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 Concepto y naturaleza jurídica:

Entiendo de suma importancia la definición del concepto que se desea regular. El Perú al
considerar a sus partidos como “personas jurídicas de derecho privado”, las entiende como si
fueran sociedades civiles o comerciales, restándole la clara injerencia que tiene la consolidación
de diversos y heterogéneos partidos políticos para promover los valores democráticos, de
tolerancia y de participación ciudadana. Tomando a los partidos como sujetos del derecho
público se los estaría considerando inherentes al orden público, y por lo tanto, requerirían de una
protección especial, y en caso de disputas, debería intervenir el Estado como poder público.
De esta manera a su vez, no se requerirían enmiendas para el financiamiento por parte del Estado
de los partidos, que lo precisan constantemente tanto para sus actividades de propaganda, como
partidarias y en tiempos electorales. Este cambio en su naturaleza da pie al próximo cambio en la
legislación del Perú que propongo.
Regular a los partidos como sujetos de derecho privado dispone un rasero ficticio para todos
ellos dado que el nivel de poder, influencia y recursos económicos pueden variar
sustancialmente entre una fuerza y otra.
Mi primera medida entonces de regulación, sería llevar a la esfera del derecho público la
legislación sobre los partidos políticos por la importancia de su naturaleza, como se expresó
anteriormente. De esta manera se contribuiría a fortalecer al Estado democrático y
representativo.
 Financiamiento de los partidos políticos
Propio de las reformas electorales de segunda generación, que se encargaron de darle rango
constiutcional a los partidos políticos, y más particularmente de aquellas de la tercera, que
regularon más específicamente sus dinámicas internas, es de suma importancia recuperar la
transparencia en el financiamiento de los partidos y organizaciones políticas. Como bien se
detalla en el Módulo, la legitimidad de los partidos está íntimamente relacionada con la
legitimidad de la democracia misma, es por eso mismo que propongo la eliminación de la
posibilidad de financiamiento mixto. Se ha demostrado, y de hecho en Perú se ha
reglamentado y hasta castigado hace poco el desembolso de recursos por parte de la iniciativa
privada por fuera del Estado. El poder de lobby de ciertas empresas, organizaciones, grupos de
interés que velan por sus propios beneficios al apoyar a cierto partido u otro. De hecho, también
como en el resto de América Latina, los outsiders suelen ser empresarios “selfmade”, que
presentan ideologías muy difusas y generales, y terminan desembolsando millones y millones
para obtener su cuota de poder. Recordemos que este tipo de “ayudas económicas” suelen
hacerse en efectivo y por medios poco legales, la apertura de una cuenta única bancaria
centralizaría y evitaría problemas con el lavado de dinero.
Sostengo que una de las soluciones para fortalecer la democracia es apostar a la transparencia y
si el Estado –con un órgano de control específico de cooperación como la ONPE en Perú- se
hiciera cargo de los costos tanto operativos, logísticos y propagandísticos, no dejaría la
posibilidad a irregularidades en los presupuestos anuales ni en las rendiciones de cuenta.
Para reforzar esta postura recomiendo leer la siguiente nota sobre financiamiento de
organizaciones políticas: http://larepublica.pe/impresa/politica/715687-opinan-que-el-estado-
debe-invertir-en-financiamiento-de-los-partidos-politicos
 Democracia interna y perspectiva de género:
Para estar en sintonía con las legislaciones de avanzada en la región sobre la cuota de género y la
democratización al interior de los partidos políticos, me parece una regulación clave la de
disponer la paridad de género para las listas resultantes para las elecciones. El algoritmo
para solucionar la diferencia entre los candidatos y candidatas propuestos dentro de los partidos
y los que terminan efectivamente compitiendo por el poder real no suele ser simple. Sin
embargo, entiendo de extrema relevancia y muy beneficioso para la sociedad que se reglamente
una paridad al 50/50 para poder compensar la historia trágica de subordinación de la mujer en el
ámbito político sólo por su condición biológica. Asimismo debería haber una cuota de
representación indígena visto y considerando que en el Perú conviven

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