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La mayoría de las tragedias griegas se mueven en las grandes sagas griegas.

1. El nacimiento del teatro


Hace 2500 años, en el siglo VI a.C., vivieron de forma casi contemporánea una
serie de personajes que cambiaron el hilo de la humanidad. Se trata de
Confucio (551-479 a.C.), creador de la forma de pensar en oriente y China hasta
el siglo XX; Siddharta Gautama (Buda) (Ss. VI-V a.C.); Ciro II “el grande”,
fundador del Imperio Persa Aqueménida, el primer imperio mundial; filósofos
presocráticos (Tales, Heréclito, Pitágoras), fundadores de la filosofía griega;
Clístenes (570-507 a.C.), político que instauró la democracia; asesinato de L.
Junio Bruto (-509 a.C.), el último rey de Roma tras el cual de instaura la
República. Todos estos personajes y logros coinciden en el siglo VI antes de
Cristo.
El teatro también nace en esta centuria y revolucionó la manera en la que los
seres humanos contamos nuestras historias. El teatro griego es el padre de
nuestro teatro contemporáneo, de la ópera, la zarzuela, el cine, las series…
Su nacimiento está vinculado a un contexto religioso. Las primeras
representaciones “preteatrales” eran manifestaciones públicas en las que se
leían y escenificaban textos sagrados para hacerlos asequibles a la población.
Durante las fiestas en honor a Dionisio se cantaban los valores del dios, eran los
Ditirambos. El director era el Corifeo y tras él decenas de campesinos
disfrazados de sátiros (mitad hombre mitad cabra) con un comportamiento que
dejaba mucho que desear. Juntos contaban las aventuras de Dionisio. A
mediados del siglo VI a.C., Tepis añadió un tercer elemento: un segundo actor
que dialogaba con el corifeo mientras el coro hacía de testigo y narrador. En
ese instante nace el teatro. Las historias se cuentan de manera dialogada.
A partir de ahí este sistema se expandió con rapidez a otros dioses y otros
autores.
En el 534 a.C. Pisístrato organizó en Atenas durante las Grandes Dionisiacas
(marzo-abril) los concursos teatrales (se representaban tres tragedias y una
sátira). Desde entonces hubo representaciones continuas de tragedias. El
corega era un ciudadano rico que dirigía el certamen, pagaba las
representaciones y proporcionaba las máscaras.
Las representaciones se celebraban en la parte baja de la Acrópolis, junto al
templo de Dionisio. Se organizaba un pequeño escenario para los dos actores y
el público se acomodaba en las laderas de la acrópolis. En medio había un
enorme espacio circular (orchestra) que era donde se situaba el numeroso
coro. Aún no había teatros de piedra, que se edificaron a partir del siglo IV a.C.,
precisamente cuando el género esté en decadencia. En el centro de la
orchestra había un altar donde se hacían sacrificios antes de las
representaciones, ligadas todas las tragedias a la religión. Ningún elemento era
fijo.
Las tragedias griegas narran conflictos de grandes dimensiones que arrastran a
sus protagonistas de forma terrible e inevitable. Suelen tener naturaleza moral,
religiosa y política. Los protagonistas tenían que elegir entre dos alternativas
(dos actores) terribles: una mala y otra peor, para llegar a un destino funesto.
Sin embargo, los protagonistas se enfrentan a su destino con entereza y
dignidad.
Todas las tragedias griegas hablan de religión y política. Es el momento del
nacimiento de la democracia. Las Polis griegas tenían diferentes modelos de
gobierno de modo que en el teatro se debatían estos temas políticos y las
representaciones escenografiaban los debates de estas formas de gobierno.
Eran pues incómodas para los oligarcas y embajadores, presentes en las
representaciones, pues se sentaban en las primeras filas. Teatro y política
estaban íntimamente ligados. Hay que entender la tragedia griega con el
mensaje directo que se enviaba a la clase política. Mientras que la tragedia
puede entenderse el tema mítico con la realidad política de Atenas, en las
comedias se trataban temas cotidianos y se señalaba directamente los pecados
de los oligarcas.
Las tragedias seleccionan un episodio de una leyenda mítica para ejemplificar
algo de la realidad política. El público conocía la leyenda completa y a qué saga
pertenecía. Por eso muchas de las tragedias forman trilogías de esa leyenda,
creando sagas familiares marcadas por la tragedia familiar.

En escena no había mujeres y había épocas que tampoco podían estar entre el
público, sobre todo mujeres de cierta clase social. Atenas, en particular era
bastante restrictiva con ellas.
Las máscaras las utilizaban los dos actores para cambiar del personaje al que
representaban. La vestimenta también era importante por la distancia grande
con el público. Además, la máscara ayudaba a proyectar la voz.
El teatro romano al principio no tenía máscaras.

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