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Género, masculinidades y lenguaje incluyente y no sexista

Módulo 1. Sistema Sexo-Género


CONCEPTOS
 Sexo: características biológicas a partir de las cuales las personas son
clasificadas al nacer como hombres o mujeres.
 Sexismo: forma de discriminación de un sexo por considerarlo inferior al
otro. Son actitudes que favorecen y perpetúan la desigualdad y la
jerarquización en el trato que reciben las personas en función de su sexo.
 Feminismo: conjunto de corrientes de pensamiento, ideologías, teorías
sociales y prácticas políticas que analizan, cuestionan y critican las
relaciones de poder construidas en el marco del sistema patriarcal.
 Género: fabricación histórica y cultural de lo femenino y masculino, y, por lo
tanto, no es algo natural o con lo que nacemos.
 Misoginia: se refiere al odio, rechazo, aversión y desprecio hacia las
mujeres y, en general, a todo lo relacionado con lo femenino. La misoginia
se puede manifestar en actos violentos y crueles; es algo mucho más
peligroso.

DIFERENCIA ENTRE…
SEXO GÉNERO
Construcción cultural
Se nace con estas características socialmente aprendida y por lo
tanto puede cambiar
Biológico Conjunto de ideas

Físico Representaciones

Genitalidad Simbolizaciones

Órganos sexuales internos y


Discursos
externos

Cromosomas y hormonas Construcción social


Corporalidad (percepción del
Contexto y cultura
propio cuerpo)

Hecho biológico Solamente las mujeres


(sexo) Embarazo pueden embarazarse y
tener un parto; eso es un
hecho biológico. El deseo
Construcción de ser madre es
sociocultural Deseo de ser socialmente construido;
(género) madre no es un hecho biológico.
ANTECEDENTES
La palabra género se empezó a utilizar en las ciencias sociales a mediados del
siglo XX. Fue en la década de los 70 cuando comenzó a tomar mayor fuerza.
1. En la década de 1960, las investigaciones realizadas por Robert Stoller,
psiquiatra y psicoanalista estadounidense permitieron un avance importante
en la diferenciación entre los conceptos sexo y género. Basado en el
estudio de varios casos de niñas y niños que habían sido asignados/as al
sexo al que no pertenecían genética, anatómica y hormonalmente, Stoller
concluyó que la identidad de género no es determinada por el sexo
biológico, sino por el hecho de haber vivido desde el nacimiento las
experiencias, ritos y costumbres atribuidos a cada género.
2. El sexólogo John Money desarrolló los conceptos de identidad de género y
rol de género, y estudió el peso que los factores culturales tienen para
justificar las diferencias y la desigualdad debido al sexo.
3. En 1972, Ann Oakley, socióloga feminista, escribió “Sexo, género y
sociedad”, primer estudio que introduce el término género en el discurso de
las Ciencias Sociales. Desde entonces, la distinción entre sexo y género fue
usada como una categoría válida para explicar la subordinación de las
mujeres como algo socialmente construido y no justificado en la biología.
4. En los años 70 (Siglo XX), la antropóloga Gayle Rubín desarrolló la noción
del “sistema sexo-género”, misma que ha resultado fundamental para los
estudios de género. Así, en las décadas de los setenta y ochenta, las
universidades empezaron a crear áreas especializados en “Estudios de las
mujeres” o en “Estudios de género”, en los cuales se han elaborado teorías
e investigación que han derivado en lo que ahora se conoce como “la
perspectiva de género”.

EL SISTEMA SEXO-GÉNERO
“El sistema sexo-género es el conjunto de creencias, valores, costumbres,
normas, prácticas, oportunidades y comportamientos sociales diferentes, que
inciden y regulan la vida de una persona, dependiendo de si es mujer o si es
hombre”.
La antropóloga Gayle Rubin formuló la categoría de sistema sexo-género, que se
refiere “al conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la
sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se
satisfacen esas necesidades transformadas”. En este sistema, que es el
predominante en todo el mundo, las mujeres y los hombres desempeñan papeles
distintos (roles de género) que están a su vez llenos de “etiquetas” (estereotipos).
Conceptos dentro del sistema sexo-género
 Patriarcado.
El patriarcado se constituye como un sistema que justifica la dominación
sobre la base de una supuesta inferioridad biológica de las mujeres. Tiene
su origen histórico en la familia, cuya jefatura ejerce el padre y se proyecta
a todo el orden social. Existen también un conjunto de instituciones de la
sociedad política y civil que se articulan para mantener y reforzar el
consenso expresado en un orden social, económico, cultural, religioso y
político que determina que las mujeres como categoría social siempre
estarán subordinadas a los hombres, aunque pueda ser que una o varias
mujeres tengan poder, hasta mucho poder, o que todas las mujeres ejerzan
cierto tipo de poder como lo es el poder que ejercen las madres sobre los y
las hijas.
Entonces el patriarcado es:
 Un sistema que se proyecta a todos los ámbitos de la vida.
 Los hombres son quienes tienen el poder (en la familia, lo social,
político, económico y cultural).
 Justifica la subordinación de las mujeres, porque la supone inferiores
a causa de su biología (por nacer con sexo mujer).
 Androcentrismo
Es común que cuando estamos aprendiendo sobre la perspectiva de
género escuchemos o leamos que vivimos en una cultura androcéntrica, es
decir, centrada en el punto de vista de los hombres.
El androcentrismo es “La adopción de un punto de vista central desde el
cual el sujeto contempla el mundo. En el discurso lógico tradicional, dicho
punto de vista ha venido reflejando la perspectiva privilegiada del varón,
aunque no de todos los hombres, sino de aquellos hombres que se han
situado en el centro hegemónico de la vida social. Corresponde a una visión
del mundo centrada en el varón que obvia e invisibiliza el punto de vista
femenino, infravalorando o negando las aportaciones de las mujeres a la
sociedad y a la cultura, así como su ámbito experiencial”.
 Machismo
En México, es una palabra de uso común en algunos grupos sociales,
inclusive se le da una connotación positiva y equivalente a hombre fuerte,
heterosexual y proveedor.
Ser macho es tener órganos sexuales masculinos. Pero el machismo es
otra cosa. Es un asunto cultural. Por ser cultural, el machismo lo
reproducen hombres y mujeres.
En tal sentido, el machismo es un término que “incluye una serie de
comportamientos estereotipados de supremacía masculina, de dominio y
control, cuyas manifestaciones son diversas y tienen impacto diferenciado
en las personas a quienes se dirige. Pueden ser sutiles, como sugerir la
comida o vestimenta para alguien, o extremos, como forzar a otra persona
–a través de algún tipo de violencia– a realizar conductas no deseadas,
justificando de cualquier forma la agresión.
 Sexismo
En sexismo es una forma de discriminación de un sexo por considerarlo
inferior al otro. Tanto los hombres como las mujeres pueden hacer uso de
comportamientos sexistas; sin embargo, quienes son históricamente
discriminadas son las mujeres. Son actitudes que favorecen y perpetúan la
desigualdad y la jerarquización en el trato que reciben las personas y que
se hace sobre la base de la diferenciación sexual.
 Misoginia
Se refiere al odio, rechazo, aversión y desprecio hacia la mujer y, en
general, hacia todo lo relacionado con lo femenino, que se manifiesta en
actos violentos y crueles contra ella, por el hecho de ser mujer. Proviene del
griego misein (odiar) y gyne (mujer).
La misoginia no es sexismo ni machismo, pues si bien en las anteriores
actitudes hay una falsa idea de superioridad sobre las mujeres, control de
su cuerpo y discriminación, la misoginia se traduce en actos violentos y
crueles; es algo mucho más peligroso.
 Igualdad de género y equidad de género
Por igualdad de género se entiende la existencia de una igualdad de
oportunidades y de derechos entre las mujeres y los hombres en las
esferas privada y pública que les brinde y garantice la posibilidad de realizar
la vida que deseen. Actualmente, se reconoce a nivel internacional que la
igualdad de género es una pieza clave del desarrollo sostenible […], se
define como la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de
las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños. La igualdad no significa
que las mujeres y los hombres sean lo mismo, sino que los derechos, las
responsabilidades y las oportunidades no dependen del sexo con el que
nacieron. La igualdad de género supone que se tengan en cuenta los
intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como de
los hombres, reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de
mujeres y de hombres.
La igualdad de género es un derecho y una obligación de los Estados
nacionales. La equidad de género se refiere a medidas de justicia social
que pueden ser adoptadas o no por esos Estados. En palabras de la OMS
(2012), la equidad de género es la imparcialidad y justicia en la distribución
de beneficios y responsabilidades entre hombres y mujeres. Se reconoce
que el hombre y la mujer tienen distintas necesidades y gozan de distinto
poder, y que esas diferencias deben determinarse y abordarse con miras a
corregir el desequilibrio entre los sexos.
 Feminismo
Existen diversas definiciones o formas de explicar el feminismo; algunas
autoras le llaman ideología, teoría, corriente de pensamiento, etcétera.
Dependerá de la autora que leamos la manera en que lo describa. Es,
efectivamente, un conjunto de corrientes de pensamiento, ideologías,
teorías sociales y prácticas políticas que analizan, cuestionan y critican las
relaciones de poder construidas en el marco del sistema patriarcal.
Busca cambiar la situación de subordinación de las mujeres.
El feminismo también es un movimiento social que busca la transformación
de las sociedades, para que sean más justas y todas las personas tengan
los mismos derechos en igualdad de condiciones.
Las teorías feministas realizan una crítica a la desigualdad social entre
mujeres y hombres. Cuestionan los privilegios de los hombres y las
relaciones entre sexo, sexualidad, poder social, político y económico. Las
feministas reclaman los derechos de las mujeres en igualdad con los
hombres.
El feminismo no se encuentra asociado a ningún grupo, práctica o evento
histórico en particular, porque nace a partir de la conciencia acerca de las
desigualdades provocadas por el sistema sexo-género y de la búsqueda de
la justicia social. No hay un único tipo de feminismo, sino muchos; por ello,
es mejor pensar en feminismos (en plural). Por ejemplo, hay feminismo
sufragista, de la igualdad, de la diversidad, institucional, de izquierda,
latinoamericano, socialista, indígena, liberal, radical, ecofeminismo y un
largo etcétera.
El feminismo cuestiona al sistema social que favorece a los hombres y
discrimina a las mujeres, sin que ello signifique odiar a los hombres. “El
feminismo no es la cara inversa del machismo, sino una posición que lucha
contra éste”.
¿Género es lo mismo que feminismo?
La perspectiva de género surge de los estudios feministas y a su vez las teorías
feministas retoman muchos de los conceptos y análisis de la perspectiva de
género. Las feministas consideran que su visión es aún más amplia que la de la
perspectiva de género, pues no solamente luchan por los derechos de las
mujeres, sino de toda aquella persona oprimida (sea hombre o mujer) por el
sistema patriarcal en el que unos pocos concentran el poder.
¿Feminazis?
Utilizar el término “feminazi” es reflejo de desconocimiento sobre el feminismo. Lo
han utilizado personas que desean descalificar la lucha por la igualdad entre
mujeres y hombres.
No existe punto de comparación entre el feminismo y la ideología
nacionalsocialista que originó el movimiento fascista y nazi. Las feministas no
tienen por objetivo exterminar a los hombres, sino lograr la igualdad de
oportunidades y la igualdad real o sustantiva.
 Contextualización
Es un concepto que relaciona de forma despectiva el feminismo con el
nazismo, comparando el derecho a una interrupción legal del embarazo de
las mujeres con el holocausto perpetrado por los nazis. Rush Limbaugh,
conductor de radio estadounidense, popularizó el uso del término en su
libro Cómo deberían de ser las cosas, publicado en 1992, en el cual
comparaba el aborto con un “holocausto moderno”, afirmando que las
‘feminazis’ pretenden lograr “tantos abortos como sea posible”.
 Educación sexual
Las feministas defienden el derecho a la educación sexual libre de
prejuicios y estereotipos para que las mujeres puedan decidir sobre sus
cuerpos. Ser feminista no es sinónimo de proaborto.
“Con el tiempo el término feminazi se difundió y comenzó a emplearse
como un insulto para desprestigiar el movimiento feminista”.
Otros conceptos que debes conocer
 Identidad de género
Con base en los principios de Yogyakarta, Le identidad de género es la
vivencia interna e individual del género, tal como cada persona la siente,
misma que puede corresponder o no con el sexo asignado al nacer.
Incluye la vivencia personal del cuerpo, que podrían o no involucrar la
modificación de la apariencia o funcionalidad corporal, a través de
tratamientos farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que la
misma sea libremente escogida.
 Orientación sexual
Es la atracción física, emocional, erótica y afectiva que sentimos hacia otra
persona.
 Expresión de género
Es la forma en la que nos mostramos ante el mundo mediante el nombre,
modo de vestir. forma de hablar, gestos, comportamientos e interacciones
sociales.
Identidad de género, expresión de género y orientación sexual son cosas distintas
y pueden presentarse en un gran número de variantes. ¿Complejo? Sí. Como lo
es todo lo que concierne a las personas.
El que una persona tenga, por ejemplo, expresiones de género que no encajan en
los modelos de lo femenino o lo masculino predominantes o socialmente
aceptados en determinada cultura, tiempo y contexto, nada tiene que ver con su
orientación sexual.
Una mujer cuya expresión de género esté “masculinizada”, por decirlo de alguna
manera, no es necesariamente homosexual (lesbiana). Igualmente, el que un
hombre tenga expresiones de género, que culturalmente se han señalado como
femeninas (delicadeza, sensibilidad, interés en el autocuidado y apariencia física),
no significa que sea homosexual.
Un hombre que tiene expresiones de género dentro de lo que se considera la
masculinidad hegemónica y tradicional (fuerte, que no demuestra emociones, rudo
y hasta violento), puede tener una orientación sexual heterosexual, homosexual o
bisexual. El sexo biológico con el que nacemos puede coincidir o no con nuestra
identidad de género, con nuestra expresión de género y/o nuestra orientación
sexual.
Finalmente, es importante tomar en cuenta que “El género es una variable de base
sobre la que actúan las otras dimensiones generadoras de diferencias (etnia,
edad, nivel educativo, clase social, ingresos, condición rural o urbana, etcétera)
por lo que los frenos y transformaciones en el ámbito de género influyen en las
otras y viceversa” (OIT, 2004). Tomar en cuenta estas variables que se suman al
género se conoce también como interseccionalidad.
La interseccionalidad es un concepto que, en derechos humanos y género, nos
permite identificar las múltiples identidades que confluyen en una persona o
colectivo para entender las desventajas o privilegios que se le presentan a lo largo
de su vida. Es aplicable tanto a hombres como mujeres, ya que ambos/as pueden
sufrir múltiples discriminaciones por diferentes motivos.
Por ejemplo, el acceso a oportunidades y ejercicio de derechos de una mujer
indígena, adulta mayor, con una discapacidad, es distinto al de una mujer blanca,
joven, en una zona urbana.

ROLES DE GÉNERO
Son comportamientos, tareas y funciones que una persona debe desempeñar
según su sexo, y que, por estar construidos social y culturalmente, pueden
cambiar. En todas las sociedades las tareas que realizan los hombres gozan de
mayor prestigio social que las realizadas por las mujeres.
Los roles de género son prescripciones, normas y expectativas de comportamiento
de lo femenino y de lo masculino dictadas por la sociedad y la cultura en un
momento histórico concreto.
SI NACE…
Si trabaja será en
Usa color rosa y actividades
Tiene Tiene hijas e hijos
se le relaciona relacionadas Será racional y
MUJER con flores y
muñecas y y se dedica al
con el cuidado de fuerte.
trastes. hogar.
encajes. otras
personas.
Usa color azul y Tiene un trabajo
Protege a sus Será dulce,
se le relaciona Tiene coches, remunerado fuera
hijas e hijos, pues tranquila,
HOMBRE con carros, barcos y
es el proveedor
de casa,
pasiva, débil y
aviones y pistolas. con puestos de
del hogar. maternal.
deportes. autoridad.
Tradicionalmente la sociedad mandata.
MUJER HOMBRE
Se considera que debe estar Se considera que está destinado
destinada al espacio doméstico. al espacio público.

