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Hoy es un día especial queridos hermanos

Nadie, ni siquiera un padre, puede exigir, como si fuera un derecho, ser amado. El amor es por definición libre y
gratuito. Un amor impuesto no es amor. Tampoco Dios te obliga a amarlo. El Dios que Jesús te revela es el Dios de
la vida y la libertad. Porque es Padre, quiere que sus hijos lo amen libremente. Él te ofrece siempre su amor, pero tú
puedes acogerlo o rechazarlo. Dios desea, espera tu amor, pero no lo exige. A tí te toca tomar la decisión de
permanecer en su casa participando de todo lo que él tiene (Lc 15, 31) o partir hacia un país lejano y allí malgastar
todos los bienes recibidos de Dios. Esta mañana Dios Padre misericordioso nos invita y nos espera con los brazos
abiertos a pesar de no portarnos como buenos hijos él está ahí como un Padre que nos ama infinitamente.

Hagamos un alto en el camino de nuestra vida, en este momento personal de encuentro a solas con Dios, Nos
ponemos en la presencia de Dios y cierra la puerta a otros pensamientos. Recítalas despacio; que cada palabra salga
de tu corazón. Añádeles tus propias palabras, llenas de confiada ternura y de amor filial, quédate unos momentos en
silencio, deja que Dios te hable y después plática con Él, compártele tus inquietudes, tus deseos, tus sufrimientos.
Pídele a la Virgen María que te ayude, que te lleve de su mano, para que puedas aprovechar todas las gracias que
Dios te ha regalado.

1. Rezar en silencio, porque es en el silencio del corazón donde habla Dios.


2. Hay que estar en gracia, haber conseguido antes el perdón de nuestros pecados a través del Sacramento de la
Confesión.
3. Asistir a la Santa Misa. Es lo más importante en la vida de un cristiano; es "el centro y la raíz de la vida interior".
4. Realizar, si es posible, una visita al Santísimo Sacramento. La ceremonia de la exposición con el Santísimo es
sencilla y solemne, y mueve mucho a la piedad.
5. Realizar una lectura meditada de los Evangelios, o del Catecismo de la Iglesia Católica.
6. Rezar el Vía Crucis. Recorrer la vía dolorosa hacia el Calvario junto a Jesús, nos da la oportunidad de
contemplar los dolores físicos y morales del Señor y, verlos como lo que realmente son, fruto de nuestros pecados
7. Rezar el Santo Rosario, el Ángelus o la Salve. Busca modos personales para tratar a la Virgen.
8. Hacer un examen de conducta y de conciencia: repasar nuestra vida reciente y pasada, con relación a Dios y al
prójimo.

Ahora es el momento dejar la dureza de corazón y pedir y suplicar tener un corazón de carne limpio.
Agradece al Señor este rato de estar con Él, agradece su Presencia.
En oración, más importante que lo que le decimos al Señor o
lo que Él nos pueda decir es el haber estado juntos,

MONICION DE ENTRADA

Queridos hermanos: Les damos una cordial bienvenida a la casa de Dios para celebrar esta Santa Eucaristía; y
saludamos de manera especial también a quienes nos sintonizan a través de la radio.
Con alegría hoy celebramos el Tercer domingo del tiempo ordinario, en el que Dios nos hablará de la eficacia y
autoridad de su palabra. La Palabra que en Jesús se hizo carne, y que fue dirigida en aquel tiempo el pueblo de
Israel, hoy nos es anunciada a nosotros, miembros de un solo cuerpo, que es la Iglesia.

Con gozo comenzamos esta Santa Misa cantando...

PRIMERA LECTURA (Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10)


El pueblo, congregado en torno a Esdras, escucha con veneración y respeto la lectura del Libro Sagrado. Esa misma
palabra se nos dirige a nosotros, y debemos escucharla con la misma actitud del pueblo de Israel.
SALMO (Salmo 18)
Con el salmista alabemos a Dios por su palabras de vida eterna que hoy nos dirige como su pueblo.

