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los motivos que nos llevaron a investigar sobre la seguridad de esta labor de guardia de seguridad
son debido a que un porcentaje de trabajadores , los cuales desarrollan sus actividades mediante
el uso de su cuerpo , lo cual conlleva al desgaste muscular de los mismos . pretendemos investigar
a fondo los efectos negativos del desarrollo de las diferentes actividades con la dotación o sin
dotación adecuada Se considera que este plan de prevención control de patologías laborales, va
dirigido A un contesto laboral , donde se han identificado varias patologías , donde cada
trabajador se va a beneficiar, protegiendo su salud y mitigando cada riesgo al cada riesgo al que
esta expuesto cada dia laboral , de estaforma se hará una correctab ejecución de las actividades
cotidianas.
El presente decreto tiene por objetivo expedir la tabla de enfermedades laborales, que tendrán
doble entrada y agentes de riesgo para facilitar la prevención de enfermedades en algunas
actividades laborales} agentes de riesgo , para facilitar la prevención de enfermedades en las
actividades laborales 3 grupos de enfermedades , para determinar el diagnostico medico en los
trabajadores afectados .
cuerpo humano. Está constituido por los huesos del cuerpo (que conforman el esqueleto),
los músculos, los tendones, los ligamentos, las articulaciones, los cartílagos y otras clases de tejido
conjuntivo. El término tejido conjuntivo se utiliza para describir el tejido que sostiene tejidos y
órganos y los mantiene unidos. Se compone principalmente de colágeno y fibras elásticas, que
están compuestas por distintas proteínas.
El sistema músculo-esquelético sufre muchos cambios con la edad (ver Efectos del envejecimiento
en el sistema musculoesquelético).
El hueso:
aunque fuerte, es un tejido en constante cambio que desempeña varias funciones. Los huesos
proporcionan al cuerpo una estructura rígida y actúan como escudo para proteger los delicados
órganos internos. Contienen en su interior la médula ósea, donde se forman las células
sanguíneas. Los huesos también mantienen las reservas de calcio del organismo. En niños,
algunos huesos presentan zonas denominadas placas de crecimiento. Los huesos se alargan en
estas zonas hasta que el niño llega a su altura máxima, momento en el que las placas de
crecimiento se cierran. A partir de entonces, los huesos crecen más en grosor que en longitud,
por las necesidades del organismo de mayor fuerza o resistencia ósea en ciertas áreas.
Los huesos tienen dos formas:
Tubular (como el fémur y los huesos del brazo, denominados huesos largos).
Algunos huesos presentan combinaciones de ambas formas. Todos los huesos tienen, esencialmente,
la misma estructura. La parte dura externa (hueso cortical) está compuesta, en su mayoría, por
proteínas como el colágeno, y una sustancia denominada hidroxiapatita, constituida principalmente
por calcio y otros minerales. La hidroxiapatita es en gran parte responsable de la resistencia y la
densidad óseas. La parte interna de los huesos (hueso trabecular) es más blanda y menos densa que
la parte dura externa, pero aun así contribuye de forma significativa a la fortaleza ósea. Una
reducción en la cantidad o calidad del hueso trabecular aumenta el riesgo de fracturas (roturas). La
médula ósea es el tejido que rellena los espacios en el hueso trabecular, y contiene células
especializadas (y también células madre o progenitoras) que producen células sanguíneas. Los vasos
sanguíneos aportan sangre al hueso y los nervios que lo rodean.
Esquelético
Liso
Dos de ellos, el esquelético y el liso, forman parte del sistema musculo esquelético.
El músculo esquelético es el que suele identificarse propiamente como músculo: el que puede
contraerse para mover las distintas partes del cuerpo. Los músculos esqueléticos están constituidos
por haces de fibras contráctiles que están organizadas siguiendo un patrón regular, de tal manera
que cuando se observan al microscopio parecen rayas (por este motivo también se les denomina
músculos estriados). Los músculos esqueléticos varían en su velocidad de contracción. Estos
músculos, que son los que se encargan de la postura y del movimiento, están unidos a los huesos y
dispuestos en grupos opuestos entre sí alrededor de las articulaciones. Por ejemplo, los músculos
que doblan el codo (bíceps) están en una disposición opuesta a los músculos que lo estiran (tríceps).