Se considera que debe


Se considera que tiene empleos
dedicarse a actividades de
o cargos de liderazgo y
servicio y cuidado para otras
responsabilidad.
personas.

Se considera que debe tener un Se considera que tiene un rol


rol reproductivo. productivo.

Se considera que su carácter Se considera que ejerce o


tiende a la mediación y tiene una imagen de poder y
subordinación. autoridad.

Se considera que debe


Se considera que tiene un
dedicarse al trabajo no
trabajo remunerado.
remunerado.

Se le considera dependiente del Se considera proveedor de la


hombre. mujer.

ESTEREOTIPOS DE GÉNERO
De las expectativas de comportamiento marcadas en los roles, las personas crean
estereotipos de género; éstos se refieren a las creencias y atribuciones sociales
sobre cómo debe ser y cómo debe comportarse cada género. El estereotipo de
género logra convertirse en un hecho social tan fuerte que llega a creerse que es
algo natural.
 Roles y Estereotipos
Éstos se combinan para generar los mandatos de género, es decir, aquello
que la sociedad y cultura dictan cumplir para encajar. Tales mandatos
exigen, además, que las personas se ciñan a las reglas de un modelo
único, dominante o hegemónico y heteronormativo, es decir, en donde se
impone la heterosexualidad y se condena la homosexualidad.
 Heteronormatividad
El término heteronormatividad se refiere al sesgo cultural a favor de las
relaciones heterosexuales, conforme al cual dichas relaciones son
consideradas normales, naturales e ideales y son preferidas sobre
relaciones del mismo sexo o del mismo género. La heteronormatividad se
compone de reglas jurídicas, sociales y culturales que obligan a las
personas a actuar conforme a los patrones heterosexuales dominantes e
imperantes.
 Estereotipo
En palabras sencillas, es como una “etiqueta” que la sociedad nos coloca.
Imagina que alguien (la sociedad) te coloca muchos de esos papelitos
adhesivos de colores y en cada uno hay una característica o cualidad que
no necesariamente corresponde con tu realidad o con la que no te
identificas.
 Género
El género, como se ha señalado, es algo fabricado y, por lo tanto, puede
modificarse y de hecho así está pasando. Los roles y estereotipos de
género están cambiado, aunque no en todo el mundo ni con la rapidez
deseada. Entre otras razones, estos cambios se relacionan con el acceso
de las mujeres a la educación en todos sus niveles y por su incorporación a
los espacios laborales y puestos políticos.
ESTEREOTIPOS DE GÉNERO SOBRE…
MUJERES HOMBRES
Amas de casa Proveedores
Dependientes Independientes
Sentimentales Racionales
Frágiles Protectores
Volubles Consecuentes
Tímidas Aventureros
Hogareñas Ambiciosos
Cuidadoras Jefes
Pasivas Activos
Tiernas Autoridad
Débiles Fuertes
Pacientes Competitivos
Abnegadas Incomprensivos
Asexuales Muy sexuales

LA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO


En el sistema sexo-género las personas tienen roles que se construyen a partir del
sexo con el que nacen y de acuerdo con el género que la sociedad les asigna.
Esos roles que están rodeados de muchas “etiquetas” (estereotipos), son parte de
la construcción cultural que denominamos género.
En todo este sistema, la división sexual del trabajo juega un papel central, ya que
forma parte y refuerza los roles de género. “Con la división sexual del trabajo, las
sociedades generan la certeza de aquel –entendido en tanto que toda labor a
desempeñar- tiene que clasificarse según el género, pero tal división nunca es
pensada en forma pragmática, sino que es considerada ´natural´. En tanto que es
natural, existe un tabú: los hombres y las mujeres desempeñan de manera natural
ciertas labores (derivadas de su cuerpo), pero tal realización y condicionamiento
se enseña de modo cultural desde que se nace, y la manera en que las personas
lo viven es como si fuera parte de la naturaleza, adjudicándole un origen místico,
supra humano, que garantice su eficacia” (Bravo, 2008).
La división sexual del trabajo distingue entre:
LABORES REMUNERADAS LABORES NO REMUNERADAS

El trabajo no remunerado ha recaído El trabajo remunerado o productivo


generalmente y sobre todo en las es aquel que han realizado
mujeres. Se le considera trabajo tradicionalmente los hombres, pues
no remunerado porque no hay un son quienes salen de sus casas para
ingreso, un salario o pago por su obtener un ingreso económico.
realización: es reproductivo por Produce bienes o servicios para la
estar vinculado a la reproducción de venta o autoconsumo, por ejemplo,
la especie humana, es decir a tener en la industria, agricultura, servicios,
hijas e hijos, cuidado de la familia y actividad empresarial, política y
quehaceres del hogar. servicio público.

Las labores no remuneradas en los hogares son trabajo. Se han invisibilizado


porque ello ha resultado benéfico para el sistema patriarcal en que las mujeres
son vistas como un grupo de población subordinado o inferior, por lo tanto, las
tareas que ellas realizan se habían considerado secundarias o sin valor.
Actualmente, la participación de las mujeres en el trabajo remunerado, los
estudios de género y los análisis feministas han logrado que se reconozca, cada
vez más, la importancia de las labores no remuneradas y su aporte al desarrollo
económico de las familias, la sociedad, los países y la economía mundial.
Este reparto tradicional de las tareas ha producido aprendizajes diferentes para
hombres y mujeres, que se valoran de manera desigual dentro de la sociedad. Se
relaciona con las brechas de género, es decir, con la falta de oportunidades de las
mujeres para gozar de tiempo libre, estudiar, trabajar o para su participación en la
vida pública.
Brecha de género: “El término brecha de género se refiere a cualquier disparidad
entre la condición o posición de los hombres y las mujeres y la sociedad. Suele
usarse para referirse a la diferencia entre los ingresos de hombres y mujeres, por
ej. ´brecha salarial de género´.
Sin embargo, puede haber brechas de género en muchos ámbitos, tal como los
cuatro pilares que el Foro Económico Mundial utiliza para calcular su Índice de
Brecha de Género, a saber: participación económica y oportunidad, acceso a
educación, salud y esperanza de vida, empoderamiento político”.

ESPACIOS DE SOCIABILIZACIÓN DEL GÉNERO


Los roles y estereotipos se construyen y reproducen de manera colectiva y son
reforzados a través de distintas instituciones, como la familia, la escuela, los
centros de trabajo, las iglesias y los medios de comunicación.
Cada una de estas instituciones socializadoras, desde sus respectivas funciones y
expectativas, marca pautas de comportamiento de lo que debe ser lo femenino y
lo masculino y se encargan, en su conjunto, de “naturalizar” estas pautas al
reproducirlas cotidianamente desde diversos espacios. A ello podemos sumar las
redes de amistades que durante el transcurso del tiempo influyen en nuestra vida.
Es decir, escuchamos desde nuestra familia, la escuela, las iglesias y el trabajo, lo
que deben ser las mujeres y lo que deben ser los hombres. Esto se va
normalizado al grado de que no detectamos tan fácilmente los roles y estereotipos
impuestos.
El espacio en que recibimos nuestra primera “dosis de género” es la familia. Es allí
en donde muchas personas aprendemos que las niñas “deben” jugar con muñecas
y que “deben” ser “mujercitas de su casa”. Por su parte, los niños serán “los
hombres de la casa” y, por lo tanto, los “fuertes y valientes protectores de su
familia”.
En las escuelas encontramos aún profesores que cuestionan a las mujeres por
ocupar un lugar cuando “ellas sólo están allí mientras se casan”; en la iglesia se
dice que las mujeres son recatadas y devotas; madres amorosas o pecadoras a
las que, si se salen de los cánones, se les condenará a los peores castigos.
Los medios de comunicación, las redes sociales y la publicidad son también
responsables de la reproducción de estereotipos de género. En muchos de sus
contenidos se cosifica a las mujeres y se las trata como meros adornos u objetos
sexuales. Los hombres son colocados habitualmente como superhéroes
poderosos, fuertes, exitosos y con determinado tipo físico.
Módulo 2. La Transversalización de la Perspectiva de Género

¿QUÉ ES LA PERSPECTIVA DE GÉNERO?


La perspectiva de género es una herramienta de análisis que estudia la forma en
que las características socioculturales asignadas a las personas, a partir del sexo,
convierten la diferencia sexual en desigualdad social. Con esa valoración se
pueden emprender acciones que incidan en la creación de condiciones para
avanzar en la construcción de la igualdad de género.
Perspectiva de género es sinónimo de enfoque de género, visión de género,
mirada de género y contiene también el análisis de género. En ciertos lenguajes
tecnocráticos se llega a hablar de la variante género (como si el género fuera una
variante y como si pudiera compatibilizarse dos perspectivas epistemológicas tan
diferentes: una positivista y la otra historicista). Se le llama también el componente
género y se le homologa al componente medio ambiente, al componente salud,
etcétera.
La perspectiva de género tiene sus orígenes en el feminismo y sus distintas
corrientes. La perspectiva de género no es lo mismo que feminismo, pero están
íntimamente ligados. Del feminismo surgen muchas de las bases de la perspectiva
de género; incluso hay autoras que señalan que, sin la mirada feminista, la
perspectiva de género se vaciaría de contenido político, y sin éste, las relaciones
de poder y subordinación pasarían inadvertidas.
Para poder utilizar la perspectiva de género es importante conocer diversos
conceptos; entre ellos, podemos mencionar:
 Sexo.
 Género.
 Patriarcado.
 Feminismo.
 Orientación sexual.

IDEOLOGÍA DE GÉNERO
La ideología de género es un término erróneo utilizado por algunos grupos de
personas, cuyo objetivo es desacreditar al feminismo y los estudios de género.
Se enfocan sobre todo a cuestionar la libertad y diversidad sexual; a descalificar
todo aquello que no esté en el marco de la heterosexualidad y de los roles y
estereotipos que la cultura patriarcal y machista ha determinado como aceptables
para las mujeres y los hombres.
Quienes desacreditan los estudios de género y los etiquetan como “ideología”,
suelen defender el modelo tradicional de familia como único posible; consideran
todo aquello vinculado a la sexualidad como algo que debe controlarse,
esconderse y castigarse, y se oponen a que las mujeres gocen de oportunidades y
libertades equiparables a las de los hombres.

GÉNERO NO ES SINÓNIMO DE MUJERES


La perspectiva de género no es el estudio de las mujeres, sino de las relaciones
entre mujeres y hombres, y cómo éstas han generado desigualdad, falta de
oportunidades y limitación de derechos, sobre todo, pero no de manera exclusiva
para ellas.
Esto tiene que ver con el hecho de que las mujeres son una población
históricamente discriminada, cuya importancia y aportes en todas las esferas de la
vida humana se han omitido, invisibilizado o infravalorado. Aunque para algunas
estudiosas la perspectiva de género se equipara a los estudios de la mujer, el
género es más amplio y tiene que ver con relaciones sociales, culturales y
políticas entre las mujeres y los hombres en las que hay subordinación o poder
diferenciado.
La perspectiva de género sirve para identificar, cuestionar y valorar la
discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende justificar
con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres. Contribuye al
análisis y compresión de las semejanzas y diferencias entre mujeres y hombres,
así como las características que les definen.
Cuando integramos en nuestro trabajo o nuestra vida la perspectiva de género,
tenemos una visión inclusiva que comprende las necesidades y derechos de
mujeres y hombres. Nos ayuda a planear las acciones que deben emprenderse y
actuar sobre aquellos factores de género que, por ser una construcción social,
histórica y cultural, pueden modificarse, para así crear las condiciones de cambio
que permitan avanzar en la construcción de la igualdad de género.

TRANSVERSALIZACIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO


La palabra transversalización viene de transversal, es decir, algo que atraviesa
otra cosa. Entonces, la transversalización de la perspectiva de género implica que
todo lo que hacemos, planeamos, decimos, sea atravesado por ese enfoque o
visión de género. Significa aplicar el principio de dar igual trato y oportunidades a
mujeres y hombres, y se debe traducir en políticas públicas que tomen en cuenta
las desigualdades que existen entre las personas para adoptar las medidas
necesarias y equilibrar la situación.
Es un principio según el cual la integración de la perspectiva de género debe
aplicarse a todos los niveles y ‘atravesar’ todas las políticas, programas y
proyectos programáticos de las instituciones. Se origina en el supuesto de que
para lograr la equidad entre hombres y mujeres es imprescindible modificar las
metodologías, los análisis y líneas de acción desde una perspectiva de género
[…]. Una política de transversalización implica tener en cuenta las cuestiones de
igualdad de oportunidades para mujeres y hombres de forma transversal en todas
las acciones, y no abordar este tema únicamente bajo un enfoque de acciones
directas y específicas a favor de la mujer.
En julio de 1997, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (Ecosoc)
definió el concepto de la transversalización de la perspectiva de género en los
siguientes términos:
Organización Internacional del Trabajo
“Transversalizar la perspectiva de género es el proceso de valorar las
implicaciones que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que
se planifique, ya se trate de legislación, políticas o programas, en todas las áreas y
en todos los niveles. Es una estrategia para conseguir que las preocupaciones y
las experiencias de las mujeres, al igual que las de los hombres, sean parte
integrante en la elaboración, puesta en marcha, control y evaluación de las
políticas y de los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales,
de manera que las mujeres y los hombres puedan beneficiarse de ellos igualmente
y no se perpetúe la desigualdad. El objetivo final de la integración es conseguir la
igualdad de los géneros”.
Naciones Unidas
Transversalizar la perspectiva de género requiere un análisis de género mediante
el cual se pregunta “quién hace qué, quién tiene acceso a y control sobre qué,
quién se beneficia de qué, en relación con las personas de ambos sexos y
distintas franjas etarias, clases, religiones, grupos étnicos, razas y castas. Análisis
de género significa también separar por sexo y analizar separadamente por sexo
la información acerca de todos los grupos poblacionales, socioeconómicos y
culturales relevantes […]. Debemos preguntar siempre cómo afectará una
actividad, una decisión o un plan en particular a los hombres de manera distinta
que a las mujeres y a algunas mujeres u hombres de manera distinta que a otras
mujeres y hombres […]”.
No existe una metodología única; dependerá del caso revisado, pero algunos
aspectos que pueden orientar ese análisis son los siguientes:
 Realizar un examen sistemático de las prácticas y los roles que
desempeñan las mujeres y los hombres en un determinado contexto
económico, político, social o cultural.
 El análisis de género debe incluir, además, variables como clase, etnia,
edad, procedencia rural, urbana, orientación sexual, por ejemplo, para
evitar hacer generalizaciones que obvien las especificidades del contexto
en que se producen las relaciones de género y para identificar otras
desigualdades que potencian las de género. Este conjunto de variables
conforma lo que se ha denominado “interseccionalidad de género”.
 Considera las desigualdades de género, las necesidades diferenciadas por
sexo en el diseño e implementación de planes y programas.
 Durante la evaluación, permite valorar los efectos diferenciados de las
políticas.
 Permite identificar las brechas de género, que son esas disparidades que
existen entre hombres y mujeres, en cuanto a sus posibilidades de
participar, de crecer, de acceder a recursos, de ejercer derechos y cumplir
obligaciones; asimismo, en cuanto a remuneraciones, espacios de decisión
y poder, entre otros.
Para aplicar en nuestro trabajo la transversalización del enfoque de género, se
sugiere tomar en cuenta lo siguiente:
 Recursos, empleo y distribución de los beneficios
Analizar el acceso a los recursos, empleo y distribución de los beneficios y
productos de mujeres y hombres. Los datos desagregados por sexo y la
documentación del trabajo no remunerado y remunerado de las mujeres
son muy importantes.
 Relaciones de género
Incidir sobre las relaciones de género y no sólo sobre la situación de las
mujeres. El análisis de género examina las relaciones, diferencias,
desigualdades, desequilibrios de poder, acceso diferenciado a los recursos,
etcétera, entre las mujeres y los hombres, y la forma en que son
negociados. La posición de la mujer debe ubicarse en el contexto de las
relaciones más amplias entre las mujeres y los hombres.
 Influencia del factor género
El género es un factor que influye en la forma en que las personas
responden, tanto a nivel individual como colectivo; por lo tanto, es preciso
entender esto para tomar las acciones necesarias ante situaciones en las
que hombres y mujeres enfrentan obstáculos distintos y cuentan con
recursos diferentes para participar y tomar decisiones en cualquier esfera
de la vida.
 Dimensiones de género
Entender las dimensiones de género de las instituciones a todos los niveles
de la sociedad (en el hogar, la comunidad, las asociaciones religiosas,
juntas escolares, los gobiernos locales, etcétera). Esas instituciones
cumplen un papel clave en la gestión de los recursos de todo tipo y poseen
dimensiones de género: ¿Quién toma qué decisiones? ¿La estructura
facilita o inhibe la participación de la mujer? ¿Existe capacidad para reducir
las desigualdades entre mujeres y hombres en las instituciones? ¿Cómo se
negocian las necesidades y perspectivas diferentes al interior de las
instituciones? ¿Las políticas institucionales se elaboran de una manera
inclusiva y con sensibilidad de género?
 Especificidad de cada situación
Es necesario estudiar las especificidades de cada situación. Las relaciones
de poder, los arreglos familiares, laborales y la disponibilidad de recursos
(naturales, económicos, culturales y políticos) pueden variar a través del
tiempo.
Ejemplos De Transversalización De La Perspectiva De Género: Acciones
Realizadas Por La Comisión Nacional De Los Derechos Humanos
Con el objetivo de fortalecer una cultura de igualdad entre mujeres y hombres
mediante la transversalización de la perspectiva de género y no discriminación, la
inclusión y prevención de la violencia de género, fue creada en 2015 la Unidad de
Igualdad de Género (UIG), adscrita a la Oficialía Mayor.
Entre las acciones que se han realizado para transversalizar la perspectiva de
género en la CNDH podemos mencionar:
 Política de Igualdad Laboral, No Discriminación e Inclusión de la
CNDH
Establece las directrices para la igualdad de oportunidades, para las
trabajadoras y trabajadores, para el acceso al empleo, remuneración,
capacitación, desarrollo y reconocimiento; la prohibición de cualquier tipo de
discriminación y la inclusión de las personas de grupos históricamente
discriminados, como personas con discapacidad, personas mayores o
aquéllas pertenecientes a pueblos indígenas.
 Política de Igualdad de Género 2017-2019 de la CNDH
La Política de Igualdad de Género 2017-2019 de la CNDH, de la que se
desprenden acciones de sensibilización y capacitación en igualdad de
género, incorporación progresiva del lenguaje incluyente y no sexista en las
comunicaciones institucionales, la prevención y atención a la violencia
contra las mujeres, y la incorporación de la perspectiva de género en la
planeación institucional.
Hay acciones concretas que posiblemente han pasado desapercibidas si no
se han utilizado las “gafas violetas”. Por ejemplo, se considera a la
perspectiva de género un eje transversal en el Plan Estratégico Institucional
de la Comisión Nacional 2015-2019; se han incorporado más mujeres a
puestos de mando superior; no se exigen pruebas de embarazo o de VIH a
las personas que solicitan un puesto; el programa de capacitación
institucional tiene perspectiva de género; se usa cada vez más el lenguaje
incluyente y no sexista en las comunicaciones institucionales; existe una
sala de lactancia para las trabajadoras y se realizan acciones constantes
para prevenir la violencia de género, el acoso y hostigamiento sexual.
 Lenguaje incluyente
Promover el uso del lenguaje incluyente y no sexista. Si bien existen
resistencias culturales para incorporar el lenguaje incluyente y no sexista
(LINS), desde la perspectiva de género es necesario hacer visibles a las
mujeres y parte de la transversalización empieza por nombrarlas, porque “si
no se nombra, no existe”. En la Comisión Nacional se han modificado
manuales y directorios para visibilizar a las mujeres, publicado guías para el
uso de este lenguaje y se realizan acciones de difusión y capacitación para
su incorporación de manera permanente.
 Comunicación visual
La comunicación visual (infografías, imágenes de campañas, ilustraciones
de publicaciones) tiene una perspectiva incluyente y evita sexismos.
 Recomendaciones
Otro ejemplo de la transversalización de la perspectiva de género lo encontramos
en recomendaciones realizadas por la CNDH, como la Recomendación General
Núm. 31/2017 sobre la violencia obstétrica en el Sistema Nacional de Salud, 2017
(Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 2017). La recomendación en sí
misma ya incorpora la perspectiva de género, al tomar en cuenta aspectos como
la cultura patriarcal que se vive en los ambientes médicos y de atención a la salud
y que inciden en la calidad de la atención y trato que se da a las usuarias, los
estereotipos de género que atentan contra la dignidad de las mujeres y la
discriminación que muchas de ellas viven, al recibir atención durante las distintas
etapas de su embarazo.

ANÁLISIS DE GÉNERO
Realizar análisis de género es fundamental para poder incidir en la igualdad de
oportunidades y disfrute de igualdad real de mujeres y hombres, “porque cuando
se ignora el análisis de género, implícitamente se está tomando al varón como
modelo del humano y se invisibiliza a las mujeres y las niñas”.
El análisis de género implica separar por sexo y analizar por partes la información
acerca de todos los grupos poblacionales, socioeconómicos y culturales
relevantes.
Módulo 3. Uso de un Lenguaje Incluyente y No Sexista
PARA COMENZAR…
El patriarcado es un sistema de organización social en el que los puestos claves
de poder están en manos de los varones, y las mujeres tienen un papel
secundario y subordinado.
En la mayor parte de las culturas del mundo, la visión patriarcal coloca a los
hombres como origen y protagonistas de todo el quehacer humano. En la cultura
patriarcal, las relaciones de poder inclinan la balanza a favor de los varones. La
historia, la política, la economía y la ciencia, por ejemplo, están construidas desde
el privilegio de haber nacido hombre. Esto tiene su repercusión en el uso del
lenguaje.
En los estudios de género y en la literatura que analiza las formas en que se ha
discriminado a las mujeres, aparece como un primer paso, simbólico, tal vez, pero
de gran relevancia para la lucha por los derechos de las mujeres, el derecho a ser
nombradas. Nombrar a las mujeres no es un acto ocioso ni una cuestión de
corrección política, porque la corrección política se queda en la forma y la
perspectiva de género quiere ir a lo sustantivo, que es reconocer la dignidad e
igualdad de las mujeres.
Cuando hablamos de la invisibilización de las mujeres, nos referimos a un
concepto utilizado en las ciencias sociales para designar un conjunto de
mecanismos culturales, que llevan a omitir la presencia de grupos de población
sometidos a relaciones de dominación, y el caso más evidente es el de las
mujeres. La percepción androcéntrica (el androcentrismo coloca al hombre como
centro y punto de referencia de todo) del mundo, ha llevado a la ocultación de las
mujeres en todos los aspectos de la historia humana.
Es muy común que en el lenguaje escrito y verbal se utilice el género masculino
como representante de los dos sexos (masculino genérico). Utilizar masculino
genérico va en contra de los esfuerzos para impulsar la igualdad entre mujeres y
hombres. Cuando se hace referencia a la “historia del hombre” o “derechos del
hombre”, se omite al cincuenta por ciento de la población, que son las mujeres.
CONCEPTOS BÁSICOS
 Lenguaje: Sistema de comunicación con dos posibles funciones: reproducir
o transformar la realidad; esto es, por medio del lenguaje se puede
contribuir a un cambio cultural en favor de la igualdad.
 Sexismo: Forma de discriminación de un sexo por considerarlo inferior al
otro. Tanto los hombres como las mujeres pueden hacer uso de
comportamientos sexistas; sin embargo, el sexo tradicionalmente
discriminado es el femenino.
 Sexismo en el lenguaje: Forma de discriminación indirecta de impacto
intangible que daña la dignidad de las personas. Es importante recordar
que el lenguaje no es en sí mismo sexista o excluyente, sino el uso que se
le da.
 Lenguaje incluyente: Hace referencia a toda expresión verbal o escrita
que utiliza vocabulario neutro, o bien, hace evidente lo femenino y
masculino. Visibiliza a grupos de población poco reconocidos,
discriminados o excluidos. También evita generalizaciones del masculino
para situaciones y actividades en donde aparecen mujeres y hombres.
 Lenguaje no sexista: Evita frases, mensajes o expresiones que
invisibilizan, humillan, ofenden, subordinan, discriminan o violentan a las
personas, en particular a las mujeres, quienes han sido tradicionalmente
objeto del sexismo.
 Invisibilización: Concepto utilizado en las ciencias sociales para designar
a los mecanismos culturales que llevan a omitir la presencia de ciertos
grupos de población; el caso más evidente es el de las mujeres.
 Androcentrismo: Es un concepto y construcción cultural en la cual se
ubica al hombre como el centro y punto de referencia de todo y que ha
provocado la ocultación de las mujeres en diversos momentos y ámbitos de
la historia humana.
 Patriarcado: Sistema de organización social en el que los puestos clave de
poder son ejercidos por hombres, y las mujeres tienen un papel secundario
y subordinado. En la mayor parte de las culturas del mundo, la visión
patriarcal coloca a los hombres como origen y protagonistas de todo el
quehacer humano, invisibilizando y discriminando a las mujeres y a otros
grupos de población en situación de vulnerabilidad.
 Perspectiva de género: Metodología para analizar las desigualdades
existentes entre mujeres y hombres, basadas en la diferencia sexual y que
generan relaciones de poder diferenciado, en las que generalmente las
mujeres son discriminadas.

ALTERNATIVAS PARA INCORPORAR EL LENGUAJE


INCLUYENTE Y NO SEXISTA
La Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres señala, como obligación
para todo el sector público, el uso de lenguaje no sexista, incluyente y libre de
estereotipos de género. Frases como “Los hombres que han construido este país”,
“El Día del Niño”, “Todos los presentes”, “Los servidores públicos”, “Los
pobladores”, son formas de masculino genérico, en donde nos debemos preguntar
¿y ellas? ¿No son ellas parte de esos grupos de personas?
El lenguaje incluyente y no sexista no se limita a “las y los”, “compañeras y
compañeros”, a “señoras y señores”, por citar ejemplos. Significa esforzarse en
pensar la forma adecuada e incluyente en que construimos los mensajes escritos
u orales.
Existen fórmulas o claves para usar lenguaje incluyente y no sexista, sin ser
monótonas/os o caer en absurdos; por ejemplo, no significa cambiar todas las
palabras a femenino, ya que son sólo los sustantivos los que deben adecuarse en
algunos casos y en otros existen alternativas incluyentes y no sexistas.
Otra consideración que tomar en cuenta es que en la lengua española todos los
sustantivos tienen género gramatical (femenino o masculino). Esto es distinto a
hablar de “género” como una herramienta metodológica para el análisis de la
diferente realidad que se vive por ser mujer o ser hombre.
Evita el uso del masculino genérico
Es muy común que en el lenguaje escrito y verbal se utilice el género masculino
como representante de los dos sexos (masculino genérico). Utilizar masculino
genérico contribuye a la invisibilización de las mujeres como grupo.
Por ejemplo, cuando se hace referencia a la “historia del hombre” o “derechos del
hombre”, se omite al 50 por ciento de la población, que son las mujeres.
El español es una lengua rica y diversa, pero construida a partir de una cultura
patriarcal y androcéntrica, por lo que el uso del masculino genérico es muy común.
Esto puede cambiar, pues el lenguaje forma parte de la cultura, y ésta se
transforma, así que es posible y deseable utilizar un lenguaje libre de
discriminación, sexismos y que sea incluyente.
El masculino genérico oculta la presencia de las mujeres y hace parecer que sólo
los hombres cuentan o existen. Reconocer que usamos el masculino genérico es
el primer paso para obligarnos a utilizar las alternativas que tiene el español y
expresarnos de forma incluyente y no sexista.
Hacer visibles a las mujeres: El derecho a ser nombradas
En los estudios de género y en la literatura que analiza las formas en que se ha
discriminado a las mujeres, aparece como un primer paso, simbólico y de gran
relevancia, el derecho a ser nombradas. Nombrar a las mujeres no es un acto
ocioso ni una cuestión de corrección política, porque la corrección política se
queda en la forma, y la perspectiva de género quiere ir a lo sustantivo, que es
reconocer la dignidad e igualdad de las mujeres.
La incorporación de las mujeres al mundo laboral remunerado, en actividades,
profesiones y oficios de los que tradicionalmente habían estado excluidas, exige
una adecuación en el uso del lenguaje para estar acorde con esta realidad.
Asimismo, los cargos públicos y puestos directivos relevantes en el sector privado
han sido ocupados de manera tradicional por hombres; por ello, enfatizar cuando
es una mujer de quien escribimos o hablamos nos ayuda a eliminar estereotipos y
evitar la discriminación.
Comúnmente se cree que la terminación “o” se aplica para el género gramatical
masculino y la terminación “a” para el femenino. No es tan simple. Existen casos
como “actor y actriz” que ejemplifican que no basta sólo con cambiar una vocal.
Algunos casos nos parecerán fonéticamente extraños y habrá que acostumbrar al
oído, o atender a algunas excepciones y contextos en los que no sea posible
aplicar esta herramienta.
Si eres mujer, nómbrate. Evita el salto semántico.
Mujeres y hombres reproducimos el lenguaje excluyente y sexista, pues se nos ha
educado en un contexto cultural machista y centrado en lo masculino. Por lo tanto,
es importante que si una mujer es quien habla de sí misma, se nombre; asimismo,
si se trata de un grupo en donde solamente hay presencia de mujeres, se haga
visible esta situación.
Desdoblamiento y uso alternado de los sustantivos para un orden de
presentación incluyente
Es recomendable nombrar a ambos sexos para hacerlos visibles. Esta fórmula se
conoce también como desdoblamiento y es sencilla de usar.
Es aconsejable que en el mensaje escrito o verbal se alterne el femenino y el
masculino, iniciando preferentemente con el femenino (LAS MUJERES/LOS
HOMBRES). Este orden de presentación no responde a una cuestión de cortesía
social, sino a la importancia de visibilizar a las mujeres.
Es necesario cuidar del tipo de texto o discurso para el uso de esta herramienta y
no abusar de ella.
Determinantes gramaticales femeninos y masculinos
Los determinantes gramaticales femenino y masculino plural, “las y los”, se utilizan
en concordancia con el sustantivo, como una forma de visibilizar a ambos sexos.
Sustantivos neutros y artículos determinantes
Los sustantivos neutros son aquellos que tienen una única forma y nos permiten
ser incluyentes con ambos sexos.
Por ser neutrales, el uso del artículo es el que determina el género gramatical,
cuando deseamos hacer visible a las mujeres o a los hombres. Aplica para
expresiones en singular y plural.
Ejemplo: Ciclista, docente, artista, joven, adolescentes, profesional, dentista,
solicitante, denunciante, contribuyente, pianista, espía, atleta, representante,
titular, etc.
Sustantivos colectivos
Estos sustantivos, que se caracterizan por incluir a un grupo de personas, son
generalmente neutros e incluyen a mujeres y hombres.
Ejemplo:
No incluyente Incluyente
Los profesores aplicaron los exámenes El profesorado aplicó los exámenes
ayer. ayer.

Sustantivos neutros
No inclusivo Inclusivo
El hombre / Los hombres La humanidad o las personas
Los trabajadores El personal
Los profesores El profesorado
Los alumnos El alumnado
Los pobladores La población
Los habitantes La comunidad

Los nombres abstractos


Se menciona el cargo, profesión o título, y no a la persona que en el momento
concreto lo ocupa.
No incluyente Incluyente
El gerente La gerencia
Los jefes Las jefaturas
Los políticos La clase política
Los coordinadores La coordinación
Los abogados La abogacía
El director general La Dirección General

Omitir el sujeto
Hay ocasiones en que se puede omitir al sujeto y de esa forma evitamos utilizar
masculino genérico. También es posible usar la forma impersonal “se” para
sustituirlo. Esta herramienta puede utilizarse cuando el sujeto de la oración es
fácilmente reconocible y no genera ambigüedad omitirlo.
No incluyente Incluyente
Si el usuario solicita la información. Si se solicita información.
Cuando el trabajador presente una Cuando se presente una propuesta.
propuesta.

