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¿Qué son los músculos?

Los músculos son tejidos que se contraen para mover partes de su cuerpo. Usted posee distintos
tipos de músculos:

Músculo esquelético

Músculo liso

Músculo cardíaco

Los músculos esqueléticos están unidos a los huesos y se presentan en pares; por ejemplo, los
músculos bíceps flexionan los codos y los músculos tríceps los enderezan. Los músculos
esqueléticos son voluntarios (lo que significa que usted los mueve cuando lo desea).

Los músculos lisos rodean sus arterias, venas e intestinos. Los músculos lisos de sus vasos
sanguíneos se contraen y se relajan para regular el flujo sanguíneo. Los músculos lisos de sus
intestinos se contraen para desplazar los alimentos y las heces a través de su aparato digestivo.
Usted no puede controlar sus músculos lisos. Hacen su trabajo sin que usted lo piense.

El músculo cardíaco (miocardio) es un tipo especial de músculo que nunca necesita detenerse


para descansar y no está bajo el control de su voluntad.

¿Cómo funcionan los músculos?

Los músculos generan energía a partir de los alimentos y el oxígeno que circulan por el torrente
sanguíneo. Los músculos emplean esta energía para contraerse (acortarse). Cuanto más grandes
son los músculos y mayor es el aporte de sangre, más fuerte se pueden contraer.

Los músculos solo pueden tirar, no pueden empujar

Sin una buena irrigación sanguínea, sus músculos no pueden hacer demasiado trabajo.

Ciertos tipos de ejercicio, por ejemplo, levantar pesas, pueden hacer que sus músculos se
agranden y se fortalezcan. Otros tipos de ejercicio, como correr, pueden dar a sus músculos más
resistencia (pueden trabajar durante más tiempo).

Un músculo es un tejido compuesto de miocitos que en su interior comprende otros


elementos que tienen la capacidad de contraerse para así producir un deslizamiento de
sus proteínas y lograr un movimiento final. Además son estructuras que tienen entre sus
propiedades la elasticidad, flexibilidad, excitabilidad y la contractilidad.

1. Músculo cardíaco
El músculo cardíaco, también llamado miocardio, es el músculo que recubre el
corazón y posibilita los movimientos de este órgano, permitiendo el trasporte de
sangre y oxígeno a otros órganos y tejidos del organismo, lo que es vital para
mantener el buen funcionamiento del cuerpo. 
Este músculo se clasifica como involuntario, pues su función es desempeñada
independientemente del deseo de la persona. Asimismo, presenta estrías, por lo
que también se denomina estriado cardíaco, y está constituido por células
alargadas y ramificadas que se contraen de forma vigorosa y rítmica. 

2. Músculo liso
Este tipo de músculo posee contracción involuntaria y lenta, y puede encontrarse
en la pared de órganos huecos como el sistema digestivo, la vejiga, el útero y los
vasos sanguíneos, por ejemplo. A diferencia del músculo cardíaco, este no
presenta estrías, razón por la que es denominado músculo liso y está regulado por
el sistema nervioso autónomo. 

3. Músculo esquelético
El músculo esquelético también es estriado; no obstante, a diferencia de los otros
tipos de músculos, este se puede contraer de forma voluntaria, es decir, para que
exista movimiento. Por ello, es necesario que la persona dé la señal para que
exista la contracción del músculo.

Este tipo de músculo está fijado a los huesos por medio de los tendones,
permitiendo que haya movimiento de los músculos del brazo, piernas y manos, por
ejemplo. Además, mantienen la posición del cuerpo y la postura. Otros como el
músculo extra ocular del ojo y el de la lengua no están conectados con el
esqueleto pero proporcionan movimientos voluntarios específicos.  

