. Quienes escribimos esta comunicación
provenimos de una intensa trayectoria en el campo de la Salud y Género, con especial énfasis en
Sexualidad, Salud Reproductiva y Derechos. Ante la invitación de presentar un artículo en esta
publicación, y dada la amplitud del campo propuesto – Masculinidad y Feminidad -, hemos
decidido orientar nuestro aporte al foco de la construcción socio-histórica de masculinidades, y a
su relación con las prácticas sexuales de mujeres y varones. Las teorías de género alumbran de
manera singular este campo de estudios, ofreciendo herramientas conceptuales y metodológicas
que posibilitan una comprensión compleja del significado social del ser mujer y del ser varón en
cada cultura. Esperamos que estas líneas aporten en la discusión de una temática tan sustantiva
para la producción de conocimientos, para la intervención profesional, así como para la
comprensión de cada sujeto singular. Movimientos y Producción de Conocimientos. as primeras
conceptualizaciones sobre género (del inglés gender) datan de la década del 50 cuando los
psiquiatras y psicoanalistas Money y Stoller distinguían los conceptos de sexo y de género. Este
último era definido como los comportamientos esperados para una persona en función de su
sexo biológico. A partir de investigar el proceso de construcción identitaria en niños con
trastornos en la definición de su sexo biológico, postularon que el núcleo de la identidad de
género (definido como el sentimiento íntimo de ser mujer o de ser varón) se construye en los
primeros tres años de existencia y es previa a la diferencia sexual. Los valiosos aportes de Money
y Stoller3 en la conceptualización sobre el género, han contribuido en la elaboración de
conceptos complejos, que dieran cuenta de sus múltiples dimensiones. 1 Alejandra López Gómez
es psicóloga universitaria con especialización en Estudios de Género y Salud. Docente de la
Facultad de Psicología de la UDELAR y Coordinadora de la Cátedra Libre en Salud Reproductiva,
Sexualidad y Género de dicha casa de estudios. 2 Carlos Güida es médico con especialización en
Estudios de Género y Salud. Docente de la Facultad de Psicología de la UDELAR y Coordinador de
la Cátedra Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y Género de dicha casa de estudios. 3 Stoller,
R: “Sex and Gender” EEUU, 1960 Q L La década de los 60', fue un momento de inflexión en la
construcción de estos conceptos. Década caracterizada por la enunciación de las diferencias
sociales, políticas y étnicas, se estructura en torno a la aparición y/o desarrollo de movimientos
sociales, académicos y políticos de alto impacto. Importa mencionar como los más significativos:
los movimientos de mujeres, el movimiento de negros en EEUU, los movimientos indigenistas en
Latino América, el movimiento gay y lésbico, el movimiento hippie, el Mayo Francés y los
movimientos guerrilleros en el llamado Tercer Mundo. Nos importa detenernos en el papel que
jugaron los movimientos de mujeres, y en especial el movimiento feminista en su aporte a nuevas
conceptualizaciones. La denominada segunda ola del Feminismo (ubicada hacia la mencionada
década) jugó un papel central en la visualización de la desigualdad de las mujeres como sujetos
de derecho. A las luchas iniciadas con el comienzo del siglo por los derechos sociales y civiles de
las mujeres, se colocaba ahora sobre la mesa el derecho de las mujeres a controlar su cuerpo
(derecho al placer sexual, derecho a la anticoncepción, derecho al aborto, derecho a no ser
discriminada por su orientación sexual). La identificación y lucha por la conquista de estos
derechos, serán un mojón muy importante en lo que hoy denominamos derechos sexuales y
derechos reproductivos. La misma se sustentaba en uno de los principios éticos del Feminismo
que enunciaba que “la experiencia personal es política”, colocando en el debate público aquello
que hasta entonces parecía ser sólo del orden de lo personal y lo íntimo. Importa recordar que
fue hacia esta década que se inicia la comercialización de la píldora anticonceptiva como el
primer método que permitirá a las mujeres no sólo controlar su fecundidad, sino también
depender de sí mismas para el ejercicio de este control. Así, los anticonceptivos orales serán
luego concebidos como un instrumento que aporta al proceso de autonomía de las mujeres. Al
mismo tiempo, académicas feministas introducían en la producción del conocimiento la condición
de la mujer como campo específico o de estudios. Se articulaba así un movimiento social y
académico al servicio de darle voz a las mujeres, reafirmando la necesidad de ser habladas y
pensadas desde y por sí mismas. Surgen los Estudios de la Mujer, como un campo
interdisciplinario de investigación y producción de nuevos conocimientos y heterogéneo en sus
herramientas teóricas y metodológicas. Su foco de crítica: la concepción antropocéntrica y
falocéntrica de la ciencia; su propuesta: la necesidad de generar nuevos paradigmas desde los
cuales construir conocimiento. Asimismo, cumplieron con el importante papel de relevar y
describir la situación de las mujeres en diferentes contextos y ámbitos. Feijoo4 sostiene que
"desde sus inicios, las estrategias y metodologías montadas por los Estudios de la Mujer han
tenido como objeto hacer visible lo que se mostraba como invisible para la sociedad. Ello se
reveló útil en la medida en que permitió –y aún permite-des ocultar el recinto en el que las
mujeres habían sido social y subjetivamente colocadas; desmontar la pretendida "naturalización"
de la división socio-sexual del trabajo; revisar su exclusión en lo público y su sujeción en lo
privado; así como cuestionar la retórica presuntamente universalista de la ideología patriarcal" Ya
hacia comienzos de los 80' -en el mundo industrializado- se producen nuevos avances en las
conceptualizaciones sobre la construcción de lo femenino y lo masculino. 4 Feijoo, M.del Carmen:
“De los Estudios de la Mujer a los Estudios de Género han recorrido un largo camino” en Las
Mujeres en la imaginación colectiva. A. M. Fernández (comp.), Ed. Paidos, 1992. Es la década de
surgimiento de los primeros estudios sobre masculinidad (EEUU, Inglaterra, Canadá, Suecia). Los
Estudios de Género señalarán una lógica incluyente del análisis sobre la construcción cultural de
la diferencia sexual. La confluencia decisiva de académicas/os de distintas disciplinas de las
Ciencias Humanas y Sociales permitirá desarrollar teorías de género. Desde la perspectiva de
Scott, el género "pasa a ser una forma de denotar las construcciones culturales, la creación
totalmente social de ideas sobre los roles apropiados para mujeres y hombres. Es una forma de
referirse a los orígenes exclusivamente sociales de las identidades subjetivas de hombres y
mujeres. Género es, según esta teoría, una categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado."
En una definición de mayor complejidad, Scott (1988) se referirá al género diciendo que: "El
género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales fundadas sobre las diferencias
percibidas entre los sexos; y el género es un primero modo de dar significado a las relaciones de
poder. (…) Como elemento constitutivo de las relaciones sociales fundadas sobre las diferencias
percibidas, el género implica cuatro elementos:
1º - Los símbolos culturalmente disponibles que evocan representaciones simbólicas
2º - Los conceptos normativos que ponen en evidencia las interpretaciones de los símbolos, que
se esfuerzan para limitar y contener sus posibilidades metafóricas
1 – Existen diversas construcciones del género, dependiendo de las diversas culturas y momentos
históricos, por lo cual existen múltiples manifestaciones de la masculinidad, inclusive en cada
cultura.
3 – Las instituciones y los grupos, al igual que los individuos generan y sustentan diferentes
formas de masculinidad
6 – Por el mismo hecho de ser producto de procesos históricos, las masculinidades son
susceptibles de ser reconstruidas, por procesos de género y otras interacciones sociales. Desde la
perspectiva de una nueva sociología del cuerpo propuesta por Connell, apoyado en Foucault y
otros autores, nos aproxima a nuevas formas de entender las relaciones de género: "La
encarnación del género es desde un principio, una encarnación social. La materialidad del cuerpo
masculino tiene importancia no como modelo de las masculinidades sociales, sino como
referente para la configuración de prácticas sociales que han sido definidas como masculinidad".
Connell sostiene que las estructuras del orden de género que explican la encarnación social de la
masculinidad son cuatro: a-producción y división de trabajo b-poder c-catexis d-simbolización
Trabajo, violencia, sexualidad cobran sentido a través de un cuerpo vivido como herramienta con
capacidad de modificar, de dominar, de ejercer el poder sobre los otros. 18 Ob. Cit. 19 Connell,
Robert. “El imperialismo y el cuerpo de los hombres”, en Masculindades y Equidad de género en
América Latina. Teresa Valdés y José Olavarría(eds.). Flacso/ Chile - Fondo de Población de
Naciones Unidas.1998 El cuerpo productor de masculinidad, la masculinidad inserta en un
cuerpo. La psicopedagoga argentina Alicia Fernández20 establece la diferencia entre organismo y
cuerpo, señalando que mientras que el primero se hereda el segundo se construye. El organismo
referirá al equipo genético – infraestructura neurofisiológica de todas las coordinaciones posibles,
mientras que el cuerpo referirá a “una construcción realizada sobre la materia prima que da el
organismo, atravesado por la inteligencia y el deseo, en un momento histórico determinado” La
percepción del propio cuerpo, el cuerpo modelado por la clase social, por el tipo de trabajo, por
la alimentación configuran espejos de masculinidad: del sobrepeso a la languidez. Varios autores
refieren que parecen existir diversas masculinidades en cada cultura, aunque todas remiten hacia
un modelo hegemónico. Nosotros creemos que ese modelo será el eje en torno al cual se
definirán -por identificación o rechazo- las masculinidades emergentes. Los varones encuentran
rituales de confirmación de su masculinidad, a través de espacios en los cuales se recrean
relaciones homosociales, y que no dejan de generar ambigüedad en los propios "participantes".
Los deportes "extremos" y los violentos, con sus rituales y símbolos configuran modelos para los
espectadores, quienes por el solo hecho de observar recrean actitudes y comportamientos
confirmatorios: el lenguaje, las modalidades de demostrar y transmitir afectos, la competitividad,
las posiciones adoptadas en torno al televisor en un partido de fútbol. Las imágenes masculinas
del poder están asociadas a la dominación. La violencia masculina es analizada en tres categorías
por Kaufman21: hacia sí mismo, hacia las mujeres, hacia otros hombres. Por otra parte, sostiene
que la masculinidad al ser una construcción cultural, la torna frágil. En esta dirección, analizando
los actos de violencia sexual y doméstica perpetrados por varones afirma que son una
demostración de la necesidad de confirmación del ser varón, al mismo tiempo que prácticas de
ejercicio de la dominación. Si bien se ha avanzado en los conocimientos que aportan los Estudios
sobre Masculinidad, aún persisten los embates desde la Sociobiología y las Ciencias Biomédicas
en la búsqueda constante de la inscripción genética y su correlato en el ordenamiento social de
las relaciones entre los géneros. Los modelos disponibles en América Latina acerca de la/s
masculinidad/es remiten a figuras dominantes desde el poder político, militar, étnico y de clase
social. Vicent Marques22, aportará que los varones al nacer reciben dos consignas básicas. La
primera afirma: " Ser varón es ser importante" y la segunda " Debes demostrarlo ". Estas dos
consignas transmitidas por toda la cultura, serán un referente en la vida de todo hombre. Aun
cuando las posibilidades de aproximarse al ideal marcado por el 20 Fernández, A.: “La sexualidad
atrapada de la señorita maestra”, Ed. Nueva Visión, Bs. As., 1992 21 Kaufman, M.: “La
construcción de la masculinidad y la tríada de la violencia masculina” “en Hombres. Placer, poder
y cambio”, Ediciones Populares Feministas. Colección Teoría, 1989. 22 Marques, V y ot..:
“Sexualidad y Sexismo”, Editorial Fundación Universidad Empresa, Madrid 1986 modelo
hegemónico sea una utopía. Los varones se sienten, según este autor, pertenecientes al
"colectivo masculino". Indudablemente, las masculinidades se construyen y se modifican con los
avatares históricos. El modelo hegemónico de masculinidad produce, en su interacción con otras
masculinidades, nuevas interpretaciones sobre lo que significa ser varón en las culturas
dominadas. En las colonias queda demostrado como el modelo occidental de masculinidad
produce cambios en los comportamientos de los varones dominados. Las relaciones intergénero
son confirmatorias del poder del dominador, a la vez que introyecta un modelo de "ser varón",
que permea a la cultura dominada. Kimmell23, a partir de sus estudios acerca de la constitución
de las masculinidades en Estados Unidos, relata: " En mi investigación histórica acerca de la
formación de la hombría estadounidense descubrí tres modalidades básicas de prueba. En primer
lugar, la hombría se podía demostrar convirtiendo al cuerpo en un instrumento y expresión de
dominio. Desde los reformistas de salud del siglo XIX, que aconsejaban la abstinencia sexual,
pasando por los deportes del siglo pasado hasta la obsesión actual por el desarrollo corporal, los
hombres que parecían ser rudos y fuertes podían trata y aliviar la ansiedad que les producía el
hecho que se descubriera que eran blancos y débiles. En segundo lugar, la hombría podía
demostrarse yendo al bosque, ingresando al ejército, haciéndose a la mar, lugares donde los
hombres podían demostrar su masculinidad frente a la naturaleza y alejados de las influencias
feminizantes de la civilización. Pero la principal forma en la cual los hombres intentaban
demostrar que habían tenido éxito en lograr la masculinidad era mediante la problematización de
otras formas de masculinidad, el posicionamiento de lo hegemónico contra lo subalterno, la
creación del otro." Los patrones de masculinidad se modifican dentro de la propia cultura y en la
historia de cada individuo, lo que no implica necesariamente un cambio en las relaciones
intergénero: se modifican actitudes hasta hace poco interpretadas como no masculinas, pero los
"trofeos" continúan siendo las mujeres. En una experiencia de trabajo en espacios de reflexión
con adolescentes de sectores populares sobre su condición de mujeres y varones (Montevideo,
1995)24 hemos constatado una vez más, a través de las actitudes y opiniones de los varones
participantes, que las masculinidades se construyen en varios campos estrechamente
relacionados con el ejercicio del poder:
BIBLIOGRAFIA.