Usar infinitivo y gerundio


Al utilizar los verbos en infinitivo (“ar”, “er”, “ir”) o gerundio (“ando” y “iendo”),
evitamos el uso del masculino genérico. El sujeto se omite y la redacción debe
modificarse para que sea congruente.
No incluyente Incluyente
Los servidores públicos practican el Infinitivo. Practicar el uso del lenguaje
uso del lenguaje incluyente para incluyente mejora la calidad de los
mejorar la calidad de los servicios que servicios que se brindan a la
brindan a la población. población.
Gerundio. Practicando el uso del
lenguaje incluyente se mejora la
calidad de los servicios que se brindan
a la población.
Los ciudadanos que votan contribuyen Infinitivo. Votar contribuye a la
a la democracia. democracia.
Gerundio. Votando, contribuimos a la
democracia.

Persona/personas
En muchos casos, anteponer la palabra persona/s nos puede facilitar el uso del
lenguaje incluyente y no sexista.
No incluyente Incluyente:
La directora recibió a los agraviados. La directora recibió a las personas
agraviadas.
El trabajador que requiera renovar su La persona que requiera renovar su
credencial deberá traer una foto credencial deberá traer una foto
reciente. reciente.
Los hombres han construido esta Las personas han construido esta
nación con su amor, esfuerzo y talento. nación con su amor, esfuerzo y talento.
Usar quien, quienes y cualquiera
Usar pronombres como quien, quienes y cualquiera nos permite cambiar el
masculino genérico a una forma neutral. Sustituyen al sujeto, por lo que éste debe
ser omitido.
No incluyente Incluyente
El asesor que cumpla con la entrega de sus Quien cumpla con la entrega de sus proyectos
proyectos asegurará su pago. asegurará su pago.
Cualquiera que cumpla con la entrega de sus
proyectos asegurará su pago.
Los alumnos que participan en el taller Quienes participan en el taller realizarán una
realizarán una exposición. exposición.
La “@” y la “X”
La @ no es un signo lingüístico; no puede pronunciarse y su uso debe restringirse
a comunicaciones informales o de manera excepcional para publicidad visual.
En el caso de la “x” sí es un signo lingüístico y tiene sonido. En años recientes se
le ha utilizado para incluir a todos los géneros, por ejemplo “amigxs”. La utilizan
con frecuencia personas dedicadas a la comunicación. Como la @, la “x” no debe
utilizarse en textos formales o de la administración pública; además, en ambos
casos su uso no implica o debe equipararse con el lenguaje incluyente y no
sexista.
Usar barras y paréntesis
Las barras inclinadas y paréntesis “/” y “()” se deben usar sólo en formularios,
solicitudes o documentos con espacio muy restringido.
Las barras y paréntesis fueron las primeras formas en que se intentó usar el
lenguaje incluyente y no sexista. Su uso, fuera de los contextos referidos, puede
hacer la lectura cansada y no se recomienda para textos cuya naturaleza sea
formal.
No incluyente Incluyente
Los trabajadores deberán firmar aquí. Las/los trabajadoras/es deberán firmar
aquí.
Registrar el número de hijos. Registrar el número de hijas(os).

Evitar el uso de los duales aparentes


Según el sexo al que se refieran ciertos términos o palabras, adquieren
significados diferentes; hay una dualidad o posible doble significado. Muy
comúnmente resultan peyorativos para la mujer, por la construcción cultural
androcentrista y su uso, y, por lo tanto, en la medida de lo posible, deben evitarse.
Ejemplos de duales aparentes
Hombre público Mujer pública
Señorito Señorita
Zorro Zorra
Verdulero Verdulera

En el lenguaje utilizado en el sector público y en organismos como la CNDH, no


abundan los duales aparentes. En todo caso, es más frecuente que algunos
cargos o puestos refieran a un nivel inferior si se trata del femenino que cuando se
trata del masculino. Por ejemplo, señor/señora, señorito/señorita y
secretario/secretaria. Será necesario poner atención y evitar su uso de manera
discriminatoria.
No utilizar a las mujeres como pertenencia del hombre
Las mujeres no son objetos ni pertenencia de nadie. No debe usarse mujer como
sinónimo de esposa, pues hombre no lo es de esposo. Decir o escribir “Allí viene
el licenciado Carlos Pérez y su mujer” es sexista, ya que no decimos “Allí viene la
licenciada María García y su hombre”.
Debemos procurar hacer a las mujeres visibles por ellas mismas y después por su
relación o parentesco con otras personas.
No incluyente Incluyente
La mujer de Juan. Rocío López,
cónyuge/pareja/compañera de Juan.
La señora de López. Sra. Luisa García Pérez, esposa del
Sr. López.
Te presento a la hija del Sr. Juan Te presento a Guadalupe Gómez, hija
Gómez. del Sr. Juan Gómez.
Los directores generales asistirán con Los directores generales asistirán con
sus mujeres a la cena. sus cónyuges/parejas/compañeras a la
cena.
Las personas de nivel directivo
asistirán acompañadas a la cena.
Mi mujer me acompañará a la fiesta. Mónica Rangel, mi
esposa/cónyuge/novia/pareja me
acompañará a la fiesta.

NOMBRAR CORRECTAMENTE A LOS GRUPOS DE POBLACIÓN


El lenguaje incluyente contribuye a hacer visibles a personas y grupos de
población históricamente discriminados. Los criterios para denominarlos son los
siguientes:
 Nombrarles conforme a los instrumentos internacionales de derechos
humanos.
 Atender a los consensos generados entre las personas de cada grupo, ya
que “la elección de un término por parte de un grupo para representarse a
sí mismo tiene un poder político para reivindicar la presencia y el valor de
ese grupo” (Islas, 2005).
 La forma en que las personas desean, solicitan o prefieren ser nombradas.
INCORRECTO CORRECTO
Personas con capacidades diferentes
o especiales, discapacitados/as,
Personas con discapacidad.
inválidas/os, disminuidos/as o
minusválidas/os.
Personas adultas mayores.
Viejito/as, adultos en plenitud.
Personas mayores.
Personas indígenas.
Indios/as. Pueblos y/o comunidades indígenas.
Inditas/os. Personas de pueblos o comunidades
originarias.
Raros. Personas/población LGBTTTIQ+
Maricones. (lesbianas, gays, bisexuales, travestis,
Marimachas. transexuales, transgénero,
Tortilleras. intersexuales, queer).
Sidosos/as. Personas que viven con VIH.
Niños de la calle. Niñas y niños en situación de calle.
Indigentes. Personas en situación de calle.
Afromexicanas/os o
Negritas/os, personas de color.
afrodescendientes.
Sirvientas/es, muchachas, chachas
Trabajadoras/es del hogar.
(“mi” muchacha).
Víctimas de trata.
Trata de blancas.
Trata de personas.
Enanos/as. Personas de talla baja.
Prostituta/o Trabajadora/trabajador sexual.

Niñez y adolescencia
EVITAR MEJOR USAR
Menores, pequeños o pequeñas. Niñas, niños y adolescentes o niñez y
adolescencia.
Menores de edad. Personas menores de edad.
Menores infractores. Personas adolescentes en conflicto
con la Ley.
Menores vulnerables. Niñas, niños y adolescentes en
condiciones de vulnerabilidad.
Incapaces. Niñas, niños y adolescentes con
discapacidad.
Nota: Menor(es) de edad se utiliza cuando lo que calificamos es la edad de la
persona y no a la persona misma.

Personas LGBTTTIQ+
La sigla LGBTTTIQ+ se refiere a (L) lesbianas, (G) gays, (B) bisexuales, (T)
travestis, (T) transexuales, (T) transgénero, (I) intersexuales, (Q) queer, y se usa
para visibilizar a este grupo de la población históricamente discriminado.
No se les nombra como personas de la diversidad sexual, ya que todo ser humano
tiene distintas formas de asumir, expresar y vivir su sexualidad, lo que incluye a la
heterosexualidad.
Es deber de todas las personas, en especial de las servidoras públicas, tratarlas
con respeto y evitar utilizar expresiones que las insulten, ridiculicen o violenten.
Palabras como “puñal” o “maricón”, resultan ofensivas y discriminatorias conforme
a un discurso homofóbico y de odio, tal y como lo estableció la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN, 2012).
Recuerda: Lo mejor es dirigirse a las personas como ellas expresen su género y
como a ellas les gusta ser nombradas.
CORRECTO
Personas lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero,
intersexuales, queer.
Personas LGBTTTIQ+.
Persona homosexual.
Persona gay.
Hombre homosexual.
Hombre gay.
Persona lesbiana.
Mujer lesbiana.
Mujer homosexual.
Persona bisexual.
Mujer bisexual.
Hombre bisexual.
Persona trans.
Mujer transexual/travesti/transgénero.
Hombre transexual/travesti/transgénero.
Persona intersexual.

¿Cómo nombrar a una persona con discapacidad?


INCORRECTO CORRECTO
Personas con capacidades diferentes Persona con discapacidad.
o especiales, “discapacitados/as”,
“inválidas/os”, “disminuidos/as”.
Minusválido/a, incapaz, impedida/o. Persona con discapacidad motriz.
Sordomudo/a, sordita/o (y todos los
Persona con discapacidad auditiva
diminutivos).
Invidente, cieguita/o (y todos los
Persona con discapacidad visual.
diminutivos).
Retrasada/o mental, mongol/a,
Persona con discapacidad intelectual.
tonto/a, tarada/o, deficiente.
Loco/a, loquita/o, demente. Persona con discapacidad psicosocial.
Eliminar expresiones discriminatorias o que ofenden a las personas
El sexismo en el lenguaje ha hecho de la mujer su principal blanco de burla y
ataque, generando estigmas y reforzando en muchas ocasiones la violencia hacia
las mujeres y niñas.
Algunos refranes, dichos populares, bromas y chistes, así como letras de
canciones y expresiones cotidianas que parecieran inocentes, dan al lenguaje un
uso discriminatorio, ya que colocan a las mujeres en situación de subordinación,
sujeción o cosificación, y a lo femenino como un hecho o condición inferior, en
relación con lo masculino.
Los refranes o proverbios son frases que suponen una enseñanza derivada de las
experiencias de los pueblos, acumuladas a través del tiempo y que se construyen
en los contextos de cada cultura. El efecto que el mensaje de los proverbios
provoca en los/as escuchas, es el de inmediata aceptación de una evidencia,
misma que sólo existe para un grupo determinado, para una sociedad que
comparte códigos culturales similares. En México, recurrimos frecuentemente a
proverbios y refranes, con el fin de ejemplificar lo que decimos, para darle
fundamento y consistencia; para hacerlo creíble. Refranes y proverbios forman
parte de nuestra cultura y ocupan un lugar importante en el discurso oral.
Sin embargo, hay una gran cantidad de refranes que no son inocentes y no
aportan costumbres o tradiciones positivas; por el contrario, llevan un mensaje que
justifica la violencia en contra de las mujeres o las presentan como tontas e
ignorantes, y en ocasiones como objetos.
Es una realidad que en nuestra cultura existen proverbios en que se muestran
juegos de connotación, como “Caballo, mujer y escopeta a nadie se presta”, en
donde se justifica la mentalidad machista, o los casos de apropiación simbólica,
como “Apenas les dicen mi alma y ya quieren su casa aparte”. También los hay de
connotación sexista: “Gallo, caballo y mujer, por la raza has de escoger”; “Déjalas
que cacareen, ya vendrán por su maíz”; “No le hace que duerman alto, echándoles
maíz se apean”.
Cabe destacar que la ideología, que prevaleció en un momento determinado y
originó ciertos proverbios, no necesariamente es la que sigue vigente; por lo tanto,
podemos cambiar la cultura y evitar el uso de refranes o proverbios sexistas o
discriminatorios.
Refranes o dichos sexistas
“La mujer, como la escopeta, cargada y en un rincón”
“Guárdeme Dios de las malas mujeres, que de las buenas ya me guardaré yo”
“La mujer es un animal de pelo largo y pensamiento corto”
“El hombre propone, Dios dispone y la mujer todo lo descompone”

Los chistes son dichos, ocurrencias o historias breves que tienen la finalidad de
hacer reír y de ser graciosos. En ocasiones encierran un doble sentido, una burla
o una idea disparatada.
Existen chistes sexistas que ofenden o discriminan a mujeres y a hombres; sin
embargo, son mucho más comunes los chistes que hacen burla o mofa de las
mujeres. Generalmente hacen referencia a su supuesta y falaz falta de
inteligencia, o bien, enfatizan aspectos que tienen que ver con el cuerpo femenino,
o con referencias al mismo, como si fuera un objeto para utilizar. Refuerzan
estereotipos sobre las tareas que las mujeres “deben” o pueden realizar, como
asociadas necesariamente o “naturalmente” a su género, como las labores del
hogar o tareas reproductivas. También reproducen estereotipos que presentan a
las mujeres como derrochadoras, chismosas, celosas o descuidadas de su
persona.
Chistes sexistas
¿Qué tienen en común las rubias y las botellas de cerveza? Que están vacías
del cuello para arriba.
¿En qué se parecen los dinosaurios a los hombres inteligentes? En que los dos
se extinguieron hace mucho.

Los chistes y las expresiones sexistas y misóginas alimentan un clima en el que


diversas formas de violencia física y verbal son toleradas o aceptadas por algunas
personas. No debemos ampararnos en el humor o el derecho a la libertad de
expresión para ofender o discriminar a ninguna persona.
Evitar reproducir estos chistes y cuando sean expresados, no unirnos a la burla,
es parte de lo que podemos hacer para promover relaciones de respeto entre
mujeres y hombres.
La violencia, la discriminación y el sexismo en el lenguaje no son normales y no
deben pasarnos inadvertidos.

