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En la mitología griega, Hércules es sinónimo de masculinidad, junto a Apolo.
Generalidades[editar]
El concepto de la masculinidad varía histórica y culturalmente; por ejemplo, aunque
el dandi fue visto como un ideal de masculinidad del siglo XIX, es
considerado afeminado por los estándares modernos.30 Similar a la masculinidad es la
virilidad (del latín vir , "hombre"). Y por otro lado muchas actividades cotidianas que los
hombres modernos realizan como lavar los platos o la ropa eran vistas como "afeminadas"
en la antigüedad.
Actualmente existe un amplio espectro de investigaciones sobre el tema de la
masculinidad y las masculinidades desde distintas ciencias sociales y con diferentes
perspectivas. El estudio de la masculinidad o las masculinidades han sido objeto tanto de
la antropología, como la sociología, la filosofía, la psicología y el ámbito de la sexualidad y
la salud reproductiva.31 El estudio académico de la masculinidad ha recibido una mayor
atención durante la década de 1980 y principios de la de 1990, (por ejemplo, el número de
cursos sobre el tema en los Estados Unidos pasó de 30 a más de 300). 32 Esto ha
provocado la investigación de la intersección de la masculinidad con otros ejes de la
discriminación social y conceptos de otros campos, como la construcción social de la
diferencia de género33(prevalente en un número de teorías filosóficas y sociológicas).
Desarrollo de la masculinidad[editar]
La importancia relativa de la socialización y de la genética en el desarrollo de la
masculinidad es debatida.3839 Psicoanalistas como Sigmund Freud y Carl Jung creían que
en el inconsciente todos los seres humanos son bisexuales innatos 40 y los aspectos de la
identidad femenina y masculina están presentes en todos los varones humanos. 414243
El desarrollo histórico de los roles de género es abordado por la genética del
comportamiento, la psicología evolutiva, la ecología humana, la antropología y la
sociología.44 Todas las culturas humanas parecen alentar los roles de género en la
literatura, la música, la moda, las producciones audiovisuales, los productos interactivos
entre otros productos culturales; ejemplos pueden incluir las epopeyas de Homero, los
cuentos de Hengist y Horsa y los comentarios normativos de Confucio. Tratamientos más
especializados de la masculinidad se pueden encontrar en el Bhagavad Gita y en
el bushidō de Hagakure.
En muchas culturas, la exhibición de características no típicas del género puede ser un
problema social. En sociología, este etiquetado es conocido como suposiciones de
género y es parte de la socialización para satisfacer las costumbres de una sociedad. El
comportamiento no estándar puede considerarse indicativo de homosexualidad, a pesar
del hecho de que la expresión de género, identidad de género y orientación sexual son
ampliamente aceptados como conceptos distintos en algunas culturas. 45 Cuando la
sexualidad se define en términos de la elección del objeto (como en los primeros estudios
de sexología), la homosexualidad masculina se interpreta como afeminamiento.46 La
desaprobación social de la masculinidad excesiva puede ser denostada como
"machismo"25 o por neologismos como "envenenamiento de testosterona". 47
Naturaleza y crianza[editar]
La medida en que la masculinidad es innata o condicionada38 se debate. Investigaciones
del genoma han aportado información sobre el desarrollo de las características masculinas
y el proceso de la diferenciación sexual específicos para el sistema reproductivo humano.
