ECO: ESCUELA DE CONSOLIDACIÓN

LECCIÓN 3

ESPÍRITU SANTO
PROPÓSITO
Que los alumnos puedan conocer, desde el principio bíblico, la naturaleza y la acción del Es-
píritu Santo, como el único Dios, en el plan de salvación para la humanidad.

INTRODUCCIÓN
Tomando la parte final de lo que dice el punto doctrinal Espíritu Santo, “Todos los miembros
de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, deben buscar el bautismo en el Espíritu
Santo y tratar de vivir constantemente en el Espíritu, como lo recomienda la Palabra de Dios
(Romanos 8:5-16; Efesios 5:18; Colosenses 3:5)”, es entonces necesario que cada creyente
conozca quien es el Espíritu Santo, qué es lo que hace en la vida de cada ser humano, pero
también lo que es capaz de hacer a través de ellos, por eso, en esta lección se estudiará la
naturaleza, acción y misión del Espíritu, esperando que en cada estudiante se despierte el
deseo de buscar esa llenura necesaria para su vida cristiana.

1. LA NATURALEZA DEL ESPÍRITU SANTO

“Creemos que el Espíritu Santo es el mismo Dios del Antiguo Testamento, encarnado en
Jesucristo y derramado en los corazones de los creyentes después de la glorificación del
Señor Jesucristo, que es quien lo envía (Joel 2:28-29; Ezequiel 36:26-27; Juan 7:37-39;4:16-
26; Hechos2:1-4).

El término “Espíritu” proviene del hebreo “rúakj” y del griego “pneúma”, palabras equivalen-
tes que significan aire en movimiento, viento (que recorre la tierra) y el aliento en los seres
vivos. La palabra Santo hace alusión a sus atributos morales y la palabra Espíritu hace re-
ferencia a la naturaleza de Dios. Esto significa que puede obrar entre los hombres pues es
un Espíritu, teniendo así la capacidad de ungir, regenerar, llenar y santificar al ser humano.
(Génesis 1:1-2; Hechos 1:5-8).

Espíritu Santo aparece dos veces en el Antiguo Testamento.

a) Isaías 63:10 “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo
cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.”. Esta expresión tiene un
alto valor pues resalta a los dos temas importantes: 1) “Santidad”, cualidad esen-
cial de Dios y 2) “rúakj”, expresión hebrea de la que traducimos Espíritu.

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 NIVEL DOS | LAS BASES DE NUESTRA FE

b) Salmos 51:11 “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu Santo Espíritu.”.

Durante su gran crisis debido a su pecado y sabiendo que es Dios mismo quien
está por abandonarlo, tal como sucedió con Saúl, David clama esperando no tener
la misma experiencia de antecesor en el trono.

El Espíritu Santo, es el dínamo divino, significa poder, fuerza, energía, lo que siempre está en
acción. Cuando la tierra estaba en caos, el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas (Génesis
1:12), allí estaba el poder divino. Cuando Sansón estaba en problemas hacía uso de su fuerza,
la cual le era dada porque el espíritu de Jehová venía sobre Él (Jueces 15:14). Cristo prometió
a sus discípulos que recibirían poder o “dunamis” al venir sobre ellos el Espíritu Santo. (Lu-
cas 24:49; Hechos 1:8). Cuando Isaías 11:2 habla del Espíritu que vendría sobre el Mesías se
le da el calificativo de Espíritu de Poder entre otros.

La naturaleza del Espíritu Santo es de constante movimiento y todo lugar donde Él se posa,
lo transforma de una manera sobrenatural, por eso la importancia de que cada corazón sea
lleno de esa gloriosa presencia.

ACTIVIDAD

Comparta en su grupo alguna experiencia que haya visto o tenido perso-

nalmente con el Espíritu Santo.

2. LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

La finalidad primordial de Dios al derramar de su Espíritu, es producir en la persona un nuevo
ser, una nueva naturaleza, conformar un nuevo carácter, producir un nuevo estilo de vida, y
con esto, hacerles aptos para participar de las promesas eternas, capacitándoles y dándoles
poder en la tarea de la proclamación del evangelio, por eso el punto doctrinal dice, “Creemos
también que el Espíritu Santo produce el nuevo nacimiento en la vida del creyente, el cual es
necesario para entrar en el reino de Dios (Juan 3:3; 1 Corintios 12:3) y es potencia que permite
testificar de Cristo (Hechos 1:8), y así mismo sirve para la formación de un carácter cristiano
más agradable a Dios (Gálatas 5:22-25)”.