Un hueso es un tejido vivo que conforma el esqueleto del cuerpo. Existen tres tipos de
tejidos óseos, entre los que se incluyen los siguientes: Tejido compacto. El tejido más
rígido y externo de los huesos.
Los huesos proporcionan sostén a nuestros cuerpos y ayudan a darles forma. Aunque
sean muy ligeros, los huesos son lo bastantes resistentes como para soportar todo
nuestro peso. Los huesos también protegen los órganos de nuestros cuerpos. El cráneo
nos protege el cerebro y conforma la estructura de la cara.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD


 
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¿Qué son los huesos y qué hacen?

Los huesos proporcionan sostén a nuestros cuerpos y ayudan a darles forma. Aunque sean
muy ligeros, los huesos son lo bastantes resistentes como para soportar todo nuestro peso.

Los huesos también protegen los órganos de nuestros cuerpos. El cráneo nos protege
el cerebro y conforma la estructura de la cara. La médula espinal, un canal de intercambio de
mensajes entre el cerebro y el cuerpo, está protegida por la columna vertebral (o espina
dorsal). Las costillas forman la caja torácica, que alberga el corazón y los pulmones en su
interior, y la pelvis ayuda a proteger la vejiga, parte de los intestinos y, en las mujeres,
los órganos reproductores.
Los huesos están compuestos por un armazón proteico de colágeno, junto con un mineral
llamado fosfato cálcico, que confiere resistencia y dureza al armazón. Los huesos
almacenan calcio, un mineral que pueden liberar en el torrente sanguíneo cuando esta
sustancia es necesaria en otras partes del cuerpo. Las cantidades de algunas vitaminas y
minerales que ingerimos, sobre todo la vitamina D y el calcio, afectan directamente a la
cantidad de calcio que almacenamos en nuestros huesos.

Los huesos están compuestos por dos tipos de tejido óseo:

1. El hueso compacto (o hueso cortical) es la parte sólida, dura y más externa del
hueso. Tiene el aspecto del marfil y es sumamente resistente. Su interior está lleno de
orificios y canales, atravesados por vasos sanguíneos y nervios.
2. El hueso esponjoso, que, como indica su nombre, se parece a una esponja, y se
encuentra dentro del hueso compacto. Está formado por un entramado en forma de
malla compuesto por pequeños trozos de hueso llamados trabéculas óseas. Aquí es
donde se encuentra la médula ósea.
En este hueso blando, es donde se fabrican la mayoría de las células sanguíneas. La médula
ósea contiene células madre, que fabrican los glóbulos rojos de la sangre y las plaquetas, así
como algunos tipos de glóbulos blancos. Los glóbulos rojos transportan oxígeno a los tejidos
corporales, y las plaquetas contribuyen al proceso de coagulación cuando alguien se hace un
corte u otro tipo de herida. Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a luchar contra las
infecciones.

Los huesos se mantienen unidos a otros huesos a través de unas largas tiras fibrosas
llamadas ligamentos. El cartílago, una sustancia flexible y elástica que contienen las
articulaciones, sujeta los huesos y los protege en los puntos donde varios huesos friccionan
entre sí.

¿Cómo crecen los huesos?

Los huesos de los niños y los de los adolescentes son más pequeños que los de los adultos y
contienen cartílago de crecimiento, también conocido como "placa de crecimiento" o "placa
epifisaria". Estas placas están compuestas por células cartilaginosas que se multiplican,
creciendo en longitud y convirtiéndose, más adelante, en hueso mineralizado y duro. Estas
placas de crecimiento son fáciles de detectar en una radiografía. Puesto que las niñas
maduran antes que los niños, sus placas de crecimiento se transforman en hueso duro a
edades más tempranas.

La construcción ósea se prolonga durante toda la vida, ya que el cuerpo renueva y


reconstruye constantemente al tejido vivo de los huesos. Los huesos contienen tres tipos de
células:
1. los osteoblastos, que fabrican huesos nuevos y ayudan a reparar las lesiones óseas
2. los osteocitos, células de hueso maduro que ayudan a continuar con la formación de
nuevos huesos
3. los osteoclastos, que rompen o descomponen el tejido óseo para ayudar a esculpirlo y
a darle forma

¿Qué son los músculos y qué hacen?