El factor de determinación de testículo (también conocido como proteína SRY) en
el cromosoma Y, crítico para el desarrollo sexual masculino, activa la proteína SOX9.48 La
proteína SOX9 trabaja con la proteína SF1 para aumentar el nivel de la hormona
antimulleriana, reprimiendo el desarrollo femenino, mientras que activa y forma un
bucle feed-forward con la proteína FGF9; esto crea los cordones testiculares y es
responsable de células de Sertoli, que ayudan en la producción de esperma.49 La
activación de la SRY detiene el proceso de creación de una criatura femenina, a partir de
una cadena de acontecimientos que conducen a la formación de los testículos, la
producción de andrógenos y una serie de efectos hormonales pre y post-natales. 50Cómo
un varón desarrolla la identidad de género también se debate. Algunos creen que la
masculinidad está vinculada con la biología masculina; en este punto de vista, la
masculinidad se asocia con los genitales masculinos51 y los caracteres sexuales
secundarios, como el aumento de masa muscular, el cambio de voz, el vello facial y
corporal y la capacidad de eyaculación. 52 Así como los rasgos mentales asociados con la
influencia de la testosterona en el cerebro como la agresividad, la menor empatía, la
mejora de la memoria, la mayor actividad, la satisfacción percibida y el deseo sexual. 53
Otros han sugerido que aunque la masculinidad puede estar influenciada por la biología,
también es una construcción cultural. Los defensores de esta visión argumentan que las
mujeres pueden llegar a ser hombres hormonalmente y físicamente,51 y muchos aspectos
de la masculinidad que se supone que son naturales son en realidad impulsados
lingüística y culturalmente.54 En el plano intelectual también argumentan que debido al
nivel alto de racionalidad de los seres humanos, los hombres y mujeres pueden optar por
comportamientos, actitudes, capacidades intelectuales e ideologías independientemente
de las inclinaciones de su biología. Por un lado, se argumenta que la masculinidad no tiene
una sola fuente. Por el otro lado, aunque los y las militares (por ejemplo) tienen un interés
profesional en la construcción y la promoción de una forma específica de la masculinidad,
no la crean.55 Otro ejemplo es el vello facial que está ligado a la masculinidad a través del
lenguaje, en historias de chicos que se conviertan en hombres cuando comienzan a
afeitarse.56
Tendencias[editar]
Según un documento presentado por Tracy Tylka a la Asociación Estadounidense de
Psicología, "En lugar de ver una disminución de la cosificaciónnb 1 de las mujeres en la
sociedad, ha habido un aumento en la cosificación de ambos sexos. Y esto se puede ver
que en los medios de comunicación hoy en día ". Muchos hombres y mujeres modifican su
ingesta de alimentos sin supervisión médica, consumen medicamentos y hormonas y
practican rutinas físicas de manera descuidada por lograr lo que consideran un cuerpo
atractivo; en casos extremos, esto conduce a trastornos de la alimentación y trastornos
como la anorexia y la vigorexia.57 El psiquiatra Thomas Holbrook citó un estudio
canadiense reciente que indica que al menos una de cada seis personas con trastornos de
la alimentación son hombres.58
Una investigación en el Reino Unido encontró que: "los hombres y mujeres más jóvenes
que leen revistas de ejercicios físicos y moda podrían ser dañados psicológicamente por
las imágenes de físicos femeninos y masculinos perfectos." Las mujeres y los hombres
jóvenes ejercen en exceso un esfuerzo por lograr lo que consideran un cuerpo atractivo y
muscular, lo que puede conducir al trastorno dismórfico corporal o a la dismorfia
muscular.596061 Aunque los estereotipos pueden haber permanecido constantes, el valor
fijado a los estereotipos masculinos ha cambiado; se ha argumentado que la masculinidad
es un fenómeno inestable, que nunca se logra en última instancia. 56
Cuidado de la salud[editar]
Véase también: Salud del varón
La evidencia apunta a los efectos negativos de la masculinidad hegemónica en el
comportamiento relacionado con la salud de los hombres. Por ejemplo, los hombres
estadounidenses hacen 134.5 millones menos visitas al médico por año que las mujeres.