La manera más común de como se conoce o distingue la llenura del Espíritu Santo es a través
de las nuevas lenguas, es decir, un idioma no entendible para el hombre, ya que la mayoría de
veces no serán lenguas humanas, serán lenguas del cielo y cuando estas sean para edificar
a la Iglesia, entonces Dios en su soberanía determinará quien las interprete, experiencia que
sigue vigente para la Iglesia de este tiempo, y cito textualmente lo que dice nuestro punto
doctrinal, “Creemos en el bautismo en el Espíritu Santo y que la demostración de que una
persona ha sido bautizada en él, son las nuevas lenguas o idiomas en que el creyente puede
hablar, y que esta señal es también para nuestro tiempo. (Mateo 3:11; Hechos 2:1-4,39)”.

La acción del Espíritu tiene dos grandes intenciones, por un lado, dar una nueva vida y es-
peranza al ser humano que vive alejado de la gracia de Dios por causa del pecado y por otro,
revestir de autoridad a sus hijos por medio de la manifestación de las nuevas lenguas que
denotan la llenura de la presencia de Dios, dando poder para una vida cristiana más plena.

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El Espíritu Santo es absolutamente necesario en el área espiritual de todos los redimidos

por la sangre de Cristo. El poder del Espíritu Santo hace en el área espiritual de los hombres
lo que el agua hace en el terreno material, limpia, purifica, refresca, fertiliza, restaura y con-
vierte el campo estéril en una tierra fructífera.

ACTIVIDAD

Comparta con el grupo como fue la experiencia que tuvo al hablar en

lenguas por primera vez.

3. LA MISIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

La misión del Espíritu tiene que ver concretamente con aquello que Él quiere hacer a través
de su pueblo, por esa razón cuando el Señor está a punto de partir, dice a sus discípulos que
la prioridad de ellos es buscar el poder del Espíritu Santo (Lucas 24:49), y entonces le serían
testigos en cualquier parte del mundo (Hechos 1:8), además de que esa presencia les recor-
daría todas sus palabras y les enseñaría todo lo que deberían de saber en esa nueva forma de
fe que ahora practicaban (Juan 14:26), y que al fin, en su partida, por este glorioso medio, su
Espíritu, daría dones a los hombres para edificar y bendecir a su propia iglesia (Efesios 4:7-8),
y en razón de esto dice el punto doctrinal, “El mismo Espíritu da dones a los hombres, que
sirven para la edificación de la Iglesia (Romanos 12:6-8; 1ª. Corintios 12:1-12; Efesios 4:7-13),
pero no aceptamos que haya en ningún hombre la facultad de impartir a otro algún don, “en
todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como
él quiere” (1ª. Corintios 12:11). “Y a cada uno fue dada la gracia conforme a la medida del don
de Cristo” (Efesios 4:7).”

Siempre es importante no confundir el ser depositarios de un don por el Espíritu Santo, que
el sentirse propietario de esa capacidad especial, porque quien reparte como Él quiere es el
Señor y nadie tiene el derecho de sentirse el protagonista por lo que a Dios le place hacer
a través de Él, es importante recordar que la misión es de Él y que la Iglesia sólo es su ins-
trumento.

La forma en que opera el Espíritu Santo en la regeneración es misteriosa e incomprensible,

como es el viento, que se desconoce de dónde viene y hacia dónde va, y tampoco se conoce
su camino. Sus operaciones son invisibles, sin embargo, su actividad, al igual que un viento
fuerte e inesperado, produce consecuencias y resultados que pueden ser vistos. Podemos
decir entonces que cuando el Espíritu Santo desea, produce en el ser humano cambios radi-
cales penetrando hasta las entrañas más íntimas de su corazón endurecido y con una fuerza
poderosa, eficaz e irresistible como el viento, lo transforma para que glorifique al Señor.

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ACTIVIDAD

Responda:

¿Alguna vez ha sentido que Dios le ha usado de forma sobrenatural?

Explique.

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¿Cómo se sintió después de esa experiencia? Compártalo con sinceridad

en el grupo.

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CONCLUSIÓN
El Espíritu Santo es Dios, el creador, dador de la vida y autor de nuestra salvación. Ante esto
el apóstol Pablo hace una afirmación poderosa y definitiva: “Ahora, pues, ninguna conde-
nación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu” Romanos 8:1.

APLICACIÓN

Toca esforzarnos por buscar la llenura del Espíritu Santo y mantener una
vida bajo su dirección experimentando en nosotros mismos su manifes-
tación transformadora y regeneradora, desarrollando una vida de poder
y en victoria porque “…el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del
Señor, allí hay libertad.” 2 Corintios 3:17.

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ECO: ESCUELA DE CONSOLIDACIÓN

UNIDAD 2. FUNDAMENTOS DE NUESTRA FE

LECCIÓN 4

RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
PROPÓSITO
Que el alumno conozca el sustento histórico y escritural de la resurrección de Jesucristo, de
tal forma que pueda defender su fe en este acto de soberanía de Dios; quien decidió morir y
resucitar como un proyecto permanente de salvación para la humanidad.