Estos movimientos opuestos se equilibran. El equilibrio suaviza los movimientos, lo cual contribuye a
evitar daños en el sistema musculo esquelético. Los músculos esqueléticos están controlados por el
cerebro y se consideran músculos voluntarios, ya que la persona los mueve mediante un control
consciente. El tamaño y la fuerza de los músculos se mantienen o aumentan con el ejercicio regular.
Además, la hormona del crecimiento y la testosterona contribuyen al crecimiento de los músculos en
la infancia y a mantener su tamaño en la edad adulta.
Sistema musculoesquelético
}Músculos y otros tejidos del sistema musculoesquelético
Las articulaciones
son las uniones entre dos o más huesos. Algunas articulaciones normalmente no se mueven,
como las localizadas entre los huesos del cráneo. Otras permiten una amplitud de movimiento
compleja. La configuración de una articulación determina el grado y dirección de movimiento
posible. Por ejemplo, las articulaciones del hombro, de forma esférica encajada en una
concavidad, permiten rotación interna y externa así como movimientos hacia delante, hacia
atrás, y laterales de los brazos. Las articulaciones en bisagra de las rodillas, los dedos de la
mano, y los dedos del pie permiten solo doblar (flexión) y estirar (extensión) Los componentes
de las articulaciones proporcionan estabilidad y disminuyen el riesgo de lesiones que puedan
resultar de su uso constante. En una articulación, los extremos de los huesos están cubiertos de
cartílago. El cartílago, un tejido protector, liso, resistente y elástico compuesto de colágeno,
agua y proteoglicanos reduce la fricción por el movimiento de las articulaciones. (El colágeno es
un tejido resistente y fibroso; los proteoglicanos son sustancias que contribuyen a proporcionar
resistencia al cartílago). Las articulaciones también están provistas de un revestimiento
(membrana sinovial) que, a su vez, forma la cápsula articular. Las células del tejido sinovial
producen una pequeña cantidad de líquido claro (líquido sinovial) que proporciona alimento al
cartílago y reduce más la fricción facilitando el movimiento.
El diseño de la rodilla le permite protegerse a sí misma. Está completamente rodeada de una cápsula articular lo bastante
elástica para permitir el movimiento aunque lo bastante fuerte para mantener las articulaciones íntegras. La cápsula está
tapizada por tejido sinovial, que secreta líquido sinovial para lubricar la articulación. Un cartílago resistente cubre los
extremos del fémur y de la tibia ayudando a reducir la fricción durante el movimiento. Unas almohadillas de cartílago
(meniscos) actúan como amortiguadores entre ambos huesos y ayudan a distribuir el peso corporal en la articulación. Unos
sacos llenos de líquido (bolsas sinoviales) reducen la fricción proporcionando amortiguación entre estructuras como la tibia
y el tendón insertado en la rótula (tendón rotuliano). Los ligamentos dispuestos a lo largo de los laterales y el interior de la
rodilla refuerzan la cápsula articular, añadiendo estabilidad. La rótula (patela) protege la parte frontal de la articulación.
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La pérdida de músculo (sarcopenia) es un proceso que comienza alrededor de los 30 años de edad
y sigue avanzando durante el resto de la vida. En este proceso, disminuyen gradualmente tanto la
cantidad de tejido muscular, como el número y el tamaño de las fibras musculares. La
consecuencia de la sarcopenia es una pérdida gradual de masa y de fuerza de los músculos. Esta
leve pérdida de fuerza muscular supone un aumento de carga sobre ciertas articulaciones (como
las rodillas) y predispone a la persona afectada a sufrir artropatías y caídas. Afortunadamente, la
pérdida de masa y fuerza musculares se puede evitar o al menos retrasar considerablemente
mediante un programa de ejercicio regular.
Los tipos de fibras musculares también se ven afectados por el envejecimiento. El número de
fibras musculares que se contraen de forma más rápida disminuye mucho más que el número de
fibras musculares que se contraen más lentamente. En consecuencia, los músculos no son capaces
de contraerse tan rápidamente en la vejez.