Los hombres hacen el 40,8 por ciento de todas las visitas al médico, incluidas las visitas de
obstetricia y ginecología de la mujer. El veinticinco por ciento de los hombres de 45 a 60
años no tienen un médico personal, aumentando su riesgo de muerte por enfermedad
cardiaca. Hombres entre 25 y 65 años tienen cuatro veces más probabilidades de morir
de enfermedades cardiovasculares que las mujeres y son más propensos a ser
diagnosticados con una enfermedad terminal debido a su renuencia a ver a un médico. Las
razones citadas para no ver a un médico incluyen el miedo, la negación, la vergüenza, una
aversión a las situaciones fuera de su control y la creencia de que visitar a un médico no
compensa el tiempo o el dinero invertidos.65
En 2004, Arran Stibbe publicó un análisis de una conocida revista masculina salud del año
2000. De acuerdo con Stibbe, aunque la revista se enfocaba ostensiblemente en la salud,
también promovía comportamientos masculinos tradicionales que eran poco saludables,
como el consumo excesivo de alimentos de conveniencia (comida basura/chatarra) y de
carne, el consumo de alcohol y las relaciones sexuales sin protección. 6667
Nuevas masculinidades[editar]
En 1991, el psicólogo Aaron Kipnis planteó la necesidad de encontrar una nueva forma de
masculinidad capaz de vivir en armonía con la feminidad. 707172
Según el psicólogo Antonio Boscán Leal, la búsqueda de nuevas masculinidades está
asociada a la posibilidad de pensar un acompañamiento o una cooperación a los procesos
de liberación de las mujeres. Estas nuevas masculinidades han establecido una brecha
entre aquellos roles estereotipados históricamente y la posibilidad de establecer relaciones
igualitarias entre varones, mujeres y otras identidades sexuales:
Ciertos estudios confirman la existencia, en diferentes sociedades e incluso en una misma sociedad,
de múltiples masculinidades. Ahora bien, algunos investigadores sociales encontraron, como un
factor común en la mayoría de los grupos sociales por ellos estudiados, una misma tendencia a
exaltar un modelo de masculinidad por encima de otros existentes, el cual se busca imponer de
forma hegemónica a todos los varones pertenecientes al grupo. También establecieron que en la
constitución de tales modelos hegemónicos intervienen factores de diferentes órdenes: políticos,
económicos, sociales y culturales.73
Comunidades LGBT[editar]
General[editar]
Joseph Pleck argumenta que la jerarquía de la masculinidad existe en gran parte como
la dicotomía de varones homosexuales y heterosexuales: "Nuestra sociedad utiliza la
dicotomía heterosexual-homosexual masculino como símbolo central para todos los
rankings de masculinidad, de la división por cualquier motivo entre los hombres que son
"hombres de verdad" y que tienen el poder y los hombres que no lo son ". 78 Michael
Kimmel79 añade que el tropo "Eres tan gay" indica una falta de masculinidad, en lugar de la
orientación homosexual. Según Pleck, para evitar la opresión masculina de las mujeres, la
propia y la de los otros hombres, las estructuras, instituciones y
discursos patriarcales deben ser eliminados de la sociedad estadounidense. Un término
para una mujer masculina es "marimacho", utilizado en las subculturas de la comunidad de
lesbianas, gay, bisexuales, transgénero (LGBT)808182 para describir una identidad masculina
y sus rasgos asociados, comportamiento, estilo y autopercepción. 83
Tanto los hombres como las mujeres pueden presentar rasgos y comportamientos
masculinos.84 Aquellos que exhiben características tanto masculinas como femeninas se
consideran andróginos y filósofas feministas, como Judith Butler, han argumentado que la
ambigüedad de género puede desdibujar y transgredir las clasificaciones binarias y
normativas de la identidad sexual. 8586
Hombres[editar]
Véase también: Afeminamiento#Afeminamiento en la comunidad gay
Los hombres homosexuales son considerados por algunos como "desviados de la norma
masculina" y son estereotipados con benevolencia como "suaves y refinados", incluso por
otros hombres gay. Según el activista de derechos humanos gay Peter Tatchell:
En contra de la afirmación bienintencionada de que los gays son "lo mismo" que los
héteros, hay una diferencia. Lo que es más, el estilo distintivo de la masculinidad gay es de
gran beneficio social. ¿No sería la vida aburrida sin el talento y la imaginación de
diseñadores y decoradores de interiores homosexuales? ¿Cómo podría el NHS (Sistema
Nacional de salud de los EE.UU. por sus siglas en inglés) funcionar sin enfermeros