COMUNICACIÓN VISUAL INCLUYENTE Y SIN SEXISMOS


Entre las formas más comunes de comunicación está la visual. Utilizamos
imágenes para transmitir ideas, valores y modelos de comportamiento. De manera
cotidiana y en todas las etapas de nuestra vida, las personas estamos expuestas a
imágenes: en el cine, la pintura, la fotografía, la publicidad, en las redes sociales,
en Internet y en las ilustraciones de libros y revistas, por citar algunos ejemplos.
En los espacios escolares y laborales utilizamos con frecuencia imágenes como
medio para transmitir un mensaje. Las imágenes pueden tener contenidos sexistas
y discriminatorios. Por ello, resulta de gran relevancia contar con elementos que
nos permitan identificarlas y evitar su uso en los materiales visuales que utilicemos
o elaboremos.
¿Cómo reconocer imágenes con contenidos sexistas y discriminatorios?
EN IMÁGENES
Las mujeres están ausentes o excluidas. Son invisibilizadas.
Fomenta un modelo de belleza de las mujeres enfocado en la juventud y en
ciertas características físicas, como la delgadez y/o se utiliza como medio para
promover comportamientos nocivos para su salud.
Las mujeres son colocadas en posiciones de subordinación o inferioridad, con
menores capacidades y como si ellas no fueran aptas para asumir determinadas
actividades o responsabilidades.
Exhibe imágenes del cuerpo de las mujeres o partes de este, como recurso para
captar la atención o como adorno.
Utiliza a las mujeres y su cuerpo y las reduce a un mero objeto sexual, pasivo y
al servicio de la sexualidad y los deseos del hombre.
Atribuye capacidades según el sexo para el ejercicio de profesiones o
actividades. Las mujeres son presentadas en actividades relacionadas con roles
tradicionales de género, como madres, cuidadoras, enfermeras y maestras,
mientras los hombres en actividades de poder, liderazgo o que requieren del uso
de la fuerza física.
Frivoliza o justifica comportamientos o actitudes que impliquen violencia hacia
las mujeres.
Ridiculiza, subvalora o presenta de forma vejatoria a las mujeres en cualquier
actividad.
Asigna a las mujeres la responsabilidad exclusiva o principal de cuidados de
hijas, hijos, personas enfermas, adultas mayores o con discapacidad, así como
de la realización de las tareas de limpieza y cuidado del hogar, situando en un
rol secundario a los hombres en dicha responsabilidad.
Las mujeres son asignadas a opciones de vida o actividades sociales desde la
infancia, basadas en estereotipos: las mujeres son amas de casa y los hombres
los proveedores.
Se representa a los hombres como personas seguras de sí mismas,
desempeñándose en la esfera pública, ajenos a emociones o como incapaces
de realizar alguna actividad doméstica.
Se vende la idea de la supermujer que puede lidiar con las cargas de la vida
familiar y laboral, sin cuestionar las implicaciones que esto puede tener en
términos de igualdad, equidad de género y corresponsabilidad.
Algunas sugerencias para evitar el sexismo en las imágenes:
 Incluir en la imagen la mayor diversidad de personas posible.
 Presentar personas con distintas características físicas, de edad, étnicas,
culturales y socioeconómicas.
 Hacer visibles a los grupos de población históricamente discriminados y
socialmente excluidos.
 Procurar un equilibrio numérico en el uso de imágenes de mujeres y
hombres, cuidando el tamaño de las imágenes para que sean iguales o
tendiendo al equilibrio.
 Colocar a mujeres y hombres en planos similares para reforzar la idea de
igualdad.
 Presentar a las mujeres en actividades, profesiones y oficios no
tradicionales, en el ámbito público y con posiciones de responsabilidad.
 Será mucho mejor que en la imagen se muestre a mujeres y hombres
compartiendo responsabilidades y trabajando en equipo.
 Evitar utilizar imágenes que hagan referencia a la violencia o maltrato. Se
debe cuidar la dignidad de las personas en la forma en que se les
representa.
 Incluir en las imágenes a hombres que realizan actividades de cuidado de
niñas, niños, personas adultas mayores, personas con discapacidad y
tareas del hogar, así como en actividades que se consideran
tradicionalmente femeninas.
 Utilizar imágenes que reflejen que mujeres y hombres son corresponsables
de las tareas del hogar, y en su caso, del cuidado y crianza de las hijas e
hijos.
Evitar presentar el estereotipo de la mujer asociada a la maternidad, o la
abnegación de ser madre en la crianza de las hijas e hijos, como símbolo de su
existencia plena como persona.
Módulo 4. Masculinidades y género

¿ME AFECTA EL GÉNERO SI SOY HOMBRE?


Recordemos que sexo y género no son lo mismo. El sistema sexo-género
(categoría de análisis fundamental de la perspectiva de género), ha hecho visible
la manera en que el sexo de una persona se utiliza como pretexto para determinar
las oportunidades y derechos a los que tendrá acceso. Así, en el marco del
sistema sexo-género, “se establecen estereotipos (etiquetas) que dictan las
características para cada sexo y además se asignan roles, es decir, normas de
comportamiento, actividades o tareas permitidas para hombres y mujeres”.
En el caso de los hombres, un rol tradicional es el de proveedor del hogar o
principal sostén económico de la familia. A ese papel asignado por la sociedad le
sumamos las etiquetas (estereotipo) de “fuerte, valiente, líder, exigente, ocupado y
poco dado a mostrar emociones y sentimientos”.
Una mujer, puesto que nace con sexo femenino, de acuerdo a los roles
tradicionales de género, está destinada a ser madre. Se suma, a su rol de madre,
el estereotipo (etiqueta) de “abnegada, sacrificada, dedicada a la crianza de hijas
e hijos”.
Roles y estereotipos se suman y juntos construyen lo que se conoce como
mandatos de género; es decir, aquello que la sociedad y la cultura nos ordenan,
mandatan o dictan cumplir. Tales mandatos no se dan de forma natural, sino en un
contexto mucho más amplio, en el marco de lo que se denomina patriarcado o
sistema patriarcal.
Ejemplos:
Cuando alguien se Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma Activa Inquieto Nerviosa
Cuando alguien se
Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma
Tenaz Terca
Insistente
Cuando alguien se Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma Sensible Afeminado Delicada
Cuando alguien se
Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma
Seguro de sí mismo Grosera
Desenvuelta
Cuando alguien se
Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma
Simpático Pícara
Desinhibida
Cuando alguien se
Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma
Débil Dócil
Obediente
Cuando alguien se
Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma
Apasionado Histérica
Temperamental
Cuando alguien se Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma Audaz Valiente Impulsiva, actúa sin pensar
Cuando alguien se
Si es niño se dice que Piensa Si es niña se dice que es
comporta de forma
bien las cosas Tímida
Introvertida
Cuando alguien se Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma Curiosa Inteligente Preguntona, cotilla
Cuando alguien se
Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma
Cobarde Juiciosa
Prudente
Cuando alguien se
Si es niño se dice que Si es niña se dice que es
comporta de forma Que no
Defiende lo suyo Egoísta
comparte
Cuando alguien se
Si es niño se dice que es Si es niña se dice que es
comporta de forma Que no
Fuerte Agresiva
se somete
Cuando alguien se Si es niño se dice que es
Si es niña se dice que es
comporta de forma Que Capaz de reconocer sus
Caprichosa, voluble
cambia de opinión errores

SISTEMA PATRIARCAL
Es una forma de organización social basada en la dominación de los hombres
sobre las mujeres, a quienes se ve como seres inferiores y por lo tanto
subordinados. La inferioridad de las mujeres está sustentada en su sexo (nacer
mujer) y en su papel reproductivo.
Tiene su origen en la familia, pues la primera autoridad es el padre y de allí se
traslada a lo social, económico, político, cultural y religioso.
El patriarcado tiene como una de sus características la visión androcéntrica del
mundo o centrada en el varón, que invisibiliza el punto de vista femenino. “Los
hombres son una parte de la humanidad, pero han venido representándose a sí
mismos como la pauta natural y modelo de toda ella. Con ello, representan
también todo un universo simbólico hegemónico de interpretación e imposición”.

Androcentrismo

Vision parcial del mundo

Se equipara al hombre
con la humanidad

Se cree que la
experiencia masculina es
la experiencia humana

Se valora solo lo que han


hecho los hombres

El recurso anterior se explica de la siguiente manera; el androcentrismo es una


visión parcial de mundo, en la cual se equipará al hombre con la humanidad y se
cree que la experiencia masculina es la experiencia humana. Se valora lo que han
hecho los hombres y si es bueno para los hombres, es bueno para la humanidad.
Teniendo como marco al sistema patriarcal y al hombre como centro y referencia
de la humanidad (androcentrismo), estereotipos y roles de género se aplican
también a los hombres para establecer aquello que deben ser y hacer; es decir,
definen la masculinidad. Históricamente ha existido un modelo de masculinidad
predominante que ha gozado de privilegios: la masculinidad hegemónica.

PERSPECTIVA DE GÉNERO Y MASCULINIDADES


La perspectiva de género puede definirse como un marco de análisis para dar
cuenta de las desigualdades en la distribución de recursos, responsabilidades y
poder entre mujeres y hombres, que generalmente actúan a favor de ellos. Esa
diferencia en el acceso a oportunidades y goce de derechos tiene su origen en el
sistema patriarcal y en la visión androcéntrica del mundo, que han establecido
roles y estereotipos que dictan lo que mujeres y hombres “deben y pueden hacer”.
Es en el marco de estas relaciones de género, en donde se inscribe el estudio de
las masculinidades. “El trabajo sobre masculinidades con hombres y el trabajo de
género no son cosas diferentes. El primero es una dimensión del segundo.
Cambiar valores del machismo y los comportamientos machistas de los hombres
se corresponde con las necesidades prácticas y estratégicas de las mujeres”.
Aunque en un gran número de investigaciones y estudios la perspectiva de género
se enfoca al análisis de la situación de las mujeres, el género es más amplio y
tiene que ver con relaciones sociales, culturales y políticas entre las mujeres y los
hombres, en las que hay subordinación o poder diferenciado.
Si bien la desigualdad de oportunidades y la violencia de género son asuntos que
han preocupado, sobre todo a las mujeres, por ser las principales afectadas, cada
vez más varones cuestionan las relaciones desiguales de género y los impactos
que tienen en la vida de todas las personas.
Esto ha alentado a que muchos hombres, aunque todavía no los suficientes,
participen en acciones encaminadas a la igualdad.
A partir de los trabajos y análisis realizados por las feministas, los estudios sobre
las masculinidades empezaron a realizarse. Para muchas estudiosas de las
relaciones de género resultó cada vez más evidente que para lograr verdaderos
cambios a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, era necesario analizar y
comprender las masculinidades.
Una problemática que en particular alertó y aceleró el estudio de las
masculinidades fue la violencia contra las mujeres, la cual es ejercida
mayoritariamente por los hombres y principalmente en contextos de relaciones de
pareja y familia.
Durante la década de 1970 surgen los estudios sobre las masculinidades en
Estados Unidos de América y a finales de la década de 1980 en América Latina,
mismos que cuestionan el modelo de masculinidad hegemónica, en el que muchos
hombres se han visto encasillados, pero que no responde a las transformaciones
sociales de nuestros días.
Dentro de los estudios de género y del feminismo hay diversas corrientes, visiones
y posturas. La que guía este documento es la que ve a los hombres como aliados
y no como enemigos. El enemigo es el sistema patriarcal que ha colocado a
mujeres y hombres como polos opuestos irreconciliables. Pero para que los
hombres se conviertan en verdaderos aliados, es necesario que se informen,
sensibilicen y cuestionen sus privilegios, a fin de construir otras formas de

masculinidad.
Finalmente, debemos tener presente siempre que la perspectiva de género es,
además, una herramienta para que, una vez detectados los problemas de género,
se tomen las medidas necesarias para su atención, por lo que la idea no es
quedarnos en la descripción del problema o su denuncia. La finalidad es buscar
otras o nuevas vías para que todas las personas tengan acceso a las mismas
oportunidades y gocen de todos los derechos humanos.

¿QUÉ SON LAS MASCULINIDADES?

Conceptos sobre la masculinidad.


 Dinámica, es decir, cambia o se modifica.
 Social y culturalmente aprendida y por ello no existe un tipo único de
masculinidad.
 Por ser culturalmente aprendida, se pueden construir aprendizajes más
igualitarios y corresponsables.
Características sobre la masculinidad, derivadas de los diversos contextos
sociales.
Masculinidades
No es igual la masculinidad que se desarrolla en el ámbito del Ejército o los
cuerpos de seguridad pública, como la Policía, que la de un médico pediatra o la
de un profesor de educación básica. Los “permisos” que se dan los hombres en
cada una de estas masculinidades, para expresar sus sentimientos y emociones,
para conectar con sus zonas de ternura o para mostrar su fuerza y valentía, serán
distintos y mediados por sus entornos e inclusive por sus historias de vida.
Diferencias entre masculinidades
Las masculinidades pueden ser diferentes, inclusive en el marco de un contexto
similar; por ejemplo, no desarrolla y expresa de la misma forma su masculinidad el
obrero de una fábrica que requiere trabajo físico rudo, fuerza o destreza, que la
que muestra el contador de la misma empresa, que pasa sus días dentro de una
oficina realizando actividades que requieren menos esfuerzo físico. La
masculinidad desarrollada por un trabajador de la construcción (albañil en el
contexto mexicano), es diferente a la del ingeniero y la del arquitecto que lideran el
proyecto de esa misma obra.
Construcción social
“Se parte, entonces, de pensar la masculinidad como una construcción cultural
que se reproduce socialmente y, por ello, no puede definirse fuera del contexto
social, económico e histórico. Esa construcción se desarrolla a lo largo de toda la
vida, con la intervención de distintas instituciones (la familia, la escuela, el Estado,
la religión, los medios de comunicación, etc.) que moldean modos de habitar el
cuerpo, de sentir, de pensar y de actuar el género. Pero a la vez, establecen
posiciones institucionales signadas por la pertenencia de género. Esto equivale a
decir que existe un lugar privilegiado, una posición jerarquizada para ciertas
configuraciones masculinas dentro del sistema de relaciones sociales”.

MASCULINIDAD HEGEMÓNICA
“No existe una masculinidad sino muchos tipos de masculinidad. Autores como
Robert Connell identifican 4 tipos de masculinidades: hegemónica, subordinada,
cómplice y marginada, para señalar que la masculinidad es una vivencia distinta
para cada hombre dependiendo de factores como su edad, situación
socioeconómica, religión, etnia, orientación sexual, etcétera” (Faur, 2004).
La masculinidad hegemónica es el tipo de masculinidad más extendido, debido a
que en todo el mundo predomina el sistema patriarcal.
Tipología de las masculinidades.
 Cómplice: La mayoría de los hombres no responde al modelo hegemónico,
pero colaboran en su permanencia, por los beneficios económicos y
simbólicos que les significa. No violentan a las mujeres, pero tampoco les
interesa generar cambios reales para la igualdad sustantiva (ibíd.).
 Subordinada: Está representada por los hombres homosexuales o gay, ya
que se les considera “femeninos”, lo que equivale a una categoría de
hombre inferior (ibíd.).
 Marginada: Está representada por los hombres pertenecientes a grupos
étnicos (pueblos indígenas, afrodescendientes, por ejemplo), que detentan
menos poder en el contexto de la supremacía blanca (ibíd.).
 Hegemonía: Reproduce la dinámica del patriarcado en la que los hombres
dominan a las mujeres. Está representada por hombres blancos, de clase
media, de mediana edad, alto nivel educativo, heterosexuales, éxitos en su
trabajo, proveedores principales de su hogar, prestigiosos (Faur, 2004).
Características del modelo de masculinidad hegemónica.
 Fuerza física: El mandato de género dicta que los hombres deben ser
fuertes, valientes, resistentes (por ejemplo, no se enferman), estar siempre
a la ofensiva o listos para defender a otras personas (sobre todo a las
mujeres, porque son las débiles del grupo), duros, rudos, arriesgados y
violentos.
 Poder económico: Los hombres tienen un papel de proveedores.
Históricamente han gozado del derecho de propiedad y de mejores
ingresos económicos.
 Inteligencia racional: Se cree que los hombres tienen mayores
capacidades para realizar trabajos relacionados con las ciencias, la cultura
y la política.
 Libertad: Libertad de movimiento, de decisión, de asumir o no una
responsabilidad (por ejemplo, la paternidad), y la libertad sexual.
Otra forma de enumerar las características del modelo tradicional
hegemónico de la masculinidad es a través de…
 Poder: Este puede ser físico (fuerza, dominación, liderazgo), económico
(para ser proveedor), político, social y cultural (mandar, ser líder).
 Conocimiento: Usa la razón, la lógica y el conocimiento.
 Vida sexual: Amplia vida sexual. Capacidad para satisfacer a muchas
mujeres; demuestra su hombría y virilidad. Debe ser heterosexual.
 Protector: La fuerza física y psicológica lo convierte en el protector de otras
personas. No siente miedo y no expresa emociones.
Como puede observarse, las distintas formas de caracterizar la masculinidad
hegemónica tienen grandes coincidencias. Un hombre debe ser poderoso, fuerte,
valiente, proveedor, heterosexual, sexualmente activo, protector y poco dado a
expresar sus emociones.
Esto tiene impacto en la vida de los hombres y se refleja en aspectos como su
salud y sus relaciones familiares. “Los accidentes laborales, de coche o moto, o en
las prácticas deportivas de riesgo, la adquisición de enfermedades de transmisión
sexual o sida por no utilizar preservativos, las peleas e incluso participar en
ejércitos y conflictos armados, o en grupos violentos o paramilitares, son algunas
de las prácticas extremas dentro del modelo de masculinidad hegemónica”.

