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CLASE 3: Personal Trainer

El sistema esquelético
El movimiento y la actividad física son posibles porque los músculos
esqueléticos se insertan en los huesos, que a su vez están
conectados a las articulaciones. El tirón de los músculos sobre los
huesos provoca la rotación de estos. Es este funcionamiento
combinado de músculos, huesos y articulaciones lo que nos permite
levantar pesos, correr en una cinta, entre otros. Además de
proporcionar un sistema de palancas óseas, el esqueleto lleva a cabo
otras funciones anatómicas y fisiológicas importantes:
Funciones del sistema esquelético
1: sostén: los huesos son el soporte de los tejidos blandos, y el punto de apoyo de
la mayoría de los músculos esqueléticos.
2: protección: los huesos protegen a los órganos internos, por ejemplo el cráneo
protege al encéfalo, la caja torácica al corazón y pulmones.
3: movimientos: en conjunto con los músculos
4: homeostasis de minerales: el tejido óseo almacena calcio y fósforo para dar
resistencia a los huesos, y también los libera a la sangre para mantener en
equilibrio su concentración.
5: producción de células sanguíneas: en la médula ósea roja (tejido conectivo
especializado) se produce la hemopoyesis para producir glóbulos rojos, blancos y
plaquetas.
6: almacenamiento de triglicéridos: la médula ósea roja es reemplazada
paulatinamente en los adultos por médula ósea amarilla, que contiene adipocitos.
Clasificación de los huesos
Según su forma, los huesos se clasifican en:
1- huesos largos, que son tubulares, constan de diáfisis y epífisis. Tiene hueso compacto en la
diáfisis y hueso esponjoso en el interior de las epífisis. Por ejemplo: el húmero del brazo.
2- Huesos cortos, que son cuboidales, tiene tejido esponjoso salvo en su superficie. Por ejemplo:
huesos del tarso y del carpo.
3- Huesos planos, son delgados compuestos por dos placas casi paralelas de tejido óseo compacto
que envuelven a otra de hueso esponjoso. Brindan protección. Por ejemplo: huesos del cráneo,
esternón, omóplatos.
4- Huesos irregulares, que tiene forma compleja. Por ejemplo: vértebras y algunos huesos de la
cara.
5- Huesos sesamoideos, están en algunos tendones, a los que protegen del uso y desgarro
excesivos. Por ejemplo: la rótula.
Organización del sistema esquelético
Una persona normal tiene 206 huesos que conforman el sistema
esquelético que puede dividirse en dos partes anatómicas: el
esqueleto axial y el esqueleto apendicular. El esqueleto axial
consiste principalmente en el cráneo, la columna vertebral, el
esternón y las costillas. Estos huesos protegen órganos internos
importantes como el cerebro, el corazón y los pulmones, pero
también proporcionan lugares de inserción a los músculos
esqueléticos. El esqueleto apendicular incluye los huesos de las
extremidades superiores e inferiores. La rotación de estos huesos
alrededor de las articulaciones es responsable de la mayor parte
de los movimientos asociados a la actividad física, como levantar,
correr, lanzar, dar una patada o golpear.
Articulaciones:
 Una articulación es la unión entre dos o mas huesos como un elemento funcional.
Osteoporosis y actividad física
El hueso es un tejido complejo, vivo y dinámico, que sufre un proceso constante
llamado remodelación, en el cual células destructoras de hueso, llamadas
osteoclastos, eliminan hueso mientras otras células, llamadas osteoblastos,
estimulan su formación. Existen dos tipos, o categorías, de huesos: hueso cortical
(compacto) y hueso esponjoso (trabecular). El hueso cortical es duro y denso y se
encuentra principalmente en las capas externas de las diáfisis de los huesos largos,
como los de los brazos y las piernas. El hueso esponjoso es mucho menos denso que
el cortical y se encuentra en el área interior de los huesos largos, en las vértebras y
en la cabeza del fémur. Es el lugar donde se produce la hematopoyesis, la síntesis de
las células sanguíneas. El calcio y el fósforo son dos minerales importantes que
ayudan a la formación de los huesos del cuerpo.
La osteoporosis, que literalmente significa «huesos
porosos», es una enfermedad en la cual los huesos se
vuelven débiles y quebradizos, condición que los hace más
susceptibles de romperse, en particular en la columna y en
la cadera. Junto con una nutrición correcta, incluida una
ingesta adecuada de calcio, el ejercicio es un componente
importante para la salud ósea. Según la ley de Wolff, el
hueso se adapta en respuesta al estrés al que es sometido.
Por ejemplo, se ha demostrado que los ejercicios con el
propio peso corporal, como correr, producen un aumento
de la densidad mineral ósea (5). También el entrenamiento
de fuerza es efectivo para incrementar la densidad mineral
ósea.
Como el músculo, el hueso también se adapta al ejercicio
aumentando su masa y su fuerza. Los ejercicios con el
propio peso corporal y el entrenamiento de fuerza son las
mejores formas de ejercicio para aumentar la densidad
mineral del hueso.
Tendones y ligamentos
Hay dos tejidos conectivos asociados al sistema esquelético:
los tendones y los ligamentos. En este mismo capítulo hemos
descrito los tendones como un tejido conectivo que inserta
el músculo al hueso. Los tendones están diseñados para
resistir las fuerzas de tensión que se producen cuando los
músculos tiran de los huesos, y están formados
principalmente por colágeno, una proteína no elástica. Los
ligamentos, que conectan huesos a otros huesos, también
están formados por colágeno, pero contienen además una
proteína elástica llamada elastina. Esto hace que los
ligamentos tengan cierta capacidad de estiramiento, lo que
permite que haya un equilibrio entre la estabilización de una
articulación y la permisión de cierta movilidad.
Conclusión
En líneas generales, la actividad física implica que el sistema nervioso active
los músculos, y que estos a su vez tiren de los huesos y de los tejidos
conectivos asociados a ellos. Los entrenadores personales deberían tener un
buen conocimiento de la estructura y la función de estos tejidos para entender
cómo funcionan durante la actividad física. Estos conocimientos les ayudarán a
llevar a cabo programas de ejercicio seguros y eficaces y les proporcionarán la
base necesaria para entender las adaptaciones específicas que se producen
cuando se repiten sesiones de distintos tipos de actividad física.

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