SEGUNDA LECTURA (1 Corintios 12, 12-30)


San Pablo hoy usa la figura del cuerpo humano para explicarnos el misterio del Cuerpo Místico de Cristo, del cual
todos nosotros somos parte, con Cristo a la cabeza. Todos somos distintos, pero miembros de un mismo cuerpo.

EVANGELIO (Lucas 1, 1-4; 4, 14-21)


Al comenzar su vida pública, Jesús ha querido presentarse como el cumplimiento de la palabra anunciada por los
profetas. Es la gran noticia que San Lucas nos presenta hoy en su evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES


1. Por la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, para que día a día trabaje por mantener la unidad entre todos sus
miembros en torno a la cabeza, que es Cristo, oremos.
2. Para que los gobernantes de las naciones, especialmente el de nuestro país, luchen por una justicia igual para
todos, entendiendo que, aunque todos somos distintos, tenemos iugaldad de derechos, oremos.
3. Por los que sufren persecución, especialmente por nuestros hermanos que sufren el martirio, tortura y toda clase
de violaciones a sus derechos humanos y libertad de religión en el Medio Oriente, para que la Palabra eficaz de
Dios les fortalezca y consuele, oremos.
4. Por los que este día hemos escuchado con veneración la Palabra de Dios, para que vayamos también a encarnarla
en nuestra vida diaria, oremos.

MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días tengan todas y todos! Reciban nuestra más cordial bienvenida a la celebración del día
consagrado al Señor, el Domingo, cuando escucharemos a Dios, nos encontraremos con Jesús y su Santo Espíritu
nos restablecerá y animará; así como María, la Madre, estará entre nosotros, intercediendo por sus pequeños.
Por supuesto, esta Eucaristía debe hacernos vivir mejor nuestra fe. Para ello hemos de esperar y recibir la
Palabra que Dios nos ha de dar, con corazón humilde, sabiendo de nuestra condición de debilidad y de nuestra
necesidad de la Misericordia de Dios. Y, guiados por su Palabra, el Señor nos irá modelando para que podamos
actuar según la necesidad del Cuerpo de Cristo, que es su Iglesia, y llevar –con el ejemplo- la Palabra recibida a
todos los ambientes de nuestras vidas como evangelizadores de la Misericordia de Dios.

ACTO PENITENCIAL
1. Porque no buscamos leer tu Palabra, Señor, ni le prestamos atención cuando se la proclama en las misas. ¡Señor,
ten piedad! (Se escucha: ‘Los abuelos son los que leen la Biblia.’)
2. Nos han enseñado que somos el cuerpo de la Iglesia, cuya cabeza es Cristo. Pero no nos gusta que Él piense o
intervenga en las decisiones de ese, su cuerpo. Cristo ten piedad (Se escucha: ‘¿Y qué si Dios no quiere?’)
3. Nos admiramos por la sabiduría de la Palabra de Dios, pero no nos disponemos a hacerla viva en nuestro cada
día. Cristo ten piedad (Se escucha: ‘Jesús hacía eso porque era Dios; yo no. Así que, olvídate.’)