homosexuales o el sistema de educación sin maestros gays? La sociedad debe agradecer
a sus estrellas de la suerte de que no todos los hombres resultan heterosexuales, machos
e insensibles. Los diferentes modos de masculinidad hetero- y homosexual no son, por
supuesto, biológicamente fijados.87
En el documental The Butch Factor,nb 2 en el que se entrevistaron hombres homosexuales,
uno de ellos transgénero, se les preguntó acerca de sus puntos de vista sobre la
masculinidad. Los rasgos masculinos eran generalmente vistos como una ventaja dentro y
fuera del armario, permitiendo que los hombres gays "masculinos" ocultar su orientación
sexual en el ejercicio de actividades masculinas como los deportes. El afeminamiento es
inapropiadamente45 asociado con la homosexualidad4688 y algunos hombres gay dudaban
de su orientación sexual; no se veían a sí mismos como afeminados, y sentían poca
conexión con la cultura gay.89 Algunos hombres gay afeminados en The Butch Factor se
sentían incómodos con su feminidad (a pesar de estar a gusto con su sexualidad), 90 y los
hombres homosexuales femeninos pueden ser ridiculizados por gays que responden al
estereotipo masculino.9192
Hombres de aspecto femenino tendían a salir del armario antes, después de ser
etiquetados como gay por sus pares. Con más probabilidades de enfrentar intimidación y
acoso durante toda su vida,89 se burlan de ellos con palabras despectivas, como "maricón",
que implica cualidades femeninas. Los hombres homosexuales afeminados y con estilo
"camp" utilizan a veces lo que John R. Ballew llamado "humor camp", por ejemplo
refiriéndose unos a otros con pronombres femeninos (según Ballew, "una manera divertida
de desactivar el odio dirigida hacia nosotros [los homosexuales]"); sin embargo, tal humor
"puede causar que nosotros [los homosexuales] nos confundamos en relación a cómo nos
sentimos acerca de ser hombres."93
A los hombres [heterosexuales] a veces se les aconseja ponerse en contacto con su "lado femenino
interno." En cambio, tal vez los hombres gay tienen que estar en contacto con su "lado masculino
interno". Identificar aquellos aspectos de ser un hombre que más valoramos y luego cultivar aquellas
partes de nosotros mismos puede llevar a un sentido más saludable y menos distorsionado de
nuestra propia masculinidad.
Antigüedad[editar]
La literatura antigua se remonta a alrededor del año 3000 a. C., con expectativas explícitas
para los hombres en forma de leyes e ideales masculinos implícitos en los mitos de dioses
y héroes. En el Biblia hebrea del año 1000 a. C., el rey David de Israel dijo a su hijo que
"fuera fuerte y fuera un hombre" después de la muerte de David. A lo largo de la historia,
los hombres han cumplido con estándares culturales exigentes. Kate Cooper escribió
sobre los conceptos antiguos de la feminidad: "Dondequiera que se menciona a una mujer,
un hombre está siendo juzgado - y junto con él lo que él representa." 111 De acuerdo con
el Código de Hammurabi (1750 a. C.):
Regla 3: "Si alguien trae una acusación de delito alguno delante de los ancianos, y no
demuestra lo que ha acusado, deberá, si es una ofensa capital, ser condenado a
muerte."
Regla 128: " Si un hombre toma a una mujer, pero no tiene relaciones sexuales con
ella, esta mujer no es mujer para él"112
Los estudiosos citan la integridad y la igualdad como valores masculinos en las relaciones
entre varones113 y la virilidad en las relaciones hombre-mujer. Leyendas de los héroes
antiguos incluyen la Epopeya de Gilgamesh, la Ilíada y la Odisea. Las historias
demuestran cualidades en el héroe que inspiran respeto, como la sabiduría y el valor:
saber las cosas que otros hombres no conocen y tomar riesgos que otros hombres no se
atreverían.
Sin embargo, desde mediados del siglo XX comienzan a aparecer más voces que
cuestionan cada vez más el modelo tradicional de masculinidad como Simone de
Beauvoir, Betty Friedan y Kate Millet. El movimiento feminista de este periodo incitó a las
mujeres a luchar contra la opresión y a los hombres a manejar relaciones más equitativas
y liberarse de sus estereotipos y obligaciones tradicionales (como se vio reflejado en las
modas de la Música Disco y el Glam Metal en el que comenzaron a aparecer hombres
luciendo colores y prendas antes exclusivas del sexo femenino). Esto también se reflejó en
el desarrollo de los medios de comunicación. Pues paulatinamente dejó de manejarse la
figura del hombre dominante y la mujer sumisa a favor de otros elementos. También afectó
económicamente al reducir gradualmente la brecha salarial.