¿NUEVAS MASCULINIDADES, MASCULINIDADES EMERGENTES,


MASCULINIDADES DIVERSAS, MASCULINIDADES IGUALITARIAS
O SIMPLEMENTE MASCULINIDADES?
Como hemos visto en las páginas anteriores, la masculinidad es la forma aceptada
de ser varón adulto en una sociedad concreta. No es algo biológico. Es una
construcción social influida por el contexto, la época y la cultura. No hay una forma
de ser hombre; por eso, se habla de masculinidades en plural.
El modelo dominante de masculinidad o modelo hegemónico es el del hombre
heterosexual, proveedor, fuerte, formal, poderoso, violento, mujeriego, insensible,
entre otras características. Este modelo coexiste con otras masculinidades, que en
los estudios de género y en la literatura feminista podremos encontrar bajo
a lg ú n a s p e c to d e l e s tu d io d e la c o n s tru c c ió n

diversas denominaciones; por ejemplo, nuevas masculinidades, masculinidades


emergentes, masculinidades diversas, masculinidades igualitarias o simplemente
E s ta s d e n o m in a c io n e s p o n e n é n fa s is e n

d e la m a s c u lin id a d . T ie n e n e n c o m ú n :

masculinidades.

El uso de la perspectiva de género


para cuestionar la masculinidad
hegemónica.

Reconocen que hay otras formas de


ser hombre.

Cuestionan los privilegios que el


sistema patriarcal ha dado a los
hombres.

Promueven relaciones sociales de


género basadas en la igualdad de
oportunidades y derechos para todas
las personas.

Se oponen a la violencia como


expresión de poder y forma de
relación con otras personas, y en
particular con las mujeres.

Aquí hablaremos de masculinidades igualitarias y corresponsables, como las


deseables en este contexto y época. Estas masculinidades se caracterizan por ser
aquéllas en las que los hombres cuestionan sus privilegios de género, expresan
sus emociones, comparten con sus parejas tareas del hogar y cuidado de la
familia en corresponsabilidad, no ejercen violencia, respetan, aceptan y
promueven la igualdad de la mujer.
Se apuesta por las masculinidades igualitarias y corresponsables, por ser en estos
temas en donde se ubican hoy en día dos de los principales retos para lograr la
igualdad de oportunidades y sustantiva para las mujeres. Es claro que, a pesar de
que vivimos en una época de grandes transformaciones sociales en las que las
nociones de lo femenino y lo masculino se modifican de manera constante, el
cambio no se está dando en todo el conjunto de la sociedad, ni al mismo ritmo.
La lucha por la igualdad entre las mujeres y los hombres ha tenido grandes logros.
Las mujeres están cada vez más presentes en la vida pública, con más
oportunidades para ejercer todos sus derechos. Pero esto aún es limitado.
Es verdad que hay más mujeres que pueden estudiar, trabajar, tener un
patrimonio propio, ocupar puestos de toma de decisión en los sectores público y
privado, pero esto aún es insuficiente. Las mujeres de todas las edades y en todo
el mundo aún viven discriminación y violencia.
Efectivamente, un logro de las mujeres es haber salido al mercado laboral y
colocarse en todo tipo de puestos y ejercer sus profesiones. Pero también es
cierto que los hombres no se han sumado al trabajo de la esfera del hogar.
Muchísimos estudios de países de todos los continentes muestran que las mujeres
realizan dobles y triples jornadas de trabajo, ya que además de su empleo fuera
de casa, deben realizar labores de limpieza, cuidado y crianza en sus hogares.
En dichas tareas los hombres siguen, en su gran mayoría, sin asumir un papel de
corresponsabilidad.
Por ello, trabajar en la construcción de otras masculinidades, unas basadas en la
igualdad y corresponsabilidad, resulta indispensable para lograr una
transformación real de las relaciones sociales de género, lograr más y mejores
oportunidades para todas las personas sin importar su sexo, y para prevenir y
eliminar la violencia contra las mujeres.

¿MASCULINIDAD ES LO MISMO QUE MACHISMO?


Ser macho y el machismo son expresiones y palabras de uso común en la cultura
mexicana. En algunos grupos sociales tienen una connotación positiva y
equivalente a hombre fuerte, heterosexual y proveedor, pero ¿qué es el
machismo? ¿Es lo mismo ser macho que el machismo?
Ser macho es tener órganos sexuales masculinos. Los hombres son los machos
de la especie humana. El machismo es un término que “incluye una serie de
comportamientos estereotipados de supremacía masculina, de dominio y control,
cuyas manifestaciones son diversas y tienen impacto diferenciado en las personas
a quienes se dirige. Pueden ser sutiles, como sugerir la comida o vestimenta para
alguien, o extremos, como forzar a otra persona —a través de algún tipo de
violencia— a realizar conductas no deseadas justificando de cualquier forma la
agresión”.
El machismo es un término utilizado en los estudios de género de diversos países.
“En México sigue siendo un referente de la identidad masculina, entendido como
lo que los hombres dicen y hacen para ser hombres. El macho es un estereotipo
del que los hombres no se pueden desprender fácilmente; legitima y justifica
socialmente las acciones de éstos, en particular en contra de las mujeres”.
El machismo es una expresión de algunas masculinidades, incluida la
hegemónica; pero machismo no es sinónimo de masculinidad hegemónica,
aunque comparten rasgos, como la idea de superioridad de los hombres sobre las
mujeres, la visión de las mujeres como propiedad, la necesidad del control de la
sexualidad de las mujeres y la división sexual del trabajo.
Los hombres homosexuales no son parte de la masculinidad hegemónica y
pueden presentar ideas y conductas machistas. Muchas mujeres reproducen la
cultura machista, pues en el marco de ésta, fueron educadas y criadas.

LA SOCIABILIZACIÓN DEL GÉNERO Y LAS MASCULINIDADES


Las personas aprendemos a ser de una cierta manera o un determinado modo, a
partir de nuestro contexto social, histórico y cultural. El género, como ya hemos
señalado, es algo que se aprende, una construcción a partir de nuestra historia de
vida. Comprendemos y aceptamos las normas y valores colectivos (sociales) que
rigen nuestra interacción con otras personas, a partir de nuestros aprendizajes y
los espacios en donde estos se dan.
Los espacios y/o instituciones de socialización por excelencia son la familia, la
escuela, las iglesias, la comunidad, el trabajo, los medios de comunicación y las
redes sociales. A ello podemos sumar las redes de amistades que durante el
transcurso del tiempo influyen en nuestra vida. Reconocer lo importante de estas
instituciones, para la transmisión de representaciones y valores ligados al género,
nos permite entender las razones de la permanencia de determinados estereotipos
y roles que siguen reproduciendo relaciones desiguales entre mujeres y hombres.
Así, en esos espacios se aprende a ser hombre y se refuerzan los mandatos de
las masculinidades.
La familia es el espacio de aprendizaje del género por excelencia; se enseña, en
un modelo de masculinidad hegemónica, que los hombres no lloran, son fuertes,
son valientes, son proveedores y protectores, no usan vestidos ni juegan con
muñecas. Pero también es cierto que en la familia se pueden generar cambios
hacia formas más igualitarias y respetuosas en las relaciones.
Un modelo de paternidad corresponsable e igualitario puede servir de ejemplo de
una masculinidad cuidadora, afectiva y no violenta para niñas y niños.
En la escuela se refuerzan sexismos y se orienta preferentemente a los hombres
para estudiar ciencias exactas, pues se dice que “son más inteligentes” o se
insiste en la culminación de sus estudios, ya que serán los proveedores de su
hogar. Es en este espacio en donde también podemos encontrar y desarrollar
aprendizajes transformadores que lleven a las personas, desde la infancia hasta la
vida adulta, a vivir de manera distinta sus relaciones sociales de género.

La educación es un derecho “llave”, pues abre las puertas para el ejercicio de


otros derechos. Una educación distinta, basada en el respeto de los derechos
humanos, la igualdad, no discriminación e inclusión, contribuye a eliminar la
desigualdad entre mujeres y hombres, la violencia (de todo tipo), el respeto al
Estado de derecho y a la democracia.
En las iglesias, construidas en su mayoría en el marco de la visión androcéntrica,
se enseña que las mujeres deben ser recatadas, sumisas, compañeras
abnegadas y silenciosas de los hombres. Ellos, por su parte, son vistos como los
guías, los líderes, los patriarcas. Pero es verdad que también dentro de las
iglesias hay diversas visiones y que en algunas ya se cuestionan los mandatos de
género. Desde la década de 1970, existe una teología feminista dentro de la
Iglesia católica, por ejemplo.
En el trabajo se estimula la competencia, se valora el éxito económico y el poder
sobre otras personas. A pesar de los rezagos, también hay empresas e
instituciones del sector público que empiezan a realizar cambios en su cultura
laboral, para fomentar relaciones más igualitarias y favorecer otras
masculinidades.
Ejemplo de esto son los permisos de paternidad, las acciones a favor de la
corresponsabilidad en la vida laboral, personal y familiar; la capacitación y
sensibilización para prevenir la violencia de género y las acciones enfocadas a
mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores en asuntos tan diversos como
el cuidado del peso saludable, el ejercicio, la reducción del estrés, o la detección y
atención de problemas psicoemocionales, como la depresión.
En los medios de comunicación y redes sociales sobran ejemplos de cómo se
reproducen roles y estereotipos sexistas. Lo masculino se vincula con la fuerza, el
poder y la violencia. Los hombres son vistos como seres sexuales, muchas veces
sin sentimientos, infieles, promiscuos, osados o proveedores, jefes de familia, y
líderes en diversos ámbitos. Pero también es verdad que existen otros contenidos
y que los medios de comunicación y las redes sociales pueden ser vehículos para
transmitir mensajes a favor de la igualdad y el respeto de las personas.
No todos los medios ni todos los contenidos son negativos y es tarea de la
sociedad exigir mejor calidad de lo que se difunde. El proceso de sociabilización
del género tiene un impacto diferente en cada persona; sin embargo, existen
pautas de comportamiento generalizadas, que cobran mayor fuerza y más
aceptación. Como acabamos de ver líneas arriba, esa sociabilización del género
favorece muchas veces la masculinidad hegemónica; pero también puede
promover otras masculinidades, unas más igualitarias, corresponsables y
comprometidas con su entorno, sus parejas, familias, comunidad, sin recurrir a la
violencia.

ALGUNOS PROBLEMAS DE GÉNERO DE LOS HOMBRES


El modelo de masculinidad hegemónica ha tenido diversos efectos en la vida de
los hombres, algunos de los cuales están representados en:
La Salud
El estereotipo del hombre fuerte, valeroso y audaz incide en la poca atención que
muchos hombres prestan a su salud y al autocuidado. La idea de competencia y
liderazgo los lleva a tener altos niveles de estrés, con fuertes cargas de trabajo y
horarios laborales extensos.
La salud física suele ser secundaria y la salud psicoemocional ni siquiera aparece
en el imaginario masculino. ¿Depresión? Eso es cosas de mujeres. Un hombre no
se da permiso de estar triste o de reconocer que se encuentra emocionalmente
frágil. La tasa de suicidios en hombres es muy alta, y en países como México se
suicidan más hombres que mujeres.
El mandato de género sobre audacia y capacidad de arriesgarse lleva a muchos
hombres a abusar del alcohol y a consumir drogas.
El ejercicio de la violencia
El mandato de género que establece que los hombres deben ser fuertes, valientes
y poderosos pesa mucho en materia del ejercicio de la violencia. Históricamente
se ha entendido (de manera equivocada), que el poder sobre otras personas debe
ser ejercido a través del uso de la fuerza y medios violentos.
Existen diversos tipos de violencia que se manifiestan en diferentes ámbitos: la
familia, la escuela, el trabajo, en las instituciones y la comunidad. En todas estas
violencias encontramos que los principales agresores son los hombres,
precisamente por la construcción cultural de la masculinidad hegemónica en el
marco de un sistema patriarcal, en donde las mujeres son vistas como seres
subordinados.
El ejercicio de la violencia tiene graves consecuencias para las víctimas, pero
también para los hombres que la ejercen, al incapacitarlos para relacionarse sin
tener que recurrir a un abuso de poder. La cultura de la violencia y de la
masculinidad valiente, arrojada y fuerte, lleva a muchos hombres a participar de
situaciones de riesgo y a exponerse innecesariamente a peligros para demostrar
su hombría.
La sexualidad
En la masculinidad tradicional se espera de los hombres una vida sexual
temprana, activa y heterosexual.
“La sexualidad será para el hombre el momento de demostrar biológicamente su
virilidad frente a una mujer. El otorgar placer, haciendo referencia al arquetipo
sexual del hombre aumentará su masculinidad aprendida. Es fácil imaginar que un
hombre cuente su sexualidad frente a sus amigos para mostrar ese lado privado
de su entendimiento de lo que es un hombre” (Sedesol, 2011).
En el marco de la masculinidad hegemónica, las mujeres son vistas como objetos
sexuales, como seres al servicio y para el placer de los hombres. En el otro
extremo, el control del cuerpo (y por lo tanto de la sexualidad), sobre aquellas
mujeres que son la pareja, la hija, hermana, esposa o madre, es parte importante
de la visión sexista de esta forma de masculinidad.
Para los hombres hay toda la libertad sexual; para las mujeres poca o nada. Un
hombre puede hacer alarde de una vida sexual activa, promiscua, pública, y eso lo
hace “más hombre” a los ojos de la sociedad patriarcal. Una mujer, por el
contrario, debe ser discreta y sexualmente controlada.
Otro rasgo importante de la masculinidad hegemónica, en el contexto del sistema
patriarcal, es el de la heterosexualidad. Esto ha limitado e impedido la expresión
afectiva de muchos hombres, por temor a ser considerados débiles o afeminados.
Ha generado graves problemas de autoestima y aceptación para los hombres con
una orientación sexual homosexual y ha contribuido a la homofobia.
Una masculinidad igualitaria respeta la dignidad de cada persona y por lo tanto su
orientación sexual. Un hombre, cuya masculinidad está construida a partir del
reconocimiento de que ha vivido en un sistema que le ha otorgado privilegios sólo
por nacer hombre y que esto ha operado en contra del ejercicio de los derechos
de las mujeres, es capaz de aceptarse a sí mismo y a las demás personas en su
diversidad de identidades, expresiones y orientaciones sexuales.
La Paternidad
En el modelo de masculinidad hegemónica no se permite la expresión de los
sentimientos de manera amplia y abierta. La paternidad se mira como una prueba
de la virilidad y después como una muestra de la capacidad para ser un buen
proveedor.
Se valora poco la parte afectiva de la relación de los hombres con sus hijas e
hijos. Esto tiene repercusiones en la construcción de relaciones sanas y
amorosas. Los hombres se ven privados de experimentar la ternura, la relación
cercana y de calidad con sus familias.
La apuesta en la actualidad es promover paternidades corresponsables,
igualitarias, cuidadoras y amorosas. Paternidades que compartan las tareas de
cuidado y crianza de su familia, y muestren a niñas y niños que la igualdad de
género es posible y deseable.