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS


(Un adulto lleva en procesión la Palabra, se la entrega solemnemente al monitor, quien la llevará y colocará sobre
el ambón)
PRIMERA.- El profeta Nehemías nos transmite lo ocurrido cuando se hizo la lectura solemne de la Ley en el
Templo de Jerusalén, reconstruido a la vuelta del exilio de Babilonia. La lectura o la escucha de la Palabra de Dios
siempre han de ser motivo de alegría para el creyente y han de movernos a compartir y a fraternizar. ¡Dios nos
habla!, ¡la comunidad le habla a Dios!
SALMO.- Utilizaremos versos del salmo 18 que nos ubican en la grandeza de la Ley de Dios, quien es majestuoso
y tiene el poder de iluminar todo a su paso: la vida del creyente y la historia misma. La Ley nos ha sido dada no
para limitarnos sino para darnos sabiduría, verdad y justicia. Palabras de refugio y salvación.
SEGUNDA.- Muy gráfica y claramente, san Pablo explicará a la comunidad de Corinto, en su primera Carta, que
todos constituimos un todo, dentro del cual nosotros somos cuerpo y Cristo Jesús es la cabeza. Por supuesto, esta
comparación detallará que cada parte del cuerpo es necesaria en sí misma y en su relación con los otros miembros
del cuerpo. La unión se da en el amor de Jesús.
EVANGELIO.- Un sábado Jesús se ofreció para proclamar la Palabra en la sinagoga de Nazaret; al leer palabras de
Isaías que expresaban que ‘el ungido’ estaba ‘lleno del Espíritu de Dios’ y viviendo el amor concreto que sirve,
perdona y se da -amor que surge como fruto de esta condición- el Evangelio de Lucas refiere que Jesús confirmó
que esa Palabra se refería a Él mismo. Esa unción se le notaría también en cada gesto, cada día de su vida… ¿Será
que se nos nota a nosotros el bautismo recibido?

ORACIÓN DE LOS FIELES


1) Oremos por la Iglesia. Para que sea obediente -como cuerpo que es- a las inspiraciones que Jesucristo –cabeza
suya- le presenta. Roguemos al Señor.
2) Oremos por los dirigentes del mundo. Para que promuevan la unidad, el respeto a las personas, la convivencia
fraterna y el desarrollo de condiciones de vida en dignidad para todos. Roguemos al Señor.
3) Oremos por todos nosotros. Para que recordemos poner por obra la ‘teoría’ del amor verdadero que se nos
enseña en la Palabra de Dios. Roguemos al Señor.
4) Oremos por todos los cristianos. Para que, orando insistentemente, podamos cambiar nuestros corazones y
practicar, cada día, el Mandamiento del Amor que Jesús nos enseñó. Roguemos al Señor.
5) Oremos por quienes son víctimas de la violencia y quienes les rodean. Para que opongamos paz y amor a tales
prácticas y cambiemos tanto sufrimiento inútil por construir un mundo más fraterno. Roguemos al Señor.
6) Para que los padres de familia comprendan la importancia de dar una fe que se vive cada día a sus hijos. Para
que entendamos que Dios es el mejor invitado que podamos recibir en nuestros hogares. Roguemos al Señor.
7) Oremos por los difuntos, para que encuentren la recompensa de Dios a sus obras de amor y el perdón ante sus
errores. Que nuestras oraciones –especialmente en este Jubileo de la Misericordia- les ayuden. Roguemos al Señor.
8) Oremos por quienes están en proceso de catequesis. Para que al hacerlo sean enriquecidas nuestras vidas y se
obtengan frutos de felicidad duradera en el amor de Cristo Misericordioso. Roguemos al Señor.

OFERTORIO
1) Te entregamos nuestros sentidos, nuestros pensamientos, nuestros horarios y nuestras adicciones, para que sean
llenos de Ti y nos ayuden a frecuentar tu Palabra y hacerla parte de nuestro cada día. (Pasan 5 niños haciendo
gestos: 2/ sentidos, vista y oídos; 1/pensamiento; 1/ reloj o celular; 1/celular. Todos se postran ante el altar, en
gesto de entrega.)
2) Los muñecos representan a las personas. Tienen un cuerpo y una cabeza. Al ofrendarlos queremos aceptar el
planteamiento de san Pablo sobre la Iglesia, reconocernos cuerpo místico de Cristo, nuestra cabeza, y ofrecer
nuestra disposición a formarnos y servirte como miembros de tu Iglesia, Señor.
c) Entregamos el pan y el vino, que se convertirán en el alimento que nos fortalece. En ellos presentamos, además,
nuestras vidas, para construir la Iglesia de Jesús.

ORACIÓN FINAL

Gracias, Señor, por enseñarnos con tu Palabra y acompañarnos con tu Presencia. Que, dócil a tu Santo Espíritu, tu
Iglesia cause admiración en todos por el amor. Amén

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