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¡Hola! me llamo Alejandra Monroy, tengo 36 años y vivo por la zona oeste partido de Morón.
Soy docente en una primaria de gestión pública en 5to y 6to año.
El video me llevó a reflexionar primero sobre los adultos que cuentan sus vivencias y
recuerdan a ese niño o niña que fueron con sed de curiosidad y la falta de respuestas. Segundo
al bellísimo cuento de Elsa Bornemann "A mí me trajo una cigüeña", haciendo referencia a que
la información que les brindaban en su infancia, respecto a temas sobre el desarrollo y la
reproducción, no servía de base para construir conocimiento. En tercer lugar a la
fragmentación que se hacía de la subjetividad, no pudiendo facilitar información necesaria
para lograr entenderse integralmente y aceptarse como seres sexuados, que sentimos,
deseamos, cambiamos y vivimos en un mundo que produce información constante. Y por
último a la necesidad y responsabilidad de trabajar la ESI como eje que articula toda la
trayectoria educativa, considera a los estudiantes como sujetos integrales y ayuda a
sistematizar y ordenar tanta información que obtienen del medio.
MODULO 2 . Clase 2
En esta ocasión compartiré con ustedes una situación que me impactó a lo largo de mi
trayectoria escolar y que, mientras leía los modelos biomédico y moralista desarrollados en el
marco teórico, comencé a recordar y a relacionar.
Transcurría el año 2001, teniendo 15 años me encontraba transitando primer año del
polimodal en la ESB N°45 “La Salle” del partido de La Matanza, localidad de Ramos Mejía. Nos
encontrábamos en a clase de biología, con un profesor que no recuerdo el nombre, y
empezamos a preguntarle sobre los vínculos, el noviazgo y las relaciones sexuales. Le hacíamos
preguntas, al profesor, sobre métodos anticonceptivos, enfermedades entre otras cosas.
Recuerdo esa sensación de incertidumbre, miedo y curiosidad que nos surgían de nuestras
primeras relaciones de noviazgo adolescente.
El docente en cuestión, al escucharnos, se mostró molesto con nuestras preguntas, nunca
habilitó el dialogo y sus únicas palabras fueron “el mejor anticonceptivo es no tener
relaciones sexuales ya van a tener tiempo de ser madres, dedíquense a estudiar” y continuó
con su clase.
Para mí y para mi grupo de amigas fue una situación impactante porque nos sentimos
silenciadas, ignoradas y solas. Teníamos la necesidad de hablar, de saber, de que nos cuiden,
nos pasaban un montón de cosas emocionales, vivenciales y solo podíamos contenernos entre
nosotras, con la información que cada una tenía.
En paralelo a esta situación una amiga del curso estaba por realizarse un aborto, con pastillas
que vendía una señora del barrio y la única contención que tenía eran sus amigas. Estábamos
solas, así nos recuerdo.
Esta situación la relaciono directamente con los modelos biomédico y moralista que fueron
parte de la ESI de mi trayectoria escolar, por el evidente reaccionar del docente y su frase
concreta. También a las desigualdades basadas en el sexo y el género ya que la preocupación,
la ocupación y acompañamiento de mi amiga embarazada fue pura y exclusivamente de sus
amigas mujeres, nunca participo, ni intervino su pareja, que era nuestro compañero.
Actualmente también relaciono estos conceptos por varios comentarios que he escuchado,
entre docentes, haciendo referencia a como las niñas están más “adelantadas”, en cómo se
visten o si buscan a los varones, poniendo una marca moralista y el ojo siempre en lo que hace
la mujer.
Mucho que reflexionar y que atender, mucho que contener y hacernos responsables como
adultos y más aún como docentes. Hoy a mis 36 años me detengo y miro para atrás y abrazo a
esas niñas y me fortalezco en mi lugar privilegiado de militancia que es el aula.
Saludos!
Este año tengo la gratitud de compartir mi recorrido con un grupo de estudiantes que hacen
visible la diversidad y la apropian como característica grupal. Soy docente de quinto y sexto
año y abordo las áreas de CN y Matemática, pero mi carga administrativa y organizativa como
MG es en el quinto año, grupo al cual me refería con anterioridad.
Llevamos adelante talleres de ESI junto al EOE y por gusto y disfrute personal tengo aparte de
los institucionales talleres planificados con mi grupo.
Estábamos llevando adelante una propuesta donde se encontraba todo el grupo parado en el
centro del salón y en las paredes del aula había colocado posibles respuestas NO SÉ, Sí, NO,
PUEDE SER, escritas en carteles y pegadas una en cada pared del aula. La consigna era
escuchar las preguntas y dirigirse caminando a la posible respuesta seleccionada
individualmente. Les realicé una variedad de preguntas como: alguna vez tuviste ganas de
ponerte un vestido? Jugaste a cuidar bebés? No lloraste por miedo a lo que iban a decir?
Tuviste miedo? Te quedaste con las ganas de hacer algo? No entendieron el porqué de una
norma o una regla? Te quisiste maquillar? Sentiste que no te respetaron? Entre una gran
variedad de preguntas basadas en los cinco pilares fundamentales de la ESI. En un momento
pregunté, te sentís conforme con tu cuerpo? Y uno de mis estudiantes se dirigió orgulloso al
cartel que contenía la respuesta SÍ , se dio vuelta apoyándose contra la pared y dijo “amo mi
cuerpo y me siento una nena” , el resto de los estudiantes lo aplaudió porque se ganó el
protagonismo, y sin prejuicio alguno se continuó con la dinámica.
Destaco esta situación porque la construcción de ese espacio y de esa comodidad para
expresarse es cotidiana, día a día formamos en ESI, día a día como docentes somos ejemplo de
materializar los propósitos de la ley de ESI. Con nuestros gestos, nuestras miradas, nuestras
intervenciones, nuestra formación, nuestro tono de voz,la concepción de los concepto
desarrollados. No es solo el planeamiento de un taller, es como nosotros nos paramos frente a
la diversidad, y frente a la forma que garantizamos los derechos.
Lo que relate fue una situación determinada en un taller, pero que fue posible gracias a las
ocho horas de cada día, a cada semana, donde se interviene constantemente en la formación
de personas conscientes de sus cuerpos, de sus deseos, de la diversidad y de la validación de
que son sujetos de derecho.
Lo que relate fue una situación determinada en un taller, pero que fue posible gracias a las
ocho horas de cada día, a cada semana, donde se interviene constantemente en la formación
género, entre otros que fueron saliendo de los discursos y las preguntas de los estudiantes. Se
reflexiono sobre las preguntas y sobre las respuestas mas relevantes, construyendo la idea de
que la normalidad es una ilusión, una construcción cultural y que existen tantas sexualidades