INTRODUCCIÓN
La Iglesia Apostólica de la fe en Cristo Jesús fundamenta sus creencias en veintiún prin-
cipios doctrinales; los cuales están plasmados en nuestra constitución y forman parte de
las enseñanzas básicas de nuestra fe. El cuarto principio es la “Resurrección de Jesucristo”,
esté dice: “Creemos en la resurrección literal de nuestro Señor Jesucristo que se efectuó
al tercer día de su muerte, como lo relatan los evangelios (Mateo 28:1-10; Marcos 16:1-20;
Lucas 24:1-12, 36-44; Juan 20:1-18) y el resto del Nuevo Testamento (1ª. Corintios 15:3-8).
Esta resurrección había sido anunciada por los profetas (Isaías 53:10-12) y es necesaria para
nuestra esperanza, justificación, santificación y glorificación final. (Romanos 4:25; 1ª. Co-
rintios 15:20). Creemos además que la resurrección de Jesucristo es la demostración de su
divinidad absoluta, señorío y soberanía en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra. (Juan
10:17,18; Mateo 28:18; Filipenses 2:10,11; Apocalipsis 1:17,18). Siendo la resurrección de Cristo
la base de nuestra fe como lo dice el apóstol Pablo a los corintios, “Y si Cristo no resucitó,
vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron
en Cristo han perecido. Si solamente en esta vida tenemos esperanza en Cristo, somos los
más dignos de lástima de todos los hombres. Pero ahora Cristo ha resucitado de entre los
muertos; y llegó a ser primicias de los que durmieron”. (1ª. Corintios 15:17-20). Cada creyente
debe conocer las evidencias que le permitan estar seguro de la veracidad de la resurrección;
y así mismo fortalecer las bases de su creencia y compartir con otras personas la obra po-
derosa de Jesucristo.

1. EVIDENCIAS HISTÓRICAS
La Biblia es considerada como un texto histórico, y en sus escritos podemos encontrar evi-
dencia de personas resucitadas. En el Antiguo Testamento encontramos la resurrección del

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hijo de la viuda de Sarepta (1º. Reyes 17:17-23), la resurrección del hijo de la sunamita (2º.
Reyes 4:31-37), también la de un cadáver que fue resucitado al tocar los huesos en la tumba
del profeta Eliseo (2º. Reyes 13:20-21).

En el Nuevo Testamento encontramos algunas resurrecciones registradas entre los milagros

que hizo el mismo Señor Jesucristo, la hija de Jairo (Marcos 5:38-43; Lucas 8:.49-56), Lázaro
(Juan 11:38-44) y el hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:11-17), sin contar las resurrecciones re-
gistradas en el libro de los Hechos.

Si bien es cierto que todos estos fueron resucitados por el poder milagroso de Dios, hay
una diferencia en la resurrección de Jesucristo; ya que todas las personas que habían sido
resucitadas volvieron a probar la muerte, es por esto que Cristo es las primicias, ya que Él
resucitó con un cuerpo glorificado para vida eterna.

Además de la evidencia histórica de la resurrección en la Biblia, hay otras evidencias sobre

la existencia de Jesús que quedaron escritas por grandes historiadores; Tácito (55-120 DC),
Pilino el Joven (62-114 DC), Cayo Suetonio Tranquilo (75-130 DC), y uno de los más conocidos
fue: Tito Flavio Josefo (37-100 DC), un historiador Judeo-romano del siglo I, quién escribe:
“En este tiempo existió un hombre sabio de nombre Jesús. Su conducta era buena y era
considerado virtuoso. Muchos judíos y gente de otras naciones se convirtieron en discípulos
suyos. Pilatos lo condenó a la crucifixión y a la muerte. Los convertidos en sus discípulos no
lo abandonaron. Relataron que se les había aparecido tres días después de su crucifixión y
que estaba vivo.” Josefo. 90 AD. Antigüedades XVIII. 3,3.

Estas y otras evidencias demuestran la existencia histórica de Jesús y la propagación del

testimonio de su muerte y resurrección entre sus discípulos y nuevos creyentes.

ACTIVIDAD

Lee con atención los siguientes pasajes bíblicos y explica cómo pueden
usarse para describir la resurrección de Jesucristo como un hecho his-
tórico.