Los músculos tiran de las articulaciones, lo que nos permite movernos. También ayudan al
cuerpo a desempeñar funciones como masticar alimentos y transportarlos a través del sistema
digestivo.

Incluso cuando estamos sentados y completamente quietos, hay músculos de nuestro cuerpo
que están en constante movimiento. Los músculos ayudan a hacer latir al corazón, a que el
tórax se expanda y se contraiga mientras respiramos y a que los vasos sanguíneos regulen la
tensión arterial y el riego sanguíneo por todo el cuerpo. Cuando sonreímos o hablamos, los
músculos nos ayudan a comunicarnos, y, cuando hacemos ejercicio, nos ayudan a
mantenernos sanos y en forma.

Los seres humanos disponemos de tres tipos de músculos:


1. Los músculos esqueléticos están unidos a los huesos a través de tendones fibrosos,
como en las piernas, los brazos y la cara. Los músculos esqueléticos también se
llaman "estriados" porque están compuestos por fibras que poseen franjas o estrías
horizontales cuando se ven al microscopio. Estos músculos mantienen unido al
esqueleto, dan forma al cuerpo y lo ayudan en los movimientos cotidianos (también se
conocen como "músculos voluntarios", porque podemos controlar conscientemente
sus movimientos). Este tipo de músculo se puede contraer (acortar o tensar) rápida y
enérgicamente, pero se cansa con facilidad.
2. Los músculos lisos o involuntarios también están formados por fibras, pero este
tipo de músculo tiene un aspecto liso en vez de estriado. No podemos controlar
conscientemente los movimientos de los músculos lisos; contrariamente, están
controlados automáticamente por el sistema nervioso (motivo por el que también
reciben el nombre de "involuntarios"). Las paredes del estómago y de los intestinos
son ejemplos de músculos lisos, que ayudan a descomponer los alimentos y a
trasportarlos por el sistema digestivo. También hay músculos lisos en las paredes de
los vasos sanguíneos; se encargan de tensarlas o aflojarlas para influir en el riego
sanguíneo, lo que ayudar a controlar la tensión arterial. Los músculos lisos tardan más
tiempo en contraerse que los esqueléticos, pero pueden permanecer contraídos
durante más tiempo porque no se cansan tan fácilmente.
3. El músculo cardíaco se encuentra en el corazón. Las paredes de las cavidades
cardíacas están compuestas casi completamente por fibras musculares. El músculo
cardíaco también es un músculo de tipo involuntario. Sus contracciones, rítmicas y
enérgicas, expulsan la sangre del corazón mientras late.

¿Cómo funcionan los músculos?

Los movimientos que hacen los músculos están coordinados y controlados por el cerebro y el
sistema nervioso. Los músculos involuntarios están controlados por estructuras que se
encuentran en las profundidades del cerebro y en la parte superior de la médula espinal, lo
que se conoce como "tronco cerebral". Los músculos voluntarios están controlados por las
partes del cerebro conocidas como la corteza cerebral motora y el cerebelo.

Cuando usted decide moverse, la corteza motora envía una señal eléctrica, a través de la
médula espinal y de los nervios periféricos, a los músculos, haciendo que estos se contraigan.
La corteza motora de la parte derecha del cerebro controla los músculos de la parte izquierda
del cuerpo y viceversa.
El cerebelo coordina los movimientos musculares que dirige la corteza motora. Los sensores
de los músculos y de las articulaciones envían mensajes de retroalimentación a través de los
nervios periféricos para indicar al cerebelo y a otras partes del cerebro dónde y cómo se está
moviendo el brazo o la pierna y en qué posición se encuentra. Esta retroalimentación permite
que hagamos movimientos fluidos y coordinados. Si quiere levantar un brazo, el cerebro envía
un mensaje a los músculos del brazo, y este se mueve. Cuando usted corre, participa una
mayor cantidad de mensajes cerebrales, porque hay muchos músculos que deben trabajar al
unísono o de forma encadenada.