Autores Varios. Estudios de Derechos Humanos IV. Edita IIDH, Costa Rica, 1995 - Lamas, M.
(comp.) La construcción cultural de la diferencia sexual, Ediciones PUEG, México, 1996 - Viveros,
M y otr. (comp.)
Género e Identidad. Ensayos sobre lo femenino y lo masculino. Ediciones TEM, Colombia 1996. -
Durand, T y De los Santos, A.: Tras las huellas de un porvenir incierto: del aborto a los derechos
sexuales y reproductivos.
La crisis del modelo tradicional de masculinidad y sus repercusiones. Edición de los Autores con
apoyo del FNUAP, Montevideo, 1998. - Autores Varios.
La sexualidad atrapada de la señorita maestra. Ediciones Nueva Visión, Bs. As., 1993 - Marques, V
y ot..: “Sexualidad y Sexismo”, Editorial Fundación Universidad Empresa, Madrid 1986
Ps.Alejandra López Gómez (alg19@adinet.com.uy) Dr. Carlos Güida (cdguida@adinet.com.uy)
Coordinadores Cátedra Libre Salud Reproductiva, Sexualidad y Género (sexrep@psico.edu.uy)
Facultad de Psicología Universidad de la República Año 2000.
Las rígidas concepciones están tan extendidas que incluso los rasgos de personalidad masculina y
femenina están estereotipados, por lo que al hombre se le atribuyen unos rasgos y a las mujeres
otros. Los rasgos de los hombres son los denominados instrumentales, que guardan relación con
la competencia, el asertividad y la racionalidad y a la mujer se le adjudican rasgos de tipo
expresivos que enfatizan la calidez, cuidado y sensibilidad, más relacionados con la afectividad y
la emocionalidad.
Los estereotipos no solamente son creencias o prejuicios de las personas, sino que también
podemos considerar relaciones de pareja que han sido estereotipadas mediante diversos
mecanismos sociales, entre ellos, los medios de comunicación o simplemente por el
reforzamiento de ideas entre el grupo de iguales. Para plantear una reflexión crítica sobre esta
cuestión se proponen los siguientes temas: ¿En qué te fijas principalmente para que te guste un
chico o chica? Aquello en lo que principalmente se fijan los y las jóvenes para su pareja es en el
físico, con una diferencia abrumadora respecto a las otras opciones. Me parece adecuado que las
mujeres tengan mucho carácter y dotes de mando. Dentro y fuera de la relación de pareja al
hombre le han legitimado históricamente un poder y una dominación sobre la mujer Me parece
adecuado que las mujeres tengan iniciativa en una pareja. Uno de los roles que se ha normalizado
en la sociedad tiene que ver con quién es la persona que da el primer paso en una relación
sentimental, en este caso, varios estudios afirman que son los hombres quienes toman la
iniciativa para ligar y los que han de conquistar a la mujer. Sin embargo, los jóvenes mantienen la
duda acerca de que sí son las mujeres las que tengan la iniciativa en una pareja. ¿Crees que en
una relación de pareja la chica debe complacer al novio en lo que desee? El estereotipo femenino
que reproducimos en este caso es el de mujer complaciente, tiene que ver con la falacia de la
entrega total, es decir, la idea de “fusión con el otro”, olvido de la propia vida, dependencia de la
otra persona y adaptación a ella, postergando y sacrificando lo propio sin esperar reciprocidad ni
gratitud. ¿Quién crees que debe tomar las decisiones importantes en una pareja? Se trata de
conocer la percepción sobre quién debe tener el dominio en una pareja para la toma de
decisiones importantes. Según el rol de masculinidad hegemónica que se ha mantenido en las
sociedades patriarcales, sería el hombre el que pone la racionalidad para decidir sobre la mujer,
ejerciendo así un dominio sobre ella.
Para Sternberg (1989), el amor es una de las más intensas y deseables emociones humanas. Las
personas pueden mentir, engañar y aún matar en su nombre y desear la muerte cuando lo
pierden. Plantea su teoría del “triángulo del amor” la cual se forma por tres componentes: la
pasión, el compromiso y la intimidad, interdependientes entre sí. Pasión referida a la sexualidad,
compromiso por mantener ese amor hacia una persona e intimidad en cuanto a la capacidad de
compartir sentimientos, confianza… 43 En cada relación será diferente como a miembro percibe
dichos componentes del amor de su pareja, es por eso por lo que pueden surgir discrepancias
entre lo que experimenta un miembro y lo que experimenta el otro. Con la combinación de estos
tres elementos, se generan diversas clases de amor:
DESARROLLAR LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES:
Elaborar una monografía sobre la participación de la mujer en los procesos políticos del
Perú.
Podemos observar que este concepto de amor es fundamental en el imaginario occidental (se sigue
reforzando en la literatura, las películas, series, canciones…y en prácticamente todos los medios de
socialización.), además de no haber cambiado desde que apareció en la edad media, lo cual nos lleva a
entender que se produce un desfase cultural del concepto de amor romántico, que no evoluciona a la
par de los cambios sociales. Sigue transmitiendo ideales de una sociedad basada en la superioridad y
dominación del varón frente a la mujer. Las primeras ideas sobre el amor y lo que se pueden esperar de
una pareja, van a formarse en la adolescencia, que es donde inician sus primeras relaciones. No tienen
por qué iniciar una relación amorosa, pero seguramente ya tendrán una opinión sobre los modelos de
amor que refleja esta sociedad (en su mayoría mitificados) y sobre lo que esperan de una persona que
esté enamorada. A pesar de las diferencias en las parejas de adolescentes, todas tienen en común
considerarse como la representación del amor y de la idea de felicidad. Ya sean origen de problemas o
disgustos, pero la imagen ideal de la felicidad individual, en nuestra sociedad pasa por tener una
pareja.
Un mito es una creencia, aunque se halla formulada de manera que aparece como una verdad y es
expresada de forma absoluta y poco flexible. Partimos entonces de que, al hablar de mitos de amor,
obviamente estamos frente a un conjunto de ideas y creencias irracionales, y frente a un modelo de
conducta imposible de seguir que, por tanto, fácilmente desembocará en desengaños y frustraciones.
Podemos definir mitos de amor como el conjunto de creencias socialmente compartidas sobre la
“supuesta verdadera naturaleza del amor”, y, al igual que sucede en otros ámbitos, también suelen ser
ficticios, -absurdos, engañosos irracionales e imposibles de cumplir. Representan creencias sociales
distorsionadas, que influyen negativamente en las relaciones de pareja, y pueden, de alguna forma,
apoyar y sostener la violencia de género. Así pues, todos aquellos mitos que reproducen la idea del
amor romántico aparecen con especial fuerza en la educación sentimental de las mujeres. Las
preguntas sobre los mitos relacionados con el amor romántico, guardan relación entre ellas. Las cuatro
primeras están relacionadas con la creencia del amor omnipotente, es decir, que lo puede y lo perdona
todo. Se piensa que tanto un grito, un insulto, daño, sufrimiento…se cura con amor; y las dos siguientes
también relacionadas entre ellas hacen mención al mito de la media naranja. “Si un día tu pareja se
enfada mucho y te grita o insulta, ¿le perdonarías? / Por mucho daño que te haga tu pareja, si la
quieres tienes que perdonarla” Este tipo de agresiones como gritos e insultos pueden ser atribuidos
por las víctimas a arrebatos pasajeros que no se identifican como conductas violentas. Si además
tenemos en cuenta el arrepentimiento mostrado inicialmente por los hombres violentos, se verá
reforzada la permanencia de la víctima en la relación. Muchas veces empieza por un perdón un día,
pero puede acabar por normalizarse el conflicto, es decir, que se puede pensar que todo lo que sucede
en estas fases de noviazgo sea lo habitual que les sucede a todas las parejas hasta que se adaptan el
uno al otro. Otra falacia es creer que las personas cambian por amor, lo cual puede llevar a aceptar y
tolerar comportamientos inadecuados, ofensivos, estando convencidos de que después del perdón y el
arrepentimiento no volverá a pasar, o que algún día cambiará porque te ama.
El amor lo puede todo, y aunque dos personas sean muy diferentes si se quieren de verdad todo irá
bien. ¿Crees que una persona puede quererte y al mismo tiempo hacerte sufrir o tratarte mal? Con
ambos interrogantes intentaremos percibir la interiorización de la creencia que el amor “verdadero” lo
aguanta y perdona todo. De lo que se deduce que una persona puede quererte, aunque te trate mal.
Vemos que guardan gran relación, aunque de ellas podemos extraer varias ideas. Considerar que amar
es compatible con dañar o hacer sufrir a partir de creencias del tipo: “cariño y afecto son fuerzas que
en ocasiones se descontrolan”; e, incluso, “no hay amor verdadero sin sufrimiento” conduce a justificar
el maltrato. relacionado con esta normalización o minimización del conflicto se encuentra la creencia
popular del mito que explica que los polos opuestos se atraen y entienden mejor. Aunque la realidad
parece demostrar que cuantas más cosas se tienen en común, mejor se entienden las parejas. Es
necesario encontrar a tu “media naranja” para que la vida sea completa. “Sólo se puede ser feliz en la
vida y tener cariño si tienes pareja” Poniendo en relación el enamoramiento, el emparejamiento y los
roles de género, ambas afirmaciones están bastante aceptadas socialmente. Ambas se basan en la
necesidad de encontrar a alguien que complemente tu vida. Ésta es otra de las ideas que alimenta el
mito del amor romántico, la cual supone que uno encuentra sentido completo a la vida en el otro, es
más, solamente cuando encuentran a esa mitad que les falta, pueden decir que en su vida han
conseguido ser felices. Sigue extendido el juicio “No seré feliz hasta que no encuentre a mi media
naranja”. Esta visión distorsionada del amor hace que se sobrevalore. El ideal romántico de nuestra
cultura ofrece un modelo de conducta amorosa que estipula lo que “de verdad” significa enamorarse y
qué sentimientos han de sentirse, cómo, cuándo, y con quién sí y con quién no. Es este componente
cultural, descriptivo y normativo, el causante de que se desarrollen creencias e imágenes idealizadas en
torno al amor que en numerosas ocasiones dificulta el establecimiento de relaciones sanas y provoca la
aceptación, normalización, justificación o tolerancia de comportamientos claramente abusivos y
El amor y la pareja, unidos, pero no atados “Puede que no podamos escoger la manera en la que sentimos, lo
que deseamos, pero podemos elegir lo que hacemos con esos sentimientos y deseos”. (Jeffrey Weeks, El
malestar de la sexualidad). Decidir más conscientemente el tipo de relaciones que se desea construir implica
desvelar los mitos que han ido conformando el ideal de amor y pareja en el imaginario colectivo El amor es un
sentimiento vital sin el que es difícil imaginar la existencia humana. Son indiscutibles sus potencialidades para
hacernos felices y llenarnos de satisfacción, pero a la vez nos puede generar dolor y en su nombre pueden
justificarse las mayores barbaridades. Puede mover montañas, aunque no lo puede todo. La pareja viene siendo
la manera privilegiada de canalizar lo que concebimos como relación amorosa, y forma parte del proyecto vital
de muchas personas. Se han producido importantes cambios en la manera concreta de vivir esta relación:
parejas heterosexuales o parejas gays y lesbianas; matrimonio o parejas de hecho; de larga o corta duración; de
convivencia o sin ella; con o sin hijos, sean biológicos o adoptados... A pesar de esas profundas
transformaciones, “la pareja, heterosexual y para toda la vida (con hijos)” sigue viva como ideal en el imaginario
colectivo. Algunos efectos negativos de ese mito son que los jóvenes, especialmente las chicas, viven como
carencia fundamental no tener pareja; que se pueda llegar a conceder más valor a tener una relación que a la
calidad de ésta; que adolescentes gays, lesbianas y bisexuales tengan mayores dificultades para su
reconocimiento y aceptación. Los datos indican que la violencia en las parejas se da también entre la gente
joven, aunque su autopercepción sea que “es cosa de mayores” y generalmente asociada a las expresiones de
47 maltrato más duro. Los datos alertan también de que muchas relaciones violentas se gestan durante el
noviazgo. No obstante, entre jóvenes, son más frecuentes relaciones abusivas. Hay que tener presente que las
violencias interpersonales se producen en varios ámbitos (familiar, educativo, laboral, recreativo...) y en un
contexto más amplio de violencias sociales. Todas esas formas de violencia tienen elementos en común,
aunque a su vez tengan singularidades. Las ideas y actitudes de la juventud son reflejo de la sociedad, al tiempo
que la juventud es el principal agente de cambio social. La intervención desde el ámbito educativo para formar
a las nuevas generaciones en la resolución no violenta de conflictos puede ser, a medio y largo plazo, uno de los
mejores recursos para prevenir todas las formas de violencia. La violencia interpersonal puede manifestarse
con golpes, bofetadas, palizas..., con actitudes de desprecio y desconsideración sistemáticas, intento de
anulación… o con acoso, abusos, violación u otras prácticas no consentidas por las personas implicadas. La
violencia de género en la pareja (al igual que el bullying) se caracteriza por ser una conducta basada en el
sometimiento, cuya reiteración y gravedad conlleva la victimización de la persona agredida. Es una conducta
apoyada y retroalimentada en el esquema relacional dominiosumisión. No se trata, por tanto, de actitudes
esporádicas o situaciones conflictivas ocasionales que también se producen en estos mismos ámbitos
relacionales. Los condicionantes de género influyen en que los agresores sean mayoritariamente hombres y en
que el papel de víctima lo interioricen con mayor frecuencia las mujeres. La violencia de género expresa un
abuso de poder generalmente de hombres sobre mujeres, apoyado en su mayor fuerza física y en las relaciones
sociales de predominio de éstos sobre aquéllas. Los malos tratos se producen con mayor frecuencia e
intensidad en el ámbito de la pareja. Se requiere, por tanto, una intervención específica que considere las
singulares implicaciones afectivas de este vínculo relacional.