Actualmente, las diferentes visiones de la masculinidad moderna son reflejadas,
expresadas y promovidas principalmente por los medios de comunicación electrónicos
como la televisión, la radio y la internet. En algunos casos se expresan visiones igualitarias
o neutras de la masculinidad, mientras que en otros se manejan
visiones ginocentristas que hacen énfasis en la sumisión y debilidad masculinos,
propiciando la aparición de movimientos masculinistas. Por otro lado en otros casos se
pretende recrear la masculinidad hegemónica en grados distintos. Algunos casos, como
varios grupos de Reddit y Facebook han sido acusados de fomentar la misoginia y las
ideas regresivas sobre la masculinidad, al igual que el movimiento actual Alt-right recibe
críticas por motivos parecidos.118
Por otra parte, la Tercera ola del feminismo caracteriza a la masculinidad como algo
negativo, violento, y que actúa en perjuicio hacia la mujer. Llevando así la idea de que los
hombres tienen un machismo interno el cual deben sanar. Esto es criticado por la autora y
filósofa Christina Hoff Sommers conocida por sus escritos sobre el feminismo en la cultura
contemporánea, la cual declara que el objetivo de esta ola feminista no es el de generar
una igualdad de género entre hombres y mujeres (como abogaba el feminismo en un
principio), sino que se basa en un movimiento antihombres. Ella misma declaró: "Siempre
ha habido cierta fobia a los hombres en algunas mujeres del movimiento, eso es
innegable. Pero eran marginales. Pero hoy, al menos en las universidades, están siendo
las protagonistas del debate. La masculinidad se trata de manera rutinaria como una
patología que necesita una cura. Casi todos los libros de los estudios de género culpan de
la mayoría de los males de la sociedad a los hombres y al patriarcado". 119
Críticas[editar]
Dos críticas al estudio de la historia de la masculinidad son una preocupación de que tal
estudio estabilizaría el proceso histórico (en lugar de cambiarlo) y que un excesivo énfasis
cultural sobre el enfoque de la masculinidad carece de la realidad de la experiencia real.
De acuerdo con John Tosh, la masculinidad se ha convertido en un marco conceptual
utilizado por los historiadores para mejorar sus exploraciones culturales en lugar de una
especialidad en sí misma.120 Esto llama la atención de la realidad a la representación y
significado, no solo en el ámbito de la masculinidad; la cultura se estaba convirtiendo en
"la línea de fondo, la realidad histórica real". 110 Tosh critica el trabajo de Martin Francis en
este punto de vista, porque la cultura popular, en lugar de la experiencia de la vida familiar,
es la base del argumento de Francis.121 Francis utiliza la literatura y el cine contemporáneo
para demostrar que la masculinidad no descansaba, rehuyendo la domesticidad y el
compromiso, a finales de los años 1940 y durante los 1950. 121 Francis escribió que este
huida del compromiso era "más probable que tenga lugar en el ámbito de la fantasía
(individual y colectiva)". Al centrarse en la cultura, es difícil medir el grado en que películas
como Scott de la Antártida representaban las 'fantasías masculinas' de la era. 121La llamada
de Michael Roper para centrarse en la subjetividad de la masculinidad aborda este sesgo
cultural, porque la comprensión amplia es dejada de lado para un examen "de lo que la
relación de los códigos de masculinidad es para los hombres reales, a las cuestiones
existenciales, a las personas y a su maquillaje psíquico" (la experiencia humana de
Tosh).122
Según Tosh, la cultura de la masculinidad ha dejado de ser útil, ya que no puede cumplir
con el objetivo inicial de esta historia (descubrir cómo la hombría fue condicionada y
experimentada) e instó a "cuestiones de comportamiento y acción". 120 Su trabajo sobre la
masculinidad victoriana utiliza la experiencia individual en cartas y dibujos para ilustrar las
costumbres culturales y sociales más amplios, como el parto o las tradiciones de
Navidad.105
Stefan Dudink cree que el enfoque metodológico (tratando de categorizar la masculinidad
como un fenómeno) ha socavado su desarrollo historiográfico.123 Este enfoque estabilizó la
masculinidad, haciéndola aparecer natural y concreta en el registro histórico y la "puso
más allá de la historia". La obra de George Mosse utiliza la masculinidad como un
estereotipo estable en la normativa de la sociedad : "La masculinidad estaba concretada y
definida lo suficiente, lo que constituye un sistema coherente que puede ser examinado
fácilmente". El trabajo de Abigail Solomou-Godeau en el arte francés posrevolucionario
aborda un patriarcado fuerte, constante.124 Jeanne Boydston apoya la limitación del género
como categoría de análisis, porque el concepto (así como la feminidad y la masculinidad)
se ha convertido en demasiado rígido en el pensamiento histórico. Esto conduce a un
concepto estable e invariable en todos los contextos y culturas geográficas y una
dicotomía entre la masculinidad y la feminidad. Estos problemas pueden ser abordados si
se desestabiliza el concepto de masculinidad, aceptando su evolución y se centra en la
historia en lugar de en un concepto. Dudink exige un compromiso con las masculinidades
(en plural) y un análisis de tensión entre comportamientos "normativos e individualistas
que caracterizan a la masculinidad". El argumento de Connell para pensar acerca de las
masculinidades en plural es paralelo a la llamada de Boydston para una visión
multifacética de la historia social y la obra de Simon Szreter sobre género en Gran
Bretaña, que hace hincapié en la pluralidad de la identidad y la intersección entre clase y
género (porque el género no se puede estudiar en el vacío) y distinciones regionales (para
evitar generalizaciones globales).