Los músculos mueven distintas partes del cuerpo contrayéndose y relajándose. Los músculos
pueden tirar de los huesos, pero no pueden llevarlos de nuevo a su posición inicial. Por eso,
trabajan en pares de flexores y extensores. El flexor se contrae para doblar una extremidad
en una articulación. Luego, una vez completado el movimiento, el flexor se relaja y el extensor
se contrae para extender o estirar el miembro en la misma articulación. Por ejemplo, el bíceps,
un músculo ubicado en la parte superior y anterior del brazo, es un flexor, mientras que el
tríceps, ubicado en la parte superior y posterior del brazo, es un extensor. Cuando doblamos
el brazo a la altura del codo, el bíceps se contrae. Luego el bíceps se relaja y el tríceps se
contrae para enderezar el codo y estirar el brazo.

¿Qué son las articulaciones y qué hacen?

Las articulaciones son las uniones entre huesos. Hacen que el esqueleto sea flexible; sin
ellas, el movimiento sería imposible.

Las articulaciones permiten que nuestro cuerpo se mueva de muchas maneras. Algunas de
ellas se abren y se cierran como si fueran bisagras (por ejemplo, las rodillas y los codos),
mientras que otras permiten hacer movimientos más complejos. El hombro o la articulación de
la cadera, por ejemplo, nos permite hacer movimientos hacia adelante, hacia atrás, laterales y
de rotación.

Las articulaciones se clasifican en función de su gama de movimientos.

 Las articulaciones inmóviles o fibrosas no se mueven. La bóveda craneal, por


ejemplo, está formada por placas óseas; aunque se muevan ligeramente durante el
nacimiento para fusionarse más adelante cuando el cráneo deje de crecer, luego
permanecen inmóviles. Entre los bordes de estas placas, hay uniones, o
articulaciones, de tejido fibroso. Las articulaciones fibrosas también mantienen los
dientes fijos en la mandíbula.
 Las articulaciones semimóviles o cartilaginosas presentan muy poco movimiento.
Están unidas por cartílago, como en la columna. Cada una de las vértebras de la
columna se mueve con respecto a la vértebra superior e inferior y, conjuntamente,
estos movimientos dan flexibilidad a la columna vertebral.
 Las articulaciones móviles o sinoviales se mueven en muchas direcciones. Las
principales articulaciones del cuerpo, como las de la cadera, los hombros, los codos,
las rodillas, las muñecas y los tobillos, son móviles. Están llenas de líquido sinovial,
que actúa a modo de lubricante para ayudar a las articulaciones a moverse con
facilidad.

Hay tres tipos de articulaciones móviles que desempeñan un papel importante en el


movimiento voluntario:

1. Las articulaciones en bisagra solo permiten el movimiento en una dirección, como


las rodillas y los codos.
2. Las articulaciones en pivote (o trocoides) permiten el movimiento giratorio o de
rotación, como cuando la cabeza gira de un lado a otro.
3. Las articulaciones esféricas son las que permiten la mayor libertad de movimiento.
Las caderas y los hombros tienen este tipo de articulación, donde el extremo redondo
de un hueso largo encaja en el hueco de otro hueso.

1. Los huesos planos protegen órganos internos


Hay huesos planos en la estructura ósea de la cabeza (occipital, parietal, frontal,
nasal, lagrimal y vómer), la caja torácica (esternón y costillas) y la pelvis (ilion,
isquion y pubis). La función de los huesos planos es proteger los órganos internos
como el encéfalo, el corazón y los órganos pelvianos. Los huesos planos son algo
aplanados y pueden brindar protección, como un escudo; los huesos planos
también pueden proporcionar áreas grandes para la unión de los músculos.