Lucas 1:1-4 _________________________________________________________

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2ª. Pedro 1:16 _______________________________________________________

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2. EVIDENCIA ESCRITURAL
Para defender la resurrección de Jesucristo, primero debemos demostrar su muerte y se-
pultura, la muerte de Jesús está registrada en los cuatro evangelios; Lucas 24:46 “entonces
Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo

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dicho esto, expiró.” (Mateo 27:50, Marcos 15:37, Juan 19:30), así mismo su sepultura en Mateo
27:59,60 “Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro
nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada
del sepulcro, se fue”. (Marcos 15:46; Lucas 23:55; Juan 19:41-42).

La resurrección de Jesucristo ocurre al tercer día después de su sepultura, y se encuentra

registrado en la Biblia; Mateo 28:5-6 “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No te-
máis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues
ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor”. (Marcos 16.1-8; Lucas
24.1-12; Juan 20.1-10).

Además de estas evidencias; existen también los testimonios de las apariciones de Jesús a
sus discípulos durante 40 días después de la resurrección, en estas apariciones Cristo de-
muestra también su divinidad al resucitar en un cuerpo glorificado, el cual se da a conocer
de un momento a otro (Lucas 24:13-35), un cuerpo que traspasa paredes (Juan 20:19-20),
pero que al mismo tiempo es palpable (Juan 20:24-29), un cuerpo que tiene poder en el cielo
y en la tierra (Mateo 28:16-20), y es con ese mismo cuerpo glorificado que fue ascendido al
cielo (Lucas 24:50-51).

ACTIVIDAD 2

Relaciona ambas columnas:

a. Jesús aparece a María Magdalena Mateo 16:21-28 ( )

b. Jesús aparece a los pescadores Hechos 1:9-12 ( )
c. Jesús anuncia su resurrección Marcos 16:9 ( )
d. La ascensión de Jesús Lucas 24:13-32 ( )
e. Jesús y los caminantes a Emaús Juan 21.1-25 ( )

3. EVIDENCIA DE FE
Si bien hay suficientes evidencias históricas y escriturales de la resurrección de Jesucristo,
no podemos negar que hay muchas personas escépticas, la ciencia siempre ha pretendido
demostrar la inexistencia de la resurrección de Cristo, y con esto terminar con la fe de sus
creyentes, pero no sólo la ciencia, los primeros en negar la resurrección fueron los romanos
y líderes religiosos judíos quienes acusaban a los discípulos de tener la intensión de robar
el cuerpo de Jesús, dice Mateo 27:62–63 “se reunieron los principales sacerdotes y fariseos
ante Pilato, diciendo: “Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Des-
pués de tres días resucitaré. Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no
sea que vengan sus discípulos de noche, lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los
muertos. Y será el postrer error peor que el primero. Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia;
id, aseguradlo como sabéis. Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra
y poniendo la guardia”.

Sin embargo y a pesar de la sospecha, ni los políticos romanos; ni los líderes religiosos pu-
dieron comprobar esa teoría ya que de haber sucedido así, con sólo mostrar el cuerpo de

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 NIVEL DOS | LAS BASES DE NUESTRA FE

Jesús se habría terminado de un sólo golpe la fe cristiana. Por el contrario, los creyentes
defendieron la resurrección física de Jesucristo, sin importar ser perseguidos, torturados y
asesinados.

La naciente iglesia cristiana da testimonio de fe en la resurrección, ofrendando su vida y de-

mostrando así la esperanza de la futura resurrección de todos los que recibieron este evan-
gelio sin necesidad de ver con sus ojos naturales; “Jesús le dijo: porque me has visto, Tomás,
creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29).

ACTIVIDAD

Comparte con 2 compañeros; ¿con qué otras evidencias de fe sobre la

resurrección puedo argumentar y sostener mi creencia? _______________
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CONCLUSIÓN
La tumba vacía es la mayor evidencia de la resurrección de Jesucristo, porque sólo hay dos
cuestiones que pueden ser válidas y aceptables, la tumba que contiene un cuerpo al igual
que las tumbas de Buda, Confucio, Mahoma o cualquier otro “profeta iluminado” o, la tumba
que se encuentra completamente vacía como evidencia del cumplimiento de las profecías, y
esta última es la evidencia clara de que Jesús se levantó de entre los muertos.

Por medio de estas evidencias, podemos defender nuestra fe en la resurrección física de Je-
sucristo, así mismo dar testimonio de nuestra esperanza en la futura resurrección para vida
eterna que nos es prometida.

Todos y cada uno de nosotros somos evidencia de la resurrección de Jesucristo pues cree-
mos que Él vive.

APLICACIÓN

Todo miembro de la Iglesia Apostólica debe compartir su fe en Jesucristo;

su vida, muerte y resurrección. Te motivo a usar las evidencias que aquí
hemos aprendido para llevar este mensaje a todas las personas que aún
no lo conocen, todos deben de saber que aquel que estuvo muerto; ¡ha
resucitado!

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