http://www.elblogoferoz.com/wp-content/uploads/2013/02/malos-tratos.jpg Entre parejas jóvenes se
producen también estas prácticas, aunque son más frecuentes relaciones o conductas abusivas:
comportamientos agresivos, impositivos, coercitivos, que reiterados pueden llegar a producir erosión en la
autoestima y autonomía de la otra persona. En cualquier caso, la frontera es porosa y puede constituir
violencia, sobre todo psicológica, si se consolidan dichos comportamientos como base de la relación. aunque
cuando tratamos con adolescentes, puede que no responda a un modelo violento interiorizado, no
traspasándose el límite de una actitud agresiva ocasional. Un serio problema es que estos comportamientos
abusivos generalmente no son identificados por los chicos y chicas como intolerables. Pueden estar incluso
naturalizados en el ámbito de la pareja, ya que aparecen en muchas ocasiones entrelazados con concepciones
problemáticas respecto al amor. Los mecanismos de la violencia en la pareja pueden proyectar actitudes rígidas
e impositivas como expresión de sus propias inseguridades. Se dan también actitudes de no tratarse bien “por
activa y por pasiva”. Por ejemplo, no respetando los espacios de la otra persona (llamando frecuentemente por
el móvil para tener localizada a la pareja o para saber con quién está), levantando la voz en un conflicto, no
disculpándose nunca por nada o no aceptando ningún cuestionamiento que venga de la pareja... Son conductas
reprobables que tienen que ser corregidas y, en su caso, reparado el daño que se haya podido ocasionar. No
obstante, conviene identificar cada una de esas conductas y diferenciarlas para adecuar su tratamiento.
Aprehender el problema, su dimensión y las consecuencias resulta vital para las personas implicadas y para la
eficacia de la intervención. Por otra parte, en esas edades en las que se producen las primeras experiencias
amorosas adquiere mayor importancia intervenir en positivo, evitando la estigmatización de unas y otros o que
la respuesta quede limitada al castigo.
El origen de la sexualidad. Biología y mito En el arcaico mundo de las bacterias “seres sin núcleo, sin sexualidad,
que dividían los cromosomas por contacto, no había la más mínima distinción entre machos y hembras”. La
aparición del núcleo celular y su envoltura membranosa impidió recibir o transmitir patrimonios hereditarios
por simple contacto. Apareció la sexualidad para así mezclar los genes de generación en generación.
Simultáneamente aparecieron sexualidad y muerte: la eliminación del individuo asegura la supervivencia de la
especie. No ocurre esto en la clonación: la división por simple contacto es la inmortalidad. Después del origen
del sexo, los individuos pueden reproducirse solamente como miembros de una población sexual y “lo que se
transmite de generación en generación no es la estructura del adulto, sino una lista de informaciones para
construir la estructura”. Esta evolución de estructuras particulares depende del entorno y de las leyes de la
física y de la química. En todas las culturas la presencia bisexual se manifiesta como una forma de ser humano
más original y completo que la del ser hombre o mujer. No se trata de una patología. Los seres andróginos en la
humanidad primitiva, constituidos por una parte masculina y otra femenina tenían una presencia notoria.
Según Platón, en El Banquete, Zeus decidió castigar su orgullo partiéndolos en dos; de esta manera las dos
mitades están predispuestas a reunirse de nuevo y como resultado de ello es la atracción hombre – mujer y
viceversa.
Sin embargo, según el mismo Platón, la atracción de los hombres por otros hombres y de las mujeres por otras
mujeres se debía a que hombres y mujeres primitivos también eran dobles, estaban constituidos por dos
mujeres o dos hombres unidos. Si descienden de una rama hombre de la humanidad primitiva, los hombres
buscan otro hombre y si descienden de la rama mujer, las mujeres se sienten atraídas por las mujeres. Desde el
punto de vista de lo normal y lo patológico, según G. Canguilhem y en la relación del entorno con los seres vivos
y en particular del viviente humano, “un ser vivo es normal en un medio ambiente dado, en la medida en que
es la solución morfológica y funcional hallada por la vida para responder a todas las exigencias del medio
ambiente”. Si se aparta de cualquier otra forma ese ser vivo es normal, “incluso cuando es relativamente raro,
por el hecho de que es normativo con respecto a ella, es decir, que la desvaloriza antes de eliminarla” y
“además el ser vivo y el medio ambiente no son normales formados por separado, sino que su relación es lo
que los hace tales, tanto al uno como al otro”. Para Canguilhem lo esencial de lo normal consiste en ser
normativo, en instituir normas y ser capaz de cambiar las normas que ha instituido. Una mutación o una
anomalía hereditaria no son patológicas en sí; constituyen una desviación a partir de algo específico. En
biología, lo normal puede ser la forma nueva si encuentra las condiciones de existencia en las que parecía
normativa; desplaza todas las formas pasadas y quizá extinguidas. La fisiología debe reconocer la original
normatividad de la vida. Si la relación natural mantiene una forma de desviación, esta es la normal. Cuando se
acepta que lo normal es lo más frecuente, es la norma, no quiere decir que es lo bueno; lo menos frecuente
sería lo anormal, que no sigue la norma, pero no sería lo malo. Algo de lo anterior habría de aplicarse en el caso
de la homosexualidad. Nuestra visión del mundo de la vida es también una tabla de valores. En relación con el
sexo, la sexualidad y el poder, los valores culturalmente establecidos tienen una relevancia de suma
importancia para explicar la organización política y social occidental. Sexo, sexualidad y género En su reciente
publicación, Chris Beasley (2006) presenta un documentado escrito acerca de los términos más usados en el
análisis académico acerca de Género y Sexualidad y las diferentes teorías críticas. A lo largo de la historia, el
poder se ha erigido sobre las diferencias en torno a lo sexuado y lo sexual y las teorías de género perciben en su
mayoría el género y la sexualidad ligadas históricamente y también ligadas en forma intrínseca. La actual teoría
Queer tiende a ignorar o rechazar el género y cualquier relación género/sexualidad. En su libro, Beasley no
pretende lograr una respuesta final, pero ofrece una ventana, como él mismo afirma, al campo de la teoría
género/sexualidad. Es una ventana que hace visible una amplia variedad de perspectivas sin excluir otras
miradas.
En el mismo sentido, en relación con el género y la sexualidad, señala Michel Dorais10 cómo prima la idea tanto
en la ciencia, como en la cultura y en la política de que sexo (biológico), género (social) y erotismo (fantasía) nos
constituyen como un todo. De ahí que la imposición binaria en la manera como se organiza la sociedad y el
Estado trae consecuencias numerosas a la manera de pensar y vivir que nos conduce a una especie de
“apartheid” sexual, puesto que la identidad sólo se determina por el sexo anatómico (biológico). Es sabido que
el desarrollo de la identidad es social y no sólo biológico e intervienen, además de la psicología, las opciones o
concepciones personales, las influencias sufridas, el conformismo, la adaptación y las circunstancias y
situaciones vitales, en fin, dimensiones culturales y espirituales. Por tanto, la clasificación binaria del sexo y de
la identidad constituye un integrismo identitario excluyente de cualquier gama, ambigüedad o diferencias
relacionadas con el sexo, el género y el erotismo. El carácter absoluto de la diferencia entre hombre y mujer se
constituye en fundamento autoevidente del orden jurídico a pesar de las subrepticias miradas dirigidas hacia el
hombre que es también mujer y a la mujer que es también hombre, la sociedad niega esta realidad y se le
considera o bien, inexistente, o patológica, fuera de lo normal (Dorais,1999). Los constituyentes del sexo que
nos determinan como seres sexuados son tres: el Sexo anatómico (biológico), el género que es de orden
psicológico y se expresa en un sentimiento de pertenencia social y cultural y el erotismo. La identidad erótica
(orientación sexual) es relacional y se define en razón de las atracciones sexuales. A través del sexo anatómico
se clasifican los seres humanos en hombres y mujeres a veces se olvidan aquellos que nacen con ambigüedad
sexual. El género define lo femenino y lo masculino y el erotismo lo hétero u homo. A pesar de que
culturalmente se privilegien los modelos de un hombre masculino heterosexual y una mujer femenina
heterosexual, existen muchas combinaciones de los tres constituyentes de la identidad sexual que hacen que
un hombre pueda ser más o menos femenino, una mujer más o menos masculina, hombres homosexuales muy
“machos” y mujeres lesbianas hiperfemeninas. Estas personas están marcadas en razón de su sexo, no por el
género ni por la identidad erótica, son más visibles y transgreden las convenciones. Cuando las personas no nos
parecen definidas claramente como hombres o como mujeres, ni como masculinos o femeninos, ni como
heterosexuales u homosexuales, “…se escapan de nuestra concepción binaria de la sexualidad, …se escapan de
nuestras categorías de sexo, de género o erotismo, siembran la anarquía en nuestros cerebros” (Dorais,
1999)11. El desconocimiento, la anarquía o el rechazo, así como el temor a que predomine la parte femenina
que llevan los hombres heterosexuales, desencadenan fuertes sentimientos en contra de quienes no coinciden
con sus estereotipos y son, entre otros, el origen de la homofobia. En ocasiones, los movimientos feministas y
homosexuales refuerzan las categorías tradicionales de sexo, género y erotismo al insistir en especificidades de
la mujer y del homosexual, y al no propiciar el establecimiento de nuevas referencias para la identidad fuera de
la binaria establecida. La ciencia, la religión y el Estado o las agrupaciones ideológicas o sociales quieren obligar
a que tanto hombres como mujeres se conformen con los modelos de sexo, de género y erotismo. Esto
conduce a una forma de violencia, en varios planos (simbólico, psíquico y físico) contra quienes quedan por
fuera de la norma impuesta. También aparece como un problema en relación con la biología, la psicología y la
medicina que conduce a la reclusión, al aislamiento, a la readaptación y a las terapias.
Sólo hasta finales del siglo XIX aparece la expresión heterosexualidad como sexualidad orientada hacia el otro
sexo y que tenía por demás un sentido peyorativo, como atracción mórbida por el otro sexo. El término
heterosexualidad se desarrolló en contra del concepto de homosexualidad aparecido alrededor de 1870. A
comienzos del siglo XX se consagran las categorías de heterosexualidad y homosexualidad en el lenguaje
corriente y en la cultura (Borrillo, 1999). Es preciso señalar aquí que todas las “desviaciones sexuales” y en
especial la homosexualidad fueron hostilizadas en civilizaciones antiguas como la judeo-cristiana. Por el sexo, el
color de la piel, el credo religioso o el origen étnico se han instalado siempre políticas de discriminación y
exclusión y se caracterizan por el sentimiento de miedo, asco y repulsión, en especial hacia gays y lesbianas. La
homofobia se hace extensiva a todos los individuos a los que se consideran no conformes con la norma sexual
binaria. La exclusión que genera la homofobia lleva a que se les prive a gays y lesbianas del derecho al
matrimonio, a la filiación, a los derechos patrimoniales de las parejas y, a las técnicas de procreación asistidas
médicamente, y a la adopción.
¿Qué es identidad?
El término identidad proviene del vocablo latín identïtas, que refiere al grupo de rasgos y características
que diferencia a un individuo, o grupo de individuos, del resto. Es a partir de esta que las personas logran
distinguirse del resto y esto depende siempre de la cosmovisión e historia propia y del contexto en el que
se vive.
Identidad de género o identidad sexual: es la percepción y manifestación personal del propio género. Es
decir, cómo se identifica alguien independientemente de su sexo biológico. La identidad de género
puede fluir entre lo masculino y femenino, no existe una norma absoluta que lo defina.
La orientación y la identidad sexual son temas que, según las vivencias que se tengan, pueden resultar
tremendamente simples o pueden ser aceptadas o no por la persona. Tanto la orientación como la
identidad sexual se van configurando desde que nacemos, dentro de un proceso de aprendizaje y de
socialización. En este proceso de aprendizaje influyen muchos factores: características personales,
vivencias afectivas, influencia del entorno (la familia, los amigos, la escuela, los medios de comunicación,
etc).
Biológicamente tenemos ciertos caracteres celulares, morfológicos, fisiológicos, que determinan nuestro
sexo. Ahora bien, hay personas cuyo cuerpo físico no corresponde a su "psíquico", a su forma de
entenderse y sentirse sexualmente a sí mismos. En estos casos, se habla de identidad sexual discordante:
es el caso de los chicos que se sienten chicas, y que se sienten incómodos con su cuerpo; o de las chicas
que, por sentirse chicos, se sienten a disgusto con su cuerpo de mujer.
Nuestra elección determina nuestra orientación sexual. Los factores que influyen en la orientación sexual
son múltiples. De todos modos, cuáles sean las causas últimas de la orientación sexual, da un poco igual. Lo
importante es que no se puede, simplemente, escoger ser una cosa u otra, y que en un determinado
momento de la vida uno/a se encuentra con que le gustan los chicos, las chicas, o las dos cosas.