MICROMACHISMOS, VIOLENCIAS DE BAJA INTENSIDAD O


VIOLENCIAS SUTILES
Los micromachismos son formas de violencia sutil que se presentan en la vida
cotidiana. Son como una “guerra de baja intensidad” o prácticas sexistas de
dominación masculina en la vida diaria, que limitan, obstaculizan o restringen la
autonomía, libertad y dignidad de las mujeres. Pasan desapercibidas porque la
construcción cultural de género, los roles y estereotipos, han contribuido a
normalizarlas. Los micromachismos son formas de violencia toleradas
socialmente, que son invisibles a la vista de mujeres y hombres.
El término micromachismos fue acuñado en 1990 por el psicólogo argentino Luis
Bonino, quien, a partir de su trabajo con parejas y con mujeres que viven violencia,
detectó estas actitudes y formas normalizadas de violencia de baja intensidad.
Bonino señala que con el prefijo “micro” no pretende calificar a estas violencias
como poco significativas, sino poner el énfasis en su invisibilidad.
 Son micromachismo “no por pequeños sino por imperceptibles o en el límite
de la evidencia, indetectables y normalizados. Por ejercerse en los espacios
micro, los de la cotidianeidad. Por ser comportamientos machistas y
prácticas de violencia del día a día, capilares, camuflados, inadvertidos,
ignorados, pero no irrelevantes ni banales. Podrían haber sido también
pensados al estilo de los microbios patógenos, porque a pesar del daño que
producen no se ven a simple vista” (Bonino, 2017).
 Aunque el término micromachismo ha sido muy difundido, algunas
estudiosas de género cuestionan la palabra “micro”, argumentando que el
machismo no es ni micro ni macro; su expresión puede estar más o menos
naturalizada o invisibilizada, pero el calificativo de micro señala esa postura,
minimiza su importancia.
¿Qué es lo que se pretende con los micromachismos?
 Mantener el dominio y su supuesta superioridad sobre las mujeres.
 Reafirmar o recuperar el dominio frente aquellas mujeres que se rebelan o
no cumplen con los mandatos de género.
 Poner resistencia al empoderamiento, autonomía, seguridad, libertad
personal de una mujer.
Micromachismo
Los micromachismos tienen un fuerte componente de violencia psicológica y
emocional, ya que la mayoría se relacionan con comportamientos de control del
cuerpo de las mujeres, de desvalorización de las tareas que realizan y limitación u
obstaculización de toma de decisiones por ellas mismas. Pueden ser muy
variados, y por lo tanto son muy extensos.
Pueden presentarse como críticas veladas sobre el físico, apariencia, capacidad
intelectual de las mujeres, ignorando sus opiniones e ideas, invisibilizando sus
aportes en la economía del hogar, a través del trabajo de cuidado, limpieza y
crianza; restando importancia a la contribución económica de las mujeres,
mediante su trabajo remunerado, pues es sólo un “complemento” (tema debatible,
ya que en muchos hogares las mujeres son las que aportan el mayor ingreso),
porque el “jefe del hogar es el hombre”.
Los micromachismos pueden mostrarse como formas de control disfrazadas de
protección, como un “hago esto, te prohíbo esto, o digo esto por tu bien, porque yo
hombre sé más que tú”. También se presentan como chantaje; por ejemplo, el
padre que acusa a la hija de no quererlo, cuando ella se rebela a reproducir roles
tradicionales.
Clasificación de los micromachismos
 Utilitarios
Mantienen a las mujeres ocupadas en actividades para las que
supuestamente son mejores, como el trabajo en el hogar, cuidado, crianza
y servicios. Se presentan comúnmente en el ámbito doméstico. Se justifican
en la supuesta capacidad y sensibilidad femenina para ciertas tareas.
Ejemplos:
 Decir que un hombre "ayuda" en casa o celebrar su participación en
las tareas de limpieza del hogar.
 Cambiar pañales, alimentar a las hijas e hijos, o cuidar de la abuelita
o del familiar enfermo es "cosa de mujeres".
 Coercitivo
“Los hombres usan la fuerza moral, psíquica o económica para ejercer su
poder, limitar la autonomía y libertad de la mujer, así como restringir su
capacidad de decisión. En la lucha o debate sobre uso de tiempo y poder,
pierden siempre las mujeres. Esto crea baja autoestima, desconfianza en
las propias capacidades” (Bonino, 1997).
Ejemplos:
 "El que trabaja soy yo, así que nada de darle dinero a tu mamá
porque no estamos para gastos y tú no trabajas" (porque el trabajo
en casa no remunerado no es valorado).
 Ellos se sientan a ver la televisión o leer después de su jornada de
trabajo, mientras las mujeres deben realizar tareas del hogar,
cuidado y crianza, a pesar de que ya trabajaron también ocho horas.
 Encubierto
“Son muy sutiles y buscan la imposición de las ‘verdades’ masculinas para
hacer desaparecer la voluntad de la mujer, que termina coartando sus
deseos y haciendo lo que él quiere. Hay micromachismos en los silencios,
en los paternalismos, en el ‘ninguneo’ y en el mal humor manipulativo”
(Junta de Andalucía, s. f.).
 Coercitivo
Se presentan cuando el hombre percibe pérdida o desbalance de poder
frente a la mujer. Cuando la mujer aumenta su autoconfianza, es más
autónoma, independiente o libre, el hombre realiza actividades de mucho
control o promesas de cambio; se victimiza y chantajea.
Ejemplos:
 "Así no puedes salir vestida a la calle; mira nada más cómo te ves;
das una mala imagen".
 "¡Claro! Como me he quedado sin trabajo me humillas, quieres
restarme autoridad frente a nuestros hijos, pero no se te olvide que
yo soy el hombre de la casa."
¿Cómo detectar los micromachismos?
 Los micromachismos limitan, obstaculizan o restringen la autonomía,
libertad y dignidad de las mujeres. Su normalización los hace en apariencia
poco importantes, pero lo cierto es que son como esa gota de agua, que
cae tantas veces sobre la misma roca, hasta que la quiebra. Sus efectos
dañinos en la autoestima, autonomía e independencia de las mujeres de
todas las edades son graves, pues las mantienen en estados psicológicos y
emocionales frágiles, de dependencia y sumisión, lo que en muchas
ocasiones repercute en su salud física.
 Respecto a las relaciones de pareja y sociales, producen alejamiento de la
pareja o relaciones de continua tensión, que pueden ir de la sumisión y
dependencia a una continua situación de conflicto y resentimiento.
 Detectar los micromachismos es importante, pues son la base de otras
modalidades de violencia más graves. Por su invisibilidad no se han
estudiado de manera más amplia y no hemos comprendido su verdadero
impacto, al inclinar la balanza a favor de los privilegios de los hombres.

VENTAJAS DE LAS MASCULINIDADES IGUALITARIAS Y


CORRESPONSABLES
Para los Hombres
 Se asumen mayores responsabilidades respecto al cuidado de las demás
personas y sobre uno mismo.
 Aumenta la autoestima de los hombres y se favorece a su persona.
 Aumenta la calidad en las relaciones con las mujeres y con otros hombres.
Para las Mujeres y los Hombres
 Disminuyen los índices de violencia en general y en particular hacia las
mujeres.
 Disminuye la doble carga de trabajo para las mujeres, al realizarse una
repartición más equitativa de las tareas de cuidado, crianza, limpieza y
otras, relacionadas con el hogar y familia. Esto, a su vez, posibilita que las
mujeres dispongan de más tiempo y posibilidades para realizarse personal
y profesionalmente.
 Disminuyen las brechas de género, al reconocerse de mejor manera las
capacidades de las mujeres y generar oportunidades para su desarrollo en
condiciones de equidad con los hombres.
Para la Sociedad
 Se construyen sociedades con mayor democracia, respeto del Estado de
derecho y los derechos humanos, favoreciendo, además, una cultura de la
igualdad, no discriminación, inclusión y no violencia.
 Se elevan los índices de productividad, desarrollo económico y de calidad
de vida de las personas.
 Disminuye la violencia social, familiar y de pareja.
Investigación con perspectiva de género sobre la tortura sexual contra las
mujeres
Módulo 1. La tortura y la perspectiva de género
LA TORTURA EN MÉXICO
Human Right Watch (2019) señala que es habitual que en México se torture a
personas detenidas para obtener información y confesiones. La tortura se aplica
más frecuentemente en el periodo desde que las víctimas son detenidas, a
menudo arbitrariamente, y hasta que son puestas a disposición de agentes del
Ministerio Público. Durante este tiempo, las víctimas suelen ser mantenidas
incomunicadas en bases militares u otros centros de detención ilegales.
En un estudio realizado por el Senado de la República se concluyó que en México
la información sobre la violación del derecho a no ser sometida/o a tortura, tratos o
penas crueles, inhumanas o degradantes no es muy clara; varía según sea la
fuente utilizada, desde el concepto usado para medir, hasta el registro de eventos,
y se mostraron los siguientes datos:
 No es de fácil acceso al público y desafortunadamente no permite el
seguimiento ni el reconocimiento de la dimensión del problema, puesto que
en realidad no existe un registro nacional de casos y cada entidad tiene sus
propios datos y concepciones sobre lo que es la tortura.
 Todas las fuentes consultadas coinciden en un crecimiento de las quejas y
hechos violatorios a este derecho humano, sobre todo a partir de 2007.
 Según la CNDH, el promedio de quejas por tortura y malos tratos en los
seis años anteriores a 2007 era de 320 casos, mientras que en 2011 se
registraron 2020, es decir, un incremento aproximado de 526 % entre 2007
y 2011.
 En 2012 las quejas en la CNDH por este delito alcanzaron la cifra de 2113;
en este caso, el crecimiento fue de 4.6 % en un año.
 Entre diciembre de 2012 y julio de 2014 las violaciones atribuibles sólo a las
fuerzas armadas fueron 1148 quejas.
 Entre 2005 y 2013 se registraron 11 254 quejas de tortura y malos tratos y
la CNDH emitió 223 recomendaciones, sobre las que no existe una sola
sentencia penal (ONU, 2014).
 En el mismo periodo, el gobierno mexicano informó solamente de cinco
sentencias condenatorias (ONU, 2014).
 Por su parte, en 2013, los Organismos Públicos para la Protección y
Defensa de los Derechos Humanos de las entidades federativas (OPDH),
registraron 12 mil 110 hechos violatorios del derecho a no ser sometido a
tortura y/o tratos crueles, inhumanos o degradantes (Inegi, 2015); mientras
que, en 2014, los mismos organismos registraron 16 mil 62 hechos
violatorios por tortura y/o tratos crueles, inhumanos o degradantes (Inegi,
2015).
 Entre 2013 y 2014, los principales hechos violatorios del derecho a no ser
sometido a tortura y/o tratos crueles, inhumanos o degradantes fueron
(Inegi, 2015):
 Tolerancia u omisión gubernamental para evitar la trata o la
explotación con fines sexuales (62).
 A menazas e intimidación (4915).
 Acciones u omisiones que transgreden los derechos de las personas
privadas de su libertad (3978).
 Empleo arbitrario de la fuerza pública (4950).
 Trato cruel, inhumano o degradante (6215).
 Tolerancia u omisión gubernamental para evitar el sometimiento a la
esclavitud, trabajos forzados o mendicidad (25).
 Entre 2013 y 2014, de las víctimas de la violación del derecho a no ser
sometido a tortura y/o tratos crueles, inhumanos o degradantes, 70 %
fueron hombres y 30 % mujeres (Inegi, 2015).
 Por su parte, la PGR reportó a Amnistía Internacional, en 2015, que el
número de denuncias de tortura presentadas a nivel federal se habían
duplicado entre 2013 y 2014, puesto que pasaron de 1165 a 2403 en 2015.
 Según el informe Amnistía Internacional, en 2015, los y las agentes del
Ministerio Público especializados/as en atender los casos de tortura y malos
tratos eran 30, lo que implicaría que, de seguir el mismo nivel de denuncia,
a cada agente le correspondería atender 80 investigaciones de tortura por
año, amén de otros delitos que les sean asignados.
 En 2015, el Estado mexicano informó a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, que la Procuraduría General de la República contaba
con 2420 investigaciones en trámite sobre la tortura y que existen sólo 15
sentencias condenatorias por este delito a nivel federal (CIDH, 2016).
 La Unidad Especializada en Investigación del Delito de Tortura de la
Procuraduría General de la República reportó el inicio de 777
investigaciones según el nuevo sistema de justicia adversarial, y que en el
estado de Quintana Roo, un juez federal condenó a un ex agente de policía
a cinco años de prisión por el delito de tortura (Ponce, 2017).
En la siguiente infografía encontrará mayor información estadística respecto
al tema de tortura en México.
Destacan las sentencias de la Coidh en contra del Estado mexicano por hechos
relacionados con tortura en los siguientes casos:
Caso Inés Fernández Ortega vs. México
Inés Fernández es una mujer mexicana de la comunidad indígena Me’phaa en el
estado de Guerrero, quien fue víctima de violación, golpes y lesiones por
miembros del Ejército mexicano, en marzo de 2002.
Los hechos fueron oportunamente denunciados ante las autoridades civiles,
quienes apenas hicieron caso de la denuncia; posteriormente, las actuaciones
fueron remitidas al fuero militar para su investigación, debido a la implicación de
personal castrense.
Dada la falta de debida diligencia en la investigación y consecuentemente la falta
de sanción a los responsables, así como la participación de agentes militares, la
extensión de la jurisdicción militar, entre otras consideraciones, la Corte determinó
que el Estado mexicano es responsable por la violación de los derechos a la
integridad personal, a la dignidad y a la vida privada de Inés, del derecho a no ser
objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su domicilio, así como de los
derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial, además de que
incumplió el deber de abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia
contra la mujer y velar porque las autoridades se comporten de conformidad con
esta obligación, establecida en el artículo 7.º de la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer; igualmente violó
algunos derechos a familiares, también considerados como víctimas.
Caso Valentina Rosendo Cantú vs. México
Valentina Rosendo también es una indígena Me’phaa, quien igualmente fue objeto
de violación, golpes y agresiones por efectivos del Ejército mexicano.
En situación muy similar a la anterior, el aparato gubernamental falló al no
propiciar un ambiente seguro, además de que en lugar de apoyar a la víctima y
encaminar sus esfuerzos al esclarecimiento y sanción de los hechos, inmersos en
una visión poco garantista y totalmente despreocupada de las mujeres indígenas,
volvió tortuosa, dilatoria e ineficaz a la justicia, ya que las investigaciones, además
de ineficientes, pasaron del fuero civil al militar, sin que ninguno de ellos haya
enjuiciado a los culpables.
Aquí, la Corte determinó que el Estado es responsable por la violación de los
derechos a la integridad personal, a la dignidad, a la vida privada y los derechos
del niño de Valentina (toda vez que era menor de edad al momento de los
hechos); que incumplió el deber de abstenerse de cualquier acción o práctica de
violencia contra la mujer y velar porque las autoridades se comporten de
conformidad con esta obligación, establecida en el artículo 7.º de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, y
la obligación de garantizar, sin discriminación, el derecho de acceso a la justicia,
además de violar el derecho a la integridad personal de la hija de Valentina, de
nombre Yenys Bernardino Sierra.
Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México
En la demanda se alegó la responsabilidad del Estado por la ilegal detención de
los señores Teodoro Cabrera García y Rodolfo Montiel Flores, el 2 de mayo de
1999, dentro de un operativo militar en contra del narcotráfico, así como su
supuesto sometimiento. La Corte declaró que el Estado mexicano es responsable
por la violación del derecho a la libertad personal de los señores Cabrera y
Montiel; al derecho a la integridad personal por los tratos crueles, inhumanos y
degradantes de que fueron objeto, además de que ha incumplido la obligación de
investigar los alegados actos de tortura. También es responsable por la violación
de las garantías judiciales y a la protección judicial, al haberse sometido el
conocimiento de las alegadas torturas a la jurisdicción penal militar;
consecuentemente, es responsable de extender la competencia del fuero
castrense, de la violación del derecho a la defensa y, por lo tanto, se establecen
diversas medidas de reparación en favor de las víctimas.
En ese orden de ideas, el estudio denominado “México: la violencia sexual, usada
habitualmente como tortura para obtener ‘confesiones’ de mujeres” (Amnistía
Internacional, 2015), reveló que muchas mujeres detenidas en México sufren
abusos sexuales habituales a manos de las fuerzas de seguridad, que buscan
obtener confesiones. Mujeres recluidas en prisiones federales señalaron que
habían sufrido algún tipo de acoso o abuso sexual, o psicológico, durante su
arresto, en los interrogatorios o en las horas posteriores, a manos de policías
municipales, estatales o federales.