La evaluación global de Tosh es que se necesita un cambio en la conceptualización del
tema120 de nuevo a la historia de la masculinidad como una especialidad con el objetivo de
llegar a un público más amplio, más que como un instrumento de análisis de la historia
cultural y social. La importancia que concede a la historia pública se remonta a los
objetivos iniciales de la historia del género, que trataron de utilizar la historia para iluminar
y cambiar el presente. Tosh apela a los historiadores para que a la altura de la
"expectativa social" de su trabajo, 120 que también requieren una mayor atención a la
subjetividad y la masculinidad. Este punto de vista es contrario al de Dudink; este último
llamó a un "movimiento de movimientos envolventes" hacia la historia de la masculinidad,
en respuesta a los errores que percibía en el estudio. 123 Esto sería hacer lo contrario de lo
que Tosh pidió, la deconstrucción de la masculinidad al no colocarla en el centro de la
exploración histórica y usando el discurso y la cultura como vías indirectas hacia un
enfoque más representativo. En un estudio de los Países Bajos, Dudink propone ir más
allá de la historia de la masculinidad mediante la incorporación del análisis en la
exploración de la nación y el nacionalismo (haciendo la masculinidad de un lente a través
del cual ver el conflicto y la construcción de la nación). 125 El trabajo de Marti Francis en la
domesticidad a través de una lente cultural, va más allá de la historia de la masculinidad
porque "los hombres viajaron constantemente hacia atrás y adelante a través de la frontera
de la domesticidad, aunque sólo sea en el reino de la imaginación"; códigos normativos de
comportamiento no abarcan totalmente la experiencia masculina. 121
Imágenes en los medios de niños y jóvenes pueden dar lugar a la persistencia de
conceptos de masculinidad perjudiciales. Según activistas de derechos de los hombres, los
medios de comunicación no se ocupan de cuestiones de derechos de los hombres y éstos
son retratados a menudo negativamente en la publicidad. 126 Peter Jackson llamó a la
masculinidad hegemónica "explotación económica" y "socialmente opresiva": "La forma de
opresión varía de controles patriarcales sobre los cuerpos de las mujeres y los derechos
reproductivos, a través de las ideologías de la domesticidad, la feminidad y la
heterosexualidad obligatoria, de las definiciones sociales del valor del trabajo, la naturaleza
de la habilidad y la remuneración diferencial del trabajo productivo y reproductivo.127
La maquinaria, el trabajo fuerte y los músculos son tradicionalmente asociados con la masculinidad.