El problema es que, aunque la homosexualidad y la bisexualidad han existido desde siempre, hasta hace
poco eran opciones muy mal vistas socialmente. De hecho, la homosexualidad ha sido considerada una
enfermedad hasta hace muy poco tiempo. Las cosas han ido cambiando poco a poco, y hoy, en la mayor
parte de las sociedades occidentales, se entiende que la orientación homosexual del deseo es tan válida
como la heterosexual. Sin embargo, no debe olvidarse que aún hay países en los que la práctica homosexual
consentida entre adultos se considera delito; y aún persisten, en muchos habitantes de países teóricamente
"modernos", grandes prejuicios contra la homosexualidad. Todo esto hace que, para algunas personas, la
confirmación y aceptación de su orientación sexual sea un proceso problemático, tanto por la propia
dificultad de asumirlo, como por la reacción del entorno.
Gay. Bi. Lesbiana. Homo. La forma en que sentimos nuestra sexualidad puede cambiar con el tiempo. Las
etiquetas, a veces, resultan agobiantes, estereotipos opresivos; pero también pueden ser fuente de
seguridad, e incluso de orgullo. Es frecuente que la gente presione de una forma u otra para que
definamos nuestra sexualidad. Es como si a los seres humanos nos fuera muy difícil enfrentarnos a la
ambigüedad.
Tanto si estás feliz de identificarte como una u otra cosa, como si aún no te apetece ponerte un
calificativo, o estás en contra de las etiquetas y de las definiciones cerradas, acuérdate de que ES COSA
TUYA. A fin de cuentas, tu sexualidad es tuya y tú eres quien debe sentirse a gusto con ella.
Debates
Conferencias.
Mesas Redondas.
EROTISMO.
Su significado variará según el contexto usado, ya que es un término con dos sentidos: el primero se
relaciona a un contexto poético o romántico, dado comúnmente en expresiones artísticas. El segundo
sentido alude a la intimidad entre la pareja.
La palabra proviene del griego “erotika” que se compone por el prefijo ´eros (dios del amor griego), y el
sufijo ´ismo (sistema).
Si bien su primera aparición fue en la Grecia clásica, el concepto de erotismo es relativamente nuevo. En
relación al “mundo moderno”, el concepto de erotismo, así como su práctica, tiene bases en el periodo
helenístico, precisamente en su mitología, de parte del dios Eros, conocido por los griegos como el dios
del amor.
Luego, y a través de los siglos, su figura fue pasando de algo heredado de los dioses, a una cualidad muy
humana que regía el comportamiento del placer imaginativo.
El erotismo es la provocación del deseo sensual por medio de la imaginación, la fantasía y la estimulación
sensorial. Se identifica con el placer.
El erotismo es un rasgo característico de los seres humanos por excelencia pues, a diferencia de otros
animales, las personas se aparean por placer y no solo con fines reproductivos. Por ende, el erotismo es
independiente del instinto de reproducción.
La palabra erotismo proviene de la unión del término griego eros, que significa 'amor' o 'deseo sexual', con
el sufijo latino ismo, que significa 'acción
o actividad'. Eros es también el nombre
del dios griego al que se le consideraba
dios de la atracción, del amor y de la
fertilidad. Este dios fue llamado Cupido
en la mitología romana.
El erotismo pone en evidencia que la sexualidad
humana es un fenómeno complejo,
conformado por un universo simbólico,
afectivo y psicológico. Esta cumple una
función psicoafectiva.
Debates
Conferencias.
Mesas Redondas.
En el Perú la educación sexual en las escuelas debe fortalecerse
Según los estándares internacionales establecidos por las Naciones Unidas y otras agencias, la ESI debe cubrir
una variedad de temas, los cuales corresponden a cinco categorías clave identificadas por el equipo del estudio:
fisiología sexual y reproductiva; prevención de VIH/ITS; anticoncepción y embarazo no planeado; valores y
habilidades interpersonales; género y derechos sexuales y reproductivos. La ESI es importante para que los y las
adolescentes, así como la gente joven lleven vidas sexuales y reproductivas saludables, en términos tanto de su
bienestar físico como de sus relaciones personales. En 2008, el gobierno peruano promulgó lineamientos para
la ESI, los cuales aún no han
terminado de ser
implementados debido a la
falta de voluntad política de los
gobiernos en cada período.
Ello ha resultado en el
financiamiento limitado para
capacitar a los maestros, así
como para monitorear y
evaluar este programa.
Tres de cada cuatro maestros que participaron en el estudio afirmaron que uno de los mayores obstáculos para la
impartición de educación sexual en el Perú era la falta de materiales de enseñanza y recursos. Si bien existe un
currículo nacional de ESI, menos de la mitad de los maestros reportó tener acceso a planes, actividades de
aprendizaje o a los libros de texto nacionales sobre el tema. Además, menos de la mitad de los maestros
encuestados había recibido capacitación en educación sexual antes de dar clases sobre la materia.
“Además de los obstáculos logísticos y presupuestales, encontramos que el 61% de los maestros encuestados
consideraba que los padres de los y las estudiantes se oponían a la educación sexual integral, y puede que eso
también haya sido —hasta ahora— un obstáculo para su completa implementación”, afirma la Dra. Angélica
Motta, investigadora de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y autora principal del estudio. “Nosotros
encontramos que la gran mayoría de estudiantes peruanos dijeron que sus padres apoyaban la educación
sexual integral”.
Los temas relacionados con la anticoncepción y el embarazo no planeado, tales como dónde obtener
anticonceptivos y cómo usarlos, se encuentran entre las áreas menos cubiertas en las clases de educación
sexual. En un país como el Perú donde una de cada siete niñas adolescentes se ha embarazado o ha dado a luz,
es esencial que las mujeres jóvenes tengan conocimiento de estos temas para prevenir el embarazo no
planeado y los consecuentes resultados negativos para la salud. Estudios previos han mostrado que la tasa de
mortalidad materna en adolescentes es más del doble que en el total de mujeres peruanas.
“Es primordial enseñar a los y las estudiantes acerca del consentimiento, la igualdad y la forma de comunicarse
dentro de las relaciones”, afirma la Dra. Sarah Keogh, investigadora científica sénior en el Guttmacher Institute
y coautora del estudio. “Cuatro de cada cinco violaciones denunciadas en Perú se cometen en contra de niñas
menores de 18 años de edad y, según datos internacionales, Perú tiene la tasa más alta de denuncias de
violación en América del Sur”.
En general, la implementación de la ESI en el Perú tiene mucho que avanzar para cumplir con los estándares
nacionales e internacionales, a pesar de que es técnicamente requerida y que los funcionarios escolares la
apoyan decididamente. Los/las autores/as del estudio sugieren que las actuales brechas en la implementación
podrían abordarse mejor a través de un marco legal más robusto que cree un programa nacional sólido
exclusivo para la ESI.
Los pasos esenciales para que los actuales lineamientos de ESI se implementen de manera efectiva son una
mejor capacitación y una evaluación sistemática de los/las maestros/as; así mismo debe prestarse una atención
particular al abordaje de temas clave como la anticoncepción, las habilidades de comunicación y la igualdad
entre mujeres y hombres. Además, debe procurarse que los recursos y materiales de enseñanza —de los que
muchos maestros carecen actualmente— estén ampliamente disponibles. Una educación sexual totalmente
integral es crucial para equipar a los y las adolescentes con los conocimientos y habilidades que necesitan para
convertirse en adultos saludables.
Este estudio fue posible gracias a subvenciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos y de la
Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Las opiniones expresadas son de los autores y
no reflejan necesariamente las políticas oficiales de los donantes.
Se trata de una violencia que afecta a las mujeres por el mero hecho de serlo. Constituye un atentado contra la
integridad, la dignidad y la libertad de las mujeres, independientemente del ámbito en el que se produzca.
Se entiende por violencia de género cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de
desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres que
tenga o pueda tener como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de tales
actos y la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el ámbito público como en la vida
familiar o personal. (Ley 11/2007, del 27 de julio, gallega para la prevención y el tratamiento integral de la
violencia de género).
El concepto "violencia de género" da nombre a un problema, que incluso hace poco, formaba parte de la vida
personal de las personas; era considerado un asunto de familia que no debía trascender de puertas para fuera
y, por lo tanto, en el que no se debía intervenir. Entender la violencia como un asunto personal refuerza a las
mujeres a una situación de subordinación respeto del hombre e implica asumir las relaciones de poder
historicamente desiguales entre ambos y a través de las cuales se legitima al hombre a mantener su status-quo
de la dominación incluso a través de la violencia. Esta percepción contribuye a que las mujeres no denuncien su
situación por miedo, vergüenza o culpabilidad.
La discriminación de las mujeres y la violencia de género (como la manifestación más brutal de las
desigualdades entre hombres y mujeres) es un problema que traspasa fronteras y que está presente en la
mayor parte de los países del mundo con la particularidad de que las vivencias del maltrato son enormemente
parecidas en todos los lugares y culturas.
Debe recordarse que la violencia es una estrategia de relación aprendida, no es innata. Si esto fuera así, todas
las personas serían violentas o todas las personas ejercerían la violencia de la misma manera y en el mismo
grado; sin embargo, no siempre la empleamos en nuestras relaciones: hablamos, negociamos, pactamos,
tratamos de comprender el punto de vista de la otra persona y finalmente llegamos a un acuerdo, aunque no
obtengamos el que en principio queríamos.
Los maltratadores son selectivos en el ejercicio de la violencia, lo que demuestra que son capaces de
controlarse en cualquier otra situación.
Si te sientes identificada con alguna de las siguientes manifestaciones, estás siendo víctima de maltrato
Sean cuales sean las formas en que se manifiesta el maltrato, siempre busca un mismo objetivo: erosionar la
autoestima de la mujer con fin de que el agresor aumente su grado de poder y control sobre ella.
Hay muchas formas de violencia contra las mujeres, aquí acercamos algunas indicaciones para poder
identificarlas.
Violencia física
Incluye cualquier acto de fuerza contra el cuerpo de la mujer, con resultado o riesgo de producir lesión física o
daño: golpes, quemaduras, pellizcos, tirones de pelo, picadas, empujones, lanzamiento de objetos, uso de
armas, intentos de estrangulamiento, intentos de asesinato, intentos de provocar abortos...
El maltrato físico es el más evidente y el más fácil de demostrar; aun así, no es preciso que se requiera atención
médica o que tenga efectos visibles en el cuerpo. Es muy probable que empiece con un simple golpe o
bofetada.
Violencia psicológica
Incluye toda conducta, verbal o no verbal, que produzca en la mujer desvalorización o sufrimiento: insultos
(expresiones como: estás loca, eres una histérica, ignorante, atrasada, fea); menosprecios (expresiones como:
no sirves para nada, no eres capaz de hacer nada bien, mala madre, si no fuera por mí donde irías?..);
intimidaciones / amenazas (expresiones como: te voy a matar, vete/vete de la casa, te voy a quitar los/las
niños/niñas, te voy a hundir..); abuso de autoridad ( como por ejemplo: registra tus cosas, revisa tu correo,
preguntas cosas como “con quién estuviste hoy?”, llegaste 10 minutos tarde…); falta de respeto (no respeta tus
necesidades, sentimientos, opiniones, deseos y manipula lo que dices, destruye objetos de especial valor para
ti, ignora tu presencia, te desautoriza delante de los niños/niñas..); exige obediencia (no quiere que la mujer
trabaje fuera de la casa, no quiere que estudie, quiere que se vista cómo él quiere, le controla el tiempo, le
pregunta "a que hora llegas?", le dice “quita esa ropa y te viste cómo Dios manda”…); utilización de las hijas e
hijos (amenaza con quitarle las/los menores, los amenaza y los maltrata, le obliga a que se desnude, culpabiliza
constantemente a la madre); castigar con el silencio e incomunicación (el silencio reiterado pode llegar a herir
tanto como las palabras); culpabilizar a la mujer de todo lo que ocurre en la casa de modo que al final ella
piensa que es la culpable de todas las situaciones de tensión; mostrar celos (acusar constantemente de ser
infiel y coquetear con otros hombres, impedir relaciones con amigos/as y familiares, aislar la mujer de todo su
entorno...).
El maltrato psíquico es el más difícil de detectar, dado que sus manifestaciones pueden adquirir gran sutileza;
no obstante, su persistencia en el tiempo deteriora gravemente la estabilidad emocional, destruyendo la
autoestima y la personalidad de la mujer.
Incluyen cualquier acto de naturaleza sexual forzada por el agresor o no consentida por la mujer, y que abarcan
la imposición, mediante la fuerza o con intimidación, de relaciones sexuales no consentidas, y el abuso sexual,
con independencia de que el agresor guarde o no relación conjugal, de pareja, afectiva o de parentesco con la
víctima.
Acoso sexual
Incluye aquellas conductas consistentes en la solicitud de favores de naturaleza sexual, para sí o para una
tercera persona, en las que el sujeto activo se valle de una situación de superioridad laboral, docente o análoga,
con el anuncio expreso o tácito a la mujer de causarle un mal relacionado con las expectativas que la víctima
tenga en el ámbito de la dicha relación, o bajo la promesa de una recompensa o de un premio en el ámbito de
esta.
Violencia económica
Incluye la privación intencionada, y no justificada legalmente, de recursos para el bienestar físico o psicológico
de la mujer y de sus hijas e hijos o la discriminación en la disposición de los recursos compartidos en el ámbito
de la convivencia de pareja.
El maltratador considera que la mujer es incompetente y que no administra bien o gasta el dinero en cosas
innecesarias, por lo que no puede tomar decisiones sobre el destino del gasto.
Diferentes conceptos
Cualquier tipo de violencia se fundamenta en una relación de poder dónde alguien trata de dominar a la otra
persona por la fuerza, contra su voluntad; trata de obligarla a que haga lo que no desea, a que se ruegue y
reconozca su inferioridad y dependencia con respecto a quien ejerce la violencia. En todos los casos de
violencia las víctimas pasan por un gran sufrimiento y todas ellas requieren cuidado y atención, y todas las
personas agresoras son dignas de su correspondiente sanción penal; no obstante, cada tipo de violencia tiene
sus peculiaridades. Pretender que toda violencia es igual impide que la violencia de género sea comprendida
adecuadamente y pueda ser combatida eficazmente.