CONCEPTUALIZACIÓN DE LA TORTURA
La definición de tortura no ha sido un concepto uniforme; por el contrario, ha sido
un término polisémico que ha quedado sujeto a diversas interpretaciones,
especialmente en el ámbito de lo jurídico (Ledezma, 2018: 17), lo cual ha tenido
implicaciones importantes, especialmente en nuestro marco normativo, atento al
principio de estricta legalidad, que exige que en materia penal la interpretación sea
conforme a la letra, de manera que la conducta que se reproche a una persona
debe adecuarse exactamente al tipo penal de que se trate.
A continuación, se presenta la definición que se le da al término tortura en
Tratados Internacionales.
La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes de Naciones Unidas, en su artículo 1, inciso 1, indica:
A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término "tortura" todo
acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos
graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero
información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se
sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o
por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos
dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en
el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o
aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean
consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o
incidentales a éstas.
La Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, también
firmada, ratificada y vigente para nuestro país, en su artículo 2, indica:
Para los efectos de la presente Convención se entenderá por tortura todo acto
realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una persona penas o
sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal, como medio
intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con
cualquier otro fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una
persona de métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir
su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico o angustia psíquica.
No estarán comprendidos en el concepto de tortura las penas o sufrimientos
físicos o mentales que sean únicamente consecuencia de medidas legales o
inherentes a éstas, siempre que no incluyan la realización de los actos o la
aplicación de los métodos a que se refiere el presente artículo.
En la siguiente infografía podrá observar que se acotan diversas
definiciones de tortura, basadas en el lenguaje coloquial, el Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española y la definición de María Elena Lugo
Garfias.
Revisa la siguiente infografía.

Ahora revisemos el siguiente caso.


Caso Mujeres Víctimas de Tortura Sexual en Atenco vs. México
La Coidh, en el “Caso Mujeres Víctimas de Tortura Sexual en Atenco vs. México”,
señaló que, de conformidad con la jurisprudencia de la Coidh y a la luz del artículo
5.2 de la CADH, debe entenderse como tortura “todo acto de maltrato que:
I. sea intencional;
II. cause severos sufrimientos físicos o mentales, y
III. se cometa con cualquier fin o propósito”,
elementos que guardan correspondencia con la descripción típica que hace la Ley
General de Tortura, por lo que es factible aseverar que nuestra legislación interna
ha sido construida bajo los estándares internacionales protectores de los derechos
humanos en contra de la tortura y otros malos tratos.
En la sentencia del caso “Mujeres Víctimas de Tortura Sexual en Atenco vs.
México”, la Coidh señaló que, a fin de establecer si las agresiones sufridas por las
11 mujeres constituían actos de tortura, era necesario examinar si se trató de
actos:
 Intencionales.
 Que causaron severos sufrimientos físicos o mentales.
 Fueron cometidos con cualquier fin o propósito.
Al respecto, la Coidh determinó:
Contexto
Tomando en consideración la naturaleza sexual de la violencia ejercida, la
repetición y similitud de los actos cometidos en contra de las distintas mujeres, así
como las amenazas e insultos que profirieron en su contra, era evidente que
fueron actos intencionales y que los policías actuaron deliberadamente en contra
de las 11 mujeres.
Severidad
En cuanto a la severidad del sufrimiento, la Corte ha reconocido que la violencia
sexual cometida por agentes estatales, mientras las víctimas se encontraban bajo
su custodia, es un acto grave y reprobable, en el cual el agente abusa de su poder
y se aprovecha de la vulnerabilidad de la víctima, por lo que puede causar
consecuencias psicológicas severas para las víctimas.
En este caso, las víctimas fueron reiteradamente amenazadas de que serían
asesinadas, violadas sexualmente o receptoras de peores abusos de los que ya
se les venía infligiendo, durante su detención y traslados al penal.
Violaciones Sexuales
Respecto de las violaciones sexuales, la Corte ha reconocido que constituyen
experiencias sumamente traumáticas que tienen severas consecuencias y causan
gran daño físico y psicológico, que deja a la víctima “humillada física y
emocionalmente”, situación difícilmente superable por el paso del tiempo, a
diferencia de lo que acontece en otras experiencias traumáticas. De ello se
desprende que es inherente a la violación sexual el sufrimiento severo de la
víctima, aun cuando no exista evidencia de lesiones o enfermedades físicas. Las
mujeres víctimas de violación sexual también experimentan severos daños y
secuelas psicológicas e incluso sociales.
Propósito
En cuanto al propósito, la Corte constató, con base en las declaraciones de las
víctimas, así como de las investigaciones realizadas por la CNDH y la SCJN, que
la violencia ejercida por los policías contra las 11 mujeres tenía el objetivo de
humillarlas, a ellas y a quienes asumían eran sus compañeros de grupo; de
atemorizarlas, intimidarlas e inhibirlas de volver a participar de la vida política o
expresar su desacuerdo en la esfera pública. Pero, además de la conducta
ejercida por los policías, tenía el propósito de castigarlas por osar cuestionar su
autoridad, así como en venganza por las supuestas lesiones sufridas por sus
compañeros policías.
Declaraciones de las victimas
De las declaraciones de las víctimas, se desprende que éstas fueron sometidas
por los agentes estatales en el marco de sus detenciones los días 3 y 4 de mayo
de 2006, y los actos cometidos contra ellas les generaron severos sufrimientos,
cuyas secuelas persisten hasta el día de hoy, conforme ha sido corroborado en los
exámenes psicológicos y en el Protocolo de Estambul que les fueron practicados.
Conclusión
La Coidh determinó que el conjunto de abusos y agresiones sufridas por cada una
de las 11 mujeres, incluyendo, pero no limitándose a las violaciones sexuales,
constituyeron actos de tortura.
Asimismo, la Coidh destacó que los actos de tortura perpetrados en este caso
fueron cometidos en el transcurso de un operativo policial, en el cual las mujeres
se hallaban sujetas al completo control del poder de agentes del Estado y en una
situación de absoluta indefensión. Lejos de actuar como garantes de los derechos
consagrados en la CADH, los agentes de seguridad del Estado mexicano
personalmente abusaron reiteradamente de las personas que se encontraban bajo
su custodia, cómplices de la situación de vulnerabilidad de las víctimas.

CONCEPTUALIZACIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO


De acuerdo a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, en el artículo 5, fracción IX, se señala que la perspectiva de género es…
[…] una visión científica, analítica y política sobre las mujeres y los hombres. Se
propone eliminar las causas de la opresión de género como la desigualdad, la
injusticia y la jerarquización de las personas basada en el género. Promueve la
igualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el bienestar de las
mujeres; contribuye a construir una sociedad en donde las mujeres y los hombres
tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y oportunidades para acceder a
los recursos económicos y a la representación política y social en los ámbitos de
toma de decisiones.
La SCJN ha señalado que “la perspectiva de género constituye una categoría
analítica –concepto– que acoge las metodologías y mecanismos destinados al
estudio de las construcciones culturales y sociales entendidas como propias para
hombres y mujeres, es decir, lo que histórica, social y culturalmente se ha
entendido como “lo femenino” y “lo masculino”.
Las acepciones del binomio femenino-masculino corresponden al sistema de
creencia sexo-género, el cual se entiende como el “conjunto de estructuras
socioeconómicas y políticas que mantiene y perpetúa los roles tradicionales de lo
masculino y femenino, así como lo clásicamente atribuido a hombres y a mujeres”.
Este sistema permite entender la relación que hay entre el sexo de las personas y
el conjunto de valores, creencias y actitudes que se les asignan a partir de él. Lo
que verdaderamente explica las diferencias de género es cómo se determina el
sexo culturalmente, de tal forma que cada sociedad cuenta con su propio sistema
sexo-género.
Este término también se puede homologar con el de “contrato social de género”, el
cual alude a un conjunto de pautas implícitas y explícitas que rigen las relaciones
entre mujeres y hombres, y se les atribuyen a unas y otros distintos trabajos y
distinto valor, responsabilidades y obligaciones. Lo anterior se sustenta en tres
niveles:
1. La superestructura cultural (normas y valores de la sociedad).
2. Las instituciones (sistemas de protección de la familia, la educación y el
empleo, etc.).
3. Los procesos de socialización (aquí destaca la familia).
Un error bastante frecuente es utilizar la palabra género para referirse a sexo. La
locución “sexo” se refiere a las características biológicas y fisiológicas que definen
a mujeres y hombres. En cambio, el concepto género hace referencia a los
estereotipos, roles sociales, condición y posición adquirida, comportamientos,
actividades y atributos apropiados que cada sociedad en particular construye y
asigna a mujeres y hombres. Todos ellos pueden llevar a desigualdades y, a su
vez, éstas pueden causar inequidad entre mujeres y hombres en los diferentes
ámbitos de su vida.
Analizar alguna situación desde la perspectiva de género permite entonces
entender que la vida de mujeres y hombres puede modificarse en la medida en
que no está “naturalmente” determinada. Esta perspectiva ayuda a comprender
más profundamente tanto la vida de las mujeres como la de los hombres y las
relaciones que se dan entre ambos. Este enfoque cuestiona los estereotipos con
los que somos educados y abre la posibilidad de elaborar nuevos contenidos de
socialización y relación entre los seres humanos.
En el Caso “Mujeres Víctimas de Tortura Sexual en Atenco vs. México”, la Coidh
determinó que hubo afectación al derecho de acceso a la justicia e igual
protección de la Ley, debido al uso de estereotipos y la falta de perspectiva de
género en la investigación, por lo que la investigación de la tortura y violencia
sexual cometida contra las mujeres víctimas de dicho caso no fue conducida con
perspectiva de género, de acuerdo a las obligaciones especiales impuestas por la
Convención de Belém do Pará. Por lo tanto, la Corte consideró que se violentó el
deber de respetar y garantizar sin discriminación los derechos contenidos en la
Convención Americana de los Derechos Humanos (artículo 1.1) y que el propio
Estado mexicano reconoció la violación al derecho a la igualdad ante la Ley,
establecido en el artículo 24 de la Convención.

MARCO JURÍDICO DE LA TORTURA Y MALOS TRATOS


En la siguiente infografía encontrará información respecto a los documentos
oficiales en materia de tortura y malos tratos.
Además de las anteriores disposiciones, el tema de la tortura constituye una
reiterada preocupación contenida en múltiples instrumentos internacionales;
por ello, todo análisis, interpretación y aplicación que sobre la tortura se
realice deberá tomar en cuenta, entre otros tantos elementos, los siguientes:
 La Declaración Universal de los Derechos Humanos.
 Los cuatro convenios de Ginebra sobre derecho internacional humanitario y
sus protocolos facultativos.
 El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
 La Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra la Tortura
y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; el Estatuto de
Roma que crea la Corte Penal Internacional.
 El “Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y
otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”, mejor conocido
como Protocolo de Estambul.
 La Relatoría sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad del
Sistema Interamericano.
 La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes y la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura.
En la siguiente infografía revise lo que nuestra constitución establece en
materia de prohibición de la tortura.
Además, el 10 de julio de 2015 fue publicada en el Diario Oficial de la Federación
la reforma constitucional al artículo 73, fracción XXI, inciso a) de la CPEUM, para
dotar de competencia al Congreso de la Unión para que expidiera la Ley general
en materia de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, a
fin de dar a nuestro país una legislación única que contenga los más altos
estándares internacionales sobre el tema. En este sentido, en 2017 se aprobó la
Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura y otros Tratos o
Penas Crueles, Inhumanos Degradantes, que fue publicada en el Diario Oficial de
la Federación el 26 de junio de 2017.
Marco jurídico de la prohibición de la tortura
 Sistema Universal
 Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes de Naciones Unidas.
 Declaración Universal de los Derechos Humanos.
 Convenios de Ginebra sobre derecho internacional humanitario y sus
protocolos facultativos.
 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
 Convención Americana sobre Derechos Humanos.
 Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra la
Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
 Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional.
 Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura
y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, mejor
conocido como Protocolo de Estambul.
 Sistema Regional
 Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.
 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer.
 Sistema Mexicano
 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
 Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura y otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.

MARCO JURÍDICO DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO


La perspectiva de género descansa sobre las bases de los principios de igualdad y
no discriminación, principios que constitucionalmente han ido evolucionando de
forma conjunta y que actualmente encuentran un marco jurídico de protección
amplio, tanto a nivel internacional como regional y nacional.
Archivo General de la Nación. (2011). Constitución Política de los Estado
Unidos Mexicanos.
El principio de no discriminación se aborda de manera específica en el párrafo
tercero del artículo 1.° de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que señala que “Queda prohibida toda discriminación motivada por
origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición
social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el
estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por
objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.
Pero es en el artículo 4. ° en donde se señala de manera concreta el principio de
igualdad jurídica, cuando refiere: “El varón y la mujer son iguales ante la ley”.
Es importante dejar claro que la igualdad entre los géneros es un derecho
humano. Las primeras disposiciones formales en materia de igualdad en el
derecho internacional pueden encontrarse en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (ONU, 1948), de la cual México fue uno de los principales
promotores, y fue adoptada y proclamada por la Asamblea General de la
Organización de las Naciones Unidas en su resolución 217 A (III), de 10 de
diciembre de 1948.
Desde 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos establecía que
todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Asimismo, señalaba que toda persona tiene todos los derechos y libertades
proclamados en la Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que los Estados
parte (1980), en su calidad de tales, se comprometen a garantizar a mujeres y
hombres la igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos
enunciados en el Pacto.
En un sentido parecido, pero enfocado al goce de los derechos económicos,
sociales y culturales, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales establece la obligación de los Países miembros de asegurar a las
mujeres y a los hombres igual título a gozar de todos los derechos económicos,
sociales y culturales enunciados en el mismo.
Sin embargo, el instrumento internacional de derechos humanos de las mujeres
por excelencia es la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW). El marco a partir del cual esta
Convención se desarrolla es, justamente, la igualdad sustantiva que debe existir
entre mujeres y hombres, y la obligatoriedad que tienen los Estados parte de
garantizarla.
Para lo cual cabe precisar que la igualdad de derecho o igualdad formal reconoce
que cada persona es titular de derechos fundamentales y reconocidos por la Ley.
Mientras que la igualdad sustantiva alude al ejercicio pleno de los derechos
universales y a la capacidad de hacerlos efectivos en la vida cotidiana.
En este sentido, los Estados parte de la Convención se comprometen a adoptar en
todas las esferas, y en particular en las esferas política, social, económica y
cultural, todas las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para
asegurar el pleno desarrollo y adelanto de la mujer, con el objeto de garantizarle el
ejercicio y el goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales en
igualdad de condiciones con el hombre.
A nivel regional, México forma parte de la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, mejor conocida como
Convención Belém do Pará (ONU, 2011). Esta Convención plasma el derecho de
las mujeres a la igualdad de protección de sus derechos y a la igualdad de acceso
a las funciones públicas de su país y a participar en los asuntos públicos,
incluyendo la toma de decisiones. Al ser Estado parte de dicha Convención, el
Estado mexicano se comprometió a tomar las medidas necesarias, entre ellas las
de carácter legislativo, para modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para
modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden la persistencia o la
tolerancia de la violencia contra la mujer o la violación de sus derechos.
En el ámbito nacional contamos con las siguientes leyes de protección:
 Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres publicada en el
Diario Oficial de la Federación, el 2 de agosto de 2006. El objeto de dicha
ley, de acuerdo a su texto, es “regular y garantizar la igualdad de
oportunidades y de trato entre mujeres y hombres, proponer los
lineamientos y mecanismos institucionales que orienten a la Nación hacia el
cumplimiento de la igualdad sustantiva en los ámbitos público y privado,
promoviendo el empoderamiento de las mujeres y la lucha contra toda
discriminación basada en el sexo”.
 Asimismo, contamos con...
 Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, la cual fue publicada en el
Diario Oficial de la Federación (DOF), el 12 de enero de 2001.
 Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,
publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 1.º de febrero de
2007.
 Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes, publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 29
de mayo de 2000.
Marco jurídico de la perspectiva de género
Sistema universal
 Declaración Universal de los Derechos Humanos.
 Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW).
 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Sistema regional
 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer, mejor conocida como Convención Belém do Pará.
Sistema mexicano
 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
 Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres.
 Ley del Instituto Nacional de las Mujeres.
 Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
 Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
La violencia física causa un daño tangible sobre la persona y la violencia moral
merma su estabilidad emocional.

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