Según la filósofa Simone de Beauvoir, desde muy pequeños a los varones que crecen bajo
el sistema de la masculinidad hegemónica se les raciona la ternura que se les brinda a las
niñas condenándolos a la independencia. La madre les niega las muestras de afecto como
besos, abrazos y caricias, tampoco se les halaga por sus esfuerzos de seducción, sino que
se les enseña a no ser coquetos. No se les protege contra la angustia de la soledad
porque «los hombres no tienen miedo». A través de frustraciones experimentan desde muy
temprano el desamparo. Su destete es más brutal que el de las niñas. Los padres, la
familia, el sistema educativo, los amigos y los medios de comunicación les enseñan cosas
como «un hombre no pide besos», «un hombre no se mira en el espejo», «las niñas
juegan con muñecas y los niños con la pelota», «pelearse es de hombres», «un hombre no
llora». Se les inculca desde muy temprano el orgullo por la trascendencia de su sexo como
compensación por todas las frustraciones padecidas. 134
Para la sociedad patriarcal, la eficiencia del varón se identifica solamente con el
rendimiento productivo, laboral, económico, profesional, sexual y bélico, sin tener en
cuenta sus necesidades humanas tanto emocionales como físicas. Sus sentimientos, su
salud física y mental y su deseo sexual. Los varones son compelidos a tener una vida
sexual frecuente y a estar siempre disponibles, como si más fuera sinónimo de mejor. Con
lo que la sexualidad masculina, que debería ser un placer voluntario, se convierte en un
mandato social. Las consecuencias empeoran cuando no se emplean métodos
anticonceptivos, lo que provoca embarazos no deseados, infecciones de transmisión
sexual entre otros problemas.135
Como ejemplo podemos citar el hecho de que se espera que los jóvenes tengan experiencias
sexuales como demostración de virilidad, ya que no hacerlo, puede llevar a la sociedad a dudar de
su masculinidad. Esta situación lo enfrenta a un mayor riesgo si desconoce las estrategias de
protección.31
Pero como estos «valores masculinos» son socialmente más valorizados que los «valores
femeninos», en la sociedad de la masculindad hegemónica, muchas veces los varones
tienden a confundir más fácilmente identidad personal con identidad de género que las
mujeres, o sea, lo que se espera de ellos según el estereotipo social, con lo que realmente
son.135
Los estudios sobre varones surgieron básicamente para dar respuesta a las diversas formas de
hacerse hombres en diferentes sociedades y contextos, pero más que nada, emergieron para
entender por qué si el modelo tradicional de masculinidad ubica a los varones en una posición de
poder y autoridad, desde hace algunas décadas se encuentran vulnerables a los vaivenes de la vida
global y frente a las mujeres.31
Masculinidad en crisis[editar]
«Masculinidad precaria»[editar]
Algunos investigadores han argumentado que la "precariedad" de la masculinidad
contribuye al comportamiento tradicionalmente masculino. 148 "Precario" significa que la
masculinidad no es innata, sino que debe ser alcanzada. En muchas culturas, los niños
sufren dolorosos rituales de iniciación para convertirse en hombres. La masculinidad
también se puede perder, como cuando un hombre es ridiculizado por no "ser un hombre".
Los investigadores han encontrado que los hombres responden a las amenazas a su
hombría mediante la participación en las conductas y creencias estereotipadamente
masculinas, el apoyo de la jerarquía, la adhesión a creencias homofóbicas, el apoyo a la
agresión y la elección de tareas físicas más que de las intelectuales. 149
En 2014, Winegard, Winegard y Geary escribieron que la precariedad de la masculinidad
implica estatus social (prestigio o dominancia), y la virilidad puede ser más (o menos)
precaria debido a las vías que tienen los hombres para alcanzar el estatus. 150 Los hombres
que se identifican con actividades creativas, como la poesía o la pintura, pueden no
experimentar la masculinidad como precaria, pero pueden responder a las amenazas a su
inteligencia o creatividad. Sin embargo, los hombres que se identifican con actividades
tradicionalmente masculinas (como el fútbol o el ejército) pueden ver la masculinidad como
precaria. Según Winegard, Winegard, y Geary, esto es funcional; la poesía y la pintura no
requieren rasgos tradicionalmente masculinos, y los ataques a esos rasgos no inducen a la
ansiedad. El fútbol y el ejército requieren rasgos tradicionalmente masculinos, como la
tolerancia al dolor, la resistencia, la musculatura y coraje y los ataques a esos rasgos
inducen ansiedad y pueden desencadenar impulsos y comportamientos de represalia. Esto
sugiere que los debates "naturaleza-versus-crianza" acerca de la masculinidad pueden ser
simplistas. Aunque los hombres evolucionaron para perseguir el prestigio y el dominio
(estatus), la forma en que persiguen dicho estatus depende de sus talentos, rasgos y
disponibilidad de posibilidades. En las sociedades modernas, pueden existir más vías
hacia el estatus que en las sociedades tradicionales y esto puede reducir la precariedad de
la masculinidad (o de la virilidad tradicional); Sin embargo, es probable que esto no atenúe
la intensidad de la competencia entre varones.
Masculinidad hegemónica vs
masculinidades igualitarias
El concepto de masculinidad hegemónica se utiliza a partir de 1985,
Principales características:
REFERE