Violencia: uso intencional de la fuerza física o poder contra un/una mismo/a, hacia otra persona, grupo
o comunidad y que tiene como consecuencia probables lesiones físicas, daños psicológicos,
alteraciones del desarrollo, abandono e incluso muerte.
Violencia de género: dirigida a las mujeres por el mero hecho de serlo, es decir, por considerar que el
sexo femenino es inferior y debe continuar en una posición de subordinación con respeto al
masculino.
Violencia familiar: infringida por personas de en medio familiar y dirigida, generalmente, a las personas
más vulnerables del mismo: niños, niñas, personas ancianas, personas discapacitadas...
Violencia doméstica: dirigida a la persona o personas que convivan juntas. No es necesario que existan
lazos familiares.
Cuando frente a los repetitivos episodios de violencia, y considerando que la situación no va a cambiar,
la mujer adopta una actitud pasiva por miedo y para evitar que se produzca una nueva agresión, incluso
mayor, hacia ella o hacia sus seres queridos, estamos ante el "síndrome de la mujer maltratada".
Enrique Echeburúa y Paz del Corral equiparan los efectos que una mujer maltratada puede sufrir al
"trastorno de estrés postraumático", cuyos síntomas y características, sin duda, aparecen en algunas de
estas mujeres:
Depresión por percepción de culpabilidad, por evocar esa situación de maltrato, ante el daño que pueda
generar su estado anímico al bienestar de los hijos/hijas. Autocastigo, tristeza, dolor, pena, rabia,
desesperanza, fatiga, baja autoestima, baja autoimagen, desmotivación, inseguridad, vergüenza,
sentimiento de inferioridad y miedo al castigo que puede proporcionar la sociedad.
Educar a los niños y niñas, desde las edades más tempranas, en una cultura centrada en la resolución
pacífica de conflictos, fomentar la empatía y desarrollar una autoestima equilibrada, son principios que
favorecen la desaparición de los perjuicios de género que se dan ya desde la escuela.
Eliminar al máximo los estereotipos transmitidos por la cultura patriarcal; por lo tanto, enseñar a ‘ser
persona’ en lugar de enseñar a "ser hombre" o a "ser mujer" y así desterrar mitos como que la
agresividad es un rasgo masculino, o por el contrario, la sumisión, el silencio, la obediencia… son rasgos
femeninos, son objetivos de la coeducación.
Además, se debe:
Evitar todo menosprecio hacia aquellos chicos u hombres que no se adaptan al modelo de
masculinidad dominante.
Evitar todo menosprecio hacia aquellas chicas o mujeres que no se acomodan al modelo de
feminidad dominante.
Enseñarles a los niños y a los hombres a incorporar en sus vidas las vivencias y expresión de los
propios sentimientos y emociones que enriquecen sus relaciones personales y así favorecer
la resolución de conflictos sin recurrir a comportamientos violentos, por medio del diálogo, el
acuerdo, la negociación…
Desarrollar una buena autoestima que capacite a niñas y niños para adoptar una actitud
resuelta ante la venida y sus desafíos, asumir responsabilidades y enfrentarse con seguridad a
los problemas.
Por qué a tantas mujeres le resulta difícil salir de una situación de violencia de género
El maltrato es un proceso cíclico que se inicia poco a poco, como un goteo de pequeños episodios que
parecen insignificantes pero que no lo son.
El ciclo comienza con una primera fase de Acumulación de la tensión (agresiones verbales y psíquicas)
en la que la víctima va percibiendo como el agresor va volviéndose más susceptible, respondiendo con
más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada situación.
Una segunda fase supone el Estallido de la tensión, en la que la violencia se vuelve más virulenta, dando
cabida a la agresión física.
En la tercera fase, denominada Luna de Miel o Arrepentimiento, el agresor pide disculpas a la víctima, y
trata de mostrar su arrepentimiento. Esta fase se va reduciendo con el tiempo, siendo cada vez más
breve hasta desaparecer.
Este ciclo, en el que al castigo (agresión) le sigue el episodio de arrepentimiento ("no volverá a ocurrir",
"todo cambiará"...) alimenta la ilusión del cambio. Esto pode ayudar a explicar la continuidad de la
relación por parte de la mujer en los primeros momentos de la misma. Al mismo tiempo que el agresor
muestra su arrepentimiento, puede ocurrir que simultáneamente excuse su conducta culpabilizando a la
víctima (si tu no hubieras hecho ... yo no lo haría) de modo que la mujer acaba dudando de cualquier
cosa que hace o piensa; en definitiva, acaba dudando de ella misma.
Recuerda que...
No es verdad que...
o A las mujeres le gusta el abuso sino marcharían.
o El maltrato a las mujeres es algo raro y aislado.
o Sucede en familias de bajos ingresos y etnias.
o No hay manera de romper con las relaciones abusivas.
o Hombres adictos a las drogas, parados, con estrés en el trabajo… son violentos
como efecto de su situación personal.
o La violencia dentro de la casa es un asunto de la familia que no debe de salir del
entorno.
o Cuando una mujer dice ‘no’ quiere decir ‘sí’.
o Los hombres son de naturaleza violenta.
o El hombre maltrata porque es un enfermo o un loco.
o Maltratan porque pierden el control.
o Los hombres maltratadores lo hacen por consecuencia de haber sufrido malos
tratos en la infancia.
Recuerda que ninguna mujer debe permanecer en una relación en la que no se sienta respetada como
persona ni se le reconozca como igual.
Puedes buscar ayuda en los Centros de Información a las Mujeres y asociaciones especializadas que te
informarán y apoyarán en las actuaciones que debes llevar a cabo.
Si aún no tomaste la decisión de salir de la situación de violencia o si ya lo decidiste, pero aún convives
con el agresor, conviene que sigas algunos consejos para reducir el peligro de posibles agresiones y para
actuar en caso de que se produzca un nuevo episodio violento.
Plan de seguridad
Evita estar en lugares en los que el agresor pueda acceder a objetos peligrosos, como la cocina.
Permanece en una habitación fuera del alcance del agresor y próxima a la puerta de la calle con
el fin de facilitarte la salida del domicilio.
Refúgiate con tus hijas e hijos en la casa de un vecino/a.
Cierra todas las entradas si el agresor salió del lugar.
Inventa un lenguaje de signos o señales que te permita comunicarles a tus hijos/las el momento
en el que deben salir del domicilio familiar y acudir a la casa de un vecino o vecina donde
puedan refugiarse y pedir ayuda.
Pon en conocimiento de algún vecino/a de tu confianza tu situación y pídele que llame a la
policía en el momento en que oiga cualquier suceso violento en el domicilio familiar.
Piensa en el domicilio de alguna persona amiga o familiar donde refugiarte hasta que no exista
riesgo y puedas regresar a tu domicilio. Si no cuentas con ninguna persona que pueda
ayudarte, localiza con anterioridades la dirección y el teléfono de los servicios de atención a
mujeres víctimas de violencia de género donde podrás pedir ayuda y un alojamiento de
urgencia. Teléfono de información a las mujeres: 900-400-273.
Enséñales a tus hijos/as a marcar el teléfono de urgencias (112) donde podrás solicitar la ayuda
de la policía, guardia civil, servicios médicos de urgencias...
En este apartado sobre los derechos de la mujer se realizará una breve reconstrucción histórica -occidental-,
sobre las luchas y derechos que han ido adquiriendo las mujeres para realizar una aproximación a la temática
expuesta en el observatorio, así como para hacernos una idea de la lucha que se ha llevado a término por la
igualdad de derechos o igualdad de género.
"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Este es el primero de los artículos de la
Declaración de los Derechos Humanos, pero aún queda mucho trabajo por delante hasta que consigamos que
hombres y mujeres sean considerados libres e iguales en dignidad y derechos.
Ese mismo año se celebró la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en la ciudad de México, en la que se
promovió entre los gobiernos la creación de estrategias y leyes enfocadas a la participación social de la mujer y
a la igualdad de género.
Desde 1976 hasta 1985 tuvo lugar la Década de las Naciones Unidas para la Mujer. Durante este periodo que
intentó cambiar el papel de la mujer en la sociedad. Se promovió la idea de que las mujeres no eran un simple
apoyo pasivo para el hombre, sino que eran parte activa de la sociedad y que por ello debían tener los mismos
derechos de oportunidades y recursos.
En el año 1979 se celebró la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, más conocida como la Declaración Internacional de los Derechos de la Mujer. En esta se recogen 30
artículos en los que se define cómo identificar la desigualdad de género y la marginación de la mujer, y en la
que se establece cuales son las medidas necesarias para terminar con esta desigualdad.
En la convención de 1979, se define la discriminación de género como "toda distinción, exclusión o restricción
basada en el sexo (...) en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera". A
continuación, se presentan todas las acciones planteadas con el fin de conseguir eliminar esta discriminación
centrándose en tres aspectos fundamentales:
La educación es una condición básica y necesaria para el desarrollo. La constitución de sociedades basadas en
la justicia y la igualdad, en la que las personas vean respetadas su dignidad y su desarrollo integral como seres
humanos, depende en gran medida del fomento que éstas hagan de una educación basada en el respeto del
otro como ser humano y como sujeto de derechos.
La educación es un derecho humano y constituye un instrumento indispensable para alcanzar los objetivos de
la igualdad, el desarrollo y la paz. La educación no discriminatoria beneficia tanto a las niñas como a los niños y
conduce a relaciones más igualitarias entre mujeres y hombres. La igualdad de acceso a la educación y la
obtención de educación son necesarias para que más mujeres se conviertan en agentes de cambio.
La alfabetización de la mujer es importante para mejorar la salud, la nutrición y la educación de la familia, así
como para habilitar a la mujer para participar en la adopción de decisiones en la sociedad. Manos Unidas apoya
todas las iniciativas que nacen con la idea de potenciar los valores universales de la educación, y aporta los
recursos necesarios para impulsar este factor "imprescindible" para el desarrollo.
"Hay diez millones más de niñas que de niños que no van a la escuela primaria" (ONU).
"El 90% de las mujeres del mundo vive en el atraso, la pobreza y el dolor. (...) las venden como esclavas, las
mutilan, las torturan, las explotan, las prostituyen, las obligan a servir esposos que no quieren y tener hijos que
no desean. ¡Falta tanto por hacer! "(Isabel Allende).
Para hacernos una idea de cómo está la situación, podríamos decir que cerca de 960 millones de personas no
saben leer. Dos terceras partes de estas personas son mujeres. En las últimas dos décadas, la proporción de
mujeres con trabajo asalariado en el sector no agrario aumentó del 34% al 40%, a pesar de que en África
septentrional y Asia occidental la situación laboral de las mujeres no ha avanzado desde 1990.
De todo el comercio internacional de seres humanos, cerca del 70% es de niñas y mujeres.
La pobreza y el hambre causadas por los desplazamientos afectan especialmente a las mujeres, como en Sudán,
donde el 80% de personas desplazadas son mujeres y niñas.
Las mujeres tienen 5 veces más posibilidades de sufrir enfermedades de transmisión sexual que los hombres.
Estas enfermedades ocupan el segundo lugar en la mortalidad de las mujeres entre 15 y 44 años.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 150 millones de niñas menores de 18 años sufrieron, en
2002, relaciones sexuales forzosas y otras formas de violencia física y sexual.
Estudios de la FAO indican que la mujer es el pilar de la pequeña agricultura y de la subsistencia cotidiana
familiar: las mujeres producen entre el 60% y el 80% de los alimentos de los países en vías de desarrollo y más
del 50% de los de todo el mundo.
Para hacer frente a esta problemática de vital importancia, la ONU la ha incluido dentro de sus Objetivos de
Desarollo del Milenio (ODS): promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer, eliminar
las desigualdades entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en
todos los niveles de la enseñanza para el año 2015. Para evaluar el alcance de esta meta, la ONU propone tres
indicadores básicos:
Son también las niñas y mujeres las mayores víctimas del comercio de personas, así como de graves decisiones
como el aborto de niñas y el infanticidio o abandono de las ya nacidas. También se dan graves discriminaciones
de las mujeres en asistencia sanitaria y alimentación. Y no menos destacable es la vulneración que sufren de
derechos: se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad ante la pobreza y la falta de un mínimo
respeto -a su propia libertad; a tomar sus propias decisiones; a ser titular de los mismos bienes que los
hombres, etc.-. Las mujeres en muchos casos ven impedido su acceso a la educación, y los datos así lo
demuestran. Y este hecho impide que puedan acceder de la misma manera al trabajo.
El camino para acabar con todas estas desigualdades pasa evidentemente por acabar con todo aquello que
impide les impide el acceso a la educación, el trabajo y la política. En este sentido, Manos Unidas quiere
contribuir a acabar con las raíces de la discriminación que sufren las mujeres y apoya proyectos que reconocen
su dignidad e impulsan el desarrollo integral de las personas y de los pueblos.
Además, dentro de este indicador, la tasa de deserción escolar en las niñas es aún más alarmante: sólo un 25%
de ellas termina el último curso de primaria. Pero para situar estos datos en su contexto hay que tener en
cuenta un punto de partida. El acceso a la educación es tan sólo del 66% en primaria y del17% en secundaria. Es
decir, que del reducido número de niños que pueden ir a la escuela en Burkina Faso, sólo unos pocos terminan
el ciclo educativo. Como consecuencia, la tasa de alfabetización adulta en todo el país es del 32%, la más baja
de todo el planeta. Cada año, entre 10 y 12 millones de niñas se casan muy jóvenes en los países en desarrollo
(Unicef).