2. Los huesos largos soportan el peso y facilitan los


movimientos
Los huesos largos, más largos que anchos, incluyen el fémur (el hueso más largo
del cuerpo), así como huesos relativamente pequeños en los dedos de las manos.
La función de los huesos largos es soportar el peso del cuerpo y facilitar los
movimientos. Los huesos largos se ubican principalmente en el esqueleto
apendicular e incluyen huesos en los miembros inferiores (la tibia, el peroné, el
fémur, los metatarsianos y las falanges) y huesos en los miembros superiores (el
húmero, el radio, el cúbito, los metacarpianos y las falanges).

3. Los huesos cortos tienen forma de cubo


Los huesos cortos tienen aproximadamente la misma longitud que ancho. Los
huesos cortos se ubican en las articulaciones de la muñeca y el tobillo y
proporcionan estabilidad y permiten algunos movimientos. Los huesos carpianos
en la muñeca (escafoides, hueso semilunar, piramidal, hueso ganchoso, pisiforme,
hueso grande, trapezoide y trapecio) y los tarsianos en los tobillos (calcáneo,
astrágalo, navicular, cuboides, cuneiforme lateral, cuneiforme intermedio y
cuneiforme medial) son ejemplos de huesos cortos.

4. Los huesos irregulares tienen formas complejas


Los huesos irregulares varían en forma y estructura y, por lo tanto, no caben en
ninguna otra categoría (planos, cortos, largos o sesamoideos). Con frecuencia
tienen una forma bastante compleja, que ayuda a proteger órganos internos. Por
ejemplo, las vértebras, huesos irregulares de la columna vertebral, protegen la
médula espinal. Los huesos irregulares de la pelvis (pubis, ilion e isquion)
protegen órganos de la cavidad pelviana.

5. Los huesos sesamoideos refuerzan tendones


Los huesos sesamoideos son huesos que están incluidos en tendones. Estos
pequeños huesos redondos habitualmente se encuentran en los tendones de las
manos, rodillas y pies. La función de los huesos sesamoideos es proteger los
tendones del estrés y el deterioro. La rótula, comúnmente denominada patela, es
un ejemplo de hueso sesamoideo.

Los huesos planos están compuestos de una capa de hueso esponjoso entre dos capas


delgadas de hueso compacto. Tienen una forma plana, no redondeada. Los ejemplos
incluyen el cráneo y los huesos de las costillas. Los huesos planos tienen médula, pero
no tienen una cavidad de médula ósea.

Son huesos duros y densos que brindan resistencia, estructura y movilidad. El hueso del


muslo (fémur) es un ejemplo de hueso largo. Los huesos largos tienen una diáfisis y
dos extremos.

Los huesos cortos tienen la forma aproximada de un cubo, contienen en su


mayoría hueso esponjoso y están localizados en las manos y en los pies. La superficie
exterior de estos huesos está conformada por una capa delgada de hueso compacto. La
rótula también se considera un hueso corto.
Los huesos irregulares, de forma caprichosa, se ubican en la base del cráneo, cara y
columna vertebral. Algunos de ellos presentan casi exclusivamente hueso compacto y en
otros el tejido óseo esponjoso forma un núcleo central cubierto por tejido óseo compacto .

Los huesos sesamoideos se desarrollan en el espesor de ciertos tendones o de la


cápsula fibrosa que envuelve algunas articulaciones. Estos huesos son generalmente
nódulos ovoides, de pocos milímetros de diámetro, pero varían en forma y tamaño,
algunos muy grandes, como la patela.

1: sostén: los huesos son el soporte de los tejidos blandos, y el punto de apoyo de la


mayoría de los músculos esqueléticos. 2: protección: los huesos protegen a los órganos
internos, por ejemplo el cráneo protege al encéfalo, la caja torácica al corazón y
pulmones. 3: movimientos: en conjunto con los músculos.

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