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El argentino E.S.

Hess está orgullosa de su tiempo de ser piloto en la marina y al parecer también de


los asesinatos que cometiera por encargo de la Junta. Según parientes y ex empleados Hess ha
narrado que las victimas aturdidas, que fueron llevadas en avion sobre el mar, desnudadas y echadas
de unos mil metros de altitud “cayaron como hormiguitas.“

J.A. Poch, que últimamente había volado para la aerolínea neerlandés Transavia, también contó de
sus intervenciones durante la dictadura militar de 1976 a 1983. En frente de compañeros, así
informan aquellos, confesaba los vuelos mortales y designaba todas las victimas “terroristas de
extrema izquierda.“

Hess y Poch son unos de los 68 acusados, entre ellos 30 exmilitares, que desde el miércoles pasado
se tienen que justificar ante el tribunal en Buenos Aires por los vuelos muertos, otros asesinatos así
como tortura. Ambos se han declararo inocentes. Dos pilotos acusados mas habían trabajado
durante años para la aerolínea Aerolíneas Argentinas. Es el tercer y hasta entonces el juicio más
grande tratando los incidentes de la antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) situado en
una periferia del norte de la capital. En la ESMA, que servía para la Junta como cárcel secreto y
punto de partida de varios vuelos mortales, eran detenidos en total 5 000 oposicionias al régimen, o
mejor decir los que los generales llamaron así; activistas de izquierda y guerilleros, sindicalistas,
estudiantes, periodistas, simpatizantes e intelectuales.

Tambíén la monja francesa Leonie Duquet y la sueca de 17 años Dagmar Hagelin, que fue
confusada por una guerillera están entre 789 victimas. Solo un puñado de personas salían de la
ESMA en vivo.

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