Formación para jóvenes: Las jóvenes de la etnia de los mosi, en Burkina Faso, a menudo son entregadas en
matrimonio a hombres que no han visto nunca, a cambio de una pequeña dote. Algunas veces huir es su única
salida. Después de caminar durante kilómetros, muchas de estas jóvenes acaban refugiándose en el centro que
dirige una congregación local de la ciudad de Kaya con el apoyo de Manos Unidas, donde reciben formación
profesional en diversos oficios.
Testigo:
ALIMATA nos cuenta de primera mano su historia:
"Huí de mi pueblo al oscurecer y pasé mucho miedo perdido en la sabana; iba sin zapatos. El marido que me
habían elegido era un anciano con tres esposas. Por fin llegué a casa de las hermanas donde ahora estoy
tranquila y aprendiendo un oficio".
Pero Manuela no se rindió y siguió buscando la manera de continuar con su formación hasta que, pasados los
años y de la mano del Centro Experimental de Desarrollo para la Pequeña y Mediana Empresa (CEDEPEM),
socio local de Manos Unidas en Guatemala, “felizmente llegó esta oportunidad”.
Hace ya seis años que CEDEPEM, una organización civil de carácter no lucrativo, que tiene como fin contribuir a
la mejora de la calidad de vida de la población pobre y marginada, solicitó el apoyo de Manos Unidas para
llevar adelante la primera fase de un ambicioso proyecto que busca la promoción integral de 270 mujeres
indígenas, a través de la mejora de las condiciones sociales, educativas, económicas y organizativas en trece
comunidades rurales indígenas del municipio de Nahualá, donde trabaja desde hace más de dos décadas.
El éxito y los logros de esta primera fase fueron tales que Manos Unidas y CEDEPEM decidieron ampliarlo, en
una segunda fase, a otros seis municipios del departamento de Sololá.
Manuela es una de las 140 mujeres de entre 18 y 45 años beneficiarias directas de esta segunda fase, que se
puso en marcha hace casi dos años para aliviar la situación de pobreza extrema en la que viven la mayor parte
de los habitantes de la zona y, principalmente, las mujeres, pertenecientes en un 98% a la etnia ki´ché (quiché).
Tradicionalmente, las mujeres de la zona se ven excluidas del acceso a la educación y su papel en las
estructuras sociales y políticas es prácticamente nulo. Su único rol reconocido es el de ser esposa y madre y
su función, cuidar del hogar.
"Guatemala está enfrentando una situación difícil en relación con la educación. Las mujeres han sido
discriminadas y no han tenido la misma oportunidad para poder desarrollarse en el ámbito educativo. La ayuda
de Manos Unidas y CEDEPEM ha sido una pequeña luz para nuestras estudiantes, para que ellas puedan seguir
con su proceso educativo. Tienen metas, tienen sueños, pero lamentablemente no los pueden cumplir porque no
tienen esa financiación económica. En Guatemala los sueldos son muy bajos, no nos ayudan a tener una mejor
calidad de vida y se nos dificulta bastante poder sostener a nuestras familias”, explica Melida Chowuaj,
docente del Instituto Tijax de Panajache (Sololá), quien al final de cada curso se enorgullece de poder decir
que cada nuevo grupo de alumnas “va a poder contribuir al mejoramiento educativo, social y comunitario de
nuestro país”.
Gracias al proyecto, cuyo importe total asciende a más de 600.000 euros, las mujeres han podido acceder a
programas formativos de dos años, que les han permitido completar la educación secundaria y el bachillerato.
Además, han recibido formación en ámbitos como la siembra de productos agrícolas, que rescata las semillas
criollas, y hacen uso de abonos orgánicos respetuosos con el medio ambiente, con el fin, entre otros, de
garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria de las familias.
Y las mujeres, como Aurelia, han aprendido también que tienen derechos y cuál es su verdadero papel en la
sociedad y en la familia: “Antes nos obligaban a todo, siempre nos agachábamos, nunca decíamos nada. Pero
nosotras estamos aprendiendo sobre qué son los derechos de la mujer y el derecho a la educación y qué es el
liderazgo”.
Aunque la Constitución hondureña estipula de manera formal que los menores deben ser atendidos por los
servicios educativos, muchos llegan a la mayoría de edad analfabetos, mientras el Estado trata de justificarse
con la insuficiencia de los recursos a su alcance. El analfabetismo afecta a más de medio millón de personas en
este país, es decir, casi el equivalente de toda la población mayor de 15 y menor de 40 años.
Inserción económica y social de mujeres vulnerables: Manos Unidas participa en este proyecto de Cáritas San
Pedro Sula que contribuye a la inserción económica de 200 mujeres campesinas de zonas marginales urbanas
de esta región hondureña. La mayoría son víctimas de abusos y malos tratos. La alfabetización y la formación
en diversos oficios son la clave que les abre la puerta a una nueva vida.
Testigo:
La casa de Doña Monchita está construida con palos, chapas y cartones, sirve de cobijo a una familia de 20
miembros. Ella, que es la de mayor edad, convive con hijos y nietos. Durante sus 74 años de vida no ha hecho
otra cosa que trabajar, pero ahora las cosas han cambiado:
"Ahorita no puedo trabajar tanto, porque tengo que estar estudiando, que quiero pasar el sexto grada. Sé que
para aprender nunca es tarde".
En este contexto, el acceso a la educación sigue siendo más limitado para las mujeres que para los
hombres ya que según datos del FPNU (Fondo de Población de las Naciones Unidas), la tasa de alfabetización es
de un 77% en hombres y un 55% en mujeres.
A diferencia de lo que sucede en España, la gran mayoría de matrimonios en la India son concertados y en las
zonas rurales es muy común que las chicas se casen a los 15-16 años o incluso antes. Los padres quieren casar a
sus hijas pronto, pues con el matrimonio la mujer deja de ser una carga para la familia materna. La situación del
matrimonio en la India es desigual ya que la familia de la mujer debe pagar una dote y no se valora
suficientemente que estudien.
Esto desencadena una vulneración de los derechos de la mujer, propiciando un contexto de desigualdad que
marcará el resto de la vida de la persona: nunca tendrá las mismas oportunidades sociales que los hombres, y
en numerosas ocasiones su persona será un "objeto" intercambiable por bienes materiales.
Proyecto de construcción de un internado para niñas tribales: Numerosas familias del estado indio de
Jharkand optan porque sus hijas no vayan a la escuela y se queden en casa para ayudar a sus padres y cuidar de
sus hermanos y del ganado. El internado de St. Mary, de las Hermanas de Little Flower of Bethany en la ciudad
de Dumka, construido con la colaboración de Manos Unidas, garantiza la escolarización de niñas tribales y el
desarrollo futuro de sus comunidades.
Testigo:
Priyanka HEMBROM, estudiante del colegio St. Mary:
"Tengo que agradecer a mi padre que comprendiera que yo también tengo derecho a estudiar y que escribiera
una carta a las hermanas pidiendo la construcción de un internado. Ahora ya no importa que mi pueblo esté
lejos del colegio".
Jóvenes, ancianas, madres, abuelas; mujeres con una realidad común que aparentemente no cambia: el
analfabetismo. No leen ni escriben y viven mediatizadas por una carencia que les impide progresar en una
sociedad que no ve necesario que avancen.
Estamos con ellas, compartimos con ellas, pero, aun en el mismo lugar, ¡qué difícil resulta trasladarse a su
mundo, a su día a día, a su aislamiento! Nos preguntamos por el porqué de su situación, de su abandono, de la
complacencia de los otros que permiten que su madre, esposa, hermana o hija vivan privadas de su derecho a
saber, a conocer, a estudiar... Sin duda existen una razones sociopolíticas, culturales y religiosas infranqueables
que desde nuestra mirada occidental nos chocan y no entendemos.
Mientras, ellas nos acogen, nos miran, nos sonríen, nos hablan y, aunque no entendamos sus palabras, nos
transmiten sus deseos, que también se repiten, machaconamente, sin importar donde estemos. Todas quieren
un lugar donde reunirse, donde charlar con su amiga, con su vecina, con su hija o con su madre. Todas quieren
un sitio en el que hablar de su objetivo común, de su ilusión, de su trabajo...
A lo largo de los años, en los viajes que hacemos para visitar los proyectos que apoya Manos Unidas, hemos ido
conociendo a mujeres que se empeñan en cambiar su dura realidad y que, con mucho esfuerzo, se alfabetizan,
sentadas en las mismas sillas del aula de primaria de sus hijos o en el suelo en la mezquita o en los pupitres del
aula del Hospital Español en Tetuán, donde asistimos como invitadas a una de las clases y aprendemos junto a
ellas el alifato.
De esas clases y esos esfuerzos han surgido grupos de mujeres como las lindalva, en Alcazarquivir, que ya saben
leer y escribir y gracias a ello se han unido para formar una asociación desde la que venden las prendas que
ellas mismas confeccionan y que les quitan de las manos en cuanto salen a la venta. Mujeres, como las
akouben, que venden en el zoco los mendiles que fabrican en los telares tradicionales; mujeres de la Perla de
la Costa que confeccionan vestidos, faldas y pantalones y que quieren continuar su formación, mujeres que
tienen su propia cuenta bancaria y comparten con sus maridos las decisiones importantes de su familia,
mujeres que están aprendiendo un oficio...
Y regresamos esperanzadas, sabedoras de que es posible cambiar la realidad, porque esas ellas que conocemos
a cada paso en nuestro viaje, también son mujeres emprendedoras, alegres y comprometidas que aprovechan
el apoyo recibido, aunque hayan tenido que esperar años.
Por todo esto, por vuestro esfuerzo y empeño, desde Manos Unidas os damos hoy las gracias: gracias por
sentiros orgullosas y triunfadoras y, sobre todo, por sentiros siempre mujeres.
No es posible garantizar estos derechos tan importantes para el crecimiento y desarrollo de una persona.
Conseguir una buena asistencia sanitaria para todos los seres humanos es una obligación y una responsabilidad
de todos. Sin salud no se pueden alcanzar los objetivos de desarrollo más elementales. Cuando falta, se hace
difícil cualquier tarea de progreso. Manos Unidas trabaja para que las mujeres tengan acceso a una sanidad
digna para el desarrollo integral de su persona, como mujeres, como madres y como seres humanos.
La mayor parte de la población no tiene acceso a hospitales, médicos, enfermeros o algún tipo de asistencia
sanitaria con la que afrontar las epidemias y patologías que se dan en el contexto.
Por ello y por otros motivos, la esperanza de vida en estos países es muy baja: en África, por ejemplo, está en
los 47 años. Los mayores avances contra la mortalidad infantil se dan en las familias donde la madre tiene
educación y acceso a una sanidad básica (ONU).
"Un corazón alegre es como una buena medicina, pero un espíritu deprimido seca los huesos" (Proverbios
17:22).
Discriminación de la mujer.
Las mujeres constituyen menos del 10% de los miembros que conforman el Parlamento en un tercio de los
países desarrollados (ONU). En las economías de subsistencia, la mujer realiza el trabajo más pesado,
empeñándose durante más tiempo y contribuyendo más a los ingresos familiares que los hombres de la familia.
Esta desigualdad de condición entre los sexos es una de las causas básicas de la pobreza, ya que en sus
diferentes formas impide el acceso de cientos de millones de mujeres a la educación, la formación, los servicios
de salud, los servicios de parvulario y una condición jurídica que le permitiría escapar a este flagelo.
La persona no está completa si no participa, como ser social, de su relación con las personas que viven a su
alrededor. Y el trabajo es el medio por el cual el ser humano desarrolla sus habilidades, hace crecer su
comunidad y le permite obtener el apoyo necesario para su propio progreso y el de los que dependen. Manos
Unidas trabaja para que la mujer se desarrolle como ser humano en todos sus aspectos, y esto incluye el
acceso a empleos dignos y bien remunerados, en las que se valoren sus capacidades y no sea discriminada por
pertenecer al género femenino.
Desigualdad en el trabajo
Según el informe 2000 del UNIFEM, "La globalización abre nuevas perspectivas para las mujeres instruidas que
ejercen una profesión liberal, pero refuerza la situación precaria de las mujeres pobres", feminizando la
pobreza.
En referencia al trabajo no remunerado, se han realizado estudios para contabilizar, de manera realista, el
trabajo, - en el hogar y fuera de él – protagonizado por las mujeres. Según una estimación del año 1993, de los
23 billones de dólares que configuraron la producción mundial de bienes y servicios, habría que sumar otros 16
billones, que corresponderían al trabajo generado por las economías domésticas, o en las tareas comunitarias
(atención a enfermos, niños, discapacitados, ancianos, etc ). De esos 16 billones de dólares, unos 11 habrían
sido generados por el trabajo de las mujeres.
Si atendemos al porcentaje de producción asignable a los varones, las mujeres en algunos países les aventajan
claramente: en Italia, con un 28%, en Austria con un 11%, en Japón con un 7%; y sobre todo, en el Sur, donde
como media las mujeres generan un 13% de más de lo producido por los varones, y este porcentaje se eleva a
20% en las zonas rurales.
Tal ventaja es lógica porque se corresponde al número de horas trabajadas, que en la India es de 69 horas
semanales para las mujeres por 59 de los varones, o en el Nepal de 77 frente a 56.
Día Internacional de la Mujer
El Día de la Mujer Trabajadora es un día que reivindica la lucha por la libertad, igualdad, justicia y paz social.
Con él se pretende que las mujeres se reconozcan como parte de la vida pública y requieran su pertenencia y
protagonismo en una historia mayoritariamente protagonizada por hombres y así contada.
Fue en 1910 en una reunión de la Internacional Socialista en Copenhague donde se decidió la celebración
mundial de un día donde se conmemorará y luchará por los derechos de la mujer. El año siguiente, el 18 de
marzo de 1911 se celebró por primera vez este día conmemorativo en diversos países, como Alemania, Austria,
Dinamarca y Suiza: se exigían el sufragio universal, la ocupación de cargos políticos, el derecho al trabajo, a la
formación profesional y a la no discriminación laboral.
