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EL ESPÍRITU SANTO Y
SUS
MANIFESTACIONES
El ESPÍRITU SANTO representa el espíritu de Dios, que permanece con nosotros en este mundo
para ayudarnos a sobrellevar las adversidades propias de la vida.
El Espíritu Santo es además la tercera persona de la trinidad, que completan el Dios padre y el
Dios hijo (Jesucristo).
Generalmente se representa con la forma de una paloma ya que según el evangelio: “Jesús
salió del agua; y entonces se le abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios que descendía en
forma de paloma y venía sobre Él” (San Mateo 3,16).
En este sentido el Espíritu Santo es aquel que genera un nuevo nacimiento en la persona que
recibe a Cristo Jesús como su Señor y Salvador. Desde ese momento este espíritu divino entra
en la persona y empieza a hacer una transformación radical en todos los aspectos, en su
manera de actuar, de pensar, de hablar y éste se revela de una forma sobrenatural y poderosa.
Al respecto en la biblia podemos ver cómo Jesús anunció que debemos nacer de nuevo para
tener acceso al reino de los cielos: “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios”(Juan 3:5)
De esta manera, nuestro cuerpo es morada y templo del Espíritu Santo, donde todo creyente,
sea débil e imperfecto, posee el poder de Dios para hacer su voluntad y cumplir con el
propósito que tiene en este mundo.
El Espíritu Santo después que Jesús ascendió a los cielos descendió el Espíritu Santo, que se
convirtió en el enviado por Dios para enseñar todo lo correcto delante del Señor.
De esta forma la persona que tiene el Espíritu Santo en su interior, va pasando del dominio del
pecado al dominio del Espíritu y se adentra en una etapa de crecimiento, progreso y libertad
espiritual, donde la meta es la madurez espiritual, y por eso tenemos la certeza de que si andamos
en el camino de Cristo, obtendremos la victoria frente a nuestro adversario.
HECHOS 1:8
2 TIMOTEO 1
Cuando tenemos el Espíritu Santo en nuestra vida, podemos discernir con claridad lo bueno y lo
malo. Sin embargo el enemigo se vale de muchas estrategias para engañarnos y adentrarnos en
el mundo de las tinieblas. Por lo cual debemos evitar los lugares donde podamos ser tentados,
porque podemos caer.
Tener el Espíritu Santo nos protege, nos resguarda, nos fortalece pero debemos ser prudentes y
andar en los caminos de Cristo, obedeciendo la palabra de Dios y haciendo la voluntad. Así que
la única razón justificable en la cual podamos transitar por ese mundo oscuro es para rescatar a
las almas y predicar el evangelio. Pero esto requiere de una cobertura especial, ya que el mundo
de las tinieblas es poderoso y no se debe tentar al diablo.
Dios nunca nos abandona, él nos guía a través de su Santo Espíritu a hacer su perfecta voluntad.
El Señor conoce todo de nosotros, nuestras debilidades y fortalezas y en cada situación él se
glorifica.
(Juan 16:13) Su Podernos guía, nos redarguye, nos enseña, nos equipa para hacer su obra y
expandir el EVANGELIO .
Jesús durante SU MINISTERIO fue lleno del Espíritu Santo (Lucas 4:1)
Juan 7: 37-40 )