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Las 

ensaladas son muy fáciles de preparar, por su elevado contenido en agua y


otros nutrientes esenciales para nuestro organismo, sacian nuestra hambre y sed de una
manera considerable; contribuyen a mantener la piel bien nutrida e hidratada.

1. Hidratan y refrescan. Más de 90% de la composición de las hortalizas, base de las


ensaladas, es agua.

2. Nutrientes. Los vegetales son fuente excelente de vitaminas que regulan múltiples


procesos orgánicos, como el buen funcionamiento del sistema nervioso.

3. Depurativas. La acción depurativa, desintoxicante y diurética de las ensaladas se debe


al alto contenido de agua, potasio, al bajo aporte de sodio, así como de los vegetales que
las componen, como a la presencia de aceites esenciales que dilatan los vasos renales.

4. Protegen la piel. Las hortalizas aportan beta-caroteno, que se transforma en vitamina


A, que renueva la piel y las mucosas, así como vitamina C, que mejora la producción
de colágeno, una proteína que mantiene la piel tersa y sin arrugas.

5. Regulan la función intestinal. Por la riqueza en fibra de los vegetales,


una ensalada resulta laxante, previenen o mejora el estreñimiento. Además,
la fibra contribuye a reducir el colesterol y el buen control de la glucemia, lo que es
benéfico en caso de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

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