Poco más de una semana después, el 25 de marzo de 1911, unas 150 mujeres trabajadoras murieron en una
fábrica de camisas debido a un incendio, provocando uno de los peores desastres industriales de la historia de
Estados Unidos. La mayoría de mujeres eran jóvenes e inmigrantes de Europa del Este. Pero este fatídico hecho
se produjo mientras las mujeres reivindicaban una mejora de sus condiciones laborales. Este desastre, provocó
unos cambios legislativos relacionados con las normas laborales y de salud, así como la creación del Sindicato
Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles (International Ladies Garment Workers Union).
Finalmente, no fue hasta 1975 que la ONU comenzó a celebrar este día, y dos años más tarde, en 1977, la
Asamblea General de las Naciones Unidas lo proclamó como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Violencia de género
La celebración de este día tiene por objetivo luchar y reivindicar el gran número de situaciones diarias en que
la mujer es sometida a violencia, ya sea física, psicológica, estructural o institucional.
Estas formas de violencia se relacionan y afectan a las mujeres desde su nacimiento hasta la etapa
adulta. Algunos tipos de violencia, como el tráfico de mujeres, cruzan las fronteras nacionales y se convierten
en un negocio global, fenómeno que marcará su vida y imposibilitará su autonomía personal, como ser
humano.
La violencia contra las mujeres se podría considerar, en mayor o menor medida, un acto universal que se da en
todas las sociedades. De ello resulta la relegación de la mujer al espacio doméstico, pues es vista
como reproductora de la familia y el hogar, y esto la aparta de la esfera pública y de la toma de decisiones.
Las mujeres que experimentan violencia lógicamente tienen una amplia variedad de problemas de salud, tanto
físicos como psicológicos. Esto provoca una disminución de su capacidad para participar y aparecer en la vida
pública. Esta violencia, no sólo afecta a la mujer, sino que se extrapola a las familias y comunidades, y
retroalimenta y legitima las desigualdades sociales. Más concretamente, ayudan a la no proclamación y
realización de los derechos de la mujer como persona y componente de la sociedad.
La mujer se crea cultural y socialmente en oposición al hombre, y lo que se espera de ella / él (socialmente) va
variando en función del contexto histórico y cultural en que nos fijamos, influenciado por las características del
momento y las relaciones de poder implícitas. Por tanto, podríamos decir que las desigualdades de las
mujeres hacia los hombres se derivan de una lucha de intereses creados y por tanto modificables.
¿Igualdad de género?
Feminización de la pobreza
La feminización de la pobreza es un fenómeno mundial. Se calcula que un 70% de la población que sobrevive
bajo el umbral de la pobreza extrema (menos de 1,25USD al día) son mujeres.
Por este motivo podemos afirmar que las mujeres son el tercer mundo del tercer mundo. Es decir, viven en una
situación de desigualdad de género, fenómeno que hace que no se vean cumplidos sus derechos como
mujeres.
Las mujeres que viven en la pobreza se ven privadas de recursos básicos como la tierra, la educación o el
acceso a la sanidad. Muchas de ellas son las sustentadoras del hogar, tanto a nivel económico como de gestión,
pero no tienen voz ni voto a la hora de tomar decisiones. Atrapadas en esta espiral de pobreza, las mujeres se
ven prácticamente incapacitadas para salir por sí mismas de este bucle.
En el estudio de la pobreza ya no se diferencia únicamente entre Norte o Sur o entre rico y pobre: el género
se ha convertido en un factor indispensable para su análisis.
Pero debemos tener en cuenta que cuando hablamos de pobreza no nos referimos únicamente a cuestiones
económicas. En la conferencia de Beijing de 1995, las Naciones Unidas establecieron que la falta de
oportunidades y de opciones eran las bases de esta problemática, pues sin ellas es imposible que millones de
personas salgan de su situación de extrema precariedad.
Así pues, los indicadores sobre pobreza no son más que un reflejo de la desigualdad y la precariedad que
sufren las mujeres por cuestiones de género. La discriminación que padecen es sistemática en cuestiones
como la salud, la educación, el empleo y el control sobre la propiedad.
Por desgracia no hablamos de una leve desigualdad, pues son muchas las mujeres que ni siquiera tienen acceso
a los derechos básicos como el acceso al agua potable, la atención médica o un empleo decente.
En septiembre del año 2000, representantes de 189 países se reunieron en la sede de Naciones Unidas en
Nueva York con el fin de aprobar la Declaración del Milenio. Así pues, se comprometieron a trabajar
conjuntamente para conseguir un fin común: reducir los niveles de extrema pobreza. Para ello, establecieron
ocho objetivos básicos que debían cumplirse antes del fin del año 2015.
Estos objetivos son los que hoy en día conocemos como Objetivos de Desarrollo del Milenio:
¿Qué es el embarazo?
El embarazo es el estado fisiológico de una mujer que comienza con la concepción del feto y continúa
con el desarrollo fetal hasta el momento del parto. Este período se divide en 40 semanas y dura 280
días, aproximadamente. Aun así, en condiciones especiales el parto puede tener lugar antes del término
previsto, conocido como parto prematuro, o después de dicho término.
Amniocentesis
Ecocardiografía fetal
Ecografía 4D
Biopsia corial
Por otro lado, durante el embarazo es muy importante seguir una buena alimentación y practicar
deporte para mantenerse activa. Existen diferentes tipos de ejercicio físico indicado para esta etapa,
como pilates para embarazadas. También pueden acudir a sesiones de fisioterapia obstétrica y a
osteopatía en el embarazo y en el postparto.
Falta de menstruación
Fatiga
Dolor de cabeza
Estreñimiento
Hinchazón
Leve manchado
Calambres
Cambios alimentarios
Congestión nasal
Sin embargo, en muchas ocasiones, estos síntomas pueden indicar otro tipo de afección, de manera que
lo más importante es consultar con un especialista que pueda establecer un diagnóstico.
Para confirmar el embarazo, se mide una hormona en el cuerpo conocida como gonadotropina coriónica
humana, que aparece en la sangre y la orina de las embarazadas a los 10 días después de la concepción.
En este sentido, se pueden realizar dos tipos de prueba:
Prueba de sangre: se extrae un tubo de sangre y se analiza en el laboratorio hasta que se obtienen los
resultados.
Prueba de orina: se aplica orina en una banda o tira química preparada y se obtienen los resultados a los
pocos minutos.
Una vez confirmado el embarazo, durante el proceso se deberán realizar una serie de pruebas para
comprobar que el feto se está desarrollando de forma correcta. Entre las pruebas más destacadas se
encuentran las siguientes:
Ecografías: es una prueba que se realiza de forma periódica para poder observar el feto y su desarrollo y,
más concretamente, para poder detectar malformaciones en caso de que existan.
Test de O'Sullivan: es una prueba que se realiza entre las semanas 24-28 de gestación para determinar la
cantidad de glucosa en sangre.
Para que se produzca la concepción, el líquido seminal masculino debe introducirse en el tracto
reproductivo de la mujer. De esta manera, los espermatozoides que contiene este líquido pasan a través
del canal del cuello uterino hasta llegar a las trompas de Falopio.
El óvulo femenino liberado desde el ovario se encuentra en las trompas de Falopio y una vez fecundado
por el espermatozoide experimenta una serie de divisiones celulares a medida que se desplaza hacia el
útero, donde se adhiere y penetra en su pared, conocida como el endometrio.
A partir de este momento, comienza el desarrollo del feto. El momento de máxima fertilidad femenina
es la ovulación, cuando el óvulo femenino se desplaza hacia las trompas de Falopio: tiene una duración
máxima de seis días, y se denomina ventana fértil
Para prevenir el embarazo se pueden utilizar métodos anticonceptivos. Los generales incluyen los
siguientes:
Métodos de barrera: son anticonceptivos que se utilizan a la hora de tener relaciones sexuales
(condones, diafragmas, esponjas o capuchón cervical).
Métodos hormonales de corta duración: son métodos con receta médica (píldora, parche, inyección,
anillo intravaginal).
Esterilización femenina y masculina: método que previene el embarazo para el resto de la vida (ligadura
de trompas en mujeres o vasectomía en hombres).
Métodos naturales del ritmo: no se utiliza anticonceptivo, sino que la pareja evita tener sexo durante los
días más fértiles.
Las primeras ocho semanas son muy importantes, ya que el embrión forma los órganos principales: la
madre puede experimentar síntomas como náuseas, irritabilidad, cansancio y agrandamiento de las
mamas. Entre la semana 8 y la 13 comienza a cambiar el cuerpo de la futura madre y se diferencian los
órganos sexuales del feto, cuyas cuerdas vocales también se formarán. En este punto, termina el período
más crítico del embarazo, en el que hay un alto riesgo de aborto y daños al feto: así es como comienza el
segundo trimestre de gestación.
De la semana 13 a la 17 disminuirá la fatiga y las náuseas tenderán a desaparecer, mientras el feto está
completamente formado. De la semana 17 a la 21 la madre comenzará a sentir los primeros
movimientos del bebé: entre la semana 21 y la 26 el vientre empezará a ser bastante grande y podrá
sentir las primeras contracciones uterinas. En este mes el bebé duplicará su peso, comenzará a abrir y a
cerrar los párpados y empezará a hacer pequeños movimientos respiratorios.
A partir de la semana 26 comienza el último trimestre del embarazo: el bebé crecerá más y más y entre
la semana 30 y la 35 el bebé comenzará a posicionarse lentamente en preparación al parto: la madre
comenzará a sentir dolor en la espalda y el abdomen, así como contracciones uterinas más frecuentes.
En el último mes de gestación (semanas 35-40) el feto alcanzará el desarrollo completo y por lo general
se colocará en posición invertida, con la cabeza encauzada hacia la cavidad pélvica.
El parto, o el momento en que el niño es expulsado del cuerpo de la madre, puede tener lugar de
diferentes maneras:
Cesárea: se realiza cuando el bebé está en posición podálica, en caso de placenta previa, cuando hay
sufrimiento fetal o en caso de embarazo gemelar, cuando ha habido intervenciones uterinas previas y si
hay riesgo para la salud de la madre o del bebé. Podrá programarse o ejecutarse con carácter de
urgencia
Parto inducido: si pasan dos semanas desde la fecha de parto prevista o si hay riesgo para la salud del
bebé y de la madre, el parto se induce manualmente o mediante la administración de oxitocina y
epidural.
Estos expertos explicarán detalladamente las etapas de la gestación en cualquier embarazo (como
el embarazo múltiple), los riesgos (embarazo de riesgo, preeclampsia, embarazo ectópico, melasma,
hipertensión en el embarazo, etc.), los síntomas y las pruebas que deben realizarse para que tanto la
madre como el niño gocen de una salud excelente, tanto durante como después del parto (momento en
que la madre puede padecer depresión posparto).
El embarazo suele durar aproximadamente 40 semanas, o poco más de 9 meses, lo cual se calcula desde el
último período menstrual hasta el parto. Los proveedores de atención médica hacen referencia a tres
segmentos del embarazo, denominados trimestres. A continuación, se describen los principales
acontecimientos de cada trimestre.1
Entre las semanas 18 y 20, el típico momento en el cual se realiza un ultrasonido para detectar defectos de
nacimiento, a menudo se puede saber el sexo del bebé.
A las 20 semanas, la mujer puede empezar a sentir que el feto se mueve.
A las 24 semanas, se forman las huellas de los dedos de las manos y de los pies, y el feto se duerme y se
despierta regularmente.
Según investigaciones de la Red de Investigación Neonatal del NICHD, la tasa de supervivencia para los bebés
nacidos a las 28 semanas era del 92 %, aunque los bebés nacidos en ese tiempo probablemente experimenten
complicaciones de salud serias, incluidos problemas respiratorios y neurológicos.3
A las 32 semanas, los huesos son blandos, aunque ya están casi completamente formados, y el feto puede abrir
y cerrar los ojos.
Los bebés nacidos antes de las 37 semanas se consideran prematuros. Estos niños tienen mayores riesgos de
tener problemas como retraso en el desarrollo, problemas de visión y auditivos y parálisis cerebral. Los bebés
nacidos entre las semanas 34 y 36se consideran prematuros tardíos.
Los bebés nacidos en las semanas 37 y 38 del embarazo, previamente considerados a término, ahora se
consideran a término temprano. Estos bebés enfrentan más riesgos de salud que los bebés que nacen en la
semana 39 o después, lo cual ahora se considera a término.
Los bebés nacidos en las semanas 39 o 40 de embarazo se consideran a término. Los bebés nacidos a término
tienen mejores resultados de salud que los bebés que nacen antes o, en algunos casos, después de este
período. Por lo tanto, si no hay una razón médica para adelantar un parto, es mejor tener el parto en la semana
39 o después de esta para dar tiempo a los pulmones, el cerebro y el hígado del bebé para que se desarrollen
por completo.
Los bebés nacidos entre la semana 41 y la semana 41 y 6 días se consideran a término tardío.
Los bebés nacidos en la semana 42 o después se consideran postérmino.
Maternidad y Paternidad Responsable
La responsabilidad de tenerlo debe ser tomada en pareja y ambos deben asumir las
consecuencias de su decisión.
Concebir un hijo o hija es responsabilidad del padre y la madre, criarlo debe ser también una
experiencia compartida.
Un hijo o hija debe ser deseado. También debe ser concebido cuando la pareja lo decida.
Los hijos/as tienen el derecho de nacer y desarrollarse en el seno de una familia.
La planificación familiar permite a la pareja regular su fecundidad y asumirla” (Bendaña, et al.,
2003, p. 97).
Hoy en día se sigue hablando sobre la polémica que causa el tema de la Paternidad Responsable, y sobre todo,
de las bases de la verdadera Paternidad Responsable.
La fecundidad es una de las esenciales características del amor conyugal, ésta ofrece a los padres como
cooperadores con Dios Creador en la transmisión de la vida, la ocasión de desarrollar su capacidad generativa
de acuerdo a su dignidad de personas, como expresión de su mutuo amor, en forma racional y libre. Por esto
mismo, se debe ser consciente de la trascendencia de una relación sexual entre esposos.
La fecundidad tiene la implicación más importante para un matrimonio: la posible concepción de un hijo. Esto
sitúa a los progenitores en un ambiente de responsabilidad, que a su vez implica también el enlace existente
entre el fin que se pretende, los medios empleados, las consecuencias resultantes, y la libre decisión de tener o
no, su relación sexual.
Es evidente que si los Esposos, por amor deciden procrear un hijo o posponer su nacimiento, deben conocer la
forma de cómo funcionan naturalmente sus órganos procreativos.
En la concepción y desarrollo del hijo que han de procrear, aprovechando según su decisión, las fases fértiles o
infértiles del ciclo de la mujer, para tener o no relaciones sexuales.
En estrecha unión con ese conocimiento, se sitúa el respeto y aceptación de las funciones de sus aparatos
procreadores, su finalidad, y la decisión libre de la pareja, de determinar el momento de transmitir la vida o
espaciarla, según la administración que tengan de su fertilidad.
El desconocimiento del proceso del ritmo biológico, tanto del hombre como de la mujer y de la procreación
humana, favorece a las malas interpretaciones en cuanto a que se pone excusas para determinar que ya no
pueden tener más hijos por prescripción médica.
EL impulso sexual es frecuentemente confundido con instinto sexual. Impulso sexual es la atracción natural
hacia el sexo opuesto. Instinto sexual es lo que hace atraerse a los animales sexualmente. Esta confusión es
premeditada, por personas que tienen intereses económicos.
La razón por la que se quiere imponer el concepto de “tenemos un instinto sexual” es meramente comercial de
quienes quieren poner al hombre como un mero animal, no solo para fines comerciales, sino para poderlo
manipular en los distintos programas, (como de control de la población) y la mercadotecnia, incitándolo a
adquirir conductas que están reduciendo al hombre al puro placer, y un placer egoísta. No hay que pensar
mucho para darnos cuenta de que estamos bombardeados por constante publicidad por todos los medios.
Aquí debe tratarse de la forma como cooperan prácticamente el hombre y la mujer como seres sexuados,
conscientes de que el acierto en la combinación de sus fertilidades, depende en buena parte el éxito en su
matrimonio. Ellos toman en cuentea que la sexualidad, más que una simple actividad genital o una fuente de
placer físico, expresa la armonía de la naturaleza en muchas otras manifestaciones.
Este dominio o control exige la disciplina y el esfuerzo necesarios por parte de la voluntad . Si no se respeta este
orden de valores, como cuando la satisfacción del impulso sexual se impone sobre el control de la razón y la
voluntad, sobrevienen las consiguientes consecuencias desastrosas, como son el desenfreno de la sexualidad,
que busca exclusivamente el placer; otros resultados son los millones de seres humanos concebidos fuera del
matrimonio; o dentro de este, pero en situaciones de evidente irresponsabilidad, como acontece en casos de
embriaguez, violaciones, drogadicción, etc.
Esta conducta irresponsable es la causante de los problemas familiares, que incitan a la violencia intrafamiliar y
aumento demográfico fuera del matrimonio.
“La pornografía es cómplice directa de una grave degradación moral, por la devaluación y agresión sexual al
menospreciar la dignidad humana; porque al considerar a las personas simplemente como objetos de placer,
reprime su profunda búsqueda del Supremo Bien Trascendente, ya que pretende solucionar todo con un
materialismo superficial cada vez más absorbente, que desencadena un feroz libertinaje sexual, en que al fin de
cuentas, llegar a predominar el vacío del alma y la autodestrucción personal. De esta manera la pornografía
resulta ser una eficaz aliada del anticoncepcionismo que, al rechazar la natalidad, todo lo reduce al placer
sexual desenfrenado”
El hijo es una persona, un sujeto con derechos propios, naturales, que el Creador le da de acuerdo a su
dignidad, como corresponde a quien ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, y con una dimensión
espiritual y eterna, por encima de los valores terrenales.
Los padres son los primeros responsables en asegurar la satisfacción de esos derechos en la persona de su hijo,
como inmediatos responsables de su vida, estando en primer lugar el derecho a la existencia, al alimento, casa,
integridad física, educación integral, trabajo, pero sobre todo al AMOR de los padres
Muchos padres de familia anteponen los lujos materiales (autos último modelo, videojuegos, equipos
electrónicos cada vez más sofisticados, etc.) que tener otro hijo, porque dicen que el hijo es un lujo que no se
pueden dar, lujo que ellos mismos no quieren tener, para darse un lujo menor (autos y demás cosas),
¿No será que se han metido a la mente de todos los programas anti-vida que existen en el mundo? o bien
buscan su propia comodidad para no tener más responsabilidades y ponen excusas de las que ya hemos
mencionado, porque dicen que la modernidad es no tener más que un hijo o máximo.
Si seguimos las líneas que quieren marcarnos pronto llegaremos a hacer una nación como muchas de Europa,
en donde hay poca o nula población infantil, pocos jóvenes y mucha población adulta. Donde en pocos años no
habrá jóvenes que se integren al mercado laboral y tendrán problemas para sostener a la población de adultos
mayores.
Ante la presencia de ciertas circunstancias socioeconómicas, los esposos deben deliberar con sinceridad y
generosidad antes de procrear un hijo. Deben analizar si están en condiciones de satisfacer sus derechos
naturales, y luego deben decidir lo que responsablemente proceda, ya sea tener otro hijo o más.
O por justos motivos posponerlo durante algún tiempo o indefinidamente. Tomar esta libre decisión es
exclusivo de los cónyuges. Debemos tomar en cuenta de que Dios no bendice la irresponsabilidad. La
expresión "tener los hijos que Dios nos dé" sólo cabe dentro de un marco de responsabilidad y generosidad.
A las circunstancias mencionadas, hay que añadir las relativas al grado de salud tanto física como psicológica de
los padres. La salud integral es un factor determinante de responsabilidad para la toma de estas decisiones,
sobre el número de hijos que ambos consideren que son capaces de procrear y educar.
"La Paternidad Responsable comporta sobre todo una vinculación más profunda con el orden moral objetivo
establecido por Dios, cuyo fiel intérprete es la conciencia rectamente formada.
El ejercicio responsable de la Paternidad exige, por tanto, que los cónyuges reconozcan plenamente sus propios
deberes para con Dios (como colaboradores libres y responsables en su obra creadora), para consigo
mismos (de acuerdo a su dignidad humana ya sus derechos y deberes), para con la familia (en particular para
con los hijos nacidos o por nacer), y para con la sociedad (a la que deben beneficiar y no causarle
problemas), en una justa jerarquía de valores.
"En la misión de transmitir la Vida, los Esposos no quedan por tanto libres para proceder arbitrariamente, como
si ellos pudiesen determinar de manera completamente autónoma, los caminos lícitos a seguir en la
transmisión de la vida, sino que deben conformar su conducta a la intención creadora de Dios, manifestada en
la misma naturaleza del matrimonio y de sus actos"
"Cuando los Esposos mediante el recurso del anticoncepcionismo, separan estos dos significados (unitivo y
procreativo), que Dios Creador ha inscrito en el ser del hombre y de la mujer, y en el dinamismo de su
comunión sexual, se comportan como árbitros del designio divino, y manipulan y envilecen la sexualidad
humana, y con ella la propia persona del cónyuge, alterando su valor de donación total de los Esposos, el
anticoncepcionismo impone un lenguaje objetivamente contradictorio, es decir; el de no darse al otro
totalmente, se produce no solo el rechazo positivo de la apertura a la vida, sino también una falsificación de la
verdad interior del amor conyugal, llamado a entregarse en plenitud personal"
“Ante todo digamos que hay muchos matrimonios felices, muchas parejas que un día se hicieron entrega mutua
ante el altar, y que ahora van dando testimonio de su AMOR y de su felicidad ante el mundo que los rodea. Lo
que ocurre que esos matrimonios meten ruido y de ellos nadie habla.
Sin embargo, no es ningún secreto que la vida matrimonial está sufriendo en nuestros días profunda crisis. Para
convencernos de ello, basta observar las noticias de la prensa, las declaraciones de los psicólogos, la
información de los sacerdotes y abogados, los guiones de las películas y muchos folletos de literatura, y nos
daremos cuenta en seguida de que la enfermedad social más extendida, la llaga más profunda, es la crisis del
matrimonio y del hogar”
http://www.aciprensa.com/
http://www.vidahumana.org/
No es solo un tema de posibilidades o elecciones. En realidad, la planificación familiar hace parte de los
derechos a la salud sexual y reproductiva. Es decir, es un derecho humano, tal como lo indica el Centro de
Derechos Reproductivos.
Un informe de dicha institución expone que “es deber de los Estados garantizar acceso a servicios e
información sobre anticoncepción. El derecho a planificar la familia se encuentra reconocido explícitamente en
el derecho internacional”.
Es decir, la planificación familiar incluye trabajar en estrategias de educación sexual, prevención de
enfermedades de transmisión sexual; el acompañamiento antes, durante y después de un embarazo, y
el tratamiento de la infertilidad.
Profamilia, expresa en sus campañas que la planificación familiar y los métodos anticonceptivos “permite a las
personas que hayan iniciado o planean iniciar su vida sexual, disfrutar libre y responsablemente de su
sexualidad. El acceso a métodos anticonceptivos reduce la necesidad de recurrir al aborto, en especial, al
aborto clandestino”.
Por su parte, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, expone que la planificación familiar
“también es fundamental para el empoderamiento de las mujeres, reducción de la pobreza y alcanzar el
desarrollo sostenible”. UNFPA tiene como objetivo poner fin a la necesidad insatisfecha de planificación
familiar voluntaria, en los países en vías de desarrollo para el año 2030.
“En 2019 había 1.900 millones de mujeres en edad reproductiva (entre 15 y 49 años) en el mundo, de las
cuales 1.112 millones precisan planificación familiar. De ellas, 842 millones utilizan métodos anticonceptivos y
270 millones tienen necesidades desatendidas en materia de anticoncepción”, indica las Naciones Unidas en su
informe ‘Family Planning and the 2030 Agenda for Sustainable Development’.
Beneficios del sexo para la salud
Sexo durante el embarazo: mitos y realidades
De acuerdo con la OMS, la planificación familiar se logra mediante la aplicación de métodos anticonceptivos.
¿Y cuáles son?
Los métodos anticonceptivos se dividen en métodos temporales y métodos definitivos, explica Profamilia.
Métodos temporales
En este grupo están los métodos hormonales, los dispositivos intrauterinos y métodos de barrera.
Métodos hormonales
Implante subdérmico: puede durar entre tres y cinco años, dependiendo del tipo que se elija. Se
implanta en la parte superior del brazo de la mujer y libera una hormona llamada progestina que
espesa el moco cervical, impidiendo el paso de los espermatozoides hacia el óvulo y disminuyendo
la frecuencia de ovulación. Este método ofrece 99,5% de protección anticonceptiva y no contiene
estrógeno.
Anticonceptivos orales: más conocidos como pastillas anticonceptivas que contienen pequeñas
cantidades de hormonas femeninas, como estrógeno y progesterona, que impiden la ovulación
evitando el riesgo de barazo.
Anticonceptivos inyectables: consisten en una inyección mensual e inyección trimestral y
contienen las mismas hormonas que las pastillas. Alcanzan un 94% de efectividad desde el primer
día de uso, según Profamilia.
Dispositivos intrauterinos
Dispositivo intrauterino: más
conocido como la T de Cobre. Este
DIU se inserta en el útero, tiene
duración hasta de 12 años, y puede
ser retirado en cualquier momento.
Es ideal para espaciar embarazos por un largo periodo y para las mujeres con restricción en el uso
de hormonas.
Dispositivo intrauterino hormonal o endoceptivo: es un elemento plástico en forma de T que
contiene un derivado hormonal en su interior. También es indicado para mujeres que presentan
dolores fuertes y sangrado abundante durante la menstruación.
Métodos de barrera
Condón: Profamilia explica que “es una cubierta de látex que se adapta al pene erecto, formando
una barrera entre el semen y la vagina o el ano. Este impide el paso de los espermatozoides y
reduce infecciones y enfermedades de transmisión sexual. Se usa uno por cada relación sexual”.
“LOS PRESERVATIVOS SON EL ÚNICO MÉTODO ANTICONCEPTIVO QUE PUEDE EVITAR TANTO EL EMBARAZO
COMO LA TRANSMISIÓN DE INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL, INCLUIDA LA CAUSADA POR EL VIH”.
OMS.
Métodos definitivos
Consisten en procedimientos quirúrgicos que se realizan el hombre y/o la mujer. Y aunque son definitivos se
pueden revertir, a través de otra cirugía.
Ligadura de trompas: es una cirugía ambulatoria en la que se cauterizan las trompas de falopio
para impedir el paso del óvulo al útero y evitar así el embarazo. Se recomienda para mujeres que
deciden no tener hijos o que ya tuvieron el número de hijos que deseaban.
Vasectomía: es un método anticonceptivo para los hombres que deciden no tener hijos, o para
quienes son padres y no desean tener más hijos. Se trata de un procedimiento en el que se cortan
y/o ligan los conductos deferentes por donde se transportan los espermatozoides; desde los
testículos hasta la uretra, impidiéndoles que puedan salir en la eyaculación.